Ao 14
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OBJETIVOS: (La redacción de los mismos debe ser teniendo en cuenta todas sus partes; habilidad,
contenido, nivel de asimilación, nivel de profundidad y condiciones de estudio).
Pretendemos que durante el transcurso de la clase y al concluir la misma, los estudiantes sean
capaces de:
1. Describir las características morfofuncionales de las estructuras que constituyen la parte activa y
pasiva del aparato locomotor.
2. Identificar las características morfofuncionales del tejido óseo y cartilaginoso, teniendo en cuenta
sus variedades, interrelaciones funcionales de sus componentes y su localización.
INTRODUCCIÓN
Pase de lista
Se hará trabajo educativo hablando acerca de algún acontecimiento social, científico, político,
cultural de actualidad o de alguna de las nacionalidades.
• Rememoración de los contenidos de la clase anterior que trató de Tejidos Básicos. En la clase
anterior estudiamos el tema relacionado con las características morfofuncionales de los
tejidos, como la agrupación de células que tienen origen común, estructura similar y funciones
específicas, de manera que a pesar de la complejidad del organismo sólo hay 4 tipos de
tejidos básicos: epitelial, conectivo, muscular y nervioso.
Motivación: Se motiva la clase con alguna interrogante, problema de salud, destacando la
importancia del tema para la práctica futura, etc. La motivación en la clase debe ser constante, de
manera que se pueda lograr la atención, concentración y aprovechamiento de los estudiantes.
En la clase se abordarán los aspectos relacionados con el Aparato Locomotor que
tiene gran significación en el estudio del cuerpo humano por cuanto está constituido
por estructuras, los huesos que garantizan el sostén y la protección a diferentes
órganos, así como el movimiento que permite realizar la locomoción. Los huesos
forman la parte pasiva del aparato locomotor. Muchos se preguntarán por qué son tan
frecuentes las fracturas en el anciano y no así en los niños, donde se dice que son “de
goma”. En el transcurso de la clase tendrán la respuesta a esta interrogante.
El aparato locomotor constituye una unidad bien definida desde el punto de vista ontogénico,
anatómico y funcional.
La unidad ontogénica está dada por su origen común a partir del mesodermo.
La unidad anatómica por su constitución como un conjunto de huesos unidos por articulaciones y
movidos por músculos formando un sistema, el Sistema Osteomioarticular.
La unidad funcional por la participación de todos sus órganos en la mecánica animal como función
esencial.
El aparato locomotor está sometido a la influencia de factores, tanto internos como externos.
Entre los internos: se destaca la influencia de los sistemas endocrino y nervioso, que regulan las
funciones tróficas o de nutrición, así como los estímulos para el crecimiento y el desarrollo del
organismo.
Entre los factores externos: el más importante para el hombre es la actividad laboral, la que puede
alterar el organismo, ya sea por la adopción de posiciones viciosas o por exceso de actividad en
determinados segmentos del cuerpo en detrimento de otros.
División:
El aparato locomotor, de acuerdo con la función mecánica que realiza, se divide en dos partes: una
pasiva representada por el esqueleto constituido por la unión de palancas óseas y cartilaginosas
mediante articulaciones, y otra activa compuesta por los músculos que garantizan el desplazamiento
de los segmentos corporales y del cuerpo en su conjunto.
Esqueleto:
Siguiendo criterios topográficos y ontogénicos, el esqueleto se divide en una porción central o axil y
una lateral o apendicular.
Pertenecen a la porción axil: el cráneo, la columna vertebral y los huesos del tórax, mientras que la
porción apendicular está constituida por los huesos de las diferentes partes de los miembros
superiores e inferiores.
Entre las funciones mecánicas pueden señalarse su participación como palancas donde se insertan
los músculos para la producción de los movimientos articulares y en la forma y sostén de diferentes
partes blandas.
Algunos huesos además participan en la función de protección formando cavidades como la craneal,
la torácica, pelviana y el canal vertebral.
Entre las funciones biológicas, los huesos sirven de depósito de sales de fósforo y calcio, que
intercambian constantemente con el resto del organismo a través de la sangre. Esto asegura una
importante participación de los huesos en el metabolismo del calcio y fosfato y explica el porqué en
ciertos estados fisiológicos de mayor demanda de minerales se debe ser cuidadoso en la reposición
de elementos como las sales de calcio a través de la dieta.
TEJIDO ÓSEO:
El tejido óseo es una variedad especial de tejido conectivo compuesto por células, sustancia
intercelular y líquido tisular, su carácter especializado está dado por las características de su
sustancia intercelular, llamada también matriz ósea, donde se destaca la presencia de sales de calcio
que le confiere dureza y resistencia para desempeñar las funciones al hueso.
Células
El tejido óseo se caracteriza por presentar tres tipos celulares, los osteoblastos, osteocitos y
osteoclastos; los primeros considerados como células transitorias, encargadas de la formación de
tejido óseo.
Los osteocitos y osteoclastos son células fijas, bien diferenciadas, responsables del
mantenimiento del equilibrio del tejido a través de la síntesis y reabsorción respectivamente.
Los osteoblastos son los encargados de la síntesis del componente orgánico de la matriz, o sea, las
fibras colágenas tipo I y proteoglucanos. Estas células se encuentran localizadas hacia las superficies
del hueso como una capa continua que recuerda las membranas epiteliales.
Una vez que los osteoblastos se rodean de matriz recién formada, llamada osteoide, disminuyen su
actividad y pasan a llamarse osteocitos.
Los osteoclastos se originan de los monocitos, son móviles de gran tamaño, multinucleados, de
citoplasma ligeramente basófilo, el que se hace acidófilo a medida que las células envejecen y en el
mismo se destacan abundantes lisosomas.
Matriz extracelular
El tejido óseo está formado por componentes inorgánicos y orgánicos.
El componente inorgánico está representado por el agua y las sales minerales (cristales de
hidroxiapatita) como el fosfato de calcio, carbonato de calcio, fosfato de magnesio y fluoruro de calcio,
mientras que el orgánico también llamada osteína está representado por las fibras osteocolágenas,
similares a las fibras colágenas que se encuentran en otras variedades del tejido conjuntivo, estas
fibras se unen entre sí por una sustancia especial de cemento, donde predominan los
mucopolisacáridos ácidos, fundamentalmente sulfato de condroitina.
En los niños los huesos tienen mayor proporción de sustancia orgánica, por lo que son más blandos y
elásticos y se fracturan raramente; mientras que en los ancianos predomina la sustancia inorgánica y
sus huesos son más duros y más frágiles, observándose con mayor frecuencia las fracturas.
Teniendo en cuenta la organización microscópica de los componentes del tejido óseo, la variedad
compacta también se conoce con el nombre de Osteonal, haversiano, lamelar o secundario, mientras
que el hueso esponjoso se le llama también trabecular o primario.
El hueso osteonal o haversiano se localiza en la diáfisis de los huesos largos, en la cortical de las
epífisis y en la cortical de todos los huesos cortos y planos, mientras que el trabecular se encuentra
en las epífisis de los huesos largos, en los huesos planos de la bóveda craneal, las vértebras, las
costillas y el esternón.
Hueso Compacto
En esta variedad de hueso las fibras osteocolágenas se organizan formando un sistema constituido
por:
Laminillas circunferenciales externas, localizadas hacia la periferia del hueso en relación con
el periostio.
Laminillas circunferenciales internas, dispuestas hacia la superficie del conducto medular, en
relación con el endostio del hueso.
Laminillas concéntricas, que se disponen alrededor de los conductos por los que cursan vasos
sanguíneos y filetes nerviosos. Estos conductos se denominan conductos de Havers y junto
con las laminillas concéntricas que los rodean forman los sistemas de Havers u Osteonas, las
que constituyen las unidades estructurales y funcionales del hueso compacto.
Los conductos de Havers siguen un trayecto recto, longitudinal según el eje de la diáfisis y se
comunican entre sí por los conductos de Volkman.
Los canalículos calcóforos se comunican entre si y a la vez con el conducto de Havers, por lo
que hay continuidad de todas las lagunas del sistema con dicho conducto central por donde
transcurren los vasos sanguíneos, garantizándose de esta forma la nutrición de los osteocitos.
El otro tipo de laminillas son las intersticiales, las que ocupan los espacios que quedan entre
los sistemas de Havers, se consideran restos de sistemas de Havers que han sido destruidos
parcialmente en el proceso del desarrollo óseo.
Hueso Trabecular
En la matriz del hueso trabecular las laminillas no se disponen en sistemas, sino formando trabéculas
en forma de red tridimensional.
Estas trabéculas formadas por un número variable de laminillas óseas adoptan una disposición
particular, la cual depende de las funciones mecánicas del hueso.
Crecimiento y nutrición del hueso
Debido a la dureza del tejido óseo es evidente que los osteocitos incluidos en las lagunas óseas no
pueden crecer ni multiplicarse, ya que la matriz no puede expandirse desde el interior.
El crecimiento del tejido óseo ocurre por el mecanismo de aposición, el que consiste en la formación
o deposición de nuevas laminillas óseas sobre una superficie, a partir de la diferenciación de las
células osteógenas localizadas en la capa celular del periostio, vaina de tejido conectivo que recubre
la superficie externa del hueso.
Aunque podrán encontrar en la literatura que los huesos se clasifican teniendo en cuenta diferentes
factores, haremos referencia por su importancia a la clasificación que se refiere a su forma, utilizando
para ello la proporción entre sus dimensiones espaciales de largo, ancho y grosor.
Esta clasificación fue establecida en la época de Galeno y es aún aceptada internacionalmente en su
esencia.
Los huesos por su forma pueden ser: largos, cortos, planos, irregulares y neumáticos.
Largos, cuando predomina la longitud sobre las demás dimensiones.
Cortos, cuando las tres dimensiones están proporcionadas.
Planos, cuando hay un predominio del ancho y del largo sobre el grosor.
Irregulares, cuando no se evidencia la proporcionalidad entre sus dimensiones y…
Neumáticos, cuando el hueso presenta en su interior una cavidad llena de aire.
Huesos largos:
Los huesos largos se distinguen porque una de las tres dimensiones, el largo, predomina sobre las
otras dos, tienen una forma tubular y presentan tres porciones: el cuerpo o diáfisis, y dos extremos o
epífisis.
Por su tamaño pueden ser grandes o pequeños y están situados en regiones de gran movilidad,
como la parte libre de los miembros. Ejemplos: Húmero, radio, cúbito, fémur, tibia.
Los huesos largos constan de una porción central denominada diáfisis o cuerpo y dos extremidades
más abultadas, las epífisis, donde se localizan superficies articulares cubiertas de cartílago hialino.
Las epífisis están formadas por tejido óseo esponjoso que le da mayor ligereza, lo que es de gran
importancia dado su gran volumen.
Entre las diáfisis y la epífisis se encuentran las metáfisis. Mientras el organismo está en crecimiento,
esta zona es ocupada por unos discos cartilaginosos que permiten el crecimiento del hueso en
longitud, denominados discos metaepifisarios.
Las superficies óseas interna y externa, excepto las superficies articulares, están cubiertas por tejido
conectivo fibroso formando el endostio y el periostio respectivamente.
La diáfisis de los huesos largos presenta una cavidad ocupada por la médula ósea denominada
cavidad medular.
Huesos planos:
Los huesos planos se destacan porque dos de sus dimensiones, el largo y el ancho, predominan
sobre el grosor, presentando dos caras y un número variable de bordes y ángulos. Pueden ser
incurvados, alargados, grandes y pequeños.
Se encuentran situados en la cabeza, el tórax y el cinturón de los miembros, con la función de
protección. Ejemplos: parietal, occipital, escápula, coxal.
Huesos cortos:
Los huesos cortos se caracterizan porque las tres dimensiones son aproximadamente iguales,
presentan una forma más o menos cúbica y por lo general son pequeños. Se encuentran situados en
regiones que tienen movimientos muy variados y poco extensos, como los huesos carpianos de la
mano y tarsianos en el pie.
Huesos irregulares:
Los huesos irregulares presentan formas diferentes que son propias para cada uno según la función
que realizan. Se localizan en el esqueleto axil, es decir, en el cráneo y la columna vertebral.
Ejemplos: vértebras, esfenoides, etmoides, huesos de la cara.
Huesos neumáticos:
Los huesos neumáticos se caracterizan por presentar cavidades en su interior que contienen aire
denominadas senos. Tienen formas diversas y están situados en regiones cercanas a las vías
aéreas, como la cavidad nasal, sirviendo además de protección a otros órganos. Ejemplos: maxilar,
esfenoides, frontal.
OSIFICACIÓN:
La osificación se efectúa a través de dos procesos, la osificación intramembranosa y la endocondral.
Osificación intramembranosa:
Ocurre en el interior de una membrana, donde las células mesenquimatosas se diferencian en células
osteógenas, este tipo de osificación es característica de los huesos planos.
Osificación endocondral:
La osificación endocondral, es característica de los huesos largos y cortos, ocurre a partir de un
modelo cartilaginoso similar al hueso a formar, este cartílago de tipo hialino sufre modificaciones
hasta ser sustituido por hueso.
En los huesos largos, entre la diáfisis y la epífisis, existe una zona llamada disco epifisario o cartílago
de crecimiento, que participa activamente en el crecimiento en longitud del hueso.
La anatomía de superficie aborda el estudio de los relieves de las estructuras del aparato locomotor,
de las eminencias óseas sobre la superficie corporal. Ella permite un examen físico más completo de
los pacientes, es necesario tener en cuenta las variaciones que experimentan las estructuras músculo
esqueléticas durante el ciclo vital y entre los sexos.
El estudio imagenológico del organismo humano será profundizado a lo largo de su carrera, pero es
necesario que desde ahora comiencen a relacionarse con este método, muy útil como medio
diagnóstico de afecciones de las estructuras del esqueleto y para la evaluación del desarrollo óseo.
En las radiografías de partes óseas, pueden apreciarse bandas homogéneas, de tonalidad
blanquecina que corresponden a las zonas donde se localiza el tejido óseo compacto, el que al
absorber con mayor intensidad los rayos X producen imágenes de radiopacidad. Las áreas de
tonalidad más oscura, o de radiotransparencia traducen una menor absorción de los rayos X lo que
les permite atravesar el tejido e impresionar la placa; característico de estructuras en las que el tejido
es menos denso o presentan cavidades aéreas. Esta tonalidad es también propia de los tejidos
blandos.
Una de las causas más frecuentes de lesiones óseas son los traumatismos.
ARTROLOGÍA GENERAL:
Rama de la ciencia que estudia las articulaciones o formas de unión entre dos o más partes rígidas
del esqueleto.
Las articulaciones son complejos estructurales que unen dos o más componentes rígidos del
esqueleto, ya sean huesos o cartílagos.
Entre sus funciones se encuentran la de constituir puntos de unión del esqueleto y de movimientos
mecánicos, proporcionándole elasticidad y plasticidad al cuerpo; además de ser lugares de
crecimiento.
De acuerdo a las características estructurales de las uniones, se distinguen tres tipos: fibrosas,
cartilaginosas y sinoviales.
Articulaciones fibrosas:
Las uniones fibrosas se caracterizan porque los huesos se mantienen unidos de forma continua, por
medio de tejido fibroso, por lo que carecen de movimiento. En ellas se distinguen cuatro variedades:
las sindesmosis, las suturas, las gónfosis y la esquindelesis.
Las articulaciones fibrosas del tipo sindesmosis pueden ser por membranas y por ligamentos.
La sindesmosis por membrana se localizan entre los huesos del antebrazo y de la pierna, donde
reciben la denominación de membrana interósea; y entre los huesos de la calvaria en el recién nacido
donde se denominan fontanelas.
Estas últimas son de gran importancia para el desarrollo del cráneo y constituyen punto de gran valor
en el examen físico del lactante. Pueden intercambiar con su profesor sobre estos aspectos.
Las sindesmosis por ligamentos se encuentran entre los arcos vertebrales, entre los procesos
espinosos, entre los procesos transversos de las vértebras, entre las porciones distales de los huesos
de la pierna y en la unión sacroilíaca entre otras localizaciones. Constituyen importantes estructuras
protectoras contra movimientos excesivos en la columna vertebral y elementos de refuerzo en las
uniones óseas.
Las articulaciones fibrosas en forma de suturas, son de tres tipos: serratas, escamosas y planas.
Como su nombre indica la variedad serrata es aquella en que los bordes que se unen tienen forma de
sierra como ocurre en la unión del frontal con los parietales; las escamosas reciben esta
denominación cuando sus bordes están cortados a bisel como en la unión del temporal con el
parietal; y las planas se distinguen por presentar bordes lisos, como entre los huesos de la cara.
Las articulaciones fibrosas variedades gónfosis y esquindelesis se localizan, las primeras en las
uniones de las raíces de los dientes a los alvéolos dentales, y la segunda entre las alas del vómer y el
rostro del esfenoides en la base del cráneo.
Articulaciones cartilaginosas:
Las articulaciones cartilaginosas se caracterizan porque los huesos se encuentran unidos de forma
continua mediante tejido cartilaginoso, teniendo poca movilidad. Se distinguen dos variedades: las
sincondrosis y las sínfisis.
Las sincondrosis están constituidas por cartílago hialino y abundan en la etapa de crecimiento como
sucede en el hueso coxal, constituido por tres huesos primitivos hasta la adolescencia; en las uniones
de las epífisis con las diáfisis en los huesos largos y entre algunos huesos o porciones de los mismos,
en la base del cráneo.
Algunas sincondrosis persisten durante toda la vida como la que existe entre la primera costilla y el
esternón.
Articulaciones sinoviales:
Las articulaciones móviles o verdaderas son las sinoviales o diartrosis, caracterizadas porque la
unión entre los huesos se produce mediante una cápsula articular con una pequeña cavidad entre los
extremos óseos, que le da el carácter de unión discontinua y garantiza su movilidad.
La cápsula está revestida por una membrana sinovial y reforzada por ligamentos que pueden situarse
externamente o en el interior de la cavidad articular uniendo los extremos óseos. En el interior de la
cavidad articular hay una pequeña cantidad de líquido sinovial que evita el rozamiento entre las caras
articulares.
Las articulaciones sinoviales se clasifican de acuerdo al número y forma de las caras articulares y a la
función o número de ejes de movimiento.
Según el número de caras articulares, son simples, cuando tienen dos caras articulares
como la del hombro, y compuestas cuando tienen más de dos caras articulares como el codo.
Las articulaciones trocoideas, son aquellas en que una de las caras articulares tiene la forma de un
segmento de cilindro de eje vertical, y la otra forma un anillo ósteofibroso; ejemplo de ellas tenemos la
articulación entre la primera y segunda vértebras cervicales, denominada articulación atlantoaxial
mediana.
Las gínglimos son también articulaciones cilíndricas en las que una de las caras articulares tiene
forma de tróclea o polea, es decir presenta una depresión alargada semejante a un surco; y la otra
presenta un saliente alargado que se adapta a la anterior. Un ejemplo es la articulación talocrural o
del tobillo.
Las articulaciones elipsoideas presentan caras articulares en forma de segmentos de elipses, donde
una de las partes es cóncava y la otra convexa; un ejemplo de ellas es la articulación radiocarpiana.
La articulación condilar constituye una transición entre el gínglimo y la elipsoidea, y se caracteriza por
una doble elipse en una de las partes, que se corresponde con las caras articulares cóncavas de la
otra; ambas elipses pueden estar dentro de una misma cápsula articular, o en cápsulas
independientes. Ejemplo de ella es la articulación de la rodilla.
Las articulaciones en silla de montar se caracterizan por tener en cada una de las caras, doble
curvatura, que son cóncavas en un sentido y convexas en el otro, semejante a la forma que
presentan la entrepiernas del jinete sobre la silla al montar en caballo, un ejemplo es la articulación
esternoclavicular.
En las articulaciones esféricas las caras articulares tienen la forma de segmentos de esferas que se
corresponden entre sí recíprocamente; ejemplo las articulaciones humeral y coxofemoral entre otras.
En las articulaciones planas las caras articulares son segmentos de una esfera de gran tamaño.
Ejemplos de ellas son las uniones entre los procesos articulares de las vértebras y entre los huesos
del tarso y del carpo.
Las articulaciones pueden ser estudiadas en el individuo vivo con el uso de las radiografías simples.
Ellas nos permiten apreciar la forma de las caras articulares, su posición y la distancia o separación
entre las mismas que se manifiesta como una línea de radiotransparencia denominada interlínea
articular debida a la presencia de cartílago que no absorbe los rayos con la misma intensidad que el
tejido óseo.
Las uniones óseas con frecuencia resultan afectadas por traumas que distienden su cápsula o que
alteran la posición de las partes óseas. Un adecuado dominio de las características morfofuncionales
de estas estructuras les ayudará en la realización de acciones de prevención, diagnóstico, tratamiento
y rehabilitación de este tipo de eventos.
TEJIDO CARTILAGINOSO:
El tejido cartilaginoso tiene la característica de combinar la dureza y la flexibilidad, y está desprovisto
de vasos sanguíneos y linfáticos.
Este tejido es una variedad especial de tejido conjuntivo, constituido por los tres componentes
básicos de todos los tejidos, las células, llamadas condrocitos y condroblastos situadas en pequeñas
cavidades llamadas lagunas cartilaginosas, la sustancia intercelular que recibe el nombre de matriz
cartilaginosa con características especiales y por último el líquido tisular.
El pericondrio está constituido por tejido conectivo organizado en dos capas. La más externa es rica
en fibras colágenas y capilares, pero escasa en células, mientras que la capa interna presenta
abundantes células y pocas fibras.
Es importante tener presente que en los lugares donde el cartílago carece de pericondrio, como por
ejemplo las superficies articulares del cartílago hialino y el fibrocartílago, la nutrición se efectúa
directamente del líquido sinovial.
Células:
Los condrocitos son células esféricas u ovaladas, con un núcleo central grande, donde se distinguen
uno o dos nucleolos, como pueden ver en la imagen, se disponen en grupos en lagunas
cartilaginosas, en el seno de la matriz que ellos segregan.
Dependiendo de la actividad del cartílago, estas células tiene dos estadios funcionales, cuando el
cartílago está en etapa de crecimiento activo, reciben el nombre de condroblastos, estos poseen las
características de las células especializadas en la síntesis de proteínas, un citoplasma granular fino y
generalmente basófilo, debido a la presencia de ribosomas libres y de retículo endoplásmico rugoso y
aparato de golgi bien desarrollado, y numerosas mitocondrias alargadas.
.
Matriz cartilaginosa:
La matriz cartilaginosa es firme y maleable, está constituida por sustancia intercelular de tipo amorfa y
formada, las que garantizan las propiedades del cartílago.
Variedades de cartílago:
Dependiendo del tipo, proporción y disposición de sustancia intercelular existen tres tipos de
cartílago: hialino, elástico y fibroso.
El cartílago hialino presenta un color blanco perlado translúcido en estado fresco, es el más
abundante en el organismo y tiene aspecto homogéneo.
En el cartílago elástico las células son similares a las del hialino, tienen la misma forma esférica,
aunque menor cantidad de grasa y glucógeno, se rodean por la matriz territorial, formando una
cápsula gruesa, están distribuidas aisladamente o formando grupos isogénicos de dos o tres células.
Este tipo de cartílago crece por aposición e intersticialmente y se localiza en el pabellón de la oreja,
conducto auditivo externo, epiglotis, y algunos cartílagos de la laringe.
Este tipo de cartílago carece de pericondrio, por lo que su crecimiento se efectúa solamente de forma
intersticial; por sus características constituye una transición entre el cartílago hialino y el tejido
conjuntivo denso, se localiza en las regiones en que el tejido está sometido a presiones,
desplazamientos en sentido lateral y tracción como discos intervertebrales, la sínfisis del pubis, las
zonas de inserción del tendón y los meniscos de articulaciones sinoviales como la rodilla.
Para facilitar el estudio de los huesos de forma independiente es conveniente seguir un orden lógico,
con un enfoque sistémico precisando inicialmente las características generales más destacadas
que predominan en la región donde se encuentran y luego especificar las características
particulares de cada hueso motivo de estudio.
Para el estudio de las características generales de los huesos pertenecientes a una región debes
seguir el siguiente algoritmo:
• Situación y división
• Funciones generales
• Tipo de hueso
• Origen de los huesos y osificación
• Nombre de los huesos.