Tema 4 - Preparacion Intervencion
Tema 4 - Preparacion Intervencion
Tema 4 - Preparacion Intervencion
1. INTRODUCCIÓN
Si queremos hablar bien en público, tenemos que ensayar aquello de lo que vamos a hablar y
tendremos que emplear nuestro tiempo en hacerlo.
Uno de los primeros problemas que surgen a la hora de hablar en público es que no nos
preparamos lo suficiente. Muchas veces se prepara solo la presentación visual, pero no se
ensaya lo que se va a decir.
Improvisar en determinados momentos está bien, pero solo se nos puede dar bien
improvisar cuando conocemos bien el tema del que estamos hablando.
Por lo tanto, ¿qué itinerario debemos seguir para organizar cualquier presentación oral?
2. INFORMACIÓN PREVIA
Una de las mayores dificultades a la hora de prepararse una intervención sobre un tema es
QUÉ NO INCLUIR. No es necesario que lo contemos todo, sino aquello que consideramos más
importante para el público que nos escucha.
Por tanto, tener claro lo que se quiere transmitir es fundamental para ir al gramo y no
realizar intervenciones vacías.
b. ¿Cuál es el objetivo?
- FORMATIVO: Si lo que se pretende es transmitir una enseñanza, educar sobre un tema, dar
una conferencia.
Ejemplo: para vender un producto, una idea, un proyecto o conseguir un voto. Vendedor a
cliente, el político en un mitin, un presidente en una comunidad de vecinos…
Nos interesa saber quién será la audiencia para adaptar el contenido a ella.
Ejemplo: Médico que habla sobre esclerosis múltiple ante colegas que saben del tema, a
pacientes afectados por esa enfermedad o a público general para solicitar fondos que luchen
contra esta dolencia.
Cuando en el público hay personas con diferentes conocimientos sobre la materia, todos
deben entender la intervención, por lo que tenemos que bajar el nivel a uno que sea
fácilmente comprensible.
Ejemplo: Un alumno quiere dar una charla sobre redes sociales a un grupo de alumnos,
profesores, progenitores …Debe ser consciente del lenguaje que usa porque es probable que
conozca vocablos de aplicaciones o jerga tecnológica que no sean habituales para algunos
grupos que tiene delante.
- Actitud: Entre el público puede haber actitudes muy distintas, es decir, personas que están
a favor o en contra de lo que dirás.
Ejemplo: no es igual dar un curso para personas que han optado por hacerlo que otras que han
sido obligadas a realizarlo.
El reto como orador es conseguir modificar las actitudes de aquellos que preferirían estar en
otra parte.
- Tamaño del público: Un discurso televisado será visto por millones de personas, con lo cual
no es lo mismo que hacer una presentación ante otros diez empleados en una oficina. Cuanto
mayor sea el tamaño de la audiencia, más aspectos tendremos en cuenta, puesto que
encontraremos mayor diferencia entre aptitudes, actitudes, edades, cultura…
Ejemplo: Discurso de investidura de presidentes de EEUU. Realizan una alocución que saben
será observada por el mundo entero por lo que el mensaje que transmiten va destinado a
diferentes grupos.
Ejemplo: discurso Steve Jobs, 12 junio 2005. Iba dirigido a estudiantes universitarios, pero no
les habló de temas técnicos, sino de su propia vida a través de 3 historias con un mensaje final
para su futuro.
- Ratio hombre/mujer: Puede tocarnos hablar solo para hombre o solo para mujeres.
- Situación económica:
Ejemplo: Resultaría insultante que un empresario hablará sobre los sueldos que paga a sus
directivos en una intervención en la que anuncia una regulación de empleo donde despedirá a
parte de sus trabajadores.
- Orientación política: Hay ciertos temas que un orador debe evitar al realizar su
presentación y uno de ellos es la política.
No son relevantes y puede generar malestar entre aquellas personas que no opinan igual
que el ponente.
Ejemplo: discurso de Bryan Dyson, CEO de Coca Cola cuando se marchó de la empresa en 1991
(15 líneas)
La disciplina del tiempo es fundamental en oratoria. Mejor terminar antes y que la gente se
quede con ganas de más que al contrario.
3. ESTRUCTURA
Cualquier intervención, sea del tamaño que sea, debe tener una estructura tipo: inicio,
desarrollo y desenlace.
a. UN BUEN INICIO
Winston Churchill dijo una vez: “El mejor discurso es aquel que consta de un buen inicio, un
buen final y en el que la distancia entre ambos es la mínima posible”.
El ser humano cuenta historias desde las pinturas rupestres. Se cree que fue el descubrimiento
del fuego el que hizo aparecer las primerias historias contadas cuando los seres humanos se
sentaban alrededor del fuego y se contaban lo que habían hecho durante el día.
Elementos que pueden componer un buen inicio hay muchos en oratoria. Estos son algunos
de ellos:
- Afirmación llamativa: Es la más sencilla. Consiste en usar una frase que llame la atención
del público. Por supuesto, debe tener relación con el tema. Puede ser meramente el título de
la presentación en negativo o decir una frase extraña: “Para hablar bien en público hay que
disfrutar pisando charcos”. ¿Quién disfruta pisando charcos? Los niños. Para hablar bien en
público hay que sacar al crío que llevamos dentro.
- Comenzar con una pregunta: Es una fórmula fácil. Introducimos la intervención con una
pregunta retórica o una cuestión que el público debe responder.
- Experiencia personal: Iniciar la presentación contando algo que nos ha pasado. Puede ser
más o menos gracioso. No importa. El objetivo es que las personas que nos escuchan nos
conozcan mejor y se den cuenta de que nos pasa lo mismo que a ellos.
- Acontecimiento actual: Se hace mención a un evento que ocurrió en esa misma fecha, si
ese día se conmemora algo especial.
Ejemplo: Tal día como hoy, un hombre pisó la Luna por primera vez…
- Una cita célebre: Elegir una frase que haya dicho alguien conocido siempre que esté
relacionada con el tema. Cuando lo hagamos podemos decidir si mencionar al autor de la
misma antes de citarla o después. Aunque es recomendable hacerlo antes por dos razones: es
más probable que el público preste atención a la misma si antes mencionas el autor y
oralmente es más fácil hacer las pausas y dar la entonación pertinente a la cita en estilo
directo.
En cualquier caso, no hay que abusar de las frases de otros en las intervenciones públicas.
*Consejo: Prepararlo y ensayarlo para que fluya de nuestra boca con facilidad. Incluso
podemos practicar delante del espejo para ver qué tipo de lenguaje no verbal queremos
usar.
b. UN DESARROLLO ESTRUCTURADO
En la foto podemos observar un modelo de mapa mental útil para intervenciones en oratoria.
Se le puede dar color a los diferentes niveles, hacer dibujos para recordar cada parte o
cualquier otra cosa que se nos ocurra y pueda resultarnos útil para controlar aquello que
queremos comunicar.
También hay programas específicos de software para hacerlos, si preferís desarrollarlo por
ordenador.
c. UN BUEN FINAL
Todo ello para hacer un final rompedor que deje un buen sabor de boca a la audiencia.
Podemos finalizar con la misma frase de inicio, si es que nos sirve de conclusión, o responder
a la pregunta que planteamos al comenzar, o terminar con otro final distinto, pero llamativo
también.
Generalmente, el buen inicio y el buen final se nos ocurrirán una vez hayamos planteado y
desarrollado todo el meollo de la presentación. De hecho, es lo mejor: organizar primero el
mapa mental con los elementos básicos de mi intervención y añadir al final la forma de
iniciar y finalizar la presentación.
4. IMPROVISACIÓN
BIBLIOGRAFÍA
Pérez de las Heras, Mónica. 100 actividades para hablar en público en el aula. Oratoria para colegios e institutos. Amazon, 2021