Amber Kell - Cronicas de Thresl 06 - El Regreso de Saint

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Thresl Chronicles 6

SAINT RETURNS 1
Amber Kell

Sexto libro de la serie Crónicas Thresl


Después de siglos de aislamiento, Saint ha vuelto para reclamar lo que es suyo...
Saint, un Thresl de poder inimaginable, ha pasado siglos atrapado bajo los escombros.
Ahora libre, está decidido a reclamar tanto su trono como a su compañero. Cualquier persona
que se interponga en su camino será aniquilado.
Marsley Jacks no está seguro de si quiere ser el compañero de un Thresl despiadado.
Después de pasar la mayor parte de su vida protegiendo a los cambiaformas, no está seguro
de si permitir que un Thresl hambriento de poder tome el control sea lo mejor para la especie.
Dos hombres con creencias opuestas... ¿Se unirán a tiempo para salvar a su pueblo?
Dedicado:

Para mis fans que me decían que estaban esperando por el libro de Saint.

Aquí está... ¡disfrutad!

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Capítulo Uno
La mandíbula de Mars se quedó boquiabierta mientras examinaba al hombre tendido
sobre su cama. Pensó que había visto casi todo en sus viajes espaciales, pero la perfección de
este cuerpo masculino acostado a través de su manta golpeaba los puntos calientes en todo
Mars. Por supuesto, si este era Saint, había sido creado sólo para él. El pecho de Mars le dolía
y luchó para reunir más aliento en sus pulmones antes de hablar.

¿El ingeniero cortó el suministro de oxígeno?

—¿Quién eres tú? —Sabía que este debía ser Saint, el Thresl que todos a su alrededor
le habían advertido, pero eso no le impidió tener la esperanza de que estuviera equivocado.
Tal vez este intruso sexy era un polizón que pensaba ir como pasajero para seducir a Mars
con el fin de permanecer a bordo. Ya había ocurrido una o dos veces en el pasado. A veces
incluso les permitió quedarse.

—Puedes llamarme Saint o pareja —Saint arrastró las palabras mientras se deslizaba
de la cama—. O tuyo.

Los andares depredadores de Saint enviaron escalofríos de necesidad por la columna


vertebral de Mars. Su miembro se endureció por la vista de toda la carne expuesta mientras su 3
cabeza se llenó de todas las cosas que podía hacer con este magnífico hombre. Algunas
posturas requerían una flexibilidad que Mars no estaba seguro de poseer, pero estaba
absolutamente seguro de que le gustaría probarlas. La sobrecarga visual casi le distrajo lo
suficiente para perderse las palabras.

—¿Compañero?

El Thresl se acercó más y el aroma de almizcle y flores silvestres inundó los sentidos
de Mars. ¿Cuándo las flores silvestres se habían convertido en algo sexy? Nunca se había
sentido atraído por hombres que olieran a flores antes. Sólo Saint usando la palabra
compañero le impidió abalanzarse. Mars no podría ser el compañero de nadie. La
responsabilidad de arrastrar a otra persona en su mundo no era una que fuera a colocar a
nadie. Mars no tenía relaciones... tenía encuentros con hombres a los que nunca volvería a
ver.

Aún así, cada centímetro de su cuerpo anhelaba a Saint. Su boca se hizo agua al
pensar en chupar la gruesa erección balanceándose hacia él como si se le ofreciera para
probarla. Si él tuviera más sangre Thresl, Mars sabía que sus caninos hubieran descendido
con las ganas de morder y reclamar el hombre que tenía delante. Afortunadamente, con sólo
un cuarto Thresl, no tenía muchos rasgos físicos. El único signo de sangre Thresl eran sus
ojos, fáciles de ocultar cuando iba a extraer Thresls secuestrados.
El tamaño de Saint lo sorprendió. Mars casi siempre elegía amantes más pequeños
que él mismo. Si Saint personificaba al hombre perfecto de Mars, entonces Mars había estado
eligiendo al tipo incorrecto por años. Incluso Zander, el amor de su vida, había sido más
pequeño que Mars. El hombre que apuntalaba hacia él superaba a Mars, tanto en anchura
como en altura. Mars sacudió la cabeza tratando de disipar el impulso de tocar la piel oro de
Saint.

—Escucha, ha sido un día muy largo. Todo lo que quiero es mi cama. —Él
deliberadamente bloqueó las ideas que inmediatamente le vinieron a la mente acerca de lo
que podía hacer en esa cama con la impresionante criatura que tenía delante.

Saint sonrió. Sus ojos dorados brillaron con lujuria.

—Qué casualidad, eso es lo que quiero también.

—De alguna manera creo que no te refieres a dormir. —Mars dio un paso hacia atrás.
Necesitaba escapar de las feromonas saliendo de Saint antes de que él se rindiera y saltara al
tipo. Sus músculos temblaban por el esfuerzo de la lucha contra el instinto de dar un paso más
cerca.

—¿Por qué malgastar una cama perfectamente buena para dormir? —La voz de Saint
bajó a un nivel bajo, retumbando con un ronroneo. El sonido rodó a través de Mars como una 4
caricia fantasmal. Maldita sea, él no sería capaz de combatir esta tentación por mucho
tiempo. Mars tendía a tomar el placer que podía encontrar cuando lo encontraba. No aceptar
una oferta tan descarada iba en contra de su naturaleza. Sin embargo, si Mars cedía a la oferta
de Saint sola vez, estaría unido biológicamente con el Thresl para siempre.

Decidido a evitar ese destino, Mars dio un paso atrás hasta que estuvo fuera de su
suite.

No tomó otro respiro hasta que la puerta se cerró entre ellos. Al segundo que el
pestillo se cerró en un clic, Mars aspiró oxígeno en sus pulmones, aliviado de respirar el aire
sin las hormonas de Saint.

Comprobó ambos sentidos por el pasillo, pero el espacio se había quedado desierto.
La mayor parte de su tripulación estaba bien trabajando o se habían ido a su propia cama.
Necesitaba encontrar un lugar donde dormir que no incluyera a un hombre sexy
compartiendo su espacio.

—Eso es algo que nunca pensé que me gustaría. —Mars sacudió la cabeza ante lo
extraño de su vida.

¿En qué se había metido él ahora? Con la misión de su vida enfocada a destruir el ring
de contrabandistas Thresl para hacer del universo más seguro para los Thresl, Mars no tenía
tiempo para ocuparse con una vida romántica.

—Joder.

Al azar, se decidió a ir por la izquierda. Rápidamente se dirigió por el pasillo antes de


que Saint decidiera seguirlo. Encontraría algún otro lugar para dormir por la noche. Después
de un largo día, no tenía la energía para hacer frente a cualquier persona que decía ser su
compañero. Conocía de algunos cuartos que estaban disponibles. Él agarraría alguno para
echarse un sueñecito. Unas pocas horas de sueño mejorarían su perspectiva inmensamente.

—¡Capitán!

Mars se congeló en seco. Maldita sea. ¿Por qué no podía tener sólo un minuto a solas?
Ser el capitán no le dio tiempo suficiente para un adecuado ataque de pánico... o una siesta.

Mars vio al miembro más nuevo de la tripulación, Daniel Garin, correr por el pasillo a
su encuentro.

—Hola, Daniel, ¿qué puedo hacer por ti? —Trató de mantener la impaciencia fuera
de su voz, pero cuando Daniel miró por todas partes menos a sus ojos, él pensó que debió
haber fallado.

—Um, capitán. Sólo quería darte las gracias por llevarme. Quiero decir después de...
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—Daniel se apagó.

—¿Después de que tontamente te alejaste de tu grupo de trabajo y consiguieras que te


sacaran la mierda a golpes? No hay problema. Al menos te estás recuperando muy bien.
—Las contusiones brutales que habían cubierto el rostro de Daniel, cuando Mars primero lo
rescató casi habían desaparecido. Sólo mantenía débiles huellas de la violencia.

Daniel se sonrojó.

—Sí, eso. No puedo decir que eche de menos la construcción de viviendas de calidad
inferior por esos gilipollas mineros. Nunca debí haber creído en esos carteles de
reclutamiento de trabajo. Eso seguro que era una casucha. Realmente aprecio que me
rescatara de ambas situaciones.

—Como he dicho, no hay problema. Además, Grub dijo que estás haciendo un trabajo
increíble. —Mars palmeó a Daniel en la espalda. A decir verdad, el mecánico jefe había
gruñido y dijo que Daniel no había puesto nada en el fuego, pero para Grub era un gran
elogio.

Daniel pasó una mano por su espeso pelo negro y parpadeó hacia Mars a través de los
largos mechones.
—Yo solo quería que supiera que si hay algo, cualquier cosa que pueda hacer por
usted me lo haga saber.

Mars se quedó helado. Sabía que el chico lo encontraba atractivo, pero no había
pensado que Daniel tuviera las agallas para proponérsele. Su padre habría dicho que las
estrellas estaban alineadas, pero Mars se figuró que la galaxia estaba jodiendo con él. ¿Por
qué más sería que dos chicos se habían dado a él en una noche? Mars nunca se metía con un
miembro de la tripulación... era mal karma esperando para darle una patada en el culo.

Con todo el estrés del día, un pequeño dolor comenzó a apuñalar en la parte posterior
del cuello de Mars, la ligera advertencia de que una migraña inminente se daba a conocer y
alertaba a Mars que necesitaba encontrar una habitación oscura y acostarse. Las migrañas
eran una perra y Mars se había acabado las buenas drogas hace dos planetas.

—Aprecio la oferta, Daniel, pero sólo estoy buscando un ayudante de mecánico. —Si
Daniel no fuera un miembro de su tripulación, Mars habría ido todo por Daniel. El joven
tenía una constitución delgada y el tipo de boca que cualquier varón gay saludable soñaría.
Sin embargo, con su dolor de cabeza inminente, Mars sólo quería una almohada y una cama
horizontal para dormir, preferiblemente sin un Thresl depredador cazándolo para derribarlo.

Daniel deslizó un dedo por el pecho de Mars.


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—Estaba pensando en algo más personal. Un hombre como usted necesita a alguien
para ayudarle a tomar la ventaja frente a su estrés. He visto lo difícil de su trabajo por aquí.

Un rugido resonó por el pasillo. La sangre de Mars se heló ante el sonido. Antes de
que pudiera gritar a Daniel para que corriera, algo se estrelló contra Daniel, le golpeó y lanzó
a seis metros por el pasillo.

—¡Saint! —gritó Mars.

No tenía la menor duda sobre la identidad de la bestia que gruñía. Las patas delanteras
de Saint estaban plantadas en el medio del pecho de Daniel, las patas tan grandes cubrían una
buena parte del esternón de Daniel. Un bajo gruñido salió del Thresl como si no pudiera
decidir si morder o rasgar a Daniel con sus garras.

—¡Mío! —Saint gruñó. Su tono enfadado resonó en la cabeza de Mars, empujando


su tentativa de dolor de cabeza que le revolvía el estómago, la perforación de luz, la realidad
de la migraña. Mars parpadeó, tratando el quitar la acumulación de humedad en sus ojos por
la intensa y brillante sobrecarga de luz. El mundo brillaba alrededor de los bordes de su
visión. No sabía cuánto tiempo más podría permanecer de pie.

—Le estaba rechazando. Deja que el niño se vaya. —La voz de Mars apenas se elevó
por encima de un susurro mientras trató de mantener su cena dentro y no escupirla toda en el
suelo. Sabía que tenía que haber descansado antes de esto. Los cambios climáticos
planetarios y el estrés eran la fórmula perfecta para una de sus migrañas.

—Vuelve a tu habitación y yo le libero. —Saint no movió una pata de Daniel cuando


él esperó a ver si Mars podría seguir sus órdenes.

—Está bien, voy a volver a mi habitación. —Mars se volvió y entonces tropezó


mientras el mundo le daba vueltas. Extendió la mano para no perder el equilibrio, aliviado
cuando su mano derecha, toco la pared. Él extendió los dedos, con la esperanza de detener su
inevitable visita al duro suelo.

—¿Qué está mal? —Saint envolvió un brazo fuerte alrededor de Mars y lo atrajo
hacia él. El calor del hombre desnudo se hundió en el cuerpo de Mars. Odiaba dar al agresivo
Thresl algún crédito, pero los brazos de Saint le tranquilizaron. Su náusea se desvaneció
cuando la sala abandonó su trayectoria vertiginosa. Mars cerró los ojos y apretó la frente
contra el pecho del desnudo Saint. Inhalar el aroma de Saint ayudo algo, pero el pico de dolor
de la migraña a través de la base del cráneo aún no se había desvanecido.

—Migraña —susurró Mars. Cualquier cosa más fuerte y su cabeza iba a explotar. No
había duda que trozos de su cerebro decorando la sala desmoralizarían a la tripulación—.
Tengo que acostarme.
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—Debería haberlo sabido... tú siempre tenias de esas. —Saint envolvió a Mars hasta
que estuvo acunado en el lado derecho de Saint, luego caminó en pasos lentos y firmes por el
pasillo.

Mars habría perseguido las extrañas palabras de Saint pero encadenar una larga
cadena de sílabas juntas era un desafío a su actual nivel de claridad.

—Ya casi llegamos —prometió Saint, manteniendo a Mars con él, cuando el suelo
empezó a parecerle una posibilidad viable para el descanso.

Mars se preguntó cómo la bestia depredadora se había transformado en una madre


gallina bastante competente.

El suave sonido de la abertura de la puerta fue una bendición para sus oídos. Hizo
caso omiso del hecho de que había estado buscando otro lugar para descansar. Necesitaba
una superficie suave. Lo necesitaba ahora.

—Luces apagadas. —Saint ordenó antes que Mars pudiera pronunciar una palabra.

Él habría discutido con el Thresl tomando el control, pero no tenía la energía para
luchar. Permitió que Saint le quitara la camisa y los pantalones sin quejarse. Como una
muñeca, Mars dejo que Saint lo acostara hasta que fue escondido bajo las sábanas y su cabeza
se acurrucó contra su almohada favorita.

—Gracias.

Saint acarició el pelo de Mars en un toque reconfortante.

—No hay problema.

Mars casi se sacudió cuando Saint se deslizó a su lado, completamente desnudo. En


su niebla de dolor, se había olvidado de la decisión de Saint de reclamarlo como su
compañero.

Él murmuró un suave sonido de protesta, pero él no puso mucha fuerza en ello.


Después de todo, los argumentos buenos tomaban una energía y entusiasmo que él no tenía.

—Shh, puedes luchar conmigo más tarde.

—¿Me lo prometes? —Los párpados de Mars ya estaban bajando hasta tocar sus
mejillas. La promesa mágica de sueño susurró su dulce hechizo sobre él.

—Por supuesto. Descansa un poco ahora. Todavía estaré aquí mañana.

—Eso es lo que me da miedo. No tengo tiempo para una pareja. —Él no tenía el
tiempo, la energía o la valentía de ofrecer su corazón a alguien. Sólo había dado su corazón
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una vez, y cuando se había hecho añicos, las piezas nunca regresaron juntas correctamente.

—No es necesario que te preocupes por mí —Saint le susurró al oído—. Yo puedo


cuidar de la gestión del tiempo para los dos.

Mars no se molestó en corregir a Saint. Él aprendería muy pronto que Mars tenía
demasiadas cosas tomando mucho de su energía. Los pensamientos y las preocupaciones se
evaporaron cuando Mars dejó que el sueño lo tirara de sus problemas y a la reconfortante
oscuridad.

*****

Mars se enderezó, con el corazón acelerado. Le tomó varios minutos para tomar
aliento hasta que la pesadilla perdió su agarre horrible en su mente despierta. No podía
recordar los detalles, pero las emociones aún lo perseguían en la vigilia. Un par de minutos
más pasaron antes de que él se diera cuenta de que alguien estaba frotando su espalda. Volvió
la cabeza y se encontró con los ojos de oro de su invitado Thresl.

—Buenos días, Saint. —Las palabras eran suaves, pero las sacó. Las migrañas
siempre le dejaban con la garganta seca y los sentidos nublados, como una noche después de
una borrachera.
—¿Cómo puedes decir que es por la mañana? —La generosa boca de Saint se inclinó
hacia arriba en un lado.

—¿Qué quieres decir? —Tal vez era los efectos posteriores de la cabeza, pero Saint
no tenía sentido.

—Estás en el espacio. ¿Por qué importa si es de día o de noche? Es como cuando yo


estaba atrapado en el castillo. El tiempo no tiene sentido cuando se sabe que se puede vivir
para siempre.

La desesperación en la voz suave de Saint tenía a Mars simpatizando con él un poco


más. Tal vez Mars no era compañero de Saint, tal vez el hombre estaba solo. Una persona no
puede ser culpada por querer un poco de compañerismo después de años de aislamiento.

—¿Qué vas a hacer ahora que eres libre? —Mars sabía que si él hubiera escapado
recientemente de ser enterrado vivo, querría explorar la galaxia buscando durante un par de
siglos antes de elegir un nuevo hogar.

Antes de que Mars dejara Nillre, Vohne le había dicho algunos de los antecedentes de
Saint. Había ido al Rey por información cuando Hell le había mencionado que Saint lo estaba

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cazando. Vohne no le dio un montón de detalles acerca del poderoso Thresl excepto que él
era el tío de Vohne y había sido traicionado por el padre de él. Mars sospechaba que el viejo
Rey había sido un monumental imbécil, pero Vohne no dijo nada acerca de su padre, excepto
para declarar los hechos. El Rey era tontamente leal a su familia, incluso a los que no lo
merecían.

Poder salió de Saint y un débil zumbido de electricidad bailó a través de la piel del
Thresl seguido por cosquillas a través del cuerpo de Mars.

—¿Qué estás haciendo? —Mars frunció el ceño ante el crujido extraño de chasquido
sobre el pecho.

—¿Me preguntaste qué quería hacer? —Una expresión pícara en el rostro de Saint.

—¿Me quieres borrar como a un insecto?

Saint rió.

—No. Quiero compartir mi poder contigo.

—Gracias. —No tenía ningún interés en compartir el atemorizante poder del Thresl.
Tenía un sentimiento de que Saint podría compartir su poder con un centenar de hombres y
aún así tener más energía de la que un Thresl debería. Tal vez si él se deslizaba lentamente de
la cama y hacía una carrera, Saint renunciaría y se iría.
—No. —Saint puso una mano firme en el hombro de Mars.

—¿No qué? —Trató de parecer inocente. Por la expresión de Saint no funcionó tan
bien como de costumbre, lo que significaba nada en absoluto.

—No puedes escapar. Eres mío. Fuiste mío antes y estás destinado a ser mío de
nuevo.

—¿De qué estás hablando?

Tal vez la estancia en el castillo había dañado el cerebro de Saint. Los miembros de la
realeza habían admitido que cuestionaban la aptitud mental de Saint. Habría preguntado,
pero aparentemente ni Kres ni Vohne planeaban interferir con la búsqueda de Saint sobre
Mars... dijeron que era un asunto entre compañeros.

Al parecer, un compañero posiblemente insano no justificaba la intervención. Mars


estaba determinado a enviarles un mensaje de agradecimiento si salía de allí indemne.

—Vohne no es el primer y único Rey al que su compañero se reencarna. Yo era el


original verdadero Rey, pero mi hermano mató a mi compañero, me enterró y me sacó fuera
del circuito. El destino tenía que llenar el vacío que mi ausencia causó, por eso Vohne es el
Rey ahora. Si yo hubiera sido capaz de tomar mi verdadero lugar como Rey, Vohne nunca 10
habría llegado a ese poder.

Mars frunció el ceño. Esto podría ir mal muy rápido. Mars se había encariñado con
Vohne y su forma de gobernar. El rey Thresl tomaba la responsabilidad de su pueblo con el
corazón. Tanto como sabía Mars, nadie trabajaba más duro por el bien de su pueblo que
Vohne. Si Saint haría lo mismo, no tenía ni idea. Mars no tenía ninguna intención de ayudar a
Saint a hacerse cargo del mundo natal del Thresl, y odiaría tener que informar el plan de Saint
a los miembros de la realeza. Kres no podría tomar el pozo de noticias y Mars trataría de
mantenerse en el lado bueno de la pareja del Rey.

—¿Qué vas a hacer? Vohne no dijo nada acerca de la entrega de su reinado.

De hecho, Mars había llegado recientemente a un trato con la familia Real en el que
estuvieron de acuerdo en ayudar en las finanzas por la cruzada de Mars para cerrar las arenas
de combate Thresl.

—Él no sabe que yo iba a ser el gobernante anterior antes de que su padre robara mi
posición.

Saint movió hacia atrás su cabello. Cada hebra cayó en su lugar perfecto como si
incluso el pelo no se atreviera a resistir su voluntad.

—¿Vas a decirle? —Mars sintió que debía ser cauteloso en su camino alrededor de la
conversación. Él necesitaría advertir a Vohne si Saint planeaba un golpe de Estado. Saint
podía presumir de ser compañero de Mars, pero no lo hacía un buen tipo, o incluso cuerdo.

Saint se encogió de hombros.

—¿Por qué? Él hace un trabajo competente. No es su culpa que haya contrabando de


Thresls. He estado satisfecho con su gobierno hasta el momento.

—¿Vas a tomar el trono? —¿Qué haría si Saint dijera que sí? Mars había trabajado
largas horas y había gastado miles de dólares para apoyar a los Thresl y recuperarlos de
donde los tenían, recientemente, con la ayuda del rey Vohne. Si Saint arruinaba todo el
trabajo de Mars, le mataría... lentamente.

—No voy a arruinar nada. No es necesario que trames mi muerte.

Espera. No había dicho eso en voz alta.

—¡Deja de leer mi mente!

Saint sonrió.

—Pero es muy interesante allí. ¿Cómo si no iba yo a saber qué piensas que estoy
trastornado? 11
—Sólo tienes que adivinar lo que estoy pensando como todos los demás. Me gusta
estar solo en mi cabeza. —Los dioses sabían que era el único lugar donde tenía algo de paz.
Por no hablar de que la idea de alguien deslizándose dentro y fuera de su mente le ponía
nervioso.

—Es una lástima. Tengo la sensación de que si espero a que me digas lo que estás
pensando, estaría en mi tercera reencarnación antes de que te decidas a compartirlo.

—¿Alguna vez fuiste a través de una primera? —Si Saint había estado atrapado
durante todos estos años sin contacto, Mars se preguntó si alguna vez había tenido la
oportunidad de reencarnarse.

—No. Dado que nunca he muerto, me he mantenido en la misma.

—Entonces, ¿cómo sabes que eres el verdadero Rey? —Mars se echó hacia atrás. Él
no se había dado cuenta de lo cerca que se había deslizado a Saint.

—Al igual que Vohne, yo nací con el conocimiento colectivo de mi pueblo. Además,
cuando mi compañero murió, fue reencarnado. Tú te reencarnaste. —Saint ahuecó las
mejillas de Mars entre las palmas de sus manos—. Qué solo debiste haber estado todas esas
veces que volviste y no lograste encontrarme.
Mars se deslizó fuera de su alcance. Por suerte, tenía una cama grande y había todavía
unos cuantos centímetros de sobra.

—¿Cómo sabes que soy tu compañero? —¿Tal vez San había cometido un error?

Saint se encogió de hombros.

—Algunas de las cosas solo las sé. Un verdadero Rey puede encontrar a su
compañero a través de cualquier galaxia.

—¿Acaso Kres pasó por lo mismo? —Si Kres pasó por esta mierda posesiva entonces
la pareja del Rey era un cliente genial.

—Lo hizo, pero parece que maneja todo como viene. —La admiración en la voz de
Saint retorció algo en el pecho de Mars.

¿Seguramente él no podía estar celoso?

Mars se encogió de hombros.

—Supongo que es por eso que él es el compañero del Rey en mi lugar.

Saint gruñó. 12
—Por ahora. Puede que no sea actualmente el Rey en el poder, pero eso no quiere
decir que no sea un Rey. Dirigí un mundo antes que Vohne fuera empujado de entre las
piernas de su madre.

—Esa es una imagen que no necesitaba en mi cabeza.

—Hablando de cabezas. —Saint inclinó la barbilla de Mars y examinó sus ojos—. Te


ves mucho mejor.

—Me alegro de que pienses así. —Mars se tragó el repentino nudo de tensión en la
garganta.

Los ojos de oro de Saint brillaron con satisfacción.

—Estoy seguro de que hay un montón de otras cosas con las que yo podría ser feliz
—Saint ronroneó.

Mars ladeó la cabeza.

—No estoy seguro de si debo encontrarte sexy o rascarte detrás de los oídos.

Saint rió.
—Podrías hacer las dos cosas. Me gusta ser acariciado. Apuesto a que tienes
suficiente sangre Thresl para que te gusten demasiado una buenas caricias.

Mars contuvo el aliento cuando Saint ahuecó su entrepierna. Sólo una fina capa de
tela descansaba entre la mano de Saint y la erección que se endurecía rápidamente de Mars.
Definitivamente podría pensar en todo tipo de maneras en que Saint podría acariciarlo o
lamerlo.

—¿No eres tímido?

—Dime que pare y lo haré. No tengo ningún interés en los hombres no dispuestos...
compañero o no.

—¿Desaparecerás? —Mars ignoró la punzada de ansiedad que le dio el pensamiento.

—Nunca. Estoy aquí para quedarme. Puede que no quiera a nadie no dispuesto, pero
estoy más que feliz de gastar energía para que cambies de opinión.

Maldita sea. Él había sabido que no sería tan fácil, pero había tenido que darle una
oportunidad.

—¿Crees que somos almas predestinadas como Kres y Vohne?


13
—Sé que lo somos.

—Nunca he leído ninguna historia sobre ti. —Cuando Mars había comenzado a
estudiar a fondo la cultura Thresl para aprender acerca de los posibles jugadores, él no había
leído nada sobre que el Rey Gerin tuviera algún hermano.

Saint rió, un sonido con poca alegría.

—¿No has oído el dicho de que la historia está escrita por los ganadores? En este
caso, el ganador no se limitó a restar importancia a mi papel... no me escribió por completo.
Después de todo, si no me mencionaba, ¿cómo podría alguien saber cómo encontrarme?
Gerin borró toda mi existencia.

Mars ni siquiera podía concebir el dolor que debió sentir el nivel de traición que eso
causó.

—Eso es horrible.

—Sí, lo es. —Saint apretó su cuerpo contra el de Mars hasta que yacían
completamente horizontales.

Mars disfrutó del calor del cuerpo de Saint por un momento antes de hablar.
—Siento que fueras enterrado vivo. —Cuando todo estaba dicho y hecho, eso es
exactamente lo que le había sucedido a Saint. Su propia carne y sangre lo había enterrado en
el castillo—. ¿Por qué no te mató?

—Porque entonces volvería y tomaría el trono de vuelta. Él tuvo que inmovilizarme


así que no podía levantarme de nuevo. Si él sólo me hubiera matado habría tenido que pelear
conmigo otra vez. No estoy seguro de cómo sabía que matarte no me mataría. Creo que
esperaba llevarme a la locura.

Mars creyó que el Rey Gerin no se había equivocado. Trató de no dejar que esos
pensamientos permanecieran en su cabeza por mucho tiempo. No sabía si Saint leía su mente
constantemente o sólo se mojaba en ella recuperando un pensamiento ocasional.

—Si sabías que ibas a volver, ¿por qué no te mataste a ti mismo? —Sonaba horrible,
pero Mars tuvo una racha práctica. Si él estuviera en esa situación, se habría cortado sus
propias muñecas y luego le devolvería el favor al Rey cuando lo encontrara de nuevo.

Saint gruñó.

—Porque entonces él habría ganado. Me negué a quitarme la vida. No merecía mi

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sacrificio. Tenía fe de que finalmente sería libre con todos mis recuerdos intactos. Sin
embargo, pensé que Gerin todavía estaría alrededor para mi venganza.

—No sé si yo hubiera sido tan fuerte. —Algunos días Mars apenas tenía esperanza de
hacerlo a través de un ciclo completo. Ni siquiera podía imaginar siglos de soledad. Años de
silencio y sin contacto con nadie hubiera enloquecido a Mars.

—Sabía que iba a reunirme con mi amor. Me tomó un poco de esfuerzo para
encontrarte, pero eres exactamente como yo soñé.

—¿Soy yo la persona que era antes? Quiero decir, ¿me parezco a él? —Mars tuvo que
admitir que tenía algo de curiosidad acerca de su vida anterior. ¿Cuántas personas eran
capaces de volver y discutir de sus otros yo?

Saint inclinó la cabeza mientras examinaba cuidadosamente a Mars.

—Un poco. Eras parte Thresl entonces también. No eras tan grande físicamente, pero
hueles igual. Pasé años envuelto alrededor de tu almohada.

La imagen de Saint solo con el aroma de Mars para hacerle compañía rompió algo de
su resistencia. ¿Cómo iba a rechazar a un hombre determinado que era suyo? Si Saint hablaba
con la verdad, Mars había nacido de nuevo sólo para estar con Saint. Ese tipo de destino era
difícil de ignorar.

Mars cedió a la tentación. Enhebró sus dedos por el cabello de Saint y tiró del Thresl
más cerca.

—Vamos a ver si mi sabor es el mismo.

No tenía ninguna duda de que Saint permitiría que Mars tirara de él hacia abajo. Si el
potente Thresl no quisiera ser besado por Mars sabía que no podría suceder.

—He esperado siglos por ti —Saint susurró contra los labios de Mars—. Y lo haría
todo de nuevo.

Mars no tuvo la oportunidad de responder. Saint presionó su boca dura contra Mars y
todos los pensamientos se desvanecieron como la niebla en un día soleado.

—Mmm. —Las palabras no eran posibles durante el duelo de lenguas, dientes y


labios. Mars sabía en última instancia que él perdería la guerra, pero la batalla tendría el valor
de algunas contusiones.

Saint birló su lengua a través de Mars, dándole su sabor decadente.

Adictivo. Él se apretó con más fuerza. Saint se alejó dejando desprovisto a Mars.

—¿Qué? —Mars se quedó mirando a Saint, confundido. ¿No estaban los dos
dirigiéndose hacia el mismo objetivo? —. ¿A qué estás jugando? Pensé que lo querías. 15
Saint agarró las muñecas de Mars y las sujetó sobre su cabeza.

—Voy a estar a cargo.

Mars envolvió sus piernas alrededor de Saint y los hizo rodar.

—¿Qué te hace pensar eso?

Mordió el labio inferior de Saint luego tiró de él. El sabor picante de Saint explotó en
su boca, despertando una necesidad feroz de poseer. Este hombre, este Thresl, era suyo.
Nunca había sido un amante pasivo antes y no quería comenzar con Saint.

Un gruñido retumbó en la garganta de Mars. Sorprendido por el sonido animal, él se


echó hacia atrás.

—Oye, tranquilo. —Saint rodó sobre ellos poniendo a Mars en la parte inferior de
nuevo.

—¿Qué pasa? —Su piel le dolía como si su cuerpo fuera demasiado grande para
contenerlo. Él necesitaba correr, morder, hacer algo con todo el picor de energía en su piel.

—Tu sangre Thresl está llamándome. —Saint sonrió como si Mars le acabara de dar
el mejor regalo del mundo.
—Duele. —Incluso sus huesos le dolían como si él se los hubiera dañado de alguna
manera.

—Ríndete. —Saint susurró contra la boca de Mars.

—¿A qué?

—A tu gato interior.

—Yo no tengo un gato de interior. Soy sólo un cuarto Thresl. Mi abuelo era Thresl,
mi madre no podía convertirse y apenas siento mi animal en absoluto. —La idea de que Mars
tuviera un gato oculto lo habría hecho reír si no le aterrorizara tanto.

—Tú puedes, sin embargo. —Saint argumentó—. Tienes más Thresl en ti que la
última vez y una voluntad más fuerte. No dudo que tu gato está sólo esperando el momento
adecuado para salir.

Mars se movió debajo de Saint, no tratando de escapar, pero incapaz de luchar contra
la necesidad de moverse. Sonidos salieron de él, ruidos que no reconocía. Como un animal
herido, tratando de golpear y liberarse.

—Shh, va a estar bien. Sólo entrégate.


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—No. —Mars se quedó sin aliento. El sudor estaba en gotas sobre su piel. El calor
subió a través de su cuerpo hasta que comenzó a temblar por la quemazón, la explosión casi
febril—. Déjame ir.

Tenía que correr. Él cerró los dedos sobre las palmas. Agujas afiladas diminutas
pincharon su mano. Sorprendido, miró hacia arriba y gritó:

—¿Qué me está pasando?

—Hey, shh, vas a estar bien.

—¡Tengo garras! —Nada podría ser más cierto—. ¿Por qué tengo garras?

El pánico sacudió su conducta tranquila habitual. No entendía más a su cuerpo.

Era como si un parásito que no sabía que tenía estuviera tratando de abrirse camino
hacia fuera.

—Porque tu gato quiere venir a verme. —La explicación de Saint, entregada en un


tranquilo tono improvisado, casi sacó a Mars fuera de su histeria creciente.

—¡Bueno, no puede!

—¿Por qué no? —preguntó Saint en el mismo tono irritantemente razonable.


—¡Porque no tengo un gato interior! —¿Por qué la lógica no jugaba un papel en esta
conversación? Mars comenzó a hiperventilar. Su tripulación se reiría si vieran a su líder al
mando actuando así, pero no podía parar.

Saint besó la comisura de la boca de Mars.

—Vas a estar bien. Tengo suficiente gato para los dos. Te llevaré a través de esto.
Respira lenta y profundamente. Nos ocuparemos de tu bestia juntos.

—Está bien. De acuerdo. —Mars siguió el ejemplo de Saint y tomó unas largas
aspiraciones de aire. El extraño hormigueo en los dedos se desvaneció y sus dedos perdieron
su extraña sensación. Mars suspiró, contento de que sus manos hubieran vuelto a la
normalidad. El cálido aliento de Saint contra su cuello lo distrajo de nuevo.

—Eres bueno en eso.

—¿Qué?

—Distrayéndome

—Bien. No tienes que pensar en nada más que en mí.

—Es un poco difícil cuando me estás aplastando. 17


El beso de Saint chupó el aire que quedaba fuera de los pulmones de Mars. Podría
haber estado tomándole el pelo sobre el aplastamiento, pero no pudo resistirse a la boca del
hermoso hombre. Saint se fundió e hizo su desvanecimiento habitual de determinación de
distancia. Ceder al Thresl seguro de sí mismo podría ser el mayor error que Mars jamás había
hecho, pero no tenía la fuerza para resistirse. Tocar a Saint calmaba el espíritu inquieto de
Mars, como si su alma hubiera estado esperando todo este tiempo por Saint. Joder, tal vez
Saint tenía razón y ellos eran almas gemelas.

Gimiendo su rendición, Mars se relajó debajo de Saint. En respuesta a la sumisión de


Mars, el agarre de Saint se apretó, como si estuviera preocupado de que Mars pudiera
cambiar de opinión y huir en cualquier momento.

—Mío.

La palabra se deslizó a través de la mente de Mars. Le tomó un momento darse cuenta


de que era la voz de Saint, ya que coincidía exactamente con el pensamiento de Mars.

Mars se echó hacia atrás.

—¿Cómo puedes hablar conmigo telepáticamente? Pensaba que los Thresls sólo
podían en condición de unión. Espera... Hiciste eso antes cuando atacaste a Daniel. ¿Qué
pasó con Daniel? —Con la migraña confundiendo su cerebro, Mars no recordaba mucho de
lo había pasado a su tripulante.

—Está bien. Lo dejé ir. Él no tratará de llegar a ti nunca más.

Mars abrió la boca para seguir con su interrogatorio. Saint debió haber tenido otra
idea, porque no le dio tiempo para hablar. En cambio, él deslizó la lengua dentro de su boca
birlando a lo largo de sus papilas gustativas. Gimiendo, Mars apretó los hombros de Saint.
Con un fuerte tirón, él le giró hacia atrás, hasta que cubrió a Saint de nuevo.

—Prefiero que respondas mi pregunta.

—¿Sabes que tus ojos estallan de un bonito oro cuando estás frustrado? ¿Haces eso
cuando estas apasionado también?

Mars gruñó.

—¿Puedes concentrarte?

—Oh, estoy muy concentrado — protestó Saint—. Tienes toda mi atención. Sí, la
mayoría la gente sólo puede hablar telepáticamente si están unidos. Yo, sin embargo, tengo
poderes más fuertes que los de más y puedo hacer muchas más cosas. La mayoría de los
Thresl no tienen siglos para hacer nada más que concentrarse en sus habilidades. No te
preocupes por lo que yo puedo hacer que otros no pueden. Preocúpate por lo que voy a hacer
18
contigo.

Mars frunció el ceño.

—¿Vas a hacer algo raro?

¿En qué se había metido? Debería haber corrido más fuerte cuando vio al magnífico
hombre en su cama. Un día iba a dejar que su curiosidad sacara lo mejor de él. Inmerso para
besar la boca tentadora de Saint, él sabía que su tendencia a caer en la tentación no terminaría
hoy.

—¿Dónde está tu lubricante? —Saint preguntó contra los labios de Mars.

—Cajón. ¿No es donde todo el mundo lo oculta?

Saint mordisqueó el cuello de Mars.

—No quiero asumir que eres como todos los demás.

—Bien. —Mars sonrió—. Entonces debes saber que voy a estar arriba.

Un bajo, ronroneo salió de Saint, tomando por sorpresa a Mars.

—Excelente.
—¿En serio? —Mars enarcó las cejas. Él habría puesto su dinero a que Saint insistiría
en estar arriba.

—Puede ser que sea un bastardo mandón, pero no siempre tengo que estar en control.
Disfruto de recibir si tengo el socio adecuado .

La idea de Saint alguna vez tomando a otro amante tenía a Mars apretando los puños.
No se dio cuenta de su propia angustia hasta que los trozos de uña emergieron de sus dedos de
nuevo.

Ouch.

—¡Ahh! Tengo que dejar de hacer eso. —Se negó a convertirse en un hombre gato
monstruoso—. Nunca he oído de nadie que sólo se medio transforme, ¿tu lo has hecho,
verdad?

Necesitaba tranquilidad. Si lo esperaba de Saint, sólo resultaría que había perdido


completamente la puta cabeza.

—Eres único en tu clase. Tal vez porque he crecido tan fuerte, mis poderes se han
extendido a ti. No sabremos el efecto que podría tener en tu sangre Thresl hasta que hayamos
estado más tiempo juntos. Hasta entonces, tendremos que disfrutar de la maravilla de tus 19
habilidades a medida que surgen.

Aunque sabía que Saint lo decía como algo que esperaba con impaciencia, no pudo
tranquilizar a Mars. No quería ninguna más de las “maravillosas habilidades”.

Saint golpeó una botella contra la palma de Mars. Se quedó mirando el recipiente
durante un buen rato antes de girar la tapa. Su mente giraba con todas las implicaciones que
involucraría el acoplarse con Saint. Aun así, no podía negar al hombre que tenía delante.
Cualquiera que esté dispuesto a esperar siglos para después perseguirlo por toda la galaxia se
merecía una oportunidad.

—¿Quieres que te prepare? —Su mente no podía formar la suficiente función para
realizar decisiones independientes. La idea de que Saint no sólo que estuviera abajo, sino que
dejara que Mars se hiciera cargo tenía reventado su cerebro.

Saint rió.

—No solías ser tan lanzado, compañero.

—Tal vez no soy el hombre que crees que soy. —Mars empujó el lubricante de vuelta
a Saint y se deslizó fuera de la cama. Él sólo dio dos pasos antes de que Saint lo agarrara por
detrás y lo lanzara hacia abajo.
—Eres el hombre más quisquilloso que he conocido. —Saint refunfuñó—. Eso es
todo. Voy de la parte inferior a la parte superior.

La boca de Mars se quedó boquiabierta cuando el gran Thresl instaló una pierna a
cada lado de Mars y lo atrapó.

—Alguna queja o ¿puedo hacer contigo lo que quiero?

Mars se aclaró la garganta tratando de reunir suficiente humedad para hablar.

—Siéntete libre.

—Excelente. —El ronroneo animal de Saint combinado con la necesidad en los ojos
del Thresl casi tenía a Mars acabando antes de que incluso entrara en Saint.

—No tengas la idea equivocada. No haré esto en mi forma de gato.

—Eww —Mars se resistió a tirar a Saint—. Nunca quiero que hagas eso.

Saint se encogió de hombros.

—Sólo quería asegurarme. Parece que te gusta cuando ronroneo.

—¿Pensé que íbamos a ser almas gemelas? —Seguramente dependían de que ellos 20
fueran sexualmente compatibles. Pero hasta ahora no se había demostrado que fueran
compatibles de otra manera. Mars fácilmente podría imaginar pasar su vida luchando con el
cambiaformas mandón.

—Eso no significa que tú no puedas tener un lado extraño.

Mars se rió. No podía evitarlo. Justo cuando pensaba que tenía a Saint resuelto, él
cambió. Si fueran verdaderamente compañeros, al menos, su vida nunca sería aburrida.
Quedaba por ver si eso era bueno o no.

Saint peinó hacia arriba la polla de Mars luego acarició su culo en una pantalla
atractiva que casi hizo que terminara todo antes de empezar. Su respiración se entrecortó
cuando Saint se preparo a sí mismo para la entrada de Mars.

El atractivo por la vista de los dedos de Saint desapareciendo en su cuerpo tenía a


Mars mordiéndose el labio.

—Eso es tan caliente —susurró. Incapaz de resistirse, trazó el camino de Saint con
sus propios dedos, disfrutando del contacto con la otra persona. Rascó la uña ligeramente con
lubricante revistiendo la entrada de Saint, complacido cuando Saint se estremeció ante su
contacto.
Ser capitán de su propio barco hacia que tuviera ciertas responsabilidades, y una de
ellas era que Mars nunca tenía relaciones sexuales con personas que no conocían la
puntuación. La declaración de Saint de ser compañeros sin resistirse, más si no querían
mantenerlo bien. Mars había dejado a Zander por su propio bien, le había dolido, no obstante.

—Ha pasado un tiempo. —No sabía por qué sentía la necesidad de compartir esa
información, pero hizo que Saint sonriera... un parpadeo feral de los dientes en lugar de un
signo de alegría.

—Si tuviéramos que comparar, apuesto a que yo ganaría en la sequía.

—Apuesto a que sí. —Saint había estado enterrado durante décadas. Demonios,
incluso una jodida por piedad en este punto sería probablemente aceptable. Mars podría no
estar seguro de sus sentimientos hacia Saint pero la lástima no era uno de ellos.

La capacidad de Mars de pensar se desvaneció cuando Saint alineo la polla de Mars


con su agujero y se hundió hasta la empuñadura hasta que sus nalgas se reunieron en la ingle
de Mars. Calor envolvió la erección de Mars. Se mordió el labio y retuvo un grito, pues no
quería dejar sordo a su pareja.

—Oh, joder —susurró Mars. Saint era apretado, caliente y perfecto—. Pensé que lo
tomarías más lento. 21
Si hubiera habido cientos de años desde su última follada Mars se habría movido más
lento que la melaza fría.

—Sí, fóllame. He esperado el tiempo suficiente. —Saint se levantó un poco y luego


bajó de nuevo en la polla de Mars. Después de unas pocos subidas y bajadas cautelosas, Saint
estableció un ritmo de cruce de ojos.

Mars agarró las sábanas hasta que sus nudillos palidecieron. Trató de quedarse quieto
y dejar que Saint estableciera el ritmo. No le haría daño a Saint por nada en el mundo. Sus
caderas tenían otras ideas. Involuntariamente se sacudió y empujó más adentro de Saint.

—Lo siento. —Mars apretó los dientes, luchando por mantener los ruidos de dolor a
punto de estallar.

Nunca había sido un amante ruidoso. Él no empezaría a balbucear con el único


hombre que podía significa todo para él.

—Yo no lo hago. Hazlo otra vez —Saint instó.

Mars lanzó las sábanas y envolvió sus manos alrededor de las caderas de Saint en su
lugar.
—¿Puedo hacerme cargo?

—Por favor.

Mars rodó, poniendo a Saint en su espalda para poder observar las expresiones del
Thresl. Si Mars causaba alguna molestia, deseaba verlo en la cara de Saint. Dudaba que Saint
estuviera dispuesto a dar información. Mars sabía que tendría que ser el que dibujara los
límites. Saint había esperado demasiado tiempo para encontrar otra vez a Mars.

Mars no tenía ninguna duda de que Saint le dejaría hacer lo que quisiera y que se
condenaran las consecuencias.

—Eres hermoso. —Mars puntuó cada palabra con un chasquido de sus caderas hasta
que finalmente abandonó las palabras y se concentró en la comunicación con su cuerpo. Las
palabras nunca habían sido su punto fuerte de todos modos. Se expresaba mejor con la
acción.

—Yo soy tuyo, como tú eres mío. —Las palabras de Saint sonaban incómodamente
como un voto.

Mars se distrajo. Él estaba en ninguna parte cerca de estar listo para sentar cabeza con
un total extraño, aunque Saint afirmara que eran compañeros. En su lugar, deslizó su mano 22
hacia abajo y ahuecó las bolas de Saint, moviéndolas suavemente en sus manos.

Saint susurró, y tiró su cabeza hacia atrás, dejando al descubierto su cuello.

La boca de Mars babeó y sus incisivos se alargaron. Incapaz de luchar contra sus
instintos, mordió profundamente en el cuello de Saint, golpeando una vena. La sangre
brotaba en su boca como un géiser, rica en hierro.

El instinto animal se hizo cargo. Tragó rápidamente, dispuesto a no dejar escapar una
gota mientras inmovilizó a su presa en su posición con la necesidad de mantener a Saint sin
lucha y desgarrar su garganta.

Saint hundió las manos en el pelo de Mars, pero en vez de apartarlo, lo tiró más cerca.

—Eso es todo, compañero. Reclámame como tuyo. Siempre he sido tuyo.

El ronroneo de Saint vibraba en los labios de Mars. La parte humana veía con horror
como él lamía la sangrienta herida. La porción animal más pequeña que siempre había
mantenido bajo estricto control se rompió libre e insistió en reclamar a su compañero. Por
una vez el gato superó a la mayoría humana.

Después de que Mars lamiera la marca de Saint limpiándola, la parte salvaje de él


soltó un satisfecho gruñido.
Saint se arqueó debajo de Mars y se corrió con un grito. El líquido caliente salpicó
entre ellos.

El olor desencadenó el orgasmo de Mars. Gimiendo, él se derramó dentro de su


compañero.

Pareja.

La palabra brillaba en su cabeza como un letrero de neón. Esta vez se trataba de Mars
y sacó el miedo de mierda de él.

Mars tiró de Saint, mientras el horror le agarraba con un puño apretado. ¿Qué había
hecho? Se alejó de Saint y se deslizó fuera del colchón. Se secó el pecho, limpiándolo con su
camisa, arrugándola con un trabajo de limpieza desordenada y luego la tiró en el suelo para
agarrar sus pantalones. Sin importarle su dignidad, Mars saltó de un pie a otro para deslizarse
sobre sus pantalones antes de huir de la suite sin zapatos ni camisa. Él no podía hacer frente a
esto ahora. Necesitaba respirar.

¡Qué jodidos!

Saint llamó a Mars, pero Mars no le hizo caso y siguió moviéndose. No podía
sacudirse a Saint para siempre, pero necesitaba un momento. Se había unido a sí mismo a un 23
hombre al que apenas conocía y no estaba seguro de que incluso le gustara. Unido, para
siempre, a un gobernante potencialmente hambriento de poder con un agarre cuestionable en
la cordura, no había sido su mejor movimiento.

Las náuseas se arremolinaban en el estómago de Mars. Sólo con fuerza de voluntad


que sus entrañas seguían dentro y no decorando las paredes. Esto estaba empezando a ser un
tema con él. No era una buena idea, pero un tema sin embargo.

Mars se movió rápidamente lejos de su suite, sus pies lo llevaban sin correr. Si la
tripulación lo veía corriendo por los pasillos, podría causar pánico. Él no quería tener que
explicarles cómo su capitán había reclamado a su compañero y corría como un cobarde. La
oleada de histeria no pintaba un cuadro halagador. Para un hombre conocido por su cálculo
frío y tácticas despiadadas, seguro que no estaba mostrando a Saint ese lado de él.

Desde que el gran Thresl había entrado en el mundo de Mars, su universo se había
escindido descentrado.

Necesitaba encontrar su centro de nuevo. Dudaba que tuviera mucho tiempo para
ordenar sus pensamientos.

Sabía sin duda que su tiempo a solas era limitado. Saint no dejaría que Mars vagara
lejos por mucho tiempo.
Compañero.

La palabra envió zarcillos de terror a través del cuerpo de Mars. ¿Cómo iba a
mantener una pareja feliz mientras que él tenía la compulsión de funcionar como si una
manada de zombies Frens fueran después de él? Ese definitivamente era un planeta al que
nunca habría de volver.

—¡Capitán!

Mars se dio la vuelta con alivio. Ahora hablaría con alguien que no tenía planes sobre
discutir el bienestar de ser compañeros.

Estuvo a punto de cambiar de idea cuando vio que el que hablaba era Red Claw, uno
de los Thresls que utilizaban como cebo para la batalla en la lucha contra los hoyos. No
quería hablar directamente con un Thresl ahora. Después de enfocar toda su vida en el rescate
de ellos, sólo quería conseguir estar lejos de toda la especies por un tiempo... una esperanza
inútil dado que era bastante seguro que su propio Thresl latente tenia tendencia a despertar.
Conteniendo sus deseos personales, se centró en su compañero de tripulación.

—Hey, Red Claw, ¿qué puedo hacer por ti? —Podía ser que no deseara hablar con

24
Red Claw, pero él no estaría haciendo su trabajo como capitán si no comprobara para ver si
había algo que el Thresl pudiera necesitar. Sólo tenía un puñado de Thresls que podían volcar
en la lucha contra los rings antes de que los organizadores se convirtieran en sospechosos.

Los ojos dorados de Red Claw brillaron y su sonrisa hizo que un escalofrío de
aprensión pasara por la columna vertebral de Mars.

—¡Encontraste a tu pareja! —El grito de Red Claw hizo eco por el pasillo.

Mars hizo una mueca.

—Sí, gracias por el aviso.

Red Claw ladeó la cabeza.

—¿No estás feliz por eso?

—Es inesperado, vamos a decir. —Pánico-inducido, vida-que-cambia... muchas


frases podrían aplicarse y ninguna de ellas lo hacía sentirse mejor. Respira. Sí, tenía que
acordarse de respirar.

—Vas a estar bien. El destino no os hubiera unido si no fuerais perfectos el uno para
el otro.

Mars sacudió la cabeza a Red Claw. La historia había demostrado varios casos de
Thresl encontrando la pareja equivocada y las horribles consecuencias.
—Eso es un cuento de hadas feliz que le decimos a los niños. Ha habido más de unos
pocos ejemplos de pobres apareamientos para contrarrestar esa historia.

—No cuando somos almas gemelas. —Red Claw sonrió como si él estuviera
satisfecho con su cursi conclusión. Por supuesto, Red Claw y su compañero eran el uno para
el otro. Billy pensaba que Red Claw no sólo giraba los planetas, hacia que las estrellas
brillaran en su tiempo libre.

—¿Qué te hace pensar que mi compañero y yo somos almas gemelas? —¿Lo tenía
escrito en su frente o algo? Debía ser, pues ¿de qué otra forma Red Claw sabría que se había
acoplado?

La cantidad de tiempo que Red Claw se tardó para contestar tenía a Mars arrastrando
los pies. Le picaba mantenerse en movimiento. Tenía que evitar a Saint un poco más, por lo
menos hasta que él recuperara su compostura. ¿Seguramente que no tomaría más de un siglo
o dos?

—Tus ojos brillan más oro ahora. También están mostrando más signos Thresl. Si no
estuvieras apareado correctamente, no estarías exhibiendo los signos. —Red Claw asintió
hacia las manos de Mars como si fueran el inicio del partido de todo.

Mars levantó los dedos y se echó hacia atrás en estado de shock. Las garras habían 25
regresado.

¡Mierda!

—¿Eso es una señal de que somos compañeros adecuados? ¡Pensé que había algo
malo en mí!

Joder, tal vez Saint tenía razón. Contactar con el Thresl poderoso traía fuera al gato
interior de Mars.

—Te lo dije, amor mío —ronroneó Saint.

Mars se dio la vuelta. Había estado tan absorto en la conversación con Red Claw que
no había notado para nada la aproximación de Saint.

Saint puso sus grandes manos sobre los hombros de Mars, en silencio, pero no de
manera sutil colocando su reclamo ante el otro Thresl. Podría ser peor. Al menos Saint no
estaba orinando en la pierna de Mars marcándolo con su olor.

Red Claw levantó las manos en actitud de súplica.

—Ya tengo un compañero. No estoy aquí para robártelo.

Mars sacudió la cabeza a Saint antes de volver su atención a Red Claw.


—¿De qué querías hablar conmigo?

—¿Qué? —Red Claw inclinó la cabeza como si Mars le había presentado un


rompecabezas.

—Me detuviste por alguna razón anterior a la de escucharte como una perra.

Red Claw se detuvo como si él no estuviera seguro de si quería continuar después de


ver el humor de Mars.

—He oído rumores de que hay un nuevo pozo de lucha. Creo que deberíamos ir a ver
fuera. Billy y yo podríamos ir de incógnito. —Red Claw y su compañero habían hecho esa
misma cosa planeta por planeta, y habían rescatado con éxito a cientos de Thresl del
cautiverio desagradable y la posible muerte.

Los amos del hoyo compraban Thresl que no habían encontrado en coincidencia, o
que eran negados por las personas seleccionadas para ellos. Estos indefensos Thresl fueron
enviados a los boxes, donde fueron forzados a pelear, y con frecuencia matado unos a otros
para sobrevivir.

Mars se rascó la mejilla cuando lo pensó.

—No, mejor no. Me preocupa que vosotros dos hayáis llegado a ser demasiado
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conocidos. Puede que tengamos que sacarte por completo de la operación de lucha pronto.
Espero que podamos encontrar la fuente de los combatientes antes de esa fecha.

Rescatar Thresls de los pozos era el foco principal de Mars. Pero cerrarlas del todo era
su meta en la vida. Vohne estaba ayudando al negarse a permitir que viajaran fuera del
planeta por el momento.

Por desgracia, la escasez de Thresl sólo hacia a los hoyos más rentables. Tomaría
tiempo para erradicarlos por completo.

—Quiero saber si podemos hacer algo más para ayudar. —Red Claw y su compañero
se dedicaban a ayudar a la causa Thresl. Red Claw había perdido a un hermano en los boxes.

—Lo haré. Gracias por la información.

Pronto serían capaces de identificar al cerebro detrás de los secuestros Thresl, Mars
podría sentirlo en sus huesos. Alguien tenía las cuerdas de todo y eran inteligentes, lo
suficiente para establecer un sistema complicado de colocar varios niveles entre ellos y sus
compradores.

Sin embargo, la cadena de suministro estaba empezando a desmoronarse y las


ocasiones de exponer la parte fea más y vulnerable de la operación aumentaba con cada capa
que raspaban.

—¿Por qué no me dejas ser el que vaya dentro? —Saint apretó los brazos de Mars
luego frotó la mejilla en la parte posterior de la cabeza de Mars, marcándolo con su olor—.
Sólo he estado en unas cuantas batallas, y puedes decir a la gente que me encontraste en uno
de los pozos y decidiste mantenerme como un luchador. Van a estar babeando para apostar
por mí.

—Eso podría funcionar, Capitán —dijo Red Claw—. Tu reputación como un


contrabandista Thresl ayudará a hacer creíble tu historia.

—Es cierto. —Mars había trabajado duro para construir su personaje. Él necesitaba
una razón para visitar los pozos de lucha sin despertar sospechas entre la escoria de la
sociedad que les hacía funcionar—. ¿Dónde está el nuevo hoyo?

—Esta es la parte en que pensé que estarías interesado. Es sobre la base de la luna
Nillre. Los militares supuestamente lo autorizan.

—Esos hijos de puta —gruñó Saint—. Sabía cuando Vohne me habló de las unidades
militares humano-Thresl que eran malas noticias. Los seres humanos han sido siempre

27
codiciosos.

—En el pasado, los militares denunciaron públicamente las arenas de combate. ¿Me
pregunto qué pasó? —El abrupto cambio en la política preocupaba a Mars—. Podría ser una
trampa para atraer a los contrabandistas a la luna para robar Thresl dado que Vohne cortó
otras formas de adquirirlos.

Los seres humanos habían sido inflexibles sobre el reclutamiento de más Thresl para
su programa.

Mars dudaba que hubieran tirado lejos ese plan cuando sus altos mandos fueron
tontamente tratando de ganarle la batalla al Rey.

—O una manera de avergonzar al Rey humillando a su pueblo —declaró Saint—.


Pero si creen que Vohne permitirá que se salgan con eso por mucho tiempo, están tristemente
equivocados.

Mars se pasó los dedos por el pelo, tirando de él con frustración.

—Estoy más preocupado sobre Vohne montando un ataque para salvarlos. Él no es


del tipo de sentarse de brazos cruzados mientras lastiman a su pueblo. Si se trata de una
trampa para atraer al Rey a la base lunar, no queremos que caiga en ella.

Vohne representaba la esperanza para los Thresl. Si llegara a ser capturado, no habría
seres humanos a salvo de la venganza Thresl.
—Voy a llamar a Vohne y advertirle —Saint gruñó—. Es el del tipo impetuoso.

Mars se rió.

—No es así como yo lo clasificaría.

Saint se volvió a Mars para enfrentársele.

—Él se parece mucho a ti. Estúpidamente valiente y dispuesto a sacrificarse por su


pueblo. Por suerte, él tiene a Kres para ver su espalda, y tú me tienes a mí.

—¿Eres tu mi Kres? —Mars sonrió ante la idea.

—Si sustituyes garras por cuchillos y agrega tres veces la actitud, claro, yo soy tu
Kres.

Ahogó la risa que tenía Mars al mirar por encima del hombro a Red Claw. Los ojos de
Thresl bailaban con diversión.

—¿Qué tal si vas con Billy y os ponéis en contacto con todo el mundo en que podáis
pensar? Recopilad tanta información como se pueda. Tenemos que saber si estamos
caminando hacia una trampa y ver si es así.

Saint resopló.
28
—No hay ninguno que me detenga.

—La confianza es sexy. El exceso de confianza conseguirá matarte. —Mars frunció


el ceño a Saint y trató de no perderse en sus brillantes ojos dorados. A pesar de sus dudas
sobre su vínculo de compañeros, Mars no quería ver a Saint lastimado.

Saint deslizó sus manos hasta el pecho de Mars.

—¿Lloraras por mí, mi pareja?

Mars suspiró y miró al techo.

—¿Nunca lo dejarás?

—¿Por qué habría de hacerlo? —Saint sonaba sinceramente perplejo. Mars


estúpidamente bajó la cabeza para coger el brillo de determinación en los ojos de Saint.

—Soy como un diminuto ratón con su gato gigante, ¿no?

—Hmm, ¿tal vez porque los dos son jugosos y tierno? —Saint ronroneó.

—Yo... sólo... um, voy.


Mars apenas prestó atención a una rápida salida de Red Claw.

Saint no reconoció a Red Claw dejándolos en absoluto. El antiguo Thresl se mantuvo


centrado por completo en Mars.

—Vuelve a la cama —Saint frunció el ceño a Mars como si hubiera cometido un gran
crimen por dejarlo en primer lugar.

—No estoy cansado. En caso de habértelo perdido, me acabo de levantar —

—Sólo tomaste una pequeña siesta para deshacerse de tu dolor de cabeza. No te


preocupes. Estoy seguro de que puedo ayudarte a conciliar el sueño. Me aseguraré de que
estés cansado.

—¿Eso crees? —Mars se tragó el nudo de aprensión en su garganta. La energía sexual


se vertía de Saint como una marea de rodadura de lujuria. Se apoderó de Mars en un puño
apretado como si Saint lo tocara físicamente. Sabía que era el vínculo de pareja. Ni siquiera
podía culpar a Saint dado que Mars había creado la conexión.

Antes de que pudiera decir nada más, Saint agarró la muñeca de Mars y lo arrastró
hacia atrás al final del pasillo.

—Venga, tengo planes.


29
—¿Planes? —Mars casi no quería saber. Eso podría significar casi cualquier cosa,
especialmente con este Thresl en particular.

—Sí, voy a darte todo lo que necesitas antes de que te des cuenta que lo necesitas.
Nunca te arrepentirás de ser mi compañero.

Mars no tuvo oportunidad de responder dado que habían llegado a su habitación.


Saint no lo dejó ir de su control hasta que empujó a Mars hacia la cama. El talón de Mars se
atrapo en la estructura de la cama y cayó fuerte. Afortunadamente la cama le tomó la caída.

La sonrisa de Saint tenía más dientes de lo que un Thresl en forma humana debía
tener. Su medio gato estaba tan cerca de la superficie como Mars jamás había visto antes.
Mars se mordió el labio cuando Saint se arrastró sobre el colchón antes de establecerse entre
sus piernas.

Energía se vertía desde el cuerpo de Saint y hacia el otro lado a la piel de Mars como
una ola de calor. En lugar de apartarlo, Mars agarró las caderas de Saint, acercándolo más.

—Debería estar objetando porque un hombre extraño decidiera que le pertenezco.

Saint lamió una línea por el cuello de Mars. El calor se volvió a calentar cauterizado
por su cuerpo como un alto contacto. A pesar de morderse el labio, no podía contener el
gemido empujando por salir.

—Eso es, bebe. Yo puedo hacerte sentir increíble.

Saint desabrochó hábilmente la cremallera de Mars. Se deslizó hasta el borde de la


cama, y luego le quitó los pantalones a Mars y la ropa interior en una sacudida rápida.

—Hey, ¿no tengo por lo menos las bebidas en primer lugar? —Mars bromeó. No
podía creer lo mucho que sus manos temblaban y el estómago se revolvía como se hubiera
saltado al espacio.

—Consigues incluso algo mejor, me consigues a mí. Puedes tener cualquier otra cosa
una vez que estemos unidos. Necesito sentir esa conexión de nuevo. Te he echado de menos
mi compañero. —El tono de Saint no dejaba ningún espacio para la discusión, sin embargo,
todavía hizo una pausa antes de unirse a Mars en la cama como si no supiera de su
bienvenida.

Mars esperó. Cuando Saint no hizo ningún movimiento para unirse a él, él lo pinchó.

—Joder, ¿y a continuación charla?

—Déjame tenerte y puedes preguntarme lo que quieras —Saint prometió.


30
Mars dejó que su mirada derivara a través de la buena definición muscular de Saint y
los hombros anchos. Los Thresls se obsesionaban con el objeto de sus afectos. Si le decía a
Saint no, eso no detendría al Thresl de acecharlo, sólo retrasaría lo inevitable. Si tuvieran
relaciones sexuales ahora, Saint lo sabría o bien se daría cuenta de que Mars no era realmente
su pareja, o confirmaría que eran compañeros y liquidar y expedir entre ellos para siempre.

—Trato —Mars estuvo de acuerdo.

Saint examinó a Mars con una intensidad tan acalorada que debería haber quemado
un agujero en el cuerpo de Mars.

—¿Te gusta lo que ves?

Mars pasó una mano por el vientre plano de Saint. Los músculos de Saint se
destacaban en relieve marcado cuando Mars rastreó en broma las crestas de su abdomen con
los dedos.

—¿Es que no me gusta la perfección?

Saint sonrió.

—Buena respuesta.
—Ya me lo imaginaba.

Saint besó a Mars, disolviendo todos los pensamientos en su cabeza. Sabía que debía
resistir o intentar hablar de Saint fuera de la unión, pero su fuerte voluntad por costumbre se
había ido de vacaciones. En su lugar, se entregó al toque magistral de Saint con sólo un suave
gemido.

Piel rozó piel. El aire se convirtió en un lugar lleno de suspiros, jadeos y gemidos.

Realmente debería haber dado batalla. Los hombres sólo disfrutaban por lo que tenían
que trabajar.

—No, tú no deberías hacerlo. —Saint argumentó—. Eso sólo me hubiera molestado.


Odio tener que cazarte de forma innecesaria. No podría llegar muy lejos en una nave espacial
de todos modos antes de que te vea. No hay un montón de lugares para esconderse. Es mejor
darte ahora, a continuación, que tratar de escapar.

Mars se quedó helado.

—Deja de leer mi mente.

—No —Saint frotó sus narices juntas cariñosamente—. Me gusta saber lo que piensas
y aprender acerca de tus necesidades. —Él puntuó cada frase con un beso hasta que Mars
31
podría no ya recoger suficientes palabras para formar una refutación. Suspiró y cedió, no
había punto en la lucha, él sabía lo que ambos necesitaban.

Mars envolvió sus manos sobre los hombros de Saint, necesitaba algo para centrarse
cuando el mundo le daba vueltas. Todo su universo se convirtió en un puntito estrecho de
boca, lengua y duros toques.

Saint agarró el lubricante de donde lo habían dejado sobre la cama.

Mars observó a Saint con más que un poco de aprensión.

—Ha pasado un tiempo desde que estuve abajo.

Zander había sido el último hombre con el que había confiado lo suficiente como para
darse a sí mismo.

—Bueno. A partir de ahora tendrás sólo a mi aceptándome en tu cuerpo. Tenemos que


unirnos correctamente si vamos a ir entre nuestros enemigos.

—Menos hablar, más joder —Mars ordenó. Ya era hora de que él tomara un papel
menos plácido en sus relaciones sexuales. Si fueran realmente compañeros, ellos tendrían
que ser iguales.
Saint realmente no respetaría a un compañero que no pudiera defenderse contra la
fuerza de voluntad Thresl.

—Oh, tu eres mi otra mitad, capitán. No tengas miedo —Saint dio un ronroneo
rodante que se filtró en el cuerpo de Mars y le hizo arquearse por la sensación. Hundió los
dedos en la carne de Saint, en la búsqueda de una mejor sujeción cuando tiró de él
lentamente. La mano callosa de Saint se deslizó en movimiento muy lento hacia arriba y
abajo de la polla de Mars hasta que sus dedos se cerraron por la sensación.

Aún acariciándolo, Saint lamió el cuello de Mars. Inclinó la cabeza para dar al Thresl
mejor acceso.

Esto en cuanto a ser más agresivo. Lo único que podía hacer era aceptar la pasión de
Saint.

—Si sigues así, me correré antes de que estés en mí. —Mars volvió a gemir.

—Así es, mi dulce, tómalo todo. Te dejaré estar a cargo la próxima vez. Incluso
puedes follarme de nuevo si lo deseas. —La profunda voz de Saint susurró las palabras sucias
al oído de Mars.

—¡Oh, joder! —Mars gritó. Su orgasmo lo había tomado por sorpresa. Había estado 32
tan centrado en el aliento caliente de Saint y la charla seductora que no esperaba correrse tan
rápido.

—La próxima vez voy a tener tu culo. —Saint prometió antes correrse, su semilla a
través del estomago de Mars. Cuando Mars llegó a estar demasiado sensible al tacto, Saint lo
dejó en libertad. Saint se deslizó un poco y lamió sus jugos combinados fuera de la piel de
Mars—. Delicioso.

Mars suspiró. Resistió el impulso de empujar a Saint. Nunca había sido mucho de ser
cariñoso, pero él ya había huido de Saint, dos veces, y no tenía la energía para hacerlo más
incluso si sólo consistía en el movimiento al otro lado de la cama. Él se crispó cuando Saint
lamio un punto sensible.

—Relájate, amigo. Sólo estoy limpiándote para que podamos dormir un poco. No
deseas despertar pegado.

—Es cierto. —Mars lo había hecho un par de veces y nunca fue agradable a la
mañana siguiente, especialmente si estuviera conectado a un hombre peludo.

Saint gruñó.

—¿Qué? —Mars miró a su alrededor, pero no vio ninguna razón para que Saint de
repente este agresivo. Las emociones del Thresl rebotaban más rápido que una nave en un
campo de meteoritos.

—No me gusta que pienses en otros hombres mientras estoy contigo en la cama
—Saint explicó.

—Entonces no leas mi mente. No voy a pasar el resto de mi vida editando mis


pensamientos. Si no te gustan, no seas tan curioso.

A pesar de sus palabras, Mars no se opuso cuando Saint lo atrajo hacia él. Deslizó la
cabeza en el hombro de Saint y luego rápidamente se quedó dormido.

33
Capítulo Dos
Saint sonrió fácilmente con la capitulación de su compañero. Él no tenía ninguna
ilusión de que Mars fuera fácilmente a su destino. El capitán no parecía dispuesto a caer en la
línea. Mars utilizaba guiar a los hombres, no seguir las órdenes de nadie.

¡Qué maravilla!

Saint siempre había disfrutado de un desafío, incluso si era para ganar el afecto de su
pareja.

Un ronquido suave rompió el silencio de la habitación. Saint no sabía si la habitación


tenía insonorización o no, pero sin duda no permitía que los ruidos se filtraran a través de las
paredes. Era la nave más silenciosa en el que Saint nunca había estado, y en los últimos
meses había estado en un montón.

Inclinando la barbilla hacia abajo, examinó a su compañero. El pelo oscuro de Mars


caía sobre su rostro y sus mejillas estaban ensombrecidas con gruesa barba del día anterior.
Él sabía que el Capitán no había dormido mucho en los últimos días. Él había escuchado a la
tripulación de Mars comentar cómo su capitán había corrido sin descanso durante varios días.
Incluso la breve siesta que Mars había tomado para aliviar su dolor de cabeza no había sido 34
de sueño en realidad. Mars necesita más descanso. Saint se aseguraría de ello. Cansar a Mars
sería su placer.

Se acurrucó cerca de Mars. Sabía que tendrían una batalla en sus manos. Mars era
fuerte sin duda, iría en contra de las propias ambiciones de Saint. Después de ser atrapado por
tanto tiempo sin ningún tipo de alivio que su propia mente, Saint tenía unos modales. Recién
liberado, tomó lo que quería y no pidió disculpas a nadie. Mars se acostumbraría a él a través
del tiempo. Saint no había esperado tanto tiempo para perder a su compañero en la primera
semana. Él protegería a Mars o moriría en el intento.

Un ligero movimiento del capitán tenía a Saint inmovilizándolo con una mano. Mars
no era pequeño, pero Saint siempre había sido más grande de lo normal. Después de la
muerte de su compañero, se había negado a perder su cordura y dejar que su hermano ganara.
Sólo deseaba que Gerin todavía estuviera alrededor, así podía matar al cabrón por sí mismo.

Él apartó un mechón de pelo de la cara de Mars, con cuidado de no despertarlo. Había


esperado mucho tiempo para que su compañero volviera a él. Tomaría un mejor cuidado de
éste. Esta vez él se aseguraría de que nadie perjudicara a Mars.

Vohne podría ser un excelente gobernante, pero él no se merecía la corona. Pertenecía


a Saint.
Una vez que explicara el hecho a Vohne, no tenía dudas de que el Rey iba a ver las
cosas a la manera de Saint, si no, tendría que deponer a su sobrino. Evitar el derramamiento
de sangre era su objetivo, pero podría ser difícil si Kres decidía mantener a Vohne en el trono.
Saint respetaba la naturaleza sanguinaria de Kres y no deseaba estar frente a él en nada si se
pudiera evitar.

Saint planeaba recuperar el trono y reclamar la monarquía. Sólo tenía que hacer que el
maravilloso compañero letal de Vohne no le lanzara un cuchillo durante el desafío. Si Saint
no hubiera encontrado a Mars, él hubiera vuelto su atención a Kres. Kres era un humano muy
bueno y una leal pareja. Desafortunadamente, Kres se había reencarnado como compañero
de Vohne. Mirando el sueño de su propio compañero, Saint no pudo decir que lamentara la
decisión que los Destinos habían elegido para él. Mars podría no tener la delicada belleza de
su encarnación anterior, pero todavía excitaba a Saint más allá de la razón.

Con la próxima guerra con los humanos, ahora era el momento de infundir miedo en
los corazones de sus enemigos, y Saint estaba más que dispuesto a ser voluntario para el
trabajo. Vohne sospecharía con fuerza de los motivos de Saint, pero tenía una buena razón
para hacerlo.

*****

Saint despertó cuando el cuerpo caliente contra él trató de salir de la cama. Sin abrir
35
los ojos, Saint apretó con más fuerza. No veía cualquier punto de alterar su cómoda posición
de abrazo.

—Tienes que dejarme ir —murmuró Mars.

—No. —En realidad, el pobre hombre estaba delirante si pensaba que Saint volvería a
liberarlo verdaderamente. Mars pasaba demasiado tiempo tratando de escapar de Saint.

—Cuarto de baño.

—Por eso, voy a dejarte escapar. —Saint abrió los brazos. Tan pronto como salió,
extrañó a Mars. Él entreabrió sus ojos una astilla para asegurarse de que Mars no hiciera una
carrera fuera de la puerta en vez de ir al baño. A pesar de que confiaba en que el capitán,
podía oír la algarabía de pánico en la cabeza de Mars y no pensaba que su compañero tuviera
todos sus pensamientos en orden.

El monólogo interior frenético continuó mientras que Mars entró en el cuarto de baño
y continuaba cuando regresó a los pies de la cama y se quedó mirando a Saint.

—Va a estar bien —dijo Saint empujando un poco de su fuerza de voluntad en Mars.
Para su sorpresa, fluyó fuera de Mars como el agua alrededor de un barco. Saint se incorporó.
Nunca había sucedido antes.
Mars se rió entre dientes.

—No puedes influirme. He sido entrenado para proteger mi mente del poder de
persuasión.

—Excelente, me encantan los retos. —La oleada de orgullo en Saint no tenía ningún
sentido en absoluto teniendo en cuenta que no tenía nada que ver con la capacidad de su
compañero. Aún así, disfrutaba el hecho de que su compañero no podría hacerlo cambiar
fácilmente a hacer lo que Saint deseaba. No había planeado convertir a Mars en un seguidor
sin sentido, pero lo hacía feliz al saber que probablemente no podía sin intención.

Mars sacudió la cabeza.

—Voy a vestirme. Tengo que comprobar la nave y asegurarme de que todo está
funcionando bien.

—Ah, el trabajo del capitán nunca termina.

—Y qué de un dictador en espera. ¿Su trabajo nunca termina?

—¡Yo no soy un dictador! —Saint frunció el ceño. Él se puso de pie para mirar a su
compañero. No le gustaba a Mars de pie encima de él... ponía a Saint en desventaja. Bueno, si
no estaban teniendo relaciones sexuales.
36
—Realmente, ¿cómo consideras tú a una persona que planea hacerse cargo de un
planeta con un golpe de Estado ilegal?

El gruñido que rodó de la garganta de Saint vino completamente de forma


espontánea.

—¡Yo nunca he dicho eso! Además de que no es ilegal. Ese es mi derecho de


nacimiento. Reconozco que no es culpa de Vohne que tenga el trabajo, pero eso no significa
que él tenga el derecho de mantenerlo.

Ese era el trono de Saint y lo reclamaría no importara lo mucho en que se estaba


convirtiendo su sobrino. Gerin había dejado que se le impidiera tomar la corona.

—Uh-huh. Creo Vohne y Kres han estado haciendo un buen trabajo cuidando de tu
pueblo. Y pensar que puedes hacerlo mejor después de que han pasado siglos en el trabajo te
hace egocéntrico.

Saint encogió de hombros.

—Una vez que estés encarcelado durante siglos, llegará a ser todo sobre ti. Yo no
tenía en cuenta a nadie más durante mis años de cautiverio. Que aún escuche farfulleos es una
señal de lo lejos que he llegado desde mi liberación.
Recuerdos oscuros amenazaban con superar su mente mientras trataba de explicar
cómo merecía su primogenitura. Vohne podría ser el mejor Rey en la historia de los Reyes,
pero la corona todavía pertenecía a Saint.

Mars sacudió la cabeza.

—Voy a ignorar tu comentario sobre mi consejo. Me gustaría conocer acerca de tu


prisión en algún momento.

—No hay mucho que contar. Confié tontamente en mi hermano, y me engañó


aprisionándome. Antes de aplastarme con el palacio, le cortó la garganta a mi compañero ,
cortando con eficacia mi corazón.

Recuerdos amenazaron con aplastarlo como la piedra en ruinas de su tumba en el


palacio. Había pasado muchas noches llorando sobre los huesos de su amante.

Inesperadamente, Mars tiró de Saint en un abrazo. Saint congeló ante la acción. La


gente no lo abrazaba. Corrían por miedo, a veces incluso huían. Ciertamente no le abrazaban
o le ofrecían confort. Saint permitió la cercanía durante un largo rato antes de alejarse
lentamente. No quería que Mars pensara que tenía que ser mimado. El capitán necesitaba un

37
compañero fuerte para permanecer erguido junto a él, no a un compañero débil. Saint nunca
admitía debilidad. Cualquier signo menos que de acerada determinación podría ser utilizado
en su contra. Su afecto por Gerin había terminado en tragedia y demostrado que, incluso en la
familia de Saint no se podía confiar. A partir de ahora, se ahorraría todo su amor para su
compañero. Todos los demás debían tener cuidado.

Mars ahuecó las mejillas de Saint y lo obligó a mirarlo a los ojos.

—No me gusta la idea de tener una pareja, ya que puede ser utilizado en mi contra.
Nunca pienses que es porque no te encuentro un socio digno. Nunca voy a utilizar nuestro
vínculo en tu contra. No puedo garantizar que otros no. He hecho muchos enemigos con los
años.

—Bien. —Saint sonrió, el dolor en el pecho cedió ligeramente—. Estaría encantado


de reunirme con ellos y compartir mis puntos de vista. Dudo que intentaran hacerte daño
después.

Saint no tenia duda de que podía mantener a su compañero seguro. Él aniquilaría a


cualquier persona que se atreviera a poner un dedo en Mars.

Mars se rió.

—¡Mi héroe! Tengo que decir que eres un demonio guapo. Tengo un excelente gusto.

—Y tú dices que tengo ego —Saint se burló.


Mars le dio una palmada en el culo.

—Vístete, compañero, tengo una nave que manejar y no puedo hacerlo si estoy
distraído por tu culo.

Saint gruñó a Mars.

—¡Sé agradable, gatito! —Mars se deslizó fuera del alcance cuando Saint se fue hacia
él.

Había pasado mucho tiempo desde que Saint tuviera algo por lo que sonreír. Mars lo
hacía feliz.

Lástima que había aprendido de la manera difícil que la alegría era un producto de
corta duración.

—Mi ropa podría estar un poco apretada en ti, pero van a tener que hacerlo hasta que
pueda encontrar algo que te quede mejor. Tenemos una lavandería totalmente equipada, pero
no sé si tenemos ropa tamaño Thresl gigante.

—Gracias. —La parte animal de Saint disfrutaba de la idea de usar algo con el olor de
Mars en él. La ropa que conocía a la vez había descansado contra la piel de Mars le sentaba
mejor que todo lo que oliera fuera a productos de limpieza.
38
—No hay problema. La ropa ocupa una gran parte de nuestro presupuesto. Y la
comida y por supuesto.

—Eh. —Saint nunca había pensado acerca de todos los detalles necesarios para salvar
a su pueblo antes. Él acaba de asumir que Mars no agarraba al Thresl y corría—. ¿No están
todavía en forma Thresl cuando los encuentras?

—A veces. Tenemos todo tipo. Red Claw es un ejemplo de un Thresl que puede
volver atrás y cambiar como tú. No eres tan inusual, ya sabes.

Saint resopló.

—No tienes ni idea.

Los otros podían sentir el poder de Saint, pero no tenían ni idea de lo que podía hacer
con todas sus habilidades. Algunos de ellos estaban tan aterrados que incluso Saint los
evitaba. Dejó que Mars tuviera sus ilusiones por ahora. Si él sabía todo lo que Saint podía
hacer, podría hacer más cauteloso a su compañero. Quería evitar todo lo que haría a Mars
mantenerse lejos.

Se vistieron rápidamente. Los pantalones de Mars estaban un poco apretados en Saint


y la camisa se extendía tensa sobre su pecho pero valdría hasta que pudiera conseguir más
ropa. Él prefería estar desnudo o en su piel Thresl, pero quería usar lo de Mars con el fin de
permanecer a su lado. No podía marchar alrededor de la nave de Mars desnudo.

—No sé si puedes ir por la nave así. Puedes llegar a ser saltado.

Saint sonrió.

—Creo que puedo manejarlo por mí mismo.

Mars suspiró.

—Supongo que puedes. Vamos a encontrar algo de ropa de verdad.

—Realmente no veo el momento en que cambie de nuevo a mi forma de gato pronto.

—Confía en mí, necesitarás ropa de verdad —Mars gruñó.

Saint sonrió mientras seguía a Mars por el pasillo.

No llegaron muy lejos antes de que Red Claw viniera corriendo por el pasillo hacia
ellos.

—Estamos rodeando la base lunar. Avísanos cuándo desees iniciar el aterrizaje.


39
Mars se pasó los dedos por el pelo.

—Vamos a hacerlo. Si damos vueltas por mucho tiempo, los militares van a venir
para saber lo que estamos haciendo.

—Lo tengo —Red Claw corrió de regreso de donde vino.

—¿La nave va a aterrizar? —Preguntó Saint. Él realmente no sabía mucho acerca de


lo que cada miembro de la tripulación hacía. Había estado demasiado ocupado acechando a
Mars para prestar mucha atención a cualquier persona más.

—No, yo me encargo de poner la nave en una órbita adecuada. Red Claw se alineará
con el comunicador para tener permiso para atracar. Tú y yo vamos a tomar un transporte
hacia abajo y dejar que el resto de la tripulación dé vueltas por encima. No me fío de que los
militares no traten de agarrar nuestra nave si la ponemos en su bahía. Por suerte, si están
tratando de atraer a más Thresl a la base, estarán más que felices de hacerme frente a mí.

Saint gruñó.

—Realmente odio a estos humanos. Merecemos mucho más. Tenemos que


desarrollar mejores políticas cuando se trata de elegir compañeros para los Thresl. Este
temerario desprecio por la seguridad de nuestro pueblo tiene que terminar.
—Vohne está trabajando en ello —Mars se quejó.

—Él no está haciendo lo suficiente. —A Saint no le gustó la continuada defensa de


Vohne por parte de Mars. Su compañero debía estar de su lado. Además Vohne ya tenía un
compañero.

—Cuando tú vengas con la fórmula mágica para salvar a los Thresl, házmelo saber.
Vohne, Kres y todos los demás están haciendo lo mejor posible.

Saint rodó los ojos.

—A veces lo mejor es sólo otra palabra para segunda clase.

—Voy a ir a conseguir un servicio de transporte para la base lunar. Tu ve a hacer lo


que los egocéntricos megalómanos hacen —Mars se fue pisoteando.

—Seguimos a nuestros compañeros. —Saint sonrió con ruido hacia Mars—.


Realmente te estás volviendo bueno en gruñir.

Mars hizo otro ruido frustrado. Saint se arrastró tras él. La eficiencia de cómo las
cosas funcionaban en la nave de Mars se mostraba en el interior impecable y la forma en que
la tripulación se movía como si no tuvieran fin. Saint no vio a nadie de pie alrededor sin hacer
nada. Cuando entraron en el puente los miembros de la tripulación no le saludaron, pero Saint
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vio a todos de pie rectos y prestando más atención a sus tareas. Saint escaneó sus mentes y
sonrió por encima por el respeto que todo el mundo mantenía con Mars. Ni siquiera gruñó a
los pocos miembros de la tripulación que miraban a Mars con necesidad en sus ojos. No
podía culparlos por mirar... tocaban y perderían una mano, pero babear sobre Mars no les
costaría la vida.

—Buenas tarde a todo el mundo —Mars llamó.

—Buenas tarde, capitán —respondieron al unísono.

—Este es mi compañero, Saint. Tratad de no dejar que os irrite. —Mars sonrió a


Saint.

Saint le dio una mueca burlona mientras los demás se rieron. La presentación de Mars
quitó algo de la tensión en el equipo a la vista de Saint.

—Se ha concedido permiso para que aterrice. He preparado el servicio de transporte


para el despegue —dijo Red Claw.

—Gracias —Mars asintió a su tripulante.

Saint siguió a Mars a través de una corta alcoba y a un servicio de transporte lo


suficientemente grande como para acomodar a diez personas. Saint esperaba que no tuvieran
demasiados para rescatar. Si hubiera más de una docena, se quedarían sin espacio.

—Abróchate —ordenó Mars.

—Mandón. —Saint abrochó el cinturón en cruz del arnés de cuerpo y siguió de cerca
por que Mars hiciera lo mismo. Él protegería a Mars si algo salía mal, pero él no quería hacer
alarde de su poder si fuera innecesario. Tenía que introducir a Mars en sus poderes poco a
poco.

El viaje de la nave a la bahía de acoplamiento les llevó poco tiempo. En poco tiempo,
Mars aterrizó la pequeña lanzadera en una de las muchas plataformas de aterrizaje que
recubrían la bahía.

El tamaño del puerto espacial sorprendió a Saint. Tal vez porque Red Claw había
dicho “base de la luna”, Saint había esperado que fuera pequeña. ¿Había muchos compañeros
Thresls-humanos?

—Es una gran base —comentó Saint.

Mars se encogió de hombros.

—Creo que lo que hacen aquí es formación diplomática, así como formación básica
para los soldados humanos. La parte Thresl-humano es un pequeño departamento, sino un
41
enfoque importante.

—Al parecer no es tan importante, o no habrían de poner a cualquier Thresl en los


pozos. Este podría ser un símbolo de la cooperación humana-Thresl, pero en algún lugar en el
camino ha sido corrompido.

—Es cierto.

Mars se desabrochó el cinturón y se puso de pie.

—Nosotros nos encargaremos de esto, entonces vamos después por la raíz del
problema.

—Sí, lo haremos. —Saint podría destruir a los que pensaban utilizar a su gente para
su propios propósitos en lugar de acariciar a los activos valiosos que eran. Los Thresl se
suponían que sólo se unían con aquellos que eran dignos. Sin embargo, no todas las uniones
eran buenas y no todos los que se unían creaban una mejor pareja. Saint siempre había
sospechado que fue la compañera de su hermano quien había previsto la caída de Saint. Nan
siempre había sido una perra vengativa.

*****

Mars caminó por la pasarela con Saint en su forma de gato gigante a su lado. Era una
figura imponente. Los soldados que esperaban por ellos al final de su pasarela fijaron sus
manos en sus armas como si estuvieran esperando una excusa para despedirlos. Mars no tenía
intención de darles una a ellos.

La primera persona que le disparara a Saint sería la última persona. Si el Thresl no los
rasgaba, Mars sería quien lo haría por sí mismo. Nadie haría daño a su compañero.

Mars casi tropezó con sus propios pies al pensar. Su vínculo con Saint ya había
cavado sus garras en él. Mataría para proteger a su compañero. Mierda.

Red Claw le había proporcionado a Mars la información de que un puñado de Thresl


se habían negado a unirse con su pareja nombrada en el centro de formación. Los que no
pudieron escapar y regresar a Nillre habían sido enjaulados por los militares y enviados a
combatir en los pozos. Eran los que estaban en peligro ahora. El plan de Saint era hablar con
ellos y ver si estaban dispuestos a ser llevados a casa o si se habían vuelto salvajes. Dos de los
Thresl ya habían muerto en la batalla. Si eran salvajes, Mars tendría que matarlos y ponerlos
fuera de su miseria.

Debido a las conexiones de Red Claw, sabían donde custodiaban a los Thresls, todo lo
que faltaba era el motivo. Si los militares habían enviado a los Thresls casa y pidieran
reemplazos, posiblemente podrían haberlos conseguido. Pero mantener a los Thresls y
enviarlos a sus muertes fue un movimiento insensato, política y moralmente. Vohne no los
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perdonaría por haber matado a su pueblo. No, algo más grande estaba pasando aquí. Una
pieza del rompecabezas faltaba.

—Necesitamos saber quién está a cargo.

Mars asintió con la cabeza a la declaración de Saint. No trató de responder


telepáticamente. No había dominado bastante esa habilidad, y necesitaba su enfoque para
estar con los soldados. Dudaba que pudiera caminar, hablar telepáticamente y mantener un
ojo hacia fuera por problemas todo al mismo tiempo. Tendría que practicar.

Mars se detuvo cuando llegaron los hombres armados al final de la pasarela.

—¿Hay algún problema? —Mars utilizó su mejor tono de aburrimiento, como si las
armas apuntando en su dirección fuera un mero inconveniente en lugar de un posible fin a su
vida.

—¿Dónde están los papeles para su Thresl? —El soldado asintió a Saint.

Mars fingió sorpresa.

—¿Documentos? Yo no necesito ningún papel. Él no es un cachorro con pedigree. Yo


lo rescaté de un pozo. Él era el mejor luchador allí, pero creo que puedo hacerlo mejor.
Escuché que era el lugar para endurecer a un Thresl, si sabes lo que quiero decir.

—Sólo se permiten aquí militares —El soldadito de plomo frunció el ceño a Mars,
mirando entre Saint y Mars como si evaluara su grado de peligro—. No sé lo que usted piensa
que escucho, pero que sólo permiten al personal militar con papeles oficiales para recibir
capacitación aquí.

Mars no llamó al soldado en su mierda. En su lugar, se encogió de hombros.

—Yo no soy militar, pero yo tengo al Thresl más grande que he visto en mi vida. Es
posible que desee consultar con su jefe antes de que decidida que no tengo nada que hacer
aquí.

Él esperó a ver lo que harían. Si ellos se apartaban, tendrían que encontrar un enfoque
diferente, no abandonaría... no por su pueblo.

—Va a estar bien —Saint tranquilizó a Mars a través de su vínculo de unión.

Un ligero zumbido hormigueaba en la parte posterior de la cabeza de Mars. Casi


como si...

—Estoy seguro que el Almirante Holland querrá conocerte. Él tiene un interés


particular en los Thresls. —Se volvió hacia el soldado a su izquierda—. Mathews, os llevará
43
al Almirante Holland.

Diversión presumida se deslizó a través de la mente de Mars. Al parecer, estos


soldados no habían aprendido el mismo truco de bloquear las habilidades de Saint. Mars puso
los hombros, rozando una ola de aprensión. La facilidad con la forma en que Saint controlaba
a otros tuvo un efecto negativo sobre él.

Las palabras del soldado le preocupaban. Mars no había esperado que un Almirante
estuviera involucrado en un pozo de lucha. ¿Era Holland el jefe de la organización de los
pozos de pelea o simplemente otro peón? Mars había recorrido un largo camino para
encontrar la respuesta. Un Almirante ejecutando el pozo hablaba de un nivel de apoyo entre
los de arriba que nunca habían visto antes.

—Ven conmigo —Mathews puso los ojos en Saint—. Él es uno grande, ¿no?

—Es por eso que lo agarré. —Mars inyectó cierta petulancia en su tono, determinado
a mantener su tapadera a pesar de su nueva visión.

—¿Crees que alguien va a venir a buscarlo?

—No, si son inteligentes.

A Mars no le gustaba el brillo especulativo en los ojos del soldado. Estarían en una
mala situación si los idiotas trataban de tomar a Saint lejos de Mars. Saint tenía más que un
par de maltratos planeado en su cabeza. Mars no necesitaba tener conexión mental con su
compañero para saber lo que haría si era acorralado o si alguien amenazaba a Mars.

—No te preocupes, pareja, yo te protegeré.

De alguna manera eso no lo hacía nada mejor.

—Él sería una bestia en el ring —continuó Mathews.

—Eso es. He hecho un buen dinero con él, pero creo que podemos hacerlo mejor.
Escuché que tenéis el mejor pozo en la galaxia. —No había oído realmente cosa semejante,
pero había aprendido a lo largo de los años que a todo el mundo le gustaba pensar que tenía el
mejor rendimiento, incluso si se trataba de una rata infestado del infierno.

Mathews frunció el ceño.

—No se lo digas al Almirante, pero no me gusta mucho esta parte del trabajo. Yo no
creo que sea correcto. Quiero decir, ellos son seres sensibles y todo. No debemos hacerlos
luchar contra ellos como animales.

Mars golpeó a Mathews en la parte posterior.


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—Tienes un buen corazón, soldado, no lucharían si no les gusta, ¿verdad?

No podía permitir que Mathews supiera cuánto estaba de acuerdo con él. El soldado
probablemente había escuchado algo en la línea de declaración de Mars una vez o dos. Los
amos de los pozos a menudo hacían declaraciones estúpidas sobre por qué pensaban que una
arena de combate era una buena idea... hasta el punto en que fueron arrojados a la cárcel.

—Ellos sí podrían evitarlo —Mathews bajó la voz—. Escuché que algunos de ellos
son drogados para que se sientan obligados a luchar. Es posible que desees volver a pensar en
tu Thresl luchando. He oído que el Rey Vohne está tomándolos de nuevo. Incluso les
encuentra un trabajo y un compañero.

La ira ardió en Mars como un reguero de pólvora. Él quería encontrar a los


responsables y hacerlos pagar.

—No parece que te divierta las drogas en ellos.

—Ellos van a aprender el error de sus maneras —El voto de Saint sonó como una
promesa entre ellos.

Puede que no tengan mucho en común, pero su objetivo común de salvar a los Thresls
tiraba juntos más apretado que cualquier vínculo romántico.
Mathews se encogió de hombros.

—Eso es lo que escuché. Ellos no nos dicen nada más que gruñidos.

Después de un largo paseo por los pasillos estériles de la estación, el frío azul de la
puerta del Almirante era como un oasis en un desierto pintado de color beige.

—Aquí está, la oficina del almirante Holland. Él es un tipo bastante agradable, para
ser un oficial. Estoy seguro de que conseguirá lo que necesitas. —Mathews agitó una mano
hacia la puerta, como si no acabara de confiar su malestar por la situación.

El cambio radical de la postura de Mathews había advertido banderas ondeando por


todas partes. ¿Estaban grabándolo?

—Gracias, Mathews. Agradezco su ayuda. —Mars no pregunto más.

Los ojos de Mathews estaban por todo el lugar, como si supiera que había una cámara
viendo todo pero no sabía dónde.

La información había ayudado. Ahora sabía que el almirante no sólo tenía un pozo de
lucha, él utilizó otras tácticas sin escrúpulos. Un hombre dispuesto a drogar a los Thresls y
obligarlos a luchar podría tener algunas moralejas evitando a otros actos criminales.
45
—¡Tenemos que conseguir que los Thresl salgan de aquí!

Mars asintió.

Mathews golpeó la puerta de la Holland.

—Voy a esperar aquí, en caso de que él quiera que lo lleve de vuelta a su barco.

—Creo que vamos a estar bien. Me siento bien con esto. Estoy usando mis botas de la
suerte.

Saint sonrió.

Una voz profunda les invitó a entrar.

Al abrir la puerta reveló una gran oficina con muebles de madera oscura y paredes de
color azul claro que hacía juego con la puerta. Un hombre alto con la postura de la carrera
militar desde hacía mucho tiempo los esperaba.

—¿Almirante Holland?

—Eso es lo que dice en la puerta.

Mars hizo una seña a Mathews antes de entrar por la puerta y cerrar la puerta detrás de
ellos. Los dos hombres se estrecharon la mano. Saint gruñó ligeramente cuando el apretón de
manos fue más de dos segundos.

—Shhh —Mars amonestó a Saint.

Él se calmó. Mars sabía que iba a oír hablar de eso más tarde.

—¿Así que ese es el caso? ¿Os habéis unido?

—Hasta un cierto grado. Como puede ver, no estamos completamente conectados o


estaría en su forma humana.

—Tal vez él te escucha porque tienes un poco de sangre Thresl en ti mismo. —El
Almirante Holland lo miró evaluándole e hizo que Mars se alegrara de no tener más que un
poco de ADN Thresl.

Holland sin duda habría enviado a Mars a los pozos si pensaba que podría
transformarse.

Mars tuvo que admitir que estaba un poco sorprendido de que Mathews no hubiera
comentado sobre sus ojos.

—Soy un cuarto Thresl —admitió. 46


—Interesante. —La sonrisa sombría del almirante le advertía como un hormigueo
corriendo hacia abajo por la columna vertebral de Mars. Una sensación que nunca ignoraba.

—¿Es eso un problema? —Como no era de pura sangre, no sabía por qué lo haría
asunto al almirante, pero Holland siguió mirando a Mars el tiempo suficiente que se convirtió
en confusión.

—No. De hecho, me parece interesante que puedas tener cualquier poder sobre él.
¿Tal vez puedas ayudar con algunos de los otros?

—Tal vez.

—Bastardo.

Mars estuvo de acuerdo. Casi esperaba que Holland intentara algo con Saint porque el
Thresl masticaría y escupiría a Holland en pequeños pedazos, si Saint no lo tragaba en
conjunto.

—Tengo que decir que me pareció que Vohne era el Thresl más grande que jamás
había visto. Su Thresl es aún más grande que el Rey. Pensé que los Thresl más grandes eran
de la realeza.
¡Mierda!

Mars pensó rápido.

—Creo que el mío es un retroceso. El hecho de que Saint sea más grande que Vohne
es una de las razones por las que no estoy actualmente en Nillre. Al Rey no le gustó que nadie
más fuerte que él estuviera cerca, y su compañero no lo toleraría. Creo que esta celoso y no le
gusta la competencia. Es otra razón por la que quiero tener a Saint entrenado. Si Vohne envía
a alguien después por nosotros, tenemos que ser capaces de protegernos a nosotros mismos.
He oído que tienes uno de los mejores hoyos. Mi tipo es grande, pero todavía tiene que
endurecerse.

—¿No te preocupa que vaya a salir lastimado?

Mars hizo un gesto con la mano, desechando la cuestión.

—No es más que un animal, de verdad. Yo podría tener un poco de sangre Thresl,
pero yo no soy un gato ahora ¿o lo soy?

Holland se echó a reír.

—Es cierto. Me alegro de que no estés demasiado apegado a él. Los accidentes a
veces a pasan.
47
Mars dudaba que alguna muerte en los pozos fuera realmente un accidente. No
después de lo que había dicho Mathews. Los drogados Thresl no podían controlarse a sí
mismo.

—No estamos totalmente en condiciones de unión. No quiero pasar por el proceso. Él


no podría luchar una vez que se volviera humano. —Mars dejó que la verdad de sus palabras
prestara validez a su historia. Él no había querido ir a través de la unión, pero no por la razón
que dio al almirante.

El Almirante Holland asintió.

—Bien pensado. ¿Dónde lo encontraste? —Holland asintió hacia Saint.

—Medio muerto de hambre en un pozo de tercera categoría. Ellos no estaban


cuidando de él, pero yo podía ver su potencial.

Holland frunció el ceño.

—Él se ve bien ahora.

—Sé cómo cuidar de los Thresls.


—He oído hablar de tu reputación —admitió Hollland—. Has estado haciendo esto
mientras tanto.

—Lo he hecho. —Mars intentó verse petulante en lugar de enfermo por lo que le dijo
el Almirante.

—Hmm, así que podría tener un trabajo para ti, si el Rey no cambia sus políticas. Mi
departamento es inútil sin los combatientes. Los luchadores del pozo están saliendo muy bien
y pronto se unirán a los propios soldados. Una vez que estén capacitados, se convertirán en la
unión de asesinos perfectos para la batalla.

—¿Así que se los pone en el pozo para entrenarlos para ser soldados? —Ahora que
estaban entendiendo por qué el pozo se había formado.

—Sí. Algunos de ellos son tercos y creen que tendrán una selección de compañeros.
—Holland reía—. ¿Por qué deberíamos dejarlos escoger a su compañero de alma o lo que sea
cuando podemos conseguir siglos de lucha de ellos? Desafortunadamente algunos de ellos
han demostrado ser débiles y murieron en el proceso. Una maldita lástima. —El Almirante
parecía verdaderamente disgustado ante la perspectiva... probablemente porque él no
conseguiría esos años de batalla que él había querido.

—No quiero al mío asesinado, va a ser un excelente protector de seguridad para mi 48


nave. Él no tendrá valor al verse muerto.

—¿Qué me puedes ofrecer para el uso de nuestra fosa de entrenamiento? Puesto que
eres un civil, puedes tomar tu Thresl e irte después de tomar ventaja de nuestra formación.

Mars asintió.

—Es cierto, como dijo, tengo acceso a los Thresls que usted no puede conseguir a
través de sus conexiones militares. Estoy seguro de que podemos ayudarnos el uno al otro.

Holland se mantuvo severo en la cara por la camaradería de Mars.

—Normalmente nunca me ocupo de una basura como tú, pero por una vez tenemos
objetivos comunes. Es un trato.

Mars se mordió el interior de la mejilla para contener las palabras ácidas ardientes que
salían. Si uno de ellos era escoria, era el imbécil santurrón ante él.

—Tranquilo, amor.

Mars cerró los dedos para ocultar las garras deslizándose de las puntas. Su Thresl
interior gruñó al Almirante. Antes de Saint, Mars ni siquiera sabía que tenía un gato al acecho
dentro.
Esperaba que no progresara del gruñido y saliera a jugar. Mars no tenía ningún deseo
de convertirse en una bestia peluda.

—Podría ser divertido. Voy a perseguir tu cola si persigues la mía.

Mars no se molestó en decirle a Saint que permaneciera fuera de su cabeza. Él sabía


mejor ahora. Saint consideraba como propiedad pública el cerebro de Mars, una tierra que
podía visitar para jugar cuando quisiera.

En cambio, él le dio un codazo a Saint con su pierna que le hizo saber que había oído.
De ninguna manera iba a someter al hombre incontenible, y Mars no sabía si él aún quería
probar.

—¿Por qué no vemos cómo su bestia lo hace en el entrenamiento? Si él se destaca


como sospecho que lo hará, vamos a utilizarlo como una muestra del trabajo que podemos
hacer. Tal vez el Rey rescindirá su restricción si ve nuestro programa. O con vosotros
trayendo suficientes Thresls y entrenándolos, se puede reunir lo suficiente para combatir sin
el permiso del Rey.

—Excelente. Yo estaría encantado de ayudarle en todo lo que pueda. —De ninguna

49
manera Vohne aprobaría el programa de formación del Almirante. Si Kres acuchillaba al
hombre durante su programa sería un milagro menor. Mars mantuvo su opinión para sí
mismo. Si Holland pensó que podría levantar un ejército de compañeros Thresl-humanos
para luchar sin que el Rey lo sepa, el pobre hombre estaba delirante.

Holland abrió la puerta de su oficina. Según lo prometido, Mathews se quedó fuera.

—Lleva a estos dos a una habitación y dales algo de comida. —Se volvió hacia
Mars—. Vamos a empezar a entrenar mañana. Voy a establecer un contrato delineando
nuestro acuerdo.

—Excelente.

—Mathews será su guía mientras está aquí. Pídele que te lleve al comedor a conseguir
algo de comida antes que nada. Vas a querer familiarizarte con el lugar antes de entrenar
mañana. Puedes quedarte aquí un par de meses antes de que tu Thresl está totalmente listo.
Como has dicho antes, no termines la unión o será un humano e inútil para ti. Una vez que se
transforman en humanos, empiezan a pensar que tienen derechos y basura.

La expresión del Almirante reveló lo que pensaba sobre los Thresl. Si Mars había
tenido pensamientos positivos hacia el Almirante antes, estaban ahora oficialmente muertos.

—Entendido. Gracias, señor. —Mars no saludo ni hizo nada más que asentir
distraídamente antes de salir. Saint lo siguió pisándole los talones. Cualquier palabra que
pudiera cruzar de los labios de Mars en ese momento se traduciría en que el Almirante los
desterraría de la estación. La ira quemaba a través de él y tomó toda su atención para
mantenerla bajo control.

—Qué gilipollas.

—Sí. Tenemos que mantener un ojo sobre él.

Al caminar por los pasillos llenos de gente, era mejor hablar en silencio entre sí
mismos. Si Mars fuera atrapado en sus mentiras, podrían ejecutarlo antes de que pudiera dar
a Vohne una llamada de auxilio. Conforme a todos los conocimientos Thresl, él no debería
ser capaz de comunicarse telepáticamente con Saint hasta que estuvieran unidos. Si
sospechaban que podía hacerlo ahora, podrían ejecutarlo y preguntar después. Los militares
no eran conocidos por su aprecio por la mentira, a menos que fueran ellos los que las
hicieran.

Los seres humanos se preparaban para la guerra, y si Holland pensó que Mars no
podría decirlo, entonces él realmente le subestimaba. Por supuesto, la gente a menudo
pensaba que Mars era un idiota por cómo se veía. La gente tontamente lo confundía como
alguien lindo y estúpido.

Mathews giró a la izquierda y los llevó lejos por el pasillo antes de detenerse. 50
—¿Te gustaría comer primero? Quiero decir, sé que el Almirante dijo que te llevara a
conseguir comida, pero yo pensé que debía preguntar.

—Sí, la comida suena bien —Mars debería haber estado pasando tiempo bombeando
a Mathews por información en lugar de charlar con Saint—. ¿Cuánto tiempo has estado en la
estación?

—Um, un par de meses. Me he unido el servicio hace un año. Terminé lo básico


entonces me han enviado aquí. Pensé que podrían estar planeando unirme con un Thresl.
—Entraba emoción en la voz del soldado—. Yo no sabía que sólo se los daban a los oficiales.
Quiero decir, sé que el Rey esta acoplado con un tipo normal como yo. No es que yo pensé
que iba a emparejarme con un Rey, pero...me gustaría enlazarme con uno de ellos.

—¿Por qué?

Saint gruñó.

—¿Qué? Era una pregunta legítima.

Mathews sonrió.

—Tu Thresl es más consciente que la mayoría de los que veo. Se puede decir que él
sabe lo que está pasando. Me siento un poco mal por alguna de las bestias. Están
completamente gobernados por el instinto, por lo que cuando se les pone en el pozo, luchan
por la supervivencia o en contra de las drogas.

Sonaba más como que Red Claw tenía razón: era igual que los otros círculos de lucha
que habían visitado en los últimos años. Holland podía pensar que él tenía una vocación más
elevada por su hoyo, pero todo se reducía a indefensos Thresl enfrentándose cara a cara.

—El Almirante dijo que era para enseñarles a ser mejores combatientes —Mars
pinchó.

—Supongo. Quiero decir el Almirante dice que están entrenándolos, pero es más
como un ring de boxeo. Si sobreviven, son el ganador. No es que un montón de ellos
muriendo, pero cuando lo hacen es bastante brutal. Los chicos se burlan de mí. Dicen que soy
demasiado blando. No creo que el Almirante Holland tenga siempre los intereses Thresl en el
corazón.

—Eso es una gran acusación. —Mars sacudió la cabeza como si no pudiera imaginar
una cosa así.

51
Mathews palideció.

—Por favor, no le diga al Almirante. Me gusta estar aquí. Lo hago. Yo sólo desearía
poder unirme con un Thresl y no para que pudiera luchar. Siempre he pensado que me
gustaría hacer a uno un buen compañero.

La tímida sonrisa que Mathews le dio a Mars le recordó a Daniel. Un joven con
sueños y que necesitaba a alguien para cuidar. Si ellos lograban salir con vida de esto, Mars
se aseguraría que Mathews tuviera una oportunidad en el centro de pruebas.

—Él fue hecho para ser un compañero Thresl.

Mars asintió con la evaluación de Saint. Sus amigos podrían pensar que el soldado era
demasiado suave, pero Mars consideraba la compasión un atributo positivo en el cribado de
resultados para los Thresl. No es que nadie le preguntara.

—Yo no creo que seas suave por no querer que un Thresl inocente sea asesinado.
Creo que dice mucho acerca de ti.

Mathews se levantó un poco más recto.

—¿Eso crees?

Mars le dio una palmada en la espalda.

—Lo hago, y prometo no decirle nada al Almirante de lo que hablamos.


Se dirigieron a una puerta que estaba marcada por el olor de la comida si no por
cualquier otro signos externos. Ninguna señal se envió por encima del arco, pero el aroma de
la carne de la cocina llenaba el pasillo.

—Ahí está el comedor. Sírvete a ti mismo cualquier cosa. No hay carga para nadie. Es
parte de nuestro servicio militar.

—No estoy en el ejército.

Mathews se encogió de hombros.

—Eres un invitado.

Mars se asomó dentro y tenía que admitir que estaba un poco impresionado por el
tamaño del comedor.

La zona se extendía hasta donde alcanzaba la vista, con mesas que recubrían toda la
habitación para el servicio de cientos de soldados de una manera eficiente.

—Obtén un poco de comida, y me reuniré contigo aquí en treinta minutos. Voy a ir a


buscar tu habitación asignada.

—Me cae bien. Es honesto dentro y por fuera —comentó Saint. 52


—Bien. No me gustaría unirlo con un Thresl sólo para descubrirlo posteriormente en
un pozo.

Mars había esperado que toda la situación con Mathews no hubiera sido una trampa,
pero a diferencia de Saint, tenía que ir por lo que escuchaba, no lo que chico podría estar
pensando. Podía ver cómo leer la mente sería muy útil cuando hacían espionaje.

—El Almirante no sabe nada acerca de los contrabandistas Thresl. Estaba


demasiado ansioso por utilizarte como una fuente.

—Maldita sea.

Habían llegado a otro callejón sin salida. Si los militares realmente no tenían nada que
ver con el contrabando, tenía que volver a Nillre y dar caza al pariente del Duque. Hell
pensaba que su primo Svin podría estar involucrado, pero él se retiró tratando con una
cuestión relativa a los agricultores con ganas de más derechos de agua en su propiedad y no
habían tenido la oportunidad de hacer un seguimiento.

Los deberes de Hell como un Duque y jefe de espías estaban a veces en desacuerdo.
Al menos había enviado a Mars su información del primo antes de salir de la ciudad.

Mars agarró una bandeja y siguió al soldado delante de él. Aceptó dos tazones de
estofado y un trozo de pan. Él no sabía qué tipo de carne podría ser.

—No voy a comer de un recipiente.

—Tú vas a comer de la manera que sea necesaria si vamos a mantener nuestra
cubierta.

De ninguna manera Mars iba a poner en peligro toda la operación debido a que su
compañero era demasiado meticuloso. Se dirigió hacia la mesa más cercana. Un grupo de
soldados se sentaban allí, había un espacio al final lo suficiente para Mars y un lugar en el
suelo para Saint.

—¿Te importa si comemos aquí? —Mars preguntó al soldado más cercano.

El soldado alzó la vista. Al ver a Mars y Saint, sus ojos se abrieron.

—Sí, claro. ¿Eres nuevo aquí? Obtén mejor el uniforme rápido antes de que el
Almirante te vea caminando como un civil. Odia eso.

Mars se instaló al lado del que hablaba. Saint gruñó antes de acostarse en el suelo.

—Lo siento, no tengo un colchón para ti, princesa.

Mars sonrió por el molesto resoplido de Saint.


53
—Sólo estamos de visita para obtener algún tipo de formación. Holland nos está
ayudando con algunas cosas. —Soltó fuera colgándolo, en el extremo, como si estuvieran
involucrados en alguna misión misteriosa, pero el soldado no mordió el anzuelo.

Otro soldado, un tipo delgado con grandes pecas y ojos marrones, miró hacia arriba y
casi se atragantó con la comida.

—Guau, ¿es tu Thresl? Es enorme. Apuesto a que el Almirante se bate a sí mismo al


ver a tu chico. Sería un gran luchador.

Mars trató de ocultar su desdén por el tonto.

—Es por eso que estamos aquí. Para aprender a luchar.

—No, eso no. No luchan contra los enemigos. —El chico flaco se acercó como si
impartiera una información secreta—. El Almirante Holland corre una pelea en los pozos.
Apuesto a que va a querer que tu Thresl se una. Vencería a todos. Es enorme. Yo apostaría
por él.

Apretando sus puños bajo la mesa, Mars resistió el impulso de estrangular al idiota.
Quien ponía a estas personas a cargo de los Thresl necesitaba ser lanzado al espacio profundo
sin traje de presión.

—He hablado con el Almirante sobre las diferentes opciones. —Mars intentó verse
distante mientras interiormente batía a puñetazos al guardia—. Sólo necesito algunos
consejos de lucha. No voy a enfrentarlo a pelear. Podría lesionarse. Lo necesito para mi
seguridad personal.

El primer soldado que habló con él le dio una sonrisa pesarosa.

—Digamos que no es siempre una elección.

—Gracias por la advertencia. —Mars pensó que cebó bien ese gancho. Si el
Almirante pensó que Mars era resistente a dejar a Saint pelear, podría mandarlo a donde
escondía a los otros Thresl. Si iban a rescatar a los combatientes, tenían que saber dónde
pastoreaba el Almirante.

—Bienvenido.

El individuo flaco lo dejó sin dar a Mars su nombre. Saint saltó sobre la recién silla
desocupada. Mars deslizó un plato de guiso a él.

—Hey, los Thresl no están permitidos en los muebles a menos que estén en forma
humana. —El soldado al lado de Saint declaró.
54
Saint gruñó.

—Bueno, puedes explicárselo. Yo voy a comer mi comida. —Mars ignoró las


bravatas del soldado. Después de un momento, el hombre tomó su bandeja y se fue corriendo.

—Creo que él cambió de opinión acerca de la objeción. —Mars declaró al soldado


sentado junto a él.

—Soy Tim.

—Mars.

Estaban demasiado cerca para darse la mano pero se conformó con un cabeceo.

El resoplido desdeñoso de Saint casi tuvo a Mars ahogándose con su guiso.

—Espero que quieras mantener a tu Thresl. Hay algunas cosas malas bajando aquí
desde que el Rey nos interrumpió —Tim comprobó alrededor, pero los otros soldados se
centraban en los alimentos y charlando entre sí. Después de reclamar a su Thresl no estaría
luchando en los boxes, se había convertido en mucho menos interesante para los otros.

—¿Qué clase de cosas malas?


—Un amigo mío se había unido con un Thresl. El Thresl había sido un buen luchador
en boxes, pero cuando conoció a Jellan, perdió por completo toda agresión. El Almirante se
asustó cuando se dio cuenta que se habían unidos. El Thresl se volvió humano y Holland los
había expulsado de la milicia por insubordinación.

—¿No me digas? —Mars trató de parecer sorprendido. Holland le parecía el tipo que
haría lo que quisiera y sería amigo de bastantes altos mandos para cubrir su culo—. ¿Por qué?

Tim se encogió de hombros.

—Creo que una vez que el Almirante no estaba haciendo dinero con él en la fosa no lo
quería, es todo.

—¿Cómo el Almirante gana dinero?

—Con las entradas y obtiene un porcentaje de todas las apuestas.

—Huh.

—Yo no conozco a ningún régimen de unión que quieran dejar que su Thresl luche,
pero conozco a varios que han vuelto a Nillre para evitar al Almirante. Es posible que desees
mantener un ojo sobre tu amigo allí.
55
—Lo haré, gracias. ¿Por qué me has avisado? —Mars no entendía esta erupción de
los hombres jóvenes que sentían la necesidad de decir a Mars cada secreto que tenían.

Tim palideció.

—Yo... yo no lo hice. Sólo te vi y tuvo que advertirte —Tim se puso de pie luego
tomó su bandeja—. Me tengo que ir. Buena suerte.

Sin decir nada más, Tim se fue corriendo.

—¿Tú hiciste eso?

Saint lamió una gota de salsa de su pelaje.

—Son tan simples aquí. Es como bajar y recoger fruta madura.

—¡Has hecho que me lo diga!

—Bueno, no fue tu buena apariencia, incluso si él estaba imaginándote desnudo en


su cama.

—¿Lo hacía? —Mars no había conseguido un ambiente interesado del joven


soldado en absoluto. Tal vez él estaba perdiendo su toque.
—No creo que te hubiera gustado mucho. Había gran cantidad de cuerdas
participando, y no se veía muy cómodo.

Definitivamente no había conseguido un ambiente kinky.

Los ojos de Saint brillaban en la penumbra.

Mars arrojó su servilleta al Thresl.

—Idiota. Dejar de hacer mierda y concéntrate.

—¿Qué te hace pensar que hice eso?

—Porque si ese chico estaba pensando en cualquier cosa kinky conmigo, le habrías
arrancado la garganta.

El silencio de Saint dijo que más que un millón de palabras.

Por lo menos ahora sabían que encabezaba los pozos. Mars se había preguntado si el
Almirante era la única persona responsable o si había otra persona más arriba a cargo. Los
soldados decían que todo era de Holland, pero a los soldados rara vez se les decía todo.

—¿Por qué el Almirante Holland hace algo que pueda poner en peligro su carrera? 56
Los chicos militares como Holland Vivian por su carrera. Tenerlo echándolo todo por
la borda por unos pocos dólares no tenía mucho sentido.

—Yo no creo que sea el dinero. Un tipo como él tiene que ver con el poder.

Mars lo pensó un momento y tenía que estar de acuerdo que era el escenario más
probable.

Holland había querido construir un ejército de compañeros de batalla


Thresl-humanos, pero aún Mars dudaba que pudiera hacerlo todo él mismo.

—Cavaremos más mañana —Saint prometió.

—Trato.

Terminaron su comida en relativa paz. Más de unas pocas miradas se dirigieron a su


lugar, pero nadie más se acerco a decirle a Saint que se sentara en otro lugar.

Después de que terminaron y dejaron su bandeja con los platos, Mathews regresó.
Mars tuvo que admirar el tiempo del soldado.

—Te he encontrado una habitación. No es enorme, pero está disponible.


—No estábamos buscando un tratamiento Real. Sólo queremos un lugar para
descansar. —Los acontecimientos del día habían pasado factura en Mars. Él sólo quería una
cama grande y la compañía de su compañero.

—Aww.

—Cállate.

—¡Aquí tienes! —Mathews se detuvo ante una puerta anodina sólo identificable de
otras puertas lisas por el número en la parte delantera. Mars memorizó su número de modo
que sabía dónde ir después—. He añadido un poco de ropa y artículos de aseo cuando vi que
no tenías ningún equipaje.

—Gracias —Ellos no habían necesitado nada de eso porque habían pensado


aterrizarían y agarrarían a los Thresl. No habían contado con una estancia prolongada.

Mathews asintió y luego se volvió para irse.

Mars entró primero. Saint gruñó ante la acción.

—Oh, por favor. Si alguien estuvo aquí le habrías mandado por el pasillo.

Puede que no entendiera el alcance de los poderes del Saint, pero Mars estaba 57
bastante seguro de esa declaración.

Antes de que pudiera decir nada más, Saint se transformo y envolvió a Mars en sus
brazos.

—Yo creo que es hora de reclamar a mi compañero adecuadamente.

—Es porque el Almirante dijo que no me uniera, ¿no es así?

—En parte. No me gustaría hacer todo lo que él aprueba —Saint arrancó la camisa,
abierta de Mars.

Los botones parecieron como pequeñas explosiones cuando quitó la camisa y se


dispersaron por todas partes.

—Yo había planeado llevar esa camiseta de nuevo más tarde.

—Los planes cambian. —La expresión petulante de Saint había hecho que Mars riera.

No podía estar enojado con su compañero, no cuando Saint se estaba divirtiendo.

—Tenemos que hablar.

—¿Esto tiene que ver con quién va a estar arriba? Yo digo que te des la vuelta. Si caes
en tu estómago eres mío. Si caes de cabeza podemos hacer lo que quieras porque vas a
lesionarse.

Mars sacudió la cabeza ante las tonterías de Saint.

—No. Puedes estar arriba. Creo que tienes razón. Es tiempo para que me reclames.
Necesitamos cualquier filo que podamos conseguir. No sé si ganaremos cualquier conexión
adicional a través de la unión, pero no podemos correr el riesgo. Si nos separan mañana,
tenemos que estar totalmente acoplados.

Saint besó a Mars, luchando por sus pensamientos y le hacía perder la noción de la
conversación. Cuando Saint finalmente lo dejó para tomar aire, Mars todavía no podía
recuperar el aliento por varios minutos.

—Puedo encontrarte por toda la galaxia. La única ventaja que vamos a tener es que mi
gato estará satisfecho porque finalmente nos pertenecerás —Saint empujó a Mars.

58
Capítulo Tres
Saint sonrió mientras Mars se tropezó con sus propios pies y cayó mal en la cama en
su lugar.

—Debes advertir a un hombre antes de hacer ese tipo de cosas.

Saint sonrió.

—Eres adorable.

Mars gruñó.

—Yo no soy jodidamente adorable. Yo soy un gran, malo capitán de una nave, como
tú sabes por experiencia.

—Y adorable.

Saint no pudo contenerse más... se abalanzó.

—Uf.

—¡Te tengo! —Saint sonrió a Mars.


59
—Sí que lo haces. La pregunta es, ¿qué vas a hacer conmigo ahora?

—¿Joderte? —Saint tenía un montón de planes sobre lo que quería hacer con su
compañero dispuesto.

Algunos de ellos incluso incluían el uso de ropa. No en este momento, pero con el
tiempo.

—Tú tienes una trayectoria en mente.

—Está en una trayectoria excelente, ¿por qué debería cambiar?

Saint abordó la cremallera de Mars. Había dispuesto ya cómodamente de la camisa


molesta con demasiados botones. La liberación de la erección de Mars, le hizo sonreír por su
hallazgo.

—¿Qué vas a hacer ahora? —Mars preguntó, su voz sumergida en un tono seductor.

—Mm, lo que quiera. —Él lamió la clara agrupación de líquido en la punta de la polla
de Mars.

El sabor se deslizó por sus papilas gustativas. Saint se estremeció ante el delicioso
néctar. Codicioso por más, tragó a Mars hacia abajo.

—Oh joder —Mars gimió. Hundió los dedos en el cabello grueso de Saint,
agarrándolo con fuerza.

Saint podría faltarle algunos parches de cabello después de esta mamada, pero valdría
la pena.

Por fin había llegado a casa.

Se detuvo tan pronto como él podía sentir a Mars cerca de perder el control.

—¡No! —Mars gritó tratando de agarrar a Saint.

—Shh, no he terminado. Sólo quiero que te corras cuando esté dentro de ti.

—Yo estaba bien con que me corriera primero. —El labio inferior de Mars se deslizó
en un puchero sorprendentemente sexy.

—No estés de mal humor, mi compañero. Voy a hacer que valga la pena. ¿Supongo
que no has traído algo de lubricante?

Mars resopló. 60
—Por extraño que parezca, yo no estaba pensando en lubricante.

Saint abrió la pequeña mesa al lado y no encontró nada.

—Déjame ver en el cuarto de baño.

Mars suspiró.

—Bien, pero date prisa.

—Paciencia, mi compañero —Saint amonestó.

El cuarto de baño tenía aceite de baño. Un elemento extraño para una base militar,
pero Saint no iba a cuestionar su suerte. Él lo trajo de vuelta a la habitación, agitando
triunfalmente.

—Buen trabajo. ¿Quieres que me prepare?

—No —Saint mantuvo la botella de la mano extendida de Mars—. Es para mí un


privilegio.

—¿Y cuando fue mi turno?

Saint encogió de hombros.


—Fui encarcelado durante siglos. No podía manejar que me prepararas todavía.
Hubiera sido más antes de empezar. Ahora deja de lloriquear y date la vuelta.

Mars gruñó antes de pasar a su posición.

—Es posible que desees trabajar en tu charla de almohada.

—Voy a hacerte gritar en la almohada, entonces podemos hablar de mis habilidades


de dormitorio.

Mars se rió.

—Por favor, siéntete libre para mostrarme este increíble talento tuyo.

Saint abrió de golpe el aceite y lo derramó sobre su mano. Con gran cuidado, deslizó
un dedo en su compañero, deslizándolo dentro y fuera hasta que Mars comenzó a maldecir.

—¿Hay algún problema?

—Realmente no puedes sonar inocente. ¡Jódeme!

—Huh. Pensé que estarías abajo.

—No lo sabes. Suficiente con los dedos. Más polla. 61


Saint sofocó una carcajada. Su compañero impaciente era más divertido de lo que
esperaba. La primera encarnación de Mars no había tenido mucho sentido del humor.
Prefería esta versión. Los dedos encorvados habían hecho que Mars agarrara la cabecera con
la fuerza suficiente que Saint estaba a la espera de que la madera se agrietara.

—¡Ahora!

—Compañero mandón —Saint echó aceite en su pene y lo extendió en torno a una


capa completa.

No le haría daño a su compañero por cualquier cosa, aunque Mars lo exigiera. Saint
lentamente se masturbó un poco para molestar a su pareja.

—Estoy esperando —Mars rompió.

—Oh, ¿quieres algo?

Saint agarró las caderas de Mars antes de que a su sarcástico compañero se le


ocurriera algo verdaderamente cortante que decir. Alineando la punta de su polla, presionó
lentamente dentro del agujero de Mars.

—Estás apretado.
—Te dije que había pasado un tiempo.

Una imagen de Zander jodiendo a Mars flotó en la cabeza de Mars.

Saint gruñó.

—Te advertí sobre eso.

—Hey, no puedo controlar mis pensamientos. Tú lo pediste.

Saint se empujó aún más, con cuidado pero decidido a reclamar a su compañero. Le
había gustado Zander cuando se habían conocido. Él odiaría tener que matar al político más
que por ser el primer amor de Mars.

—Voy a borrar a todos los demás hombres de tu mente.

—Buena suerte. —La mente de Mars estaba cuidadosamente en blanco.

Gruñendo, Saint fijó un ritmo lento. Luchó contra su gato interno que quería joderlo y
castigar hasta que su compañero supiera a quién pertenecía. Su mitad humana insistía que
ganaría a Mars más fácil a través de un lento y cuidadoso cortejo. Su fuerte medio Thresl
exigía la completa dominación. Las relaciones entre dos alfas eran un acto de equilibrio
cuidadoso y sin Saint teniendo una guerra dentro de sí mismo. 62
Impaciente, Mars se empujó hacia atrás. Saint palmeo su culo.

—Yo estoy a cargo.

—Entonces haz algo. No soy de cristal. Jódeme.

—Parte de estar a cargo es que yo marco el ritmo, no tú.

Mars se apretó alrededor de él. Saint palmeo su culo de nuevo.

—¡Deja de hacer eso! —Mars se quejó.

—Entonces deja de tratar de tomar el control. Puedes estar a cargo la próxima vez.
Esta vez lo estoy yo. —Saint pudo haber congelado la capacidad de Mars para moverse pero
quitándole la voluntad de su compañero hubiera asustado a Mars, no excitado.

Mars plantó cara en la almohada.

—Está bien —Saint apenas pudo distinguir su palabra apagada.

Una pulsación suave de los labios a la parte posterior de su cuello había hecho que
Mars levantara la cabeza para darle un beso en la boca.
—¿Te puedes girar?

Mars asintió.

Saint salió para permitir que Mars se moviera. Deslizó una almohada bajo el culo de
su compañero antes de empujarse volviendo a entrar

—Mejor. Quería ver tus ojos.

—¿Por qué?

—Porque tus ojos son los más expresivos que he visto nunca.

Cómo Mars mantenía la reputación de un duro capitán de la nave espacial con su


cándida mirada desconcertaba a Mars.

El ceño confundido de Mars tenía a Saint cayendo por otro beso. Sus labios se
encontraron, luego se abrieron lo suficiente para que sus lenguas se entrelazaran. Mars abrió
su mente a Saint hasta que casi podría arrancar los pensamientos de Mars como flores en un
campo. Nunca había conocido a nadie que se abriera a él por completo.

Un deseo profundo se vertió desde Mars a Saint como un río sin barreras. Hundido
por debajo de las olas de la necesidad de Mars, Saint se sumergió en la inundación. Su cuerpo 63
se convirtió en uno con Mars, en sincronía, se trasladó en un solo movimiento continuo, dos
piezas que se convirtieron en un mayor todo cuando se unieron en un lazo común. Sus
orgasmos lavándose encima no con gritos de finalización, pero con suaves suspiros de placer.

Alegría irrumpió de Saint como una estrella en explosión, su alma entrelazándose con
su compañero por toda la eternidad. Siempre estarían unidos. Los incisivos de Saint cayeron.
Sin pensarlo, se entregó a su mitad Thresl y hundió sus dientes en el hombro de Mars.
Gruñendo, chupó un poco de sangre del cuerpo de Mars. Una vez que su instinto de
reclamación se hubo desvanecido, quitó los incisivos y lamió la herida.

—Ahora estamos unidos —susurró.

Los ojos dorados de Mars estaban muy abiertos por la sorpresa y el asombro. Saint se
deslizó de su compañero, pero después lo acercó. Ellos eran un desastre. Semen recubría el
pecho de Mars y goteaba de su agujero, pero Saint nunca había visto a nadie tan hermoso en
su vida.

—Por primera vez, siento que soy tuyo. —La voz baja de Mars se envolvió alrededor
de Saint como una manta de confort.

—Tú siempre has sido mío. Sólo se te olvidó por un rato. —Saint apoyó la cabeza en
el pecho de Mars—. Toma una siesta. Mañana nos ocuparemos de los combates.
*****

Mars se despertó primero. Otro golpe suave en la puerta le hizo darse cuenta por qué
se había despertado por primera vez.

—Es Mathews. Hice que se vaya por otros diez minutos —Saint gruñó.

El hecho de que su compañero podía controlar a alguien lo suficiente como para


darles una línea de tiempo, probablemente debería haber preocupado a Mars. En su lugar, lo
encontró algo sexy. Mars nunca había pensado que disfrutaría de una pareja de tipo alfa.
Obviamente no se conocía a sí mismo tanto como había pensado.

—Compañero, tenemos que levantarnos.

—¿Por qué? —Mars acariciaba la cabeza de Saint, saboreando las hebras suaves de
deslizándose a través de sus dedos—. Vuelve a dormir.

Podían quedarse allí durante horas. ¿Por qué apurarse?

—Mathews estará de regreso.

—Pero no durante otros diez minutos. —Mars besó a Saint en la nariz—. ¿Qué vamos
a hacer con todo ese tiempo? 64
—Bañarnos —Saint se levantó y luego tiró de Mars de la cama después de él—.
Estamos muy pegados.

—Está bien. Pero tengo que lavarte primero.

—Sólo lo despedí durante diez minutos.

Mars se quejó entonces y de inmediato comenzó a tramar todo lo que podría lograrse
bajo ese plazo.

Terminaron su ducha con sólo unos minutos de sobra. Saint apenas se había
transformado de nuevo en su forma Thresl antes de que Mathews regresara.

Mars abrió la puerta al primer golpe.

—Me alegro de verte de nuevo.

Mathews no tenía la expresión alegre del día anterior.

—Lo siento, señor, hizo que lo hiciera.

Mars no tuvo la oportunidad de hablar antes de que otro soldado apareciera por la
esquina y le disparara con un dardo.
—Joder.

El mundo se volvió borroso en los bordes y luego se quedó a oscuras.

*****

Mars se despertó. Le tomó unos minutos para darse cuenta que su aturdido dolor de
cabeza no era de los efectos de una crisis de migraña, era la confusión sobrante de las drogas.
Sus ojos no se centraron en varios minutos, pero finalmente pudo distinguir el espacio a su
alrededor. Su mundo consistía en una celda grande, con una cama cómoda. Una mesa en una
esquina y un plato de comida que olía extrañamente tentador.

Moviéndose con movimientos lentos y cuidadosos, Mars se sentó.

—Hey, hombre.

Mars volvió la cabeza hacia la voz. El resto de él no estaba listo para más.

—Soy Balt.

—Mars.

—He escuchado a los guardias diciendo que tu compañero iba a hacer de ellos un
montón de dinero. —Balt tenía pelo largo rubio oscuro y sus ojos tenían una mirada
65
prudente, como un perro que había sido pateado mucho y que estaba esperando para la
próxima patada.

Ocupado al examinar al extraño, le tomó un momento antes que las palabras de Balt
tuvieran sentido.

—Son unos idiotas. Saint va a patear sus culos.

—¿Quién es Saint?

—Mi Thresl.

—Oh. Pues si es tan duro como piensas, él estará bien. Siempre toman con calma a los
primeros algunas veces.

—¿Qué estás haciendo aquí? —Mars no tuvo que preguntarle qué estaba haciendo
allí. Los soldados sin duda estaban poniendo a Saint en una pelea mientras hablaban.

—Mi Thresl es uno de los luchadores. Me mantienen y a un par de otros chicos aquí
abajo como seguros. Cuando nuestros Thresls ganan bastantes peleas, dicen que podemos ser
libres mientras luchamos por la causa o alguna mierda así. Todo el mundo sabe que no
siempre te dejan ir, excepto en una caja. Los dos últimos que perdieron sus compañeros se
volvieron locos. Les dispararon como perros salvajes.

—¡Mierda! —Era peor de lo que Mars y Saint habían pensado. Habían creído que los
Thresl estaban desacoplados. La lucha de Thresls acoplados incluso si no estaban
completamente unidos era inhumano—. ¿Sabes dónde están trayendo a los Thresl?

Balt negó con la cabeza.

—No, hombre. La mía estaba aquí cuando llegué. Yo sólo estaba estar haciendo
algunos trabajos de electricidad por contrato. Conocí a Sage y yo no podía dejarla atrás.
Quiero decir ella es mi compañera, hombre.

—¿Cuánto tiempo has estado aquí?

Balt parecía estar pensando en ello por un momento y luego Mars se dio cuenta de
que estaba contando.

Pequeñas marcas fueron talladas en la pared al lado de él.

—Treinta ciclos de comida.

—¿Te permiten verla?

—Sí, antes de cada pelea. No va a entrar si no me muestran a ella en primer lugar.


66
—Orgullo infundido en su voz—. Intentaron una vez y ella mutiló a su manejador.

—¿Alguna idea de dónde están peleando?

—He oído que están en la bodega de carga hacia el norte. Hay un montón de boxes
allí, para que puedan ocultarlos de cualquier cargo que se presente para su inspección.

—¿Me puedes llevar?

—Claro. Quiero decir que si yo saliera de aquí. —Balt miró alrededor de la celda—.
No veo que esté sucediendo, sin embargo.

—¡Compañero! —La voz de Saint atravesó el cráneo de Mars.

Se agarró la cabeza.

—Te escucho. No grites. ¿Dónde estás?

—En el pozo.

Maldita sea. Él no quería distraer a Saint mientras que luchaba.

—¿Estás bien?
El desdén de Saint se tradujo a través de su vínculo con el mismo sarcasmo como lo
hacía en persona.

—Sólo me hicieron luchar contra dos. Apenas tuve que trabajar en ello. Le he
impresionado por ahora, pero tenía que encontrarte primero.

—Quédate ahí, iré a ti.

—Hasta pronto.

Mars sonrió cuando Saint cortó la comunicación sin pedir más detalles. Lo
emocionaba que Saint tuviera plena confianza en Mars.

—¿Estás bien, hombre?

—Sí, estaba hablando con Saint. —No había razón para ocultar las cosas ahora. Su
infiltración había trabajado lo suficiente que habían encontrado lo que necesitaban. Vohne
podría tomar las cosas de aquí.

—Guau, eso es una poderosa conexión. No puedo hablar con Sage telepáticamente a
menos que sea en la misma habitación y luego sólo unas pocas palabras.

—¿Dónde están los otros compañeros? —Mars no iba a discutir los detalles de su 67
relación con Saint.

—Al otro lado del pasillo. Puedes oírlos a veces gritando. Ellos se lastiman
demasiado.

Mars no se rió de disgusto en la voz de Balt, pero le tomó esfuerzo. Mars se


desprendió el tacón de su bota derecha. Sonriendo, él sacó un bloqueo de selección del
compartimiento ahuecado.

—Hombre, ¿eres un espía o algo así?

—No, sólo un hombre al que le gusta estar preparado. Nunca se sabe cuando alguien
puede querer que lo encadenen a una pared.

—Kinky.

Recordando la celda de la cárcel de la que se había escapado la última vez, Mars


decidió no compartir su historia de ex-amantes, ratas y casi violación. Se había liberado y
matado a su captor, pero sido algo estrecha. Su otra bota mantenía un arma pequeña. Él
siempre abandonaba la nave preparado para lo peor. Su cautiverio se había producido durante
una parada de abastecimiento regular. Mars lo consideró una lección bien aprendida.

Después de tomar su tacón de la bota la cerró de nuevo, rápidamente levantó el


bloqueo y luego se trasladó a desbloquear la jaula de Balt.

—¿A dónde vamos?

—A llegar a los otros compañeros.

—Genial, hombre.

Mars le frunció el ceño a Balt, pero decidió que no valía la pena una discusión. No
tuvo tiempo para descifrar el extraño idioma de Balt. Pudieron localizar fácilmente a los otros
dos hombres al otro lado del pasillo.

—Soy Mars. ¿Os gustaría rescatar a vuestros dos compañeros?

—Entregarás nuestros culos —dijo un hombre de pelo oscuro con una cara delgada.

Mars se encogió de hombros.

—Tal vez, pero yo voy por mi compañero. Puedes venir conmigo o sentarte aquí
mientras yo voy a sacarlos a todos.

—Voy a ir. —Un hombre rubio con músculos abultados emergió de las sombras de
la celda—. Quiero a mi Thresl de vuelta. 68
—Bueno. El mío está luchando en estos momentos. Vamos a llegar allí antes de que
mate a todos.

Ahora que Mars tuvo a las mitades humanas recogidos y Saint combatía con los
Thresl, podrían hacer su escape. Ellos no conseguirían más información aquí.

—Estoy realmente listo para ir a casa. ¿Has terminado de hacer amigos? —La
impaciencia de Saint crepitaba en todo su enlace.

—Ya voy, dejo de quejarte.

—¿Aún hablando con tu pareja? —preguntó Balt.

—Sí, y aparentemente él está cansado de esperar. Balt ¿nos puedes conducir a la fosa
de lucha?

—Yo puedo —dijo el rubio—. Soy Salan.

—Encantado de conocerte. Yo soy de Mars.

—Telto. —El hombre moreno ofreció—. ¿De verdad crees que puedes sacarnos de
aquí?
—Sí. —Mars miró a su alrededor—. ¿Hay más de vosotros? Cuatro no parece
suficiente para un ring de lucha.

—Hay diez Thresls. Sólo tres todavía están acoplados. Los otros siete no encontraron
compañeros o rechazaron a los que el Almirante quería que se unieran. Todos ellos deben
estar luchando en el pozo. Al Almirante le gusta darles la esperanza de ganar su libertad.

—Bastardo. —Mars tendría un gran placer en matar a ese idiota. Desafortunadamente


para él, probablemente tendría que conformarse con denunciarlo a Vohne y los jefes
militares.

Con Salan a la cabeza, rápidamente atravesaron la estación. Por extraño que


pareciera, nadie trató de impedir que fueran a ninguna parte. Mars se preguntó si los otros no
eran conscientes del encarcelamiento de los hombres. Le preguntó a Balt.

—No creo que sepan que hemos estado encerrados. El Almirante limita a los que nos
pueden visitar.

—Huh. —Mars no tenía ninguna respuesta a eso.

Redujeron la velocidad cuando el ruido de gritos y abucheos sustituyó los sonidos


normales de un funcionamiento de la estación espacial. 69
—¡No! —gritó alguien seguido por una serie de abucheos.

Mars se escurrió hasta el borde de una fila de cajas para tener una mejor visión. Lo
que vio tenía su mandíbula cayendo libre. Saint se quedó tranquilamente en una esquina de
una arena acordonado de lucha. Tres Thresl se opusieron a él. Ninguno de ellos se movía.

—¿Has terminado de mirarme fijo, amor, o ¿te querrías venir más cerca?

Mars suspiró. Tomar a su compañero por sorpresa sería una aventura de por vida.

—Vamos, muchachos.

Sin esperar a ver si seguían, Mars marchó a través de la multitud al lado de Saint.

—¿Has terminado de jugar?

Saint giró su enorme cabeza de pelaje negro en la dirección de Mars.

En un instante se transformó en humano. Con un gesto de la mano se había vestido.

—Supongo que sí.

—¡Estás unido a él! —El Almirante Holland salió de la multitud—. ¡Te lo advertí!
De su chaqueta sacó un arma y apuntó a Mars.

—Nunca debiste venir aquí. Estás arruinando todo.

—Bueno, estamos de acuerdo en algo, después de todo —dijo Mars—. Saint, pareja,
¿te gustaría hacer los honores?

Saint asintió. Tendió la mano con la palma hacia adelante. El Almirante voló por el
aire y se estrelló contra un muro de cajas. Toda la pila se derrumbó con un golpe contundente.

—Vamos a enviar a alguien a buscarlo —Saint señaló a un hombre alto y de pie a un


lado del pozo como si arbitrara la lucha—. Tú le entregarás a las autoridades cuando lleguen.
Hasta entonces, lo encerrarás.

Mars se estremeció por la laminación en poder de Saint. Sabía, sin duda, que su
compañero había usado su habilidad de convencer. El soldado se movió de una manera
inconexa y extraña yendo a recuperar al Almirante. Mars miró hacia otro lado. El control de
la mente le enervaba. En su lugar, dio su atención a los Thresl y sus compañeros.

—¿Queréis venir a Nillre con nosotros? Vamos a tener que informar de ello al Rey —

Para sorpresa de Mars, fue unánime.


70
—¿Podría ir yo también, señor? —Mathews dio un paso entre la multitud para
acercarse a ellos.

—¿No tienes un compromiso militar? —dijo Mars.

Mathews inclinó la cabeza con terquedad.

—Después de lo que ha pasado aquí, no creo que vaya a tener problemas por dimitir.

—Él puede venir —declaró Saint—. Lo llevaremos al pueblo por sus características
determinadas. Si se aparea con un Thresl, Vohne puede concederle inmunidad.

Mathews amplió tanto su sonrisa que calentó el corazón de Mars después de toda la
situación sórdida.

—Muy bien. Le puedes decir a Vohne lo que sabes acerca de este pozo y cómo se
produjo.

—¡Grandioso! —Mathews gritó.

—Tienes quince minutos para empacar todo y reunirte con nosotros en el barco.
—Mars quería ayudar al chico, pero no iba a esperar a nadie.

—No necesito hacer las maletas. No hay nada aquí que quiera llevar conmigo.
—¿Qué pasa con el resto de vosotros? —Mars solicitó al grupo.

Todos ellos negaron con la cabeza.

—Está bien, vayámonos.

Mars se preguntó por qué nadie los interceptó en su salida. No fue sino hasta unos
pocos días después que se enteró de que era porque Saint los había paralizado para que no
pudieran moverse.

71
Capítulo Cuatro
Saint llevó a Mars a sus habitaciones en el palacio. Tenía una suite en el ala Real.

—Esta es una preciosidad. Debe haber pertenecido a una persona importante.

Saint la valoró como si lo viera por primera vez, tomando los muebles finamente
elaborados y los tapices ligeramente desvanecidos.

—Vohne me dio las antiguas habitaciones de su padre. Él dijo que podía renovarlas.
Yo estaba esperando a mi compañero para hacer una decisión final.

—¿Por qué?

—Pensé que podrías querer aportar en el lugar en el que vas a vivir. Tonto de mí.

—Tienes razón. Me encanta la decoración. —Mars le dio una palmada—. Yo estaba


pensando verde brillante con ribete morado.

—Tú estás fuera del comité de decoración.

Se agachó por la almohada que Saint le tiró. 72


—¿Qué, no te gusta mi gusto?

Saint resopló.

—No tienes ninguno.

El comunicador de Mars zumbó. Echando un vistazo a la lectura, sonrió.

—Svin acordó reunirse con nosotros. —Mars agitó el dispositivo hacia Saint.

—¿Soy al único que le resulta extraño que el primo de un Duque esté de acuerdo en
reunirse con un capitán pirata?

Mars olfateó.

—Sabes que yo tengo una reputación galáctica por ser un nefasto sujeto que pasa de
contrabandear todo tipo de cosas. Me he reunido con miembros de la Realeza de varias
especies.

—Ah, un ladrón bien redondeado, mis disculpas.

—Disculpa aceptada. —Mars aceptó amablemente.

—¿Crees que él está buscando una nueva fuente para ayudar con su tráfico y planea
tomar Thresl con un hombre que tiene una reputación para el contrabando de ellos?

—Quizás. A veces esto ayuda a tener una mala reputación.

Saint se inclinó.

—Voy a tener que confiar en ti para ayudarme a pasar a través de esta nueva vida
criminal que he adquirido.

—Estoy de acuerdo contigo en que algo está mal con toda esta configuración. Mis
instintos están gritando que estamos posiblemente yendo a una trampa. No estoy
completamente ajeno al posible peligro.

—¿Para qué? Quiero decir que ahora que sé que eres un secuestrador infame de
Thresl, pero ¿por qué te pondrían una trampa? —Saint no dejaría que nadie hiciera daño a su
compañero, pero a él no le gustaba caminar a ciegas a una trampa. Había algunas cosas que lo
matarían incluso a él.

Mars se encogió de hombros.

—No lo sé, pero algo definitivamente se siente mal.

—¿Crees que deberíamos llevarnos seguridad? 73


—¿A quién? No creo que ninguno de los soldados vayan a escucharme.

—Debemos decirle a Vohne y Kres lo que está pasando —dijo Saint—. A Vohne no
le va a gustar si piensa que le hemos recortado fuera del lazo.

—Pensé que no te importaba lo que pensara Vohne.

—Yo nunca he dicho eso. No creo que él deba seguir siendo el Rey. Esa es una
materia completamente diferente. Él tiene que saber lo que está pasando con los Thresl o no
puede tomar decisiones adecuadas. —Saint respetaba a su sobrino, y aunque tenía previsto
ocupar su trono, esperaba mantener una buena relación entre ellos.

—También podríamos pedirle a Zander y Leo.

Saint gruñó.

Mars se rió.

—¿Qué pasa contigo? Zander es un gran tipo.

—El fue tu primero.

Mars sonrió por algo de memoria.


—Sí, lo fue. He tenido algunos buenos momentos con Zander, a continuación, le
rompí el corazón. Estoy contigo, y en caso de habértelo perdido, tiene a Leo. Su compañero
podría no ser el macarra que eres tú, pero Leo se haría cargo de cualquier persona que tratara
de tocar a su compañero.

—Buen punto, llámalo. Voy a tratar de mantener mis celos para mí mismo. Soy
bastante aficionado a Leo. Es un buen gatito.

—Yo no le llamaría eso. Casi me arrancó la cara por ese error. —El pequeño Thresl
tenía un lado feroz.

—Lo tendré en cuenta. No me gusta la situación. No puedo dejar de pensar que sólo
estamos perdiendo una pieza importante de este maldito puzzle.

—De acuerdo. Voy a llamar a Zander y ver si puede ayudar.

Saint vagó hacia el balcón mientras que Mars hizo sus llamadas. Él no quería estar al
alcance del oído, si Mars utilizaba ese tono mimoso que siempre tenía cuando hablaba con
Zander.

Su gran historia de amor podría haber terminado hace años, pero Mars tenía buenos
recuerdos del político, y el corazón de Saint dolía un poco de que Mars podría no tener nunca 74
los mismos pensamientos cariñosos acerca de él.

Mars no tiene una opción con Saint, estaban destinados a estar juntos. Mars había
elegido dejar a Zander por su cuenta, pero Saint se preguntaba si a veces Mars lamentaba esa
decisión.

Saint nunca había tenido que lidiar con un ex amante antes. El sorprendente dolor le
trajo alegría porque Mars no tuviera una serie de ex novios siguiéndolo como cachorros
perdidos.

Dejando que Zander había roto un poco de Mars, Saint sabía que nunca sería capaz de
arreglarlo. Mars podría ser el gran amor de Saint, pero era cada vez más evidente que Saint
nunca sería la gran pasión de Mars. Esa posición ya había sido ocupada por Zander y nunca
podría ser reclamada.

—Él va a venir —dijo Mars, dando un paso hacia fuera en el balcón.

—Por supuesto que lo hará. —Saint trató de mantener la amargura en su voz, pero
sabía que no lo había logrado cuando Mars le dio la vuelta de modo que se enfrentaran entre
sí.

—¿Qué pasa?
—Es una estupidez. —Saint se volvió como si la visión fuera la cosa más fascinante
en el universo. En realidad, ni siquiera veía la escena que tenía delante.

Mars pellizcó la barbilla de Saint y lo obligó a mirarlo a la cara.

—¿Qué?

—No me gusta que Zander fuera tu gran amor. —No había planeado dejar escapar
eso. Valentía, fuerza y poder eran las imágenes que proyectaba a su compañero... no la
inseguridad. Esta vulnerabilidad le había agitado mentalmente para mantener el equilibrio.

Mars le dio un beso a Saint.

—Hay cosas que no pueden cambiar. Zander es mi pasado. Tú eres mi futuro.

—Has leído eso en alguna parte ¿no?

—Videos de noche del domingo. Tienen las mejores películas.

Saint rió. Su melancolía desapareció mientras más tiempo se ponía de pie en el balcón
con su pareja.

—Tienes razón. Tú eres mío ahora. No debería dejar que lo que hacías antes de que
me conocieras cambiara nada. Supongo que ya que yo estaba atrapado en el palacio, pensé
75
que estarías aquí esperándome. Nunca me imaginé que estarías teniendo una vida fuera de los
tuyos. Estúpido, lo sé.

Mars sacudió la cabeza.

—No es estúpido, un poco ingenuo, tal vez, pero no estúpido. Si yo estuviera atrapado
por siglos, me gustaría pensar que mi compañero se quedaría puro para mí también. Yo diría
que lo siento, pero mis experiencias son parte de mí. Creo que puedo ser un mejor compañero
porque he tenido alguna experiencia en la vida. Además, tú no quieres algún inocente
virginal. Te aburrirías dentro de una semana.

—Es cierto. —Saint no podía negar ese hecho. Si se hubiera encontrado un


compañero prístino y esperando para que él se presentara, no se habría convertido en la
pareja perfecta que Mars era. Las experiencias de Mars añadían su atractivo—. Estoy
culpando injustamente a Zander cuando debo agradecerle por la persona que eres.

—Creo que no es necesario ir tan lejos —Mars se sonrojó. Saint lo observaba


fascinado. No sabía que su pareja pudiera sonrojarse.

Saint sonrió.

—Está bien, voy a mantener mi efusividad a un mínimo. ¿Cuándo pueden ir con


nosotros para ver a Svin?

—Mañana. Zander tiene que terminar el trueque de los derechos mineros o algo así.

Saint deslizó un dedo por el pecho de Mars.

—¿Qué podemos hacer para matar todo ese tiempo?

El estómago de Mars gruñó.

—Estoy pensando en que tenemos que conseguir algo de comida. ¿Quieres pedir algo
a nuestra habitación?

Saint pensó por un momento.

—No. Tengo que aprender más acerca de nuestra gente. Si planeo hacerme cargo de
la realeza, tengo que aprender cómo debo ser como un ser humano. Si no pueden respetarme,
no puedo ayudarlos. Tengo que averiguar sus gustos y disgustos y cómo quieren que lleve el
reino. Si van a conspirar contra mí, necesito saber eso también.

—¿Pensé que ibas a dejar eso a Vohne?

—Me gusta mantener mis opciones abiertas. 76


Si Mars deseaba pensar que Saint iba a renunciar a su objetivo en la vida de recuperar
el trono, lo dejaría. Sus planes no habían cambiado, pero podría tener que ser más disimulado
acerca de cómo tomaría el trono. Si Vohne, Kres y Mars estaban enfadados con él, nunca
conseguiría un momento de paz.

Mars suspiró.

—Así que... ¿de reconocimiento?

—Sip. Vamos a comer y espiar a nuestros compañeros miembros de la Realeza.

—Suena divertido —Mars, arrastró las palabras.

*****

Si el señor que se sentaba al lado de ellos no dejaba de quejarse, Saint le arrancaría el


corazón y lo presentaría como un manjar en la mesa de la cena. El incesante lloriqueo de
Denford conseguiría su último nervio. Debió haberse mostrado, también, porque Mars no
había dejado de sonreír.

—Así que déjame entenderlo —Saint gruñó—. ¿Crees que el Rey debe renunciar a
tierra real para sus hijos?
—Ellos no están haciendo nada con ella. —El Conde Denford defendió su reclamo.

—Si no recuerdo mal, es un bosque protegido con derechos de agua a varios lugares
residenciales —Saint gruñó.

—Es suelo no urbanizable.

—Eres un idiota. —Saint respondió—. Nunca tendrás la tierra.

—Dices tú. El Rey no puede ser tan cerrado de mente. Es un hombre justo.

—Es cierto. —Mars saltó en la conversación.

Debió leer la mente de Saint y reconoció que estaba a un segundo de rasgar la cara del
hombre. Seguramente nadie podría hacerlo responsable.

—Vohne es muy imparcial, por lo que no iba a dejar que tu avaricia se interponga en
el camino de sus vecinos recibiendo agua dulce. Tal vez deberías subir con una manera
diferente para que tus hijos se conviertan en propietarios de la tierra.

—¿Cómo? —El rostro del Conde petulante se puso rojo.

—Sigue la tradición de hace mucho tiempo de casarse con ellos fuera de los
terratenientes —Mars sugirió.
77
—Yo no voy a intercambiar a mis hijos.

Saint encontró la indignación del Señor Denford ridícula, ya que había planeado robar
la tierra de la corona para sus hijos.

—Tal vez deberías hablar con el Rey o la pareja del Rey. Estoy seguro de que alguno
de ellos sería capaz de ayudarte a subir con tus ideas.

—Oh... um... no quisiera molestar Kres. Está muy ocupado. Ya se me ocurrirá algo.

El Conde se levantó y se fue sin decir adiós.

Mars echó atrás la cabeza y rió.

—Puede que tenga que trabajar en tus habilidades con la gente, dulce.

Saint gruñó con frustración. Había dos cosas que había aprendido escuchando a las
personas que los rodeaban. En primer lugar, el Rey Vohne era universalmente querido y en
segundo lugar, Kres era considerado con cautela y temor por la mayoría de la población. A
juzgar, les gustaba la capacidad Kres para proteger a su Rey, pero personalmente le daban un
gran rodeo.
Él compartió sus hallazgos con Mars.

—Podemos hacerlo a la inversa. Soy muy amable y puedes ser el gruñón. Además,
¿ya definimos quién era Kres en esta relación?

Riendo, a Saint casi se le cayó su bebida. Probablemente no habría sido tan divertido
si no fueran ciertas. Una vez que terminaron de comer, se dirigieron de nuevo a su habitación.
Dando vuelta a la esquina de su suite, Saint congeló. Agarró el brazo de Mars antes de que su
compañero diera otro paso.

—Espera.

—¿Por qué? —Mars siguió el ejemplo de Saint y mantuvo su conversación


telepática.

—Huelo algo. —Sus instintos se erizaron en una advertencia—. Peligro.

Antes de Mars pudiera pedir detalles, el Conde Denford pasó corriendo junto a ellos.

—¡Espera! —Saint gritó.

El Conde arrojó una mirada desdeñosa a Saint por encima de su hombro mientras él
seguía en su camino. 78
—No tengo ningún interés en hablar con usted.

Saint mantuvo a Mars de avanzar.

—No. Todavía no.

Esperaron unos diez segundos. Saint contó.

—Tal vez te has equivocado —dijo Mars.

Una explosión sacudió el palacio. Yeso roció alrededor de la esquina junto con trozos
de piedra y madera.

Saint supo que había reconocido el olor, pero no podía recordar de dónde hasta que
fue demasiado tarde.

Era el mismo olor que había encontrado en las barricadas de fuera de la ciudad. Polvo
de la mina. Era una fórmula especial utilizada por los mineros para limpiar las cuevas. Por sí
solo, el polvo era inerte, pero combinado con un quemador especial el material podría
explotar una montaña.

El personal de emergencia se apresuró por delante de ellos en respuesta a revisar los


daños de la explosión. Saint esperó. Cuando se desencadenaron otras bombas, soltó el brazo
de Mars.

—¿Seguimos? —Mars indicó a Saint adelante.

Saint se encogió de hombros.

—Puede ser. Tal vez podamos determinar quién lo plantó.

—Creo que tenemos que visitar al primo del Duque un poco antes de lo previsto
—dijo Mars—. No me gusta hacia dónde va esto. El momento es un poco demasiado bueno.
Alguien no nos quiere investigando más.

—¿Crees que Svin hizo esto?

Mars se encogió de hombros.

—No lo descarto.

Caminaron alrededor de la esquina para encontrar su habitación en ruinas. Toda la


pared de su privado había bajado con la bomba. Sus pertenencias estaban enterradas bajo
toneladas de escombros.

—Al menos esta vez no estaba debajo de ella —Saint, arrastró las palabras. 79
—Eso no es gracioso —Mars dio un gruñido sorprendentemente bueno para un
hombre que decía tener sólo un cuarto de sangre Thresl.

Saint examinó el daño. El cuerpo caído del Conde yacía como una muñeca rota en el
otro lado de la sala

—No, esto no es divertido en absoluto. Supongo que no es necesario preocuparse de


embalar nuestras bolsas.

—¿Qué pasó? —Preguntó Kres. Vohne estaba a su lado, lo suficientemente arrugado


que Saint tenía una buena idea de lo que habían estado haciendo antes de la explosión.

—Nuestro buen Conde ignoró mi consejo y caminó alrededor de la esquina —Saint


señaló el cuerpo.

—¿Cómo sabías que era peligroso? —Kres entrecerró los ojos con recelo.

—Olí el polvo. Debió haber habido un cable trampa o un temporizador conectado a la


bomba. Por desgracia, no lo reconocí hasta que él ya me había ignorado, o podría haber
intentado disuadirlo más fuertemente.

—¿Podrías haberlo hecho? —preguntó Vohne.


—Bueno, él era bastante irritante —Saint señaló razonable.

—Lo que mi compañero está tratando de decir es que él habría parado al Conde si
hubiera sabido de cierto que algo andaba mal en lugar de limitarse a sospecharlo. No
teníamos ni un deseo para la muerte del Conde.

Saint se encogió de hombros. No le importaba de una manera ni la otra si el hombre


moría. Sin embargo, su compañero le había dicho que tenía que fingir al menos sentir
compasión, incluso si no podía entenderlo honestamente. Si el Conde lo hubiera escuchado,
él todavía estaría vivo. Saint tenía poca paciencia para los idiotas.

—Por lo menos ahora sus hijos tendrán algo que hacer. —Ofreció brillante.

El resplandor que recibió de su compañero no le animó a pensar que había dicho la


cosa correcta.

Mars suspiró.

—Vamos a trabajar en ello, amor.

—¿Trabajar en qué?

El resoplido de diversión de Mars no le tranquilizó en absoluto. 80


—Vamos a hablar —dijo Vohne.

Saint y Mars siguieron la pareja Real de vuelta a su oficina. La habitación olía un


poco a sexo y por los labios hinchados de Kres, tenía una idea de por qué. Sin embargo, por
una vez las ganas de decir lo que pasaba por su mente se desvanecieron ante el ceño fruncido
de su compañero.

—Esto no fue nuestra culpa —Saint comenzó la conversación. No le gustaba que lo


tiraran a la oficina como un niño recalcitrante que había cometido un crimen que sus padres
tenían que regañarlo.

—Alguien está tratando de mataros —Vohne no perdió cualquier palabra en andarse


por las ramas. Saint apreciaba eso del hombre.

—Lo sabemos. Nos damos cuenta de que debemos estar cerca de encontrar quién es
el autor intelectual de la operación de contrabando. Hemos tomado el cuidado de los más
fuera del planeta por el cierre de los pozos de combates. Creo que es sólo una cuestión de
tiempo antes de que el resto de ellos queden en el camino —Mars concluyó.

—Excelente trabajo, por cierto. —La sonrisa de aprobación de Vohne calentó a Saint.
Aunque cronológicamente sabía que era más viejo que Vohne, el Rey a menudo se sentía más
como un hermano mayor que un sobrino. Por suerte, Vohne no parecen tener ninguna de las
tendencias sádicas de su padre.

—Gracias, sobrino.

Kres sonrió.

—No creo que Vohne esté listo para un momento de unión familiar todavía.

Saint se encogió de hombros. Nunca está de más recordar al Rey su relación y cuánto
el padre de Vohne le había jodido.

—Amor, ¿no te gustaría no ser la pareja del Rey más? —preguntó Vohne, no
quitando su mirada de Saint.

Kres no levantó la vista. Su atención se centró por completo en su proyecto de


limpieza de las uñas con una daga mortal afilada.

—¿Por qué? ¿Me está haciendo Dios Emperador después?

Saint sonrió pero se contuvo la risa. De todos los hombres en la habitación, sus
instintos Thresl gritaban que Kres era el depredador más grande de todos ellos. Si ellos no se
aseguraban de que Kres estuviera totalmente de acuerdo, Saint sin duda sería envenenado o
degollado mientras dormía. 81
Dudaba de que hubiera mucho que la pareja del Rey no haría para asegurar a Vohne
cualquier cosa que el Rey quisiera. Esa clase de lealtad era rara incluso entre los Thresl.

—Yo creo que a Saint le gustaría recuperar el trono. —El tono templado de Vohne no
engañó a Saint.

Se dio cuenta de que el Rey sentía a su compañero fuera.

Kres levantó la vista, clavando a Saint con una mirada gélida.

—Nunca he tomado parte en una sangrienta resistencia. Podría ser divertido.

Vohne rió.

—Creo que Saint está pensando en más como una rendición pacífica.

—¿Por qué deberíamos renunciar? Quiero decir, yo no podría ser capaz de sobrevivir
sin mi fantasía y de disfrutar de mis joyas brillantes.

Las únicas joyas que Saint podía detectar en el compañero del Rey era la daga
decorada que Kres habían tomado haciéndola girar durante su conversación.

—Él va a matarnos mientras dormimos.


La voz de Mars se hizo eco de los propios pensamientos del Saint.

—Estoy de acuerdo.

—Estoy seguro que puedes guardar cualquier joyas que te guste —Saint, dijo
suavemente—. Además, no se te puede usted lanzar fuera del palacio. Puedes mantener tus
habitaciones. Estamos muy contentos con las asignadas a nosotros. Bueno, estábamos. Estoy
seguro de que podemos encontrar otras. Es un castillo, después de todo.

—Entonces, ¿cómo este cambio afectará a mi lujoso estilo de vida? —Kres arrastró
las palabras—. ¿No voy a tomar el desayuno servido en esas bandejas de plata? Tengo que
decir, me gusta mucho eso.

La boca de Vohne se crispó.

—Estoy bastante seguro de que puedo conseguir la comida, amor.

—¿Me voy a salir de los acontecimientos formales?

—No. —Saint entró en la conversación, ya no contento con ser ignorado—. Vosotros


dos seríais los herederos aparentes si algo me pasa a mí.

Kres levantó una ceja. 82


—¿Cómo qué? ¿Ataque con bomba? No puedo pensar en nada más fuerte suficiente
para llevarlo a cabo.

—Voy a tratar de no ofenderme porque estabas buscando cosas que me pueden matar.

Kres se encogió de hombros.

—No lo tome como algo personal. Siempre compruebo las debilidades.

—Me gusta la forma en que piensas, pareja del Rey. Si ya no te hubieras unido
cuando renaciste, podría haber tenido cortejándote.

Un doble gruñido hizo eco en la habitación. Si las miradas mataran, los ojos de Mars
deberían haber incinerado a Saint en el acto.

—¿Qué? Dije sí.

—Sé que mi padre arruinó tu vida —dijo Vohne, rompiendo la tensión—.Y no amaría
nada más que entregarte el mundo e ir a jugar con Kres entre las estrellas, pero nuestro pueblo
se merece algo mejor que eso. Si tú vas a conducirlos, tienes que aprender primero a ser un
líder. Creo que si te ofrecemos un periodo de transición, las cosas van a ir más suave para
todos.
—¿Cuánto tiempo de transición? —¿Había subestimado a Vohne? ¿Era tan malo
como su padre?

—Un año.

—Eso es razonable. Acepta el trato, amor y los dos podemos dormir bien por la
noche.

Saint vio que el compañero del Rey estaba observando a los dos de cerca.

—¿Estás de acuerdo con esto, Kreslan? No te quiero como un enemigo.

Kres examinó a Saint y Mars lentamente, como si no estuviera seguro de si eran


amigos o necesitarían de una medición de ataúd.

—Yo lo estoy, si estás dispuesto a guiar a la gente Thresl por un camino positivo. Han
pasado por mucho últimamente. Necesitan un tiempo de paz. Creo que la propuesta de Vohne
es una buena. Está cansado de conducir, yo nunca he querido ser de la realeza y se te negó tu
derecho de nacimiento. Es un buen compromiso y sin hacer que todos se preocupen
intimidando tu camino al poder. No queremos causar un levantamiento.

Saint asintió.
83
—Yo no había pensado en ello desde la perspectiva de la gente —Tonto de él.
Necesitaría a Vohne a caer de nuevo si quería ganar la confianza de todos. Si sólo se hacía
cargo del trono, los seguidores leales de Vohne lo lincharían. Saint sólo podía tomar el trono
si fuera porque se lo daba públicamente ante los demás. Si Vohne quería hacerlo de esta
manera, Saint no podía objetar. Esto tiene más sentido para su pueblo.

—Suena justo. Para que lo sepas, Mars y yo vamos a hablar con el primo del Duque
Hellbur, Svin, con Zander y Leo. Creemos que él sabe algo. No estamos seguros de si él es el
que contrabandea las personas, pero él vive en una zona aislada donde podía ocultar
fácilmente sus acciones.

Vohne asintió.

—Ten cuidado, si Svin está involucrado, ha estado haciendo esto desde la purga, y no
tendrá miedo de matarte. ¿Quieres más refuerzos? Podría darte unos soldados para que te
acompañen.

—No. Si vamos allí con un ejército, se levantará fuera. Yo no quiero que sea más
sospechoso que antes. Le dije que tengo algunas preguntas con respecto a su propiedad.
Limita con algo de tierra de su padre que debería haber sido mía.

Vohne frunció el ceño.


—No recuerdo ninguna tierra allí.

—Esta al sur de la tierra de Svin. No hay nada allí, pero es un buen pedazo de
pastizales y siempre había querido construir una casa allí —Sueños una vez abandonadas
estaban regresando a la vida.

Ahora Saint podía atreverse a esperar un futuro con su pareja.

—Podría ser un buen lugar para un retiro real.

—¿Quieres decir que una vez que estemos de acuerdo en hacernos a un lado? —Kres
intervino.

—Sí. Tenía la esperanza de que lo haríais de inmediato, pero la idea de Vohne tiene
más sentido. —No era un punto el inicio de una situación de pánico cuando todas las partes
estaban de acuerdo.

Vohne sacó un mapa. Tras el examen de un momento, apuntó un punto en el papel.

—¿Es esta la tierra que estabas hablando?

Saint acercó al mapa.

—Sí. Huh, se marca como parque público. Eso no tiene sentido. Mi hermano nunca
84
habría dejado que se fuera esa propiedad. No sólo es una valiosa ubicación entre una mina de
oro y un gran lugar de agua dulce, él no tenía una donación en los huesos del cuerpo. De
ninguna manera iba a dejar a nadie más para disfrutarla.

—¿Por qué no sabía yo de esta propiedad? Debería haber sido registrado si


perteneciera a la casa real —Vohne montó en su comunicador y Saint le oyó hablar a su
hermano Bleine. Después de una breve conversación, colgó—. Bleine nunca más supo de
ello tampoco.

—Esa podría ser la ubicación de la base —Kres se inclinó sobre el mapa—. Creo que
Saint tiene razón y Svin está en esto más profundo de lo que sospechábamos. Las montañas
podían ocultar pequeños aterrizajes de transbordadores.

Saint se quedó mirando el mapa.

—¿Podría ser tan simple?

Mars apretó el brazo de Saint.

—¿Por qué no? Si nadie más sabía de la propiedad, no tendrían que cambiar su
ubicación. Sería bastante fácil de ocultar todo.
—Tenemos que investigar esto con cuidado —Saint miró más de cerca el mapa—. Si
esto ha estado pasando por años, ¿quién sabe lo que tienen ahí? Tenemos que proceder con
cautela. Podrían tener una presencia militar entera y ninguno de nosotros lo sabría.

Vohne se pasó los dedos por el pelo.

—Siempre me siento como si estuviera detrás de la pelota. Desde que volví esta
última vez, me he sentido manipulado. Es como si otra fuerza me estuviera poniendo en
marcha a fallar. Sólo Kreslan me ha impedido volverme loco.

—No estoy seguro de que haya hecho bien el trabajo —bromeó Kres. Le dio un
codazo a Vohne con su hombro.

Vohne besó a Kres en la mejilla.

Saint miró hacia otro lado. El cariño informal entre Vohne y su compañero le afectaba
más que verlos besándose.

—¿Qué pasa? —La voz de Mars en su cabeza tenía a Saint encogiéndose de


hombros.

—Nada. Son una buena pareja.


85
—Sí lo son.

—Vamos a hacer un plan. Quiero estar en esto también. —Kres frotó las manos como
si no pudiera esperar para comenzar una invasión. De lo que Saint había observado, era
probablemente correcto.
Capítulo Cinco
La casa de Svin podría haber sido una pintoresca casa de campo una vez, tal vez. Mars
se esforzó por entender el atractivo de la arquitectura que parecía como si alguien hubiera
agregado continuamente otra sección sin tener en cuenta la forma o función. Se ponía en
cuclillas sobre su parcela de tierra como una masa de piedra gris que se había derretido de
alguna manera en el suelo. Cualquier concesión de belleza arquitectónica que tuviera se
había desvanecido en la nada.

—Esa es una casa fea —declaró Saint.

Mars nunca tenía que adivinar lo que pensaba su compañero. El insistente Thresl no
tenía ningún problema con compartir su opinión, no importara lo grosero que sus palabras
pudieran sonar. Tal vez estar tanto tiempo en aislamiento con sólo a sí mismo para hablar
había deformado los filtros sociales habituales. A Saint no parecía importarle si a alguien le
gustaba lo que decía o no. Decía lo que quería y la gente podía hacer con ello lo que
quisieran.

—Que todo el mundo esté atento —Mars advirtió—. No me gusta esto, está
demasiado tranquilo.
86
—Estoy de acuerdo. —La voz baja de Kres sonaba extrañamente fuerte en el silencio
de la casa.

Ni siquiera los pájaros cantaban cerca del enorme edificio. Un depredador vivía en el
interior, incluso la vida silvestre había tomado nota de ello.

Casi habían tenido que poner guardias personales al rey, pero por la insistencia de
Kres, Friln y Nelrin se quedaron atrás para controlar al príncipe y a su compañero. Si este
viaje estúpido les mataba a los cuatro, Bleine sería necesario para velar por el planeta natal
Thresl y recuperar la corona. Mars había aprendido algunas nuevas malas palabras cuando le
habían dicho a Bleine de su plan.

Zander y Leo se habían reunido frente a la casa de Svin y ahora se pusieron en


cuclillas sobre la hierba junto con los otros. Entre los seis, Mars estaba seguro de que podría
superar cualquier obstáculo.

—¿El primo de Hell hace magia? —preguntó Zander.

—¿Por qué? —preguntó Mars. Dio otro paso hacia adelante. El crujido fuerte de la
electricidad fue su única advertencia antes de ser recogido por una mano invisible y tirado a
diez metros en el aire.
Mars perdió la pista de arriba y abajo mientras su cuerpo volaba como un pájaro.
Siempre había envidiado sus habilidades hasta ese momento. La gravedad no era su amiga.
La zorra le dio un tirón de nuevo a la tierra con fuerza como para rasgar sus huesos.

—¡Ahh! —El sonido irrumpió de entre sus labios sin pensarlo. Dolor irradiaba a
través de la espalda, caderas... infierno, todo su cuerpo le dolía.

—¡Mars! ¿Estás bien? —Saint arrodilló a su lado, con los ojos color oro preocupados.

—Vas a conseguir ensuciarte. —Ese pensamiento circuló por su cabeza en un bucle


incesante.

Después de ser enterrado bajo un palacio polvoriento, Saint permanecía siempre


impecable. Odiaba el polvo en su ropa.

—No me preocupo por la ropa. ¿Cómo estás?

—Tengo que verme aún peor de lo que me siento si no te importa tu ropa.

Saint deslizó un brazo bajo los hombros de Mars para ayudarle a sentarse.

—Ouch .

Saint congeló.
87
—¿Necesitamos enviarte de vuelta al castillo por atención médica?

—Estoy bien. Sólo un poco sacudido. Tengo suficiente sangre Thresl para
protegerme de una caída.

Mars se burlaba. En privado, quería arrastrarse de vuelta a su habitación y contar sus


dientes para saber que ninguno de ellos se había sacudido suelto.

—¿Puedes levantarte? —Zander se unió a ellos con Leo pisándole los talones.

—Sí, ayudadme a levantarme.

Zander agarró un brazo mientras Saint agarró el otro. Entre los dos consiguieron que
Mars volviera sobre sus pies.

—No, no hay problema. —Mars se tambaleó un poco. Saint envolvió un brazo


alrededor de él para estabilizarlo.

—Estarás bien —Saint le aseguró.

—¿Estás seguro? —preguntó Zander.


—Sí, lo que él dijo —Mars señaló a Saint. Su cabeza le daba vueltas. Vaya especie de
ayudante que era.

Se puso a sí mismo noqueado antes de que incluso llegaran a la puerta principal.

Zander sacó una caja negra de su bolso y luego entregó su cartera a Leo.

—Voy a estar de vuelta.

—¡Ten cuidado! —Leo gritó tras él.

—¿Qué va a hacer? —preguntó Mars, viendo acercarse a Zander el campo de fuerza.

Ansiedad corrió a través de su pecho. Zander no tenía sangre Thresl para mantenerlo
a salvo.

Leo se encogió de hombros.

—No lo sé. Acabar con el campo de fuerza, supongo.

—¿Cómo?

Zander abrió la caja y sacó un pequeño triángulo de plata que se encontraba en el


suelo. Yendo tres metros atrás, sacó un mando a distancia de la caja y le dio a unos pocos 88
botones. Una oleada de luz azul brotó del triángulo.

Un hedor a quemado flotó de nuevo hacia ellos. A continuación, un pequeño ruido


que hizo estallar, Mars había observado a su viejo amor con preocupación.

—¡No te mates!

Zander le dio un pulgar hacia arriba.

—Estoy seguro de que va a estar bien —dijo Saint.

—Sera mejor. —Mars gruñó—. Si no lo está, su padre nos asesinará.

No sabía cómo de distanciado podía estar actualmente Zander de su padre, pero el


duro viejo bastardo pincharía a Mars sólo por diversión si dejaba que le pasase algo a Zander.

El chasquido aumentó hasta que una fuerte explosión vibró a lo largo del aire como
una ola de sónar. El pelo en el cuello de Mars se estremecía con pequeños saltos de
electricidad. Entonces la tensión en el aire se disipó.

Zander agitó un sensor de un lado a otro a lo largo del camino.

—Está limpio.
Mars se apartó de su compañero, en silencio animado cuando no aterrizó en su rostro.

—Sí, tus habilidades para caminar están progresando muy bien —Saint gruñó.

—Gracias. Ahora vamos a ver qué más tiene Svin bajo la manga, además de un
insecto gigante volando.

—¿Qué clase de bicho que eres tú? —preguntó Leo, con la diversión bailando en sus
ojos.

—Obviamente, del tipo que vuela. —Mars cojeó lejos de los demás y por todo el
patio para ponerse al día con Zander.

Zander examinó la marcha de Mars.

—¿Vas a hacerlo?

—¿No lo hago siempre?

—Hasta el momento. —Zander estuvo de acuerdo—. Espero que tu suerte se


mantenga. Eso era magia antigua. Svin tiene algunas cosas de gran alcance.

—O su compañero lo tiene. 89
—Es cierto.

Nadie sabía la condición del compañero de Svin. Investigaciones cuidadosas habían


revelado que nadie podía recordar haber visto ninguna señal del compañero humano de Svin
en el siglo pasado. Eso no significaba que él no estuviera todavía alrededor. Algunos de los
miembros de la realeza estaban muy lejos del castillo y rara vez se molestaban en llegar a la
corte.

—¿Qué sabemos acerca de su compañero? —preguntó Zander.

—No mucho. Totalmente humano y herido en la Gran Purga. Puede que no le importe
si su pareja está en la venta de Thresl desde que fue herido por uno.

Zander se empapaba de información. Mars pudo ver en la brillante mirada de Zander


que había llegado a algunas conclusiones propias.

—Crees que es brujo, ¿verdad?

—Podría ser. Tendría sentido. Él no tendría que preocuparse de que nadie lo acusara.
Si su compañero ya estaba involucrado, no quiso decir nada más, o sería acusado.

—Es cierto.
Saint abrió el camino. Con un paso cauteloso hacia el edificio, Saint se detuvo y
escuchó.

Mars resopló.

—Nosotros nunca vamos a llegar allí.

Saint frunció el ceño.

—Prefiero tomarme mi tiempo a que golpees otra barrera. ¿Estás dándote prisa para
ser un insecto volador de nuevo?

—Creo que me gusta —comentó Zander.

*****

Saint deseó poder decir lo mismo, pero sería un poco antes de poder afirmar que
realmente le gustaba Zander. El hermoso político era demasiado para sostener a Mars. Tal
vez cuando Mars y Saint llevaran unidos un siglo o dos, ellos podrían ser amigos.

Incapaz de resistirse, Saint se sumergió en la cabeza de Zander sólo para ser golpeado
de nuevo a partir de un bloqueo mental tan fuerte que la reacción rompió por la frente como
una bofetada física. 90
—No te metas en mi cabeza. —Zander miró Saint, quien asintió con la cabeza. Él no
lo intentaría de nuevo.

—Tienes escudos fuertes.

—Tengo que tenerlos. Algunos idiotas creen que es divertido joder a los
diplomáticos.

El tono duro de Zander logró lo imposible. Saint en realidad se sentía avergonzado de


sí mismo.

—Lo siento.

Zander asintió.

—Podemos hablar más tarde.

—Me gustaría eso. —Respeto por el magnífico diplomático calentó a Saint. Al menos
Mars tuvo buen gusto.

Leo gruñó a Saint.

—No empieces, gatito.


Zander agarró a Leo antes de que pudiera arremeter contra Saint.

—Tenemos que centrarnos.

—Lo siento, amor. —Leo contestó con una voz suave.

—Si hemos terminado de jugar, ¿podemos prestar atención a nuestro trabajo aquí?
—preguntó Kres—. Creo que puedo garantizar que el que te envió la invitación a la charla no
era Svin. O si lo era, él definitivamente cambió de opinión.

—De acuerdo. —Saint observó a Kres girar un par de cuchillos en sus manos
mientras caminaba como si fueran una extensión de sus manos en lugar de armas mortíferas.
En todo momento, Kres se mantenía por delante de Vohne, inclinando su cuerpo para cubrir a
su pareja cada vez que giraban por una esquina.

Mars caminaba junto a Saint, hombro con hombro. Él no sabía si esto era un signo de
que Mars pensaba que Saint podía cuidar de sí mismo o si simplemente no estaban tan unidos
como Vohne y Kres.

—No te preocupes tanto, compañero.

signo.
Saint sonrió. Mars no solía iniciar sus conversaciones. Él lo aceptó como un buen
91
Se giraron abriendo la puerta principal y todo el mundo se detuvo.

El hedor tenía a Saint dando arcadas. Sólo la magia podría haber hecho que ese olor
no pasara a los jardines. Por mucho que le gustaría poder dar media vuelta y correr, Saint
siguió a los otros dentro de la casa. En un salón lateral descubrieron la fuente del olor.

Un cadáver que sólo podían adivinar que una vez fue Svin se sentaba en una silla en
medio de la habitación.

A su derecha se sentaba otra figura en una silla de ruedas. Ambos estaban muertos.
Largamente muertos.

—Joder —susurró Kres.

—Ciertamente —Zander se acercó.

—Ten cuidado — gritaron cinco voces.

Zander sonrió. Sacó una espada corta de una vaina que debió haber sido montada
debajo de la camisa.

—Yo le enseñé todo lo que sabe —Kres dio un resoplido falso.


Zander se echó a reír.

Él utilizó su espada para despegar la manga que cubría la mano del primer cadáver.

—Él tiene un anillo con el escudo de armas del Duque. Supongo que hemos
encontrado a Svin.

—Entonces, ¿quién envió el mensaje? —Saint miró a su alrededor como si la


habitación de repente divulgara sus secretos.

—No creo que me guste esto en absoluto —dijo Leo—. Tenemos que salir de aquí.

La urgencia de Leo corrió por Saint hasta que él también podía sentir la compulsión
de salir.

—Tenemos que ver si tiene alguna pista. Él no murió de causas naturales —Zander
insistió.

Saint hizo la pregunta que todos se hacían.

—¿De qué murió?

—No lo sé. Leo, ven a ver esto —Zander llamó a su compañero. 92


Leo miró más de cerca.

—No soy un experto, pero parece un aguijón o algo así. Ves, eso el punto de la
infección por allí.

Saint acercó y vio la marca roja en el medio de la frente de Svin.

—Huh. Sigue sin explicar quién.

El sonido de un portazo arrancó su atención del cadáver hacia el pasillo.

Vohne gimió.

—No me gusta esto.

—Zander, Leo y tú esperad aquí. Si no regresamos, obtened ayuda —Kres ordenó.

—¿Y si hay más magia? —preguntó Zander.

—Voy a cuidar de ella —declaró Saint—. No me lo esperaba antes.

—Como he dicho, quedaos listos para ayudar en caso de problemas. Si detectamos


cualquier signo de magia, vamos a llamaros —Kres prometió.
Zander intercambió miradas con Leo antes de asentir. Saint podía decir que el
diplomático no quería poner a su compañero en más peligro.

—Está bien. Si no estáis de vuelta antes de que oscurezca, vamos a por vosotros.

—Trato —Vohne estuvo de acuerdo—.Vámonos.

—Déjame ir primero. Tengo los mejores sentidos. —Saint se puso delante de los
demás.

—Ten cuidado —advirtió Mars.

—Lo tendré. —Saint no tenía intención de perder la vida. No ahora que finalmente
tenía a su compañero y, posiblemente, a su trono de nuevo. Tenía mucho por qué vivir. Un
olor familiar flotó ante él.

No, no podía ser.

—¿Hay algún problema? —preguntó Kres.

Saint negó con la cabeza.

—Pensé que olía a alguien conocido pero diferente. Debo haber estado equivocado. 93
—¿Quién? —preguntó Vohne.

—Tu padre.

—No, eso no es posible. Murió hace siglos.

—Hay mucho de eso por aquí. —Saint siguió por el pasillo. Oyó a los otros
siguiendo, pero toda su atención se centró en lo que estaba delante, posiblemente esperando
por ellos.

La sala llegó a un abrupto final con una gran puerta de madera.

—Sí, eso no es espeluznante —Kres arrastró las palabras.

Saint odiaba fomentar a la pareja del Rey, pero tenía un buen punto.

—¿Listo?

—Tan listo como vamos a conseguir estar —respondió Mars.

—No siento a nadie en el otro lado. —Saint declaró antes de tirar la puerta.

Nada. Una escalera conducía a la oscuridad de abajo.


—Esto necesita una música espeluznante —susurró Kres.

Vohne rió.

—¿Hay un interruptor de luz?

Saint encontró uno en la parte superior de las escaleras. La encendió.

94
Capítulo Seis
Mars siguió a Saint bajando varios tramos de escaleras. Llegaron en una sala larga y
blanca con techos anormalmente altos.

—Apuesto a que esto conduce a esa zona que vimos en el mapa —dijo Kres.

—Ooh, una guarida subterránea. —Mars hizo ruidos misteriosos hasta que llegaron a
un final abrupto.

—No tenías que pegarme.

—Sí, tenía que hacerlo —respondió Kres.

Saint no se dio vuelta. Si él no veía lo que sucedía, podía negarlo.

—Vamos a ver lo que está en el otro extremo.

Los cuatro caminaron y caminaron hasta que Saint casi se transformó en su forma de
gato sólo para romper con la monotonía.

—Casi esperaba un ataque en este momento —dijo Vohne. 95


Una puerta de acero bloqueaba el final del pasillo.

—¿Habrá alguien al otro lado? —preguntó Mars. Saint no había sido el mismo desde
que se había olido lo que él pensó que podría ser el rey muerto.

Saint se encogió de hombros.

—No puedo sentir a nadie, pero tengo la sensación de que algo malo va a suceder.
Hay demasiada casa y no hay suficiente gente. Si van a tomar el control de un pasadizo
subterráneo de una pareja muerta, ¿por qué no tienen a nadie que lo resguarde?

—Esa es una gran pregunta, si encontramos a alguien para preguntar. —Mars frotó la
espalda de Saint, dejándole saber por el tacto que él estaba allí para apoyarlo.

—Tiene que haber gente aquí en alguna parte .

Mars estuvo de acuerdo con la declaración de Saint. La pregunta era, ¿dónde estaban
escondidos?

La puerta de acero comenzó a abrirse. Sin un lugar para esconderse, fueron a cada
lado de la puerta. Al menos tendrían el factor sorpresa.

Pasos se acercaban. Cada golpe de zapato contra la piedra podría haber sido un trueno
por la cantidad de tensión que provocó en el cuerpo de Mars. Él sólo escuchaba a una persona
caminando. Podrían sacar a una sola persona, pero tenían que asegurarse de hacerlo antes de
que la persona pudiera alertar a los demás.

El intruso pasó. Saint se abalanzó. Envolviendo su brazo alrededor de la garganta del


macho, apretó su abrazo hasta que las manos arañando se debilitaron.

—Hola, querido hermano.

—¡Papá! —La voz conmocionada de Vohne hizo eco en el pasillo.

—No hagas ruido, compañero, no sabemos quién más está aquí —advirtió Kres.

Mars no podía culpar a Vohne. Pensar durante siglos que tu padre había muerto sólo
para descubrir que se escondía para llevar a cabo actividades cuestionables podría
escandalizar a cualquier hombre.

—Si no lo sueltas, lo estrangularás hasta la muerte —comentó Mars.

Saint paró y luego apretó su abrazo.

—Estoy de acuerdo con eso.

—Tenemos que interrogarlo —dijo Vohne.


96
—Está bien —Saint tiró a su hermano de él lanzándolo a la losa. Gerin lo fulminó,
con malicia brillando en su mirada.

—¿Cómo escapaste de mi hechizo? —La amarga expresión de Gerin tenía a Saint


sonriendo.

—Tu maravilloso hijo me rescató. Debe de parecerse a su querida madre.

—¿Por qué estás aquí? ¿Por qué esconderse aquí en lugar de hacerte cargo del reino?
—preguntó Vohne.

Gerin se burló.

—¿Y qué? ¿Convertirme en un títere para el pueblo? Ellos ya sabían que yo no era su
verdadero rey. No iba a sentarme y dejar que un mocoso tomara el poder de mí. Era mejor
que yo muriera y tener el mundo de todos modos. ¿Crees que has estado en el poder? Lo tuve
de vuelta por un ciclo completo antes de que nacieras de nuevo. Pensé que te tenía en ese
momento. Tu hermano iba a fallar y entonces yo podría tenerlo otra vez. Pero su mujer
estúpidamente consiguió que la mataran cuando regresaste, así que ya no tenía una mano en
la monarquía.
—¡Qué has hecho, Padre! ¡Has vendido a nuestro pueblo para ganar dinero! ¿Por
qué?

—¡Porque puedo! Porque no es el título lo que gobierna el mundo, es el dinero. Los


militares me envían toneladas de cosas, y puedo tener lo que quiero. Todo lo que piden son
algunos Thresl.

—Guau, no hay nada como tener a un psicópata de suegro —dijo Kres secamente.

—Este es mi compañero, Kreslan —Vohne agitó una mano hacia Kres—. Kres, mi
amor, lamento decirte que este es mi padre Gerin, ex Rey Gerin.

Kres alanceó a Gerin con una mirada helada.

—Como que disfruté de no tener un suegro. Tal vez podamos volver a eso.

—Como si quisiera que un hombre gay fuera mi yerno. —Volvió la mirada venenosa
a Vohne.

—Siempre supe que eras un error. Le dije a Nan que no quería hijos, pero ella dijo que
sellaría el matrimonio con tu madre.

—¿Nan? ¿La enfermera que anunció la muerte de madre? —preguntó Vohne. 97


—Nan era mi verdadera compañera. Tu madre era una ventaja política para
asegurarme de que la línea Real de los Thresl se mantuviera pura. Después del nacimiento de
tu hermano, Nan degolló a tu madre como un acto de amor por mí, para que yo pudiera ser
finalmente libre.

—Qué casualidad. —Kres deslizó una gran daga de su bota—. Yo estaba pensando en
hacer lo mismo.

Vohne agarró el brazo de su compañero.

—¿Dónde está Nan?

Gerin sonrió.

—Una cosa graciosa que he aprendido. El compañero en realidad no tiene que estar
activo para ser útil. La puse en el congelador hace años. Ella empezó a ser demasiado trabajo.
Ella quería ser reina demasiado mal. Después de que volviste esta última vez, me decidí a
quedarme aquí. No tenía ningún plan para recuperar el trono y ella no podía aguantar la idea
de que no llevaría una corona en la cabeza. Ella amenazó con decirte de mis planes. Yo
prefiero vivir aquí donde puedo ver todos mis planes caer en su lugar.

—¿A solas con tu casa subterránea y tu pareja congelada? —preguntó Kres.


—Y mis hombres. Tengo más gente abajo. Vendrán pronto para ver cómo estoy.

—¡Grandioso! —La sonrisa salvaje de Kres hizo que incluso Mars se pusiera
nervioso—. Espero poder conocerlos.

—No vas a tener la oportunidad. Tu estúpido orgullo será tu muerte. Antes de que la
pusiera en el congelador, Nan me hizo un último favor. Era un genio químico. Ella es a la que
se le ocurrió la fórmula para evitar tener que aparearse, y me dio ciertas mejoras.

—No creo que queramos saber acerca de las mejoras que podría haberte dado.

Mars no se molestó en ocultar su disgusto. Este monstruo había atrapado a Saint en un


infierno viviente por siglos. Él no merecía ninguna piedad.

—Oh, pero tú quieres saber acerca de esto.

Mars vio, horrorizado, como el antiguo Rey se transformó. Mars había oído rumores
de que los Thresl podían cambiar a criaturas que no eran gatos. Nunca había visto uno en algo
como esto antes.

—Mierda, es un escorpión peludo. —Kres retrocedió fuera de su alcance cuando una


de las garras de Gerin se disparó hacia él. El clack fuerte del cartílago golpeando juntos sonó
en los oídos de Mars.
98
Mars había tenido pesadillas que no eran ni medianamente tan inquietantes como la
cara humana de Gerin en un cuerpo de escorpión.

—¿Qué demonios hizo ella contigo? —preguntó Vohne. El horror en su voz hizo eco
en los pensamientos de Mars.

—Ella me liberó de mis limitaciones humanas —cantó Gerin.

—Sabemos de dónde vino la herida aguijón ahora —comentó Kres.

Mars vio que la pareja del Rey tenía razón. El aguijón de escorpión se adaptaba
exactamente al agujero en el primo del Duque.

—Es mío —declaró Saint—. Él tomó mi vida lejos de mí, y yo estoy tomando la de él
de nuevo.

Mars resistió el impulso de agarrar y tirar de Saint a la seguridad. Saint merecía esta
batalla.

Necesitaba un cierre.

—Ten cuidado, pareja.


—Siempre tengo cuidado.

A pesar del miedo obstruyendo su garganta, Mars casi se rió de esa mentira obvia.

Saint rodeó a su hermano, esquivando el aguijón mortal de Gerin.

—Renuncia a ello. No vas a ganar, hermano. Tu débil forma no es rival para mi


superioridad.

—Veo que tu ego no ha hecho nada sino aumentar con el tiempo. Yo hubiera pensado
que alguien habría podido ponerte en tu lugar para ahora.

—Nan lo intentó, pero me encargué de eso. Nunca me vas a vencer en esta forma.

Mars observaba con la boca seca como Saint apenas esquivó otro golpe. Pensó en
tomar a Gerin, pero dudaba que fuera a hacer otra cosa más que molestar al escorpión.

No había traído suficiente poder de fuego para tomar a esa criatura.

—Tienes razón, hermano —Saint acordó sin problemas.

La boca de Mars se quedó boquiabierta cuando Saint cambió. Él no cambió en el gran


oscuro Thresl con piel de ébano. En su lugar se transformó en un enorme dragón con pelaje
brillante y alas como la medianoche. Familiares ojos dorados brillaron hacia Mars antes de
99
que Saint dejara escapar un chorro de fuego hace el escorpión.

Gerin gritó. Su aguijón se deslizó por las escamas peludas de Saint con un fuerte
chasquido. El enorme escorpión no tenía ninguna resistencia al fuego.

—Ya no tengo a tu espectro rondando por mis sueños.

Saint no podía hablar como lo hacía su hermano en su forma de escorpión, pero en


algunos aspectos, era aún más intimidante. Las palabras de Saint resonaron con una
finalidad, como si sólo ellos hubieran sellado la ruina de Gerin.

El escorpión y el dragón bailaron en un duelo oscuro durante varios minutos con Saint
escupiendo fuego y Gerin girándose y golpeando en Saint con las garras y la cola. El sonido
de clics rallaba sobre los nervios de Mars. Él sabía que iba a estar recordando esos ruidos
escalofriantes en los años venideros.

—No hay esperanza. Una vez que te mate, iré después por tu compañero —cantó
Gerin.

El rugido de Saint sacudió la tierra.

—Ten cuidado, compañero —Mars no sabía qué tan estable podría ser el túnel y no
quería ser enterrado donde se encontraban.

Mars vio el momento en que Saint pasó de luchar contra su hermano a aniquilarlo. En
el momento en que Gerin mencionó a Mars, un destello de furia vibró por su vínculo
compartido. Mars apretó los dientes para reprimir un grito.

Las llamas, fuegos tibios de antes, se transformaron en un infierno. El crepitar, crujir


y el hedor de un escorpión híbrido humano quemado revistió el aire alrededor de ellos.

—¡Basta! —gritó Mars—. Está muerto.

Por lo menos él asumió que lo estaba. Los gritos de Gerin habían terminado. Las
secuelas podían vivir con Mars por los próximos años.

Saint cambió de nuevo a su forma humana. Mars se adelantó y cogió a su compañero


antes de que cayera al suelo.

—Está bien, te tengo, pareja.

—No, yo lo hago. —Gerin se levantó del suelo. Carbonizado y sangrando, perforó a


través del pecho de Saint con su aguijón. Un silbido suave de aire desplazado fue la única
advertencia antes que un cuchillo se estrellara contra la frente de Gerin. El escorpión-humano
se volcó con sangre brotando de su cabeza.
100
—Maldita sea, ese era mi cuchillo bueno —Kres maldijo.

Saint comenzó a tener convulsiones.

—¡Tenemos que llevarlo a un médico! —Vohne gritó—. Ha sido envenenado.

La herida se había vuelto púrpura alrededor del agujero donde había perforado a
Saint.

—Vamos. —Mars agarró el lado derecho de Saint mientras Kres agarró el izquierdo.
Juntos llevaron al hombre fuerte por el largo tramo de escaleras y, finalmente, hacia donde
Zander esperaba con Leo.

—¿Qué pasó? —Leo corrió al lado de Saint.

—Picadura de escorpión —dijo Mars. Era la explicación más fácil.

Zander examinó la herida.

—¿Qué? ¿El mayor escorpión de la galaxia?

—Más o menos —respondió Kres.


—Un médico ya está en camino. Llamamos a uno a recoger los cadáveres antes de
que llegaras. Ellos pueden llevar a Saint al hospital.

—Y yo —dijo Mars.

—Y tú —Zander estuvo de acuerdo.

Saint no se iría a ninguna parte sin su compañero de nuevo.

101
Epílogo
Saint abrió los ojos. Le dolía el pecho, y no podía tomar una respiración completa.
Parpadeando, se dio cuenta de la fuente de su problema respiratorio. Mars estaba en la cama
junto a él, con la cabeza en el pecho de Saint.

Debió haber hecho algún ruido porque Mars abrió los ojos y sonrió. Alivio y amor
brillaban en sus ojos.

—Oye, te has despertado.

—Suenas sorprendido.

—Ha pasado una semana. Dijeron que si no te despertabas pronto, podrías no hacerlo
nunca. —Lagrimas goteaban por las mejillas de Mars.

—Hey, estoy bien —Él tomó la cara de Mars y enjugó las lágrimas con sus
pulgares—. ¿Qué pasó?

—Gerin te apuñaló con su cola de escorpión mutante. Ellos limpiaron su guarida en el


subsuelo. Encontraron a Nan y una docena de Thresl que había congelado para vender más
tarde. Había un montón de archivos en su ordenador con decenas de funcionarios implicados.
102
Los tenemos. Todo el mundo que alguna vez pensó en robar un Thresl va a ser descubierto.
Las personas a las que citaba abajo estaban congeladas. Vivía allí solo.

—Eso es increíble —Saint sonrió—. Así que hemos ganado después de todo.

—Sí, ahora te tienes que recuperar. Tengo todo tipo de planes para ti.

—¿En serio?

—Sí. Muchos años disfrutando de la vida con el hombre que amo.

—¿Me amas? —Saint casi odiaba preguntar, pero Mars nunca había usado las
palabras antes.

—Sí, te amo. ¿Tienes algún problema con eso? —Mars frunció el ceño.

Saint negó con la cabeza.

—No, yo también te amo.

—Bueno. Ahora recupérate. Kres está listo para iniciar su retiro. Después de matar a
Gerin con su cuchillo, estoy dispuesto a darle todo lo que quiera.

—No le has dicho que todavía va a tener responsabilidades reales, ¿verdad que no?
Mars sonrió.

—No, pensé en dejar que fuera una sorpresa.

Saint rió.

—Estoy seguro de que le va a encantar.

—Yo también. —El beso de Mars prometía que disfrutarían de muchos años más de
risa y amor juntos.

*****

Kres apoyó la cabeza en la almohada y miró a su compañero. Habían llegado muy


lejos juntos.

—¿Vas a extrañar ser Rey, mi amor?

Vohne sonrió.

—¿Es una broma? He sido Rey durante tanto tiempo que he olvidado lo que es ser una
persona normal y corriente. Tengo muchas ganas de pasar más tiempo contigo. Bleine
prometió permanecer como asesor de Saint mientras vamos a explorar las estrellas. 103
—Todavía tenemos mucho entrenamiento para dar a Saint antes de que él y Mars
puedan liberarnos para gobernar a los Thresl.

Vohne se encogió de hombros.

—Van a aprender rápido. Mientras la gente se acostumbre a verles a ellos dos a cargo,
la transición va a ir fácil. Ya he empezado el rumor de que Saint es un Rey desplazado. La
simpatía se moverá hacia él pronto, siempre y cuando no abra su boca.

Kres rió.

—Ese será el desafío.

—No es nuestro problema. Estoy pensando que tomaremos la nave de Mars. Su


tripulación se va a poner inquieta si se dejan asentar en el planeta durante demasiado tiempo.
Puedes ser capitán de una nave como siempre quisiste ser.

—Nunca te lo dije —Kres se incorporó. Después de aceptar su destino, nunca se


había atrevido incluso a pensar en su ambición de toda la vida. Sabía que nunca sería un
capitán militar con su propia nave y él lo había enterrado hacía mucho tiempo. Parte de la
unión con un Rey significaba la toma de sacrificios. Cualquier cosa que hubiera querido era
nada comparado con su devoción a Vohne.
—Has dado tanto por mí, mi compañero. Te daría el universo en una cuerda, o por lo
menos en una nave estelar. Podemos comenzar con saltos planetarios cortos y poco a poco
aumentar nuestro rango para cuando Mars y Saint asuman más responsabilidades.

—¿Así que somos libres? —La tensión que se había instalado de forma permanente
en los hombros de Kres se levantó dándole una nueva ligereza. Nunca se había atrevido a
esperar que pudiera disfrutar de esa parte de su vida de nuevo. De buena gana hubiera
renunciado a sus sueños de futuro con el fin de ser lo que Vohne necesitaba. Pero ahora que
se le dijo que podía volver a las estrellas era casi demasiado para aceptar.

Vohne sonrió. El amor se encendió, brillante y dorado, en sus ojos.

—Somos tan libres como nosotros alguna vez lo seremos. Siempre tendré algo de
responsabilidad con mi pueblo. No voy a abandonarlos por completo, pero sí,
definitivamente podemos viajar.

—Te amo, Vohne. Me encantaría caminar alrededor de la galaxia contigo.

—No obstante, deberás ir a las funciones formales...

—Silencio, estás arruinando mi resplandor —Kres besó a su compañero, con ganas


de comenzar la celebración de la siguiente fase de sus vidas juntos. 104
Fin
Un beso vampiro: Besando a Orion

Amber Kell, extracto

Capítulo Uno
Cambiando el peso de la caja a su cadera, Aaron Bradshaw golpeó impacientemente
en la puerta lateral con el puño, tratando de no perder el portapapeles que había equilibrado
en la parte superior del paquete.

Con un gemido, la puerta metálica se abrió y un hombre guapo de pelo castaño rojizo
se asomó.

—¿Qué quieres, amor? —Le preguntó con un espeso acento Inglés.

—Entrega de sangre.

Fríos ojos verdes lo miraron de pies a cabeza antes de darle una sonrisa lujuriosa.

—No eres el conductor habitual.

Él se encogió de hombros. 105


—El tipo estaba enfermo. Me llamaron. Vas a dejarme entrar o no. Esto es pesado.

—Claro, vamos dentro. —El hombre llevó a Aaron a la parte trasera del club y luego
señaló al bar.

—Puedes dejar la sangre allí.

Aaron dejó la caja y a continuación colgó el portapapeles con la documentación de la


entrega sobre la barra. Sacó un bolígrafo del bolsillo de su camisa.

—Aquí tienes. Si pudieras firmar aquí.

El camarero le arrebató el bolígrafo de la mano de Aaron. Firmó en la línea con un


movimiento intrépido, pero cuando Aaron fue a agarrar los papeles, mantuvo un control
sobre ella.

—¿Qué tal un beso, amor, o no dejan que los policías lo hagan de servicio?

Aaron inclinó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada. Cuando terminó, le dio al
camarero una sonrisa descarada.

—¿Qué es lo que me delató? Pensé que lo estaba haciendo bastante bien. Hice un
poco de trabajo de entregas en la universidad.
El camarero se acercó más.

—Hueles jodidamente bien, compañero. El tipo que por lo general lleva sangre huele
a humo de cigarrillo viejo. —Él tomó una respiración profunda y Aaron vio colmillos
asomando a través de las encías del camarero—. Tú, en cambio, hueles como azúcar y sol y te
ves como el mejor sueño de un tío gay.

Aaron se echó a reír de nuevo.

—Eres hablador dulce. Soy el detective Aaron Bradshaw, de la comisaría primera.

Aaron extendió la mano para estrecharla.

—Les dije que no caerías en la trampa, pero yo no creí que fuera mi olor lo que me
delataría. Tendré que recordar eso. La entrega es de fiar, sin embargo. El resto de la sangre se
encuentra en el camión.

—Banner Hawkins. —respondió el camarero, estrechando la mano de Aaron más de


lo necesario antes de dejarle ir a regañadientes—. Te ayudaré a descargar si me dices por qué
los policías están tratando de entrar en el club.

—Necesito hablar con tu maestro. Corre el rumor de que podía tener las respuestas
que necesito y él está ignorándome a través de los canales habituales. Había esperado que un
106
hombre encantador pudiera ayudarme. 1 —Aaron bateó sus pestañas descaradamente al
camarero.

—Puedo pensar en un montón de maneras de ayudarte a salir —dijo Banner,


sonriendo—. Comenzando con ese beso.

Aaron no podía recordar la última vez que un chico guapo había coqueteado con él.
Se sentía bien ser admirado y él estaba más que un poco tentado de darle al hombre un beso a
pesar de estar de servicio.

—El hombre vino a hablar conmigo —dijo una voz sedosa detrás de él—. Creo que el
beso es mío.

*****

Al minuto en que el hermoso desconocido hubo entrado en el bar, lo había


reconocido. Es mío.

Después de ver al hombre, Orion sabía que el detective podría convertirse en su


obsesión fácilmente.

1
En el original Aaron dice “Help me out”, que significa “ayudarme” o “echarme una mano”, pero si se traduce
literalmente sería “ayudarme a salir”, de ahí el doble sentido y juego de palabras que viene a continuación.
—Soy Orion —ofreció, tendiéndole la mano.

—Detective Aaron Bradshaw. —El precioso policía le estrechó la mano—.


Encantado de conocerte, maestro Orion.

Orion gimió cuando sus palmas se cruzaron. Casi no pudo resistir el abrumador
impulso de dar un tirón a Aaron en sus brazos y hundir sus dientes en el cuello del sexy
detective. Le instaba probar el sabor de Aaron casi dominando su conciencia.

Aflojar su agarre tomó más esfuerzo de lo que debería, junto con la mayor parte de su
resolución. Dando un paso atrás, le dio al detective lo que esperaba fuera una sonrisa
profesional y sin colmillos, a pesar de que podía sentir sus dientes tratando de descender. Con
esfuerzo, los obligó a retroceder en sus encías. Él no quería asustar al detective. Tenía planes
para el hombre y ninguno de ellos incluía a la hermosa criatura yéndose a gritos del club.

—Sígueme, y me puedes decir lo que necesitas de mí —dijo Orion. Todas las cosas
que necesites, añadió en silencio. A Orion no se le ocurría nada que deseara más que ser
exactamente lo que Aaron estaba buscando.

Apenas oyó los pasos silenciosos del detective a pesar de su audición sobrenatural. Si

107
él no hubiera sentido la presencia de Aaron detrás de él, Orion habría asumido que caminaba
solo.

Entrando en su oficina, le hizo una seña para que el detective se sentara en la silla de
enfrente. El asiento estaba en el ángulo perfecto para examinar a Aaron. Las luces del techo
brillaban directamente sobre su oscura cabeza, mostrando rayas de reflejos rojos escondidos
en los mechones de ébano, dejando a Orion preguntarse si eran naturales o hábilmente
teñidos.

—Aprecio que te hayas tomado el tiempo para hablar conmigo. —La voz del
detective sacó Orion de la atención por parte de su cabello.

—No hay problema.

—Mis superiores han tenido dificultades para conseguir respuesta de ti.

Orion ignoró el comentario afilado del hombre. Si la policía no fuera tan


malditamente controladora, habría hablado con ellos cuando habían llamado la primera vez.
Sin embargo, en el pasado habían hecho su opinión sobre los vampiros muy clara y Orion no
sentía obligación de ayudarles ahora, a menos que el detective lindo preguntara muy bien, tal
vez en sus rodillas.

Dejó que su sueño jugara de vuelta en su cabeza un poco antes de prestar atención a
las palabras de Aaron.
*****

Aaron se resistió a la tentación de hacer que el vampiro arrogante dejara su actitud. Si


él quería la ayuda del hombre, tendría que jugar bonito. Sus superiores lo destriparían si
perdía la oportunidad de hablar con el maestro vampiro más poderoso de la ciudad porque él
perdió los estribos. Tomó una respiración profunda antes de hablar.

—Nos gustaría tu ayuda en la captura de un traficante de drogas que pensamos está


operando fuera de este club. —El silencio vino acompañado de una calma brutal cuando la
temperatura de la habitación se redujo por lo menos veinte grados. Aaron se estremeció con
el frío repentino.

—¿Mi club? —Los ojos del vampiro se pusieron rojos de furia. Orion se puso en pie y
se abalanzó sobre Aaron—. ¿Alguien se atreve a correr drogas por aquí? ¡Los voy a matar!

—Bueno, eso responde a la pregunta acerca de si sabías algo. —Había habido algunas
discusiones en la estación si el maestro vampiro terminaría como parte del anillo.

Dado su reacción, Aaron apostaría su próximo cheque de pago que el hombre no


había sabido nada sobre las drogas. Por supuesto que su capitán no apreciaría la forma en que

108
Aaron se lo preguntó al vampiro. Si Orion había sido culpable, podría haber intentado matar
a Aaron para esconder su negocio secundario.

—¿Lo dudabas? ¿Pensaste que yo podría estar involucrado?

La expresión herida de Orion envió ejes de culpa a través de Aaron como pequeñas
flechas. Él hizo una mueca por el remordimiento.

Aaron se puso de pie y le dio unas palmaditas al vampiro en el hombro.

—Bueno, yo no te había conocido aún y tenía que ir por la evidencia presentada.


Además, tenía una apuesta a que tú eras inocente. Probablemente voy a ser un par de cientos
de dólares más rico.

—Me alegro de poder ayudar —dijo Orion secamente.

—Yo también. —Cuando Orion le dio una mirada divertida, Aaron apartó la mano
del vampiro—. Lo siento.

—Cariño, me puedes tocar en cualquier momento. —Orion ronroneó.

Aaron no había esperado que el maestro vampiro coqueteara con él. No es que le
importara. Le resultaba difícil ser ofendido por más de un metro ochenta y tres de hombría
caliente. El cabello negro azabache de Orion cubría sus orejas y la nuca, pero dejaba la parte
sensible entre el cuello y el hombro desnudo. Era totalmente su tipo, si Aaron hubiera estado
en el conjunto chupasangre. Sin embargo, él había conocido a mucha gente que había
empezado a salir con vampiros y entonces habían perdido por completo el interés en
cualquier cosa fuera en una relación de unión por sangre. Ese tipo de unión nunca sería para
él. Le gustaba su trabajo y no necesitaba la distracción de un sexy vampiro. Después de un
breve tiempo con Orion, Aaron podría fácilmente verse obsesionado con el hombre guapo.
Lo mejor era hacer su negocio, entonces dejarlo antes de que llegara a estar demasiado
apegado.

Con sus horas impares y la obsesión sobre sus casos, Aaron tenía dificultades para
encontrar un hombre constante. No le hacía falta añadir la complicación de un vampiro en la
mezcla.

—Con tu permiso, nos gustaría establecer una operación encubierta en tu club para
coger al traficante de drogas en el acto. —Aaron tiró su atención a la cuestión que les
ocupaba y fuera del cuerpo caliente de Orion.

—Bueno, no tienes mi permiso, sin embargo, ¿no? —El rostro del vampiro miró a lo
lejos.

Aaron contuvo un suspiro. Después de una larga semana de pocas horas de sueño y
una serie de redadas de drogas, él sólo quería llegar a casa a una hora razonable por una vez y
descansar un poco. Desafortunadamente, el vampiro no parecía ser cooperativo. ¿Por qué no
109
podían las cosas ser fáciles sólo por esta vez? Aaron se frotó los ojos. Tal vez después de esto,
podría colarse en una siesta.

—Si nos permites estar adentro lo mantendremos lo más silencioso posible cuando
atrapemos a nuestros sospechosos. Si es posible, vamos a esperar hasta que abandonen el
local antes de hacer un arresto. —Aaron trató de endulzar la olla. Quizás Orion estaba
preocupado por la reputación de su club.

Aaron nunca había oído hablar de los rumores de drogas molestando una
muchedumbre de vampiros.

—¿Y quiénes son estos oficiales que estarán en mi club? Mi lugar tiene una cierta
reputación y la mayoría de los de tu “gente” se destacan y asustan a cualquier persona que
está tratando de capturar a los del tráfico de drogas. Los traficantes de drogas pueden detectar
a un policía a kilómetros de distancia. Si no pudieran, estarían todos sentados en la cárcel en
lugar de vender drogas en mi club.

Aaron dejó que la crítica se deslizara de él. No era la primera vez que alguien había
criticado su trabajo.

—No te preocupes... Te aseguro que tenemos las personas que se pueden mezclar.
—¿Vas a estar aquí?

Aaron se encogió de hombros.

—Eso lo decidirá mi capitán. —Él no hacia la programación. En lo que a la


incautación de droga se refería, Aaron había hecho su parte una vez que dulcemente había
hablado su camino en el interior y le habían dado una entrevista uno a uno con Orion. A decir
verdad, él prefería tener una siesta antes que participar en otra redada de drogas. No era una
de esas personas que tenían que ser parte del final del trabajo. Disfrutaba de la planificación
casi mucho más.

Orion frunció el ceño.

—No. Eso no funciona para mí. Sólo voy a permitir a tus hombres aquí si eres parte
de la operación y me reservas un baile.

—¿Un qué? —Seguramente él lo había malinterpretado. Realmente necesitaba más


horas de sueño.

Orion le dirigió una sonrisa maliciosa.

—Tú sabes, bailar. Dos personas que se desplazan juntos con la música. —Él se
inclinó hacia delante hasta que su rostro estaba a pocos centímetros de Aaron—. Tan cerca
110
que podrían ser casi como una persona.

Aaron se echó hacia atrás.

—Umm... —Mierda. Consideraba esta misión importante, pero odiaba ceder—. Un


baile y nada más. No estoy dispuesto a prostituirme a mí mismo por el departamento.

La amplia sonrisa que recibió le inquietaba. Su miembro se endureció en su


pantalón... una reacción natural a la sobrenatural belleza, al menos Aaron se dijo eso de
Orion.

—Te prometo que nunca voy a pedir que cualquier cosa por el departamento que no
desees hacer. —La nariz de Orion se dilató como si pudiera oler el deseo de Aaron y sus ojos
marrones se oscurecieron hasta casi el negro.

Aaron se aclaró la garganta y valientemente trató de recuperar su modo profesional.

—Por lo tanto, ¿eso es un sí? —Le preguntó.

Orion trazó su dedo por la mejilla de Aaron.

—No creo que debamos entrar a discutir lo que estarías dispuesto a hacer fuera de las
horas de trabajo, cariño. Pero sí, puedes traer a tus pequeños amigos policías, siempre y
cuando guardes un baile para mí.

Los dedos del vampiro se enredaron en el pelo de Aaron, sujetándole todavía. Orion
susurró directamente en el oído de Aaron.

—Y no se te ocurra coquetear con otros hombres, bebé. Soy un hombre muy celoso y
tú eres mío.

*****

—Te ves fabuloso, bebé.

—¿No crees que es exagerado? —Aaron se miró en el espejo, volviéndose alrededor


para ver la fuerza con que los pantalones de cuero acunaban su culo—. No quiero que mi
compañero me arreste por exhibicionismo antes de la redada de drogas.

El mejor amigo de Aaron, Jack Henrow, se rió de su lugar en la cama de Aaron.

—Dijiste que querías ocultarte a la vista. Confía en mí. Todo el mundo se viste igual
que tú. Además Claire y Jeff estarán demasiado ocupados babeando para arrastrarte.

—Claire está casada y Jeff es recto 2 —dijo Aaron, nombrando a la pareja que lo
acompañaría. Claire era su compañera permanente y le habían prestado a Jeff desde otro 111
departamento para los eventos de la noche. El policía no sintió especialmente emocionado de
ir a club de vampiros.

—Heteros, gays, hombres, mujeres. Confía en mí querido, nadie será inmune a tu


cuerpo caliente en esos pantalones. Demonios, si no fuéramos tan buenos amigos, te saltaría.

Aaron frunció el ceño.

—Espero que no consiga una erección en estos pantalones porque podría hacer algún
daño grave.

Jack se acercó por detrás de Aaron, mirando sobre su hombro en el espejo.

—Ponte la camiseta negra y tus botas de motero para que puedas ocultar la pistola,
voy a hacerte un peinado y listo. Créame, tu irás derecho adentro del que me han dicho que es
el club más caliente y los mejores bebés en sus cueros esperan entrar. ¿Es cierto que el dueño
es aún más caliente?

—Él está bien —Aaron se negó a pensar en su encuentro con Orion. Todavía no sabía
cómo se sentía acerca del hermoso vampiro. Definitivamente lo deseaba, pero sentía
aprensión, también. No podía permitirse el lujo de distraerse con Orion. Tenía un traficante

2
Straight es recto, pero también se refiere a que alguien es heterosexual.
de drogas que atrapar.

Aaron se puso la camiseta apretada y luego dejó que Jack le pusiera gel en el pelo.
Tuvo que forzar al máximo para que el pendiente de diamante pasara a través de su oído
perforado porque el agujero se había cerrado otra vez desde el último tiempo que había
llevado un pendiente.

Bajo el ojo perspicaz de Jack, Aaron dio una vuelta rápida.

—Bueno, ¿pasaré?

Jack besó la mejilla de Aaron.

—Bebé, vas a matar a todos en ese traje.

—Sólo si tengo que hacerlo —Dijo Aaron, no riéndose para nada.

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Sobre el autor
Amber es una de esas personas tranquilas que ellos siempre dicen que tienes que tener
en cuenta. Ella vive en Seattle con su esposo, dos hijos, dos gatos y un perro extremadamente
estúpido.
Email: [email protected]
A Amber le gusta saber de los lectores. Usted puede encontrar su infomación de
contacto en su página web, y biografía del autor en http://www.total-e-bound.com.

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