2020 - Derecho Administrativo e Inteligencia Artifical
2020 - Derecho Administrativo e Inteligencia Artifical
2020 - Derecho Administrativo e Inteligencia Artifical
Y EL DERECHO
ADMINISTRATIVO
2020
Muñoz, Ricardo A. (h)
Derecho administrativo e inteligencia artifical / Ricardo A. Muñoz (h) ; prólogo
de Mirian Mabel Ivanega. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: IJ
Editores, 2020.
Libro digital, EPUB
PRÓLOGO
CAPÍTULO I
Aspectos introductorios
I. Planteo del análisis
II. El poshumanismo y la “irrelevancia humana”
III. El mejor ejemplo: las TICs y la IA en tiempos de pandemia
IV. Nuestro camino
CAPÍTULO II
Las TICs en la administración pública
I. Políticas en materia de transformación, modernización y
simplificación administrativa
II. El gobierno digital (y abierto). Ciudades digitales
III. La mejora continua de procesos y las TICs
IV. El gobierno “electrónico” según el CLAD
V. Otros antecedentes sobre políticas de “gobierno electrónico”
VI. Los derechos del ciudadano digital
VII. Hacia un “estado digital de derecho”
CAPÍTULO III
Las TICs en las “categorías” del derecho
administrativo
I. Nuevos horizontes del derecho administrativo
II. El impacto de las nuevas tecnologías sobre el derecho administrativo
CAPÍTULO IV
La inteligencia artificial aplicada al derecho
I. La inteligencia artificial
II. La administración 4.0 y la inteligencia artificial
III. La IA aplicada al derecho. Algunas dificultades
CAPÍTULO V
Inteligencia artificial y automatización de la
administración
I. Inteligencia artificial y derecho administrativo
II. Acto administrativo automatizado
III. La automatización de los procedimientos administrativos
CAPÍTULO. VI
La IA ante un enfoque basado en derechos
I. La IA en una perspectiva de derechos
II. El futuro de la inteligencia artificial
CAPÍTULO. VII
Conclusiones
I. Palabras finales
II. Nuestras conclusiones
PRÓLOGO
Prof. Mirian M. Ivanega
Sea como fuere, todos estos cambios son irreversibles, no hay marcha
atrás, es imposible detenerlos, y por eso, el derecho debe adecuarse a ellos –
generando regulaciones justas y razonables para la protección de los
derechos humanos–, pues de lo contrario, si el derecho no se acomoda
contemplado las nuevas realidades, o si lo hace sin una perspectiva
enfocada en derecho humanos, dejará de ser la herramienta de coordinación
social que siempre fue.
Al respecto, agrega Travieso
Como se ha visto, en el marco de una pandemia, los datos que se tratan son
múltiples, diversos y en exponencial aumento. Sin embargo, gran parte de
ellos se encuentra necesariamente vinculados a la salud de las personas,
generalmente catalogados como información sensible y, en consecuencia,
suelen recibir un tratamiento especial por parte de las legislaciones.
Italia, uno de los países más golpeados por la enfermedad, aprobó una
legislación de emergencia que obliga a toda persona que haya estado
recientemente en una zona de riesgo, a notificar de ello a las autoridades
sanitarias. En el caso de España, otro de los países más perjudicados por el
virus, la Agencia de Protección de Datos de dicho país ha publicado un
informe en el que analiza el tratamiento de datos personales en relación con
[25]
la crisis epidemiológica y un listado de “Preguntas Frecuentes” sobre el
coronavirus, centradas en el tratamiento de datos en el ámbito laboral.
3. El caso de la Argentina
Ahora bien, y respecto nuestro país, subyace de los decretos antes citados
que la alocución simplificación administrativa tiene un significado aún más
amplio, y es ese el sentido del nombre que se le otorga precisamente al
primero de los decretos (Decreto N° 891/2017). En efecto,
[42]
El derecho a la “buena administración” (también denominado “buen
gobierno”), por su lado, encuentra recepción expresa en el artículo 41 de la
Carta Europea de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, e
inclusive, establece el derecho de los ciudadanos a dirigirse al Defensor del
Pueblo en los supuestos de “mala administración” (artículo 43).
Al respecto, Rodriguez-Arana Muñoz ha dicho que la buena
administración y el buen gobierno aspiran a colocar en el centro del sistema
a la persona y sus derechos fundamentales. De manera que el buen gobierno
no es un fin en sí mismo, sino una institución al servicio de los ciudadanos
que debe acreditar su compromiso para que todos los ciudadanos puedan
ejercer en mejores condiciones todos y cada uno de los derechos
[43]
fundamentales .
El llamado derecho al buen gobierno nace a partir de la necesidad de
superar el paradigma de administración tradicional, racional, de cuño
weberiano, con un apego desmesurado a la literalidad del principio de
legalidad, e intenta reemplazar ese esquema por otro en el cual el ciudadano
sea colocado en el centro del sistema, de donde se infiere que esta nueva
manera exige darle satisfacción de forma eficaz a las necesidades de
[44]
ciudadanos cuyo servicio tiene que actuar siempre .
Y finalmente, como dice Miriam Ivanega, el derecho a la buena
administración tiene dos efectos: a) es determinante de la calidad de la
organización política, y b) como una suerte de rompiente frente a prácticas
[45]
administrativas corruptas . Por lo que, el por nosotros considerado
[46]
“derecho humano fundamental a la no corrupción” , o si se prefiere, “el
derecho a contar con una Administración que sirva con objetividad los
[47]
intereses generales” , tiene directa vinculación con el concepto de buena
administración.
Por su lado, el “Código Iberoamericano de Buen Gobierno” (CLAD,
2006) entiende por buen gobierno aquél que busca y promueve el interés
general, la participación ciudadana, la equidad, la inclusión social y la lucha
contra la pobreza, respetando todos los derechos humanos, los valores y
procedimientos de la democracia y el Estado de Derecho, y a partir de ello,
el Código articula tres tipos de reglas de conducta, basadas en la naturaleza
democrática del gobierno, la ética gubernamental y a la gestión pública. Y
siendo aún un poco más explícita, la “Carta Iberoamericana de los Derechos
y Deberes del Ciudadano en Relación con la Administración Pública”
(CLAD, 2013), garantiza a los ciudadanos “el derecho fundamental a la
buena administración” que consiste –dice la norma- en que los asuntos de
naturaleza pública sean tratados con equidad, justicia, objetividad,
imparcialidad, siendo resueltos por un plazo razonable al servicio de la
dignidad humana” (apartado 25).
Veremos más adelante que la IA es especialmente visible en las
Administraciones públicas, donde el uso del Big Data y los agentes
inteligentes permiten intentar mejorar sus políticas públicas y sus decisiones
administrativas y avanzar, en definitiva, hacia el buen gobierno y la buena
administración, ya que –adelantándonos un poco en nuestras conclusiones–
las automatizaciones y la robótica transparentan (o por lo menos lo
favorecen), el accionar estatal. Así, el derecho al buen gobierno, se presenta
como un horizonte de obligado cumplimiento a seguir por el Estado, en un
escenario de la utilización cada vez más compleja de agentes inteligentes.
Regresaremos con este tema, en el Capítulo VI de esta publicación.
Y así es que, los tres principios del “gobierno abierto”, son: 1.-
Transparencia, que en párrafos ulteriores del documento se orienta a
facilitar información en pro de la responsabilidad en el gobierno
(accountability), en especial gracias a la enorme potencialidad de Internet y
las TICs; 2.- Participación pública en el diseño y ejecución de las políticas
públicas, sobre la base de una idea crucial: la de que el conocimiento no se
concentra en exclusiva en las esferas gubernamentales, sino que también se
[59]
halla, aunque disperso, en la propia sociedad ; 3.- Colaboración, con
arreglo a instrumentos, métodos y sistemas innovadores, en ese desarrollo
de las tareas gubernamentales, en una doble perspectiva: tanto horizontal,
en cuanto que todos los departamentos y agencias han de cooperar entre sí y
con otras Administraciones del país; como vertical, en la medida en que la
Administración federal ha de colaborar asimismo con los ciudadanos,
empresas y cualesquiera otras organizaciones sociales. Por último, los dos
objetivos básicos: uno fundamentalmente político, fortalecer la democracia;
y otro primordialmente administrativo, promover la eficiencia y la eficacia
[60]
en los labores del gobierno . El gobierno abierto:
En este sentido,
Los Estados deben velar para que todo su territorio goce de conectividad
y potencial acceso a la misma por parte de sus habitantes, porque al final
del camino lo que se procura es la plena inclusión, y dentro de dicha
obligatoriedad, debería comprenderse la de establecer mecanismos reales,
efectivos y concretos para poder efectivizarlo, y más aún, en el supuesto de
que la persona (humana) careciera de recursos económicos para afrontarlo.
Solo así, el derecho tendría plena vigencia.
I. La inteligencia artificial
a) Conceptos desde la doctrina jurídica
Empecemos ahora a desandar el camino respecto la aplicación de
tecnologías más complejas en la Administración pública, en donde los
sistemas digitales ya no solo meramente expresan la voluntad decisoria,
sino la definen y determinan, conforme algoritmos, redes neuronales,
técnicas de aprendizaje profundo, y cuanta otra IA pueda utilizarse.
Se ha definido a la IA como
[180]
Para la Unión Europea , por ejemplo, resulta fundamental que las
administraciones públicas, los hospitales, los servicios públicos y de
transporte, los supervisores financieros y otras áreas de interés público
empiecen a adoptar rápidamente productos y servicios que se basen en la IA
en sus actividades, haciendo especial hincapié en los sectores de la atención
sanitaria y el transporte, en los que la tecnología está suficientemente
desarrollada para una adopción a gran escala.
En esta línea, más adelante (Capítulo V) se demostrará de qué manera, a
través de técnicas de IA, la automatización administrativa provoca
consecuencias valiosas, en pos de irrenunciables objetivos para la gestión
pública, como lo son la transparencia, la razonabilidad, la igualdad, la
eficiencia, entre otros.
A su vez, en referencia refiere e a las Administraciones públicas, se ha
destacado que en el proceso para la efectiva implantación de la IA se
observan al menos tres fases:
d) Algunas dificultades
1.– El lenguaje y la presentación formal de la norma
Claro está, toda esta actividad automatizada, no está desprovista de diversas
dificultades, que se presentan especialmente en el ámbito del Derecho, y
que se vinculan fundamentalmente a dos tipos: por un lado, lo relacionado
con el lenguaje, y por el otro, la presentación formal de la norma.
Respecto lo primero, puede decirse que hace algún tiempo los
ordenadores pueden reconocer, con un alto grado de precisión, el sentido de
las consultas formuladas por los seres humanos, sin que estos deban utilizar
para ello complejas construcciones sintácticas.
El Procesamiento del Lenguaje Natural es una rama de conocimiento de
la IA que, básicamente, pretende conseguir que una máquina comprenda lo
que una persona expresa mediante el uso de su lengua natural de expresión
(idioma inglés, español, chino, etc.) También puede definirse al
procesamiento de lenguajes naturales –abreviado PLN, o NLP del idioma
inglés Natural Language Processing– como un campo de las ciencias de la
computación, IA y lingüística que estudia interacciones entre las
[193]
computadoras y el lenguaje humano .
Sin embargo, el lenguaje jurídico posee algunas características propias
que aumentan las dificultades de comprensión de las consultas formuladas,
[194]
tales como la vaguedad, ambigüedad y textura abierta del derecho ,
entre otros.
Respecto lo segundo, la manera de modelización de reglas y pautas
jurídicas (codificación vs. dispersión y dinamismo) se presenta como un
problema a resolver a la hora de construir un sistema de IA aplicado al
derecho, ya que la maquina no siempre comprende las diferentes
alternativas que presenta la regulación jurídica en el plexo normativo, ni
muchos menos sus constantes cambios y transformaciones.
2.– La IA y el sistema jurídico
Pero quizás la dificultad mayor que se advierte está relacionada con el
sistema jurídico adoptado, y por consiguiente con la forma de razonamiento
jurídico, lo que se conecta –además– con los modelos tradicionalmente
seguidos en cada país.
En este sentido, ya en el año 2001 Sarra entendía que
“las teorías formalistas del derecho aparecen como las que mejor
resisten una representación formal del conocimiento y, por lo
tanto, favorecerían la utilización de la IA; de hecho, es posible
advertir que tradicionalmente las diferentes aplicaciones
prácticas en la materia implícitamente las reconocen como
basamento, aunque hay quienes sostienen que ello ha conducido a
modelos inadecuados. Por el contrario, las teorías del derecho
que se encuentran en el extremo opuesto como el sociologismo
norteamericano o, más recientemente, el postmodernismo, serían
[195]
ámbitos más hostiles para la aplicación de tales técnicas” .
Poco más de una década más tarde, el profesor italiano Vittorio Frosini,
analizando la Administración pública de entonces, visualizó con total
lucidez que “El ordenador electrónico, provisto de “inteligencia artificial”,
es el instrumento de que el hombre puede valerse para gobernar las
máquinas y los sistemas de organización en los que éstos han sido
insertados”. Por lo que resulta evidente, reflexiona el autor citado, que el
interés de la Administración pública de las sociedades industriales
avanzadas por el nuevo sector de la tecnología electrónica y de sus
aplicaciones constituye el carácter innovador y distintivo de los servicios
administrativos de nuestros tiempos, tratándose de un proceso que
[201]
denomina “automatización administrativa” .
Podrá verse, por lo tanto, que desde la década del ´60, por lo menos, el
debate sobre la automatización en la Administración ronda –en líneas
generales– alrededor de los mismos ejes: las tecnológicas que se vienen, los
beneficios que traen, cuales son las actividades que pueden desarrollar, y el
rol de la persona humana en todos esos procesos.
Si partimos de una clasificación de períodos de evolución de la Justicia
que se basa en la conocida categorización de etapas de las distintas
[202]
revoluciones , pero aplicada –por nosotros– al ámbito de la
Administración pública, asimilando –mutatis mutandis– sentencia con acto
administrativo, juez con funcionario y proceso con procedimiento,
podremos caracterizar a la Administración 1.0 como la correspondiente a la
etapa clásica decimonónica –todavía vigente–, basada en formato en papel,
con expedientes y archivos físicos, presencial y de trámites rígidos. La
Administración 2.0, por su lado, denota un mejoramiento respecto su
antecesora, ya que agrega herramientas electrónicas para el mejoramiento
de su funcionamiento y la comodidad de los agentes públicos (teléfonos,
computadoras, etc.). Pero el primer
“El hecho de que la decisión haya sido adoptada por una máquina
de forma automatizada no implica que la actuación se le impute a
ella, sino que la autoría del acto recaerá sobre el órgano
administrativo que ejerce la potestad y tiene encomendada la
competencia. La imputación no deja de ser una ficción normativa:
la autoría de una actuación llevada a cabo por una persona –o,
en este caso, por una aplicación informática– integrada en un
órgano de una Administración pública se atribuye a esta última
[219]
porque así lo impone la ley” … “la teoría del órgano, por
tanto, sigue vigente y no hay quiebra alguna del elemento
subjetivo del acto administrativo, pues la conexión entre actividad
automatizada y órgano se produce a través del uso de un sistema
[220]
para firmar y autenticar el ejercicio de la competencia” .
Más recientemente, autores como Uríos y Alamillo han expresado que “la
resolución automatizada de procedimientos administrativos habría de ser
excepcional y debidamente justificada”, lo que también les lleva a excluir
esta posibilidad allí donde exista discrecionalidad y a limitarla, en
[227]
consecuencia, a los supuestos reglados . O, en todo caso, tal y como
defienden Delgado García y Oliver Cuello, siguiendo a Cervantes, en
relación con procedimientos sencillos, en los que el sentido de la resolución
viene determinado por la aplicación automática de unos parámetros ya
delimitados y no hay margen alguno de desvío respecto de la resolución que
hubiera adoptado el órgano administrativo por medios convencionales. Ello
conduce a delimitar el marco del empleo de las TIC en el proceso decisorio
[228]
al ejercicio de potestades regladas .
En una posición más intermedia, Martín Delgado explica que,
“dado que la actuación administrativa automatizada supone
parametrizar los elementos configuradores de la decisión
administrativa mediante la introducción de los criterios que la
aplicación informática tendrá en cuenta y manejará para la
adopción de la resolución”, “no debe descartarse el uso de
sistemas de información en el ejercicio de potestades
discrecionales en las que la discrecionalidad sea de baja
[229]
intensidad”, refiriéndose a la discrecionalidad técnica .
Con todo, no obstante, debe decirse también que sigue siendo perjudicial
que el fondo de responsabilidad proporcionado al agente digital vincula un
patrimonio sin que haya daños concretos, pero lo que es peor aún, sólo
estaría disponible un fondo de responsabilidad limitado, de modo que los
“agentes inteligentes” podrían ser utilizados con el objetivo (muchas veces
fraudulento) de alcanzar el beneficio de la limitación de responsabilidad.
Sin perjuicio de todo lo expuesto, y pese la necesidad de una legislación
al respecto, parece claro que desde el punto de vista del Derecho de Daños
mientras no se desarrolle, en su caso, la categoría nueva a la que se refiere
la Resolución antes mencionada, avalando la existencia de una nueva “e–
persona”, las acciones de los robots o derivadas de actos en los que estén
implicadas diversas formas de IA que causen daño a terceros deberán ser
resueltas conforme la normativa general de responsabilidad civil, ya sea
[319]
contractual o, en su caso, extracontractual . Y si, particularmente, los
agentes inteligentes son utilizados por la Administración pública,
naturalmente debe estarse a las reglas de la responsabilidad del Estado.
8.– El principio de precaución e impacto social. Un “enfoque basado en
el riesgo”
Las tecnologías de IA pueden presentar nuevos riesgos de seguridad para
los usuarios cuando estén integradas en productos y servicios. Estos riesgos
pueden proceder de defectos en el diseño de la tecnología de IA, estar
relacionados con problemas de disponibilidad o calidad de los datos, u otros
derivados del aprendizaje de las máquinas.
Por lo tanto, debe evitarse justamente la consecución de daños que la IA
y algoritmos podrían provocar, lo que ha llevado a proponer a la
[320]
doctrina la aplicación jurídica del principio de precaución para
prevenir los graves riesgos con los que nos enfrentamos (máquinas
adoptando decisiones plenamente automatizadas con la posibilidad de
afectar derechos de humanos).
En este sentido, el ya citado Código de Conducta Ética para los
ingenieros en robótica anexo a la Resolución del Parlamento Europeo, de 16
de febrero de 2017, con recomendaciones destinadas a la Comisión sobre
normas de Derecho civil sobre robótica, incorpora –entre otros– el principio
de precaución según el cual
I. Palabras finales
Por sus beneficios, la IA podría convertirse en una inestimable herramienta
para la adopción de mejores decisiones y, más justificadas (evitando
actitudes arbitrarias, oscuras, irrazonables, etc.), sobre todo desde la
perspectiva del control –incluso preventivo– de la propia actividad
administrativa y, asimismo, de los particulares. Además, cuenta con un
enorme potencial analítico, y ofrece respuestas automatizadas ante
situaciones de futuro sustentadas en predicciones, por lo que resulta
esencial para la complejidad actual que atraviesa la Administración pública.
Y esto debe ser así, habida cuenta que el Estado Constitucional y
Convencional de Derecho que nos rige tiene la obligación de atender y
continuar sin interrupciones hacia la cada vez más y mejor operatividad de
los derechos humanos, a medida que se aceleran los cambios tecnológicos,
tanto en la actividad estatal como en la vida cotidiana de las personas.
Procuramos un concepto de IA desde Derecho Público, ya que no es
positivo que el Derecho se limite a actuar “corriendo de atrás” a la
tecnología, lo que, de darse, supone una posición de predominio de ésta
última, y la pérdida de la dimensión racional–normativa de aquel. La única
forma de romper esa lógica es, dentro de los márgenes técnicos que supone
siempre abarcar jurídicamente conceptos inicialmente tecnológicos y
mutables, alcanzar cierta concepción jurídica (no sólo técnica) de las nuevas
tecnologías y de la IA a partir del Derecho Constitucional y Administrativo,
aunque sea de manera provisional, genérica y apriorística.
Así, la literatura se plantea qué parámetros (de los no técnicos) habrían de
marcar el alcance de la IA desde el Derecho Constitucional:
“En tal sentido, y al margen del clásico de las tres leyes de la
robótica de Asimov, conforme a las cuales los robots no pueden
hacer daño a un ser humano o por inacción permitir que un ser
humano sufra daño (además de: los robots deben obedecer las
órdenes de los humanos, salvo si ello entre en conflicto con la
primera ley; y los robots deben proteger su existencia siempre que
esto no entre en conflicto con la primera o la segunda ley), el
respeto y la garantía de la dignidad de las personas y el libre
desarrollo de la personalidad…debería ser un eje esencial de la
programación de cualquier manifestación de la inteligencia
artificial; no es sólo que las máquinas inteligentes no
puedan/deban dañar a los humanos (otra cosa son, claro, los
meros accidentes y cuál sea, entonces, el régimen de
responsabilidad correspondiente), sino que éstas, y desde una
dimensión más abierta y plural a lo humano (y por tanto,
superando también la idea misma de humanidad, en cuanto que
ley cero de la robótica), evite resultados que, abrazando cualquier
tipo de integrismo, protejan a los humanos (a la humanidad) más
allá de ellos mismos, y desencadenando así limitaciones para
éstos y sus derechos (no sólo la vida y la integridad física, claro,
sino otros derechos como la libertad física, la intimidad personal,
el secreto de las comunicaciones, la inviolabilidad del domicilio,
[346]
etc.)” .
[1]
https://www.bancomundial.org/es/news/feature/2018/07/03/el-internet-de-las-cosas-una-promesa-
para-el-desarrollo.
[2]
https://blogs.worldbank.org/es/voices/la-covid-19-coronavirus-refuerza-la-necesidad-de-
conectividad.
[3]
https://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2018/09/23/united-nations-world-bank-
humanitarian-organizations-launch-innovative-partnership-to-end-famine.
[4]
ANDRUET (h.), Armando S., “Pensando la abogacía con más ética y eficacia”, en Suplemento
Especial La Ley La Abogacía en el Siglo XX, La Ley, 2-08-2018.
[5]
GOBBI, Marcelo, “El abogado que vendrá (rectius: que ya está viniendo) y su retribución”, en
Suplemento Especial La Ley La Abogacía en el Siglo XX, La Ley, 29-08-2018.
[6]
Ver también, PORCELLI, Adriana M., y MARTINEZ, Adriana N., “Diálogo entre la Informática
y el Ambiente. Las Tecnologías Verdes y las Redes Sociales como herramienta para el progreso de
los Objetivos de Desarrollo Sostenible. ¿En qué medida son verdes las Redes Sociales?”, elDial.com
- DC2944.
[7]
TOLOSA, Pamela, “Nuevas habilidades a desarrollar por quienes ejerzan la abogacía de cara al
futuro”, en Suplemento Especial La Ley La Abogacía en el Siglo XX, La Ley, 29-08-2018.
[8]
Resulta esclarecedora, en tal sentido, la distinción que ofrecía en el año 1984 el profesor
FROSINI, explicando que el interés de la Administración pública de las sociedades industriales
avanzadas por el nuevo sector de la tecnología electrónica y de sus aplicaciones se manifiesta en dos
direcciones: “la primera es la dirección externa, o sea, el interés de la Administración pública por el
nuevo sector productivo de la tecnología electrónica e informática, expresada jurídicamente con una
legislación destinada a establecer el control sobre la producción y la gestión de los ordenadores, que
se ejercita esencialmente sobre los «bancos de datos». La segunda dirección es la de la toma de
posesión, por parte de la Administración pública misma, de los métodos y de los instrumentos de la
tecnología informática actual en vista de una aplicación en la Administración pública, lo que lleva
justamente a la automatización administrativa” (FROSINI, Vittorio, “Informática y Administración
pública”, Revista de la Administración Pública, N° 105, septiembre- diciembre, 1984, Madrid, pág.
447 y ss., en part. pág. 447).
[9]
PONCE SOLÉ, Juli, “La prevención de riesgos de mala administración y corrupción, la
inteligencia artificial y el derecho a una buena administración”, Revista internacional de
transparencia e integridad , Número 6, enero-abril 2018,
https://revistainternacionaltransparencia.org/wp-content/uploads/2018/04/juli_ponce.pdf.
[10]
Sobre el paso del expediente electrónico al expediente inteligente, aconsejamos al respecto
FARÍAS, Raúl, “Documentos digitales. Hacia el Expediente Inteligente”, een Legaltech II, el
Derecho ante la Tecnología, Suplemento Especial, La Ley, octubre 2019, pág. 31 y ss.
[11]
Por ejemplo, y solo por nombrar uno, debe valorarse las técnicas de análisis de datos (big data)
llevadas a cabo por organismos tributarios para la detección de fraudes por parte de contribuyentes.
[12]
DOUZINAS, Costas, “The End(s) of Human Rights”, Melbourne University Law Review, 23
(2002) 445, citado por SANTOS, Estefanía, “La Inteligencia Artificial: Hacia un Derecho
Internacional de los Derechos Posthumanos”, elDial.com - DC2875.
[13]
GIL DOMÍNGUEZ, Andrés, Inteligencia artificial y derecho, Rubinzal-Culzoni Editores, Santa
Fe., 2019, pág. 9.
[14]
GIL DOMÍNGUEZ, Andrés, Inteligencia artificial y derecho, ob. cit., pág. 10.
[15]
CAMACHO CLAVIJO, Sandra, “La subjetividad “cyborg”, en NAVAS NAVARRO, Susana
(directora,) Inteligencia artificial. Tecnología. Derecho, Tirant lo Blanch, Valencia, 2017, pág. 213 y
ss., en part. pág. 232 a 234.
[16]
SANTOS, Estefanía, “La Inteligencia Artificial: Hacia un Derecho Internacional de los
Derechos Posthumanos”, elDial.com - DC2875.
[17]
HARARI, Yuval Noah, 21 lecciones para el siglo XXI, Debate, Bs. As., 2018, pág. 14.
[18]
HARARI, Yuval Noah, 21 lecciones para el siglo XXI, ob. cit., pág. 48, 49 y 50. Ponemos nota
en el informe presentado el 22 de enero de 2019 titulado “Trabajar para un futuro más prometedor”,
un gran documento de la OIT, que concluye la ardua labor de la Comisión Mundial, estableciendo
concretas propuestas para instaurar la Justicia Social en el Siglo XXI. La Comisión sostiene que los
avances tecnológicos –la inteligencia artificial, la automatización y la robótica- crearán nuevos
puestos de trabajo, pero quienes van a perder sus trabajos en esta transición podrían ser los menos
preparados para aprovechar las nuevas oportunidades (CAPÓN FILAS, Juan Pablo, “Conclusiones de
la Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo “TRABAJAR PARA UN FUTURO MAS
PROMETEDOR”, elDial.com - DC26F4).
[19]
TRAVIESO, Juan Antonio, Derecho y Tecnología. Historias y dilemas, elDial.com, Bs. As.,
2019, pág. 267. Se ha dicho con razón que “A medida que las computadoras se comportan más como
los humanos, las ciencias sociales y las humanidades se volverán aún más importantes. Si
la Inteligencia Artificial quiere alcanzar su potencial para servir a los humanos, entonces cada
ingeniero tendrá que aprender más sobre las ciencias sociales y cada especialidad en las ciencias
sociales necesitará aprender más sobre ingeniería” (PORCELLI, Adriana Margarita, “Des) ventajas
de la primera legislación sobre internet de las cosas”, elDial.com - DC298F).
[20]
BYUNG-CHUL HAN es un filósofo y ensayista surcoreano que imparte clases en la
Universidad de las Artes de Berlín. Autor, entre otras obras, de ‘La sociedad del cansancio’.
[21]
https://www.infobae.com/economia/2020/03/20/yubal-harari-y-el-coronavirus-el-guru-futurista-
alerto-sobre-los-riesgos-de-un-mundo-que-sera-completamente-distinto-despues-de-la-pandemia/. Se
destaca en la nota que el uso masivo de esas técnicas permitirá en un futuro cercano que gobiernos y
corporaciones sepan si una persona está enferma, antes que la propia persona, y dónde y con quiénes
estuvo. En tiempos de crisis, reconoce, estas tecnologías acortan drásticamente el tiempo para
detectar cadenas infecciosas e incluso cortarlas de plano. Eso es maravilloso, reconoce, pero puede
legitimar un temible sistema de vigilancia en el que gobiernos y corporaciones no sólo podrán saber
las preferencias políticas de un ciudadano, sino también sus reacciones emocionales al mirar, por
ejemplo, un videoclip, lo que les permitirá vigilarlo y manipularlo mejor. También se referencia a
estos autos en, IBARLUCIA, Emilio, “Pandemia y garantías constitucionales”, en Asociación
Argentina de Derecho Constitucional, Constitución y Emergencia Sanitaria, Suplemento Especial,
Revista Digital, http://aadconst.org.ar/revistadigital/revista/es-1/.
[22]
BURA PERALTA, Javier “Ciberbullying versus momo challenge: la invisible espada de
Damocles que se cierne sobre nuestros niños”, Citar: elDial.com - DC2A00. Desarrolla el autor
citado: “Compartir fotos y vídeos es otro de los atractivos que encuentran los adolescentes para
utilizar las redes sociales. Internet seduce a los jóvenes por sus características peculiares: la
respuesta rápida, las recompensas inmediatas, la interactividad y las múltiples ventanas con
diferentes actividades. Los padres pueden quedar devaluados o infravalorados cuando dejan de ser
el único referente para los adolescentes, siempre y cuando los progenitores lo permitan. Internet
posibilita un contacto inmediato a cualquier hora del día: en cuanto se recibe un mensaje se espera
una respuesta inmediata. Los adolescentes, además, con frecuencia, ven en Internet un medio muy
natural para comunicarse, haciendo que las aplicaciones de sus celulares sean espacios que también
comparten con sus amigos y parejas, a menudo de forma excesiva. A esto se añade que las redes
sociales han normalizado entre los menores la sobreexposición, con la publicación masiva de
información personal (en su mayoría imágenes propias) y la puesta en común de rutinas, actividades
o lugares frecuentados. Por ello, es recomendable que padres, docentes o responsables directos
asuman una especie de ciber control: utilizar perfiles de redes sociales comunes para poder
controlar qué se publica o quiénes son sus amistades, examinar y criticar las actividades o la imagen
según sus publicaciones, o requerir la puesta en común de contraseñas. Estas actitudes, puestas en
cabeza de los progenitores o responsables de los adolescentes, no hacen más que develar la
preocupación que los adultos puedan tener (o no) por los menores a su cargo”.
[23]
Sobre un análisis legal de la legislación en épocas de pandemia, ver in extensu BOSSI, María
Florencia, “La protección de datos personales y la privacidad en tiempos de pandemia. Algunos
desafíos que el COVID-19 plantea en materia de protección de datos”, www.microjuris.com.ar, MJ-
DOC-15277-AR | MJD15277.
[24]
FROSINI, Vittorio, “Informática y Administración pública”, Revista de la Administración
Pública, ob. cit., pág. 453.
[25]
https://elpais.com/tecnologia/2020-03-03/coronavirus-codigo-verde-adelante-codigo-
rojocuarentena.html.
[26]
https://www.argentina.gob.ar/noticias/tratamiento-de-datos-personales-ante-el-coronavirus.
[27]
MASCIOTRA, Mario, “Protección de datos personales ante la pandemia del Coronavirus”, en
FALKE, Ignacio A. (director), La Tutela de la Salud Pública. El Derecho Procesal en Épocas de
Coronavirus, IJ Editores, cita: IJ-CMXV-266.
[28]
Lo aquí analizado, remite a un conjunto de disposiciones más recientes, que las actuales
autoridades han dictado en el marco del llamado “Plan de Modernización del Estado” trazado como
objetivo de gobierno, a saber: a) el decreto 434/2016 por el que éste último es aprobado; b) la propia
Ley de Ministerios N° 22.520 (t.o. decreto 438/92; decreto 2/2017; decreto 13/2015); c) decreto
561/2017 por el que se implementó el llamado “Sistema de Gestión Documental Electrónica” (GDE),
considerado como la plataforma de lanzamiento del expediente electrónico, por medio de la
racionalización y ordenamiento de los que hoy se llevan de otro modo; d) decreto 891/2017 de
“Buenas Prácticas en materia de simplificación aplicables para el funcionamiento del Sector Público
Nacional (SPN)”; e) decreto 87/2017 de “Simplificación Normativa — Mejora continua de Procesos”
que contempla lo relativo a la incorporación de nuevas tecnologías y herramientas informáticas, por
el que se creó la Plataforma Digital para el Sector Público Nacional; f) la Decisión Administrativa N°
85/2018 de la Jefatura de Gabinete de Ministros referida “Lineamientos de Buen Gobierno para
Empresas de Mayoría Estatal”; g) el Decreto 733/2018, que ordena la tramitación digital completa,
remota, simple automática e instantánea de toda actuación administrativa, poniendo fecha para tal
objetivo.
[29]
PERRINO, Pablo, “Las reformas al procedimiento administrativo nacional. Simplificación
administrativa y reducción de cargas a los administrados”, Diario La Ley, 5-03-2018.
[30]
SUNSTEIN, Cass, (más) Simple. El futuro del Gobierno, Marcial Pons, Madrid-Barcelona-
Buenos Aires-Sao Paulo, 2014, pág. 23, parte introductoria disponible en
http://www.elboomeran.com/upload/ficheros/obras/2210_mas_simple.pdf.
[31]
GALLI, BASUALDO, Martín, “Buena administración, simplificación de procedimientos y
desburocratización en Argentina”, en FERNANDEZ CARBALLAL, Almuneda (directora), Anuario
Iberoamericano de Derecho Urbanístico, N° 1, 2018, disponible en
https://ar.ijeditores.com/index.php?option=publicaciones. Para el autor citado, en lo concerniente al
procedimiento administrativo adecuado y la Administración Pública más eficiente, es menester tener
en cuenta lo que se conoce como better regulation, cuyas raíces parecen encontrarse en los trabajos
de la OCDE, a partir de 1995; el Gobierno laborista británico también la receptó en 1997, pasando de
la “desregulación” a la “mejor regulación”, y en Europa, haciéndose alusión a las expresiones “Smart
regulation” o “Regulatory fitness”.
[32]
TORNOS MAS, Joaquín, “La simplificación procedimental en el ordenamiento español”,
Revista de Administración Pública, n° 151, enero-abril, Madrid, 2000, pág. 39 y ss.
[33]
CERULLI IRELLI, Vincenzo, “La simplificación de la acción administrativa”, Documentación
Administrativa nro. 248-249 (mayo-diciembre 1997), Alfonso Arévalo Gutiérrez (trad.), pág. 337 y
ss., citado por PERRINO, Pablo, “Las reformas al procedimiento administrativo nacional.
Simplificación administrativa y reducción de cargas a los administrados”, Diario La Ley, 5-03-2018.
[34]
RETORTILLO BAQUER, Sebastián M., “De la simplificación de la administración pública”,
Revista de Administración Pública, n° 147, septiembre-diciembre 1998, pág. 7 y ss.
[35]
PERRINO, Pablo, “Las reformas al procedimiento administrativo nacional. Simplificación
administrativa y reducción de cargas a los administrados”, Diario La Ley, 5-03-2018.
[36]
CORVALÁN, Juan Gustavo, “¿Qué hay de nuevo, viejo? Reformas al procedimiento
administrativo nacional (Decretos nros. 891/17 y 894/17”, Diario DPI, Diario Administrativo, N°
176, 7-11-2017.
[37]
GALLI, BASUALDO, Martín, “Buena administración, simplificación de procedimientos y
desburocratización en Argentina”, en FERNANDEZ CARBALLAL, Almuneda (directora), Anuario
Iberoamericano de Derecho Urbanístico, N° 1, 2018, disponible en
https://ar.ijeditores.com/index.php?option=publicaciones.
GAMERO CASADO, Eduardo, “Hacia la simplificación de los procedimientos. El procedimiento
administrativo adecuado”, IX Congreso de la Asociación Española de Profesores de Derecho
Administrativo Santiago de Compostela, 7 y 8 de febrero de 2014, disponible en
https://pdfs.semanticscholar.org/ca25/921b62b94b16ec00a7efda6f240ccc3dfcf7.pdf?
_ga=2.72060307.186508363.1588427342-2040375859.1588427342.
[39]
AGUILAR, Luís F., El aporte de la Política Pública y de la Nueva Gestión Pública a la
gobernanza, publicada en la “Revista del CLAD Reforma y Democracia”, N° 39, Caracas, 2007. Ver
también, PRATS I CATALÁ, Joan, De la burocracia al Management y del Management a la
Gobernanza. Las transformaciones de las Administraciones públicas de nuestro tiempo, Madrid,
INAP, 2005, pág. 40 y ss.; IVANEGA, Miriam M., “Instrumentos de participación ciudadana en la
formación de los contratos administrativos”, en Revista de Derecho Público. Contratos
Administrativos II, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2007; MAYNTZ, Renate, “El Estado de la sociedad
civil en la gobernanza moderna”, en Revista de CLAD Reforma y Democracia, N° 21, 2001, Caracas.
[40]
BARNES, Javier, “Reforma e innovación del procedimiento administrativo”, en BARNES,
Javier (editor y coordinador), La transformación del procedimiento administrativo, Global Law
Press, Editorial Derecho Global, Sevilla, España, 2008, pág. 48.
[41]
CRIADO, J. Ignacio, “Las administraciones públicas en la era del gobierno abierto. Gobernanza
inteligente para un cambio de paradigma en la gestión pública”, en Revista de Estudios Políticos, N°
173, julio-septiembre, 2016, pág. 245 y ss., en artículo 248. Como gobierno o gobernanza inteligente
(en una Smart City) “nos referiremos al gobierno que debe tener como objetivo el mejoramiento de
los procesos y la interacción dentro de las autoridades locales y entre las autoridades locales y los
ciudadanos. En este gobierno se entiende que además hace uso adecuado de la tecnología para el
ejercicio del gobierno democrático, esto requiere el desarrollo de nuevas posibilidades para una
participación ciudadana más cercana y nuevas formas de participación ciudadana a través de
medios digitales” (MORALES ANDRADE, Marco Antonio, “Derecho a la Ciudad, Tecnología e
Inclusión” en FERNANDEZ CARBALLAL, Almuneda (directora), Anuario Iberoamericano de
Derecho Urbanístico, N° 2, 2019, disponible en https://ar.ijeditores.com/index.php?
option=publicaciones).
[42]
Sobre este punto profundizar en RODRIGUEZ- ARANA MUÑOZ, Jaime, El Buen Gobierno y
la Buena Administración de Instituciones Públicas; MARTIN-RETORTILLO BAQUER, Lorenzo,
“De los derechos humanos al derecho a una buena Administración”, en ÁVILA RODRIGUEZ,
Carmen María y GUTIÉRREZ RODRÍGUEZ, Francisco (coordinadores), El derecho a una buena
administración y la ética pública; PONCE SOLÉ, Juli, “Procedimiento administrativo, globalización
y buena administración”, Jurisprudencia Argentina, 2008-IV, pág. 1289; TOMAS MALLÉN,
Beatriz, El derecho fundamental a una buena administración.
[43]
RODRIGUEZ- ARANA MUÑOZ, Jaime, El Buen Gobierno y la Buena Administración de
Instituciones Públicas, Thomson Aranzadi, España, 2006, pág. 34. En una reciente sentencia del
Tribunal Supremo español, de fecha 5 de diciembre de 2016, y de la que es ponente el Sr. Suay
Rincón, se señala que “el derecho a la buena administración, contemplado en el artículo 41 de la
Carta Europea de Derechos Fundamentales…lleva también la procedencia de observar un deber de
cuidado en la adopción de las decisiones con la debida ponderación de todos los intereses y hechos
relevantes; y ello ha de encontrar adecuado reflejo en la memoria del análisis de impacto
normativo” (PONCE SOLÉ, Juli, “El derecho a una buena administración en la práctica: litigando en
vía administrativa contra la mala administración”,
https://fiaderechoadministrativo.blogspot.com/2017/11/el-derecho-una-buena-administracion-
en.html).
[44]
MOSCARIELLO, Agustín, “El principio de buena administración”, El Derecho Administrativo,
28-02-2013. Ver también, IVANEGA, Miriam M., “La Administración pública del siglo XXI: entre la
utopía y la realidad”, Diario La Ley, 2-03-2011.
[45]
IVANEGA, Miriam M., “La Administración pública del siglo XXI: entre la utopía y la realidad”,
Diario La Ley, 2-03-2011.
[46]
MARQUEZ, Daniel, "El derecho humano a la no corrupción", en Derechos Humanos en Ibero-
América (coord. José R. Olivos Campos), Centro de Investigación y Desarrollo del Estado de
Michoacán, México 2010, pág. 189 y ss., citado por IVANEGA, Miriam, “La administración pública
del siglo XXI: Entre la utopía y la realidad”, Diario La Ley, 02-03-2011. En igual sentido,
CARELLO, Luis, “La Convención Interamericana contra la Corrupción y el ‘derecho a la no
corrupción’”, en AAVV, Defensoría del Pueblo. 50 años de Derechos Humanos, Santa Fe, 1998, pág.
25 y ss., citado por GORDILLO, Agustín, “Hacia la unidad del orden jurídico mundial”, en AAVV El
Nuevo Derecho Administrativo Global en América Latina, RAP, Buenos Aires, 2009, pág. 83 y ss.,
en part. pág. 99.
[47]
RODRIGUEZ- ARANA MUÑOZ, Jaime, Ética, Poder y Estado, Ediciones RAP, Bs. As., 2004,
pág. 153.
[48]
En una redacción similar, la “Carta Iberoamericana de Gobierno Electrónico” (CLAD, 2007)
establece que “El Gobierno Electrónico constituye la oportunidad de dar respuesta plena al reto de
conseguir una gestión pública más eficiente y de establecer pautas de colaboración entre
Administraciones Públicas. Por ello los Estados deberán tomar en consideración la necesaria
interoperabilidad de las comunicaciones y servicios que hacen posible el Gobierno Electrónico. A
esos efectos dispondrán las medidas necesarias, para que todas las Administraciones Públicas,
cualquiera que sea su nivel y con independencia del respeto a su autonomía, establezcan sistemas que
sean interoperables”.
[49]
LEIVA, Renato y TÉLLES VALDÉS, Julio, “Gobierno electrónico, sociedad y Derecho: ¿una
necesaria modernización normativa para las democracias del Siglo XXI?”, Jurisprudencia
Argentina, 2005-II-1334.
[50]
MOLINA DEL PAZO, Carlos Francisco, “El camino hacia la implementación de una
administración electrónica efectiva y real: el principio de interoperabilidad”, en DEL GUAYO
CASTIELLA, Iñigo, y FERNÁNDEZ CARBALLAL, Almudena (directores), Los desafíos del
derecho público en el siglo XXI. Libro conmemoratorio del XXV Aniversario del acceso a la Cátedra
del Profesor Jaime Rodríguez-Arana Muñoz, INAP, Madrid, 2019, pág. 580 y ss.
[51]
MOLINA DEL PAZO, Carlos Francisco, “El camino hacia la implementación de una
administración electrónica efectiva y real: el principio de interoperabilidad”, en DEL GUAYO
CASTIELLA, Iñigo, y FERNÁNDEZ CARBALLAL, Almudena, Los desafíos del derecho público
en el siglo XXI. Libro conmemoratorio del XXV Aniversario del acceso a la Cátedra del Profesor
Jaime Rodríguez-Arana Muñoz, INAP, Madrid, 2019, pág. 580 y ss.
[52]
“Internet de las cosas”, denota un concepto que se refiere a la conexión de objetivos cotidianos a
Internet. La base de aquello es dotar a los dispositivos la capacidad de observar, identificar y entender
el mundo real sin la participación (ni la limitación) de una persona. Se trata, en definitiva, de
protocolos, sistemas y dispositivos interconectados con la capacidad de observar el mundo, generar
información y de hablarse entre sí sin la intervención de una persona (SEGURA, Pablo, “Internet de
las cosas”, en TRAVIESO, Juan Francisco, (director), Régimen jurídico de los datos personales,
Thomson, Reuters, Bs. As., 2014, pág. 521)
[53]
NAVAS NAVARRO, Susana y CAMACHO CLAVIJO, Sandra, Mercado digital. Principios y
reglas jurídicas, Tirant lo Blanch, España, 2016, pág. 22.
[54]
Las cifras hablan por sí mismas. En 2013 había más de un billón de cosas inteligentes
conectadas a internet “comunicándose entre ellas”. Se ha estimado que, para 2020, habrá más de 27
billones de cosas conectadas directamente a internet mediante sensores Wireless. Y esta cifra se
doblará cada cinco años. Hay que tener en cuenta que las personas, en las economías desarrolladas,
poseen entre 1000 y 5000 cosas. Luego, no es descabellado pensar que habrá, en un tiempo no muy
lejano, más objetos, en el planeta Tierra, que personas. En términos monetarios, en EU28, en 2013, el
internet de las cosas representaba 307 billones de euros. Se prevé, sin embargo, que para el 2020,
supondrá 1.181 billones de euros.
[55]
PULVIRENTI, Orlando y LERNER, Laura, “Reflexiones sobre las modificaciones al
procedimiento administrativo: Comentarios a los Decretos 891/17 y 894/17”,
www.microjuris.com.ar, MJ-DOC-12326-AR | MJD12326.
[56]
GASCÓ HERNANDEZ, Mila, “No es oro todo lo que reluce: ¿qué hay detrás de las promesas
de gobierno abierto en Iberoamérica?” Ponencia en el XVIII Congreso Internacional del CLAD sobre
la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Montevideo, Uruguay, noviembre, 2013.
[57]
IVANEGA, Miriam M., Control Público, ASTREA-Ediciones Rap, Bs. As., 2016, pág. 204.
TRAVIESO se plantea una pregunta ineludible –según su parecer-: “¿Puede la tecnología ayudar a
combatir la corrupción? Casi todo lo que se relaciona con la tecnología tiene que ver con datos, y
ciertamente, los datos abiertos constituyen un primer paso para poner en marcha la transparencia,
la rendición de cuentas y la integridad. Pero, lamentablemente, los datos por sí mismos no
solucionan nada. La tecnología por sí misma tampoco. La clave es el gobierno abierto, transparente,
con softwares eficaces y herramientas tecnológicas que desarrollen la confianza institucional y
operen en un marco de prevención” (TRAVIESO, Juan Antonio, Derecho y Tecnología. Historias y
dilemas, ob. cit., pág. 50).
[58]
HERNÁNDEZ, Patricia, “Tendencias y primeros resultados de países a la vanguardia”, en
AA.VV., El desafío hacia el gobierno abierto en la hora de la igualdad, Concha, Gastón y Naser,
Alejandra (eds.), Naciones Unidas, Santiago de Chile, 2012, pág. 53.
[59]
En este punto reflexiona GENTILE que “La política agonal se ha actualizado más rápidamente
que la arquitectónica en la incorporación de estas innovaciones tecnología. Un ejemplo de ello son
las campañas electorales donde la comunicación y la digitalidad han cambiado el perfil de los líderes
y la forma de comunicarse con sus potenciales electores, poniendo en crisis a los partidos políticos,
convirtiéndolos en lo que ahora se denominan “espacios”, donde se disputan más las diferencias entre
personas que las doctrinales o programáticas” (GENTILE, Jorge H., “Proceso legislativo y uso de
nueva tecnología”, El Derecho Constitucional, diciembre, 2019).
[60]
GARCÍA MEXÍA, Pablo, Derechos y libertades, internet y tics, Tirant lo Blanch, Valencia,
2014, pág. 66.
[61]
OSZLAK, Oscar y KAUFMAN, Ester, Teoría y práctica del gobierno abierto: lecciones de la
experiencia internacional, https://redinpae.org/recursos/kaufman-oszlak.pdf, pág. 7. La participación
pone énfasis particular en la capacidad real de intervención en la materia de opiniones y decisiones
en los más diversos terrenos de la vida pública, por ejemplo, en la política, para lo cual se requiere
desarrollar destrezas comunicativas. Entonces, para afirmar la participación, tres derechos humanos
son vitales: la libertad de expresión, el derecho de información y el derecho de acceso a los medios y
a las tecnologías que permiten comunicar (GRECO, Silvana y VECCHI, Silvia, “Acciones
participantes en el campo de la administración de justicia y Tecnologías de la Información y
Comunicación (TIC)”, en GREGORIO, Carlos G. y NAVARRO SOLANO, Sonia, (coordinadores),
Internet y sistema judicial en América Latina. Reglas de Heredia, Ad-Hoc, 2004, pág. 50).
[62]
SANCHEZ BLANCO, Ángel, “Las Administraciones públicas e Internet”, Separata del Boletín
Informativo del Instituto Nacional de Administración Pública, N° 4, Madrid, 2001, pág. 7.
[63]
DELPIAZZO, Carlos E., “Procedimiento administrativo y derecho informático”, en POZO
GOWLAND, Héctor, HALPERIN, David, AGUILLAR VALDEZ, Oscar, LIMA, Fernando Juan,
CANOSA, Armando (directores), Procedimiento Administrativo, T. I, La Ley, 2012, pág. 1331.
[64]
TRAVIESO, Juan Antonio, Derecho y Tecnología. Historias y dilemas, ob. cit., pág. 88.
[65]
Otra definición, entiende a una ciudad digital como “aquel entorno de ámbito local en el que
exista una considerable implantación de la sociedad de la información, tanto en el conjunto de los
ciudadanos en su ámbito residencial, de trabajo o en la utilización de servicios públicos, como de las
empresas e instituciones en temas tales como la teleadministración, el teletrabajo, teleformación,
telemedicina, gestión de servicios de uso público, entre otras, y donde la administración pública
constituye el motor integrador del resto de la iniciativa. Todo ello basado en redes de alta velocidad
y a partir de que una considerable parte de la población está formada en aplicaciones telemáticas y,
en particular, en el uso de Internet.”
[66]
MARCHIARO, Enrique José, “Ciudad inteligente y Derecho Municipal”, en Revista de Derecho
Público, 2018-2, Derechos humanos y nuevas tecnologías –II, Rubinzal- Culzoni, Santa Fe, 2018,
pág. 94.
[67]
Encuentra su principal fundamentación es el Objetivo N° 11 (Ciudades y Comunidades
Sostenibles”) de los “17 Objetivos de Desarrollo Sostenible” (ODS) elaboradas por la ONU, los que
forman un llamado universal a la adopción de medidas para poner fin a la pobreza, proteger el
planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad.
[68]
BANCO INTERAMERICANO DE DESARROLLO, La ruta hacia las smarts cities, 2016.
[69]
Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad, disponible en http://www.hic-
gs.org/content/cartaderechociudad.pdf. Ver in extenso, MORALES ANDRADE, Marco Antonio,
“Derecho a la Ciudad, Tecnología e Inclusión” en FERNANDEZ CARBALLAL, Almuneda
(directora), Anuario Iberoamericano de Derecho Urbanístico, N° 2, 2019, disponible en
https://ar.ijeditores.com/index.php?option=publicaciones.
[70]
Explica María José LUBERTNO que “Un paso fundamental en la construcción del derecho a la
ciudad, de la teoría a la acción, fue la elaboración participativa de la “Carta Mundial por el Derecho a
la Ciudad”, por la sociedad civil global, articulada entre otras por Habitat International Coalition
(HIC). En forma paralela a las iniciativas de la sociedad civil, algunos gobiernos, tanto a nivel
regional como nacional y local, han venido generando instrumentos jurídicos que buscan normar los
derechos humanos en el contexto urbano. Destacan, entre los más avanzados, la Carta Europea de
Salvaguarda de los Derechos Humanos en la Ciudad, firmada por más de 400 ciudades; el Estatuto de
la Ciudad de Brasil, la Carta de Montreal y la Carta de México D.F. por el derecho a la ciudad. Cabe
destacar también la inclusión del derecho a la ciudad en las constituciones de Ecuador y de Bolivia.
Desde 2006 se comenzó la elaboración de una Carta-Agenda Mundial de Derechos Humanos en la
Ciudad, que se aprobó en 2011, en Florencia. Paralelamente, desde el Foro Urbano Mundial de
Naciones Unidas en Estambul (1996) pudo recogerse el concepto integrador de "derecho a la
ciudad". En 2010 se realizó el Foro Urbano Mundial de Naciones Unidas en Río de Janeiro con el
lema "El Derecho a la Ciudad: Uniendo lo urbano dividido". Resultó fundamental su reconocimiento
a nivel regional en la Declaración de Toluca, en abril de 2016, en el marco de la Reunión
Preparatoria regional de Habitat III y finalmente en la Nueva Agenda Urbana, aprobada en la
Conferencia Mundial de Habitat III, en Quito, en octubre de 2016 (“El derecho a la ciudad y al buen
vivir urbano”, https://www.infobae.com/opinion/2019/05/10/el-derecho-a-la-ciudad-y-el-buen-vivir-
urbano/).
[71]
Uno de los postulados esenciales de este derecho-deber, es un “plan de convivencia”, a través
del cual la organización de la Ciudad, el Estado municipio, debe ofrecer “un programa de vida”, para
ser y crecer en sanidad, seguridad, moralidad, cultura, educación, protección, conservación, calidad
de servicios, espacios verdes.
[72]
DROMI, Roberto, Ciudad y Municipio, Gerenciamiento y Gobernabilidad Local, Ciudad
Argentina, Editores de Ciencia y Cultura, Bs. As., 2007, pág. 301.
[73]
Lo alegado puede ser perfectamente graficado, a través de diversos ejemplos donde las
administraciones locales concretan esfuerzos de conectividad de Internet en espacios públicos,
asegurando a la par del disfrute al aire libre y las condiciones naturales, la accesibilidad a la Red para
la comunicación en forma masiva.
[74]
En este sentido, puede citarse el Decreto 93/2018 que atacando al “nepotismo”, prohíbe la
designación de personas que tengan parentesco con altos funcionarios.
[75]
VIVANT, “Derecho de la información. Un derecho de acceso: ¿hasta dónde?”, en Derecho de
Alta Tecnología, Año V, N° 55, 1993, pág. 1, citado por CONSENTINO, “La información judicial es
pública, pero contiene datos privados. Como enfocar esta dualidad”, en GREGORIO, Carlos G. y
NAVARRO SOLANO, Sonia, (coordinadores), Internet y sistema judicial en América Latina. Reglas
de Heredia, Ad-Hoc, 2004, pág. 216.
[76]
PÉREZ DEL VISO, El modelo TPACK del proceso judicial electrónico”, www.microjuris.com,
MJ-DOC-12375-AR | MJD12375.
[77]
CORVALÁN, Juan Gustavo, GIMBATTI, Silvia, “Historias clínicas digitales. La consolidación
del Big Data sanitario”, Diario La Ley, 18-08-2017.
[78]
Se han diferenciado los conceptos de “gobierno digital” y “gobierno electrónico”. Mientras el
primero hace referencia a la aplicación intensiva y estratégica de las nuevas tecnologías de la
información, las telecomunicaciones e Internet en las actividades del Estado, el segundo implica el
uso de las TIC para mejorar los servicios e información ofrecidos a ciudadanos y habitantes,
aumentar la eficiencia y eficacia de la gestión pública e incrementar la transparencia del sector
público y la participación ciudadana (Decreto 512/2009).
[79]
FERNANDEZ SUAREZ, Edgar, “Gobierno electrónico y ciberciudadanía en el marco de la
democracia digital”, FERNANDEZ SUAREZ, Edgar G. (compilador), Democracia Digital y
ciberciudadanía: gobierno y participación en tiempos de revolución tecnológica, Ediciones
Esmeralda, Córdoba, 2015, pág. 9. Se ha explicado al “gobierno electrónico” como la aplicación de
tecnologías de comunicación al proceso administrativo, mejorando la manera de operar internamente
como el modo en que presta servicios a sus administrados, buscando con estas iniciativas mejorar el
acceso y la calidad de las interacciones con los ciudadanos y empresas y simultáneamente mejorar el
flujo de información y los procesos dentro del gobierno para optimizar la velocidad y calidad del
desarrollo, la coordinación y la imposición de políticas públicas (MARTÍNEZ FAZZALARI, Raúl,
Régimen Público de Internet, Ad-Hoc, Bs. As., 1999, pág. 18).
[80]
GRECO, Silvana y VECCHI, Silvia, “Acciones participantes en el campo de la administración
de justicia y Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC)”, en GREGORIO, Carlos G. y
NAVARRO SOLANO, Sonia, (coordinadores), Internet y sistema judicial en América Latina. Reglas
de Heredia, Ad-Hoc, 2004, pág. 63. Para las autoras, el “gobierno electrónico” presenta la nueva gran
oportunidad de aprovechar las tecnologías de la información para maximizar el servicio del Estado al
ciudadano, para lograr que el ciudadano sea más escuchado por los administradores y obtenga una
máxima satisfacción. “Estas tecnologías no sólo crearon nuevas herramientas, sino también espacios
en los que podemos residir y trabajar, lo que podemos ver es que la incorporación de esta poderosa
herramienta puede ayudar de manera formidable a recrear solidaridad, fortalecer los vínculos
sociales e inaugurar nuevas formas de ciudadanía o al menos ejercer las que existen”. Se ha
explicado con gran atino que, como todo fenómeno social, el proceso de incorporación de nuevas
tecnologías a la actividad administrativa, sobre todo, mediante la digitalización administrativa posee
aspectos favorables y desfavorables. Entre las ventajas de la administración pública digital podemos
mencionar que facilita enormemente las gestiones de los ciudadanos, agiliza la tramitación de los
expedientes administrativos, implica ahorro de costos, suprime las barreras territoriales, promueve la
transparencia, facilita el acceso a la información pública, entre otras. Pero, como posibles riesgos de
ello, puede citarse la despersonalización del administrado, o la violación a la intimidad y de los datos
personales de los administrados (BUTELER, Alfonso, “Nuevas tecnologías e innovación
administrativa”, en Revista de Derecho Público, 2018-2, Derechos humanos y nuevas tecnologías –
II, Rubinzal- Culzoni, Santa Fe, 2018, pág. 181).
[81]
DELPIAZZO, Carlos, “Noción y regulación del procedimiento y del acto administrativo
electrónico”, en Estudios de Derecho Administrativo, 79-108, citado por SCHIAVI, Pablo, Acto
administrativo electrónico y nuevas tecnologías. ¿Evolución o disrupción?, en “Estudios de Derecho
Administrativo”, Año 2018, N° 18, La Ley Uruguay, Montevideo, pág. 271.
[82]
Se ha criticado a este decreto, pues si se proyecta un plan de tamaña magnitud como una
verdadera política de Estado o plan estratégico, de largo plazo, éste debió ser creado por una ley
dictada por el Congreso de la Nación conforme los incisos 18 y 19 del artículo 75 de la Constitución
Nacional (VANINETTI, Hugo Alfredo, Aspectos jurídicos de Internet, Librería Editora platense, La
Plata, 2014, pág. 714).
[83]
El texto en su Preámbulo señala que “Los esfuerzos de los gobiernos de la Región en el
desarrollo de Gobierno Electrónico conllevan su deber de involucrarse en el debate global sobre la
gobernanza de Internet. A tal efecto la participación en los foros y reuniones sobre gobernanza de
Internet (IGF - Internet Governance Forums) es clave. Los signatarios de la Carta deberán realizar
los esfuerzos necesarios para garantizar que los principios democráticos de esta carta se traduzcan
en acciones concretas, dirigidas a que en el desarrollo de Internet se respeten los derechos de
participación de todos los actores involucrados en el tema (Gobiernos, Sociedad Civil, organismos
multilaterales y agentes económicos) en las decisiones sobre las políticas públicas que se relacionen
con el uso de la red”.
[84]
Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de Costa Rica, “Javier Gerardo Martínez
Burgos”, 06/06/2014, consid. VI, disponible en http://jurisprudencia.poder
judicial.go.cr/SCIJ_PJ/busqueda/jurisprudencia/jur_Documento.aspx?
param1=Ficha_Sentencia¶m2=1&nValor1=1&nValor2=647532&tem1=¶m7=&strTipM=T&lResulta
do=2 [consultado 04/07/2017]).
[85]
Por lo demás, este ha sido el nombre que la Provincia de Córdoba (Ciudadano Digital –CIDI) ha
nominado a los programas de trámites de la más variada índole que vinculan a la Administración
pública provincial con el administrado.
[86]
Para un profundo análisis de los derechos del ciudadano digital, puede consultarse a COTINO
HUESO, Lorenzo, “El derecho a relacionarse electrónicamente con las Administraciones y el estatuto
del ciudadano e-administrado en la Ley N° 11/2007”, en GAMERO CASADO-VALERO
TORRIJOS, (coordinadores), La ley de administración electrónica: comentario sistemático a la Ley
N° 11/2007, de 22 de junio, de Acceso Electrónico de los Ciudadanos a los Servicios Públicos, pág.
177 a 354.
[87]
URIOS APARISI, Xavier, “Consideraciones generales sobre la reforma de la Administración
electrónica”, en MARTÍN DELGADO, Issac, (director), La reforma de la administración
electrónica: una oportunidad para la innovación desde el derecho, pág. 197.
[88]
Se ha manifestado con preocupación que “a pesar de que la era digital prometía una red de
comunicación igualitaria, en muchos de los países de habla hispana la población no puede acceder
el acceso, al punto que hoy la asimetría se considera una tendencia natural de Internet. Es necesario
que se ofrezca disponibilidad de conectarse, así como capacitación y educación básica adecuada a
precios razonables, para que más personas puedan utilizarlas más allá de su sexo, clase social,
lengua, grupo étnico y otros factores” (GRECO, Silvana y VECCHI, Silvia, “Acciones participantes
en el campo de la administración de justicia y Tecnologías de la Información y Comunicación
(TIC)”, en GREGORIO, Carlos G., y NAVARRO SOLANO, Sonia, (coordinadores), Internet y
sistema judicial en América Latina. Reglas de Heredia, ob. cit. 67).
[89]
BARRIO ANDRÉS, Moisés, Derecho Público e Internet: La actividad administrativa de
regulación de la Red, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, 2017.
[90]
BARRIO ANDRÉS, Moisés, Derecho Público e Internet: La actividad administrativa de
regulación de la Red, ob. cit., pág. 171.
[91]
UNESCO, Universalidad de Internet: un medio para crear sociedades del conocimiento y la
agenda de desarrollo sostenible después de 2015, del 2/09/2013. La realidad revela que existe una
brecha insalvable entre países ricos y el resto de los habitantes del planeta. Esta situación lleva a
cuestionarse si puede disminuir la desigualdad en el ámbito de la tecnología digital, si el progreso
económico depende de las TICs y si la “desigualdad digital”, cada vez mayor agrava la división
socioeconómica existente entre los países industrializados y los países en desarrollo. Por otra parte,
algunos autores se refieren a “países infopobres e inforicos” presentándose una desigualdad
tecnológica digital, también llamada “divisoria digital” o “brecha digital” (TRAVIESO, Juan
Antonio, Derecho y Tecnología. Historias y dilemas, ob. cit., pág. 137).
[92]
CORVALÁN, Juan Gustavo, “¿Qué hay de nuevo, viejo? Reformas al procedimiento
administrativo nacional (Decretos nros. 891/17 y 894/17)”, Diario DPI, Diario Administrativo, N°
176, 7-11-2017.
[93]
El Servicio Universal comprende “al conjunto de servicios y programas, variables en el tiempo,
destinados a la población en general, con una determinada calidad y a precios accesibles, a los que
deberá tener acceso con independencia de su localización geográfica y sus condiciones sociales,
económicas y las referidas a impedimentos físicos” (Decreto 558/2008, Anexo, Artículo 2).
[94]
SUÁREZ, Enrique L., Inclusión y brecha digital, acceso a internet y bienestar general. Primera
parte, en www.microjuris.com, MJ-DOC-13772-AR.
[95]
Los derechos económico-sociales y las demandas públicas insatisfechas por el Estado -en
materia por ejemplo de agua potable, alimentación, educación, salud, vivienda, seguridad social,
derechos de los trabajadores, etc.- van generando cada vez más peticiones colectivas judiciales (Ver
al respecto, LORENZETTI, Ricardo, La Justicia Colectiva, Rubinzal- Culzoni, Santa Fe, 2010, pág.
197). Por ejemplo, puede recordarse en materia de derechos sociales, el conocido caso “Asociación
Benghalensis” fallado por la Corte Suprema de Justicia el día 1-06-2000.
[96]
Hemos opinado en otra oportunidad que de estas razones, no solo se deriva su suministro a toda
la población sin discriminación, bajo los principios constitucionales de eficiencia, eficacia, igualdad,
continuidad y adaptabilidad, sino también puede jurídicamente inferirse –sin duda alguna– la
imposibilidad de su interrupción, aun por falta de pago, y más aún, en un contexto de extrema
necesidad, donde las urgencias son aún mayores, incluso para el sostenimiento de la salud pública y
la vida misma (MUÑOZ, Ricardo, “El acceso a Internet como derecho humano”, Diario Puntal,
Ciudad de Rio Cuarto, 25 de marzo de 2020).
[97]
PORTO, Ricardo “Entre Silicon Valley y Pekín. Últimas tendencias regulatorias en
comunicaciones”, elDial.com –DC28B9.
[98]
ADET CALDELARI, Fernando Luis, “El Derecho Procesal Electrónico en la Provincia de
Catamarca”, en CAMPS, Carlos Enrique (director), Tratado de Derecho Procesal Electrónico,
Abeledo-Perrot, Bs. As., 2015, pág. 205.
[99]
BELLOCCHIO, Lucía y SANTIAGO, Alfonso, “Estado Digital de Derecho”, en
MARANIELLO, Patricio (director), Revista Argentina de Justicia Constitucional, N° 8, 2019,
https://ar.ijeditores.com/index.php?option=publicaciones.
[100]
BELLOCCHIO, Lucía y SANTIAGO, Alfonso, “Estado Digital de Derecho”, en
MARANIELLO, Patricio (director), Revista Argentina de Justicia Constitucional, N° 8, 2019,
https://ar.ijeditores.com/index.php?option=publicaciones.
[101]
Como se verá infra, la IA se sustenta en algoritmos inteligentes o en algoritmos de aprendizaje
que, entre muchos otros fines, se utilizan para identificar tendencias económicas, predecir delitos,
diagnosticar enfermedades, predecir nuestros comportamientos digitales, etc. Por su lado, un
algoritmo puede ser definido como un conjunto preciso de instrucciones o reglas, o como una serie
metódica de pasos que puede utilizarse para hacer cálculos, resolver problemas y tomar decisiones, es
decir, el algoritmo es una fórmula que se utiliza para hacer un cálculo (CORVALÁN, Juan Gustavo,
“Inteligencia artificial: retos, desafíos, y oportunidades. Prometea: la primera inteligencia artificial al
servicio de Latinoamérica al servicio de la Justicia”, Revista de Investigações Constitucionais,
Curitiba, 2018, V. 5, pág. 299).
[102]
CORVALÁN, Juan Gustavo, “Hacia una Administración Pública 4.0: digital y basada en
inteligencia artificial. Decreto de “Tramitación digital completa”, en Diario La Ley, 17–08–2018.
[103]
CORVALÁN, Juan Gustavo, “Hacia una óptima Administración digital inteligente”, en La Ley.
Edición Especial. El Derecho en Transformación, 19–10–2017, en pág. 5.
[104]
BARNES, Javier, “Una reflexión introductoria sobre el Derecho Administrativo y la
Administración Pública de la Sociedad de Información y del Conocimiento”, en Revista Andaluza de
Administración Pública, Nº 40, octubre– noviembre (2000), pág. 69.
[105]
El dilema es, en definitiva, quien tiene la propiedad de los datos: o el Estado a través de sus
diferentes variantes, o la propiedad privada, en manos de pocas corporaciones. El historiador
HARARI, muy referenciado en estos tiempos, advierte que “Si queremos evitar la concentración de
toda la riqueza y el poder en manos de una pequeña élite, la clave es regular la propiedad de los
datos. En tiempos antiguos, la tierra era el bien más importante del mundo, la política era una lucha
para controlar la tierra y evitar que se concentrara demasiada en unas pocas manos, la sociedad se
dividía en aristócratas y plebeyos. En la época moderna, las máquinas y fábricas resultaron más
importantes que la tierra, y las luchas políticas se concentraron en controlar estos medios vitales de
producción. Si demasiadas máquinas se concentraban en unas pocas manos, la sociedad se dividía
en capitalistas y proletariados. En el siglo XXI, sin embargo, lo datos eclipsarán a la vez la tierra y
la maquinaria como los bienes más importantes, y la política será una lucha para controlar el flujo
de datos. Si los datos se concentran en unas pocas manos, la humanidad se dividirá en diferentes
especies”. (HARARI, Yuval Noah, 21 lecciones para el siglo XXI, ob. cit., pág. 100). Y continúa:
“Permitir a los gobiernos que nacionalicen los datos frenará probablemente el poder de las grandes
empresas, pero también podría desembocar en espeluznantes dictaduras digitales…” “..no tenemos
mucha experiencia en regular la propiedad de los datos, que es en sí misma una tarea mucho más
difícil, porque a diferencia de la tierra y las maquinas, los datos están por todas partes y en ningún
lugar al mismo tiempo, pueden desplegarse a la velocidad de la luz y podemos crear tantas copias de
ellos como queramos” (pág. 102).
[106]
DELPIAZZO, Carlos E., “Procedimiento administrativo y derecho informático”, en POZO
GOWLAND, Héctor, HALPERIN, David, AGUILLAR VALDEZ, Oscar, LIMA, Fernando Juan,
CANOSA, Armando (directores), Procedimiento Administrativo, ob. cit., pág. 1324.
[107]
CORREA, Carlos M., BATTO, Hilda N., CZAR DE ZALDUENDO, Susana y NAZAR
ESPECHE, Félix A., Derecho Informático, Ediciones Depalma, Bs. As., 1987. pág. 303.
[108]
Por ejemplo, en España, se ha dicho que “el artículo 3.4 LFE ordena la equiparación de los
efectos jurídicos de la firma manuscrita y la firma electrónica reconocida. Se identifica que la firma
manuscrita tiene la función de ser signo personal distintivo que informa sobre la identidad del autor
del documento y manifiesta la conformidad con el contenido. Según el artículo 3.4 LFE estas
funciones se entienden ejercidas por la firma electrónica reconocida y se le reconoce el mismo valor
jurídico que la firma manuscrita” (Camacho Clavijo, S., “Documentos y firma electrónica” en Navas
Navarro, S., / Camacho Clavijo, S., Mercado Digital. Principios y reglas jurídicas, Tirant lo Blanch,
Valencia, 2016, pág. 214). Otro ejemplo lo encontramos en el artículo 23 de la LSSICE que recoge la
equivalencia funcional entre documento escrito y documento electrónico en la contratación
electrónica “siempre que la Ley exija que el contrato o cualquier información relacionada con el
mismo conste por escrito, este requisito se entenderá satisfecho si el contrato o la información se
contiene en un soporte electrónico” (CAMACHO CLAVIJO, Sandra, “La subjetividad “cyborg”, en
NAVAS NAVARRO, Susana (directora), Inteligencia artificial. Tecnología. Derecho., tirant lo
blanch, Valencia, 2017, pág. 213 y ss., en part. pág. 240).
[109]
DELPIAZZO, Carlos E., “Procedimiento administrativo y derecho informático”, en POZO
GOWLAND, Héctor, HALPERIN, David, AGUILLAR VALDEZ, Oscar, LIMA, Fernando Juan,
CANOSA, Armando (directores), Procedimiento Administrativo, ob. cit., pág. 1331.
[110]
LACAVA, Federico J., “Decisiones administrativas automáticas y derechos”, en Revista de
Derecho Público, 2018–1, Derechos humanos y nuevas tecnologías –I, Rubinzal– Culzoni, Santa Fe,
2018, pág. 235. LAVACA, Federico J., “Acto administrativo automático en el marco del Estado
constitucional de derecho”, El Derecho Administrativo, 3 de diciembre de 2019, pág. 5. Piénsese por
ejemplo en sistemas de aplicación de multas por exceso de velocidad, o procesos de selección de
acceso al empleo público para la verificación de antecedentes.
[111]
Se funda la norma en la necesidad de ampliar el alcance de la Ley N° 25.506 los fines de
extender el uso del documento electrónico, la firma electrónica y la firma digital a la totalidad de
actos jurídicos y administrativos, actualizando su contenido en función de los avances tecnológicos y
la experiencia de implementación de la Infraestructura de Firma Digital de la República Argentina. Y
en ese sentido, el inciso e) del artículo 15 del Reglamento de Procedimientos Administrativos
Decreto 1759/72 – T.O. 2017 reconoce que todo documento electrónico firmado digitalmente en el
Sistema Electrónico de Gestión Documental tendrá carácter de original, y los reproducidos en soporte
electrónico a partir de originales de primera generación en cualquier otro soporte, digitalizados de
acuerdo al procedimiento que establezca la normativa aplicable, serán considerados originales y
tendrán idéntica eficacia y valor probatorio que sus equivalentes en soporte papel.
[112]
THOMAS, Gustavo J., Régimen Nacional de Procedimiento Administrativo. Incorporación de
la Gestión Electrónica, Nova Tesis Editorial Jurídica, Rosario, 2018, pág. 657.
[113]
COMADIRA, Guillermo, “Nuevas tecnologías en el procedimiento administrativo”, en AAVV,
Procedimiento administrativo. A 20 años de la reforma constitucional, Jornadas organizadas por la
Universidad Austral. Facultad de Derecho, Edic. RAP, Bs. As., 2015, pág. 461 y ss., en part. pág.
483.
[114]
Generalmente, se establece que la notificación se produce desde el momento que ésta se
encuentra a disposición del destinatario en el sistema, o se recepta el mail –según el modelo–, aunque
el particular no haya efectivamente tomado conocimiento de ella. No obstante, y para reducir riesgos
que pudieran redundar en perjuicios para el administrado, también se establece plazos por los cuales
una vez expirado se da por efectivizada la notificación.
[115]
DELPIAZZO, Carlos E., “Procedimiento administrativo y derecho informático”, en POZO
GOWLAND, Héctor, HALPERIN, David, AGUILLAR VALDEZ, Oscar, LIMA, Fernando Juan,
CANOSA, Armando (directores), Procedimiento Administrativo, ob. cit., pág. 1324.
[116]
THOMAS, Gustavo, Régimen Nacional de Procedimiento Administrativo. Incorporación de la
Gestión Electrónica, ob. cit., pág. 390.
[117]
THOMAS, Gustavo, Régimen Nacional de Procedimiento Administrativo. Incorporación de la
Gestión Electrónica, ob. cit., 391.
[118]
COMADIRA, Guillermo, “Nuevas tecnologías en el procedimiento administrativo”, en AAVV,
Procedimiento administrativo. A 20 años de la reforma constitucional, Jornadas organizadas por la
Universidad Austral. Facultad de Derecho, Edic. RAP, Bs. As., 2015, pág. 461, en part. pág. 464.
[119]
Nos estamos difiriendo, por ejemplo, a la protección de la propiedad intelectual sobre
programas de computación (Ley N° 25.036), la protección de datos personales (Ley N° 25.236), la
libertad de expresión a través de Internet (Ley N° 26–032), la accesibilidad a personas con
discapacidad (Ley N° 26.653), la tipificación de delitos informáticos (Ley N° 26.388), entre otros.
[120]
Para DELPIAZZO “el procedimiento electrónico posibilita la “gobernanza electrónica”,
dejando atrás los estadios de Administraciones paternalistas y propiciando una nueva vinculación de
cada Administración con la sociedad y de todos con el inmenso contexto de la globalidad y
promoviendo el buen gobierno” (DELPIAZZO, Carlos E., “Procedimiento administrativo y derecho
informático”, ob. cit. 1338).
[121]
PERRINO, Pablo, “Las reformas al procedimiento administrativo nacional. Simplificación
administrativa y reducción de cargas a los administrados”, Diario La Ley, 5–03–2018.
[122]
Otra actualización normativa, en este caso terminológica, lo es cuando el artículo 3° del decreto
cambia el término “persona física” por “persona humana” según el nuevo Código Civil y Comercial.
[123]
FLORES, Álvaro Bautista, “Las transformaciones del expediente administrativo. El impacto de
las TICs en los procesos administrativos”, en Revista de Derecho Público, 2018–2, Derechos
humanos y nuevas tecnologías –II, Rubinzal– Culzoni, Santa Fe, 2018, pág. 238. Para el autor citado,
“es necesario distinguir dos cuestiones básicas: por un lado, ésta el derecho o el deber de
relacionarse con la Administración de forma, en su caso, electrónica, y de otra parte, y al margen de
cómo se desarrollen dichas comunicaciones con la Administración o el sector público, el modo en
que ésta transita el procedimiento en cuestión, que según la normativa comentada habrá de ser
siempre electrónico”.
[124]
FLORES, Álvaro Bautista, “Las transformaciones del expediente administrativo. El impacto de
las TICs en los procesos administrativos”, en Revista de Derecho Público, 2018–2, Derechos
humanos y nuevas tecnologías –II, ob. cit., pág. 239.
[125]
THOMAS, Gustavo J., Régimen Nacional de Procedimiento Administrativo. Incorporación de
la Gestión Electrónica, ob. cit., 45y 46.
[126]
BUTELER, Alfonso, “Nuevas tecnologías e innovación administrativa” en Revista de
Derecho Público, 2018–2, Derechos humanos y nuevas tecnologías –II, Rubinzal– Culzoni, Santa Fe,
2018, pág. 182. Para Pablo SCHIAVI “Una nueva Ciudadanía más participativa, más
hiperconectada e hiperinformada a través de las nuevas tecnologías y las comunicaciones impone
nuevos desafíos y nuevas exigencias no solo al Derecho Administrativo de siempre, sino a todo el
Derecho. Sin perjuicio de todo lo cual, la tradicional servicialidad administrativa centrada en la
persona humana debe mantenerse más vigente que nunca. En este punto no se puede ceder ni un solo
casillero” (SCHIAVI, Pablo, “Acto administrativo electrónico y nuevas tecnologías. ¿Evolución o
disrupción?”, Revista de Derecho Administrativo, Cita Online: AR/DOC/4133/2019).
[127]
DE VIGENTE DOMINGO, Ricardo, “El procedimiento administrativo electrónico y su
afectación a los derechos e intereses legítimos de los ciudadanos”, en DEL GUAYO CASTIELLA,
Iñigo, y FERNÁNDEZ CARBALLAL, Almudena, Los desafíos del derecho público en el siglo XXI.
Libro conmemoratorio del XXV Aniversario del acceso a la Cátedra del Profesor Jaime Rodríguez–
Arana Muñoz, INAP, Madrid, 2019, pág., 252 y ss.
[128]
THOMAS, Gustavo, Régimen Nacional de Procedimiento Administrativo. Incorporación de la
Gestión Electrónica, ob. cit., pág. 263.
[129]
Se establece así, el silencio positivo digital en favor del ciudadano, habida cuenta que frente a
una petición iniciada por un particular para la cual se requiera información que ya obra en la propia
Administración, “el silencio del organismo que dispone de la información, no obstará a la
continuación del trámite”. A partir de esta regulación se configura un silencio en sentido positivo, al
menos en lo que hace al carácter instrumental de la petición planteada por el ciudadano. De ese
modo, la normativa en comentario tiende a eliminar obstáculos burocráticos, dilaciones injustificadas
y procura agilizar los trámites de los expedientes.
[130]
MARTÍN DELGADO, Isaac, “Naturaleza, concepto y régimen jurídico de la actuación
administrativa automatizada”, en Revista de la Administración Pública, N° 180, Madrid, septiembre–
diciembre 2009, pág. 355.
[131]
MATA, Ismael, “Las nuevas tecnologías en la organización administrativa”, en AAVV,
Cuestiones de Organización Estatal, Función Pública y Dominio Público, Edic. RAP, Bs. As., 2012,
pág. 31 y ss., en part. pág.31.
[132]
MATA no cree que los conceptos de Administración electrónica (e–Administración) sea igual
al de Gobierno electrónico (e–Gobierno), ya que el segundo tiene mayor amplitud al incluir la gestión
del Estado en su totalidad (pág. 343).
[133]
CORVALÁN, Juan Gustavo, “Hacia una óptima Administración digital inteligente”, en La
Ley. Edición Especial. El Derecho en Transformación, 19–10–2017, pág. 5. En otra publicación, el
autor mencionado pone un ejemplo: “Si pretendemos expandir la atención en el otorgamiento de
turnos en oficinas públicas, en formatos 1.0 y 2.0, la clave era desconcentrar esa actividad sumando
oficinas, personas, computadoras, etc. En el mundo digital, expandir la oferta de un servicio
totalmente digital depende esencialmente del diseño algorítmico, de la calidad de la conectividad,
entre otros aspectos. Y si a eso le sumamos automatización o capas de innovación a través de
inteligencia artificial, podríamos optimizar de manera exponencial el otorgamiento de turnos. En
palabras simples, la organización digital o algorítmica no pasa por ´abrir oficinas´, sino por
expandir o ajustar diversos algoritmos. En síntesis, debemos alejarnos de una lógica que concibe a
las nuevas TIC como si se tratara de sustituir una máquina de escribir por un ordenador básico en
las oficinas estatales. ¡Ajustar el derecho administrativo a la transformación de la dualidad
tiempo/espacio! Este es, sin dudas, el mayor desafío en un mundo digital que se vuelve un ´universo
de inmediatos´, en donde el tiempo secuencial o cronológico comienza a diluirse. Y algo similar
ocurre a partir de la profunda mutación espacial, ya que en muchos casos es irrelevante un lugar
físico concreto o hablar de presencia y ausencia en los mismos términos que en otras épocas”
(CORVALÁN, Juan Gustavo, “Hacia una Administración Pública 4.0: digital y basada en inteligencia
artificial. Decreto de “Tramitación digital completa”, en Diario La Ley, 17–08–2018).
[134]
CORVALÁN, Juan Gustavo, Prometea. Inteligencia Artificial para transformar organizaciones
públicas, Bs. As., Editorial Astrea SRL, Editorial Universidad del Rosario, Derecho Para Innovar,
IMODEV, 2019, pág. 23.
[135]
SCOTTI, Luciana, Contratos electrónicos. Un estudio desde el Derecho Internacional Privado
Argentino, Eudeba, Bs. As., 2012, pág. 31 y 34. Para la autora citada, “Internet ha erosionado, en los
hechos, los límites geográficos. Esta suerte de ´desterritorialización´, de ´deslocalización´ trae como
consecuencia la imposibilidad, o al menos la seria dificultad, de los Estados para regular del modo
independiente este fenómeno. Algunos autores hablan de la crisis de monopolio del Estado en la
reglamentación de las relaciones entre personas de derecho privado como consecuencia de la
globalización” (pág. 25).
[136]
TORRES ZAGAL, Oscar, “La nueva tecnología del comercio electrónico. El cambio del
derecho documental al derecho electrónico”, en FILIPPI, Laura y JUARÉZ, María Laura (directoras),
Derechos patrimoniales. Libro en Homenaje a Efraín Hugo Richard, T. I, Edit. AD–HOC, As. As.,
pág. 125 y ss., en part. pág. 125.
[137]
NAHIRÑAK, Paula, JONES, Carola, JUANES, Norma, BUTLER, Inés y MINHOT, Leticia,
Comercio Electrónico en Argentina. Capacidades y Desafíos en la Construcción de la Sociedad de la
Información, IERAL de Fundación Mediterránea, Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba, 2007,
pág. 23.
[138]
VANINETTI, Hugo, Uso de los medios informáticos en la Administración Pública. Internet.
Correo electrónico. Régimen de la Provincia de Buenos Aires. Decreto 2442/05. Comparación en el
ámbito privado, El Derecho, 216–812.
[139]
FERNÁNDEZ DELPECH, Horacio, Manual de Derecho Informático, Abeledo–Perrot, Bs.
As., 2014, pág. 391; ALTMARK, Daniel R. y MOLINA QUIROGA, Eduardo, Tratado de Derecho
Informático, La Ley, Bs. As., 2012, pág. 966.
[140]
VANINETTI, Hugo, Aspectos jurídicos de Internet, ob. cit., pág. 533.
[141]
Valga la aclaración, ya que distinta sería la situación respecto de una casilla particular del
agente público, en donde en ese caso, al tenerse la protección constitucional a la intimidad, el
monitoreo solo es posible previa orden judicial.
[142]
Suprema Corte de EE.UU., “Pickering v. Board of Education”, 391 US 563 (1968), citado por
OYHANARTE, Martín, Libertad de expresión y sanción administrativa. El caso de los funcionarios
públicos y los jueces frente al uso de las redes sociales, www.microjuris.com, MJ–DOC–13746–AR |
MJD13746.
[143]
Suprema Corte de EE.UU., “Connick v. Myers”, 461 US 138 (1983), citado por
OYHANARTE, Martín, Libertad de expresión y sanción administrativa. El caso de los funcionarios
públicos y los jueces frente al uso de las redes sociales, www.microjuris.com, MJ–DOC–13746–AR |
MJD13746.
[144]
OYHANARTE, Martín, Libertad de expresión y sanción administrativa. El caso de los
funcionarios públicos y los jueces frente al uso de las redes sociales, www.microjuris.com, MJ–
DOC–13746–AR | MJD13746. Explica el autor citado que, en tal con texto, “el grado de restricción
a las manifestaciones depende, en definitiva, de cuál es el ámbito de gestión, servicio o función
pública de que se trate. Como es obvio, no están sujetas a la misma limitación un militar de alto
rango, un docente universitario o un empleado administrativo”.
[145]
El juez debe evaluar la significación del propósito que persigue al ingresar a una red social y su
posibilidad de mantener las comunicaciones dentro de lo permitido por el Código de Ética, el
significado que tiene admitir o no admitir a una persona a su universo de contactos en el marco de
una red social, restringiendo de manera absoluta cualquier comunicación con aquellas personas que
como partes o como abogados y otros profesionales de la justicia litiguen en un asunto del que en ese
momento esté conociendo el juez. Ver en profundidad, D' ANGELO, Romina L., “La ética judicial en
las redes sociales. Segunda parte”, www.microjuris.com.ar, Cita: MJ–DOC–15189–AR | MJD15189.
[146]
Cam. Nac. del Trabajo, Sala X, 13–02–2015, “A., S.J. c/International Health Service Argentina
S.A. s/ despedido”, citado por ABARRATEGUI FERNÁNDEZ, “Controversias derivadas del uso de
las nuevas tecnologías en el ámbito laboral. ¿Qué respuestas nos brinda la jurisprudencia?”, en
GRANERO, Horacio R. (director) y STECKBANER, María Rosa, (coordinación), E–mails, chats,
WhatsApp, SMS, Facebook, filmaciones con teléfonos móviles y otras tecnologías. Validez probatoria
en el proceso civil, comercial, penal y laboral, elDial.com, Bs. As., 2019, pág. 253. Si bien este fallo
se refiere al ámbito laboral privado regulado por la LCT, nada impide que se lleguen a las mismas
conclusiones en el ámbito del empleo y los sistemas de salud público.
[147]
Refiriéndose al ámbito de la magistratura se ha dicho que “las redes sociales se conforman
como un verdadero desafío, máxime en la época actual donde es necesario mostrar todo: qué hago,
cómo, dónde voy, cómo me divierto, con quién me relaciono, entre muchas otras cosas, y esta
tendencia –sobre la cual no emitiré juicio– alcanza también a los jueces, engendrando el riesgo de
que por el afán de mostrar, el Magistrado cometa graves infracciones a sus deberes e inclusive pueda
comprometer su Investidura” (PANDULLO, Ignacio, Desafíos del siglo XXI: Jueces y redes sociales,
en www.microjuris.com.ar, MJ–DOC–14830–AR | MJD14830).
[148]
FARABOLLINI, Gustavo, “Gobierno Electrónico: una oportunidad para el cambio en la
Administración Pública”, Segundo Congreso Argentino de Administración Pública. Sociedad, Estado
y Administración, Córdoba, noviembre de 2003, disponible en www.aaeap.org.ar.
[149]
El e– Government consiste, básicamente, en la modalidad de gestión pública que incorpora el
uso masivo de las TICs, tanto para la organización interna como para la interacción del Gobierno con
los demás actores sociales y los ciudadanos. La Comunidad Europa define al e– Government o
administración electrónica “como la utilización de las tecnologías de la información y la
comunicación (TIC) en las Administraciones públicas, asociada a cambios en la organización y
nuevas aptitudes del personal. El objetivo es mejorar los servicios públicos, reforzar los procesos
democráticos y apoyar a las políticas públicas”. Ampliar en CASARINI, Luis E., “E–Government.
Hacia la ineludible “reinvención” del Estado moderno”, La Ley, 2005–D–1478.
[150]
GIMENO FELIÚ, José María, “Documento de Trabajo 2004–03– La utilización de las Nuevas
Tecnologías en la Contratación Pública”, Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales,
Universidad de Zaragoza, 2004, pág. 18 y 20, disponible en www.unizar.es.
[151]
CORRÁ, María Inés, “La contratación pública electrónica”, en AAVV, Cuestiones de
Contratos Administrativos. En Homenaje a Julio Rodolfo Comadira, Edic. RAP, Bs. As., 2007, pág.
281 y ss., en part. pág. 283.
[152]
Capitulo II, Contrataciones públicas electrónicas. Artículo 21. Contrataciones en formato
digital. Las contrataciones comprendidas en este régimen podrán realizarse en formato digital
firmado digitalmente, utilizando los procedimientos de selección y las modalidades que
correspondan. También podrán realizarse en formato digital firmado digitalmente los contratos
previstos en el artículo 5° del presente. Las jurisdicciones y entidades comprendidas en el artículo 2°
estarán obligadas a aceptar el envío de ofertas, la presentación de informes, documentos,
comunicaciones, impugnaciones y recursos relativos a los procedimientos de contratación
establecidos en este régimen, en formato digital firmado digitalmente, conforme lo establezca la
reglamentación. Se considerarán válidas las notificaciones en formato digital firmado digitalmente,
en los procedimientos regulados por el presente. Deberá considerarse que los actos realizados en
formato digital firmados digitalmente cumplen con los requisitos del artículo 8° de la Ley N° 19.549,
su modificatoria y normas reglamentarias, en los términos establecidos en las disposiciones referentes
al empleo de la firma digital en el Sector Público Nacional, las que se aplicarán, en el caso de las
contrataciones incluidas en los artículos 4° y 5° de este régimen, aun a aquellos actos que produzcan
efectos individuales en forma directa. Los documentos digitales firmados digitalmente tendrán el
mismo valor legal que los documentos en soporte papel con firma manuscrita, y serán considerados
como medio de prueba de la información contenida en ellos. Artículo 22. Regulación. La
reglamentación establecerá la regulación integral de las contrataciones públicas electrónicas, en
particular el régimen de publicidad y difusión, lo referente al proceso electrónico de gestión de las
contrataciones, los procedimientos de pago por medios electrónicos, las notificaciones por vía
electrónica, la automatización de los procedimientos, la digitalización de la documentación y el
expediente digital.
[153]
CORRÁ, María Inés, “La contratación pública electrónica”, en AAVV, Cuestiones de
Contratos Administrativos. En Homenaje a Julio Rodolfo Comadira, Edic. RAP, Bs. As., 2007, pág.
281 y ss., en part. pág. 294 a 296.
[154]
UEZ, Román A., La globalización y los problemas regulatorios, Edic. RAP, Bs. As., 2007, pág.
69.
[155]
GAGO, Fernando, “Exteriorización de la voluntad por Internet. Aspectos extrínsecos de un
contrato celebrado en Internet”, El Derecho, 187–1545.
[156]
UEZ, Román A., La globalización y los problemas regulatorios, ob. cit., pág. 70.
[157]
Como se sabe, la Corte ha dicho que la validez y eficacia de los contratos administrativos se
supedita al cumplimiento de las formalidades exigidas por las disposiciones legales correspondientes,
en cuanto a la forma y procedimientos de contratación (CSJN, 10–02–2004, “Indicom S.A. c/Buenos
Aires, Provincia de s/ cobro de pesos”, Fallos: 327:84; “Laser Disc Argentina S.A. c/ Mendoza,
Provincia de– Instituto Provincial de la Cultura s/ cobro de pesos”, 01–09–2009, Fallos. 326:3206).
En este horizonte, el Máximo Tribunal Federal ha determinado en reiteradas oportunidades que la
prueba de la existencia de un contrato administrativo se halla íntimamente vinculada a la forma en
que dicho contrato queda legalmente perfeccionado. Cuando la legislación aplicable determina una
forma específica para la conclusión de un contrato, dicha forma debe ser respetada, pues se trata de
un requisito esencial de su existencia (“Mas Consultores” (2000, Fallos: 323:1515), “Servicios
Empresarios Wallabies” (2000, Fallos: 323:1841), “Ingeniería Omega” (2000, Fallos: 323:3924),
“Carl Chung Ching Kao” (2001, Fallos: 324:3019), “Magnarelli” (2003, Fallos: 326:1280), “Laser
Disc” (2003, Fallos: 326:3206), “Indicom” (2004, Fallos: 327:84), “Punte” (2006, Fallos: 329:809),
“Lix Klett” (31/07/2012).
[158]
En el artículo 32 del Decreto 1023/2001, ya podía encontrarse un antecedente de esta
regulación. Profundizar en MOLINA QUIROGA, Eduardo, “Equiparación de un web side de internet
a la publicidad oficial. A propósito de la Res. 97/2005 de PGN”, Derecho Administrativo. Revista de
doctrina, jurisprudencia, legislación y práctica, N° 55, Lexis Nexis, Bs. As., 2005, pág. 202.
[159]
MORENO MOLINA, José Antonio, “Las nuevas directivas de la Unión Europea sobre
contratación pública”, El Derecho Administrativo, 2014, pág. 535.
[160]
MORENO MOLINA, José Antonio, “Las nuevas directivas de la Unión Europea sobre
contratación pública”, El Derecho Administrativo, 2014, pág. 535.
[161]
HOCSMAN, Heriberto S., Negocios en Internet, Astrea, Bs. As., 2005, pág. 81.
[162]
HEREDERO, Manuel, Manual de Contratos Públicos de Informática, Ministerio de
Administración Pública, INAP, Madrid, 1989, pág. 27.
[163]
HEREDERO, Manuel, Manual de Contratos Públicos de Informática, ob. cit., pág. 31.
[164]
TORRES MANRIQUE, Jorge I., “Análisis de la relación entre la inteligencia artificial y el
derecho. Hacia el arribo del derecho de los robots”, en www.microjuris.com.ar, MJ-DOC-15194-AR |
MJD15194.
[165]
NAVAS NAVARRO, Susana, “Derecho e inteligencia artificial dese el diseño.
Aproximaciones”, en NAVAS NAVARRO, Susana (directora,) Inteligencia artificial. Tecnología.
Derecho, ob. cit., pág. 24.
[166]
GIL DOMÍNGUEZ, ANDRÉS, Inteligencia artificial y derecho, ob. cit., pág. 18. La IA “es
una combinación de tecnologías que agrupa datos, algoritmos y capacidad informática” (UE,
Comisión Europea, Libro Blanco sobre la inteligencia artificial: un enfoque europeo orientado a la
excelencia y la confianza, COM, (2020) 65).
[167]
NAVAS NAVARRO, Susana, “Derecho e inteligencia artificial dese el diseño.
Aproximaciones”, en NAVAS NAVARRO, Susana (directora,) Inteligencia artificial. Tecnología.
Derecho, ob. cit., pág. 24.
[168]
CORVALÁN, Juan Gustavo, “Inteligencia artificial: retos, desafíos, y oportunidades. Prometea:
la primera inteligencia artificial al servicio de Latinoamérica al servicio de la Justicia”, ob. cit., pág.
299.
[169]
REYES OLMEDIO, Patricia, “De la informática jurídica a la algoritmocracia”, elDial.com -
DC2943.
[170]
PONCE SOLÉ, Juli, “Inteligencia artificial, Derecho administrativo y reserva de humanidad:
algoritmos y procedimiento administrativo debido tecnológico”, en Revista General de Derecho
Administrativo, N° 52, enero, 2019, España, http://laadministracionaldia.inap.es/noticia.asp?
id=1509505.
[171]
FALIERO, Johanna C., EL derecho al anonimato: revolucionando el paradigma de la
protección en tiempos de posprivacidad, Bs. As, Ad-Hoc, 2019, pág. 120.
[172]
https://www.ticbeat.com/tecnologias/que-diferencia-hay-entre-deep-learning-inteligencia-
artificial-y-machine-learning/.
[173]
Ver al respecto, en https://inteligenciaartificial.science/diferencias-entre-la-inteligencia-
artificial-y-las-redes-neuronales-artificiales/.
[174]
https://blog.adext.com/tecnologias-inteligencia-artificial-2019/.
[175]
Téngase en cuenta, por ejemplo, el artículo 24 de la Ley Orgánica N° 3/2018, de 5 de
diciembre, de “Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales” de España, que
establece que: “Artículo 24. Sistemas de información de denuncias internas. 1. Será lícita la
creación y mantenimiento de sistemas de información a través de los cuales pueda ponerse en
conocimiento de una entidad de Derecho privado, incluso anónimamente, la comisión en el seno de
la misma o en la actuación de terceros que contratasen con ella, de actos o conductas que pudieran
resultar contrarios a la normativa general o sectorial que le fuera aplicable. Los empleados y
terceros deberán ser informados acerca de la existencia de estos sistemas de información. 2. El
acceso a los datos contenidos en estos sistemas quedará limitado exclusivamente a quienes,
incardinados o no en el seno de la entidad, desarrollen las funciones de control interno y de
cumplimiento, o a los encargados del tratamiento que eventualmente se designen a tal efecto. No
obstante, será lícito su acceso por otras personas, o incluso su comunicación a terceros, cuando
resulte necesario para la adopción de medidas disciplinarias o para la tramitación de los
procedimientos judiciales que, en su caso, procedan. Sin perjuicio de la notificación a la autoridad
competente de hechos constitutivos de ilícito penal o administrativo, solo cuando pudiera proceder la
adopción de medidas disciplinarias contra un trabajador, dicho acceso se permitirá al personal con
funciones de gestión y control de recursos humanos. 3.Deberán adoptarse las medidas necesarias
para preservar la identidad y garantizar la confidencialidad de los datos correspondientes a las
personas afectadas por la información suministrada, especialmente la de la persona que hubiera
puesto los hechos en conocimiento de la entidad, en caso de que se hubiera identificado. 4. Los
datos de quien formule la comunicación y de los empleados y terceros deberán conservarse en el
sistema de denuncias únicamente durante el tiempo imprescindible para decidir sobre la procedencia
de iniciar una investigación sobre los hechos denunciados. En todo caso, transcurridos tres meses
desde la introducción de los datos, deberá procederse a su supresión del sistema de denuncias, salvo
que la finalidad de la conservación sea dejar evidencia del funcionamiento del modelo de prevención
de la comisión de delitos por la persona jurídica. Las denuncias a las que no se haya dado curso
solamente podrán constar de forma anonimizada, sin que sea de aplicación la obligación de bloqueo
prevista en el artículo 32 de esta ley orgánica. Transcurrido el plazo mencionado en el párrafo
anterior, los datos podrán seguir siendo tratados, por el órgano al que corresponda, conforme al
apartado 2 de este artículo, la investigación de los hechos denunciados, no conservándose en el
propio sistema de información de denuncias internas. 5. Los principios de los apartados anteriores
serán aplicables a los sistemas de denuncias internas que pudieran crearse en las administraciones
públicas”.
[176]
Ver al respecto, https://www.ticbeat.com/innovacion/la-historia-de-la-inteligencia-artificial-
desde-los-origenes-hasta-hoy/.
[177]
Ver al respecto, https://www.thinkingheads.com/tendencia-global/robotica-inteligencia-
artificial-etica-debate/.
[178]
REYES OLMEDIO, Patricia, “De la informática jurídica a la algoritmocracia”, elDial.com -
DC2943.
[179]
RAMIÓ MATAS, Carles, “inteligencia artificial, robótica y modelos de administración
pública”, Revista del CLAD Reforma y Democracia, N° 72, oct. 2018, pág. 5 y ss., en part. pág. 10.
[180]
UE, Comisión Europea, Libro Blanco sobre la inteligencia artificial: un enfoque europeo
orientado a la excelencia y la confianza, COM, (2020) 65.
[181]
VALERO TORRIJOS, Julián, “Las garantías jurídicas de la inteligencia artificial en la
actividad administrativa desde la perspectiva de la buena administración”, Revista Catalana de Dret
Públic, N° 58, Año 2019, pág. 82 a 96, publicado en
file:///C:/Users/Usuario/Documents/LIBRO/357195-515152-2-PB.pdf.
[182]
RAMIÓ MATAS, Carles, “inteligencia artificial, robótica y modelos de administración
pública”, Revista del CLAD Reforma y Democracia, N° 72, ob. cit., pág. 23 a 27.
[183]
No obstante, se han manifestado voces en contra de la IA. Ante el interrogante si será factible
aplicar estas tecnologías en los procesos judiciales, tanto por parte del juzgador como de los
abogados litigantes, prescindiendo de la subjetividad, la respuesta es negativa “fundada en que no es
posible encontrar soluciones a los conflictos que el derecho presenta sin el discernimiento humano
de la cuestión… los algoritmos nos ayudaran, a través de los sistemas y los softwares, a afrontar el
desafío del Big Data, pero nunca podrán sustituir al magistrado ni al letrado en la interpretación y
en la aplicación del derecho” (ASOREY, RUBÉN, “La inteligencia artificial en el Derecho”, en
Legaltech II, el Derecho ante la Tecnología, Suplemento Especial, La Ley, octubre 2019, pág. 93).
[184]
NAVAS NAVARRO, Susana, “Derecho e inteligencia artificial dese el diseño.
Aproximaciones”, en NAVAS NAVARRO, Susana (directora,) Inteligencia artificial. Tecnología.
Derecho, ob. cit., pág. 26.
[185]
CASANOVAS, Pompeu, “Derecho, Tecnología, Inteligencia artificial y web semántica. Un
mundo para todos y para cada uno”, en
https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/8/3875/26.pdf. Fecha de la consulta: marzo de
2020.
[186]
REYES OLMEDIO, Patricia, “De la informática jurídica a la algoritmocracia”, elDial.com -
DC2943.
[187]
REYES OLMEDIO, Patricia, “De la informática jurídica a la algoritmocracia”, elDial.com -
DC2943.
[188]
REYES OLMEDIO, Patricia, “De la informática jurídica a la algoritmocracia”, elDial.com -
DC2943.
[189]
Más adelante, comenta la autora citada- se ocupó del estudio, desarrollo y promoción del uso
de las TICs en el ámbito jurídico, distinguiendo 3 áreas de acción: a) Informática jurídica
documental, que crea y procesa la documentación jurídica, tales como las bases de datos legales,
jurisprudenciales, etc.; b) Informática jurídica de gestión, que se ocupa de apoyar la actividad del
jurista a través de sistemas de gestión automatizados, como por ejemplo son sistema de tramitación
judicial, de información legislativa, etc.; c) Informática jurídica decisional, en que las TIC apoyan a
los operadores jurídicos (jueces, abogados, mediadores) recogiendo, sistematizando y procesando
información y ofreciendo alternativas de decisión en base a reglas predefinidas.
[190]
FROSINI, Vittorio, “Informática y Administración pública”, Revista de la Administración
Pública, N° 105, septiembre- diciembre, 1984, Madrid, pág. 447 y ss., en part. pág. 455.
[191]
CASANOVAS, Pompeu, “Derecho, tecnología, inteligencia artificial y web semántica. Un
mundo para todos y para cada uno”, Enciclopedia de Filosofía y Teoría del Derecho, vol. 1,
https://archivos.juridicas. Para la doctrina, es cierto que se ha debatido mucho sobre el juez artificial,
la posibilidad de que sea un programa y no una persona humana, quien dicte sentencia. Pero también
lo es que este tipo de programas sobre el “juez autómata”, que tanta literatura ha generado, están ya
fuera de discusión cuando nació la “International Association for Artificial Inteligence and Law”.
[192]
GRANERO, Horacio Roberto, “Los sistemas inteligentes de medición del caos como elemento
de ayuda para mejorar la actividad jurídica”, elDial.com - DCB38.
[193]
Debe aclararse que las lenguas naturales pueden expresarse en tres formas: oral (mediante la
voz), escrita (un texto) o por signos. De más está decir que la expresión escrita se encuentra mucho
más documentada y es más fácil de conseguir y analizar que la oral o el lenguaje de signos. Por ello,
el Procesamiento del Lenguaje Natural está mucho más avanzado en el tratamiento de textos escritos.
[194]
TORRES MANRIQUE, Jorge I., “Análisis de la relación entre la inteligencia artificial y el
derecho. Hacia el arribo del derecho de los robots”, en www.microjuris.com.ar, Cita: MJ-DOC-
15194-AR | MJD15194.
[195]
SARRA, Andrea, “La inteligencia artificial en el derecho”, en www.microjuris.com.ar, MJ-
DOC-6591-AR | MJD6591.
[196]
SARRA, Andrea, “La inteligencia artificial en el derecho”, en www.microjuris.com.ar, MJ-
DOC-6591-AR | MJD6591.
[197]
NAVAS NAVARRO, Susana, “Derecho e inteligencia artificial dese el diseño.
Aproximaciones”, en NAVAS NAVARRO, Susana (directora,) Inteligencia artificial. Tecnología.
Derecho, ob. cit., pág. 39.
[198]
NAVAS NAVARRO, Susana, “Derecho e inteligencia artificial dese el diseño.
Aproximaciones”, en NAVAS NAVARRO, Susana (directora,) Inteligencia artificial. Tecnología.
Derecho, ob. cit., pág. 40. La autora cita, como ejemplo, legislación del Reino Unido, Irlanda, Nueva
Zelanda, Australia, etc.
[199]
FERNANDEZ, Tomás R., “Jurisprudencia y computadores”, en Revista de la Administración
Pública, N° 64, enero abril, 1971, Madrid, pág. 327 y ss.
[200]
“Recensiones y notificas de libros”, Revista de la Administración Pública, N° 60, septiembre–
octubre, 1969, Madrid, pág. 525, en part. pág. 546.
[201]
FROSINI, Vittorio, “Informática y Administración pública”, Revista de la Administración
Pública, N° 105, septiembre– diciembre, 1984, Madrid, pág. 447 y ss., en part. pág. 447 y 449.
[202]
Véase, por ejemplo, CORVALÁN, Juan Gustavo y SÁ ZEICHEN, Gustavo, “Justicia 4.0: el
uso de inteligencia artificial para acercar la justicia a los ciudadanos”, Ediciones SAIJ, Id SAIJ:
DACF190020.
[203]
CORVALÁN, Juan Gustavo y SÁ ZEICHEN, Gustavo, “Justicia 4.0: el uso de inteligencia
artificial para acercar la justicia a los ciudadanos”, Ediciones SAIJ, Id SAIJ: DACF190020.
[204]
Esta Ley fue derogada por la Ley N° 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento
Administrativo Común de las Administraciones Públicas. Solo se contempla que “Los sistemas
normalizados de solicitud podrán incluir comprobaciones automáticas de la información aportada
respecto de datos almacenados en sistemas propios o pertenecientes a otras Administraciones u
ofrecer el formulario cumplimentado, en todo o en parte, con objeto de que el interesado verifique la
información y, en su caso, la modifique y complete”.
[205]
La mecanización y automatización, como principios, no son nuevos en los sistemas jurídicos
normativos, por cuanto ya en la exposición de motivos de la Ley Procedimientos Administrativos
española de 1958 se señaló que “Por lo demás, las aludidas directrices no se conciben como simples
enunciados programáticos, sino como verdaderas normas jurídicas, al habilitar a la Administración
de una vez para siempre para adoptar cuantas medidas repercutan en la economía, celeridad y
eficacia de los servicios; a estos fines responden los preceptos relativos a la normalización de
documentos, racionalización, mecanización y automatización de los trabajos en las oficinas
públicas, creación de oficinas de información y reclamaciones y fijación de horarios adecuados para
el mejor servicio de los administrados”.
[206]
MARTÍN DELGADO, Isaac, Naturaleza, concepto y régimen jurídico de la actuación
administrativa automatizada, en “Revista de la Administración Pública”, N° 180, Madrid,
septiembre–diciembre 2009, pág. 365.
[207]
Artículo 41. 1. Y agrega que “En caso de actuación administrativa automatizada deberá
establecerse previamente el órgano u órganos competentes, según los casos, para la definición de las
especificaciones, programación, mantenimiento, supervisión y control de calidad y, en su caso,
auditoría del sistema de información y de su código fuente. Asimismo, se indicará el órgano que debe
ser considerado responsable a efectos de impugnación”. Finalmente, en el artículo 42 se establece
que “En el ejercicio de la competencia en la actuación administrativa automatizada, cada
Administración Pública podrá determinar los supuestos de utilización de los siguientes sistemas de
firma electrónica: a) Sello electrónico de Administración Pública, órgano, organismo público o
entidad de derecho público, basado en certificado electrónico reconocido o cualificado que reúna los
requisitos exigidos por la legislación de firma electrónica. b) Código seguro de verificación
vinculado a la Administración Pública, órgano, organismo público o entidad de Derecho Público, en
los términos y condiciones establecidos, permitiéndose en todo caso la comprobación de la
integridad del documento mediante el acceso a la sede electrónica correspondiente”.
[208]
Para Vincenzo AQUARO (Director de Gobierno Digital de la ONU): “los sistemas de
Inteligencia Artificial no pueden reemplazar completamente las competencias de los seres humanos.
Pueden colocar a los humanos en una posición ventajosa y ayudar a organizar mejor nuestra
sociedad, pero al final, los humanos son, o al menos deberían ser, los que siempre toman las
decisiones finales. Esta es la razón por la que prefiero deletrear la IA como “Inteligencia (humana)
Aumentada” en lugar de Inteligencia Artificial” (AQUARO, “Prologo”, en CORVALÁN, Juan
Gustavo, Prometea. Inteligencia Artificial para transformar organizaciones públicas, ob. cit., pág.
7).
[209]
Tal como se verá seguidamente, estas herramientas tienen gran tradición en materia tributaria,
aun antes de la implementación de un régimen general. Por ejemplo, en España la Ley N° 58/2003,
de 17 de diciembre, General Tributaria, contempla el empleo por parte de la Administración tributaria
de las nuevas tecnologías en el desarrollo de su actividad y para el ejercicio de sus competencias.
Concretamente hace una mención directa a la posibilidad de adopción de decisiones de forma
automatizada, al precisar que “cuando la Administración tributaria actúe de forma automatizada se
garantizará la identificación de los órganos competentes para la programación y supervisión del
sistema de información y de los órganos competentes para resolver los recursos que puedan
interponerse”. Imagínese el lector, por ejemplo, sistemas de declaración jurada informativa donde en
forma automatizada, el programa –previa verificación de datos– brinda la determinación y
liquidación del monto a abonar.
[210]
DELPIAZZO, Carlos, “Noción y regulación del procedimiento y del acto administrativo
electrónico”, en Estudios de Derecho Administrativo, 79–108, citado por SCHIAVI, Pablo, “Acto
administrativo electrónico y nuevas tecnologías. ¿Evolución o disrupción?”, Revista de Derecho
Administrativo, Cita Online: AR/DOC/4133/2019.
[211]
DELPIAZZO, Carlos, “Noción y regulación del procedimiento y del acto administrativo
electrónico”, en Estudios de Derecho Administrativo, 79–108, citado por SCHIAVI, Pablo, “Acto
administrativo electrónico y nuevas tecnologías. ¿Evolución o disrupción?”, Revista de Derecho
Administrativo, Cita Online: AR/DOC/4133/2019.
[212]
CALDERON CARRERO, José Manuel, “Algoritmos de inteligencia artificial con fines de
control fiscal: ¿puede el derecho embridar a las nuevas tecnologías?”, El Derecho Tributario, marzo,
2010.
[213]
RIQUERT, Marcelo A. y SUEIRO, Carlos Cristian, Sistema penal e informática, Ciberdelitos,
evidencia digital, TCS, Nº 2, “Selección de jurisprudencia”, Hammurabi, Bs. As., 2019, pág. 324.
[214]
Lo que incluso tiene recepción legal con el artículo 108 del Reglamento de la Ley de
Procedimiento Administrativo (Decreto 1759/72, T.O. Decreto 894/2017), en cuanto expresa que “los
interesados que interactúen con la Administración deberán aportar al procedimiento administrativo
los datos y documentos exigidos de acuerdo con lo dispuesto en la normativa aplicable. Asimismo,
podrán aportar cualquier otro documento que estimen conveniente”.
[215]
PARADA, Ramón, Régimen jurídico de las Administraciones Públicas y Procedimiento
Administrativo Común, Marcial Pons, Madrid, 2009, citado por PONCE SOLÉ, Juli, “Inteligencia
artificial, Derecho administrativo y reserva de humanidad: algoritmos y procedimiento administrativo
debido tecnológico”, en Revista General de Derecho Administrativo, N° 52, enero, 2019, España.
[216]
URÍOS APARISI –ALAMILLO DOMINGO, “Los límites a la utilización del sello del órgano
por parte de las Administraciones Públicas en la Ley N° 11/2007”, Comunicación presentada a las
Jornadas Tecnimap, celebradas en Gijón del 27 al 30 de noviembre de 2007, pág. 4, disponible en
www.tecnimap.es.
[217]
DELGADO GARCÍA– OLIVER CUELLO “Regulación de la informática decisional en la
Administración electrónica tributaria”, Comunicación presentada en las Jornadas Tecnimap,
celebradas en Sevilla del 30 de mayo al 2 de junio de 2006, p 7, disponible en
www.csi.map.es/csi/tecnimap/tecnimap_2006/01T_
PDF/regulacion%20de%20la%20informatica.pdf.
[218]
LACAVA, Federico J., “Decisiones administrativas automáticas y derechos”, ob. cit., pág. 255.
[219]
MARTÍN DELGADO, Isaac, “Naturaleza, concepto y régimen jurídico de la actuación
administrativa automatizada”, en Revista de la Administración Pública, N° 180, Madrid, septiembre–
diciembre 2009, pág. 360. Para el autor citado, a lo que coincidimos, “No es difícil imaginar un
Registro administrativo completamente electrónico, en el que la entrada, salida, archivo y
organización de comunicaciones electrónicas estén completamente automatizadas. Tampoco un
centro informático específicamente encargado de la producción de un concreto tipo de actos
administrativos (pensemos en certificaciones del padrón municipal, concesión de licencias regladas
o adjudicaciones en subastas electrónicas)” (pág. 361).
[220]
MARTÍN DELGADO, Isaac, “Naturaleza, concepto y régimen jurídico de la actuación
administrativa automatizada”, en Revista de la Administración Pública, N° 180, Madrid, septiembre–
diciembre 2009, pág. 363.
[221]
MARTÍN DELGADO, Isaac, “Naturaleza, concepto y régimen jurídico de la actuación
administrativa automatizada”, en Revista de la Administración Pública, N° 180, Madrid, septiembre–
diciembre 2009, pág. 364. Por ende “del mismo modo que ocurre con la atribución de la voluntad de
los funcionarios físicos de la Administración, se puede recurrir a la ficción jurídica de atribuir a la
Administración el proceso intelectivo del ordenador, sobre la base de una decisión asumida
precedentemente por una o más personas físicas que componen sus órganos, superando así la
objeción sobre la imposibilidad de considerar acto administrativo a la decisión automatizada por la
imposibilidad de calificar a ésta como declaración de voluntad” (LACAVA, Federico J., “Decisiones
administrativas automáticas y derechos”, ob. cit., pág. 255).
[223]
PONCE SOLÉ, si bien admite que “tecnológicamente, podría producir también disposiciones
generales” aunque la “normativa existente calla sobre este aspecto”, recomienda “la prohibición del
uso de la IA en relación con ejercicio de potestades discrecionales, incluidas, claro está, las
planificadoras o reglamentarias” (PONCE SOLÉ, Juli, “Inteligencia artificial, Derecho
administrativo y reserva de humanidad: algoritmos y procedimiento administrativo debido
tecnológico”, en Revista General de Derecho Administrativo, N° 52, enero, 2019, España,
http://laadministracionaldia.inap.es/noticia.asp?id=1509505).
[224]
GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo. y FERNÁNDEZ, Tomás R, Curso de Derecho
Administrativo, vol. I, 11ªed., España, 2000, pág. 454 y ss.
[225]
Para el ámbito de la Justicia es exactamente lo mismo. Así podrá utilizarse en las causas de
ejecuciones civiles y comerciales, donde solo se discute el título ejecutivo, como en reclamos de
multas, tributos o impuestos, o inclusive en las causas de accidentes laborales. Pero hasta cierto
punto, porque esa velocidad meteórica de la IA puede convertirse en peligrosa para los ciudadanos
que ven vulnerados sus derechos por el Estado (causas sobre libertad de personas, delitos de lesa
humanidad, entre otras) (RAFFAGHELLI, Luis, “Desafíos presentes y futuros del trabajo, tal como
se presenta en la era actual”, elDial.com – DC2626).
[226]
GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo y Fernández, Tomás Ramón, Curso de Derecho
Administrativo, vol. I, 11ªed., España, 2000, pág. 454 y ss.
[227]
URÍOS APARISI –ALAMILLO DOMINGO, “Los límites a la utilización del sello del órgano
por parte de las Administraciones Públicas en la Ley N° 11/2007”, Comunicación presentada a las
Jornadas Tecnimap, celebradas en Gijón del 27 al 30 de noviembre de 2007, pág. 4, disponible en
www.tecnimap.es.
[228]
DELGADO GARCÍA –OLIVER CUELLO, “Regulación de la informática decisional en la
Administración electrónica tributaria”, Comunicación presentada en las Jornadas Tecnimap,
celebradas en Sevilla del 30 de mayo al 2 de junio de 2006, pág. 7, disponible en
www.csi.map.es/csi/tecnimap/tecnimap_2006/01T_
PDF/regulacion%20de%20la%20informatica.pdf.
[229]
Para el autor, “No es difícil parametrizar en estos casos. Los méritos que reúne el aspirante a
una plaza de funcionario público o la puntuación que debe obtener una oferta para la adjudicación
de un contrato administrativo, aun cuando son susceptibles de valoración por el órgano llamado a
concretarlos, tal valoración, técnicamente hablando, puede ser llevada a cabo por una máquina en
uso de una aplicación informática debidamente configurada. En consecuencia, también cabría la
automatización de la decisión en el ejercicio de una potestad administrativa discrecional cuando la
libertad decisoria se concreta en criterios técnicos y no políticos” (MARTÍN DELGADO, Isaac,
“Naturaleza, concepto y régimen jurídico de la actuación administrativa automatizada”, en Revista de
la Administración Pública, N° 180, Madrid, septiembre–diciembre 2009, pág.370).
[230]
MARTINO, Antonio, “Sistemas expertos legales”, en Informática y Derecho, V.1, Depalma,
Bs. As., 1987, pág. 136; PEREZ LUÑO, Antonio, “Sistemas expertos jurídicos: premisas para un
balance”, en Informática y Derecho, V.5, Depalma, Bs. As., 1996, pág. 97.
[231]
En el ámbito judicial existen proyectos para aplicar inteligencia artificial a los efectos de
automatizar algunas tareas jurídicas, que consiste en cargar resoluciones simples, para después ser
buscadas y luego vinculadas en documentos legales pre–configurados, los que se firmaran
digitalmente. Respecto el modelo utilizado por el Ministerio Público Fiscal de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, ver CEVASCO, Luis y CORVALÁN, Juan Gustavo, ¿Desempleo tecnológico? El
impacto de la inteligencia artificial y la robótica en el trabajo, en Diario La Ley, 11–07–2018.
[232]
En una postura crítica, LACAVA entiende que, si bien la eliminación de la discrecionalidad
“parece consustanciarse con los principios vectores del Estado constitucional, a poco que se aprecie,
tales decisiones eliminan la posibilidad de flexibilizar o adaptar las decisiones a las circunstancias,
por lo que el sistema impide ponderar los intereses los intereses en conflicto o evaluar el contexto.
Píense en la hipótesis de acordar una determinada subvención, o la no admisión a un concurso
público como resultado de la brecha digital, por ejemplo, porque determinado aspirante carece del
sistema informático adecuado. O la imposición de una multa a quien no produjo la infracción de
tránsito y no tuvo derecho a defenderse en modo previo a su aplicación” (LAVACA, Federico J.,
“Acto administrativo automático en el marco del Estado constitucional de derecho”, El Derecho
Administrativo, 3 de diciembre de 2019, pág. 5).
[233]
GRANERO, Horacio R., La inteligencia artificial entiende el lenguaje “talcahuanensis”
(Impacto de los lenguajes de procesamiento de lenguaje natural (NLP) en la recuperación de
información legal)”, elDial.com – DC2991.
[234]
RAMIÓ MATAS, Carles, “inteligencia artificial, robótica y modelos de administración
pública”, Revista del CLAD Reforma y Democracia, N° 72, oct. 2018, pág. 5 y ss., citando a
CAMPOS, Concepción (2018), 5 Ejemplos de Inteligencia Artifical (IA) en la administración
pública: ¿presente o futuro?, http:// concepcioncampos. org/5–ejemplos–deinteligencia–artificial–ia–
enla–administracion–publicapresente–o–futuro. Por el contrario, BARRAZA se han manifestado con
una posición escéptica al respecto, entendiendo que la corrupción preexistente muchas veces es
potenciada por la tecnología. Cito textual “En segundo término, se habla de que mediante la
inteligencia artificial los miles de conflictos que se debaten en el fuero previsional o los
procedimientos administrativos se solucionarán rápidamente. En realidad, de lo que se trata es de
modificar un sistema corrupto, en el que los órganos administrativos no realizan adecuadamente la
liquidación de haberes de un agente. ¿Cómo funciona el sistema? Si a un agente de la
Administración Pública no se le practica adecuadamente esa reliquidación, eso debería dirimirse en
el ámbito administrativo y no crear un sistema informático, para potenciar esa corrupción. Tal vez
deberíamos pensar en un sistema para sancionar la omisión y la corrupción. ¿Cómo es posible que
dos personas que despliegan la misma actividad deban percibir emolumentos distintos? ¿Para eso
crearemos inteligencia artificial? ¿Para que una persona haga juicio? En fin, debemos avanzar
hacia la inteligencia artificial, pero antes debemos analizar cada uno de los sistemas corruptos que
existen, y no potenciarlos mediante la tecnología” (BARRAZA, Javier Indalecio, “Derechos
humanos, nuevas tecnologías y los órganos de gobierno”, en Revista de Derecho Público. Derechos
humanos y nuevas tecnologías–II, Rubinzal–Culzoni, Santa Fe, 2018, pág. 77 y ss., en part. pág. 86).
[235]
Ampliar en, PONCE, SOLÉ, Juli, “La prevención de riesgos de mala administración y
corrupción, la inteligencia artificial y el derecho a una buena administración”, Revista internacional
de transparencia e integridad , Número 6, enero–abril 2018,
https://revistainternacionaltransparencia.org/wp–content/uploads/2018/04/juli_ponce.pdf.
[236]
PONCE SOLÉ, Juli, “Inteligencia artificial, Derecho administrativo y reserva de humanidad:
algoritmos y procedimiento administrativo debido tecnológico”, en Revista General de Derecho
Administrativo, N° 52, enero, 2019, España, http://laadministracionaldia.inap.es/noticia.asp?
id=1509505.
[237]
PONCE SOLÉ, Juli, “Inteligencia artificial, Derecho administrativo y reserva de humanidad:
algoritmos y procedimiento administrativo debido tecnológico”, en Revista General de Derecho
Administrativo, N° 52, enero, 2019, España, http://laadministracionaldia.inap.es/noticia.asp?
id=1509505. Aclara el autor citado que: “No debe, sin embargo, confundirse esa empatía con
la simpatía, prohibida por los deberes de imparcialidad y el derecho a la igualdad. La empatía a la
que nos referimos es diferente y forma parte de una característica que parece ser específicamente
humana, vinculada con la capacidad de ponerse en el lugar del otro, entrar en resonancia con los
sentimientos del otro (tanto alegría como sufrimiento), no sólo de forma cognitiva sino también
emocional, para dar lugar a la compasión y al altruismo. Esa capacidad empática, está basada en
parte en las neuronas espejo, pero no únicamente, pues implica aspectos emocionales y cognitivos y
a numerosas áreas del cerebro”.
[238]
LUSKI, Gisela M., “Por qué todavía somos más inteligentes que la inteligencia artificial... y
cómo seguir siéndolo”, El Derecho, T. 285.
[239]
MARTÍN DELGADO, Isaac, “Naturaleza, concepto y régimen jurídico de la actuación
administrativa automatizada”, en Revista de la Administración Pública, N° 180, Madrid, septiembre–
diciembre 2009, pág.366.
[240]
VALERO TORRIJOS, Julián, “Las garantías jurídicas de la inteligencia artificial en la
actividad administrativa desde la perspectiva de la buena administración”, Revista Catalana de Dret
Públic, N° 58, Año 2019, pág. 82 a 96.
[241]
En este sentido, la efectividad de las garantías jurídicas pasa necesariamente por extender la
transparencia y el derecho de acceso a la información pública lo más amplio posible, que incluya no
solo el conocimiento del resultado de la aplicación o del sistema informativo sino, además y sobre
todo en materia de inteligencia artificial, el origen de los datos empleados y la naturaleza y el alcance
del tratamiento realizado.
[242]
CALDERON CARRERO, José Manuel, “Algoritmos de inteligencia artificial con fines de
control fiscal: ¿puede el derecho embridar a las nuevas tecnologías?”, El Derecho Tributario, marzo,
2010.
[243]
MARTÍN DELGADO, Isaac, “Naturaleza, concepto y régimen jurídico de la actuación
administrativa automatizada”, en Revista de la Administración Pública, N° 180, Madrid, septiembre–
diciembre 2009, pág. 374.
[244]
MARTÍN DELGADO, Isaac, “Naturaleza, concepto y régimen jurídico de la actuación
administrativa automatizada”, en Revista de la Administración Pública, N° 180, Madrid, septiembre–
diciembre 2009, pág. 384.
[245]
MARTÍN DELGADO, Isaac, “Naturaleza, concepto y régimen jurídico de la actuación
administrativa automatizada”, en Revista de la Administración Pública, N° 180, Madrid, septiembre–
diciembre 2009, pág. 386.
[246]
FERNANDO PABLO, Marcos M. y TERRÓN SANTOS, Daniel, “Sobre la gobernanza de la
inteligencia artificial”, en DEL GUAYO CASTIELLA, Iñigo, y FERNÁNDEZ CARBALLAL,
Almudena, Los desafíos del derecho público en el siglo XXI. Libro conmemoratorio del XXV
Aniversario del acceso a la Cátedra del Profesor Jaime Rodríguez–Arana Muñoz, INAP, Madrid,
2019, pág, pág. 384 y ss.
[247]
FROSINI, Vittorio, “Informática y Administración pública”, Revista de la Administración
Pública, N° 105, septiembre– diciembre, 1984, Madrid, pág. 447 y ss., en part. pág. 453.
Reflexionaba el autor citado que, habiendo pasado tantos años “de experiencia desde el principio de
la transformación de la Administración pública tradicional (basada en el binomio hombre–papel)
hasta la nueva fase de la Administración automatizada, en la que el ordenador sustituye (aunque
parcialmente) ya sea el elemento humano, efectuando directamente los cálculos y las comparaciones
exigidos por un acto administrativo, así como el elemento papel, ya que la memoria magnética
sustituye los archivos y el medio de comunicación es el impulso eléctrico. Sin embargo, dado que se
ha demostrado que el ordenador actúa siempre de modo mimético, o sea imitativo, y no creativo
respecto a la inteligencia humana, se le ha definido simia hominis (V. FROSINI, Cibernética, diriito
e societá, IV ed. Milán, 1978, págs. 104–105)”.
[248]
CORVALÁN, Juan Gustavo, “Hacia una Administración Pública 4.0: digital y basada en
inteligencia artificial. Decreto de “Tramitación digital completa”, en Diario La Ley, 17–08–2018.
[249]
CORVALÁN, Juan Gustavo, “Hacia una Administración Pública 4.0: digital y basada en
inteligencia artificial. Decreto de “Tramitación digital completa”, en Diario La Ley, 17–08–2018.
[250]
MASUCCI, Alfonso, “Formación y evolución del acto administrativo en Francia y Alemania”,
en Revista de la Administración Pública, N° 184, enero–abril– 2011, Madrid, pág. 9 ss., en part. pág.
32
[251]
LACAVA, Federico J., “Decisiones administrativas automáticas y derechos”, ob. cit., pág. 231.
[252]
Recordemos que por actuación administrativa automatizada entendemos al ejercicio, por parte
de la Administración pública, de una potestad pública por medio de un sistema de información
programado y no de una persona física (MARTÍN DELGADO, Isaac, “Naturaleza, concepto y
régimen jurídico de la actuación administrativa automatizada”, ob. cit., pág. 367).
[253]
CORVALÁN, Juan Gustavo, “Hacia una Administración Pública 4.0: digital y basada en
inteligencia artificial. Decreto de “Tramitación digital completa”, en Diario La Ley, 17–08–2018.
[254]
CORVALÁN, Juan Gustavo y SÁ ZEICHEN, Gustavo, “Justicia 4.0: el uso de inteligencia
artificial para acercar la justicia a los ciudadanos”, Ediciones SAIJ, Id SAIJ: DACF190020.
[255]
GALETTA, Diana–Uriana, “Transparencia y buen gobierno. Evaluaciones y propuestas a partir
de la experiencia en la Unión Europea e Italia”, ILEMATA, Revista Internacional de Eticas Aplicada,
N° 27, pág. 131 y ss., en part. pág. 143, file:///C:/Users/Usuario/Downloads/412000218–
Texto%20del%20art%C3%ADculo–2339–3–10–20180601.pdf.
[256]
El artículo 12 de la Ley N° 39/2015 del Procedimiento Administrativo Común de las
Administraciones Públicas: “Artículo 12. Asistencia en el uso de medios electrónicos a los
interesados. 1. Las Administraciones Públicas deberán garantizar que los interesados pueden
relacionarse con la Administración a través de medios electrónicos, para lo que pondrán a su
disposición los canales de acceso que sean necesarios así como los sistemas y aplicaciones que en
cada caso se determinen. 2. Las Administraciones Públicas asistirán en el uso de medios
electrónicos a los interesados no incluidos en los apartados 2 y 3 del artículo 14 que así lo soliciten,
especialmente en lo referente a la identificación y firma electrónica, presentación de solicitudes a
través del registro electrónico general y obtención de copias auténticas. Asimismo, si alguno de estos
interesados no dispone de los medios electrónicos necesarios, su identificación o firma electrónica
en el procedimiento administrativo podrá ser válidamente realizada por un funcionario público
mediante el uso del sistema de firma electrónica del que esté dotado para ello. En este caso, será
necesario que el interesado que carezca de los medios electrónicos necesarios se identifique ante el
funcionario y preste su consentimiento expreso para esta actuación, de lo que deberá quedar
constancia para los casos de discrepancia o litigio. 3. La Administración General del Estado, las
Comunidades Autónomas y las Entidades Locales mantendrán actualizado un registro, u otro sistema
equivalente, donde constarán los funcionarios habilitados para la identificación o firma regulada en
este artículo. Estos registros o sistemas deberán ser plenamente interoperables y estar
interconectados con los de las restantes Administraciones Públicas, a los efectos de comprobar la
validez de las citadas habilitaciones. En este registro o sistema equivalente, al menos, constarán los
funcionarios que presten servicios en las oficinas de asistencia en materia de registros”.
[257]
MUÑOZ, Ricardo Alberto, “Políticas públicas y derechos fundamentales”, el Derecho
Administrativo, 2017, pág. 712.
[258][258]
SANTIAGO, Alfonso, “El Derecho Constitucional de las Políticas Públicas”, La Ley,
2015-F-699.
[259]
MARTINEZ de PISON, José. “Los derechos sociales: unos derechos controvertidos”, en Los
derechos sociales como una exigencia de la justicia (Virgilio Zapatero, M. Isabel Garrido Gómez,
editores). Cuadernos “Democracia y Derechos Humanos” Universidad de Alcalá. Madrid 2009.
[260]
ABRAMOVICH, Víctor, “Una aproximación al enfoque de derechos en las estrategias y
políticas de desarrollo “, Revista de la CEPAL 88, abril de 2006.
[261]
ALZA BARCO, Carlos, “El enfoque basado en derechos ¿qué es y cómo se aplica a las
políticas públicas?)” en “Derechos Humanos y Políticas Públicas. Manual” (L. Burgorgue-Larsen, A.
Maués; B. Sánchez Mojío) Universidad Pompeu Fabra. Red de Derechos Humanos y Educación
Superior. Barcelona 2014, pág. 54 a 58.
[262]
La doctrina española cita ejemplos, tales como la imprevisión del sistema de un derecho de
subsanar o mejorar una solicitud, la imposibilidad de avanzar en una solicitud cuando falte un dato, el
convencimiento que un trámite está concluido cuando no es así, la falta de claridad y precisión en las
instrucciones que faciliten el manejo del sistema, la imposibilidad de acreditar que se ha intentado
hacer el trámite, Así, “la regulación no debe ahondar en la brecha digital con exigencias
desmesuradas en la introducción de datos o en el avance del procedimiento; debe generar confianza
en el usuario alejando la amenaza de perjuicio ante el tramite fallido” (DE VIGENTE DOMINGO,
Ricardo, “El procedimiento administrativo electrónico y su afectación a los derechos e intereses
legítimos de los ciudadanos”, en DEL GUAYO CASTIELLA, Iñigo, y FERNÁNDEZ
CARBALLAL, Almudena, Los desafíos del derecho público en el siglo XXI. Libro conmemoratorio
del XXV Aniversario del acceso a la Cátedra del Profesor Jaime Rodríguez-Arana Muñoz, INAP,
Madrid, 2019, pág., 252 y ss.)
[263]
CORVALÁN, Juan Gustavo y SÁ ZEICHEN, Gustavo, “Justicia 4.0: el uso de inteligencia
artificial para acercar la justicia a los ciudadanos”, Ediciones SAIJ, cita: Id SAIJ: DACF190020.
Puntualizan los autores que este concepto incluye la noción de “Justicia 4.0” que “presupone adoptar
un nuevo paradigma: la transición progresiva de un modelo digital hacia uno de inteligencia
híbrida, que combine inteligencia humana con inteligencia artificial. Esto implica un doble desafío,
vinculado a una doble transición para los Estados. Mientras se va hacia un gobierno integrado y
digital, hay que repensar las estrategias para vincular los datos, el conocimiento y los patrones de
información con los sistemas de IA, y la de estos con la inteligencia humana. La clave de esta última
transición hacia Estados inteligentes y, particularmente a los poderes judiciales inteligentes, viene
dada por la gobernanza de los datos y de la información”.
[264]
PUCHETA, Leonardo, “Robótica e inteligencia artificial: nuevos horizontes de reflexión”, El
Derecho, T. 283.
[265]
TRAVIESO, Juan Antonio, Derecho y Tecnología. Historias y dilemas, ob. cit. pág. 114.
[266]
WERNER, Braian Matías, “El allanamiento de dispositivos como un nuevo allanamiento de
domicilio en la era digital”, RIQUERT, Marcelo A. (dirección) y SUEIRO, Carlos Cristian
(coordinación), Sistema penal e informática, Ciberdelitos, evidencia digital, TCS, Nº 2, Hammurabi,
Bs. As., 2019, pág. 191 y ss., en part. pág. 205.
[267]
Comisión Europea, Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al
Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones https://ec.europa.eu/digital-single-
market/en/news/draft-ethics-guidelines-trustworthy-ai.
[268]
ÁLVAREZ ECHAZÚ, María Belén, “Cuarenta y dos países adoptan los Principios OCDE
sobre inteligencia artificial”, http://laley.thomsonreuters.com/nota/2196?cid=743941e0-3952-4f80-
ba55-65e195e3e3ef&chl=soc.
[269]
TORRES BADÍA, Agustina, “¿Puede ayudar la inteligencia artificial a conseguir una mejor
justicia?, elDial.com - DC27F0.
[270]
El lector podrá advertir que hemos utilizado a los términos “privacidad” e “intimidad” muchas
veces como sinónimos. No obstante, en rigor de verdad, y para ser más precisos, existe entre los
conceptos de privacidad e intimidad, una relación de género a especie, es decir, lo íntimo es más
íntimo que lo privado. El concepto de vida privada es de mayor amplitud que el de intimidad, ya que
comprende todos los elementos que no se desea exponer al conocimiento de los demás, pretendiendo
que se mantengan en el fuero íntimo de cada persona. Y dentro de esas acciones privadas, existe un
ámbito de mayor reserva, que hace a una parte esencial de la configuración subjetiva de cada
individuo, que es lo que comúnmente se denomina “intimidad”, y, por lo tanto, requiere de una
mayor protección.
[271]
ALVAREZ –CIENFUEGOS SUAREZ, José María, La Defensa de la Intimidad de los
Ciudadanos y la Tecnología Informática, Aranzadi Editorial, Pamplona, 1999, pág. 22.
[272]
BASTERRA, Marcela, “La responsabilidad de los motores de búsqueda de Internet en el centro
del debate jurídico”, La Ley, 2014-F-145.
[273]
RIVERA, Julio, Instituciones de Derecho Civil, Abeledo Perrot, pág. 83.
[274]
VANINETTI, Hugo, Aspectos jurídicos de Internet, ob. cit., pág. 194.
[275]
A diferencia de lo sucedido en otros países (a modo de ejemplo, la Constitución de España en
el artículo 18 inc. 4° establece que “la ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor
y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y el pleno ejercicio de sus derechos”), e incluso,
en el esferas del Derecho Público Provincial (por ejemplo, en el artículo 50 de la Constitución de
Córdoba se dice que “la ley reglamentará el uso de la informática para que no se vulneren el honor,
la intimidad personal y familiar y el pleno ejercicio de los derechos”), que han modificado normas
constitucionales atendiendo a las implicancias de las nuevas tecnologías, la Constitución Nacional
mantiene un marco general de protección sin referencias específicas a la tecnología informática más
allá de la previsión general (no referida exclusivamente a la tecnología informática, aunque sí la
incluye) del habeas data introducida con la Reforma Constitucional de 1994. Ello obliga a que el
análisis jurídico respecto del resguardo de los derechos humanos en la Administración pública ante la
utilización de IA, sea respetuoso de las garantías fundamentales en un marco de razonabilidad ante
cualquier tipo de ejercicio del poder de injerencia estatal en la materia.
[276]
Cuando se habla de intromisiones al derecho a la propia imagen por sistemas de IA, se refiere
en primer lugar a la vulneración de los derechos fundamentales o de una transgresión a los atributos
de la personalidad, y, en segundo lugar, al patrimonio de la persona por la reproducción de la imagen
ante la apropiación indebida de la misma.
[277]
LASTIRI SANTIAGO, “El derecho a la propia imagen frente al uso de las nuevas
tecnologías”, en RICO CARRILLO, Marilina (coordinadora), Derecho de las nuevas tecnologías,
Ediciones La Rocca, Bs. As., 2007, pág. 179.
[278]
GRANERO, Horacio, El orden público tecnológico, EDUCA, Colección Prudencia Iuris, Bs.
As., 2003, pág. 48.
[279]
CIFUENTES, Santos, “Ilegal control que pone en jaque un derecho fundamental”, La Ley,
2005-D-44; GREGORINI CLUSELLAS, Eduardo, “La violación del derecho a la propia imagen y su
reparación”, La Ley, 1996-D-136; SALVADORES DE ARZUAGA, Carlos, “Dignidad, intimidad e
imagen. La cuestión constitucional”, La Ley, 1998-D-39.
[280]
SLAIBE, María Eugenia, “La fotografía y la protección de datos personales”, La Ley.
Suplemento de Derecho Constitucional, 2005 (octubre), pág. 64.
[281]
TOMEO, Fernando, Redes sociales y tecnología 2.0, Astrea, Bs. As., 2014, pág. 77.
[282]
ZANNONI, Eduardo, El daño en la responsabilidad civil, pág. 353.
[283]
Explica LUCENA CID que los avances tecnológicos de las últimas décadas han incidido
considerablemente en la evolución del concepto y la protección jurídica de la intimidad. La noción de
privacidad, como hemos visto, es difícil de precisar dada la influencia de distintos factores
contextuales: sociales, circunstanciales y en nuestros días, tecnológicos. Tradicionalmente se ha
formulado la intimidad en términos de autonomía, secreto, libertad, desarrollo de la personalidad,
sustrato inviolable de la dignidad personal, etc., en la actualidad se reivindica como derecho del
control de la información personal. Por eso “ante las eventuales invasiones de la privacidad por
parte de los nuevos mecanismos la información durante las décadas de los sesenta y setenta en los
Estados Unidos, comenzaron a surgir algunas contribuciones doctrinales que definían el concepto de
privacidad considerando el aspecto informacional como un factor relevante en una sociedad cada
vez más informatizada” (LUCENA CID, Isabel Victoria, “El concepto de la intimidad en los nuevos
contextos tecnológicos”, en GALÁN MUÑOZ, Alfonso, (coordinador), La protección jurídica de la
intimidad y de los datos de carácter personal frente a las nuevas tecnologías de la información y
comunicación, Tirant lo Blanch, Sevilla, 2014, pág. 32).
[284]
BIDART CAMPOS, German J., Tratado Elemental de Derecho Constitucional Argentino,
edición 2000-2001, Tomo 1-B, pág. 69. Acertadamente se ha expuesto que “ya no basta con otorgar
un poder de control sobre los datos personales frente a la Administración o frente a las empresas. El
nuevo reto consiste en integrar en el derecho a la protección de datos facultades y derechos que
garanticen a los sujetos que intervienen en las redes sociales el poder de control y disposición sobre
los amplios perfiles personales publicados por ellos voluntariamente. Para ello, deberían
incorporarse instrumentos y mecanismos de defensa suficientes frente a la utilización indebida
realizada por cualquier tercero, e incluir un régimen normativo sancionador de infracciones de
derechos fundamentales por particulares” (BARRIO ANDRÉS, Moisés, Fundamentos del Derecho
de Internet, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, 2017, pág. 408).
[285]
PINOCHET CANTWELL, Francisco José, El Derecho de Internet, Editorial de Derecho de
Chile, Santiago, 2006, pág. 309. Para el autor citado, “esta es una nueva concepción del derecho a la
libertad personal: así como existe un derecho de libre expresión de los pensamientos, hay un derecho
de controlar las informaciones referentes a la propia persona, conocido como el derecho de habeas
data”.
[286]
ALVAREZ –CIENFUEGOS SUAREZ, José María, La Defensa de la Intimidad de los
Ciudadanos y la Tecnología Informática, ob. cit., pág. 20. Entre los primeros autores que
describieron el tema, puede citarse a PÉREZ LUÑO, “La protección de la intimidad frente a la
informática en la Constitución española de 1978”, en Revista de Estudios Políticos, N° 9, Madrid,
1979, pág. 59 del mismo autor, “Informática y libertad: comentario al artículo 18.4 de la
Constitución”, en Revista de Estudios Políticos, N° 24, Madrid, 1981, pág. 31; ROVIRA VIÑAS,
“Reflexiones sobre el derecho a la intimidad en relación a la informática, la medicina y los medios de
comunicación”, en. Revista de Estudios Políticos, N° 77, Madrid, 1992, pág. 269.
[287]
FERNÁNDEZ DELPECH, Horacio, Manual de Derecho Informático, Abeledo-Perrot, Bs. As.,
2014, pág. 330.
[288]
Se ha explicado que, dado que el consentimiento brinda una limitada protección al titular de los
datos personales, se han adoptado ciertos correctivos. Una de estas medidas es que el tratamiento de
la información personal debe verificarse de acuerdo con la finalidad que justificó su colecta, aquella
que en su momento fue informada al titular y respecto de la cual este consintió. Así, el uso de datos
personales en un proceso de reclutamiento laboral debe extenderse a información pertinente, a
efectos de establecer la idoneidad laboral del candidato; requerir datos que excedan dicha finalidad,
aun cuando sea consentido, implica un tratamiento ilícito de datos personales. Parafraseando las ya
mencionadas recomendaciones de las Naciones Unidas en la materia, el tratamiento de datos
personales debe ser adecuado, pertinente y no excesivo en relación con una finalidad legítima. “En
suma, salvo las excepciones previstas en la ley, el consentimiento de la persona concernida por la
información es necesario para su tratamiento legítimo, pero no es suficiente. El tratamiento de datos
personales debe cumplir con los demás preceptos de la ley sobre su protección, pero especialmente
debe ser adecuado, pertinente y no excesivo en relación con una finalidad legítima” (VILLEGAS
CARRASQUILLA, Lorenzo, “Protección de datos personales en América Latina: retención y
tratamiento de datos personales en el mundo de Internet”, en BERTONI, Eduardo (compilador),
Hacia una Internet libre de censura. Propuestas para América latina, Universidad de Palermo, 2012,
pág. 176).
[289]
UICICH, Rodolfo D., El derecho a la intimidad en Internet y en las comunicaciones
electrónicas, Ad-Hoc, Bs. As., 2009, pág. 80.
[290]
El avance de la informática en el campo del almacenamiento de la información implicaba un
grave peligro, por lo que uno de los remedios jurídicos diseñados para combatir esa proliferación
irrestricta de datos computarizados fue el habeas data (BELTRAMONE, Guillermo, y ZABALE,
Ezequiel, El Derecho en la Era Digital. Derecho Informático de fin de siglo, Editorial Juris, Rosario,
2000, pág. 64). Para la más reconocida doctrina, el “habeas data”, salvaguarda “una especie” de
intimidad: el derecho a la intimidad informática (BASTERRA, Marcela, El derecho a la información
vs. Derecho a la intimidad, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2012, pág. 176). Esto explica que en un
principio se haya denominado al habeas data como “amparo informático” (SAGUES, Héctor, Acción
de amparo, pág. 678; PIZZOLO (h), Aspectos procesales del hábeas data. Acerca del amparo
informático, El Derecho, 167-919).
[291]
El Reglamento Europeo de Protección de Datos Personales (Reglamento 679/2016), ordena que
la evaluación de impacto relativa a la protección de los datos se requerirá en particular en caso de:
“evaluación sistemática y exhaustiva de aspectos personales de personas físicas que se base en un
tratamiento automatizado, como la elaboración de perfiles, y sobre cuya base se tomen decisiones
que produzcan efectos jurídicos para las personas físicas o que les afecten significativamente de
modo similar”.
[292]
NAVAS NAVARRO, Susana, “Derecho e inteligencia artificial dese el diseño.
Aproximaciones”, en NAVAS NAVARRO, Susana (directora,) Inteligencia artificial. Tecnología.
Derecho, tirant lo blanch, Valencia, 2017, pág. 53.
[293]
CALDERON CARRERO, José Manuel, “Algoritmos de inteligencia artificial con fines de
control fiscal: ¿puede el derecho embridar a las nuevas tecnologías?”, El Derecho Tributario, marzo,
2010.
[294]
FALIERO, Johanna Caterina, “Los desafíos jurídicos del big data. Tensiones de derechos ante
la parametrización analítica, la toma automatizada de decisiones, el targetting y el perfilamiento”, en
Legaltech II, el Derecho ante la Tecnología, Suplemento Especial, La Ley, octubre 2019, pág. 71 y
ss., en part. pág. 72.
[295]
Como se sabe, el concepto de tutela administrativa efectiva ha sido introducido entre nosotros
por la Corte Suprema de Justicia Nación en la ya conocida causa “Astorga Bracht” (Corte Suprema
de Justicia de la Nación, 14/10/2008, “Astorga Bracht, Sergio y otro c/ COMFER – Decreto N°
310/98 s/ amparo Ley N° 16.986”).
[296]
MUÑOZ (h), RICARDO, “La tutela administrativa efectiva”, La Ley, 2012-B-919.
[297]
URRUTIGOITY, JAVIER, “El principio de tutela administrativa efectiva”, Lexis N°
0003/012321.
[298]
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en la causa “Kraska c/ Suiza, del 19 de abril de
1993, interpretando el artículo 6.1 del Convenio Europeo de Derechos Humanos (similar al artículo 8
de la Convención Americana de Derechos Humanos), estableció el principio de igualdad de armas
del ciudadano y la Administración, tanto en el procedimiento administrativo como en los procesos
jurisdiccionales (SALOMONI, Jorge Luis, “Procedimiento Administrativo y Mercosur. Una
aproximación a los principios emergentes de los distintos ordenamientos aplicables”, en Actualidad
en el Derecho Público, N° 8, Bs. As., 1998, pág. 95 y ss., en part. pág. 115).
[299]
Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba, 28/02/2011, “M.A.E.A. c/ Estado Nacional
(A.F.I.P.)- Ordinario”, La Ley Online, AR/JUR/1213/2011.
[300]
Algunos autores se inclinan por un régimen facultativo (JESÚS GONZALEZ PEREZ,
EDUARDO GARCÍA DE ENTERRIA, FERNANDO GARRIDO FALLA, JOSÉ LUÍS RIVERO
ISERN, citados por CANOSA, ARMANDO, “Alcance de la denominada tutela administrativa
efectiva”), otros por un sistema excepcional (URRUTIGOITY, JAVIER, “El principio de tutela
administrativa efectiva”, Lexis N° 0003/012321).
[301]
MUÑOZ (h), Ricardo, “El procedimiento administrativo de “tercera generación” a la luz del
sistema protectorio internacional de derechos humanos”, en obra colectiva “El Procedimiento
Administrativo a 20 años de la Reforma Constitucional”, Jornadas organizadas por la Facultad de
Derecho de la Universidad Austral, Ediciones RAP, Bs. As., 2015.
[302]
BIELSA, Rafael, Derecho Administrativo, T. I, 6° edición, Bs. As., pág. 144.
[303]
CORVALÁN, Juan Gustavo, Inteligencia artificial: retos, desafíos, y oportunidades. Prometea:
la primera inteligencia artificial al servicio de Latinoamérica al servicio de la Justicia, “Revista de
Investigações Constitucionais”, Curitiba, 2018, V. 5,; del mismo autor, Prometea. Inteligencia
Artificial para transformar organizaciones públicas, Bs. As., Editorial Astrea SRL, Editorial
Universidad del Rosario, Derecho Para Innovar, IMODEV, 2019.
[304]
Así, por ejemplo, “las redes neuronales que están formados por múltiples nodos cada uno de
los cuales representa un paquete concreto de funciones que interactúan en una estructura multinivel
con capacidad de aprendizaje y adoptando decisiones de forma autónoma la lógica interna se
muestra, en muchas ocasiones, “elusiva” sin poder derivar una lógica computacional clara” (NAVAS
NAVARRO, Susana, “Derecho e inteligencia artificial dese el diseño. Aproximaciones”, en NAVAS
NAVARRO, Susana (directora,) Inteligencia artificial. Tecnología. Derecho, tirant lo blanch,
Valencia, 2017, pág. 52).
[305]
NAVAS NAVARRO, Susana, “Derecho e inteligencia artificial dese el diseño.
Aproximaciones”, en NAVAS NAVARRO, Susana (directora,) Inteligencia artificial. Tecnología.
Derecho, tirant lo blanch, Valencia, 2017, pág. 49 a 51.
[306]
GIL DOMINGUEZ, Andrés, Inteligencia artificial y derecho, ob. cit., pág. 45.
[307]
HARARI, Yuval Noah, 21 lecciones para el siglo XXI, Debate, Bs. As., 2018, pág. 84 y 85. Y
aclara más adelante que “...no hay razón para suponer que la inteligencia artificial adquiera
conciencia, porque inteligencia y conciencia son cosas muy distintas. La inteligencia es la capacidad
de resolver problemas. La conciencia es la capacidad de sentir dolor, alegría, amor e ira. Tendemos
a confundir ambas cosas porque en los humanos y otros mamíferos la inteligencia va de la mano de
la conciencia…” (pág. 92).
[308]
COLOMBO, María Celeste, “La utilización de algoritmos es una actividad riesgosa”, La
Ley, 8-11-2019.
[309]
Estos casos se dan cuando por ejemplo en una selección laboral se discriminan y descarta el
perfil de un candidato debido a que se incluyen en los datos anexados al algoritmo aquellos que
categorizan a la etnia de un postulante como una de las que estadísticamente tiene los peores
resultados en las pruebas de oposición, en comparación con los integrantes de otros grupos étnicos.
[310]
EBERS, Martin, “La utilización de agentes electrónicos inteligentes en el tráfico jurídico:
¿Necesitamos reglas especiales en el Derecho de la responsabilidad civil?”, InDret: Revista para el
análisis del Derecho, núm. 3, 2016. Para el autor citado, “En esta constatación es correcto que los
agentes de software y robots hasta el momento no están en situación, en efecto, de determinar las
condiciones de sus actos, y, especialmente, no pueden modificar la arquitectura de control, la cual
garantiza que su actuar permanece dentro de ´guardarraíles´ predefinidos. Aparte de esto ocurre
que, igualmente, los procesos de aprendizaje implementados hasta el momento no se corresponden
con el aprendizaje natural, biológico, autónomo. Aunque se trate de un aprendizaje mecánico, en
última instancia debe ser un experto humano quien ha de escoger los ejemplos de entrenamiento,
determinar la representación de los datos, fijar objetivos parciales y establecer la estructura de
determinadas representaciones del sistema”.
[311]
Adhiriendo a esta postura, la doctrina manifiesta que “se está masificado el conocimiento de la
Inteligencia Artificial y el denominado machine learning –aprendizaje automático–, que es una
forma de hacer cosas y procedimientos según la cual el software ´aprende´ y tiene un cierto ámbito
de decisión propia. Y resulta altamente riesgosa esta masividad en la medida que nos encontramos
frente a sujetos que manejan los algoritmos más básicos de la herramienta, pero que podría generar
daños importantes (como ser el denominado sesgo de la información, que sería una nueva y variada
forma de discriminación)” (VELTANI, Darío y ATTA, Gustavo Ariel, “La responsabilidad civil en la
Revolución Industrial 4.0. Apuntes a considerar en el ámbito de un programa de investigación
aplicado”, El Derecho, 5-11-2019).
[312]
COLOMBO, María Celeste, “La utilización de algoritmos es una actividad riesgosa”, LL, 8-11-
2019. En este sentido, se ha recordado que las XXVII Jornadas Nacionales de Derecho Civil (2019),
celebradas en la provincia argentina de Santa Fe, se incluyó como actividad riesgosa (enumeración
ejemplificativa) la actividad informática en las expresiones que se detallan más abajo. No taxativa,
por lo que en el futuro se podrían incluir otras. Las que se declararon como tales fueron: la utilización
de algoritmos, las actividades cibernéticas, las plataformas digitales y los sistemas operados por
inteligencia artificial. Fue votado por unanimidad (LAMANNA GUIÑAZU, Emiliano y
FOSSACECA, (h), Carlos A. “Responsabilidad civil en la Revolución Industrial 4.0. Conclusiones
básicas en torno al riesgo y peligrosidad de las actividades informáticas Normativa emergente del
Código Civil y Comercial de la Nación en la Argentina digital 4.0”, El Derecho, 5-11-2019).
[313]
NAVAS NAVARRO, Susana, “Derecho e inteligencia artificial dese el diseño.
Aproximaciones”, en NAVAS NAVARRO, Susana (directora,) Inteligencia artificial. Tecnología.
Derecho, ob. cit., pág. 44.
[314]
Así, en el caso de que la utilización del algoritmo se enmarque en una relación de consumo en
los términos de los artículos 1092 y 1093 del Código Civil y Comercial y los artículos 1 y 2 de la Ley
de Defensa del Consumidor, la responsabilidad será necesariamente objetiva en atención de lo
dispuesto por el artículo 40 de la ley consumeril.
[315]
MELO, Verónica E., “El derecho ante la inteligencia artificial y la robótica”, El Derecho, 6-02-
2018.
[316]
BARRIO ANDRÉS, Moisés: Robótica, inteligencia artificial y derecho,
www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano_es/contenido?
WCM_GLOBAL_CONTEXT=/elcano/elcano_es/zonas_es/ar 103-2018-barrioandres-
roboticainteligencia-artificial-derecho, 2018.
[317]
TRAVIESO, Juan Antonio, “Las personas jurídicas en el nuevo derecho y tecnología.
Bienvenido los robots”, en Legaltech II, el Derecho ante la Tecnología, Suplemento Especial, La
Ley, octubre 2019, pág. 79 y ss., en part. pág. 81.
[318]
EBERS, Martin, “La utilización de agentes electrónicos inteligentes en el tráfico jurídico:
¿Necesitamos reglas especiales en el Derecho de la responsabilidad civil?”, InDret: Revista para el
análisis del Derecho, núm. 3, 2016.
[319]
MATEO BORGE, Iván, “La robótica y la inteligencia artificial en la prestación de servicios
jurídicos”, en NAVAS NAVARRO, Susana (directora,) Inteligencia artificial. Tecnología. Derecho,
ob. cit., pág. 123 y ss.
[320]
PONCE SOLÉ, Juli, “Inteligencia artificial, Derecho administrativo y reserva de humanidad:
algoritmos y procedimiento administrativo debido tecnológico”, en Revista General de Derecho
Administrativo, N° 52, enero, 2019, España, http://laadministracionaldia.inap.es/noticia.asp?
id=1509505.
[321]
http://www.europarl.europa.eu/sides/getDoc.do?pubRef=-//EP//TEXT+TA+P8-TA-2017-
0051+0+DOC+XML+V0//ES.
[322]
SANCHEZ BARRILAO, Juan Francisco, “El Derecho Constitucional ante la era de Ultrón: la
informática y la inteligencia artificial como objeto constitucional”, Revista Estudios de Deusto, V.
64/2, julio-diciembre, 2016, pág. 225 y ss., en part. pág. 233. La disminución de riesgos es lo que
define, en esencial, al encuadramiento jurídico de los algoritmos. Así es que se ha definido al ius
algoritmia como aquel campo que busca “conseguir aminorar los riesgos de la existencia de tales
mecanismos de decisión y conseguir que su utilización responda a la dignidad de la persona”
(FERNANDO PABLO, Marcos M. y TERRÓN SANTOS, Daniel, “Sobre la gobernanza de la
inteligencia artificial”, en DEL GUAYO CASTIELLA, Iñigo, y FERNÁNDEZ CARBALLAL,
Almudena, Los desafíos del derecho público en el siglo XXI. Libro conmemoratorio del XXV
Aniversario del acceso a la Cátedra del Profesor Jaime Rodríguez-Arana Muñoz, INAP, Madrid,
2019, pág. 384 y ss.).
[323]
UE, Comisión Europea, Libro Blanco sobre la inteligencia artificial: un enfoque europeo
orientado a la excelencia y la confianza, COM, (2020) 65.
[324]
UE, Comisión Europea, Libro Blanco sobre la inteligencia artificial: un enfoque europeo
orientado a la excelencia y la confianza, COM, (2020) 65.
[325]
UE, Comisión Europea, Libro Blanco sobre la inteligencia artificial: un enfoque europeo
orientado a la excelencia y la confianza, COM, (2020) 65.
[326]
PONCE SOLÉ, Juli, “Inteligencia artificial, Derecho administrativo y reserva de humanidad:
algoritmos y procedimiento administrativo debido tecnológico”, en Revista General de Derecho
Administrativo, N° 52, enero, 2019, España, http://laadministracionaldia.inap.es/noticia.asp?
id=1509505.
[327]
La Resolución del Parlamento Europeo, de 16 de febrero de 2017, con recomendaciones
destinadas a la Comisión sobre normas de Derecho civil sobre robótica, ya citada, expone el principio
de transparencia: “consiste en que siempre ha de ser posible justificar cualquier decisión que se haya
adoptado con ayuda de la inteligencia artificial y que pueda tener un impacto significativo sobre la
vida de una o varias personas; considera que siempre debe ser posible reducir los cálculos del
sistema de inteligencia artificial a una forma comprensible para los humanos”.
[328]
El autor citado menciona el caso del año 2015 por el cual la Comisión francesa d’accès aux
documents administratifs obligó a la Direction générale des finances publiques a hacer público el
código fuente del programa de ordenador usado para calcular o el impuesto sobre los ingresos de las
personas físicas y en 2018 a hacer accesible los códigos fuente de tres programas que desarrollan
modelos con datos económicos usados por el Ministerio de Economía. También referencia la decisión
del Tribunal Administrativo Regional de Lazio-Roma mediante la cual declara que un algoritmo, que
servía para la toma de decisiones automatizadas sobre movilidad de docentes por la Administración
pública italiana, es un acto administrativo digital y, por tanto, bajo la legislación de acceso a la
información, los ciudadanos tienen el derecho a su acceso. En España, se remite a resoluciones por la
cual se reconoce el derecho de la persona reclamante a acceder al código fuente del programa
informático empleado por el Consejo Interuniversitario en la designación de los miembros de los
tribunales correctores de exámenes docentes. En nuestro país, un ejemplo puede ser conocer el
sistema informático por el cual se sortean las causas en distintos tribunales de justicia.
[329]
“Artículo 28. Obligaciones generales del responsable y encargado del tratamiento.
1. Los responsables y encargados, teniendo en cuenta los elementos enumerados en los artículos 24 y
25 del Reglamento (UE) 2016/679, determinarán las medidas técnicas y organizativas apropiadas que
deben aplicar a fin de garantizar y acreditar que el tratamiento es conforme con el citado reglamento,
con la presente ley orgánica, sus normas de desarrollo y la legislación sectorial aplicable. En
particular valorarán si procede la realización de la evaluación de impacto en la protección de datos y
la consulta previa a que se refiere la Sección 3 del Capítulo IV del citado reglamento.
[330]
En su resolución de 2017, el Parlamento europeo ha sugerido a la comisión que: “estudie la
posibilidad de designar una agencia europea para la robótica y la inteligencia artificial que
proporcione los conocimientos técnicos, éticos y normativos necesarios para apoyar la labor de los
actores públicos pertinentes, tanto a nivel de la Unión como a nivel de los Estados miembros, en su
labor de garantizar una respuesta rápida, ética y fundada ante las nuevas oportunidades y retos —
sobre todo los de carácter transfronterizo— que plantea el desarrollo tecnológico de la robótica, por
ejemplo en el sector del transporte”.
[331]
PONCE SOLÉ, Juli, “Inteligencia artificial, Derecho administrativo y reserva de humanidad:
algoritmos y procedimiento administrativo debido tecnológico”, en Revista General de Derecho
Administrativo, N° 52, enero, 2019, España, http://laadministracionaldia.inap.es/noticia.asp?
id=1509505. El autor menciona como ejemplos al Oxford Internet Institute o al Centre for Data
Ethics and Innovation Consultation del Reino Unido.
[332]
CEVASCO, Luis, CORVALÁN, Juan Gustavo y LE FEVRE CERVINI, Enzo María,
Inteligencia Artificial y trabajo, Bs. As., Editorial Astrea SRL, Editorial Universidad del Rosario,
Derecho Para Innovar, IMODEV, 2019, pág. 10. Para los autores citados, “resulta evidente que la
combinación entre la fuerza laboral humana y sistemas de IA o robots, bajo un enfoque inclusivo,
produce en fenómeno que hemos llamado “automatización que humaniza”. La reducción de sesgos,
errores y tiempos toma más eficiente las actividades, permite redirigir las capacidades cognitivas
biológicas a tareas más sofisticadas, o que requieren empatía y creatividad” (pág. 45).
[333]
CEVASCO, Luis, CORVALÁN, Juan Gustavo y LE FEVRE CERVINI, Enzo María,
Inteligencia Artificial y trabajo, ob. cit., pág. 13. Para Juan Antonio TRAVIESO en la actualidad “se
producen nuevos contratos sociales y el progreso tecnológico irrumpe en progreso social. Esos
cambios, no están en oposición, sino en conjunción para potenciarlos. Un ejemplo elocuente, es el del
mundo de los robots, que como lo expresamos, podrán sustituir trabajadores en una relación
aparentemente opuesta entre el trabajo y la tecnología y quizás esa hipotética sustitución, puede
devenir virtuosa, al mejorar la calidad de vida (TRAVIESO, Juan Antonio, Derecho y Tecnología.
Historias y dilemas, ob. cit., pág. 31).
[334]
Ver al respecto, https://www.abc.es/tecnologia/consultorio/abci-inteligencia-artificial-y-
deberia-interesar-201807030216_noticia.html.
[335]
CORVALÁN, Juan Gustavo, Prometea. Inteligencia Artificial para transformar organizaciones
públicas, ob. cit., pág. 17.
[336]
MATEO BORGE, Iván, “La robótica y la inteligencia artificial en la prestación de servicios
jurídicos”, en NAVAS NAVARRO, Susana (directora,) Inteligencia artificial. Tecnología. Derecho,
ob. cit. pág. 140.
[337]
MATEO BORGE, Iván, “La robótica y la inteligencia artificial en la prestación de servicios
jurídicos”, en NAVAS NAVARRO, Susana (directora,) Inteligencia artificial. Tecnología. Derecho,
ob. cit., pág. 141. Todo ha llevado a afirmar que la clave del éxito del abogado del futuro residirá en
su habilidad para identificar qué áreas de actividad pueden ser sustituidas por un software o un
algoritmo y cuáles no pueden serlo. Las áreas de práctica más rentables dentro de unos años serán
aquellas que sepan ajustar su modelo de negocio a la combinación del uso de herramientas de
robótica e inteligencia artificial con aquellos otros servicios que las máquinas no puedan facilitar
(GARCÍA DIEZ, F., “El impacto de la inteligencia artificial en el ejercicio del derecho”,
www.lawandtrends.com, 22/02/2017).
[338]
CORVALÁN, Juan Gustavo, “Inteligencia artificial: retos, desafíos, y oportunidades. Prometea:
la primera inteligencia artificial al servicio de Latinoamérica al servicio de la Justicia”, Revista de
Investigações Constitucionais, pág. 309. Desde la óptica de la ONU, recuerda el autor citado, “…
todos deben aprovechar los beneficios de las nuevas tecnologías, en particular de las tecnologías de
la información y de las comunicaciones, conforme a las recomendaciones formuladas en la
Declaración Ministerial 2000 del Consejo Económico y Social” (de la Resolución aprobada por la
Asamblea General 55/2, Declaración del Milenio, apartado III, punto 20, ítem quinto).
[339]
Por ejemplo, en la Resolución 2095 del 20 de junio de 2017, la Asamblea General de la OEA
resolvió: “Reafirmar la importancia que representa para los Gobiernos de la región de América
Latina y el Caribe el uso de las tecnologías digitales como uno de los factores más transformadores
de nuestro tiempo, por su impacto para la gestión pública efectiva, la democratización de los
servicios públicos, la apertura gubernamental, la organización, sistematización y disponibilidad de
la información pública, el empoderamiento ciudadano y para potenciar el desarrollo económico,
reducir las brechas sociales, alcanzar la inclusión digital y avanzar así hacia una sociedad y
economía basada cada vez más en el conocimiento”.
[340]
En vinculación con ello, el numeral 166 de la Doctrina Social de la Iglesia expresa que “Las
exigencias del bien común derivan de las condiciones sociales de cada época y están estrechamente
vinculadas al respeto y a la promoción integral de la persona y de sus derechos fundamentales. Tales
exigencias atañen, ante todo, al compromiso por la paz, a la correcta organización de los poderes
del Estado, a un sólido ordenamiento jurídico, a la salvaguardia del ambiente, a la prestación de los
servicios esenciales para las personas, algunos de los cuales son, al mismo tiempo, derechos del
hombre: alimentación, habitación, trabajo, educación y acceso a la cultura, transporte, salud, libre
circulación de las informaciones y tutela de la libertad religiosa”.
[341]
RECALDE, María Cecilia, El desarrollo como derecho humano, Astrea, Bs., As., 2019, pág.
217.
[342]
Si bien, varios años antes, en 1965, fue creado (en español) el Programa de Naciones Unidas
para el Desarrollo (PNUD), bajo el lema “Sirviendo al progreso”.
[343]
Desde el año 1990, en el marco de este Programa, se han elaborado Informes anuales sobre el
estado y calidad del desarrollo humano, el primero de los cuales trató sobre Concepto y medición del
desarrollo humano, correspondiendo el del año 2004 a La Democracia en América Latina. Hacia una
democracia de ciudadanas y ciudadanos. Tales informes constituyen un valioso aporte al tornar
visibles el grado de desarrollo de cada país, lo que promueve intensos debates sobre las políticas
públicas a adoptar para lograrlo y luego darle sustento en el tiempo. Entre otros indicadores, suele
emplearse el denominado Índice de Desarrollo Humano (IDH) sobre la base de componentes, tales
los índices de longevidad, educación e ingreso per cápita. Para María Angélica GELLI los informes
del PNUD constituyen una importante fuente interpretativa de lo que significa desarrollo humano
(“Desarrollo humano, igualdad y constitución”, La Ley, 1996-B, 1096).
[344]
Del conocido caso “Badaro c/ ANSES”, Fallos: 329:3089. En síntesis, concluye María Cecilia
RECALDE, “como consecuencia de las previsiones normativas vigente en diversos países y en
especial en la Argentina, dadas las reformas constitucionales de 1994, el promover y proteger la
dignidad del hombre –de todos los hombres- y su consiguiente desarrollo integral es un imperativo
nacional e internacional dirigido a todos los seres humanos, pero en especial, a los Estados, y dentro
de ellos, al poder legislador, quien debe actuar en consecuencia” (RECALDE, María Cecilia, El
desarrollo como derecho humano, ob. cit., pág. 256).
[345]
Ver al respecto, https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/investigacion/inteligencia-artificial-3-
el-futuro/.
[346]
SANCHEZ BARRILAO, Juan Francisco, “El Derecho Constitucional ante la era de Ultrón: la
informática y la inteligencia artificial como objeto constitucional”, Revista Estudios de Deusto, V.
64/2, julio-diciembre, 2016, pág. 225 y ss., en part. pág. 251.
[347]
PONCE SOLÉ, Juli, “El Derecho Administrativo en el Siglo XXI”, en Revista General de
Derecho Administrativo, N° 52, octubre, 2019, España, pág. 38.
[348]
GRANERO, Horacio R., “Un futuro de participación entre humanos y algoritmos inteligentes”,
elDial.com - DC2799.