Demanda Accidente Laboral Haydee Manrique

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PROCEDIMIENTO : ORDINARIO DE APLICACIÓN GENERAL

MATERIA : INDEMNIZACION POR DAÑOS Y PERJUICIOS DERIVADOS DE ACCIDENTE LABORAL


(TRAYECTO) DE LA LEY 16.744
DEMANDANTE : AYDEE MANRIQUE MORALES
RUT : 23.757.457-5
ABOGADO PATROCINANTE : CARLOS SAMIR AMESTICA CARREÑO
RUT : 15.665.973-8
DEMANDADO 1 : ADMINISTRACIÓN CONDOMINIO PORTADA ORIENTE
RUT : 53.305.568-0
REPRESENTANTE : JULIO MENDOZA TORRES
RUT : 12.088.809-9
DOMICILIO : GENARO GALLO Nº 554-555, IQUIQUE

PRINCIPAL: DEMANDA DE INDEMNIZACIÓN POR DAÑOS Y PERJUICIOS Y DAÑO MORAL DERIVADOS DE ACCIDENTE
DEL TRABAJO; PRIMER OTROSÍ: ACOMPAÑA DOCUMENTOS; SEGUNDO OTROSÍ: SOLICITA FORMA ESPECIAL DE
ACTUACIONES PROCESALES Y NOTIFICACION ELECTRÓNICA; TERCER OTROSÍ: PATROCINIO Y PODER. CUARTO
OTROSÍ: PROVIDENCIA URGENTE.

SEÑOR JUEZ DE LETRAS DEL TRABAJO DE IQUIQUE

AYDEE MANRIQUE MORALES, boliviana, dueña de casa, Cédula de identidad Nº 23.757.457-5


domiciliada para estos efectos en pasaje Concepción Nº 2687 de la comuna de Iquique, a Su Señoría
respetuosamente digo:
Que por esta presentación, encontrándome en el plazo legal contemplado en el artículo 79 de la ley
16.744 y demás normas pertinentes al mismo cuerpo legal especialmente el artículo 5º y los artículos 446 y
siguientes del Código del Trabajo, vengo en deducir demanda en Procedimiento de Aplicación general por
indemnización por daños y perjuicios y daño moral derivada de accidente del trabajo (trayecto) en contra de
ADMINISTRACIÓN CONDOMINIO PORTADA ORIENTE, del giro de su denominación, Rut Nº 53.305.568-0,
representado legalmente para estos efectos por don JULIO MENDOZA TORRES, cédula de identidad Nº 12.088.809-
9, presidente de la Comunidad Condominio Portada Oriente o bien quien a la fecha de las acciones deducidas
ejerza la función de administración en conformidad al artículo 4 del Código del Trabajo, ambos domiciliados para
estos efectos en calle Genaro Gallo Nº 554-555 de la ciudad de Iquique, a fin de que declare ajustado a derecho la
presente acción en virtud de los antecedentes de hecho y de derecho que a continuación expongo:

CUMPLIMIENTO DE LOS REQUISITOS PROCESALES

1.-CADUCIDAD: Respecto de la acción deducida en conjunto, se hace presente que el artículo 79 de la ley 16.744
que señala Las acciones para reclamar las prestaciones por accidentes del trabajo o enfermedades profesionales
prescribirán en el término de cinco años contados desde la fecha del accidente o desde el diagnóstico de la
enfermedad. Asimismo, las consecuencias del daño moral y secuelas producto del accidente laboral y/o
enfermedad profesional ocurrido en fecha 09 de julio de 2012 siguen vigentes, por lo que la presente acción
ciertamente se encuentra dentro de plazo legal.

2.-PROCEDIMIENTO: Tomando en consideración el artículo 496 del Código del Trabajo, que señala respecto a las
contiendas cuya cuantía sea igual o inferior a diez ingresos mínimos mensuales, sin considerar, en su caso, los
aumentos a que hubiere lugar por aplicación de los incisos quinto y séptimo del artículo 6 … y teniendo presente
que la cuantía de la demanda es superior a ella, corresponde sustanciarla conforme a las reglas del Procedimiento
de Aplicación General (artículos 446 y siguientes del mismo).

3.-COMPETENCIA: es del caso señalar a Su Señoría que el código del Trabajo dispone en el artículo 420 letra f) los
juicios en que se pretenda hacer efectiva la responsabilidad del empleador derivadas de accidentes del trabajo o
enfermedades profesionales y tomando en cuenta que este libelo se enmarca precisamente dentro de la norma
precitada, teniendo como acción principal una acción como la descrita en dicha norma legal toda vez que demando
a mi ex empleador por la materia ya señalada, este tribunal es plenamente competente para conocer de ellas; a su
vez el artículo 423 del mismo cuerpo expresa que será competente para conocer de estas causas el del domicilio
del demandado o el del lugar donde se presten o hayan prestado los servicios, a elección del demandante sin
perjuicio de lo que dispongan leyes especiales por lo que el tribunal de Su Señoría es competente para conocer de
la presente acción.

I.- ANTECEDENTES DE LA RELACIÓN LABORAL


Comencé a prestar funciones para la demandada en fecha 01 de junio de 2012 en calidad de auxiliar de
aseo, todo ello en virtud de un contrato de trabajo a plazo fijo el cual se transformó en indefinido; la jornada de
trabajo era constaba de 45 horas semanales, distribuidas según turnos establecidos que iban de lunes a domingo
que se extendían de la siguiente manera:
TURNO A: 08:00 a 16:00 horas
TURNO B: 12:00 a 20:00 horas
La remuneración mensual promedio ascendía a 245.733 pesos.
Conveniente es destacar que, hasta antes del accidente de trayecto laboral, yo era una persona activa, sin
ningún problema de salud no obstante haber tenido 49 años a la época del mismo; llevaba una vida sana, alejada
de medicamentos, dolores y molestias; en síntesis, era una persona que gozaba de una excelente calidad de salud y
bienestar físico, mental y social.

II.- EL ACCIDENTE DE TRABAJO (TRAYECTO)


En fecha lunes 09 de julio de 2012 a las 10:45 horas de la mañana sufrí un accidente de trayecto laboral.
Ello ocurrió para hacer efectivo mi jornada (mi turno B) estipulada en el contrato, abordé un microbús de
locomoción colectiva Línea Nº 18 cuyo recorrido utilicé para trasladarme a mi trabajo en ese entonces ubicado en
Calle Genaro Gallo Nº 554-555 de esta ciudad. Se trata de un accidente de trayecto laboral según lo contemplado
en el artículo 5º de la ley 16.744.
En el curso del trayecto hacia mi trabajo, al momento de efectuar dicho microbús un viraje normal,
pierdo involuntariamente el equilibrio cayendo al pavimento y golpeándome fuertemente la cabeza en él.
Producto de este trauma, pierdo automáticamente el conocimiento y despierto en el hospital Regional de
Iquique, con un fuerte dolor en el cráneo. Luego de estos intensos dolores, los facultativos proceden a dejarme
hospitalizada por el transcurso de 20 días, ingresando a dicho recinto con un Tec policontuso .
Hago presente que, a consecuencia de esta involuntaria caída, resulté con un traumatismo intercraneal, lo
que me ha dejado graves secuelas a lo largo del tiempo; estos hechos, lejos de mermar, se han intensificado con el
pasar de los años.

III.- DIAGNÓSTICO PREVIO Y POST ACCIDENTE DE TRAYECTO LABORAL


Luego de este funesto accidente, fui ingresada al recinto hospitalario con un traumatismo intracraneal no
especificado y siendo sometida a observación y exámenes consecutivos al accidente de trabajo, según se acreditará
con los documentos que se acompañarán en la etapa procesal correspondiente.
No obstante lo anterior y con el devenir de los años, los malestares han ido empeorando ya que lejos de
disminuir los efectos de este funesto episodio, han aparecido síntomas que son consecuencia directa del mismo.
Prueba de ello es que en el año 2015 varió dicho diagnóstico, evidenciándose los siguientes síntomas:
1.- Tec Grave Secuelado (contusión temporal izquierda)
2.- síndrome depresivo severo
3.- stress postraumático
4.-Epilepsia
Dicha evaluación y diagnóstico de estos nuevos síntomas estuvieron a cargo del facultativo de la unidad
de neurocirugía del Hospital Ernesto Torres Galdámez de Iquique Dr. Sergio Aguilera Rodríguez.
Hago presente que, si bien atendido el tiempo transcurrido desde el accidente de trayecto, también se ha
generado un evidente cuadro de daño emocional severo, toda vez que, igualmente se me ha diagnosticado una
serie de síntomas ansiosos derivados directamente de los hechos denunciados, como ansiedad, vómitos y graves
cuadros de desorientaciones transitorias además de sentimientos de rabia e impotencia, lo que ha provocado en mi
persona una situación de evidente estrés post traumático que me mantiene con sensación de depresión y graves
problemas interpersonales, en particular, con los miembros de mi familia y cercanos; inclusive cuadros de
epilepsia.
Todo ello ha sido consecuencia directa del accidente de trayecto contemplado en la ley 16.744 según se
acreditará en la etapa procesal correspondiente.
Con motivo del accidente sufrí un traumatismo encéfalo craneano, lo que me ha producido una serie de
consecuencias en mi estado de salud que me impiden ser una persona independiente y autónoma como lo era
antes del accidente. Entre ellas, alteraciones de memoria a mediano y corto plazo, dificultad para el pensamiento
abstracto y rapidez de pensamiento, alteración de percepciones espaciales y de tiempo; falta de iniciativa y pro
actividad para iniciar actividades, alteración en la atención dividida y cambios de personalidad, demostrando un
comportamiento agresivo y desorientado,
Por estas razones y sin mediar negligencia de mi parte, se provocó el evento que hoy me tiene en la
situación médica que presento y con los daños físicos, síquicos y emocionales que he sufrido, todas las cuales son
consecuencia inmediata y directa del accidente del trabajo, los que tienen carácter de irreversibles.

IV.- INGRESO DE ATENCIÓN DE URGENCIAS, PORCENTAJE DE DISCAPACIDAD Y RESOLUCIÓN SOBRE POSTERIORES


SECUELAS DERIVADOS DEL ACCIDENTE DE TRAYECTO LABORAL
Luego de ser ingresada en calidad de urgencia, se extendió el comprobante de atención emitido por el
jefe de urgencia del Hospital de Iquique de dicho recinto, en el siguiente tenor:
Luego de extensos y fatigosos tratamientos y una serie de exámenes de neurólogos y apoyo de
neurocirujanos, en fecha 30 de diciembre de 2015 la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez acogió
mediante resolución exenta Nº 947 otorgar a esta trabajadora un porcentaje de discapacidad equivalente al 68%
en grado de severo; señala dicha resolución que esta incapacidad tiene su fuente en una epilepsia secundaria a
Tec; síndrome depresivo ( 2 años); trastorno stress postraumático.
Conveniente es destacar que la Superintendencia de Seguridad Social a través de su ordenanza de fecha
15 de septiembre de 2016, Nº 52.970 acogiendo el recurso de reconsideración interpuesto en fecha 14 de
septiembre de 2015 por la suscrita, resolvió en su punto Nº 4 declarar que el cuadro clínico experimentado por esta
trabajadora, diagnosticado como Distimia, trastorno de personalidad orgánico y DOC constituye una secuela del
accidente del trabajo en el trayecto ocurrido el 09 de julio de 2012… Por lo que el hecho se encuadra
precisamente en lo dispuesto en el artículo 5º de la ley 16.744.

Es decir, la Suceso se ha pronunciado al respecto señalando que las secuelas que actualmente sufre la
suscrita tienen su origen directamente de un accidente laboral, el que tuvo lugar en fecha 09 de julio de 2012. Tales
consecuencias derivadas del accidente han irrogado perjuicios a la actualidad los que sólo pueden ser imputables al
accidente de trabajo que sufrí, mientras se encontraba vigente la relación laboral y del cual mi ex empleador debe
responder.
Hago presente que no he podido encontrar un trabajo estable debido a estas secuelas; no he podido
desenvolverme con naturalidad tanto en el ámbito personal como social, lo cual inclusive me ha llevado a pensar
en el suicidio.
V.- NEGLIGENCIAS Y OMISIONES INCURRIDAS POR EL EMPLEADOR CON POSTERIORIDAD AL ACCIDENTE

Es necesario precisar que la demandada no me otorgó ningún medio de protección para prevenir las
consecuencias del resultado de este accidente; es más: me despidió de manera verbal e injustificada únicamente
porque desde el instante mismo de mi accidente sufrido me convertí en una especie de obstáculo para la directiva
de la administración; de ello una muestra: se me despidió en el año 2014 sin mediar justificación alguna y sin que,
mediando demanda judicial incluida (M-191-2014 caratulada MANRIQUE / ADMINISTRACION CONDOMINIO
PORTADA ORIENTE ), se me pagara alguna retribución debido a las negativas consecuencias de salud que
constantemente sufrí (cuadros de depresión, incipientes ataques de epilepsia, intensos dolores de cabeza, llantos,
sensaciones de mareo repentino etc., todos ellos síntomas que perviven y se han intensificado hasta el día de hoy).
Demás está decir que la reticencia y animadversión hacia mi persona por parte de la administración del condominio
demandado llegó a tal magnitud que incluso esa demanda llegó a ser tramitada vía cobranza judicial bajo el Rit C-
153-2014 y de la cual sólo pagaron porque fueron a embargar. Jamás se me entregó finiquito, pese a solicitarlo
insistentemente.
A mayor abundamiento, debo destacar que la demandada no me entregó nunca procedimientos escritos
ni procedimientos de trabajo seguros para llevar a cabo funciones en caso de presentarse estos repentinos cuadros
de stress, incipientes cuadros de epilepsia e intensos dolores de cabeza; tampoco me impartieron charlas ni
inducción alguna sobre el derecho a saber y los riesgos que implica llevar a cabo mis funciones ni medidas
preventivas, pertinentes y métodos de trabajo correcto para llevar a cabo las funciones en la condición que me
aquejaba. Y todo ello siendo plenamente conocido por la demandada.
En definitiva, no me otorgó un ambiente de trabajos seguro y libre de riesgos, y por ende, no dio fiel
cumplimiento al artículo 37 del Decreto Supremo 594 por lo que las lesiones de ese momento, así como las
consecuencias de salud que hoy sufro, tienen su origen directo en el accidente de trayecto sufrido cumpliendo el
contrato de trabajo con la demandada.

VI.- RESPECTO A LA DISCAPACIDAD QUE SUFRO


La suscrita ha debido sufrir por las consecuencias y secuelas que padece de una discapacidad del 68 % en
el desarrollo de sus actividades ordinarias y más elementales; ello gatillado por las dificultades síquicas, mentales y
emocionales, además de los agudos dolores de cabeza; es decir, sensaciones generalizadas de debilidad que ha
debido padecer durante todos estos años.
Y en el caso de esta generalizada sensación de debilidad, se ha afectado el curso normal de mi vida; de
hecho, desde aquel año 2012 no he podido desenvolverme con normalidad en situaciones tan elementales como
sostener una conversación tranquila pues me vienen ataques repentinos de pánico, entre otras; todo ello ha
provocado en la suscrita cambios de humor, irritabilidad y un sentimiento de falta de tolerancia que generan hasta
el día de hoy discusiones y malos ratos, afectándose la relación con mi cónyuge y entorno social, así como también
una pérdida acentuada de la líbido sexual y afectividad, lo que ha afectado mucho mi relación con mi pareja.
Asimismo esta incapacidad se ha trasladado incluso a las horas dedicadas al sueño nocturno, puesto que
al dormir normalmente sufro fuertes punzadas en mi cabeza que ni siquiera me permiten descansar en forma
adecuada, con toda la impotencia que ello me provoca.
Todas estas circunstancias de incapacidad tanto mental como síquica y emocional me llenan de angustia,
impotencia y sentimientos de frustración, que se manifiestan como los cambios súbitos de humor, que me inundan
en la vida diaria de pensar que tengo una enfermedad incurable y que me pueden causar incluso, y por qué no- la
muerte, los cuales trastornan mi vida familiar y social.

VII.- MEDICAMENTOS PARA TRATAR LAS SECUELAS POST – ACCIDENTE


Para que Su Señoría se haga la idea del mortal cóctel de medicamentos de los cuales depende hoy por
hoy mi vida para aminorar los efectos de las secuelas del accidente laboral que sufrí, prácticamente me he
convertido en un laboratorio ambulante; de ello una muestra:

A) ÁCIDO VALPROICO1
El ácido valpróico se utiliza solo o con otros medicamentos para tratar ciertos tipos de convulsiones. El
ácido valpróico también se utiliza para tratar manías (episodios de ánimo anormalmente excitado, frenético) en las
personas con trastorno bipolar (desorden maníaco-depresivo; una enfermedad que ocasiona episodios de
depresión, episodios de manía y otros ánimos anormales). Esto también se utiliza para prevenir migrañas, pero no
alivia los dolores de cabeza que ya han iniciado. El ácido valpróico se encuentra en una clase de medicamentos
llamados anticonvulsivos. Funciona al aumentar la cantidad de ciertas sustancias naturales en el cerebro.

EFECTOS DE ESTE MEDICAMENTO: El ácido valpróico puede ocasionar daño grave o mortal en el hígado y es más
probable que ocurra dentro de los primeros 6 meses de terapia; entre sus efectos secundarios puede producir
convulsiones severas frecuentes o cansancio excesivo, falta de energía, debilidad, dolor del lado derecho del
estómago, pérdida del apetito, náusea, vómitos, orina oscura, color amarillento en la piel o la parte blanca de sus
ojos o inflamación del rostro.
Asimismo puede ocasionar daño grave o mortal al páncreas. Esto puede suceder en cualquier momento
durante su tratamiento, dolor continuo que empieza en el área del estómago, pero se puede extender a la espalda
además de provocar náuseas, vómitos o pérdida del apetito.

PRESCRIPCION MÉDICA: De este medicamento debo ingerir un comprimido cada doce horas por treinta días.

1
https://medlineplus.gov/spanish/druginfo/meds/a682412-es.html. Biblioteca Nacional de medicina de los Estados Unidos.
B) SERTRALINA (50 mg)2
La sertralina se usa para tratar la depresión, trastorno obsesivo-compulsivo (pensamientos molestos que
no desaparecen y la necesidad de realizar algunas acciones una y otra vez), ataques de pánico (ataques repentinos
e inesperados de miedo extremo y preocupación sobre estos ataques), trastorno de estrés postraumático
(síntomas psicológicos inquietantes que se desarrollan después de una experiencia atemorizante) y trastorno de
ansiedad social (miedo extremo de interactuar con otros o desempeñarse frente a otras personas que interfiere
con la vida normal). También se usa para aliviar los síntomas de trastorno disfórico premestrual, incluyendo
cambios en el estado de ánimo, irritabilidad, distensión abdominal y sensibilidad en los senos. La sertralina
pertenece a una clase de antidepresivos conocidos como inhibidores selectivos de recaptación de la serotonina
(selective serotonin reuptake inhibitors, SSRI). El propósito de este medicamento es el aumentar la cantidad de
serotonina, una sustancia natural del cerebro que ayuda a mantener el equilibrio mental.

EFECTOS DE ESTE MEDICAMENTO


Entre los graves efectos de dicho medicamento se encuentran los siguientes: náusea, diarrea,
estreñimiento, vómitos, dificultad para conciliar el sueño o mantenerse dormido, boca seca, acidez, pérdida de
apetito; cambios en el peso mareos, cansancio excesivo, dolor de cabeza, nerviosismo, temblor incontrolable de
una parte del cuerpo, cambios en el deseo o capacidad sexual, sudoración excesiva, convulsiones, sangrado o
moretones inusuales, agitación, alucinaciones, fiebre, sudoración, confusión, ritmo cardiaco rápido, temblores,
espasmos o rigidez muscular intensa, pérdida de coordinación, náusea, vómitos o diarrea, sarpullido, urticaria,
hinchazón, dificultad para respirar.

PRESCRIPCION MÉDICA: De este medicamento debo ingerir un comprimido en cada desayuno por treinta días.

C) LOMARIN (50mg)3
El Lomarín es el nombre comercial del compuesto activo llamado lamotrigina, que es un
anticonvulsionante con múltiples funciones en el área neurológica y siquiátrica.
La lamotrigina pertenece a un grupo de medicamentos denominados antiepilépticos. Se utiliza para el
tratamiento de dos enfermedades: la epilepsia y el trastorno bipolar. Este medicamento se utiliza para el
tratamiento de la epilepsia porque bloquea las señales en el cerebro que desencadenan convulsiones (ataques).

2
https://medlineplus.gov/spanish/druginfo/meds/a682412-es.html. Biblioteca Nacional de medicina de los Estados Unidos.

3
http://www.medizzine.com/pacientes/medicamentos/L/lamotrigina.php
EFECTOS DE ESTE MEDICAMENTO: Los síntomas de alergia pueden incluir crisis de asma, con dificultad
respiratoria, respiración con silbidos audibles o respiración rápida; hinchazón más o menos brusca de labios,
lengua u otros lugares del cuerpo. Es especialmente crítica si afectara a las cuerdas vocales, urticaria, picor,
erupción cutánea; shock anafiláctico (pérdida de conocimiento, palidez, sudoración, etc.).

PRESCRIPCIÓN MÉDICA: De este medicamento debo ingerir un comprimido cada 12 horas por treinta días.

Su Señoría entenderá el calvario que debo enfrentar diariamente tanto si prescindo de estos fuertes
medicamentos como también al consumirlos para tratar las secuelas del accidente laboral.

EL DERECHO

Para que un siniestro pueda ser calificado como laboral, es preciso que exista una relación entre el trabajo
y la lesión o enfermedad, la cual puede ser directa o inmediata que se involucra en la expresión a causa pero
también puede producirse en circunstancias en que su nexo con el trabajo sea directo o inmediato lo que se
4
encuentra comprendido en la expresión con ocasión.

¿QUÉ SE ENTIENDE POR ACCIDENTE DE TRAYECTO?


Según el inciso 2º del artículo 5 de la ley 16.744 se trata también de un accidente de trabajo. Son aquellos
ocurridos en el trayecto directo, de ida o de regreso, entre la habitación y el lugar de trabajo, y aquellos que
ocurran en el trayecto directo entre dos lugares de trabajo, aunque correspondan a distintos empleadores.
El trayecto puede realizarse caminando o a través de distintos medios de locomoción, tales como
automóviles particulares, bicicletas, servicios de locomoción colectiva o vehículos de acercamiento proporcionados
por la entidad empleadora, en tanto se realice el trayecto en dichos medios antes de ingresar al lugar de trabajo5.

1.- LA SUSCRITA PADECIÓ UN ACCIDENTE DE TRAYECTO LABORAL CUMPLIENDO EL CONTRATO DE TRABAJO CON
LA DEMANDADA Y ESTANDO VIGENTE EL VÍNCULO DE SUBORDINACIÓN Y DEPENDENCIA EN SU CALIDAD DE
EMPLEADORA.-
Conforme al artículo 5 de la ley 16.744, se entiende por accidente de trabajo a toda lesión que una
persona sufra a causa o con ocasión del trabajo, y que le produzca incapacidad o muerte . Ello en directa relación al
inciso 2º de dicho articulado.
Los requisitos que la jurisprudencia tanto judicial como administrativa han recogido para confeccionar tal
figura son los siguientes:

4
Corte Suprema, Rol 7309-2008
5
Circular de la Superintendencia de Seguridad Social Nº 3221 de 2016.
A.-TRAYECTO DIRECTO: la expresión trayecto directo supone que el recorrido debe ser racional y no
interrumpido ni desviado, conforme a la invariable y reiterada jurisprudencia de la Superintendencia de Seguridad
Social. En consecuencia, dicho desplazamiento no implica que el trayecto necesariamente sea el más corto sino que
éste debe ser razonable y, en términos generales, no interrumpido ni desviado por razones de interés particular o
personal.

B.- LUGAR DE TRABAJO: Dado que los accidentes del trabajo en el trayecto son aquellos que tienen lugar en el
recorrido directo, de ida o de regreso, entre la habitación y el lugar de trabajo, aquellos siniestros que ocurren una
vez traspasados los límites físicos de este último, corresponden a accidentes del trabajo.

C.- CAMINO NORMAL O HABITUAL: esto debe ser realizado del modo más adecuado a las circunstancias y de modo
racional, por lo que si el trabajador hace un desvío para realizar gestiones personales se pierde el derecho a las
prestaciones, a menos que el trabajador pruebe que el desvío se debió a fuerza mayor o para satisfacer una
necesidad ineludible6.
En la especie y al tenor de los hechos, éstos existen plenamente y cumplen con lo dispuesto en la
normativa contenida en la ley 16.744, artículo 5 inciso 2º , circunstancia que no motiva calificar el accidente como
común sino ciertamente como del trabajo.
De esta forma es que por aplicación de lo establecido en la ley 16.744, la demandada debe responder
por los perjuicios causados con ocasión del accidente de trabajo sufrido y sus directas e inmediatas consecuencias,
las que sufro inexorablemente en la actualidad.
En este contexto, a causa del accidente de laboral sufrido, la vida laboral y personal de quien suscribe
cambió drásticamente desde el momento que estoy condenada a sufrir los dolores físicos, emocionales y
sicológicos puesto que no me resulta posible ejecutar labores y tareas simples.
El artículo 184 del Código del Trabajo dispone que el empleador estará obligado a tomar las medidas
necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores manteniendo las condiciones adecuadas de
higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y
enfermedades profesionales. Y ello pues justamente estoy viviendo las negativas consecuencias de aquellos
funestos episodios. Esta obligación de otorgar seguridad en el trabajo constituye una de las manifestaciones
concretas del deber de protección del trabajador de suerte que, su cabal cumplimiento es de una trascendencia
superior a la de una simple obligación de una de las partes en un negocio jurídico. Por ello, se trata de un
imperativo fundamental desde el momento que busca prevenir riesgos laborales en el lugar de trabajo
resguardando así la vida y salud de los trabajadores, materia de importancia personal, familiar y social que busca o
apunta a un efecto de resultado, esto es, prevenir un accidente o enfermedad laboral.

6
Superintendencia de Seguridad Social. Dictamen Nº 5594 de 1994.
2.-RÉGIMEN DE RESPONSABILIDAD

I.-CONCURRENCIA DE UNA CAUSA: EL ACCIDENTE LABORAL DE TRAYECTO


El lamentable hecho que nos ocupa ha tenido una causa y es la que reza el tenor de este acápite. Sin
perjuicio de lo anterior, es necesario hacer presente que lo que se imputa a la demandada no es la responsabilidad
extracontractual derivada del hecho en contra de quien suscribe, sino que la responsabilidad derivada de la ley
(16.744 en su inciso 2º del artículo 5) y del contrato de trabajo en virtud del cual la demandada es obligada a
tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la salud y vida del trabajador, obligación que recoge
el artículo 184 del Código del Trabajo y complementada por un sinnúmero de normas dispersas a lo largo de
nuestro ordenamiento jurídico.

II.-PRESUNCIÓN DE RESPOSABILIDAD DE ADMINISTRACIÓN DEL CONDOMINIO PORTADA ORIENTE


Sin perjuicio de la responsabilidad que le cabe a la demandada de autos en su calidad de empleadora y
teniendo el accidente laboral su origen directo en el vínculo que nos liga, al encontrarnos en el ámbito contractual,
tiene aplicación la norma del inciso 3 del artículo 1547 del Código Civil, que señala que la prueba de la diligencia o
cuidado incumbe al que ha debido emplearlo” resultando esta parte favorecida con la presunción de
responsabilidad ya que la demandada en virtud de ella se encuentra en la obligación de probar que efectivamente
dio el accidente no tiene su origen en el ámbito laboral sino en el común.

III.-RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y FACTOR DE IMPUTACION: LA DEMANDADA RESPONDE DE CULPA


LEVÍSIMA.-
Conteste se encuentra la doctrina de nuestros autores y la jurisprudencia de los Tribunales de justicia en
el establecimiento de la culpa, el deber de protección y la obligación de seguridad en el entendido que el
empleador es un deudor de seguridad a trabajadores; la seguridad en el trabajo, bajo todos sus respectos, es
7
una de las manifestaciones concretas del deber general de protección del empleador .
Es tal la importancia del deber de seguridad que la propia Corte Suprema lo ha calificado de orden
público, dirigido a lograr una conciencia de la seguridad por su importancia. En tal virtud, la propia redacción del
artículo 184 del Código del Trabajo, nos señala que el empleador está obligado a tomar todas las medidas
necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores apuntando a un efecto de resultado de
máxima diligencia, entendiéndose que el empleador es el primer responsable de la prevención, de manera tal que ,
de ocurrir un accidente del trabajo, pone de manifiesto un fracaso total en las medidas que este haya adoptado
desde la perspectiva de la acción o no se hayan adoptado desde la óptica de la omisión.
Conforme a lo expuesto, la jurisprudencia ha sido uniforme y conteste que el factor de imputación en este régimen
sectorial de responsabilidad, por su importancia, es la culpa levísima, esto es, la falta de aquella diligencia que un

7
Corte Suprema, 29 de mayo de 1999. RDJ t.96, sec. Tercera. p.p 89.
hombre juicioso emplea en la administración de sus negocios importantes; así las voces utilizadas por el artículo
184 del Código del Trabajo, tales como protección eficaz implican suma exigencia, sumo cuidado, máxima
diligencia, todas compatibles con el concepto de culpa levísima en el entendido que el contrato de trabajo no es el
típico contrato bilateral dada su especial naturaleza y contenido. A este respecto, podemos armonizar claramente
la norma del artículo 184 con el artículo 16 letras A) y B) del Reglamento Especial de Contratistas y Subcontratistas
del Ministerio de Salud que da cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 66 bis de la ley Nro. 16.744 sobre
Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, introducido por la ley Nro. 20.123 que Regula el Trabajo en
Régimen de Subcontratación, el Funcionamiento de las Empresas de Servicios Transitorios y el Contrato de Trabajo
de Servicios Transitorios, encontrándose en ambas los elementos en su carácter de normas imperativas de
resultado y eficacia8. Un fallo de nuestro máximo Tribunal es representativo de lo que se razona:
Que, no obstante lo razonado en el motivo anterior, resulta que en el contrato de trabajo, además del aludido
contenido patrimonial, destacan básicamente el deber general de protección del empleador ya analizado, y los de
lealtad y fidelidad que pesan sobre los trabajadores; en aquel se comprende el deber de seguridad y los valores que
se encuentran comprendidos en la obligación no son de contenido patrimonial pues importan, obviamente, la
propia vida e integridad física, psíquica y la salud del trabajador , es decir, bienes de tal naturaleza, que necesario
resulta concluir que el grado de culpa de que responde el empleador ante el incumplimiento del tal obligación es o
puede asimilarse a la culpa levísima establecida en el artículo 44 del Código Civil 9.
Declarado el accidente laboral como tal y teniendo como como causa directa las labores realizadas bajo
dependencia y subordinación para ADMINISTRACIÓN CONDOMINIO PORTADA ORIENTE en su calidad de
empleadora según lo dispone el inciso segundo del artículo 5 de la ley 16.744, en base al respectivo contrato de
trabajo, queda claramente establecido que la presente demanda tiene por sustento la responsabilidad contractual
del empleador toda vez que las consecuencias del accidente que padezco, encuentra su origen en la vinculación de
naturaleza contractual laboral que nos unió y además en una de las obligaciones esenciales que emana del mismo
vínculo contractual como es la obligación general de protección de la vida y salud de los trabajadores o también
conocida como Deber u obligación de seguridad cuyo fundamento se encuentra en el artículo 184 del Código del
Ramo.

IV.-DEBER GENERAL DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD POR PARTE DE ADMINISTRACIÓN CONDOMINIO PORTADA


ORIENTE
El deber de seguridad, que es parte del deber más general de protección que emana del contrato de
trabajo, no sólo la integra la naturaleza del contrato sino que se trata de un deber esencial y principal del mismo,

8
Corte de Apelaciones de Concepción. 21 de julio de 2009. Rol Nro. 524 – 2008. 13º: que, por otra parte, atendido que el
artículo 69 de la ley Nro. 16.744 no determina el grado de culpa de que debe responder el empleador en su cumplimiento,
debe concluirse que éste es el propio de la culpa levísima.
9
Corte Suprema, 8 de agosto de 2000, en RDJ. 97 (Santiago, 2000), 2º parte, sección 3º, pp. 152 siguientes.
cuya regulación no puede quedar entregada a la autonomía de las partes por que comprende en general una serie
de normas de derecho necesario, que deriva de la relación laboral.
Ello se explica, porque aun cuando no aparezca regulado en el propio texto del contrato, es un elemento
que le pertenece, que es de su naturaleza por aplicación del artículo 1546 del Código Civil, en cuya virtud los
contratos deben ejecutarse de buena fe, y por consiguiente obligan no sólo a lo que en ellos se exprese, sino a todas
las cosas que emanan precisamente de la naturaleza de la obligación, o que por la ley o la costumbre pertenecen
a ella”.
Cabe señalar a Su Señoría que los problemas físicos y sicológicos que actualmente padezco por lesiones
provocadas por el accidente de trayecto laboral de fecha 9 de julio de 2012 tienen su directo origen en las labores
realizadas bajo dependencia y subordinación para ADMINISTRACIÓN CONDOMINIO PORTADA ORIENTE en su
calidad de empleadora. En este contexto, el artículo 184 del Código del Trabajo dispone que el empleador tiene un
deber primordial que es el mantener las condiciones adecuadas de higiene y seguridad y la instrucción e
implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales y prever las consecuencias de la
actividad con el equipamiento adecuado, espacios seguros y organización eficiente10.
Si bien es cierto estamos en un accidente de trayecto, esa sola circunstancia no le resta mérito a los
hechos en cuestión sino que resulta plenamente aplicable al tenor del inciso 2º del artículo 5 de la ley 16.744
pues también el legislador tipifica la situación en comento como ACCIDENTE LABORAL y no como uno de
naturaleza común .
En efecto, este deber de seguridad se traduce en la imperiosa obligación y necesidad del empleador de
adoptar todas aquellas medidas que tengan por objeto evitar que en el lugar de trabajo se produzcan accidentes o
bien, tenga lugar algún tipo de enfermedad al que los trabajadores queden expuestos y que afecten su vida
profesional e integridad física y / o síquica. Materia plenamente extrapolable a un accidente de trayecto laboral.
La norma jurídica que constituye la piedra angular de la obligación en análisis es el artículo 184 del Código
del Trabajo, cuyo inciso 1° dispone: El empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para
proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, informando de los posibles riesgos y manteniendo las
condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para
prevenir accidentes y enfermedades profesionales .
El precepto legal reseñado se complementa y concretiza en diversas normas legales y reglamentarias,
destacando entre estas últimas, el Reglamento sobre prevención de riesgos profesionales (D.S. N° 40, del Ministerio
del Trabajo y Previsión Social, de 1969), el Reglamento sobre condiciones sanitarias y ambientales básicas en los
lugares de trabajo (D.S. N° 594, del Ministerio de Salud, de 1999); Reglamento general de higiene y seguridad
industriales (D.S. N° 655 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, 1941), entre otros. La existencia de tanta
normativa reguladora es evidencia de la importancia y gravedad que el legislador otorga a la obligación de

10
Valdivia / Zublin international Gmbh Chile Ltda. y otra , Corte Apelaciones de Santiago, Rol 816-2010.
seguridad. De esta forma, la Jurisprudencia ha entendido que es un deber de la esencia del contrato de trabajo,
para el empleador, mantener todas las condiciones de seguridad para el desempeño de la labor realizada.
Cabe indicar que esta obligación no se acaba sólo con el cumplimiento de requisitos formales como el
cumplimiento por parte de la empresa del deber de entregar a los trabajadores los implementos de seguridad
necesarios, la realización de capacitaciones a los trabajadores para informarles de los riesgos en el trabajo o la
elaboración de reglamento de higiene y seguridad en el trabajo, donde se establezcan las obligaciones y
prohibiciones que en materia de higiene y seguridad debe observar el trabajador, sino que debe ser una actuación
REALMENTE EFICAZ para cumplir el objetivo pues Si las medidas adoptadas por la empresa no fueron eficaces
para proteger la vida y la salud de los trabajadores, no cabe imputar acción descuidada o exposición imprudente al
riesgo de parte del trabajador, sino sólo impericia, lo que en un oficio técnico, como el aseo de máquinas
procesadoras, es responsabilidad del empleador, por insuficiente capacitación otorgada, reveladora de
11
incumplimiento de las normas de prevención de riesgos a que la empresa está obligada .

3.- INDEMNIZACIONES: DAÑOS Y PERJUICIOS RECLAMADO EN RAZON DEL ACCIDENTE DEL TRABAJO

1.- EL DAÑO MORAL.-


Daño es todo detrimento, perjuicio, menoscabo, dolor o molestia que sufre un individuo en su persona,
bienes, libertad, honor, créditos, afectos, creencias, etc.12
Resulta evidente que la lesión sufrida en mi hombro y brazo derecho con el dolor que ello me ha
provocado tanto físico como moral es incuantificable, su extensión indeterminada y sus repercusiones,
insospechadas. En este sentido, la indemnización del daño moral sería la determinación del pretium doloris
concebido como el sufrimiento o aflicción sicológica que lesiona el espíritu y se manifiesta en en dolores e
inquietudes espirituales y pesadumbres.13
En este escenario, de acuerdo a los hechos expuestos ut supra, estamos en presencia de un daño cierto,
que no ha sido indemnizado y que ha lesionado un derecho o interés legítimo.

La indemnización por daño moral comprende los siguientes aspectos:

2.- DAÑO MORAL OBJETIVO. SUFICIENCIA DE LA NATURALEZA Y GRAVEDAD DE LA LESIÓN SUFRIDA Y SUS
CONSECUENCIAS.-
En cuanto a esta solicitud, corresponde recordar que el daño moral surge en razón de haberse lesionado
un interés no patrimonial, no apreciable en dinero. La indemnización por este instituto está dirigida a dar a la
11
Corte de Apelaciones de Santiago, causa rol Nro. 2285 - 2005. Apelación, 4 de enero de 2006, Gaceta Jurídica N° 307,
Editorial Lexis Nexis.
12
Ilustre Corte de Apelaciones de San Miguel, 30 de mayo de 1950.
13
Corte de San Miguel, 11 de junio de 1998, C,J, número 216, pág. 168; en el mismo, sentido Corte Suprema , 13 de noviembre
1997, C,J Número 209, pág.80.
persona que lo ha sufrido una satisfacción o auxilio que le permita amortiguar este daño o hacerlo más soportable,
mediante una suma de dinero que se compadezca con su finalidad meramente satisfactiva.
Por lo anterior, la avaluación del daño moral que se solicitará en esta acción resulta plenamente acorde a
los acápites siguientes, considerando una criteriosa justificación y racionalidad en su descripción.

2.a.) DOLOR Y SUFRIMIENTO


El dolor es aquella sensación molesta y aflictiva del cuerpo por una causa interna o externa. Se le define
también como un sentimiento, pena o congoja que se padece en el ánimo. En este sentido, el dolor físico y síquico
del accidente mismo, el dolor de la actual etapa de recuperación, el dolor de saber que nunca más podré
desarrollar actividades remuneradas con cierta estabilidad en los empleos si es que alguna vez me recupero de las
secuelas que actualmente padezco luego de la ocurrencia del accidente realizaba sin ningún problema, el dolor de
quedar con secuelas de por vida al sufrir ataques cada vez más frecuentes de epilepsia; el dolor de saber que ya
no podré optar a trabajos remunerados con la misma competencia y aptitud a que podía optar antes del accidente,
todo ello ha generado un profundo estado de decaimiento con secuelas psicológicas y cambios en mi
comportamiento que han afectado mi entorno social y familiar, convirtiéndome en una persona más seria,
introvertida, retraída, irascible y callada; Como Su Señoría entenderá, no es necesario ser psicólogo para entender
que el brusco y abrupto cambio en mi estilo de vida producto del accidente laboral, del que aún quedan
muchísimas huellas y cicatrices emocionales y físicas han desencadenado en un daño perjuicio moral de
sufrimiento que atenta contra las garantías constitucionales como son la integridad física y síquica.
Este pretium Doloris que puede mutar según los autores a un perjuicio de déficit emocional permanente
suele caracterizarse en la pérdida de autonomía personal que vive este trabajador en sus actividades cotidianas,
antecedente fáctico que, por su ocurrencia, se demanda por esta vía.

2.b.) DISMINUCIÓN DE LA CALIDAD DE VIDA: PERJUICIO DE AGRADO


Producto del relato detallado anteriormente, he disminuido considerablemente mi calidad de vida: el
sustento está dado por la ya inexistente realización de actividades tan cotidianas como trabajar de manera
estable, sostener una conversación de manera equilibrada y otras tan simples como el mantener relaciones
sexuales; esto, por las consecuencias del accidente sufrido en fecha 9 de julio de 2012 que tal siniestro ha
ocasionado en mi persona, me impiden llevar una vida normal. Junto con ello, se suma la irritabilidad y
desesperanza que ha afectado ostensiblemente mis relaciones familiares lo que me ha llevado a un profundo
aislamiento social puesto que difícilmente me siento con ánimo de participar en actividades recreativas. Esto
repercute, como se ha reiterado, en mi estado físico y síquico lo que me inhiben de tener calidad de vida
medianamente decente. En este contexto, muchas de las actividades que anteriormente realizaba sin ningún
contratiempo, hoy son imposibles de llevar a cabo.
2.c.) DAÑO SIQUICO
Hasta el día 8 de julio de 2012 fui una mujer feliz y plenamente realizada, que gozaba de buena salud,
una familia feliz y con proyecciones laborales y sociales muy halagüeñas. Lamentablemente debido al accidente
de trabajo sufrido y fehacientemente certificado por los organismos de rigor a través de los documentos que se
acompañarán, mi vida se ha tornado prácticamente un tormento: intensos dolores físicos y emocionales;
imposibilidad de acceder en forma igualitaria y sobre todo, en igualdad de condiciones a un mercado laboral cada
vez más competitivo y estrecho han mermado síquicamente la resistencia moral de la suscrita.
Mi vida, en razón de este accidente, se ha transformado en una verdadera pesadilla pues el resultado
del accidente se ha traducido en una calidad de vida insignificante: ya no puedo depender 100 % de mi mismísima
persona. Tampoco puedo encontrar un trabajo estable producto de lo mismo: las secuelas directas del accidente.
En este sentido, el principio en esta materia es la reparación íntegra: todo daño debe indemnizarse; ello
particularmente contemplado en el artículo 2329 del Código Civil que señala que Por regla general todo daño
(sin distinguir su naturaleza) debe ser indemnizado ; de hecho es el propio constituyente quien consagró como
principio que la reparación de los perjuicios patrimoniales y morales en el artículo 19 Nro. 7 Letra I de la
Constitución Política para quien padece el daño en ese caso allí contemplado, pero que analógicamente permiten
su aplicación como principio general ante la jerarquía del o los derechos lesionados como el del caso de la suscrita
exigen necesariamente que la reparación sea lo más completa posible, tanto por el tipo de daño provocado como
a la intensidad del mismo.
Durante la ejecución del contrato de trabajo, puede producirse un accidente de trabajo o una
enfermedad profesional, donde expresamente se contempla la reparación del daño moral al tenor de lo dispuesto
en el artículo 69 letra B) de la ley 16.744; esta responsabilidad de naturaleza contractual, claramente deducida
del deber de seguridad que establece el artículo 184 del Código del Trabajo y del contenido ético – jurídico del
contrato de trabajo; lo anterior, a su vez, se condice con el artículo 19 Nº 1 de la Constitución Política de la
República.
En efecto, el artículo 69 en comento establece que, cuando el accidente o enfermedad se deba a culpa o
dolo de la entidad empleadora o de un tercero, sin perjuicio de las acciones criminales que procedan, deberán
observarse las siguientes reglas:
A) El organismo administrador tendrá derecho a repetir en contra del responsable del accidente , por las
prestaciones que haya otorgado o deba otorgar, y
B) La víctima y las demás personas a quienes el accidente o enfermedad cause daño podrán reclamar al
empleador o terceros responsables del accidente, también las otras indemnizaciones a que tengan derecho, con
arreglo a las prescripciones del derecho común, INCLUSO EL DAÑO MORAL.
2.d.) RESPECTO A LA PÉRDIDA DE MIS EXPECTATIVAS DE VIDA

Atendido a que las consecuencias y secuelas del accidente laboral se le ha asignado un 68 % de


incapacidad por el organismo técnico de rigor, se trata de una consecuencia médica netamente incapacitadora.
Además he vivido en carne propia la progresión de los síntomas del mismo, no puedo estar sino sufriendo una
ostensible pérdida en mi expectativa de vida que me inhibe de vivir y disfrutar de la vida en forma normal y
adecuada.
Dicha pérdida en mis expectativas de vida, la siento patente en mis actividades cotidianas ante la falta
de vitalidad, mi cansancio mental, los intensos dolores, la epilepsia que actualmente se ha generado producto del
accidente laboral, mis sentimientos diarios de debilitamiento tanto físico como sicológico.
Todo lo anterior me causa desesperanza que ha afectado inevitablemente mis relaciones sociales y
familiares, lo que incluso me ha provocado aislamiento puesto que difícilmente me siento con ganas de participar
en actividades en todo ámbito de vida.
Como Su Señoría entenderá, los hechos narrados han sido fuente de grandes sufrimientos para la
suscrita ya que tengo que soportar la ingrata experiencia de padecer las secuelas de un accidente que incapacita
de por vida el desenvolvimiento normal de mi existencia en este mundo sin que mi persona pueda realizar con
normalidad y sin sufrir ataques de angustia el goce de las satisfacciones más elementales de la vida.
Asimismo, Su Señoría debe tener presente que el gran sufrimiento y angustia que padecí y padezco
actualmente emanan directamente del accidente laboral de trayecto que sufrí en el año 2012. Motivo de ello es
que constantemente debo viajar a la ciudad de Santiago a tratarme estas nefastas consecuencias médicas. La
intensidad del mismo, lejos de disminuir, se mantiene, a pesar del tiempo transcurrido del accidente.
Estos daños que se tornan intolerables así como el sentimiento de desazón en razón de lo anterior. De
hecho, fui despedida presumiblemente debido al mismo hecho.
En este orden de cosas, lo que se busca es reparar las consecuencias que han alterado el normal
transcurso de mi vida al sufrir consecuencias permanentes internas y externas de por vida que afectarán
inevitablemente mi ritmo y calidad de vida de manera irreversible.

3.-EL DAÑO EMERGENTE.-


Sabemos que el daño emergente es la porción del patrimonio del trabajador accidentado o enfermo,
que disminuyó por causa del accidente o enfermedad. El accidente referido, ha ocasionado a mi persona diversos
daños directos de considerable significación como Su Señoría podrá imaginar.

3.a) IMPOSIBILIDAD DE ACCESO A NUEVOS EMPLEOS Y PÉRDIDA INMEDIATA DE LA CAPACIDAD DE TRABAJO:


El trauma de la lesión sufrida así como sus inevitables consecuencias han impedídome desarrollar una
vida lo más normal posible; en razón de ello no he podido desenvolverme ni desempeñarme laboralmente
dejando de percibir remuneraciones bajo subordinación de un empleador de manera estable, así como la
posibilidad de ejercer otros trabajos paralelos que aumenten mis ingresos e incluso, el acceso a nuevas fuentes de
trabajo lo cual me ha ocasionado un perjuicio directo y a corto plazo, cayendo en la esfera de lo que debe ser
considerado como daño emergente. En este sentido, considerando mi oficio, no he podido encontrar un trabajo
estable desde la ocurrencia de este accidente. Ello por razones tanto médicas como por los continuos viajes a
Santiago a tratar dichas secuelas.

4.- EL LUCRO CESANTE.-


Entendido como una categoría de daño que requiere solo de una probabilidad racional y que perjudica a
la víctima en su ganancia legítima que pudo haber percibido de no mediar el accidente, el lucro cesante se
constituye como una partida de daño absolutamente indemnizable en su perspectiva material.
En cuanto a su método de cálculo y avaluación, la doctrina seguida por la jurisprudencia ha optado por
el método multiplicador o lineal, consistente en multiplicar los ingresos anuales de la víctima anteriores a la
ocurrencia de los hechos (multiplicando) por el número de años que presumiblemente le restan por vivir o sufrir
el daño afectado (multiplicador) así, el lucro cesante se ha estimado como la privación de la ganancia que el
acreedor habría obtenido si la obligación se hubiere cumplido y ha existido la tendencia a contraponerlo al daño
emergente, en cuanto a la certidumbre de su ocurrencia dando a entender que el lucro cesante es un daño
incierto que se construye sobre suposiciones y es bastante especulativo. Dicho criterio es equivocado por cuanto
el lucro cesante para ser indemnizado, debe ser necesariamente cierto; lo que ocurre, sin embargo, es que no se
puede aspirar a una certeza absoluta por la configuración y naturaleza del daño sino a una de carácter relativo
siempre que esté fundada en antecedentes reales, objetivos y probados. Desde esta perspectiva, el lucro cesante
resulta ser más bien un juicio de probabilidades cuyo resultado no puede resultar exacto ni matemático pero si
ha estado basado en consideraciones fundadas y razonables, dentro de un contexto de normalidad y atendidas las
circunstancias del caso.
En este mismo orden, el artículo 1556 del Código Civil establece que la indemnización de perjuicios
comprende el daño emergente y el lucro cesante, ya sea que provengan de no haberse cumplido la obligación, o
de haberse cumplido imperfectamente. Por su parte el artículo 1557 del mismo cuerpo agrega que se debe
indemnización de perjuicios desde que el deudor se ha constituido en mora o si la obligación es de no hacer,
desde el momento de la contravención.
El lucro cesante, en este caso, es la diferencia entre la entidad de mi patrimonio tal como estaba al
momento de producirse el accidente del año 2012 y el que tendría por medio de la falta de trabajo por causa
directa de dicho accidente y que sin él, ciertamente se hubiese obtenido relativamente estable. Es decir, equivale
a colocarse en una situación análoga a la que existía con anterioridad a ocurrido el accidente o enfermedad
profesional.
En autos, se da la situación que las consecuencias son evidentes y saltan a la vista (tanto con los hechos
que se han señalado en esta demanda documentos adjuntos en la parte expositiva y los que además se
acompañarán en esta misma presentación) y que necesariamente se producirán ya que el daño a esta trabajadora
fue de tal magnitud que jamás podré volver a desarrollar labores con normalidad. Cuando existe lucro cesante, no
se altera el patrimonio de la víctima en la forma que tiene al acontecer el hecho ilícito sino que afecta la
posibilidad de incrementarlo o aumentarlo en forma ilegítima, lo que normalmente habría ocurrido si no existiera
el accidente o bien, la enfermedad laboral
En directa armonía con lo anterior, el profesor Diez Schwerter señala con total certeza que si la víctima
de un hecho ilícito doloso o culposo acredita que percibía ingresos y que, salvo excepcionales circunstancias era
racional que los siguiera percibiendo, la existencia del lucro cesante se encontrará probada y los jueces
deberán regular su monto desde que no puede exigirse a su respecto una prueba de certeza absoluta .14
En este mismo orden de cosas, conveniente resulta señalar que para determinar el monto a indemnizar, es útil
recordar el criterio de la Corte de Apelaciones de Santiago, la cual ha indicado que se deberán considerar la
edad, remuneración y las labores desarrolladas por al demandante, para proyectar las consecuencias de la
incapacidad sufrida, por un período coherente con lo normal y previsible15 .
Por otro lado la Corte de Apelaciones también ha señalado que la certeza exigida no requiere ser
absoluta:

1°) Que conforme a lo razonado en la sentencia de nulidad que antecede, el demandante presenta una
incapacidad permanente calificada como ceguera legal irrecuperable de su ojo derecho como consecuencia del
accidente del trabajo que sufriera, de responsabilidad del demandado, situación que ha sido acreditada y queda
establecida en estas sentencias.
2°) Que, conforme a la prueba rendida, estos sentenciadores infieren que las lesiones le han
ocasionado al actor una pérdida del 50% del sentido de la visión y una incapacidad laboral de más de un año
desde la ocurrencia del accidente del trabajo que lo afectó, perdiendo, por ello, su fuente de ingresos.
3°) Que por consiguiente, este Tribunal de Alzada ha llegado a la convicción que el actor
sufrió un daño grave a causa del accidente laboral materia de autos, dándose los presupuestos reales, objetivos
y probados de la existencia de secuelas invalidantes y funcionales que le significan efectivamente un detrimento
importante de su capacidad de ganancia e imposibilitándole, significativamente, el acceso a futuros trabajos
para ejercer su oficio de albañil
4°) Que en tal circunstancia es comprensible que el lucro cesante, para ser indemnizado debe
ser necesariamente cierto, sin que ello conlleve una certeza absoluta, por la configuración y naturaleza del daño,
sino a una de carácter relativo, siempre que esté fundada en antecedentes reales, objetivos y probados. Al
respecto, el lucro cesante resulta ser más bien un juicio de probabilidad, cuyo resultado no puede ser exacto,

14
Diez Schwerter, José Luis, el daño extracontractual. Doctrina y jurisprudencia.1997, pág.182.
15
Corte de Apelaciones de Santiago. Rol 1901- 2007 de fecha 31 de diciembre de 3007.
ni matemático, pero sí ha de sostenerse en consideraciones fundadas y razonables, dentro de un
contexto de normalidad y atendidas las circunstancias del caso.
5°) Que en consecuencia, para esta Corte no resulta argumento suficiente para desestimar la
procedencia del lucro cesante la existencia de una resolución de declaración de invalidez que determine el grado
de invalidez, toda vez que está resulta obligatoria para impetrar las prestaciones que derivan del seguro de
accidentes del trabajo consagrado en la ley 16.744, más no para la determinación del rubro en comento, el que se
sustenta, tal como se ha venido sosteniendo en el mérito probatorio de los demás antecedentes allegados al
proceso, también, se configura la causal para resarcir el lucro cesante producido al demandante con ocasión del
accidente laboral que sufriera, por incumplimiento de la obligación de protección estatuida en los preceptos
legales del Código laboral, se condena a la parte demandada al pago de la respectiva indemnización.
6°) Que, asimismo, se tendrá también presente lo dispuesto en el artículo 34 de la ley 16.744, que
considera inválido parcial, a quien haya sufrido una disminución de su capacidad de ganancia, presumiblemente
permanente, igual o superior a un 15% e inferior a un 70%, por lo cual el actor se encuentra dentro de esta
categoría. A su vez, se considerará lo estatuido en el artículo 59 de la citada ley, en cuanto las declaraciones de
incapacidad de un accidentado, se hacen en función de su incapacidad para procurarse, por medio de un trabajo
proporcionado a sus actuales fuerzas, capacidad y formación, una remuneración equivalente al salario o renta que
gana una persona sana en condiciones análogas y en la misma localidad, apareciendo razonable, en tal
circunstancia, sea un referente para determinar el perjuicio patrimonial por esta causa, entendiendo que los
ingresos futuros del accidentado deberían verse disminuidos en similar proporción.
7°) Que por consiguiente y para tales efectos se considerará para evaluar económicamente el
efectivo detrimento en la capacidad de ganancia del actor, especialmente, el informe pericial del médico
oftalmólogo Dr. Pizarro, la remuneración de $ 159.000 que percibía al momento de ocurrir el siniestro, la edad
de actor a la fecha del siniestro, esto es 30 años y su oficio de albañil de la construcción lo que demanda una
mayor dependencia de su capacidad de visión, circunstancias todas que permiten una acertada estimación de la
pérdida en su capacidad de trabajo durante el período productivo de su vida laboral, esto es hasta la edad de
65 años, requisito que la ley establece para obtener una pensión de vejez en el actual sistema de pensiones
basado en la capitalización individual y que impacta negativamente en su monto final, puesto que este
depende de la capacidad de ahorro que el actor haya podido generar con sus ingresos (el destacado es nuestro).
8°) Que, en consecuencia, y habida consideración a lo precedentemente razonado y a las reglas de
la sana crítica, se resuelve que el demandado debe responder en proporción a una incapacidad de no más del 15%,
que es el rango inferior considerado por la ley para determinar una invalidez parcial.
Por estos fundamentos y lo dispuesto en los artículos 459, 478 y 482 del Código del Trabajo, se
resuelve, que se acoge la acción indemnizatoria de lucro cesante por accidente del trabajo, deducida por don
Yerko Alexis Chávez Pereira en su demanda de fojas 1 en contra de RD Constructora S.A., condenándose al
demandado a pagar al actor:
1) la suma de $10.017.000 por concepto de lucro cesante.
2) la cantidad de $25.000.000 a título de daño moral.
3) las sumas indicadas deberán ser pagadas con reajustes e intereses establecidos en el artículo 63
del Código del Trabajo y
4) no se condena en costas a la demandada por haber existido motivo plausible para litigar.16
Ahora bien, al efecto y como se adelantó, estamos frente a un una persona a quien aún le restan unos 15 a 20
años de vida laboral activa pensando que jubilará a los 65 años de edad. Cabe indicar que esta parte ha sido
incluso mezquina al proyectar simplemente su sueldo actual y no considerar la posibilidad de que en un futuro
este fuese incrementado. Lo anterior precisamente para cumplir con el requisito de mediana certeza y
previsibilidad. Ante este escenario, cabe recordar que el lucro cesante DEBE ser resarcido, a la luz del Principio de
la Reparación Integral del Daño, consagrado en nuestro ordenamiento jurídico nacional.
En este orden de cosas, muy ilustrativo es el fallo de la Ilustre Corte de Apelaciones de Santiago al
acoger la procedencia de la indemnización de lucro cesante en un accidente del trabajo, que establece:
19°.- Que la indemnización por concepto de lucro cesante se encuentra representada por la diferencia de
emolumentos que dejara de percibir el trabajador con ocasión de este desgraciado percance, proyectada por los
años y meses de vida laboral que le restan entre el día del accidente, 7 de agosto de 2001 y el momento en que
hubiere de cumplir sesenta y cinco años de edad, considerando que registra su nacimiento el día 28 de febrero de
1974, lo que permite establecer la fecha previsible de su jubilación por vejez, la cual debe calcularse sobre el
monto de la remuneración que el trabajador ganaba estando en actividad, que el actor ha probado con su
contrato de trabajo ascendía a cien mil pesos ($100.000), sin desentenderse de la pensión de invalidez que el
otorgue el seguro social a que se refiere la Ley N° 16.744 sobre Seguro Social Obligatorio de Accidentes del
Trabajo y Enfermedades Profesionales . En este fallo, en que el trabajador ganaba $ 100.000 pesos mensuales, se
establece una indemnización por lucro cesante ascendente a sesenta millones de pesos (60.000.000)17.
A la luz de lo relatado, cabe anotar que a quien suscribe quedaban a lo menos al momento del
accidente unos 15 años de trabajo cierto con posibilidades ciertas de recibir, a lo menos, los montos que percibía
al momento de ser víctima de tan desgraciado accidente de trayecto laboral, ya que de acuerdo las máximas de la
experiencia, lo lógico sería pensar que a lo largo de su vida laboral sus ingresos vayan incrementando de manera
constante. En virtud de todo lo anterior, teniendo en consideración el promedio de remuneraciones que percibía
al momento de sufrir el accidente señalado, y los 15 años que le quedaban de vida laboral útil, es que se viene en

16
(Corte de Apelacio es de Sa tiago , 8 de ju io del año se te cia de ree plazo Recurso de Nulidad Chávez Pereira
co RD Co structora S.A. , Rol ° 48 -2010).
17
Fallo de la Ilustre Corte de Apelaciones de Santiago de fecha 07 de mayo de 2004, causa rol 2531 – 2003.
demandar a título de lucro cesante la suma que se solicitará en el petitorio de esta acción sin perjuicio del monto
que Su Señoría sirva fijar criteriosamente al respecto
POR TANTO, en mérito de lo expuesto y teniendo especialmente presente los artículos 184, 486, 510 y
siguientes del Código del Trabajo, artículos 5,7, 69, 79 y demás pertinentes de la ley 16.744 que establece normas
sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, artículos 1545, 1546, 1547, 1556, 2329 y demás
pertinentes del Código Civil, artículos 5 inciso 2º, 19 Nº 1 de la Constitución Política de la República, artículo 3, 4 y
siguientes del Decreto 109 que aprueba el Reglamento para la Calificación y Evaluación de los Accidentes del
Trabajo y Enfermedades Profesionales de 1968 y demás normas pertinentes al respecto.

RUEGO A SU SEÑORÍA se sirva tener por interpuesta demanda de indemnización de daños y perjuicios y
daño moral derivada de accidente laboral en juicio de Aplicación General Laboral en contra de ADMINISTRACIÓN
CONDOMINIO PORTADA ORIENTE, del giro de su denominación, Rut Nº 53.305.568-0, representado legalmente
para estos efectos por don JULIO MENDOZA TORRES, cédula de identidad Nº 12.088.809-9, presidente de la
Comunidad Condominio Portada Oriente, o bien quien a la fecha de las acciones deducidas ejerza la función de
administración en conformidad al artículo 4 del Código del Trabajo, ambos domiciliados para estos efectos en
calle Genaro Gallo Nº 554-555 de la ciudad de Iquique, acogerla a tramitación y, en definitiva, acceder a ella en
todas sus partes declarando:
A.- La existencia de un accidente laboral de trayecto sufrido el día 09 de julio del año 2012 por parte de doña
AYDEE MANRIQUE MORALES mientras se dirigía en dependencias de su empleador en estricto cumplimiento al
contrato de trabajo que los ligaba.
B.- Que el accidente de trabajo así como las secuelas y consecuencias sufridas por la trabajadora son de
responsabilidad de ADMINISTRACIÓN CONDOMINIO PORTADA ORIENTE al haber existido una relación laboral
vigente, conforme lo expresado en lo principal de esta presentación.
C.- Como consecuencia de lo anterior, se condene a la demandada a pagar las siguientes indemnizaciones
demandadas:
C.1) $ 3.000.000 (tres millones de pesos) por concepto de daño emergente.-
C.2) $ 14.000.000 (catorce millones de pesos) por concepto de lucro cesante,
C.3) $ 17.000.000 (diez millones de pesos) por concepto de daño moral o en subsidio, las cantidades que por este
concepto Su Señoría determine, de acuerdo a la equidad, a la justicia y al mérito de autos.
D.- Que se condene al demandado al pago de reajustes e intereses legales conforme al artículo 63 y 173 del
Código del Trabajo.-
F.-Que se condene al demandado al pago de las costas de la causa.-

PRIMER OTROSÍ: Sírvase Su Señoría tener por acompañado los siguientes documentos:
1.- Contrato de trabajo de fecha 01 de junio de 2012
2.- Certificado de Discapacidad de fecha 30 de diciembre de 2015 emitido por Compin de Tarapacá.
3.- Copia simple de certificado emitido por la unidad de Neurocirugía del Hospital Dr. Ernesto Torres Galdamez de
fecha 17 de diciembre de 2015.

SEGUNDO OTROSÍ: de conformidad con lo dispuesto en el artículo 433 Y 442 del Código del Trabajo ruego a Su
Señoría autorizar a esta parte a que las actuaciones procesales que sean necesarias en autos, a excepción de las
audiencias, puedan realizarse por medios electrónicos y que las notificaciones que procedan a esta parte se
efectúen al correo electrónico [email protected] y [email protected]

TERCER OTROSÍ Ruego a Su Señoría tener presente que vengo en designar abogado patrocinante y confiero poder
al abogado habilitado para el ejercicio de la profesión don Carlos Samir Améstica Carreño, con domicilio para
estos efectos en calle Baquedano Nº 1081 de la ciudad de Iquique, con todas las facultades expresadas en el
artículo 7º del Código de Procedimiento Civil, las que se dan íntegramente por reproducidas en especial las de
transigir, avenir, conciliar y percibir.

CUARTO OTROSÍ: Ruego a Su Señoría otorgar providencia urgente a esta presentación y ordenar su notificación
con suma urgencia en atención a que la acción prescribe el día 09 de julio del año en curso.

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