Almohadon

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Núcleo 4 Evaluación de logro

Lengua y Literatura 1º medio

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Aplico y profundizo lo aprendido


Leerás un cuento y lo interpretarás desde distintas perspectivas aplicando lo que aprendiste en este núcleo
acerca de los relatos de terror y la representación de la mujer en la literatura. Luego expresarás tus ideas por
escrito, exponiendo tu punto de vista y desarrollando tu propio estilo.

Activo mi mente
Prepárate para la lectura repasando algunas estrategias que apoyan tu comprensión.

Identifica los elementos que configuran el mundo


Recuerda lo que sabes narrado: qué personajes intervienen y cómo son, qué
del autor o la autora: su conflicto viven, cómo es la atmósfera, cuál es la
época, su estilo, etc. secuencia de acontecimientos y cómo se relacionan
unos con otros.

Usa tus sentidos para imaginar el mundo narrado:

Visualiza Siente la atmósfera Escucha los ruidos Percibe los olores

Destaca datos, descripciones o Hazte Y busca las


acciones que resultan interesantes preguntas respuestas
de recordar o que crees que pueden mientras en el
significar algo más allá de lo literal. lees… texto.

Haz conexiones: vincula distintos elementos del texto y analiza cómo se relacionan en el mundo
narrado. Conecta lo que se cuenta con lo que se contó antes y formula hipótesis sobre lo que pasará.

Elabora inferencias a partir de la Reconoce elementos que podrían


información explícita, busca significados tener un sentido simbólico e
más allá de lo evidente o lo literal. interpreta su significado.

Comenta, ensaya interpretaciones, discútelas


Relee párrafos o el
con tus compañeros, con tu profesor o con
relato completo.
otras personas con que vivas.

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Desarrollo mis aprendizajes


Lee el cuento y luego desarrolla las actividades.

El almohadón de plumas estremecimiento: temblor o


sobresalto.
Horacio Quiroga impasible: indiferente,
imperturbable.
Su luna de miel fue un largo escalofrío. Rubia, angelical y tímida,
hostil: que genera incomodidad
el carácter duro de su marido heló sus soñadas niñerías de o desagrado.
novia. Ella lo quería mucho, sin embargo, a veces con un ligero insidiosamente: con mala
estremecimiento cuando volviendo de noche juntos por la calle, intención.
echaba una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, mudo
desde hacía una hora. Él, por su parte, la amaba profundamente,
sin darlo a conocer. Durante tres meses —se habían casado en
abril— vivieron una dicha especial.
Sin duda hubiera ella deseado menos severidad en ese
rígido cielo de amor, más expansiva e incauta ternura; pero el
impasible semblante de su marido la contenía siempre.
La casa en que vivían influía un poco en sus estremecimientos.
La blancura del patio silencioso —frisos, columnas y estatuas de
mármol— producía una otoñal impresión de palacio encantado.
Dentro, el brillo glacial del estuco, sin el más leve rasguño en las
altas paredes, afirmaba aquella sensación de desapacible frío. Al
cruzar de una pieza a otra, los pasos hallaban eco en toda la casa,
como si un largo abandono hubiera sensibilizado su resonancia.
En ese extraño nido de amor, Alicia pasó todo el otoño. No
obstante, había concluido por echar un velo sobre sus antiguos
sueños, y aún vivía dormida en la casa hostil, sin querer pensar
en nada hasta que llegaba su marido.
No es raro que adelgazara. Tuvo un ligero ataque de influenza
que se arrastró insidiosamente días y días; Alicia no se
reponía nunca. Al fin, una tarde pudo salir al jardín apoyada en
el brazo de él. Miraba indiferente a uno y otro lado. De pronto
Jordán, con honda ternura, le pasó la mano por la cabeza, y
Alicia rompió enseguida en sollozos, echándole los brazos al
cuello. Lloró largamente todo su espanto callado, redoblando el
llanto a la menor tentativa de caricia. Luego los sollozos fueron
retardándose, y aún quedó largo rato escondida en su cuello, sin
moverse ni decir una palabra.
Fue ese el último día en que Alicia estuvo levantada. Al día
siguiente amaneció desvanecida. El médico de Jordán la examinó
con suma atención, ordenándole calma y descanso absolutos.
—No sé —le dijo a Jordán en la puerta de calle, con la voz
todavía baja—. Tiene una gran debilidad que no me explico,
y sin vómitos, nada... Si mañana se despierta como hoy,
llámeme enseguida.

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Al otro día Alicia seguía peor. Hubo consulta. Se constató anemia: disminución de la
una anemia de marcha agudísima, completamente cantidad o de la calidad de la
sangre en el cuerpo.
inexplicable. Alicia no tuvo más desmayos, pero se iba
desmesuradamente:
visiblemente a la muerte. Todo el día el dormitorio estaba exageradamente.
con las luces prendidas y en pleno silencio. Pasaban horas estupefacta: atónita, pasmada.
sin oír el menor ruido. Alicia dormitaba. Jordán vivía casi antropoide: animal o criatura que
en la sala, también con toda la luz encendida. Se paseaba sin por sus características externas se
cesar de un extremo a otro, con incansable obstinación. La asemeja al humano.
alfombra ahogaba sus pasos. A ratos entraba en el dormitorio delirio: desvarío, perturbación de
y proseguía su mudo vaivén a lo largo de la cama, mirando a su las capacidades mentales.
mujer cada vez que caminaba en su dirección. lívida: amoratada o intensamente
pálida.
Pronto Alicia comenzó a tener alucinaciones, confusas y
síncope: pérdida repentina del
flotantes al principio, y que descendieron luego a ras del suelo. conocimiento y de la sensibilidad.
La joven, con los ojos desmesuradamente abiertos, no hacía
sino mirar la alfombra a uno y otro lado del respaldo de la
cama. Una noche se quedó de repente mirando fijamente. Al
rato abrió la boca para gritar, y sus narices y labios se perlaron
de sudor.
—¡Jordán! ¡Jordán! —clamó, rígida de espanto, sin dejar de
mirar la alfombra.
Jordán corrió al dormitorio, y al verlo aparecer Alicia dio un
alarido de horror.
—¡Soy yo, Alicia, soy yo!
Alicia lo miró con extravío, miró la alfombra, volvió a mirarlo,
y después de largo rato de estupefacta confrontación, se
serenó. Sonrió y tomó entre las suyas la mano de su marido,
acariciándola temblando.
Entre sus alucinaciones más porfiadas, hubo un antropoide,
apoyado en la alfombra sobre los dedos, que tenía fijos en ella
los ojos.
Los médicos volvieron inútilmente. Había allí delante de ellos
una vida que se acababa, desangrándose día a día, hora a hora,
sin saber absolutamente cómo. En la última consulta Alicia yacía
en estupor mientras ellos la pulsaban, pasándose de uno a otro la
muñeca inerte. La observaron largo rato en silencio y siguieron
al comedor.
—Pst... —se encogió de hombros desalentado su médico—. Es
un caso serio... poco hay que hacer...
—¡Solo eso me faltaba! —resopló Jordán. Y tamborileó
bruscamente sobre la mesa.
Alicia fue extinguiéndose en su delirio de anemia, agravado
de tarde, pero que remitía siempre en las primeras horas.
Durante el día no avanzaba su enfermedad, pero cada mañana
amanecía lívida, en síncope casi. Parecía que únicamente de
noche se le fuera la vida en nuevas alas de sangre. Tenía siempre
al despertar la sensación de estar desplomada en la cama con
un millón de kilos encima. Desde el tercer día este hundimiento

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no la abandonó más. Apenas podía mover la cabeza. No crepuscular: que ocurre en


quiso que le tocaran la cama, ni aun que le arreglaran el un estado intermedio entre la
conciencia y la inconsciencia,
almohadón. Sus terrores crepusculares avanzaron en forma antes o después de dormir.
de monstruos que se arrastraban hasta la cama y trepaban crispada: tensa, contraída.
dificultosamente por la colcha. bandó: (del francés bandeau)
Perdió luego el conocimiento. Los dos días finales deliró tocado, cintillo, cofia.
sin cesar a media voz. Las luces continuaban fúnebremente
encendidas en el dormitorio y la sala. En el silencio agónico de la
casa, no se oía más que el delirio monótono que salía de la cama,
y el rumor ahogado de los eternos pasos de Jordán.
Alicia murió, por fin. La sirvienta, que entró después a
deshacer la cama, sola ya, miró un rato extrañada el almohadón.
—¡Señor! —llamó a Jordán en voz baja—. En el almohadón hay
manchas que parecen de sangre.
Jordán se acercó rápidamente y se dobló a su vez.
Efectivamente, sobre la funda, a ambos lados del hueco que
había dejado la cabeza de Alicia, se veían manchitas oscuras.
—Parecen picaduras —murmuró la sirvienta después de un
rato de inmóvil observación.
—Levántelo a la luz —le dijo Jordán.
La sirvienta lo levantó, pero enseguida lo dejó caer, y se quedó
mirando a aquel, lívida y temblando. Sin saber por qué, Jordán
sintió que los cabellos se le erizaban.
—¿Qué hay? —murmuró con la voz ronca.
—Pesa mucho —articuló la sirvienta, sin dejar de temblar.
Jordán lo levantó; pesaba extraordinariamente. Salieron con
él, y sobre la mesa del comedor Jordán cortó funda y envoltura
de un tajo. Las plumas superiores volaron, y la sirvienta dio un
grito de horror con toda la boca abierta, llevándose las manos
crispadas a los bandós. Sobre el fondo, entre las plumas,
moviendo lentamente las patas velludas, había un animal
monstruoso, una bola viviente y viscosa. Estaba tan hinchado
que apenas se le pronunciaba la boca.
Noche a noche, desde que Alicia había caído en cama, había
aplicado sigilosamente su boca —su trompa, mejor dicho— a
las sienes de aquella, chupándole la sangre. La picadura era casi
imperceptible. La remoción diaria del almohadón había impedido
sin duda su desarrollo, pero desde que la joven no pudo moverse,
la succión fue vertiginosa. En cinco días, en cinco noches, había
vaciado a Alicia.
Estos parásitos de las aves, diminutos en el medio habitual,
llegan a adquirir en ciertas condiciones proporciones enormes.
La sangre humana parece serles particularmente favorable, y no
es raro hallarlos en los almohadones de plumas.

En Cuentos de amor, de locura y de muerte.


Madrid: Edaf.

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Actividades
1 Revisa los cuatro primeros párrafos y explica cómo era la relación entre Alicia y Jordán.

2 ¿Cómo se representa a la mujer en este cuento?

3 ¿Cómo es la atmósfera en que se desarrolla la historia? Descríbela integrando información explícita e implícita.

4 ¿Qué elementos extraños o fuera de lo normal se pueden reconocer en el relato?

5 ¿Crees que «El almohadón de plumas» es un relato de terror? ¿Por qué? Justifica aplicando lo que
investigaste acerca de este subgénero narrativo.

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6 ¿Qué simbolizan el almohadón y el bicho que se oculta en él? Escoge uno de los siguientes enfoques y
propón una interpretación.
Considerando la obra como un Considerando la obra como una
cuento de terror. crítica social.
Escribe un breve texto aplicando lo que aprendiste acerca del ensayo.

En YouTube se encuentran disponibles dos cortometrajes del cuento «El almohadón de plumas», de
Horacio Quiroga:

Uno en stop motion dirigido por Hugo Covarrubias Uno realizado por alumnos de Cinematografía
con la asistencia de Muriel Miranda, Chile, año 2007, del Instituto Universitario Patagónico de las Artes
FIX Producciones. Velo en: (IUPA), Argentina, año 2015. Búscalo en
http://www.enlacesantillana.cl/#/PN_Len1_N4_ev_stop http://www.enlacesantillana.cl/#/PN_Len1_N4_ev_arg

• Velos y evalúa si proponen una interpretación del cuento y cuál es.

Sintetizo y evalúo
Reflexiona acerca de las siguientes preguntas:
• ¿Lograste formular y expresar una interpretación del cuento de Horacio Quiroga?
• ¿Qué estrategias de lectura aplicaste y te sirvieron para desarrollar una interpretación?
• ¿Cuál es la diferencia entre interpretar un cuento y responder preguntas de comprensión?

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