Aiepi Covecom
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Hay que estar atentos en los niños y niñas menores de 5 años las siguientes
manifestaciones:
- Aumento en la frecuencia respiratoria o respiración rápida
- Se le hunden las costillas al respirar.
- Presenta ruidos extraños al respirar o “le silba el pecho”.
- No quiere comer o beber y vomita todo.
- Fiebre, que no cede con la administración de medicamentos.
- irritabilidad
- Decaimiento y somnolencia.
- Ataques o convulsiones.
• Evite el contacto con personas con gripa. Los enfermos deben utilizar tapabocas y
mantener las manos limpias con un correcto lavado de manos con agua y jabón.
• Si es un bebé menor de seis meses, suministre solamente leche materna en mayor
cantidad, por lo menos 10 veces al día.
• Si el niño tiene seis meses o más, proporcione alimentos recién preparados, de alto
contenido nutricional y energético (frutas, verduras y carnes), y sígale dando leche
materna.
• Evite contacto con fumadores.
• Para aliviar la tos y el dolor de garganta dé a su hijo bebidas aromáticas o té. Si es
mayor de dos años suminístrele miel.
• Mantenga las fosas nasales destapadas, en lo posible aplique con frecuencia suero
fisiológico por ambas fosas nasales limpiando las secreciones.
• Cuando el niño salga a cambios bruscos de temperatura, protéjalo y cúbrale la nariz y la
boca.
Recomendaciones
• Enseñe a sus hijos a estornudar: Ponga un pañuelo desechable sobre nariz y boca al
toser o estornudar, bótelo y lávese las manos.
• No suministre medicamentos, antibióticos o jarabes para la tos a menos que sean
formulados por el médico.
• Lávese las manos cuando tenga contacto con secreciones o enfermos con gripa.
• Ventile a diario la casa y habitación de los enfermos.
• Verifique que su esquema de vacunación (niños, niñas, escolares y adultos) esté
completo para su edad.
• La hidratación es la clave para controlar la enfermedad y evitar así mayores
complicaciones.
La Diarrea aguda acuosa que dura de varias horas a varios días. El principal peligro es la
deshidratación. También ocurre pérdida de peso, si no se continúa la alimentación en
forma adecuada.
Diarrea aguda con sangre también llamada disentería: el principal peligro es el daño de la
mucosa intestinal, la sepsis y la desnutrición.
Diarrea persistente que dura catorce días o más. El principal peligro es la desnutrición,
sepsis y las infecciones extraintestinales severas, también puede ocurrir la deshidratación.
Diarrea en niños con desnutrición severa: los principales peligros son las infecciones
sistémicas severas, deshidratación, falla cardiaca y la deficiencia de vitaminas y
minerales. Este tipo de diarrea es la que genera más mortalidad.
El tratamiento de cada tipo de diarrea debe estar orientado a prevenir o tratar los
principales peligros que cada uno presenta.
Deshidratación:
Durante la diarrea hay una pérdida aumentada de agua y electrolitos: sodio, cloro, potasio
y bicarbonato en las deposiciones líquidas. El agua y los electrolitos se pierden también a
través del vómito, que con frecuencia acompaña a la diarrea. La deshidratación ocurre
cuando estas pérdidas no son reemplazadas adecuadamente y se desarrolla el déficit de
agua y electrolitos.
Signos de alarma
Signos de deshidratación, como disminución del volumen de orina, letargo o apatía, llanto
sin lágrimas, sed intensa y sequedad de boca.
Aspecto de enfermedad.
Fiebre alta.
Sangre en las heces.
Dolor espontáneo en el abdomen y dolor muy intenso al tocarlo.
La promoción de una alimentación saludable y de una buena actividad física en los niños
no solamente contribuye a mejorar su salud mental, social y física, sino además a
optimizar su bienestar y su potencial habilidad de aprendizaje, al tiempo que proporciona
las bases para mejorar la salud a través del curso de la vida. Al promocionar una buena
alimentación, se contribuye a prevenir estados de desnutrición y de deficiencias
nutricionales de macro y micronutrientes, así como a reducir el riesgo de enfermedades
crónicas degenerativas relacionadas con la dieta, tales como enfermedad cardiovascular,
diabetes tipo 2, cáncer, obesidad y osteoporosis, de esta manera se aumenta la
expectativa de vida, en términos tanto de tiempo de supervivencia, como de calidad de
vida.
Observar y palpar: en ambos pies para determinar si hay edema. El edema se produce
cuando se acumula gran cantidad de líquido en los tejidos, los cuales se observan
hinchados o tumefactos. Observe y palpe para determinar si el niño tiene edema. Utilice
su dedo pulgar para presionar suavemente por unos pocos segundos en el lado superior
de cada pie. El niño tiene edema si le queda una marca en el pie cuando usted levanta su
pulgar.
Pesar al niño: Es importante pesar con exactitud; para ello es necesario respetar las
condiciones siguientes:
Una superficie vertical rígida en estricto ángulo recto con el plano horizontal.
Un piso (en ángulo recto con la superficie vertical) en el que el niño pueda pararse
y estar en contacto con la superficie vertical.
Una pieza horizontal móvil que se desplace en sentido vertical manteniendo el
ángulo recto con la superficie vertical.
Regla o metro graduado en centímetros, inextensible (preferiblemente metálico),
fijo en la superficie vertical.
No se recomienda el Tallímetro que viene inserto en algunas balanzas, pues arroja
mediciones imprecisas.