Contaminación Hídrica
Contaminación Hídrica
Contaminación Hídrica
La presencia de contaminación genera lo que se denominan “ecosistemas forzados”, es decir ecosistemas alterados por
agentes externos, desviados de la situación de equilibrio previa obligados a modificar su funcionamiento para minimizar la
tensión a la que se ven sometidos.3
Índice
Principales contaminantes del agua
Fuentes de contaminación naturales.
Efectos de la contaminación del agua.
Clima
Características de la cuenca
Geología
Crecimiento microbiológico y de los nutrientes
Incendios
Intrusión salina
Estratificación térmica
Fuentes de contaminación antrópica
Origen doméstico
Origen agrícola – ganadero
Origen pluvial
Origen en la navegación
Origen industrial
Tipos de contaminantes del agua
Concepto de eutrofización
Agua eutrófica y oligotrófica
Nutrientes que eutrofizan las aguas
Fuentes de eutrofización
Medida del grado de eutrofización
Medidas para evitar la eutrofización
Efectos de la contaminación de las aguas
Efectos provocados por sólidos en suspensión
Efectos provocados por los fenoles
Efectos provocados por las grasas y aceites
Efectos provocados por el calor
Efectos provocados por los detergentes
Efectos provocados por los hidrocarburos
Efectos provocados por las sustancias húmicas
Efectos provocados por la materia orgánica
Efectos provocados por la materia inorgánica
Efectos provocados por los compuestos orgánicos sintéticos
Efectos provocados por los organismos patógenos
Efectos provocados por contaminación acústica
Contaminación por consumismo
Contaminación por fitosanitarios
Medidas para evitar la contaminación por fitosanitarios
Contaminación por petróleo
Aguas residuales
Contaminantes del agua subterránea en las zonas de recarga
Daños a la salud
Alternativas para la prevención y control
Véase también
Notas y referencias
Enlaces externos
Los mares son un sumidero. De forma constante, grandes cantidades de fangos y otros materiales, arrastrados desde tierra, se
vierten en los océanos. Hoy en día, sin embargo, a los aportes naturales se añaden cantidades cada vez mayores de desechos
generados por nuestras sociedades, especialmente aguas residuales cargadas de contaminantes químicos y de productos de
desecho procedentes de la industria, la agricultura y la actividad doméstica, pero también de residuos radiactivos y de otros
tipos.
En realidad, los océanos operan como gigantescas plantas carnívoras, a condición de no superar el umbral de lo que pueden
tolerar. De lo contrario, se generan destrucción y muerte de las personas, e inconvenientes económicos y envenenamientos
de la población humana. Esto, a corto plazo. A largo plazo, las consecuencias podrían ser catastróficas. Basta pensar
únicamente en los efectos que la contaminación biológica –como consecuencia del incremento de fertilizantes- podría
acarrear si la proliferación de formas microscópicas fuera tan grande que se redujera significativamente el nivel de oxígeno
disuelto en el agua oceánica.
La contaminación tiende a concentrarse en los lugares próximos a las zonas habitadas e industrializadas. Así, la
contaminación marina de origen atmosférico es, en determinadas zonas adyacentes a Europa (Báltico, mar del Norte,
Mediterráneo), por término general, diez veces mayor que mar adentro, en el propio Atlántico norte; cien veces superior que
en el Pacífico norte y mil veces más elevada que en el Pacífico sur. Sin embargo, y como consecuencia de la circulación
general de los aires y de las aguas, cada año se detectan nuevos contaminantes en zonas tan apartadas como la Antártida –se
ha encontrado DDT en la grasa de los pingüinos antárticos- o las fosas oceánicas.
La contaminación del medio marino provocada por el ser humano es muy superior a la atribuible a causas naturales. Las
tasas de aporte de algunos elementos son elocuentes: el mercurio llega al océano a un ritmo dos veces y media superior al
que sería debido únicamente a factores naturales; el manganeso multiplica por cuatro dicho ritmo natural; el cobre, el plomo
y el cinc por doce; el antimonio por treinta y el fósforo por ochenta.
Algunos de los metales pesados, como el mercurio y el plomo, junto con el cadmio y el arsénico, son contaminantes graves,
pues penetran en las cadenas alimentarias marinas, y, a través de ellas, se concentran. Así, por ejemplo, la enfermedad de
Minamata –descubierta en los años 20 en la bahía japonesa de mismo nombre- ha provocado, en Japón y en Indonesia, miles
de muertes y un número mucho mayor de enfermos con lesiones cerebrales. La causa que la produjo fue el consumo de atún
y otros peces con contenidos elevados de mercurio procedente de los vertidos industriales de aquella zona costera.
Igualmente, productos químicos como el DDT y los PCB son otros contaminantes químicos muy peligrosos.
El crecimiento de la contaminación en el agua solo ha hecho que cada día más nos veamos afectados, ya que esta afectación
hace que cada uno de nosotros este desaprovechando este valioso recurso como lo es el agua, y si no dejamos de botar
basuras o desechos y si no hacemos algo suficientemente importante que cambie la mentalidad de nuestra gente, nunca se va
a lograr llegar al objetivo por el que muchos de nosotros hemos tratado de luchar de alguna manera así sea con un poco de lo
que hemos aprendido sobre el cuidado ambiental. Y esto sin un poco de conciencia hacia las industrias que son la principal
causa de contaminación en nuestros océanos esto va a continuar igual y en pocos años no vamos a poder contar con estas
grandes y maravillosas hojas azules que recorren todo nuestro planeta y que por el descuido de todos nosotros hemos dejado
atrás. Esto solo es una de las cosas por las cuales se debe cuidar lo que tenemos nuestro alrededor, incluyendo este
ecosistema que cubre el 71 % de nuestra corteza terrestre y que estamos dejando ir.
El agua es el único líquido vital, es decir, sin ella no podríamos vivir. En los últimos años se ha visto un gran deterioro del
planeta. El ser humano ha avanzado en cuanto a Ciencia y Tecnología, pero como consecuencia muchos ecosistemas se han
visto afectados por el avance del desarrollo humano.
Los principales contaminantes del agua son desechos tóxicos, estos son arrojados por el ser humano, puede ir desde una
persona que ensucia el agua con grandes cantidades de detergente o bien y el más perjudicial, empresas y fábricas que
vierten toneladas de veneno a ríos, lagos, valles y océanos. Una manera que podría ser muy efectiva para disminuir la
contaminación hídrica sería no utilizar cantidades inmensas de detergentes y que las fábricas buscaran implementar técnicas
para no tirar sus desechos tóxicos a zonas vitales para el planeta, se que se gastaría más dinero del que ellos tendrían previsto
y seguramente no lo harían por su propia voluntad ya que lo que desean es tener mucha más ganancia económica.
Normalmente las fuentes de contaminación natural son muy dispersas y no provocan concentraciones altas de polución,
excepto en algunos lugares muy concretos. La contaminación de origen humano, en cambio, se concentra en zonas
concretas y, para la mayor parte de los contaminantes, es mucho más peligrosa que la natural.
Los factores naturales no pueden controlarse fácilmente y pueden tener un impacto significativo sobre la calidad de una
fuente de agua. Los factores que se deben considerar son los siguientes: el clima, las características de la cuenca, la geología,
el crecimiento microbiológico y de los nutrientes, los incendios, la intrusión salina y la estratificación térmica.
Por ello no
significa que el ser humanos es menos contaminante al contrario.
El agua puede contaminarse de diferentes formas, aunque la más común en la actualidad, es mediante descarga de agua
servida o cloacas de áreas urbanas en ríos y arroyos.
Otros focos de contaminación de las aguas son los desechos orgánicos provenientes de mataderos de ganado o de aves. El
procesamiento de frutas y vegetales requiere grandes cantidades de agua para el lavado, el pelado y blanqueado, lo que
produce gran cantidad de agua servida con alto contenido orgánico.
Estas concentraciones de materia orgánica originan un alto porcentaje de fosfatos en el agua de los ríos o arroyos en que se
descargan. Estos fosfatos ocasionan un rápido crecimiento en la población de algas. Las algas utilizan el oxígeno en gran
cantidad, lo que hace que disminuya en el agua la concentración necesaria de este para permitir la respiración de los
animales acuáticos, causando su muerte.
Clima
El efecto principal causado por efectos climáticos que afecta a la calidad del agua es la precipitación. Los climas húmedos o
con períodos de precipitación de régimen considerable pueden dar lugar a velocidades de escorrentía elevadas o favorecer
condiciones de inundación que pueden causar la resuspensión de los sedimentos, incrementando los niveles de turbiedad,
color, metales u otro tipo de contaminantes. En condiciones de sequía prolongada, los niveles bajos de drenaje pueden
generar estancamiento, incrementando en consecuencia la posibilidad de actividad microbiológica y crecimiento de algas.
Del mismo modo, se incrementa el impacto de descargas de fuentes puntuales por la reducción en el efecto de dilución y en
la capacidad asimilativa del cuerpo de agua.
La temperatura también es un factor climático importante que afecta la velocidad de la actividad biológica, la concentración
de oxígeno y los coeficientes de transferencia de masa.
Características de la cuenca
Las diferentes características naturales de una cuenca de drenaje pueden tener un efecto significativo en la calidad del agua.
Así, por ejemplo, la topografía afecta la velocidad de flujo. Las pendientes pronunciadas pueden erosionar la capa superficial
de suelo o las márgenes de ríos o arroyos, introduciendo residuos, sedimentos y nutrientes que pueden incrementar el
contenido de algas, color y turbidez. El tiempo de residencia en lagos y reservorios también es función de la topografía y
afecta la calidad del agua, influyendo en la sedimentación y la actividad biológica. Otro aspecto de importancia es la
descomposición de la cubierta vegetal que produce color y es una fuente de compuestos húmicos y fúlvicos, frecuentemente
asociados con la formación de subproductos de desinfección.
La cubierta vegetal, sin embargo, actúa como filtro natural frente a la acción de la escorrentía de contaminantes provenientes
de fuentes no puntuales, ejerciendo un mecanismo de protección a la actividad humana.
Contaminación térmica: El agua caliente que es liberada por centrales de energía o procesos industriales eleva, en ocasiones,
la temperatura de ríos o embalses con lo que disminuye su capacidad de contener oxígeno y afecta a la vida de los
organismos.
Geología
La geología local impacta en forma directa sobre la calidad de fuentes superficiales y subterráneas. Un agua subterránea que
por ejemplo presenta dureza elevada, deriva de una formación geológica subterránea con un contenido de calcio y magnesio
considerable. Los suelos juegan un rol importante por su capacidad amortiguadora en la escorrentía de la precipitación ácida.
La presencia de radionucleidos en aguas subterráneas, tales como el radón, o la presencia de cenizas generadas en
erupciones volcánicas, constituyen ejemplos del efecto significativo que ejerce la geología sobre la calidad del agua.
El estado de un cuerpo de agua depende de los niveles de nutrientes y actividad microbiológica. El ciclo de vida natural de
un cuerpo de agua involucra tres estados conocidos como niveles tróficos: oligotrófico (concentración de nutrientes y
actividad microbiológica bajas), mesotrófico (concentración de nutrientes y actividad microbiológica moderadas) y eutrófico
(concentración de nutrientes y actividad microbiológica altas).
En la mayoría de lagos, ríos y corrientes de agua, la producción de plantas está principalmente regulada por la disponibilidad
de fósforo. Se verifica que los lagos que presentan un contenido de fósforo elevado sufren un gran crecimiento de algas
generando turbiedad en el agua y produciéndose acumulaciones de algas sobre sus costas. De igual forma, a largo plazo
también se favorece el crecimiento de vegetación con raíces. Por estos motivos el estado trófico de los lagos y cursos de
agua generalmente se expresa en función de su concentración de fósforo. Sin embargo, en algunos casos particulares, como
por ejemplo cuerpos de agua que se encuentran muy eutrofizados, los niveles de fósforo pueden ser tan altos que el
suministro de nitrógeno puede llegar a ser el limitante de la producción vegetal.
El indicador de eutrofización más común es la presencia de algas, en especial las del tipo cianobacterias. Suelen producirse
crecimientos desmedidos de la población de algas, causando problemas antiestéticos y sobre la calidad del cuerpo de agua.
Es muy común que durante los meses de invierno, en que la temperatura del agua es baja y se tienen períodos de luz más
cortos, se produzca una disminución de la actividad fotosíntesis fotosintética. Durante este tiempo los nutrientes permanecen
disponibles y se van acumulando.
Cuando los días se alargan y la temperatura aumenta, se produce un incremento de la actividad microbiológica con un
crecimiento desmedido de la población de algas. Este incremento continúa hasta que se agotan los nutrientes del medio,
produciéndose entonces la disminución de la población de microorganismos. La deficiencia de oxígeno causada por la
actividad microbiológica, desarrolla un ambiente reductor que produce la solubilización de minerales y nutrientes que se
encuentran presentes en los sedimentos.
Incendios
Aunque los incendios forestales pueden ocurrir como resultado de la actividad humana, el fuego se considera como un factor
natural puesto que este tipo de desastres suele producirse por la combinación de sequía y luz.
La destrucción de bosques puede producir efectos adversos sobre la calidad del agua, ya que al eliminarse su función de
filtro natural, aumenta la velocidad de drenaje superficial, incrementándose la probabilidad de erosión. Por otra parte las
cenizas pueden lixiviar nitratos, mientras que la madera carbonizada contribuye a incrementar el contenido de fenol que al
combinarse con el cloro produce problemas de olor y sabor.
Sin embargo, los incendios forestales tienen también un efecto positivo, ya que son un medio natural de rejuvenecimiento de
los bosques.
Intrusión salina
Es una fuente de contaminación debida al movimiento permanente o temporal del agua salada que desplaza al agua dulce.
La intrusión salina puede ocurrir tanto en fuentes superficiales como subterráneas que se encuentren ubicadas en regiones
costeras. En el caso de aguas subterráneas, la explotación del acuífero puede producir un abatimiento del nivel estático tal
que genere un movimiento de la interfase salina, con lo cual ingresará el agua salada.
En un acuífero costero sin explotación el agua dulce se vierte al mar, ya sea a través de cursos de aguas superficiales o bien
subterráneas. Esta fuga de agua subterránea mantiene una cierta posición de la interfaz agua dulce-salada. Si se ubican
bombeos para recuperar esta agua, es en detrimento de este flujo y, por lo tanto, debe establecerse un nuevo equilibrio con el
agua del mar.
Si se quiere mantener limitada la intrusión marina debe dejarse un cierto flujo de agua de mar, que es el tributo que hay que
pagar para mantener un cierto equilibrio. Si, como consecuencia de una reducción de flujo de agua al mar, existe una
recirculación del agua dulce que deje las sales en el terreno, como en los regadíos con agua subterránea, se tiene un cierto
incremento de la salinidad del agua dulce de origen diferente a la contaminación por el agua del mar.
Los acuíferos cautivos y los acuíferos libres con un nivel impermeable superior están protegidos naturalmente contra la
contaminación, la cual en principio solo puede producirse donde el acuífero cautivo pasa a ser libre o falta el nivel
impermeable superior. En la realidad, un acuífero cautivo puede ser contaminado a través de pozos mal construidos o con
corrosiones.
Estratificación térmica
La mayoría de los lagos y reservorios con una profundidad de más de 5 metros se estratifican durante gran parte del año.
Este fenómeno se desarrolla durante la primavera debido a que la superficie se calienta por la radiación atmosférica y solar.
Como la densidad del agua disminuye con el aumento de la temperatura se produce una situación de equilibrio
hidrodinámico, en donde la capa más liviana sobrenada a la más pesada.
Como consecuencia, se desarrolla una estructura térmica vertical con una capa superior bien mezclada llamada epilimnio,
seguida por una región de rápido descenso de temperatura llamada termoclina, y una tercera capa de agua más densa y fría
llamada hipolimnio.
Fuentes de contaminación puntuales: son aquellas caracterizadas por descargas únicas o discretas, en
las que los contaminantes se vuelcan desde una única área geográfica aislada o confinada. Entre estas se
pueden mencionar: descargas de efluentes domésticos, descargas de efluentes industriales, operaciones
con residuos peligrosos, drenaje en minas, derrames y descargas accidentales.
Fuentes de contaminación no puntuales: involucran fuentes de contaminación difusas y comprenden
actividades que abarcan grandes áreas, pudiendo causar la contaminación general del agua subterránea.
Se pueden clasificar según la procedencia: agricultura y ganadería, drenaje urbano, explotación del suelo,
rellenos sanitarios, deposición atmosférica y actividades recreativas. Son más difíciles de controlar que las
fuentes puntuales.
A continuación se mencionan algunas características de aguas residuales de las distintas actividades humanas.
Origen doméstico
Las aguas domésticas son las que provienen de núcleos urbanos. Contienen sustancias procedentes de la actividad humana
(alimentos, deyecciones, basuras, productos de limpieza, jabones, etc.). La contaminación de un agua usada urbana se estima
en función de su caudal, de su concentración en materias en suspensión y de su demanda biológica. Se admite que un
habitante de una comunidad concreta, en un país o región determinados, y según las condiciones de abastecimiento de agua,
nivel de vida y sistemas de alcantarillado disponible, vierte una cantidad media de contaminación fija, bien determinada,
base del equivalente-habitante. En general, se ha fijado un valor de 60 mg/día de DBO y 70 mg/día de sólidos en suspensión
por habitante-equivalente. La dotación de agua se sitúa en torno a los 100-300 l/Hb/día. En las grandes ciudades se
incrementa por su uso en jardines y limpieza pública diaria. El caudal de aguas residuales domésticas presenta una variación
diaria de tipo sinusoidal. El máximo se presenta al mediodía, los valores medios a las 9 de la mañana y a la 7 de la tarde y el
valor mínimo hacia las 6 de la mañana. Físicamente presentan color gris y diversas materias flotantes. Químicamente
contienen gran cantidad de materia orgánica. Biológicamente contienen gran cantidad de microorganismos, algunos de los
cuales pueden transmitir enfermedades. Una de las características principales de un agua residual urbana es su
biodegradabilidad, es decir, la posibilidad de depuración mediante tratamientos biológicos, siempre que pueda darse una
alimentación equilibrada de las bacterias en nitrógeno y fósforo. Es conveniente que las aguas residuales lleguen a la
estación de tratamiento en un estado suficientemente fresco, ya que un agua nauseabunda es tóxica para el tratamiento, por
lo que, si se quisiera conseguir una buena depuración, habría de someterse a una preaereación o a una precoloración antes de
la decantación.
Son el resultado del riego y de otras labores como las actividades de limpieza ganadera, que pueden aportar al agua grandes
cantidades de estiércol y orines, es decir, mucha materia orgánica, nutrientes y microorganismos. Quizá uno de los mayores
problemas que origina la agricultura sea la contaminación difusa, siendo la más importante la provocada por nitratos. Se
tratan de actividades extendidas en grandes áreas, por lo que resulta prácticamente imposible su depuración. Se deben tomar
las medidas precisas para atajar y reducir en la medida de lo posible la contaminación por nitratos, tanto en aguas
subterráneas, porque su efecto es acumulativo, como en las superficies en las que favorecen el proceso de eutrofización.
Origen pluvial
Al llover, el agua arrastra toda la suciedad que encuentra a su paso, presentándose más turbia que la que se deriva del
consumo doméstico. En las ciudades esta agua arrastra aceites, materia orgánica y diferentes contaminantes de la atmósfera,
en el campo arrastran pesticidas, abonos, etc. En la industria las aguas pluviales arrastran las sustancias que se han caído
sobre el terreno, pudiendo presentar un gran problema si son sustancias tóxicas. Además, si existe acumulación de residuos
en zonas no preparadas para ello, los lixiviados de los residuos serán arrastrados.
En un estudio publicado por Environmental Science & Technology, Schmidt et al (2017) calcularon que los ríos Yangtsé,
Indus, Amarillo, Hai, Nilo, Ganges, de las Perlas, Amur, Níger, y el Mekong "transportan 88–95% de la carga global de
[plásticos] al mar."4 5 Dichos ríos corresponden con los passes que más polución marítima emiten, según un estudio
publicado por Science, donde Jambeck et al (2015) estimaron que los 10 mayores emisores de polución marítima son, de
mayor a menor, China, Indonesia, Las Filipinas, Vietnam, Ceilán, Tailandia, Egipto, Malaysia, Nigeria, y Bangladés.6
Origen en la navegación
Las zonas más contaminadas en mar abierto, corresponden a las rutas de navegación, principalmente de barcos petroleros.
Los vertidos de petróleo, accidentales o no, provocan importantes daños ecológicos.
Según el estudio realizado por el Consejo Nacional de Investigación de los Estados Unidos, en 1985 se vertieron al mar
unas 3 200 000 toneladas de hidrocarburos.
Los océanos fueron considerados, hasta hace algunas décadas un gigantesco depósito de desechos que podía recibir, sin
daño alguno, todo tipo de desecho. Esta situación produce playas insalubres y un aumento de algas. Con un efecto similar al
de la eutrofización de las aguas continentales. Los efectos en el ambiente marino, especialmente los cercanos a las costas, se
observan tanto en la destrucción de corales, en mares tropicales, como en los daños a la salud de los seres humanos.
A lo largo de la década de los ochenta se tomaron diversas medidas para disminuir la contaminación de los mares y la
Academia de las Ciencias de Estados Unidos estimaba que se habían reducido en un 60 % los vertidos durante estos años.
Se puede calcular que en 1989 se vertieron al océano algo más de 2 000 000 toneladas. De esta cifra el mayor porcentaje
corresponde a las aguas residuales urbanas y a las descargas industriales (en total más del 35 %). Otro tercio correspondería
a vertidos procedentes de buques (más por operaciones de limpieza y similares, aunque su valor va disminuyendo en los
últimos años, que por accidentes) y el resto a filtraciones naturales e hidrocarburos que llegan a través de la atmósfera.
Convenios como el Marpol (Disminución de la polución marina procedente de tierra) de 1974 y actualizado en 1986 y otros,
han impulsado una serie de medidas para frenar este tipo de contaminación.
Origen industrial
Los procesos industriales generan una gran variedad de aguas residuales, que pueden tener orígenes muy distintos, en
función de los usos más frecuentes a los que se destine:
Por lo tanto, los tipos de aguas residuales obtenidas serán las utilizadas como medio de transporte de sustancias y calor en
lavado y enjuague, en las transformaciones químicas, como disolvente y subproducto de procesos físicos de filtración o
destilación, etc.
Con independencia del posible contenido de sustancias similares a los vertidos de origen doméstico, pueden aparecer
elementos propios de cada actividad industrial, entre los que cabe citar: tóxicos, iones metálicos, productos químicos,
hidrocarburos, detergentes, pesticidas, etc.
Los residuos orgánicos de algunas industrias, por ejemplo las de pasta de papel, pueden ser iguales o más importantes que
los de una comunidad media de habitantes.
Los contaminantes pueden encontrarse en forma disuelta o en suspensión, y ser orgánicos e inorgánicos por su naturaleza
química.
Microorganismos patógenos: son los diferentes tipos de microorganismos (bacterias, virus, protozoos y
otros organismos microscópicos) que transmiten enfermedades como el cólera, tifus, gastroenteritis
diversas, hepatitis, etc. En los países en vías de desarrollo las enfermedades producidas por estos
patógenos son uno de los motivos más importantes de muerte prematura, sobre todo de niños.
Normalmente estos microbios llegan al agua en las heces y otros restos orgánicos que producen las
personas infectadas. Por esto, un buen índice para medir la salubridad de las aguas, en lo que se refiere a
estos microorganismos, es el número de bacterias coliformes presentes en el agua. La OMS (Organización
Mundial de la Salud) recomienda que en el agua para beber haya 0 colonias de coliformes por 100 ml de
agua.
Desechos orgánicos: son el conjunto de residuos orgánicos producidos por los seres humanos, ganado,
etc. Incluyen heces y otros materiales que pueden ser descompuestos por bacterias aeróbicas, es decir en
procesos con consumo de oxígeno. Cuando este tipo de desechos se encuentran en exceso, la
proliferación de bacterias agota el oxígeno, y ya no pueden vivir en esta agua peces y otros seres vivos
que necesitan oxígeno. Buenos índices para medir la contaminación por desechos orgánicos son la
cantidad de oxígeno disuelto, OD, en agua, o la DBO (Demanda biológica de oxígeno).
Sustancias químicas inorgánicas: en este grupo están incluidos ácidos, sales y metales tóxicos como el
mercurio y el plomo. Si están en cantidades altas pueden causar graves daños a los seres vivos, disminuir
los rendimientos agrícolas y corroer los equipos que se usan para trabajar con el agua.
Nutrientes vegetales inorgánicos: Nitratos y fosfatos son sustancias solubles en agua que las plantas
necesitan para su desarrollo, pero si se encuentran en cantidad excesiva inducen el crecimiento
desmesurado de algas y otros organismos provocando la eutrofización de las aguas. Cuando estas algas y
otros vegetales mueren, al ser descompuestos por los microorganismos, se agota el oxígeno y se hace
imposible la vida de otros seres vivos. El resultado es un agua con mal olor e inutilizable.
Compuestos inorgánicos: Muchas moléculas inorgánicas como petróleo, gasolina, plásticos,
plaguicidas, disolventes, detergentes, etc. acaban en el agua y permanecen, en algunos casos, largos
períodos de tiempo, al ser productos fabricados por el hombre, tienen estructuras moleculares complejas
difíciles de degradar por los microorganismos.
Sedimentos y materiales suspendidos: Muchas partículas desprendidas del suelo y arrastradas a las
aguas, junto con otros materiales que hay en suspensión en las aguas, son, en términos de masa total, la
mayor fuente de contaminación del agua. La turbidez que provocan en el agua dificulta la vida de algunos
organismos, y los sedimentos que se van acumulando destruyen sitios de alimentación o desove de los
peces, rellenan lagos o pantanos y obstruyen canales, ríos y puertos.
Sustancias radiactivas: Hay isotopos radiactivos solubles pueden estar presentes en el agua y, a veces,
se pueden ir acumulando a los largo de las cadenas tróficas, alcanzando concentraciones
considerablemente más altas en algunos tejidos vivos que las que tenían en el agua.
Contaminación térmica: El agua caliente liberada por centrales de energía o procesos industriales eleva,
en ocasiones, la temperatura de ríos o embalses con lo que disminuye su capacidad de contener oxígeno y
afecta a la vida de los organismos
Concepto de eutrofización
Un río, un lago o un embalse sufren eutrofización cuando sus aguas se enriquecen en nutrientes. Podría parecer a primera
vista que es bueno que las aguas estén bien repletas de nutrientes, porque así podrían vivir más fácil los seres vivos. Pero la
situación no es tan sencilla. El problema está en que si hay exceso de nutrientes crecen en abundancia las plantas y otros
organismos. Más tarde, cuando mueren, se pudren y llenan el agua de malos olores y le dan un aspecto nauseabundo,
disminuyendo drásticamente su calidad.
El proceso de putrefacción consume una gran cantidad del oxígeno disuelto y las aguas dejan de ser aptas para la mayor
parte de los seres vivos. El resultado final es un ecosistema casi destruido.
Cuando un lago o embalse es pobre en nutrientes (oligotrófico) tiene las aguas claras, la luz penetra bien, el crecimiento de
las algas es pequeño y mantiene a pocos animales. Las plantas y animales que se encuentran son los característicos de aguas
bien oxigenadas como las truchas.
Al ir cargándose de nutrientes el lago se convierte en eutrófico. Crecen las algas en gran cantidad con lo que el agua se
enturbia. Las algas y otros organismos, cuando mueren, son descompuestos por la actividad de las bacterias con lo que se
gasta el oxígeno. No pueden vivir peces que necesitan aguas ricas en oxígeno, por eso en un lago de estas características
encontraremos barbos, percas y otros organismos de aguas poco ventiladas. En algunos casos se producirán putrefacciones
anaeróbicas acompañadas de malos olores. Las aguas son turbias y de poca calidad desde el punto de vista del consumo
humano o de su uso para actividades deportivas. El fondo del lago se va rellenando de sedimentos y su profundidad va
disminuyendo.
Fuentes de eutrofización
Eutrofización natural. La eutrofización es un proceso que se va produciendo lentamente de forma natural
en todos los lagos del mundo, porque todos van recibiendo nutrientes.
Eutrofización de origen humano. Los vertidos humanos aceleran el proceso hasta convertirlo, muchas
veces, en un grave problema de contaminación. Las principales fuentes de eutrofización son:
Los vertidos urbanos, que llevan detergentes y desechos orgánicos.
Los vertidos ganaderos y agrícolas, que aportan fertilizantes, desechos orgánicos y otros residuos ricos
en fosfatos y nitratos.
Para conocer el nivel de eutrofización de un agua determinada se suele medir el contenido de clorofila de algas en la
columna de agua y este valor se combina con otros parámetros como el contenido de fósforo y de nitrógeno y el valor de
penetración de la luz.
Lo más eficaz para luchar contra este tipo de contaminación es disminuir la cantidad de fosfatos y Nitratos en los vertidos,
usando detergentes con baja proporción de fosfatos, empleando menor cantidad de detergentes, no abonando en exceso los
campos, usando los desechos agrícolas y ganaderos como fertilizantes, en vez de verterlos, etc.
En concreto:
Tratar las aguas residuales en estaciones depuradoras de aguas residuales que incluyan tratamientos
biológicos y químicos que eliminan el fósforo y el nitrógeno.
Almacenar adecuadamente el estiércol que se usa en agricultura.
Usar los fertilizantes más eficientemente.
Cambiar las prácticas de cultivo a otras menos contaminantes. Así, por ejemplo, retrasar el arado y la
preparación de los campos para el cultivo hasta la primavera y plantar los cultivos de cereal en otoño
asegura tener cubiertas las tierras con vegetación durante el invierno con lo que se reduce la erosión.
Reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno y amoníaco.
Efectos de la contaminación de las aguas
Los contaminantes del agua, ya sean introducidos por vía doméstica, industrial o agrícola, pueden producir, en general,
numerosos tipos de efectos que habrán de estudiarse en función del uso que se quiera dar al agua, o bien, dentro de la
perspectiva de tener unas aguas de mejor calidad, con fin de preservar la vida acuática y poderla dedicar a fines recreativos o
puramente estéticos.
A continuación se mencionarán los principales efectos que producen cada uno de los elementos
contaminantes, ya sean sobre el hombre, los ecosistemas o los materiales.
Hay que destacar, además de los efectos que el agua contaminada puede producir por su consumo directo, aquellos que se
originan indirectamente, como es el caso de la producción de alimentos con agua contaminada o la transmisión de
enfermedades (huéspedes intermedios).
Los sólidos en suspensión absorben la radiación solar, de modo que disminuyen la actividad fotosintética de la vegetación
acuática. Al mismo tiempo obstruyen los cauces, embalses y lagos. También intervienen en los procesos de producción
industrial y pueden corroer los materiales y encarecer el costo de depuración del agua.
Los peces, especialmente las especies grasas como la trucha, el salmón y las anguilas, los acumulan. Pero el mayor problema
reside en que cuando llegan a las plantas de cloración convencionales dan lugar a los clorofenoles, confiriendo al agua un
sabor muy desagradable incluso en unidades de ppm (partes por millón).
El hecho de que sean menos densos que el agua e inmiscibles con ella, hace que se difundan por la superficie, de modo que
pequeñas cantidades de grasas y aceites pueden cubrir grandes superficies de agua. Además de producir un impacto estético,
reducen la reoxigenación a través de la interfase aire-agua, disminuyendo el oxígeno disuelto y absorbiendo la radiación
solar, afectando a la actividad fotosintética y, en consecuencia, la producción interna de oxígeno disuelto. Encarecen los
tratamientos de depuración, y algunos aceites, especialmente los minerales, suelen ser tóxicos.
El principal efecto es la disminución del oxígeno disuelto. Del mismo modo, puede actuar directamente sobre el
metabolismo de los animales acuáticos. El aumento de temperatura incrementa las velocidades de reacción biológicas y la
solubilidad de algunos compuestos.
No es solo la bioconcentración el problema medioambiental, también los detergentes, una vez diluidos en el agua, no
permiten el acceso del oxígeno a la masa de agua, a causa de la espuma generada en la superficie y el hecho de aumentar la
toxicidad del 3,4-benzopireno, otro microcontaminante de enorme acción cancerígena.
El verdadero problema
medioambiental causado por los detergentes reside en los polifosfatos, incluidos en su formulación para ablandar el agua.
Los más destacables por su peligrosidad son los hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAHs), (núcleos aromáticos
condensados), no sólo presentes en pequeñísima cantidad en el petróleo sino también en los bosques de abetos y hayas. Son
cancerígenos y, en particular el benzopireno –que es el mejor estudiado-, en el que ha observado un corto periodo de
latencia.
A pesar de su enorme liposolubilidad, apenas se acumulan en el tejido graso ya que se metabolizan pronto, siendo uno de
sus metabolitos el agente cancerígeno. Constituyen un gran número, y por ello se suele limitar su análisis a los seis más
frecuentes: fluoranteno; 3,4-benzofluoranthene; 11,12-benzofluoranthene; 3,4-benzopireno; 1,12-benzo pireno; indeno-
1,2,3-pireno.
En el proceso de potabilización una parte suele ser eliminada en la floculación-filtración y la otra en la oxidación, quedando
muy poca cantidad en el agua tratada.
Parece ser que los detergentes potencian su toxicidad, como antes se ha dicho. A pesar de su inercia química se ha
comprobado su biodegradación, aunque lenta.
Los efectos de la contaminación del petróleo pueden considerarse a corto y a largo plazo. Los efectos a corto plazo se
engloban en dos categorías:
1. Los causados por revestimiento y asfixia. Entre los efectos se encuentran: la reducción de la
transmisión de luz, disminución del oxígeno disuelto, daños en las aves acuáticas, ya que las
buceadoras y nadadoras sufren la impregnación de las plumas, lo que las incapacita para el vuelo y
la flotación.
2. Los procedentes de la toxicidad del petróleo. Entre los efectos debidos al carácter tóxico del
petróleo pueden subrayarse los siguientes: Narcosis: los hidrocarburos saturados con bajos puntos
de ebullición producen, en baja concentración, narcosis en los invertebrados marinos, y en mayores
concentraciones su muerte. Letalidad: los hidrocarburos aromáticos de bajo punto de ebullición
(xileno, tolueno, benceno) son venenosos para los seres vivos, pudiendo provocar la muerte por
contacto directo con la mancha de petróleo.
Acumulación y amplificación en la cadena trófica: una vez que un hidrocarburo penetra en la cadena trófica
permanecerá totalmente inalterable independientemente de su estructura, lo que conduce a su
acumulación y ulterior concentración hasta alcanzar cantidades tóxicas.
Vehiculación de ciertos compuestos: ciertos compuestos, como los plaguicidas, disueltos en la película de
petróleo pueden alcanzar concentraciones más elevadas de las que normalmente alcanzan en agua
contaminada, llegando así más fácilmente hasta los organismos susceptibles de contaminarse.
No presentan un problema medioambiental por sí solas, sino porque al ser degradadas lentamente, llegan, entre tanto, a las
plantas urbanas de cloración, donde producen compuestos orgánicos (generalmente clorados) de uno o dos átomos de
carbono, sustancias, como sabemos, cancerígenas (el más abundante es el cloroformo).
Esto no sería problema si se añadiera
mayor cantidad de cloro de forma que se completara su oxidación, pero al no ser posible, solo se oxidan parcialmente y los
restos orgánicos que quedan producen los llamados trihalometanos o compuestos haloformos.
Como en tantos tóxicos
cancerígenos, resulta muy difícil establecer la relación causa-efecto entre cloración y carcinogenicidad, debido al largo
periodo de latencia (de 20 a 30 años) entre exposición y supuesta aparición del cáncer.
Sus efectos son diferentes según se trate de materia orgánica biodegradable o no biodegradable. La primera provoca una
disminución del oxígeno disuelto por consumo de este en los procesos de degradación, reduciendo la capacidad de
autodepuración de un río.
Cuando se ha consumido todo el oxígeno disuelto, la degradación se torna anaeróbica, desapareciendo la vida animal y
apareciendo compuestos típicos de la putrefacción, generalmente mal olor, como el sulfhídrico, la putrescina, etc.
La
segunda puede presentar efectos diferentes como son la acumulación en los tejidos animales y la toxicidad.
La salinidad, en general, disminuye la concentración de oxígeno disuelto, favorece la formación de espumas y aumenta la
presión osmótica. Por otra parte, la presencia de sales inorgánicas en grandes cantidades puede inutilizar procesos
industriales y producir incrustaciones.
Un problema peligroso es el que presentan los Nitratos que entran a formar parte del medio hídrico por vía agrícola. Todavía
no está totalmente aclarado el efecto que puede tener sobre la salud humana el consumo de agua con alto contenido de
nitratos. El principal efecto patógeno que podría atribuirse a los nitratos es la metahemoglobinemia, originada por la reacción
de los nitritos con la hemoglobina de la sangre, con formación de hierro ferroso y generación de metahemoglobina.
Esta enfermedad se caracteriza por una dificultad respiratoria que en ocasiones acaba en asfixia. Los más propensos a sufrir
esta intoxicación son los niños y los animales de granja.
Cuando la concentración normal de meta hemoglobina, que está comprendida entre el 1 y 2 % se eleva al 10 %, se presenta
como primera manifestación clínica un proceso de cianosis. Concentraciones entre el 30 y el 40 % producen signos de
anoxia, pudiendo presentarse estados de coma con concentraciones superiores.
Por lo que se refiere a una posible relación de los nitratos con el cáncer, debida a la formación de nitrosaminas, no existe
hasta el momento evidencia directa.
Así mismo la exposición a concentraciones elevadas del mercurio puede provocar daños permanentes en el cerebro, los
riñones y en los fetos en desarrollo, como ocurrió en los habitantes de Minamata en Japón que ingieren pescado
contaminado con mercurio o con la población de Guatemala que ingirió semillas tratadas con mercurio. En particular, el
sistema nervioso es muy sensible a los efectos del mercurio, los cuales se manifiestan por distintos tipos de desórdenes que
son más severos conforme la exposición aumenta (irritabilidad, nerviosismo, temblor, cambios en la visión y audición,
problemas de memoria) (2,3). Aunado a lo anterior, exposiciones de corta duración a vapores conteniendo concentraciones
elevadas de mercurio metálico, así como exposiciones continuas por largos periodos a concentraciones menores, pueden
dañar los pulmones, causar náusea, vómito o diarrea, elevar la presión sanguínea y causar irritación de la piel y de los ojos.
La absorción del mercurio depende de su forma química, por ejemplo, el metilmercurio se absorbe en un 90 % y el cloruro
de mercurio sólo en un 2 %. Los niños son especialmente vulnerables a los efectos del mercurio ya que pasa más a su
cerebro que en el adulto e interfiere con su desarrollo.
Los metales pesados son tóxicos por ser biorefractarios y bioacumulativos. Cuando se arranca desde los niveles tróficos más
bajos y alcanza a los superiores o el hombre, el metal ha podido concentrarse incluso varios miles de veces. El ejemplo más
espectacular, en relación con la actividad biológica, es el trágico episodio ocurrido en la ciudad de Minamata (Japón) en
1960. En efecto, en la bahía del mismo nombre eran vertidas aguas residuales que contenían compuestos orgánicos e
inorgánicos de mercurio. Los microorganismos presentes en el agua transforman estos compuestos de mercurio en
metilmercurio, compuesto extraordinariamente tóxico que es fácilmente asimilado y concentrado por la cadena alimentaria
hasta llegar a la población humana a través de los peces.
La exposición a concentraciones elevadas del mercurio puede provocar daños permanentes en el cerebro, los riñones y en
los fetos en desarrollo, como ocurrió en los habitantesde Minamata en Japón que ingirieron pescado contaminado con
mercurio o con la población de Guatemala que ingirió semillas tratadas con mercurio. En particular, el sistema nervioso es
muy sensible a los efectos del mercurio, los cuales se manifiestan por distintos tipos de desórdenes que son más severos
conforme la exposición aumenta (irritabilidad, nerviosismo, temblor, cambios en la visión y audición, problemas de
memoria). Aunado a lo anterior, exposiciones de corta duración a vapores conteniendo concentraciones elevadas de
mercurio metálico, así como exposiciones continuas por largos periodos a concentraciones menores, pueden dañar los
pulmones, causar náusea, vómito o diarrea, elevar la presión sanguínea y causar irritación de la piel y de los ojos. La
absorción del mercurio depende de su forma química, por ejemplo, el metilmercurio se absorbe en un 90 % y el cloruro de
mercurio sólo en un 2 %.
Los niños son especialmente vulnerables a los efectos del mercurio ya que pasa más a su cerebro que en el adulto e interfiere
con su desarrollo.8
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los efectos que los diferentes tipos de organismos pueden producir
sobre el hombre son los siguientes:
Sistemas de saneamiento en el ambiente, como fosas sépticas y letrinas de hoyo, o descargas de residuos que faltan
tratamiento suficiente, pueden causar niveles altos de patógenos.9
En grandes masas de agua el sonido viaja a una gran velocidad y las ondas pueden viajar kilómetros sin perder intensidad y
a lo largo de los últimos dos siglos ha aumentado considerablemente la cantidad de ruido submarino ocasionado por centros
comerciales, militares y científicos; el tráfico marino, las exploraciones petrolíferas y sonares de baja frecuencia. Todo esto
ha generado daños severos de la vida marina principalmente a los cetáceos.
La contaminación acústica por parte de las embarcaciones afecta a estos animales. Por ejemplo, se encontró una correlación
entre el tránsito de belugas por la desembocadura del río Saguenay (disminuido en el 60 %) y las actividades recreativas con
botes a motor en el área. También se encontró una reducción drástica de llamados (de 3,4 a 10,5 llamados/min a 0 o <1)
entre los animales, después de la exposición al ruido producido por los buques, siendo más persistente e intensa con
embarcaciones grandes como los transbordadores que con navíos más pequeños. Pueden detectar a gran distancia, incluso a
50 km, la presencia de buques grandes (por ejemplo rompehielos) y los evitan moviéndose rápidamente en dirección
contraria o perpendicular siguiendo los bordes del hielo desplazándose, incluso, hasta 80 km para eludirlos. La presencia de
navíos produce reacciones de evitación induciendo grandes inmersiones para alimentarse, disgregación de los grupos y
asincronía en el buceo.
Esta economía basada en la máxima producción, el consumo, la explotación ilimitada de recursos y el beneficio como único
criterio de la buena marcha económica, es insostenible, imponiéndose cada vez más en la sociedad la idea, o por lo menos
esa es la percepción actual, de que hay que ir a un desarrollo real, que permita la mejora de las condiciones de vida, pero
compatible con una explotación racional del planeta que cuide y respete el medio ambiente y así proteger el valioso recurso.
La presencia de plaguicidas se ha constatado en los acuíferos de todos los países desarrollados. Las técnicas analíticas
actuales no permiten detectar algunos fitosanitarios o sus productos de degradación a concentraciones muy bajas, es posible
que los estudios realizados sean poco realistas, pues el muestreo representativo de pesticidas es bastante complejo, y los
elevados costes de las analíticas han limitado a unas pocas las sustancias
rastreadas. En definitiva, no se conoce exactamente la contaminación por
fitosanitarios de las aguas subterráneas, pero si se sabe con certeza que estos
productos están presentes en los acuíferos de todas las regiones con agricultura
intensiva.10
También se sabe que los productos más problemáticos son los insecticidas
organoclorados y organofosforados y los herbicidas del grupo de las triazinas
(atrazina, desmetrina, simazina, terbutrina).
La agricultura ecológica basa el control de las plagas y enfermedades en conseguir un equilibrio en la parcela que impida la
proliferación de los patógenos a niveles que causen daños. Se procura la mayor diversidad posible, se potencia la presencia
de enemigos naturales de las plagas, se realizan asociaciones y rotaciones de cultivos y se selecciona las variedades más
rústicas y adaptadas a la zona.
Cuando es necesario realizar algún tratamiento se emplean productos naturales que resulten inocuos tanto para el medio
ambiente como para la salud de las personas y se degradan rápidamente en sustancias que no presentan ningún riesgo.
Actualmente existen en el mercado diversos tipos de trampas con las que capturar las plagas, medida que en algunos casos
puede ser suficiente. En otros casos el control de una plaga puede realizarse a través de labores culturales como el laboreo, el
riego o la poda.
Mantener los equipos de tratamiento limpios y en buen estado, ser prudentes durante el transporte, lleno y
limpieza de los equipos y extremar las precauciones al tratar cerca de ríos y lagos, pues si hace viento este
puede arrastrar parte del producto llevándolo hasta los cauces de agua.
Vertidos accidentales aparte, los petroleros arrojan anualmente y de forma deliberada más de un millón de toneladas de crudo
en las operaciones de lavado de sus tanques. Tradicionalmente, dicha práctica consistía en bombear agua y arrojarla –
mezclada con las impurezas de los tanques- de nuevo al mar, antes de volver a cargar crudo. En la actualidad puede
realizarse una limpieza menos agresiva: el lavado a chorro con petróleo crudo a alta presión procedente de la carga del
propio barco. Esta nueva técnica puede efectuarse durante el proceso de descarga, a fin de evitar aquella importante fuente
de contaminación.
Las pérdidas accidentales de petróleo aportan un volumen global de unas 100 000 toneladas de dicho material a los océanos
a lo largo del año. Por otra parte, los vertidos de petróleo, provocados por accidentes como la explosión en 1979 del
Campeche en la costa mexicana, a consecuencia de la cual se vertieron cerca de 400 000 toneladas de petróleo, o el anterior
(1978) hundimiento del Amoco Cádiz en el canal de la Mancha,12 13 así como el accidente ocurrido en 1989, del Exxon
14
Valdez frente a las costas de Alaska, son fenómenos de gran espectacularidad.
La contaminación en el agua también afecta actividades como la pesca. Por ejemplo, el desarrollo de la pesca en Estados
Unidos ha disminuido principalmente por factores de contaminación provocados por el derrame de petróleo en el Golfo de
México, el cual afectó a la zona del Atlántico en la producción de langostinos y cangrejos.
Aguas residuales
Muchas personas de pocos recursos se ven obligadas a vivir en condiciones
precarias e inadecuadas a orillas de ríos y/o cañadas; donde eventualmente tienen
servicios de agua potable, pero muy frecuentemente no tienen servicios de
alcantarillados de aguas negras. Esas aguas residuales, que contienen detergentes,
agua caliente, grasas, materiales espumosas, sustancias fecales, etc. son descargadas
directamente a los ríos y/o cañadas. Alrededor de un 74 % de las aguas residuales
domésticas, como también de los establecimientos comerciales, van al río o
barrancas, sin antes ser tratadas, situación que origina una gama importante de
enfermedades.
Planta para tratamiento de aguas
residuales
Contaminantes del agua subterránea en las zonas
de recarga
Las zonas de recarga de acuíferos son particularmente delicadas desde el punto de vista de la contaminación hídrica, ya que
las sustancias contaminantes una vez que entran en los acuíferos permanecen allí durante períodos muy largos.
Particularmente algunas actividades humanas llevan implícitos determinados peligros de contaminación. La tabla siguiente
menciona algunas actividades peligrosas si desarrolladas en zonas de recarga.
Daños a la salud
Es sabido que la contaminación hídrica es una de las principales fuentes de enfermedad gastrointestinales en niños menores
de un año; padecimientos causados por bacterias, virus y protozoarios patógenos que se dispersan a través de la ruta fecal-
oral y que potencialmente pueden ser transmitidos por el agua de consumo, utilizada para diversas actividades en el hogar
(higiene personal, y recreación). El agua contaminada y el saneamiento deficiente se relacionan directamente con la
transmisión de diversas enfermedades, por ejemplo, el cólera, diarrea, disentería, hepatitis A, fiebre tifoidea y poliomielitis,
entre otras. Los servicios de agua y saneamiento inexistentes o insuficientes exponen a la población a riesgos prevenibles
para su salud.16
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 80 % de las enfermedades infecciosas y parasitarias gastrointestinales
y una tercera parte de las defunciones causadas por éstas, se deben al uso y consumo de agua contaminada; este organismo
internacional también reconoce que solo un 41 % de la población mundial consume agua tratada y desinfectada como para
ser considerada “segura”.17
También existen las llamadas “enfermedades químicas”, asociadas principalmente con la ingestión de sustancias tóxicas
naturales o artificiales en concentraciones dañinas, caracterizadas por su localización específica: hidroarsenisismo y fluorosis.
Véase también
Contaminación marina
Desechos marinos
Enfermedades de origen hídrico
Isla de basura
Mancha de basura del Atlántico Norte
Ministerio de Medio Ambiente de España
Zona de recarga
Notas y referencias
1. Consejo de Europa. «Carta del Agua de 1968» (http://www.ugr.es/~iagua/LICOM_archivos/PT_Tema2.pdf).
2. Organización Panamericana de la Salud. «Erupción volcánica en sistemas de agua» (https://web.archive.or
g/web/20131102035631/http://www.disaster-info.net/PED-Sudamerica/erupcion_sistemasagua.htm).
Archivado desde el original (http://www.disaster-info.net/PED-Sudamerica/erupcion_sistemasagua.htm) el
2 de noviembre de 2013. Consultado el 29 de abril de 2013.
3. Margalef, Ramón (1983). Limnología. Omega, S. A. p. 831. ISBN 84-282-0714-3.
4. Christian Schmidt; Tobias Krauth; Stephan Wagner (11 de octubre de 2017). «Export of Plastic Debris by
Rivers into the Sea» (https://pubs.acs.org/doi/10.1021/acs.est.7b02368). Environmental Science &
Technology (en inglés) 51 (21): 12246-12253. doi:10.1021/acs.est.7b02368 (https://dx.doi.org/10.1021%2Facs.est.7b023
68). Consultado el 18 de diciembre de 2018. «The 10 top-ranked rivers transport 88–95% of the global load
into the sea».
5. Harald Franzen (30 de noviembre de 2017). «Almost all plastic in the ocean comes from just 10 rivers» (http
s://p.dw.com/p/2oTF6). Deutsche Welle (en inglés). Consultado el 18 de diciembre de 2018. «It turns out
that about 90 percent of all the plastic that reaches the world's oceans gets flushed through just 10 rivers:
The Yangtze, the Indus, Yellow River, Hai River, the Nile, the Ganges, Pearl River, Amur River, the Niger,
and the Mekong (in that order).»
6. Jambeck, Jenna R.; Geyer, Roland; Wilcox, Chris (12 de febrero de 2015). «Plastic waste inputs from land
into the ocean» (https://www.iswa.org/fileadmin/user_upload/Calendar_2011_03_AMERICANA/Science-20
15-Jambeck-768-71__2_.pdf). Science (en inglés) 347 (6223): 769. Consultado el 28 de agosto de 2018.
7. Luis Echarri, 2007. Contaminación del agua. (http://web.archive.org/web/http://www.unav.es%2Focw%2Fec
ologiaing0708%2FTema%25208%2520Contaminacion%2520del%2520agua%252007.pdf) Universidad de
Navarra. Página 10. Consultado el 10 de febrero de 2013.
8. http://www.inecc.gob.mx/descargas/publicaciones/93.pdf
9. EPA. “Illness Related to Sewage in Water.” (http://www.epa.gov/npdes/sso/control/diseases.htm) Accessed
February 20, 2009. Archivado (https://web.archive.org/web/20060427093431/http://www.epa.gov/npdes/ss
o/control/diseases.htm) el 27 de abril de 2006 en Wayback Machine.
10. Eutrofización. (https://web.archive.org/web/20100114023342/http://www.criecv.org/es/proyectos/pag_agua/
eutrofizacion.html)
11. Fitosanitarios. (https://web.archive.org/web/20091224070000/http://www.criecv.org/es/proyectos/pag_agua/f
itosanitarios.html)
12. Major Oil Spills. International Tanker Owners Pollution Federation. (http://www.itopf.com/stats.html)
Consultado el 2 de noviembre de 2008.
13. Amoco Cádiz. National Oceanic and Atmospheric Administration. (https://web.archive.org/web/2008102709
3928/http://www.incidentnews.gov/incident/6241/) Consultado el 16 de noviembre de 2008.
14. Elizabeth Bluemink, 10 de junio de 2010. Size of Exxon spill remains disputed (http://www.adn.com/2010/0
6/05/1309722/size-of-exxon-spill-remains-disputed.html) Archivado (https://web.archive.org/web/20100712
100914/http://www.adn.com/2010/06/05/1309722/size-of-exxon-spill-remains-disputed.html) el 12 de julio
de 2010 en Wayback Machine. (en inglés). Anchorage Daily News. Consultado el 29 de junio de 2010.
15. Bedoya Soto, J.M. Propuesta Metodológica para el Manejo de Acuíferos Costeros: El Problema de la
Intrusión Salina. (http://www.bdigital.unal.edu.co/2304/1/71316950.2009.pdf) Archivado (https://web.archiv
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2019 en Wayback Machine. Medellín, Colombia. 2009.
16. «Agua» (https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/drinking-water). www.who.int. Consultado el
19 de abril de 2020.
17. https://web.archive.org/web/20130118122007/http://www.salud.gob.mx/unidades/cofepris/bv/libros/Cap02.pdf
Enlaces externos
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0040303/http://www.ambientisnatura.org.ar/Articulo/32/irremplazable_recursos.aspx)
Contaminación del agua. (https://web.archive.org/web/20140728131640/http://tipologias.net/tipos-de-conta
minacion-ambiental/)
Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. (https://web.archive.org/web/20090527003856/http://www.ch
guadalquivir.es/chg/opencms/chg-web/contenido.html)
Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa. (http://www.juntadeandalucia.es/innovacioncienciayempres
a/cocoon/index.html)
Consejería de Medio Ambiente. (http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente/site/web/)
Mina Cobre las Cruces. (http://www.cobrelascruces.com)
Salud.gob.mx (http://www.salud.gob.mx/unidades/cofepris/bv/libros/Cap02.pdf)
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