LA MÚSICA EN LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD Por Eve
LA MÚSICA EN LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD Por Eve
LA MÚSICA EN LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD Por Eve
1
Pedro Boltrino. Música y Educación Especial. Nos unen las diferencias. Documentos educativos.
Ediciones PreDem. 2004.
un valor negativo, sino como algo que permite evolucionar y crecer interiormente, ya
que la mirada desde la negatividad genera lástima, y la lástima lastima, convirtiéndose
en el peor enemigo de los niños, y por lo tanto, del proceso educativo. Debemos tratar
de no abordar la discapacidad como un problema, sino como una capacidad diferente.
Trabajaremos potenciando las capacidades conservadas sanas y no sobre la parte
afectada. No existe un método específico para trabajar con ellos, y en vano sería buscar
recetas mágicas, ya que el único camino será el conocerlos y aprender a quererlos, para
poder sacar de ellos lo mejor de sí mismos. Muchas veces no entendemos qué pasa
dentro de ellos, porque la exteriorización de su ser se encuentra limitada, por eso
debemos aprender a leer sus gestos, miradas, sonrisas, lágrimas, y las indicaciones para
hacerlo no se encuentran ni en los libros ni en las teorías, simplemente en el sentido más
común que poseemos: el sentido común.
2
Gabriel F. Federico. El niño con necesidades especiales. Neurología y Musicoterapia. Editorial Kier S.A.
Buenos Aires. 2007.
personas en su contexto de vida. En nuestro país se va respondiendo cada vez más a
esta necesidad, es cierto que nos falta mucho por andar al respecto, pero ya en las
escuelas especiales nos encontramos con equipos interdisciplinarios de trabajo formados
por: médicos pediatras, fisiatras, kinesiólogos, fonoaudiólogos, psicólogos,
psicopedagogos, psicomotricistas, asistentes sociales, y docentes especiales con sus
orientaciones (discapacidad visual, auditiva y cognitiva). Comprometernos a integrarlos
a nuestra tarea en el aula, ya sea aportando ideas o estrategias, o trabajando en equipo
con ellos, es algo muy valioso, ya que enriquecerá nuestra práctica desde el saber que
cada uno aporta, en pos de alcanzar más beneficios para los niños. De estos
profesionales nos nutriremos para conocer aspectos importantes de nuestros alumnos y
cosas que no podemos dejar pasar por alto, como: las características propias de cada
niño, su tolerancia a realizar las actividades, si tiene algún malestar físico, si la
medicación lo afecta de alguna manera, si ese día está más asustado o irritado por
alguna situación particular, como venir de alguna terapia que lo cansó mucho, entre
otras cosas.
Además de formarnos profesionalmente, debemos ser creativos para diseñar las
diferentes modalidades de trabajo. Podemos tener alguna metodología, pero los
procesos deben ser dinámicos, deben tener movimiento, sin estancarse en ninguna
rigidez o prejuicio. Pero el aspecto más importante que debe guiar nuestra forma de
abordaje es considerar lo que el niño puede hacer, en vez de remarcar lo que no. Si el
niño no puede mover un brazo, vamos a ofrecerle que tome el instrumento con el otro.
La autonomía es algo primordial en el trabajo con estos niños. Con la posibilidad de
hacer cosas por ellos mismos, de crear música, sea de la forma que fuere, sus mentes
podrán desplegar alas y tendrán así una verdadera sensación de libertad. Es por ello que,
siempre que se pueda, debemos facilitar y promover nuevos aprendizajes, evitando la
frustración. Entender su propio ritmo y respetarlo, sin imponer consignas que los
desgasten. Transmitir alegría, sensaciones de seguridad, protección y autoestima por
medio de la música. La práctica vocal, instrumental o de movimiento debe ser continua,
pero puede producir desequilibrios si se expone a los niños a esfuerzos excesivos,
sometiéndolos a tareas que sobrepasen sus posibilidades.
4.2- Adaptaciones.
Para garantizar la igualdad de oportunidades para todos los alumnos, puede ser
necesario adaptar los materiales, recursos y actividades que se les encarguen, de modo
que puedan responder de forma positiva, y también los contenidos seleccionados para
ese grupo en especial y ese alumno en particular. Si es posible tener una mirada
individual para cada alumno, y hacer que ese aprendizaje sea significativo en su
proceso, poco importan sus necesidades educativas especiales, ya que todos debieran
tenerlas, sobre todo en disciplinas donde lo artístico entra en juego comprometiendo la
sensibilidad. No olvidemos el punto esencial del abordaje especial: Personas por sobre
la discapacidad, Personas con discapacidad. Es por ello que las adaptaciones y los
materiales que se utilicen deben estar siempre al servicio de los niños que tenemos al
frente, y deben estar pensadas y diseñadas en base a sus necesidades.
Los instrumentos musicales son un motivador muy especial y efectivo, son
facilitadores de situaciones y experiencias, pero deben ser seleccionados y adaptados
apropiadamente para optimizar su uso en cada uno de los casos. Nos muestran el modo
de vinculación con el entorno. Son objetos inanimados que cobran vida, generando un
clima mágico para los niños.
Así como se adaptan los materiales, deben adaptarse los recursos, para que todos
los alumnos tengan la posibilidad de participar en las actividades. Si un niño no puede
cantar, puede seguir una canción señalando láminas con fotos o dibujos que refieran a la
secuencia de la letra de la misma canción, por ejemplo. Otra actividad puede ser pegar
distintos elementos (arroz, café, polenta, yerba) sobre etiquetas que se adhieran al
teclado para obtener diferentes texturas y marcos de referencia. Muchas veces nos
encontramos con niños que no sienten casi nada o niños con hipersensibilidad, que hay
que estimular muy despacio y de a poco. Con este tipo de propuestas, se van
acostumbrando a tocar las diferentes texturas adquiriendo mayor tolerancia.
Puede suceder que algunos niños tengan muchos problemas de aceptación hacia
las actividades, o que no estén acostumbrados a esperar, porque siempre se les facilita
todo. En estos casos, deberemos trabajar en la puesta de límites, para permitirles superar
las situaciones de frustración y así aumentar la tolerancia. De por sí, la condición de
discapacidad los pone en un lugar diferente, pero esto es algo con lo que tienen que
aprender a convivir, por eso debemos ayudarlos a procesar las situaciones que tengan
que ver con la paciencia, la tolerancia y la espera. En los niños con discapacidad, los
tiempos son realmente diferentes.
Para desarrollar las habilidades musicales que se encuentran latentes en todas las
personas a modo de inteligencia –sean discapacitadas o no-, se hace necesario aprender
jugando, mediante la experimentación y ejercitación. La actividad lúdica es el medio
más productivo y placentero para el trabajo con música, y deberá ser conscientemente
pensado según las edades y los intereses de nuestros alumnos. Lo lúdico simboliza lo
placentero, por lo cual debemos apoyarnos en ello para que el niño pueda desplegar el
placer que genera el escuchar o hacer música. El juego puede ser una herramienta que
nos permita conectarnos con los alumnos a cargo, pero para poder jugar con ellos
debemos interiorizarnos sobre qué cosas son las que les gustan y disfrutan. Jugar es un
derecho de los niños, pero no sólo es placer, es comunicación, expresión y ayuda al
desarrollo intelectual y emocional.
Existe algo muy importante a tener en cuenta, y que funciona como un motor
interno en los niños, y es el deseo. Sabremos si este existe en el contacto directo con los
niños. Para trabajar con niños con discapacidad, lo primero es conocerlos y desde ese
conocimiento, tratar de descubrir sus intereses y deseos. Desear es querer algo, pero
muchas veces somos los docentes los que deseamos. Debemos cambiar de postura, e
introducir el deseo de los niños en nuestras clases, como parte del abordaje con ellos. La
mejor manera de introducirlo, es mediante las experiencias lúdicas que podamos
ofrecerles.
Musicoterapia receptiva/pasiva
Gabriel Federico cita a Serafina Poch Blasco en su Compendio de
musicoterapia, quien afirma que: “La música es una fuente constante de asombro, una
posibilidad de maravillarse sin que la persona deba moverse de donde esté. La música
traslada a mundos diferentes y a regiones fantásticas, sugiere experiencias
impensables, posibilidades y esperanzas fuera de toda lógica, pero no irreales ni
imposibles como las del corazón y los sentimientos. El ser humano necesita soñar
despierto y evadirse de la realidad, pero de una forma sana y creativa”.
Pero debemos comprender que la musicoterapia receptiva es también dinámica.
Por más que se haga una actividad con música suave o pasiva, la receptividad es
también activa, porque el niño está en alerta y en movimiento interno.
Los momentos de relajación son muy importantes para los niños con
dificultades, porque permiten que se recupere la figura humana, que se transforma
debido a las contracciones o los movimientos involuntarios.
Musicoterapia activa/creativa
Se trata de las actividades donde el niño es quien ejecuta instrumentos, canta o
baila. A veces, nuestros niños tienen muchas dificultades para cantar, tomar los
instrumentos de manera adecuada o seguir un ritmo, entonces necesitamos hacer
adaptaciones para alcanzar estos objetivos. Los chicos disfrutan mucho cuando pueden
hacer algo por sí mismos, y esto es muy valioso a la hora de trabajar.
La realidad de hoy en nuestro país dista mucho de lo ideal para el trabajo con
niños con NEE, ya que los criterios para agruparlos en las escuelas especiales están más
encuadrados en cuestiones económicas que pedagógicas. Muchas instituciones se ven
obligadas a formar grupos por edades más que por capacidades o necesidades, por ello
nos encontramos con chicos con distintos diagnósticos y discapacidades en una misma
sala, lo que dificulta enormemente la tarea. Además, la mayoría de las veces, la cantidad
de alumnos por grupo es excesiva. Pero, más allá de este tipo de dificultades que existen
en el sistema, como educadores debemos comprometernos en la tarea, asumir el desafío
y generar propuestas que respondan de la mejor manera posible a las necesidades de los
niños que nos hayan sido asignados. La modalidad de Aula Taller puede ser una
respuesta ante esta realidad.
Cuando hablamos de Aula Taller, nos referimos a una instancia pedagógica de
aprendizaje basada en la construcción compartida, donde cada uno de los integrantes
dispone de una cuota de conocimiento, de saber, que puede aportar al conjunto. Esta
tarea en conjunto facilita el encuentro, la comunicación y la apropiación del objeto de
conocimiento, el transformar y transformarse; el aprender a pensar y aprender a
aprender.
El alumno integrante del taller es un sujeto protagonista, que “actúa, siente y
piensa” junto a otros. El docente del taller guía y disfruta de la tarea, está dispuesto a la
ruptura de hábitos y a la aceptación de divergencias. Es un ser pensante, capaz de
ejercer su autonomía y estar atento a las diferentes potencialidades y situaciones
espontáneas, aprovechando cada aporte y re-direccionando las demandas hacia las
opciones más óptimas. Es un docente que propone actividades que favorecen la
participación, el compromiso y la satisfacción, representando desafíos posibles de
alcanzar. Es alguien capaz de reconocer logros y hacer sentir que sí se puede, que sí es
posible intentar, hacer y superar.
Esta modalidad genera una relación entre docente y alumno diferente a la
vertical tradicional, en la que la autoridad no se basa en la imposición de conocimientos
y normas, sino en el conocimiento y escucha del otro que tiene algo importante y único
para dar: su voz, sus capacidades especiales, su calidez, entrega, esfuerzo. Por lo tanto,
es una construcción abierta al cambio, en la que todos enseñan y aprenden, aceptando el
error e integrando la teoría y la práctica.
Es importante desarrollar una visión realista, pero esperanzada, teniendo en
cuenta las condiciones y características de cada niño, tales como sus posibilidades
expresivas, de desplazamiento, limitaciones, edades, etc., para poder facilitarle la
interacción con los demás y con el objeto de conocimiento: la música. Para Thayer
Gaston, la expresión musical propicia el establecimiento o re-establecimiento de las
relaciones interpersonales, y esto se debe a que se basa en los sentimientos, por lo que
no requiere un complejo conjunto de signos para entenderse. Es así que entonces, en la
dinámica de grupo, el niño se siente útil, aprende a valorar lo que sus compañeros hacen
y a ser valorado por lo que hace.
El docente, entonces, debe evaluar qué condiciones tiene cada alumno y el grupo
en particular y desde allí trabajar, ajustándose a la realidad y tiempos de aprendizaje, lo
que ayudará a no perder de vista que nuestro objetivo no es formar artistas, sino
fomentar medios de expresión. Primero se debe explorar, jugar, sentir e internalizar
formas musicales y sólo luego surge la capacidad de transferir los conocimientos y
compartirlos. En definitiva, se debe buscar que surja el instinto a “hacer”, que los
sentimientos se expresen libremente, que la razón ayude a dar formas más bellas y que
el espíritu pueda disfrutar4.
El aula taller es una excelente oportunidad para ofrecerles a nuestros niños con
NEE actividades lúdicas musicales en un entorno social. Pero estas actividades deben
ser diseñadas pensando en las posibilidades funcionales de los integrantes y en la
dinámica grupal, donde respetaremos los tiempos de respuesta de cada uno y del grupo
en su totalidad. En esta modalidad se estimula a que aprendan a compartir, participando
en juegos y grupos instrumentales, propiciando el ensayo de aspectos sociales.
4
www.músicamaestros.com.ar/mm/apuntes
2- Reproducción musical: reproducir los sonidos percibidos, es decir interpretación
e imitación de situaciones musicales.
3- Producción musical: crear situaciones musicales utilizando experiencias previas,
organizándolas de un modo propio y dándole un sello particular.
Diseñar las propuestas en red es apostar por una educación como oferta de
oportunidades, lo que lleva más trabajo para los docentes, pero se debe intentar si
queremos que nuestros alumnos aprendan significativamente. El aprendizaje es personal
y debe garantizar el desarrollo de las múltiples capacidades de cada sujeto. Reconocer
las distintas inteligencias que tenemos, nos ayuda a guiar a nuestros alumnos con NEE
en una propuesta seria. La Unesco en su publicación “Aprender a ser” destaca que
“Todo individuo tiene derecho a aprender toda la vida y en un espectro de
oportunidades que abarque todos los saberes propios del hombre”5. Así, debemos
apostar por buscar múltiples maneras de enseñar para diferentes maneras de aprender.
Por ello todo docente puede y debe dar a sus alumnos incentivos múltiples a fin de
permitirles conocer, sentir, vivenciar y emocionarse.
La educación artística debe pensarse como una actividad integradora, lo que
conducirá a lograr aprendizajes superiores. En educación especial, el poder integrar es
fundamental, porque el objetivo principal a alcanzar es el desarrollo integral de los
niños con NEE.
Un taller de expresión musical debe estar abierto a la articulación e integración
con las otras expresiones (expresión corporal, literaria, plástica, etc), permitiendo que
los distintos saberes se entrecrucen para poder ofrecer más alternativas de expresión a
nuestros alumnos. Esto implica pensar que un taller expresivo no sólo es un espacio
recreativo, sino un lugar para el desarrollo pleno de cada sujeto 6. El trabajar en redes de
saberes y expresiones, enriquece ese desarrollo.
Expresión Corporal.
Como Gabriela Winnicki señala: “El cuerpo es el lugar donde habitamos, en él
están impresas las huellas de nuestro transcurrir. Es fuente de placer y receptáculo de
broncas. Todas las emociones tienen cabida en algún lugar de nuestro cuerpo”. Al
trabajar con discapacidad, muchas veces nos encontramos con rostros inexpresivos y
5
Prof. Bonetto de Andreatta. Teoría de las Inteligencias Múltiples. Transitando la Vida. 1º Congreso
Científico de Discapacidad. Fundación Apadim y Arcor. 2004.
6
Lic. Gabriela Winnicki. Taller expresivo: Un lugar propio. Transitando la Vida. 1º Congreso Científico de
Discapacidad. Fundación Apadim y Arcor. 2004.
cuerpos rígidos, con gran falta de conocimiento de sus partes y funciones, y con muchas
dificultades para moverlas. Son cuerpos que cargan la frustración, la falta de placer, y
con grandes demandas de abrazos y contención. A esto hay que agregarle el peso
cotidiano de la exigencia social de un cuerpo perfecto, cuyo modelo dista demasiado del
que poseen las personas discapacitadas. El trabajo corporal con ellas apunta a recuperar
el cuerpo perdido, y transformarlo en un lugar propio. Con todo esto, un taller de
expresión musical, puede integrar la expresión corporal como estrategia, ya que el
cuerpo es primer instrumento de expresión. El sentirlo, reconocerlo, darle paulatina
movilidad a zonas que parecen dormidas, conectarse con el placer del movimiento,
estirarse y relajarse, puede ayudar a encontrar una forma de comunicarse consigo
mismo y con los demás. La danza puede representar una necesidad para algunos niños,
y debemos poder respetarla y ser fieles a ella. El “como si” que ofrece el teatro, es muy
importante también, porque se presenta como la oportunidad de escenificar y
transformar la realidad de los niños. Muchos dejan salir allí sus verdades, temas con los
vínculos familiares y sociales, deseos no cumplidos, sueños, etc.
Expresión Literaria.
Integrar en el trabajo musical juegos con cuentos, poesías y textos, puede ser una
excelente estrategia para comunicar las ideas y sentimientos de nuestros niños. La
búsqueda de canciones con intercambio de ideas sobre los mismos puede ayudar a
profundizar en distintas temáticas y hacer conexiones y asociaciones. Musicalizar y
sonorizar historias, ponerle música a textos, cambiar letras a canciones conocidas son
recursos que ayudan a los niños a ponerse en contacto con diferentes sensaciones e
ideas. Cuando dejamos que la expresión literaria surja de nuestros niños, podemos
sorprendernos muchísimo. A su vez, el hecho de que ellos puedan escuchar lo que
lograron crear y mostrarlo a los demás, es muy importante para el reconocimiento de
sus posibilidades.
Expresión Plástica.
La pintura, el dibujo, el modelado y otras expresiones plásticas favorecen el
desarrollo de la capacidad creadora del niño y su crecimiento general. En un primer
momento, surgen por la necesidad del niño de colorear, dibujar formas, apretar, palpar,
triturar, aplastar, jugar con los materiales y manipularlos. Cuando se adquiere un
pensamiento simbólico, surge la creación, es decir que estas actividades se tornan en
expresiones mediante las cuales el niño da sentido al material.
La expresión plástica y la música pueden trabajarse de manera integrada, a
través de distintas propuestas. El poder representar con dibujos, pinturas o modelados
las melodías, ritmos, paisajes y cuadros sonoros, ayudan a activar el pensamiento
flexible que da lugar a creaciones muy interesantes en los niños. El diseño y confección
máscaras para determinados bailes, muñecos y vestimenta para proyectos de murga, por
ejemplo, dan una visión artística global que hace que los niños vayan configurando una
postura más integrada de sus propias expresiones. La construcción de cotidiáfonos
también es una actividad integradora, que posibilita trabajar las cualidades sonoras y las
cualidades de los materiales, ayudando a que los niños puedan explorar, seleccionar, y
finalmente crear. Este tipo de propuestas contribuyen al desarrollo de la creatividad,
porque hacen que los niños pongan en juego las más variadas habilidades que le
permitan llegar aproximadamente a las formas que han percibido y quieren representar.
Por esto, es muy necesario que en los talleres expresivos, los niños puedan pasar por
una amplia gama de experiencias que les permitan familiarizarse con formas, objetos,
materiales, animales, etc. 7
A algunos niños les costará más trabajar manualmente, dadas sus características
particulares, ya sea por problemas motrices o visuales, mientras que otros lo harán con
gran soltura. No debemos olvidar que ellos crecen mediante sus propias experiencias,
independientemente de lo más o menos estético que nos resulte la apariencia de sus
productos finales. Lo que interesa al aprendizaje es el proceso, las experiencias, en tanto
estas sirvan para la expresión individual.8
Cuando el niño trabaja los distintos materiales, como masas, arcillas, plastilina,
etc. su actitud varía, utilizando técnicas propias. Estas actitudes diferentes hablan de
diferentes maneras de pensar, de diferentes personalidades. De ahí la importancia que
encierra el respetarlas, ya que esto presupone respetar al niño, respetar su
individualidad. Al realizar trabajos manuales, se posicionan frente a un material sin
sentido, sin formas definidas y está sólo en ellos la elección del producto final que
buscarán lograr utilizando sus recursos y estrategias, favoreciendo así la posibilidad de
desarrollar las propias ideas, que hablan de un mundo interior activo que puede
expresarse al mundo exterior de manera creativa.
7
Herbert Red. Educación por el Arte. Editorial Paidós. Buenos Aires. 5ª edición 1973.
8
Víctor Lowenfeld. El niño y su arte. Editorial Kapelusz. Buenos Aires. 1958. (180-182).
En los casos de niños con desequilibrio emocional, el poder jugar con distintos
materiales, permite que liberen positivamente tensiones y agresiones, que buscarían
exteriorizarse de otra manera9.
Discapacidad Física.
En los niños con discapacidad motriz, no hay nada que dificulte el desarrollo de
la inteligencia musical, a excepción de los casos en los que el área de la comunicación y
el lenguaje estén afectados. Pero sí hay aspectos que deben ser tenidos en cuenta a la
hora de trabajar con ellos, porque la distorsión o falta de movilidad en ciertas partes del
cuerpo, conlleva realizar ciertas adaptaciones que posibiliten la participación en las
distintas propuestas.
9
Pauline Tilley. El arte en la Educación Especial. Ediciones Ceac. 1991.
sí, lo que les dará la posibilidad de tener un momento de escucha musical más
placentera.
Desde la música se puede trabajar en incrementar la satisfacción y el placer de
escuchar, cantar y tocar, desarrollar intereses recreativos, aumentar y mantener
movimientos, estimular la coordinación de los mismos. Estimular las capacidades de
imitación y asociación, incentivar la memoria, organizar el contexto no verbal.
Vivenciar sensaciones, experiencias, emociones, deseos y necesidades, trabajar la
identificación, llevar al conocimiento del propio cuerpo en estos niños que son muy
invadidos por la mano de otro, promover la comunicación y el lenguaje y la
construcción de una identidad propia.
Tocar instrumentos musicales ayuda a ejercitar los músculos involucrados en la
motricidad fina y gruesa de los miembros superiores. Facilita las contracciones
musculares, incrementa las funciones respiratorias y ejercita la coordinación de los
movimientos. Quiere decir que al realizar este tipo de actividades, estamos ayudando al
desarrollo físico de estos niños también. A veces tendremos que crear o utilizar alguna
adaptación en los instrumentos, que les permitan sujetarlos sin que se les caigan.
Podemos usar guantes o engrosadores, por ejemplo, para que sean más manipulables.
Discapacidades Sensoriales:
Discapacidad Visual.
Es muy común pensar en la gran importancia que tiene la música para las
personas ciegas, y esto se debe a que deben apoyarse en sus sistemas sensoriales sanos
como vías de comunicación para lograr realizarse como personas. El tacto y el oído le
posibilitan relacionarse con la música, ya sea como oyente o intérprete, participando de
la misma en igualdad de condiciones con el resto de las personas. Asimismo, hay ciertas
cuestiones que deben tenerse en cuenta, para que las experiencias musicales sean lo más
positivas posibles para ellos.
Discapacidad Auditiva.
La música es un lenguaje que se transmite a través de sonidos, y es evidente
entonces que las dificultades con las que se enfrentan las personas con discapacidad
auditiva para apropiarse de la misma, son muchas. Estos niños van desde los sordos
hasta los hipoacúsicos más o menos graves. Hay que adecuar las propuestas musicales a
cada grado, pero incluso aquellos que son totalmente sordos tienen posibilidades de
participar de las mismas. Estos niños no oyen la música como los demás, pero sí
perciben vibraciones y sensaciones, y esto es lo que debemos aprovechar para trabajar.
El sistema de percepción que nos ayuda a suplir esta carencia es el Sistema Táctil-
Kinestésico. El mismo refiere a la interrelación del tacto y el movimiento con el fin de
obtener e interpretar la información del medio. Además involucra la posición del cuerpo
en el espacio. De esta manera, nos proporciona información muy valiosa, ya que si los
niños pueden percibir vibraciones en la piel y en los huesos, este sistema será el que les
ayude al establecimiento de la relación cuerpo-mente.
Es esencial para saber el grado de disminución auditiva que tiene cada niño, no
es lo mismo un niño o grupo de niños sordos, que hipoacúsicos, o que un grupo de
actuales sordos que alguna vez han oído. Por lo tanto, las actividades irán en función de
esto, planteando propuestas alcanzables desde las formas de expresión que usemos:
expresión corporal, danza, percusión, etc.
Es posible que algunos niños lleguen a distinguir alturas, sobre todo si se trata de
sonidos muy graves o muy agudos. Para empezar, podemos hacerles explorar materiales
sonoros que estimulen su curiosidad, y que aunque no puedan distinguirlos claramente,
puedan al menos descubrir que hay un mundo de sonidos a su alrededor y hasta incluso
puedan disfrutar de él.
El ritmo, en los niños con discapacidad auditiva, es un elemento de gran
importancia para la comprensión del mundo que le rodea. Ellos son capaces de
desarrollar actividades rítmicas en grupos, casi al mismo nivel que otros niños sin esta
dificultad. La utilización del ritmo en el movimiento, da lugar a una mejor coordinación
motora y corporal, una aptitud y desenvoltura del equilibrio y control postural, así como
una rehabilitación de la organización motriz. La danza es movimiento, y en el
movimiento estos niños pueden exteriorizarse, sentir sus cuerpos, salir de su soledad
interior y comunicarse con el otro, con el grupo, liberando de esta manera sus angustias.
La expresión y vivencia musical en los niños con discapacidad auditiva, además
de asentarse en el movimiento, se asienta en la práctica instrumental. Una vez que han
podido vivenciar el ritmo a través de las vibraciones de los pasos, golpes, etc., que se
perciben a través del piso y del aire, pasaremos a utilizar los instrumentos musicales.
Trabajar la percepción del sonido y las vibraciones no es fácil, pero se puede hacer
tocando la superficie vibratoria con las manos o con distintas partes del cuerpo, incluso
amplificándolas con la utilización de globos, por ejemplo10.
10
J. Lacárcel. Musicoterapia en Educación Especial. Murcia: Universidad de Murcia. 1990.
Los alumnos con dificultades de aprendizaje necesitan un acercamiento positivo
a las experiencias y actividades musicales que puedan realizar, que remarquen las áreas
donde ellos se sientan más capaces y les garanticen entonces, poder realizarlas con éxito
y satisfacción. Generalmente, estos niños manifiestan inconvenientes para acceder a
simbolizaciones, por lo que le trabajo con materiales concretos debe ser muy fuerte en
ellos. El poder disfrutar de la exploración de los instrumentos, de su voz y su cuerpo en
movimiento, será una tarea muy valiosa y que les proporcionará gran satisfacción.
Discapacidad Psíquica.
En el caso de personas con severos trastornos emocionales, la música puede
parecer irrelevante, al no observarse respuestas concretas aparentes de procesos de
desarrollo de las habilidades, sea en los casos de autismo o psicosis, en los que la
relación con los objetos, las personas, y el mundo en sí se encuentra tan dañada. Sin
embargo, la música en muchos de estos casos actúa de manera imperceptible, logrando
momentos de equilibrio, de escucha atenta, de contacto visual, de reposo y hasta de
alegría, que nos hablan de la presencia de procesos internos, que aunque son difíciles de
entender por tratarse de personalidades tan diferentes, están y existen.
Cuando un niño se aísla, busca protegerse y sentirse seguro, formando una
coraza en la que a veces nadie puede penetrar. Al presentarle estímulos, estos pueden
ser vividos como invasiones o agresiones, lo que generará actitudes de rechazo e
intolerancia al contacto. Cuando el niño está desconectado, no se relaciona con ningún
objeto y se envuelve, muchas veces, en estereotipias que lo desconectan más aún. El
sonido puede ser fundamental en este tipo de realidades, porque aparece en la atmósfera
del niño casi sin invadir, simplemente está. Y el hecho de no tener un cuerpo palpable
táctilmente, puede hacer que penetre en su mundo y logre conexiones con el afuera, que
de otra manera no podrían lograrse. El sonido puede aparecer en su cabeza y ser el
único que traspase la barrera. Por ello, debemos saber observar y analizar si el niño ha
permitido que este pase, y si el paso es invasivo o no para él.
Cuando nos encontramos con un niño con rasgos autistas, tenemos que buscar al
verdadero niño que está escondido detrás de ese cuerpo, de esa muralla. Su cuerpo actúa
en función de un mundo interno muy grande, lleno de laberintos que no encuentran
salida, y es allí cuando se producen las estereotipias: los aleteos, balanceos, golpes o
descargas hacia el propio cuerpo o algún objeto, el caminar con los pies en punta. Pero
también aparecen los ojos extraviados, sin respuestas, pegados a objetos que giran, y allí
se van como de viaje, a veces sin retorno, hacia un mundo que nunca podremos conocer
más que de lejos.
Del grado de aislamiento dependerá el tipo de vínculo que se pueda establecer
con ellos. Algunos se escaparán todo el tiempo, otros se quedarán quietos, otros se
quedarán en un eterno movimiento, otros podrán establecer algún tipo de contacto.
Muchos niños autistas suelen ser afectuosos, aunque de un modo distinto: la
información entra y no sale; se dejan tocar y acariciar si nuestra presencia les da
contención, pero ellos no acarician.
La música puede funcionar como un puente para entrar a su mundo y, hasta
incluso, para que el niño que habita dentro de ese cuerpo, pueda salir por algunos
momentos a jugar fuera de él.
Desde la musicoterapia se han obtenido muchos logros, estableciendo
comunicaciones alternativas para que el niño pueda encontrar alguna vía de expresión
de sus emociones, brindando espacios de contención que eviten el desborde11.
Discapacidad Múltiple.
La discapacidad múltiple es un desafío múltiple. Se trata de niños con
discapacidades asociadas que hacen que su modo de relacionarse con el entorno sea
muy particular, dependiendo del tipo de combinación de problemáticas que posean:
niños sordociegos, ciegos con problemas motrices o emocionales, niños con
discapacidad intelectual y problemas emocionales, etc. Cada alumno con necesidades
múltiples es un sujeto caracterizado por una historia que lo moldea como ser único. Se
tiene en cuenta que la expresión de sus necesidades es múltiple; pero se valora un sujeto
particular. Es por ello que necesita, dentro del ámbito escolar, un programa pedagógico
personalizado, mucho más que un niño con una sola discapacidad.
Del análisis y comprensión de la realidad de cada niño, se acompañará un
proceso centrado en su forma particular de relacionarse, en su desenvolvimiento en la
vida diaria y en su propia posibilidad de desarrollar la adquisición de aprendizajes
realmente significativos.
La autonomía en estos niños es siempre relativa. Las dificultades que poseen
hacen necesario el apoyo y acompañamiento del adulto de manera casi continua.
Nuestra meta deberá ser, entonces, que logren un progresivo desenvolvimiento
11
Gabriel F. Federico. El niño con necesidades especiales. Neurología y Musicoterapia. Editorial Kier S.A.
Buenos Aires. 2007.
autónomo en la adquisición de destrezas y habilidades musicales, comprometiéndonos
en ir de lo imposible a lo posible, ajustando el ambiente y el entorno para que sea
mejorador de las funciones limitadas. En nuestra propuesta debe primar el alumno y su
proceso, antes que cualquier meta netamente artística.
Las actividades deben ser organizadas y secuenciadas, para asegurarles su
comprensión y significación. Cada niño aprehende el material y se apropia de los
contenidos según su deseo y posibilidades.
Más allá de todas las experiencias musicales que podamos compartir con ellos,
como docentes debemos transmitirles que, a pesar de la complicación que provoca tener
una discapacidad múltiple, siempre hay un abrazo, una mirada y un oído para sus
propias necesidades.
Discapacidad Social.
La desnutrición en la gestación y en los tres primeros años de vida provoca
deficiencias mentales irrecuperables. Los problemas sociales y emocionales derivados
de la pobreza y la marginalidad, a la vez generan problemas de conducta, e influyen
enormemente en los niños en edad escolar y los transforman en repitientes crónicos que
no tienen cabida en el actual sistema educativo. En el mejor de los casos estos niños
terminan la escuela primaria con una bajísima calidad educativa en establecimientos
urbano-marginales. Otros tantos, abandonan la escuela para dedicarse al trabajo en las
calles o a la delincuencia. Pero muchos de ellos son excluidos de las escuelas regulares
al no tener el personal capacitado ni los mecanismos pertinentes para contenerlos y
ayudarlos a superar sus dificultades, y son recibidos en escuelas especiales, remarcando
aún más este camino de abandono social al que han sido sometidos desde que nacieron.
Las causas de este fracaso tienen mucho que ver con la nula capacitación que reciben
los docentes de estos niños y la ceguera gubernamental en materia de políticas
educativas adecuadas a su realidad. Todo esto obliga a hacer un replanteo educativo, ya
que trabajando de la manera tradicional, la escuela de una manera u otra los termina
excluyendo, siendo así funcional al modelo de marginación social vigente.
Para estos niños nadie está preparado, ni docentes, ni sociólogos, ni psicólogos,
ni asistentes sociales. Nadie parece acertar con lo que realmente se necesita para
rescatarlos. La escuela, a pesar de que es la única institución que los recibe, tampoco
está preparada para atenderlos y ofrecerles lo que verdaderamente necesitan.
El área artística puede actuar como un medio de inclusión y de reconstrucción
social. Desde las expresiones artísticas se pueden generar espacios que nos permitan
trabajar contenidos y didácticas que revaloricen la identidad y la diferencia, así como las
vías de construcción de modos de relaciones humanas más igualitarias e inclusivas. Pero
para ello, como docentes debemos comenzar por preguntarnos qué es lo que necesitan
realmente estos niños para transformar y transformarse.
Lo principal es descubrir que, como personas, necesitan saber que existen para el
resto de la sociedad, saber que alguien se preocupa y ocupa de ellos. Necesitan
primordialmente ser atendidos, escuchados y respetados. La música puede constituir un
medio para llegar a ellos, permitiéndoles tener una oportunidad de mostrarle a los demás
y a sí mismos, que son capaces de desarrollar sus potencialidades de una manera
apropiada y creativa.
Existen proyectos de murgas, de talleres musicales o de arte integrados que
ayudan a ponerle voz a sus reclamos de inclusión y reconocimiento social, con
creatividad y sin violencia. Este es el desafío que tenemos como docentes, para poder
construir una sociedad más justa, con oportunidades para todos12.
Desarrollo físico.
La música promueve el desarrollo de la discriminación auditiva y de la
percepción táctil. El niño, desde muy pequeño toma contacto con estímulos auditivos
presentes en su medio que le producen placer y mediante ellos comienza a desplegar su
sentido del oído, como cuando oye a su mamá cantarle. A medida que va creciendo, las
actividades auditivas deben orientarse de manera que contribuyan con el poder de
concentración del niño. Por otra parte, la música actúa como un verdadero incentivo
para el uso de los músculos, ya que invita al niño pequeño a dirigirse hacia la fuente
sonora, como pueden ser campanitas, colgantes musicales, cascabeles, etc. Cuando el
12
María Claudia Pettinari. Los discapacitados sociales.
13
Dorothy Goodenough. La importancia de la música en la vida del niño impedido visual. American
Foundation for Overseas Blind, Inc. Oficina Latinoamericana. Córdoba, Argentina. 1973. (16-20).
niño es más grande, disfruta interactuando con materiales sonoros y con instrumentos
musicales. Desde la música, se puede fomentar el desarrollo de dos nociones corporales
principales: el esquema corporal y el movimiento. En primer lugar, ayuda a sentir el
propio cuerpo, reconocerlo, conocer sus partes, logrando así una auto-imagen. A su vez,
colabora a dar movilidad a zonas adormecidas, conectarse con el placer que produce el
movimiento, encontrando la manera de comunicarse consigo mismo y con los demás a
través del cuerpo. Asimismo, propicia incentivos para la exploración sensorial, ya que
invita a escuchar sonidos, melodías y explorar objetos y espacios.
Desarrollo emocional.
La música promueve el desarrollo emocional de los niños con NEE, porque
actúa como descarga, aliviando las tensiones y frustraciones que muchas veces tienen su
origen en las propias dificultades o limitaciones físicas, psíquicas y/o de interacción
social y con el medio, que son bastante más marcadas al poseer una discapacidad.
Asimismo, ayuda a la auto-realización de la persona, porque representa un mundo más
satisfactorio y menos hostil en el cual pueden comunicarse, integrarse, identificarse, y
también refugiarse cuando le invaden el rechazo y el aislamiento. Contribuye a una
mejora de la auto-imagen, porque pone de manifiesto las habilidades y potencialidades
del niño que ejecuta algún instrumento o que gusta de cantar o bailar, ayudando a la
expresión de las emociones y al desarrollo de la creatividad.
Desarrollo Intelectual.
El trabajo que puede realizarse desde la expresión musical, brinda a los niños
con NEE la posibilidad de enriquecer sus habilidades senso-perceptuales, que son la vía
de conocimiento y comprensión del mundo. A través de los sentidos, el niño realiza un
aprendizaje que va desde la simple sensación, discriminación y reconocimiento, hasta la
percepción, donde se involucran funciones cerebrales superiores, entre las que se
encuentran: la memoria, la imitación, la adquisición de nociones y conceptos, el
lenguaje y la comunicación, la comprensión y el juicio crítico. La música actúa como un
incentivo muy importante que favorece el desarrollo de los dispositivos básicos que
permiten la adquisición de aprendizajes significativos, que son: atención, motivación,
memoria, habituación y senso-percepción.
Adaptación social.
La música es un factor primordial en la socialización del hombre, constituye un
incentivo para que las personas actúen en grupo. El escuchar música o realizarla entre
personas, permite crear un espacio de amistad en el cual se comparten experiencias y
vivencias. En las personas discapacitadas toma gran importancia, porque les permite
comunicarse, participar e integrarse con personas de distinta condición física y/o
mental. El poder interactuar con otros, ya sea escuchando o haciendo música, tanto en
núcleos familiares como en grupos de amigos, genera respeto por los demás,
autovaloración y gran satisfacción al sentirse capaz de relacionarse adecuadamente con
otros. Todo esto promueve la integración e identificación de la persona en una sociedad
y cultura determinada, dado que la participación en diferentes grupos y el estar en
contacto con los demás, permite aprender a respetar las diferencias, promoviendo el
desarrollo de una conciencia ética, donde primen valores como la solidaridad, empatía y
generosidad, entre otros.
Mediante las actividades expresivas, las personas con NEE se posicionan en una
actitud transformadora, de cambio y de reconocimiento social, permitiendo reconstruir
su identidad como personas, trabajando desde la capacidad y no instalados en la
discapacidad.