Apuntes de Historia Del Cine
Apuntes de Historia Del Cine
Apuntes de Historia Del Cine
Apuntes
de
Índice
Tema 1.- Prehistoria y nacimiento del cine.
Los pioneros: la nacionalización del cinema.
Nacimiento del leguaje: el nacimiento del cine americano.
La escuela de Brighton.
Porter, Griffith, Ince, De Mille.
Tema 2.- El cine cómico americano: los procedentes franceses, Mack Sennet y la
Keystone, Chaplin, Keaton, otros.
El cine mudo norteamericano: los Nickels Odeon, la guerra de las patentes,
el nacimiento de Hollywood, las producciones de aquel Hollywood.
La era de los Estudios: el star system, los Estudios, Hollywood, los géneros.
Tema 3.- El cine mudo alemán: El expresionismo cinematográfico, características
del expresionismo alemán, su influencia, Murnau, Lang, la decadencia del
cine mudo alemán.
Tema 4.- El cine mudo ruso: el cine soviético, los maestros del montaje, Lev
Kulechov, el cine ojo de Vertov, la fábrica del actor excéntrico.
Pudovkin.
Eisenstein.
Dovjenko. Y después…
Tema 5.- El cine mudo francés: Louis-Jean y Augusto Lumière, George Méliès,
Leon Gaumant, Charles Pathé, el film d’art.
Impresionismo y vanguardismo en el cine francés: el impresionismo, el
impresionismo cinematográfico, Luis Delluc, Marcel L´Herbier, Abel Gance,
Jean Epstein, Germaine Dulac.
El vanguardismo cinematográfico: el dadaísmo, el surrealismo, Jean
Cocteau, René Clair, Jacques Feyder, el cubismo.
Tema 6.- El cine mudo nórdico: el cine danés, el cine sueco.
Breve noticia del cine mudo en otros países: cine italiano, cine
iberoamericano, cine japonés, cine chino, cine indio
Tema 7.- El cine mudo español: el nacimiento del cine español, la escuela de
Barcelona, el cine madrileño.
Tema 8.- Los comienzos del sonido: los inventos que procedieron al sonido, el
sonido llega a Hollywood.
Los cambios del cine con la llegada del sonoro
Los primeros años del sonoro: la revolución en EEUU, los nuevos géneros,
los talentos “robados”.
Tema 9.- El cine sonoro francés anterior a 1970: los inicios del sonoro en
Francia, los veteranos, los nuevos nombres, la “nueva ola”.
Tema 10.- El cine sonoro italiano anterior a 1970: el neorrealismo, décadas de
los cincuenta y sesenta.
3
Tema 1
Prehistoria y nacimiento del cine
• LA PERSISTENCIA RETINIANA es la característica de la visión humana que
hace posible el cine y la televisión.
La persistencia retiniana es un fenómeno fisiológico que se conoce, al menos,
desde el siglo II, en el que el sabio griego Ptolomeo descubrió que el ojo humano
retiene las imágenes durante un breve tiempo. La persistencia retiniana varía en
función de la intensidad de la luz que impresiona la retina. Con iluminaciones
fuertes se valúa en 1/48 de segundo, mientras que en las débiles es de 1/20 de
segundo. Se trata de una especie de inercia en la regeneración del pigmento,
que se decolora durante el proceso de visión. Un astrónomo inglés, Sir John
Frederick William Herschel, y un geólogo irlandés, William Henry Fitton,
demostraron el principio de la persistencia retiniana y ello les sirvió para idear su
TAUMATROPIO, que consistía en un disco de cartón en una de cuyas caras
estaba dibujado un pájaro, y en la otra, una jaula; dos cordones sujetaban el
cartón y, al hacerlo girar rápidamente enroscando o desenroscando esos
cortones, se veían al pájaro dentro de la jaula.
Este principio, explicado en un libro por el físico y matemático belga JOSEPH-
ANTOINE-FERDINAND PLATEAU —quien demostró que con una frecuencia de
dieciséis imágenes por segundo, el espectador no apreciaba los negros in-
termedios y creía ver una única imagen en movimiento— hizo posible su apli-
cación a numerosos aparatos que se consideran como precursores del cine-
matógrafo: el zootropo, el phenakitiscope, el fusil fotográfico, el praxinoscopio o
teatro óptico, el kinoptikon, el kinetographo, o el quinetoscopio, por ejemplo,
hasta llegar al cinematógrafo.
Gracias a la persistencia retiniana, el ojo humano, al contemplar unas imágenes
que se suceden al ritmo de 24 por segundo —en el cine mudo, a 16 imágenes
pos segundo—, funde cada una de ellas con la siguiente y la mente humana,
para salvar la mínima diferencia existente entre ellas, cree ver que las figuras
retratadas realizan los movimientos necesarios para explicar esa diferencia, con
lo que restituye a las imágenes estáticas el movimiento que efectuaron las
originales.
Para llevar a cabo este proceso, la cámara cinematográfica hace una serie de
fotografías instantáneas, cada una de las cuales fija un instante determinado de
lo que acaece ante ella. Cuando se procede a la proyección de esas fotografías
—fotogramas—, cada una de esas fotografías se mantiene proyectada sobre la
pantalla un periodo de tiempo del orden de 1/48 de segundo, intercalándose
entre una y otra un intervalo de oscuridad imperceptible por la persistencia
retiniana durante el cual se procede a la sustitución de un fotograma por el
siguiente. El conjunto de fotogramas componen la película cinematográfica, una
larga cinta de material flexible y transparente que sirve de soporte a una o más
capas de emulsión sobre las que se fijan una serie de fotografías.
Dichas fotografías son ampliadas por un aparato óptico, el proyector, que las
proyecta sobre una pantalla.
BREVE RECORRIDO POR LA HISTORIA
6
cinematográfica y con ello del cine. Como queda dicho, era un sistema de
proyección de dibujos animados desarrollado por Reynaud a partir del
praxinoscopio, y al sustituir las placas de vidrio de aquel por cintas de gelatina
dibujadas y coloreadas formando fotogramas de 4 x 5 cm, con una sola
perforación y arrastre continuo. En el Teatro óptico, Reunador conseguía
efectos sonoros mediante levas adosadas a la cinta. Claro precursor del genio
canadiense Norman McLaren. Reynaud utilizaba bandas cuidadosamente
dibujadas y coloreadas, por lo que le podemos considerar como el creador de
los dibujos animados. ¿Y NO ERA YA CINE… Y CINE SONORO, ADEMÁS?
El Teatro Óptico estuvo exhibiéndose en el Museo Grévin, de París, desde
1988 a 1892, proyectando películas de dibujos animados, sonoros, sobre una
pantalla. ¡Ustedes mismos!
En resumidas cuentas, REYNAUD, los norteamericanos ARMAT, DICKSON y
EDISON, el alemán SKLANADOWSKI y el inglés FRIESSE-GREEN tienen tanto
derecho como los franceses hermanos LUMIÈRE a ser considerados invenrores
del cine, ya que antes de que estos inventaran la grifa excéntrica como las de
las máquinas de coser que invento Singer, se había construido el primer
Estudio de cine el Black May, se había diseñado y lanzado al mercado la
película de 35 mílimetros con perforaciones laterales, habían rodado películas
argumentales y documentales, habían proyectado imágenes móviles sobre una
pantalla, y se habían llevado a cabo proyecciones públicas en varios paíeses
europeos Inglaterra, Alemania, Espaa…. antes de la fecha que los
historiadores francesas del cine, y sus traductores españoles, consideran oficial
para el nacimiento del cinema: el 28 de diciembre de 1895.
CRONOLOGÍA BÁSICA DEL CINE:
• 1893 El BLACK MARÍA, primer estudio de rodaje 1 de febrero construido
por Dickson para la filmación de películas de los kinetoscopios de Edison. Una
habitación oscura con techo de cristal y giratoria con el sol.
• En 1887, Edison y su principal colaborador Dickson, encargan a Eastman-
Kodak la fabricación de PELÍCULAS FOTOGRÁFICAS SOBRE CELULOIDE,
de 35 milímetros de anchura, 50 pies de longitud y cuatro perforaciones por
fotograma, es decir: la película cinematográfica que emplearon los pioneros del
cinema.
Edison, para sus exhibiciones, usó un perfeccionamiento del cronofotógrafo de
Marey, el quinetoscopio, negándose a aceptar la idea de Dickson de proyectar
sobre una pantalla las películas rodadas para él, ya que consideraba que el
público nunca se interesaría por una proyección muda y él había fracasado en
el intento de lograr un cine sonoro.
Como no todos pensaban así, fueron multitud los que intentaron hallar la forma
de proyectar las películas que quinetoscopio sobre una pantalla. Y de esos
intentos nació el cine tal y como ahora lo entendemos.
• En 1888, Reynaud comienza las exhibiciones de su TEATRO ÓPTICO en el
Teatro Grévin, de París.
• En 1894, el norteamericano Thomas Armat construye el FANTASCOPIO, un
PROYECTOR CINEMATOGRÁFICO que permitía proyectar películas
cinematográficas. No explota convenientemente su invento y se lo vende a
Edison quien lo presenta en 1896 como propio y con el nombre de Vitascopio.
10
Los pioneros
LOUIS Y AUGUSTO LUMIÈRE
Louis y Augusto Lumère obtuvieron, en las veinte primeras sesiones celebradas
en el Gran Café, una recaudación máxima de 2.500 francos diarios en una sala
de 120 espectadores que pagaban un franco por su entrada y por cuyo alquiler
pagaron los dos hermanos 30 francos por día. Se celebraba una sesión cada
media hora, con la proyección en cada una de ellas de diez películas de 50 pies
15,25 metros de duración, y en la primera de ellas se recaudaron tan solo 35
francos.
El éxito de los Lumière, del invento de los hermanos Lumière, no se debió a la
riqueza u originalidad de los temas, propios de cualquier fotógrafo de la época
Louis era fotógrafo, sino el hecho de que sus imágenes se moviesen lo que,
pese a reproducirse en sólo dos dimensiones, creaba una inaudita sensación de
realidad.
Los espectadores huyeron en La llegada del tren.
Vistas hoy, de aquellas películas de los Lumière interesan muy especialmente
cuatro títulos:
• La salida de los obreros de la fábrica Lumière, primera película rodada por los
autores. La más importante y significativa: las puertas de la fábrica se abren
para dar paso a una riada de obreros empujando sus bicicletas, obreras con
faldas acampanadas y sombreros emplumados. Tras el personal, los
patrones, en una victoria tirada por dos hermosos caballos. Película entre
publicitaria y social, medio siglo más tarde de haberse publicado el Manifiesto
Comunista.
• El muro, en el que se muestra la demolición de un muro, y que fue rodada
invirtiendo el sentido de marcha de las imágenes e inaugurando de ese modo
el trucaje cinematográfico. Los propios Lumière profundizaron en él en
Charcutería mecánica, en la que un cerdo entra en una máquina y sale
convertido en salchichas.
• El regador regado, su primer corto humorístico, rodado en exteriores y como
tomado del natural: la cámara, inmóvil, muestra a un jardinero regando su
jardín. Un muchacho entra en campo, se acerca y oprime con un pie la
manguera para impedir la salida del agua. Cuando, intrigado, el jardinero mira
por la boca de la manguera, el muchacho levanta el pie y el agua sale con
fuerza contra la cara del jardinero.
• La llegada del tren, que provocaba el pánico de los espectadores, quienes
creían que la locomotora se precipitaba sobre ellos. El realismo de las
imágenes en movimiento se veía reforzado por la profundidad de foco que
12
ruina. Quizá pudiera explotarlo durante algún tiempo como curiosidad científica,
pero tenga la certeza de que no tiene ningún porvenir industrial”.
Afortunadamente para los amantes del cine, Méliès se enteró, unas semanas
más tarde, de que un óptico inglés, Robert William Paul, había lanzado al
mercado un aparato similar al utilizado por los Lumière bajo el nombre de
Bioscopio, y a él si pudo adquirirle uno por 1.000 francos. Con él comenzó a
exhibir películas en su teatro de variedades, magia e ilusionismo.
Pero Méliès no se conforma con exhibir esas películas: En Londres, compra
varios miles de metros de película Kodak virgen y, tras hacerla perforar por Paul,
la utiliza para iniciar su propia producción cinematográfica.
Méliès sigue, al principio, se inicia en el cine recorriendo la senda abierta por los
Lumière, y de ese modo produce hasta ochenta películas documentales de la
vida diaria: Escenas de la calle, Salida de la oficina, Llegada del tren, Los baños
de mar, Escenas infantiles, etc., tan carentes de originalidad como de ingenio.
Pero una mañana de 1896, cuando Méliès estaba rodando en la Plaza de la
Ópera, de París, su cámara se detiene: un grado de arena en el engranaje
externo es el culpable. Eliminado, el rodaje continúa y, cuando se procede a la
proyección de los rodado, un autobús que cruzaba la plaza en el momento de la
detención de la cámara se transforma en el coche fúnebre que la atraviese
cuando se reanuda la filmación. Un incidente que significó para Méliès lo que la
célebre manzana para Newton y que le permite convertirse en el verdadero
creador del trucaje cinematográfico, siendo la primera película que rueda usando
conscientemente del recién descubierto truco El escamoteo de una dama, en
octubre de 1896. Se rodaba aún al aire libre la luz artificial usada por los
fotógrafos era de uso muy peligroso y difícil en el cine, y sólo Méliès se atrevió a
usarla una vez antes de 1906, para el rodaje de cuatro números del cantante
Paulus, y con un telón de fondo desplegado sobre una pared. En 1987, parece
transformar a una señora en un ramo de flores en la película Fausto y Margarita.
Para rodar con mayor facilidad sus películas, en 1987, invierte 25.000 francos
oro en su propiedad en Montreuil para levantar allí un estudio en el que combina
la decoración teatral con las telas pintadas de uso frecuente en los estudios de
fotografía en una especie de acuario gigantesco que permite aprovechar al
máximo la luz solar. En un extremo del estudio, hace construir un cuarto oscuro
en el que guardar la cámara, usar como laboratorio y efectuar los trucos, y en el
otro hace montar un escenario con amplios bastidores y toda la usual tramoya
teatral: pasarelas, trampas, ascensores, plataformas giratorias, etc.
Contando con ese estudio, Méliès profundiza en las posibilidades mágicas del
cine e inventa la sobreimpresión, la fotografía compuesta, la exposición múltiple
hay siete en El hombre orquesta o El Melómano , las maquetas o modelos
reducidos, y el acercamiento de cámara, en una especie de travelling, en El
hombre de la cabeza de goma, que protagonizó el propio Méliès en 1901.
Pese a ello, en aquellos primeros años, Méliès no usa las posibilidades del
montaje para cambiar de plano, siguiendo, como los Lumière, concibiendo cada
uno de ellos con valor teatral. Es cierto que llega a emplear el Gran Primer
Plano, pero no con intención dramática sino para crear un efecto de gigantismo
en Gulliver. Ello hace que los sucesos se encadenen como en las
representaciones teatrales: en Viaje a través de los imposible, un cuadro muestra
14
La escuela de Brighton
En Gran Bretaña numerosos music-halls exhibían películas y el cine ambulante
se desarrolló rápidamente gracias a ROBERT WILLIAM PAUL, que construyó en
1984 una imitación del Kinetoscopio de Edison por encargo de unos empresarios
griegos... siguió fabricando más aparatos... introdujo modificaciones y en 1895
construye una cámara tomavistas para surtir con películas propias a los cada día
más numerosos kinetoscopios ingleses. Recordemos que a él fue a quien
recurrió Méliès para la compra de su primer aparato cinematográfico.
Paul comenzó rodando temas de actualidad y su primera película, Un soldado
galante, fue interpretada por actores improvisados. En 1899 construye un
minúsculo estudio en el que produce películas relativamente importantes: Una
aventura de Mr. Pickwick, Lanza mágica de ambiente medieval, Ora pro
nobis, Los últimos días de Pompeya y sobre todo, Viaje al ártico, 1903, su obra
maestra. Paul es ingenuo, pesado y vulgar. Su mayor mérito, haber montado en
1900 una Loca carrera en automóvil en Picadilly Circus¸ en la que se emplea por
vez primera de una forma consciente el travelling subjetivo¸ para crear en el
espectador la sensación de hallarse en un vehículo lanzado a toda velocidad.
No acaba con ellos la aportación británica al naciente cinema. Brighton era una
playa de moda favorecida por la benignidad de su clima y allí se iniciaron varios
fotógrafos en los secretos de la fotografía animada y ellos han pasado a la
historia con el nombre de
ESCUELA DE BRIGHTON.
• GEORGES ALBERT SMITH,
Georges Albert Smith, que se inició con unas escenas naturales rodadas en
la playa en 1897, se encerró pronto en un estudio y siguió con menos
talento un camino paralelo al de Méliès, usando también de la
sobreimpresión que Smith llegó a patentar y de un gusto destacado por el
primer plano que alterna con planos generales, siendo en este sentido el
verdadero creador del montaje cinematográfico. En películas como La loba
de la abuela, Lo que se ve por el microscopio, El pequeño doctor, La rata de
la Escuela de Bellas Artes, y sobre todo Las desventuras de Mary Jane, usa
con criterio cinematográfico de la alternancia de primeros planos y planos
generales y consecuentemente del montaje.
• JAMES WILIAMSON,
James Wiliamson, antiguo farmacéutico, rueda documentales al aire libre,
unas regatas en 1899 en las que ya cambia la posición y el eje de la cámara
para recoger breves tomas de espectadores, embarcaciones, meta, etc.
Incluso utiliza un travelling montando la cámara en una embarcación que se
desplaza. Como otros documentalistas de la época, aborda la actualidad
reconstruida y en 1900 realizada una obra importante, Ataque a una misión
en China que duraba cinco minutos, estaba dividida en cuatro cuadros
aparición de los boxers a las puertas de la misión + el pastor se da cuenta
del ataque y abre fuego contra los chinos. La esposa hace señales con un
pañuelo desde la ventana + las tropas de los marinos británicos corren hacia
la misión + los boxers son reducidos y anticipa las cabalgadas de Tom Mix
y las obras de Griffith al ser el primer cine que usa un estilo netamente
20
nombres del primitivo cine americano y del cinema de aquellos años: Cecil B. de
Mille, Thomas Ince y David Griffith.
DAVID WARD GRIFFITH
David Ward Griffith fue sin duda el padre del cine americano, el verdadero
creador del lenguaje cinematográfico y la sintaxis visual tan y como aún la
entendemos.
Edwin S. Porter había usado el Primer Plano de una forma puramente intuitiva
en “Asalto y robo de un tren” y antes que él lo había hecho, sin tampoco caer
en la cuenta de su valor, Méliès, pero fue GRIFFITH quien primero le dio un
valor emocional en “El nacimiento de una nación”, 1915, en la que lo usa con
plena conciencia de su fuerza expresiva y su significación dramática. Antes lo
había usado en una película interpretada por Mary Pickford
Al igual que de Primer Plano, puede considerarse a Griffith el verdadero creador
del montaje. Ya hemos visto que un cierto tipo de montaje simple adición de
bobinas fue realizado por Doublier en “La coronación del zar Nicolás II,” y que
Méliès, Porter, los autores de la escuela de Brighton y otros muchos lo habían
usado, incluso creando las acciones paralelas; pero es Griffith quien le da al
montaje el valor que hoy tiene en el lenguaje audiovisual. Lo usó mucho y bien
en El nacimiento de una nación”, “Intolerancia”, “Las dos huérfanas”, “Las dos
tormentas”, etc.
También debemos considerar a Griffith el creador del ritmo en el cine ,y del valor
que en el lenguaje cinematográfico tienen los movimientos de l cámara, e incluso
la conjunción de movimientos de cámara y escena.
A margen de estas conquistas lingüísticas, Griffith se esforzó siempre por
transmitir un mensaje. Él era, ante todo, un lírico, un idealista con aires de
predicador. En “El nacimiento de una nación”, 1915, ve la Guerra de Secesión
bajo una óptica claramente sudista el Ku-Klux-Klan es el bueno y los negros
son los traidores en el melodrama , pero esa película lanzó su nombre a la
fama en el mundo entero. Por el contrario, su film más ambicioso, Intolerancia”,
1916, constituyó un rotundo fracaso comercial porque su inmenso coste 80
rollos, casi 20 horas de duración, aunque fue reducida luego a sólo doce rollos
para presentar cuatro épocas distintas de la humanidad en lucha contra la
intolerancia: Babilonia, los fariseos contra Jesús, la noche de San Bartolomé, y
una tragedia obrera en el mundo de la época y la fama de Griffith no sirvieron
para llenar las salas. Un nuevo fracaso económico obtuvo con su siguiente y
magnífica película, “El lirio roto”, 1919, basada también en el racismo y la
angustia humana, pero singular obra de arte por su forma y el acierto con que
crea una línea cinematográfica que sería muy imitada posteriormente: el film
psicológico. De ambos fracasos se recuperó parcialmente con el melodrama
“Las dos tormentas”, en la que el paisaje se constituye en un personaje más y
muy importante de la película.
Otros títulos suyos son: ”Corazones del mundo” sobre la primera guerra
mundial, “Los conquistadores” sobre los aztecas, “El romance del valle
feliz”, “La muchacha que se quedó en casa”, y “El verdadero corazón de Jane”.
THOMAS INCE
22
Thomas Ince fue alumno de Griffith, bajo cuya dirección debutó en 1909. A él se
deben los cánones de las películas del Oeste y haber lanzado a las pantallas y a
la fama a William S. Hart, intérprete excepcional de los primeros westerns.
Poeta del aire libre y hombre dotado de excepcional lirismo, Ince fue uno de los
primeros en darse cuenta del valor plástico y fuerza expresiva de las imágenes, y
supo aprender de su maestro la importancia del ritmo y el montaje. Fue el
primero que acertó a aunar y sintetizar en una armonía creadora las inmensas
posibilidades de un arte en nacimiento. Jean Cocteau llegó a afirmar que
“Carmen del Klondyke”, de Ince, igualaba en el recuero a los más hermosos
libros del mundo.
Su película “Civilización”, 1916, es un mensaje pacifista de una grandiosidad
aparatosa similar a la de “El nacimiento de una nación”, pero le revela ya como
un creador excepcional.
Pero en las películas en las Ince mostró todo su talento fue en las interpretadas
por Hart: “El sacrificio de Río Jim”, “Las deudas de Río Jim”, “El caballo pinto de
Río Jim”, “El tosco”, etc. Muchos críticos le consideran superior a Griffith, y
desde luego fue muy superior a otro director de la época cuyo recuerdo ha
sobrevivido al paso de los años Cecil B. De Mille.
CECIL B. DE MILLE
Cecil B. De Mille fue un director que asombró al mundo con La marca de fuego”,
1916, pero que sólo dominaba un recurso: la espectacularidad.
La marca de fuego es un vulgar melodrama presentado con un lujo digno de Las
Mil y Una Noches y un indiscutible sentido de la explotación de lo visual como
soporte de la narración dramática. Con todo, su éxito se debió al portentoso
trabajo de su protagonista, el japonés Sessue Hayakawa, quien, frente a la
frenética gesticulación en uso, entusiasmó a los espectadores con su rostro
impasible, trágico, sugestivo, que lograba exteriorizar los más complejos
sentimientos o estados de ánimo sin apenas gesto alguno.
De las numerosas películas que produjo Cecil. B. de Mille, citaremos: Homicidio”,
“Pies de arcilla”, “Triunfo”, “Los diez mandamientos”, “El admirable Cripton”, “El
rey de reyes”, “Los bateleros del Volga” y, batiendo récords del mal gusto, “Las
Cruzadas”, “El signo de la Cruz”, y “Cleopatra”. Al final de su vida profesional,
volvió a demostrar un magnífico oficio en películas como “Una aventura de
Buffalo Bill”, “Policía Montada del Canadá”, “Unión Pacific”, o “El bucanero” Dio a
conocer a un actor incomparable: Charles Laughton, inolvidable Nerón en “El
signo de la Cruz”.
23
Tema 2
El cine cómico mudo norteamericano
LOS PRECEDENTES FRANCESES
El género cómico, o burlesco, se remonta a los primeros días del cinematógrafo:
El regador de los Lumiére fue su primera muestra. En aquellos primeros días del
cine, las tiras cómicas y los números circenses fueron las fuentes de inspiración.
En Francia, André Deed (1879-1931), conocido con el apodo de “Boireau”
(“Toribio” en España), un artista de variedades que había actuado en algunas
cintas de Méliès, realizó para Pathé diversos filmes cómicos entre 1906 y 1908.
Sintonizaba con el payaso circense, con la cara enharinada, torpón, infantiloide,
excéntrico, y que arrasaba cuanto encontraba a su paso. Él y André Heuzé,
pionero francés de las persecuciones, comenzaron a crear gags de un modo
seriado, ya por vez primera con un protagonista identificado. André Deed obtuvo
pronto renombre internacional y acabó siendo captado por la pujante industria
cinematográfica italiana en 1908. Allí, con el sobrenombre de “Cretinetti”
(“Sánchez” en España), inició una serie que se benefició de la espléndida
distribución que el cine italiano tenía en todo el mundo.
MAX LINDER
Francia monopoliza la comicidad en la pantalla hasta 1914 y, por encima de los
actores-payasos que simplemente hacían reír, surge y destaca la figura de Max
Linder, un dandy sin la apariencia grotesca de sus compañeros del cine cómico
francés. De Linder tomará Chaplin su nerviosa mímica corporal y la creación de
situaciones comprometidas, en las que jamás perdía el control. Pese a ello, Max
Linder fracasa en América, donde se vive la edad de oro de los cortometrajes
cómicos, gracias a la estructura de programación de los Nickel Odeon, las salas
de exhibición, en las que se ofrecía un noticiario, un documental y un
cortometraje cómico antes del largometraje.
En aquellos años, los gags circulaban libremente de estudio en estudio entre
rodaje y rodaje. Por ejemplo, el recurso de la tarta en la cara parece que surgió
de manera accidental durante el rodaje de una película de Ferdinand Zecca.
Pero, tanto el “tartazo” como la patada en el trasero, comenzaron a cambiar
cuando se concibieron en función de personajes fijos que eran el vehículo de las
ideas de cada creador, estos personajes debían estar firmemente construidos y
reaccionar consecuentemente ante cada situación planteada. Era esencial que
se guardara una lógica coherente e identificable y que los actores controlasen
sus posibilidades expresivas, conscientes de que actuaban ante una cámara.
MACK SENNET Y LA KEYSTONE
El canadiense Mack Sennet fue el primer fabricante películas cómicas de
Estados Unidos. Había sido actor a las órdenes de Griffith y consiguió ser
productor y director con la empresa Keystone, creada en Los Ángeles de
California en 1912, y en la que trabajaron todos los cómicos americanos, excepto
Keaton.
En dieciocho años, Mack Sennet produjo para la Keystone unos 1500
cortometrajes, que se ajustaban a las siguientes características:
24
En abril de 1896, Edison patentó el Vitascopio, que había sido ideado y creado
por Armat y Jenkins, y el 23 de ese mismo mes lo presentó en Nueva York con
tanto éxito que se produjo en los Estados Unidos una enorme petición de
proyecciones de imágenes en movimiento. Para satisfacer esa demanda,
surgieron muchos improvisados exhibidores que, aprovechando que las películas
no llevaban copyright, hicieron caso omiso de las patentes de los proyectores y
comenzaron a exhibirlas; e incluso muchos de ellos, olvidando otras patentes, se
lanzaron a la producción de nuevas películas.
Edison contraatacó y comenzó a poner demandas judiciales, respaldadas por las
fuerzas policiales, a cuantos, como productores o como exhibidores, empleaban
alguno de los aparatos patentados por él. Thomas Armat, furioso con Edison por
haberle robado el Vitascopio, entró en la lucha por las patentes y se querelló con
el propio Edison. La lucha se generalizó y se llegaron a presentar más de
doscientas querellas a causa de las patentes cinematográficas ante los
tribunales de los Estados Unidos. Edison llegó a prohibir la venta de la película
de 35 mm que fabricaba Eastman aduciendo que la idea de fabricarla había sido
suya. De Dickson, más bien.
Con todas estas armas, Edison esperaba explotar a su beneficio las redes de
nickel odeons y apartar de ellas a los independientes. Con la intención de
lograrlo, firmó la paz con Armat y, en 1908, le invitó junto al distribuidor George
Kleine y a las siete compañías más importante Biograph, Vitagraph, Essanay,
Selig, Pathé, Lubin y Kalen a formar la Motion Picture Patents Company, a la
que, en 1909, se adhirió el francés Méliès. De ese acuerdo, nació un trust
dirigido por el abuelo del presidente Kennedy, Jeremiah P. Kennedy padre de
Joseph Kennedy, quizá el más poderoso de los contrabandistas que se
enriquecieron con la Ley Seca, y que llegó a introducir a una menor en la oficina
de un propietario de salas cinematográficas para arruinarle y poder hacerse con
ellas, en la que se integraban Edison, el resto de las compañías
cinematográficas dichas, y la productora francesa Pathé, que se unía así a la de
Méliès. Para valorar la importancia económica de ese basta recordar que, en
1909, los Estados Unidos contaban ya con cerca de diez mil salas
cinematográficas, y que, en el lanzamiento de una de sus películas, Pathé
vendía diez copias en Francia, cincuenta en el resto del mundo, y doscientas en
los Estados Unidos.
El trust impuso a los miembros que lo formaban unas condiciones tan
draconianas que pronto obtuvo unos beneficios de un millón de dólares al año:
cada productor asociado debía entregar medio centavo por cada pie de película
impresionada, cada distribuidor tenía que pagar una licencia anual de cinco mil
dólares, y cada explotador debía abonar al trust cinco dólares semanales. Todo
apoyándose en las patentes de Edison y en la promesa que éste arrancó a
Charles Eastman de tan sólo vender su película virgen a los miembros del trust
Edison. Pronto, como esa promesa no hacía sino favorecer a sus competidores,
Eastman respetó el acuerdo con Edison para los Estados Unidos pero
incrementó sus ventas a Europa, que producía muchas más películas que los
USA, y además vendía, bajo cuerda, película Eastman a los productores
independientes norteamericanos.
Entre 1909 y 1912 la industria norteamericana estuvo dominada por el trust de la
Motion Pictures Patents Company MPPC, que limitó la duración de las
28
películas a una o dos bobinas de 300 metros y rechazó la petición de los actores
de aparecer en los títulos de crédito.
En el maremagnum creado surgieron Porter y Griffith, que se había iniciado en la
Edison y en la Biograph, pero sus verdaderos líderes fueron los productores
Independientes.
Algunos empresarios emprendedores no quisieron someterse al monopolio de la
MPPC, como los distribuidores William Swanson y Carl Laemmle Laemmle.
que fundó más tarde la Universal, montó en ese tiempo su propia compañía
productora, la Independent Motion Picture Company, quienes empezaron a
producir sus propias películas, ejemplo que siguieron pronto ellos William Fox
William Fox fue un productor independiente que en 1915 creó la corporación
Fox Film que dirigió hasta que esta se unió en 1935 con la Twentieth Century y
Adoph Zukor, quienes, en 1910, se unieron a las compañías Reliance, Eclair,
Majestic, Powers, Rex, Champion, Nestor, Lux y Comet, para formar la Motion
Picture Distributing and Sales Company, que se querellaría contra la MPPC por
vulnerar las leyes anti-trust del gobierno de los EE.UU.
Esta guerra de las patentes, iniciada en 1898, se prolongó durante diez años.
Pareció llegada la paz cuando Edison vendió a la Biograph el derecho a utilizar
sus patentes cinematográficas por 500.000 dólares, pero no fue así, ya que, a
partir de ese momento, Edison sostuvo más de quinientos pleitos por un valor
conjunto de millones de dólares contra todos los restantes fabricantes de
aparatos de la industria cinematográfica americana. La verdadera paz no llegó
hasta que, el 15 de diciembre de 1908, los independientes acordaron abonar a
Edison un canon anual de 150.000 dólares a cambio de que dejase en libertad
absoluta de acción a sus competidores en ese sector de la industria, pues un
año antes, en octubre de 1907, los abogados de Edison habían conseguido una
sentencia en un tribunal de Chicago que hacía prácticamente imposible producir
un film en Estados Unidos sin la autorización de Edison.
La Vitagraph, Edison y la Biograph construyeron estudios en Nueva York, que
Selig los imitó en Chicago, mientras en Essanay se especializaba en westerns.
Entre la producción de la Biograph en aquellos años, cabe destacar una
adaptación de la novela de Julio Verne Veinte mil lenguas de viaje submarino, la
película Ex Convict, varios westerns, y Personal (1904) fundamental en la
evolución de los cortos cómicos norteamericanos.
Por su parte, la Vitagraph hizo construir un gran estudio en el que trabajaron
varios directores. En él, la Vitagraph rodó varias adaptaciones de las obras de
Shakespeare, con resultados menos que mediocres.
Ante la situación creada por el trust que dirigía Edison, la asociación de
productores ingleses lanzó un llamamiento a todos los productores europeos
para enfrentarse a él, pero el proyecto no llegó a cuajar por las diferentes
situaciones a que se enfrentaban las cincuenta productoras representadas, pese
a lo cual la producción cinematográfica europea siguió creciendo entre la
anarquía y la libre competencia. Gracias a esa anarquía y a sus esfuerzos por
abrirse un hueco en el mercado, todos tuvimos la fortuna de que naciese el filme
de arte.
El trust acabó cuando, en 1918, el gobierno de los Estados Unidos promulgó una
ley anti-trust, pese a que la MPPC, al no contar con el respaldo de la ley,
29
quimera del oro 1925, Luces de la ciudad 1930, Tiempos modernos, 1936,
con otras como El Circo, costosa pero fallada, El gran dictador, maravillosa
en algunos momentos inolvidables, como su discurso final, Candilejas… ,
• a quien acompaña en fama y genialidad BUSTER KEATON La ley de la
hospitalidad, El navegante, El maquinista de la General, El Cameraman,
impasible, aturdido, benevolente, extrahumano, estoico... y mil y un adjetivos
posibles más.
El western despega definitivamente con los clásicos de
• JAMES CRUCE La caravana de Oregón 1923, El correo de la Unión 1925
y, sobre todo, de
• JOHN FORD, que por entonces dirige El caballo de hierro 1924, una de las
mejores películas del cine mudo.
Aparecen en el horizonte cinematográfico de Hollywood
• KING VIDOR El gran desfile, 1926, Y el mundo marcha, 1928, Aleluya,
1929,
• FRANK BORZAGE Torrentes humanos 1929 ,
• RAOUL WALS Una mujer de París, 1923, El precio de la gloria 1926, La
frágil voluntad, 1928.
Ante los ataques de agrupaciones religiosas y familiares, los grandes Estudios
la Asociación de Productores y Distribuidores Americanos se unen para crear
el famoso CÓDIGO HAYS, que somete a una censura previa todos sus filmes, y
que ideó y dirigió William Hays-con ayuda del jesuita Daniel A. Lord, un
puritano rígido, líder del partido republicano, a quien un salario anual de 100.000
dólares hizo abandonar la Secretaria de Correos que le había confiado el
presidente Harding.
Hays fue llamado “el zar del cine” durante 20 años y, a partir de él, Hollywood
forjó un tipo de cine teóricamente basado en los derechos del individuo a la
libertad, el respeto y el desarrollo personal, un cine realizado en buena parte por
artistas europeos deseosos de trabajar en Norteamérica tanto como de huir de
una situación política agobiante en sus países: Lubitch, Murnau, Sjöstrom,
Stiller, Lang, Brecht, Preminger...
Con independencia de la calidad de las mismas, las películas representaban una
enorme inversión que debía ser protegida. A medida que los estudios se
transformaban en fábricas de películas, el arte cinematográfico se vio cada vez
más supeditado a prácticas industriales y comerciales que pudieran potenciar su
repercusión y generaran mayores beneficios. Para anticiparse y amoldarse al
gusto del público, los magnates idearon un programa de películas prestigiosas
alternadas con mediocres, todas de acuerdo a fórmulas antes ensayadas y con
el respaldo de una publicidad masiva. Y vital para el éxito de estas campañas de
mercadotecnia fue el “star sistem”.
para Psicosis (1061) contrató a dos dobles diferentes para que prestaran sus
bustos a JANET LEIGH. A DEMI MOORE la suele doblar Amy Rochelle Weiss.
Otras asiduas, por razones de su corta edad, a este truco fueron BROOKE
SHIELDSS en Lago azul (1980) y Amor sin fin (1981) y JODIE FOSTER en Taxi
Dirver (1976). La estrella entre los dobles de cuerpo se llama Shelley
Michelle y tiene aseguradas sus piernas en 1.000.000 de dólares-
Un detalle de generosidad inigualado en Hollywood fue el que tuvo CHAPLIN
con EDNA PURVIANCE, su musa desde1915 a 1923 El chico (1921) y Una
mujer de París (1923), entre otras, ya que la mantuvo bajo contrato, pagándole
su sueldo íntegro hasta su muerte, en 1958, pese a haberse retirado del cine en
1926.
De los directores, el que más dinero ha ganado de todos los tiempos es STEVEN
SPIELBERG quien, sólo entre 1994 y 1995, ingresó 285.000.000 dólares.
Para redondear sus ingresos, algunos se ganan un sobresueldo presentando
fiestas, asistiendo a fiestas privadas, asistiendo a festivales devaluados,
asistiendo a la TV, etc. Cher, Leslie Nielsen, Brooke Shield, Chuck Norris, Bo
Derek, Jacqueline Bisset, Lana Turner..., otros dan conferencias Bob Hope a
100.000 dólares cada una, otros publican memorias Marlon Brando, Tony
Curtis, Anthony Quin, o hacen publicidad Catherine Deneuve, perfumes,
Dudley Moore, una cadena de supermercados, Eddie Murphy y Paul Newman,
coches, Mickey Rourke y Gene Hackman, brandy y cerveza, Georges Lucas,
Panasonic, Schwarzenegger, tallarines y un larguísimo etc., otros tienen
restaurantes, clubs o discotecas: Jack Nicholson, Robert Redford, Kevin Costner,
Eddie Murphy, Madonna, Robert De Niro, Steven Spielberg y el ya famoso trío
propietario de una cadena internacional Planet Hollywood formado por
Sylvester Stallone, Bruce Willis y Arnold Schwarzenegger, que tiene además una
cadena de gimnasios, como Copola tiene una marca de vinos, Joan Collins un
perfume, George Hamilton un bronceador, o Chuck Norris algunos casinos.
LOS GÉNEROS
El cine de Hollywood, durante sus décadas de oro, se sustentó en los géneros
cinematográficos. El género fue un poderoso instrumento de homogeneización,
pero también de diferenciación, ya que películas pertenecientes a un mismo
género se parecen entre sí, pero cada una de ellas es única y diferente a las
demás. La pregunta inevitable es: ¿cómo se identifica un género?
• determinados elementos deben aparecer para que reconozcamos al género
como tal y otros deben estar ausentes ya que, en caso contrario, se
transgredirían las leyes de ese género.
• los planos que forman ese arranque constituyen un elemento clave para la
identificación del género a que pertenece una película.
En todo caso, para los mejores analistas de cine, el género es el denominador
común de todo el cine de Hollywood, ya que la casi totalidad de las películas
rodadas en sus Estudios durante su era dorada pertenecen al cine de género.
Está claro que géneros, o categorías asimilables a los géneros, han sido
producidos por todas las cinematografías del mundo, pero ninguna ha creado un
panorama tan amplio de géneros ni los ha visto triunfar durante tanto tiempo.
39
¿Por qué?, porque el cine de género es una consecuencia directa del modo de
producir de los estudios de Hollywood. Sus gigantescas instalaciones, sus
enormes reservas de decorados, vestuario y ambientación, y, sobre todo, la
especialización de las unidades de producción y los profesionales que las
integraban se prestaban a su reutilización constante en las películas de género:
El cine de gansters y el social en la Warner, la comedia musical y el drama
psicológico en la MGM, el cine de terror en la Universal, etc.
Otro factor importante fue el hecho de que los estudios tuviesen bajo contratos
de larga duración no sólo al personal técnico y especialistas sino también, y
sobre todo, a actores y directores. Ello les permitía reincidir en el género que les
daba fama y taquilla, pero también usar sus nombres para la potenciación de
géneros distintos a aquellos en que eran habituales.
Por ejemplo, la utilización de Marlene Dietrich en el cine histórico, Capricho
imperial, en el de espías, Fatalidad, en la comedia, Ángel, en el western,
Arizona, o en el policiaco, Pánico en la escena;
o la de Cary Grant en comedias, cine de aventuras, suspense o melodrama.
Lo que ocurría también con los directores: Anthony Mann, Charles Walters, John
Ford, Hawks, o Mankiewicz.
Además, debe tenerse en cuenta que la producción de películas de género se
vio favorecida por la jerarquía de los presupuestos. No es suficiente con
clasificarlas como películas de la serie A o B, ya que una película de la serie B
de la MGM, por ejemplo, tenía más presupuesto que una da la serie A de la
mayor parte de las restantes compañías.
El declive del cine de género vino provocado por la puesta en vigor en Estados
Unidos de la ley antimonopolio que forzó a los Estudios a desprenderse de sus
cadenas de Exhibición, lo que originó la ruina de muchos Estudios, estudios, la
desaparición de las sesiones de programa doble, las de sesión continua, y la
implantación de las modernas técnicas de marketing cinematográfico. La
televisión vino a acabar casi con el cine de género al ofrecer una evasión más
barata a quienes llenaban las salas de programa doble y precio económico. De
entre todos, el género más castigado fue el de la comedia musical, dado su
elevado coste, y a punto estuvo de serlo también el western. Los más
favorecidos, el cine fantástico, el de terror, el de ciencia ficción y otros similares.
Logró mantenerse, sin picos ni hondonadas, el maravilloso cine negro, un género
en el que la muerte siempre está considerada desde dentro, desde el punto de
vista de los criminales fuera del cine negro, la muerte está considerada desde
fuera, desde el punto de vista de la policía, por ejemplo y que se instala en el
propio mundo criminal, describiéndolo con simples toques El gran sueño o
con disimulada pero cuidada complacencia Mientras la ciudad duerme.
Teniendo la novela negro como fuente inmediata, en ese género de cine, los
policías están maleados, e incluso pueden ser asesinos o estar comprados por
los criminales. Es un cine, pues, que no se puede confundir jamás con el cine de
gansters ni con los actuales thrillers.
EVOLUCIÓN CRONOLÓGICA DE LOS GÉNEROS CINEMATOGRÁFICOS
1901 Historia de un
crimen
F. ZECCA (FRC)
1902 Viaje a la luna
G .MÉLIÈS (FRC)
1903 Asalto y robo a un
tren
S. PORTER (EEUU)
1916 Homúnculus
O. RIPERT Y A.
NEUSS (ALEM)
1920 El hombre y la
bestia
J. STUART
ROBERTSON
(EEUU)
1923 País dormido La caravana de
R. CLAIR (FRC) Oregon
J. CRUZE (EEUU)
1924 Aelita El caballo de hierro
I. PROTAZANOV JOHN FORD (EEUU)
(RUS)
1926 LA ISLA
MISTERIOSA
L. HUBBAND
(EEUU)
Metropolis
F. LANG (ALEM)
1927 El legado El cantor de
tenebroso jazz
P. LENI (EEUU) A.
La ley del hampa CROSSLAND
J. VON (EEUU)
STERNBER
(EEUU)
41
Tema 3
El cine mudo alemán
En 1916, Alemania estaba en guerra y de sus salas cinematográficas se
eliminaba toda película, francesa, inglesa, o americana, por lo que apenas se
abastecían de otro cine que el danés. El gobierno alemán resolvió este problema
cinematográfico creando la UFA, una gran empresa de producción
cinematográfica, ideada por el general Ludendorff, y apoyada por el Deutsche
Bank y por las empresas Krupp y L G. Farben.
La UFA construyó Estudios y produjo películas, documentales y noticiarios que
abastecieron las salas alemanas. El noticiario de UFA, alternando con el de la
FOX, era el que se exhibía en los cines españoles después de la Guerra Civil y
hasta la creación de NO-DO.
Los rectores de la UFA recibieron la consigna de realizar películas de
propaganda y otras de carácter colosal con K, suena más alemán: kolosal e
histórico; y el creador de ese género seudo-histórico fue ERNST LUBITSCH,
llamado, con los años, a ser el padre de la gran comedia cinematográfica
americana, de Bilder, Capra, Wyler y compañía.
Ernst Lubitsch, hijo de un modesto comerciante en paños, había abandonado el
negocio familiar para dedicarse al teatro, en el que tuvo la fortuna de ser
discípulo de uno de los más grandes, si no el mayor, director de teatro de todos
los tiempos: Max Reinhardt. Sobre esa base, en 1913 comenzó a trabajar como
actor cómico en el cine, y en 1915, como director de varias comedias
interpretadas por la actriz Ossi Oswalda. En 1918, dirigió a Pola Negri en Los
ojos de la momia y en Carmen. Un año después inició su ciclo seudo-histórico
con una película antifrancesa, Madatne Du Barry), en la que se ofrece una negra
visión de la Revolución de 1789, para proseguirlo con una sátira antiamericana
La princesa de las ostras (1919), una película antibritánica, Ana Bolena, (1920),
otra de corte oriental, Una noche en Arabia )1920) y otra falsamente egipcia, La
mujer del faraón (1921). Pese a haberse convertido en el más importante director
de la cinematografía germana, en 1923 emigró a Hollywood, donde hizo
películas tan inolvidables como su antisoviética Ninotchka (1939) o la antinazi
Ser o no ser (1942) Murió en 1947.
Pero no fueron las superproducciones de Lubitsch y sus imitadores las que
dieron fama imperecedera al cine alemán de la época, sino el nacimiento y
desarrollo de una modalidad artística, el expresionismo, que asombró al mundo
en su momento, influyó notablemente en la cinematografía posterior, y sigue
siendo un estilo de obligado estudio para todos los amantes del arte y, en
nuestro caso concreto, del cine.
EL EXPRESIONISMO CINEMATOGRÁFICO
El expresionismo, que tuvo su origen en los últimos años del siglo XIX, y su
auge en los primeros del XX, fue una corriente artística que intentaba
expresar los sentimientos y las emociones del creador ante un hecho u objeto
de cualquier naturaleza y no la representación objetiva de la realidad.
De una forma latente, el expresionismo había estado presente en muchas de
las creaciones culturales anteriores: la pintura china y japonesa, la de los
42
pintores europeos del Medioevo, la de los manieristas del siglo XVI, y, como
precursores inmediatos, el holandés Vincent van Gogh, el francés Paul
Gauguin o el noruego Edvard Munich se antiiparon en poco, temporalmente,
al grupo de pintores alemanes que, en 1905, fundaron en Dresde el grupo
Die Brücke, El puente, que se disolvió en 1913.
Una nueva fase del expresionismo lo constituyó la llamada “Nueva
objetividad”, fruto directo de la derrota en la Gran Guerra, la Primera Guerra
Mundial, en raro contraste con ese mismo expresionismo, que triunfaba en el
mundo entero y durante tanto tiempo que el expresionismo abstracto no
surgió en Estados Unidos hasta después de la Segunda Guerra Mundial.
En el campo de la literatura, tanto teatro como novela, las corrientes
expresionistas respondieron a las mismas características que e la pintura:
personajes, emociones y ambientes distorsionados para crear un cuadro
escénico o novelístico que llevase a paroxismo el impacto emocional sobre el
lector o el público; características que están presentes, en mayor o menor
medida, en autores como Franz Kafka, August Strindberg, Karel Čapek,
O’Neill o Elmer Rice, y entre directores de teatro tan eminentes como Max
Reinhardt , Erwin Piscator, o Vsiévolod Meyerhold.
Y otro tanto ocurrió en la música, en la que el expresionismo alcanzó su
cumbre en el periodo de entreguerras, expresando las ansiedades, los
terrores y el descreimiento en todo de la sociedad de aquellos años. Con
precedentes en autores románticos, como Richard Wagner, o posrománticos,
como Gustav Mahler, los mejores ejemplos expresionistas se encuentran en
las creaciones de Richard Strauss Elektra (1909), y Salomé (1905),
Arnold Schönberg Erwartung (1909) y Die glückliche Hand (1913), Alban
Berg Lulú (1921), y las de Paul Hindemith, Béla Bartók, o Serguéi
Prokófiev.
Al igual que en pintura, escultura, teatro, novela y música, el expresionismo halló
en el cine alemán un campo abonado para alcanzar su mejor expresión. En su
nacimiento, desarrollo y decadencia, cabe diferenciar tres líneas fundamentales:
• EL EXPRESIONISMO CINEMATOGRÁFICO PROPIAMENTE DICHO.
En 1917 se creó la UFA, que, al tiempo que las películas seudohistóricas de
Ernst Lubitsch e imitadores, impulsó el expresionismo cinematográfico con
películas como El Golem, de Paul Wegener y Henrik Galeen, que cuenta la
historia de un autómata que se rebela contra su creador, Homunculus, de
Otto Rippert, que anticipa los horrores del nazismo, o El estudiante de Praga,
del danés Stellan Rye, todas ellas simples precursoras de la película cumbre
del expresionismo cinematográfico: El Gabinete del Doctor Caligari (1919), de
Robert Wiene, un director mediocre que ha pasado a la historia del cine
porque tuvo la fortuna de dirigir, sin demasiado acierto, un guión excepcional
del hombre más importante del expresionismo cinematográfico: el guionista
CARL MAYER, quien redactó el de El Gabinete a partir de una idea del poeta
Hans Janovitz.
• EL NUEVO OBJETIVISMO.
Entre 1921 y 1925, el cine expresionista evolucionó hacía una forma de
realismo a la que se llamó Nuevo Objetivismo Neue Sachlichkeit, en
alemán y hacia el llamado Cine de Cámara, buscando una estilo de
43
Tema 4
El cine mudo ruso
En Rusia, la primera demostración del cinematógrafo de los hermanos Lumière
se realizó en 1896, y tuvo desde el principio el favor del zar Nicolás II y su corte,
de los escritores Liev Tolstói y Alexandr Blok, y del compositor Alexandr
Glazunov, por ejemplo. Sólo se exhibían películas realizadas en el extranjero o
por extranjeros, especialmente franceses y de la casa Pathé, hasta que, en
1907, el fotógrafo Alexandr Drankov rodó Borís Godunov, de Alexandr Pushkin, y
un año más tarde, Stenka Razin (1908), la primera película rusa con guión
original. El primer estudio fue inaugurado en 1907 por Drankov.
Durante los siguientes diez años, Alexandr Drankov y Alexandr Janzhonkov,
autores de películas adaptadas de la literatura o la historia, fueron desplazados
por directores como Iakov Protázanov, Vladímir Gardin o Bauer, que
desarrollaron historias de bandidos y melodramas estremecedores, bien
interpretados, en general, por estrellas como Ivan Moszhukin o Vera Jolodnaia.
EL CINE SOVIÉTICO
Tras la Revolución de 1917, esos mismos directores se lanzaron a llevar a la
pantalla temas políticos y religiosos, como El padre Sergio (1918), de Tolstoi,
dirigida por Protázanov o El revolucionario (1917), dirigida por Bauer. Tras el
triunfo de la revolución, muchos directores y productores de la etapa anterior se
exiliaron y, aunque la nacionalización de la industria del cine en 1919 por Lenin,
no prohibía la producción privada, la realidad política y los escasos bienes
disponibles la hicieron inviable. Por esto se crea la Sovkina, una productora
subvencionada por el Estado que monopoliza la producción, y en la Escuela
Cinematográfica del Estado, dirigida por Vladimir Gardin..
En 1922, se crea la FEKS, “Fábrica del actor excéntrico”, inspirada en los
movimientos teatrales de vanguardia incorpora y que emplea los recursos
procedentes del circo y del music-hall a la interpretación cinematográfica. Su
película más representativa fue “Las aventuras de Octobrina”.
LOS MAESTROS DEL MONTAJE
En 1922, Lenin, consciente de la importancia del cinema en un país cuya
población adulta era en su setenta y seis por ciento analfabeta, lanzó una
consigna que había de revolucionar la industria del cine en Rusia: “De todas las
artes, el cine es para nosotros la más importante”
Dentro de un clima de férreo dirigismo ideológico y pese a las limitaciones
económicas, en la cinematografía soviética surgieron cinco nombres de recuerdo
imborrable en la historia del cine: Kulechov, Vertov, Eisenstein, Pudovkin y
Dovjenko. A ellos se debió una serie de conquistas en el lenguaje
cinematográfico de las que se ha beneficiado todo el cine posterior: una nueva
concepción del ritmo cinematográfico basado en el montaje, y una narrativa
constructivista que se desvincula de la tradición teatral y se apoya en las
posibilidades de la composición de las imágenes y el orden de los planos. Los
creadores rusos enseñan que el montaje permite decir algo que no está en cada
uno de los planos que se utilizan, sino que nace de su combinación.
48
espalda a las creaciones de su grandes de cine que, entre tanto, eran admiradas
aplaudidas en el extranjero.
El cine sonoro no llegó a Rusia hasta 1931, y lo hizo pese a la resistencia de la
casi todos los maestros del montaje, pero su llegada convirtió al cine en algo con
prioridad estatal, por lo que se abrieron numerosas salas. Si en 1925 había sólo
2.000 salas de cine en Rusia, al terminar el plan quinquenal que acogió al cine,
esa cifra se había elevado a 29.200 cines, e incluso se hicieron planes para
levantar un Hollywood soviético en Crimea. Chapáiev (1934) y La juventud de
Maxim (1934) marcaron la nueva doctrina del realismo socialista, pero Los
chicos felices (1934), de Grigori Alexándrov, que incorporaba en su banda
sonora música de jazz, también fue recomendada en atención a su capacidad de
entretenimiento.
El estalinismo fue interfiriendo cada vez más en la producción de las películas
producidas en Rusia, llegando incluso a imponer actores que se parecieran al
dictador en películas como Lenin en octubre (1937), de Romm, y ello amenazó
con paralizar el cine soviético. De esa atonía vino a “salvarlo” la invasión
alemana en 1941, que obligó a los dirigentes soviéticos a forzar la realización de
películas que elevaran la moral del pueblo, incluso a costa de dar mayor libertad
de acción a los cineastas y de desplazar los Estudios al Kazajstán. Pero en la
posguerra, y hasta la muerte de Stalin en 1953, la producción soviética de la
que se expulsaron a muchos cineastas judíos se sumió en sus niveles más
bajos, tanto de cantidad como de calidad, y estuvo dominada por pesadas
biografías y películas históricas de clara exaltación nacionalista y estalinista. En
1953 tras la muerte de Stalin el cine ruso se liberó y volvió a tratar temas de
mayor contenido humano y social.
53
Tema 5
El cine mudo francés
Nos hemos referido, entre los pioneros del cine, a los hermanos Lumière y a
George Méliès. Con ellos arranca el cine francés y, por ello, abriré este tema
recordando las principales películas de la filmografía de ambos:
LOUIS-JEAN Y AUGUSTO LUMIÈRE;
• El regador regado. (L’arroseur arrosé), 1895, 1 minuto.
• La llegada del tren a la estación. (L’arriveé du train a la gare de la Citat),
1895, 50 segundos.
• La salida de los obreros de la fábrica Lumière. (La sortie des ouvriers de
l’usine Lumière á Lyon), 1895, 50 segundos.
• Partida de cartas. (Partide d’ecarté), 1895, 45 segundos.
• El desayuno del Bebé. (Le dejeuneur de Bebé), 1895, 35 segundos.
• La demolición de un muro. (Démolition d’un mur), 1895, 35 segundos.
• Una barca saliendo del puerto. (La sortie du port), 1895, 35 segundos.
• El desembarco de los congresistas. (Le debarquement du Congrés de la
Photographie), 1895, 35 segundos.
GEORGE MÉLIÈS:
• La cauverne maludite: Emplea por primera vez la fotografía espiritista.
• Cendrillon: Méliès la califica como producción a gran escala.
• L’homme- orchestre: En ella Méliès adaptó al cine las maquetas y las tomas
de vistas a través de una acuario, además de aumentar a 7 el número de
exposiciones sucesivas sobre un fondo negro: Méliès aparece multiplicado en
las figuras de 7 músicos que tocan diversos instrumentos simultáneamente.
• L’homme à la tête de caoutchouc: Emplea el travelling como un truco. Así se
consigue que la cabeza se hinche hasta proporciones descomunales y luego
se vuelva a reducir.
• Le voyage dans la Lune: Este gran logro artístico y comercial hizo su nombre
universalmente célebres. El guión utiliza las dos novelas famosas de Julio
Verne y H. G. Wells. Pero Méliès imprimió aquella adaptación su estilo propio:
un humor fácil y atrayente, una imaginación pueril y encantadora. Esta
película le costó la friolera de 10.000 francos. Con ella empieza Méliès la gran
producción de películas que acabará por crearle graves dificultades
financieras.
• L’oeuf magique prolifique: Méliès se transforma gracias a un fundido
encadenado en un esqueleto.
• Le voyage à travers l’impossible: muestra en un cuadro un automóvil que, a
gran velocidad, choca contra el muro de una casa y penetra en ella.
54
• Deux cent mile lieues sous les mers, ou le cauchemar d’un pêcheur: Méliès
sigue cultivando el gran espectáculo.
• A la coquête du Pole: da la justa medida del portentoso ingenio de este
pionero del cine.
LEON GAUMANT
León Gaumont y Charles Pathé fueron los iniciadores de la primera gran
industria del cine: la europea. Ninguno de los dos tuvo que comprar a los
Lumière su cámara-proyector o intentarlo porque Gaumont compró la patente
del cronofotógrafo a Demeny y Pathé una cámara-proyector de su invención a
Henry Joly.
Leon Gaumont era fabricaba de aparatos fotográficos e instrumentos de
precisión y, aunque era dueño de la patente del cronofotógrafo, no hizo uso de
ella hasta después de asistir a la sesión organizada que los Lumière en la
Sociedad de Fomento de la Industria el 22 de marzo de 1895, lo que le hizo
comenzar a fabricar cámaras y aparatos de proyección, e iniciar la producción de
películas cortas de las que su secretaria, ALICE GUY, fue directora: La fée aux
choux fue la primera de ellas, pero sirvió a Alice Guy para iniciarse en un oficio
en el que pronto abordó temas adaptados de la novela, el teatro, o las crónicas
de sucesos, algunos de los cuales, como La esmeralda o La Passion, alcanzaron
un gran éxito.
Gaumont, buen comerciante, hizo construir unos Estudios cerca de Buttes-
Chaumont e inició una serie de investigaciones sobre la posibilidad de incorporar
el sonido y el color al cine, al tiempo que ampliaba su capacidad de producción
de tal forma que, en 1914, contaba ya con 52 sucursales en Francia, y había
prestigiado su marca una margarita en toda Europa.
Uno de los colaboradores de Alice Guy en los Estudios de Buttes-Chaumont fue
LOUIS FEUILLADE uno de los grandes nombres del cine francés , que había
ingresado en la empresa como guionista en 1905 y la sucedió en la dirección
artística de la Gaumont y que, sin olvidar otros géneros, como el burlesco La
carrera de las suegras, la comedia sentimental La manon de Montmartre o
el film de aventuras El cofre del Rajá, dirigió las producciones de la empresa
hacia el realismo, género en el que obtuvo grandes éxitos, sobre todo con el
ciclo La vida tal cual es, auténticos fragmentos de la vida real con los que ofrecía
son sus palabras “argumentos aptos para todos los espectadores y de los
que se desprende una moral más alta y significativa que las lastimosas
historietas falsamente trágicas o estúpidamente sentimentales”. Con todo, el
éxito de esta serie quedó en nada al comparársele con el que consiguió con
Fantomas (1913), una seríe policíaca adaptada del folletín del mismo título de
Pierre Sovestre y Marcel Allain, en la que se narraban las aventuras de un villano
que lograba escapar siempre de sus perseguidores unos segundos antes del fin
del episodio.
En Estados Unidos la moda de los seriales chapter-plays se impone tras el
éxito de Las peripecias de Paulina, una serie dirigida por Louis Gasnier,
empleado de la Pathé. Y otro tanto pasa en Francia, Italia y Alemania.
LÉONCE PRET dirigió para la Casa Gaumont varias películas, la más importante
de las cuales fue El niño de París (1913), rodada casi íntegramente en Niza y
sus alrededores y una de las primeras muestras de la corriente realista francesa.
55
CHARLES PATHÉ
Charles Pathé nació en el seno de una familia humilde, hijo de un padre
salchichero que tenía cuatro hijos. Ello le hizo emigrar, muy joven, a Buenos
Aires, de donde regresó en el mismo estado de ruina que partió. Pese a ello, en
vez de comenzar a trabajar en la modesta tienda de sus padres, compró uno de
los fonógrafos de Edison y se dedicó a exhibirlo hasta que descubrió que, en
Londres, se fabricaban imitaciones del fonógrafo que se vendían a un precio
mucho más barato, y comenzó a adquirirlos allí y revenderlos en Francia, con lo
que ganó algún dinero. A partir de ese momento, él y su hermano Emile
comenzaron a vender cilindros para los fonógrafos que él mismo había vendido y
para los legales, con lo que consiguió el apoyo financiero de un grupo de
empresarios de Lyon.
Con esa base económica, consiguió que Henry Joly le construyese un aparato
de proyección cinematográfica y comenzó a producir películas que en nada se
diferenciaban de las primeras de los Lumière o Gaumont. Como éste último,
también se hizo construir un Estudio en Vincennes y al poco tiempo, tuvo la
fortuna de contratar a un antiguo cantante de café-concierto y regidor de teatro,
un hombre lleno de ingenio y decisión: FERDINAND ZECCA, que pronto se
convirtió, tras cortas estancias en diversos puestos de producción, en director
artístico de la sociedad Pathé Hermanos e hizo que su marca, un gallo, fuese
conocida en el mundo entero.
Pathé Hermanos llegó a tener Estudios de filmación, fábrica de cámaras y
aparatos de proyección, fábricas de película, laboratorio de revelado y tiraje de
copias, oficinas de venta y alquiler de filmes, locales de exhibición
cinematográfica, y un noticiario de fama universal, el Pathé-Journal, que fue
imitado en el mundo entero, desde la Fox o la UFA al español NO-DO.
Como Feuillade, también Ferdinand Zecca se inclina por el realismo, pero, en su
caso, un realismo minucioso y brutal. Historia de un crimen es su mejor ejemplo
al ofrecer un desenlace en el que se presenciaba la ejecución del asesino en la
guillotina. Los espectadores no pudieron ver dicha escena pues la policía le
obligó a suprimirla posiblemente el primer caso de censura cinematográfica,
lo que no impidió que alcanzase tal éxito que Zecca, para prolongarlo, adaptó
para el cine varias de las novelas de Zola.
Con todo, el gran descubrimiento de Zecca fue MAX LINDER, un artista
mediocre a quien convirtió en un cómico genial explotando sus buenos modales
y su elegancia para crear el primer arquetipo de la historia del cine: un hijo de
buena familia, simpático aunque no muy listo, que se libra siempre por milagro
de los peligros en que su torpeza le ha metido en películas como Max patinador,
Víctima de la quina o El casamiento de Max. Charles Prince, “Rigadin”, su
principal rival en el favor del público, trabajaba también en Pathé en cortos como
Los terrores de Rigadín.
A partir de 1908, la proyección de las películas mejora notablemente y se
incrementa su longitud, al tiempo que los decorados comienzan a ser más
realistas y convincentes y la interpretación se hace más natural, más creíble.
En ese año, los directores de Gaumont comienzan a emplear primeros planos y
planos medios o americanos en sus películas, cosa que Pathé descalifica
despectivamente.
56
EL FILM D’ART
En 1908, un asesor jurídico de Pathé, Edmond Benoit-Leévy, y los hermanos
Laffitte, banqueros franceses, crearon la productora Le Film d´Art, cuya dirección
encomendaron a dos grandes del teatro francés André Calmette y Charles le
Bargy, quien se rodeó de sus compañeros de la calle Richelieu y de autores de
la Academia Francesa con la misión de incorporar a los grandes actores de la
Comédie Française y producir películas de calidad adaptando los temas del
teatro clásico o logrando que los mejores escritores franceses ideasen
argumentos para el cine. Se trataba, pues, de elevar el nivel artístico de sus
producciones cinematográficas mejorando el prestigio de los intérpretes se
anticipaban al star systemy la calidad de los argumentos. Benoit-Lèvy y los
hermanos Laffitte habían comprendido que, asegurada la viabilidad comercial del
cine, se hacía necesario incrementar su calidad artística, empezar a considerar
al cine como un nuevo arte.
El 17 de noviembre de ese mismo año, 1908, se presentó al público la primera
película producida por Le Film d’Art: El asesinato del duque de Guisa, con
dirección escénica de CHARLES LE BARGY que la protagonizó. El primer gran
título fue El asesinato del duque de Guisa, dirigida y con papel principal por el
propio Le Bargy, acompañado por Lambert, Bovy y Robinne y con
acompañamiento musical de Camille Saint-Saens.
Las siguientes películas de la productora, El retorno de Ulises y El beso de
Judas, fueron cedidas en distribución a Pathé Hermanos, que ensancha con
ellas su creciente mercado internacional.
En 1911, ALBERT CAPELLÁNI dirigIó para Le Film d’Art dos películas de
calidad: Los misterios de París y Los miserables, sobre la obra de Victor Hugo,
de quien también adaptó y dirigió para el cine Nuestra Señora de Paris (1914),
poco antes de adaptar una novela de Zola, Germinal.
Tema 6
El cine mudo en los países escandinavos.
Al hablar del cine mudo en los países escandinavos, tendríamos que hacerlo del
producido en Noruega, Suecia, Dinamarca y Finlandia, pero mientras Dinamarca
y Suecia crearon unas formas específicas de hacer cine, un estilo propio,
vinculado a la naturaleza y a las dimensiones más trascendentes del hombre,
una forma de hacer vque ha merecido ocupar un lugar de honor en la historia del
cine, porque algunos de sus creadores se encuentran entre los nombres de
recuerdo imborrable en esa historia, y sus películas, como las de Griffith, el cine
expresionista, el soviético o las vanguardias francesas, han dejado una impronta
indeleble en todo el cine posterior, Finlandia y Noruega produjeron muy poco
cine mudo, de nula importancia histórica, y dedicado exclusivamente al mercado
interior.
EL CINE DANÉS
En Copenhague, Dinamarca, OLE OLSEN fundó en 1906 la NORDISK FILMS
KOMPAGNI, la primera productora cinematográfica del mundo, que produjo
obras como La caza del león, dirigida y protagonizada por VIGGO LARSEN, que
alcanzaría fama internacional con la serie La trata de blancas, un director con
películas como Un casamiento bajo el terror, con un actor, Auguste Blom¸ que
sería el gran realizador de la Nordisk, con películas iniciales como Hamlet,
Robinsón Crusoe, Tormentas de la vida y que inició en el cine a la gran actriz
Asta Nielsen en Amor de Bailarina y otra pléyade de aristas en A las puertas de
una prisión, El aviador y la mujer del periodista, y La hija del peón de ferrocarril.
• HOLGER MADSEN
Holger Madsen fue uno de los pioneros en el lenguaje cinematográfico, ya
que en 1914 movía con soltura la cámara y utlizaba planos y posiciones de
cámara muy variados para componer con ellos una sola escena. Rezalizó
películas de cierto mérito como La amistad mística, Los morfinómanos o
Sueño de opio, pero él, junto al resto de los directores daneses del cine
mudo, proporcionaron al cine mundial, y muy especialmente al priducido en
los Estudios de Hollywood dos elementos que habían de ser fundamentales
en muchas de sus películas posteriores: la vam y los besos. Las primeras
estaban inspiradas en protagonistas del teatro romántico italiano; les
segundos, sus besos, considerados lascivos y soeces en la época, causaron
escándalo y mucha audiencia para los cines en que se proyectaban a esas
vamps. No debe olvidarse: las vamps nórdicas llevaron los besos en la boca
al cine, y con ello, enseñaron a besarse de esa forma a los mortales que
soñaban en el cine: a todos nosotros. Parece ser que el beso entre los dos
miembros de una pareja se transformó con el cine, lo transformaron las
vamps cinematográficas, y a todos sorprendió en la época supongo que
gratamente cuando lo probaron, el hecho de que la unión de los labios se
sostuviese durante un tiempo
La más importante de ellas fue ASTA NIELSEN, estrella de la Nordisk, y que se
dio a conocer al mundo, despues de haber protagonizado Amor de bailarina, por
su interpretación en la película El abismo (1910),en la que creó un tipo de mujer
64
obligada a contar como único cliente con la UFA alemana, con el grave
quebranto económico que es fácil suponer. Pese a ello, tras la incorporación a la
Nordisk, en 1919, del que sería el más grande director danés de todos los
tiempos, CARL THEODOR DREYER, despegó de nuevo y, a lo largo de la
década de los veinte, el cine danés virando hacia los dramas urbanos, creó un
universo fantástico, fuera del mundo y amenazado sin cesar por catástrofes y
desgracias, y gracias a ello, el cine danés recuperó fama y mercados en el
mundo entero, por la novedad de los temas tratados en sus películas dramáticas,
por la larga duración de las mismas, por su calidad artística, y porque había
acertado a imitar los ejemplares sistemas de producción de Kosmorama.
• CARL THEODOR DREYER
Carl Theodor Dreyer nació en Copenhague el 3 de febrero de 1889. Fue
periodista hasta que, en 1912, comenzó a trabajar para la Nordisk
Filmkompagni como escritor de intertítulos. En 1963, pasó a ser
supervisor de guiones y en 1919 a dirigir El presidente (1919) y Páginas
del libro de Satán (1920). Estas estas películas, demasiado sombrías y
pesimistas para el gusto de la Nordisk Film, le hicieron buscar nuevas
productoras, e incluso países Alemania, Noruega, Francia y Suecia,
para sus siguientes películas: Honrad a vuestra esposa (1925), con clara
influencia de la Kammerspierl alemana, en la que ya aparecen la clare
preocupación por la composición y el ritmo reposado característicos de su
estilo.
Después vendrían dos de sus obras maestras, La pasión de Juana de
Arco (1928), que enfatizaba la composición descentrada y las
propiedades visuales de la pintura plana, y Vampyr (1932), que captaba la
atención mediante el uso del espacio fuera del cuadro. Dos temas,
tiempos y espacio, que fueron sistemáticamente investhonor en las
mejores zzigados por Dreyer en las series que dirigió en la última parte de
su carrera: Dies Irae (1943), La palabra (1955), y Gertrud (1964), películas
que siguen ocupando lugar de honor en las mejores cinemaotecas del
mundo.
En 1955 le fue otorgado a Carl Dreyer el León de Oro en el Festival de
Venecia.
EL CINE SUECO.
A Suecia llega el cine en 1896 y, como a casi todos los países europeos, gracias
a las proyecciones de operadores franceses de los Lumière. Dos años después,
se funda la productora NUMA PEDERSON, pero ello no permite aún hablar de
un verdadero cine sueco, pese a que Pederson realice en 1902 una muy valiosa
serie de largometrajes filmando las mejores muestras del teatro sueco.
El verdadero cine sueco nació en 1909, cuando el fotógrafo CHARLES
MAGNUSSON (1878-1948), animado por el auge que estaba teniendo el cine en
la vecina Dinamarca, se hizo cargo de la SVENSKA BIOGRAFTEATERN, una
empresa fundada en 1907 por algunos empresarios de Kristianstand con la idea
de producir y distribuir películas. Magnusson hizo construir un Estudio, que más
tarde trasladó a Estocolmo, y contrató al operador Julious Jaenzon, verdadero
pionero del cine sueco y maestro de su peculiar estilo fotográfico, y, en 1912,
Magnusson incoporó a la firma a los que habían de ser los mejores directores del
cine sueco y dos nombres de relieve en la historia mundial de la cinematografía:
66
forzoso de Mauritz, razón por la cual éste consideró siempre a Suecia como
su verdadera patria. En 1912 dirigió su primera película: Las máscaras
negras (De svata maskerna), protagonizada por Sjöström, y, a continuación
El poder de una mujer. Más tarde, tras dirigir unas treinta películas de
discutible calidad, realizó Amor y periodismo (1916), la más antigua de las
suyas que se conserva y que es una deliciosa comedia de amor sobre una
periodista que se hace pasar por sirvienta en la casa de un famoso
explorador, y una de sus mejores obras de ese periodo: Erotikon (1920).
Apasionado del montaje. Stiller pensó siempre que argumento, diálogos,
decorados y planos eran elementos manipulables en el montaje para
conseguir su propósito final: una película. Algo tan evidente le enfrentó a
escenógrafos y guionistas casi a lo largo de toda su carrera.
Acaso su mejor película fuese Herr Arnes Pennigar, en la que consigue hacer
de la escenografía uno de los elementos más fundamentales para revelar el
significado del drama. Junto a ella Ivan, el terrible o Hacia la felicidad, Al final
de su carrera comenzó a hacer películas sobre temas nacionales como las
novelas de Selma Lagerlöf El tesoro de sir Arne (1919) y La leyenda de
Gunnar Hedes (1921).
En 1922 dirigió La Leyenda de Gösta Berling, uno de cuyos papeles fue
interpretada por una chica gordita, guapa, buena atriz, que se llamaba Greta
Gustafsson (1905-1990), y a la que el mundo ha conocido como GRETA
GARBO. Su interpretación de la condesa Elizabeth causó tal impacto en los
espectadores como en el propio Stiller, quien a partir de ese momento dedicó
todos sus esfuerzos en convertirla en lo que fue: la diosa. Louis B. Mayer,
presidente de la Metro-Goldwyn-Mayer, vió la película y pidió a Stiller que
fuese a Hollywood para trabajar junto a él. Stiller aceptó, pero impuso que le
acompañase Greta, y el 6 de julio de 1925 llegaron ambos a Estados Unidos.
Los sistemas de producción de la Metro alejaron a Stiller de la Garbo. Ello y
sus continuos enfrentamientos con el segundo de Mayer, Irving Thalberg,
hicieron que Stiller, sensible, introvertido, y perfeccionista en su trabajo,
cayese enfermo, por lo que regresó a Suecia en 1927, donde murió al año
siguiente. Greta Garbo, pese a su enorme éxito, nada pudo hacer por él,
pese a que le visitó en Suecia en un par de ocasiones, más a causa de su
propia inseguridad, que le llevaba a buscar la confizanza que Stiller le daba,
que para acompañarse en su enfermedad, que la Garcó creía fruto tan sólo
de la hipocondría de su descubridor y maestro.
• VICTOR SJÖSTRÖM
Victor Sjömström (1879-1960) fue actor en diversas compañías teatrales
finesas y suecas, hasta que, en 1911, formó su propia compañía, que
comenzó a dirigir. En 1912 comenzó a trabajar como actor para la
Svenska compañía para la que interpretó una veintena de película y
dirigio cerca de cuarenta en la película Las máscaras negras, dirigida
por Stiller. Ese mismo años, Sjöström dirigió y protagonizó su primera
película, El Jardinero, (1912) sobre guión de Stiller y con fotografía de
Julius Jaenzon. A este filme, de contenido social, le siguieron otros de
parecida temática, entre ellos Danos el pan de cada día (1913), una
película áspera y tremendamente dura, a la que siguieron La voz de la
sangre (1913), El amor es más fuerte que el odio (1913, La huelga (1914),
Los niños de la calle (1914) ambas de carácter heróico, antes de dirigir
68
En las proyeccioones japonesas, con más razón aún que en las del resto de los
países, era fundamental la figura del narrador el benshi, típico de su teatro
tradicional y encargado de explicar y comentar la acción.
En 1916, llegaron a Japón por vez primera películas estadounidenses, y algunos
directores japoneses, con KAERIYAMA NORIMASA a la cabeza, comenzaron a
encomendar los papeles femeninos a mujeres, y a emplear varios planos en una
misma escena.
A comienzos de la década de 1920, las productoras TAIKATSU y SHOCHIKU
produjeron películas de estilo occidental, como Almas en la carretera Rojo no
reikon (1921), con heroína y todo.
El terremoto que asoló Tokyo en 1923 destruyó los estudios cinematográficos y
paralizó temporalmente la producción cinematográfica, lo que significó un
incremento en la importación de películas extranjeras, lo que influyó
notablemente en los nuevos directores, como KENJI MIZOGUCHI, que
realizarían películas para cuyas proyeccioones no era ya necesaria la figura del
narrador, y que se basaban en temáticas más internacionales. Al propio tiempo,
varios directores japoneses estudiaron en Hollywood y unos realizaron comedias
de estilo occidental, como OZU YASUJIRO, mientras otros intentaban un cine
vanguardista al estilo francés, como Una página loca (1926) Kurutta ippeiji o
Carreteras cruzadas (1928), ambas de TEINOSUKE KINUGASA.
El director ITO DAISUKE, al final de la década de los veinte, hizo algunas
películas de corte moderno sobre temas “de capa y espada”. En ese mismo
tiempo, los directores de tendencias izquierdistas realizaron alguna suave crítica
social en sus obras, bajo la escusa de llevar al cine temas de época.
CINE CHINO
Aunque en Shanghai se proyectaron películas occidentales en 1896 y 1897,
esas proyecciones no se llevaron a cabo en Pekín hasta 1902, y en la Ciudad
Prohibida, la emperatriz Ci Xi no pudo lograrlo en 1904.
La primera producción china conocida es La montaña Dingjun (1905) Dingjun
Shan, grabación de la actuación en la ópera de Pekin de su máxima estrella,
Tan Xinpei, y que fue realizada por el laboratorio fotográfico Fengtai de dicha
ciudad.
La comedia corta El robo del pato asado Tou Shao Ya (1909), también
basada en una ópera, fue rodada en Hong Kong por el actor y director de teatro
LIANG SHAOBO.
La producción china en la década de los veinte se dividía en dos tipos de
películas: las que copiaban el modelo de Hollywood melodramas, comedias y
romances, y las que se basaban en la cultura popular China acontecimientos
históricos o legendarios, y fantasías de artes marciales.
En 1920, Shanghai se convirtió en el centro de las producciones
cinematográficas de China, aunque en Hong Kong se mantuvo una modesta
actividad auxiliar y el 80 al 90% de las películas proyectadas en China y Hong
Kong se importaban de Estados Unidos. Pero el mercado chino de películas era
tan sorprendentemente reducido que, en 1922, había menos de 100 salas de
cine, la mayoría de ellas en las ciudades portuarias de la costa este.
Muy pocas de esas películas han llegado a nuestros días.
72
CINE INDIO
La India británica abarcaba la actual India, Birmania, Paquistán y Ceilán. En ella,
el cine fue dado a conocer por los operadores que los hermanos Lumière
enviaron hasta allí para rodar cortos exóticos que exhibir en Europa y Estados
Unidos. Con alguno de ellos viajó hasta Francia a Vincennes, concretamente
el fótografo D.G. PHALKÉ, quien, a su regreso, dirigió Raja Harishandra (1912),
con tal éxito que pudo montar crear la primera productora india, la HINDUSTANI
FILM Co, construir un Estudio en Nasik, en la región de Bombay, y contratar a
treinta actores masculinos todos ellos, ya que los papeles femeninos los
encarnaban hombres, en la época.
Phalké dirigió entre 1913 y 1923 una treintena de películas, sobre todo de tema
religioso o histórico, como Vida de Krshna.
El escenógrafo de la Hindustani Film, BARBURAO PAINTER Barburao, el
Pintor fundo en 1919 la MARHASTRA FILM, para la que realizó dieciséis
películas de verdadera valor artístico, especialmente de temas históricos, como
Sarhandri, Sinhe Garh, o Sati Padmini y su mejor filme, Swajara Doran.
A partir de 1920, MOHAN BHAWANI adaptó para el cine varios dramas clásicos,
como La carreta de arcilla, obras de Rabindranath Tagore, como Balidan, o del
novelista Sarhat Sandra Chatterjee, como Andharey Alo; y V. SHANTARAM,
antiguo ayudante de Painter, alcanzó el éxito como director con Nethaji Plakar
(1926), después de haber criticado las costumbres feudales en películas como El
sacrificio Amrit Matham.
En esos mismos años, un francés, CAMILLE LEGRAND, dirigió para el
propietario de un circuito de locales cinematográficos, J.F. Madan, varias
películas de tema religioso, como Vida de Buda, o Vida de Vishnu, por ejemplo,
al tiempo que un alemán, FRANZ OSTEN, dirigía para la INDIS FILMS La luz de
Asia, otra versión de la vida de Buda, que tuvo un gran éxito en Europa.
En la temporada 1921-22, la cinematografía india produjo sesenta y tres
filmes, cifra que se elevó a ciento ocho cinco años más tarde.
73
Tema 7
Tema 14.― El cine mudo español.
En mayo de 1955, se celebró en Salamanca una reunión de profesionales y
críticos de cine convocados por Basilio Martín Patino, Director del Cine Club del
SEU en aquel momento, y en la que se declaro que “El cine español actual es:
Políticamente ineficaz, socialmente falso, intelectualmente ínfimo, estéticamente
nulo, e industrialmente raquítico”. Se confirmaban las palabras que un año
antes, José María García Escudero, que había sido y volvería a ser Director
General de Cinematografía en el Ministerio de Información y Turismo, había
dejado escritas en su libro “La historia en cien palabras del cine español y otros
escritos sobre cine”. Las cien palabras en las que García Escudero había
resumida la historia del cine español eran las siguientes:
“Hasta 1939 no hay cine español, ni material, ni espiritual, ni técnicamente. En
1929 y 1934 da sus primeros pasos. En 1939 pudo echar a andar, pero se
frustra la creación de una industria, así como la posibilidad de un cine político.
Continúan las castañuelas y el smoking. Sobre los intentos de cine sencillo se
desploman el cine de gola y levita, y un cine religioso sin autenticidad. El
neorrealismo, que pudo ser español, se reducirá a una película tardía. Pero
nuestro cine supera al de 1936 y puede esperarse que los jóvenes le den el
estilo nacional que necesita”
Pese a ello, y pese a que, de entre todas las producidas en la época, sólo una
película española, la primera versión de La aldea maldita, de Florián Rey,
merece figurar en todas las historias del cine, ese cine sí dejó algunos nombres
de creadores y profesionales del nuevo arte dignos de figurar en ella. Luis
Buñuel y Segundo Chomón, sobre todos.
EL NACIMIENTO DEL CINE ESPAÑOL
Las primeras sesiones cinematográficas en España tuvieron lugar en Madrid, a
partir del día 10 de mayo del 1896, presentadas por el húngaro Edwin Rousby
en un local circense bajo el nombre de “El animatógrafo”, a partir del kinetógrafo
de Edison y Dickson. Tres días más tarde, un operador de la casa Lumière
llamado Boulade se instaló en un salón de los bajos del Hotel Rusia de la
Carrera de San Jerónimo. No es verdad, pues, que el cine llegase a Madrid el
día de San Isidro. Y menos aún que lo hiciese de la mano de Promio, que
estaba en París en aquellas fechas. Casi inmediatamente operadores con toda
clase de aparatos cronofotógrafo, kinetçografo, ecnotógrafo, vitascopio,
animatógrafo y cinematógrafo dieron a conocer el fenómeno de las imágenes
en movimiento en diversas ciudades españolas: Barcelona, Valencia,
Santander, Bilbao, San Sebastián, Murcia, La Coruña, Zaragoza, Valladolid,
Sevilla, Pamplona, Murcia… En ellas, a los primeros cortos documentales
siguieron pronto otras de carácter argumental, cómico especialmente, algunas
de tipo “picante” y, desde 1898, diversas escenas de la vida de Jesucristo, y
películas de magia y fantasía.
A primeros de junio de 1896, llegó a Barcelona, en viaje hacia Madrid, un
operador de la casa Lumière, ALEXANDRE PROMIO, y allí filma la que muy
posiblemente sea la primera toma cinematográfica rodada en España: Plaza del
puerto de Barcelona. Más tarde, ya en Madrid, rueda La llegada de los toreros,
74
tres, Sellier, De Lucas y Salinas, fueron los primeros residentes en España que
rodaron imágenes cinematográficas en España. Poco después, JOSÉ MARÍA
OBREGÓN rodó en Bilbao Puente del Arenal y Gigantes y Cabezudos.
De Riña en un café, de Fructuos Gelabert, rodada posiblemente en 1899 y,
posiblemente, la primera película argumental rodada por un español,
hablaremos un poco más abajo, al hacerlo de la Escuela de Barcelona.
LA ESCUELA DE BARCELONA
El cine llegó a Barcelona el 10 de diciembre de 1896, en el estudio fotográfico
de Antonio y Emilio Fernández Napoleón, aunque antes se habían celebrado
sesiones de Kinetographe en los primeros días de junio de ese mismo año.
Cuatro años más tarde, había en Barcelona treinta locales en los que, con
distinta periodicidad, se celebraban proyecciones cinematográficas.
Por supuesto, las primeras filmaciones efectuadas en Barcelona las llevaron a
cabo operadores de los Lumière Promio rodó en julio de 1896 Place du port à
Barcelone, y entre abril y junio de 1897, se rodaron varias escenas en la plaza
de toros de Barcelona así como Sardanas de los Pirineos y El Real Club de
Regatas de Barcelona.
Tras ello, en agosto de 1897, un fotógrafo de Gracia, población cercana a
Barcelona, FRUCTUÓS GELABERT filmó y proyectó dos películas: Salida del
público de la iglesia parroquial de Santa María de Sants y Salida de los
trabajadores de la fábrica La España Industrial, las dos primeras películas del
cine catalán.
• FRUCTUÓS GELABERT
Fructuós Gelabert, nacido en Gracia en 1874 y muerto en Barcelona en
1954) fue el primer realizador catalán. Hábil artesano, construyó su propia
cámara, filmó muchas películas y las proyectó en instalaciones de cine que
levantó en distintasa localidades catalanas.
En esta primera época, además de las filmaciones dichas, cabe citar
documentales como: Visita a Barcelona de la Reina Regente doña María
Cristina y Don Alfonso XII (1898), y El rompeolas y visita a la cuadra inglesa
(1901), reportajes como Monumentos y fiestas (1900), Alhama de Aragón y
el Monasterio de Piedra (1903), y tres filmes argumentales: Riña en un café
(¿1897-1899?) primera película argumental española, reconstruida por el
propio Gelabert en 1954 y a la que fechó en 1887, aunque es probable que
no la realizase hasta 1899, La Dorotea (1903) y Los guapos de la vaquería
del Parque (1905) Guardia burlado, Los competidores, Los calzoncillos de
Toni (1908), Tierra baja (1907), Maria Rosa (1908), La Dolores, La
reconstrucción histórica de Guzmán el Bueno (1909), Ana Kadova (1912),
Amor que mata (1909), La lucha por la herencia (1911), Lucha de
corazones (1912), Mala raza (1913), El nocturno de Chopin (1915), Alma
torturada (1915) y El beso de la muerta (1915)
• SEGUNDO DE CHOMÓN
Segundo de Chomón, nacido en Teruel 1871 y muerto en París en 1929, fue
sin duda, el más creativo hombre de cine españom de la época y la figura
más importante de nuestro cine primitivo. Hijo de médico militar, aficionado a
la fotografía, dotado de una extraordinaria habilidad manual, con no con
76
• RICARDO BAÑOS
Ricardo Baños, iniciado en el mundo del cine al lado de Marro, y en la
empresa resultante rueda reportajes y documentales para conseguir
recursos financieros para rodar, en 1908, Don Juan Tenorio (1908 y 1922).
Participó posteriormente en la creación de Royal Films, para la cual dirigió
su mejor película, Fuerza y nobleza (1918). Otras de sus películas son:
Secreto de confesión (1909), Locura de amor (1910), Don Pedro el Cruel
(1911), Los amantes de Teruel (1912), Las madres (1912.), Amor andaluz
(1913), La malquerida(1914) Sangre y arena (1916), Juan José (1917), La
sombra del polaco (1918), Los arlequines de seda y oro (1919), El judio
polaco (1920), y El relicario (1933)
Ricardo Baños, participó posteriormente en la creación de Royal Films, para
la que dirigió su mejor película, Fuerza y nobleza (1918), aunque volvió a
asociarse con Marro para crear Hispano Film
Su hermano, el cámara Ramón de Baños (Barcelona, 1890) colaboró en la
mayoría de sus películas
• JOSÉ TOGORES
José Togores fue uno de los directores más notables de la época. Dirigió
quice películas entre 1914 y 1918, de las que cabe destacar: El pollo Tejada
(1916), El Golfo (1918), La fiesta del Blat, La fiesta del trigo (1914), La
pescadora de Tosa, y Los muertos viven (1915) Trabajó como director para
cinco productoras diferentes, quizá porque, en opinión de sus productores,
sus rodajes resultaban demasiado caros.
• VICENTE BLASCO IBÁÑEZ
Blasco Ibáñez nació en Valencia en 1867 y murió en París en 1928. Autor
teatral y, sobre todo, novelista de enorme éxito, especialmente en los
Estados Unidos de Norteamérica, muchas de sus novelas han sido llevadas
al cine y la televisión, y la mayor parte de esas versiones, con un éxito no
menor, especialmente las producidas en Hollywood y en la década dorada
de TVE. Entre ellas, cabe destacar Sangre y Arena, Los cuatro jinetes del
apocalipsis, Cañas y barro, La barraca, y La Catedral.
En su juventud militó en el movimiento republicano y editó un diario
antimonárquico El Pueblo. Arrestado por sus actividades políticas y
condenado a dos años de trabajos forzados, fue desde 1898 a 1907
diputado del Partido Republicano en el Parlamento español.
En colaboración con Ricardo Baños dirigió una adaptación de Sangre y
arena (1916), novela que ha sido llevada al cine en diversas ocasiones.
• JOSÉ MARÍA CODINA
Codina nació en Valencia y llegó a la dirección cinematográfica tras unos
años dedicado a la venta y alquiler de películas. Trabajó para las
productoras Condal Films, Boreal Films y Monopol Films. Murió en
Barcelona, donde residía desde 1908, en 1936.
Sus películas fueron: El ciego de la aldea (1906), El pastorcillo de Torrente
(1906), La lucha por la divisa, (1907), María Rosa (1908), Amor que mata
(1909), Los siete niños de Écija (1910), La barrera nº 13 (1911), El tonto de
la huerta (1912), Amor de bestia (1912), Lucha de corazones (1913), El Caín
78
cómico, Peladilla, inspirado en Charlot, para una serie de películas cortas que
realiza en 1915 para la productora Patria Film.
Con el nacimiento de la ATLÁNTICA, en 1919, asistimos al primer intento
importante de dinamizar la producción cinematográfica española desde Madrid,
ya que se encontraban tras esa productora destacados miembros de la
burguesía industrial y de la aristocracia político-financiera, con el propio Rey
Alfonso XIII a la cabeza. En ella confluyeron tambien los intereses de dos
productoras. CANTABRIA CINES y PATRIA FILM, así como voluntad ideológica
de corte conservador, expresada ya en una película anterior a la constitución de
Atlántica, Los intereses creados (1918). El director artístico de la nueva
productora fue JOSÉ BUCHS, que dirigió veintinueve películas entre 1820 y
1930, la primera de las cuales, La verbena de la Paloma” (1921), consiguió un
enorme éxito y marcó el rumbo futuro de la producción de Atlántica hacia un
cine popular, costumbrista y folclórico, hermano cinematográfico de la zarzuela,
el sainete y el melodrama rural. Buchs abandonó la Atlántica en 1922 para
fundar FILM ESPAÑA, para la que realizó ocho películas en dos años, y entre
ellas Rosario la Cortijera (1923), Mancha que limpia (1924) y Curro Vargas
(1924); y se hace cargo de la Atlántica MANUEL NORIEGA, quien rueda una
comedia, Problemas resueltos (1923), dos zarzuelas, Los guapos y Alma de
Dios (1923), y un drama familiar, Venganza isleña (1924, que fue prohibida por
la censura, por lo que Noriega abandonó el cine español y se integró en el cine
mexicano.
FLORIÁN REY dirigió cinco títulos para la Atlántica: La chavala (1924), Los
chicos de la escuela (1925), El Lazarrillo de Tormes (1925), Gigantes y
cabezudos (1926), y El cura de aldea (1926)
Otra empresa madrileña fue TROYA FILM. fundada en 1924 por el escritor
ALEJANDRO PÉREZ LUGÍN y el empresario Antonio Moriyón, el primero de los
cuales filmó dos obras suyas que alcanzaron un enorme éxito: con la
colaboración de Manuel Noriega, La casa de la Troya (1924) y al año siguiente
Currito de la Cruz (1925) Su muerte en 1926 evitóla continuidad del proyecto.
GOYA FILM, fundada en 1924, se inició con la producción de La revoltosa,
dirigida por Florian Rey y con el que sería conocido director Juan de Orduña,
como protagonista, y prosiguió con Boy (1925), protagonizada también por
Orduña y dirigida por Benito Perojo, quien filma otras películas para Goya Film:
Malvaloca (1926) y El negro que tenía alma blanca (1927)
JULIO CÉSAR S.A, en la segunda mitad de los veinte, coprodujo las tres
últimas películas mudas de Benito Perojo: La condesa María (1927), Corazones
sin rumbo (1928) y La bodega (1929).
Para estas u otras productoras, trabajaron los mejores directores del cine
madrileño de la época. Estos:
• JOSÉ BUCHS
José Buchs nacio en Santander en 1893 y murió en Madrid en 1973. Fue
uno de los principales directores del cine mudo español y precursor de
muchos de los géneros cultivador por él: películas históricas, adaptaciones
literarias, zarzuela, sainetes, folklore, temas religiosos, melodramas, y
comedias. Su primera película fue La mesonera del Tormes (1919) y durante
cuarente años de profesión rodó innumerables películas, entre ellas: La
80
Tema 8
Los comienzos del sonido.
LOS INVENTOS QUE PRECEDIERON AL SONORO
El inglés William Friesse-Greene y el francés Auguste Baron experimentaron con
aparatos de sonido similares al fonógrafo ―ideado por el francés Charles Cros y
fabricado por Edison―, de disco o de cilindro, para ponerle sonido a las
imágenes proyectadas. En 1898 Auguste Baron patentó un “sistema de aparatos
perfeccionados para registrar y reproducir simultáneamente las escenas
animadas y los sonidos que las acompañan”, pero su invento no pasó de de la
fase experimental. Y en 1900, se presentaron en la Exposición Universal de
París, tres sistemas muy parecidos: El Fonorama, el Foto-cinema-teatro y el
Cronófono Gaumont. Tres años más tarde, Gaumont y Okar Messter
comenzaron a añadir acompañamientos sonoros a algunas de sus
producciones, al tiempo que otros dos sistemas de sonorización, el Viváfono de
Hepworth y el Cinematógrafo de Dickson, alcanzaban algún éxito en Inglaterra y
en los Estados Unidos.
Todos esos sistemas estaban basados en la idea de sincronizar las imágenes
proyectadas por un aparato ―normalmente el de los Lumière― con los sonidos
reproducidos por un fonógrafo o aparato similar, es decir, algo muy parecido a lo
que, en 1894, había llevado a cabo Dickson, el ayudante de Edison,
sincronizando un fonógrafo que reproducía unas palabras suyas de saludo a su
jefe que regresaba de París, con la proyección de una película filmada con el
kinetógrafo mientras él pronunciaba esas palabras. Pero el sonido de disco tenía
muchos inconvenientes. La sincronización de sonido e imagen era casual en el
mejor de los casos, y la necesidad de cambiar los discos interrumpiendo la
película producía irremediablemente desfases en la sincronización y podía dañar
la grabación o el rollo. Además, antes de 1910, pocos eran los sistemas que
podían ampliarlo adecuadamente para las grandes salas.
Gaumont, con su cronófono, presentado en París en 1902 y al gran público en
1904, produjo “películas sonoras” hasta el comienzo de la Primera Guerra
Mundial en 1914, e incluso reanudó su producción una vez concluida ésta.
Mientras tanto, en 1905, Henry Joly y el fotógrafo Mendel solicitaron una patente
sobre el registro eléctrico de los sonidos en la misma película sobre la que se
impresionaban las imágenes, pero su invento no encontró la respuesta industrial
y comercial adecuada. Ya mucho antes, en 1896, el americano Joseph T.
Tykociner intentó grabar sonido en la cinta fotográfica mediante rayos de luz,
pero sus experimentos ―con una llama de gas― fueron superados por Eugene
Lauste con el fotocinematófono, que utilizaba una célula fotoeléctrica de selenio
para convertir la luz en impulsos eléctricos. Concluida la guerra, en 1919, los
inventores alemanes Josef Engl, Hans Vogt y Joseph Massole patentaron el
sistema Tri-Ergon, que empleaba una célula fotoeléctrica para convertir las
ondas sonoras en impulsos eléctricos y luego en ondas luminosas, que
posteriormente se fotografiaban en los bordes del celuloide; el sonido original se
reproducía cuando la cinta pasaba por otra célula fotoeléctrica en la cabeza del
proyector; y la sincronización se mantenía gracias a un volante.
84
banqueros, los Goldman Sachs, y aceptaron las muy onerosas condiciones que
les impuso la Western Electric para autorizarles el uso de su sistema de discos
Vitaphone. Concluida la película, invirtieron más de tres millones de dólares en la
promoción de su estreno en Nueva York, estreno que alcanzó un gran éxito y
que se inició, tras una hora de preludios y un corto protagonizado por Will Hays
en el que proclamaba “el inicio de una nueva era en la música y en el cine”, con
la proyección del Don Juan, en la que una grabación orquestal y dramáticos
efectos sonoros acompañaban a la siempre elegante actuación muda de John
Barrymore. Pese al éxito, el resto de los Estudios siguieron sin creer en el cine
sonoro.
La Warner llevó a cabo después un nuevo ensayo con Orgullo de raza, en la
que, a la música y los efectos dramáticos, se añadieron ruidos ambientales, pese
a lo cual, su éxito fue menor que el conseguido por el Don Juan. Por fin, la
Warner consiguió una película que cambio la idea que las productoras de
Hollywood tenían sobre el cine sonoro: El cantor de Jazz, una película dirigida, ,
como los dos anteriores, por Alan Crosland, e interpretada por un cantante
blanco famoso en los teatros de Broadway: Al Jonson, con el rostro
embadurnado de negro. Su estreno, el 6 de octubre de 1927, fue un
acontecimiento que cambió la historia del cine. El cantor de jazz narraba la
ascensión a la fama de un pobre cantor judío, un buen pretexto para llenar el
filme de canciones de éxito. Tras el triunfo de El cantor de Jazz, la Warner
produjo Un loco cantando, protagonizada de nuevo por Al Jolson, y que superó
con sus cinco millones recaudados, el éxito comercial de Ben Hur.
En El cantor de Jazz, la primera obra verdaderamente sonora de la historia del
cine y, consecuentemente, y el primer musical de su historia, los actores cantan
y hablan y los ruidos que los objetos provocan tienen un reflejo bastante fiel en la
pantalla. El guión de la película narra un melodrama en el que el protagonista
cambia el templo por el teatro para sus canciones, siete a lo largo de la película y
cuando Al Jonson canta Dirty hands, dirty face, se dirige al público y le dice: “Un
minuto, esperen un minuto. ¡Todavía no han oído lo mejor! ¿Quieren escuchar
Toot, Toot, Tootsie? En ese momento, el espectador tuvo la sensación de asistir
a un hecho real: las palabras de Al Jonson, que después hablaba con “su madre”
mientras cantaba Blue Skies.
Todos los enemigos del cine sonoro, y eran muchos, y los productores que no se
habían arriesgado a producir una película plegándose a las durísimas
condiciones que imponían la Western Electric o, en su defecto, la General
Electric, pensaron que El cantor de Jazz iba a constituir la bancarrota definitiva
de la Warner Brothers. Pero el público les demostró su error con su entusiasmo,
por lo que, tras concederse un prudente plazo de espera, se dieron cuenta de
que los espectadores sólo iban a querer ver películas sonoras, y decidieron
transformar en sonoras incluso las películas que tenían en producción,
añadiéndolas, por lo menos, alguna canción y sonidos ambientales. Tropezaron
con un problema: el sistema Vitaphone sólo podía ser usado por la Warner. Y
con otro que Cantando bajo la lluvia supo dejar claro para todos: No todos los
actores podían participar en el cine sonoro. Pero, venciendo todos esos
obstáculos, todos los Estudios se empeñaron en ganar la batalla del cine sonoro.
Gastaron en ello enormes fortunas, tratando de conseguir formas de emitir cine
sonoro distinto al Vitaphone y buscando nuevas estrella para un tipo de cine que
les iba a exigir saber hablar, es decir, ser actores, y en guionistas que supieran
86
escribir diálogos que tuvieran tanto calidad como las imágenes a las que iban a
acompañar.
Los puristas pusieron el grito en el cielo, ante la avalancha de anuncios donde se
destacaba All talking, all singing, creyendo que se iba a convertir en una
reproducción enlatada del teatro. Laurel y Hardy logran superar el reto, Buster
Keaton se arruina, Chaplin se niega a hablar hasta 1940. La verdad es que las
primeras películas justificaban ese temor, ya que no eran sino teatro en
conserva, pero eso fue algo que se superó en breve tiempo. Los productores,
asustados por la evidencia de los diálogos, contrataron para escribir sus guiones
autores teatrales que nada sabían de cine; cuando se dieron cuenta de ello,
volvieron a confiar el desarrollo de la estructura, la escaleta de sus películas a
quienes habían sido guionistas en el cine mudo, y dejaron después que los
autores teatrales, y sobre todo, los periodistas, escribiesen los diálogos
marcados en esas escaletas. Y el cine sonoro comenzó a tener sentido, creando
una nueva estética y un nuevo lenguaje audiovisual.
En el viejo estilo, la película de mayor éxito fue Anna Christie, con la Garbo, pero
la que de verdad revolucionó el cine sonoro, convirtiéndolo en un nuevo medio
de comunicación fue Aleluya (1929), de King Vidor, una película interpretada
exclusivamente por negros, lo que impidió su éxito comercial, y en la que se
interpretaban maravillosos cantos espirituales.
Con todo, el problema básico que planteaba el sonoro era la pérdida de
universalidad, ya que el cine mudo era entendido en el mundo entero con el
barato y ocasional cambio de algunos rótulos, mientras que el cine sonoro
planteaba problemas de entendimiento incluso a los inmigrantes en Estados
Unidos. Se optó por producir simultáneamente una película en varios idiomas,
con protagonistas distintos para cada una de las versiones. Fueron muchos los
guionistas y actores españoles que pasaron algún tiempo en Hollywood a causa
de las versiones en español.
Para Hollywood, un novelista español Vicente Blasco Ibáñez había sido ya
muy importante, con títulos tan universales como Los cuatro jinetes del
Apocalipsis (1921) y Sangre y arena (1922), sin contar otras como Amor
argentino (1924), La encantadora Circe (1924), Entre naranjos (1926) o La tierra
de todos (1026), que sirvieron de soporte al lanzamiento de Greta Garbo, o
Apocalipsis y Sangre y arena que habían servido para lanzar a la fama a un
Rodolfo Valentino que hasta aquel momento había protagonizado sin pena ni
gloria veinte películas.
Las cuatro mejores autores españoles incorporados a Hollywood en aquellos
años fueron Jardiel Poncela, Miguel Mihura, Edgar Neville y José López Rubio, al
no haber conseguido atraerse a los hermanos Quintero, Jacinto Benavente y
Carlos Arniches, pese a sus esfuerzos. (Wenceslao Fernández Flórez murió
esperando la llamada, que nunca llegó, de Walt Disney para comprarle los
derechos para el cine de su maravilloso El bosque animado) Junto a ellos
trabajaron, por ejemplo, William Faulkner que reconoció posteriormente su
fracaso como guionista en los tres años que trabajó para la Warner y Bertold
Brecht, cuya estancia en América sirvió, al menos, para que escribiese su
magnífico poema Hollywood.
87
decía en la época fue Noches de Nueva York (1929), de Lewis Milestone, con
guión de Jules Furthman.
En Londres, directores europeos de todos los países se reunieron para ver los
talkies llegados de los Estados Unidos y debatir las posibilidades del sonoro.
Aleluya (1929), La melodía de Broadway (1929), Sombras Blancas (1928), Tabú
(1930) Magnolia (1929) y Close Harmony (1929) les descubren, y sobre todo a
uno de ellos, René Clair, las nuevas posibilidades que brindaba el sonido.
Magnolia ―Show Boat―, con nuevas versiones en 1936 y 1951, era la
adaptación de un celebérrimo musical de Broadway en el que se narra la historia
de un barco que navega el Mississippi lleno de talentos musicales, de entre los
que destaca Magnolia, de quien se enamora un tahúr profesional. En esa
película, hay una escena en la que Magnolia, pobremente vestida, actúa en un
pequeño café concierto, y la canción continúa mientras una serie de rápidos
encadenados nos lleva a una gran sala de conciertos donde la misma cantante,
en traje de noche, interpreta las últimas estrofas de una canción que no hemos
dejado de escuchar. Esa maravillosa transición, imposible en el cine mudo, la
usa años más tarde Clouzot en su En legítima defensa (1947) y, antes, René
Clair empleó en Bajo los techos de París (1930) otro efecto aprendido en Close
Harmony (1929), de John Cromwell, en el que los espectadores “asisten” al
combate entre dos hombres sólo gracias a los ruidos y los gritos de las personas
que rodean y ocultan a los combatientes.
El cine sonoro estaba comenzando a ganar la batalla. Fue entonces cuando
René Clair descubrió un principio que sigue siendo axiomático en el cine: que, en
los diálogos cinematográficos, es más importante la reacción que la acción, es
más importante ver el rostro del que escucha que el del que habla. Como en el
teatro. Lo malo es que Clair también se mostró buen profeta cuando anunció que
no era el invento del cine sonoro lo que les asustaba, sino la deplorable
utilización que de él harían los industriales.
Y tenía razón. El cine “cien por cien hablado” olvidó quince años de conquistas
cinematográficas y el lenguaje creado en ellos para limitarse a retratar teatro. Se
descubrió el cinema que soñó Edison, el fonógrafo con imágenes, y se olvidó el
cinematógrafo que habían descubierto Lumiére, Méliès, Ince, Griffith y tantos
otros.
Quizá lo mejor que aquel primitivo cine sonoro trajo fueron Las Actualidades
habladas de la Fox Movietone, los hallazgos sonoros de que hemos hablado, y
los dibujos animados sonoros de Walt Disney, con su ratón Mickey, en los que la
fantasía elimina los servilismos del nuevo cine y el montaje de las imágenes al
ritmo del jazz y otras músicas hacen las delicias del público y asombran y
enseñan las enormes posibilidades del cine sonoro al resto de los creadores
cinematográficos.
Tras el furor del cine musical de los principios fonográficos del sonoro El
desfile del amor (1929), La melodía de Broadway (1929), Los disparates de la
Fox Movietone (1929), El rey del Jazz (1930), Río Rita (1930), Al compás del
tres por cuatro (opereta austro-germana de 1930), El trío de la bencina (1930),
etc. la Fox se arriesgó a realizar uno de sus talkies en exteriores. Y
Mamouliam aprendió a disociar el micrófono de la cámara en Arizona (1928) y
Aplauso (1929) Y en Europa, se inició la búsqueda de cualidades artísticas en el
cine sonoro y se hicieron películas que han nutrido todos los cine-clubes del
mundo durante décadas: El desfile del amor, (1929), de Lubitsch, Bajo los
89
techos de París (1930), de René Clair), El millón (1931), de René Clair), Luces
de la ciudad (1928-1930), de Chaplin, El camino de la vida (1931), Cero en
conducta (1932-33), de Jean Vigo, Viva la libertad (1931), de René Clair, M, el
vampiro de Düsseldorf (1932), de Fritz Lang), La vida privada de Enrique VIII
(1933) de, Alexander Korda, María, leyenda húngara (1932), de Paul Fejos,
Éxtasis (1933), de Gustav Macharty, y, sobre todo, Rapto (1933), de Dimitri
Kirsanov, junto a la alemana El ángel azul (1930), de Josef von Sternberg, con
Emil Jannings y Marlene Dietrich como protagonistas, la maravillosa comedia de
Pabst Cuatro de infantería (1930), La comedia de la vida ―adaptación de La
ópera de la perra gorda de Bertold Brecht―, y Carbón (1931), El testamento del
doctor Mabuse (1932) de Fritz Lang, Sin novedad en el frente (1930), de Lewis
Milestone, muestra del mejor cine americano de la época junto a Soy un fugitivo
(1932), Tiempos modernos (1936) Sólo se vive una vez (1936), La tierra (1942),
de Flaherty, Sucedió una noche (1934), El secreto de vivir (1936), etc.
LOS CAMBIOS DEL CINE CON LA LLEGADA DEL SONORO
• Mayor impresión de realidad: el sonido confiere autenticidad, credibilidad
material y artística a la imagen.
• Refuerza la continuidad y la fluidez narrativa. En el cine mudo, la película era
fragmentaria, con fragmentos unidos ―y separados― por los títulos.
• Se suprimieron los intertítulos, con lo que la imagen queda liberada de la
servidumbre explicativa para adquirir un papel más expresivo.
• La voz en Off abrió nuevos horizontes al cine, haciendo posible la
exteriorización de los pensamientos de los personajes.
• Esa interiorización se refuerza con el uso de la música, la palabra y el
monólogo interior de los personajes.
• Se descubrió el papel dramático del silencio, expresión de muchas cosas: la
muerte, la ausencia, el peligro, la angustia, la soledad, el suspense, etc.
• En la narrativa sonora, la pausa se convirtió en ocasiones en un recurso
expresivo más eficaz que la palabra.
• El sonido facilita la elipsis de la imagen por medio del sonido.
• Se enriquece el lenguaje fílmico con el uso de la metáfora acústica.
• La música constituye un material expresivo muy rico.
• El cine se convierte en un medio de expresión audiovisual, un fiel reflejo de la
percepción física del hombre.
• Permitió valorar la “reacción”, la actitud del personaje que escucha, algo
imposible en el cine mudo.
versiones múltiples en distintos idiomas. Por fortuna para los Estudios, Edwin
Hopkins dio con la solución al inventar un sistema que permitía que las estrellas
del cine mudo se expresasen en distintas lenguas ―incluido el propio― con
voces adecuadas para su grabación y emisión en las salas de proyección, en
una técnica a la que se denominó doblaje.
Al propio tiempo, el cine experimentó una revolución que ensalzó nuevas
estrellas y destronó a muchas de las antiguas, al tiempo que obligó a los
guionistas a plantearse nuevos temas, más adecuados a las nuevas
posibilidades del cinema. El resultado de todo ello fue un nuevo planteamiento
del cine que se hacía en Hollywood, en el asentamiento de los géneros
cinematográficos propios del cine mudo.
LOS NUEVOS GÉNEROS
El sonoro produjo una profunda transformación en el panorama de la producción.
Nacieron nuevos géneros y algunos entraron en crisis: el cine cómico,
profundamente mímico y visual, vio declinar su esplendor a favor de las
sofisticadas comedias urbanas que a principios de los años 30 cautivaron al
público con sus brillantes diálogos y el western prácticamente dejó de producirse
hasta los años cuarenta.
Durante los años treinta, la producción cinematográfica se centró en películas de
carácter más serio y realista que las fantasías de los principios del sonoro,
especialmente por parte de las productoras europeas. Películas ejemplares
fueron El ángel azul (1930), de Josef von Sternberg, en la que se dio a conocer
Marlene Dietrich, y La gran ilusión (1937), de Jean Renoir, una de las mejores
películas que se han hecho contra la guerra en toda la historia del cine.
En Estados Unidos, la gran sorpresa la produjo un escritor-director-actor
procedente de la radio, Orson Welles, con Ciudadano Kane (1941) en la que se
revolucionaba la composición, el uso de la profundidad de campo, las elipsis
temporales, la utilización de los planos secuencia, los grandes angulares, y los
efectos sonoros, abriendo con ello nuevos horizontes al lenguaje
cinematográfico. Pese a ello, por razones de contenido, no alcanzó en Estados
Unidos el éxito merecido, y Welles no consiguió para su segunda película, El
cuarto mandamiento (1942), ni el derecho al último corte de que había disfrutado
en Ciudadano Kane ―sólo Chaplin lo había tenido en el cine americano en aquel
momento― ni la libertad y el respaldo financiero que tuvo en la primera. Todo
ello le llevó a huir a Europa, donde prosiguió su carrera cinematográfica.
Y en los Estudios de Hollywood, viejos y nuevos géneros se dispusieron a
conquistar el mercado mundial.
• OPERETAS Y COMEDIAS MUSICALES.
El cantor de jazz no fue una comedia musical, pero su éxito alertó a la industria
del cine sobre las posibilidades que la música, cantada o no, les brindaba a
partir del momento en que las salas de proyección instalaron los equipos que
necesitaba el cine sonoro.
La opereta cinematográfica nació cuando la Paramount produjo El desfile de
amor (1929), de Ernst Lubitsch, con Maurice Chevalier y Jeanette Mac Donald,
protagonistas más tarde de La viuda alegre (1934), de Ernst Lubitsch también y
remake de una versión de Erich von Stroheim en 1925.
91
De los cantantes que en aquellos años pusieron su talento al servicio del cine,
destacaría a Lily Pon y Bing Crosby, junto a bailarines como Fred Astaire y
Ginger Rogers, la pareja de baile más famosa de la época.
El éxito del musical de la Warner La calle 42 (1933), de Lloyd Bacon y Busby
Berkeley, abrió una serie de películas de baile, con magistrales coreografías de
Berkeley. Y tras ellas, musicales más intimistas, como los de Fred Astaire y
Ginger Rogers, Sombrero de copa (1935), de Mark Sandrich, o Swing time
(1936), de George Stevens.
En el género fantástico destacó El mago de Oz (1939), de Victor Fleming, un
musical infantil basado en el libro de L. Frank Baum, protagonizado por Judy
Garland, que se convertiría en la primera artista musical de la década de 1940.
• EL BURLESQUE.
Con el triunfo del sonido, la mayor parte de las estrellas del viejo cine cómico
parecían quedar fuera de juego, y grandes cómicos como Búster Keaton o
Harrol Lloyd desparecieron de las nuevas producciones, pero otros, como la
pareja formada por Stan Laurel y Oliver, y los hermanos Marx mantuvieron e
incrementaron sus éxitos. Y procedente del music- hall, como casi todos los
anteriores, llegó al cine un cómico a quien se juzgó el más original de la época,
W.C. Fields, con títulos como A todo Gas (1932), de Edward Cline, o Si yo
tuviera un millón (1929), de Ernst Lutbisch. Y al género ha de vincularse a una
de las grandes estrellas del cine mudo: Mae West, protagonista de No soy
ningún ángel (1933), de Waskey Ruggles, o Every day’s a Holiday. Y claro, y
por encima de todos, Chaplin.
Charles Chaplin consideraba esencial el silencio en el arte cinematográfico. Su
deseo de mantenerse fiel al pasado, le llevaron a una solución que sólo un
genio como él pudo llevar a buen puerto, Luces de la ciudad (1930), una
película en la que no había diálogo, pero que se convirtió en el acontecimiento
de la temporada. Cinco años después, realiza un nuevo filme, Tiempos
modernos (1935), que tampoco llevaba diálogos. Otros cinco años más tarde
dirige El gran dictador (1940), que no fue distribuido hasta que los Estados
Unidos entraron en la guerra.
• CINE DE TERROR
Con la irrupción del sonoro podemos apreciar un renovado interés por las
obras de terror. Nada mejor para producir escalofríos en el público que las
posibilidades del sonido, y Hollywood volvió a tratar, por ejemplo, los temas y
personajes de la escuela expresionista alemana, comenzando con Drácula
(1931), realizada por Tod Browning, ayudado por Bela Lugosi. Su éxito hizo
que el tema se repitiese interminablemente ―entre otras, versiones en 1958,
1978, 1979 etc.―, aunque pronto otro viejo personaje del terror mereció una
serie aún más larga de películas: Frankenstein, y la Universal se especializó en
reproducir en el cine la barroca y enrarecida atmósfera de la novela gótica con
resultados tan logrados como Doctor Jekyll y Mr Hyde (1931) de Robert
Mamoulian, El doctor Frankenstein (1931), de James Whale, y La momia
(1932), de Karl Freund. Magníficas fueron, también, Los crímenes del museo
de cera (1933) , de Michael Curtiz, y El doble asesinato de la calle Morgue
(1932), de Robert Florey.
92
durante el cine mudo, las mejores de ellas, tras las de Griffith, las de Cecil B.
de Mille, quien con el sonido añade a su larga lista películas como El signo de
la cruz (1932), Cleopatra (1934), con Claudette Colbert y Las cruzadas (1935).
Clarence Brown realizó María Walewska (1937), con Grita Garbo, John Ford
dirigió María Estuardo (1936) y Prisionero del odio (1936), junto a las que hay
que destacar Cabalgata (1933), de Frank Lloyd, Paz en la tierra (1934) de
Ford, La carga de la brigada ligera (1936), de Michael Curtiz, Tres lanceros
bengalíes (1935) de Henry Hathaway, y la ya citada Lo que el viento se llevó.
• LOS NUEVOS GÉNEROS
Todas estas clases de películas siguieron la misma pauta: el realismo. Sus
autores quisieron abrir los ojos y la conciencia de los espectadores sobre
cuestiones que no solían entrar en las preocupaciones de los promotores de
espectáculos. Quizá el mejor de los directores que lo intentaron fue William
Wyler, con películas como Her First Mate (1933), The Gay Deception (1935), la
maravillosa Dead End (1937), The Letter (1940), o La señora Miniver (1942). Al
propio tiempo, Michael Curtiz realizó Angels with dirty faces (1938) y también
son dignas de mención La ciudad de los muchachos (1941), de Norman
Taurog, The Front Page (1931), de Milestone y El delator (1935), de Ford, que
estaba ambientada en la guerra civil irlandesa. Y junto a ellas, y los dramas de
la guerra civil, algunas películas Admirables contra la guerra como Sin
novedad en el frente 1930), de Lewis Milestone.
Podemos destacar otras muchas clases de géneros menores: Amarga victoria
(1939), de Edmund Goulding, La escuadrilla del amanecer (1930 ), de Howard
Hawks, El poder y la gloria (1933), de William K. Howard; Berkeley Square
(1933), y Rebelión a bordo (1935), ambas de Frank Lloyd, La usurpadora
(1932), de John Stahl y Sombras blancas en los mares del sur (1928), de Van
Dyke o La fierecilla domada (1929) de Douglas Fairbanks, junto a Cena a las
ocho (1933) de George Cukor, quien dirigió también Las cuatro hermanitas
(1933), David Copperfield (1935) y Romeo y Julieta (1936), y las magníficas
películas de William Wyler Jezabel (1938) y Cumbres borrascosas (1939).
• LOS DIBUJOS ANIMADOS
El origen del cine de animación es anterior al del cine convencional, pues
hemos visto que Raynaud ya proyectó dibujos animados en 1982 con su teatro
óptico, y antes con el zoótropo y el praxinoscopio, pero la verdadera animación
cinematográfica comienza a tener lugar cuando Edwin S. Porter la realiza para
la compañía Edison por medio del paso de manivela, consistente en rodar
fotograma a fotograma en 1905. Posiblemente, los dos primeros efectos de
dibujos animados los hiciese Porter en 1905 para sus películas How Jones
Lost His Roll y The Whole Dam Family and the Dam Dog, en las que los hizo
los intertítulos con letras recortadas que se movían por la pantalla hasta
colocarse en líneas y en el orden adecuado para componer cada frase.
La idea de Porter la usó James Stuart Blackton, de la Vitagraph, para realizar
una serie de dibujos animado titulada Humorous Phases of Funny Faces
(1906), y ese mismo año, produjo A Midwinter Night's Dream, en la que una
serie de muñecas parecían moverse al ser modificadas las posiciones de sus
extremidades entre fotograma y fotograma. Blackton realizó con ese sistema
The Haunted Hotel (1907), en la que hacía que objetos modelados en arcilla se
95
Tema 9
El cine sonoro francés anterior a 1970.
LOS INICIOS DEL SONORO EN FRANCIA
LOS VETERANOS
Los veteranos del cine mudo fueron los más desconcertados ante el nuevo
invento.
• ABEL GANCE acababa de terminar El fin del mundo (1929), película muda,
que hubo de ser enriquecida con innecesarios diálogos, pese a que, cuando se
trataba de introducir ruidos en el cine, Abel Gance volvió a ser un precursor
audaz y los trucos sonoros de El fin del mundo sólo encontrarán equivalente en
La tempestad de Epstein, pese a lo cual constituyó un notable fracaso
comercial. Tras algunas películas de corte comercial, dirigió Beethoven (1936)
e inició la versión sonora algunos de algunos de sus anteriores éxitos, como
Mater Dolorosa (1918.1932) o Yo acuso (1919, 1936) o. Su última película de
antes de la guerra fue El paraíso perdido (1940). Concluida la guierra, hizo
varias películas de discreto y desigual valor, y su última película fue Bonaparte
y la Revolución (1971)
• MARCEL L`HERBIER, otro de los clásicos, fue condenado a hacer películas
de baja calidad hasta que en 1938 se le encomendó Adrienne Lecouvreur y
Noches de fuego.
98
• JEAN EPSTEIN realizó, desde 1930 a 1939 pésimos trabajos hasta que
dirigió La tempestad, para volver después a hacer películas de baja calidad y
documentales de encarga
• RENÉ CLAIR trató de no cometer los errores de sus compañeros cuando
inició su primera película sonora, Bajo los techos de París (1930), que obtuvo
un importante éxito gracias, en parte, a la canción que cantaba Albert Préjean.
Viendo el éxito conseguido con la inclusión musical, René Clair la concede un
lugar aún más relevante en su siguiente filme, El millón (1931), e incluso
escribió y dirigió una comedia musical,¡Viva la libertad! (1931), que no tuvo
demasiada repercusión, por lo que en su siguiente película, 14 de julio (1933),
volvió a reflejar los cuadros de la vida de los arrabales en que era maestro
incomparable. Con El último millonario (1934) tuvo un gran fracaso por su
chirriante humor, tras lo que marchó a Inglaterra donde emprendio El fantasma
va al Oeste (1935) y Grandes noticias (1937). Regresa a Francia para dirigir
Aire puro, cuyo rodaje se interrumpe por el comienzo de la Segunda Guerra
Mundial, por lo que se exilió a Estados Unidos ―La llama de Nueva Oreans
(1941), Me casé con una bruja (1942), Sucedió mañana (1944) y Diez negritos
(1945)―. Cuando regresa a Francia, dirige películas tan maravillosas como El
silencio es oro (1947)m La belleza del diablo (1950), Grandes maniobras
(1955) o Puerta de Lilas (1957). Su última película la hizo en 1966: Fiestas
galantes.
• JACQUES FEYDER fue el director francés de cine mudo que se adaptó más
rápidamente, gracias, quizá, a su previa estancia en Hollywood. De su obra,
merecen citarse El signo de la muerte, que contaba con la excelente
interpretación de Greta Garbo, Pensión Mimosas, y sobre todo, La kermesse
heroica, inspirada en cuadros de la escuela flamenca. Para Alexander Korda
dirigió La condesa Alexandra, y cuando estalló la guerra acababa de terminar
Telle qu’elle était de son vivans, que no fue estrenada hasta 1942 y con el título
La piste du Nord.
• JULIEN DUVIVIER había realizado una veintena de películas mudas, y dirigió
otra docena en la década de los treinta, entre las que destacan La bandera
1935), Pépé le Moko (1937) y Carnet de baile (1937), El falsario (1944).
Estuvo en Hollywood y, a su vuelta a Francia realizó un par de películas
mediocres antes de la guerra. De su obra posterior, muy variada, las más
conocidas son las que adaptó de las novelas protagoniadas por Don Camilo,
de Giovanni Guareschi.
• JEAN RENOIR había debutado en la vanguardia, que abandonó para buscar
su propio camino, con La golfa, por ejemplo. Sus mejores cualidades
―sensibilidad, realismo y sinceridad― sobresalen en La partie de campagne,
sobre un cuento de Guy de Maupassant, en El crimen de Monsieur Lange,y en
su obra maestra La gran ilusión, tras la que dirigiría La bestia humana, basada
en una novela de Zola y La regla del juego.
Jean Renoir, acaso el más destacado director de la historia del cine francés y
uno de los grandes narradores del siglo XX, dirigió su primera película sonora
gracias a su amigo y antiguo colaborador, el productor independiente Pierre
Braunberger, Su segunda película para la propia empresa fue La golfa (1931),
con Michel Simon, fue tan controvertida artística y técnicamente que Renoir
sólo fue capaz de salvarla de uno de los productores, Richébé, que exigía
99
Esas ideas, que nunca puso en marcha el Frente Popular durante su gobierno,
fueron adoptadas por el régimen de Vichy del mariscal Pétain, durante el suyo,
tras caer Francia bajo el dominio alemán y dar por terminada la Tercera
República en 1940.
Aunque bastantes actores y directores, entre ellos Jean Renoir que se instaló
en Estados Unidos, abandonaron el país tras su caída en poder de los nazis en
1940, quedaron los suficientes como para mantener la continuidad con la
década anterior. Carné y Prévert harían su mejor película, Los niños del
paraíso ―distribuida tras la liberación, en 1945―, y Grèmillon dirigió sus dos
mejores filmes Luces del verano y El cielo es vuestro.
De entre los viejos directores del cine mudo francés pasado al sonoro, cabe citar
también a Raymond Bernard que llevó a la pantalla Los miserables, de Victor
Hugo, León Poirier que, después de sonorizar su Verdún, realizó La noche loca y
La llamada del silencio, Jacques de Baroncelli, tras sonorizar su éxito mudo Le
rêve, dirige Je serai seule après minui, Henri Fescourt hizo Bar du sud y
L’Occident, Léonce Perret dirigió con acierto Sapho, y Henry-Rousell dirigió, con
éxito, Violetas imperiales, con el cantante español Luis Mariano como
protagonista.
Algunos genios fueron marginados, como ocurrió con JEAN VIGO, cuya obra de
exteriorización de sus rencores y su rebelión fue A propósito de Nice. Después
vino Cero en conducta, con un carácter más personal. Ambas tuvieron
problemas con la censura. Cuando apenas había terminado esta obra Jean Vigo
murió: tenía treinta años. También fue relegado a un segundo plano Jeff Musso,
ex ayudante de Ford, que en 1937 realizó Le puritain, y después de ese
largometraje encontró grandes dificultades para hacer Dernière jeunesse.
De las compañías francesas, la Pathé-Nathan ―nueva forma de la antigua
Hermanos Pathé― se introdujo en la producción sonora con películas como La
pequeña Lisa (1930), de Jean Grémillon, considerada una anticipación del
fatalismo melancólico y el compromiso con los marginados típicos del realismo
poético, la escuela dominante en la edad de oro. El guionista de esta película,
Charles Spaak, sería una figura esencial en aquella época, sólo superada en
importancia por la del poeta Jacques Prévert, ya que ambos escribieron la
mayoría de los papeles de la gran estrella francesa de aquellos años, JEAN
GABIN. La contribución de Prévert, a través de una larga colaboración con el
director Marcel Carné, dio como resultado El muelle de las brumas (1938) y
Amanece (1939). Spaak, por su parte, escribiría Le belle équipe (1936), de Jean
Duvivier y Los bajos fondos (1936) y La gran ilusión (1937), ambas de Jean
Renoir, lo que nos da entrada a los nuevos nombres del cine sonoro francés de
aquellos primeros años. Mientras tanto, la Gaumont quebraba en 1934, y la
Pathé-Nathan la seguía en 1936.
LOS NUEVOS NOMBRES
• MARCEL CARNÉ fue ayudante de René Clair y Jacques Feyder antes de ir a
Inglaterra, donde, en dos años y con tres filmes, se labró un estilo propio:
Jenny, Drôle de drame y El muelle de las brumas, un poema nostálgico sobre
un tema realista situado al margen de la sociedad bien pensante. De vuelta a
París, en 1938 dirigió Hotel del Norte, en un ambiente popular y un estilo que
repite en Le jour se lève (1039), quizá su mejor obra.
101
Tema 10
El cine sonoro italiano anterior a 1970.
La llegada del cine sonoro aumentó en Italia la demanda del cine hablado en
italiano, y el gobierno fascista, que hasta entonces no había visto en el cine más
que un vehículo propagandístico, apoyó a la industria pero sin intentar convertir
el cine simplemente en un espectáculo nacionalista, aunque se hicieron algunas
películas fascistas, como Sole (1928), de Alessandro Blasetti, De una misma
sangre, de Goffredo Alessandrini, Abuna Messias, de Goffredo Alessandrini, o
Camisa negra, de G. Forzano.
El Gobierno creó la Dirección General de Cine en el Ministerio de la Prensa y
Propaganda y, dependiendo de él, el Instituto Nacional de Industrias
Cinematográficas, que hizo posible la creación de Cinecittá, una especie de
Hollywood cercano a Roma. Algunos directores que habían emigrado de Italia,
como Augusto Genina ― El escuadrón blanco y Sin novedad en el Alcázar― o
Carmine Gallone ― Escipión el africano―, regresaron, y otros directores
italianos de la época, como Guido Brignone ―Passaporto rosso―, Mario
Camerini ―¡Qué sinvergüenzas son los hombres!―, Alessandro Blasetti
―Resurrección―, o Mario Camerini ―Daró un milione (1935), con un
jovencísimo Vittorio de Sica― dirigieron sobre todo comedias y los melodramas,
que era lo que demandaba el público italiano. Max Ophuls, que no era italiano,
rodó en Italia La signora di tutti (1934), y Jean Renoir comenzó a dirigir La Tosca
(1940), porque quería “experimentar la complicada magia del barroco italiano”,
pero abandonó el rodaje en manos de Carl Koch y la película consiguió un
enorme éxito.
Poco después, Luigi Chiarini, que fue director del Festival de Cine de Venecia
durante los sesenta, dirigió Via delle cinque lune (1942), una evocación del siglo
pasado. Chiarini fue el primer profesor de cine de Italia, en el Centro
Sperimentale creado por el gobierno fascista, en el que se educaron directores
como Antonioni y de Santis.
EL NEORREALISMO
Tras la caída de Mussolini en 1943 y la liberación en 1945, en Italia nació una
nueva forma de ver el cine: el neorrealismo ―que bien pudo nacer en España,
pues por ella peregrinaron Vittorio de Sica y Cesare Zavattini con el guión de
Ladrón de bicicletas, por ejemplo―. En los gigantescos Estudios Cinecittá se
albergaron aquellos días multitud de refugiados, y al conocer sus historias, los
cineastas que trabajaban en aquellos Estudios quisieron contarlas y hacer
películas sobre la resistencia y la vida cotidiana de la posguerra.
El neorrealismo nació del ansia de libertad de sus creadores, pero también de
una situación política indefinida y económica precaria: Italia había quedado
arrasada por la guerra, los Estudios habían sufrido graves daños, y los cineastas
se vieron obligados a producir películas muy económicas, algo que se
enfrentaba a la falsedad y ampulosidad del anterior cine italiano.
Quizá por ello, el neorrealismo, a pesar de ser mundialmente aclamado por la
crítica y los historiadores del cinema ―sobre todo fuera de Italia―, no tuvo una
gran acogida entre el público: La tierra tiembla se distribuyó en Italia en una
versión reducida, con el dialecto siciliano doblado al italiano, y con muy pobre
106
Tras este filme, De Sica-Zavattini hacen Milagro en Milán (1951), una película
en la que realidad y miseria son contempladas con una mirada tan lírica
como inconformista.
Tras ellas, de Sica dirige otras películas más convencionales, como Estación
Termini (1953) ―en Estados Unidos―, El oro de Nápoles (1954) ―también
en Estados Unidos y de la que la Paramount cortó dos de los seis episodios
originales―, Dos mujeres, y sobre todo, El Techo (1956), con la que vuelve al
neorrealismo usando actores no profesionales y reflejando el grave problema
de la vivienda en la Roma de aquellos años, pero de nulo éxito comercial, lo
que le decidió a dedicarse exclusivamente a la interpretación, pese a lo cual
dirigió La ciociara (1961), nuevamente con guión de Zavattini, que le permitió
recuperar prestigio como director y con la que Sophia Loren ganó un Oscar.
• FEDERICO FELLINI
Federico Fellini (1920-1993), nació en Rímini, de donde partió en 1939 a
Florencia y luego a Roma, ciudad en la que trabajó como periodista, escritor y
dibujante. Se inició en el mundo del cine junto a Roberto Rossellini, con quien
trabajo como ayudante de dirección y en el guión de Roma, ciudad abierta
(1945), y más tarde volvió a ser guionista y ayudante de dirección en otras
películas antes de codirigir con Alberto Lattuada Luci di varietà (1950), y ya
en solitario, dirigió El jeque blanco (1952).
Aunque esas dos primeras películas no tuvieron éxito, su siguiente
largometraje, I vitelloni ―Los inútiles― (1953), fue reconocido
internacionalmente como su primera incursión en el neorrealismo, al contar la
vida de un grupo de jóvenes desocupados, tema que aborda nuevamente en
Il bidone (1955).
109
relacionadas con las crisis existencialistas del ser humano, como las
producciones de Walter Hugo Koury. Las películas desconectadas de escuelas
concretas o que no se adhirieron al cinema nôvo tendieron al fracaso. De los que
se vincularon a él destacan Luis Sérgio Person, Paulo Cesar Sarraceni, Walter
Lima Jr., Roberto Farias, Domingos de Oliveira y Arnaldo Jabor.
Gustavo Dahl realizó una película que obtuvo gran éxito, a medio camino entre el
documental y la ficción, titulada Uirá, o índio em busca de Deus (1973). Los
cineastas independientes también han realizado películas sobre diversos temas
de la historia, vida cotidiana y folclore de Brasil. En las décadas de 1980 y 1990,
los productores pasaron a producir películas épicas en asociación con
empresarios extranjeros. Algunos han retratado en tono burlesco la historia de
Brasil, como Carlota Joaquina, de Carla Camurati, gran éxito de taquilla.
EL CINE BRITÁNICO
Pese a sus contribuciones iniciales al nacimiento de la cinematografía, la
industria británica fue pronto desplazada por la de Hollywood y la alemana, lo
que explica que muchos directores ingleses, como Herbert Wilcox o el mismo
Alfred Hitchcock, dirigieran sus primeras películas en Munich o en Berlín, donde
los medios técnicos eran superiores. Mientras éstos y otros directores como
Maurice Elvey habían comenzado muy pronto a dirigir, los productores británicos
no vieron el incentivo para invertir en tecnologías avanzadas y nuevos estudios
hasta la promulgación de la Cinematograph Film Act (1928), conocida como la
ley de cuotas, que obligó a los exhibidores a proyectar un porcentaje mínimo de
películas nacionales (cerca del 20% en 1935). En pocos años la producción
británica se dinamizó y en 1929 la producción británica pasó de 26 películas a
128, entre ellas tres películas dirigidas por E. A. Dupont, Moulin Rouge (1928),
Piccadilly (1929), y Cape Forlorn (1931), una película sonora rodada, como
tantas en la época, en tres idiomas distintos y con tres repartos distintos.
En 1932 la Gaumont-British produjo El rápido de Roma, prototipo de los train
thrillers, . con guión de Sidney Gilliat, que llegaría a ser uno de los más
importantes directores británicos, y dirigida por Walter Forde.
Con el sonoro, llegaron a las islas magníficos técnicos alemanes y, sobnre todo,
el director y productor húngaro Alexander Korda, que había trabajado en Berlín,
Hollywood y París, y que llegó a Inglaterra enviado por la Paramount para
producir películas destinadas a cubrir la cuota de pantalla. Korda pronto montó
por su cuenta la London Films Productions y produjo La vida privada de Enrique
VIII (1933), que lanzaría al estrellato a Charles Laughton. Su éxito internacional
permitió a Korda conseguir financiación para construir los mayores estudios
británicos en Denham. El conocimiento que Korda tenía del sistema de
distribución estadounidense era único entre los productores británicos, por ello
sus películas, entre las que se contaban un buen número de superproducciones,
fueron distribuidas por la United Artists. Él mismo dirigió La vida privada de don
Juan (1934) y Rembrandt (1936); produjo Catalina de Rusia (1934), de Paul
Czinner, La Pimpinela escarlata (1934), de Harold Young, El fantasma va al
oeste (1935), de René Clair, La vida futura (1936), de William Cameron Menzies,
La condesa Alexandra (1937), de Jacques Feyder, y el melodrama en technicolor
de su hermano Zoltan, Las cuatro plumas (1939).
Con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, fueron muchos los extranjeros que
abandonaron Gran Bretaña para ir a Hollywood, Korda entre ellos, que terminó
118
aquel día! (1964) y Help! (¡Socorro! (1965), dos comedias, protagonizadas por
los Beatles.
En 1964, Roger Corman dirigió en el Reino Unido dos de sus películas de terror
más admiradas, La máscara de la muerte roja, y La tumba de Ligeia.
Al comienzo de 1980, el gobierno Thatcher retiró el apoyo financiero a la
producción, pese a lo cual el cine británico obtuvo algunos éxitos comerciales
como Cuatro bodas y un funeral (1994), de Mike Newell, y otros menores como
Los amigos de Peter (1992), de Kenneth Branagh, y Tumba abierta (1994), de
Danny Boyle, Carros de fuego (1981), de Hugh Hudson, Los gritos del silencio
(1984), de Roland Joffe, y El contrato del dibujante (1982), El vientre de un
arquitecto (1987), y El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante (1989), todas de
Peter Greenaway.
EL CINE ALEMÁN
Tras la introducción del cine sonoro en Alemania con El ángel azul (1930) de
Josef von Sternberg, siguió un periodo muy productivo de películas arriesgadas,
con un uso inteligente del medio sonoro por directores como Fritz Lang (M, el
vampiro de Düsseldorf, 1931), G. W. Pabst (Carbón, 1931), Ludwig Berger, Ich
bei Tag und du bei Nacht (Yo de día y tu de noche, 1932) y Max Ophuls
(Amoríos, 1933). Se realizaron también una serie de musicales deliciosos, como
La comedia de la vida (1931), de G. W. Pabst, en los que se pudieron ver las
posibilidades que tenía para el cine la gran tradición de la opereta austriaca y
alemana.
En los años treinta, la producción permanecía en unas 130 películas anuales,
pero con la llegada al poder del nacionalsocialismo en 1933, los judíos fueron
expulsados de la industria. Las principales figuras de la cinematografía alemana,
que eran judías, dejaron el país; entre ellas estaba la mayoría de los más
prestigiosos directores. Se produjo el inevitable declive, y quedaron sólo
películas de entretenimiento, realizadas bajo el control directo del ministro de
propaganda, Joseph Goebbels, al que apasionaba el cine tanto por su potencial
propagandístico como por su valor artístico. Su política general consistió en no
interferir en los trabajos de los cineastas y los actores, mientras no
contraviniesen los principios nazis. El control se ejercía principalmente a través
del examen previo de los guiones antes de la producción, pero también se
empleaba la censura posterior, prohibiendo obras ya terminadas o introduciendo
modificaciones en ellas. La política general de los nazis consistía en excluir los
elementos propagandísticos directos en los largometrajes, dejando esta tarea
para los noticiarios y los documentales, como el antisemita Der Ewige Jüde (El
judío eterno, 1940). Sin embargo, se hicieron algunos largometrajes
propagandísticos, como Ich klage an! (Yo acuso, 1941). Aunque esta película
examinaba las razones en contra y a favor de la eutanasia de un modo casi
aceptable, fue concebida y utilizada como medio para suavizar la aceptación de
la doctrina nazi sobre la eliminación masiva de seres ‘degenerados’. Hubo pocos
afiliados al partido nazi entre los cineastas alemanes, y sí una cierta resistencia
pasiva, como es el caso de uno de los mejores directores de este periodo,
Helmut Käutner, quien mostró que era posible hacer películas que no fueran
propaganda nazi indirecta, como Romanza en tono menor (1943).
Los directores no judíos Reinhold Schünzel y Detlef Sierk (Douglas Sirk)
aprovecharon al máximo sus oportunidades para realizar películas como el
120
Tema 11
El cine sonoro español hasta 1970.
Oficialmente el cine sonoro llegó a España el 19 de septiembre de 1929 con la
proyección en el Coliseum de Barcelona de La canción de París, de Richard
Wallace, y no por tratarse de la primera película sonora que se exhibía en el
país, que no lo fue, sino por ser la primera sesión pública en la que se utilizaba
un aparato “Western Electric”, de reproducción de sonido, el último film mudo
español fue Los hijos mandan (1930), producido y dirigido en Valencia por
Antonio Martínez Ferry, y el primer largo parcialmente sonoro del cine español
fue El misterio de la Puerta del Sol (1929), de Francisco Elías, aunque al parecer
sólo tuvo una exhibición pública en Burgos, en razón de su incompatibilidad
técnica con otras salas. A partir de ese momento, la industria cinematográfica
española se apoyó en cuatro alternativas:
• La
a sonorización con discos, en estudios españoles, de filmes rodados mudos,
mudos
como Fútbol, amor y toros (1929) de Florián Rey, o La alegría que pasa
(1930) de Sabino A. Micón.
• La
a emigración profesional propiciada por las empresas norteamericanas para
producir con los profesionales de habla castellana filmes en ese idioma, sobre
todo en los estudios de Hollywood y en los de la Paramount en París.
LA ESPAÑA REPUBLICANA
• ARTOLA LEÓN: El pollo pera (1926), Mientras la aldea duerme (1926), La del
Soto del Parral (1927), El suceso de anoche (1929), Sol en la nieve (1933),
Rosario, la cortijera (1935) y Rinconcito madrileño (1936).
• ROLDÁN FERNANDO: Fermín Galán (1931),El sabor de la gloria (1932),
Sobre el cieno (1933), Yo canto para ti (1934), Paloma de mis amores (1935),
Luis Candelas(1936), y Así venceremos (1937)
• ELÍAS FRANCISCO: El misterio de la Puerta del Sol (1930), Blanc comme
neige (1931), Boliche (1933), Rataplán (1935), María de la O (1936), Bohemios
(1937), y No quiero... no quiero (1938) Se exilió a México donde rodó una
decena de películas muy convencionales y, en 1948, a su regresa a España,
pudo dirigió Marta (1954), una película endeble.
LA GUERRA CIVIL
Durante la Guerra Civil, al quedar el país partido en dos bandos, los Estudios y
laboratorios de Madrid y Barcelona quedaron en la zona republicana, mientras
que el bando franquista, al carecer de infraestructura propia, tuvo que buscar
apoyos técnicos en sus aliados de Lisboa, Roma y Berlín, pero en ambos bandos
se dio prioridad a la producción de cortometrajes de información, formación y
propaganda, quedando relegada a segundo plano la producción de
largometrajes de ficción narrativa.
Pero la producción más famosa del gobierno republicano fue Sierra de Teruel,
dotada con 100.000 francos franceses y 750.000 pesetas, además de la película
virgen. En ella, jamás se muestra al enemigo fascista, que se convierte así una
amenaza sin rostro, y la acción se concentra en el bando republicano, en el que
se muestran sus graves carencias materiales y militares.
129
LA ZONA FRANQUISTA
De esta época, cabe destacar , pararte de otros que tuvieron una mayor
actividad en los años posteriores, a :
dama de Elche y las Palmeras. En 1946 crea la producción Horizonte Films, con
la que debuta como director de su primer largo.
El cine español, casi desde sus orígenes y hasta hace pocos años, ha sido uno
de los más atrasados, torpes y faltos de interés del mundo occidental. Y la
década de los cuarenta fue la de menor calidad de historia, sometido, como la
propia exhibición, a la férrea disciplina del nacional-catolicismo, y protegido por
barreras aduaneras y unas leyes de doblaje que buscaban la uniformidad
lingüística en todo el territorio español.
• JUAN DE ORDUÑA fue artífice de algunos de los mayores éxitos del cine
español: Locura de amor (1948), Agustina de Aragón (1950), Pequeñeces
131
• RAFAEL GIL: El hombre que se quiso matar (1941), Huella de luz (1942),
Eloísa está debajo de un almendro (1943), El clavo (1944), El fantasma y
Doña Juanita (1944), Reina Santa (1946), La fe (1947), Don Quijote de la
Mancha (1947), La calle sin sol (1948), La señora de Fátima (1952), La
guerra de Dios (1953), El beso de Judas (1953), La reina de Chantecler
(1962),
Este cambio se inicia en 1951 con Alba de América, de Juan de Orduña, Surcos,
de José Antonio Nieves Conde, y Esa pareja feliz, de Bardem y Berlanga, y las
películas confesionales del nacionalcatolicismo, como Ballarrasa (1950), de
Nieves Conde, La señora de Fátima (1951), de Rafael Gil., y el enorme éxito
comercial de Marcelino pan y vino (1954), de Ladislao Bajad. Éxito que, tres
años más tarde, se ve superado por el de El último cuplé (1957), de Juan
Orduña.
Quizá lo más importante ocurrido en el mundo del cine durante la década fue la
celebración en mayo de 1955 de las Conversaciones de Salamanca,
organizadas por Basilio Martín Patino, director del cine-club de SEU de
Salamanca y a las que asistieron —asistimos— tres directores de cine-clubes,
unos pocos críticos no oficialistas y muchos profesionales conformes con el
diagnóstico afirmado en La historia en cien palabras del cine español, de José
María García Escudero, dos veces Director General de Cinematografía,
abogado, militar, y pese a ello, respetado por la oposición por su honestidad
intelectual: “el cine español es políticamente ineficaz, socialmente falso,
intelectualmente ínfimo, estéticamente nulo e industrialmente raquítico”.
• LUIS BUÑUEL: Un perro andaluz, La edad de oro (1930), Tierra sin pan,
España 1937, Los olvidados (1950) —premiado en Cannes—,La vida criminal de
133
LUIS GARCÍA BERLANGA: Esa pareja feliz, 1951). Bienvenido Mr. Marshall
(1952) Los jueves, milagro (1957), Plácido (1961), El verdugo (1963), Tamaño
natural (1973), La escopeta nacional (1977), Patrimonio nacional, etc.
JUAN ANTONIO BARDEM: Esa pareja feliz (1951), Cómicos (1953), Muerte de
un ciclista (1955), Calle Mayor (1956), El puente y Siete días de enero , en los
que únicamente refleja laboriosamente la línea de reconciliación nacional del PC.
• CARLOS SAURA: La tarde del domingo (1957), Los golfos (1959), Llanto por
un bandido (1963), La caza (1965), Peppermint frappé (1967), Stress, es tres,
tres (1968), y La madriguera (1969) El jardin de las delicias (1970), Ana y los
lobos (1972), La prima Angélica (1973), Elisa vida mía (1977), Con Los ojos
vendados (1978), Mama cumple 100 años (1979), Dulces horas (1981), Deprisa,
deprisa (1981), Bodas de sangre, Carmen, Antonieta (1982), Los zancos, (1984),
El amor brujo, etc.
Tema 12
Quince directores del cine norteamericano.
WOODY ALLEN
Woody Allen nació en 1935 en Nueva York, de origen judío centroeuropeo. Allen
Stewart KÖnigsberg, desde muy joven vende chistes y escribe sketchs.
Convertido en bien pagado guionista de televisión, deja este trabajo para
interpretar el mismo sus números de cabaret. Estos son algunos títulos de sus
obras de teatro: Don´t drink the water, What´s New Pussycat?, Play It Again
Sam.
Siguiendo la línea de sus obras literarias, su primer trabajo en cine como
director, guionista y actor es El número uno (What´s up Tiger Lily? 1967),
personal versión de la película japonesa policiaca Kagi no Kagi, con nuevos
diálogos y escenas adicionales, donde espías y gángsters se enfrentan por la
propiedad de una receta de cocina. Con buena cultura, hace de ella el objeto de
su comicidad, y sus primeras cinco producciones se resienten de querer hacer
reír a toda costa y limitarse a ser simples parodias. Toma el dinero y corre (1969)
aprovecha la estructura de los policíacos semi documentales de los cuarenta
para hilvanar episodios dispersos demasiado apoyados en el humor verbal. En
Bananas (1971) aplica el reportaje deportivo televisivo tanto a un asesinato
político como a una noche de bodas y se muestra como uno de los raros
cómicos con actividad sexual. Todo lo que usted quiso saber sobre el sexo y
nunca se atrevió a preguntar (1972) es una irregular colección de episodios
sobre sexo donde se parodian diferentes géneros cinematográficos, de gracia
discutible, pero donde destaca uno en que encarna a un espermatozoide a punto
de ser eyaculado. En El Dormilón (1973) abandona un tanto el humor verbal e
intenta crear algunos gags dentro de un ambiente de ciencia ficción. Y La última
noche de Boris Grushenko (1975), una gran producción rodada en Europa con
escenas de masas, un humor apoyado en los anacronismos y una parodia de la
novela Guerra y paz, de Tolstoy.
Esas cinco películas tienen guiones ingeniosos, pero están regularmente
rodadas, destilan un desmesurado afán de reir y le muestran como un actor
limitado. Aunque tienen la virtud de crear un nuevo tipo cómico, el hombre
tímido, con mala suerte, que se entiende mal con las mujeres y las cosas,
obsesionado por el sexo y el psicoanálisis, con un marcado aire judío, que
consigue una gran popularidad. A partir de Annie Hall (1977) su cine una notable
mejoría, sus pelícilas dejan de ser meras parodias para convertirse en sutiles
comedias con una fuerte carga autobiográfica sobre una estilización del
personaje creado. Así ocurre en Manhattan (1970) ―su obra maestra de la
etapa intermedia de su carrera―, y Recuerdos (1980), basadas en sus
relaciones con las mujeres, pero en esta última, quizá demasiado
filosóficamente, se plantea si debe seguir haciendo comedias, y tiene una
excesiva influencia del Federico Fellini.
Su admiración por el cine europeo, en general, e Ingmar Bergman, en particular,
le lleva a escribir y dirigir algunos discutibles dramas, como Interiores (1978) y,
más tarde, Septiembre (1987), una historia triangular de marcado tono teatral
―que rueda íntegramente dos veces porque la primera versión no le gusta―, y
137
Otra mujer (1988), en la que la influencia del director sueco vuelve a ser
demasiado explícita. Lo mismo ocurre con La comedia sexual de una noche de
verano (1982) casi un pastiche de Sonrisas de una noche de verano de su
admirado maestro sueco.
Sin olvidar Zelig (1983), una nueva parodia, pero esta vez de los clásicos rusos
del montaje, a través de un minucisoso trabajo de reconstrucción de
documentales de época, fotos y actualidades, en gran parte debido a la mano
maestra del director de fotografía Gordon Willis; Alice (1990), la historia de una
católica adúltera que sigue de cerca las huellas de Giuletta de los espíritus de
Federico Fellini; y Sombras y niebla (1992) , con una excesiva carga
expresionista.
Mucho más interés tiene trilogía sobre el mundo del espectáculo, integrada por
Broadway Danny Rose (1984), sobre el mundo que rodea a un pequeño
empresario de Broadway, La rosa púrpura de El Cairo (1985), sobre una pobre
mujer que se enamora y es correspondida por uno de sus héroes de ficción en
los años de la depresión, y Días de radio (1987), evocación autobiográfica sobre
la influencia de la radio en los años cuarenta, integrada por una serie de
episodios estructurados con perfección.
Aunque sus obras más personales de los ochenta son Hannah y sus hermanas
(1986), donde se entrecuzan varias intrigas entre múltiples personajes donde
destacan tres hermanas, y Delitos y faltas (1989), un cuento inmoral en el que el
vicio permanece impune y la virtud es castigada, en torno a dos parejas de
hermanos.
Aunque lo más admirable, dentro del actual marasmodel cine norteamericano, es
haber conseguido una absoluta autonomía, gracias a sus sucesivos acuerdos
con Unites Artists y Orion y seguir trabajando con los productores Jack Rollins y
Charles E.Joffe, lo que le permite, dentro de presupuestos reducidos de quince
milones de dólares, rodar cualquier guión y hacer las reprticiones que considere
oportunas.
Sus últimas películas han sido, una cada año, Todos dicen I love you (1996), un
musical que no salió muy bien parado, Desmontando a Harry (1997) ―que
retoma muchos aspectos de Annie Hall―, Celebrity (1998), donde emplazó a
Kenneth Branagh a interpretar su personaje, Acordes y desacuerdos (1999),
donde desata su pasión por el jazz, y Granujas de medio pelo (2000), que le
devuelve a la comedia ligera. El título de la película de 2002 es La maldición del
escorpión de Jade.
FRANK CAPRA
Fran Kapra (1897, Palermo, 1991, Hollywood), perteneciente a una familia de
campesinos, emigra con los suyos a Estados Unidos cuando tiene seis años.
Gracias al apoyo de sus parientes, su trabajo como vendedor de periódicos y
algunas becas, finaliza sus estudios de química. Voluntario en la Gran Guerra,
no encuentra trabajo cuando finaliza. Después de vagabundear por múltiples
empleos, llega al cine por casualidad al dirigir en 1922 una película basada en un
relato de Rudyard Kipling. Fascinado por el nuevo trabajo, comienza a ver
películas, al tiempo que sus conocimientos de química le permiten encontrar un
puesto en un laboratorio. Mientras, en una rápida ascensión pasa de gagman del
productor Hal Roach a guionista de Mack Sennett, hasta terminar como director
del cómico Harry Langdon en sus obras maestras El hombre cañón (The Strong
138
este género tan norteamericano, y adquiere una solidez narrativa sobre la que se
afianza el resto de su impresionante obra.
Sus trabajos más importantes de esta etapa para Universal son Straight
Shooting (1917), The Outcasts of Poker Flat (1919), Marked Men (1919), y
Caminos de desesperación (Desperate Trails, 1921), protagonizadas por Harry
Carey, su intérprete característico de estos años.
A mediados de los veinte empieza a trabajar en exclusiva para William Fox,
generalmente en encargos que no le interesan mucho, pero también en trabajos
personales, como El caballo de hierro (The Iron Horse, 1924), Tres hombres
malos ( Three Bad Men, 1926), Cuatro hijos (Four Sons, 1928) y El legado
trágico (Hangman’s House, 1928), su primera película sobre temas irlandeses,
que además tienen éxito.
A comienzos del sonoro tiene gran repercusión la trilogía sobre las formas de
vida norteamericana protagonizadas por Will Rogers e integrada por Dr. Bull
(1933), El juez Priest (Judge Priest, 1934) y Steamboat Round the Bend (1935),
y también Peregrinos (Pilgrimage, 1933), La patrulla perdida (The Lost Patrol,
1934), su primer éxito de crítica, y Pasaporte a la fama (The Whole Town’s
Talking, 1935). Trabaja sin descanso hasta 1966 y rueda casi ciento cincuenta
películas, pero a pesar de la famosa frase “Me llamo John Ford y hago
westerns”, seguramente apócrifa, aunque definidora de su forma de enfrentarse
con su profesión y la vida, en su país especialmente reconocido por sus obras
dramáticas de otros géneros: El delator (The Informer, 1935), historia irlandesa
basada en una novela de Lian O’Flaherty; Las uvas de la ira (The Grapes of
Wrath, 1940), relato realista sobre los años de Depresión adaptado de una
novela de John Steinbeck; Hombres intrépidos (The Long Voyage Home, 1940),
sobre cuatro relatos cortos de ambiente marino de Eugene O’Neill; La ruta del
tabaco (Tabacco Road, 1941), adaptación de una novela de Erskine Caldwell
sobre la vida de los blancos pobres de Georgia; ¡Qué verde era mi valle! (How
Green Was my Valley, 1941), retrato de una zona minera galesa basada en la
novela de Richard Llewellyn; y El hombre tranquilo (The Quiet Man, 1952), sobre
un boxeador norteamericano que regresa a la Ilanda de sus antepasados. Estas
excelentes producciones le muestran como un sabio realizador versátil, mientras
va cimentando un enorme prestigio como director de western hasta situarse en el
número uno del género. Tras la famosísima La diligencia (Stagecoach, 1939),
con la que descubre el Monument Valley, parte primordial de su cine, y abre las
puertas de western moderno, y Pasión de los fuertes (My Darling Clementine,
1946), su visión del mítico duelo de O.K. Corral; da un paso de gigante con su
trilogía sobre la caballería norteamericana, integrada por Fort Apache (1948), La
legión invencible (She wore a Yellow Ribbon, 1949) y Río Grande (1950).
Mientras tanto, la II Guerra Mundial le hace alistarse en la marina con el grado de
teniente en 1941, donde realiza interesantes documentales, y se licencia como
almirante en 1945. Uno de os mejores periodos de su carrera es la década de lo
cincuenta, cuando rueda, entre otras producciones, los geniales westerns
Caravana de paz (Wagon Master, 1950), Misión de audaces (The Horse
Soldiers, 1959), El sargento negro (Sergeant Rutledge, 1960) y Dos cabalgan
juntos (Two Rode Together, 1961), rematados por El hombre que mató a Liberty
Balance (The Man who Shot Liberty Balance, 1962), especie de declaración de
principios donde brilla en toda su fuerza su personal, depurado y sutil estilo
narrativo. Entre sus últimas producciones cabe citar El gran combate (Cheyenne
Autumn, 1964), un ambicioso western a favor de los cheyenne, pero en cierta
141
y De entre los muertos (Vértigo, 1958), además de los ejercicios de estilo Crimen
perfecto (1954), donde juega como un maestro con el 3-D, y La ventana
indiscreta (1954), una brillantísima adaptación de un relato de Cornel Woolrich
que convierte en una lección de narrativa cinematográfica y una exposición de
sus obsesiones como voyeur, y las comedias: Atrapa a un ladrón, El hombre que
sabía demasiado. Siempre en colaboración con el director de fotografía Robert
Burks y el músico Bernard Hermann, comienza los años sesenta con otras dos
grandes produciones que unen la innovación a la maestría: Psicosis (1960), un
enorme éxito que revoluciona el llamado cine de terror, y Los pájaros (1963), un
relato extremadamente brillante, personal y complejo, que ademas encierra un
tono apocalíptico. Tras el fracaso de la ambiciosa, pero no plenamente lograda,
Marnie, la ladrona (1964), su cine sufre un paulatino envejecimiento y desgaste a
lo largo de Cortina rasgada (1966), Topaz (1969), Frenesí (1972), La trama
(1976), obras fallidas, pero en las que siempre hay algunas escenas geniales.
JOHN HUSTON
John Huston (1906, Missouri, 1987, Newport, Reino Unido), hijo del actor Walter
Huston, tras concluir sus estudios ingresa en la carrera militar, trabaja como
periodista y se convierte en jugador profesional. Al mismo tiempo empieza una
actividad paralela como actor de teatro, y también de cine, que mantiene durante
toda la vida y le lleva a trabajar con William Wyler, Otto Preminger, Roman
Polanski y Orson Welles.
Escribe guiones, entre otros, para Willian Wyler, William Dieterle, Raoul Walsh,
Howard Hawks, Orson Welles, Robert Siodmak, y debuta como director con la
famosa El halcón maltés (1941), sobre la novela policiaca de Dashell Hammett,
donde un grupo de hombres persigue algo que en el último momento se escurre
entre sus manos. Prosigue con esta misma temática en El tesoro de Sierra
Madre (1947), Cayo Largo (1948), La jungla de asfalto (1950), sobre la novela
policiaca de W.R.Burnett, y The Red Badge of Courage (1951), sobre la novela
de Stephen Crane, que le dan gran prestigio profesional. Aunque entre medias
rueda las mucho menos conseguidas Como ella sola (1942), Across the Pacific
(1948) y We Were Strangers (1949).
Durante los cincuenta su cine se comercializa en exceso y pierde calidad a lo
largo de Moulin Rouge (1953), Moby Dick (1956), sobre el clásico de Herman
Melville. Pero entre ellas hace las excelentes y personales La reina de Africa
(1952) y Sólo el cielo lo sabe (1957), que narran una misma historia de amor
insólita entre soledad y el peligro.
Después del fracaso de la ambiciosa Vidas rebeldes (1961), que escribe el
dramaturgo Arthur Miller para su mujer Marilyn Monroe, sigue realizando buenas
películas, pero entre encargos puramente alimenticios que más vale olvidar.
Sus mejores producciones de los sesenta y setenta son Freud, pasión secreta
(1962), La noche de la iguana (1964), Reflejos en un ojo dorado (1967), Paseo
por el amor y la muerte (1969), La carta del Kremlin (1970), El juez de la horca
(1972).
Durante los ochenta rueda otras seis películas, pero mientras las tres primeras
las hace sólo por dinero, las tres últimas si sitúan entre las más ambiciosas y
renovadoras de su carrera: la imposible adaptación de Malcom Lowry Bajo el
volcán (1984), la comedia sobre la mafia El honor de los Prizzi (1985) y la
perfecta adaptación de un cuento de James Joyce Dublineses (1987).
144
A raíz de su éxito fue contratado por Mary Pickford para trabajar en los Estados
Unidos. La dirigió en Rosita, la cantante callejera. Posteriormente tuvo otro
importante éxito: Los peligros de flirt, donde ya estaba desarrollando la técnica
llamada “el toque Lubitsch”, que le haría famoso. Un ejemplo de este “toque”
consiste en no mostrar una situación relevante sino sus consecuencias desde
fuera, pero, como se dice, sólo es un ejemplo vago. Nadie hasta ahora ha podido
igualar este estilo cinematográfico que consigue dotar a todas sus películas de
un aire especial. Otras películas de la época fueron Divorciémonos, La frivolidad
de una dama, El abanico de lady Windermere o El príncipe estudiante, todas
ellas basadas en autores europeos.
Con la llegada del sonoro hizo musicales inspirados en operetas vienesas. Los
habituales en sus repartos de musicales eran Maurice Chevalier y Jeannette
McDonald, trabajando para la Paramount. Fueron El desfile del amor (1929),
Montecarlo (1930), El teniente seductor 1931), Una hora contigo (1932) y La
viuda alegre (1932), ésta para la Metro. Entre éstas, rueda un drama antibélico:
Remordimiento (1932), que es su mejor obra dramática sonora, aunque su
filmografía destaca especialmente en las comedias sonoras que rueda entre
1932 y 1942, que son el más claro exponente de su estilo irrepetible. Las
primeras fueron Un ladrón en la alcoba Una mujer para dos (1933), Ángel
(1937) y La octava mujer de Barbazul (1938).
No hizo más películas hasta 1939, y ya se estaban notando sus problemas de
salud: Su corazón era muy débil y padeció varias anginas de pecho que le
separaron del trabajo. En 1939 realizó (otra vez para la Metro) una nueva versión
de La viuda alegre, donde retomaba a sus antiguos protagonistas de musicales.
No resultó muy afortunada en las taquillas, especialmente por el alto
presupuesto que requirió. El mismo año, Lubitsh rodó Ninotchka con Greta
Garbo (La Metro notaba que el tirón de la Garbo estaba decreciendo). Se
pretendió humanizar a la diva y se creó una fuerte campaña diciendo “Garbo ríe”,
recordando al “Garbo habla”. La película refleja una historia de amor que parte
desde la frialdad de su protagonista hasta su más clara sensualidad, que le llega
a través del ambiente de París. A través de sus protagonistas, la obra arremete
fuertemente contra el comunismo. Además fue uno de los primeros trabajos en
los que participó Billy Wilder en Hollywood.
En 1940 se realizó una película con un argumento modesto pero que es una de
las preferidas de su autor y que ha sido copiada repetidas veces: El bazar de las
sorpresas, donde dos personajes (Margaret Sullavan y James Stewart) trabajan
juntos y no se soportan, mientras que cada uno de ellos vive un romance por
carta sin saber que el destinatario es el otro (la última vez que Hollywood ha
copiado este argumento ha sido en Tienes un email.
Lo que piensan las mujeres fue una adaptación de 1941 de una obra de Victorien
de Sadou y Emile de Najac que el propio Lubitsch había dirigido en el período
mudo (Bésame otra vez, 1925).
En 1942 llegó una de sus películas más recordadas: Ser o no ser, que mostraba
la situación de unos dramaturgos en Polonia enfrentados al mismísimo Hitler,
confundiendo sabiamente la vida y el teatro, recitando a Shakespeare y
sufriendo mal de amores. El film resultó tan criticado como El gran Dictador poco
tiempo antes, y lo mismo le pasó con un capítulo que rodó para la serie de Frank
Capra ¿Por qué luchamos?, Que se titulaba Conozca a su enemigo: Alemania.
147
En 1943 firmó con la Fox como productor y director y produjo el primer filme de
Manckiewicz, El castillo de Dragonwycik y realizó El diablo dijo no, protagonizada
por Don Ameche.
Después llegaron A royal scandal (1945) y El pecado de Cluny Brown (1946). Su
último trabajo, That lady in Ermine, de 1948 quedó interrumpido por un súbito
aunque tristemente predecible ataque al corazón que no pudo superar.
STEVEN SPILBERG
Steven Spielberg, nació en 1947 en Cincinnati. Perteneciente a una familia de
clase media de origen judío, desde pequeño se siente fascinado por el cine y se
ocupa de la realización de películas familiares en 8 mm.
A comienzos de los años sesenta comienza a rodar obras experimentales en
super-8 y con una de ellas obtiene como premio una cámara de 16 mm, con la
que hace Firefight (1964), con sus 140 minutos de duración; y ya en 35 mm
Amblin (1969), con cuyo nombre bautiza más tarde su propia productora.
Mientras tanto estudia literatura inglesa, pero lo deja cuando Universal Televisión
le contrata. Tras algunos trabajos subalternos, no tarda en dirigir episodios de
series y telefilms, hasta que uno de ellos, El diablo sobre ruedas (Duel, 1972),
que narra la persecución de un automóvil por un misterioso camión, tiene tal
éxito que se distribuye en cinematógrafos y las puertas del cine.
Su primera película es Loca evasión (The Sugerland Express, 1974), articulada
alrededor de una larga y compleja persecución, seguida de Tiburón (Jaws,1975),
típica historia de catástrofe, que obtiene un gran éxito. Gracias a él nacen
Encuentros en la tercera fase (Close Encouters of the Third Kind, 1977), una
brillante historia de ciencia ficción que escribe personalmente, cuyo éxito le
permite estrenar un montaje mejor dos años después, donde por primera vez
aparece el tono religioso de su cine; y E.T (The Extra-terrestrial, 1982), una
simpática historia de ciencia ficción llena de niños, que le muestra como la
reencarnación de Walt Disney, donde sus obsesiones religiosos encuentran su
mejor expresión.
Entre tanto, y tras el fracaso de 1941 (1979), una enloquecida comedia sobre un
falso desembarco japonés en California durante la II Segunda Guerra Mundial,
hace para su amigo el productor George Lucas En busca del arca perdida
(Raiders of the Lost Ark, 1981), un intento de revitalización del cine de aventuras
al que falta verosimilitud y erotismo, pero su enorme éxito hace que continúe en
Indiana Jones y el templo maldito, Indiana Jones y la última cruzada, y una serie
para televisión, que ya no dirige personalmente.
Convertido en uno de los hombres más poderosos de la historia del cine, en este
momento de su carrera se plantea un tipo de cine dramático, más serie, no
dirigido a su tradicional público adolescente, a través de El color púrpura (The
Color Purple, 1985), melodramática historia del sur de Estados Unidos
interpretado por negros, El imperio del sol (Empire of the Sun, 1987), adaptación
de una novela de J.G. Ballard sobre un niño inglés prisionero en un campo de
concentración japonés durante la II Guerra Mundial, y Para siempre (Always,
1989), nueva versión de Dos en el cielo (A Guy Named Joe,1943), de Victor
Fleming, donde reaparecen sus peculiares problemas religiosos.
La mala acogida de la trilogía, en especial de su última parte, le lleva a la
aburrida El capitán Garfio (Hook, 1991), versión modernizada del célebre cuento
148
Peter Pan, de J.M Barrie, donde vuelve a recurrir a los efectos especiales para
dirigirse a los niños, Parque jurásico (1993), la maravillosa y dramática La lista
de Schindler (1993), El mundo pierdido, parque jurásico II (1997), Amistad
(1997), Salvad al soldado Ryan (1998), Inteligencia artificial (2000)…
KING VIDOR
King Vidor en 1920 publica en las revistas especializadas un especie de
declaración de intenciones en seis puntos, donde, entre otras cosas, afirma creer
en el cine “que lleva un mensaje a la humanidad” y donde promete no mostrar
nunca “lo malo o erróneo, excepto para demostrar la mentira de su historia”. El
manifiesto es redactado en coincidencia con la fundación de la “King W. Vidor
Productions”, que tuvo una corta vida.
Vidor comprendió pronto que la única forma de realizar su idea era hacerla de
algún modo compatible con el sistema hollywoodiwnse. Aceptó por tanto, a partir
de 1923, rodar películas para grandes productores (desde Louis Mayer hasta
Samuel Goldwyn) sin discutir sus decisiones en lo tocante con a argumentos y
reparto, incluso cuando éstas lo ponían en situacion objetivamente dificil (por
ejemplo, en Happiness, de 1924, debe utilizar como protagonista femenina a
Laurette Taylor, esposa de un dramaturgo y guionista importante, a pesar de qu
es manifestamente vieja para el papel asignado: una joven dependienta de
Nueva York).
King Vidor realizó Aleluya (1930), película interpretada íntegramente por actores
negros y que trata de captar y resumir la esencia del alma negra a través de su
folclore musical. Expone la trayectoria de Zeke, que, habiendo matado
involuntariamente a un hombre en una pelea, se convierte en predicador
evangelista. pero el espíritu del mal, encarnado en la atractiva Chick reaparezca
en su vida y se adueña de sus sentimientos. Cuando Chick huya con su
antiguo amante Hot Sot Zeke partirá en su persecución, alcanzará con un
disparo a su amada y perseguirá a su rival por un pantano hasta darla alcance y
estrangularle.
La radical falsedad de esta visión del mundo de los negros, que recogen el
algodón alegremente en un mundo en el no existen blancos, ni barreras ni
conflictos raciales, en un estilizado hasta la falsedad, para crear un soberbio
espectáculo sobre el folclore negro del sur de los Estados Unidos.
Más realista y periodística es su adaptación del drama de Elmer Rice La calle
(1931), que transcurre integramente en un barrio humilde de Nueva York, con un
catálogo de tipos arrancados de la vida americana: el judío, la mujer ligera, el
emigrado italiano, la vieja chismosa...
Vidor fue el máximo exponente del cine social norteamericano, con sus cuatro
obras maestras: Y el mundo marcha (The Crowd, 1928), ¡Aleluya!, (1929) La
calle (1931) y El pan nuestro de cada día (1934). Asimismo, realizaría películas
bélicas como El gran desfile (1925); comedias como La que paga el pato (1928);
el film de espionaje Camarada X (1940); o los célebres westerns Billy el Niño
(1930), Duelo al sol (1946) y La pradera sin ley (1955); la obra épico-documental
Guerra y Paz (1956) según la novela de Tolstoi; y la bíblica Salomón y la reina
de Saba (1959), que rodó en España. Volvería a los temas sociles con Un sueño
americano (1944) y El manantial (1949), entre otros muchos títulos, alcanzando
la cifra de 54 largometrajes como director.
149
ORSON WELLES
Orson Welles (1915, 1985), hijo de un ingeniero, inventor y hombre de negocios,
y una pianista, estudia en una colegio privado donde dirige y protagoniza treinta
obras de teatro. A los 16 años es contratado como actor por el Gate Theatre de
Dublin y dos años después debuta como actor y director en Nueva York, donde
poco más tarde tiene gran éxito con sus montajes de Macbeth (1936), de William
Shakespeare, con actores negros, y Fausto (1937).
En 1937 funda la compañía Mercury Theatre con la que obtiene grandes triunfos
en el teatro y la radio. El escándalo creado por su adaptación radiofónica de La
guerra de los mundos, de H.G. Wells, el 30 de noviembre de 1930, le vale un
contrato de R.K.O. para hacer en completa libertad Ciudadano Kane (1941). En
gran parte debido a los ataques de la prensa de William Randolph Hearst, que se
ve caricaturizado en el personaje, en Estados Unidos tiene menos éxito del
previsto y en Europa sólo comienza su gran adoración crítica cuando se estrena
después de la II Guerra Mundial. Esto hace que termine su libertad, le alteren el
montaje y le añadan un final feliz a El cuarto mandamiento (1942), brillante
adaptación de una novela de Booth Tarkington.
Tras hacer para Columbia el apreciable policiaco La dama de Shangai (1948),
sobre la novela de Sherwood King, rueda en pocos días y con bajo presupuesto
una versión de Macbeth (1945, de William Shakespeare, para Republic, para
tratar de borrar su fama de lento y despilfarrador.
Cansado de Hollywood y temeroso del Comité de Actividades
Antinorteamericanas, llega a Europa y rueda las irregulares Otelo (1952), de
Shakespeare, en Marruecos, y Mr. Arkadin (1955), especie de caricatura de
Ciudadano Kane, basada en una novela propia, en España.
De vuelta a Estados Unidos hace para Universal Sed de mal (1958), un policiaco
sobre una novelita de Whit Masterson, una de sus más barrocas y brillantes
obras, gracias a la ayuda del actor Charlton Heston, pero es un nuevo fracaso
comercial.
Una vez más en Europa rueda El proceso (1962), una adaptación de la obra de
Frank Kafka que poco tiene que ver con él y con su autor; y Campanadas a
medianoche (1965) el mejor de sus trabajos shakesperianos.
El resto de su obra está integrada por ambiciones proyectos inacabados, desde
Don Quichote hasta The Other Side of the Wind, y producciones de demasiado
bajo presupuesto, como Una historia inmortal, Fraude, o Filming Othello (1978),
que en gran parte financia personalmente con el dinero que gana en una larga e
irregular carrera paralela como actor.
BILLY WILDER
Billy Wilder nacido en 1906 en Viena, hijo de un hotelero judío, comienza a
estudiar derecho, pero lo deja para dedicarse al periodismo en Berlín.
Después de trabajar en diversos oficios, acaba escribiendo guiones para Robert
Siodmak, Gerhardt Lamprecht, etc. Huyendo de los nazis, que poco después
asesinan a buena parte de su familia, llega a París, donde vende algunos
guiones y debuta como director con Curvas peligrosas (1933).
El avance de las fuerzas de Hitler, le hace dar el salto final a Hollywood, donde
es contratado por Paramount para escribir guiones. Convertido en un gran
150
1895-99
cortos mudos de
Hermanos Lumière
1905-25
mudos cómicos de
Max Linder
1910-25
mudos del cine mudo francés
Zecca, Pathé, , etc.
1915-25
westerns de William S. Hart
Thomas Ince
1896-05
cortos mudos de
Georges Méliès
< 1894
Los pioneros
Reynaud y otros
1896
El beso
Thomas A. Edison
1899-03
Escuela de Brighton
153
1902
Salvamento en un incendio
Edwin S. Porter
1902
Viaje a la luna
Georges Méliès
1903
El gran robo del tren
Edwin S. Porter
1913
Cabiria (u otra italiana de la época)
Piero Fosco, Pastrone
1915
EL NACIMIENTO DE UNA NACIÓN
David Wark Griffith
1916
Intolerancia
David Wark Griffith
1917
Los proscritos
Victor Sjostrom
1918
Los ojos de la momia
Ernst Lubitsch
1919
El laboratorio del doctor Caligari
Robert Wiene
1919
154
Yo acuso
Abel Gance
1921
EL CHICO
Charles Chaplin
1921
Eldorado
Marcel L’Herbier
1921
Fiebre
Louis Delluc
1921
LA CARRETA FANTASMA
Víctor Sjöstrom
1921
Scheben (Guión de Carl Mayer)
Lupu-Pick
1922
NANUK EL ESQUIMAL
Robert Flaherty
1923
La leyenda de Gösta Berling
Mauritz Stiller
1923
LA RUEDA
Abel Gance
1923
Las tres edades
Buster Keaton
155
1923
Los diez mandamientos
Cecil B. de Mille
1923
LOS NIBELUNGOS
Fritz Lang
1923
NAPOLEÓN
Abel Gance
1924
AVARICIA
Erich von Stroheim
1924
EL MAQUINISTA DE LA GENERAL
Buster Keaton
1924
EL ULTIMO (Guión de Carl Mayer)
Friedrich W. Murnau
1924
La extraordinarias aventuras de Mr. West...
Lev V. Kulechov
1925
EL ACORAZADO POTEMKIN
Eisenstein
1925
LA QUIMERA DEL ORO
Charles Chaplin
1925
156
La viuda Alegre
Eric von Stroheim
1925
Varieté
Dupont
1926
LA MADRE
Vsevolod I. Pudovkin
1926
METRÓPOLIS
Fritz Lang
1927
Amanecer
Murnau
1927
El boxeador
Buster Keaton
1927
El fin de San Petersburgo
Vsevolod I. Pudovkin
1927
La ley del hampa
Joseph von Sternberg
1927
La marcha nupcial
Eric von Stroheim
1927
OCTUBRE
Sergio M. Eisenstein
157
1927
UN SOMBRERO DE PAJA DE ITALIA
René Clair
1928
LA PASION DE JUANA DE ARCO
Carl Theodor Dreyer
1928
TEMPESTAD SOBRE ASIA
Vsevolod I. Pudovkin
1929
ALELUYA
King Vidor
1929
BAJO LOS TECHOS DE PARÍS
René Clair
1929
El desfile del amor
Enrst Lubitsch
1929
El hombre de la cámara
Dziga Vertov
1930
Cuatro de infantería
Georg Wilhelm Pabst
1930
EL ÁNGEL AZUL
Eric von Sternberg
1930
158
LA ALDEA MALDITA
Florián Rey
1930
La Tierra
Dovjenko
1930
LUCES DE LA CIUDAD
Charles Chaplin
1930
Sin novedad en el frente
Lewis Milestrone
1931
CARBÓN
Georg Wilhelm Pabst
1931
El camino de la vida
Nicolas Eck
1931
El millón
René Clair
1931
La comedia de la vida
Pabst
1931
¡QUÉ VIVA MÉXICO!
Sergio M. Eisenstein
1931
Viva la libertad
René Clair
159
1932
M, EL VAMPIRO DE DÜSSELLDORF
Fritz Lang
1932
RAPTO
Dimitri Kirsanov
1933
Cero en conducta
Jean Vigo
1933
La vida privada de Enrique VIII
Alexander Korda
1933
TIERRA SIN PAN
Luis Buñuel
1934
HOMBRES DE ARÁN
Robert Flaherty
1934
l’Atalante
Jean Vigo
1934
Sucedió una noche
Frank Capra
1935
Chapaiev
Sergey Vasiliev
1935
160
La bandera
Julien Duvivier
1935
La kermesse heroica
Theodor Feyder
1935
La tragedia de la Bounty
Frank Lloyd
1935
Tres lanceros bengalíes
Henry Hathaway
1935
UNA NOCHE EN LA ÓPERA (los Marx)
Sam Wood
1936
TIEMPOS MODERNOS
Charles Chaplin
1937
LA GRAN ILUSIÓN
Jean Renoir
1938
El muelle de las brumas
Marcel Carné
1938
Vive como quieras
Frank Capra
1939
ALARMA EN EL EXPRESO
Alfred Hitchcock
161
1939
Amanece
Marcel Carné
1939
LA DILIGENCIA
John Ford
1939
Las reglas del juego
Jean Renoir
1939
Tierra de audaces
Henry King
1940
CIUDADANO KANE
Orson Welles
1940
EL FORASTERO
William Wyler
1940
HISTORIAS DE FILADELFIA
George Cukor
1940
LAS UVAS DE LA IRA
John Ford
1940
REBECA
Alfred Hitchcock
1941
162
EL HALCÓN MALTÉS
John Huston
1941
El sargento York
Howard Hawks
1941
¡QUÉ VERDE ERA MI VALLE!
John Ford
1942
EL CUARTO MANDAMIENTO
Orson Welles
1942
La señora Miniver
William Wyler
1942
SER O NO SER
Ernst Lubitsch
1943
DIES IRAE
Carl Theodor Dreyer
1943
ESTA TIERRA ES MÍA
Jean Renoir
1943
María Candelaria
Indio Fernández
1943
Siguiendo mi camino
Leo McCarey
163
1944
El falsario
Julien Duvivier
1944
Enrique V
Laurence Olivier
1944
Laura
Otto Preminger
1944
Luz que agoniza
George Cukor
1945
Breve encuentro
David Lean
1945
Días sin huella
Billy Wilder
1945
Los niños del paraíso
Marcel Carné
1945
Recuerda
Alfred Hitchcock
1945
ROMA, CIUDAD ABIERTA
Roberto Rossellini
1946
164
EL LIMPIABOTAS
Vittorio da Sica
1946
La perla
Indio Fernández
1946
ENCADENADOS
Alfred Hitchcock
1946
LOS MEJORES AÑOS DE NUESTRA VIDA
William Wyler
1946
Paisá
Roberto Rossellini
1946
¡QUÉ BELLO ES VIVIR!
Frank Capra
1947
EL SILENCIO ES ORO
René Clair
1947
El tesoro de Sierra Madre
John Huston
1947
EN CUALQUIER LUGAR DE EUROPA
G. Radvanyi
1947
La tierra tiembla
Luchino Visconti
165
1947
Río Escondido
Indio Fernández
1948
Carta de una desconocida
Max Ophuls
1948
CAYO LARGO
John Huston
1948
LA HEREDERA
William Wyler
1948
LADRÓN DE BICICLETAS
Sicca
1948
Macbeth
Orson Welles
1949
Carta a tres esposas
Joseph Mankiewicz
1949
El tercer hombre
Carol Reed
1949
La costilla de Adán
George Cukor
1949
166
1950
EL CREPÚSCULO DE LOS DIOSES
Billy Wilder
1950
Eva al desnudo
Joseph Mankiewicz
1950
LOS OLVIDADOS
Luis Buñuel
1950
MILAGRO EN MILÁN
Vittorio da Sica
1950
RASHOMON
Kurosawa
1950
Winchester 73
Anthony Mann
1951
BRIGADA 21
William Wyler
1951
La ciudad se defiende
Pietro Germi
1951
La reina de África
John Huston
167
1952
BIENVENIDO MR. MARSHALL
Bardem y Berlanga
1952
CANTANDO BAJO LA LLUVIA
Stanley Donen
1952
CAUTIVOS DEL MAL
Vicent Minelli
1952
EL HOMBRE TRANQUILO
John Ford
1952
Las nieves del Kilimanjaro
Henry King
1952
SOLO ANTE EL PELIGRO
Fred Zinneman
1953
De aquí a la eternidad
Fred Zinneman
1953
O conto do mar
Alberto Cavalcanti
1953
El desierto viviente
Walter Disney
1953
168
Il vittelloni
Federico Fellini
1953
Madame de...
Max Ophuls
1953
Niágara
Henry Hathaway
1953
O Cangaceiro
Lima Barreto
1954
LA LEY DEL SILENCIO
Elia Kazan
1954
LA STRADA
Federico Fellini
1954
LA VENTANA INDISCRETA
Alfred Hitchcock
1954
Los siete samuráis
Akira Kurosawa
1954
Rififi
Jules Dassin
1954
Sierra Maldita
Antonio del Amo
169
1954
Siete novias para siete hermanos
Stanley Donen
1954
Cómicos
Juan A. Bardem
1955
AL ESTE DEL EDÉN
Elia Kazan
1955
EL HOMBRE DEL BRAZO DE ORO
Otto Preminger
1955
Rebelde sin causa
Nicholas Ray
1955
Sólo el cielo lo sabe
Douglas Sirk
1956
EL SÉPTIMO SELLO
Ingmar Bergman
1956
La calle de la vergüenza
Kenji Mizoguichi
1957
DUELO DE TITANES
John Sturges
1957
170
1957
FALSO CULPABLE
Alfred Hitchcock
1957
Fresas salvajes
Ingmar Bergman
1957
LAS NOCHES DE CABIRIA
Federico Fellini
1957
Puerta de lilas
René Clair
1957
SED DE MAL
Orson Welles
1957
Los jueves milagro
Luis García Berlanga
1958
Fugitivos
Stanley Kramer
1958
Los amantes
Louis Malle
1959
AL FINAL DE LA ESCAPADA
Jean-Luc Godard
171
1959
Con él llegó el escándalo
Vicent Minelli
1959
CON FALDAS Y A LO LOCO
Billy Wilder
1959
El manantial de la doncella
Ingmar Bergman
1959
Hiroshima, mon amour
Alain Resnais
1959
LA AVENTURA
Michelángelo Antonioni
1959
LOS CUATROCIENTOS GOLPES
Francois Truffaut
1960
A bout de soufflé
Jean-Luc Godard
1960
EL APARTAMENTO
Billy Wilder
1960
EL GATOPARDO
Luchino Visconti
1960
Éxodo
172
Otto Preminger
1960
La dolce vita
Federico Fellini
1960
Rocco y sus hermanos
Luchino Visconti
1960
Sábado noche, domingo mañana
Karel Reisz
1961
CLEO DE 5 A 7
Agnès Varda
1961
Como en un espejo
Ingmar Bergman
1961
Hijo del hombre
Lucas Demare
1961
El año pasado en Marienbad
Alain Resnais
1961
Jules et Jim
Francois Truffaut
1961
Viridiana
Luis Buñuel
173
1961
WEST SIDE STORY
Wise & Robbins
1962
AMÉRICA, AMÉRICA
Elia Kazan
1962
¿Qué fue de Baby Jane?
Robert Aldrich
1962
Salvatore Giuliano
Francesco Rossi
1963
El verdugo
Berlanga
1963
GRUPO SALVAJE
Sam Peckinpah
1963
Ocho y medio
Federico Fellini
1963
El verdugo
Luis García Berlanga
1965
Alphaville
Jean-Luc Godard
1966
Blow-up
174
Michelangelo Antonioni
1967
Doce del patíbulo
Robert Aldrich
1968
La semilla del diablo
Roman Polanski
1970
Pequeño gran hombre
Arthur Penn
1972
EL DISCRETO ENCANTO DE LA BURGUESÍA
Buñuel
1972
EL PADRINO.. II Y III
Francis Ford Copola
1972
Gritos y susurros
Ingmar Bergman
1972
LA NARANJA MECÁNICA
Stanley Kubrick
1973
El espíritu de la colmena
Víctor Erice
1973
TAXI DRIVER
Martin Scorsese
1974
AMARCORD
175