Ataques de Pánico Con Agorafobia
Ataques de Pánico Con Agorafobia
Ataques de Pánico Con Agorafobia
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Paciente: Cuando es posible prefiero evitarlas; sin embargo, en ciertas situaciones me
veo obligado a enfrentarme a ellas: tengo que ir a trabajar, ir de compras… Hace más de
seis años que tuve mis últimas vacaciones… Estoy demasiado asustado…
Terapeuta: Entonces, si usted no puede evitarlas, ¿qué es lo que hace? ¿Pide ayuda o
se enfrenta a ellas usted solo? Paciente: Oh, no. Pido que me acompañen, sobre todo a
mi mujer…
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Terapeuta: Y cuando pide ayuda, que le acompañen, y esta persona le ofrece ayuda,
¿usted se siente mejor o se siente peor?
Paciente: Entonces me siento mejor porque puedo hacer mis recados… pero entonces
me digo a mí mismo, «¡Mira! Necesitas a los demás, dependes de los demás». Siento que
no puedo hacerlo por mí mismo, y esto duele.
Terapeuta: Ah, de modo que cuando pide ayuda y la consigue, en aquel mismo momento
usted se siente bien porque le han salvado de una situación amenazadora… Sin
embargo, más tarde, se siente incluso más incapaz, porque recibir ayuda de los demás
significa que no puede hacerlo por sí mismo, y esto le hace sentirse peor, peor y peor…
Paciente: Sí, es cierto. Quiero hacerlo por mí mismo, pero no puedo…
Terapeuta: Permítame recapitular lo que hemos dicho
Resumir para Redefinir
hasta ahora y si he entendido algo mal, por favor,
corríjame. Bien, usted es una persona que sufre ataques de
pánico, en situaciones que puede predecir y que, entonces, intenta evitar. Sin embargo,
cuando no es posible evitarlas, entonces pide ayuda, apoyo. Usted tiende a hablar mucho
acerca de este problema, lo cual hace que se sienta aliviado en el momento en que lo
divulga, pero más tarde hace que se sienta peor, porque si le escuchan y le compadecen,
esto significa que hay algo que no funciona en usted. Lo mismo ocurre cuando usted pide
ayuda: usted se siente a salvo y aliviado cuando recibe ayuda, pero entonces, al cabo de
un rato, se siente cada vez más incapaz, y el hecho de que otros le ayuden a enfrentarse
a ciertas situaciones amenazadoras significa que usted no es capaz de hacerlo por sí
mismo. Y esto incluso le frustra más.
Terapeuta: Todo esto hace que recuerde las palabras de un famoso poeta, Fernando
Pessoa, que escribía: «Cargo con las heridas de todas mis batallas evitadas».
Paciente: Es cierto.
Terapeuta: Y yo añado, «Las heridas de las batallas evitadas parece que nunca
cicatrizan, nunca dejan de sangrar».
Terapeuta: Bien, bien, bien… Quisiera que usted, desde ahora hasta la próxima vez que
nos veamos, pensara acerca de lo que hemos dicho hoy: que cada vez que usted habla
de su problema lo empeora. Me gustaría que tuviera en la cabeza que, cada vez que
usted solicita ayuda y la obtiene, está empeorando su problema, aunque ahí y entonces
se sienta mejor. Y lo mismo sucede cuando evita hacer las cosas. Tal como dijo Pessoa,
usted carga con las heridas de las batallas evitadas.
Bien, antes que nada, hay algo sobre lo que quiero que
Resumir para Redefinir piense durante la próxima semana. Quiero que piense que,
MIEDO A LA PETICIÓN DE cada vez que usted pide ayuda y la recibe, está recibiendo,
AYUDA al mismo tiempo, dos mensajes. El primer mensaje obvio es
«te quiero, te ayudo y te protejo».
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El segundo mensaje, que es menos obvio, pero más fuerte y sutil, es «te ayudo porque no
puedes hacerlo por ti mismo, porque si te lo dejara hacer por ti mismo, estarías mal».
Prescripciones
Fase 1
Determinar el tipo específico del miedo patológico que lleva al pánico y al mismo tiempo
introducir en la visión del paciente, elementos que lo induzcan a cambiar de perspectiva
respecto a su problema. Se guía al sujeto con preguntas estratégicas que en primer lugar
conducen a distinguir el tipo de trastorno, luego orientan a reconocer su funcionamiento y
por último a descubrir cómo librarse de él. Esas preguntas, asociadas a paráfrasis
reestructurantes acompañadas de imágenes evocadoras, inducen al paciente a cambiar la
percepción de sus miedos. Primero hay que hacer que se sienta y luego que se entienda,
porque los pacientes fóbicos son como un nuevo santo Tomás: si no lo tocan con la
mano, no lo creen.
*(Tomado del libro La terapia de los ataques de pánico
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a) Diario de abordo
b) Como empeorar (miedo a la evitación/miedo a la petición de ayuda/miedo a las
precauciones)
c) Conjura de silencio
Diario de abordo
Por favor, fíjese que no le estoy pidiendo que deje de pedir ayuda, porque sé que en este
momento usted no es capaz de dejar de pedir ayuda. Solamente le estoy pidiendo que
piense que cada vez que pide ayuda y la recibe, contribuye a mantener y empeorar sus
problemas.
Pero, por favor, no se esfuerce en evitar pedir ayuda, porque aún no es capaz de dejar de
pedir ayuda. Sólo piense que cada vez que pide ayuda y la
recibe, está ayudando a que las cosas empeoren.
Como empeorar
Quiero que usted se haga una pregunta todos los días. La
pregunta es esta -sé que es extraña-: si usted quisiera de
forma voluntaria hace empeorar sus trastornos, en lugar de
hacerlos mejorar, ¿cómo podría hacerlo? ¿qué debería de
hacer, qué debería de dejar de hacer… qué debería pensar,
que debería dejar de pensar para empeorar voluntariamente sus síntomas?
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¿Cómo podría programar un empeoramiento? ¿Qué debería de hacer, qué debería dejar
de hacer? ¿Qué debería pensar, qué debería dejar de pensar para empeorar
voluntariamente? Es la pregunta que ha de hacerse todos los días y traerme las
respuestas. Obviamente la pregunta es teórica y las respuestas serán teóricas.
La lógica de la pregunta es: “Si queremos enderezar alguna cosa, primero aprendemos
todas las formas de torcerla aún más, a fin de evitarlos primero y utilizarlos luego para
encontrar el modo de enderezar la situación, ¿de acuerdo?
Conjura de silencio
Desde hoy hasta cuando nos volvamos a
ver, respecto a este problema, ha de asumir
lo que llamamos “conjura del silencio”, o
empezar a pensar que cuanto más se habla
de ello, más se alimenta el miedo.
El miedo es una de esas formas que
construimos de la que hablar no solo no va
bien, sino que lo aumenta.
En cambio, la mayoría de las personas
piensa que cuanto más habla y habla, más
se descarga. Sin embargo, es como echar un
fertilizante especial en una planta: la hace crecer de forma desmedida. Así que ha de
asumir la “conjura del silencio” Evitar hablar, tener miedo de hablar. Si hablan de ello, lo
alimentan.
Fase 2
Sugerir, conducir o prescribir directamente acciones o pensamientos que induzcan a la
persona a realizar experiencias de cambio, aplicando estratagemas terapéuticas
indicadas para hacer que la persona interrumpa sus soluciones intentadas disfuncionales
(el control que hace perder el control, la evitación y la demanda de ayuda en sus diversas
formas). En la segunda sesión los sujetos son conscientes de que la decisión de no hablar
más de sus miedos ha sido muy eficaz porque ha reducido la sensación de alarma,
permitiéndoles tener la mente ocupada en otras cosas que no son el miedo.
Al final de la segunda entrevista se prescribe la técnica fundamental de la peor fantasía, a
la vez que se mantienen las prescripciones anteriores .
*(Tomado del libro La terapia de los ataques de pánico
a) Diario de abordo
b) Peor fantasía (media hora)
c) Conjura de silencio
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Peor fantasía (media hora)
Tan pronto como suene la alarma, stop, la para, suspende el ejercicio, deja los
pensamientos y las sensaciones que ha provocado, sale de la habitación, se lava la cara
y vuelve a sus actividades habituales. Sin embargo, durante treinta minutos, de forma
voluntaria tiene que…
( Otra versión) Antes de salir por la mañana, elija una habitación donde pueda estar
sola (o); póngase cómoda, baje las luces, ponga una alarma para que suene media
hora más tarde y en esta media hora queremos que piense en las peores fantasías
relacionadas con sus problemas (describir el problema específico del paciente). En
esta media hora tiene que pensar en todo lo que le da miedo y ha de hacer de todo lo
que tenga ganas de hacer, si tiene ganas de llorar, llore. Si tiene ganas de reír, ría; lo
importante es que permanezca media hora en esta situación. Cuando suene el
despertador ¡stop!. Una vez terminado todo, vaya al baño, refrésquese la cara y
reanude su vida normal. ¿ok?
En el caso del primer tipo de respuesta, nuestra redefinición será como sigue:
A) Como usted ha tenido la suerte de ver, su problema puede aliviarse provocándolo
de forma voluntaria; es una paradoja, pero, sabe, a veces nuestra mente trabaja de
forma paradójica en lugar de hacerlo con el sentido común. Usted está empezando
a aprender a no caer en la trampa de su trastorno y de sus «soluciones intentadas»
que complican su problema en lugar de resolverlo.
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Con el segundo tipo de respuesta, la redefinición se expresa como sigue:
B) Muy bien. Usted está aprendiendo a modular y gestionar su trastorno. Así como
usted puede provocar de forma voluntaria los síntomas, también puede limitarlos, y
cuanto más pueda provocarlos durante un tiempo dado, más podrá limitarlos y
hacerlos desaparecer. Cuanto más pueda usted provocarlos durante la media hora,
mucho mejor será capaz de controlarlos durante el resto del día.
Fase 3
Se presta mucha atención a la explicación detallada del funcionamiento del efecto
paradójico, utilizando explicaciones lógicas y analógicas. Se pasa de la prescripción de la
media hora de la peor fantasía en situación de aislamiento protegido a su ejecución
durante cinco minutos cinco veces al día. Dondequiera y con quiera que uno esté, debe
mirar el reloj y evocar las peores sensaciones de miedo. Las otras dos prescripciones se
mantienen.
*(Tomado del libro La terapia de los ataques de pánico
Fase 4
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Estratagemas:
«Para apagar el fuego hay que añadirle leña».
Estratagema: Si quieres enderezar algo, primero aprende a retorcerlo
aún más. Lógica del paradoja y contradicción, porque me doy cuenta qué tan
torcido estoy y lo paro.
como reza una máxima islámica, «Enfrentándose al propio miedo, uno se vuelve
audaz».
Bibliografía:
G. Nardone. C. Portelli (2013) Conocer a través del cambio. La evolución de la terapia
breve estratégica. Ed. Herder
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