Violencia Contra La Mujer
Violencia Contra La Mujer
Violencia Contra La Mujer
Cada 25 de noviembre, desde 1981, nos recuerda que gobiernos, organizaciones internacionales,
ONG y sociedad en general aún tenemos mucho por hacer para eliminar la violencia contra la
mujer. La violencia de género es la manifestación más clara de la desigualdad entre hombres y
mujeres, y la más grave violación de los derechos humanos que sufren millones de mujeres, niñas y
jóvenes.
En el mundo, 1 de cada 3 mujeres ha sufrido violencia física o sexual, en la mayoría de los casos
perpetrada por alguien de su entorno, principalmente parejas o ex parejas. Casi 750 millones de
niñas y mujeres menores se casaron antes de cumplir los 18 años. Al menos 200 millones han sido
víctimas de la mutilación genital femenina. El 71% de las víctimas de trata son mujeres y niñas, 3
de cada 4 son explotadas sexualmente. Las mujeres ocupan tan sólo el 24% de los escaños en los
parlamentos del mundo y la brecha salarial de género se sitúa en el 23%.
Los datos son devastadores, lo son hasta tal punto que Naciones Unidas califica de pandemia la
violencia contra las mujeres. No, no exageramos. Y no, no es algo que sucede en “otros lugares” del
mundo. Aquí, en Europa, la violencia contra las mujeres y las niñas supone un riesgo mayor
que el cáncer o el terrorismo.
Un cuento de amor convertido en otro de terror. En sus páginas están atrapadas miles de
mujeres de todo el mundo. Muchas de sus protagonistas se dan cuenta a tiempo de que su
historia se desvió del guión de las fábulas de hadas con las que crecieron. Pero otras no
logran escapar y tienen el peor de los finales: son asesinadas por ese que un día creyeron
que era el príncipe azul que había llegado a sus vidas a salvarlas.
Mariela escapó. "Ahora me siento liberada, pero siento que en todo este tiempo no fui yo",
recuerda, entre lágrimas, en la casa de Buenos Aires donde hasta hace poco más de medio
año convivió con su expareja -Joaquín, al que denunció por violencia de género el pasado
noviembre- y con Andrés, el bebé que tuvieron en 2014.
Conoció a Joaquín a través de un blog de música y tras un tiempo chateando, quedaron para
conocerse personalmente. A las pocas semanas de relación saltó la primera alarma: estaba
todo el día pendiente de ella y la insistía para que se quedara con él todo el fin de semana.
La segunda advertencia, poco después, fue más grave: le informó que tenía que empezar a
tomar anticonceptivos porque él con los preservativos no sentía nada. Mariela volvió a
ceder: "Me chocó, pero acepté. Lo naturalicé todo". La tercera fue una catarata de insultos
que la hizo romper. Pero le pidió perdón, le prometió que no se repetiría y ella le creyó.
A los seis meses Mariela ya no respondía a los mensajes de sus amigos ni amigas para evitar que se enfadase con ella
A los seis meses Mariela ya no respondía a los mensajes de sus amigos ni amigas para
evitar que se enfadase con ella, menos aún los veía. Ni siquiera le apetecía salir a cenar con
él ni ir a ver una película. "Todo lo que venía de mi lado era malo. Si yo elegía la película,
a la mitad se levantaba y me decía: ''Esta peli es una mierda, mirá donde me metiste' y nos
teníamos que ir del cine". "Mi vida giraba alrededor de él, de sus amigos y de su familia".
Al contrario de lo que ocurre en los cuentos de princesas, era el supuesto príncipe liberador
quien la encerraba en el castillo.