Resumen Capitulo 5 Tenenti

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CAPÍTULO 5: TRASTORNOS POLÍTICOS Y SOCIALES (TENENTI)

1.- CARACTERES DE LA SITUACIÓN INGLESA

Una de las tendencias generales de la situación europea ha sido la de dar paso a una progresiva laicización o
secularización a formas de liberación y disociación de todo tipo de realidad de los condicionamientos religiosos y de la
mezcla con ellos.

El mundo británico es aquel que ha provocado durante más tiempo la dialéctica y casi exasperada encrucijada de las
exigencias religiosas más variadas con las políticas sociales e indirectamente al menos culturales y económicas. La
economía inglesa conoció notables transformaciones no solo en el plano agrícola sino mayormente en el plano
industrial, lo que constituirá más tarde la Revolución Industrial. Además, las exigencias militares y los trastornos políticos
tuvieron contrapartidas favorables en las actividades económicas con lo que ya a fines del siglo XVII se puede afirmar
que cuenta con un mercado de dimensión nacional.

Si la movilidad social fue alta en el transcurso del siglo XVII, también los valores morales e intelectuales sufrieron
sacudidas. Los numerosos debates en que las exigencias religiosas se mezclaban con las políticas y sociales aceleraron y
extendieron la capacidad colectiva de información y reflexión. Cuando la herejía deja de ser castigada con la hoguera, la
Iglesia perdió el monopolio de que había gozado tanto en el control de la educación como en el poder de censura. Poco
a poco la opinión pública se convirtió en una fuerza que era necesario tener en cuenta.

Además, desde el quiebre con la Iglesia romana el papismo había sido considerado cada vez más como un enemigo
tanto interno como externo.

2.- DE JACOBO I A CARLOS I: No se puede reducir la historia de Europa en la época moderna al progresivo
fortalecimiento de los órganos estatales, no obstante, este proceso constituyó una de sus directrices dominantes. El
siglo XVII ha sido considerado el siglo del absolutismo, es decir el de la centralización y el acrecentamiento del poder en
manos del soberano y de sus directos colaboradores. Sin embargo, en el caso inglés había varios elementos contarios a
este despliegue de poder central. En primer lugar, el rey no disponía de un ejército ni de una flota permanente. Además,
la administración local estaba en manos de los propietarios de tierras. El gobierno central necesitaba por lo tanto de
estos elementos ya que ellos dominaban la evolución interna del país.

3.- LA GUERRA CIVIL Y CROMWELL En las primeras décadas del siglo XVII se agudiza en Inglaterra la controversia en el
ámbito de los poderes del soberano. Por parte real se sostenía que la soberanía residía sólo en el rey, mientras para sus
adversarios el poder de dictar leyes pertenecía al “rey en el Parlamento”. Es este sentido aquellas décadas constituyeron
una fase de tensión, no solo constitucional, sino también política. La originalidad de los acontecimientos ingleses es el
hecho de que logran encaminarse en una dirección civilmente revolucionaria: la de la monarquía constitucional
parlamentaria.

Era un modo de volver a la Carta Magna, aunque sobre todo una señal de indignación del país con respecto a un
gobierno desentendido y despreocupado de las exigencias de sus súbitos. Así la sociedad inglesa tenía en sí misma la
fuerza capaz de reaccionar ante las prevaricaciones monárquicas, aunque el apego a la corona era todavía sólido y
también amplio el apoyo que la iglesia anglicana le aseguraba. En medio de las discusiones acerca de cómo debía ser el
gobierno, estalló una guerra civil en 1642 entre los partidarios del rey y quienes sostenían el parlamentarismo. Al
principio iba ganando el monarca, pero de a poco comenzó a ganar el ejército dirigido por Oliver Cromwell. Este último
se convierte finalmente en el supremo y único responsable del país, luego de haber encarcelado al rey y haber
dispersado a las tropas que lo seguían apoyando. El rey es luego procesado y, por primera vez en la historia europea,
decapitado. Los parlamentarios proclamaron así la abolición de la monarquía, instaurando la república. Se inicia así el
gobierno de Cromwell, quien es nombrado en 1635 Lord Protector. Animado por su profunda fe intenta introducir
reformas eclesiásticas en sentido puritano, prohibiendo la libertad de culto tanto a anglicanos como cristianos.
Finalmente, su tentativa de transmitir sus prerrogativas a su hijo falló y tras su muerte se llevó a la restauración de los
Estuardo en 1660. Tras este tiempo Inglaterra había alcanzado un nivel civil, religioso, económico y social claramente
más avanzado que en las primeras décadas del siglo. Además, en el plano internacional el país había alcanzado el rango
de gran potencia.

4.- DE CARLOS II A GUILLERMO IIILa Contrarreforma y el absolutismo, expresado de un modo aproximado y un tanto
simplista, son fenómenos relacionados entre sí y contemporáneos. No por eso van necesariamente juntos ni se
configuran de igual manera en los distintos países. El absolutismo es una forma de gobierno que caracteriza a gran parte
de los estados europeos que están en su etapa de estructuración, que corresponde al. XVII, aunque se inicia antes y se
prolonga en ciertos casos. Esto se aplica preferentemente a Europa, donde política y religión son elementos muy
estrechos. El absolutismo europeo es monárquico, no obstante, existen estados donde la presencia de un estado o una
dinastía no comporta casi formas absolutas. (Ej: En Inglaterra, aunque los monarcas tenían conductas absolutistas, las
fuerzas políticas y sociales lo impidieron).

Por ello la expresión “época de absolutismo” es de una validez bastante relativa, pero existen ciertas características
propias de este fenómeno. En muchas monarquías europeas se desarrolló la tendencia a la concentración del poder
autoritaria y autocrática. La disminución de las autonomías locales o de la clase a favor de un poder central, corresponde
a un gran cambio político en Europa. Corresponde a la conversión de las elites hacia funciones de carácter menos
particularista y más claramente estatales. Pero esto provocó por otro lado la rivalidad entre las potencias, donde las más
importantes se sienten con el poder de demostrar su superioridad. Todo el período del XVI al XVII está impregnado de la
búsqueda de una ordenación que no se encuentra porque el campo de lucha se ha hecho demasiado vasto: ya no es
sectorial o europeo, sino cada vez más mundial. Este proceso durará hasta el s. XX La forma absolutista se muestra como
la forma más apta para configurarse tanto en las tensiones internas como en los conflictos externos. El transcurso del S.
XVII se hizo particularmente difícil por la competencia entre países agravada por los antagonismos confesionales. La
dura regla de la vida europea fue la guerra. Se impusieron nuevos sistemas y nuevos valores y sin duda las motivaciones
que han llevado a combatir a los países europeos fueron reiteradas veces religiosas. El otro apoyo ha sido el sentimiento
de proteger y hacer más fuerte al soberano y al propio país. El rey es visto como la encarnación de un estado nacional o
al menos regional. Es un proceso lento y que se da de diversas maneras, aunque es propio del siglo XVII y que permite a
los estados ampliar sus dominios sobre sus propios súbditos y lanzar sus propias fuerzas contra sus enemigos. El
monarca aparece como el lugarteniente, imagen de Dios y encarnación del Estado. Las iglesias se hacen bastante más
nacionales ya que el prestigio del poder del pontificio había llegado casi a término para el beneficio del poder de los
monarcas concretos. Mientras antes los soberanos servían a la religión, ahora se sirven de ella. Además, tenían
conciencia de que también necesitaban de ella. Condicionados por las ambiciones políticas y por las motivaciones
confesionales, los absolutismos buscaron satisfacer las exigencias económicas de los grupos nacionales dominantes. La
situación se vuelve más compleja por cuanto el sistema económico se vuelve internacional, pero se incrementan los
motivos de conflicto perjudicando el flujo de negocios o inconvenientes en la política dirigista. El último objetivo es
favorecer y proteger el mercado interior, aunque logrando tomar en las propias manos porciones cada vez más grandes
del internacional.

CAPITULO 13: LA HEGEMONÍA ESPAÑOLA Y EL ORDEN EUROPEO. (RIBOT)

Los reyes católicos y los inicios de la Monarquía de España.

1469, se inicia un proceso de vinculación territorial, con el matrimonio entre los herederos de Castilla (abarca la mayor
parte de la península Ibérica) y Aragón (reinos de Aragón, Valencia y Mallorca, principado de Cataluña y los reinos de
Sicilia y Cerdeña).

Monarquía de integración. Cada territorio mantiene su personalidad, constituciones, leyes, instituciones, monedas y
aduanas.

A finales del s. XV, la España de los Reyes Católicos constituye el mayor poder emergente en Europa. En 1492 los Reyes
Católicos conquistan el reino de Granada. En 1512 Fernando incorpora el reino de Navarra y Nápoles (en pugna con
Francia). En el Mediterráneo occidental conquista el norte de África para frenar a turcos y berberiscos. En el Atlántico las
islas Canarias, y a partir de 1492 se abre para Castilla el Nuevo Mundo.

Se consolida el poder real gracias al mayor peso por parte de la corona de Castilla, centro de gravedad demográfico,
económico y político, y al sometimiento de la nobleza castellana (a partir de la Guerra de Sucesión de entre 1474 -1479;
el bando de Isabel -hermanastra de Enrique IV- venció al de la hija de éste, Juana la Beltraneja) y de las órdenes militares
de la corona de Castilla (Santiago, Calatraa y Alcántara).

Reforman las contadurías (eje de la administración hacendística) y se crea la Santa

Hermandad (encargada del orden y la represión de los delitos en el espacio rural, bajo la dependencia de las ciudades).
Las Cortes de Toledo reorganizan el Consejo Real (conocido cada vez más como de Castilla). Se difunde el cargo de
corregidor, representante real al frente del gobierno de las principales ciudades y sus distritos, lo que permitirá a los
reyes extender su poder por el territorio de la corona de Castilla.

Se crea en 1480 el Tribunal de la Inquisición para perseguir a los conversos acusados de judaizar.

Influencia de la corona aragonesa en la política exterior (enemistad a Francia), la figura de los virreyes para el gobierno
de los reinos que no contaban con la presencia del monarca y la abolición de la servidumbre y los malos usos señoriales
(segunda guerra de los campesinos remenças en la actual Gerona (1483-1485).

Nombrados Reyes Católicos en 1496 por el papa Alejandro VI, se produce una progresiva identificación de la Monarquía
con la religión. Desde la Edad Media los reyes estaban obligados a proteger a la Iglesia y a la religión, haciéndose
responsables ante Dios del mantenimiento de la fe de sus súbditos cristianos. La creación de una nación y el
fortalecimiento del poder real exigían la uniformidad social, y ésta se basaba en la pertenencia a un mismo credo.

Tras la muerte de Isabel en 1504 y hasta el acceso al trono de su nieto Carlos, se produce la crisis castellana del llamado
periodo de regencia (1504-1516). La unidad se mantuvo gracias a la habilidad política de Fernando el Católico y el
cardenal Cisneros, pero también a hechos fortuitos como la locura de la reina Juana I, el fallecimiento de su esposo
Felipe el Hermoso o la muerte del único hijo habido por Fernando en su matrimonio con Germana de Foix (sobrina de
Luis XII de Francia).

El imperio de Carlos V.

Elegido emperador en 1519. Como representante actual de una familia reinante tenía la misión de administrar, defender
y transmitir íntegramente a su heredero los territorios que formaban parte del patrimonio dinástico. Fue el emperador
con un mayor número de territorios bajo su mando: conde de Flandes, señor de los Países Bajos, heredero de la
Monarquía de los Reyes Católicos, Austria y un conjunto de territorios cercanos, el Imperio y amplios espacios del norte
y centro de Italia., y los virreinatos de Nueva España y Perú. Su hijo Felipe II incorporaría Portugal y sus extensos
dominios ultramarinos. Quedó pendiente el ducado de Borgoña, territorio prácticamente independiente de la corona
francesa y una de las cortes más brillantes de la Europa medieval, conquistado por Luis XI de Francia en 1477. María y su
marido Maximiliano lograron salvar el condado de Borgoña o Franco Condado -al este del ducado de Borgoña- y los
Países Bajos.

*Su hermano Fernando, tras vencer a Luis II de Hungría en la batalla de Mohács se convierte en rey de Bohemia y
Hungría, y rey de Romanos -heredero, por tanto, del Imperio-, en 1531. Se convertiría en la cabeza de la rama austríaca
de la familia, en la que recaería durante los siglos siguientes la herencia imperial.

*En su reinado se recuperan y mitifican las tradiciones caballerescas del ducado perdido:

 La Orden del Toisón de Oro, creada por el duque Felipe el Bueno en 1429.
 El protocolo ceremonial cortesano, que Carlos V implanta en la corte española.
 La cruz de San Andrés, que figurará en las banderas e insignias de los ejércitos del emperador y sus
descendientes como símbolo de España.
* La extensión de la herencia patrimonial generó varios problemas:

 El problema de la regencia: mientras viviera su madre -Juana la Loca- y según las leyes de la corona de Castilla,
no podría disponer de sus dominios.
 Las revueltas en varios de sus territorios durante los primeros años de su reinado: las Comunidades de Castilla
(1520 -21), las Germanías y los incidentes ocurridos en Palermo y Sicilia. Las revueltas urbanas fueron
habituales durante la Edad Moderna, derivadas de las tensiones entre diversos grupos por el control y el acceso
al poder urbano.
 La revuelta de las Comunidades (localizada en la zona central de la corona de Castilla, especialmente las
ciudades del próspero valle del Duero) se inicia por el malestar de las ciudades castellanas, con voto en Cortes,
por el advenimiento de un rey ajeno a sus tradiciones. Reivindicaban reforzar el poder las Cortes en el gobierno
del reino. Los comuneros fueron derrotados, pero a finales de los años 30, Carlos V otorgó a las Cortes unas
atribuciones en el terreno fiscal superiores a las que siempre habían tenido (recaudar las alcabalas y tercias, una
parte importante de los ingresos del rey).
 En 1525, en el marco de las revueltas de las Germanías (en Valencia y Mallorca), decretó que los musulmanes de
la corona de Aragón tendrían que convertirse o emigrar. Desde entonces, los musulmanes de la península serían
moriscos, conversos de origen islámico.

* Crea un Consejo de Estado para la gobernación e instaura un sistema de gobierno polisinodial , caracterizado por la
existencia de diferentes tipos de consejos, que asesoran y colaboran con el rey en el gobierno y la administración de
justicia de los diversos territorios.

* La corona de Castilla y los Países Bajos fueron el centro de gravedad de su política.

* En el terreno religioso actuó con la misma conciencia de su obligación de proteger la fe que caracterizó el reinado de
sus abuelos.

Enemigos y guerras. Francia, turcos y protestantes.

Tres amenazas para el poder de Carlos V: Francia (por el dominio sobre Italia), Turquía (Mediterráneo occidental), la
Reforma de Lutero.

El frente contra Francia:

 Francisco I rompe el tratado de Noyon de 1516 (por el cual se establece una alianza Valois-Habsburgo y cesa la
guerra en Italia). La guerra se desarrolla en los Pirineos y norte de Italia.
 Las tropas del emperador saquean Roma en 1527, desmandadas por la falta de pagas después de la muerte de
su comandante Carlos de Borbón). La ocupación española dura 8 meses. La guerra se amplía en el mar, Carlos V
vence con ayuda del al almirante genovés Andrea Doria, anteriormente en el bando francés.
 Paz de las Damas o de Cambrai: El Milanesado (que había pertenecido a Francia en las guerras de Italia) es
cedido a Francesco II Sforza. Se afianza así la supremacía del emperador en Italia. Se restablece el poder de los
Medici en Florencia. El papa Clemente VII corona emperador a Carlos V.

La amenaza turca:

 Dos grandes amenazas en el Mediterráneo occidental: los corsarios berberiscos y la alianza entre Francisco I y
los otomanos.
 El emperador conquista Túnez (1535).
 Francia ataca el Piamonte.
 Firma de una tregua de 10 años, a instancias del papa, entre Francisco I y Carlos V. Como muestra de buena
voluntad, una nieta del papa se casará con un príncipe francés, y el emperador entregará a su hija Margarita de
Austria en matrimonio a Octavio Farnesio. La tregua se mantendrá sólo 3 años.
 Se forma la Santa Liga entre Carlos V, el papa y Venecia, que fracasa contra los turcos. El Imperio fracasa en
Argel (centro del corso berberisco) y pierde Trípoli.
 La política de Carlos V se orientó hacia la defensa en España e Italia, construyendo fortificaciones y defensas
costeras.

Los protestantes alemanes.

 En los años 1520-30 las Dietas de Worms, Spira y de Augsburgo tratan de resolver el conflicto religioso, sin
resultado positivo. La Dieta de Augsburgo tuvo como consecuencia la Confesión Augustana, primera exposición
oficial de los principios del luteranismo. El protestantismo se expande en Alemania, con la conversión del obispo
elector de Colonia y el elector del Palatinado. Tras el fracaso de las dietas y sin que el papa convocara un concilio
se inicia el conflicto armado en los años 30. Los príncipes y ciudades reformados constituyeron la Liga de
Smalkalda.
 1542, nueva guerra hispano-francesa.
 Alianza de España e Inglaterra (Enrique VIII).
 El Tratado de Crépy pone fin a la guerra por agotamiento de Francia y España.
 El emperador derrota a la Liga de Smalkalda y adopta el Interim de Ausgsburgo, que establece una reforma
disciplinar del clero y en la que se insta a los protestantes a volver a adoptar las creencias y rituales del
catolicismo, con algunas concesiones (p. ej el matrimonio de los sacerdotes). No fue aceptado por la mayoría de
los protestantes.
 En 1551 Solimán el Magnífico ataca Hungría y Transilvania.
 Francia (Enrique II) ataca el ducado de Milán, y se alía con el protestante alemán duque de Sajonia para avanzar
hacia los Alpes.
 Paz de Augsburgo. 1555
o Firmada por el hermano de Carlos V (Fernando I de Habsburgo) y la Liga Smalkalda. Acuerdo que
reconocía la incapacidad de ambos bandos para imponerse.
o Los habitantes de los estados territoriales están obligados a compartir la fe de su respectivo príncipe o
señor. En los principados católicos de carácter religioso se estableció la reserva eclesiástica, que permitía
a su titular el cambio de fe a título individual, en cuyo caso los cabildos elegirían un sucesor católico. Los
protestantes piden tolerancia para los súbditos de los príncipes religiosos. En la realidad, sólo quienes
viven en ciudades libres, gobernadas por oligarquías municipales, podían elegir entre catolicismo o
luteranismo.
o La paz creó problemas derivados de las migraciones forzadas y se olvidó de otras confesiones
protestantes.
o El norte de Alemania sería protestante y el sur católico.
o Las tensiones desembocaron en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648).
 La guerra con Francia seguirá al final del reinado de Carlos V. Francia ocupa Córcega con ayuda de los corsarios
berberiscos. España sitia Siena, con ayuda del duque de Florencia. La guerra finaliza por agotamiento de ambos
bandos en 1556. Carlos V abdica y se retira al monasterio de Yuste, y separa su herencia en dos bloques:
o Territorios de los Habsburgo y el Imperio para su hermano Fernando.
o Herencia española, italiana y flamenco-borgoñona pasaron a su hijo Felipe.
o Para consolidar la alianza anglo-flamenca contra Francia, impulsó la boda entre el futuro Felipe II y la
reina de Inglaterra, María Tudor, plan que fracasó al morir ésta.

La Monarquía de España bajo Felipe II.

 Con Felipe II y separada del Imperio, se inicia la Monarquía Hispánica o católica. Periodo de la Contrarreforma. El
catolicismo se convirtió en la ideología básica de la Monarquía.
 La Inquisición reprime a los herejes, sospechosos y conversos. Los moriscos vivían en comunidades aisladas y
cohesionadas; en la corona de Aragón -especialmente en Valencia se trataba sobre todo de campesinos que
trabajaban en tierras de señorío. Tras la sublevación de los granadinos, Felipe II los reparte por toda la corona de
Castilla y repuebla Granada con cristianos viejos.
 Se burocratiza el oficio real. Frente al modelo medieval del rey viajero -encarnado por Carlos V-. Felipe II será un
monarca sedentario, que dirigirá sus territorios desde su despacho. Regulariza el sistema de gobierno creado
por los Reyes Católicos y Carlos V.
 Dos niveles de órganos de gobierno:

1) La Corte central, en la que se desarrollan tres tipos de consejos:

 El de estado, con atribuciones sobre toda la Monarquía.


 Los consejos territoriales, de Castilla, Aragón, Indias, Italia, Portugal y Flandes. Ejercían también de
tribunal de apelación judicial. Compuestos por letrados
 Los consejos por materias: de Inquisición, Cruzada y Guerra (con jurisdicción sobre varios reinos y
territorios) y el de Órdenes (para el gobierno de las órdenes militares castellanas), Cámara de Castilla y
Hacienda (afectaban sólo a la corona de Castilla).

2) Las cortes de los virreyes o gobernadores generales, representantes del rey en los reinos o gobernadores en los
estados que no tenían dicha categoría.

 Se reúnen juntas dada la descoordinación y lentitud de los consejos, que se ocupaban de un asunto concreto e
integraban un número reducido de miembros. Algunas fueron permanentes (Junta de Obras y Bosques). La
Junta de Estado o Junta de Noche tenía como misión ayudar al rey en el desempeño de las tareas de gobierno,
en un periodo de envejecimiento y deterioro de la salud del rey.
 Reanudó el pacto con las Cortes de Castilla, al que había llegado su padre.
 La base esencial de la fiscalidad castellana fue el servicio de millones, administrado por las ciudades que
controlaban las Cortes, que dio lugar a una hacienda paralela a la del rey, que provocaría grandes beneficios en
las oligarquías urbanas.
 Se consolida la castellanización de la Monarquía, en detrimento de la integración de las élites políticas del resto
de territorios.

Nuevos enemigos y conflictos. La rebelión de los Países Bajos.

El conflicto con Francia por el dominio en Italia:

o Francia quiere invadir Nápoles. Se alía con el papa Paulo IV y el duque de Ferrara. El duque de Alba frena el
plan y el papa firma la paz.
o Las tropas imperiales invaden Francia. El 8 de agosto de 1557, día de San Lorenzo, el ejército hispano derrotó al
francés en la Batalla de San Quintín, cuyo éxito sería conmemorado por Felipe II con la construcción del
monasterio de El Escorial.
o 1559, Paz de Cateau-Cambrésis, un acuerdo fruto del agotamiento de los contendientes que consagró el fin de
las guerras de Italia y confirmó la hegemonía española en la política europea. Finalizan las luchas contra los
protestantes. Se inicia el periodo de la paz hispánica, que se extendió hasta el XVII. Al duque de Saboya Manuel
Filiberto se le restituye su territorio como recompensa por sus servicios a los reyes de España. España recupera
Córcega (que había estado en manos de Francia).
o Al no heredar el título imperial, lo que ocurriera en Alemania sólo le afectaba indirectamente; los grandes
enemigos del emperador se reducían a turcos y berberiscos.

El frente turco: liga contra los turcos (papa Pío V, España, Venecia y Génova), disuelta poco después del triunfo en la
Batalla de Lepanto (1571). Los turcos mantuvieron el control del Mediterráneo oriental.

Las guerras de religión:


 Tras el Concilio de Trento de 1563 se inició un periodo de confesionalización de la política, con el rey de España
convertido en adalid del catolicismo. La religió fue uno delos principales conflictos hasta mediados del s. XVII y
está detrás del enfrentamiento con sus súbditos protestantes de los Países Bajos, Inglaterra y Francia, a lo que
se añaden motivaciones nacionalistas (el deseo de frenar la creciente soberanía hispana y las aspiraciones
mercantiles de Inglaterra con las Indias).
 Los Países Bajos, problema de la Monarquía española hasta mediados del XVII; conglomerado de 17 provincias,
escasamente unificadas. Una de ellas, Flandes, Motivos del descontento: la nobleza se sentía marginada del
gobierno, la crisis económica por la guerra contra Francia; la bancarrota perjudicó a los nobles, eclesiásticos y
burgueses, poseedores de (títulos de deuda); el calvinismo de una parte de la población; la renten
reorganización eclesiástica organizada por el papa, que provocó el malestar en la nobleza al verse afectados sus
derechos de patronazgo (se desmembraban antiguas abadías y monasterios). La represión militar de la revuelta
posterior contribuyó a consolidar tanto las opciones nacionalistas como las causas religiosas.
 Guerra contra las tropas rebeldes del estatúder Guillermo de Orange y Luis de Nassau (su hermano) cuya
derrota inicia una represión posterior y el restablecimiento del poder real. Se establece una reorganización
eclesiástica en la que se introducen catorce nuevos obispados creados por el papa.
 Una nueva revuelta, marítima, protagonizada por los mendigos del mar, se extiende hasta las provincias del
norte.
 En 1541 Cristián III de Dinamarca (sucesor de Federico I), aliado de Francisco I de Francia, ataca los Países Bajos.
Carlos V intervino e impuso el tratado de Spira (1544), que abría los estrechos daneses al comercio neerlandés y
fijaba tarifas aduaneras para los distintos países.
 Guerra de desgaste, con predominio de largos sitios de plazas, que provoca diversas bancarrotas. Finaliza con la
Pacificación de Gante (1576) los Estados Generales reconocen la autoridad del rey Felipe II y a Juan de Austria
como su tutor. Pero las provincias calvinistas romperán la lealtad al rey y en 1581 firman el Acta de Abjuración y
crean la Unión de Utrecht (origen de las Provincias Unidas).
 En los Países Bajos se creó una soberanía específica en manos de su hija Isabel Clara Eugenia y su esposo, el
archiduque Alberto, pero con cierta dependencia de España y la condición de que volvieran a la soberanía
española en caso de que los nuevos soberanos no tuvieran descendencia.
 Tras fallecer Juan de Austria, lo sustituye como capitán general Alejandro Farnesio, quien había conseguido
anteriormente mediante la Unión de Arras llevar de nuevo a la obediencia a Felipe II a las provincias del sur que
se habían unido a Guillermo de Orange en rebeldía. Se inicia la guerra entre España e Inglaterra: hispano-
inglesa.
Isabel I de Inglaterra apoya a los protestantes de Países Bajos y Francia, con ayuda de Francis Drake. La Gran
Armada de Felipe II preveía desembarcar una parte importante del ejército de Flandes, pero fracasó, con una
pérdida naval cuya repercusión histórica fue magnificada por la historiografía. La guerra marítima hispano-
inglesa prosiguió hasta la muerte de Felipe II e Isabel I. La muerte de Alejandro Farnesio puso fin simbólicamente
a las posibilidades de acabar con la rebelión de los Países Bajos.
 En 1595 el nuevo rey francés, Enrique IV, declaró la guerra a Felipe II. España se vio enfrentada
simultáneamente a los franceses, Inglaterra y los rebeldes de los Países Bajos.
Al año siguiente los enemigos de Felipe II firmaron una alianza en su contra. Se resuelve con la Paz de Vervins en
1598, entre Felipe II y Enrique IV de Francia que confirma el tratado de Cateau- Cambrésis y añade cláusulas
nuevas, entre las cuales está que Francia renuncia a la soberanía sobre Flandes y Artois, pero no legitima la
anexión del sur de Navarra por parte de Fernando de Aragón. Añade otra cláusula por la que la guerra hispano-
francesa continúa en el mar Caribe.
 El frente portugués: En 1578 la Monarquía española invade Portugal, al postularse Felipe II al trono vacante tras
la muerte del rey y su sucesor. Adquiere así el imperio colonial portugués de América, África y Asia y se expande
a Filipinas. Al final del reinado de Felipe II la hegemonía española se veía comprometida.

El agotamiento de Castilla.
 Castilla tenía un peso excesivo en el sostenimiento de la política de la Monarquía. El ejército y los impuestos
para financiar las empresas exteriores salieron fundamentalmente de ella, pero también la mayoría de altos
puestos políticos y cortesanos fueron ocupados por castellanos.
 El rey se vio obligado a recurrir al crédito, por medio de asientos con los hombres de negocios. Cuando Carlos V
abdicó, la Hacienda castellana se encontraba en déficit crónico, que obligó a diversas bancarrotas.
 Los ingresos hacendísticos de la corona de Castilla crecieron más deprisa que los de ningún otro país. Los tesoros
procedentes de las Indias aumentaron en tiempos de Felipe II, suponiendo el 20% de los ingresos del total de los
ingresos de la corona de Castilla.
 Al final del siglo, los gastos superaban a los ingresos, lo que junto a las malas cosechas y la gran epidemia de
peste agudizó las críticas a la política de guerras de la Monarquía.

CAPÍTULO 15. INGLATERRA. CENTRALIZACIÓN POLÍTICA Y RUPTURA CON ROMA.

En Inglaterra existían dos ámbitos de poder:

La Casa del Rey. Formada por la Cámara (espacio privado a las órdenes del gran chambelán) y la Household (área pública
o de servicio, encabezada por el mayordomo mayor). Enrique VIII crea la Cámara privada, principal centro del poder de
la Casa del Rey y dirigida por el gentleman.

El Consejo. Formado por nobles y altos personajes del reino (eclesiásticos, cancilleres, tesoreros...) que asistían al rey en
sus tareas de gobierno, incluida la judicial como tribunal superior del reino. Enrique VIII reguló su funcionamiento y lo
limitó a 19 miembros.

En el siglo XVI surgen dos nuevas cortes:

La Star Chamber, creada por Enrique VIII. Especie de alto tribunal de seguridad, instrumento de la represión religiosa y
política.

El Tribunal de la Alta Comisión. Creada por Isabel I, máximo tribunal eclesiástico, también con función represiva.

Justicia: Tres grandes tribunales, que actuaban en Westminster

 El Tribunal de los Pleitos Comunes para los asuntos civiles.


 El Tribunal del Rey para asuntos criminales.
 Tribunal del Tesoro para los asuntos financieros.

Administración de las finanzas, La base de la Hacienda eran las rentas ordinarias, procedentes de los ingresos del
dominio, derechos aduaneros, sedes episcopales vacantes, derechos recaudados por la administración de justicia,
derechos feudales, multas de justicia, confiscaciones... Las rentas extraordinarias las aprobaba el Parlamento.

El cisma de Enrique VIII, A partir de 1527, enfrentamiento con el papa por el deseo de Enrique VIII de separarse de
Catalina de Aragón (hija de los Reyes Católicos), para casarse con Ana Bolena. En el contexto, extensión de círculos
luteranos clandestinos, que incluía a Ana Bolena, y un creciente anticlericalismo, así como la mala imagen que se tenía
del papa y las críticas a la riqueza de la Iglesia.

Precedentes de la Reforma:

 Las doctrinas de John Wyclif, quien en el s. XIV atacaba la transubstanciación en la eucaristía y la Iglesia
encabezada por Roma. Sus seguidores fueron los sacerdotes pobres, lolardos.
 El Humanismo, con Tomás Moro (autor de quien había descrito el ideal Utopía, 1516), humanista de una Iglesia
autónoma y tolerante con pocos sacerdotes (entre los que admitía mujeres) elegidos por los fieles.

Ni Catalina de Aragón -la reina- ni el papa Clemente VII autorizan el divorcio. Cae el canciller del reino, cardenal Wolsey.
Acceden al poder Tomás Moro (canciller), y los reformistas luteranos Thomas Cranmer (nuevo arzobispo de Canterbury)
y Thomas Cromwell (secretario de Estado). El Parlamento aprueba las leyes propuestas por Cromwell que limitan el
poder del papa sobre la Iglesia de Inglaterra y aumenta el del rey. Cranmer declaró nulo el matrimonio del monarca y
confirmó el que se había celebrado en secreto con Ana Bolena, que estaba embarazada (1533). Clemente VII negó la
anulación y excomulgó al rey. El Parlamento aprueba la Ley de Supremacía por la que la Iglesia de Inglaterra se separaba
de la obediencia de Roma y el rey era nombrado su jefe supremo.

Tomás Moro y John Fisher (obispo de Rochester), no conformes con la nueva Ley, son condenados a muerte. Los
cartujos y franciscanos son ejecutados o encarcelados. La resistencia católica se concentró en el norte, donde se añadía
el descontento de los campesinos tras la desamortización de bienes eclesiásticos; las rebeliones confluyeron en la
Peregrinación de Gracia (1536 -1537) y la rebelión en Irlanda, reprimidas de forma sangrienta.

Los enemigos de Ana Bolena alentaron el matriomonio del rey con Jane Seymour (1536). Cromwell se alía con los
contrarios al divorcio (María Tudor , hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón, y el embajador imperial Eustace Chapuys).
Acusada de traición por adulterio, Ana Bolena fue ejecutada en 1536,meses después de que muriera Catalina de Aragón.
María Tudor se vio forzada a reconocer la disolución del matrimonio de su madre.

A finales de 1530 Cromwell ocupó la presidencia de la Cámara Privada y el cargo de lord gran chambelán. La aristocracia,
cada vez más fuerte en el Consejo, lograron derribarle por el descontento del rey con su cuarto matrimonio (con la
protestante alemana Ana de Cleves), que Cromwell había organizado con la ayuda del arzobispo Cranmer. La quinta
esposa, Catherine Howard, acusada de infidelidad por Cranmer y los evangélicos, sería ejecutada. El sexto matrimonio
sería con Catherine Parr.

Las medidas adoptadas por la Iglesia de Inglaterra en tiempos de Enrique VIII fueron más un cisma que una cuestión
doctrinal. Enrique VIII era catolico y había refutado las doctrinas de Lutero, motivo por el que el papa le concedió el
título de Defensor Fidei. Inglaterra no se adhería a la Reforma, sino que se separaba de Roma. En el transfondo estaba el
concepto de "imperio" basado en el Derecho romano, que no reconoce superior alguno.

El rey pasó por dos etapas:

 Acercamiento a la Reforma, que se manifestó en los (1536) y en el Diez Artículos catecismo (o Libro de los
Obispos), en los que se suprimía. La instrucción del cristiano el latín en la liturgia, se ordenaba que la Biblia se
tradujera al inglés y se pusiera a disposición de los fieles y se acababa con las imágenes y el culto a los santos, las
reliquias, peregrinaciones o procesiones. Cromwell y Cranmer fueron los impulsores de la Reforma.
 Vuelta al catolicismo, tras la caída de Cromwell y la vuelta al entendimiento con Carlos V frente a Francia. Se
tradujo en los (1539), que afirmaban la Seis Artículos transubstanciación, imponían el celibato sacerdotal y daba
marcha atrás en otras cuestiones. Se adoptó como nuevo catecismo el (1543), que obligaba al Libro del Rey culto
a la Virgen y los santos, se prohibió la lectura de la Biblia a las mujeres y a las gentes sin una amplia formación , y
los tribunales -auténticas inquisiciones- condenaban a la horca quienes negaban la supremacía del rey sobre la
iglesia de Inglaterra y a luterano a la hoguera por herejes.

Isabel I y el triunfo del anglicanismo (1558-1693)

María Tudor murió sin sucesión, accediendo al trono su hermanastra Isabel I (hija de Enrique VIII y Ana Bolena). El
reinado se dirige hacia una forma peculiar de protestantismo: el anglicanismo. Pese a la oposición de la Cámara de los
Lores, de mayoría católica, logró que el Parlamento aprobase dos leyes: la Ley de Supremacía (la reina se convertía en
jefe supremo de la Iglesia de Inglaterra) y la Ley de Uniformidad (orientaba al país hacia el protestantismo). Sustituyó a
los obispos que se negaban a aceptar ambas leyes por otros nuevos afines a su política. Creó el Tribunal de la Alta
Comisión, tribunal superior para los asuntos eclesiásticos.

Aprueba los que serán durante siglos la confesión de fe Treinta y Nueve Artículos, anglicana (cercana a posiciones
calvinistas): justificación por la fe, Sagrada Escritura como norma suprema, Preeminencia de los sacramentos del
bautismo y eucaristía, inexistencia de mediaciones de la Virgen y los santos, eliminación de los sufragios, liturgia y
Escritura en
lengua inglesa. Incluyó elementos católicos: la admisión del valor de las obras y de los otros sacramentos, la adopción de
los mismos libros canónicos que la Iglesia de Roma, la estructura episcopal.

En Irlanda, enfrentamientos entre los (inmigrantes ingleses que habían llegado a old english la isla desde la Baja Edad
Media y que se mezcló con población autóctona, católica) y los (inmigrantes ingleses posteriores a 1540, protestantes, a
los que se les ofrecía new english tierras previamente confiscadas por la Corona -sistema de plantaciones-).

En Escocia se extiende la Reforma, forzando a María Estuardo a refugiarse en Inglaterra. Isabel mandó su arresto (podía
alegar derechos al trono por ser biznieta de Enrique VII). Para Isabel era un proble.

Rebelión católica del norte (rebelión de los condes) , reprimida con más de 700 ejecuciones y la confiscación de una
serie de grandes dominios de la nobleza. El papa Pío V condenó estos hechos y la depuso del trono, a lo que Isabel
respondió ratificando los Treinta y Nueve Artículos. La condena papal supuso la ruptura definitiva y la persecución de la
minoría católica.

Isabel tenía otra oposición, la de los puritanos, grupos de inspiración calvinista y opuestos a la religión oficial (defendían
el sacerdocio universal, sin jerarquías).

En política exterior, aunque era conservadora había entre sus consejeros dos sectores: un grupo partidario de una
política exterior prudente y otro favorable a una intervención exterior en defensa de los protestantes.

Su principal enfrentamiento fue con España: apoyo a los rebeldes de los Países Bajos y los hugonotes. Los ataques de
Drake a Cádiz, Vigo, las islas de Cabo Verde, Santo Domingo y Cartagena de Indias, y la ejecución de María Estuardo por
su participación en un complot contra la reina movilizaron la Gran Armada de Felipe II en 1588, expedición fallida que
reforzó el anglicanismo en Inglaterra.

Economía y Sociedad.

Con la Guerra de las Dos Rosas y las rebeliones posteriores (la de Peregrinación de Gracia 1536-37 y la de 1569)
desapareció un número elevado de miembros rebelión de los condes de la gran nobleza y afianzó la crisis del
feudalismo.

La coyuntura económica favorable desde mediados del s. XV por las desamortizaciones eclesiásticas favoreció los
cerramientos de campos de cultivo, muchos de los cuales se dedicaron a pastos para el ganado; el vallado permitió que
los pastos no fueran sometidos a usos colectivos durante el barbecho o tras la recogida de la cosecha. Esto estimulaba a
los propietarios de la tierra a incrementar sus beneficios, y estrechaba la relación entre la producción y el mercado
(cereales o lana).

Los propietarios de tierra eran nobles o gentes con dinero procedentes de la ciudad. Se desarrolla en el mundo rural un
sector social intermedio -la gentry-., que adquirían tierras por donación real o por compra, convirtiéndose así en un
firme apoyo de la Corona y la Iglesia de Inglaterra. Los campesinos más desfavorecidos huían a las ciudades,
aumentando el descontento social.

La desamortización implicó la crisis del sistema asistencia basado en la caridad. La asistencia pasó a ser regulada por el
Parlamento, que crea la primera ley de pobres en 1536, uno de los primeros sistemas nacionales de atención a la
pobreza y que tendría como aspecto negativo la aparición de encerramientos y otras instituciones coercitivas.

Se desarrolló la pañería y el comercio marítimo (exportación de tejidos, pesquerías atlánticas). En tiempos de Enrique VII
se redactan las dos primeras Actas de Navegación, que conceden a los barcos ingleses el monopolio de la importación de
vino y otros productos. Se crean varias compañías comerciales. Se crea la Moscovy Company, que comercia en el mar
Blanco, región incorporada a Moscovia por Iván IV. Desde Moscú, el comercio se amplía a China (por tierra) y a Persia (a
través del Volga y mar Caspio). La Moscovy Company se dedicó también a la caza de la ballena, la principal actividad a
comienzos del XVIII.
CAPÍTULO 23. LAS REVOLUCIONES INGLESAS

En el continente triunfa el absolutismo, pero en Inglaterra lo hace la república, la base del futuro parlamentarismo y la
monarquía limitada posterior. A diferencia de las revoluciones que se producirán a finales del XVIII, movidas por la idea
ilustrada del progreso, sus protagonistas tenían como modelo ideal la vuelta al pasado.

A comienzos del XVII la sociedad inglesa era una de las más evolucionadas de Europa, con una importante clase
burguesa y el auge de una parte de la nobleza y la (un híbrido gentry rural y urbano, de pequeña nobleza y burguesía o
clase media). Un sistema fiscal y militar arcaicos, burocracia real poco desarrollada y con mayoría de cargos copados por
la nobleza, una Hacienda real con ingresos insuficientes y una opinión pública y un Parlamento contrarios a un ejército
permanente, por temor a que se convirtiera en instrumento del absolutismo. En política, oposición entre grupos
sociales:

La Gentry: ocupó importantes posiciones políticas a escala local y en los condados. Muy ligada, igual que la burguesía, al
puritanismo. Opuestos al absolutismo y los privilegios de la alta nobleza.

La alta nobleza cortesana mantiene el poder central. Ligada al anglicanismo oficial e inclinada al absolutismo.

Tendencias absolutistas de los primeros Estuardo y conflictos con el Parlamento

Isabel I muere sin hijos. Le sucede Jacobo VI de Escocia -I de Inglaterra (1603- 1625), hijo de María Estuardo. Monarquía
compuesta, formada por los reinos de Inglaterra, Escocia e Irlanda, la Gran Bretaña, con mayor peso de Inglaterra.

Puritano de origen al acceder al trono al trono optó por el anglicanismo por lo que persigue a católicos y protestantes.
Inclinado al absolutismo, defendía el origen divino del poder de los reyes. Consideraba que la Iglesia anglicana y la
organización episcopal eran esenciales para la subsistencia de la Monarquía. Anglicanismo y absolutismo le alejan del
Parlamento de Inglaterra, con la Cámara de los Comunes como eje de la oposición. Mejor relación con los parlamentos
de Escocia e Irlanda.

Crisis financiera por las guerras, la inflación y los gastos excesivos de la corte. Se recurre a un préstamo forzoso y la
venta masiva de cargos y títulos, con la oposición del Parlamento, que es reacio a convocar. Finalmente, no aprobó
ninguna medida.

En 1621 el rey convoca el Parlamento por la guerra en Europa. Procesa al lord canciller Francis Bacon por corrupción. El
Parlamento protesta por las presiones fiscales, la defensa de sus privilegios y la libertad de expresión. El rey ordena
detener a varios miembros de los Comunes y disuelve el Parlamento, creando un sistema de favoritos, con George
Villiers a la cabeza. Villiers acumuló descontento por el gasto excesivo en la corte y el acercamiento a España (intenta un
matrimonio entre el príncipe Carlos y la hermana de Felipe IV, la infanta María, pero fracasa). Oposición de los purianos,
que dominaban el Parlamento y de la burguesía, quejosa de que la Corona no colaboraba con las compañías mercantiles
dedicadas al comercio exterior como la hacía Isabel I.

La República y el Protectorado de Cromwell (1649-1660)

Tras la eliminación de Carlos I se crea una república, la Commonwealth, en la que Cromwell logra controlar el poder, con
la ayuda del Rump Parlament y un Consejo de Estado de 41 miembros. Inicialmente desligada de Escocia. Irlanda fue
reprimida y controlada mediante inmigración masiva de colonos ingleses -muchos de ellos soldados- , a los que
Cromwell otorgó poder social y político y tierras confiscadas a los rebeldes. Decenas de miles de católicos emigraron al
continente o a las colonias de Norteamérica. En Escocia, Cromwell venció a los legitismistas y sometió el sur del reino.
Carlos II , reconocido por Escocia, huyó a Francia. En 1652 se impuso la unión de Escocia a Inglaterra -que fue anulada en
1660).
La República era un régimen oligárquico, al que se opusieron los y los diggers, los Lavellers cuáqueros (corriente religiosa
contraria a cualquier jerarquía y que defendía la igualdad desexos y el pacifismo), realistas, católicos, anglicanos y
puritanos.

Aunque existía una tolerancia religiosa, predominó el rigor puritano: Cromwell cerró burdeles, teatros, cafés y tabernas
y prohibió las carreras de caballos, las peleas de gallos y otras diversiones, además de la vigilancia de las costumbres y el
castigo del adulterio con la pena de muerte.

Continuaron las tensiones entre el Parlamento y el ejército. Cromwell disuelve el Parlamento y crea un nuevo Consejo
de Estado de trece miembros, que nombró a su vez el Parlamento Barebone , de 140 parlamentarios, 11 de Escocia e
Irlanda, seleccionados por su religión. Este Parlamento legaliza el matrimonio civil y elimina los diezmos.

En 1653 se adopta el Instrumento de Gobierno, la primera Constitución británica escrita, que además de un Consejo de
Estado, instituye un únco Parlamento para los tres reinos y consolida a Cromwell en el poder (proclamado lord protector
de la Commonwealth de Inglaterra, Escocia e Irlanda). Cuatro años después un grupo parlamentario redacta una nueva
constitución la Advice, que refuerza el Parlamento y crea una Humble Petition and segunda cámara -the Other House-, e
insiste en proclamar rey a Cromwell, quien vuelve a rechazar dicho cargo, pero adopta la pompa regia en su segunda
investidura como lord protector. El país se militariza.

Acciones de gobierno:

Suprime los derechos feudales, se restringe la propiedad de la tierra. Se expande el movimiento de los enclosures y la
inversión en agricultura y ganadería.

Unificación legislativa. Se eliminan diversos estatutos y privilegios locales de ciudades y condados, impulsando el
comercio interno y la difusión de las manufacturas.

Modificaciones en el sistema fiscal, que favorecieron la acumulación e inversión de capitales, y el aumento de la renta
de la tierra.

Apoyo de la iniciativa privada en el comercio internacional y el desarrollo marítimo de Inglaterra.

Guerra mercantil contra las Provincias Unidas que, gracias al Navigation Act, pierden el monopolio comercial y permite
la participación inglesa en el tráfico de esclavos. Monopolio comercial de los barcos ingleses en las colonias de
Norteamérica, lo que implica la subordinación económica a la metrópoli.

Repercusiones favorables sobre la cultura, la mentalidad y el espíritu religioso de los ingleses, aunque también fue un
periodo de represión política.

Disminuye la censura. Abolición de la pena de muerte en la hoguera por herejía.

Desaparece el poder de la Iglesia anglicana, por lo que el gobierno suprime el control sobre las parroquias y la
educación.

La lectura de la Biblia y la proliferación de escuelas puritanas favorece la alfabetización. Mayor libertad de opinión en
materia religiosa, reflexión social y política.

La Revolución Gloriosa de 1688 o Segunda Revolución Inglesa.

Desencadente: el nacimiento del pretendiente al trono del católico Jacobo III. Los Whigs una parte importante de los

decidieron llamar al trono al calvinista tories Guillermo de Orange y su esposa María Estuardo (hija mayor de Jacobo II).

Se produjeron motines anticatólicos. Derrotado, Jacobo II huyó con su familia a Francia. 1694: Guillermo III y María
Estuardo son coronados. La crisis de poder provocó tumultos.
El Parlamento aprueba una Declaración de Derechos (que firman los reyes), que establece el sometimiento de la Corona
a la voluntad de la nación, expresada en el Parlamento, que mantuvo las dos cámaras tradicionales. Se inaugura un
sistema de monarquía limitada, en el que los poderes del Parlamento eran muy grandes, al elaborar las leyes -que
obligaban al rey también- e influir en la elección y control de ministros. El monarca se reservaba la política internacional
y el derecho de veto. Se establece la libertad de prensa, el carácter no permanente del ejército, la libertad individual, el
derecho a la propiedad y de reunión y opinión. La actuación del parlamento queda limitado a tres años.

El crecimiento del ejército (Inglaterra interviene en la política europea) y la división social entre propietarios y no
propietarios motivan tensiones entre el Parlamento y el poder real.

Fin de las persecuciones de los disidentes protestantes (pero no de católicos, antitrinitarios, judíos y ateos). Se mantiene
la exclusión de cualquier cargo público de los protestantes, que se dedican por ello al comercio y otras actividades
productivas.

Se creó el Banco de Inglaterra (1694), primer banco nacional de la historia de Europa, modelo para otros bancos, auque
era una empresa privada que gestionaba el crédito al tesoro público y a los propietarios (una forma de ligar a éstos por
parte del poder).

Política comercial proteccionista, desarrollándose el comercio exterior. A diferencia de Francia, cuya potencia se basaba
en el fortalecimiento del poder real, la de Gran Bretaña estaba basada a la iniciativa privada, la sociedad civil y el
capitalismo.

La reconstrucción del centro de Londres tras su incendio de 1666 simbolizaba el comienzo de la potencia británica, cuyo
edificio significativo fue la catedral anglicana de San Pablo, inspirada en la basílica de San Pedro.

Amenaza de los Estuardo (descendientes de Jacobo II o sus herederos), que con el apoyo de Francia y el de los llamados
jacobitas, intentaron derrocar al rey en varias ocasiones, con apoyo de Escocia (los clanes de las Highlands) e Irlanda. Su
derrota en Irlanda provocó la abolición del Parlamento irlandés y la prolongación del dominio inglés sobre ese reino. La
mayor parte del suelo irlandés, a finales del XVII, pertenecía a protestantes anglo-irlandeses o a propietarios asentistas
ingleses, y un 14% en manos de católicos. La rebelión escocesa acabaría con la represión violenta durante algunos años.

CAPITULO 10 Romano – Tenenti

IMPERIOS Y PRIMERA UNIDAD DEL MUNDO (1480-1560)


I_ LOS IMPERIOS DEL S XV: En un mundo que se hace más grande, se adquiere conciencia y conocimiento de sí mismo
(si los europeos descubren América y redescubren Asia y África, también Asia redescubre Europa, de igual modo que
América llega a tener conocimiento del mundo) en este universo nuevo en su conjunto grandes personajes se afirman
en las dimensiones de la historia, así Mohamed II conquista Constantinopla en 1453  y se convierte con ello en el
heredero de los emperadores de Bizancio, como sucesores  Selim y Soliman el Magnifica Carlos V despierta los
fantasmas de la Roma imperial y los proyecta fuera de Europa- estos grandes espacios unificados, estos imperios
suscitan grandes adversarios: francisco I  no acepta el predominio de los Habsburgo, Persia no acepta la preponderancia
otomana. Entrecruzamiento de intereses, de políticas, de planes diplomáticos, todo en gran escala, o, al menos, en una
escala no conocida hasta entonces. La importancia de cada fenómeno comienza ya a medirse en una escala única, de
proporciones mundiales.

La palabra imperio resulta equivoca, oculta realidades diferentes. Imperio otomano del siglo XV  del siglo XVI, imperio de
Carlos V de los años 1520 no representan la misma realidad, ni las mismas ideas, ni las mismas aspiraciones. El joven
Carlos, que llega al poder, quiere suscitar una resurrección, resucitar la vieja idea del sacro imperio romano, que había
sobrevivido penosamente durante siglos, en aquella forma de anarquía monárquica que fue el imperio romano
germánico. El joven Carlos quiso darle una vida nueva. Amplia la base territorial y lo funda sobre la universidad religiosa
de su dominio. La oposición surge de la pluralidad de lenguas y del hecho de que venía formándose un cierto
sentimiento de grupo nacional no hablamos de naciones. Su primera idea de imperio, la que se concreta en su
coronación de Bolonia de 1530 está destinada al fracaso por falseada y extemporánea, desde su  nacimiento. Y en todo
caso, la oposición más violenta se manifestar de una manera concreta en la explotación religiosa de Europa. A una
tentativa constitucional y política centrípeta corresponde una realidad espiritual y religiosa centrifuga. El emperador no
puede resistir, espiritualmente es un fracaso. Desde este punto de vista, Carlos V representa, verdaderamente, el último
de los grandes soberanos medievales, claros signos de ello son su miedo, su obsesión de la muerte, su angustia religiosa,
su inclinación a las ordenes caballerescas y a todo lo que es pompa y apariencia.

Estos imperios» nuevos requieren un cuerpo de especialistas de la administración: los funcionarios. Y los funcionarios
son consejeros imperiales, administradores, embajadores, escribanos... No suponen nada nuevo, pues se encuentran
funcionarios también a la sodibra de los soberanos medievales. Pero precisamente aquéllos estaban en la sombra,
mientras que éstos dirigen y toman decisiones; sobre todo, son estables, la corte se hace estable. Además, en estos
grandes conjuntos étnicos que son los imperios, en los más altos niveles, se encuentran funcionarios de ·diferentes
nacionalidades. Desde 1453 a 1623, de cuarenta y ocho visires sólo cinco son turcos. El gran consejero de Carlos V, el
constructor de la idea imperial de Carlos V, fue el piamontés Mercurio Gattinara; el consejero de Felipe II, el inspirador
de algunas de las páginas más importantes de su reinado, fue el cardenal Perrenot de Granvela, del Franco Condado. Y
esto es importante, porque demuestra de qué modo estos funcionarios no están ligados ya por vincules de orden feudal
a su soberano; su relación de dependencia es ya una relación de empleo sobre la base de la estabilidad. Ahora, la
administración se impone y organiza incluso su memoria: los archivos. (260)

Durante los siglos xv y XVI, no se produce sin dificultades: las distancias, a medida que van creciendo, crean problemas
de organización que hacen más lentas y difíciles las comunicaciones, las relaciones, los movimientos, las decisiones, los
intercambios. Esta inmensidad de los espacios imperiales no se comprende del todo si no se tiene en cuenta la lentitud
de los medios de transporte.

Los imperios tienen necesidad de dinero, de mucho dinero, para las flotas, los ejércitos, la administración, la corte, la
guerra, la paz. España encontrará su gran recurso en las minas americanas, pero el hecho no es tan sencillo como podría
parecer a primera vista. En efecto, las necesidades de dinero van más de prisa que la recepción de metal en Sevilla, de
modo que se impone buscar anticipos. Entra en juego el banquero, instrumento útil, sin duda, pero al mismo tiempo
expresión de un límite puesto a la acción imperial. Los banqueros italianos y alemanes ayudarán y obstaculizarán,
simultáneamente, la acción imperial, representando en todo caso un límite. Así, aunque las minas están en América, las
centrales de administración y de distribución y de anticipo de estos metales preciosos están en Génova, en Amberes, en
Augsburgo ...

Se conquistan grandes espacios, y los elementos esenciales de estas conquistas son siempre las armas. Los turcos
vencerán a los mamelucos de Egipto gracias a su poderosa artillería; los españoles, pocos en número, alcanzarán
aplastantes victorias sobre los indígenas de América, aprovechándose de la superioridad de su caballería. Montados en
sus caballos, y con el efecto psicológico de sus armas de fuego, lograrán éxitos fulminantes.

Hasta aquí hemos visto tres clases de imperio: el soñado por el soñador Carlos V, que se propone la reconstitución de un
viejo ideal destinado a morir para siempre; el otro, también de Carlos V, imperio hispánico que nace con él y que tendrá
tres siglos de vida y que hará escuela a nivel mundial. Y por último, el imperio turco, que es el ejemplo de la madurez
perfecta: carente ya del impulso de la juventud, pero todavía sin la esclerosis de la vejez. (261)

II_ HACIA LOS ESTADOS MODERNOS: estos imperios no representan solo la trayectoria de formidables destinos
individuales. No hay que dejarse llevar por Carlos V o por un Soliman. Su importancia más profunda y más oculta, radica
en el hecho de que trastornan la vida  de todos los hombres, de las multitudes.
 De una parte, matanzas de poblaciones, deportaciones, esclavitud; de otra, mejora de los niveles de vida, de los
regímenes alimenticios, difusión de determinados productos que durante siglos, habían sido solo del dominio de las
esferas socialmente superiores. Pueden ofrecerse, indiferentemente, leyendas lo cierto es que estos imperios
contribuyeron a construir la unidad del mundo: en 1566, Jean Bodin, en esta profunda unidad del hombre, que las
nuevas formas de organización ponían laboriosamente de manifiesto el propio Bodin encontraba un argumento para los
progresos del porvenir. Así quedaba fijada la tarea del hombre moderno. Pero es necesario que el estado moderno se
afirme.
En efecto, durante las primeras fases de la crisis del feudalismo, se había producido también un cierto movimiento de
liberación política de los burgueses e incluso de los campesinos. Pero, en general, a partir de finales del siglo XV, esta
liberación política se ve comprometida porque el estado, en su lucha contra las autonomías feudales, sino luchar.
La guerra de los campesinos en Alemania y los movimientos de los comuneros y las germanías en España. Según las tesis
de Gunther Franz la causa de las revueltas campesinas en Alemania no estriba en una situación de miseria, sino, más
bien, en la descomposición de un régimen social. Antes de la verdadera explosión de la guerra campesina las revueltas
venían teniendo una continuidad: hasta 1513, toda una serie de movimientos espontáneos, no organizados, sin jefes;
desde 1513, por el contrario, se producen auténticas «conspiradores», con jefes reconocidos, amplia base de
organización, propaganda y tentativas ramificadoras.

Nos parece que estos ejemplos, a pesar de las indudables diferencias que es fácil encontrar entre guerra de los
campesinos, de una parte, y comuneros y germanías, de otra, muestran con suficiente claridad, además de las rigurosas
exigencias del poder central, los límites de la formación del estado moderno, que se manifiesta, ciertamente, en mil
aspectos, pero que todavía no ha alcanzado una completa madurez de estructuras.
En el mejor de los casos, como en Francia y en Inglaterra, puede hablarse de la evolución desde una sociedad feudal a
una sociedad aristocrática, pero lo cierto es que, especialmente en estos dos países (sobre todo en Inglaterra), están
sentadas ya, de un modo extremadamente claro, las premisas de las sucesivas evoluciones.

Resumiendo la situación; al nacer el mundo moderno, para que un Estado pueda llamarse verdaderamente moderno, es
decir, capaz de enfrentarse con el futuro, necesita los siguientes factores fundamentales: 
a- una cierta entidad territorial,
b- el establecimiento de un poder central suficientemente fuerte
c- supresión o al menos, drástica reducción del antiguo poder feudal,
d- la creación de una infraestructura suficientemente sólida: burocracia, finanzas, ejercito diplomacia.
Donde se de la organización de estos  puntos, el estado moderno se afirmara. Si alguno de ellos falta o todos, se podrá
asistir a supervivencias, incluso a florecimientos, pero el destino ya está marcado. Los siglos siguientes lo
demostraran sin lugar a dudas. Es en este marco imperial donde maduran los destinos de Europa entre 1450 y 1550.
Extraordinario renacimiento de una idea, aunque no siempre revelada y manifiesta en la conciencia de los actores, pero
en estos años todo parece confluir, directa o indirectamente, hacia este fin. Por lo tanto, se impone la creación de todo
un sistema: es preciso que el poder se organice de un modo nuevo ante las de todo un sistema: es preciso que el poder
se organice de un modo nuevo ante las tareas nuevas.

III_ EL APARATO BUROCRÁTICO: La formación de la nueva burocracia tiene lógica y sus orígenes en la crisis del siglo XIV
Y XV que anteriormente hemos observado. Por una parte, la ruptura de los viejos ordenes jerárquicos, y por otra las
nuevas funciones que impone el nuevo estado, requieren que de ellas de ocupe un cuerpo de funcionarios. El gran
cambio no se produce a la altura del escriba donde se manifiesta muy claramente es en los planos más elevados. Surge
entonces la figura del secretario.
Aquella estructura burocrática ´puede comprenderse acaso con especial evidencia siguiendo los desarrollos de la
diplomacia.
Durante toda la Edad Media, la distinción entre cónsul y embajador había sido muy clara. El cónsul era el que
representaba, de un modo estable, con residencia fija, los intereses prácticos, económicos (en general, comerciales) de
un grupo de una determinada 'nacionalidad residente en el extranjero; el embajador era un enviado extraordinario, con
una misión precisa, que representaba el poder de su país en las gestiones relativas a un solo y determinado asunto. No
habían faltado ejemplos de cónsules, que a sus poderes jurisdiccionales habían añadido también los de embajadores,
pero se había tratado siempre de casos especiales, y, de todos modos, de corta duración.

Ahora en cambio, empieza a formarse un cuerpo de funcionarios diplomáticos, que tienen su órgano central, la
cancillería, y sus sedes fijas cerca de los soberanos, para los que han recibido las cartas credenciales. Así, mientras se
fijan las capitales y se forman las cortes, cuando los soberanos toman una residencia más estable, es normal que tras
ellos tomen residencia fija los representantes de las potencias amigas, y menos amigas, a la gloria de los capitales
nacientes no podía faltar el reconocimiento del mundo extranjero.

Ahora se asiste a una cierta democratización de los servicios del estado, hasta que el latín va siendo sustituido de a poco
en las actas oficiales por las lenguas vulgares. Interviene una progresiva tendencia laica de los servicios públicos, en los
que la presencia del sacerdote es cada vez más rara, sobre todo, los burgueses asumen funciones hasta entonces
reservadas a determinados grupos sociales. La formación de una clase de empleados no es solo importante en un
sentido técnico, es decir, para comprender como el estado nuevo se enfrenta con las necesidades nuevas que se le
imponen, sino también como elemento determinante de una auténtica revolución social.

IV_ RECONSTITUCIÓN DEMOGRÁFICA Y AGRÍCOLA: hasta ahora hemos visto burocracia, diplomacia, ejército, guerras,
armamento, finanzas, pero todos estos son fenómenos que no pueden explicarse al margen de un examen general de la
economía europea. Tenemos también los movimientos de la situación demográfica, la población europea,
Durante el siglo XV se paraliza en el bajo nivel alcanzado a finales del XIV porque todas las tendencias de recuperación
son inmediatamente sofocadas.

Durante el siglo XV, si se atiende solo a la población de las ciudades, hay que admitir que es innegable un cierto
aumento, pero también hay que reconocer que es fruto no tanto de un incremento natural. La población rural debió de
permanecer, durante todo el siglo a un nivel todavía estable, a causa de los duros golpes de epidemias y de carencias,
que causaron estragos, aunque en número e intensidad menores que en el siglo XIV.

Desde finales del siglo XV se inicia lentamente la formación de los nuevos tejidos demográficos, la cual es importante,
donde se verá pronto coronada por el éxito.
Muchas razones de esto, como mejora del estándar de vida, mejora de las condiciones higiénicas, que desde el siglo XVI
cuando empiezan a ser observadas  prescripciones concernientes a las precauciones relativas a las sepulturas o a las
presencia de animales en las ciudades, mejores sistemas de abastecimientos hidráulicos urbano, abandono de las
construcciones de edificios de madera que en Europa empiezan a ser sustituidos, al menos en parte, por los de piedra
por los de ladrillos. Todo este conjunto de factores contribuye al nuevo impulso demográfico.
 El mecanismo de multiplicación no tardo en ponerse en movimiento. La primera mitad del siglo XVI se benefició de este
mecanismo y los beneficios fueron grandes. Los caracteres que pueden atribuirse a esta época: a-endurecimiento de las
posiciones de los señores que anuncia la que será la gran refeudalizacion del siglo XVII,
b- posición moderna, capitalista, de algunas nuevos agentes de la vida agrícola;
c- campesinos que ven mejorada su propia condición cuando siguen siendo campesinos, cuando no pasan a ser parte de
aquel;
d-. Proletariado agrícola que a menudo deja de serlo para transformarse en proletariado urbano y frecuentemente
subproletariado.
c y d debemos verlos con atención, Permitirán el desarrollo de los centros de producción y de distribución. En efecto, el
campesino que seguirá sobre la tierra, en la medida en que ve mejorar su economía, se convertirá en un cliente. Claro
que no se tratará de grandes clientes, pero podrá comprar dos sueldos, de pimienta o de tejido, dos sueldos
multiplicado por millones de personas, acaban representando sumas importantes. De igual modo los campesinos
desclasados, a subproletariados urbano se convierte en clientes también: ya no será productores del pan que comen,
aunque sea en cantidad mínimas, y están, por lo tanto, obligados a comprar pan. Hay que ver también estos hombres
derrotados, con hambre, errabundos, un importante motor de la vida económica.

V_LA INDUSTRIA: La industria europea desempeño un papel importante en la economía de la época, entre finales del
siglo XV y mediados del XVI. No hay que prestar demasiada atención al hecho de que la industria europea, en esa curva
de tiempo, manifieste un claro aumento cuantitativo. Cambios cuantitativos que caracterizan después muchos de los
aspectos de la civilización industrial europea.

Los aumentos cuantitativos se encuentran en mil signos. El primer lugar, entre 1450 y 1540 la producción de plata de la
Europa central aumenta cinco veces, la producción de paños de lanas en Venecia pasa de cerca de 3mil piezas alrededor
de 1528, a 17mil hacia 1560, en Hondschoote, el número de piezas de sayal exportadas sube de unas 30 mil en 1530 a
unas 90 mil hacia 1560; las exportaciones de alumbre de Civitavecchia. El gigantismo industrial del siglo XVI se
demuestra con otros muchos ejemplos más, abarcando situaciones de conjunto. Son ciudades enteras, como Venecia
que se transforman y que, de una actividad predominantemente mercantil, pasan a una actividad esencialmente
industrial, transformadora. Alemania tradicionalmente exportadora de obreros textiles en busca de trabajo a Italia, a
Inglaterra, Flandes. Aparecen sectores industriales completamente nuevos, cargados de una asombrosa vitalidad, la
tipografía, y sus editores. Otro sector industrial adquiere una nueva importancia, la seda, también la constructora que
alcanza a  toda Europa, y no solo en las mansiones señoriales o en los edificios públicos, o del culto, en Venecia, entre
1539 y 1559 se dan licencias para 175 nuevas construcciones.
Las nuevas conquistas” de los mercados asiáticos, africanos y americanos ofrece a las posibilidades industriales de
Europa.
Las acrecentadas fuerzas de los ejércitos, las nuevas técnicas bélicas y los perfeccionamientos de los armamentos  
tuvieron una repercusión en la vida industrial, determinando el desarrollo de las industrias extractivas y de
transformación. Se consolidan centros como Brescia, en los cuales si Carlos V hacia cincelar su armadura y Francisco I su
puñal, existía también, a finales del siglo XV, 200 fábricas de armas, mientras toda la región circundante contaba, 1527,
333 talleres para fabricar instrumentos agrícolas y armas de guerra. Modos y estilos nuevos intervienen con fuerza para
impulsar la actividad industrial; basta recordar la influencia que en la industria del vidrio tuvo la arquitectura
renacentista. Estos son los hechos esenciales que caracterizan la vida industrial de Europa entre mediados del siglo XV y
mediados del XVI. Es cierto que nuestra impresión de gigantismo debe ser replanteada: hemos hablado de gigantismo,
naturalmente en relación con  los ritmos anteriores medievales. En realidad, la economía europea empieza ahora a
presentar dimensiones inusitadas, mayores respecto a las que había tenido en la edad Media. Pero insistimos en lo que
verdaderamente importa, al margen de todo aspecto cuantitativo, es que ahora se plantea las condiciones, o por lo
menos algunas de las condiciones, ciertos aspectos de la economía industrial de todos los siglos siguientes. Grandes
rupturas comienzan a manifestarse.

En cambio por lo demás, no se manifiesta solo en el sector siderúrgico , sino que se impone también en el más antiguo y
estructurado sector textil. Y la victoria, a largo plazo será de los países que, como Inglaterra y los países Bajos, sepan
orientar su industria hacia producto de poco valor, mientras q los países como Italia que permanezcan casi
esencialmente ligados a producciones de alta calidad verán cerrarse progresivamente sus horizontes de expansión.

VI_ LOS TRÁFICOS: No hay duda que el periodo aquí presentado constituyo una de las fases más importantes de la
historia de la expansión mercantil. Quizás en ninguna otra época fueron tan fulgurantes los procesos, y sobre todo en
ninguna otra época fue tan intensa la velocidad de aceleración del movimiento de expansión comercial. En efecto, desde
finales del XV los viejos centros, los viejos caminos, los viejos mercados renacen a una vida totalmente nueva. No solo se
recuperan, salvo algunas excepciones, entre ellas la muy notable de brujas, los niveles alcanzados a finales del siglo XIII y
perdidos después, sino que en todas partes aparecen, a niveles altísimos, algunos centros secundarios que habían
venido adelantándose al primer plano durante los siglos XIV Y XV, aprovechando la crisis de las plazas mayores, y que
ahora se insertan definitivamente en una red comercial cada vez más densa que cubre toda Europa. Y esto nos parece
de especial importancia, porque no solo denota las fortunas particulares de algunos centros, sino que muestra la
estructuración de un mundo mercantil que llega así a sentar las premisas de una circulación de tipo moderno. Es
impresionante el volumen del tráfico que en poco tiempo es capaz de organizar Sevilla con América. No se trata solo de
conservar o desarrollar viejas relaciones comerciales, sino que todo debe ser construido ex novo y debe servir para crear
las premisas de la estructuración, aunque defectuosa, del inmenso espacio americano.

VII_ LA REVOLUCIÓN DE LOS PRECIOS: En el examen de los aspectos esenciales de la economía europea entre 1480 y
1560 la atención de los historiadores es inmediatamente solicitada por el vasto fenómeno que ya de común acuerdo, se
ha convenido en llamar revolución de los precios, no surge hasta los años comprendido entre 1520 y 1540 y por tanto,
casi al final del periodo de que hemos de ocuparnos. Pero en realidad es todo el problema de la revolución de los precios
no se aplica solo al movimiento de los precios, sino que casi siempre tiene la otra finalidad, más o menos explícitamente
expresada, de recordar otro gran fenómeno paralelo: la llegada a Europa de los cargamentos de oro y de plata extraído
de las minas americanas. Es decir que, tras el velo de la historia de los precios, se pretende hacer historia monetaria y
casi, diríamos, metálica. Ahora nosotros creemos que si lo que se pretende es servirse de los precios como de un
termómetro para la valoración de la situación económica general, será necesario recurrir a ellos tomándolo en su
expresión más simple y más pura: en moneda constante, prescindiendo de todas las variaciones, que acaban por ser
alteraciones metálicas. Consideradas, así las cosas, ninguna duda es posible. La revolución de los precios no comienza
entre 1520 y 1540, desde finales del siglo XV es fácil ver que los precios, hasta entonces paralizados, empiezan a
presentar un cierto dinamismo, una cierta tendencia alcista. Ciertamente, las sucesivas llegadas de las masas metálicas
americanas representaran un estimulante, porque este movimiento adquiere un carácter más firme y decidido. Pero
repitamos, no puede formularse duda alguna sobre el lejano origen, 1480-1500, de este movimiento. Un tal aspecto, por
tanto, la revolución de los precios puede ser tenida en cuenta en estas páginas consagradas a la economía europea
entre 1480 y 1360. Revolución de los precios. Fuerte expresión que indica muy bien todo lo que de violento hubo en el
movimiento que aproximadamente entre 1480 y 1590, empujo a los precios a multiplicarse varias veces. Ciertamente
para nuestra sensibilidad de hombres del siglo XX habituados desde hace más de dos generaciones a fulminantes
subidas de precios, este aumento puede no parecer mucho, pero como todo hecho histórico, también este hay que
verlo en una perspectiva de conjunto. Ahora bien si se considera que esta subida se produce después de un siglo, el XIV,
de descenso de precios y de otro siglo, el XV de estancamiento, se comprenderá fácilmente que la expresión revolución”
de los precios no es una exageración de los historiadores del siglo XX sino una dura realidad para los hombres del siglo
XVI, tanto más cuando que, al lado de esta subida general de precios que con diferente intensidad alcanza a toda
Europa, el movimiento de los salarios no se presenta con carácter igualmente general. Es cierto que los salarios
aumentan en todas partes, pero en este momento se manifiestan importantes diferencias de intensidad. Así, en algunas
regiones, los salarios siguen de cerca, o incluso el mismo nivel, el movimiento de precios; en otros lugares, por el
contrario, siguen con gran retraso el movimiento de los precios, dando así origen a beneficios coyunturales en provecho
de los exploradores. Es sobre todo por los países en que esta diferencia, este desajuste entre precios y salarios se
manifiestan más claramente por lo que se ha hablado de nacimiento del capitalismo moderno, viendo precisamente en
esas diferencias entre el movimiento de los precios y el de los salarios, una de las causas esenciales de la acumulación de
capitales. Y algo de cierto hay sin dudas en este principio, es evidente que si un patrono continúa pagando a sus obreros,
durante diez años por ejemplo, siempre el mismo salario, mientras los precios de los bienes producidos por estos
aumentan, los beneficios del patrono aumentaran, aunque aumente el costo de la materia prima. Ciertamente en mayor
o en menor medida, esto ocurrió de un modo especial en países como Inglaterra y Francia. Pero si esto es verdad, no es
toda la verdad. En efecto, una teoría general puede ser completamente valida solo en una economía de pleno o casi
pleno empleo. Pata que los beneficios coyunturales pudieran realmente existir y consolidarse, habría sido preciso que la
masa total de los salarios fuese considerable y cubriese el conjunto del mundo de los trabajadores. Ahora bien, en una
sociedad como la de Europa entre los siglos XV y XVI estamos muy lejos de eso. De todos modos, aunque es imposible
descubrir en este mecanismo precios, salarios, como se ha hecho sin embargo una de las razones esenciales del
nacimiento del capitalismo, lo cierto es que constituyo un elemento que permitió la creación de las condiciones del
ulterior desarrollo capitalista.

VIII_ LA PRIMERA UNIDAD DEL MUNDO: en 1531, al abrirse la nueva bolsa de Amberes, una inscripción advertía que era
el uso de los hombres de negocios de cualquier nación y lengua. Es en un hecho como este y en muchos otros de
naturaleza semejante, más aún que en los aspectos externos del gigantismo político o económico, donde nos parece que
debe buscarse el sentido profundo del periodo estudiado en este capítulo. Ahora se crea una primera unidad del mundo:
las técnicas circulan velozmente, los productos y los tipos de alimentación se difunden, la cocina española, el trigo, el
carnero, los bovinos se introducen en América; a más o menos largo plazo el maíz, la patata, el chocolate, los pavos
llegan a Europa. En los Balcanes, las pesadas confituras turcas van penetrando lentamente, las bebidas turcas se
consolidan. Por todas partes, los paisajes cambian: los templos de las religiones de la América precolombina son
sustituidos por iglesias católicas, y en las encrucijadas de los caminos de América se levantan ahora cruces, en los
Balcanes, los alminares se alzan al lado de las iglesias ortodoxas. Intercambio de técnicas, de culturas, de civilizaciones
de formas artísticas: la rueda, desconocida en América, se introduce en el nuevo mundo, los pintores italianos llegan a
las cortes de los sultanes así, Gentile Bellini termina, en 1480, el finísimo retrato de Mohamed el conquistador. Una
vasta economía mundial extiende sus hilos alrededor del globo: el camino de las monedas del imperio español. Los
famosos reales de a ocho” acuñadas en las casas de moneda americanas, se hace cada vez más largo y, tras el viaje
trasatlántico, llegan en pequeñas o grandes etapas hasta el extremo oriente, para ser cambiadas por especias, sedas,
porcelanas, perlas… el trigo del Báltico llega gasta la región atlántica de la península Ibérica, y hacia 1590 entrar
másicamente hasta el Mediterráneo; el azúcar de las islas atlánticas o del Brasil empieza a llegar en grandes cantidades a
los mercado europeos, se democratizan algunos productos, como la pimienta, considerados hasta entonces de lujo o por
lo menos privilegiados. La modernidad de esta época, en torno a la cual generaciones enteras de historiadores han
discutido para captar su presencia en mil aspectos, en mil ideas, se afirma, precisamente en esta primera unidad del
mundo. Pero esta es aún demasiado frágil: si las líneas de navegación enlazan ya con gran regularidad los distintos
continentes, la piratería o las dificultades técnicas de la navegación rompen aquella regularidad; si los sueños imperiales,
y unificadores de un Carlos V parecen, por momentos hacerse realidad a la luz de las victorias, se desvanecen muy
fácilmente en la tristeza de las derrotas, y en las grandes decisiones internas que aparecen en Europa en el plano
religioso, o en los gérmenes de aquel fenómeno que luego será tan importante, la conciencia nacional, que ahora
empieza a desarrollarse.
Mientras el Imperium de Carlos V parece abarcar el mundo, algunas palabras, frontiere, frontera, frontera, Mark,
fontier, boundary, empiezan a cargarse de sentidos nuevos, en contradicción precisamente, con aquella unidad que
había venido afirmándose, y representando también los límites contra los que más adelante estaba destinada a
romperse  la unidad, la unidad política, al menos. Pero hasta mediados del siglo XVI el proceso unificado avanza a pesar
de las debilidades que hemos tratado de señalar aquí. Se llega a no solo a una unidad espacial, sino también a una
unidad en el tiempo. El descubrimiento de la historia impregna toda esta época y da conciencia de todo el patrimonio
del pasado al que es necesario referirse, porque a su modo, es un precedente. De modo que es licito decir que hay en la
definición histórica de la curiosidad en el siglo XVI, dos componentes esenciales: una, según el conocimiento histórico,
que se exalta en el afán de encontrar toda la presencia de lo antiguo, otra según el conocimiento del espacio, que
florece en la exploración del mundo (A. Dupront). Periodo ciertamente complejo, que sería inútil tratar de resumir bajo
una sola etiqueta; renacimiento, nacimiento del capitalismo, nacimiento de Europa. Todas esas y algunas otras son
formulas en torno a las cuales generaciones enteras de historiadores se han batido, tan encarnizadamente, además, que
muchas veces desplazaron hasta los términos (cronológico y no solo cronológicos) de los problemas que examinaban.
Pero, ¿vale la pena? ¿O más sencillamente, renunciando a etiquetas falsamente claras, no será mejor decir que en el
curso de los dos siglos que aquí hemos presentado se ha producido la erosión de toda una sociedad, y que más
concretamente, en los últimos cincuenta, ochenta años esta erosión se ha realizado a un ritmo cada vez más veloz? ¿Por
qué definir estos dos movimientos, uno más lento, el otro más acelerado, con una etiqueta única? Sobre todo, teniendo
en cuenta que, a pesar de tal erosión, sobreviven muchos de los elementos de la sociedad anterior. No se trata de
resolver el gran problema de la continuidad o de la discontinuidad histórica. Lo cierto es que, en el periodo por nosotros
estudiado, al final de un largo proceso se asiste a una gran ruptura. Se ha vuelto una página, pero, por transparencia, en
la superficie de la nueva página aparecen muchos brotes. ¿y podrá ser de otro modo?

Monarquía absolutista y la parlamentaria: la primera consistía en que el poder del monarca se heredaba, y su poder no
era limitado ni cuestionado.

Por el contrario, la monarquía parlamentaria, consistía en dividir el poder, de esta manera, no sólo decidía el monarca,
sino que también otros individuos
1) El siglo XVII ha sido considerado el siglo del absolutismo, es decir el de la centralización y el
acrecentamiento del poder en manos del soberano y de sus directos colaboradores. En muchas
monarquías europeas se desarrolló la tendencia a la concentración del poder autoritaria y
autocrática. La disminución de las autonomías locales o de la clase a favor de un poder central,
corresponde a un gran cambio político en Europa. Corresponde a la conversión de las elites hacia
funciones de carácter menos particularista y más claramente estatales. Pero esto provocó por otro
lado la rivalidad entre las potencias, donde las más importantes se sienten con el poder de demostrar
su superioridad.

Se impusieron nuevos sistemas y nuevos valores y sin duda las motivaciones que han llevado a
combatir a los países europeos fueron reiteradas veces religiosas. El otro apoyo ha sido el
sentimiento de proteger y hacer más fuerte al soberano y al propio país. El rey es visto como la
encarnación de un estado nacional o al menos regional. Es un proceso lento y que se da de diversas
maneras, aunque es propio del siglo XVII y que permite a los estados ampliar sus dominios sobre
sus propios súbditos y lanzar sus propias fuerzas contra sus enemigos. El monarca aparece como el
lugarteniente, imagen de Dios y encarnación del Estado. Las iglesias se hacen bastante más
nacionales ya que el prestigio del poder del pontificio había llegado casi a término para el beneficio
del poder de los monarcas concretos. Mientras antes los soberanos servían a la religión, ahora se
sirven de ella. Además, tenían conciencia de que también necesitaban de ella. Condicionados por las
ambiciones políticas y por las motivaciones confesionales, los absolutismos buscaron satisfacer las
exigencias económicas de los grupos nacionales dominantes. El último objetivo es favorecer y
proteger el mercado interior, aunque logrando tomar en las propias manos porciones cada vez más
grandes del internacional.

En este contexto hacemos mención a España con el Rey Carlos V, quien fue el emperador con un
mayor número de territorios bajo su mando, en su reinado se recuperan y mitifican las tradiciones
caballerescas del ducado perdido, en donde la extensión de la herencia patrimonial generó varios
problemas y crea un Consejo de Estado para la gobernación e instaura un sistema de gobierno
polisinodial, caracterizado por la existencia de diferentes tipos de consejos, que asesoran y
colaboran con el rey en el gobierno y la administración de justicia de los diversos territorios. La
corona de Castilla y los Países Bajos fueron el centro de gravedad de su política. En el terreno
religioso actuó con la misma conciencia de su obligación de proteger la fe que caracterizó el reinado
de sus abuelos. Tras la muerte de Carlos V, quien asume el poder en España es, Felipe II y
separada del Imperio, se inicia la Monarquía Hispánica o católica. El catolicismo se convirtió en la
ideología básica de la Monarquía. La Inquisición reprime a los herejes, sospechosos y conversos.
Se burocratiza el oficio real. Frente al modelo medieval del rey viajero -encarnado por Carlos V-.
Felipe II será un monarca sedentario, que dirigirá sus territorios desde su despacho. Impone dos
niveles de órganos de gobierno: primera la Corte central, en la que se desarrollan tres tipos de
consejos, (El del estado, los consejos territoriales y los consejos por materias) y un segundo órgano,
Las cortes de los virreyes o gobernadores generales, representantes del rey en los reinos o
gobernadores en los estados que no tenían dicha categoría.

Diferentes conflictos se le presentaron a España y sumando enemigos (Francia- Inglaterra- Portugal-


Países bajos- turcos y Berberiscos) esto lleva al agotamiento de Castilla, en donde Castilla tenía un
peso excesivo en el sostenimiento de la política de la Monarquía. El rey se vio obligado a recurrir al
crédito, por medio de asientos con los hombres de negocios. Los tesoros procedentes de las Indias
aumentaron en tiempos de Felipe II, suponiendo el 20% de los ingresos del total de los ingresos de
la corona de Castilla. Al final del siglo, los gastos superaban a los ingresos, lo que junto a las malas
cosechas y la gran epidemia de peste agudizó las críticas a la política de guerras de la Monarquía.

En el continente europeo triunfa el absolutismo, pero en Inglaterra lo hace la república, la base del
futuro parlamentarismo y la monarquía limitada posterior. A diferencia de las revoluciones que se
producirán a finales del XVIII, movidas por la idea ilustrada del progreso, sus protagonistas tenían
como modelo ideal la vuelta al pasado. La forma absolutista se muestra como la forma más apta
para configurarse tanto en las tensiones internas como en los conflictos externos. A comienzos del
XVII la sociedad inglesa era una de las más evolucionadas de Europa, con una importante clase
burguesa y el auge de una parte de la nobleza y la gentry (un híbrido rural y urbano, de pequeña
nobleza y burguesía o clase media). Un sistema fiscal y militar arcaicos, burocracia real poco
desarrollada y con mayoría de cargos copados por la nobleza, una Hacienda real con ingresos
insuficientes y una opinión pública y un Parlamento contrarios a un ejército permanente, por temor a
que se convirtiera en instrumento del absolutismo.
La economía inglesa conoció notables transformaciones no solo en el plano agrícola sino
mayormente en el plano industrial, lo que constituirá más tarde la Revolución Industrial. Además, las
exigencias militares y los trastornos políticos tuvieron contrapartidas favorables en las actividades
económicas con lo que ya a fines del siglo XVII se puede afirmar que cuenta con un mercado de
dimensión nacional. En el caso inglés había varios elementos contarios a este despliegue de poder
central. En primer lugar, el rey no disponía de un ejército ni de una flota permanente. Además, la
administración local estaba en manos de los propietarios de tierras. El gobierno central necesitaba
por lo tanto de estos elementos ya que ellos dominaban la evolución interna del país. Si la movilidad
social fue alta en el transcurso del siglo XVII, también los valores morales e intelectuales sufrieron
sacudidas. La Iglesia perdió el monopolio de que había gozado tanto en el control de la educación
como en el poder de censura. Poco a poco la opinión pública se convirtió en una fuerza que era
necesario tener en cuenta. Así la sociedad inglesa tenía en sí misma la fuerza capaz de reaccionar
ante las prevaricaciones monárquicas, aunque el apego a la corona era todavía sólido y también
amplio el apoyo que la iglesia anglicana le aseguraba. En medio de las discusiones acerca de cómo
debía ser el gobierno, estalló una guerra civil en 1642 entre los partidarios del rey y quienes
sostenían el parlamentarismo. Al principio iba ganando el monarca, pero de a poco comenzó a ganar
el ejército dirigido por Oliver Cromwell. Este último se convierte finalmente en el supremo y único
responsable del país, luego de haber encarcelado al rey y haber dispersado a las tropas que lo
seguían apoyando. El rey es luego procesado y, por primera vez en la historia europea,
decapitado. Los parlamentarios proclamaron así la abolición de la monarquía, instaurando la
república. Tras este tiempo Inglaterra había alcanzado un nivel civil, religioso, económico y social
claramente más avanzado que en las primeras décadas del siglo. Además, en el plano internacional
el país había alcanzado el rango de gran potencia.

2) Selección de Cinco conceptos

Estado Primitivo: El surgimiento del primitivo estado moderno se debe a la crisis del feudalismo y a
todo lo que conlleva éste, cómo las diferencias de pensamiento (luchas políticas, religiosas y
culturales) así como las desigualdades entre campesinos, burgueses y la nobleza, es decir, entre las
clases sociales de ese entonces. A su vez, fue una clase de respuesta a las exigencias del país, ya
que los ciudadanos no sólo buscaban el bienestar socioeconómico sino también el espiritual y el
moral.

Los príncipes pusieron los cimientos de este estado en base a un sistema fiscal y administrativo, así
como el integrar poderes intermedios a la nobleza y a la iglesia, para que, de esta manera, su poder
se viera asegurado. Los altos funcionarios propusieron la idea de independizar al estado del dominio
de los príncipes, así como de la nobleza, de esta manera, fomentaron la unificación del país, así
como la pacificación del mismo. Otro punto importante es el hecho de que los príncipes necesitaban
distinguirse de las otras clases sociales, así que para que esto se pudiera cumplir, realizaban
banquetes, bailes, vestían con joyas, telas finas y caras para que se demostrara que ellos tenían el
poder.

Estructuras Burocráticas: Surgen cómo resultado de las crisis sociales, económicas y políticas del
siglo XVI, lo que implicó el desarticulamiento de los poderes adquiridos al pertenecer a un cierto
estamento. De esta manera, el nuevo orden político era mucho más fácil de entender y diferenciar.
Para que el primitivo estado moderno pudiera monopolizar los poderes feudales, dio a cada
estamento social, funciones públicas, así como la creación de instituciones que pudieran realizar un
ordenamiento jurídico. Aquella estructura burocrática puede comprenderse acaso con especial
evidencia siguiendo los desarrollos de la diplomacia. Ahora en cambio, empieza a formarse un
cuerpo de funcionarios diplomáticos, que tienen su órgano central, la cancillería, y sus sedes fijas
cerca de los soberanos, para los que han recibido las cartas credenciales. Así, mientras se fijan las
capitales y se forman las cortes, cuando los soberanos toman una residencia más estable, es normal
que tras ellos tomen residencia fija los representantes de las potencias amigas, y menos amigas, a la
gloria de los capitales nacientes no podía faltar el reconocimiento del mundo extranjero.

Nacionalismo: los ciudadanos desarrollaron un sentido de pertenencia al territorio que habitan para
que, de esta manera, se puedan diferenciar de entre otros individuos pertenecientes a otros
reinados. En el mejor de los casos, como en Francia y en Inglaterra, puede hablarse de la evolución
desde una sociedad feudal a una sociedad aristocrática, pero lo cierto es que, especialmente en
estos dos países (sobre todo en Inglaterra), están sentadas ya, de un modo extremadamente claro,
las premisas de las sucesivas evoluciones.

Ahora se asiste a una cierta democratización de los servicios del estado, hasta que el latín va siendo
sustituido de a poco en las actas oficiales por las lenguas vulgares. Interviene una progresiva
tendencia laica de los servicios públicos, en los que la presencia del sacerdote es cada vez más rara,
sobre todo, los burgueses asumen funciones hasta entonces reservadas a determinados grupos
sociales. La formación de una clase de empleados no es solo importante en un sentido técnico, es
decir, para comprender como el estado nuevo se enfrenta con las necesidades nuevas que se le
imponen, sino también como elemento determinante de una auténtica revolución social.

Mercantilismo: Surge cómo nuevo sistema económico, los imperios tienen necesidad de dinero, de
mucho dinero, para las flotas, los ejércitos, la administración, la corte, la guerra, la paz. España
encontrará su gran recurso en las minas americanas, pero el hecho no es tan sencillo como podría
parecer a primera vista. En efecto, las necesidades de dinero van más de prisa que la recepción de
metal en Sevilla, de modo que se impone buscar anticipos. Entra en juego el banquero, instrumento
útil, sin duda, pero al mismo tiempo expresión de un límite puesto a la acción imperial. Los
banqueros italianos y alemanes ayudarán y obstaculizarán, simultáneamente, la acción imperial,
representando en todo caso un límite.

Se conquistan grandes espacios, y los elementos esenciales de estas conquistas son siempre las
armas; los españoles, pocos en número, alcanzarán aplastantes victorias sobre los indígenas de
América, aprovechándose de la superioridad de su caballería. Montados en sus caballos, y con el
efecto psicológico de sus armas de fuego, lograrán éxitos fulminantes. Y esto nos parece de especial
importancia, porque no solo denota las fortunas particulares de algunos centros, sino que muestra la
estructuración de un mundo mercantil que llega así a sentar las premisas de una circulación de tipo
moderno. Es impresionante el volumen del tráfico que en poco tiempo es capaz de organizar Sevilla
con América. No se trata solo de conservar o desarrollar viejas relaciones comerciales, sino que todo
debe ser construido ex novo y debe servir para crear las premisas de la estructuración, aunque
defectuosa, del inmenso espacio americano.

Industria: desempeño un papel importante en la economía de la época, entre finales del siglo XV y
mediados del XVI. No hay que prestar demasiada atención al hecho de que la industria europea, en
esa curva de tiempo, manifieste un claro aumento cuantitativo. Cambios cuantitativos que
caracterizan después muchos de los aspectos de la civilización industrial europea.

El gigantismo industrial del siglo XVI se demuestra con otros muchos ejemplos más, abarcando
situaciones de conjunto. Son ciudades enteras, como Venecia que se transforman y que, de una
actividad predominantemente mercantil, pasan a una actividad esencialmente industrial,
transformadora. Modos y estilos nuevos intervienen con fuerza para impulsar la actividad industrial;
basta recordar la influencia que en la industria del vidrio tuvo la arquitectura renacentista. Estos son
los hechos esenciales que caracterizan la vida industrial de Europa entre mediados del siglo XV y
mediados del XVI. En realidad, la economía europea empieza ahora a presentar dimensiones
inusitadas, mayores respecto a las que había tenido en la edad Media. Pero insistimos en lo que
verdaderamente importa, al margen de todo aspecto cuantitativo, es que ahora se plantea las
condiciones, o por lo menos algunas de las condiciones, ciertos aspectos de la economía industrial
de todos los siglos siguientes.

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