Mortificación Del Viejo Hombre - Avaricia Col.3.5

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Introducción al Texto:

El domingo pasado me dediqué a exponer las ideas principales de la Unidad de


Pensamiento que estudiamos. Dijimos que Pablo asegura que el Cristiano Genuino ahora
tiene la Capacidad de Vencer el Pecado Remanente, eso es posible; por la Nueva
Naturaleza que nos ha sido Implantada – Juan lo llama una Cimiente Divina y Pablo:
CRISTO EN NOSTROS. – La Facultad para la Mortificación.

Así entonces, teniendo la Facultad – Capacidad – Se nos manda que de manera


Intencional libremos una Guerra contra el Pecado todos los días – Sin Tregua - Sin
Acuerdos de Paz y sin Misericordia – La Obligación de la Mortificación.

Y finalmente, vimos que Pablo revela que el Propósito Ulterior – Supremo – De la


Mortificación o de la Santificación, es ser Conformados a la Imagen del Señor
Jesucristo, mientras que Él es el Primogénito de muchos hermanos que nos parecemos,
de toda Tribu, Pueblo, Lengua y Nación. – El propósito de la Mortificación.

Así que, lo que pretendo hoy es profundizar en la Lista de los Primeros Pecados,
específicamente en la AVARICIA: Deseo que veamos la Sutileza – Engaño –
Consecuencias de este Pecado Monstruoso e Idolátrico. – Sermón Temático.

Texto Principal: Col.3:5: 5 Por tanto, considerad los miembros de vuestro cuerpo
terrenal como muertos[c] a la fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la
avaricia, que es idolatría.

Introducción al sermón
Cita: Ps. Tim Keller – Libro dioses que fallan: “Los paganos de la antigüedad no fueron
muy fantasiosos cuando concibieron que prácticamente cualquier cosa era un dios. Tenían
divinidades del sexo, del trabajo, de la guerra, del dinero, dioses nacionales; y esto por la
simple razón de que cualquier cosa puede convertirse en un dios que gobierne y sirva
como objeto de adoración en el corazón de un individuo o en la vida de todo un
pueblo. Por ejemplo, la belleza física es agradable, pero si se la “deifica”, si se convierte
en lo más importante de la vida de una persona o de una cultura, el resultado final no es la
mera belleza, sino una Afrodita. Entonces, verá cómo un pueblo, y toda una cultura, se
angustian constantemente por el aspecto físico, invirtiendo cantidades ingentes de
tiempo y de dinero en él, y utilizándolo neciamente para evaluar el carácter de las
personas. Si cualquier cosa se vuelve más fundamental que Dios para su felicidad, el
sentido de su vida y su identidad, entonces es un ídolo”.

Mortificación del viejo hombre: la avaricia

El corazón de la avaricia
Col.3:5: 5 Por tanto, considerad los miembros de vuestro cuerpo terrenal como muertos[c] a la
fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría.

Puede que alguno se esté preguntando ¿Por qué el pastor solo se enfocará en la
Avaricia?

¿Es que acaso los Pecados Sexuales No son tan Nocivos y Escandalosos para
tomarlos en cuenta? No es eso, los Pecados Sexuales son Extremadamente Serios –
Engañosos – Sutiles - Adictivos - Dañinos y Enormemente Escandalosos.

Pero, como espero demostrar hoy, la razón por la cual me enfocaré en la idolatría de la
Avaricia, es porque todos los demás pecados enlistados Caben – Encajan - Pueden ser
Parte – Súbditos de la Avaricia.
Es decir, en el Fondo la Avaricia es un Pecado Dominante, el cual es Servido o
Alimentado por otros Pecados – O dicho de otra manera, la Avaricia puede Manifestarse
por medio de: Inmoralidad Sexual – Las Pasiones y Malos Deseos.

Ahora bien, ¿Qué es la Avaricia? – La Biblia también usa la palabra Codicia como
sinónimos: El Diccionario Expositivo de Palabras, la define como, deseo de tener más…

Parece algo simple, pero el deseo Pecaminoso y Ferviente de Tener Más y Más, es un
Monstruo – Es un Saco sin Fondo – Un Agujero Negro difícil de Saciar, que hace que
terminemos bajo todo tipo de Malas Consecuencias: Espirituales y Materiales.

¿Por qué la Avaricia o Codicia es tan Dañina y Difícil de Erradicar/Mortificar?

Respuesta: Porque está Sembrada o Ligada Profundamente en nuestros Corazones.

Mr.7:21-23: Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos
pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las
avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la
soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al
hombre.

El problema es Serio, y en un sermón anterior; dijimos que el Corazón es nuestro Centro


de Mando – Así como el Sistema Nervioso Central es quien Gobierna nuestro Cuerpo, de
la misma Manera nuestro Corazón Influencia todo lo que Somos y Tenemos.

Por eso, quien Gobierne nuestro Corazón, es el Rey de nuestra Vida – Por eso Pablo dice
en:

Col.1:13: Dios…nos libró del dominio[m] de las tinieblas y nos trasladó al reino de su
Hijo amado. – Es decir, ya no le pertenecemos al Pecado – Ahora Cristo es Nuestro
Amo – Dueño – Señor.

Pablo en romanos 6:14, lo expresa así: el pecado no tendrá dominio sobre vosotros…

Sin embargo, ya dijimos el Domingo pasado, que a pesar de que Gozamos de una Nueva
Naturaleza, seguimos con los Vestigios - Rastros de la Antigua Naturaleza – Antiguo
Hombre – Antigua Semejanza del Primer Adán.

Eso hace, que vivamos en una Tensión constante – Una Guerra – Una Lucha – Entre el
deseo de Someter a los Deseos de nuestro Pecado Remanente (Mortificación) y el
Deseo - Inclinación de Satisfacer – Alimentar dicho Pecado.

Así las cosas, en nuestro Corazón se Libra una Batalla Titánica (Puede ser Palpable –
Terrible – Agotadora: Cuando estamos con Salud Espiritual - Somos Sensibles) – Por el
Control de nuestra Vida – Una Guerra de Adoración.

Por esa razón, el Apóstol Pablo dice que la Avaricia es Idolatría - La idolatría, es tomar
Cosas Legitimas dadas por Dios y darles el lugar que le Corresponde a Dios.

Veamos varias Citas:

Tim Keller: “Idolatría es confiar en que encontraremos esperanza, felicidad y significado


en las cosas creadas, y no en el Creador”.

Rom.1:21, 25: “A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios


ni le dieron gracias, sino que se extraviaron en sus inútiles razonamientos, y se
les oscureció su insensato corazón… Cambiaron la verdad de Dios por la mentira,
adorando y sirviendo a los seres creados antes que al Creador…” (NVI).
Sigue diciendo Keller: “…no tratar a Dios como a Dios, y no darle el honor que merece.
La idolatría es amar a algo o a alguien más que a Jesucristo. Idolatría es permitir que
algo o alguien tenga mayor importancia que Jesucristo cuando se trata de tu felicidad,
seguridad, esperanza, autoestima o del propósito de tu vida. La razón por la que es tan
importante comprender el pecado de la idolatría es porque podría estar creciendo en
alguna parte de nuestra vida por un largo período de tiempo y echar profundas raíces sin
llevar a violaciones claramente visibles de la ley de Dios”. DE MANERA
IMPERCEPTIBLE.

Susi Bixby: “Los ídolos son aquellos objetos alternos de adoración hacia los cuales
nuestro corazón engañado nos impulsa. Estoy adorando a un ídolo cada vez que mi
corazón me convence de que algo o alguien aparte de Dios me puede satisfacer. Mi
corazón fue creado para adorar y buscar felicidad y nunca deja de hacerlo, incluso
cuando no adoro al Único que me puede satisfacer. Nuestros corazones reconocen que
necesitan algo que este mundo físico no ofrece, pero como el pecado ha distorsionado
nuestro diseño original, ha distorsionado también nuestra búsqueda de identidad, placer y
bienestar. Diariamente somos engañados por nuestro propio corazón”.

Nuestro corazón es una Fábrica de Ídolos, dijo Juan Calvino – Soltamos – Mortificamos
uno o varios y al poco tiempo ya hemos Creado – Levantado otro Igual o Peor en nuestro
Corazón -

Así que hermanos, “todo aquello que le roba a Dios nuestra total adoración, nuestra total
devoción, y nuestro primer amor es un ídolo. Incluso cosas que parecen piadosas
pueden llegar a desplazar a Dios, y todo lo que desplaza a Dios es un ídolo”.

Ejemplo: Darle un lugar a la Familia – Trabajo – Reforma Protestante – Reformadores –


Predicadores – Lideres – Confesiones – Credos – Lugares (Israel) – Más del que deben
tener o elevándoles a categoría casi divina o infalibles.

OJO: La idolatría está relacionada con aquello que Atesoramos – Aquello que representa
un Valor tan Alto, al punto que estamos dispuesto a Sacrificar lo que sea, solo por Obtener
– Disfrutar - Contemplar Aquello:

Aplicación: El Rey David, estuvo dispuesto a: Expiar – Maquinar Malos Deseos -Encubrir
– Mentir – Engañar – Confabular el Mal – Asesinar, con tal de Alimentar su Extraviado
Deseo Sexual del Adulterio, lo cual demostró el Ídolo de la Codicia –Notan porque les
dije que la Avaricia es el Jefe de los demás Pecados de la lista.

Mat.6:19-21: 19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín


corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; 20 sino haceos tesoros en el cielo,
donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni
hurtan. 21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

Un pastor, hace un análisis muy interesante de éste texto, él dice:


El foco de esta advertencia son las primeras palabras que aparecen en el texto: “No os
hagáis tesoros en la tierra”. Ahora, noten que allí no dice: “No acumulen dinero”; allí
dice simplemente: “No atesoréis tesoros”. Un tesoro no tiene que ser monetario
necesariamente; abarca todo aquello que ama nuestro corazón, aquello hacia lo cual
nos inclinamos con especial deleite, lo que disfrutamos por encima de todas las
cosas; en fin, lo que a nuestros ojos tiene valor. Puede ser algo grande, o puede ser
pequeño; puede ser costoso, o puede tener un valor monetario relativamente insignificante.
Puede ser algo tangible (una casa grande, un auto de lujo, una bonita figura), o puede ser
intangible (fama, prestigio, influencia). “Si son cosas terrenales – dice el Señor – no las
atesoréis; no hagáis de ellas vuestro tesoro. No vivan para la acumulación de tales cosas,
como si vuestra felicidad dependiera de ello”.
Mis amados hermanos y amigos, la Codicia es Dañina, como dice el pastor Sugel:
“corrompe al hombre, lo corrompe en las partes más íntimas de su ser. La codicia trastorna
nuestras prioridades, destruye nuestros matrimonios, incrementa las guerras y
divisiones, promueve la envidia, los celos, los pleitos. Apenas podríamos mencionar algún
problema interpersonal que de un modo u otro no se relacione con la codicia”.

Sant.4:1-3: 4 ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es
de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? 2 Codiciáis, y
no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero
no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. 3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal,
para gastar en vuestros deleites.

Sigo con la cita del Pastor Sugel: “La codicia vuelve al hombre ingrato, amargado,
traicionero, envidioso, descontento, impaciente, desconsiderado, egoísta, mentiroso,
adúltero, homicida, idólatra. La codicia apaga el celo y la devoción de aquellos que
profesan la fe, anula al creyente en su servicio, distorsiona sus prioridades, ahoga su
primer amor. Cuántos creyentes iniciaron sus vidas cristianas con un sincero y ardiente
anhelo de servirle a su Señor, de darse por entero a la propagación de Su nombre y la
expansión de Su reino, y hoy son apenas una sombra de lo que fueron alguna vez.

¿Qué sucedió con ellos? En muchos de estos casos, sino en todos, la codicia los aplastó,
los volvió más “sensatos”, más “balanceados”, tanto que cualquier sacrificio por la obra de
Dios comenzó a ser contemplado como un estorbo para lograr el éxito que buscan en
este mundo. Pablo dice en 1Tim. 6:10 que la codicia es la raíz de todo tipo de mal,
incluyendo en el texto la apostasía y la destrucción de las almas en el infierno, que es el peor
de los males. No es cualquier pecado la codicia. Se trata de un monstruo contra el cual
tendremos que luchar todos los días de nuestra vida, un monstruo camaleónico, con mil
disfraces disponibles para pasar desapercibido, y con mil argumentos para convencer
nuestras almas.

Con esto en mente, ahora veremos como este monstruo camaleónico; como dice el Pastor
Sugel, se disfraza, veamos en segundo lugar:

Pero antes de continuar con el segundo encabezado, es pertinente que nos preguntemos
¿Tengo Idolatrías que Reflejan Codicia o Avaricia en mi Corazón? – Oración:

Manifestaciones de la avaricia

De acuerdo con Mateo 6:19-21, vimos que la Codicia o Avaricia No está relacionada con
Dinero necesariamente – La Idea de Tesoros Terrenales, más bien está ligado a aquellas
cosas o personas que representan un Tesoro o algo de mucho valor distinto al Señor
Jesucristo, lo cual vienen siendo un Ídolo.

Así que, en este punto prestemos atención sobre aquellos Ídolos detrás de los cuales se
esconde la Codicia.

En otras palabras, ¿De qué forma se Disfraza – Camufla – Manifiesta la Avaricia? ¿Qué
Atuendos – Envoltura, usa para Fortalecerse? - He aquí, varios ejemplos - Varios
Autores:

El Consumismo – Moisés Gómez:


Hemos sido creados y diseñados para el consumo. Dios nos creó con necesidades físicas,
emocionales, espirituales. Él proveyó para cada una ellas, y le enseñó al hombre cómo y
dónde suplir todas sus necesidades.
La provisión de Dios para el hombre siempre ha sido suficiente… pero el pecado lo
distorsionó todo. Nuestro corazón ha sido afectado gravemente por el pecado, lo que ha
distorsionado la manera en que vemos y satisfacemos nuestras necesidades.

El consumismo, entonces, es solo la manifestación de un corazón insatisfecho, un


corazón inclinado a consumir para acumular y satisfacer deseos egocéntricos.

Esta tendencia natural y pecaminosa de adquirir bienes, productos, y servicios de


manera impulsiva revela los ídolos que adoramos y las prioridades de nuestras vidas.

La próxima vez que sientas un deseo impulsivo de adquirir algo, hazte las siguientes
preguntas: ¿En realidad lo necesito? ¿Lo necesito ahora? ¿Puedo esperar para tener
esto? ¿Estoy consumiendo para calmar mi ansiedad? ¿Creo que seré más feliz si
compro esto? ¿Mi deseo por esto revela falta de gratitud y contentamiento con lo que ya
tengo? ¿Soy capaz de pecar para conseguir esto?= (Consumo de Pornografía)

Las Compras Compulsivas - Carol de Rossi:


Las compras compulsivas han sido catalogadas como un trastorno relacionado con la
ansiedad, tristeza, soledad, y frustración.[1] En otras palabras, las compras descontroladas
son la única medicina que algunas personas encuentran, aunque temporal, para sus
corazones abatidos.

…A todo esto debemos añadir el impulso o la invitación constante que nos hace el
mundo para gastar nuestro dinero. Vivimos en medio de una cultura consumista que
nos seduce en cada época del año –particularmente en la Navidad– y por todos los
medios posibles, para comprar hasta lo que no necesitamos, yendo más allá de
nuestras capacidades.

Así que, entre las ofertas de descuentos especiales y las “facilidades” de una tarjeta de
crédito, convertirnos en compradores compulsivos no se ve tan lejano o imposible.

Como explica el pastor Héctor Salcedo, las dificultades financieras tienen –en su
mayoría– un origen que responde a un desvío del carácter, y este mismo principio se aplica
aquí. Aunque nos cueste aceptarlo, todos nosotros tenemos una sutil pero fuerte
inclinación a la avaricia, esto es, a la acumulación de posesiones materiales que
evidencia nuestra comprensión errada de que la abundancia de bienes produce plenitud
de vida.

Rossi, nos regla algunas preguntas de Autoexamen para poder Diagnosticar si somos
Compradores Compulsivos:

Con qué frecuencia haces compras excesivas o innecesarias? - ¿Qué es lo que te motiva a
comprar más cosas? - ¿La idea de comprar cosas ocupa tu mente con mucha frecuencia, al
punto de distraerte de tus tareas y responsabilidades regulares? - ¿Las compras que haces
exceden tu presupuesto personal o familiar? - ¿Te has encontrado comprando a
escondidas? - ¿Estás comprando por deseo y placer personal, o por una necesidad
particular? - ¿Las compras están causando conflicto en tu matrimonio o familia? -
¿Cuántas de tus compras son realmente útiles, y cuántas se quedan sin un uso real o
frecuente en casa? - ¿Cómo te sientes después de haber hecho las compras? - ¿Has
luchado con sentimientos de culpabilidad o frustración?

El Materialismo – Kathy Keller:


La mayoría de las personas creen que el materialismo es el deseo por obtener muchas
cosas, o cosas muy caras, o cosas únicas, o todas las anteriores. Pero la verdad es que
podemos llegar a ser materialistas sin importar nuestro nivel de ingresos (o incluso si no los
hay). Todo lo que se necesita es poner cualquier bien material de este mundo en el
centro de tu felicidad.
“…el materialismo no solo se manifiesta a sí mismo como un deseo por tener mucho o por
obtener lo mejor, sino en poner nuestra felicidad en las cosas de este mundo. Quizás no
anheles ropa de marca, joyería ostentosa, autos, yates, u otros símbolos de alto estatus
social, pero pregúntate a ti mismo: ¿Cuánto de mi contentamiento se basa en que este
mundo me conceda [llena el espacio]?

El materialismo significa que tu felicidad, gozo, contentamiento, y satisfacción están


arraigados en algo de este mundo material. Un salario, sin importar cuán austero; estatus
social, sin importar cuán bajo; posesiones materiales, sin importar cuán modestas o
insignificantes sean.

Si nuestros corazones están excesivamente ligados a estas cosas, más allá de un afecto que
sentimos por lo que es familiar, entonces somos materialistas.

¿Dónde está la Codicia? – Quiero Consumir - Quiero tener más - Comprar más, no
importa el costo, las deudas, etc, ESO ES CODICIA.

La Comodidad y el Placer: Susi Bixby:


El deseo de sentirnos bien y estar cómodos es natural. Dios nos creó para experimentar
placer y gozo, siendo Él su fuente máxima. No debemos ser masoquistas y desear dolor o
incomodidad, como para darnos un castigo propio. Pero este deseo natural que tenemos
fácilmente nos lleva a levantar ídolos en nuestro corazón.

Cuando mi deseo de placer o comodidad me lleva a desobedecer a Dios, o me impulsa


a dejar de hacer lo que debo hacer, es un ídolo. Nuestra adoración a Dios debe ser tal
que estemos dispuestos a sacrificar un placer temporal para experimentar un placer eterno al
agradar a Dios.

¿Cuáles deseos de placer y comodidad comúnmente se levantan como ídolos en los


corazones de las mujeres? Los deseos sexuales pueden llevar a fornicación, adulterio,
y pornografía, entre otras cosas.

El dinero es un ídolo frecuentemente mencionado, pero no es tanto el dinero en sí. Las


comodidades que ofrece el dinero realmente son los ídolos del corazón. Un deseo
desenfrenado de comer lo que me agrada es una indicación de un ídolo en el corazón. Si
rechazo la comunidad íntima y transparente en la iglesia, puede ser porque mi corazón evita
la incomodidad de abrirme y enfrentar mi pecado.

NOTA: Si batallo para llegar puntualmente a los cultos, puede ser por buscar la
comodidad de dormir más. Hay muchos ídolos sutiles de comodidad y placer que están
profundamente enterrados en nuestros corazones.

El Poder - Susi Bixby:


El pecado de Eva, al querer moverse de estar bajo la autoridad de Dios, introdujo una lucha
por poder impulsada por el pecado. Ejercer autoridad y control apropiado no es pecado, pero
desear controlar a otras personas y circunstancias sí lo es.

El deseo de poder y dominio es un área de idolatría grave en nuestras vidas como mujeres.
Las mujeres deseamos controlar al esposo, al pastor, a nuestros hijos, a la maestra de
nuestros hijos.

Deseamos controlar con quién se junta cierta amiga, de qué color se va a pintar la
iglesia, con quién habla nuestro esposo, qué carrera estudiarán nuestros hijos.

El ídolo de poder puede enmascararse en la búsqueda de dinero, ya que el dinero muchas


veces provee poder. Nuestros corazones buscan insaciablemente el control.
El Poder - Ana Ávila:
¿Qué es lo que te hace despertar cada mañana? Tal vez sea tu hambre de poder. Ese
“subidón” que te da controlar a las personas o las circunstancias.

La adrenalina de ser importante, de que tu ausencia signifique problemas. Al igual que la


codicia no solo afecta a los ricos, los ídolos del poder no son solo para los poderosos.

¿Cuántos no conocemos a alguien que le encanta ser el rey de su propio universo?


Podría ser un pastor controlador sobre sus ovejas o la gerente que maltrata a los dos
empleados que tiene a su cargo.

Deseamos tener más Poder sobre personas, cosas y circunstancias – ESO ES AVARICIA.

La Envidia – Sugel Michelen:


Es relativamente raro escuchar a alguien confesar que tiene envidia. Y es que se trata de un
pecado tan mezquino que se nos hace muy difícil reconocer que tenemos ese problema.

¿Qué es la envidia? J. Edwards la define como “un espíritu de insatisfacción con, y una
oposición a, la prosperidad y la felicidad de otros, al compararla con la nuestra”. Y otro
dice que la envidia es “un resentimiento y desagrado contra otro porque posee algo que
nosotros deseamos”.

Hay una tendencia en nosotros a procurar los primeros puestos, los primeros honores, a
tener las mejores cosas. Y cuando vemos que otros tienen lo que nosotros queremos nos
resentimos.

La envidia nace del descontento y el desamor. Sentimos descontento por lo que no


tenemos, pero nos molesta mucho más que otros lo tengan.

El envidioso ve la prosperidad del otro como si fuese una maldad contra él, una especie de
afrenta personal; como si el otro fuese culpable de algo, simplemente por el hecho de haber
prosperado, o tener lo que él no tiene.

…cuando permitimos que ese sentimiento encuentre lugar en nuestro corazón, de inmediato
se genera indisposición y una mala voluntad hacia la persona envidiada (en la Biblia
encontramos ejemplos como el de José y sus hermanos o el de Saúl y David).

Así que, cuando Deseamos Intensamente algo que otra persona tiene y No podemos
conseguirlo, Externamente reflejamos Envidia, pero en Fondo lo que nos Motiva es la
CODICIA.

Aquí nos podemos quedar y explayarnos, éste es un tema que tiene mucho de Fondo y de
Largo, solo quiero finalizar este punto con lo dicho por Elyse Fitzpatrick en su libro: Ídolos del
Corazón:

- Si estuviera dispuesta a pecar para obtener lo que deseo, es un ídolo.


- Si peco cuando no obtengo lo que deseo, es un ídolo.

Si deseo cierta posición en el trabajo, y estoy dispuesta a difamar a otra persona para
alcanzarla, ese deseo es un ídolo. Si deseo un bebé (un buen deseo), pero mi reacción
hacia Dios cuando no me da lo que quiero es pecaminosa, mi deseo de un bebé es un
ídolo. Creo que un bebé me hará más feliz que Dios mismo y su perfecta voluntad.
Cualquier acción o actitud pecaminosa, entonces, es una indicación de idolatría.

¿Cómo podemos Luchar contra el Pecado de la Avaricia? – Esto nos lleva nuestro último
y más breve encabezado:
La mortificación de la avaricia

La Avaricia= No Saciedad – No tener Plenitud – Así que, el Primer Antídoto que Ataca a
este Pecado de Raíz es Vivir de manera Cristocentrica – Algo que la Carta a los
Colosenses Enfatiza – Recuerda – Enseña, una y otra Vez.

De hecho, ese el Punto de Pablo: Alejarse de Cristo por medio Filosofías Huecas –
Legalismo – Misticismo – Ascetismo= En vez de Fortaleza Espiritual, más bien estaban
Debilitando y Exponiendo Peligrosamente a estos hermanos a Volver a la Practica de
sus Antiguos Pecados.

¿La Razón? - Alejarse del Centro de Gravedad (Ilustración Astronomía) que es Cristo,
estaba Empujando a estos Hermanos a Salirse de Orbita y Colisionar con todo tipo de
Tentaciones y Pecados, entre ellos, LA CODICIA.

Exactamente pasa con nosotros actualmente – Asi que, si deseamos Alejarnos o Mortificar la
Avaricia y todas sus Formas de Camuflaje en nuestra Vida, debemos Poner a Cristo en el
Lugar que le Corresponde, como: Amo – Gobernador – Rey Supremo – Cabeza – Pastor y
Obispo de nuestras Almas – Veredero Alimento – Agua que Verdaderamente Sacia el
Alma.

Podemos saber que Jesucristo tu Centro – tu Todo en Todo – tu Plenitud – Cuando tu


Identidad – Valor – Dignidad – Felicidad – Propósito, descansan Absolutamente en él, sin
ningún Rival, eso se llama PLENITUD – SACIEDAD –

ESA ES NUESTRA LUCHA DIARIA – DE ESO SE TRATA NUESTRA GUERRA INTERIOR


– DONDE EL PECADO REMANENTE LUCHA CONTRA EL ESPIRITU SANTO POR EL
CONTROL DE NUESTRO CORAZÓN.

La Plenitud Ocurre, cuando Cristo es el Objeto Supremo de nuestra Devoción y nuestro


Amor por él y hacia él, se convierte en nuestra Arma más Poderosa para Evitar – Huir –
Negar, las Tentaciones – Pero también es su Sangre que Derramó hacen más de 2000
años, que sigue Vigente para nuestro Perdón y Restauración cuando ya hemos Pecado.

Lo Opuesto al Deseo Desmedido – Enfermizo – Pecaminoso por las Cosas: Es una Virtud,
poco Ejercitada: EL CONTENTAMIENTO.

Cita: El contentamiento es la capacidad de estar satisfechos con lo que tenemos. Es la


disposición gozosa del creyente incluso a pesar de las necesidades, la escasez, o la
incomodidad. El contentamiento del corazón descansa en la sabia y bondadosa
providencia de Dios, quien ordena cada estación de nuestras vidas.

Del otro lado encontramos la constante queja, el lamento, y la murmuración como la fiel
antítesis del contentamiento, y las señales inequívocas de que nuestros corazones
están insatisfechos.

A este respecto, el apóstol Pablo le escribió a una iglesia, diciendo: “No que hable porque
tenga escasez, pues he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación. Sé
vivir en pobreza, y sé vivir en prosperidad. En todo y por todo he aprendido el secreto tanto
de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir necesidad” (Fil.
4:11-12).

¿Ha desarrollado usted el Contentamiento Bíblico? - ¿Experimenta Gozo a pesar de


las Circunstancias? O ¿Es una persona Quejumbrosa – Que Murmura contra Dios por
su Voluntad Soberana en su Vida?
El antídoto de la Idolatría
Todo empieza cuando dejamos de contemplar a Dios. Él es todo hermoso, poderoso, fuerte,
soberano, digno… pero por alguna razón algo más captura nuestra atención. Y
quebrantamos el primer mandamiento. Y luego los demás. Todo inició con la idolatría.

¿Quién es el dueño de tu corazón? ¿Hemos comprendido realmente que el valor


pasajero de las cosas de este mundo no es nada comparado con la gloria del amor del
Señor?

Si realmente lo hiciéramos, nuestras vidas lucirían muy diferentes. Como nos advierte Keller,
“puedes conocer el amor de Cristo con tu mente, pero no con tu corazón”.

Necesitamos probar y ver que el amor de Dios no tiene comparación. Que nada más
puede satisfacer. Necesitamos profundizar en la Palabra y conocer que la paz
verdadera solo viene del Señor.

Susi Bixby:
Hermanas, derribar los ídolos de nuestro corazón será nuestra tarea hasta el día que
partamos con el Señor - Es parte de la santificación progresiva.

El proceso que Dios está llevando a cabo en nuestros corazones es precisamente este de
derribar ídolos. Él obra diariamente para dirigir nuestro corazón hacia una adoración plena
de Él, que busca y encuentra su satisfacción exclusivamente en Él.

Por esto, Él permite desilusión, tristeza, pruebas, necesidad, traición, y pérdida. Dios
está tumbando nuestros ídolos uno por uno.

¡Servimos a un Dios paciente y perseverante! A pesar de nuestras quejas y llanto, Él sigue


en toda su misericordia dándonos exactamente lo que necesitamos.

Antídoto contra el Consumismo - Materialismo


Debemos recordar que todo lo que tenemos lo hemos recibido por gracia, y no es para
nuestros propósitos o simple deleite personal.

Lo que tenemos hoy es para el bien de otros y para la gloria de Dios, pues Él nos cuida,
somos suyos, y nuestra confianza y deleite están en Él.

Cuando te sientas tentado a comprar de manera descontrolada, piensa en el reino de Dios y


en cómo puedes usar tus recursos para bendecir a otros.

La próxima vez que te encuentres a un clic de comprar, o a punto de pagar en la caja de la


tienda, detente y asegúrate de estarlo haciendo en respuesta de obediencia, fe, y
adoración a Aquel que ya nos adoptó y nos ha dado todo lo que necesitamos en
Cristo.

Finalmente:
La buena noticia es que el evangelio nos liberta de la cultura consumista. Nos recuerda
que la fuente de nuestra satisfacción no está en los bienes que poseemos o queremos
adquirir, sino en Cristo. Él nos enseña que la vida del hombre no consiste en los bienes
que posee

El evangelio nos liberta de la esclavitud del pecado y de los ídolos que tienen a nuestros
corazones cautivos. – Nos revela a Cristo, como nuestra mayor necesidad –

Nos muestra que Él es el centro de todas las cosas, y no nosotros. Por lo tanto, ahora ya no
vivimos para satisfacer nuestros deseos pecaminosos, sino que vivimos para Él.

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