Paulo Freire
Paulo Freire
Paulo Freire
La educación liberadora
Esta educación tuvo su base en el constructivismo y concibe al niño (al que se le llama
educando) como un sujeto productor que comprende el mundo e interactúa con él.
Sin embargo, no se trata únicamente de analizar o comprender al niño como un sujeto
diferente: debe ser el docente (al que llama educador) un ser liberado del pensamiento
de la educación bancaria. Solo de este modo (educador y educandos) podrán aprender
y dar sus opiniones respecto de algo que estén aprendiendo juntos.
La educación, dice Freire, no es necesariamente liberadora puesto que ello depende de quien
la utilice. Por ejemplo, si un obrero lee y estudia para ser un buen mecánico, esto no puede
considerarse una educación liberadora. Lo sería, en tal caso si la escuela le enseña a discutir
sobre arte, política o ideología.
Aplicación del método de Paulo Freire
El método o la técnica de Paulo Freire se imparte en infinidad de escuelas actualmente en todo
el mundo.
Veamos un ejemplo: En un aula se prepara una urna en la cual los niños deberán colocar su
opinión respeto de una pregunta que se les haga. Así, la pregunta puede ser la siguiente:
¿Estarías de acuerdo en que se debata en el aula sobre el bullying, el maltrato animal, la pubertad, la
pobreza o la violencia física o verbal? ¿Cuál de todos estos temas sería el que más te interesa?
Los temas sugeridos deben ser sensibles para los niños, es decir, comprender realidades que
ellos vivencien periódicamente. De este modo, podrán opinar al respecto dado que son temas
conocidos por ellos.
Se debe instar a los niños al debate. Para ello, no existen preguntas o respuestas incorrectas:
todos los niños pueden y deben opinar y nadie debe reprimir o reírse de aquello que otro
compañero exprese.
En la actualidad, se podría decir que, si bien la escuela posee una cuota de lo que Freire
denominó educación bancaria, también es cierto que, con determinadas corrientes, como la de
María Montessori, Decroly, Piaget y Vygotsky, los niños cuentan en la actualidad con
incentivos, actividades y contención propia de un tipo de educación que podríamos decir se
inclina más hacia la pedagogía liberadora de Paulo Freire.
"Mi visión de la alfabetización va más allá del mero ba, be,bo, bu, porque implica una
comprensión crítica de la realidad social, política y económica en la que está el
alfabetizado", decía Freire, que mantuvo hasta el final su actividad docente, como
profesor de la Universidad Católica de Sâo Paulo. "Me gustaba de joven y me gusta
todavía ser educador, pero un educador que sea también un educando constante de su
educando, no un pedagogo técnicamente frío, imposiblemente neutro", manifestó en
una entrevista en EL PAÍS.
El pedagogo fallecido consideraba aberrante cualquier proceso en el que los alumnos
no se consideren a sí mismos "como sujetos investigadores, productores de
conocimiento". "Leer un libro no es pasear por las palabras. Es releerlo, es reescribirlo.
No enseñar a los niños que leer y escribir son casi la misma cosa desde el punto de vista
del ejercicio intelectual y humano es un gran error", según Freire.
El pedagogo consideraba que no cabía hablar de educación a secas, sino de "educación
para qué, educación en favor de quiénes, educación contra qué". "A las clases
dominantes no les gusta la práctica de una opción orientada hacia la liberación de las
clases dominadas. Esta es mi opción: un trabajo educativo, cuyos límites reconozco,
que se dirija hacia la transformación de la sociedad en favor de las clases dominadas",
afirmaba Freire, quien precisaba los límites: "No puede cambiarse el sistema educativo
si no se transforma el sistema global de la sociedad. Se pueden introducir reformas,
pero no cambios radicales. Sería una ingenuidad de grupos revolucionarios".
El día 2 de mayo de 1997 muere en Brasil Paulo Freire, a los 75 años de edad, de un
infarto al miocardio.