Dificultades Doctrinales

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Dificultades doctrinales

En cierta ocasión un incrédulo preguntó al humorista Mark Twain qué hacía con
todas las cosas en la Biblia que no entendía. Twain respondió que las cosas
difíciles de entender no eran las que le molestaban, ¡sino las que sí entendía! 

Muchas de las objeciones que se proponen a la Biblia y la fe cristiana se


encuentran en sus enseñanzas. Quizá estas dificultades sean más serias que las
supuestas contradicciones históricas y científicas. La ofensa más grande para
muchos incrédulos, y aun para muchos creyentes cristianos, es lo que la Biblia
enseña sobre algunos asuntos difíciles. 

Doctrinas como el pecado original, la condena de la raza humana a la muerte


eterna, la servidumbre del albedrío humano, la salvación por la gracia, la muerte
expiatoria de Cristo y la resurrección del cuerpo, constituyen tropezaderos para
muchos. Hay una gran variedad de resoluciones y explicaciones de las
dificultades obvias en tales doctrinas, pero el esfuerzo para hacerlas desaparecer
resulta con frecuencia en una teología liberal. 

La verdad es que las doctrinas difíciles de la Biblia no se pueden resolver sino


por fe. El derecho que Dios tiene para tratar a los hombres según sus propias
reglas, no se puede discutir; no es para la olla de barro contender con el alfarero,
Aquel que la formó (Ro. 9:20). 

Hay algunos temas doctrinales que son difíciles de interpretar por varias razones.
Entre estos está el asunto de la santificación del creyente, y toda la gama de la
escatología.2 

Por su dificultad, varias ramas de la iglesia evangélica nunca han llegado a un


acuerdo sobre este asunto. Sus enseñanzas presentan un cuadro confuso ante los
que nunca han podido afirmarse en la fe de Cristo, ni en el mensaje de la Biblia. 

Con respecto al asunto de la santificación, el intérprete debe tener en cuenta que: 

1. Existe mucha confusión por la definición de los términos. Algunos usan


la expresión “el bautismo de, con o en el Espíritu como sinónimos por
“la plenitud del Espíritu”, enfatizando la experiencia emotiva del creyente. Otros
distinguen entre estos términos y ponen el énfasis en la obra secreta e invisible de
Dios más que en las emociones del creyente. 
2. La experiencia humana varía mucho entre individuos, según su carácter
sicológico. Por esto, la experiencia personal nunca debe ser la base de la doctrina.
Las declaraciones de las Escrituras deben ser aquella base; bien que las
experiencias relatadas en la Biblia podrían ser una base, siempre 

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que la Biblia las ratifique o explique. El libro de los Hechos se ha tomado por
muchos como la norma de la experiencia cristiana. Pero debemos observar que
sus experiencias “pentecostales” deben de ser entendidas a la luz de las doctrinas
explicadas en las Epístolas; porque es en ellas que la vida cristiana está
desarrollada. El libro de los Hechos es básicamente una historia con un mínimo
de comentario. 

3. Los varios sistemas teológicos son de origen humano; no se basan


necesariamente en las Escrituras como un todo, o bien interpretadas. La iglesia
siempre se ha visto obligada a elaborar un sistema de doctrina; pero los sistemas
que resultan serán válidos solamente cuando están hechos sobre una exégesis
correcta de los pasajes bíblicos que tratan, y en el arreglo histórico de ellos. 

La escatología bíblica se clasifica generalmente en tres grupos: (a) 

posmilinarismo, (b) premilenarismo y (c) amilenarismo.3 

Con respecto a estos tres sistemas, el estudiante puede observar: 

1. Que el sistema que resulta del estudio del tema, depende de la manera de
interpretar las profecías dadas a la nación de Israel. Si se espiritualizan
completamente y se aplican figuradamente a la presente época del evangelio, el
resultado es el amilenarismo. Si se considera que tienen su cumplimiento
generalmente literal, el resultado será el premilenarismo. Los posmilenarios
suelen interpretar una parte de las profecías en forma literal, y otra parte
figuradamente. Obsérvese que el sentido de toda la Escritura es literal, aun
cuando emplea una abundancia de lenguaje figurado.4 Cuando las varias figuras
se resuelven en expresiones sustitutas literales, el sentido es literal. En cambio,
las expresiones literales no deben cambiarse en expresiones figuradas. Estos
principios deben guiar al intérprete cuando trata de determinar la validez de algún
sistema escatológico. 

2. Que el sistema premilenario predomina entre los estudiantes y teólogos


bíblicos. Pero entre los premilenarios existen tres “escuelas” de pensamiento con
respecto a la relación entre la iglesia y el período llamado “la Gran Tribulación”:
Estas son: 

(1) La de los pre‐tribulacionistas sostiene que la venida de Cristo es inminente en


un sentido especial: que en su venida la iglesia será arrebatada secretamente de la
tierra en cualquier momento, antes de la Gran Tribulación. Dice, además, que
Cristo volverá después de los siete años de la tribulación y juicio. La razón es que
considera que la iglesia existe en una especie de “paréntesis” en el plan profético
de Dios, y que no tiene ninguna conexión con Israel. Por tanto, la mayor parte de
las profecías del Apocalipsis y de Mateo 24, tienen que ver con Israel y no con la
iglesia. Esta interpretación es parte del sistema teológico dispensacional. 

(2) La de los postribulacionistas entiende que la venida de Cristo no se debe


dividir en dos partes como hacen los dispensacionalistas, y que ocurrirá 

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sólo después de la mencionada tribulación. Estos pertenecen a la escuela 

anti‐dispensacional, o viejopremilenarista. Considera que Israel convertido 

en cualquier época es parte del mismo pueblo de Dios que es la iglesia (Véase
Efesios 2:19–22; Hebreos 11:39, 40); que la iglesia es la heredera de las
promesas de Dios hechas a Israel; que es heredera también de su suerte y de sus
Escrituras; y que los dos grupos participarán de la misma suerte de sufrimientos
en los últimos tiempos, sin perjudicar el cumplimiento de las profecías dadas
exclusivamente a la nación física de Israel. 

(3) La de los medio‐tribulacionistas dicen que la iglesia sufrirá aproximadamente


la mitad de la tribulación y que será arrebatada para estar con Cristo antes de los
últimos juicios de aquella época. Estos parecen no preocuparse con la relación
entre Israel y la iglesia, y se interesan más en el significado de los eventos del
libro del Apocalipsis. Entienden que el arrebatamiento de la iglesia sucederá en
uno de varios posibles puntos durante la tribulación. 

Para determinar a cuál sistema escatológico atenerse, el intérprete se verá


obligado a examinar las bases escriturales de cada uno; específicamente: las
declaraciones bíblicas sobre las cuales versa la relación entre Israel y la iglesia;
cuándo es el tiempo del arrebatamiento de la iglesia; y si en realidad el
arrebatamiento de la iglesia será secreto e invisible para todo el mundo. Otra
clase de dificultad se encuentra en la aparente contradicción entre varias
enseñanzas bíblicas. 
En Romanos 3:28 Pablo enseña que el hombre es justificado por la fe, aparte de
las obras de la ley; mientras que en Santiago 2:24 leemos que el hombre es
justificado por obras, y no por la fe sola. En realidad, Pablo señala la fe como la
verdadera fuente de la justificación delante de Dios. Santiago insiste en que la fe
sea acompañada de las obras; de otra manera, la fe es muerta. Pablo diría que este
tipo de profesión es vana, realmente no es fe; aquella persona hubiera creído en
vano (1 Co. 15:2). 

Los versículos 2 y 5 de Gálatas 6 parecen estar en abierta contradicción: en el v.


2 dice: “Sobrellevad los unos las cargas de los otros”, y en el v. 5 dice: “Porque
cada uno llevará su propia carga.” En primer lugar las voces griegas traducidas
“cargas” son diferentes. La primera significa una carga moral (barē); la segunda
significa una carga en el sentido de responsabilidad (fortíon). El v. 2 habla de la
actitud de amor que se debe mostrar hacia los hermanos que tengan problemas,
mientras que el v. 5 habla de la responsabilidad individual delante de Dios. 

Los versículos 4 y 5 de Proverbios 26 también parecen contradecirse. El v.


4 dice: “Nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad, para que no seas
tú también como él.” El v. 5 dice: “Responde al necio como merece su necedad,
para que no se estime sabio en su propia opinión.” Los dos textos se limitan el
uno al otro, indicando en cuáles circunstancias es correcto hablar al necio según
su necedad. El v. 4 enseña que uno no debe hablar 

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como necio. El v. 5 recomienda que se debe reprochar al necio, usando 

palabras que merece. A veces serán palabras como las suyas que deberán
ayudarle a comprender la necedad que ha hablado. 

En Lucas 16:18 y Marcos 10:11, 12, el divorcio está prohibido en términos


absolutos. Pero en Mateo 5:32 y 19:9 se permite en los casos de adulterio o
fornicación. Luego en 1 Corintios 7:15 al marido se le da la libertad de separarse
de la mujer incrédula si así lo prefiere ella. La prohibición absoluta se debe
considerar como una expresión general que tiene sus excepciones: 

el rompimiento del voto matrimonial. Las dos excepciones mencionadas 

están en la misma categoría: el adulterio viola la exclusividad de la relación


física, mientras que el abandono del cónyuge es la negación del prometido
cuidado y cumplimiento. 
Hay también ciertos hechos históricos y enseñanzas que son difíciles de aceptar
por su carácter moral. 

El sacrificio humano parece tener la aprobación divina en Levítico 27:29:


“Ninguna persona separada como anatema podrá ser rescatada; indefectiblemente
ha de ser muerta.”. 

Véase además el caso de Jefté en Jueces 11:24–40. El v. 31 es donde se registra


su voto: “Cualquiera que saliere de las puertas de mi casa a recibirme, cuando
regrese victorioso de los amonitas, será de Jehová, y lo ofreceré en holocausto.” 

Sin embargo, los sacrificios humanos eran expresamente prohibidos


según Deuteronomio 12:30, 31; Levítico 20:2; Salmo 106: 37, 38. 

Es posible que Jefté dedicó su hija a la virginidad perpetua, y no a la muerte. 

Pero si en verdad la sacrificó como holocausto, lo hizo por malentender la 

voluntad de Dios respecto a su deber. Cualquiera que fuese su acto, la Biblia no


lo aprueba. Recordemos también que la época cuando sucedió aquello, era
caracterizada por falta de respeto a la ley: “En estos días no había rey en Israel;
cada uno hacía lo que bien le parecía” (Jue. 21:25). 

Algunos de los Salmos parecen mostrar un espíritu vengativo, y no el espíritu


cristiano de perdón. Sin embargo, algunas de las expresiones se deben entender
figuradamente, como el Salmo 10:15: “Quebranta tú el brazo del inicuo.” Y otra
vez el Salmo 58:6: “Oh Dios, quiebra sus dientes en sus bocas; quiebra, oh
Jehová, las muelas de los leoncillos.” Estas peticiones expresan el deseo que Dios
quite las fuerzas del mal y no se refieren al quebrantamiento de brazos o dientes.
El juicio divino será, sin embargo, infinitamente más pesado sobre los malos. 

Otras expresiones son profecías del mal fin de los que se rebelan contra Dios, o la
condenación de Dios mismo sobre los que menosprecian su ley. (Véase
Deuteronomio 28:15–68.) 

Nótese de manera especial que David no carecía del espíritu de perdón, sino que
oraba y ayunaba pidiendo por sus enemigos en espíritu cristiano. (Véase Salmo
35:12–15.) Sus expresiones duras contra sus enemigos y los 

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de Dios, representan la actitud divina contra la rebeldía y dureza del
corazón humano. 

Algunos actos de los profetas se han considerado ridículos o inmorales. Pero: 

1. Eran actos simbólicos, como en Isaías 20:1–6, donde se le dice: “Vé y quita el
cilicio de tus lomos, y descalza las sandalias de tus pies. Y lo hizo así, andando
desnudo y descalzo.” Nótese que la palabra desnudo no significa estar sin el
cinto que cubre los órganos privados, sino “descubiertas las nalgas” según v. 4.
Es decir, llevando una ropa muy corta e inadecuada. Aun así, el acto era
simbólico. Por medio del profeta, Dios les decía que los cautivos de Egipto y los
exiliados de Etiopía serían llevados en vergüenza. 2. A veces sucedieron sólo en
una visión, o fueron relatados por el profeta. (Véase Jeremías 13:1–7.) 

Otras enseñanzas han sido interpretadas sin las limitaciones necesarias. Las
palabras de Jesús en Juan 6:51–58 sobre la necesidad de comer su carne y beber
su sangre, son necesariamente figuradas y espirituales, según el v. 63: “El
espíritu [o Espíritu] es el que da vida; la carne para nada aprovecha.” Las
“palabras ociosas” de Mateo 12:36 deben entenderse como perniciosas, rebeldes
o inmorales. 

El hombre rico de Mateo 19:23, que “difícilmente entrará … en el reino de los


cielos” se explica como aquel que confía en las riquezas para entrar al reino
(Mr. 10:24). 

Cuando leemos en Mateo 5:30 que se debe cortar la mano, etc., que ofende, es
para enfatizar la gran diferencia entre los valores del cuerpo y del alma. Jesús
realmente no enseñaban tal acto en forma literal, porque no solucionaría el
problema del mal, según Marcos 7:19–23. 

Cuando leemos en Mateo 5:39 que debemos volver la otra mejilla cuando nos
golpeen en una, es para subrayar la enseñanza más sencilla: “No resistáis al que
es malo”, volviendo mal por mal. 

Hay algunas enseñanzas que son enteramente incomprensibles para la


inteligencia humana: tales como la eternidad de Dios, la Trinidad, las dos
naturalezas de Jesucristo en una sola persona, la absoluta soberanía de Dios y la
libertad moral del hombre, la utilidad de la oración frente a la predestinación
divina; y el problema del origen del mal. 

Debemos recordar que la naturaleza misma de Dios implica que sus virtudes
existen en grado infinito, haciéndose imposible sondear muchas de sus obras y
propósitos. La presencia de problemas como éstos en la Biblia está en completa
armonía con lo que se ha revelado del carácter de Dios. Un libro que pretendiera
hablar de parte de Dios sin llevar la huella de lo inescrutable había de despertar la
sospecha de que fuera solamente un fraude piadoso. Así que estos y semejantes
problemas se pueden considerar pruebas indirectas de su origen divino. 

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Observaciones generales sobre el manejo de dificultades 

1. Antes que todo, el intérprete debe estar seguro de que la dificultad es real,
revisando cuidadosamente su conclusión inmediata. 

2. Toda la Escritura debe interpretarse de acuerdo con lo que pretende ser: un


volumen plenamente inspirado. 

3. La Biblia debe ser considerada como un sistema de enseñanza, de principio a


fin, y cada libro como parte de un todo. 

4. Al mismo tiempo, la enseñanza primitiva de las Escrituras, especialmente del


Antiguo Testamento, debe entenderse como parte de una enseñanza 

progresiva, y sujeta a revelaciones posteriores. 

5. Los pasajes oscuros deben entenderse siempre a la luz de lo que es claro, y no


al revés. 

6. Se debe reconocer la diferencia entre las dificultades doctrinales e históricas;


las primeras son resueltas especialmente por la fe, y las últimas por medio del
estudio diligente con la ayuda del Espíritu de Dios. 

7. No se debe creer que alguna explicación satisfactoria se ha de encontrar para


toda dificultad, a causa del estado actual de los conocimientos humanos. Además,
la presencia de dificultades en un libro como es la Biblia, resulta ser una marca
de su paternidad divina. 

1 La materia presentada en este capítulo fue tomada en gran parte de The


Bible Handbook, de 

Angus y Green. 

2 La escatología es el estudio de las “últimas cosas”; es decir, aquella parte de la


profecía que trata el tiempo inmediato antes del regreso de Cristo al mundo. 
3 El posmilenarismo afirma que Cristo volverá al mundo después del milenio; el
premilenarismo afirma que vendrá antes del milenio para inaugurarlo; el
amilenarismo niega la realidad del milenio terrenal y lo refiere a la eternidad con
Dios.

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