Caso Penal de Parricidio y Homicidio de Yat Chew
Caso Penal de Parricidio y Homicidio de Yat Chew
Caso Penal de Parricidio y Homicidio de Yat Chew
SECCION “B”
DECIMO CICLO
El detenido era hijo del médico Rolando Chew Chang, de 52 años, y de Gabriela de
Chew, de 45, asesinados el 5 de diciembre último en su residencia ubicada en la 17
avenida 4-36, de la zona 1, lugar en el que también fueron degollados Benjamín, de 8;
Sara, de 10, y Josselin, de 3 años de edad.
El Ministerio Público (MP) lo vinculó al quíntuple crimen desde el día de los hechos; sin
embargo, hasta hoy el recién capturado permanecía como testigo protegido de la
instancia investigadora.
Captura
La Fiscalía de Delitos Contra la Vida citó esta mañana a Chew Girón para declarara en
torno al crimen en contra de su familia. Horas después la Policía Nacional Civil
procedió a su captura en la sede del MP ubicada en el edificio de Gerona.
La PNC informó que, desde el día del crimen, el aprehendido llegó a la residencia de su
familia ocultando su mano derecha, la cual tenía algunas cortaduras.
El Ministerio Público, ordenó efectuar análisis de sangre, orina y de ADN a Chew Girón,
para establecer su vinculación en el asesinato de sus padres y sus tres hermanos.
Este fue trasladado hacia la Torre de Tribunales para presentar su primera declaración
ante un juez.
Tanto la PNC como el MP fundamentaron esa hipótesis en las heridas que tenía Chew
Girón en la mano derecha, no obstante, el sindicado declaró que él había descubierto
los cuerpos asesinados de sus familiares el recién pasado viernes.
La División de Investigación Criminal informó con anterioridad que en ese crimen
podrían investigar a una doméstica que la familia asesinada había despedido meses
atrás, quien tenía vínculos con pandilleros, según esa sección.
Otros medios de investigación apuntaron a que, semanas atrás, un grupo, no
individualizado, de delincuentes había ingresado a esa vivienda para robar joyas.
El crimen
ACUSACIÓN
Encontrándose de visita en la casa de sus padres, al ser las primeras horas del día,
usted (Yat Chew) aprovechando que su padre, Rolando Chew, estaba limitado para
defenderse, lo atacó con un arma blanca con la intención de darle muerte, le provocó
varias heridas en distintas partes del cuerpo”, relata el inicio de la acusación contra el
sindicado.
Según el MP, Yat Chew atacó posteriormente a Gabriela Girón, su progenitora, dándole
muerte “por heridas corto punzantes penetrantes en cuello y tórax, producidas por arma
blanca”, se leyó en el documento.
VERSIONES
Chew fue detenido el 9 de diciembre último mientras declaraba como testigo protegido
en el MP, y expuso ante el juez de Primera Instancia que una semana antes del crimen
había recibo un mensaje a su celular en el que le advertían que su familia sería
asesinada.
Otra hipótesis de la defensa de Chew fue que éste estuvo amarrado y fue objeto de
intimidaciones y agresiones por parte de terceras personas, quienes después lo
condujeron a su residencia advirtiéndole que no podía denunciar lo ocurrido.
ANALISIS
Según la acusación del Ministerio Público, a Yat Roy Chew Girón, es el presunto
culpable del parricidio de sus padres y de sus hermanos. Pero a través de todas las
evidencias recabadas por el ente investigador, se logró determinar que el acusado fue
el culpable de dar muerte, ya que recabaron muestras de ADN, saliva, y otras
evidencias, aunque según la cuartada del sindicado, el llego en la mañana del crimen y
estuvo actuando como testigo del Ministerio Publico. Pero al final de cuentas fue
sentenciado a 250 años de cárcel, por las múltiples muertes. Pero aun así es
sorprendente que un hijo pueda hacerle tanto daño a una persona y más a su propia
familia, según los medios de comunicación, se determino que esta persona sufre de
problemas mentales, que lo llevaron a cometer, tan horrible hecho.
CONCLUSION.
Es notable darse cuenta que el hecho es punible, dado que todas las evidencias lo
señalan como el culpable de la masacre que sufrió la familia Chew Girón, y por eso fue
sentenciado a 250 años de cárcel, pero el cual solo cumplirá con 50 años, que es la
pena máxima que nuestra norma jurídica permite. Pero de la ley divina, no hay límite
para pagar por los malos actos.
BIBLIOGRAFIA