Waltharius - Traducción Comentada (Con Subrayados)
Waltharius - Traducción Comentada (Con Subrayados)
Waltharius - Traducción Comentada (Con Subrayados)
Waltharius
TRADUCCIÓN COMENTADA
PRESENTA
2013
τοῖς τε παραγενομένοις τοῖς τε παροῦσιν.
Este trabajo se llevó a cabo gracias al apoyo de la Dirección General de Asuntos del
Personal Académico (DGAPA) de la Universidad Nacional Autónoma de México, por
medio de una beca inscrita dentro del proyecto PAPIIT IN-404211 Seminario de Cultura
Escrita del Occidente Medieval: crítica y análisis de textos.
AGRADECIMIENTOS
Ha sido un largo camino desde el inicio de la carrera hasta el punto culminante de la misma
y, por lo mismo, quisiera agradecer a no pocas personas que me han ayudado, directa o
indirectamente, a llegar hasta este momento. En primer lugar, a mi familia, que me ha
apoyado en mi elección de carrera en una época en la que estas disciplinas no sólo caen en
el olvido sino que también se ganan, injustamente, el desinterés de la sociedad. A la
UNAM, la única institución en la que yo quería estudiar y que me aceptó en su seno,
guardiana de esta carrera de la que he hecho mi vida y dedicación. A la Dra. Carolina
Ponce y al Dr. Raúl Torres, la primera por hacer crecer en mí el amor por el latín, la razón
por la que entré a la carrera; el segundo, por confirmarlo y encaminarlo. Al Seminario
Interdisciplinario de Estudios Medievales, a cuyo responsable, el Dr. Antonio Rubial, e
integrantes, agradezco profundamente la oportunidad de trabajo, los conocimientos de los
que me he servido para mi trabajo y la beca con motivo del trabajo de titulación. A la
Academia Vivarium Novum, en la que se me dio la oportunidad de dedicarme
exclusivamente a mi pasión, el latín, y en la que adquirí conocimientos y habilidades sin las
que la elaboración de este trabajo habría sido, sin duda, mucho más ardua de lo que ya fue.
A la familia Feye, Schola Nova, la fundación Humanitas Europae, la familia Dapsens y la
familia Schutte por la oportunidad laboral y personal que me prestaron durante mi estancia
en Bélgica y Holanda, ocasión que también tomé para hacerme de bibliografía que
difícilmente, en otras circunstancias, habría podido yo consultar. Al doctor Rubén Florio, a
quien, por un feliz accidente, contacté y quien aportó tantas ideas, tanto cuidado y
bibliografía a mi investigación, que espero le parezca una digna continuación de los
estudios acerca de la presente obra. A mis otros sinodales, la Mtra. Patricia Villaseñor
Cuspinera y el Mtro. Edward Bush Malabehar por sus cuidadosas lecturas y valiosos
consejos. A mis amigos, unos que ya no están pero que en su momento aportaron mucho a
mis conocimientos; otros, los que siguen conmigo hasta ahora, con quienes he compartido
tantas cosas sobre la carrera y sobre la vida que tienen su parte en este mismo trabajo y
están presentes en estas hojas. A todos los aquí mencionados o referidos, por ser parte de
los que, puedo asegurar, han sido los mejores años de mi vida, GRACIAS.
Aldo Toledo
Octubre de 2013
ÍNDICE
La introducción _________________________________________________________ iv
La traducción __________________________________________________________ iv
La paráfrasis ___________________________________________________________ vi
COMENTARIO 39
i
ii
PREFACIO
El presente trabajo es producto de una serie de ambages académicos con feliz término. Mi
primer acercamiento a este texto fue en la clase de Literatura Latina Medieval I, en la que
leímos el pasaje en que Valtario llega con Hildegunda luego de acabar la guerra con unos
rebeldes que se levantaron en armas contra el yugo de los hunos. En su momento, fue lo
único que había leído de esta obra y, salvo algunos datos sobre la misma y este pasaje, no
supe más por un tiempo. Años después, cuando hubo llegado el momento de decidirme por
un tema de tesis, mi asesor y amigo, el Dr. Raúl Torres, sugirió que trabajara un texto
medieval poco estudiado, la ecbasis cuiusdam captivi per tropologiam (también conocido
simplemente como ecbasis captivi), una sátira con personajes animales, y para ello me
recomendó que leyera de antemano el Waltharius junto con un libro llamado Mocking Epic
de Denis Kratz (España: Porrúa, 1980) como contexto de la burla de la épica en la Edad
Media latina. Después de adentrarme en la lectura de las peripecias de Valtario en su vuelta
a casa, quedé maravillado y fascinado por todos los aspectos de la obra: su lenguaje épico
virgiliano para describir las batallas, la evolución de los personajes, la trama y el final, que
me pareció, a decir verdad, divertido y enigmático a la vez. Fue así que decidí abandonar la
intención original de trabajar la ecbasis captivi y mejor dedicarme a este fascinante poema
épico. Luego de releerlo tres veces, estuve convencido de que éste debía ser mi trabajo de
titulación. Las dificultades se encontraron rápidamente, pues mi formación es de Letras
Clásicas y, pese a ciertos acercamientos a la literatura e historia medievales, nunca había
trabajado un texto de esa época. Es por eso que, además de la investigación histórica
correspondiente, me pareció congruente acercarlo al terreno clásico de mi formación,
principalmente en las notas al texto latino, de las que hablaré más tarde.
iii
La introducción
Se comienza con un breve esbozo sobre el estado de la educación clásica en la Edad Media,
desde su primer Renacimiento y la reforma de la Iglesia que efectuó Carlomagno (742-
814), emperador de los francos, hasta la dinastía de los otones (de 918, año en el que
Enrique I, duque de Saxonia, fue elegido rey de los francos por recomendación de Conrado
I, rey de Francia del Este; hasta 1024, año en el que murió Enrique II, con quien acabó esa
dinastía y empezó una nueva, la de los salios, con Conrado II), pues es en este espacio de
tiempo en el que se sitúa la redacción del Waltharius. A manera de ejemplo del desarrollo
de los monasterios, se trabajó de manera somera el caso de San Galo, que muchos han
creído como el lugar que vio nacer este poema épico, tema que se abordará más tarde en el
capítulo sobre la autoría. El segundo tema es justamente éste, el de la autoría que ha traído
grandes discusiones y problemáticas al estudio del poema de Valtario. Parte del mismo
tema se dedica también a una breve investigación de la Walthersage, la saga a la que
pertenecen no sólo el héroe Valtario de Aquitania, sino también muchos de los personajes
que aparecen o son mencionados en esta obra. Después de esto, se menciona la familia de
manuscritos, pues pertenecen, en parte, a la polémica sobre el verdadero autor del poema.
Luego se tratará de manera histórica la problemática acerca de la autoría que surgió, a partir
de los manuscritos y el prólogo, en el siglo XIX entre los nacionalismos francés y alemán,
que definieron la crítica de la obra y cuyos efectos perduran en la actualidad. Dejando atrás
la investigación acerca de la historia y autoría del texto y todo lo que de ello ha nacido, se
pasa al estudio literario de la ironía, que está presente en la narración del autor; gran parte
de este último análisis se encuentra, también, en el cuerpo de notas.
La traducción
iv
correspondencia de verso con línea de traducción no es exacta, pues se da preferencia a la
lengua de llegada antes que al formato línea por línea. Asimismo, para quien quiere
acercarse al texto original, la traducción sirve como herramienta auxiliar, pues mi intención
es que el lector del latín primero se dirija al comentario donde se encuentra el parafraseo; es
decir, lo ideal es que el lector lea primero en latín y, si surgieran dudas de comprensión, se
remita primero a la paráfrasis que he hecho, como se explicará en unos momentos, y a la
traducción si el uso de las notas al texto fueran insuficientes.
El comentario al texto
v
de la Universidad de Harvard, 1
junto con la edición de Strecker ―aunque con ciertos
errores en el texto latino― y con la traducción al inglés de Dennis KRATZ (Nueva York:
Garland Publishers, 1984), además de las anotaciones léxicas de Emily WALKER (2010);
este proyecto de la universidad de Harvard nació justamente con la idea de ayudar al
estudiante a leer el Waltharius.
La paráfrasis
Una parte sustancial de este trabajo que está en la sección de COMENTARIO AL TEXTO es el
parafraseo del Waltharius. En mis primeras lecturas de este poema, me di cuenta de que,
como todo texto en su idioma original, presenta dificultades que cada persona que se
acerque a esta obra resolverá en la medida de sus posibilidades. En mi caso, encontré dos
tipos de problemáticas: las que llamaría comunes cuando uno lee épica, y las que son
propias de un texto escrito por un monje de origen probablemente germano, que escribió en
su lingua paterna, el latín. La traducción que aquí propongo puede ayudar al
esclarecimiento de ciertos pasajes que, por una o varias razones, resultan oscuros o menos
claros o, incluso, engañosos si no se toman ciertas consideraciones. No obstante, para este
trabajo tuve la idea de no sólo guiar a quien se aventura a leer el Waltharius en latín por
medio de mi traducción, sino también por medio de la paráfrasis en el latín mismo, idea que
1
https://coursewikis.fas.harvard.edu/ml105/Table_of_Contents
vi
surgió a partir del método del danés Hans Henning ØRBERG en su libro Lingua Latina per
se illustrata (Nápoles: Edizioni Accademia Vivarium Novum, 2007) para facilitar la lectura
en el idioma mismo sin tener que recurrir a una traducción. Este método ha resultado ser
muy eficaz para mi formación como profesor de latín y griego.
1) Paráfrasis simple: en los versos 947-8, Guntario grita a sus compañeros en ego
partus / ante mori sum. Muchos podrían suponer que ese partus viene de parĕre,
cuyo participio es partus, lo que no es coherente con el sentido de la oración. Por
esta razón indico con el símbolo = que partus es equivalente a paratus, además de
indicar que es una forma atestiguada en latín medieval (cf. DU CANGE s.v. partus).
Otro tipo de paráfrasis simple es la del verso 951, en el que el rey de los francos
continúa así: nunc ardete, viri, fusum mundare cruorem. Aquí entre corchetes [ ]
indico que para ese cruorem debe sobreentenderse amicorum: la matanza de sus
camaradas.
2) Paráfrasis compleja: siguiendo el mismo ejemplo del verso 951, por medio de una
paráfrasis compleja trato de esclarecer el significado del verso. Para este fin me
valgo de nuevo del símbolo = que indica equivalencia. El sustantivo cruorem aquí
no sólo significa la sangre derramada, fusum, sino la muerte misma de los
compañeros de armas. El sentido de fusum mundare cruorem, al no ser propio sino
metafórico, queda parafraseado, entonces, por mortem [amicorum] ulcisci, siendo
esta última una palabra común de prosa para indicar la acción de vengar, lo que
justamente está pidiendo Guntario de sus soldados.
1) = indica equivalencia, como lo dicho más arriba. Algunas veces puede haber dos
equivalencias como en el verso 1137, donde heremus significa eremus, que a su vez
significa solitudo / loca deserta.
2) / indica un sinónimo, como en el verso 960: crinibus vertici ablatis / excussis
3) [ ] indican información agregada, que creo importante para la comprensión de la
paráfrasis.
vii
4) < y > indican derivaciones, como en el verso 890, donde choris deriva de la palabra
Caurus, un viento del norte.
5) ≠ indica el contrario de la expresión, como por ejemplo en el verso 1396, dirimuntur
proelia se explica por medio de su contrario, comittuntur proelia, o en el verso
1424, en el que scurrilis se explica por su antónimo, serius o severus.
Strecker el autor
prologus
Waltharii poesis
2
La edición de 1951 puede consultarse, por medio del siguiente vínculo, en los Monumenta Germaniae
Historica: http://www.dmgh.de/de/fs1/object/goToPage/bsb00000837.html?pageNo=24. El único
inconveniente es que en ésta no se edita el prólogo.
viii
560 inferius interius
618 tecum comitantes te concomitantes
619 revocare memento. revocare. memento:
642 scio tu vir fortis scio, tu vir fortis
810 cernis, et ipse cernis et ipse
823 Vosegus Vosagus
857 fames insatiatus fames, insatiatus
1097 respondit refutat
Lista de abreviaturas
Otras:
3
Pueden consultarse en línea siguiendo este vínculo: http://www.pegasus-
onlinezeitschrift.de/subsidia_autoren.html
ix
ESTUDIO INTRODUCTORIO
Contexto histórico
Del Renacimiento carolingio hasta el siglo IX y la desaparición de la schola Palatina
4
BOWEN, A history…, p. 6.
5
vita Karoli, XXV: “Cultivó con gran ahínco las artes liberales y, gracias al gran respeto que sentía por los
eruditos de las mismas, los llenaba de muchos honores”.
6
vita Karoli, XIX: “De tal manera estimó que sus hijos debían ser educados que tanto sus hijos como sus
hijas se instruyeron, primero, en las artes liberales que él mismo estudiaba”
7
vita Karoli., XXV. Esta información es sin duda exagerada y de tintes panegíricos; sin embargo, al menos
x
maestro de gramática a Pedro de Pisa y como profesor de retórica y dialéctica a Alcuino de
York. Si bien él mismo no podía escribir muy bien, reconocía el esfuerzo de los que sí lo
hacían y los tenía en gran estima y respeto, recompensándolos según sus méritos. 8 Un
ejemplo de esto fue que entregó a Alcuino de York la schola Palatina y la biblioteca de la
catedral para mejorarla. Alcuino mismo se vio en la necesidad de escribir algunas obras
ante la carencia de manuscritos para la enseñanza, como el Pippini regalis et nobilissimi
iuvenis disputatio cum Albino scholastico, propositiones Alcuini Karoli Magni imperatoris
ad acuendos iuvenes, de ortographia, de grammatica, entre otras.
ut episcopi diligenter discutiant per suas parrochias presbyterorum fidem, baptisma catholicum et
missarum celebrationes, ut fidem rectam teneant et baptisma catholicum observent et missarum
preces bene intellegant, et ut psalmi digne secundum divisiones versuum modulentur et dominicam
orationem ipsi intellegant et omnibus praedicent intellegendam, ut quisque sciat, quid petat a deo. 9
Los mejores ejemplos que tenemos son la Karoli epistola de litteris colendis
dirigida al abad Baugulfo y el capítulo 72 de la admonitio generalis 10 de 789, escrita a
instancia de Alcuino, en la que se hace un llamado a la formación de escuelas para enseñar
muestra el interés del rey de los francos en la cultura clásica. Jacques PAUL parece ratificar esta sospecha
argumentando que Carlomagno seguro recibió una educación imperfecta en algún monasterio en su
juventud, como era la costumbre entre los francos, y la quiso completar contratando a un gramático
durante sus operaciones militares a la edad de treinta años; es hasta los cuarenta que Alcuino hace su
primera estancia en la corte cuando “la edad de una buena formación ya ha pasado” (cf. Historia…, p.
155).
8
BOWEN, A history…, p. 8.
9
MGH, capit. N.S., I, pp. 465-6: “Que los obispos en sus parroquias investiguen a los clérigos, su fe,
bautismos y celebraciones de misa para que sepan correctamente la fe, cuiden el bautismo católico y
entiendan bien los rezos de las misas; también que se reciten los salmos con dignidad, siguiendo las
divisiones de los versos, que ellos mismos entiendan la oración dominical y que a todos la prediquen de
manera que la entiendan, para que cada uno sepa lo que pide de Dios.”
10
MGH, capit., I, p. 60.
xi
a los niños a leer, mas: non solum servilis conditionis infantes, sed etiam ingenuorum filios
adgregent sibique socient.; 11 el llamado era, también, para la corrección de los psalmi,
notae, cantus, compotum (calendario), grammatica y a evitar que las jóvenes mentes se
corrompan leyendo o escribiendo. Así pues, niños de condición servil e hijos de nobles
debían ser aceptados para recibir educación. El número de clérigos, según la reforma de
Carlomagno, también debía ser aumentado para satisfacer las necesidades de un reino tan
extenso como el suyo. Era, pues, indispensable la creación de parroquias y escuelas para
formar a estos clérigos de los que se requería. 12
11
MGH, capit., ibid.: “Que no sólo adhieran a la congregación a los niños de condición servil, sino también
a los hijos de nobles”
12
RICHÉ, Écoles..., p. 315.
13
BISCHOFF, Bernhard, Paläographie…, pp. 114ss. La minúscula supuso una ordenación de la caligrafía que
ofrecía la ventaja de escribir más velozmente que la capital o mayúscula (cf. PAUL, Historia…, p. 158).
14
BOWEN, A history…, p. 16.
15
HILDEBRANDT, The external..., p. 74.
xii
vano. Sus discípulos, Cándido en Fulda, Valafrido en Reichenau y Servatus Lupus en
Ferrières siguieron la labor de su maestro en otros lugares del decadente reino. Juan Escoto
Erígena, más estudioso que pedagogo, fue altamente reconocido por su de divisione
naturae, obra ejemplar del pensamiento religioso y filosófico en todo el Occidente desde el
siglo IV hasta el X. 16
El paso al siglo X
Muchas veces se ha visto el siglo X como una catástrofe para la civilización de Occidente:
las invasiones normandas desde el norte, los constantes ataques de parte de los húngaros
desde el este y el imparable saqueo de Italia, a manos de los sarracenos desde sus bases en
Sicilia, mostraban un panorama poco alentador para el futuro de la Europa del siglo X. Sin
embargo, aunque Aquisgrán hubiese perdido su esplendor, aunque la corte carolingia
hubiese desaparecido y el poder central, que mantenía al reino, ahora se encontrase
desmembrado por las ambiciones de los que aspiraban al trono, no se puede afirmar que
esto haya sido la ruina total y absoluta del Occidente: simplemente las nuevas divisiones
16
BOWEN, A history…, p. 21.
17
BOWEN, A history…, p. 23.
xiii
modificaron el panorama, no lo desmembraron. Una vez superada la crisis que vino a raíz
de las invasiones, comenzó un verdadero renacimiento. 18 El éxodo de monjes que huían de
la destrucción de sus monasterios los llevó a establecer contacto con quienes nunca antes lo
habían tenido. Bibliotecas enteras cambiaron de residencia. Se reclutó a escribas
extranjeros. El panorama, pues, no era tan desolador como se ha querido creer. Luego de la
fundación de Cluny a manos de Guillermo el Piadoso y el monje Bernón, la vida monástica
se centralizó, hubo un auge en el número de copistas y se restructuraron las bibliotecas.
Bajo la reforma de Odón en 930 y la dirección de Abón, Fleury se volvió el centro principal
de los estudios monásticos en la Francia Occidental. 19 Gerardo de Namur partió para
Flandes e hizo volver los monasterios a la regla benedictina; de ahí sus discípulos se
dirigieron a Normandía, adonde fueron llamados para reinstaurar todo lo perdido. Como se
muestra aquí, la necesidad empujó a toda una regeneración. El siglo X no fue una época en
que el ideal carolingio cayera hasta casi desaparecer, sino una época de continuidad en
todas las ramas: educación, pensamiento y lógica, producción de libros, historia,
hagiografía, ideas políticas, teología, literatura y, particularmente, música. 20 Los nuevos
monasterios, Fulda, Lorsch, Reichenau, San Galo, Würzburg y Corvey se unieron a los
viejos como St. Denis, St. Amand, Echternach, Corbie, St. Martin y St. Germain des Près
como promotores de la cultura. Aunque la educación no se abría a los externi, salvo por
algunos ejemplos que veremos más adelante, el camino para la supervivencia de la
educación y la cultura clásica ya estaba pavimentado. Gracias a ellos, conservamos lo que
conocemos de la Antigüedad y la Edad Media latinas. El siglo X no es una era de hierro,
como varias veces se ha dicho; es más bien una era de transmisión de todo el conocimiento
anterior a los siglos XI y XII. 21 El sistema educativo descentralizado fue lo suficientemente
resistente a los cambios del siglo X. Aunque las viejas escuelas iban desapareciendo, las
nuevas las reemplazaron y el número se conservó constante. 22 Fue un siglo en que la
18
RICHÉ, Écoles..., p. 120.
19
RICHÉ, Écoles..., p. 144.
20
MCKITTERICK, Carolingian culture.., p. 317.
21
CONTRENI, Carolingian..., p. 380.
22
CONTRENI, Carolingian…, p. 382.
xiv
cantidad de manuscritos se multiplicó de manera increíble: Lorsch y Bobbio, por ejemplo,
almacenaban 590 y 666 volúmenes respectivamente. 23
La dinastia otoniana (919 -1024) muchas veces ha sido comparada con la carolingia
en que no es conocida por su patronato de las artes: según algunos especialistas, no apoyó
centros de educación ni el cultivo de la escolaridad de la época, no favoreció la creación de
nuevos talleres para la producción de libros finos para el uso de la familia real y tampoco
hay evidencia de mecenazgo para estudiosos o artistas individuales. 24 Agregan, con todo,
que a pesar de ello las artes encontraron refugio no en la corte sino en el patrocinio de los
obispos: fueron ellos los que continuaron la labor que la dinastía pipínida había comenzado.
El resultado más importante de todos fue que el canal de comunicación y transmisión de
ese conocimiento proveniente desde la Antigüedad, el latín, no hubiera cambiado a pesar de
la creciente influencia de las lenguas vernáculas que tuvo lugar en esa época.
23
CONTRENI, Carolingian…, p. 382.
24
MCKITTERICK, Carolingian Culture…, 312.
25
CONTRENI, Carolinginan…, p. 385.
xv
biblioteca de su predecesor; impulsó, asimismo, las reformas de los monasterios y el
desarrollo de las escuelas. Enrique III (1017-1056) fue defensor de las artes y defensor de
los letrados hasta su muerte en 1056. Fue hasta este momento en que acaeció la catástrofe
para el imperio, pues no hubo medio de seguir patrocinando las bellas artes desde la corte.
Como segundo objetivo luego de la reforma del clero, era esencial un ejército de clérigos
educados en el latín para instruir al enorme pueblo que habitaba hasta los rincones del
imperio, clérigos que con el suficiente conocimiento pudieran acceder a las Sagradas
Escrituras sin olvidar a los Padres de la Iglesia, con lo que se conservaría una cierta
ortodoxia y orden en el cristianismo. En realidad, el debate sobre la manera de educar a los
monjes no fue de poco valor, pues llevaba a muchos a preguntarse cómo se les enseñaría el
latín, dado que la Antigüedad clásica no era sino pagana, llena de mitologías absurdas que
no convenían al clérigo católico. Este punto se abordará más tarde.
26
RICHÉ, Écoles…, 315.
27
ibid.
xvi
iglesia católica propuesta por Carlomagno. Los clérigos extranjeros también debían ser
controlados.
El otro problema a resolver era el vehículo que sería utilizado para llevar a cabo la
renovación de los estudios: el latín. Hasta el siglo VIII, la lengua de los romanos aún se
entendía en grandes extensiones del territorio europeo salvo en tres lugares: Inglaterra, las
regiones germánicas y el norte de la Galia. En éstas, el lenguaje común del pueblo era el
medio auxiliar para una tarea como la evangelización de los paganos. En el concilio de
Tours de 813, por dar un ejemplo, se hizo hincapié en la traducción in rusticam Romanam
linguam aut Theotiscam, para que, de esta manera, el mensaje católico llegara a las masas,
incapaces de entender otra lengua, 28 sin olvidar los estatutos de Vesoul y el concilio de
Mayence de que nadie puede ser cura de una iglesia cuyos fieles no puedan entender lo que
se predica. 29 Sobre la prédica misma, sabemos que durante la Edad Media existió infinidad
de homiliarios que el predicador debía recitar durante la misa, dado que interpretar las
Sagradas Escrituras no estaba permitido sino a un número contado de personas capaces de
hacerlo. El clérigo podía innovar un poco, pero siempre a partir de los susodichos
comentarios para no alejarse de la ortodoxia. El mismo Carlomagno, en su admonitio
generalis, exhortó a los clérigos de esta manera: et non sinatis nova vel non canonica
aliquos ex suo sensu et non secundum scripturas sacras fingere et praedicere populo.30
Era, pues, indispensable conocer tanto el latín para comprender los textos como la lengua
del pueblo para que éste fuera debidamente educado.
28
RICHÉ, Écoles…, p. 322.
29
ibid.
30
MGH capit., IV, p. 61: “No permitáis que algunos inventen o prediquen al pueblo cosas nuevas o poco
canónicas según su entendimiento y no el de las Sagradas Escrituras”.
xvii
literatos carolingios seguían a la perfección a sus modelos. Algunos llegaron a acusar este
programa de paganismo. Otros incluso opinaron que se abandonara el estudio de la
gramática para no desviar la atención de las personas de aquello a lo que Pascasio Radberto
llamó “la puerilidad de las tragedias y las invenciones de los poetas”. 31 Por lo tanto, ¿de
qué manera los escritores resolvían esta intricada discusión entre la Antigüedad y el
Cristianismo? Esto se tratará de manera resumida más adelante, en el capítulo de La ironía
en el Waltharius.
San Galo
31
Citado por RICHÉ, Écoles…, 115.
32
HILDEBRANDT, The external..., p. 107.
xviii
estos dos monasterios se cerraron al mundo exterior y se volvieron centros dedicados a la
oración más que a la erudición, no sin antes haber pasado la estafeta de sus logros a los
nuevos centros urbanos que apenas surgían, como en el caso de Constanza, que al principio
dependía de San Galo y luego experimentó, en el siglo XI, una renovación de actividades
escolásticas propias, no sin la ayuda de maestros ahora venidos de Reichenau; o como
Estrasburgo, donde Ercambaldo (965-991) pidió a Víctor de San Galo que la dirigiera. 33 Es
gracias a este nuevo intercambio entre los monasterios y las recién nacidas escuelas urbanas
que se dio una vez más una translatio studiorum que aseguró la supervivencia de la
educación y la cultura.
Es pues en estos dos siglos, el X y el XI, en los que se dio lo que Pierre Riché llama
un renacimiento; en éste, el estudio de la lógica y las ciencias matemáticas, sin olvidar el
derecho romano, encontraron campo fértil para florecer. Asimismo, los clérigos leían con
más avidez a los autores de la Antigüedad, lo que, como hemos dicho, desmiente el mito de
que fue una época de escasa educación y producción literaria, como algunos historiadores
han querido. 34 Curiosamente, es en este período de tiempo en el que menos se escribió
teología o exégesis.
33
RICHÉ, Écoles…, p. 174.
34
RICHÉ, Écoles…, p. 185.
35
HILDEBRANDT, The external..., p. 55.
36
HILDEBRANDT, The external..., p. 57.
37
HILDEBRANDT, The external..., p. 65.
38
Para más información al respecto, referirse al capítulo “Royal Abbeys and the Plan of St. Gall” de
HILDEBRANDT.
xix
El autor del Waltharius: características y problemáticas
Cuando comencé la búsqueda de diferentes ediciones del Waltharius para mi trabajo, hubo
un detalle recurrente: el hecho de que algunas consideraran a un tal Ekkehardo I como su
autor, otras a un Ekkehardo IV, otras a un Geraldo y, finalmente, de que no pocas la
consideraran una obra anónima. La mayoría de los manuales sobre historia de la literatura
latina medieval estiman a Ekkehardo IV como su creador. Al comenzar la investigación
acerca de la autoría, me di cuenta de que la problemática era bastante extensa. El
Waltharius, un poema medieval de 1456 versos, cuya fecha de composición también es
desconocida, ha fascinado y perturbado a sus estudiosos desde el siglo XVIII, pues estos
datos simplemente se nos escapan de las manos. Ya en la primera edición crítica del
Waltharius, Jacob Grimm anunció que el texto dificultaba las dudas que se tenían acerca
del poeta. 39 Cien años después, Karl Strecker dijo que, desafortunadamente, la cuestión no
había mejorado en nada. 40 Hoy en día, el estado de las cosas ratifica lo que Strecker temía.
¿Qué factores han causado que, desde la primera edición crítica de Jacob Grimm y Andreas
Scheller hasta nuestros días, el tema de la autoría del Waltharius haya sido tan difícil de
dilucidar? Ante la imposibilidad de proponer una innovación de este tema, me ha parecido
interesante exponer mi propia investigación sobre las fuentes de esta problemática y su
repercusión en los estudios medievales. Se empezará describiendo a grandes rasgos la
Walthersage, a la que corresponde naturalmente el Waltharius; luego seguirá la distribución
geográfica de los manuscritos de los que tenemos conocimiento y, para finalizar, se dará
una historia general de la discusión decimonónica sobre el nombre y nacionalidad del poeta
de esta obra y las repercusiones que de ahí emanaron.
La Walthersage
39
Citado por STRECKER, Waltharius, p. 12. No he podido dar con la cita en Grimm.
40
ibid.
41
Citado por LEARNED, “Versions…”, p. 1.
42
Si bien algunos lo hacen contemporáneo al Waltharius, es decir, del siglo X.
xx
Waltharius latino, que no puede ser fechado más allá del siglo X; el chronicon
Novaliciense, vida del guerrero y luego monje Waltharius, asociado a leyendas locales y al
Waltharius manufortis de San Galo, que incluye unos fragmentos del Waltharius latino, del
siglo XI; el Walther und Hildegunde, escrito por Walther von der Vogelweide, que contiene
claras referencias a la saga, del siglo XII; el famoso Nibelungen Lied, finales del XII o
principios del XIII; el Fragmento de Graz, restos de un poema en alto alemán medio del
siglo XIII; el Fragmento de Viena de Walther und Hildegunde en una variación del
Nibelungen Lied, también del siglo XIII; Biterolf und Dietleib, una obra épica en alto
alemán medio del siglo XIII; Alpharts Tod, otra obra épica en alto alemán medio del siglo
XIII; Rosengarten, poema en alto alemán medio de la segunda mitad del siglo XIII;
Dietrichs Flucht, obra épica en alto alemán medio de la segunda mitad del siglo XIII y
Rabenschlacht, de la misma época aproximadamente, escritos supuestamente por Heinrich
der Vogler poco después de 1282; Thidrekssaga, también conocida como Wilkinasaga, una
saga escrita en antiguo nórdico de finales del XIII que luego fue traducida al sueco y al
latín; y el Boguphali chronicon, una crónica en latín, atribuida al obispo Boguphalus de
Posen, del siglo XIII. 43 Los primeros monumentos literarios que hablan de este Valtario de
Aquitania son, pues, el anglosajón y el latino, ambas versiones aproximadamente de la
misma época.
Así pues, es muy difícil dar con un Valtario en concreto a partir del corpus de la
Walthersage: todas las versiones difieren entre sí en ciertos detalles. Esto se explica gracias
a las siguientes consideraciones con las que los investigadores del método histórico,
empezando con la metodología de Jacob y Wilhelm Grimm, seguida y modificada por Karl
Lachmann y Karl Müllenhoff, proponen que uno se acerque al estudio de las sagas: 44
1. Hay muchos canales históricos a través de los que se cuentan eventos, uno de los
cuales es el canal escrito y que se considera el más confiable. Sin embargo, el rango
de eventos contados es tan limitado como el número de páginas en las que están
incluidas.
43
Para una buena comparación de los lugares comunes de la Walthersage en las diferentes obras aquí
citadas, se recomienda leer el cuadro hecho por LEARNED en “Origin…”, pp. 131-156.
44
LEARNED, “Origin…”, p. 157-8.
xxi
2. Detrás o alrededor de los escritos hay una gran cantidad de crónicas no escritas que
se pasan a través de la memoria de los pueblos, lo que llamamos traditio y que se
consideran la fuente más abundante de las sagas: un cuerpo de historias en las que
se forman nuevas combinaciones de nuevas proporciones que adquieren nuevos
colores, plasmadas de objetivos, prejuicios, condiciones o imaginación diferentes,
según lo que quiera concebir el narrador. 45
Será importante considerar esto cuando se entre al tema de la autoría del Waltharius, un
problema que, creo, tiene sus raíces, principalmente, en el tratamiento que se ha hecho del
personaje de Valtario por los diferentes estudiosos, pues, en vez de considerarlo como un
personaje de una larga saga, que probablemente empieza con el Waldere y el Waltharius de
manera escrita, unos u otros trataron de nacionalizarlo junto con el autor en el siglo XIX.
Sin embargo, los elementos históricos y legendarios de los que la Walthersage se nutre son
tan variados y de fuentes tan diversas, que es imposible localizarla en un solo lugar.
Gracias a los testimonios de la época, los elementos históricos nos llevan hasta el
siglo V d.C., cuando las invasiones bárbaras habían modificado todo el panorama
romano: 46 Teodorico, rey de los godos, que en 426 había tratado de apoderarse de Arles, el
centro político de la Galia romana, fue detenido por el general romano Flavio Aecio, 47 con
quien luego hizo las paces. Esto fue de mucha ayuda después, cuando Teodorico se unió a
45
Shami GHOSH (The Barbarian Past…, pp. 217 ss.) afirma que la mayor cantidad de referencias que
tenemos a la narración histórica vernácula transmitida oralmente proviene “from continental Francia”. A
manera de ejemplo cita al biógrafo de Carlomagno, Einhardo, quien describe a Carlomagno como un
hombre que aprendió barbara et antiquissima carmina de memoria, en las que se cantan las gestas de
héroes de antaño. Luis el Pío aparentemente hizo lo mismo desde niño, si bien luego repudió esa tradición
por bárbara. Sin embargo, Ghosh no se atreve a aseverar que por barbara carmina debamos entender que
fueran germánicas.
46
Cf. FLORIO, “Incoherencias del Waltharius”, p. 149-59: “Ese bastidor general de la situación política (del
s. V), compuesto por la reacción de los tres pueblos (franco, burgundio, aquitano) ante la irrupción de un
agente exógeno, manifiesta el estado de postración espiritual de una parte de Europa, luego de la caída del
Imperio Romano. El hecho de que a ninguno de los tres se le hubiera ocurrido unir sus fuerzas ante un
enemigo común habla de la fragmentación y desconcierto políticos en que se encontraban los distintos
reinos después de la disolución del poder central”. La transformación de la materia histórica en sustrato de
la ficción, según FLORIO (p. 161), no es un proceso novedoso en el Waltharius, sino que viene desde Enio
y Nevio, quienes mezclaron historia y leyenda, proceso de libre creación poética. La intención de los
poetas no es la de comprobar o desmentir hechos históricos aunque los refleje en su obra. El mismo caso
aplica para el Waltharius y el lector debe seguir esta línea.
47
Haganón y Valtario han sido identificados con este general romano por diferentes especialistas. FAURIEL
(Histoire…, tom. I, p. 408), por ejemplo, analogó la vida de Valtario con la de Aecio, diciendo que ambos
fueron niños entregados al enemigo en calidad de rehenes a Atila.
xxii
los romanos para detener la avanzada de los hunos, encabezada por su rey Atila, ‘el Flagelo
de Dios’, para finalmente morir en la batalla de los Campos Cataláunicos en 451. Este
personaje, junto con otros tantos, principalmente Atila, ha sido clave en el corpus de la
saga. 48
Los elementos legendarios tienen que ver con aquellos personajes cuyos orígenes
reflejan hechos históricos demostrables por las fuentes que tenemos, mas no es seguro hasta
qué punto refieran a los mismos, pues son una mezcla de elementos legendarios y míticos
del norte de Europa. 49 Los que Marion Dexter designa como legendarios son: Haganón,
Hererico, Hildegunda, Álfer, Valtario y los caballeros que atacan a este último en combate
singular. De nuevo, aunque no sean personajes históricos, sus raíces vienen de un pasado
histórico y no de simples invenciones. 50
48
Para más información, cf. LEARNED, “Origin…”, pp. 158-65.
49
LEARNED, “Origin…”, p.166.
50
Los personajes se tratarán individualmente en el COMENTARIO AL TEXTO.
51
Es muy importante para el estudio del Waltharius remarcar el segundo y cuarto elemento: dice LEARNED
(“Origin…”, p. 176) que en el caso del segundo el hecho de que se lleven un tesoro es general pero el
énfasis que se hace en él varía en las versiones: el tesoro en el Waltharius, como se verá, tendrá grandes
repercusiones en el desenlace y en la interpretación del texto; en el caso del cuarto también es importante
el “regreso triunfante a casa”, pues el autor de esta obra nos describe un triunfo a medias y un regreso que
algunos estimamos poco glorioso.
xxiii
el s. XIX, estudiosos de la poesía provenzal como Claude Charles Fauriel han pensado en
Valtario como un héroe galorromano de las invasiones germánicas y húnicas, en este caso
el antes mentado Aecio; 52 sin embargo, Marion Dexter opina que en ninguna obra de la
saga se hace una referencia específica o siquiera una pista que apunte a un galorromano.53
Otra hipótesis que ha encontrado fuertes seguidores es la de un Valtario ostrogodo que,
como dice J. Grimm, “se diferencia de un burgundio y de un franco”. 54 Hay muchas otras
teorías que no pretendo abordar en el presente trabajo.
Con todo, dado que se pueden localizar los elementos históricos a finales del s. V o
principios del VI y el origen de la saga aproximadamente en el s. VIII, como el Waltharius
es considerado una fuente de acontecimientos históricos confiables, se debe tomar muy en
serio el lugar de origen de este personaje legendario, y así volvemos a Aquitania, pero no la
Aquitania francesa, como ha querido Charles Claude Fauriel, sino a la romana. Esta región,
a lo largo de los siglos de dominación romana, cambió mucho de configuración, pues no
son la misma la de tiempos de César, la Aquitania propria del sur y la Aquitania al norte
del Garona hasta el río Loira, y de tiempos de Diocleciano, que la dividió en tres partes.
Desde el siglo quinto y por toda la época merovingia y carolingia, luego de las invasiones
godas, húnicas y francas, la concepción de Aquitania era la de un reino al oeste de
Burgundia, concepción que se encuentra en nuestra fiel representación histórica en el
Waltharius. A esta Aquitania pertenecía muy probablemente nuestro Valtario. Incluso otros
epítetos en otras sagas de alguna manera lo confirman:
52
FAURIEL, Histoire…, tom. I, p. 408.
53
LEARNED, “Origin…”, p. 189.
54
HAUPT, Zeitshcrift…, p. 3
xxiv
donde vendría este epíteto de Valtario, rey de España. Incluso ‘Valtario de España’
tiene una contraparte, ‘Valtario de Gerlingen’, región que en tiempos carolingios
pertenecía al reino franco, que incluía naturalmente a Aquitania.
En conclusión, sea quien fuere en realidad este Waltharius ex Aquitanis generatus, 55 los
elementos históricos están bien estudiados y documentados a partir de todas las versiones
de la saga. Con esto, por lo tanto, se podrán desmentir muchas de las hipótesis sobre la
autoría que quieren adjudicar a una nación en específico el Waltharius, siendo que, como
vemos, las historias de este singular personaje se extienden desde los Pirineos hasta
Noruega y Polonia; es decir, es una tradición histórico-legendaria perteneciente a muchos
pueblos, no a uno solo.
Los manuscritos
Jonathan Fischer publicó la primera edición del Waltharius en 1780 a partir del
manuscrito Stuttgartianus del s. XIII, como él mismo indica. 56 Fue hasta 1792 que, en su
segunda edición, publicó el texto completo del Waltharius, pues a la de 1780 le faltaban los
últimos ciento dieciséis versos. En 1818, Joseph Freiherr von Laßberg se dio a la tarea de
editar el Waltharius para los Monumenta Germaniae Historica, pero, finalmente, en 1837
legó su trabajo a Jacob Grimm, quien hizo la primera edición crítica en 1838, un año
después. 57
Es importante dar un esbozo general sobre los manuscritos del Waltharius, pues de
éstos nace la polémica. La clasificación que mencionaré la hizo Karl Strecker en 1947
(Weidmann), cien años después de Jacob Grimm, y consiste de grupos geográficos:
55
Walth., v. 597.
56
FISCHER, de prima…, p. vi.
57
VOGT-SPIRA, Waltharius, p. 6.
xxv
− P Parisinus, copiado en Echternach o en Fleury en el siglo XI y conservado en la
Biblioteca Nacional de Francia. 58
58
La ficha está en http://archivesetmanuscrits.bnf.fr/ead.html?id=FRBNFEAD000067770. Otto Schumann
(“Über die Pariser Waltharius-Handschrift”, 1940-1) y Robert Fickermann (“Zum Verfasserproblem des
Waltharius”, 1959) trabajaron este manuscrito, el más viejo de todos que tiene el texto completo junto con
el prólogo. Luego fue demostrado que este manuscrito proviene, efectivamente, del scriptorium de St.
Benoît-sur-Loire, de Fleury. Es probable que las siete personas, según Schumann, que trabajaron la copia
del Waltharius de este manuscrito hayan tenido a la mano otro manuscrito, quizá el mejor de todos, junto
con la dedicatoria de Geraldo. Cf. HAUG, “Gerald und Erckambald…”, pp. 19-20.
59
En la edición de PEIPER (1873), siguiendo a Jacob Grimm, con H se designa el manuscrito que Strecker
denominó N del chronicon Novaliciense del siglo XI que contiene fragmentos del Waltharius de los versos
93 al 577. No deben confundirse si se lee la edición de Peiper. Este manuscrito no es mencionado en la
Géographie et Chronologie de la Tradition de CORIN (Simples réflexions..., pp. 14-5).
60
En la edición de Peiper se encuentra como A.
61
Corin propone como alternativas a Hirsau San Galo o Reichenau, todas probables.
62
En la edición de Peiper se encuentra como C.
63
En la edición de Peiper se encuentra como D.
xxvi
− I, los Fragmentos de Innsbruck, quizá de Tirol del Sur (Italia), un manuscrito del
siglo XI que fue desmembrado en el siglo XVI y cuyos restos están distribuidos en
diferentes bibliotecas (Innsbruck, Berlín). 64
Hay otros manuscritos de los que tenemos conocimiento pero se han perdido:
– Del grupo del sur hay dos ejemplares citados en los acta Murensia y el ejemplar de
St. Rupert, en Salzburgo, citado en el 1433.
– Del grupo del noroeste hay referencias a los primeros versos o a la obra en general
en los catálogos de diversas bibliotecas como St. Apri, en Tull, y St. Omer.
– Algún manuscrito que haya leído el poeta del carmen de bello Saxonico que, se ha
demostrado, tiene referencias al Waltharius.
En la edición final de Grimm que aparece en su Lateinische Gedichte des X. und XI.
Jahrhunderts, luego de hablar de los manuscritos que tuvo a la mano y usó, aventuró la
primera hipótesis acerca del desconocido autor del Waltharius. Dijo que en la mayoría de
los manuscritos no se mencionaba ningún nombre de autor pero que en el P, que
corresponde al Parisinus, y el Bruxellensis se encontraba un prólogo y el nombre de un
autor, pero antes de mencionarlo prefirió hablar de una crónica del monasterio de San Galo,
situado en la actual Suiza, en la que se menciona “explícitamente” el nombre de la obra y el
del escurridizo autor. Esta crónica es la que conocemos como los casus sancti Galli, obra
del monje Ekkehardo IV (ca. 980-1056?) en la que describe la historia, no sin errores, de
64
Es curioso que no se mencionen los fragmentos de Engelberg o se consideren como perdidos (Corin,
según el catálogo de San Galo del siglo XII), siendo que Peiper, siempre siguiendo a Jacob Grimm, no
sólo los ha mencionado sino que también haya indicado los fragmentos del Waltharius que conserva (vv.
1-492, 960-1233). ¿Será acaso que se refieren al mismo manuscrito?
xxvii
San Galo desde su fundación hasta la época en la que se escribió. Para la hipótesis sobre la
autoría, Jacob Grimm cita el siguiente pasaje de la mencionada obra:
scripsit et in scholis metrice magistro, ‒vacillanter quidem, quia in affectione, non in habitu, erat
puer‒, vitam Waltharii manu fortis, quam Maguntiae positi, Aribono archiepiscopo jubente, pro
posse et nosse nostro correximus. 65
Este Ekkehardo I, de quien se hace mención, es uno de los antecesores del autor de los
casus Sancti Galli. Aquí hay que notar dos cosas en especial: 1) siendo aún un niño sin una
instrucción completa, escribió una vita Waltharii manufortis en latín o, más bien, en un
latín rudimentario afectado por la que sería la lengua materna del niño; 2) puesto que estaba
plagada de barbarismos, fue corregida en la medida de lo posible. El primer editor del
Waltharius, von Laßberg, identificó esta vita con la obra que tenía en sus manos. Esto haría
pensar en Ekkehardo I como autor del Waltharius. 66
Sin embargo la controversia desde otro aspecto: vimos más arriba que Grimm
menciona dos manuscritos, los correspondientes al Noroeste en los que se encuentra un
prólogo de 22 versos con un autor de nombre Geraldo:
65
Ekkehardo IV, casus sancti Galli, cap. 80: “Ekkehardo I también en sus clases escribió en verso para su
maestro ‒aunque de manera vacilante, pues aún era un niño con talento, mas no con la costumbre de
escribir‒, la vida de Valtario Manofuerte, que, por orden del arzobispo Aribón, hemos corregido en
Maguncia en la medida de nuestros conocimientos y capacidades.”
66
VOGT-SPIRA, Waltharius, p. 8.
xxviii
det pater ex summis caelum terramque gubernans.
serve dei summi, ne despice verba libelli,
non canit alma dei, resonat sed mira tyronis,
nomine Waltharii, per proelia multa resecti.
ludendum magis est dominum quam sit rogitandum,
perlectus longe distringit hic ampla diei.
sis felix sanctus per tempora plura sacerdos,
sit tibi mente tua Geraldus carus adelphus.
La hipótesis de Grimm no se puso en duda por algún tiempo y Geraldo de San Galo,
compañero de Ekkehardo I, quedó como el autor del Waltharius. Algunos franceses y
belgas, ya no sólo alemanes, continuaron la tarea de estudiar esta obra enigmática, como el
belga Reiffenberg, que trabajó el manuscrito que le había faltado a Grimm. Una nueva
edición apareció en 1843 del francés Édélestand du Méril en Paris. El trabajo, pues,
comenzó a diversificarse fuera de Alemania.
67
GRIMM, Lateinische…, pp. 61-63.
68
FAURIEL, Histoire…, tom. I, pp. 399ss.
xxix
suponerse que bajo la denominación de ‘aquitano’ subyacía una más general, la de ‘poeta
francés provenzal’. Mencionaré someramente cómo Fauriel llegó a esta conclusión: ya
hemos visto más arriba que la saga de Valtario es muy extensa y que, si bien refiere
siempre al mismo nombre, no refiere necesariamente al mismo personaje, sino a una figura
ideal, como dijo Marion Dexter Learned en su artículo “Origin and Development of the
Walther Saga”. Fauriel afirmó, por alusiones al Cantar de los Nibelungos y otras que no
cabe mencionar aquí, que la historia de un Valtario, compañero de Haganón, servidor de
Atila que huyó con Hildegunda y que masacró a los camaradas de su amigo, era un tema
muy popular al oeste del Rin y no sólo al este. Además de esto, arguyó que en ninguna obra
de la literatura alemana hubo algún Valtario que fuera un personaje principal; más bien
siempre se lo mencionaba de paso. 69 De esta manera, acusó a la erudición alemana, que a
partir del siglo XIX comenzó a interesarse en el Waltharius como un monumento de su
historia nacional, de haber inventado teorías acerca de un monje alemán que había
traducido un poema escrito, como Fauriel dice, en dialecte germanique, al latín. 70 El autor
de la Histoire de la Poésie Provençale atacó así la teoría alemana en boga de que los
barbarismos que se encuentran en esta obra épica se deben a un pensamiento basado en una
lengua germánica; Fauriel los contradijo diciendo de manera “irrefutable” que estos
barbarismos se originaban más bien en un escritor que pensaba en romance. 71
Desafortunadamente, no elaboró este punto y sus pruebas “irrefutables” quedaron sin
fundamento. Fue otro francés, Jacques Flach, quien aportó sus propias evidencias a favor de
los barbarismos de origen romance, de quien hablaremos más tarde. Otra acusación de
Fauriel es digna de considerarse, el que los alemanes desconocieran el prólogo de los
manuscritos Bruxellensis y Parisinus, cosa que no es del todo cierta, dado que Jacob
69
FAURIEL, Histoire…, tom. I, p. 386.
70
Puede encontrarse una discusión justamente sobre hasta qué punto las obras escritas en latín, como el
Waltharius, que tienen una temática alemana pueden incluirse en el corpus de la literatura alemana en
Edwin H. ZEYDEL, “The Medieval Latin Literature of Germany as German Literature”. Joseph NADLER,
citado por ZEYDEL (ibid., p. 28), la define de esta manera: “[…] comenzó a circular una unidad romano-
alemana (römischdeutschen Einheit), romana en forma y composición, alemana en espíritu y contenido”.
Es importante mencionar un dato que este autor nos da y que siempre debe tomarse en cuenta: esta
literatura, desde los autores francos-merovingios, se escribía antes de que las distinciones políticas entre
los pueblos germánicos y romances se cristalizaran (ibid., p. 24). Los nacionalismos del s. XIX no
tomaban esto en cuenta a propósito., un chauvinismo, como dice ZEYDEL mismo (ibid., p. 28) y con quien
estoy de acuerdo, “desaparecido hace mucho y, esperemos, por siempre”. Un ejemplo de esto es cómo
August Friedrich Christian Vilmar discutía el Waltharius como una traducción de un supuesto original en
alemán (ibid., p. 27).
71
FAURIEL, Histoire…, tom. I, p. 398.
xxx
Grimm sí consideró el susodicho prólogo. Para Fauriel, el Waltharius es un poema escrito
en Aquitania, en “latín vulgar” que narra las aventuras de un héroe galorromano en contra
de los francos invasores, que eran en realidad bárbaros y violentos. Sería una composición
de antes del siglo IX y que llegó a ser muy popular no sólo en Germania sino también en
Italia, de donde proviene el chronicon Novaliciense. 72 Además de todo esto, el héroe del
Waltharius tiene cualidades atípicas con respecto a las de los personajes de los Nibelungos,
pues es un héroe “civilizado y cristiano, que a base de su fuerza e intrepidez guerreras,
alcanza la nobleza de corazón y la humanidad”. Citó como ejemplo de esto la plegaria que
Valtario hace por los nobles francos, mandados por el soberbio rey Guntario, una vez que
los hubo vencido y asesinado. 73 Concluyó que el Waltharius debía pertenecer al corpus de
la literatura francesa provenzal, dado que la alemana e italiana ya tenían suficientes obras
como para tratar de reivindicarse ésta también, conclusión que parece más bien una
súplica. 74
Otros franceses, en el siglo XX, siguieron los pasos de Claude Charles Fauriel:
Jacques Flach (1916) y Maurice Wilmotte (1918), e incluso de manera más vehemente y
antigermánica. Su reacción era natural: para ellos los alemanes trataban de apropiarse de
todas las canciones de gesta, incluso las escandinavas y bretonas, así como el Beowulf, pues
englobaba pueblos germánicos. 75 Siguieron defendiendo la hipótesis de los manuscritos
más antiguos en los que un Geraldo se atribuye la autoría de la obra. Siempre secundando
la hipótesis del Geraldo de St-Benoît-sur-Loire, decía Flach que esta abadía de Fleury había
alcanzado un nivel de intelectualidad y erudición incomparables en Europa. 76 Una nota del
manuscrito de París, además, que indica que el autor es Geraldo, le parece prueba
contundente de la autoría. 77 Sus investigaciones en St.-Benoît-sur-Loire sobre este Geraldo
72
Compuesto alrededor del año 1060, en el cual se narra la historia de un Valtario, valeroso guerrero cuyo
coraje y fortaleza fueron probados muchas veces en combate, hasta que decidió llevar una vida tranquila,
retirándose así en la abadía de Novalesa, en el Piamonte, y llevando una vida espiritual, la cual a veces
interrumpía para defenderla de ciertas dificultades y en las cuales siempre brillaba su destreza en armas.
Este Valtario sería, pues, un eco del mismo héroe galorromano de Aquitania.
73
FAURIEL, Histoire…, tom. I, p. 417.
74
FAURIEL, Histoire…, tom. I, p. 418.
75
O, al menos, es ésa su opinión. FLACH, Revendication..., pp. 298 ss. El debate sobre el origen de las
canciones de gesta lo dejaremos para los verdaderos eruditos de la literatura alemana.
76
FLACH, Revendication…, p. 308.
77
FLACH, Revendication…, p. 309. Sin embargo esta nota, en sus propias palabras, nadie sabe cuándo, cómo
o por qué desapareció.
xxxi
y sobre el pontifex maximus Erckambaldus arrojaron datos interesantes, pues encontró al
menos seis Geraldos, unos incluso poetas, que habitaron por esa época en esa región,
además de dos ‘Arcambauds’ (Erckambaldi) que bien pudieran ser los destinatarios del
poema. Sobre los germanismos con que los alemanes se atribuyen la nacionalidad de la
obra, apuntaron Wilmotte y Flach aproximadamente a los mismos ejemplos, que palabras
como totus (fr. tout), causa (fr. chose), regio (fr. royaume), nappa (fr. hanap) tienen más
parentesco con una lengua romance que con una germánica. Lo rescatable sería, continúa,
los indudables valores cristianos que confiere a sus personajes, como la ciega devoción de
Haganón a su señor Guntario, por más necio que éste sea, y la ya citada plegaria que
Valtario hace por los francos caídos que él mismo mató.
A grandes rasgos, se han presentado aquí los argumentos más importantes a favor
de un galorromano llamado Geraldo. Hay sin embargo algunos puntos débiles en toda la
argumentación:
78
FLACH, Revendication…, 311 ss.
79
WILMOTTE, La patrie..., p. 3.
xxxii
Los franceses han dicho que Geraldo es el autor de este poema que dedicó al
arzobispo Erckambaldo más para el entretenimiento que para la reflexión cristiana (Si bien
no canta la salvación de nuestro señor, sí las admirables hazañas de un soldado de nombre
Valtario, por muchas batallas lacerado); sin embargo sería una buena idea revisar esos
versos en los que basan su hipótesis: recibe ahora estos regalos de tu siervo, que decidió
ofrecerte luego de gran esmero Geraldo, frágil pecador, vil de estirpe. En ningún momento
se dice que este Geraldo haya escrito el poema mismo ni se indica ninguna paternidad con
el texto; sólo se habla de unos munera que pide a Ercambaldo que reciba en tanto que
fidelis alumnus. La relación entre accipe munera y opus tibi scripsi nace, pues, más bien de
la interpretación de los franceses que de las palabras mismas de este tal Geraldo. Algunos
investigadores han aventurado la hipótesis de que este monje Geraldo no era quien escribió
el poema sino que fungía de escriba, y en algún momento se le ocurrió o le fue delegada la
tarea de transcribir una copia del Waltharius, que entregó al mencionado arzobispo
Ercambaldo. Esta sospecha es compartida por varios especialistas como Corin 80 y Mora, 81
por cierto, un belga y una francesa. 82 En cuanto a la patria del poeta, que los franceses
quisieron situar en Aquitania, tenemos también otros problemas. El hecho de que esta obra
hable de un Valtario de Aquitania puede fácilmente llevar a conclusiones erróneas. Sí, es un
héroe que habría pertenecido a lo que es la Francia actual, de la cual Aquitania es parte; sin
embargo, según afirma Colin en su obra Simple réflexions à propos du Waltharius:
Sería difícil asegurar que este pueblo [los aquitanos], que era uno de los adversarios más acérrimos
de los invasores hunos y que también ayudó a Aecio [el general galorromano] a derrotar al
invencible Hetman, se enorgullezca de haber entregado rehenes a un enemigo que había vencido, y
además que haya descrito de manera tan simpática a este Azote de Dios que acababa de dispersar
junto con sus hordas. 83
80
CORIN, Simples réflexions…, p. 22.
81
ALBERT y MORA, La Chanson…, p. 34.
82
Agrego también las anotaciones de CORIN a este respecto (p. 23): “En lo demás, esta dedicatoria se
encuentra solamente en un pequeño número de manuscritos; sin duda entre los que lo contienen figuran
los dos más antiguos que conocemos pero son copias y relativamente tardías. Algunos escribas pudieron
incorporar a la obra un prólogo que no era parte de ella desde un principio; los que vinieron luego no
fueron la excepción. Además la experiencia enseña una gran desconfianza en los prólogos de la Edad
Media.”
83
CORIN, Simples réflexions..., p. 2. Esta opinión, sin embargo, parece ser más de Grimm (cf. Lateinische…,
p. 60).
xxxiii
A todo esto puede agregarse que el autor, sea quien fuere, del Waltharius apenas
parece conocer la geografía de Aquitania, pues ni siquiera puede dar con el nombre de su
capital, cosa que no puede decirse, por ejemplo, de Worms, que menciona cinco veces. 84
Además de esto, las distancias que cita el poeta no concuerdan con la realidad geográfica de
la región de Aquitania. 85 Asimismo cuando los hunos parten de de la tierra de los francos
con dirección a Burgundia, donde reina el rey Hererico, padre de Hildegunda, canta el
poeta: Ya había pasado el Saona y el Ródano, profundos ríos, / y el ejército todo se
despliega para depredar. 86 Esto es imposible a menos que el río que menciona no sea el
Ródano sino el Doubs, un error muy grave que no habría cometido un poeta aquitano. Los
francos del Rin, sin embargo, le son más conocidos al autor, pues menciona no sólo
Worms, como hemos dicho más arriba, sino también a los vosgos, 87 las ciudades de Metz, 88
Estrasburgo 89 y Espira. 90 Con toda esta información, Colin afirma que podemos situar a
nuestro poeta en la Lorena, la Alsacia o el Palatinado de nuestros tiempos, es decir entre el
Rin y la Mosela, regiones que fueron parte desde el año 870 del reino franco oriental de
Luis el Germánico y que se volverían después el Sacro Imperio Romano. 91 En relación con
aquellos “valores cristianos”, que Flach usó para establecer un claro contraste con los
“valores bárbaros” de los francos ‒léase, alemanes‒, adujo como ejemplo la plegaria que
Valtario hace por aquéllos que ha asesinado. Nadie podría negar que Valtario no haya
actuado como un buen cristiano, pidiendo por las almas de sus rivales. Sin embargo, que
Flach haya afirmado que todo esto sea un "síntoma de la mentalidad francesa en
92
contraposición a la alemana", parece excesivo. Flach, además, habló de la superioridad
intelectual y erudita que había florecido en Fleury, habiendo sido reformada por la orden de
Cluny. Sin embargo, ¿acaso San Galo, si defendemos la hipótesis de Geraldo de San Galo,
no era también un centro de intercambio intelectual en esa época? Otro problema son los
supuestos galicismos. Si bien de totus no he encontrado ejemplos decisivos, hay una seria
84
Cf. Walth., vv. 433, 831, 940, 949, 1446.
85
Para no hacer pesada la lectura, referimos al lector al estudio de CORIN, Simples réflexions..., pp. 2 ss.
86
Walth., vv. 50-1.
87
Walth., v. 490.
88
Walth., vv. 583, 644
89
Walth., v. 1009.
90
Walth., v. 1010.
91
CORIN, Simples réflexions…, p. 4.
92
CORIN, Simples réflexions…, p. 10.
xxxiv
falla cuando se atribuye la palabra causa (fr. chose) a un error de una persona que “pensaría
en francés”, pues me he topado con el mismo vocablo también en el Ruodlieb. 93 A menos
que Fauriel, Flach y Wilmotte quieran reivindicar también el Ruodlieb para Francia,
debemos pensar que causa con la acepción de cosa era simplemente un rasgo común del
latín medieval. Asimismo, cuando Wilmotte afirma 94 que royaume viene de regio para
justificar que los Franci nebulones cultores regionis 95 son de ese 'reino de los francos',
debe decirse que en realidad viene de regimen, según el Centre National de Ressources
Textuelles et Lexicales. 96 Sobre nappa, en alemán existe ‘Napf’ con el mismo significado.
Como hemos dicho más arriba, al no citar ejemplos concretos de investigación lexical con
los que justificaron su hipótesis, ésta no se sostiene. 97 Con esto se ha dicho suficiente
acerca de la discusión sobre el Geraldo francés.
A manera de suma, son tres, hasta la fecha, las hipótesis que enumera Konrad
Vollmann 98 y que se manejan acerca de la autoría: siguen la de Geraldus Rudolf Reeh (Zur
Frage nach dem Verfasser des Walthariliedes, 1926), Walter Stach (Geralds Waltharius,
1943), Otto Schumann (Waltharius-Probleme, 1951), Wolfram von den Steinen (Der
Waltharius, 1952), Karl Hauck (Walthariusepos, 1954), Arthur Haug (Walthersage, 1965,
2002), Alan K. Bate (Waltharius, 1978), Aloïs Wolf (Heldensage und Epos, 1976, 1989) y
Feliciana Lorella Pennisi (Funzioni narrative, strutture e “codici” del Waltharius, 1983).
He de mencionar, sin embargo, que no todos ellos han sostenido que este Geraldo fuera
necesariamente 'francés' –que sería un anacronismo‒ sino que simplemente afirman su
existencia. Otto Schumann, por ejemplo, en su Waltharius-Probleme, propone que el
polémico Erckambaldus fue un obispo de Eichstätt que desempeñó sus funciones de 882 a
916. Una de las más aceptadas es la de Erckambaldo, obispo de Estrasburgo de 965 a 991,
como destinatario del poema. 99 En esto podría caber a la perfección la teoría del Geraldo
copista a quien se delegó la tarea de copiar el Waltharius y lo entregó como regalo al
93
Ruodlieb, fr. 1, v. 90, 116; fr. 4 v. 72.
94
WILMOTTE, La patrie..., p. 29.
95
Walth., vv. 553-4.
96
s.v. royaume.
97
Cito, a manera de ejemplo, a M. FAURIEL, Histoire…, tom. I, p. 312: “A partir del momento que uno usa
un criterio riguroso, cosa curiosa, uno encuentra que son galicismos y elementos literarios franceses o
latinos los que quedan al fondo de la probeta.” Sin embargo no agrega más.
98
HAUG y VOLLMANN, Frühe Deutsche..., p. 1171-3.
99
ibid.
xxxv
obispo de Estrasburgo ‒o de dondequiera que sea‒. Estos otros consideran a Ekkehardo I
como el verdadero autor y a Geraldo, el magister scholae, como aquél a quien lo escribe, y
a Ercambaldo de Estrasburgo a quien, en 970, Geraldo lo dedica: Hedwig Krammer (Die
Verfasserfrage des Waltharius, 1973), Karl Langosch (Waltharius: Die Dichtung und die
Forschung, 1973), Walter Berschin (Ergebnisse der Waltharius-Forschung, 1968) y Dieter
Schaller (Ist der Waltharius frühkarolingisch?, 1983). Hay una tercera hipótesis que, de
manera radical, se distancia de las dos anteriores, pues no propone ni a Ekkehardo I ni a
Geraldo como el autor del Waltharius, si bien cada una de las opiniones es diversa. Por
ejemplo, Alfred Wolf (Der mittelalterlateinische Waltharius und Ekkehart I. von St. Gallen,
1940-1) abogó por un poeta desconocido de la época carolingia, alrededor del 830. Strecker
(Der Walthariusdichter, 1941) lo ubicó, no tan precisamente, en época carolingia y
considera poco probable que fuera escrito en San Galo. Recientemente, Peter Dronke
(Waltharius-Gaiferos, 1977) propuso que el Waltharius había escrito incluso antes que la
vita sancti Mammae monachi de Walafrido Estrabón (827-8) y que Teodulfo de Orléans
(750/60-821) había sido promotor y difusor del esta obra, llevándonos hasta el siglo VIII.
Alf Önnefors (Verfasserschaft des Waltharius Epos aus Sprachlicher Sicht, 1979) vio,
detrás de las batallas de Valtario, las campañas de Carlomagno contra los ávaros, y pensó
en un nuevo autor, Grimaldo, canciller de Ludovico el Piadoso y, más tarde, abad de San
Galo y Weißenburg. 100
100
Citado por HAUG y VOLLMANN, Frühe Deutsche..., p. 1171-3.
101
Es por esta razón que, quitado Ekkehardo I como autor del Waltharius, Strecker no la consideró más como
una obra de época otoniana y la editó junto con los poetae aevi Carolini.
xxxvi
Valtario de Aquitania y pasarla a versos latinos con rasgos medievales pero la suficiente
maestría como para poder admirar su destreza, producto de la lectura de los antiguos poetas
como Virgilio, Ovidio, Estacio y el cristiano Prudencio. Vollmann no consideró a Geraldo
como el autor legítimo, sino que la dedicatoria había nacido en el círculo de los cercanos al
obispo de Estrasburgo, Ercambaldo. Además, desechó la teoría de un autor proveniente de
la biblioteca de la corte de Carlomagno, ya que, a su manera de ver las cosas, la imagen de
Guntario, el rey, es muy negativa. 102 Edoardo D’Angelo, en su investigación Indagini sulla
tecnica versificatoria nell’esametro del Waltharius (Catania, 1992), luego de hacer un
estudio sobre el estilo y la lengua del prólogo comparándolos con los del poema, concluyó
que, por las diferencias de estilo de ambas partes del Waltharius, no cabe duda de que el
autor del prólogo y del Waltharius son dos personas diferentes. La propuesta más reciente,
aún sin rebatir, es la de Arthur Haug, citado más arriba, que aboga por que el Waltharius
haya sido escrito a finales del siglo VIII por Geraldo, poeta de la corte carolingia, cercano a
Teodulfo, obispo de Orléans (750?-821), dedicado a Ercambaldo, canciller de Carlomagno
(ca. 795-812) y abad, como destinatario del poema. El poema no habría tenido dedicatoria
sino hasta su segunda edición, a principios del siglo IX, luego de haber recibido una
102
HAUG y VOLLMANN, Frühe Deutsche..., p. 1173-4. Hay ejemplos panegíricos de época de Carlomagno,
empezando por la más emblemática, la vita Karoli de Eginardo; otro ejemplo que se acerca a la definición
directa de panegírico son los annales de gestis Karoli Magni, obra de un poeta sajón que narra, en 2963
versos divididos en 4 libros, las gestas políticas y militares de Carlomagno, poema que fue escrito 80 años
después de la muerte del emperador (ante 891); también se conserva el de Karolo rege et Leone papa,
poema hexamétrico de 536 versos. La documentación que poseemos, sin embargo, indica que el género de
la poesía encomiástica, en la época de Carlomagno y sus sucesores, era más para el entretenimiento que
como una política de estado y propaganda imperial. Forman parte de éstas, a petición del emperador y su
corte, más bien los textos de naturaleza escolástica, científica y teológica: legislación político-cultural,
eclesiástica y diplomática, manuales de gramática y retórica, comentarios a la Biblia, etc. Los llamados
“visiting poets”, que llegaban a la corte con sus obras para granjearse el favor del emperador y su séquito,
eran recibidos en un ambiente que no era, en ese entonces, capaz de determinar horizontes en el plano
poético. Una forma de panegírico de esta época es, también, la de “tipología di celebrazione indiretta”, que
comenzó a multiplicarse bajo la forma de dedicaciones, argumenta, subscriptiones y versus scribarum. Cf.
Francesco STELLA, “La dinámica del consenso…”, en Dicere Laudes, pp. 361-65. Dado que se fue
desarrollando como práctica común, esto me hace inclinarme, personalmente, a pensar que, si el
Waltharius hubiera sido producto de un poeta de la corte, esta alusión indirecta bajo la figura de Guntario,
fuera o no intencional, poco probable, no habría pasado desapercibida. Además, MORA-LEBRUN, en su
L’Enéide Médieval et la Chanson de Geste, p. 146 (apud Florio, “Waltharius 1410-20: …”, p. 60) se
pregunta cómo un clérigo (entiéndase como “persona que habla latín”) de la corte de Aquisgrán habría
remplazado a Carlomagno por un héroe imaginario y, en vez de los hunos, habría puesto como adversarios
a los Franci nebulones.
xxxvii
reprimenda por parte de sus superiores ‒que no veían con buenos ojos este tipo de literatura
autóctona‒, evento al que aluden las palabras de larga promere cura. 103
Conclusión
Hemos visto de manera somera las hipótesis de Jacob Grimm, luego refutadas por
algunos franceses decididamente antigermanos; también se ha visto que, en esencia, la
cuestión ha sido reivindicar el Waltharius para Alemania o Francia, lo que es un evidente
pero natural anacronismo, dado que en el siglo X todavía no existían tales naciones, aunque
las condiciones, claro, ya estuvieran dadas tras el reparto de Luis el Piadoso a sus hijos.
Esta guerra filológica dejó huella en la posteridad, dado que la gran mayoría de las
opiniones vertidas al respecto se basan en dos binomios: Ekkehardo – Geraldo o Francia ‒
Alemania. Como se ha comentado más arriba, el último trabajo al respecto es el de Haug,
pero todavía falta tiempo para que alguien más lo apoye o, en dado caso, deseche. Aún no
está dicha la última palabra: que esa ardua labor quede en manos de verdaderos
especialistas en la materia. Nosotros, por nuestra parte, fuera de toda preferencia, podemos
sólo quedarnos con la intención que el autor anónimo dejó plasmada al final del
Waltharius, una especie de epílogo que sí forma parte de todos los manuscritos y único
pasaje en el que habla de sí mismo:
103
Arthur HAUG, “Gerald und Erckambald…”, pp. 211-8.
xxxviii
Quienquiera que seas, lector, a esta estridente cigarra perdona
su chirrido y no la juzgues por su voz sino por su edad,
pues, apenas dejado el nido, todavía no busca las alturas.
Éste es el cantar de Valtario. Os guarde Jesús nuestro señor.
La ironía en el Waltharius
Mucho se ha dicho acerca del Waltharius: sobre el autor, sobre su “identidad nacional”,
sobre la saga a la que pertenece, sobre su valor histórico, etc. Queda la cuestión literaria,
que muchos se han preguntado: ¿qué trataba de expresar el autor cantando en latín, en una
época cristiana, las peripecias de un héroe pagano, fugitivo por robo y traición,
acompañado por su prometida, que cae en una emboscada, vence a sus contrincantes pero
termina parcialmente mutilado? Como se ha dicho más arriba, varios han teorizado que el
poeta cantaba las gestas heroicas cristianas de este Valtario de Aquitania; otros han llegado
al extremo de sacar conclusiones de raigambre nacionalista para justificar el chauvinismo
del siglo XIX; otros, sin embargo, han visto un hilo conductor más sutil, uno que no exalta
las aparentes virtudes de nuestros personajes, sino uno que han identificado con la ironía o
la parodia. Es así como yo pretendo guiar al lector de este trabajo al entendimiento y
estudio de la presente obra, pues sólo así, a mi parecer, puede percibirse la verdadera
genialidad del Waltharius.
104
KRATZ (Mocking…, p. 58) considera al Geraldo del prólogo como autor del Waltharius, pero al mismo
tiempo dice que, aunque él no lo fuera en realidad, al menos entendió a la perfección la intención satírica
del poema con su ludendum est.
105
KRATZ, Mocking…, p. xiv.
xxxix
herencia literaria clásica, a saber pagana, y estos dos poetas encontraron, cada uno a su
propia manera, una misma solución: al burlarse de manera irónica de sus aparentes héroes,
han hecho hincapié en cómo la tradición épica clásica no es apta para desarrollar valores
cristianos. El tema cristiano reside, pues, en la burla, no la loa del héroe como otros críticos
modernos lo han malinterpretado, dice el autor. 106 Otro investigador, Ford B. Parkes, en su
corto artículo llamado “Irony in Waltharius”, se propone también demostrar que el
Waltharius refleja por medio de la ironía la fricción existente entre el “warrior-ethos” del
heroísmo germánico y la nueva cultura cristiano-latina. 107 Si bien su trabajo no es tan
extenso como el de Kratz, es digno de mención, pues implica un interés sobre el mismo
tema, aunque su argumentación sea más débil. Otro autor que ve la parodia en el
Waltharius pero niega que sea una obra cristiana moralizante sino simplemente de
entretenimiento es Shami Ghosh, en el capítulo dedicado al Waltharius y al Beowulf de su
tesis de doctorado Barbarian Past in Early Medieval Historical Narrative. Expondré y
confrontaré las opiniones de estos tres autores someramente de manera que el lector tenga
en consideración lo que, pienso, es la piedra angular y el hilo conductor del Waltharius.
ironia est, cum per simulationem diversum quam dicit intellegi cupit. fit autem cum
laudamus eum quem vituperare volumus aut vituperamus eum quem laudare volumus.
utriusque exemplum erit, si dicas amatorem reipublicae Catilinam, hostem reipublicae
Scipionem, “es ironía cuando por medio de la simulación dice [el autor] algo diferente de lo
que quiere que se entienda. Sucede cuando loamos a quien queremos calumniar y
calumniamos a quien queremos loar. De ambos es ejemplo si uno llama a Catilina ‘amador
de la República’ o a Escipión ‘enemigo de la República’”. 108 Con estas palabras define
Isidoro de Sevilla la figura retórica de la ironía. En la Edad Media, sin embargo, la forma
106
ibid. En su capítulo Ramifications of epic Heroism (p. 1), Kratz trata también cómo otros autores cristianos
se enfrentaron a la misma problemática, algunos con diferentes resultados a los del Waltharius y la
Alexandreis. Sobre la discusión de la actitud cristiana hacia la literatura clásica, cita las siguientes obras:
W. KRAUSE, Die Stellung der frühchristlichen Autoren zur heidnischen Literatur, Viena, 1958; y H.
HAGANÓNDAHL, Latin Fathers and the Classics, Goteborg, 1958. Sobre los ataques cristianos al personaje
de Eneas: Meyer REINHOLD, “The Unhero Aeneas”, Classica et Mediaevalia 27 (1966): 195-207.
107
PARKES, “Irony…”, p. 459. Para Parkes, la noción de que el Waltharius es una obra irónica no es nueva y
cita a Gustav EHRISMANN, Geschichte der Deutschen Literatur bis zum Ausgang des Mittelalters, Múnich,
Beck, 1966, vol. 1, p. 402 (en mi edición de la misma obra de 1922 no he podido dar con esta cita). Sin
embargo, fuera de Ehrismann, Parkes dice también que esta opinión no ha sido realmente tomada en
consideración (ibid.).
108
Isid., orig., II, 21, 41.
xl
más utilizada no era la laudatio pro vituperatione sino la vituperatio pro laudatione. 109 Los
medievales, gracias a su educación en retórica, estaban familiarizados con la ironía y, sin
temor a equivocarnos, podemos suponer que un buen lector en la Edad Media podía
reconocer la aparente laudatio. 110
La crítica al género épico no es novedosa para los siglos en los que se escribieron el
Waltharius y la Alexandreis, pues, por dar un ejemplo, Juvenco, en el prefacio de los
evangeliorum libri (vv. 1-27), tuvo que hacer una apología para excusar el por qué usa la
épica como vehículo del Cristianismo; la respuesta es que el tema del que va a tratar, la
historia de Cristo, supera en todo a cualquier obra épica pagana. 111 La épica latina también
generó parodias de sí misma: el autor cristiano, Sedulio Escoto, del siglo IX, utiliza el
humor para crear un héroe a la vez cristiano y épico en su poema en hexámetros dactílicos
de quodam verbece a cane discerpto, que narra la historia de un carnero atacado y
finalmente despedazado por una jauría de perros de una manera épica y paródica, al mismo
tiempo, por medio de alusiones virgilianas y cristianas; al final de esta obra, la muerte del
carnero se identifica con la muerte de Cristo y los perros con los perseguidores del mismo.
Irónicamente, sin embargo, el poeta canta las aventuras del carnero mientras que está
comiéndoselo en la mesa. Así define Kratz el de quodam verbece: es una ininterrumpida
narración irónica que presenta a un carnero, primero como héroe, y luego como mártir sólo
para socavar esa imagen, revelando que es, en realidad, la cena. 112 El caso del Waltharius,
sin embargo, para Kratz difiere en una cosa: es un poema que, al usar la envoltura
(trappings) de la épica, ha convertido el género con un nuevo propósito, el de crear una
épica con espíritu cristiano. 113 Al atacar los valores de las figuras épicas y ridiculizarlas, ha
resuelto, a su propia manera, la dificultad de mezclar contenido cristiano con una historia
109
KRATZ, Mocking…, p. 3. Cita a manera de ejemplo la rhetorica antiqua de Boncompagno de Signa, un
profesor de retórica y gramática en Bologna en el s. XIII, que discute como única forma de lenguaje
irónico la vituperatio. Dos casos que comenta de Signa son el de loar a un depravado por su castidad o a
un pobre por sus riquezas materiales.
110
KRATZ, Mocking…, p. 4. Cf. también FLORIO, “Incoherencias del Waltharius”, pp. 171-2, donde dice que
estas aparentes incoherencias internas del texto, estos manejos de los personajes que no parecerían actuar
como debieran, es un recurso no sólo medieval sino de origen clásico y, más específicamente, del género
épico. La inexactitud, pues, de datos no era novedosa y el lector (u oyente) medieval habría identificado
sin chistar que se trataba de algún mensaje velado.
111
KRATZ, Mocking…, p. 6.
112
KRATZ, Mocking…, p. 13.
113
KRATZ, Mocking…, p. 58.
xli
germánica en forma clásica. Este espíritu cristiano se encuentra, pues, en que el objetivo de
este humor es el pecado del que son víctimas los personajes del Waltharius y todos sus
juicios de valor fuera de lugar. 114 Como es posible apreciar, Dennis Kratz tiene un enfoque
moralista acerca del Waltharius: el monje que escribió esta obra, educado en la retórica de
los manuales antiguos y medievales, utiliza la laudatio irónica para criticar las otrora
loables virtudes tanto de los paganos latinos como de los pueblos autóctonos de cuyas
tradiciones surge la Walthersage y, por ende, el Waltharius; sólo así, per contrarium, se
hace énfasis en la importancia del mensaje y valores cristianos.
Ford Parkes va sobre la misma línea de Kratz, si bien su trabajo no es tan extenso.
Considera sarcásticamente que el poeta es un “gran desconocedor” de las tradiciones de un
guerrero germano, pues el poeta tiene toda la intención de ironizar y satirizar lo que llama
el warrior-ethos germánico. 115 Para él, la obra está plagada de burla al heroísmo de los
germanos incluso desde el principio, donde los reyes ni siquiera hacen el intento de
defenderse del rey Atila como, él opina, sería lo normal de un líder germánico, sino que
más bien se rinden y entregan no a cualesquiera rehenes. Otro detalle que pocos han
tratado, pero que es de suma importancia para el desarrollo de la historia, son los pescados
que Valtario entrega al navegante, el portitor, a cambio de llevarlos al otro lado del río Rin
(vv. 434 ss.). Dice Parkes que, por su avaritia, Valtario, que cargaba tantos tesoros, en vez
de pagar la tarifa en monedas, oro o algún material precioso, prefirió hacerlo con pescados,
que después llegarían a manos del rey y lo alertarían de la presencia de ambos fugitivos.
Fueron descubiertos, pues, por simples pescados. 116 La lista de hechos irónicos en el
Waltharius que Ford Parkes presenta en su trabajo es muy larga como para la introducción.
En resumen, para Parkes, el poeta hace uso y gala de su educación latina para exponer la
114
KRATZ, Mocking…, p. 59.
115
PARKES, “Irony…”, pp. 459-60. Es importante también mencionar las palabras de FLORIO (“Incoherencias
del Waltharius”, pp. 174-5), pues asegura que la obtención del tesoro no era considerada un vicio en la
literatura germana antigua, sino en la ética grecolatina y en la cristiana, a la que se adscribe el autor del
Waltharius. Sin embargo, lo que sí era considerado vergonzoso (y con lo que el poeta juega en la figura de
Guntario) era la cobardía del rey o líder y su falta de méritos; otros guerreros, sin embargo, se llevan los
elogios del poeta, como Trogo, y dejan al rey Guntario en ridículo.
116
PARKES, “Irony…”, 461.
xlii
casta heroica germánica y logra con éxito trasmitir esta tradición cultural latina a un área de
Europa predominantemente germanófona. 117
Shami Ghosh, por su parte, tiene un enfoque un tanto cuanto diverso a los dos
anteriores. Afirma, igual que los otros, que el poeta se basa en la tradición latina clásica así
como en la cristiana, todo esto mezclado con las narraciones vernáculas, especialmente las
germánicas. Las tradiciones orales eran conocidas y, hasta cierto punto, populares en los
círculos monásticos. 118 Sin embargo, el Waltharius, a su manera, es único en su género,
pues no presenta una traducción o adaptación sino una parodia, 119 a lo que Ghosh da la
explicación de que, como en esos círculos podían ser mal vistas esas tradiciones, el autor
del Waltharius tomó la decisión de presentarlas de una manera menos seria, es decir,
burlona, para no herir susceptibilidades y hacerlas aptas a un público de monjes. De esta
manera ve en el Waltharius no una lectura moralizante sino una simple obra de
entretenimiento, el ludendum est del prólogo. 120
117
PARKES, “Irony…”, 465.
118
Esto dado que muchos monjes no se encontraban sólo encerrados en el monasterio sino que también tenían
contacto con el mundo exterior. Algunos quizá escuchaban estas narraciones cuando eran niños antes de
entrar a la vida monástica. Cf. Introducción.
119
Es curioso que Ghosh evite el término “ironía” y opte por el de “parodia”, una manera, a mi parecer, de
distanciarse de las opiniones de Parkes y Kratz, criticando su acercamiento a la obra.
120
GHOSH, The Barbarian Past…, pp. 12 y 138. Cf. FLORIO, Waltharius, p. 54-5: “Esas marcas de identidad
indígenas no siempre pudieron ser absorbidas, hasta una completa remoción de su peculiaridad, por la
idiosincrasia cristiana, cuyo cuerpo doctrinal, más allá de las contradicciones en que incurrían sus
instituciones, propugnaba el amor por los adversarios, la humildad, el perdón de las ofensas, la paz, el
desprecio por todos los bienes materiales, la caridad. Tan notorias discrepancias tuvieron que llevar al
autor a descartar aquellas características que, por sus fuetes divergencias, más resistían su inclusión en la
estructura ideológica que domina el poema; paralelamente, conservó aquellas que eran comunes a ambas
tradiciones, e intentó cristianizar las restantes. Sin embargo, la operación no siempre fue exitosa y las
tensiones que a veces afloran de las conductas de sus personajes dan prueba de ello.”
121
GHOSH, The Barbarian Past…, p. 150.
xliii
solamente como una obra moral que predica en contra de la avaritia como los otros dos
pretenden, pues el tratar de seguir esta línea “sobrecarga el texto”. 122 La problemática
esencial que este investigador ve en el estudio literario del Waltharius es que la
comprensión del texto depende de si uno como lector quiere alejarlo de los valores
seculares; es decir, la intención de parodiar a los héroes por medio de la épica, si bien
difícilmente puede considerarse heroica, resuelve de manera pragmática y secular
problemas seculares. 123 Con esto Ghosh trata de decir que el pillaje, la defensa del honor, la
falta de compasión y otros tantos valores que pueden ser altamente criticados bajo una lupa
cristiana, son en realidad normales en un universo, aunque imaginario, en el que cada uno
debe luchar por su lugar en el mundo, más si son reyes o hijos de éstos. 124 Para el
investigador, el inusual y anticlimático final de la obra, 125 aunado a toda una serie de
contradicciones en las acciones de los personajes, es sólo la herramienta del autor de
satirizar y parodiar la herencia cultural, sin carácter nacionalista, de la que es parte: reyes
que se rinden sin pelear de vuelta; los “mil años” de dominación huna puestos en ridículo
por la sublevación del rey Guntario, contra quien, por así decirlo, Atila no mueve ni un
dedo; las victorias de Valtario para las que él mismo tiene que hacer una celebración y
festín; la débil reacción de Atila ante la huida y el hurto de Valtario; el nerviosismo del
héroe que, apenas habiendo degollado a grandes guerreros, se siente temeroso del
movimiento de las hojas y los ruidos de los pájaros; el hecho de que el rey de los francos
sea un “debilucho”; entre otras. 126 Así pues, Ghosh concluye que el enfoque moralizante de
los otros dos autores parece estar metido a la fuerza.
Este último punto de vista es bastante respetable, pero yo voy a anotar aquí algunos
detalles que me parecen contradictorios con el espíritu, por así decirlo, del Waltharius.
Ghosh dice que no hay actos explícitamente cristianos en la obra y que el poeta tampoco
condena abiertamente los vicios de los personajes. El problema es que, salvo los últimos
versos del Waltharius y, si uno lo considera parte del mismo, el prólogo, el poeta no está
presente en la obra más que para indicar, por ejemplo, que narrará algo más adelante (cf. v.
122
GHOSH, The Barbarian Past…, p. 151-2.
123
GHOSH, The Barbarian Past…, p. 154.
124
GHOSH, The Barbarian Past…, p. 154-5.
125
GHOSH, The Barbarian Past…, p. 142
126
GHOSH, The Barbarian Past…, pp. 164-5.
xliv
15); lo único que hace es justamente eso, narrar hechos, no condenarlos. También Ghosh
cae en ciertas afirmaciones falsas sobre el texto o el punto de vista de Dennis Kratz: por
ejemplo, al decir que el hecho de considerar a Haganón y Valtario como avari sobrecarga el
texto, se equivoca en el primer personaje, pues en ningún momento a Haganón se lo
considera tocado por la avaritia; a lo más, por la gloria y el deseo de venganza. Sobre la
misma línea, dice que el Waltharius carece de la misma honestidad –es decir, que
abiertamente critica o loa ciertos valores‒ que la psychomachia y la Eneida, obras a las que
hace constantes alusiones. Otro problema es que, si consideramos lo que Michael Putnam
en su libro The Humanness of Heroes, Studies in the Conclusion of Virgil’s Aeneid dice, ni
siquiera Virgilio es realmente honesto en su sentir sobre sus propios héroes y sobre el
mismo Augusto; 127 de esta manera, el Waltharius, así como la Eneida, expresan no
abiertamente sino entre líneas lo que realmente pretenden. Relacionado con esto está, claro,
lo que Dennis Kratz profusamente escribe en su libro acerca de la ironia per contrarium;
quizá Ghosh no está de acuerdo con esta visión de la ironía, tildándola de una simple
parodia de tradiciones, como se dijo más adelante. Otro asunto: ni Ghosh ni Parkes abundan
en los símiles virgilianos y bíblicos; a lo más los mencionan, cosa que tampoco faltó en el
ensayo de Kratz. Otro punto de vista: Rubén Florio vio, en el final de la obra cuando
Valtario y Haganón caen exhaustos y desmembrados, lo que llamó “ironía erótica”, un
deliberado juego de palabras que se vale de la ambivalencia de muchas palabras como
enerviter, egit, arma, supereminet, entre otras, para denostar la virilidad perdida de ambos
héroes y la condición de “castrado” del rey Guntario. Es, pues, una equilibrada proporción
entre entretenimiento, el ludendum est, y la reflexión moral, conciliando las “bromas y
veras”. 128
Así pues se han presentado diversas visiones acerca del mensaje del Waltharius: una
moralizante que, a través de la aparente loa, condena los valores seculares paganos tanto de
la Antigüedad Clásica como de la tradición germana; y la otra que ve una parodia de esta
misma tradición germana, parodia que permitiría acercar esta narración a los círculos
monásticos donde solían escucharse y eran populares. Difícil sería afirmar cualquiera: la
imposibilidad de dar una fecha exacta, en mi opinión, dificulta la tarea de entender en qué
127
PUTNAM, The Humanness of Heroes…, p. 12.
128
FLORIO, “Waltharius 1410-20…”, p. 75.
xlv
contexto se está empleando la ironía y para qué público: si fuera, en verdad, un poema
escrito por un poeta de la corte durante el reinado de Carlomagno en el período de
transición de finales del noveno siglo a principios del décimo, entre el público estarían los
emperadores; si fuera, en cambio, un trabajo de algún monje, versado en Virgilio y demás
autores épicos paganos y el Prudencio cristiano, estaríamos ante un público homogéneo,
dedicado a la vida monástica. El concepto de entretenimiento, muchas veces citado del
prólogo, cambiaría, pues, según el auditorio. Con todo, el comportamiento de los
personajes queda bien delineado por el poeta a través del no disimulado escarnio. 129 Si es
una obra moralizante, como afirma Kratz, o sólo de entretenimiento, como opina Ghosh,
queda puesto en entredicho. De manera conciliadora, podría pensarse en ambas al mismo
tiempo: una obra de entretenimiento moralizante, a la manera de Plauto y Terencio en la
Antigüedad, como me ha sugerido personalmente el Dr. Florio. ludendum magis est
dominum quam sit rogitandum, / perlectus longe distringit hic ampla diei nos advierte el
autor del prólogo: una obra para pasar las largas horas del día, y no me parece que se haya
equivocado. El instrumento, la burla a sus propios personajes: “Los diversos finales del
Waltharius (heroico, satírico, autoral) acumulan ironía tras ironía, ironía de revelación,
sobre la vanidad de los deseos humanos, rematadas ambas por una ironía cósmica” y, un
poco antes, “[…] a tono con la fe imperante, la última palabra del poema (Iesus) recuerda
que, para ganar la única palma (o corona triunfal) que cuenta, los mortales debían perderlo
todo”. 130 scurrile certamen y Iesus en una sola obra, no sin la excusa del poeta por su
raucella.
129
FLORIO, “Waltharius 1410-20…”, p. 78.
130
ibid.
xlvi
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lii
ARGUMENTO DE LA OBRA
En el prólogo, Geraldo, pecador vil, pide al arzobispo Ercambaldo recibir esta obra como
regalo y le desea una larga vida al servicio de Dios y de su grey (i-xxii).
El poeta describe la división de Europa y menciona al aguerrido pueblo de las Panonias, los
hunos, que conquistan a varios pueblos, los someten y expanden su imperio más allá del
mar, imperio que ha durado más de mil años (1-10). Atila en ese momento gobierna a los
hunos y, ávido de gloria, mueve sus huestes hacia el occidente. Primero pasa por el reino de
los francos, cuyo rey es Gibicón; éste, al ver que no puede nada contra ellos, se rinde y
entrega como rehén a uno noble de nombre Haganón, dado que su propio hijo, Guntario, es
aún muy joven como para partir del seno de su madre (11-33). En ese tiempo Burgundia es
un gran reino, gobernado por su rey, Hererico. Él tiene una hija, de nombre Hildegunda,
bellísima doncella y heredera de muchas riquezas. Los hunos se dirigen allá con un ejército
que hace temblar la tierra y resonar el cielo, atraviesan el Saona y el Ródano y depredan las
tierras burgundias. Hererico, al darse cuenta de su impotencia ante semejante enemigo,
decide rendirse y entregar, junto con un tributo, a su hija Hildegunda (34-74). Una vez
recibidos éstos, los hunos se dirigen hacia Aquitania, donde gobierna Álfer. Él tiene un
joven hijo, Valtario, que está comprometido a Hildegunda por los juramentos de sus padres.
Al ver la caída de Francia y Burgundia, Álfer no duda en entregar a su hijo Valtario como
rehén (75-92).
Es así como los tres niños parten al exilio. Sin embargo, Atila trata a Haganón y a Valtario
como sus propios hijos, instruyéndolos en las artes y en la guerra, de manera que se vuelven
los generales del ejército huno y brillan por sus triunfos. Asimismo, el rey orden a su
esposa, Ospirin, ser la tutora de Hildegunda, a quien ama con tal fuerza que la vuelve la
guardiana de los tesoros; poco falta para que Hildegunda misma sea reina (93-115).
Mientras tanto Gibicón muere y lo sucede Guntario, ya mayor de edad, quien se niega a
pagar el tributo a los hunos. Haganón, enterado de esto, huye de noche hacia su señor; mas
Valtario se queda y dirige a los hunos en batalla (116-122). Ospirin, pensando en la huida
de Haganón, sugiere al rey convencer a Valtario de contraer matrimonio con la hija de
algún señor huno; así seguiría los pasos de Haganón. A Atila le gusta la idea y se prepara
(123-141). Llega Valtario y el rey trata de convencerlo, mas Valtario ya tiene otro plan en
liii
mente y arguye que, al casarse, se volvería cobarde y faltaría al servicio de su señor y del
pueblo huno; es así que convence al rey y éste no insiste más esperando que nunca huya
(142-169). Un pueblo sometido a los hunos se rebela y Valtario parte a la guerra: observa el
campo de batalla, despliega el ejército e inicia el combate, primero con flechas, luego con
la espada en mano; Valtario inflige grandes daños en los enemigos y los hunos lo imitan;
derrotan así por completo a sus adversarios. Los expolian, Valtario se ciñe de guirnalda y
vuelven triunfales a casa. Valtario se dirige al palacio real (170-214). Llega y sus sirvientes
lo atienden; luego va a la cámara real y ahí encuentra a Hildegunda sentada. Luego de darle
unos besos, pedirle de beber y callar un poco, finalmente Valtario rompe el silencio y le
confiesa a su amada su sentir: tiene en mente el exilio que ambos sufren y siempre recuerda
los pactos de matrimonio que sus padres acordaron. Hildegunda, creyendo que Valtario lo
dice en broma, declara que sería una vergüenza casarse con ella. Valtario la convence de
que no y la hace volver en sí; inmediatamente la hace prometer guardar el secreto que él
guarda. Cuando ella le jura lealtad, expone la situación: está harto del exilio de ambos y
pretende fugarse con su doncella. Ella lo seguirá adonde sea y Valtario le dice el plan:
deberá Hildegunda, que es la guardián del tesoro, robar parte de él y preparar instrumentos
para el largo viaje. Él hará un festín y emborrachará a los hunos, de tal manera que nadie
pueda detenerlos. Ella obedece puntualmente sus órdenes (215-287).
Llega el día de la fiesta y Valtario prepara un festín sin igual: la opulencia se encontraba
por doquier en forma de tapetes y vajillas doradas. Se sientan los comensales y comen las
viandas. Valtario llama a todos al vino y las bebidas llegan sin parar; luego le ofrece al rey
una copa exquisitamente adornada. Éste la bebe de un sorbo y la pasa a los demás.
Finalmente todos quedan vencidos por el vino y el sueño y quedan dormidos donde caigan.
Nadie era capaz de ver la traición de Valtario (288-323). Valtario finalmente llama a su
doncella y saca a su caballo, León, de los establos reales. Cargan los tesoros y él mismo va
armado cual si fuera a la guerra. Así se van alejando de la odiada tierra de su exilio.
Descansan de día y viajan de noche, temiendo una emboscada o que los atrapen; evitan los
poblados y prefieren los caminos inaccesibles (324-357). Finalmente los invitados
despiertan así como el rey Atila, quien al no encontrar a Valtario, lo cree aún dormido; mas
Ospirin, al notar la ausencia de Hildegunda, anuncia la traición y el rey de los hunos,
además de sus dolencias por el exceso de vino, sufre una enorme ira que lo lleva al
liv
desvarío.(358-399). Mientras que los fugitivos van protegidos por el silencio de la noche,
Atila, al día siguiente, convoca a todos los guerreros y les promete infinitas recompensas si
alguno trae a Valtario amarrado de vuelta. Todos, aunque quieran mostrar su valor y coraje,
se niegan a seguir a semejante héroe, conociendo ya su destreza en combate (400-418).
Valtario se vale de sus artes para conseguir alimento, peces y aves, padeciendo el
sufrimiento y conteniéndose del comercio carnal con su doncella (419-427). Luego de
cuarenta días llegan ambos fugitivos al Rin, que lleva sus aguas a Worms, la ciudad real, y
ahí dan a un navegante unos peces a cambio de su barquita, con la que cruzan el río,
agotados. El navegante lleva los peces al cocinero real y éste los prepara. Guntario, al
verlos, se sorprende de su origen, pues el reino franco no producía semejantes peces. Al
indagar el asunto, Haganón reconoce a su amigo Valtario, mas Guntario, adivinando que
están cargados de los innumerables tesoros de su padre, Gibicón, junta a doce caballeros
que lo acompañen a reclamarlo. Haganón trata de disuadir al rey sin resultados (428-488).
lv
Valtario y, de frente, le pregunta sus asuntos. Luego de que Valtario inquiere por quien lo
envió, Camalón responde que viene de parte del rey Guntario, quien exige los tesoros y la
doncella, mas Valtario propone sólo parte del tesoro a cambio de derecho de paso. Camalón
refiere esto al rey y Haganón le suplica que reciba estos tesoros, pues en un sueño profético
vio a un oso que atacaba al rey y le arrancaba su pierna y a Haganón, que trataba de
defenderlo, su ojo y dientes. Mas Guntario ofende a Haganón llamándolo un cobarde, como
su padre, Hagacieno, y Haganón decide retirarse de todo combate, enojado con su señor.
Guntario manda de vuelta a Gamalo para exigir todo el tesoro; si Valtario se niega, tiene
ordenado atacarlo y arrebatárselo. Valtario se niega y da una última y mejor oferta. (573-
663). Gamalo no la acepta y lo ataca arrojándole su lanza. Valtario la desvía sin problemas
y arroja la suya, que da en la palma de Gamalo, atraviesa su fémur y se clava a su caballo.
Éste enloquece por la herida y trata de tirar al jinete, quien trata de zafar la lanza con su
mano izquierda, mas Valtario llega, le clava su espada y le arranca la lanza de la herida;
acto seguido, jinete y caballo caen al mismo tiempo (664-685).
lvi
lo lleva a pastar (754-780). Hadavardo de Worms, el quinto, obcecado por su soberbia, pide
a Guntario el escudo de Valtario una vez que lo mate y le deja su lanza, confiado sólo en su
espada. Valtario lo loa por concederle una pelea justa. Hadavardo lo compara a una
serpiente enrollada que evita así las flechas y por eso lo ataca con la espada; además le pide
soltar el escudo que gustó a sus ojos y que no quiere dañar. Valtario hace un encomio a su
escudo que de tantos peligros lo ha librado y exhorta a sus propias manos a no ceder.
Ambos contrincantes se atacan y Wasgenstein resuena por el estruendo que causan: ni una
hacha que golpea la encina suena como sus escudos. Hadavardo, demasiado confiado,
pierde su espada ante Valtario y corre a buscarla, mas el Alfárida lo hiere con su lanza; éste
cae y Valtario presiona su cuello con el pie y lo clavó con su lanza al suelo. Hadavardo
suspira una última vez y muere (781-845).
Sale al combate Patafrido, el sexto, sobrino de Haganón, quien al verlo avanzar tan
confiado, le pide no dejarse engañar por la soberbia. Como no obedece, Haganón lanza un
monólogo sobre la codicia destructora del mundo y la vanagloria que arroja a los hombres
al abismo. Viendo Valtario que Haganón entristece por el hado de su sobrino, trata de
disuadirlo para que viva una larga vida y no le genere más enemigos. Mas Patafrido,
inflado por la soberbia, le reprocha el andar hablando cuando debe estar peleando y le
arroja su lanza, que desvía el Alfárida y se clava ante los pies de Hildegunda, ante lo cual
ella lanza un gemido quejoso, mas se repone y observa si sigue vivo su prometido. Una vez
más Valtario ordena a Patafrido abstenerse de pelear pero éste lo ataca sin cesar, se arroja
demasiado y cae al suelo, mas Valtario aún se protegía con su escudo, arrodillado, y no
puede atacarlo. Al levantarse los dos, Valtario deja su lanza clavada en el suelo y con su
espada rompe la mitad del escudo, le corta su loriga y le abre sus entrañas. Cae el infeliz
Patafrido, ve sus vísceras y entrega su cuerpo a las bestias, su alma al Orco (846-913).
Gervito entre a la batalla con la promesa de vengar a Patafrido, llega con su raudo caballo y
arroja contra Valtario su hacha de doble filo, arma usual entre los francos. Valtario se cubre
con su escudo, recoge su lanza y arroja su espada a la ova. Ninguno se dirige ni una sola
palabra durante el terrible combate ni se dan un momento para siquiera respirar. Finalmente
Gervit trata de engañar a Valtario girando su caballo, pero el héroe, oprimido por la ira, le
rebana su escudo y le entierra su espada en la ingle. Cae el guerrero adolorido y golpea el
lvii
suelo con sus pies. Valtario termina por cortarle su cabeza. Se revela que Gervit había sido
un conde en los campos de Worms. (914-940).
Por primera vez los guerreros de Guntario comienzan a dudar y piden a su señor abandonar
la batalla. Guntario arde en ciega furia y así les habla: que la fortuna no los haga temer sino
enfurecerse. ¿Acaso el rey volverá de los vosgos sin gloria? Primero está dispuesto a morir
que volver a Worms vencido. No es posible que este guerrero solitario vuelva a su patria
sin haber limpiado la sangre que ha derramado. Ya no se trata de quitarle sus tesoros sino
de vengar a los compañeros caídos. Sólo la muerte de su asesino podrá consolar los
corazones. Así habló y los guerreros se encendieron en ira y, cual si fuera un juego,
concursan en ver quién llega más rápido a su muerte. Mientras dudan, Valtario aprovecha el
momento para quitarse su casco y limpiarse el sudor (941-961). Antes de que nadie pueda
adelantarse, Randolfo sale volando sobre su caballo y ataca a Valtario debajo de su pecho
con su lanza. Si los durables anillos del artesano Wieland no lo protegiesen, Valtario
yacería con sus vísceras de fuera. El héroe se recupera, envuelto en temor, coloca su escudo
frente de sí y se recupera del susto. El franco lanza su asta, desenvaina su espada y le
arranca al aquitano unos mechones de cabello; al no alcanzar su piel, clava su espada en el
escudo de su enemigo, mas no puede zafarlo. Valtario, como un trueno, lo postra al suelo,
se pone sobre él y le dice: a cambio de los cabellos que le arrancó, él ahora tomará su
cabeza, de modo que no pueda el guerrero presumir a su mujer que le ha arrancado un pelo
de su cabeza. Así dice y lo decapita (962-981).
Helmnodo, el noveno, entra a la justa con una lanza tridente, a la que está amarrada una
fuerte cuerda que sujetan los otros. Al lanzarla, se clavará en el escudo del enemigo y
podrán tirar de la cuerda para arrebatárselo: en este esfuerzo esperan obtener la victoria.
Helmid, juntando la fuerza de sus brazos, arroja gritando su lanza y asegurando que
Valtario, a quien apoda calvo, ahí encontrará su fin. A la manera de una serpiente voladora
va la lanza y se aloja en el escudo del héroe. Los francos sujetan la cuerda y la jalan con
todas sus fuerzas, un esfuerzo de todos contra uno solo. Si no logran postrar al enemigo, al
menos intentan arrebatarle su protección para así capturarlo vivo. El poeta ahora enumera a
los guerreros restantes: Eleutiro, el noveno, apodado Helmnodo; Trogo, el décimo, de
Estrasburgo; Tanasto, el undécimo, de Espira; y el rey Guntario toma el lugar de Haganón
lviii
como el duodécimo. (982-1013). Este vano intento enfurece al Alfárida y, desnuda de casco
su cabeza pero él confiado en su espada y cota de cobre, arroja su escudo, se lanza contra
Eleutiro, le rompe su casco y desparrama su cerebro, le abre el pecho desde la cabeza y el
corazón aún latiente del guerrero abandona su cuerpo. Inmediatamente el héroe se abalanza
sobre Trogo, que todavía sujeta la cuerda. Aterrado por la muerte de su compañero y el
aspecto de su enemigo, corre para recoger sus armas, pues todos dejaron sus armas y
escudos para jalar la cuerda. Mas Valtario, tan rápido como fuerte, le da alcance, le corta
las pantorrillas con su espada, se le adelanta y arrebata el escudo. Mas Trogo, aún lleno de
coraje, levanta una pesada piedra y la arroja contra el enemigo, rompiendo así su propio
escudo. Ya arrodillado, desenvaina su espada y rompe los vientos agitándola; aunque ya no
puede pelear, su valentía sigue mostrándose a pesar de la muerte que lo acecha. Así habla:
lamenta que ni escudo ni compañero estén a su lado y otorga a la suerte, no a la fuerza de
Valtario, su victoria. Valtario, sonriendo, se acerca a él, le corta su mano derecha y está a
punto de abrir las venas de su enemigo si no fuese porque Tanasto, ya armado, protege a su
camarada. Valtario, airado, dirige su golpe contra él, le arranca el hombro y clavando su
espada por el costado le abre las vísceras. Tanasto todavía alcanza a murmurar un adiós a
su amigo. Trogo, no pensando en su vida, increpa al Alfárida, o por valentía o por
desesperación. Llega Valtario y le ordena que, cuando llegue al Tártaro, le anuncie a sus
camaradas que él mismo los ha vengado. Dicho esto, lo decapita (1014-1061).
Ante semejante, matanza el rey Guntario huye sobre su caballo y llega adonde Haganón
para convencerlo de luchar. Haganón responde que, por su ascendencia de cobardes, está
incapacitado para la guerra, pues su padre se valía de cualquier excusa para no combatir.
Guntario insiste en que deponga su ira contra él y la lleve contra el verdadero enemigo, el
que mató a sus camaradas y desgració la capital del orbe, Worms. El reino franco nunca
podrá recuperarse de esta tragedia, pues los pueblos que ahora les temen, dirán entre dientes
que un desconocido, uno solo, derrotó impunemente al ejército de los francos. Haganón aún
duda de la fe que ha jurado a su amigo Valtario, mas ante la insistencia del rey, piensa en su
propia valentía y en la deshonra de irse sin batallar; rompe el silencio y le reprocha al rey:
él lo seguirá adonde sea, aunque pida lo imposible, mas ¿quién puede ser tan tonto como
para lanzarse a un pozo abierto? Valtario es invencible en su guarida y podría derrotar a
todo el ejército franco, que sufriría el mismo destino que sus camaradas. Por esto sugiere
lix
que se alejen para que el Alfárida salga de su guarida y puedan ellos emboscarlo a campo
abierto. Luego de eso, sólo quedará pelear acérrimamente, pues Valtario nunca les
permitirá huir. El rey está de acuerdo y le da un beso; retroceden ambos, encuentran un
buen lugar para la emboscada, se apean y amarran sus caballos (1062-1129).
Febo se esconde ya en las aguas occidentales y la luna dirige sus cuernos hacia Ausonia
cuando Valtario pondera lo que hará ahora, pues sólo teme a Haganón y no sabe si él y el
rey lo estarán acechando o habrán vuelto a Worms para traer a más guerreros. La naturaleza
del lugar también lo atemoriza, pues tiene miedo de caer en algún paraje de plantas
espinosas o bestias silvestres donde pierda a su prometida. Decide descansar ahí mismo,
para que el rey no lo tilde de haber huido, bajo las sombras como un ladrón cualquiera;
fortalece la entrada con una valla y se acerca a los cadáveres de los caídos, les une sus
cabezas y reza por ellos: pide a Dios por ellos la salvación, no la destrucción, y que él
pueda alcanzar a verlos en el cielo. Terminada su plegaria, amarra los caballos, se libera de
su pesada armadura, consuela a su prometida, come algo y le ordena velar durante la
primera hora de sueño. Ella se mantiene despierta, cantando. Valtario se despierta, le
ordena dormir y se dispone a vigilar, esperando que la luz vuelva a iluminar las tierras del
orbe (1130-1187).
Lucifer ya escala el Olimpo y anuncia que la isla de Tapróbana ya ve la luz del sol. La
Aurora ya rocía la tierra. Valtario despoja a los muertos de todo lo valioso, carga a los
caballos con los despojos, montan Hildegunda y él y salen de su guarida. Atento a todo,
observa y escucha. Cuando ve que todo está en silencio, sale, manda a su doncella por
delante y se atreven a emprender el camino. Mil pasos recorren cuando Hildegunda,
siempre temerosa, percibe que dos jinetes bajan desordenados de una colina sobre sus
caballos, y ordena a su señor que huya, pues el fin ha llegado. Él responde que sólo se
llevaría la deshonra si, después de matar a tantos, fuese derrotado ahora y perdiese todo:
mejor morir que errar desposeído. Ordena a su prometida llevarse los caballos y buscar un
buen escondite, mientras que él espera ahí para saludar a los que se acercan. Recoge su
escudo, agita su lanza y prueba cómo responde su caballo en batalla (1188-1227). Guntario
se adelanta y lo increpa comparándolo a una loba que ladra desde su escondite; aquí, sin
embargo, ya no tiene dónde refugiarse, y la única razón por la que no ha huido el héroe es
lx
porque ha sobornado a la Fortuna. Valtario no le hace caso y se dirige a Haganón: le
pregunta por qué ahora quiere atacar a quien antes juró fidelidad, con quien pasó sus
primeros años. Debería ir a saludarlo, acogerlo y llevarlo de vuelta a su patria, no
combatirlo. Si esto hiciese, Valtario le llenará su escudo de oro. Haganón responde
enfadado: primero ataca, luego habla, pues sabiendo que estaba ahí presente su amigo, no
se abstuvo de matar a sus compañeros. Quizá lo habría soportado si no hubiese asesinado a
su sobrino, a Patafrido. Valtario, no él, rompió primero su pacto al hacer esto y ahora es
hora de ver quién es mejor en batalla. Haganón y Guntario se apean, lo mismo hace
Valtario, y se preparan para la refriega. Los miembros de todos tiemblan bajo los escudos
(1128-1284).
Es la segunda hora y los guerreros traban combate. Haganón arroja primero su lanza, que
Valtario desvía; Guntario, sin fuerza, arroja la suya, que se clava en el escudo del Alfárida.
Desenvainan sus espadas y se protegen con sus escudos, mas Valtario resulta ser mejor
guerrero y más temible. A Guntario se le ocurre tomar furtivamente su lanza que yace rota
a los pies de Valtario, pues no pueden tocarlo con sus espadas cortas ante la larga lanza de
aquél. Haganón distrae al héroe mientras Guntario se acerca, mas, cuando toma la lanza,
Valtario, embravecido, se da cuenta del engaño, rechaza a Haganón y detiene la lanza con
su pie. Guntario, entrado en pánico, se queda inmóvil, mas Haganón lo salva interponiendo
su escudo y el rey vuelve a la batalla apenas escapando de la muerte. Ambos guerreros
atacan al aquitano cual si fuesen perros cazando a un oso. La lid se prolonga hasta la
novena hora (1285-1345). Valtario concibe un plan en secreto, pues teme que lo engañen
con algún otro truco. Se dirige, entonces, a Haganón, llamándolo arbusto espinoso, y lo
provoca a acercarse. Lanza, pues, su asta, que alcanza a romper un poco la loriga de
Haganón, mas a él no le hace daño, sino que resplandece por su excelsa armadura. A la par
de su lanza corre Valtario, se abalanza sobre Guntario, le arrebata su escudo y le arranca su
pierna; el rey cae ante sus pies. Palidece Haganón al ver a su señor herido y, sin pensar en
su bienestar, se arroja casco al frente contra Valtario, que ya se prepara para dar el último
golpe. No puede detener su espada y ésta choca con el casco de Haganón, se rompe en mil
pedazos y queda parte en el aire, parte en la hierba. Al ver su espada hecha añicos, Valtario
monta en cólera y arroja los tristes restos, pero, cuando extiende más de la cuenta su mano,
Haganón se la corta limpiamente y así cae aquella diestra tan temida entre pueblos y reyes.
lxi
Valtario, que no sabe ceder al infortunio, toma su escudo con su muñón, su espada con la
izquierda y asesta un golpe en la cara de Haganón, extirpándole así su ojo derecho,
cortándole la sien y los labios y tirándole seis dientes. (1346-1395).
Así se deciden las suertes de la guerra y los guerreros, por el cansancio, sueltan sus armas.
De un encuentro tal, nadie puede salir ileso. Los miembros de los combatientes yacen aquí
y allá. Ésta es la repartición de los brazaletes panónicos. Valtario y Haganón se sientan y
tratan sus heridas con hierbas. El héroe llama a su doncella y ella los cura. Él le ordena que
traiga vino para tomar en este orden: primero Haganón, por ser buen guerrero, luego él
mismo, por haber sufrido más que los otros; y al final Guntario, por su languidez en la
guerra. Haganón reconoce la fortaleza de Valtario y pide que sea él el primero que beba.
Luego de beber, comienzan a jugar como niños, burlándose de las heridas de cada uno
(1396-1442). Renuevan su pacto, levantan al rey y suben a sus caballos cada uno: Haganón
y Guntario parten hacia Worms y Valtario a Aquitania. Ahí es recibido con grandes
honores y se casa en matrimonio público con Hildegunda. A la muerte de su padre, reina
felizmente a los aquitanos por treinta años (1443-1450). El poeta se niega a cantar las
hazañas que le siguieron a Valtario de Aquitania, estando ya su pluma desgastada. Pide al
lector perdón por su chirrido de cigarra, pues es apenas un pájaro que acaba de dejar el nido
y se prepara para volar más alto. Cierra su obra con una bendición (1451-1456).
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Waltharii poesis
El cantar de Valtario
Prólogo
1
prologus
1
El cantar de Valtario
2
Waltharii poesis
2
Ella debía quedarse, como heredera, en el palacio de su padre
y gozar largamente de las acumuladas riquezas, si tuviera oportunidad.
40 Una vez pactada la paz con los francos, los ávaros
se encontraban sobre las fronteras mismas de Burgundia.
Atila rápidamente torció las riendas hacia allá
y no tardaron sus generales en seguir sus pasos.
Iban repartidos en iguales partes y aun así era una larga columna,
45 la tierra gemía sacudida por el calcar de los cuadrúpedos,
el cielo resonaba pávido por el estrépito de los escudos,
el bosque de armas reverberaba de rojo a través de los campos todos,
igual que el bello sol, cuando golpea a la primera hora del día los mares,
brilla en las más alejadas partes del orbe.
50 Atravesó ya el Saona y el Ródano, profundos ríos,
y el ejército todo se desplegó para depredar.
Encontrándose Hererico en Chalón,
he aquí que un vigilante levantó los ojos y gritó:
“¿Qué clase de nube se levanta con tanto polvo?
55 ¡Ya viene el ejército enemigo, cerrad todas las puertas!”
El rey mismo sabía ya lo que habían hecho los Francos
y así se dirigió a todos los señores de Burgundia:
“Si un pueblo tan valiente, con el que no podemos compararnos,
se rindió ante la Panonia, ¿con qué fuerza creéis que nosotros
60 lucharemos con ella y defenderemos nuestra dulce patria?
Suficiente: hagan ellos la paz y establezcan el tributo.
Sólo tengo una hija: la entregaré a favor del reino
sin dudarlo. No queda más que vayan legados para establecer los pactos.”
Iban los embajadores desnudos de todo armamento
65 y anunciaron a los enemigos lo que el rey mandaba:
les pidieron dejar de devastar su patria. El general Atila
los recibió con benevolencia, como era su costumbre, y les dijo:
“Prefiero dar a mi pueblo una alianza a una guerra:
los hunos optan por reinar en paz aunque hieran
70 con las armas a los que ven que son rebeldes.
Que venga el rey, nos extienda su diestra y reciba la nuestra.”
Salió Heririco portando innumerables tesoros,
pactó la paz y dejó a su hija con ellos.
La joya más bella de sus padres se dirigió al exilio.
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debuit hæc heres aula residere paterna
atque diu congesta frui, si forte liceret.
namque Avares firma cum Francis pace peracta 40
suspendunt a fine quidem regionis eorum,
Attila sed celeres mox huc deflectit habenas,
nec tardant reliqui satrapæ vestigia adire.
ibant æquati numero, sed et agmine longo.
quadrupedum cursu tellus concussa gemebat, 45
scutorum sonitu pavidus superintonat æther.
ferrea silva micat totos rutilando per agros:
haud aliter primo quam pulsans æquora mane
pulcher in extremis renitet sol partibus orbis.
iamque Ararim Rodanumque amnes transiverat altos 50
atque ad prædandum cuneus dispergitur omnis.
forte Cabillonis sedit Heriricus, et ecce
attollens oculos speculator vociferatur:
‘quænam condenso consurgit pulvere nubes?
vis inimica venit, portas iam claudite cunctas!’ 55
iam tum, quid Franci fecissent, ipse sciebat
princeps et cunctos compellat sic seniores:
‘si gens tam fortis, cui nos similare nequimus,
cessit Pannoniæ, qua nos virtute putatis
huic conferre manum et patriam defendere dulcem? 60
est satius, pactum faciant censumque capessant.
unica nata mihi, quam tradere pro regione
non dubito: tantum pergant, qui fœdera firment.’
ibant legati totis gladiis spoliati,
hostibus insinuant, quod regis iussio mandat, 65
ut cessent vastare, rogant, quos Attila ductor,
ut solitus fuerat, blande suscepit et inquit:
‘fœdera plus cupio quam prœlia mittere vulgo.
pace quidem Huni malunt regnare, sed armis
inviti feriunt, quos cernunt esse rebelles. 70
rex ad nos veniens dextram det atque resumat.’
exivit princeps asportans innumeratos
thesauros pactumque ferit natamque reliquit.
pergit in exilium pulcherrima gemma parentum.
3
80 Los reyes Hererico y Álfer ya se habían prestado
juramento de que unirían a sus hijos
apenas les llegara la edad de casarse.
Cuando Álfer supo que este pueblo había sido sometido,
comenzó a temblar con un gran miedo en su corazón:
85 no había esperanza de defenderse de las terribles armas.
Dijo: “¿por qué aguardamos si no podemos guerrear?
El ejemplo nos lo da Burgundia, nos lo da Francia.
No se nos puede culpar si hacemos lo mismo que ellos.
Enviaré legados, ordenaré que firmen un tratado
90 y daré a mi querido hijo como rehén
y, de una vez, pagaré el tributo que nos pedirán.”
Pero ¿por qué sigo demorándome? Cumplió lo dicho con hechos.
4
nam iusiurandum Heriricus et Alphere reges 80
inter se dederant, pueros quod consociarent,
cum primum tempus nubendi venerit illis.
hic ubi cognovit gentes has esse domatas,
cœperat ingenti cordis trepidare pavore,
nec iam spes fuerat sævis defendier armis. 85
‘quid cessemus’, ait, ‘si bella movere nequimus?
exemplum nobis Burgundia, Francia donant.
non incusamur, si talibus æquiperamur.
legatos mitto fœdusque ferire iubebo
obsidis inque vicem dilectum porrigo natum 90
et iam nunc Hunis censum persolvo futurum.’
sed quid plus remorer? dictum compleverat actis.
4
Mas Valtario se quedó a cargo de los hunos en batallas
y, adonde fuera, siempre el éxito lo seguía.
5
Waltharius tamen ad pugnas præcesserat Hunos,
et quocumque iret, mox prospera sunt comitata.
5
Si tarde o en medio de la noche me mandara a hacer algo,
a lo que sea que me ordenara, iré despreocupado y preparado.
En la guerra no hay cuitas que a uno derroten,
ni hijos o esposa que lo retraigan y le inspiren la huida.
165 Suplico a Su Majestad, por mi propia vida
y por el hasta ahora invicto pueblo de las Panonias,
que no me obligue más a contraer matrimonio.”
Vencido por su hablar, el rey abandonó el intento de convencerlo,
albergando la esperanza de que Valtario nunca huiría y lo abandonara.
6
si sero aut medio noctis mihi tempore mandas,
ad quæcumque iubes, securus et ibo paratus.
in bellis nullæ persuadent cedere curæ,
nec nati aut coniunx retrahentque fugamque movebunt.
testor per propriam temet, pater optime, vitam 165
atque per invictam nunc gentem Pannoniarum,
ut non ulterius me cogas sumere tædas.’
his precibus victus suasus rex deserit omnes,
sperans Waltharium fugiendo recedere numquam.
6
Imitando a su general, el gran pueblo de las Panonias
se alzó más violenta, y más audaz duplicó la matanza,
205 arrojó a los que se interponían, postró a los que huían
hasta que obtuvo el completo triunfo al final de la batalla.
Entonces el general pasó sobre los muertos, a todos expolió
y finalmente convocó al ejército con una cava trompeta.
Fue el primero en recubrir su frente con guirnalda de festejo,
210 rodeando su sien con el laurel de la victoria en público.
Lo siguieron sus caudillos y a éstos el resto de la juventud guerrera.
Volvieron adornados de la guirnalda triunfal
y ya en su patria cada quien se fue a su propia morada.
Pronto Valtario se apresuró al palacio.
7
tunc imitata ducem gens maxima Pannoniarum
sævior insurgit cædemque audacior auget,
deicit obstantes, fugientes proterit usque, 205
dum caperet plenum belli sub sorte triumphum.
tum super occisos ruit et spoliaverat omnes.
et tandem ductor recavo vocat agmina cornu
ac primus frontem festa cum fronde revinxit,
victrici lauro cingens sua timpora vulgo, 210
post hunc signiferi, sequitur quos cetera pubes.
iamque triumphali redierunt stemmate compti
et patriam ingressi propria se quisque locavit
sede, sed ad solium mox Waltharius properavit.
7
245 Si yo supiera que eres toda oídos a lo que diré
y que prometes con cautela guardar lo que te confiaré,
querría hacerte saber todo lo que mi corazón esconde.”
Finalmente la doncella, postrada a las rodillas de su señor, habló:
“A cualquier empresa que me llames, señor, te seguiré con empeño
250 y no antepondré nada a lo que te plazca y ordenes.”
Respondió él: “me aflige nuestro exilio
y a menudo recuerdo nuestra tierra, que dejamos.
Por ello deseo apresurar nuestra secreta huida,
lo que ya hace días habría logrado
255 si no me doliera que Hildegunda se quedara atrás, sola.”
Agregó la doncella estas palabas de todo corazón:
“Su voluntad es mía, sólo esto deseo ardientemente.
Ordene mi señor; sea próspero o sea adverso,
por su amor estoy lista a sufrirlo de todo corazón.”
260 Valtario finalmente le habló así al oído:
“La reina te hizo guardián del tesoro,
así que recuerda muy bien mis palabras:
en primer lugar roba el casco del rey y la túnica de tres hilos,
―me refiero a la loriga que lleva el sello de los artesanos―;
265 luego toma dos cofres de módico tamaño
y llénalos, cuanto se pueda, de brazaletes panónicos
hasta que no puedas levantar ni una a la altura de tu pecho.
Luego hazme cuatro pares de zapatos habituales
y otros tantos para ti y ponlos en los cofres:
270 quizá así queden llenos hasta el tope.
Además pide en secreto a alfareros anzuelos curvos:
nuestros alimentos durante el viaje serán tanto peces como aves.
Yo ya sé pescar pero la necesidad me hará cazar aves también.
Haz esto cautelosamente en el espacio de una semana.
275 Has escuchado lo que quizá necesite tener estando en marcha.
Ahora te explicaré cómo conseguiremos fugarnos:
cuando Febo haya recorrido siete vueltas,
al rey y a la reina, a los nobles, duques y esclavos
prepararé unos felices convites bastante suntuosos
280 y trataré de dormirlos, con todo mi ingenio, de embriaguez
hasta que nadie quede que se dé cuenta de lo debemos realizar.
Tú, sin embargo, no abuses, mientras tanto, del vino
y preocúpate de sólo extinguir tu sed en la mesa.
Cuando los restantes se levanten, corre a los encargos que te he hecho
[saber;
285 cuando la fuerza de la embriaguez los venza a todos,
apresurémonos y huyamos hacia el occidente juntos.”
8
si nossem temet mihi promptam impendere mentem 245
atque fidem votis servare per omnia cautis,
pandere cuncta tibi cordis mysteria vellem.’
tandem virgo viri genibus curvata profatur:
‘ad quæcumque vocas, mi domne, sequar studiose
nec quicquam placitis malim præponere iussis.’ 250
ille dehinc: ‘piget exilii me denique nostri
et patriæ fines reminiscor sæpe relictos
idcircoque fugam cupio celerare latentem.
quod iam præ multis potuissem forte diebus,
si non Hiltgundem solam remanere dolerem.’ 255
addidit has imo virguncula corde loquelas:
‘vestrum velle meum, solis his æstuo rebus.
præcipiat dominus, seu prospera sive sinistra
eius amore pati toto sum pectore præsto.’
Waltharius tandem sic virginis inquit in aurem: 260
‘publica custodem rebus te nempe potestas
fecerat, idcirco memor hæc mea verba notato:
inprimis galeam regis tunicamque trilicem
―assero loricam fabrorum insigne ferentem―
diripe, bina dehinc mediocria scrinia tolle. 265
his armillarum tantum da Pannonicarum,
donec vix unum releves ad pectoris imum.
inde quater binum mihi fac de more coturnum,
tantundemque tibi patrans imponito vasis:
sic fors ad summum complentur scrinia labrum. 270
insuper a fabris hamos clam posce retortos:
nostra viatica sint pisces simul atque volucres,
ipse ego piscator, sed et auceps esse coartor.
hæc intra ebdomadam caute per singula comple.
audisti, quid habere vianti forte necesse est. 275
nunc quo more fugam valeamus inire, recludo:
postquam septenos Phœbus remeaverit orbes,
regi ac reginæ satrapis ducibus famulisque
sumptu permagno convivia læta parabo
atque omni ingenio potu sepelire studebo, 280
donec nullus erit, qui sentiat hoc, quod agendum est.
tu tamen interea mediocriter utere vino
atque sitim vix ad mensam restinguere cura.
cum reliqui surgant, ad opuscula nota recurre.
ast ubi iam cunctos superat violentia potus, 285
tum simul occiduas properemus quærere partes.’
8
La doncella memorizó las órdenes de su señor y las cumplió.
Vino el día acordado del festín y el propio Valtario
pagó por los platillos, gastando una fortuna.
290 La opulencia entonces se encontraba servida a la mitad de la mesa
y entró el rey al salón adornado de tapetes.
El héroe magnánimo lo saludó con el ánimo de siempre
y lo llevó al trono recubierto de fino lino y púrpura.
Se sentó y ordenó que a su lado se sentasen
295 aquí y allá. El propio anfitrión acomodó al resto.
Se dirigieron al mismo tiempo a sus asientos los comensales
y cada uno de ellos se empapó de sudor de tomar tan diversos platillos.
Quitaban éstos y ponían otros manjares para comer
y la exquisita combinación de viandas brillaba en los recipientes de oro
300 ―había sólo vajillas de oro sobre el mantel de lino fino―
y el colorido Baco adornaba los recipientes.
En seguida la belleza y la dulzura de la bebida
los atrajo a saciarse y Valtario los exhortó al vino y a la comida.
Una vez el hambre apagada y la mesa levantada,
305 el susodicho héroe se dirigió alegremente a su señor:
“Ruego a Su Excelencia que brille aquí su merced:
brinde, primero, en su honor y, luego, en honor de los demás.”
Y al mismo tiempo que lo dijo, le dio un copón artísticamente elaborado
que contaba, según el orden del cincelado, las gestas de sus ancestros.
310 El rey la tomó y vació de un solo trago
y, al instante, ordenó a los demás que lo imitasen.
Rápido se acercaban los coperos y pronto volvían,
entregaban copas llenas y vacías las recogían
y competían todos por exhortación del anfitrión y del rey.
315 La ferviente embriaguez dominaba en todo el salón,
la facundia desparramada balbuceaba por la boca borracha
y cualquiera podría ver a fuertes héroes perder el equilibrio de sus pies.
Así hasta muy tarde en la noche alargó
Valtario los dones de Baco y trajo de vuelta a quienes querían partir,
320 hasta que, vencidos por la fuerza del vino y acabados por el sueño,
por doquier, a lo largo de los pórticos, todos quedaron tirados en el suelo.
Incluso si Valtario hubiera querido entregar las murallas a las llamas,
no quedaba ni uno que pudiera enterarse de la razón de esto.
9
virgo memor præcepta viri complevit. et ecce
præfinita dies epularum venit, et ipse
Waltharius magnis instruxit sumptibus escas.
luxuria in media residebat denique mensa. 290
ingrediturque aulam velis rex undique septam.
heros magnanimus solito quem more salutans
duxerat ad solium, quod bissus compsit et ostrum.
consedit laterique duces hinc indeque binos
assedisse iubet; reliquos locat ipse minister. 295
centenos simul accubitus iniere sodales,
diversasque dapes libans conviva resudat.
his et sublatis aliæ referuntur edendæ,
atque exquisitum fervebat migma per aurum
―aurea bissino tantum stant gausape vasa― 300
et pigmentatus crateres Bachus adornat.
illicit ad haustum species dulcedoque potus.
Waltharius cunctos ad vinum hortatur et escam.
postquam epulis depulsa fames sublataque mensa,
heros iam dictus dominum lætanter adorsus 305
inquit: ‘in hoc, rogito, clarescat gratia vestra,
ut vos inprimis, reliquos tunc lætificetis.’
et simul in verbo nappam dedit arte peractam
ordine sculpturæ referentem gesta priorum.
quam rex accipiens haustu vacuaverat uno 310
confestimque iubet reliquos imitarier omnes.
ocius accurrunt pincernæ moxque recurrunt,
pocula plena dabant et inania suscipiebant.
hospitis ac regis certant hortatibus omnes.
ebrietas fervens tota dominatur in aula, 315
balbutit madido facundia fusa palato.
heroas validos plantis titubare videres.
taliter in seram produxit Bachica noctem
munera Waltharius retrahitque redire volentes,
donec vi potus pressi somnoque gravati 320
passim porticibus sternuntur humotenus omnes.
et licet ignicremis vellet dare mœnia flammis,
nullus, qui causam potuisset scire, remansit.
9
Luego de que lo vistió de sus arreos acostumbrados,
330 colocó los cofres llenos de tesoros en ambos flancos,
puso los módicos alimentos para un viaje largo
y entregó las vacilantes riendas a la diestra de su doncella.
Vestido él de loriga a la manera de un gigante,
puso sobre su cabeza un yelmo de rojas crestas
335 y recubrió sus robustas piernas de enormes grebas doradas.
Su fémur izquierdo ciñó con una espada de doble filo
y su derecho con otra a la manera de los hunos:
ésta, sin embargo, sólo de un filo hiere.
Luego, tomando una lanza con su derecha y escudo con su izquierda,
340 comenzó, temeroso, a alejarse de la odiada tierra.
Su mujer condujo el caballo cargado de no pocos tesoros
y en sus manos, al mismo tiempo, sostenía una vara de avellano
en la que el pescador coloca un gancho y lo arroja al agua,
deseoso de que el pez se trague el anzuelo, creyéndolo alimento.
345 El héroe estaba cargado de todos lados de armas
y siempre tenía el temor de que surgiera una batalla.
Durante la noche se apresuraban a correr, mas cuando
el rubicundo Febo mostraba a las tierras sus luces,
trataban de esconderse en los bosques, buscaban las sombras
350 y los inquietaba el miedo aun por sendas seguras.
Tan fuertemente el temor golpeaba el coraje de la doncella
que la asustaban todos los susurros del aura y del viento,
espantada del aletear de las aves o del crujir de las ramas.
El odio a su exilio y el amor a su patria crecían cada vez más.
355 Rehuían los pueblos, abandonaban hermosos campos,
recorriendo por montes frondosos parajes tortuosos,
y variaban sus temblorosos pasos por lugares no frecuentados.
10
hunc postquam faleris solito circumdedit, ecce
scrinia plena gazæ lateri suspendit utrique 330
atque iteri longo modicella cibaria ponit
loraque virgineæ mandat fluitantia dextræ.
ipseque lorica vestitus more gigantis
imposuit capiti rubras cum casside cristas
ingentesque ocreis suras complectitur aureis 335
et lævum femur ancipiti præcinxerat ense
atque alio dextrum pro ritu Pannoniarum;
is tamen ex una tantum dat vulnera parte.
tunc hastam dextra rapiens clipeumque sinistra
cœperat invisa trepidus decedere terra. 340
femina duxit equum nonnulla talenta gerentem,
in manibusque simul virgam tenet ipsa colurnam,
in qua piscator hamum transponit in undam,
ut cupiens pastum piscis deglutiat hamum.
namque gravatus erat vir maximus undique telis 345
suspectamque habuit cuncto sibi tempore pugnam.
omni nocte quidem properabant currere, sed cum
prima rubens terris ostendit lumina Phœbus,
in silvis latitare student et opaca requirunt,
sollicitatque metus vel per loca tuta fatigans. 350
in tantumque timor muliebria pectora pulsat,
horreat ut cunctos auræ ventique susurros,
formidans volucres collisos sive racemos.
hinc odium exilii patriæque amor incubat inde.
vicis diffugiunt, speciosa novalia linquunt; 355
montibus intonsis cursus ambage recurvos
sectantes tremulos variant per devia gressus.
10
muy triste se dirigió al rey con inmensos clamores:
“¡Malditos sean los alimentos que ayer comimos!
¡Maldito el vino que destruyó las Panonias todas!
Lo que al rey mi señor presintiendo dije,
375 lo comprueba este día, que no podremos superar.
Hoy se sabe que ha caído la columna de su imperio,
he aquí que se fue lejos su roble y su ínclita fortaleza:
Valtario, luz de la Panonia, de aquí se ha ido
y se ha llevado también consigo a Hildegunda, mi querida hija.”
380 Se encendió el rey fieramente con enorme ira
y la alegría anterior cambió por tristeza en su corazón.
De hombros a pies desgarró su manto todo
y dividió sus pensamientos ora aquí, ora allá.
Así como la arena se turba por tormentas eólicas,
385 el rey fluctuaba de todos lados por sus cuitas internas,
su cambiante ánimo en su cambiante expresión
externa lo que dentro había contenido
y la ira no le permitió decir palabra alguna.
Ese mismo día le dio asco la bebida y la comida
390 y no pudo dar a sus miembros un plácido descanso,
pues, cuando la negra noche quitó al mundo sus colores,
cayó en su cama, pero no cerró sus ojos,
recargado ya del lado derecho, ya del izquierdo,
como si tuviera una lanza atravesada al pecho,
395 temblaba y arrojaba su cabeza acá, la arrojaba allá
y apenas levantado se sentaba sobre su cama, demente.
Pero no le pareció y, finalmente, levantado corría por la ciudad
y volviendo a su cama, apenas la tocaba, la dejaba.
Así pasó Atila la insomne noche.
11
tristior immensis satrapæ clamoribus inquit:
‘o detestandas, quas heri sumpsimus, escas!
o vinum, quod Pannonias destruxerat omnes!
quod domino regi iam dudum præscia dixi,
approbat iste dies, quem nos superare nequimus. 375
en hodie imperii vestri cecidisse columna
noscitur, en robur procul ivit et inclita virtus:
Waltharius lux Pannoniæ discesserat inde,
Hiltgundem quoque mi caram deduxit alumnam.’
iam princeps nimia succenditur efferus ira, 380
mutant lætitiam mærentia corda priorem.
ex humeris trabeam discindit ad infima totam
et nunc huc animum tristem, nunc dividit illuc.
ac velut Æolicis turbatur arena procellis,
sic intestinis rex fluctuat undique curis, 385
et varium pectus vario simul ore imitatus
prodidit exterius, quicquid toleraverat intus,
iraque sermonem permisit promere nullum.
ipso quippe die potum fastidit et escam,
nec placidam membris potuit dare cura quietem. 390
namque ubi nox rebus iam dempserat atra colores,
decidit in lectum, verum nec lumina clausit,
nunc latus in dextrum fultus nunc inque sinistrum.
et veluti iaculo pectus transfixus acuto
palpitat atque caput huc et mox iactitat illuc, 395
et modo subrectus fulcro consederat amens.
nec iuvat hoc, demum surgens discurrit in urbe,
atque thorum veniens simul attigit atque reliquit.
taliter insomnem consumpserat Attila noctem.
11
se atreviese a perseguir armado al airado Valtario
y ver al héroe con la espada desenfundada.
415 Bastante conocida era su valentía y ya habían experimentado
cuántas muertes, él incólume, diera victorioso sin herida.
No pudo el rey convencer a ninguno de los héroes
que quisiese, bajo esta condición, los prometidos tesoros.
12
Waltharium tamen iratum præsumpserat armis
insequier strictoque virum mucrone videre.
nota equidem virtus; experti sunt quoque, quantas 415
incolumis dederit strages sine vulnere victor.
nec potis est ullum rex persuadere virorum,
qui promissa velit hac condicione talenta.
12
y caminaba llevando un escudo y una asta brillante.
Era, de verdad, igual a un héroe valeroso y, aunque llevase una carga
455 pesada, soportaba su duro caminar.
Lo seguía una doncella adornada de un resplandor increíble
de belleza e iba al mismo paso que él.
Ella regía por medio de las bridas un robusto caballo
que llevaba en su dorso dos cofres no pequeños.
460 Éstos, cuando el caballo sacudió su alto cuello
y quiso juntar sus soberbias patas,
hicieron un sonido como si alguien hubiera chocado oro con gemas.
Él me dio sus peces a cambio de un servicio.”
Haganón, que estaba sentado en la mesa, cuando escuchó esto,
465 muy feliz interrumpió la narración diciendo de todo corazón:
“¡Alegraos conmigo, os suplico, porque me he enterado de esto:
mi compañero Valtario ha regresado de las tierras de los hunos!”
El rey Guntario, informado de esto, soberbio,
gritó a todo pulmón y toda la corte, inmediatamente, le celebró lo dicho:
470 “!Alegraos conmigo, os ordeno, porque he vivido esto!:
El tesoro que Gibicón dio al rey oriental,
el Todopoderoso lo ha traído de vuelta a mi reino.”
Esto dijo, golpeó con su pie la mesa y, poniéndose de pie,
ordenó que se le trajese un caballo y se le pusiese una silla grabada.
475 De toda su tropa, eligió para acompañarlo a doce varones
insignes por sus fuerzas y probados muchas veces por su coraje.
Ordenaba que junto con ellos fuese también Haganón.
Recordando la vieja fidelidad profesada a su antiguo camarada,
Haganón trató de disuadir a su señor del plan concebido.
480 Mas sin embargo el rey insistió y comenzó a decir:
“No os tardéis, mis valientes, y ceñid vuestros fuertes cuerpos de hierro,
la armadura escamosa ya proteja vuestras espaldas.
¿Dejaremos que éste se lleve tan grande tesoro de la región franca?”
Preparados con sus lanzas ―la orden del rey los apresuraba―
485 salían de las puertas, deseosos de verte, Valtario,
y creyendo poder despojar de su tesoro a un débil en combate.
Haganón trataba de frenarlos de cualquier modo,
mas el infeliz rey no quiso recobrar la cordura.
13
gesserat et scutum gradiens hastamque coruscam.
namque viro forti similis fuit, et licet ingens
asportaret onus, gressum tamen extulit acrem. 455
hunc incredibili formæ decorata nitore
assequitur calcemque terit iam calce puella.
ipsaque robustum rexit per lora caballum
scrinia bina quidem dorso non parva ferentem,
quæ, dum cervicem sonipes discusserit altam 460
atque superba cupit glomerare volumina crurum,
dant sonitum, ceu quis gemmis illiserit aurum.
hic mihi præsentes dederat pro munere pisces.’
his Hagano auditis ―ad mensam quippe resedit―
lætior in medium prompsit de pectore verbum: 465
‘congaudete mihi, quæso, quia talia novi!
Waltharius collega meus remeavit ab Hunis.’
Guntharius princeps ex hac ratione superbus
vociferatur, et omnis ei mox aula reclamat:
‘congaudete mihi, iubeo, quia talia vixi! 470
gazam, quam Gibicho regi transmisit eoo,
nunc mihi cunctipotens huc in mea regna remisit.’
hæc ait et mensam pede perculit exiliensque
ducere equum iubet et sella componere sculpta
atque omni de plebe viros secum duodenos 475
viribus insignes, animis plerumque probatos
legerat. inter quos simul ire Haganona iubebat.
qui memor antiquæ fidei sociique prioris
nititur a cœptis dominum transvertere rebus.
rex tamen econtra nihilominus instat et infit: 480
‘ne tardate, viri, præcingite corpora ferro
fortia, squamosus thorax iam terga recondat.
hic tantum gazæ Francis deducat ab oris?’
instructi telis ―nam iussio regis adurget―
exibant portis, te Waltharium cupientes 485
cernere et imbellem lucris fraudare putantes.
sed tamen omnimodis Hagano prohibere studebat,
at rex infelix cœptis resipiscere non vult.
13
495 hecha no por la tierra cava sino por las rocas puntiagudas,
un muy útil puesto para ladrones cruentos.
En este rincón crecían verdes y pequeñas plantas.
En el momento en que vio esta cueva, dijo: “aquí vamos,
en esta fortaleza prefiero reponer mi cansado cuerpo”.
500 Pues luego de que huyese de la tierra de los ávaros,
no había disfrutado de sueño alguno
sino que, recostado sobre su escudo, apenas había cerrado
[sus ojos.
Finalmente, poniendo a un lado todo su armamento pesado, dijo
recostado en el regazo de su doncella: “mira con cautela,
505 Hildegunda, y si llegas a ver una nube negra levantarse,
suavemente tócame y avísame que me levante y,
aunque veas una caterva ingente venir a nosotros,
cuida de que no me despiertes súbitamente;
puedes desde aquí sin problema observar a lo lejos.
510 No dejes de explorar toda la región alrededor.”
Esto dijo y cerró sus brillantes ojos
y por fin disfrutó del muy querido descanso.
14
non tellure cava factum, sed vertice rupum: 495
apta quidem statio latronibus illa cruentis.
angulus hic virides ac vescas gesserat herbas.
‘huc’, mox ut vidit iuvenis, ‘huc’ inquit ‘eamus,
his iuvat in castris fessum componere corpus.’
nam postquam fugiens Avarum discesserat oris, 500
non aliter somni requiem gustaverat idem
quam super innixus clipeo; vix clauserat orbes.
bellica tum demum deponens pondera dixit
virginis in gremium fusus: ‘circumspice caute,
Hiltgunt, et nebulam si tolli videris atram, 505
attactu blando me surgere commonitato,
et licet ingentem conspexeris ire catervam,
ne excutias somno subito, mi cara, caveto.
nam procul hinc acies potis es transmittere puras.
instanter cunctam circa explora regionem.’ 510
hæc ait atque oculos concluserat ipse nitentes
iamque diu satis optata fruitur requiete.
14
Ella le refirió que venía apresurada una falange de lejos.
Restregándose los ojos para limpiarlos del velo del sueño,
poco a poco revistió sus rígidos miembros de fierro,
recogió su pesado escudo y su lanza,
540 saltando hacia delante cortaba con el fierro las vacías auras
y se ejercitaba con sus lanzas rápidamente para la amarga pelea.
Ya cerca su mujer veía las astas brillantes
y estupefacta sobremanera exclamó: “¡He aquí a los hunos!”,
cayó al suelo y triste así hablaba:
545 “Le ruego, mi señor, que corte mi cuello con su espada
para que, como no merecí unirme en matrimonio según lo pactado,
no sufra yo el tener contacto carnal con ningún otro.”
Respondió el joven: “¿Me teñiré acaso de sangre inocente?
¿Cómo acaso es capaz esta espada de someter a enemigos
550 si no puede siquiera salvarle la vida a tan fiel amiga?
Retira lo dicho, quítate este miedo de tu cabeza.
La espada que me ha rescatado de peligros diversos,
aquí, aquí puede deshacer las huestes de nuestros enemigos, creo yo.”
Esto dijo y, levantando la mirada, así le habló:
555 “No son ávaros sino unos francos bribones,
habitantes de esta región.” Pero he aquí que vio
el casco de Haganón y, reconociéndolo, agregó esto riendo:
“También se encuentra aquí Haganón, mi viejo compañero.”
Dicho esto, el héroe se acercó a la entrada de su guarida
560 proclamando así a su mujer postrada:
“Ante esta puerta declaro ahora este soberbio discurso:
ningún franco volverá de este lugar para presumir a su mujer
que nos quitó un poco de nuestro gran tesoro.”
Pero no había terminado de hablar cuando al suelo
565 se arrojó y pidió perdón por haber dicho tales cosas.
Luego de pararse contempló atentamente a todos y dijo:
“De éstos, que veo, no le temo a ninguno
salvo a Haganón, pues él en batalla ya es conocedor
de mis habilidades, él mismo es brillante y sabe bien su arte.
570 Si tan sólo, Dios mediante, llego a frustarla,
entonces regresaré vivo de la batalla para ti, mi prometida.”
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eminus illa refert quandam volitare phalangem.
ipse oculos tersos somni glaucomate purgans
paulatim rigidos ferro vestiverat artus
atque gravem rursus parmam collegit et hastam
et saliens vacuas ferro transverberat auras 540
et celer ad pugnam telis prolusit amaram.
comminus ecce coruscantes mulier videt hastas
ac stupefacta nimis: ‘Hunos hic’ inquit ‘habemus!’
in terramque cadens effatur talia tristis:
‘obsecro, mi senior, gladio mea colla secentur, 545
ut, quæ non merui pacto thalamo sociari,
nullius ulterius patiar consortia carnis.’
tum iuvenis: ‘cruor innocuus me tinxerit?’ inquit
et: ‘quo forte modo gladius potis est inimicos
sternere, tam fidæ si nunc non parcit amicæ? 550
absit quod rogitas mentis depone pavorem.
qui me de variis eduxit sæpe periclis,
hic valet hic hostes, credo, confundere nostros.’
hæc ait atque oculos tollens effatur ad ipsam:
‘non assunt Avares hic, sed Franci nebulones, 555
cultores regionis et’ en galeam Haganonis
aspicit et noscens iniunxit talia ridens:
‘et meus hic socius Hagano collega veternus.’
hoc heros dicto introitum stationis adibat,
interius stanti prædicens sic mulieri: 560
‘hac coram porta verbum modo iacto superbum:
hinc nullus rediens uxori dicere Francus
præsumet se impune gazæ quid tollere tantæ.’
necdum sermonem complevit, humotenus ecce
corruit et veniam petiit, quia talia dixit. 565
postquam surrexit, contemplans cautius omnes:
‘horum, quos video, nullum Haganone remoto
suspicio; namque ille meos per prœlia mores
iam didicit, tenet hic etiam sat callidus artem.
quam si forte volente Deo intercepero solam, 570
tunc’ ait ‘ex pugna tibi, Hiltgunt sponsa, reservor.’
15
el tesoro. Por medio de una respuesta, podemos
conocer al hombre y, si Valtario es quien ahí espera,
580 quizá ceda a vuestro honor, puesto que es sabio.”
16
thesaurum. per responsum cognoscere homonem
possumus, et si Waltharius remoratur ibidem
―est sapiens―, forsan vestro concedet honori.’ 580
16
620 te es desconocido Valtario y su enorme valentía.
Como me lo mostró una visión anoche,
si trabamos batalla, no todo nos será próspero.
Soñé que luchabas contra un oso,
que, tras larga pelea, te arrancó a mordidas
625 toda una pierna junto con la rodilla hasta el fémur,
y luego sobre mí, que trato de ayudarte llevando mis lanzas,
se abalanza y me despoja de un ojo con sus dientes.”
Luego de atender a este relato, gritó el soberbio rey:
“Como puedo ver, sigues los pasos de tu padre, Hagacieno.
630 Él también tenía un temeroso corazón bajo ese gélido pecho
y sentía náuseas de las batallas con harto palabrerío.”
Entonces el héroe se encendió, con razón, de una gran ira,
si acaso es lícito enojarse con cualquier señor.
Dijo: “que todo dependa, pues, de vuestras lanzas.
635 Está a la vista a quien queréis. Que todo hombre pelee.
Estáis en rango de batalla y no hay temor que os impida.
Yo sólo veré el resultado y no seré partícipe de los despojos.”
Así dijo y se dirigió a un monte cercano,
desmontó, se sentó y miró hacia donde estaban.
17
ignotus tibi Waltharius et maxima virtus. 620
ut mihi præterita portendit visio nocte,
non, si conserimus, nos prospera cuncta sequentur.
visum quippe mihi te colluctarier urso,
qui post conflictus longos tibi mordicus unum
crus cum poplite ad usque femur decerpserat omne 625
et mox auxilio subeuntem ac tela ferentem
me petit atque oculum cum dentibus eruit unum.’
his animadversis clamat rex ille superbus:
‘ut video, genitorem imitaris Hagathien ipse.
hic quoque perpavidam gelido sub pectore mentem 630
gesserat et multis fastidit prœlia verbis.’
tunc heros magnam iuste conceperat iram,
si tamen in dominum licitum est irascier ullum.
‘en’ ait ‘in vestris consistant omnia telis.
est in conspectu, quem vultis. dimicet omnis. 635
comminus astatis, nec iam timor impedit ullum;
eventum videam nec consors sim spoliorum.’
dixerat et collem petiit mox ipse propinquum
descendensque ab equo consedit et aspicit illo.
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brazaletes con tal de que tan sólo me dé paz absteniéndose de pelear.”
18
armillas. pacem donet modo bella remittens.’
18
que lo incité a pelear o hice algo como para merecer
sufrir esto con justicia, sin demora que me atraviese tu lanza.”
705 No había acabado de hablar cuando Escaramundo
una de sus dos lanzas arrojó en contra de él
y de inmediato la otra. El celebérrimo héroe
esquivó la primera y con su escudo desvió la segunda.
Entonces, sacando la punta de su aguda espada, Escaramundo
710 se lanzó sobre el joven héroe deseoso de cortarle su frente,
mas, acercándolo a él su desenfrenado caballo,
no pudo asestarle la herida, aun balanceando la espada,
sino que la estrelló con el yelmo: rebotando
resonó el yelmo y, al mismo tiempo, hizo saltar chispas a los vientos.
715 No pudo, sin embargo, hacer girar su orgulloso caballo
cuando Valtario debajo del mentón un golpe de su lanza
le infligió y arrebató al moribundo de su alta silla.
Aunque suplicó, le cortó la cabeza con su propia espada
e hizo correr, de igual forma, sangre de la misma familia.
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temptarim seu quid merui, quod talia possim
iure pati, absque mora tua me transverberet hasta.’
necdum sermonem concluserat, en Scaramundus 705
unum de binis hastile retorsit in illum
confestimque aliud. quorum celeberrimus heros
unum devitat, quatit ex umbone secundum.
tunc aciem gladii promens Scaramundus acuti
proruit in iuvenem cupiens præscindere frontem, 710
effrenique in equo propius devectus ad illum
non valuit capiti libratum infindere vulnus,
sed capulum galeæ impegit: dedit illa resultans
tinnitus ignemque simul transfudit ad auras.
sed non cornipedem potuit girare superbum, 715
donec Waltharius sub mentum cuspidis ictum
fixerat et sella moribundum sustulit alta.
qui caput orantis proprio mucrone recidens
fecit cognatum pariter fluitare cruorem.
19
en igualdad de circunstancias. Apúrate: yo no me demoraré.”
745 Así dijo y, valiéndose de toda la fuerza de su cuerpo, arrojó
su lanza. El proyectil voló y partió en dos el pecho del caballo.
Se levantó hasta lo alto la bestia y golpeó los vientos con sus coses,
se deshizo de su jinete y cayó sobre él.
Corrió hacia él Valtario y, con violencia le arrebató su espada,
750 le quitó su yelmo, sujetó sus blancos cabellos
y, aunque suplicase el caído por su vida, le dijo el héroe:
“De esto hace poco no te jactabas a los cuatro vientos”.
Así habló y dejó su cuerpo decapitado.
20
pondere agi. festina, in me mora non erit ulla.’
dixerat et toto conixus corpore ferrum 745
conicit. hasta volans pectus reseravit equinum:
tollit se arrectum quadrupes et calcibus auras
verberat effundensque equitem cecidit super illum.
accurrit iuvenis et ei vi diripit ensem.
casside discussa crines complectitur albos 750
multiplicesque preces nectenti dixerat heros:
‘talia non dudum iactabas dicta per auras.’
hæc ait et truncum secta cervice reliquit.
20
785 Cuando vio que tantos cadáveres arrojados habían cerrado
todo acceso y que ni un caballo podía pasar por ahí,
desmontando se preparó para ir a pie. Se levantó el terrible guerrero
Valtario y loó al héroe Hadavardo, pues le concedía una pelea
en igualdad de condiciones. Él le respondió:
790 “¡Serpiente versada en dolos y conocedora del engaño,
acostumbrada a ocultar tus miembros de escamosa piel
y, como culebra, con tu cuerpo enrollado:
así evitas tantos dardos sin recibir una sola herida
y esquivas sin igual las envenenadas saetas!
795 ¿Acaso crees poder esquivar con astucia este golpe
que, estando tan cerca yo, con puntería certera te propina
mi diestra? He aquí uno que trae otras armas, que reparte otras heridas.
Oye mi consejo, deja a un lado tu decorado escudo.
Mi suerte lo reclama y la promesa de mi rey también lo permite.
800 De verdad no quiero que la arruines, pues gusta mucho a mis ojos.
Si no lo haces y aunque me robes la querida luz del día,
están presentes aquí muchos de mis compañeros y cercanos de sangre,
quienes, pese a que imites a un pájaro poniéndote plumas,
¡nunca permitirán que partas de aquí ileso!”
805 El guerrero, en nada atemorizado, dijo lo siguiente:
“De lo demás guardo silencio, mas mi escudo procuro defenderlo;
créeme: le soy deudor por sus grandes servicios.
Solía muy seguido oponerse a mis enemigos
y recibía las heridas él en vez de mí.
810 Cuán útil me ha sido hoy, tú mismo lo ves.
No estarías hablando quizá con Valtario, si estuviese mi escudo ausente.
¡Diestra, con todas tus fuerzas, ocúpate de repeler a mi enemigo
para que no te quite tu baluarte!
¡Tú, izquierda, esfuérzate por embrazar la adarga,
815 y rodea el marfil con tus dedos fijos por el cuero!
¡Aquí no sueltes el peso, que trajiste por tan grandes
caminos, desde los magníficos palacios de los ávaros!”
Respondió Hadavardo: “lo harás de mala gana, si te niegas
[voluntariamente.
No sólo el escudo sino también el caballo, doncella y oro
820 nos entregarás: ¡sólo así pagarás por tus crímenes!”
Esto dijo y desenvainó su conocida espada.
Trabaron combate guerreros nacidos en diversas partes del mundo.
Los vosgos quedaron estupefactos al ver estos resplandores y
ambos, sublimes por su enorme coraje y maestría en las armas,
825 éste confiado en su espada, este otro violento y arduo con su lanza,
intercambiaron golpes entre sí con gran violencia.
21
et dum conspiceret deiecta cadavera totam 785
conclusisse viam nec equum transire valere,
dissiliens parat ire pedes. stetit acer in armis
Waltharius laudatque virum, qui præbuit æquam
pugnandi sortem. Hadawart tum dixit ad illum:
‘o versute dolis ac fraudis conscie serpens, 790
―occultare artus squamoso tegmine suetus
ac veluti coluber girum collectus in unum
tela tot evitas tenui sine vulneris ictu
atque venenatas ludis sine more sagittas―.
numquid et iste, putas, astu vitabitur ictus, 795
quem propius stantis certo libramine mittit
dextra manus? neque enim is teli seu vulneris auctor.
audi consilium: parmam deponito pictam:
hanc mea sors quærit, regis quoque sponsio præstat;
nolo quidem lædas, oculis quia complacet istis. 800
sin alias, licet et lucem mihi dempseris almam,
assunt hic plures socii carnisque propinqui,
qui, quamvis volucrem simules pennasque capessas,
te tamen immunem numquam patientur abire.’
belliger at contra nil territus intulit ista: 805
‘de reliquis taceo, clipeum defendere curo.
pro meritis, mihi crede, bonis sum debitor illi.
hostibus iste meis se opponere sæpe solebat
et pro vulneribus suscepit vulnera nostris.
quam sit oportunus hodie mihi, cernis et ipse; 810
non cum Walthario loquereris forsan, abesset.
viribus o summis hostem depellere cures,
dextera, ne rapiat tibi propugnacula muri!
tu clavum umbonis studeas retinere, sinistra,
atque ebori digitos circumfer glutine fixos! 815
istic ne ponas pondus, quod tanta viarum
portasti spatia, ex Avarum nam sedibus altis!’
ille dehinc: ‘invitus agis, si sponte recusas.
nec solum parmam, sed equum cum virgine et auro
reddes: tum demum scelerum cruciamina pendes.’ 820
hæc ait et notum vagina diripit ensem.
inter se variis terrarum partibus orti
concurrunt. stupuit Vosagus hæc fulmina et ictus.
olli sublimes animis ac grandibus armis,
hic gladio fidens, hic acer et arduus hasta, 825
inter se multa et valida vi prœlia miscent.
21
No así suena la negra encina golpeada por hachas
como los cascos tintinean o los escudos resuenan.
Se admiraban los francos de que no se cansase el héroe
830 Valtario, a quien no se le daba espacio para el reposo.
Dio un salto hacia delante, creyendo salirse con la suya, el de Vormacia
y, levantando en alto su espada, se alzó férvido,
asegurando que con este golpe acabaría la pelea.
Mas el joven, previsor, alzando su lanza contra su atacante,
835 lo interceptó y al desprevenido lo obligó a arrojar su
arma. A lo lejos resplandecía en los arbustos su espada.
Cuando se vio despojado de su querido gladio,
Hadavardo quiso huir prestamente y llegar a los arbustos.
El Alfárida, valiéndose de sus pies y su floreciente juventud,
840 lo seguía diciendo: “¿Adónde diablos vas? ¡Recoge tu escudo!”
Así habló y, con ambas manos, levantó rápidamente su lanza
y lo hirió. Hadavardo cayó y su enorme escudo causó un estrépito.
No demoró el joven Valtario, presionó su cuello con el pie y, con la
[lanza,
quitándole el escudo, lo clavó a la tierra.
845 Éste giró sus ojos y exhaló su último soplo a los vientos.
22
non sic nigra sonat percussa securibus ilex,
ut dant tinnitus galeæ clipeique resultant.
mirantur Franci, quod non lassesceret heros
Waltharius, cui nulla quies spatiumve dabatur. 830
emicat hic impune putans iam Wormatiensis
alte et sublato consurgit fervidus ense,
hoc ictu memorans semet finire duellum.
providus at iuvenis ferientem cuspide adacta
intercepit et ignarum dimittere ferrum 835
cogebat: procul in dumis resplenduit ensis.
hic ubi se gladio spoliatum vidit amico,
accelerare fugam fruticesque volebat adire.
Alpharides fretus pedibus viridique iuventa
insequitur dicens: ‘quonam fugis? accipe scutum!’ 840
sic ait atque hastam manibus levat ocius ambis
et ferit. ille cadit, clipeus superintonat ingens.
nec tardat iuvenis: pede collum pressit et hasta
divellens parmam telluri infixerat illum.
ipse oculos vertens animam sufflavit in auram. 845
22
Heme aquí que no puedo disuadir a mi querido sobrino,
pues está inspirado por ti, horrible avidez.
870 Helo aquí ciego, que se apresura a degustar una muerte nefanda
y, por una gloria inane, desea descender a los abismos.
¿Qué le dejas, querido sobrino perdido, a tu pobre madre?
¿Quién consolará a tu mujer apenas esposada,
a quien, tú sin esperanza alguna, no le concediste la alegría de un hijo?
875 ¿Qué locura te tiene cautivo? ¿De dónde viene esta demencia tuya?”
Así dijo, mojó su regazo de las lágrimas que le borbotaban
y emitió un largo “¡adiós, hermoso sobrino!”, lleno de sollozo.
Valtario, aunque de lejos, vio que su compañero estaba
triste y, al mismo tiempo, llegó el llanto a sus oídos.
880 De ahí que se haya dirigido al jinete, que se acercaba a pelear:
“Atiende a nuestro consejo, valiente joven,
sálvate y espera un mejor final a tu vida.
¡Desiste, pues tu hirviente confianza te engaña!
¡Observa cuántos héroes han muerto y abstente de pelear,
885 de modo que, si llegas a morir, no me generes más enemigos!”
Contestó Patafrido: “¿Qué te importa mi muerte, tirano?
Ahora sólo debes luchar, no andar sermoneando.”
Mientras hablaba, dirigió su nudosa lanza,
que desvió Valtario con su propia asta.
890 Llevada por los vientos y por la fuerza del furioso guerrero,
llegó hasta la guarida y quedó fija a los pies de la doncella.
Presa del miedo, ella lanzó un quejido de mujer,
mas luego que volvió el tenue valor a sus entrañas,
asomándose poco, observó si todavía vivía el héroe.
895 De nuevo el valiente caballero ordenó al franco abandonar la batalla,
mas Patafrido, furioso, desenvainó su espada,
se abalanzó sobre él y le dirigió una tajada desde arriba.
El Alfárida agitó su escudo en el momento preciso
y, a la manera de un espumante jabalí, rechinando los dientes callaba.
900 Patafrido se arrojó todo, inclinado para asestar el golpe, buscando herirlo;
Valtario, agachado debajo de su escudo,
se cubrió y contrajo su cuerpo
y el joven, creyendo asestar una herida, cayó inoportunamente.
Habría sido su fin si no fuera porque, arrodillándose en su totalidad,
905 el beligerante Valtario se protegía del hierro bajo su escudo.
Mientras se levantaba, al mismo tiempo se puso de pie Patafrido
y rápidamente, temblando, puso delante su escudo y
en vano se preparó a pelear de nuevo, mas
el Alfárida, su lanza clavada al suelo, lo atacó con su espada
23
ecce ego dilectum nequeo revocare nepotem;
instimulatus enim de te est, o sæva cupido.
en cæcus mortem properat gustare nefandam 870
et vili pro laude cupit descendere ad umbras.
heu mihi care nepos, quid matri, perdite, mandas?
quis nuper ductam refovebit, care, maritam,
cui nec, rapte spei, pueri ludicra dedisti?
quis tibi nam furor est? unde hæc dementia venit?’ 875
sic ait et gremium lacrimis conspersit obortis,
et longum ‘formose, vale!’ singultibus edit.
Waltharius, licet alonge, socium fore mæstum
attendit, clamorque simul pervenit ad aures.
unde incursantem sic est affatus equestrem: 880
‘accipe consilium, iuvenis clarissime, nostrum
et te conservans melioribus utere fatis.
desine, nam tua te fervens fiducia fallit!
heroum tot cerne neces et cede duello,
ne suprema videns hostes facias mihi plures.’ 885
‘quid de morte mea curas” ait ille “tyranne?
est modo pugnandum tibimet, non sermocinandum.’
dixit et in verbo nodosam destinat hastam,
cuspide quam propria divertens transtulit heros.
quæ subvecta choris ac viribus acta furentis 890
in castrum venit atque pedes stetit ante puellæ.
ipsa metu perculsa sonum prompsit muliebrem.
at postquam tenuis redit in præcordia sanguis,
paulum suspiciens spectat, num viveret heros.
tum quoque vir fortis Francum discedere bello 895
iussit. at ille furens gladium nudavit et ipsum
incurrens petiit vulnusque a vertice librat.
Alpharides parmam demum concusserat aptam
et spumantis apri frendens de more tacebat.
ille ferire volens se pronior omnis ad ictum 900
exposuit, sed Waltharius sub tegmine flexus
delituit corpusque suum contraxit, et ecce
vulnere delusus iuvenis recidebat ineptus.
finis erat, nisi quod genibus tellure refixis
belliger accubuit calibemque sub orbe cavebat. 905
hic dum consurgit, pariter se subrigit ille
ac citius scutum trepidus sibi prætulit atque
frustra certamen renovare parabat. at illum
Alpharides fixa gladio petit ocius hasta
23
910 y partió su escudo en dos con un devastador ataque,
cortando su cota de malla y abriéndole las entrañas.
Cae el desafortunado Patafrido al ver sus vísceras
y entregó su cuerpo a las bestias del bosque y su alma al Orco.
24
et mediam clipei dempsit vasto impete partem, 910
hamatam resecans loricam atque ilia nudans.
labitur infelix Patavrid sua viscera cernens
silvestrique feræ corpus, animam dedit Orco.
24
ahora ¡arded por limpiar la sangre de vuestros compañeros
para que muerte vengue muerte, sangre vengue sangre
y la perdición del asesino nos consuele por el asesinato de nuestros
[compañeros!”
Con este discurso inflamó sus ánimos y a todos
955 los hizo olvidarse de su vida y su salvación.
Como si fuera un juego, cada uno deseaba vencer al otro
en ir a su muerte, mas el camino, como ya dije,
los obligaba a pelear uno por uno.
El héroe, por su parte, mientras los veía dudosos,
960 removió de su cabeza su casco, lo colgó de un árbol
y, recuperando su aliento, se limpió el sudor, agotado.
25
nunc ardete, viri, fusum mundare cruorem,
ut mors abstergat mortem, sanguis quoque sanguem,
soleturque necem sociorum plaga necantis!’
his animum dictis demens incendit et omnes
fecerat immemores vitæ simul atque salutis. 955
ac velut in ludis alium præcurrere quisque
ad mortem studuit, sed semita, ut antea dixi,
cogebat binos bello decernere solos.
vir tamen illustris dum cunctari videt illos,
vertice distractas suspendit in arbore cristas 960
et ventum captans sudorem tersit anhelus.
25
Inmediatamente Helmnodo, a la cabeza, con todas sus fuerzas en los
[brazos,
990 arrojó contra su adversario, con gran clamor, su tridente
diciendo: “¡Tu fin, calvo, te lo dará esta arma!”
Brilla su arma atravesando los vientos, a la manera de serpiente voladora,
especie de culebra que desde un alto árbol
con gran fuerza se arroja para vencer todo obstáculo.
995 ¿Mas por qué demoro? Perforó el centro del escudo y se clavó en él.
Gritaban los francos y resonaba todo el bosque;
esforzándose jalaban la cuerda al mismo tiempo y por turnos
y no dudó el rey en unirse a la faena.
Emanaron de todos sus miembros ríos de sudor.
1000 Mas entre tanto, quedó firme el héroe como una encina
que tanto eleva su follaje al cielo cuanto empuja sus raíces al Tártaro
y desprecia, inamovible, el golpe de los vientos.
Hacían grandes esfuerzos los enemigos y se exhortaban unos a otros
para que, si no pudiesen postrarlo al suelo,
1005 al menos buscasen arrebatarle la protección de su escudo,
de modo que, de él desprovisto, fácilmente pudiesen capturarlo vivo.
Mencionaré ahora los nombres restantes de los que jalaban la cuerda:
el noveno era Eleutiro, apodado Helmnodo.
La ciudad de Argentorato dio al décimo, Trogo.
1010 La poderosa Espira aportó al undécimo, Tanasto.
El lugar de Haganón, el duodécimo, tomó el rey.
Estos cuatro, utilizando toda su energía,
luchaban contra uno solo en un grande, mas indeciso, esfuerzo.
26
nec mora, dux totas fundens in brachia vires
misit in adversum magna cum voce tridentem 990
edicens: ‘ferro tibi finis, calve, sub isto!’
qui ventos penetrans iaculorum more coruscat,
quod genus aspidis ex alta sese arbore tanto
turbine demittit, quo cuncta obstantia vincat.
quid moror? umbonem sciderat peltaque resedit. 995
clamorem Franci tollunt saltusque resultat,
obnixique trahunt restim simul atque vicissim,
nec dubitat princeps tali se aptare labori.
manarunt cunctis sudoris flumina membris.
sed tamen hæc inter velut æsculus astitit heros 1000
quæ non plus petit astra comis quam Tartara fibris,
contempnens omnes ventorum immota fragores.
certabant hostes hortabanturque viritim,
ut, si non quirent ipsum detrudere ad arvum
munimen clipei saltem extorquere studerent, 1005
quo dempto vivus facile caperetur ab ipsis.
nomina quæ restant edicam iamque trahentum:
nonus Eleuthir erat, Helmnod cognomine dictus,
Argentina quidem decimum dant oppida Trogum,
extulit undecimum pollens urbs spira Tanastum, 1010
absque Haganone locum rex supplevit duodenum.
quattuor hi adversum summis conatibus unum
contendunt pariter multo varioque tumultu.
26
1030 se le adelantó, pues lo había retardado con la herida, y le arrebató su
escudo. Mas Trogo, aunque perdidas las fuerzas por la herida,
ardía de coraje y ubicó una roca gigante,
la levantó inesperadamente, la arrojó contra su inamovible enemigo
y rompió su propio escudo de pies a cabeza;
1035 los pedazos de madera rotos quedaron en la piel del escudo.
Inmediatamente, de rodillas, vació su verde vaina;
ardiente de coraje, agitándola hizo estremecer los vientos
y, si bien no pudo mostrar su bravura con hechos,
su corazón y sus palabras manifestaron su constante valentía.
1040 Así habló con osadía, no viendo que los manes ya le sonreían:
“¡Si tan sólo tuviera a mi lado mi escudo o algún compañero de armas!
La suerte te ha otorgado esta victoria sobre mí, no tu ínclita valentía.
¡Quítanos ahora nuestra espada y súmala a nuestro escudo!”
Entonces Valtario sonriendo dijo: “ya voy hacia ti”,
1045 corrió hacia su atacante y le cortó su diestra.
Mas cuando el guerrero, en diagonal, ya dirigía
el segundo golpe, deseando abrirle las válvulas de su alma fugitiva,
he aquí que Tanasto llegó, recogidas sus lanzas junto con el rey,
y protegió a su camarada del ataque con su escudo.
1050 Airado por esto, Valtario dirigió su ira contra él,
le arrancó de su tronco el hombro
y, de un lado clavándole su espada, le desparramó sus vísceras.
“¡Adiós, amigo!” alcanzó a murmurar Tanasto al caer.
Viéndolo morir, Trogo aborreció el suplicar por su vida
1055 e hizo enfurecer a su vencedor con amargos insultos,
ya sea por valentía o por desesperación. Entonces,
le dijo el Alfárida: “¡ya muérete y lleva este mensaje al Tártaro:
diles a tus camaradas que los has vengado a todos!”
Dicho esto, lo decapitó.
1060 ¡Mirad a todos estos amigos asesinados revolverse en el polvo,
golpeando con sus pies, no pocas veces, el sangriento suelo!
27
ac sic tardatum prævenit et abstulit eius 1030
scutum. sed Trogus, quamvis de vulnere lassus,
mente tamen fervens saxum circumspicit ingens,
quod rapiens subito obnixum contorsit in hostem
et proprium a summo clipeum fidit usque deorsum.
sed retinet fractum pellis superaddita lignum. 1035
moxque genu posito viridem vacuaverat ædem
atque ardens animis vibratu terruit auras,
et si non quivit virtutem ostendere factis,
corde tamen habitum patefecit et ore virilem.
nec Manes ridere videns audaciter infit: 1040
‘o mihi si clipeus vel sic modo adesset amicus!
fors tibi victoriam de me, non inclita virtus
contulit. ad scutum mucronem hic tollito nostrum!’
tum quoque subridens ‘venio iam’ dixerat heros
et cursu advolitans dextram ferientis ademit. 1045
sed cum athleta ictum libraret ab aure secundum
pergentique animæ valvas aperire studeret,
ecce Tanastus adest telis cum rege resumptis
et socium obiecta protexit vulnere pelta.
hinc indignatus iram convertit in ipsum 1050
Waltharius humerumque eius de cardine vellit
perque latus ducto suffudit viscera ferro.
‘ave!’ procumbens submurmurat ore Tanastus.
quo recidente preces contempsit promere Trogus
conviciisque sui victorem incendit amaris, 1055
seu virtute animi, seu desperaverat. exin
Alpharides: ‘morere’ inquit ‘et hæc sub Tartara transfer
enarrans sociis, quod tu sis ultus eosdem.’
his dictis torquem collo circumdedit aureum.
ecce simul cæsi volvuntur pulvere amici, 1060
crebris fœdatum ferientes calcibus arvum.
27
Puesto que esto me echaste en cara, rey, entre tu séquito,
nuestra ayuda te era verdaderamente indigna.”
Ante su negativa, el rey de todos modos le insistía con
estos ruegos y trató de cambiar su opinión diciendo:
1075 “¡Te ruego por los dioses, depón el furor que tomaste contra nosotros!
¡Abandona esta ira, que por nuestra culpa sientes!
Si regreso a casa contigo vivo,
esta culpa te compensaré con muchos regalos.
¿No te avergüenza, asesinados tantos camaradas y familiares,
1080 seguir escondiendo tu virilidad? Más pueden, así me parece,
las palabras conmover el ánimo de uno que actos nefandos.
Sería más justo si tu irá la llevases contra el terrible tirano
que, él solo, hoy desgració la capital del orbe.
No sufrimos un módico daño por la masacre de nuestros héroes.
1085 Francia nunca superará tan grande deshonor.
Antes, aquéllos, a quienes inspirábamos temor, dirán entre dientes:
‘Todo el ejército de los francos por uno solo,
un desconocido, ¡oh vergüenza!, fue impunemente asesinado.’”
Todavía dudaba Haganón y en su mente sopesaba
1090 seguido la fe que había jurado a Valtario y
consideraba, en orden, el resultado de lo acaecido,
pero el desventurado rey le insistió con súplicas.
Conmovido por el ardid de Guntario, que suplicaba cual esclavo,
se ruborizó ante el rostro de su señor y pensaba en el honor
1095 de su propia valentía, que a partir de entonces probablemente mermaría
si en estas hazañas decidiese no hacer nada, sin importar el modo.
Finalmente rompió el silencio y le reprochó con voz clara:
“¿Adónde me llamas, señor? ¿Adónde te seguiré, ínclito rey?
La confianza que tengo en mi coraje promete hasta lo imposible.
1100 ¿Quién se sabe que haya sido, en algún momento, tan tonto
como para que haya intentado, de un salto, arrojarse al abismo?
Yo sé que Valtario es tan acerbo en el campo de batalla
que, colocado en una fortaleza o puesto tal,
desdeñaría un ejército enorme cual si fuese un insignificante homúnculo.
1105 Aunque Francia hubiese enviado a toda su caballería e infantería
aquí, les habría hecho lo mismo que a estos guerreros.
Mas como veo que te duele más la vergüenza
que la pérdida por esta matanza y que ni así quieres desistir,
te compadezco y mi propio dolor sucumbe ante el honor del rey.
1010 Heme aquí que trato de encontrar una manera de salvarnos,
mas o nunca se mostrará o sólo bajo coerción.
Por mi querido sobrino, lo confieso, señor,
no habría querido romper mi juramento.
28
hæc dum iactasses, rex, inter te comitantes,
extitit indignum nostri tibi quippe iuvamen.’
ille recusanti precibus nihilominus instans
talibus aversum satagit revocare loquelis:
‘deprecor ob superos, conceptum pone furorem, 1075
iram de nostra contractam decute culpa,
quam vita comitante, domum si venero tecum,
impensis tibimet benefactis diluo multis.
nonne pudet sociis tot cognatisque peremptis
dissimulare virum? magis, ut mihi quippe videtur, 1080
verba valent animum quam facta nefanda movere.
iustius in sævum tumuisses mente tyrannum,
qui solus hodie caput infamaverat orbis.
non modicum patimur damnum de cæde virorum,
dedecus at tantum superabit Francia numquam. 1085
antea quis fuimus suspecti, sibila dantes
“Francorum” dicent “exercitus omnis ab uno,
pro pudor, ignotum vel quo, est impune necatus!”’
cunctabatur adhuc Haganon et pectore sponsam
Walthario plerumque fidem volvebat et ipsum 1090
eventum gestæ recolebat in ordine causæ.
supplicius tamen infelix rex institit illi.
cuius subnixe rogitantis acumine motus
erubuit domini vultum, replicabat honorem
virtutis propriæ, qui fors vilesceret inde, 1095
si quocumque modo in rebus sibi parceret istis.
erupit tandem et clara sic voce refutat:
‘quo me, domne, vocas? quo te sequar, inclite princeps?
quæ nequeunt fieri, spondet fiducia cordi.
quis tam desipiens quandoque fuisse probatur, 1100
qui saltu baratrum sponte attemptarit apertum?
nam scio Waltharium per campos sic fore acerbum,
ut tali castro nec non statione locatus
ingentem cuneum velut unum temnat homullum.
et licet huc cunctos equites simul atque pedestres 1105
Francia misisset, sic his ceu fecerat istis.
sed quia conspicio te plus doluisse pudore
quam cædis damno nec sic discedere velle,
compatior, propriusque dolor succumbit honori
regis: et ecce viam conor reperire salutis, 1110
quæ tamen aut nusquam ostendit se sive coacte.
nam propter carum (fateor tibi, domne) nepotem
promissam fidei normam corrumpere nollem.
28
Es por ti, mi rey, que pondré mi vida en indudable peligro.
1015 Pero sabe que yo me niego a trabar combate aquí.
Retirémonos, démosle espacio para salir
y, mientras estamos al acecho, dejemos que nuestros caballos pazcan,
hasta que, despreocupado, abandone su angosta guarida,
creyéndonos lejos. Cuando pise campo abierto,
1020 levantémonos y sigámoslo de lejos para tomarlo por sorpresa.
Así podemos intentar alguna valiente hazaña.
Siendo la situación tan incierta, ésta es, para mí, la más segura esperanza.
Entonces podrás pelear, si tu mente sigue pensando, rey, en combatir.
Dado que él nunca huirá de nosotros dos,
1125 será necesario que huyamos o que peleemos agriamente.”
Loó su plan el rey y lo abrazó
y le mostró su aprecio con un beso. Y helos aquí que retrocedieron,
advirtieron un lugar apto para la emboscada,
desmontaron y amarraron sus caballos en agradable pasto.
29
ecce in non dubium pro te, rex, ibo periclum.
ast hic me penitus conflictu cedere noris. 1115
secedamus eique locum præstemus eundi
et positi in speculis tondamus prata caballis,
donec iam castrum securus deserat artum,
nos abiisse ratus. campos ubi calcet apertos,
insurgamus et attonitum post terga sequamur: 1120
sic aliquod virtutis opus temptare valemus.
hæc mihi in ambiguis spes est certissima rebus.
tum pugnare potes, belli si, rex, tibi mens est:
quippe fugam nobis numquam dabit ille duobus,
at nos aut fugere aut acrum bellare necesse est.’ 1125
laudat consilium satrapa et complectitur illum
oscilloque virum demulcet; et ecce recedunt
insidiisque locum circumspexere sat aptum
demissique ligant animalia gramine læto.
29
hecha de espinas y arbustos que cortó de aquí y de allá.
Cuando acabó esto, se dirigió a los que decapitó
con amargo gemido y, luego de unir las cabezas a sus respectivos
[cuerpos,
postrado en el suelo, dirigiéndose hacia el oriente,
1160 deteniendo su espada desenvainada, oró de esta manera:
“Al creador del mundo y rector de todas las cosas,
sin cuyo permiso u orden nada existe,
doy las gracias por haberme defendido de las inicuas lanzas
de la turma de enemigos y, también, del oprobio.
1165 Ruego, sin embargo, con mente arrepentida a mi benigno señor,
quien no desea desaparecer a los pecadores sino al pecado,
que me permita reencontrarlos en la sede celeste.”
Cuando terminó de orar, levantándose inmediatamente,
hizo girar a sus seis caballos y los ató con juncos astutamente torcidos.
1170 Estos seis eran los únicos que quedaban, dado que
dos habían muerto por las lanzas y tres le había quitado el rey Guntario.
Dispuesto esto, desabrochó su arnés
y liberó su sudoroso cuerpo de tan grande peso.
Luego consoló a su triste prometida con palabras alegres
1175 y pronto, consumiendo sus alimentos, devolvió la fuerza a sus exhaustos
[miembros,
pues se encontraba agotado. Recostándose sobre su escudo,
ordenó a su doncella hacer vigilia la primera hora de sueño,
para él tomar la guardia de la mañana,
que más le causaba temor, y, finalmente, descansó.
1180 Recargada sobre la cabeza de él, como acostumbraba, Hildegunda hizo
[su guardia
y, con su canto, mantuvo abiertos sus ojos, que del cansancio se cerraban.
Apenas Valtario rompió el sueño al despertar,
sin demora se levantó, ordenó a su doncella dormir,
recogió su lanza y sobre ella se recargó.
1185 Así pasó el resto de la noche: ora rodeó sus caballos,
ora se acercó a la empalizada y escuchaba atentamente,
esperando que volvieran al orbe el esplendor y la luz.
30
undique præcisis spinis simul et paliuris.
quo facto ad truncos sese convertit amaro
cum gemitu et cuicumque suum caput applicat atque
contra orientalem prostratus corpore partem
ac nudum retinens ensem hac voce precatur: 1160
‘rerum factori, sed et omnia facta regenti,
nil sine permisso cuius vel denique iusso
constat, ago grates, quod me defendit iniquis
hostilis turmæ telis nec non quoque probris.
deprecor at dominum contrita mente benignum, 1165
ut, qui peccantes non vult sed perdere culpas,
hos in cælesti præstet mihi sede videri.’
qui postquam orandi finem dedit, ilico surgens
sex giravit equos et virgis rite retortis
vinciit: hi tantum remanebant, nempe duobus 1170
per tela absumptis ternos rex Gunthere abegit.
his ita compositis procinctum solvit et alte
ingenti fumans leviabat pondere corpus.
tum mæstam læto solans affamine sponsam
moxque cibum capiens ægros recreaverat artus, 1175
oppido enim lassus fuerat, clipeoque recumbens
primi custodem somni iubet esse puellam,
ipse matutinam disponens tollere curam,
quæ fuerat suspecta magis, tandemque quievit.
ad cuius caput illa sedens solito vigilavit 1180
et dormitantes cantu patefecit ocellos.
ast ubi vir primum iam expergiscendo soporem
ruperat, absque mora surgens dormire puellam
iussit et arrepta se fulciit impiger hasta.
sic reliquum noctis duxit, modo quippe caballos 1185
circuit, interdum auscultans vallo propiavit,
exoptans orbi species ac lumina reddi.
30
1195 Cargó del botín a cuatro caballos, llamó a su prometida
y la colocó en el quinto; él montó el sexto,
quitó la empalizada y se puso a la cabeza.
Mas cuando iba penetrando en el estrecho camino,
explorando todo alrededor con sus ojos, libres de obstáculos,
1200 con sus oídos atentos escuchaba los soplos y vientos
para apercibir ya sea murmullos, pasos
o los crepitantes frenos de guerreros soberbios
o si al menos causaba algún sonido la herradura de caballos.
Cuando apercibió que todo callaba, mandó al frente los pesados
1205 caballos y ordenó también a su doncella ir por delante.
Escogió el caballo que llevaba los cofres de tesoros
y se atrevió a emprender el camino, vestido con su acostumbrada
[armadura.
Casi mil pasos recorrieron, mas he aquí que la doncella
―su frágil sexo la obligaba a ser de ánimo asustadizo―,
1210 mirando hacia atrás, vio bajar de cierta colina
a dos hombres que se acercaban a escondidas y desorganizados.
Exangüe llamó a su señor, que iba detrás de ella:
“¡He aquí nuestro demorado fin! ¡Huye, mi señor, ya se acercan!”
Pronto, él se volteó y, reconociéndolos con la vista, dijo:
1215 “En vano habría mi diestra asesinado a muchos enemigos
si, al final de todo, no la gloria sino el deshonor fuese mío.
Es mejor buscar una hermosa muerte a través de las heridas
que simplemente estar huyendo y errando, perdidas las posesiones.
Mas no ha de desesperarse tanto de su salvación
1220 el que ha visto, en algún momento, mayores afrentas.
Tú, querida, toma las riendas de León, que lleva los tesoros,
apresúrate y escóndete en el cercano bosque.
Yo prefiero quedarme en la subida del monte
para saludar a los que se acercan, esperando lo que haya de acaecer.”
1225 Así lo ordenó y su hermosa doncella obedeció sus palabras.
Él rápidamente embrazó su escudo y agitó su lanza,
revisando cómo su desconocido caballo respondía en batalla.
31
quattuor his oneravit equos sponsamque vocatam 1195
imposuit quinto, sextum conscenderat ipse
et primus vallo perrexerat ipse revulso.
at dum constricti penetratur semita callis,
circumquaque oculis explorans omnia puris
auribus arrectis ventos captavit et auras, 1200
si vel mussantes sentiret vel gradientes
sive superborum crepitantia frena virorum,
seu saltim ferrata sonum daret ungula equorum.
postquam cuncta silere videt, prævortit onustas
quadrupedes, mulierem etiam præcedere iussit. 1205
scrinia gestantem comprendens ipse caballum
audet inire viam consueto cinctus amictu.
mille fere passus transcendit, et ecce puella
―sexus enim fragilis animo trepidare cœgit―
respiciens post terga videt descendere binos 1210
quodam colle viros raptim et sine more meantes
exanguisque virum compellat voce sequentem:
‘dilatus iam finis adest: fuge, domne, propinquant!’
qui mox conversus visos cognovit et inquit:
‘incassum multos mea dextera fuderat hostes, 1215
si modo supremis laus desit, dedecus assit.
est satius pulcram per vulnera quærere mortem
quam solum amissis palando evadere rebus.
verum non adeo sunt desperanda salutis
commoda cernenti quondam maiora pericla. 1220
aurum gestantis tute accipe lora Leonis
et citius pergens luco succede propinquo.
ast ego in ascensu montis subsistere malo,
eventum opperiens adventantesque salutans.’
obsequitur dictis virguncula clara iubentis. 1225
ille celer scutum collegit et excutit hastam,
ignoti mores equitis temptando sub armis.
31
y, por esto, desprecias la huida o la rendición.”
El Alfárida no respondió al rey nada
y, como si estuviese sordo, se volteó a su amigo y le dijo:
“¡Contigo es mi discurso, Haganón, espera un momento!
1240 Te pregunto: ¿qué hizo de repente cambiar a mi fiel amigo
como para que el que hace poco, antes de irse de la corte de Atila,
no parecía poder separarse de nuestros abrazos y, además,
que no ha sido herido por nosotros, ahora nos ataque con sus armas?
Esperaba más de ti, lo confieso, mas, al final, me he engañado:
1245 si tan solo pudieses reconocer a tu amigo, que vuelve del exilio,
vendrías a mi encuentro para saludarme;
aunque me negara, me harías descansar en el calor de tu morada
y, pacíficamente, querrías llevarme de vuelta al reino de mi padre.
Estuve además preocupado de dónde dejaría tus regalos.
1250 Me he dicho, además, a mí mismo, al ir atravesando regiones
[desconocidas,
‘mientras Haganón esté vivo, no temo a ninguno de los francos.’
Recupera la cordura, te lo ruego por nuestros juegos pueriles,
en los que éramos expertos y como una sola mente,
y en los que nos ejercitamos en nuestros primeros años.
1255 ¿Adónde fue a dar esa ínclita concordia que teníamos,
siempre firme en batalla o en casa y que nunca vio separaciones?
Hasta tu rostro me hizo olvidarme del de mi padre.
Al vivir contigo, mi poderosa patria perdió su valor.
¿Acaso de tu corazón arrancas esa fe muchas veces pactada?
1260 Te lo ruego, pon fin a este crimen, deja de buscar pelea
y que nuestra alianza quede intacta a través de los tiempos.
Si estás de acuerdo, ahora te irás cargado de tesoros:
colmaré tu escudo de brillante metal.”
A esto respondió Haganón con rostro torvo
1265 y abiertamente expresó su ira:
“¡Primero ejerces violencia, Valtario, y luego dices palabras bonitas!
¡Tú fuiste quien rompió esta fidelidad cuando me viste aquí presente
y, aun así, arrasaste con tantos de mis compañeros, más aún, mis
[cercanos!
No puedes excusarte de que no supieses que ahí estaba.
1270 Si mi rostro se ocultó, aun así mis armas veías, que bastante conocías,
y, por su apariencia, eras capaz de reconocer a su guerrero.
Quizá hubiese yo soportado lo demás si no me doliese una cosa:
¡mi querida, resplandeciente, blanda, preciosa, tierna flor,
me la has arrancado con la hoja de tu espada!
1275 Por esta razón, rompiste, tú primero, nuestro querido pacto
y no me interesa la paz contigo a cambio de ningún tesoro tuyo.
32
idcircoque fugam tempnis seu deditionem.’
Alpharides contra regi non reddidit ulla,
sed velut hinc surdus alio convertitur aiens:
‘ad te sermo mihi, Hagano, subsiste parumper!
quid, rogo, tam fidum subito mutavit amicum, 1240
ut, discessurus nuper vix posse revelli
qui nostris visus fuerat complexibus, ultro,
nullis nempe malis læsus, nos appetat armis?
sperabam, fateor, de te ‒ sed denique fallor ‒
quod, si de exilio redeuntem nosse valeres, 1245
ipse salutatum mihimet mox obvius ires
et licet invitum hospitii requiete foveres
pacificeque in regna patris deducere velles,
sollicitusque fui, quorsum tua munera ferrem;
namque per ignotas dixi pergens regiones: 1250
“Francorum vereor Haganone superstite nullum.”
obsecro per ludos, resipiscito iam, pueriles,
unanimes quibus assueti fuimusque periti
et quorum cultu primos attrivimus annos.
inclita quonam migravit concordia nobis 1255
semper in hoste domique manens nec scandala noscens?
quippe tui facies patris obliviscier egit,
tecum degenti mihi patria viluit ampla.
numquid mente fidem abradis sæpissime pactam?
deprecor, hoc abscide nefas neu bella lacessas, 1260
sitque inconvulsum nobis per tempora fœdus.
quod si consentis, iam nunc ditatus abibis
eulogiis, rutilo umbonem complebo metallo.’
contra quæ Hagano vultu hæc affamina torvo
edidit atque iram sic insinuavit apertam: 1265
‘vim prius exerces, Walthari, postque sopharis!
tute fidem abscideras, cum memet adesse videres
et tot stravisses socios immoque propinquos!
excusare nequis, quin me tunc affore nosses.
cuius si facies latuit, tamen arma videbas 1270
nota satis habituque virum rescire valebas.
cetera fors tulerim, si vel dolor unus abesset:
unice enim carum rutilum blandum pretiosum
carpsisti florem mucronis falce tenellum!
hæc res est, pactum qua irritasti prior almum, 1275
idcircoque gazam cupio pro fœdere nullam.
32
En batalla quiero saber si sólo tú posees valentía
y de tus manos busco vengar la sangre derramada de mi sobrino.
Así están las cosas: ¡o moriré o algo memorable realizaré!”
1280 Así dijo y de un salto se apeó del dorso equino.
Lo mismo hizo Guntario y, no más lento, se movió el héroe
Valtario, todos los jinetes listos, a pie, para la batalla.
Firme cada uno de ellos se alistó con cautela para el inevitable ataque.
Tiemblan bajo los escudos los miembros beligerantes.
33
sitne tibi soli virtus, volo discere in armis,
deque tuis manibus cædem perquiro nepotis.
en aut oppeto sive aliquid memorabile faxo.’
dixit et a tergo saltu se iecit equino, 1280
hoc et Guntharius nec segnior egerat heros
Waltharius, cuncti pedites bellare parati.
stabat quisque ac venturo se providus ictu
præstruxit; trepidant sub peltis Martia membra.
33
y, una vez tomada, la jaló a hurtadillas,
buscando mejor suerte. Mas el héroe máximo,
dado que siempre en la guerra era bastante próvido,
1320 salvo por un solo segundo a pesar de ser muy cauto,
viendo que el rey se inclinaba, adivinó lo que haría
y no lo permitió, sino que, quitando a Haganón que le estorbaba,
quien precisamente trataba de alejarse de un golpe arrojado,
saltó y con su pie detuvo la lanza robada
1325 y al rey, atrapado en el acto, tan atónito dejó increpándolo,
que las rodillas del aterrado rey temblaban bajo la lanza.
Habría podido Valtario mandarlo al instante al hambriento Orco
si Haganón, fuerte en armas, no lo hubiese socorrido,
poniendo su escudo entre ambos para proteger a su señor
1330 y dirigiendo su nuda espada de terrible mango a la cara del enemigo.
Así, mientras Valtario esquivaba el golpe, Guntario se levantó,
temblando de pies a cabeza, apenas escapando de la muerte.
Ni demora ni descanso; se restableció el amargo combate:
atacaban a Valtario ora al mismo tiempo, ora por turnos.
1335 Cuando uno se acercaba y trataba Valtario de arrojarse contra él,
de otro lado llegaba el segundo y detenía el golpe,
no de otra manera como cuando un oso númida es cazado
y, rodeado de perros, se levanta y extiende sus garras,
oculta su cabeza, gruñe y a perro que se acerca
1340 sujeta y hace aullar de dolor.
Entonces, rábidos, a su alrededor ladran de aquí, de allá,
a su alcance, mas temen acercarse a la terrible bestia.
Así el conflicto se prolongó hasta la novena hora
y tres cosas a todos mortificaban: el terror
1345 a la muerte, el cansancio de guerrear y el ardor del sol.
34
et iam comprensam sensim subtraxerat illam
fortunæ maiora petens. sed maximus heros,
utpote qui bello semper sat providus esset
præter et unius punctum cautissimus horæ, 1320
hunc inclinari cernens persenserat actum
nec tulit, obstantem sed mox Haganona revellens,
denique sublato qui divertebat ab ictu,
insilit et planta direptum hastile retentat
ac regem furto captum sic increpitavit, 1325
ut iam perculso sub cuspide genva labarent.
quem quoque continuo esurienti porgeret Orco,
ni Hagano armipotens citius succurreret atque
obiecto dominum scuto muniret et hosti
nudam aciem sævi mucronis in ora tulisset. 1330
sic, dum Waltharius vulnus cavet, ille resurgit
atque tremens stupidusque stetit, vix morte reversus.
nec mora nec requies: bellum instauratur amarum.
incurrunt hominem nunc ambo nuncque vicissim;
et dum progresso se impenderet acrius uni, 1335
en de parte alia subit alter et impedit ictum.
haud aliter, Numidus quam dum venabitur ursus
et canibus circumdatus astat et artubus horret
et caput occultans submurmurat ac propiantes
amplexans Umbros miserum mutire coartat , 1340
tum rabidi circumlatrant hinc inde Molossi
comminus ac diræ metuunt accedere belvæ,
taliter in nonam conflictus fluxerat horam,
et triplex cunctis inerat maceratio: leti
terror, et ipse labor bellandi, solis et ardor. 1345
34
ceñido, finalmente, solo de su excelsa armadura, Haganón resplandecía.
1360 El héroe Valtario, corriendo a la par de su lanza,
con su espada desenvainada brutalmente al rey
ataca y, destrozando desde la derecha su escudo,
le asestó un golpe tremendo y admirable y
le arrancó la pierna toda con la rodilla hasta el fémur.
1365 Guntario sobre su escudo ante los pies de Valtario pronto se desplomó.
Palideció su escolta, quedando exangüe al ver a su señor caer de
[espaldas.
El Alfárida, levantando de nuevo su espada sangrienta,
ardía por infligir al caído el último golpe.
Haganón, despreciando cualquier daño a su persona,
1370 inclinó su yelmo de bronce y lo interpuso ante el golpe.
Valtario no pudo detener su mano extendida
y el casco de Haganón, de forja larga y fina producción,
recibió pronto el golpe y lanzó chispas a lo alto.
Detenida por la dureza del yelmo, la espada saltó en pedazos
1375 y, crepitando, resplandeció, parte en el aire, parte en las hierbas.
El beligerante Valtario, cuando vio los restos de su espada,
montó en cólera, lo invadió una violenta ira
e, impaciente, arrojó lejos de sí la empuñadura sin peso de su espada,
superior por su calidad de técnica y metal,
1380 y despreció los penosos restos, recuerdos de tiempos mejores.
Cuando acaso extendió demasiado su mano,
se la arrancó Haganón, bastante contento por la pronta herida.
Cortada por la mitad, caía la fuerte diestra,
por muchas naciones, muchos pueblos y soberanos temida,
1385 y que por innumerables trofeos había brillado.
Mas el distinguido héroe, que no sabía ceder al infortunio,
con cabeza fría y capaz de soportar los dolores de la carne,
no desesperó ni la expresión de su rostro cayó,
sino que insertó su brazo vulnerado en su escudo,
1390 con su mano sana pronto tomó su escramasax
(hemos mencionado que con ésta ciñó su lado diestro)
y, al instante, tomó severa venganza de su enemigo,
pues, asestándole un golpe a Haganón, le extirpó su ojo derecho
y, cortándole la sien y arrancándole también los labios,
1395 le tiró de su boca dos veces tres dientes.
35
denique præcipuis præcinctus fulserat armis.
at vir Waltharius missa cum cuspide currens 1360
evaginato regem importunior ense
impetit et scuto dextra de parte revulso
ictum prævalidum ac mirandum fecit eique
crus cum poplite adusque femur decerpserat omne.
ille super parmam ante pedes mox concidit huius. 1365
palluit exanguis domino recidente satelles.
Alpharides spatam tollens iterato cruentam
ardebat lapso postremum infligere vulnus.
immemor at proprii Hagano vir forte doloris
æratum caput inclinans obiecit ad ictum. 1370
extensam cohibere manum non quiverat heros,
sed cassis fabrefacta diu meliusque peracta
excipit assultum mox et scintillat in altum.
cuius duritia stupefactus dissilit ensis,
pro dolor! et crepitans partim micat ære et herbis. 1375
belliger ut frameæ murcatæ fragmina vidit,
indigne tulit ac nimia furit efferus ira
impatiensque sui capulum sine pondere ferri,
quamlibet eximio præstaret et arte metallo,
protinus abiecit monimentaque tristia sprevit. 1380
qui dum forte manum iam enormiter exeruisset,
abstulit hanc Hagano sat lætus vulnere prompto.
in medio iactus recidebat dextera fortis,
gentibus ac populis multis suspecta, tyrannis,
innumerabilibus quæ fulserat ante trophæis. 1385
sed vir præcipuus nec lævis cedere gnarus,
sana mente potens carnis superare dolores,
non desperavit, neque vultus concidit eius,
verum vulnigeram clipeo insertaverat ulnam
incolomique manu mox eripuit semispatam, 1390
qua dextrum cinxisse latus memoravimus illum,
ilico vindictam capiens ex hoste severam.
nam feriens dextrum Haganoni effodit ocellum
ac timpus resecans pariterque labella revellens
olli bis ternos discussit ab ore molares. 1395
35
donde dos héroes magnánimos, tan iguales en fuerzas
1400 cuan en fervor de combate, lucharon entre los rayos de la guerra?
Así todo concluyó y cada uno portaba sus señas propias:
acullá yacía el pie del rey Guntario, allá la mano
de Valtario y acá el trémulo ojo de Haganón.
¡Es así que se repartieron los brazaletes de los ávaros!
1405 Los dos tomaron asiento, pues el tercero ya estaba tirado,
y limpiaron su río de sangre con ciertas flores.
Entretanto, el Alfárida llamó con un grito a su tímida doncella,
que llegó a ellos y vendó sus heridas.
Una vez realizada su labor, su prometido le ordenó:
1410 “Mezcla vino mero y dáselo primero a Haganón,
pues es un buen guerrero si conserva sus juramentos de amistad.
Luego dame a mí, que soporté más que todos.
Quiero que Guntario beba al final, ya que flojo
se presentó en una batalla de magnánimos héroes
1415 y, tibio y sin fuerzas, desempeñó el trabajo de Marte.”
Obedeció la hija de Hererico a todas sus palabras.
El franco, aunque muriendo de sed, cuando recibió el vino, dijo:
“Dáselo primero al Alfárida, tu prometido y señor,
doncella, puesto que, lo confieso, es más fuerte que yo
1420 y no sólo a mí sino a todos supera en batalla.”
Aquí finalmente, el espinoso Haganón y el aquitano mismo,
de mente infatigables a pesar de sus cuerpos agotados,
luego de los diversos estrépitos de combate y tremendos golpes,
entre copas jugaban como niños pequeños.
1425 El franco dijo: “Desde ahora ciervos cazarás, amigo,
de cuyo cuero disfrutarás de guantes sin fin.
Mas llena tu diestra de tierna lana, te lo recomiendo,
para que engañes, con tu mano falsa, a los que ignoren lo que te pasó.
¡Bah! ¿Mas qué dirás cuando te vean romper la costumbre de la gente,
1430 poniendo tu espada en tu fémur derecho
o a tu esposa, cuando te den ganas de hacerlo,
con un abrazo torcido, la envuelvas sólo con tu izquierda?
¿Pero por qué tardo tanto? En adelante, lo que debas hacer,
lo realizará tu mano izquierda.” Esto le respondió Valtario:
1435 “Me sorprende que te emociones tanto, tuerto sicambrio.
Yo me iré a cazar ciervos, mas tú evitarás la carne de jabalí
y, desde ahora, a tus siervos darás órdenes con la frente hacia arriba
y saludarás a tus tropas de guerreros de soslayo.
Mas, siempre fiel a nuestro antiguo pacto, te doy un consejo:
1440 si alguna vez llegas a tu casa y te acercas a tu chimenea,
prepárate una gacha engrasada de leche y farro,
36
qua duo magnanimi heroes tam viribus æqui
quam fervore animi steterant in fulmine belli! 1400
postquam finis adest, insignia quemque notabant:
illic Guntharii regis pes, palma iacebat
Waltharii nec non tremulus Haganonis ocellus.
sic sic armillas partiti sunt Avarenses!
consedere duo, nam tertius ille iacebat, 1405
sanguinis undantem tergentes floribus amnem.
hæc inter timidam revocat clamore puellam
Alpharides, veniens quæ saucia quæque ligavit.
his ita compositis sponsus præcepit eidem:
‘iam misceto merum Haganoni et porrige primum; 1410
est athleta bonus, fidei si iura reservet.
tum præbeto mihi, reliquis qui plus toleravi.
postremum volo Guntharius bibat, utpote segnis
inter magnanimum qui paruit arma virorum
et qui Martis opus tepide atque enerviter egit.’ 1415
obsequitur cunctis Heririci filia verbis.
Francus at oblato licet arens pectore vino
‘defer’ ait ‘prius Alpharidi sponso ac seniori,
virgo, tuo, quoniam, fateor, me fortior ille
nec solum me, sed cunctos supereminet armis.’ 1420
hic tandem Hagano spinosus et ipse Aquitanus
mentibus invicti, licet omni corpore lassi,
post varios pugnæ strepitus ictusque tremendos
inter pocula scurrili certamine ludunt.
Francus ait: ‘iam dehinc cervos agitabis, amice, 1425
quorum de corio wantis sine fine fruaris.
at dextrum, moneo, tenera lanugine comple,
ut causæ ignaros palmæ sub imagine fallas.
wah! sed quid dicis, quod ritum infringere gentis
ac dextro femori gladium agglomerare videris 1430
uxorique tuæ, si quando ea cura subintrat,
perverso amplexu circumdabis euge sinistram?
iam quid demoror? en posthac tibi quicquid agendum est
læva manus faciet.’ cui Walthare talia reddit:
‘cur tam prosilias, admiror, lusce Sicamber: 1435
si venor cervos, carnem vitabis aprinam.
ex hoc iam famulis tu suspectando iubebis
heroum turbas transversa tuendo salutans.
sed fidei memor antiquæ tibi consiliabor:
iam si quando domum venias laribusque propinques, 1440
effice lardatam de multra farreque pultam:
36
que te dará tanto alimento como consuelo.”
Qué guerras luego sostuvo o qué tan grandes triunfos muchas veces
obtuvo, he aquí que mi pluma se niega a reseñar, ya obtusa.
Quienquiera que seas, lector, a esta estridente cigarra perdona
su chirrido y no la juzgues por su voz sino por su edad,
1455 pues, apenas dejado el nido, todavía no busca las alturas.
1456 Éste es el cantar de Valtario. Os guarde Jesús nuestro señor.
37
hæc pariter victum tibi conferet atque medelam.’
37
38
COMENTARIO AL TEXTO
prologus
i §§ summae virtutis amator.- Se ha interpretado como un atributo de genitor, pero según ALTHOF
(1899, ad loc.), puede atribuirse en realidad al Hijo. He adoptado esta lectio para que quede bien
definida la trinidad en estos dos versos: el Padre, omnipotens genitor; el Hijo, amator; y el Espíritu
Santo, emanado de ambos, natus amborum spiritus almus.
ii §§ iure pari = eadem dignitate.- ALTHOF (ad loc.) lo compara al ego et pater unum sumus del Nuevo
Testamento (Io, 10:30), pues el Hijo no es en nada inferior al Padre; natusque amborum spiritus almus
= spiritus sanctus, qui ex Patre Filioque procedit (cf. ALTHOF, ad loc.).
§§ vera deitate sed unus.- Es el mismo argumento que el iure pari: si bien son tres personas, el Padre,
el Hijo y el Espíritu Santo, ninguna es inferior y pertenecen a una sola divinidad.
iv qui vita vivens.- Es una expresión bíblica genuina como en Ez, 18:9: in praeceptis meis ambulaverit
et iudicia mea custodierit ut faciat veritatem hic iustus est vita vivet ait Dominus Deus. Según ALTHOF
(ad loc.), está vinculado con el sine fine, es decir, que “vives y regirás todas las cosas por toda la
eternidad”.
in aevum = in aeternum.- Esta expresión es de origen clásico, como lo atestigua Hor., epod., IV, 14, 3.
viii infectum = affectum, inflatum.- La edición de Strecker tiene infictum, que ALTHOF (ad loc.)
interpreta como “no ficto”, es decir, “verdadero”. Sin embargo opté por la otra lectio, infectum (Peiper,
1873) con el sentido de “imbuido”.
§§ multis infectum quo sit medicamen in aevum = quo (sancto spiramine) inflatus vere multis
hominibus medeatur in aeternum.- Ercambaldo, con ayuda del espíritu santo, debe convertirse en un
pastor de almas y dar el remedio, la salvación, a muchos hombres (cf. ALTHOF, ad loc.). Esta metáfora
de Christus medicus se ha aplicado para alabar a obispos y abades, como lo demuestra la expositio in
Regulam S. Benedicti de Esmaragdo de San Mihiel, en su segunda parte, qualis debeat esse abbas; este
39
texto gira alrededor de la medicina, la medela, el verbo mederi, sanare y la colocación spiritalia
medicamina ministrare, referencias al oficio psicoterapéutico en el sentido espiritual: el cura de las
heridas espirituales. Cf. HAUG, “Gerald und Erckambald…”, pp. 198-9.
ix munera = munuscula, dona.- §§ Como se ha visto en la introducción a este trabajo, algunos han
interpretado que estos munera son todo el Waltharius, mientras que otros han dudado de esta hipótesis,
arguyendo que, en realidad, lo que Geraldo está entregando como regalo a Ercambaldo es una copia del
Waltharius, obra supuestamente famosa en su época. Cf. El autor del Waltharius…
xiii omnitonantem.- La edición de Strecker tiene omnitonantem; parece ser un hapax legomenon. Otras
ediciones tienen altitonantem, epíteto de Júpiter en Enn., ann., II, 6. Me parece más probable que, en
realidad, lo correcto sea omnitenentem, que, si bien no se encuentra en ningún aparato crítico, es un
epíteto real de Dios en Aug., in. Ps. 114, 3, 13: ubique ipse regnat, et est omnipotens atque omnitenens,
entre otros. ALTHOF (ad loc.) opina de igual manera respecto a este extraño adjetivo.
xiv ut nanciscaris factis, quae promo loquelis = ut ea factis consequaris, quae verbis exprimo / reddo.-
Es decir, que sea el medicamen spiramine sancto infectum.
xvii §§ alma Dei.- Según ALTHOF (ad loc.), los alma Dei son la bondad o la gloria de Dios.
resonat = narrat.- El uso transitivo de este verbo se atestigua a partir de época augusta. Cf. Verg., ecl.,
I, 5: formosam resonare doces Amaryllida silvas.
xix ludendum est magis dominum quam sit rogitandum = ludamus nunc potius quam Deum precemur.-
El uso impersonal del gerundivo es común en latín clásico, solo que en este caso el objeto del verbo
rogitare quedó extrañamente atraído al acusativo; lo normal habría sido encontrar Dominus sit
rogitandus. Quizá el autor del prólogo tenía más en mente la construcción de ad con gerundivo, ad
Dominum rogitandum y éste fue el resultado. En sí mismo, el verbo rogitare, fuera de Plauto y
Terencio, es poco frecuente en el corpus de autores clásicos (un ejemplo sería Verg., Æn., I, 750: multa
super Priamo rogitans). Ni FORCELLINI ni DU CANGE hablan de este verbo fuera de los autores
clásicos.
40
§§ KRATZ (Mocking …, p. 58), que considera a Geraldo como autor del Waltharius, cita este verso
como prueba de que esta obra está hecha con intención de entretener por medio del humor burlón
(“mocking humour”), que considera el hilo conductor de la obra: usando la épica como instrumento, el
autor hace burla de los modelos heroicos tanto latinos como paganos con una fachada cristiana; de esta
manera, mientras que a primera vista hay elementos y personajes con valores cristianos, sus acciones
revelarán que no es así, y así queda consumada la crítica burlona que, según él afirma, el autor del
Waltharius tenía en mente al escribir este poema épico. Cf. La ironía en el Waltharius. Para CURTIUS
(Literatura…, pp. 610ss.), en este verso se condensa la idea que la Edad Media tenía sobre su propia
épica: es un género que se cuentra entre los lusus, como toda épica que no tiene tendencia moral o
eclesiástica. Estos versos, en su opinión, esconden este significado bajo el ludendum: “he escrito un
poema profano”.
xx perlectus [libellus] longe distringit hic ampla diei = perlecto libello longus dies tibi fiet brevis.-
ALTHOF (ad loc.) llama este verso una crux interpretum, pues la lectio más usual es longaevi stringit in
ampla diei, que trata de explicar de la siguiente manera; para el stingere in aliquid propone como
modelo el siguiente pasaje (Liv., VII, 40): vos prius in me strinxeritis ferrum quam ego in vos. El uso
de in con acuastivo es claramente “en contra de”, más el fraseologismo ferrum stringere; ahora bien,
Althof propone este uso de in pero un cambio de significado en stringere a “hacer corto”. Para in ampla
propone como ejemplo el siguiente pasaje de Plinio (nat., VI, 218) en que dice amplissima diei spatia
horarum aequinoctalium XV. Así el ampla se explicaría braquilógicamente por ampla spatia; de ahí
que él proponga la siguiente traducción: “la lectura de este libro acorta (aquí yo agrego “el tiempo”) en
contra de la amplitud del día, es decir, en contra del tedio del largo día”. Queda la cuestión del
longaevi, que entre los autores clásicos significa “entrado en años”, calificativo que no puedo aplicar a
un dies. No teniendo otros paralelos, propone que más bien Geraldo esté hablando del ocio de un viejo,
a saber Ercambaldo, el longaevus (ciertamente más viejo que su alumno Geraldo). Sin embargo, al final
decide seguir el parecer de W. Meyers (de quien no tengo datos bibliográficos) con la propuesta que
nosotros seguimos: perlectus longe distringit hic ampla diei = perlectus hic libellus longe deminuit
longum diem. Aquí el problema que veo es el hīc, por naturaleza una sílaba larga que rompe con el
esquema del hexámetro. No por nada Althof llama este verso una crux interpretum. El aparato crítico
de Peiper no muestra otra solución.
xxii adelphus = frater.- DU CANGE (s.v. adelphi) los define simplemente como monachi, fratres. Sobre
la costumbre de usar palabras griegas latinizadas, cf. n. 43.
41
§§ Que sea veintidós el número de versos en el prólogo no es casualidad. A partir de que, según San
Jerónimo, son veintidós libros del Antiguo Testamento porque hay la misma cantidad de letras en el
alfabeto hebreo, este número pasó de no tener un significado simbólico per se sino por una mera
casualidad, a ser empleado como número de composición. Los libros de la civitas Dei de San Agustín
son un buen ejemplo. En la Edad Media, fue costumbre seguir esa tradición. Cf. CURTIUS,
Literatura…, pp. 700ss.
Waltharii poesis
1 §§ tertia pars orbis, fratres, Europa vocatur.- El poeta comienza su poema con una descripción
topográfica y geográfica. Ésta forma parte de la ciencia retórica de las figuras por las que el orador, el
poeta o el historiador siente la necesidad de situar su obra, lo que los griegos llamaron τοποθεσία o
τοπογραφία, a lo que Horacio dio el nombre de situs terrarum (epist., II, 1, 252: […] nec sermones
ego mallem / repentis per humum quam res componere gestas / terrarumque situs…) y Estacio, positus
locorum (silv., V, 3, 236: tu cantus stimulare meos, tu pandere facta / heroum bellique modos
positusque locorum / monstrabas.), términos que todavía eran usuales en la época de los Hohenstaufen.
Cf. CURTIUS, Literatura…, pp. 286ss.
§§ Es interesante la anotación que hace GOSH (The Barbarian…, pp. 148 ss) sobre que en el Waltharius
ningún personaje tiene una religión específica salvo Valtario: el Atila histórico no era cristiano y
podemos creer que así lo es también en el Waltharius; los francos eran paganos y los aquitanos, bajo el
reinado de los visigodos, eran en su mayoría arianos. De esta manera los principales protagonistas eran,
teóricamente, de religiones no ortodoxas. Incluso en su comportamiento no denotan ser de alguna
religión en específico. Sin embargo las acciones de Valtario mismo, como el lector verá más adelante,
no son un buen ejemplo cristiano a seguir de manera estricta, siguiendo el precepto de diliges
proximum tuum sicut teipsum, “ama a tu prójimo como a ti mismo” de Mt, 19:19. Sarcásticamente dice
Gosh que, si el poeta tenía la intención de mostrar en el personaje de Valtario a un buen cristiano libre
del pecado de superbia, no ha hecho, al parecer, un buen trabajo.
4 §§ La región de Pannonia pasó a dominación romana en el año 9 d.C. luego de la gran revuelta
ilírica del año 6 d.C. gracias a las victorias de Tiberio y Germánico. El número de apariciones en el
corpus es de 52, de las cuales la primera se encuentra en Ovidio (trist., II, 1, 225) cuando el poeta
menciona las conquistas que deberá ahora realizar Augusto: nunc tibi Pannonia est, nunc Illyris ora
42
domanda, “ahora debes domar la Panonia, ahora las costas de Iliria”. Plinio (nat., III, 147) la define de
la siguiente manera: quae pars ad mare Hadriaticum spectat, appelatur Delmatia et Illyricum supra
dictum; ad septentriones Pannonia vergit, “la parte que se encuentra del lado del mar hadriático, se
llama Dalmacia y el Ilírico, mencionado más arriba; la Panonia se encuentra al norte”. Modernamente,
es el oeste de Hungría, el este de Austria, el norte de Croacia, el noroeste de Serbia, Slovenia, el oeste
de Eslovaquia y el norte de Bosnia y Herzegovina. Se llama a los hunos gens Pannoniae no porque de
ahí provengan sino porque en el imaginario del poeta los hunos ya eran amos de la región ultra
millenos annos (v. 10).
7 domitare es un verbo raro en latín clásico y su uso se atestigua por primera vez como verbo
conjugado en Verg., Æn., 7, 163. Nunca aparece como adjetivo verbal domitans, como aquí ocurre.
8 §§ Entiéndase Oceanus en el sentido antiguo del cúmulo de agua que rodea la tierra continental.
ALTHOF (ad loc.) dice que debe pensarse en el mar Báltico, no en el offene Weltmeer, el mar abierto, es
decir, el Atlántico. Las conquistas de los hunos, en su máxima extensión, sí tocaban el mar del Norte e
incluso el Hadriático. El mismo Waltharius al inicio del poema, cuando Atila decide mover sus tropas
hacia el oeste, indica que estaba por conquistar esas regiones que dan al Océano Atlántico, no que ya
las hubiera conquistado.
9 foedera donans = foedera dere. Incluso la forma foedus dere es rara, siendo más común foedus
facere / icere / pangere / percutere. Un ejemplo de foedus dere es Liv., XXIII, 5, 5: adicite ad haec,
quod foedus aequum deditis.
rebellis.- Cf. Verg., Æn., VI, -: hic rem Romanam magno turbante tumultu / sistet eques, sternet Poenos
Gallumque rebellem.- En este pasaje de la Eneida aparece, por primera vez, rebellis, no anterior a la
época augusta.
10 dominarier = (populus) dominatus esse.- Dado que el uso de presente por perfecto es muy
recurrente en todo el Waltharius, que el lector no se deje sorprender. BECK (1908, ad loc.) dice que este
uso de presente por pretérito se le debe perdonar al poeta “alemán” ―nótese el calificativo que usa
Beck―, ya que los mismos romanos dan el ejemplo ya sea por buenas razones, metri causa o porque
no percibían la diferencia de las formas verbales.
11 regnum ferre = tenere / obtinere.- Quizá tenía en mente el pasaje de Lucan., VII, 444: ex populis qui
regna ferunt sors ultima nostra est, pues, salvo este ejemplo, el uso es completamente inusitado. Ese
tulit se podría interpretar como un imperfecto de aspecto durativo, marca de un autor cuya lengua
podría ser germánica, en la que no existe la diferencia entre el aspecto continuo y puntual del latín, pero
43
es sólo una hipótesis.
§§ Atila es uno de los personajes considerados históricos por DEXTER que han dejado un gran impacto
en el desarrollo de la Walthersage (cf. “Origin …”, p. 161; y La Walthersage). Luego de la muerte de
su tío Rua en 433, gobernó a los hunos junto con su hermano Bleda hasta que lo quitó de en medio en
445. Llevó a cabo guerras largas y sangrientas contra los romanos y los pueblos germánicos y se
embarcó en la conquista del oeste hasta que el general Aecio, con un ejército compuesto de romanos,
germanos y celtas, lo derrotó en Orléans y empujó a los Campos Cataláunicos, batalla después de la
cual Teodorico II y Aecio en 451 lo expulsaron al otro lado del Rin, pagando el rey de los godos el
precio con su vida. Su última campaña fue en Italia al año siguiente pero murió en 453 por una
hemorragia la noche de una de sus muchas nupcias.
13 §§ ALTHOF (ad loc.) los describe así: “francos” es otra denominación de los Cáucos (lat. Chauci, gr.
Καῦχοι), pueblos procedentes del Mar del Norte que llegaron al sudoeste y se unieron a otros pueblos
germánicos del oeste, formando una sola “sociedad de naciones” (Völkerbunde), que se estableció en la
insula Batavorum (la región de Betuwe, en el bajo Rin), unificados luego por el rey Clodoveo (481-
511) y finalmente se asentaron en Worms. Ekkehardo, continúa Althof, vio en Gibicón, el gobernante
de Worms, un rey de los francos (cf. n. 14).
Cf. COLIN, Simples réflexions... pp. 4-6: M. Wilmotte quiere que bajo el nombre de Franci y Francia
deba entenderse una categoría general que, sin embargo, refiere a pueblos diferentes, los que Colin
llama 'français' y 'franconiens'; sin embargo, no elabora más. Esta separación sin embargo, apunta
Colin, no debe hacernos pensar automáticamente en la división entre el imperio oriental y occidental y
sospecha que toda esta categorización de M. Wilmotte provenga más de la situación política de sus
tiempos (es decir, Francia y Alemania en oposición) y de algunas consideraciones lingüísticas. Además,
estas disgresiones, en lugar de dejar en claro el asunto, lo hacen más escabroso.
14 pollere = regnare, dominari. Cf. Cic., rep, III, 24, donde usas como sinónimos pollere, regnare y
dominari.
§§ Se dice que Gibicón gobernaba alrededor del siglo V un reino situado en Burgundia cuya capital era
Wormatia, la actual Worms. Él, sin embargo, no era el único gobernante, pues tenía dos hermanos,
Gernot y Giselher, con quienes compartía el poder. Estos personajes pertenecen al ciclo de los
44
Nibelungos que, según M. FAURIEL, vienen desde los Volsunga y Wilkina sagas (tomo I, p. 271).
15 prole recens orta gaudens = gaudens, quod nuper filium genuerat / quod filius recenter natus erat.
proles como 'descendencia' es palabra poética, pero Cicerón no duda en usarla. Cf. Cic., de orat., III,
53.
narro = narrabo.
16 vocitavit = vocavit. A pesar de ser un verbo frecuentativo, el significado es el mismo de vocare. Cf.
Cic., rep., II, 49.
§§ Guntharius, rey de los francos a la muerte de su padre Gibicón, es uno de los personajes con
equivalencia histórica en la Walthersaga. Gundicarius, rey de los burgundios, fue contemporáneo de
Aecio, con quien tuvo rivalidad, y de Atila. San Próspero de Aquitania, discípulo de San Agustín de
Hipona y continuador del chronicon de San Jerónimo, en su chronicum integrum in duas partes
distributum (MPL, 051, 596, B) dice de estos personajes: eodem tempore Gundicarium Burgundionum
regem intra Gallias habitantem Aetius bello obtinuit, pacemque ei supplicanti dedit, qua non diu
potitus est. Siquidem illum Hunni cum populo atque stripe sua deleverunt, “en ese mismo tiempo,
Aecio venció en la guerra a Gundicario, rey de los burgundios, que vivía en las Galias; cuando le
suplicó la paz, Aecio se la concedió, la cual no conservó por mucho tiempo, puesto que los hunos lo
asesinaron junto con su pueblo y su estirpe”. Así pues, según San Próspero, este Gundicarius,
debilitado por la victoria de Aecio, fue exterminado junto con su pueblo y su familia por los hunos
invasores.
18 cuneus = exercitus; Hyster o Ister (< gr. Ἴστρος) es otro nombre para el Danubio.
19 amnis = mare.- Muchas ediciones traducen el amnis por 'río', significado que los diccionarios
suelen presentar. Por cuestión de sentido no me pareció lógico hacer una comparación con las 'arenas
del río' y de ahí me topé con que amnis puede referirse al Ὠκεανὸς ποταμός (cf. Hom., Od., XI,
639), en latín el Oceani amnis (cf., Verg., georg., IV, 233). Cf. Tib., II, 5, 50: qua fluitantibus undis
Solis anhelantes abluit amnis equos.
23 dexteras (manus)... coniungere dextris = amicitiam coniungere / foedus icere cum Attila Hunisque.
Cf. Verg., Æn., VIII, 163-4.
24 censum = pretium, vectigalia. Cf. Ov., met., 7, 739: … dum census dare me pro nocte loquendo;
censum persolvere = dona / munera solvere. Cf. Ov., met., XI, 104.
45
27 sub tempore es principalmente poético y raro, muchas veces acompañado de un adjetivo,
comúnmente uno. Cf. Lucr., VI, 413; VI, 416; Lucan., X, 510; Manil., III, 249; V, 396; V, 699; Stat.,
Theb., VII, 219.
§§ El personaje de Haganón ha sido identificado con el romano Aecio (cf. La Walthersage), pero lo
mismo ha pasado con Valtario de Aquitania. DEXTER (“Origin…, pp. 166 ss.) pretende más bien
rastrear el nombre mismo de Haganón con un personaje histórico, Aigyna (Aighyna, Aiginus), un
“noble sajón”, duque que desde 626 resguardaba las fronteras del imperio franco sobre el Garona,
repelía los ataques de los vascones y, luego de vencerlos, los condujo a la corte del rey Dagoberto.
Dexter da varias características con las que quiere demostrar que ciertos acontecimientos históricos
podrían relacionar a este Aigyna con el Haganón de la Walthersage, pero me limitaré a mencionar uno
que es común a varias versiones de la saga: como duque bajo autoridad de los francos, puede explicarse
el porqué viene de germine Troiae (cf. Walth., v. 28) ―recordemos que los francos se decían
descendientes de los troyanos―, pero podría estar también basado en la existencia de Trhonia, hoy
Kircheim, en Alsacia, y debería entenderse como una confusión poética, quizá intencionada, con Troya.
28 de germine Troiae = de gente Troiana / sanguine Troiano. El uso de germen como gens es
inusitado. En Cod. Iust., 18, 3 se encuentra exstirpato servili germine que, según FORCELLINI (s. v.
germen), significa 'razza, stirpe'.
§§ El origen supuestamente troyano de Haganón refleja una práctica de los pueblos invasores que se
asentaron en el imperio romano y le sobrevivieron. Los francos hicieron uso de este recurso con
intenciones claramente políticas: llevar la línea de su dinastía hasta un origen mítico-histórico.
§§ Burgundia.- Alrededor del año 400, el pueblo de los burgundios fundó un reino, teniendo como
capital la ciudad de Worms (Wormatia), cuyo soberano era Gundahar (el Guntario de la saga de los
Nibelungos). El general Aecio destruyó este reino en el año 436 y se vieron obligados a establecerse a
orillas del Saona y el Ródano hacia el 443. Pasaron a ser parte del reino de los francos alrededor del
año 500 por Clodoveo y completamente sometidos en el 534. Cf. FLORIO 2002 ad loc. He decidido
conservar el nombre latino de Burgundia y no el de Borgoña para no confundirlo con la división
administrativa actual de la república de Francia, cuyos límites sí están bien definidos.
46
§§ Heriricus o Chararicus puede referir históricamente a dos reyes: Chararico rey de los morinos y
Chararico rey de los suevos en la Galicia española. Los morinos, ya mencionados desde la antigüedad
(cf. Caes., Gall., IV, 21; Verg., Æn., VIII, 727), eran un pueblo que se extendía a lo largo del Canal
Inglés desde la Galia Bélgica hasta Cassel, Alemania; dos eran sus ciudades principales, Bononia
(Boulogne-sur-Mer) y Taurenna (Thérouenne). Las conquistas de los francos dejó en la tradición el
nombre de los morinos, pues fueron expulsados de su territorio. De ahí que Chararico, rey de los
francos, pueda ser denominado morino por algún origen en esa región. No es difícil suponer que en la
imaginación popular se confundiera este Chararico franco con el rey de los suevos. El Chararico rey de
los francos, que gobernaba el territorio de Burgundia luego de ser sometido a dominio franco, pasaría
en el imaginario a ser entonces rey de Burgundia, que en la Walthersage se conocería como Heriric (cf.
DEXTER, “Origin…”, pp. 169-70).
43 La costumbre de usar palabras griegas latinizadas viene de los monjes irlandeses que, siendo los
únicos en Europa que conservaron algo de conocimiento del griego luego de la caída del Imperio
Romano de Occidente, la reintrodujeron al continente (cf. RABY, Secular..., p. 261) y de ahí que se
hicieran muchos glosarios griegos a los que los monjes tenían acceso. A partir de este momento, a
menos que se indique lo contrario, el que nuestro autor haya utilizado palabras griegas en su
composición, se debe a esta costumbre que perduró por siglos. Sobre el Waltharius, RABY (Secular…,
47
269ss.) da su juicio personal:
Afortunadamente su autor estaba limpio de la mayoría de vicios que tenían los poetas de su misma época. No abusa
del seco hexámetro leonino que tan en boga estaba y por lo tanto sus versos son más sueltos, lo que falta en la obra
de sus contemporáneos. Tampoco compone sus versos para vanagloriarse de haber aprendido un léxico raro a partir
de glosarios o del griego. Es cierto que escribe phalangem (v. 536), glaucomate (v. 537), así como sophistam (v.
605). Hay también algunas alusiones geográficas, frutos de su educación escolar: Lucifer interea praeco scandebat
Olympo / dicens: Taprobane clarum videt insula solem (vv. 1188-9) e interea occiduas vergebat Phoebus in oras, /
ultima per notam signans vestigia Thilen / et cum Scottigenis post terga reliquit Hiberos (vv. 1130-2).
Los grecismos, por lo tanto, no refieren a su significado original griego y es por esta razón que mi
traducción de estas palabras es bastante libre, salvo se indique lo contrario. Cf. La traducción.
§§ Los Avares, Avari o Abares son un pueblo de origen turco como los mismos hunos. Según ALTHOF
(ad loc.), ellos habitaron la Panonia antes descrita luego de los hunos y fueron aniquilados por
Carlomagno. Desde la Antigüedad Tardía (ibid.), ambos pueblos fueron identificados con el mismo
nombre (cf. Isid., orig., IX, 2: Ugnos antea Hunnos vocatos, postremo a rege suo Avaros appellatos,
“los ugnos, antes llamados hunos, finalmente con el nombre que su rey les dio, ávaros”), considerados
unos ‘pueblos nómadas’ –pues, según Althof, la etimología viene del persa âwâre¸ que significa
‘errantes’. Esta asimilación en un nombre se encontrará en todo el poema y es la que se utiliza en uno
de los versos más significativos, al final del poema: sic sic armillas partiti sunt Avarenses (v. 1404).
Einhardo (vita Karoli, cap. XIII), el biógrafo de Carlomagno, se refiere a los hunos también como
Avares: maximum omnium, quae ab illo [Carolo] gesta sunt, bellorum praeter Saxonicum huic bello
successit, illud videlicet, quod contra Avares sive Hunos susceptum est, “la más grande guerra de las
que peleó Carlomagno, más incluso que aquélla contra los sajones, fue la que sostuvo, después de ésta,
contra los ávares, también conocidos como hunos”.
43 nec tardant... adire.- Pocas veces se utiliza tardare con infinitivo, cf. Caes., civ., II, 43, 4 y Aug.,
conf., VI, 11.
44 Cf. Verg., Æn., VII, 698: ibant aequati numero regemque canebant.
§§ Cf. Verg., Æn., XII, 664: circum hos utrimque phalanges / stant densae strictisque seges mucronibus
horret / ferrea, “a su alrededor, de ambos lados, se encuentran de pie las densas falanges, y el férreo
48
campo se encuentra erizado de espadas desenvainadas”. Por ende, la metáfora de un ejército como un
campo o un bosque se encuentra desde Virgilio.
53 vociferari = clamare.
57 Según DU CANGE (s.v. senior) senior pasó a significar dominus, como en reges Francorum, a los
que se denomina a veces Seniores. Con un genitivo puede significar ‘señor de un lugar’ como Fulco
Senior Bellimontis (vetus carta in chronico Besuensi, p. 575); también puede ser abbas o praefectus
monasterii; maritus; socer; primus, praecipuus, entre otros.
58 cu͡i, sinéresis
62 nata = filia.
63 pergant = eant. Cf. Sall., J., 71, 4: dein propere cognitis insidiis ad regem pergit.
67 ut solitus fuerat = solitus erat = solebat. Cf. Sall., C., 50, 1: partim exquirebant duces
multitudinum, qui pretio rem publicam vexare soliti erant (= solebant); blande suscepit = benevole
accepit.
§§ Estos regna Aquitanorum, dice LEARNED (“Origin…”, p. 192), deben entenderse como la Aquitania
en el amplio sentido de la palabra, es decir las regiones al sur del Garona hasta Vasconia y al norte de
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Garona hasta la Loira. Cf. Contexto histórico.
Sobre Alphere, dice la misma autora (“Origin…”, pp. 171 ss.) que el nombre de Álfer, padre de Valtario
y rey de los aquitanos (según el Waltharius) parece no haber sido mencionado por los cronistas. Según
la saga Nornagest, Hialprek (el histórico Hilpericus) era rey de ‘Frankland’. Este Hilpericus histórico,
identificado con Alphere, tenía también un hermano, Gundiocus, que gobernaba a los burgundios,
volviendo así a los eventos burgundio-francos que narra indirectamente el Waltharius. Jacob Grimm
cita nombres de la región burgundio-franca que terminan de la misma manera, en ere como Folchere,
Gunthere, etc. Incluso sugiere que Alphere tuvo una saga propia así como Walthere, y Learned dice que
puede no estar equivocado en eso.
79 primaevo flore nitentem = prima adulescentia vigentem, sc. post pubertatem ante sextum et
decimum annum apud Romanos. Cf. Verg., Æn., VII, 162-3: ante urbem pueri et primaevo flore
iuventus / exercentur equis domitantque in pulvere currus.- Es común encontrar variaciones de
primaevus acompañado de flos. Cf. Lucan., VI, 562; Sen., Phaedr., 620; Sil., XVI, 405, I, 376 y V, 18
Si creemos la indicación del poeta sobre la edad de Valtario, debía de tener aproximadamente unos
quince años cuando fue entregado como rehén a los hunos.
80-1 iusiurandum inter se dederant, pueros quod consociarent = iuraverunt se liberos suos matrimonio
coniuncturos esse.
§§ El matriomonio arreglado entre Heririco y Álfer de sus hijos ha dado pie a pensar que es una
reminiscencia literaria de las alianzas entre dinastías burgundias y aquitanas. Cf. n. 36.
90 obsidis inque vicem dilectum porrigo natum = ut obsidem dedo dilectum mihi filium.
50
92 dictum compleverat actis = quod dixit / promisit, factis complevit.
94 obsidibus sumptis = acceptis. El único lugar donde se encuentra obsides sumere es en Val. Max.,
IV, 3, 1: cum in Hispania Karthagine oppressa maioris Karthaginis capiendae sumpsisset auspicia
multosque obsides...
96 §§ No queda claro cuál es esta urbs Pannoniarum. En el Waltharius, urbs puede ser el castillo real
o toda la región que está en consideración (ALTHOF, ad loc.). El mismo Althof dice que la sede de Atila
se encuentra sobre el río Tisa.
97 pietatem exhibere se encuentra raramente en el corpus. Cf. Sen., benef., VI, 36, 2: quis Siculos
iuvenes ut bona liberis exempla monstrabit, si optaverint, ut Aetna inmensam ignium vim super solitum
ardens et incensa praecipitet datura ipsis occasionem exhibendae pietatis ex medio parentibus incendio
raptis?; asimismo Val. Max., V, 6, 7:
non est extinctus pro re publica superior Scipio Africanus, sed admirabili uirtute ne res publica extingueretur
prouidit: siquidem cum adflicta Can-nensi clade urbs nostra nihil aliud quam praeda uic-toris esse [Hannibalis]
uideretur, ideoque reliquiae prostrati exercitus deserendae Italiae auctore Q. Metello consilium agitarent, tribunus
militum admodum iuuenis stricto gladio mortem unicuique minitando iurare omnes numquam se relicturos patriam
coegit pietatemque non solum ipse plenissimam exhibuit.
Finalmente Zenón, I, 61, 5: certum est enim in eum filium, posteaquam deliquit, granditer uindicari,
quem pater plurimo dilexit affectu et, quantam pietatem dilecto filio amatus pater exhibuit...
98 veluti proprios = quasi liberi sui essent; nutrire iubebat heredes = nutriri iubebat heredes.
99 virginis et curam reginam mandat habere = mandavitque ut regina virginem (Hiltgundem) curare.
100-1 ast adolescentes propriis conspectibus ambos / semper adesse iubet = adolescentes in conspectu
suo (sc. Attilae) semper adesse iubet.
104 sophistas = sapientes. Cf. DU CANGE s.v. sophista: orator vel sapiens.
fortiter = fortitudine
§§ Valtario y Haganón encarnan el ideal de la sapientia y la fortitudo, el tópico que surgió después de
Virgilio por mediación de Estacio, por quien llegó a la tardía Antigüedad y la Edad Media. El arma
virumque de la Eneida fue, para Fulgencio, que es ejemplo de la teoría literaria de la tardía Antigüedad,
una alegoría de la fortitudo en las arma y la sapientia, intrínseca en el virum. Otro ejemplo es el
personaje de Aquiles en la ephemeris belli Troiani de Dictis (s. IV), que había superado a todos en
51
fuerza guerrera, pero cuya energía era irreflexiva y cuya inconsulta temeritas lo llevó finalmente a la
muerte. A comparación de Aquiles, que por esta razón no puede considerarse un ideal, Valtario y
Haganón tienen ambas cualidades en sí y cumplen con el modelo (cf. CURTIUS, Literatura…, tom. I, p.
254).
106 sed non….- La lectio de Strecker y muchas de las ediciones es sed haud, pero así no puede
explicarse el alargamiento de sed. Un caso es en Verg., georg., III, 354 (sed iacet aggeribus…) pero el
alargamiento se da por el encuentro de la consonante d con la semivocal i. Peiper (1873, p. 10) dice que
el non in fue cambiado y es incierto que estuviera en los primeros manuscritos. La lección non
inmerito corresponde a la del manuscrito Vindobonensis n. 228 (en PEIPER D3, en GRIMM D). En el
corpus latino, non inmerito aparece 36 veces al lado de las 8 veces de haud immerito, si bien ésta es la
forma clásica y aquélla la posclásica. Por el inexplicable alargamiento arriba comentado, opté por esta
lectio de non inmerito y con asimilación de la consonante, volviéndola immerito.
§§ Ecos de esta narración resuenan todavía en los Nibelungos, donde luego de que Crimhild manda a
sus cuatrocientos guerreros en contra de Hagen y Volker, estos guerreros comienzan a dudar pues han
oído hablar de las gestas heroicas de ambos cuando servían bajo las órdenes de Atila.
109 Este nimis será, a mi parecer, la causa por la que el rey nunca sospechó primero la traición de
Haganón y, finalmente, la de Valtario, su imperii columna.
114 modicumque deest, quin... = paulum / haud procul / minimum / nihil abest, quin... todas éstas de
uso clásico.
115 quicquid de rebus = quicquid rerum. Quizá tenía en mente estos versos de Lucrecio (V, 145-6):
semper enim summum quicquid de rebus abundat, quod iaculentur. Es la única vez en el corpus que
aparece esta forma.
119 prīmūm Hǎgǎnō. No hay elipsis de m y se alarga la sílaba um, pues la aspiración de la h de
Hagano debe considerarse como una consonante. Cf. v. 123.
122 et quocumque iret, mox prospera sunt comitata = prospera (Walthario Hunisque) eveniebant
123-4 Ōspĭrĭn ēlāpsūm Hǎgǎnōnem... attendens = Haganonis fugam attendens / considerans.- ēlāpsūm
Hǎgǎnōnem, cf. n. 119.
52
§§ El nombre de Ospirin es único en toda la Walthersage y sólo aparece en esta obra. Grimm (apud
ALTHOF, ad loc.) dice que es un nombre desconocido, tanto para la historia como para otras tradiciones
comunes. Explica que el nombre tiene quizá una raíz ôs, cognada con el gótico ans, dios, y peren (al.
bärin, ingl. to bear), soportar = el soporte de Dios. Althof, siguiendo a otros, piensa que es extraña esta
explicación y cita varios ejemplos de cómo se ha respondido al asunto del nombre de manera diferente,
ninguno de los cuales ha dado una explicación satisfactoria.
Como esposa de Atila, es una mujer que PARKES (Irony..., p. 465) define como “dominante” sobre el
rey de los hunos (cf. n. 399 sobre la figura de Atila). Dado que no hay un verdadero diálogo entre
ambos personajes sino que el rey sólo se queda escuchando y obedeciendo a su esposa cuando ella le
indica cómo mantener a Valtario en la corte y cuando le reprocha el que todo lo que ella sospechaba se
volviera verdad, me siento de acuerdo con Parkes.
125 Esta fórmula de tratamiento, terciopersonal, para dirigirse a alguien de gran dignidad está
atestiguada desde la Antigüedad y es común en la literatura medieval. En el siglo III, los emperadores
hablan de sí mismos con el pronombre nos y se dirigen a otro con vos, forma que influyó luego en
varias clases sociales por la lengua culta. 1 Al final de la época imperial, se dirige uno al emperador con
la forma vestra maiestas y en tercera persona; de aquí surgen luego celsitudo, sublimitas, praecellentia,
excellentia, etc (BOURGAIN, Le Latin…, p. 22-3). Este tropos, tomado de la administración imperial,
fue muy requerido por los escritores crisitianos y permea la latinidad posterior. Unos de tantos
ejemplos del latín medieval pueden ser los Karoli Magni capitularia, en los que Carlomagno se dirige a
los epíscopos como vestra unanimitas (MGH conc., IV, p. 45), reverentia vestra (MGH conc., III, p.
34); ejemplos similares pueden encontrarse muchísimos. Como estos usos terciopersonales
sobrevivieron hasta el español, decidí conservarlos como tales. Sobre este cambio de tercera y segunda
persona de cortesía a una segunda persona común, dice Bourgain (BOURGAIN, Le Latin..., p. 89-90):
La concordancia en número puede hacerse según el sentido con tanta facilidad como en cualquier lengua hablada.
El plural de educación o de reverencia (segunda persona) o de majestad-modestia (primer persona) es muy
frequente, con la particularidad de que la coherencia no parece demasiado buscada; al contrario, parece ser un
rasgo elegante, hasta el siglo XII, pasar del plural al singular y viceversa en la misma frase y, si fuera necesario,
entrejuntando singular y plural. En esta alternancia se combina quizá la búsqueda de la diversidad, la comodidad, el
recuerdo del singular antiguo y la presión de los usos cotidianos […].
El cambio en el tono que usa Valtario cuando se dirige al rey Atila puede ser, según estos lineamientos
de Bourgain, libre o quizá adaptarse al discurso: Valtario en un principio respeta el consejo del rey de
1
Así traduzco el término francés “langue d’apparat”.
53
casarse (vestra quidem pietas est...) utilizando la segunda persona del plural, mas cuando le ruega
permitirle una vida dedicada exclusivamente al servicio del reino, cambia a un tono afectuoso de
segunda persona del singular. Esto es, sin embargo, una hipótesis mía que puede estar sujeta a cambios
según otros criterios que alguien más podría mencionar.
127 amicus = minister regis.- Según algunos testimonios, amicus se entiende como fidelis serviens
(ALTHOF, ad loc.), a saber, un súbdito o vasallo.
128 in quo magna potestatis vis exstitit hūius = in quo huius regni magna fortitudo nititur.- hūius, cf.
Verg., georg., IV, 321-2: mater, Cyrene mater, quae gurgitis hūius / ima tenes…
131 cum veniat = cum venerit. Si bien el uso de cum con subjuntivo presente es altamente inusual
como una potencial de tiempo, se atestiguan algunos pocos casos, de los cuales refiero principalmente a
Plauto en Aulularia (v. 278), Bacchides (v. 58) y Pseudolus (v. 168), claros ejemplos de la lengua
coloquial. En el Waltharius va usualmente acompañado de un imperativo (cf. v. 284: cum reliqui
surgant, ad opuscula nota recurre).
137 et non pauperiem propriam perpendere cures = neve curae tibi sit te futurum esse pauperem (nam
non fiet).
139 nec quisquam…post facta pudebit = nec quemquam, quod faciet, postea pudebit.- La construcción
personal de pudere es muy rara y por lo general lleva un acusativo con pronombres. Cf. Plaut., Epid., 1,
2, 4.
145 his... suggestibus = haec suggerens. Según ALTHOF (ad loc.), significa “dar en la mano, dar un
consejo” según testimonios de la tardía latinidad como los digesta y la Vulgata.
147 causam = rem.- Estas nuevas acepciones típicamente medievales de causa como chose en francés,
cosa en español, italiano, etc., han sido usadas por los defensores de la hipótesis de que el Geraldo,
cuyo nombre se menciona en el prólogo, es el autor del Waltharius y que, además, es 'francés' y no
'alemán' como los primeros editores quisieron. Cf. El autor del Waltharius.
177-8 promittensque [se] istos... tyrannos sternere (straturum esse)... terrorem imponere (impositurum
esse). El uso de promittere con infinitivo futuro es más frecuente que con infinitivo presente. Cf. v. 169
con el verbo sperare.
186 fraxinus et cornus ludum miscebat in unum = fraxinus et cornus in ludum unum miscebantur;
fraxinus et cornus = tela e fraxino et corno.
195 duro umbone = duro clipeo; umbo enim est clipei pars media.
197 obvia quaeque metens armis ac limite pergens = omnia, quae ei obvia erant, secans armis (sc.
ense) ac via [patefacta] iens. La construcción de este verso se esclarece si se confronta con Verg., Æn.,
10.513-514: proxima quaeque metit gladio latumque per agmen / ardens limitem agit ferro...
206 belli sub sorte = diiudicatā belli fortuna (cf. Caes., Gall., II, 32, 6).
209 festa cum fronde = ornatu triumphali.- La festa frons, según Servio (Æn., II, 249) FESTA
FRONDE quae festos indicat dies, vel quae festis diebus adhibetur, ut laurus, oliva et similia. Sin
embargo, ésta se usa para decorar los templos, no personas. Cf. Verg., Æn., IV, 459; Val. Fl., II, 189.
211 post hunc signiferi, sequitur quos cetera pubes = post hunc signiferi [eunt], quos cetera pubes
sequitur; pubes = iuvenes, qui belli partem ceperunt.
216 illi͡us aspectū hĭlǎrēs; equitemque tenebant = equum tenebant. El uso de eques por equus se
55
atestigua desde Virgilio (georg., 315-17) y es un hápax legomenon. Según FLORIO (2002, ad loc.), este
uso de eques por equus es un refinamiento del autor, pues refiere al poeta romano que instituyó esta
acepción de la palabra, que no es la común.
224 mero [vino]; tallus = vas.- Sobre el tallus dice DU CANGE (s.v. tallus) que es un recipiente de
ofrecimiento, usado en ceremonias. Siguiendo la interpretación de Dennis Kratz, decidí dejarlo como
copa (ingl., cup, goblet).
232-3 ... quid nostri forte parentes / inter se nostra de re fecere futura = quid forte nostri parentes
inter se de matrimonio nostro in futurum tempus instituissent.
256 addidit has… loquelas = addidit haec loquens. Cf. Verg., Æn., 841-2: puppique deus consedit in
alta Phorbanti similis funditque has ore loquelas.
257 vestrum velle meum = vestra voluntas mea [est] = quod vultis, id et ipsa volo; solis his aestuo
rebus = hoc uno sollicitor angorque.
259 §§ Karl HARRINGTON (“Wooing…”, p. 140) describe esta escena como una “un zarcillo de oro en
el hocico de un cerdo”, pues dentro de una larga serie de matanzas que define el poema, aquí surge
aquel “eterno femenino” y el tópico del “amor triunfante” por los que los amantes, solos, abren sus
corazones. Ésta escena, así como aquéllas sobre la defensa del honor de los guerreros en combate, han
sido consideradas un precedente literario de estos tópicos que aparecerán en la poesía caballeresca
posterior, en lengua vernácula.
261 publica potestas = regina.- Es la única vez que he encontrado que se pueda referir a la reina como
56
publica potestas. La deducción es meramente por el contexto.
§§ Es curioso que la primera parte de su plan, más que al plan de escape, se refiera al hecho de que
Hildegunda es la rebus custos a cargo de la reina Ospirin. Sus ojos, pues, están puestos más en el tesoro
del rey antes que en el plan de escape o, como KRATZ dice (Mocking…, p. 41), en las necesidades
básicas para un viaje tan largo y peligroso como el que se describirá más adelante. Este pasaje, donde
por primera vez escuchamos hablar a Valtario, es, según quiere demostrar Kratz, la muestra del tema
sobre el que se desenvolverá toda la obra: la avaritia que llevará a la ruina a tantos héroes y al
desmembramiento de Valtario, Haganón y Guntario casi al final de la obra. Incluso esta avaritia lo
llevó a procurar poco a la pobre Hildegunda, pues le ordena llenar las cajas “hasta que no puedas
levantar ni una a la altura de tu pecho”. Esta poca preocupación por Hildegunda resurgirá en vv. 561
ss., cuando soberbiamente (verbum… superbum) asegure que ningún franco volverá a su esposa a
presumirle que tomó siquiera una parte del tan grande tesoro (gazae… tantae) que trae consigo. ¿Cómo
podía saber que los francos venían por el tesoro? Era probable sospecharlo, sí, pero entonces ¿por qué
no juró más bien defender a Hildegunda con su vida y, en segundo plano, el tesoro que robó de los
hunos? Para KRATZ (Mocking…, p. 41), Valtario aquí está preso no sólo por su avaritia sino de la
gloria, pues sería vergonzoso el que pudieran quitarle lo que él pretendía proteger a toda costa. Sobre
esta gloria, cf. n. 1215.
PARKES (“Irony…”, p. 464), aunque define a Hilgedunda como personaje por lo general pasivo, la hace
parte del efecto cómico que, según él, el poeta trata de causar en el lector, pues ella es también parte del
dolo de Valtario al robar el tesoro de la reina, que también la adoptó y trató como una hija. Ninguno de
los niños rehenes fue maltratado por la pareja real.
La relación entre Hildegunda y el tesoro, además, puede ser más estrecha de lo que parece. Grace
Fleming VAN SWERINGEN (“Main…” p. 215) apunta que las aventuras del héreo de la obra, Valtario, no
serán a causa de la doncella robada, tópico común de las leyendas heroicas, sino por el tesoro mismo.
De ahí me inclino a pensar que la idea del tesoro, confrontada a la de la doncella robada, no sólo la
opaca, sino también la humilla, dejando a Hildegunda en un segundo plano o, más bien, en ningún
plano de la obra, a pesar de ser la prometida del guerrero. Sin embargo, un guerrero sin botín no podría
ser digno de tan noble doncella. ¿Habría entregado Heririco a su hija a un guerrero sin renombre? No
bastan las batallas ganadas; el renombre viene acompañado de los tesoros con los que el guerrero
vuelva de la guerra, los despojos de los derrotados. Si Valtario careciera de esta avaritia, típica del
57
warrior-ethos, fuera o no cristiano, sería un personaje manco, incompleto. Es por esto que se podría
criticar la postura de Kratz, sobre tratar de moralizar demasiado este pecado capital.
267 ad pectoris imum = ad imum pectus [= imam pectoris partem]. Imagine el lector a Hildegunda
tratanto de cargar estas cajas tan pesadas que la encorvan y fatigan.
§§ coturnus viene del griego κόθορνος, un tipo de calzado. Según Thomas MILLER (2009, ad loc.) “es
probablemente imposible saber en qué tipo de zapatos estaba pensando el poeta”.
vasis = capsis, impedimentis. Cf. Cic., Verr., II, 4, 19: ille ex Sicilia iam castra moverat et vasa [=
impedimenta] collegerat.
270 fors = fortasse; ad summum labrum [scriniorum]= ad summum marginem scriniorum = refercire
scrinia.
273 ipse ego piscator, sed et auceps esse coartor = ego piscari possum, sed, si necesse fuerit, capiam
et aves.
275 ... quid habere vianti forte neccesse est = quid ego, qui iter faciam, habere debeam. viare es un
verbo muy raro en el corpus, de época postaugusta.
276 quo more = quomodo, quo pacto; fugam inire = fugam petere, capere.
280 potu sepelire studebo [omnes convivas] = operam dabo ut convivae inebrientur neve quidquam
agere queant.- Cf. n. 349.
284 cum reliqui surgant = surrexerint. Cf. n. 131; ad opuscula nota recurre = fac ea, quae nos
dumtaxat novimus. Cf. v. 262.
58
293 duxerat = duxit; bissus = byssus ο byssina ornamenta (gr. βύσσος) según DU CANGE (s. v. bissus).
La voz es de origen hebreo y se atestigua en la tardía antigüedad (cf. Mart. Cap., II, 114; Vulg, Exod.,
25, 4) y eran unas vestimentas de lino fino. Cf. Paus., V, 5, 2.
ipse minister.- Originalmente se había traducido con la acepción de senescal (cf. DU CANGE, s.v.
minister). Sin embargo, FLORIO (2002, ad loc.) optó por entender ipse minister como ipse Waltharius
minister, siguiendo las lecturas de D’Angelo (1998) y Vollmann (1991), dado que es Valtario quien
dirige la acción del banquete. He escogido la misma interpretación.
296 centenos... accubitus iniere sodales = sodales accumbere coeperunt. Los accubitus eran una
especie de camastro o catre donde se acostaban los invitados a una cena (cf. Cant., 1:11).
299 migma (gr. μίγμα) = mixtura. Según DU CANGE (s. v. migma), es una combinación de granos. Cf.
Isa., 30, 24, donde se da el migma a los animales como alimento. Sin embargo, es difícil aquí pensar en
granos, así que me decidí por “mezcla de viandas”.
300 aurea bissīno tantum stant gausapě (abl.) vasa.- Hay varias lectiones para este verso, entre las que
se encuentran bis seno, bissino, bissina, bis sena, lo que complica las cosas. Originalmente había
optado por bissino... gausape en ablativo, pero la medida del verso no queda, dado que la i de bissinus
es siempre breve no sólo según LEWIS & SHORT (s. v.), sino también FORCELLINI (s. v.). Decidí
finalmente utilizar la lectio de bissīno... gausapě, aunque no refleje las cantidades reales de la palabra.
301 pigmentatus crateres Bachus adornat = crateres vino impleti sunt.- pigmentatus es un adjetivo de
uso muy posterior de la latinidad tardía, atestiguado en Prud., ham., 316.
302 illicit ad haustum species dulcedoque potus = quod potiones sint speciosae dulcesque, allicit ad
bibendum (inebriandumque).
306-7 in hoc rogito clarescat gratia vestra, ut vos inprimis, reliquos nunc laetificetis.- Sobre el uso
terciopersonal, cf. n. 125. Decidí dejar una traducción aproximada del clarescat, aunque sea un poco
falsa en español, sólo para remarcar la intención absurda y excesivamente pomposa de las palabras con
que Valtario, el “héroe” (v. 305), quiere embriagar y así engañar al rey de los hunos (cf. n. 399).
308 simul in verbo = simul ac dixit; nappa = poculum.- Esta palabra dice DU CANGE (s. v. nappa) que
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tiene el mismo significado que nappus, -i: poculum, crater, schyphus, it. nappo. Curiosamente el
ejemplo que cita para nappa es este mismo verso del Waltharius. Cf. fr. “hanap” y al. “Napf”.
309 §§ Cf. v. 12: impiger antiquos sibimet renovare triumphos.- El poeta sugiere con este verso, que, a
mi parecer, alude sin duda al ánimo del rey de los hunos de superar la gloria de sus ancestros, que Atila
efectivamente los ha superado pero con un acto ridículo: mientras que sus antepasados y sucesores
extendieron un imperio que domina por mil años vastas regiones (v. 10), aquí es Baco el que ha
dominado a los hunos en una celebración, que es en realidad una treta hecha para engañarlos.
312 pincerna (gr. πιγκέρνης) = vini minister, promus.- Ésta es otra palabra de uso muy tardío. Cf. Cic.
Verr. II, 1 en Ascon.; también, Gen., 40, 1.
316 balbuttit madido facundia fusa palato = postquam madido palato [= inebrietato ore] devicta est
facundia, omnes balbuttiunt.
318-9 in seram... noctem = in multam noctem; bachica... munera = vinum; retrahitque redire volentes
= impedit quominus ii, qui [domum] redire velint, abeant.
322 §§ et licet ignicremis vellet dare moenia flammis.- Algunos investigadores (GHOSH, Early…, p.
157-8) han visto un paralelo con el poema nórdico antiguo Atlaqvida en el que la esposa de Atila,
Gudrún, prepara una fiesta para los hunos y éstos se emborrachan, permitiéndole quemar el aula. Ghosh
dice que el poeta del Waltharius tenía una cierta conciencia de una tradición en la que alguien
engañaban a los hunos emborrachándolos, a partir de lo cual saldría este motivo literario.
324 sēmet mŭlĭērem.- A pesar de que es mŭlĭĕr, en el Waltharius la e siempre es larga. Cf. v. 559:
inferius stanti praedicens sic mŭlĭēri; y v. 1205: quādrŭpĕdēs, mŭlĭērem etiam praecedere iussit.
ALTHOF (ad loc.) dice que es un fenómeno usual entre los poetas de la Edad Media, pues no pueden
usarse tres sílabas cortas seguidas. Cf. Ruodl., V, v. 486: tunc cognoscibilem conquīrĕ tĭbī mŭlĭērem.
325 praecipiens causas citius deferre paratas = iubens [Hiltgundem] omnia ea, quae paravavit [=
scrinia, coturnos et ita porro] citius secum afferre.
329 Las phalerae eran unas placas de metal para adornar tanto a hombres como caballos, en este
último caso, la cabeza y cuerpos del animal. Cf. Verg., Æn., V, 310: primus equum phaleris insignem
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victor habeto; solito = ut solito.
331 iteri longo = itineri longo.- Si bien no encontré la forma iteri en el corpus latino, sí existen las
arcaicas iteris e itere, en genitivo y ablativo respectivamente. Cf. Acc., Oen., v. 499: exprome quid fers:
nam te longo ab itere cerno huc vadere; y Acc., trag., v. 627: qui neque cuiatis esset umquam potuimus
/ multa erogitantes sciscere / studiumque iteris reprime.
332 loraque virgineae mandat fluitantia dextrae = [Waltharius] fluitantia lora virgineae (sc.
Hiltgundis) dextrae dat.
§§ Cf. Ov., ars, II, 433: aspice, ut in curru modo det fluitantia rector / lora, modo admissos arte
retentet equos, “mira cómo ora suelta el auriga las ondeantes riendas, ora retiene con arte los sueltos
caballos”. Aunque en este pasaje ovidiano el rector parece tener, sin duda, el control total del currus
que diestramente maneja, en mi traducción del pasaje del Waltharius preferí otra interpretación, la de
las 'riendas vacilantes' por la sencilla razón de que durante todo este viaje Hildegunda está temerosa de
la venganza de los hunos (cf. 351 ss.). El mismo Valtario, al salir de la Panonia, se encuentra trepidus
(cf. v. 340).
335 aure͡is, sinéresis. Se atestigua en Virgilio. Cf. Æn., I, v. 726: atria; dependent lychni laquearibus
aure͡is; V, v. 352 y VII, v. 553.
336 ancipiti ense = ense, qui utraque parte ferit. Es decir, una espada de doble filo. Catulo y Virgilio
describen un anceps ferrum, es decir, ensis. Cf. Cat., 64, 369 y Verg., Æn., VII, 525.
La costumbre de portar dos espadas, la principal del lado izquierdo y la más pequeña del derecho, es en realidad
germánica, como lo han mostrado Fuentes arqueológicas y literarias como el Beowulf”. Esta espada se llama
'scramasax' y era de uso común entre los pueblos germánicos como los sajones, francos, godos, entre otros. Si bien
es cierto que estos versos dicen a la manera de los hunos, puede uno desconfiar de toda verdad histórica o
arqueológica que el poeta tratara de expresar aquí y simplemente pensar que él describe con su propia realidad un
pasado hasta cierto punto ficticio.
Sin embargo, también cf. n. 504, donde se rastrea esta costumbre a tiempos más remotos que los de los
germanos.
340 coeperat invisa trepidus decedere terra = coepit trepidus [= anxius, saucius] decedere ex illa
detestabili terra.
61
341 equum... nonnulla talenta gerentem = equum... multos thesauros gerentem.
343 in qua piscator hamum trasnponit in undam = qua piscator hamum in aquam eicit.
344 ut cupiens pastum piscis deglutiat uncum = ut piscis uncum deglutiat quasi pastum / cibum.
345 telis = armis.- Este uso de namque no es ni explicativo ni causal, por lo cual lo he considerado,
por así decirlo, un relleno sin ninguna significación en especial sino de una conjunción de uso poco
claro, pues no refiere a algo anteriormente dicho ni insiste en los versos anteriores. Es por esta razón
que lo considero un ripio y decidí excluirlo de mi traducción.
§§ El hecho de viajar por el bosque no sólo responde a la necesidad de no ser vistos por los hunos o por
cualquier otro pueblo; en el imaginario medieval, el bosque “material” es refugio para el paganismo,
los vencidos, margiles, como los fugitivos, asesinos, aventureros y bandidos, entre otros. Valtario y
Hildegunda robaron el tesoro de los hunos, al que no tenían derecho, por lo que entran en la categoría
de margiles fugitivos y ladrones. Sin embargo, el bosque tiene una ambivalencia de repulsión y deseo,
pues es, asimismo, proveedora de bienes, como se ve en el verso 421. Cf. LE GOFF, “El desierto y el
bosque…”, en Lo maravilloso y lo cotidiano…, pp. 31-2. Es cuando se divisa la ciudad y ambos entran
en contacto con un pedazo de civilización, el pescador, único personaje no heroico de la obra, que su
huida es conocida y comienzan las batallas, pues abandonaron aquel refugio de marginados (vv. 434
ss.).
353 volucres collisos sive racemos = avium aut ramorum collisiones [propter ventum].
363 quereretur = queratur.- Este forte es otro de esos elementos innecesarios del Waltharius que
decidí quitar de mi traducción, pues parecen sólo ripios.
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368 occultumque locum sibi delegisse sopori = remotumque locum elegisse ad dormiendum.
370 iuxta morem... suetum = ut eius erat mos / ut solebat.- iuxta morem se encuentra sólo en los
comentarios de Servio a Virgilio.
373 §§ o vinum, quod Pannonias destruxerat omnes!.- Según FLORIO (“Incoherencias…”, p. 154), esta
aparente exageración al afirmar la reina que es el acabose de las Panonias es indicio de la fragilidad del
pueblo huno, fragilidad que remite a una realidad histórica: la etnogénesis de las confederaciones de
pueblos seminómadas, propensos a ser rápidamente aniquilados en caso de que muriera su líder o
fueran derrotados.
381 mutant laetitiam maerentia corda priorem = laetitia prior in maerorem convertitur; maerentia
corda = maerentia pectora. Cf. Verg., Æn., I, 197.
386 varium pectus... imitatus = quid vario pectore sentiret, ostendens. El políptoton de varium
pectus... vario ore expresa magníficamete el ánimo cambiante del rey ante tal desesperanza como la
traición de su otrora amado Valtario.
387 §§ prodidit exterius, quicquid toleraverat intus.- Aunque se trate de los sentimientos que albergaba
Atila y que al fin expresa, asimismo puede bien ser una imagen del vómito producto de su cruda.
391 nox rēbūs // iam dempsĕrǎt….- El alargamiento de us es por cesura semiternaria o por la
semiconsonante iam.
393 latus in dextrum fultus nunc inque sinistrum = iam latere dextro nixus, iam sinistro.
§§ Éste es uno de los pocos pasajes de la épica latina en la que se describe tan detalladamente la resaca
de un personaje. Es de mayor interés que el personaje descrito aquí sea nada más y nada menos que el
‘flagelo de Dios’, el rey de los hunos que a tantos pueblos ha sometido. Este episodio es muy
representativo para lo que Kratz define como la ironía de la que se vale el poeta para acomodar la épica
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latina a un contexto cristiano (cf. La ironía en el Waltharius). Según el autor (KRATZ, Mocking…, p.
28), el banquete de Valtario es equiparable al de Dido, que sólo le traerá infortunios (Æn., I, 731-735),
a pesar de que considera aquel día laetum diem y desea que se presente Baco, laetitiae dator, y llama a
los cartagineses a celebrar con ella: et vos, o coetum, Tyrii, celebrate faventes. Cómparese con el verso
308 y 309 del Waltharius: in hoc, rogito, clarescat gratia vestra, ut vos imprimis, reliquos tunc
laetificetis. Siendo él a quien se le ocurrió el plan de embriagar a Atila y su corte, es claro que Valtario
se está burlando de su benefactor con la alocución de gratia vestra. Según Kratz, por medio de este
artificio el poeta está describiendo irónicamente el pasaje, haciendo alusión al de Dido, pues ni será un
laetus dies para la reina de los cartagineses (cf. V, 169-70: ille dies primus leti primusque malorum /
causa fuit) ni lo será para el rey de los hunos (cf. v. 380-90: ipso quippe die potum fastidit et escam /
nec placidis membris potuit dare cura quietem; además del “I told you so” de la reina Ospirin, vv. 374-
5: quod domino regi iam dudum praescia dixi / approbat iste dies, quem nos superare nequimus). Por
lo tanto, según Kratz (Mocking…, p. 30), el objetivo de este pasaje no es causar empatía sino
ridiculizar a Atila (vv. 394: veluti iaculo pectus transfixus acuto), a quien compara con una jilted, love-
sick woman, cual Dido (v. IV, 69: qualis coniecta serva sagitta). FLORIO (Waltharius, p. 33), además
del símil con Dido, también nos recuerda a Lucrecio y su descripción del hombre acuciado por la
angustia (Lucr., III, 1053-75). Por su lado, PARKES (“Irony…”, p. 464), a pesar de que asegura que
Atila es uno de los personajes mejor librados dentro de la ironía del Waltharius, lo tilda de un
henpecked husband, un mandilón. FLORIO (“Incoherencias…”, p. 152-3) dice que, como los cronistas
del período ya habían manipulado la figura de Atila según era su interés, fue muy fácil para el poeta
degradarlo e, incluso, travestirlo por medio de los símiles virgilianos, reduciéndolo así, como ya se ha
dicho, a una Dido, algo que un lector entrenado habría entendido sin problemas. Pero no sólo eso, pues
así como Dido auxilia a Eneas cuando su vida está en peligro y le ofrece reinar a su lado para quedar
finalmente abandonada, Atila también acoge a los rehenes, los pone al frente de su imperio militar y
recibe un trato injusto al final, quedando abandonado (ibid.). Además, según se infiere de las palabras
de Ospirin, queda también el imperio tambaleante, pues ha perdido su columna.
402 Como ya ha sucedido anteriormente, consideré que el que de patribusque vocatis no tiene otra
intención sino la de llenar el pie, por lo cual decidí no considerarlo para la comprehensión del texto o la
traducción del mismo.
403 Este dixerat es típico de Virgilio en primer pie de hexámetro; sin embargo siempre sigue a un
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diálogo mientras que en este verso, no. Su uso debe entenderse como dixit tanto en Virgilio como en el
Waltharius.
406 et tellure quidem stantem... onerarem = et ubiubi erit, illic eum onerabo
407 viam... clausissem = viam claudam = adeo thesauris locum implebo, ut non possit movere; vivŏ =
si vivŏ.- Dice ALTHOF (ad loc.) que, si se entendiera como dativo el vivo, tendría sentido como contraste
con el cadáver de Valtario que debe entregarse a cambio de la recompensa de oro, salvo por el hecho de
que el “precavido poeta” necesita una ŏ para acomodarla al verso vīvŏ tǎlēntīs. Por esta misma razón,
siguiendo a Peiper, prefiere la lección de vivo como primera persona del singular en analogía con la
expresión plautina y terenciana si vivo y la interpreta como “mientras yo esté con vida” en un sentido
de promesa. El problema que veo es que esta expresión si vivo en Terencio y Plauto es más bien de
amenaza, no de promesa. El poeta, sin embargo, lo pensó probablemente como esto último.
408-9 tyrannus = rex, princeps (aquí, 'príncipe').- Como he comentado más arriba (n. 43), el uso de
muchos vocablos griegos era usual entre los escritores medievales. Como aquí sería anacrónico usar
'tirano', he decidido optar por 'rey' o 'príncipe' o simplemente 'gobernante'. Si fuera el caso que el autor
se refiriera a un rey, éste sería un rey de alguna región fronteriza o algún gobernante aliado, puesto que
el único rey aquí es Atila.
Waltharium... praesumpserit insequier = Waltharium insequi auderet. Este uso de praesumere como
sinónimo de audere es raro y de uso posclásico.
418 §§ Según LEARNED (“Origin…”, p. 177), este pasaje de la ira de Atila podría ser la débil
reminiscencia de un elemento de la saga en que los hunos persiguen a Valtario, no los campeones del
rey Guntario, elemento que se separó de manera temprana y creció por diferente camino que el del
Waltharius.
421 §§ El viscum es una liga de caza hecha de las bayas del muérdago que funciona a modo de
pegamento. El fissum lignum es, según Thomas MILLER (ad loc.), una especial de trampa para aves que
consiste de una pieza de madera verde torcida hacia abajo por el medio con ambas mitades sujetadas de
la punta, de manera que cuando el ave llega buscando comida, ambas mitades se rompen al mismo
tiempo y le aplastan las patas. Decidí traducirlo por “cepo”.
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424 sub gurgite = sub unda.
§§ Aquí es muy probable que haya dos acepciones: la situación desesperada en que se encontraban,
comparable a una enfermedad mortal, y, por ende, a la muerte que los acechaba, tanto por el hambre
que sufrían como por la venganza del rey Atila. FLORIO (“Waltharius 1410-20…”, p. 71), sin embargo,
ve aquí un deliberado juego de palabras con labor, pues, por medio de un humor refinado, el poeta
elogia la resistencia a lo carnal, al usus virginis, el apetito sexual, explicado por el namque. Como se
encuentra entre la descripción de cómo cazaba a sus presas para comer y el señalamiento de su
abstinencia sexual, me siento inclinado a opinar lo mismo. Cf. n. 426-7.
§§ FLORIO (Waltharius, p. 32-3) explica este usu virginis diciendo que Hildegunda está cumpliendo
aquí la función instrumental (arcaica) de la mujer como simple objeto del poseedor, Valtario, el aspecto
quizá significativo de la moral cristiana: prelación del sacramento matrimonial con respecto a la
consumación carnal. Hildegunda ―continúa― está cumpliendo aquí el papel que le corresponde en la
sociedad medieval y lo logra al final casándose con el mejor de los guerreros.
431 vespere tum mediante.- ALTHOF no hace ningún comentario al respecto de esta frase, que no existe
en el latín clásico. Me basé, por lo tanto, en la traducción de SCHEFFEL (1834), que usa im
Abenddämerschein y que yo traduzco como “a la luz del crepúsculo”.
433 §§ Wormatia o también Vormatia (latinización del nombre dado por los celtas, Borbetomagus) es
la ciudad de Worms de hoy en día. MILLER (ad loc.) bien anota que el trayecto de Valtario y
Hildegunda de regreso a su patria es “muy farragoso”. La distancia de Tisa (cf. n. 96) a Worms es
alrededor de 950 km. Para recorrerla a paso apresurado, tomaría 25 km. por día, cosa que es, para unos
fugitivos, en realidad poco, sin olvidar que iban a caballo aun si fuera sólo de noche. D’ANGELO (n.
489-90; citado por FLORIO, Waltharius, p. 36) dice que el camino de vuelta no puede ser lineal o por
mejores tramos (pues podían pasar por Burgundia, tierra del padre de Hildegunda) pues corresponde no
a la ruta geográfica o cronológica sino a las agitaciones espirituales del héroe, el decurso del héroe,
como Eneas y Ulises.
434 naulum (gr. ναῦλον) = pretium solvendum ut aliquis navi vehatur. Aunque es un vocablo griego,
desde Cicerón se usaba (cf. Rab. Post., XL).
435 et mox transpositus graditur properanter anhelus = et mox in aliam Rheni ripam transvectus
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properat quamvis defatigatus.
437 portitor = nauta, qui alios transvehit; praefatam... in urbem = in urbem supra dictam.
El portitor es el único personaje no noble mencionado en todo el poema. No hay una clara explicación de por qué
llevaría una cuota a la corte de Guntario. Una posibilidad es que le pagaba al rey directamente más que por su
propio trabajo. Otra es que el pez, que era de una especie poco común en la región, sería una maravilla que al rey le
gustaría ver. […] Sea como fuere, el resultado de la conciencia del portitor es de gran peso para Valtario: su batalla
épica depende de la decisión del otro, su decisión de pagar la cuota y la coincidencia de que lo que llevó fuera un
pez extraño para los francos. Al poeta no parece molestarle que su narración dependa de un argumento narrativo
tan poco sustancial.
Si bien no niego la poco aparente importancia de este personaje secundario en el desarrollo de la trama
del Waltharius, no estoy totalmente de acuerdo en que el portitor esté pagando una especie de cuota al
rey, pues parece más bien ser un simple regalo que un pescador daría a su rey, puesto que estos peces
no eran endémicos.
442 isti͡us.
445 ipse = coquus; narrat, quod nauta dedisset = narrat portitorem pisces illos sibi dedisse.
451 veluti pugnae certum = veluti certum se pugnaturum esse cum aliquo.
454-5 et licet ingens / asportaret onus, gressum tamen extulit acrem = ingens onus asportans fortiter
ac constanter patiebatur gressum gravem.
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463 praesentes = hos, quos vides, rex.
469 e͡i.
470-2 §§ congaudete mihi…. Arthur HAUG (“Gerald und Erckambald…”, pp. 15-7) ve en estos
pasajes, y alrededor del hurto del tesoro, no un crimen digno de los peores castigos sino una toma de
tesoros y la entrega de éstos a su legítimo dueño, Guntario, a cuyo padre Atila se los había arrebatado
injustamente como botín de guerra. No niega, sin embargo, la arrogancia del rey, el querer arrancar de
las manos del héroe Valtario lo que él no había ido a reclamar con las armas. Para Haug, en el fondo de
esta toma de tesoros se encuentran los tesoros acumulados por Carlomagno luego de las victorias sobre
todos los pueblos que venció, un botín que se repartió entre muchos, incluidos clero y claustros. Cabe
recordar que él es partidario del Waltharius como obra de época carolingia, no otoniana.
§§ Estas líneas tienen una carga retórica muy grande pues es la primera vez que se introduce al rey
Guntario como un personaje activo ―recordemos que antes era sólo un niño que no podía vivir sin su
mamá y por esta razón fue Haganón a quien enviaron como rehén al exilio―. Desde el verso 470, se
dibuja por primera vez la personalidad del rey, comenzando por el congaudete mihi iubeo en claro
contraste con el congaudete mihi quaeso del humilde (por el momento) Haganón, primer rasgo de su
soberbia, ya anunciada por el ex hac ratione superbus del verso 468. Volviendo al verso en cuestión, la
carga retórica cae claramente sobre el primer espondeo, gazam, haciéndose así un pie duro. Luego se
hace hincapié en el transmisit, que no es un dedit o donavit; es decir, a los ojos de Guntario, su padre
Gibicón simplemente 'envió' este tesoro a Atila, pensando así poder reclamar lo que cree que es suyo.
Es aquí cuando comienza la verdadera comedia, si bien sangrienta, del Waltharius, cuando el soberbio
Guntario, sólo pensando en el lucro, parte para arrebatar al héroe lo que robó y de paso a su mujer.
Haganón, por su parte, quedará en una terrible indecisión: combatir a un amigo o desobedecer a su
señor, tradiciones que, como bien apunta MILLER (ad loc.), eran sagradas en la cultura germánica. Esto
se ve claramente en el verso 633, cuando, a pesar de que Haganón se enoja con justicia contra su señor,
el autor se pregunta si es justo que un vasallo albergue sentimientos negativos contra su rey: si tamen in
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dominum licitum est irascier ullum.
472 cunctipotens = omnipotens.- Adjetivo del que Prudencio, en su Peristephanon, VII, 56, se vale
para describir a Jesús: Iesu cunctipotens.
§§ Podría aquí pensarse en una deliberada ambivalencia, pues mientras cuncipotens refiere a Jesús /
Dios, quien trae de vuelta los tesoros del rey Gibicón (como una especie de justicia divina hacia el
difunto rey y el presente), el potens también se encuentra en adjetivos que califican a Valtario mismo
(cf. bellipotens 917, potens 1387). Por lo tanto, ¿quién trae los tesoros, Dios o Valtario? Esta
ambivalencia no es inusitada en el Waltharius: cf. n. 552, donde no es claro quién es el que ayudará a
Valtario a poner en fuga a sus enemigos, Dios o su espada (hic valet hic hostes, credo, confundere
nostros).
§§ Recordemos el pasaje donde Atila convoca a los mejores ―o más bien prácticamente a quienes se
atrevieran― para capturar a Valtario; nadie sin embargo osa enfrentarse al héroe dado que conocían sus
proezas en la guerra y sabían que no podían vencerlo. El contraste aquí es Guntario con sus doce
guerreros (¿alusión bíblica?), quienes, al ignorar contra quién están a punto de enfrentarse, sufrirán
enormes pérdidas de amigos y familiares. Los mueven, pues, la codicia y la ignorancia, que se
convertirán luego en la necedad de Guntario, el antimodelo de cualquier rey prudente. El único que
conoce los riesgos es evidentemente Haganón, la voz de la cordura, hasta que él mismo se deje llevar
por las circunstancias.
478 antīquae fĭdĕī.- La única forma en que queda este verso es con un alargamiento de la i y una
abreviación de la e, que sería por naturaleza corta, fĭdĕĭ, salvo en algunos casos en los que se convierte
en fĭdēï (cf., Lucr., V, 102: nec iacere indu manus, via qua munita fidei). Éste es un extraño caso de
metátesis cuantitativa, seguramente metri causa.
479 nititur a coeptis dominum transvertere rebus = conatur dominum suum de eius propositis
dissuadere.
480 Que el autor use tres adversativas, tamen, econtra y nihilominus en la misma oración podría sonar
un poco chocante, pero a mí me parece un recurso retórico extraordinario para insistir en la necedad de
Guntario. Decidí dejar este efecto en mi traducción.
482 §§ squamosus thorax, literalmente una armadura 'escamosa'. Cf. MILLER (ad loc.):
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Esta imagen no sólo captura la apariencia de las finamente tejidas armaduras germánicas sino también implica una
interesante asociación reptil de Haganón y sus hombres. Los dragones, un símbolo tradicional de codicia, suelen
describirse por medio de sus escamas impenetrables (como en Beowulf, II, 2574-2680). Al ponerse las escamas,
Guntario y sus hombres se transforman en algo menos que un hombre, en semibestias mutadas por la avaricia. En
la literatura medieval se imagina algunas veces a los dragones como una versión demoniaca de los hombres. En la
literatura medieval inglesa tardía, en el romance de Bevis de Hampton, dos hombres codiciosos son transformados
por el Diablo en dragones y aterrorizan Alemania e Italia.
§§ Sobre la situación geográfica de ese lugar, cito a Adrien VENDEL (1893) en su traducción del
Waltharius:
¿Dónde se debe buscar este Wasigenstein, la roca de los vosgos, que sirvió a Valtario de refurgio y vio sus
combates contra los francos? Grimm señalaba el Framont, entre Shirmeck y Raôn-sur-Plaine. Uhland, el caminante
infatigable, como él mismo se designa en uno de sus poemas, descubrió y señaló a dieciocho leguas al norte de
Framont, entre Bitche y Wissembourg, no lejos del pueblo de Nidersteinbach, un lugar con el nombre de
Wasenstein, que le pareció corresponder a la descripción dada por el poema.
suetum.- Considérese la u de suetus como una semiconsonante. Esto se atestigua desde Virgilio (cf. Æn.
V, 402; V, 414 con suetus en el sexto pie).
496 §§ Una acusación, quizá, con la que el poeta llama a Valtario, que se refugiará en esa caverna, un
ladrón cruento.
504 §§ virginis in gremium fusum.- Esta escena, en la que Valtario descansa su cabeza sobre el regazo
de Hildegunda, se ha considerado de tipo idílico en el imaginario caballeresco y se ha encontrado en
algunas épicas a lo largo de Europa: en la balada húngara Ana Molnár, en la épica antigua turca sobre
el héroe Targhyn, en el Parzival de Wolfram von Eschenbach (1200) y en el Sir Balin and Sir Balan de
70
Sir Thomas Malory (1470, basado en fuentes francesas del siglo XIII). Esta escena idílica también se
encuentra en una placa dorada perteneciente a la colección del zar Pedro I, hoy en el museo Hermitage;
en ella, un guerrero descansa sobre el regazo de su amada, acompañado de un sirviente y dos caballos.
Es interesante mencionar que esta placa es de origen sármata, estos pueblos de las estepas que llegaron
a las fronteras de Roma en el s. I d.C. Uno de estos pueblos fueron los yaciges, con quienes Marco
Aurelio en el año 175 pactó y a quienes les permitió asentarse en Lancashire, Inglaterra. Estos nómadas
domadores de caballos antes habitaban más y nada menos que la Panonia (!). Como dato curioso, un
veterano general de Panonia, Lucio Artorio Casto (s. III), fue asignado a este puesto en Lancashire y los
sármatas lo aceptaron de buena gana por serles familiar; este nombre de Artorio quedó, quizá, como
una especie de título, que luego llegaría a nosotros bajo la figura del legendario rey Arturo y sus
caballeros de la mesa redonda, descendientes literarios de la real caballería sármata. La costumbre
supuestamente huna (o, mejor dicho, panónica) de cargar con dos espadas también se encuentra
plasmada en estas placas de oro; además, para continuar con las curiosidades, Perceval y Sir Balin
también cargan dos espadas cada uno. Cf. Helmut NICKEL, “The Dawn…”, pp. 151-152.
515 exultansque animis frustra sic fatur ad auras = frustraque animo exultans sic ad auras fatur.
537 Usando la definición de glaucoma encontrada en Prudencio en ham, 90: est glaucoma, aciem quod
tegmine velet aquoso.
541 ad pugnam telis prolusit amaram = telis lusit antequam pugna vera amaraque inciperet.- El verbo
proludere indica un entrenamiento anterior al hecho para el que se está entrenando.
547 nulli͡us.
71
548 cruor innocuus [Hiltgundis].
552 §§ qui [gladius].- KRATZ (Mocking…, p. 47) ve aquí un ingenioso juego de palabras con el
relativo qui de esta manera: el verso 552 hace una clara alusión a la Vulgata en 2 Cor. 1.10: qui de
tantis periculis nos eripuit, donde el antecedente es Deus. El lector avezado capta inmediatamente la
referencia a este pasaje bíblico. Sin embargo el juego viene con la gramática, pues el antecedente
inmediato del qui me de variis eduxit saepe periclis es el gladius con el que pretende defender a
Hildegunda según sus palabras ―si bien no es desacertado pensar en las verdaderas intenciones de
Valtario de cuidar su tesoro a toda costa―. Según el mismo autor, la ambigüedad que usa el poeta es
intencional para confundir no a los hostes sino a quien no lee entre líneas. Para Kratz, éste es un claro
ejemplo de cómo Valtario niega su fe en Dios y la deposita en su propia mano. Si creemos que el símil
de Valtario con un oso rodeado de perros (vv. 1337 ss.) es una alusión al Mecencio descrito por Virgilio
como un jabalí también rodeado (Æn., X, 707-714) y que un poco más adelante (Æn., X, 773-774)
Mecencio invoca su mano derecha como un dios (dextra mihi deus et telum […] / nunc adsint!),
entonces la referencia está completa, pues así como Mecencio confió en su diestra como en un dios y le
falló, de la misma manera Valtario, abandonando su fe en Dios, se valdrá sólo de su mano derecha y la
perderá como castigo. Ambos símiles, el de la Biblia y el de la Eneida, se conjugan con bastante
coherencia; lo que parece excesivo es la opinión de Kratz de que Valtario está implícitamente “negando
su fe en Dios”. La ambigüedad no parece rebasar el nivel irónico para dirigirse hacia una acusación
moral del héroe.
560 §§ interius.- La edición de Strecker presenta inferius stanti, que podría signficar “A Hildegunda,
que estaba parada más abajo” en relación con la posición de Valtario. Sin embargo, la fácil confusión
en los manuscritos de “f” por “t” me llevó a consultar el aparato crítico de Peiper, en el que se consigna
interius, que, a mi parecer, va más de acuerdo al texto, ya que Valtario se dirige a la entrada de su
guarida (559 introitum stationis adibat), por lo que Hildegunda, temerosa, se queda dentro (interius).
563 praesūmet se impūnĕ gǎzae quid tollĕrĕ tantae.- Aunque la a de gaza es normalmente larga, aquí
se considera breve. Cf. v. 617.
§§ Anunciando en el verso 561 que dirá algo soberbio (verbum superbum), Valtario aquí muestra su
72
verdadera cara: él no puede saber con qué intención vienen los francos pero la supone, es decir
arrebatarle el tesoro que robó del palacio de Atila. No sólo los llama 'buenos para nada, bribones'
(nebulones) sino también, en un típico acto de hombría, jura que ninguno de ellos podrá presumir a su
esposa que pudo arrebatar al héroe siquiera un poco de su tesoro. Volvemos al eje de la narración: el
tesoro. Y aunque Valtario en los versos 564-5 pide perdón por su soberbia, en un acto de humildad
cristiana, veremos pronto cómo todos los personajes, inclusive los más virtuosos, se rebajan al mismo
nivel de Guntario.
578 homōnem = hominem. Esta forma se encuentra sólo una vez, en Ennio, ann., II, 125.
579 si Waltharius remoratur ibidem = si Waltharius talis est, qualis antea erat.
587 Kimo.- Nombre monotemático originario de Alsacia-Lorena, derivado del alto alemán kumo,
esforzado. Cf. FLORIO, 2002, ad loc. y DE CUENCA, 1998, p. 64.
593 [Guntharium] me misisse tuas quaesitum pergere causas = me misisse a te / de rebus tuis
quaesitum.- Como se ve el uso de pergere luego de misisse es innecesario, dado que el mismo verbo
mittere permite la construcción con el supino.
597 Walthǎrĭūs vŏcŏr, ex Ăquĭtānīs sum gĕnĕrātus.- En realidad debería ser Ăquītānīs pero el poeta
hizo breve la i para acomodarla en el verso. Cf. v. 77.
73
603 vitam concedet et artus [= membra] = vitae tuae parcet / te vivum servabit.
605-6 stultius effatum me non audisse sophistam / arbitror = non arbitror me umquam audisse
oratorem stultius aliquid dicere. Cf. v. 104: en memoras, quod princeps nescio vel quis / promittat,
quod non retinet nec fors retinebit = ecce autumas principem nescio quem id promittere, quod non
possidet neque umquam possidebit [sc. vitam meam]
concedere vitam / possit? = vitae meae parcere possit?; num manibus tetigit? = num manum mihi
iniecit?
616 narrat quod protulit atque resumpsit = narrat id, quod dixit quodque Waltharius respondit.
618 hac potis es decorare, pater, te concomitantes = hac [gaza] poteris, rex, nos, qui te comitamur,
honorare.
621 §§ La imagen del sueño profético se atestigua desde la Antigüedad latina. Un pasaje de la Tebaida
(IV, vv. 396-400) parece ser la alusión a la que se refiere el poeta del Waltharius, en la que una bacante
ve en sueños la pelea entre dos toros:
[…] similes video concurrere tauros;
idem ambobus honos unusque ab origine sanguis;
ardua conlatis obnixi cornua miscent
frontibus alternaque truces moriuntur in ira.
“[…] veo entrar en combate a dos toros parecidos;
ambos son de la misma nobleza y su origen de la misma sangre;
mezclan sus árduos cuernos chocando sus agachadas
frentes y, crueles, mueren en mutua ira.”
74
Este sueño profético de la bacante anuncia los hechos que ocurrirán más adelante (Theb., XI, 530-38),
en los que los hermanos Eteocles y Polinices se matan entre ellos, iguales a jabalíes salvajes (cf. n.
1337). De la misma manera, el sueño de Haganón en el que ve a uno oso ante el que pierden ciertas
partes del cuerpo se cumplirá en la figura de Valtario.
Según Alexander Haggerty KRAPPER (“The Dreams…”, p. 134), uno de los sueños de Carlomagno en
la Chanson de Roland se inspira directamente de este sueño de Haganón con temática de animales
como señales portentosas, propia de influencias de la antigua épica teutónica. Sin embargo, como
hemos visto con el pasaje de la Tebaida, la aparición de animales no es propia de la épica teutónica sino
también de la antigüedad clásica.
625 cum poplite = cum genu.- Prolepsis de los acontecimientos que acaecerán a partir del verso 1364.
628 Hagathien.- Padre de Haganón, en contraste con el Cantar de los Nibelungos, donde es Aldrian.
Cf. FLORIO, 2002, ad loc.
637 eventus = exitus; nec consors sim spoliorum = nec spolia sortiar.
642 scio tu vir fortis et audax = scio te esse virum fortem et audacem.
643 et bello devictum mox spoliato = et illum, cum pugna deviceris, spolia.
648 vel = et. Según MILLER (ad loc.), el uso de vel es sólo para evitar la elisión de la m y alargar la
sílaba.
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adventare = appropinquare.
652 Muchas ediciones eliden este verso, dado que es una repetición del 647.
677 sentit = sensit; furit = furuit.- Si bien es muy raro encontrar el perfecto de furere en la épica,
decidí en el comentario dejar esta forma sólo por cuestiones de consecutio temporum.
681 satagit divellere dextram = dextram difficulter divellit / difficile ei est divellere dextram.
683 capulus = est ensis pars, qua manu tenetur; capulo tenus ingerit ensem = in Camalonem ensem
recondit capulo tenus.
690 haec me prae cunctis heu respicit actio rerum = meum, non ceterorum [commilitonum] est haec
agere.
693 nec quisquam alii succurrere quivit = nec alter alterum iuvare poterat.
711 effreni... equo = effreno equo.- Esta forma extraña de effrenus, -a, -um viene de un effrenis
atestiguado en effrenis mula, Plin. VIII, 44, 69. Dado que en el aparato crítico no viene ninguna
variante con effrenoque, decidí conservar la de todas las ediciones.
712 libratum vulnus.- El verbo librare tiene como objeto, por lo general, las armas que se están
blandiendo. Sin embargo, en un pasaje de la Aquileida (II, 135), dice Estacio vulnera librare, una
sinécdoque de efecto por causa. Para efectos de traducción, en español opté por “blandiendo la espada”.
719 fecit cognatum pariter fluitare cruorem = fecit simul fluere sanguinem Scaramandi patruique
Camalonis.
729 Cf. Ilias Latina, vv. 344-7: dumque inter sese proceres certamen haberent, / concilium omnipotens
habuit regnator Olympi / foederaque intento turbavit Pandarus arcu, te, Menelae, petens.
731 haud aequo Marte = iniqua pugna; nam alter sagittis, alter gladio pugnat.
735 El sentido de in austrum es poco claro, pues en el corpus siempre refiere a posiciones geográficas
de vientos y estrellas. Si quisiéramos entenderlo así, significaría que dirige su escudo 'hacia el sur', pero
dado que no sabemos de la localización de la batalla prácticamente nada, es altamente improbable. Es
más plausible que quisiera decir 'ad auras', 'hacia los vientos', es decir, 'hacia adelante'.
77
749 accurrīt jŭvĕnīs // ĕt ĕī….- El alargamiento de it se da por el encuentro con la semiconsonante de
iuvenis; el alargamiento de is se da por cesura semiquinaria.
§§ Equifrido se está burlando del nombre de Valtario, pues en alemán Wald-Herr es el señor del
bosque, un fauno o sileno de la mitología grecolatina. Varios investigadores que defienden la tesis del
autor del Waltharius como un hombre de origen germánico se sostienen sobre este tipo de juegos de
palabras que sólo son propios de una persona que pensara en esa lengua. Otros ejemplos saldrán más
adelante como cuando Valtario llama a Haganón paliurus, otro juego de palabras. Cf. El autor del
Waltharius.
765 Celtica lingua.- ALTHOF (ad loc.) piensa, junto con otros autores a quienes sigue, que es raro que
un anglosajón, como Equifrido, sea identificado con los escoseses; por esta razón indudablemente
Celticus significa simplemente extranjero. Celtica lingua probat es, por lo tanto, “tu acento extranjero
prueba…”. FLORIO (ad loc.) indica, por su parte, que los celtas eran aficionados a los juegos de
palabras, como indica el siguiente verso con ludendo. He decidido traducirlo como “lengua celta”, pero
tampoco tengo suficientes datos como para una opción definitiva.
772 El amentum era una especie de correa que se amarraba a los proyectiles para arrojarlos con mayor
fuerza. Aun así se rompió al tocar el escudo de Valtario, prueba de la virilidad de éste, superior a la de
aquél.
788-9 qui praebuit aequam pugnandi sortem = qui praebuit [Walthario] aeque pugnandi facultatem.
78
Para mejor entender el sine more, podemos referirnos a los tres pasajes de la Eneida donde aparece (V,
694; VII, 377; VIII, 635) y cuya interpretación más cercana sería la de 'sin precedente', 'sin igual' en el
entendido de que rompe con la costumbre (mos).
797 neque enim is teli seu vulneris auctor.- El uso de esta tercera persona para referirse a sí mismo
está en el verso 796 con el propius stantis. Pasaje muchas veces discutido e interpretado de diversas
maneras. Cf. FLORIO, ad loc., quien menciona las diveras maneras como se ha traducido en diferentes
autores (Santoli, D’Angelo, Vogt-Spira, Vollmann); todos, en general, apuntan a la interpretación de
“aquí viene uno que usa otras armas y reparte otras heridas”. Yo he optado por la misma.
820 scelerum cruciamina pendes = crimen, culpam pendes; crimine / scelere solveris.
829 mirantur Franci, quod non lassesceret heros = mirantur Franci heroa non fatigari.
833 hoc ictu memorans semet finire duellum = hoc ictu se credens duellum finiturum esse.
841 ambis = ambabus.- Justamente el gramático del siglo II, Flavio Capro, en su de ortographia (107)
indica ambobus, non ambis, producto de la analogía con el ablativo de la segunda declinación.
857 Cf. Prud., psych., 478-9: nec parcit propriis amor insatiatus habendi / pignoribus. La edición de
Strecker hace concordar fames, un sustantivo femenino, con insatiatus; sin embargo, es más natural
pensar que el predicado va con gurges avaritiae, sustantivo masculino.
Según KRATZ (Mocking…, pp. 37), el discurso de Haganón es el centro temático de toda la obra,
79
inteligentemente puesto cerca de la mitad de la misma, pues versa sobre el tema de la avaritia que
condena a los hombres a caer en una horrible muerte (mortem… incurrere turpem) como es el caso de
Patavrid y de todos los guerreros que morirán por la mano de Valtario. Recordemos cómo Haganón
trató en vano de disuadir a Guntario de atacar a Valtario conociendo su fortaleza y recordando el sueño
profético del oso que mutila a ambos. Haganón parece ser el único personaje provisto de la suficiente
prudentia como para prever más o menos el resultado de la batalla y en ningún momento se le describe
como superbus, si bien el deseo de venganza, más que la obediencia a su señor, lo empuja a luchar
contra su antiguo camarada de armas. Para KRATZ (Mocking…, p. 39), el poeta logra con esto dos
cosas: critica el código heroico de los germanos, basado en la avaritia, y Haganón mismo se vuelve
objeto de su crítica a la vanagloria al decir más adelante, cuando está por enfrentar a Valtario, en aut
oppeto sive aliquid memorabile faxo: si bien busca vengar la muerte de Patavrid, al mismo tiempo
busca hacer algo memorabile, y así queda manchado por la misma gloria que condenó más atrás. Kratz
pretende dejar muy en claro la crítica a las riquezas y a la codicia en la figura de Patafrido, pero que
también va dirigida a Guntario y, por qué no, a Valtario mismo, que, si no hubiera robado el tesoro de
Atila, no habría sufrido semejante destino.
Rubén FLORIO (“Incoherencias…”, p. 158) opina que, para la tradición germana, la riqueza material y
la gloria no constituían desdoro alguno, por lo que el relato original no habría causado ningún repudio.
Sin embargo, el autor, un supuesto germano pero también cristiano, con este discurso, basado en la
psychomachia y la hamartigenia de Prudencio, ocasiona una ruptura reflexiva en la secuencia de los
combates marciales, cuya característica es la irracionalidad.
Tenemos, pues, un discurso, deliberadamente enunciado a la mitad de toda la obra, que habla sobre la
avaritia en la boca del único personaje que, hasta este momento, se ha mostrado reflexivo; discurso,
también, que toma muchos elementos tanto léxicos como temáticos de la obra del poeta cristiano
Prudencio. Mucha razón parece tener Kratz cuando habla de la condena de Haganón hacia la codicia,
pues no sólo su posición sino también su extensión es bastante considerable, dado que es el monólogo
más largo de toda la obra. Sin embargo, quizá sería prudente no cargarla de tanta severidad, pues, si la
codicia hunde las almas “nacidas del cielo” en los hornos del Érebo (v. 867), ¿por qué no mueren
Valtario y Guntario al final de la obra? Más aún, ¿por qué sólo quedan heridos los tres personajes y dos
de ellos, Haganón y Valtario, hacen chascarrillos de niños en referencia a sus deformidades? El tan
enigmático final, del que se hablará más tarde, y aquel verso del prólogo, el ludendum est, parecen ser
la clave para descifrar esta obra: las contradicciones de los personajes apuntan a una obra de
entretenimiento sin un contenido demasiado moralizante. Cf. La ironía en el….
80
858 fibra = principium, elementum.
869 de te = a te.
904 finis erat, nisi quod... accubuit... cavebat = finis fuisset, nisi quod... accubuisset... cavisset.
910 impete (< impes*, -tis, -te) = impetu.- Sustantivo poco frecuente en el latín clásico, que se
atestigua desde Levio, de quien se conservan fragmentos, y Lucrecio (IV, 416; 903).
81
934 atquĕ mǎgīs // īrārum….- Alargamiento de is por cesura semiquinaria.
947 partus = paratus.- Esta forma es medieval. Cf. gesta Tancredi apud Marten. tom 8. Anec. Col 169:
ille ciens supplete novos, supplete caballos / arma viros et eques simul invenit omnia parta. Cf. DU
CANGE s. v. partus.
mentem quisque meam sibi vindicet = quisque vestrum eadem atque ego suscipiat.
951 nunc ardete, viri, fusum mundare cruorem [amicorum] = nunc ardete, viri, amicorum mortem
ulcisci.
952 sanguem = sanguinem.- La forma sanguem se atestigua en las inscripciones de los Fratres
Arvales. Existe otra forma, sanguen, que aparece en Enio.
Sobre el cuento de Wieland, véase J. Grimm, Deutsches Mythologie, Göttingeh: Dieterichsche Buchhandlung,
1844, vol. 1, pp. 349-352. Como forjador mitológico, Wieland es análogo al Hefesto homérico (Il., XVIII, 368-384
y 468-477) y al Vulcano de Virgilio (Æn., VIII, 439-453), los que forjan la armadura para el héroe de la épica
correspondiente. Althof (1905) hace notar que el cuento, originario de la Germania Baja, ya estaba lo
suficientemente divulgado por toda Europa del Norte para finales del siglo VII. […] Se cita al rey Alfred como una
fuente de este Wieland, pues su traducción de de consolatione philosophiae de Boecio latiniza el nombre de
Wayland a Fabricius […]. Esta traducción fue probablemente una asociación de Fabricius con faber para adaptarlo
al lector anglosajón. Véase además la misma asociación de faber con el mismo pasaje, Wielandia fabrica. […] En
Bradley 1990, pp. 42-43, Bradley asegura que los orígenes de Wieland son grecolatinos, una adaptación de la
82
historia de Dédalo del siglo V a lo largo del Danubio en la Austria moderna.
969 nec tamen fuerat galeam sumpsisse facultas = neque galeam resumere potuit.
980 ne fiat ista tuae de me jactantia sponsae = ne te de me uxori tuae iactes.- Cf. vv 562-3.
981 vix effātūs haec.- El alargamiento de us es extraño, así que lo he considerado metri causa.
983 §§ tridentem.- ALTHOF (ad loc.) sugiere que sea una pesada lanza con espúas como las que usan
los francos. La hace equivalente a un ango, -onis. DU CANGE (s.v. angones), citando una cierta obra, la
define así: brevia tela quae ipsi [Franci] angones vocant; cuius pars maior ferro obducta est, ita ut ex
ligno aliquid praeter membrum vix extet: in superiori ferro tamquam hami utrimque sunt, et deorsum
vergunt, “dardos breves que los francos llaman angones. En su mayor parte, están rodeadas de hierro,
de manera que apenas haya una pedazo hecho de madera; en la punta del hierro, hay como unos
ganchos, que salen de ambos lados, y apuntan hacia arriba”. Las llama también securiculae, en francés
“haches”. Como los angones están descritos como que tienen hami utrimque… et deorsum vergunt,
ganchos que salen sin especificación de número, los tridentes quizá tenían tres de éstos, que son las
púas de la descripción de Althof, en la que la lanza es “pesada” por la cantidad de metal que contiene,
como dice Du Cange. A esto, agréguese una cuerda sujetada a la lanza para que, una vez que alcance su
objetivo la punta y quede clavada a éste, se pueda arrebatar el objeto de su usuario o tumbar al
adversario si, por ejemplo, la lanza se clavara a su escudo y su usuario se aferrara a éste.
985-6 dum = cum; consiliumque fuit... [ut] cuncti pariter traxisse [= trahere] studerent.
988 certum sĭbĭ spē pŏsŭērĕ trĭumphī.- Mismo caso que con la st que no alarga la sílaba, la i final de
sibi se queda corta a pesar de ser seguida por el grupo consonántico sp. Cf. n. 349.
83
§§ Este tipo de serpientes “voladoras” se arrojaban desde los altos árboles hacia sus presas, como
atestigua Plinio el viejo (nat., VII, 85): iaculum ex arborum ramis vibrari […] ut missile volare
tormento, “el iaculus se arroja desde las ramas de los árboles […] y vuela como un dardo arrojado con
una balista”. Esta misma característica es la que nuestro poeta describe en los siguientes versos.
994 quo cuncta obvia vincat = ut omnia, quae obvia sint, vincat.
1000 §§ aesculus.- El símil está tomado de Virgilio (Æn., IV, vv. 441ss.), en el que se compara la
mente inamovible de Eneas (v. 449: mens immota manet) con una encina, quercus. Difiere en que no es
la fortaleza mental sino la corporal de Valtario la que el poeta compara a la encina, pues él solo lucha
contra cuatro (cf. FLORIO, Waltharius, p. 38).
De acuerdo a Schröder (1931, pp. 150-151), Eleuthir […] es análogo al griego ἐλεύθερος, lo cual da como
resultado un juego de palabras doble con ‘franco’ que también significa ‘libre’. Schröder (ibid.) indica que uno
esperaría Eleuthir como el apodo y no Helmnod. […] Es probable que la mención de ambos nombres en la misma
persona refleja diferentes tradiciones (orales) del Waltharius.
absque Haganone locum rex supplevit duodenum = rex Haganonis locum supplevit ut duodecimus
pugnator.
1016 framea = ensis. Si bien framea en latín clásico significa 'lanza', en latín tardío pasó a designar la
espada. Ésta parece ser la acepción de la palabra en este contexto, puesto que en el verso 1018, al atacar
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a Eleuthir, “rompiéndole su casco desparramó su cerebro y cortándole / la cabeza misma le abrió el
pecho y su pobre corazón”, una hazaña altamente improbable si de una lanza se tratara.
Como el athleta del verso 962, el poeta hace uso de una palabra consignificación claramente cristiana. […]. En la
Biblia se usaba como metáfora de lucha moral. […] Poco después agon pasó a significar la lucha de los mártires
(bastante propio, pues muchas veces terminaban luchando en la arena) […]. ¿Cuál es el significado de athleta y
agon, tan cercanos uno de otro, siendo palabras con connotaciones distintivamente cristianas en una descripción
secular de una batalla? Es interesante porque athleta se usa para tres partidos: Randolf, uno de los hombres de
Guntario; luego Valtario; y finalmente Valtario lo usa para describir a Haganón. Esto significaría probablemente
que están en una lucha no de Wasigenstein sino de su propia vida. Cada uno de ellos está batallando, a su manera,
contra el pecado: Randolf contra su codicia por el tesoro, Valtario contra su arrogancia y Haganón contra la ira
producto de los insultos de Guntario. Cada uno está envuelto en una batalla moral, de manera aque pueden decir
junto con Cipriano (ad Quirinum, III, 16): bonum certavi agonem, cursum perfeci, fidem servavi.
1036 vacuaverat aedem = viridem nudavit vaginam.- No hay otro testimonio conocido de aedis como
sinónimo de vagina; en realidad, una glosa interlineal es la que indica su significado (cf. ALTHOF ad
loc.).
1043 ad scutum mucronem hic tollito nostrum = tolle ensem nostrum, qui scutum iam habes.
pergenti = fugienti.
1051 hŭmĕrumque ējus dē cardĭnĕ vellit = humerum eius a spina [= corporis parte] devulsit.
1055 sui [= Trogi] victorem.- Genitivo objetivo del pronombre reflexivo, pues victor proviene del
verbo transitivo vincere y, al ser Trogo el mismo sujeto del genitivo objetivo dependiente de victorem,
debe usarse el reflexivo. Cf. Cic., Tim., 47: itaque cum accepissent inmortale principium mortales
animantis, imitantes genitorem et effectorem sui particulas ignis et terrae et aquae et animae a mundo,
quas rursus redderent, mutuabantur…
85
1057 transfer = refer.
§§ Ésta es uno de los más crudos ejemplos de la gloria burlona de Valtario: no sólo le ordena a su
enemigo morir sino también explicar a sus compañeros que los ha vengado a todos, lo que no fue el
caso. A pesar de ser una escena cruda, no deja por eso de ser cómica, a su manera, la orden de Valtario
a Trogo si imaginamos al pobre guerrero derrotado llegando al lado de sus amigos para contarles cómo
les falló a todos.
1059 Las interpretaciones que enumera MILLER (ad loc.) de este verso son varias: por torquem collo
cicrumdedit algunos entienden que Valtario tomó un collar de oro y ‘circundó el cuello’ de Trogo, es
decir, lo estranguló, pero no he encontrado una justificación para seguir la misma línea; otros opinan
que el torques aureus es más bien uno sangriento, pero ésta es la menos convincente para mí, pues no
se sustenta en nada más que la suposición del brillo del oro comparado al de la sangre que emana de
una herida; la tercera es que él circunde su propio cuello con el torques aureus como señal de victoria.
Esta parece ser la intepretación correcta, como lo atestiguan muchos pasajes de la literatura latina en
que los torques aurei (o aureae) sirven de despojo de guerra para los victoriosos. Sirvan de ejemplos:
Varro, Vat., fr. 62; Liv., XXIV, 42, 8, XXXIII, 36, 13, XXXVI, 40, 12, XL, 14, 2, y el famosísimo
pasaje de cómo Torquato obtuvo ese nombre al arrebatar al galo matado por su mano su torques aureus
en señal de victoria, per., VII, 17; Plin., nat., VII, 102; Suet., Aug., 43, 2, entre otros. Esto nos llevaría
pensar en la señal de victoria sin ningún problema, pero es extraño que el autor del Waltharius haya
descrito siempre las muertes de los otros guerreros pero no la de Trogo. Sin embargo una cita de
Estacio (Theb., X, 514 ss.), en que describe la muerte de Ormeno, puede esclarecer el asunto: […]
colloque decorus / torquis in hostiles cecidit per uulnus harenas, “y el decoroso collar cayó de su
cuello a través de la herida en las arenas del enemigo”. Estamos, pues, ante una escena de decapitación.
Dado que, como es bien sabido, el autor del Waltharius era un lector avezado de la Tebaida, es
probable que conociera este pasaje. En esto me baso para afirmar que en este verso el anónimo describe
tanto la decapitación del vencido Trogo, siguiendo a Estacio, como la victoria que de éste tomó
Valtario, siguiendo a los demás escritores latinos. KRATZ (Mocking…p. 43) opina que ése es el
significado de la expresión, la decapitación de Trogo.
1094 erubuit domini vultum = erubuit propter regis vultum; replicabat honorem = memorabat
honorem.
1095 si... sibi parceret = si se a pugna abstineret [ut semet ipsum servaret].
1097 sīc vōcĕ rĕfūtat.- Otras lectiones tienen rĕspondit. Si bien este fenómeno por el que una sílaba no
alarga ante el grupo consonántico sp (cf. n. 988), siempre sucedía en palabras diferentes (sibĭ spe…) y
no en una sola palabra como respondit. La otra lectio que trata de corregir esta “anomalía” es la de
refutat. ALTHOF (ad loc.) opina que este intento en algunas ediciones de corregir el refutat con
respondit no tiene razón de ser, pues en el Waltharius se encuentra siempre esa sílaba como larga en
derivados del mismo verbo como rēsponsum, rēspondere, cantidad que, además, es por naturaleza larga
(cf. LEWIS & SHORT, s. v.). Siguiendo el sentido del discurso que Haganón pronuncia, el refutat tiene su
razón de ser, pues, aunque asegura que seguirá a su señor adonde sea (quo te sequar, inclite princeps?),
al mismo tiempo, sabe que el rey Guntario pide lo imposible (quae nequeunt fieri…), toda vez que
Valtario, en la posición en la que se encuentra, es imposible de vencer, por lo que propone la retirada
simulada para que su invencible enemigo salga de su escondite. También reclama que el rey se
preocupa más por su propio honor (te plus doluisse pudore) que la muerte de sus camaradas (quam
caedis damno) y ni así pretende cambiar de opinión (nec sic discedere velle), razón por la que Haganón
experimenta compasión por el rey (compatior). Además, por naturaleza la vocal e de refutare es breve
(cf. op. cit.). Es por este motivo que he escogido la lectio de rěfutat en vez de respondit, pero, salvo si
se sigue estrictamente a Althof, ambas son igualmente posibles, considerando que no siempre se
conservan las cantidades de las palabras en el Waltharius, siguiendo las reglas de prosodia de la
87
Antigüedad.
1106 sic his ceu fecerat istis = ut istis [qui iam mortui sunt], sic et his fecisset.
1111 quae tamen aut nusquam ostendit se sive coacte = quae [via ad vincendum] nusquam patefiet nisi
eam ipsi patefaciamus.
1115 ast hic me penitus conflictu cedere noris = scito me hic confligere nolle.
1117 positi in speculis [< specula, -ae] =positi ad conspiciendum atque insidiandum;
1127 oscillo = osculo.- En latín clásico, oscillum es una cavidad de ciertas legumbres pero según DU
CANGE (s.v.), oscillum en latín tardío significar osculum y parvum os.
1131 §§ Thile = Thyle ο Thule (gr. Θούλη ο Θύλη).- La región más lejana conocida para los antiguos,
que muchos sitúan en Islandia. Plinio el viejo (nat. II, 187) recoge un testimonio cuando habla de días y
noches tan largos como seis meses.
1132 Hiberi, si bien podrían ser los españoles, también podrían referirse a los Hibernii, es decir los
irlandeses, lo que tendría sentido con los Scottigeni, los escoceses. DU CANGE (s.v. Hibernicus) dice pro
Ibericus. Parece haber sido una confusión común.
1134 Hespĕrŏs [< Ἕσπερος] = Hesperus, Venus del atardecer. En realidad no es Venus sino la luna la
que obvertit cornua.
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Ausonidīs (gr. Αὐσονίς) [ora] = Italia.- El alargamiento de is es por cesura semiquinaria.
1135 satelles = custos.- Decidí traducir por 'guardián' pensando en que en este momento se encuentra
resguardando a Hildegunda como un σωματοφύλαξ, un custos corporis (FORCELLINI y DU CANGE s.v.
satelles), recordando el juramento que le hizo cuando le pidió que la asesinara para que el enemigo no
la capturara (v. 545 ss.).
Tomemos en consideración que Nidersteinbach se encuentra a veinticuatro kilómetros de Worms en línea recta.
¿Cómo hacer coherente una tal distancia que se agranda por desviaciones, con el relato de Valtario en los versos
1142-1145 del poema ? Es la tarde y el héroe teme que los dos últimos adversarios que le quedan aprovechen la
noche para ir a Worms a buscar ayuda y para regresar por la mañana (primo mane) a atacarlo con fuerzas
renovadas. ¡De cuarenta y cinco a cincuenta leguas que recorrer en diez o doce horas ! Incluso para ser tiempos
legendarios, es demasiado. Sin embargo a nosotros que leemos el poema por leer, sin ninguna preocupación por
arqueología nacional, estas cuestiones de topografía no nos importan para nada y yo me apresuro a acabar esta
disgresión.
1143 et ān = utrum.- El alargamiento de an y ac ante vocal es una licencia poética de la Edad Media
(cf. ALTHOF, ad loc.). Otra razón puede ser la cesura semiternaria pero la primera explicación parece ser
más común en los autores medievales.
1147 ad haec = praeter haec.- La fórmula ad haec solo aparece cinco veces en Virgilio y tiene la
acepción de “a estas cosas [respondió]” como en Æn., XI, 507: Turnus ad haec oculos horrenda in
virgine fixus [respondit]. En el caso de este verso, la acepción no puede ser la misma sino más bien la
de “junto a esto > además de esto”, razón por la cual simplemente lo traduje como “también”.
1148 El alargamiento de fortassīs es por cesura semiquinaria. Sobre aspĕrǎ spīnīs, cf. n. 988.
1161 §§ Esta plegaria que Valtario hace a Dios ha sido muchas veces vista como signo indiscutible de
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la devoción cristiana de este héroe germano (incluso hay quienes, como Charles Claude Fauriel (cf. El
autor del Waltharius), han asegurado que este rasgo lo define como ‘francés’ y no como un bárbaro
germano pagano, como se ha mencionado en la Introducción). KRATZ (Mocking..., p. 45), sin
embargo, pone el dedo en la llaga y acusa a Valtario de hipócrita arguyendo que, si bien pide al Señor la
perdición no de los pecadores sino del pecado mismo, la compasión que ahora muestra, nunca estuvo
presente en el momento en el que mató a sus adversarios. Es más, en el verso 1191, una vez que vuelve
la luz del día, la primera cosa que hace es despojar a los cadáveres de sus armas, quitándoles todo lo
que sea de valor, armillas tantum, cum bullis baltea et enses / loricas quoque cum galleis detraxerat
ollis. Este despojo es reminiscencia de aquél que Euríalo hace en Æn., IX, 357-64: Euryalus phaleras
Rhamnetis et aurea bullis / cingula […] / haec rapit atque umeris nequiquam fortibus aptat, “Euríalo
roba los ornamentos de Ramnete, así como sus cinturones dorados con amuletos […] y se los coloca,
vanamente, en sus fuertes hombros”. El poeta, dice KRATZ (loc. cit.), con esta referencia virgiliana,
describe a Valtario no como al cristiano que pretende ser sino como a un seguidor de las tradiciones
paganas, contradicción que pone en evidencia la verdadera naturaleza del héroe que han llamado
‘cristiano’. Sin embargo, decir que, al usar un simil virgiliano, el poeta está denunciando el supuesto
cristianismo de Valtario, nos obligaría a pensar en que en todo pasaje de influencia de Virgilio,
debemos pensar en paganismo, lo que parece una exageración. A lo más, con este símil podría pensarse
en el nequiquam con que Virgilio describe el hecho de colocarse los ornamentos “en vano”: Valtario,
también, sigue acumulando tesoros en vano.
1166 qui peccantes non vult sed perdere culpas = qui non peccantes perdere sed peccata ipsa tollere
vult.
1167 deprecor... ut hos in caelesti praestet mihi sede videri = ut me sinat hos [quos occiderim] in sede
caelesti videre.
1180 solito vigilavit.- Es costumbre en el poema que Valtario sea el primero en descansar y que
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Hildegunda se quede despierta vigilando como vemos a partir del verso 503.
1182 iam expergiscendŏ sŏpōrem.- La o abreviada es uno de esos fenómenos de prosodia medieval por
los que no coinciden las cantidades vocálicas con las de la Antigüedad.
1184 fulciit = fulsit.- La forma fulcīvit se encuentra en una inscripción (cf. LEWIS & SHORT, s.v. fulcio).
La forma fulciit se atestigua en el epigrama 102 de las Obras sueltas de D. Juan de Yriarte, tomo 1º,
1774: en homo iam senior baculum gerit. hinc patet arbos / quam bene cultori grata sit ipsa suo. / ille
gravem pomis ut furca fulciit olim, / sic virga hunc annis sustinent illa gravem. Parece ser un desliz de
conjugación más que una forma rastreable.
§§ La idea del astro Lucifer como 'heraldo' debe de venir de la idea de que anuncia el día. Ningún autor
latino lo llamó praeco aunque Séneca (Oed., 506) dice que anuncia el nacimiento del sol: dum
matutinos praedicet Lucifer ortus, “mientras Lucifer predecirá el nacimiento de la mañana”.
1189 §§ Taprobane (gr. Ταπροβάνη) es la moderna Sri Lanka. El hecho de que Lucifer sea el heraldo
del día implica que, mientras él está sobre Europa, el sol ya se asoma en aquellas tierras lejanas.
1199 circumquaque oculis explorans = circumspiciens. La única vez que se atestigua este adverbio es
en la obra anónima de origine gentis Romanae, XVII, 6 (cf. LEWIS & SHORT, s.v. circumquaque).
§§ Ésta es una de las primeras referencias que se tienen de las herraduras de los caballos, que los
antiguos no conocían.
§§ Cf. n. 261. Anteriormente se hizo mención de la gloria de Valtario. Otro ejemplo que KRATZ cita
91
(Mocking…, p. 46) de esta gloria son los versos 1215-18. La clave está en la relación entre incassum
con laus y dedecus: en vano habría exterminado a tantos enemigos si al final se fuera con la deshonra
de regresar a su patria amissis rebus; es mejor quaerere pulcram mortem per vulnera que el oprobio de
perder lo que tan fieramente su dextera había defendido. Vemos de nuevo aquí el juego de la avaritia,
ahora en conjunción con res amissae, y la gloria con la laus y el dedecus.
Es en este pasaje donde Valtario alcanza su máximo grado, pues ya no siente temor por la
muerte y desprecia su propia vida si ésta se vive sin honor, el tópico de la bella muerte (cf. FLORIO,
Waltharius, p. 39). Además, el desprecio a la muerte es un tema epicúreo (cf. Lucr. III, 866: scire licet
nobis nihil esse in morte timendum, “se puede saber que no debemos temer nada en la muerte”)
retomado por los cristianos y, cabe notarlo, por Prudencio, a quien el autor del Waltharius sigue. Aquí,
sin embargo, lo que mueve a Valtario no es ni el honor en sí, ni la patria, el amigo, la fe o la
comunidad, sino la deshonra de perder el tesoro, como ya ha apuntado bien Kratz con la avaritia y las
res amissae, motivo en el que se separa de Prudencio, por una simple cuestión de qué busca cada
personaje: en Prudencio, la fe, en el Waltharius, el regreso a casa con las riquezas y la doncella.
1227 ignoti mores equitis = ignoti equi mores.- Recordemos que su caballo, el majestuoso León, se lo
llevó Hildegunda a su escondite, por lo que Valtario se queda con un caballo desconocido.
protinus absistunt = longe absunt.- Nótese el uso de los derivados del verbo stare en vez de esse que no
es propio del latín clásico además de que el verbo absistere tiene idea de movimiento.
ex quis = e quibus.
§§ Esta aseveración del rey debe entenderse quizá por el hecho de que, como Valtario se niega a
entregar los tesoros y huyendo o rindiéndose se vería obligado a darlos todos al rey, estos tesoros, la
merces, son aquello por lo que Valtario siente la Fortuna como su aliada. Sin embargo, podría también
ser una burla del rey al héroe, que ya no pocas veces ha tratado de comprar su derecho de paso (vv. 613
ss.) o reconquistar la amistad de su amigo (v. 1263) por medio de una parte de los tesoros. Siguiendo el
hilo de pensamiento de Guntario, el aquitano ha tratado de sobornar a los hombres y, como no lo ha
conseguido, confía en que la Fortuna haya accedido. Detrás de esto, podría entenderse una acusación de
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cobardía: “no te vales de tus fuerzas sino de la suerte, que has comprado”. Irónico viniendo del
personaje con más vicios en relación con el ethos de los guerreros.
1241-2 ut discessurus nuper vix posse revelli / qui nostris visus fuerat complexibus = ut, qui nuper e
sede Attilae discessurus vix a nostris complexibus revelli videbatur…
1243 §§ nullis nempe malis [a nobis] laesus.- Es curioso que Valtario trate de negar que le hubiera
hecho algún daño a su amigo Haganón dado que no hace mucho le mató a su sobrino Patavrid. Es un
acto de cinismo puro; a esto, agréguese que tratará de comprar la paz con él, como lo ha hecho con
todos. Detrás de este acto, hay un temor velado, pues “a nadie teme, salvo a Haganón”.
1249 §§ quorsum tua munera ferrem.- En el mismo tenor del verso 1243, Valtario sigue buscando
excusas para disuadir a Haganón, que es el único que el Alfárida teme, ahora diciendo que estaba
preocupado por no saber adónde llevarle sus regalos, lo que es fácil suponer que es una mentira, pues
en ninguna parte del poema se lee que Valtario pretendiera compartir los tesoros robados de los hunos
con nadie, ni siquiera con su amigo, a quien ni esperaba ver durante esta travesía.
1257 quippe tui facies patris obliviscier egit = facies tua patris mei [faciem] me oblivisci coegit.
1258 degenti [aetatem / vitam]; mihi patria viluit ampla = patriae meae memoria viluit / obruta est.
1263 §§ eulogium = munusculum (cf. DU CANGE s.v. eulogium).- Con esto último, Valtario cierra su
apología con que pretende ganarse de nuevo la amistad de su compañero de infancia. El hecho de
querer comprarlo con regalos, sabiendo el daño irreparable que le ha hecho, exacerbará la ira de
Haganón y demostrará de nuevo este excesivo apego a los bienes materiales que se muestra a lo largo
de la obra.
1266 §§ Cf. v. 605: stultius effatum me non audisse sophistam.- El paralelo con este verso no debe ser
pasado por alto. Según DU CANGE (s. v. sophista), la sophisticatio es una adulteratio. Valtario está
'adulterando' con bonitas palabras ―cual un orador― la realidad de las cosas para disuadir a su amigo
de pelear, mas éste no lo permite recordándole que fue él quien rompió esta fides primero al asesinar a
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sus compañeros e incluso a su sobrino (cf. vv. 1267 ss.). Incluso se niega a recibir pago alguno por su
perdón, como lo dice en el v. 1276. En el verso 605, Valtario acusa a Camalón de ser un sophista, un
orador / hablador; ahora, él mismo ha caído en su propia acusación.
1278 deque tuis manibus caedem perquiro nepotis = caedem mei nepotis persequar / a manibus tuis
ulciscar.
§§ Para FLORIO (Waltharius, p. 39), luego de superar el temor a la muerte, personificada en cada uno de
los combatientes francos, para que Valtario alcance la conquista final, debe enfrentarse al combatiente
final, la última prueba, el escollo más importante en el camino de vuelta y en la recuperación de su
reino: Haganón, que es el único similar a Valtario en fuerza y es por eso el último obstáculo digno de
las proezas del aquitano. Era, pues, inevitable la lid, por más que Valtario quisiera comprar la paz con
tesoros.
1285 hora secunda fuit.- Dependiendo de si era verano o invierno, la batalla comenzó,
respectivamente, entre las 5:42 y las 6:58 o las 8:17 y las 9:02 (cf. FLORIO, ad loc.).
1287 Este verso presenta una anomalía al nivel de cantidades, pues independientemente de la lectio
que se elija, maligeram, malignam, maligeram, la a, que viene de mălus, -a-, um, se debe considerar
larga. Quizá estaba pensando en el siguiente verso de Virgilio (Æn., VII, 740): et quos [populos]
maliferae despectant moenia Abellae, “y los muros de Abela, la que produce manzanas, observa a estos
pueblos desde lo alto”, incluso en la misma posición. Sin embargo, este adjetivo está derivado de
mālum, -i, cuya a sabemos que es larga, a pesar de lo cual el poeta acuñó el término como “que produce
males” y no como “que produce manzanas”.
1295 §§ Ésta es la primera y única ocasión en que Guntario lucha en todo el poema. Su única
actuación anterior a ésta fue la de jalar la cuerda de Helmnodo en el verso 1011. Nótese bien que arroja
su lanza pectore magno que va de la mano con el superbus como se le ha descrito a lo largo de la
historia, pero modica vi, mostrando que el rey, por quien sus súbditos dieron la vida, no está a la altura
de las circunstancias contra Valtario, siendo Haganón el único rival al que teme el Alfárida. Fue su
capricho inmerecido el que llevó a los francos a hacer guerra contra un solo hombre. No sólo esto, sino
que en el verso 1413 Valtario lo acusará de segnis y qui Martis opus tepide atque enerviter egit y por
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eso será el que tenga derecho, o deshonor, de beber de la copa al último.
vassum < vassus, -i = vassallus.- Para más información del origen de la palabra y su evolución a partir
de los documentos literarios, véase la larga entrada de vassus en DU CANGE (s. v. vassus).
1312 cūius defensu causam supplere valeret = ut eius defensu [= eo defendente] rem efficere posset.-
El subjuntivo de esta oración relativa es final.
1314 Este quoque, más que “también” ―pues al contrario de Haganón, él no ataca a Valtario sino que
se prepara para el hurto―, podría entenderse como un “El rey también (actuando por su parte o
simplemente progrediens). En ningún léxico se encuentra la acepción while que KRATZ (1984) propone,
por lo que debe entenderse como una interpretación de acuerdo al sentido narrativo. Decidí seguir este
ejemplo de 'también avanzó como traducción según mis deducciones.
1315 furto tutum faciendo = furtum tute facturus.- Decidí conservar la lectio de tutum y no de actutum,
como en algunas ediciones, pues, si bien el acto de recuperar la lanza que está clavada al suelo debe
hacerse con presteza, actutum, debemos recordar que Haganón está intentando distraer a Valtario
justamente para que éste no se dé cuenta de lo que el rey Guntario trata de hacer, es decir, alcanzar a
robar la lanza tute, con seguridad y sin ser visto.
§§ Ésta es una prolepsis de los eventos que acaecerán a partir del verso 1381.
1323 sublato qui divertebat ab ictu = qui ab impetu [a Walthario] facto evadebat.
1326 ut iam [regi] perculso sub cuspide genua labarent.- Por sinícesis la u de genua se considera
semiconsonántica. Un ejemplo similar se encuentra en el verso 791 y frecuentemente en Virgilio (cf. n.
791).
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1327-9 porgeret = porrexisset; succurreret = succurrisset; muniret = muniisset.
§§ El autor del Waltharius compara a Valtario con un oso númida rodeado de perros de la misma
manera que el Mecencio de Virgilio (Æn., X, 707-16) se representa como un jabalí obligado a bajar de
los altos montes (de montibus altis / actus aper) por la mordida de los perros (canum morsu) y
haciendo una alusión a Ps 21:17 (circumdederunt me canes multi). El símil del jabalí enfurecido
también se encuentra en Estacio (Theb., XI, 530-8), cuando la batalla entre los hermanos Eteocles y
Polinices, que parecen dos sues que traban combate mientras el cazador es espectador con sus perros.
En el caso del Waltharius, no hay espectador sino el lector y se acerca más a la comparación virgiliana:
Valtario es el oso; Haganón y Guntario, los perros. Recordemos que esta escena es una analepsis de
aquel sueño profético que Haganón tuvo y con el que pretendió disuadir al rey de su furiosa empresa
(617-627). Esto es importante por las diferentes interpretaciónes que han surgido acerca de la figura del
oso: MILLER (ad loc.) cita que un códice sobre los sueños del siglo X (citado como Vindob. Lat. 2723,
fol. 130r) indica que qui ursum se infestare vidit, inimici seditionem significat, “quien ve (en sueños) a
un oso atacándolo, significa una pelea con un enemigo”. Asimismo, agrega que podría ser una alegoría
bíblica del oso que representa al diablo, a un líder militar o la potestas saecularis. Según Otto
ZWIERLEIN (Das Waltharius-Epos…, 2004, pp. 542-3), en la tradición germánica onírica, el héroe se
esconde bajo la figura del oso y los enemigos, de los lobos. Si seguimos esta anotación, el hecho de que
sean perros y no lobos no es de gran importancia, dado que estaría siguiendo probablemente el símil
virgiliano y, para efectos prácticos, un can o un lobo sirven para el mismo propósito mientras que se
entienda la referencia a través del oso.
Volviendo al símil virgiliano, ambos héroes comparten una característica en común: la ira en batalla,
pues Mecencio rabiosamente se defiende de los proyectiles que le arrojan sus enemigos dado que no
pueden acercarse a él, y Valtario se defiende solo contra dos, de los cuales no puede a uno inflingirle
una herida sin que el otro no aparezca y salve a su compañero; de ahí que, si la Fortuna no cambia el
rumbo de la batalla, tema ser superado por sus enemigos a causa del cansancio. Esto sucede poco antes
del clímax del Waltharius, antes de que los tres reciban cada uno sus heridas, es decir, su castigo por su
comportamiento.
1340 §§ Umbros [canes].- Se trata de una especie de perro que se usaba para la cacería. En este pasaje,
por sinécdoque, significa sólo perro de caza.
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1341 §§ Molossi [canes].- Ahora se trata de una especie de perro de cacería propio del Epiro.
1343 in horam nonam.- La hora nona transcurría entre las 14:31 y las 15:46 en verano y, en invierno,
entre las 13:29 y las 14:13 (cf. v. 1285). Cf. FLORIO (ad loc.).
1348 §§ En relación con la n. 552, en la que la ambigüedad entre Dios y la espada, en este verso da un
giro drástico, dado que ya no es Dios o la espada sino la diosa Fortuna la presente en batalla, que si no
lo ayuda, causará que sus enemigos lo venzan finalmente. Según KRATZ (Mocking…, p. 52), ésta es
una reminiscencia de la psychomachia de Prudencio, en la que Codicia se queja de que la diosa Fortuna
se burla de su fuerza y la hace inútil por esa razón (v. 525: et cassos ludit Fortuna lacertos). A mi
parecer ―pues no lo explicita―, llegó a esta conclusión no sólo por la referencia a Fortuna sino por
otras asociaciones: vana con cassos y ludicra con ludit. Lo que sí es claro es la referencia en el verso
1355 del Waltharius (me piget incassum tantos sufferre labores) y en el arriba mencionado de la
psychomachia con la Eneida (VII, 421), pasaje en el que Alecto se dirige a Turno de la siguiente
manera: Turne, tot incassum fusos patiere labores, “Turno, tantos trabajos mostrados sufrirás en vano”.
¿Qué sucede en el momento en el que estas citas surgen? Todos los personajes son prisioneros de la ira:
Turno de la que Alecto despertó en él (cf. Æn., VII, 445: talibus Allecto dictis exarsit in iras, “Alecto,
con tales palabras, lo enardeció y llevó a la ira”); la Avaricia que estalla de cólera por ver que sus
ataques son en vano (cf. psych., v. 510: ingemit, et dictis ardens furialibus infit, “se lamenta y,
enardecida, comienza a hablar con palabras de furia”); y Valtario que se encuentra enfurecido por no
poder herir a ninguno de sus dos rivales, razón por la que, de manera imprudente (cf. vv. 1319-20:
“dado que siempre en la guerra era bastante próvido, salvo por un solo segundo a pesar de ser muy
cauto”) perderá su mano, su baluarte. Es, pues, la ira el común denominador de los tres pasajes y es la
ira, luego de pasar por la avaritia y la gloria, la que lo llevará a su castigo.
1351 §§ El paliurus (gr. παλίουρος) es un tipo de espino. Éste es un juego de palabras que usa Valtario
para burlarse del nombre de Haganón, pues en alemán, Hagedorn (ingl. 'hawthorn'), es justamente un
espino. Cf. n. 763. Cito a MILLER (ad loc.):
El autor del Waltharius juega con el primer significado de seto (todavía en alemán moderno ‘Hagebutte’, rosa
canina). El diccionario de Grimm nos indica como equivalente de ‘Haganón’ paliurus y ligna spinosa. Ambos
concuerdan con el doble sentido de este pasaje. Además, ‘Hagedorn’ sirve en alto alemán medio como un apodo
burlón e incluso con asociaciones al demonio.
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1354 [quas] scio praegrandes [esse].- Es una oración parentética.
1361 importunior = acrior / protervior.- Aquí la acepción difícilmente puede ser la de 'importuno' sino
más bien 'salvaje', pues justamente logró herir al rey Guntario con gran furia.
1364 §§ Analepsis del verso 625, cuyas palabras son exactamente las mismas y con esto se consuma el
sueño proléptico de Haganón cuando le advirtió al rey del oso que los heriría gravemente.
1367 iterātŏ (posclásico) = iterum.- Considérese la o como breve, así como en el v. 1443.
§§ Esta escena de nuevo entremezcla a Valtario con el personaje de Turno en la Eneida, pues ambos
levantan la espada (Walth. 1367: spatam tollens; Æn., XII, vv. 728-9: corpore toto alte sublatum
consurgit Turnus in ensem, “se pone de pie Turno con todo su peso sobre su alzada espada”), Turno de
manera impune, Valtario preso de la nimia ira (v. 1377) y, además, extendiendo su brazo enormiter (v.
1381), de manera que así Haganón puede cortarle la mano derecha que tanto miedo causaba a todos los
pueblos. El simil virgiliano continúa en la n. 1371.
1371 §§ La ruptura de la espada de Valtario y el sufrimiento que ello conlleva nos trae de nuevo a las
alusiones virgilianas y a la psychomachia de Prudencio. En la Eneida leemos (XII, 731-3): at perfidus
ensis / frangitur in medioque ardentem deserit ictu / ni fuga subsidio subeat, “y la pérfida espada se
quiebra y abandona a su ardiente usuario a medio golpe y no le queda como ayuda sino huir”. Turno
levanta su espada contra Eneas mas el perfidus ensis se rompe medio golpe y abandona a su amo que
arde de la ira (ardentem deserit), por lo que no le queda de otra más que correr por su vida (ni fuga
subsidio subeat). Más adelante (XII, 733-4): fugit ocior Euro / ut capulum ignotum dextramque aspexit
inermem, “huye más rápido que el Euro cuando vio el desconocido mango y su diestra inerme”, pues,
cuando la espada que le quitó a Metisco alcanzó las armas de Eneas, fabricadas por Vulcano mismo,
mortalis mucro glacies ceu futtilis ictu / dissiluit, fulva resplendent fragmina harena, “la hoja, hecha
por mortales, salió volando como hielo fútil, los restos resplandecen en la dorada arena” (XII, 740-1).
La espada de Valtario, al alcanzar a golpear el casco de Haganón, hecho de mejores materiales y técnica
(v. 1372: cassis fabrefacta diu meliusque peracta), sale volando (v. 1374: dissilit ensis) y los restos
quedan en el aire y en las hierbas (v. 1375: crepitans partim micat aere et herbis). Ambos, cuando ven
los restos deshechos de sus espadas, se encolerizan, salvo que Turno huye (Æn., XII, 742: ergo amens
diversa fuga petit aequora Turnus) mas Valtario arrojó impatiens el capulum sine pondere ferri (v.
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1378), lo que causa la pérdida de su mano, pues en vez de seguir el ejemplo de Turno de darse a la
huida, se entrega a la nimia ira irreflexiva y he ahí el resultado. El poeta del Waltharius, pues, tiene a
Virgilio en mente para equiparar a su Valtario con Turno a través de la ira, que los vuelve amentes e
impatientes. Sin embargo, el símil está incompleto si no se menciona el pasaje de la psychomachia en
el que la Ira también pierde su espada y del que el poeta sacó el material necesario para armar la escena
de la pérdida de la espada en el Waltharius. Cito los versos 145-150 en los que la Ira se enfrenta a la
Paciencia y, cuando choca su espada contra el casco, sucede lo siguiente:
Ira,ubi truncati mucronis fragmina vidit,
et procul in partes ensem crepuisse minutas,
iam capulum retinente manu sine pondere ferri,
mentis inops, ebur infelix, decorisque pudendi
perfida signa abicit, monumentaque tristia longe
spernit, et ad prorpium succenditur effera letum.
No es casualidad que el poeta use casi exactamente los mismos versos para Valtario que Prudencio,
siendo la Ira la víctima de su propia imprudencia y Valtario víctima de su propia ira. La lucha de la Ira
es contra la Paciencia; Valtario, al ver los restos de su espada, se vuelve impatiens. Pero KRATZ
(Mocking…, p. 54) va más allá de las evidentes alusiones, pues el nimia… efferus ira de Valtario es una
alusión interna a Atila (v. 380: nimia succenditur efferus ira), a quien, como ya hemos visto, compara
con la enferma de amor y desahuciada Dido. Sin embargo, KRATZ (loc. cit.) opina que, al lado de
Turno, que muere por la espada de Eneas, y la Ira, que se da muerte a sí misma, Valtario salió “bien
librado” porque “sólo” pierde su mano derecha. Quisiera agregar que esto no es casual, pues, como se
ha indicado en la Introducción, el Waltharius es una de las tantas versiones de la Walthersage, en la
que se indica que el héroe se volvió rey de los aquitanos. La muerte del héroe habría sido equivalente a
negar la tradición si el poeta hubiera querido un desenlace similar al de Turno o al de la Ira. Además,
hay otro propósito haciéndolo sobrevivir: Valtario mismo pide la destrucción del pecado, no de los
pecadores (v. 1166) y parece ser que Dios se lo concedió, quizá él mismo olvidando que es un pecador
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también. Valtario, dice KRATZ (Mocking…, p. 55) como ha querido demostrar en su obra, se encuentra
presentado in a negative light, contrario a las muchas propuestas que pretenden considerarlo un héroe
cristiano. 2 En esto coincido con Kratz, pues los que han querido ver en el aquitano un modelo de virtud
cristiana, parecen errar. Habría que preguntarse, sin embargo, en qué consiste la virtud cristiana, tema
que este trabajo no puede abarcar. Sólo como ejemplo, léase el discurso de Urbano II (Fulquerio de
Chartres, historia Hierosolymitana, I, 2, 5-14), en el que el papa llama a la Primera Cruzada apelando a
la virtud cristiana del pastor que cuida a sus ovejas en contra de los lobos, los infieles que tienen
capturada Tierra Santa. O también arguye que, si el Señor encontrara, en sus fieles, gusanos, que
representan el pecado, les ordenaría que los arrojaran al precipicio de las inmundicias. La defensa de la
fe y la erradicación del pecado son virtudes cristianas, en este caso manipuladas para justificar un acto
bélico. Por lo tanto, ¿hasta qué punto podemos pensar que Valtario, que defiende lo suyo en un
contexto germánico, es o no es un cristiano por masacrara sus enemigos? ¿Qué tan poco prudente sería
pensar en él una caricaturización de todos los modelos, épico pagano, épico cristiano y heroico
germánico?
1376 Cf. n. 1016 para framea. murcatus es un adjetivo denominal de murcus, -i, sustantivo posclásico.
DU CANGE (s.v. murcus) lo define así: segnis, ignavus, mutilus. Si atendemos a estos significados, es
probable que esta framea murcata sea una representación burlesca de una arma 'débil, cobarde' por no
haber aguantado el golpe y además de esto 'mutilada' si no es que acaso 'castrada'.
1379 quamlibet eximio praestaret et arte metallo = quamvis praestaret eximia arte et [eximio] metallo.
1380 tristiǎ sprēvit. Cf. n. 988; protinus = procul.- Estos monimenta son los restos que le hacen
recordar (monēre) a Valtario la vergüenza de haber perdido su espada o, quizá, virilidad (cf. n. 1376),
de ahí que sean tristia y los arroje lejos de sí.
1383 in medio iactūs = in medio iactū (cf. Æn., XII, 732: frangitur in medioque ardentem deserit
ictu).- La descripción de la mano que va cayendo en imperfecto y la circunstancia, in medio iactū,
2
Además de aquéllos a quienes he mencionado en la Introducción que sostienen esta afirmación, también puede consultarse
la bibliografía que Kratz menciona en la página 17 de su Mocking Epic (1980).
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parece casi cinematográfica.
1386 laevis es un ingenioso juego de palabras. Valtario sigue siendo praecipuus en la batalla, tanto que
es cedere laevis gnarus, siendo laeva sinónimo de adversa, pero al mismo tiempo el contrario de
dextra, la mano que acaba de perder.
1388 §§ non desperavit neque vultus concidit eius.- A comparación de Atila, como se indica por la
intertextualidad en el verso 1377, Valtario logra vencer su propia ira y actúa, no como el rey de los
hunos que incluso es dibujado como una mala caricatura de un personaje crudo y desesperado en su
propio enojo (vv. 385-8) o, como KRATZ (Mocking…, p. 30) indica, como una jilted, love-sick woman:
sic intestinis rex fluctuat undique curis, et varium pectus vario simul ore imitatus, prodidit exterius,
quicquid toleraverat intus, iraque sermonem permisit promere nullum.
1390 sĕmĭspātam.- Es la misma que se menciona en los versos 337-8. Considérese la e de semi como
breve, siendo que sería normalmente larga.
1392 ilico vindictam capiens ex hoste severam = statim se ab hoste severe ulciscens.- Cf. Est. 8, 13:
paratos esse Iudaeos ad capiendam vindictam de hostibus.
1401 §§ Los insignia eran las condecoraciones dadas a soldados o generales en la guerra. Aquí, en
sentido irónico, los insignia son los vulnera, las heridas de cada uno, que son lo único que se ganaron
por haberse enfrentado en combate, como expresa, también de manera irónica, el verso 1404: sic sic
armillas partiti sunt Avarenses!. Para KRATZ (Mocking…, p. 49), son dos los elementos claves de la
última escena del Waltharius: las heridas que se infligieron y la súbita manera como acabó la pelea. La
lista es a partir del verso 1402: illic Guntharii regis pes, palma iacebat / Waltarii nec non tremulus
Haganonis ocellus. Si bien la lista no corresponde exactamente a las heridas recibidas ya que Guntario
perdió la pierna hasta la altura del fémur (v. 1364: crus cum poplite adusque femur decerpserat omne) y
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no sólo su pes, y asimismo no se mencionan los molares de Haganón sino sólo su ocellus, Kratz afirma
que tienen un significado simbólico trayendo a colación, en primer lugar, el pasaje del Éxodo (21:22-
25) oculum pro oculo, dentem pro dente, manum pro manu, pedem pro pede, en cuyo dentem pro dente
se encuentra el castigo de Haganón y, en segundo lugar, el de Marco (9:42-47):
et si scandalizaverit te manus tua, abscide illam: bonum est tibi debilem introire in vitam quam duas manus
habentem ire in Gehennam, in ignem inexstinguibilem […] et si pes tuus te scandalizat, amputa illum: bonum est
tibi claudum introire in vitam aeternam quam duos pedes habentem mitti in Gehennam ignis inexstinguibilis […] et
si oculus tuus scandalizat te, eice eum: bonum est tibi luscum introire in regnum Dei, quam duos oculos habentem
mitti in Gehennam ignis […].
Y si tu mano es ocasión de pecado para ti, córtatela. Más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos
al fuego que no se apaga. Y si tu pie es ocasión de pecado para ti, córtatelo. Más te vale entrar cojo en la vida que
ser arrojado con los dos pies al fuego que no se apaga. Y si tu ojo es ocasión de pecado para ti, sácatelo. Más te
vale entrar tuerto en el reino de Dios que ser arrojado con los dos ojos al fuego que no se apaga. (trad. Biblia de
América, 1994).
Un claro ejemplo para KRATZ (Mocking…, p. 50) de cómo a ningún monje pudo escapársele la
referencia bíblica es Haganón que pierde su ojo y sus dientes es el ya mencionado oculum pro oculo,
dentem pro dente. Su motivo para luchar contra Valtario no fue la avaritia definitivamente –pues no
deseó en ningún momento los premios que su antiguo camarada le ofreció- pero sí la venganza y la
gloria de la que ya hemos hablado más arriba (cf. n. 857). Las heridas de todos son, pues, castigos por
caer en la tentación (Mocking…, p. 51). Además, como apunta FLORIO (“Incoherencias…”, p. 177),
éste, que llama “extraño cierre”, presenta una novedad en relación con el género épico: ninguno de los
protagonistas, que trabaron semejante combate, muere, rompiendo así convenciones literarias.
1406 Cf. Æn., XII, 396 ss. Así como Jápix se vale de ciertas hierbas para curar las heridas del herido
Eneas, Valtario y Haganón se recuestan para limpiar el río de sangre que mana de sus heridas con unas
flores que deben entenderse como provistas de propiedades curativas.
1409 §§ Según KRATZ (Mocking…, pp. 56-7), la escena del descanso de los héroes está basada en el
pasaje de la psychomachia en el que, una vez que la Caridad (lat. Operatio) descuartiza a la Avaricia, la
despoja de sus tesoros y los reparte entre los necesitados, las Virtudes se sientan a descansar (vv. 606-
8): solvite procinctum, iusti, et discedite ab armis: / causa mali tanti iacet interfecta: lucrandi ingluvie
pereunte licet requiescere sanctis, “soltad el cinto, justos, y alejaos de las armas, pues la causa de
tamaño mal yace asesinada: perecida el deseo de cometer lucro, pueden los santos descansar”. Es
importante notar que, en palabras de Prudencio, es la Avaricia y no cualquier otro vicio, la causa tanti
mali. Si el hilo conductor del Waltharius es la crítica a la avaritia de los supuestos héroes, entonces el
poeta debe estar pensando en la opinión de Prudencio acerca de ésta.
1414 magnanimum = magnanimorum [virorum]; paruit = apparuit; inter arma = in pugna. Cf. n
1424.
1421 §§ Hagano spinosus. Cf. n. 1351. A comparación de ese verso, sin embargo, el narrador mismo
de la historia ―que debemos entender como el autor mismo, dado que en los últimos versos decide
dejar su pluma obtusa y se disculpa de su chirrido de cigarra― es quien lo nombra así, ya no un
personaje de la historia, lo cual confiere al juego de palabras y burla una cierta autoridad, pues el poeta
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mismo se involucra íntimamente en la opinión que Valtario tenía de su amigo si recordamos que éste le
dio espacio para que lo espinara como si fuera un juego de niños, saltando iocans, algo poco heroico
pero sí sumamente caricaturesco, como si viéramos un arbusto ―o a Haganón disfrazado de arbusto―
que trata de espinar al fauno emasculado (cf. n. 763 y n. 1376 respectivamente para faunus y la espada
emasculada).
1424 inter pōcŭlǎ scurrili….- El grupo consonántico sc no alarga la sílaba anterior. Cf. n 988; scurrilis
[< scurra, -ae] ≠ serius, severus.
§§ El anticlímax de la batalla es altamente contrastante con las cruentas batallas que acaban de
describirse: el cambio de inter magnanimum virorum arma a scurrili certamine. El Valtario y Haganón
que de niños jugaban juegos de guerra (cf. v. 102), ahora adultos se comportan no como aquellos hijos
de Atila de antaño: luego de haber reñido por un asunto serio, ahora se contentan e increpan como
amigos entre vino. El nuevo intercambio de insultos (vv. 1425 ss.) ya no es para herir el orgullo del
oponente, sino que es puerilmente burlón pero con una velada crítica a la masculinidad perdida de
ambos héroes por medio de crudos términos (cf. n. 1432). Aquí desaparece el guerrero épico, vuelto un
juguetón compañero.
1426 wantus, -i (también wanto, -onis, gwantus, gantus) es un germanismo que llegó a varias lenguas
romances (fr. gant, esp. guante).
§§ La burla de Haganón con el guante de cuero toca principalmente dos niveles de desvirilización: en
primer lugar cazará ciervos, no jabalíes, considerada una actividad 'de hombres', de los cuales sacará el
cuero para los guantes que suplirán la fuerte diestra “por muchos pueblos y tiranos temida”; pero para
poder engañar a todos los que vean a Valtario, tendrá que rellenarlos “de tierna lana”, la cual sería el
verdadero sustituto de su mano, un ridículo final para aquel objeto de temor entre sus enemigos.
1427 dextrum y no dextram no sólo por la evidente razón de que la manus ya no está ahí, sino también
porque el neutro da una idea indefinida, como si fuera un dextrum membrum que debe suplirse para
conseguir el engaño.
1429-30 quid dicis, quod... videris En vez de un acusativo con infinitivo; ritum [Pannoniarum]
infringere: cf. v. 337; gladium agglomerare = ensem recondere [in vaginam, quae e dextro femore
pendet].- Cf. n. 1432.
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1431 si quando ea cura subintrat = si quando id cupis [= Hiltgundi sinistram circumdare].
1432 §§ circumdabis [ei = Hiltgundi] sinistram?. La burla al estado físico de Valtario ha tocado ya
otros niveles de ridículo: su espada, signo de virilidad (cf. n. 1376), ya no podrá ir colgada de su fémur
izquierdo, como dicta la tradición de los hunos (cf. 337), sino del derecho, dado que tendría que
tomarla con la mano izquierda; peor aún, cada vez que quiera “abrazar” a Hildegunda, tendrá que
hacerlo perverso amplexu, de una manera torcida. Ahora, si le creemos a MILLER (n. 1431), subintrat
tiene una connotación sexual, con lo cual estoy de acuerdo, dado que amplecti (> amplexus) refiere
también al acto sexual (cf. Plaut., Amph., v. 465, donde usa el verbo amplexarier), y, por lo tanto, se
insinúa que Valtario está de alguna manera incapacitado para “cumplir” en la cama como normalmente
lo haría, lo cual también insinúa el hecho de que la “abrace” con su sinistra manus, recordado que
sinister es un adjetivo con una carga semántica opuesta a dextra, 'recto', volviendo así al acto de la
emasculación a través de la espada rota en mil pedazos del verso 1376. De ahora en adelante, todo lo
que haga Valtario, lo hará con su laeva manus, es decir, mal, estúpida o torpemente (cf. Verg., E., 1, 16:
si mens non laeva fuisset = si mis pensamientos no hubieran sido tontos / absurdos / estúpidos). Cf.
FLORIO (“Waltharius 1410-20…”, pp. 70 ss.), donde da una disquisición acerca del significado de
arma, palabra que, a partir especialmente de la elegía ovidiana, adquiere la acepción de “miembro
viril”, lo que hace de este scurrile certamen una serie de acusaciones y burlas al estado de poca
virilidad al que quedaron reducidos los dos héroes luego de la cruenta batalla, burlas, claro, celadas por
un lenguaje ambivalente.
1435 §§ Los sicambrios eran un pueblo germánico que habitaba en la margen derecha del Rin y de los
que da noticia César. Gregorio de Tours (libri historiarum, II, 31), cuando describe el bautizo de
Clodoveo, rey de los francos (481-511), hace decir al sacerdote: mitis depone colla, Sigamber; adora
quod incendisti, incende quod adorasti!, “baja, calmo, tu cuello, sicambrio; ¡adora lo que encendiste,
enciende lo que adoraste!”, y de esta manera une la dinastía de los merovingios con sus antepasados,
los sicambrios. De ahí que en este verso Sicamber sea sinónimo de Francus. Desafortunadamente para
Haganón, este rasgo de alta dinastía queda truncado con el adjetivo lusce, que ahora lo representa y
deja marcado.
1437 §§ famulis... iubebis = famulos iubebis.- El verbo iubere puede llevar ocasionalmente un dativo
de persona; suspectando (< suscipere) parece tener dos sentidos: el original de levantar la cabeza hacia
arriba pero también aquél que expresa la preposición sub en verbos compuestos, el de algo que se hace
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en secreto u oculto. Lo que interpreto de este verbo es un movimiento tal que Haganón, al mirar a sus
súbditos, voltea hacia arriba su cabeza para ocultar la deformidad de su cara por la pérdida de su ojo, lo
cual causa un efecto cómico como de un rey que tiene que mirar transverse (cf. v. 1438), de manera
torcida, la procesión de soldados que pretende saludar para no parecer ridículo. Súmese a esto que,
mientras que Valtario no podrá cazar sino ciervos, Haganón tendrá que contentarse con la carne de este
mismo animal, y no de jabalí, y así se tiene el comeback de Valtario a la burla que anteriormente le hizo
su 'renovado' amigo, pues debe notarse el contraste entre la imagen de un Valtario que todavía sale a
cazar animales ―aunque debajo de su dignidad― y de Haganón sentado en la mesa masticando una
carne muy suave, que su amigo bien podría proporcionarle; no contento con esto, Valtario le echa en
cara que, cuando vaya su amigo a visitarlo a su casa, se prepare una gacha suave hecha de leche y
grasa, que le servirá de victus y medela (cf. v. 1442).
1441 lardatus, -a, -um viene de lardare (no clásico) que a su vez se origina de laridum, -i (también
lardum, -i) que es la grasa del tocino (cf. fr. lardon). DU CANGE (s.v. lardare) define este verbo como
lardo suffigere [aliquid]. En el caso de este verso, dado que se incluye la materia de la que se va a
lardare la gacha, “de leche y farro”, debe entenderse aquí simplemente como 'engrasar' pero no
necesariamente con la grasa del tocino.
DU CANGE (s.v.) define la pulta como una palabra de origen itálico y que equivale al francés 'bouillie',
una 'gacha' o 'papilla' como la que se da a los infantes cuando no pueden masticar por su propia cuenta
o que se da a los que han perdido sus dientes y no pueden mascar nada demasiado duro.
multra [< mulgere].- DU CANGE (s. v.) la define como unos mulgaria lactis. El mulgarium o mulctrale,
por su parte, como vas in quo mulgetur. El fenómeno aquí es de metonimia, en que el contenedor pasa
a significar su contenido, en este caso 'leche'.
§§ MILLER (ad loc.) dice que esta medela es porque la gacha no sólo sirve de alimento sino también de
'poultice for the eye', 'un emplasto para su ojo'. No he encontrado más bibliografía para sustentar esta
afirmación.
coactum entiéndase en su sentido etimológico de cum y agere: 'llevar a un mismo punto' y de ahí se
infiere un “convenir el pacto”. El uso de cogere con pactum o foedus no es clásico.
1448 publica Hiltgundi (dat.) fecit sponsalia = Hiltgundem uxorem publice duxit.- Si bien existe la
expresión sponsalia facere, no existe en el corpus clásico una variación con un dativo de la mujer a la
que se esposa.
§§ La celebración, digna del hijo de un soberano, se realizó ante todo el pueblo, publica,
probablemente con los guantes de lana ya puestos.
§§ El renuit signare recuerda el virgiliano (Æn., III, 287) rem carmine signo cuando Eneas, durante la
narración de sus travesías, cuenta que llegaron a las costas de Accio fessi, celebraron su llegada con
juegos ilíacos y, luego de permanecer ahí un año entero hasta la llegada del invierno, dejó ahí el escudo
de Abante y un verso, Aeneas haec de Danais victoribus arma, “Eneas dedica estas armas, sustraídas a
los dánaos victoriosos”, con que celebra el hecho, rem signat. En el caso del Waltharius, luego de 1452
versos, la pluma o stilus ―que por metonimia es también el estilo o habilidad poética, carente de Musa
por ser una stridens cicada (v. 1453)― ya no puede reseñar o celebrar con otro carmen las res gestae
de Valtario como rey de los aquitanos.
1453 §§ Esta rauca cicada (cf. MILLER, ad loc.) puede aludir a dos interpretaciones del animal,
originadas de dos pasajes clásicos: el primero en que Platón (Phaedr., 259b-c) se refiere al surgimiento
de las cigarras de esta manera: ciertos hombres que vivían antes de las Musas, cuando éstas nacieron y
con ellas apareció el canto, quedaron embelesados por él y se olvidaron de comer y beber, ocasionando
su muerte. De éstos nació la especie de las cicadas, que no necesitan alimento alguno hasta que
mueren; el segundo conocidísimo en que Esopo (Aisop., 373 o Aphtonius, 1) cuenta cómo las cigarras,
pasando el verano cantando y no preocupándose por aprovisonarse de víveres para el rudo invierno, a
la llegada de éste murieron de inanición, metáfora de la juventud que se da a la diversión y el
entretenimiento, el verano, y se encuentra en una situación desesperada en la vejez, el invierno.
Trasladado a un contexto cristiano, la hormiga de Esopo es el buen monje que se dedica a la filosofía y
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teología; en cambio la cigarra es el monje que se da a tareas seculares no edificantes como la poesía
épica, tal como sugiere también el prólogo: ludendum magis est dominum quam sit rogitandum,
independientemente de que sea Geraldo el autor del Waltharius o no, pues este verso capta la esencia
de la obra. Esto en cuanto a Esopo. Ahora, si consideramos también la interpretación a partir del texto
platónico, las Musas sirven a la filosofía, no al entretenimiento, por el cual las cigarras, los seglares,
mueren no preparándose para la vejez o vida eterna. Es pues un poema, si bien no podemos saber si de
juventud, sí de entretenmiento juvenil sin ningún específico fin edificante y de ahí la petición de que se
le perdone su chirrido, no porque la calidad poética sea inferior sino porque implica una separación de
los verdaderos estudios de un religioso: “esto es sólo para entretener, no edificar, disculpe”. La voz de
las Musas, la filosofía, no es objeto de crítica, pues a esto aún no se dedica, sino el aevum, su edad,
quizá no la verdadera del poeta pero sí la edad “intelectual”, el entretenimiento propiamente juvenil,
del que acabamos de hablar, de escribir una obra épica de entretenimiento. MILLER (ad loc.) propone
que aevum sea más bien aeternitas, es decir que el lector esté prevenido de que esto no llevaría a la
salvación eterna. Sin embargo, ¿cómo entender el vocem? De esto no propone nada y es imposible
considerar el aevum sin vox. Para mí entender el aevum como aetas, edad, parece más convincente.
1455 §§ alta [loca].- En sentido propio, es el caelum altum, el profundo cielo, pero, siempre sobre la
hipótesis del verso anterior, la filosofía y teología en sentido figurado.
1456 §§ poĕsis.- FORCELLINI (s.v. poema) hace la diferencia entre poema y poesis así: haec [poesis] est
magnum et totum opus; illud [poema] parvum aut pars operis, “poesis es una obra grande y completa;
poema es, por su parte, una obra pequeña o sólo la parte de una”. Sobre la misma línea está el uso de la
palabra en este verso, concordando con los versos anteriores: “he aquí la obra íntegra de las gestas de
Valtario, os guarde Jesús nuestro señor”.
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