La cartografía se define como la disciplina que trata de la concepción, producción, difusión y estudio de los mapas. El término proviene de las palabras griegas "chartis" y "graphein". Aunque los mapas se han usado durante miles de años, el término "cartografía" no se empezó a usar comúnmente hasta principios del siglo XIX. El geógrafo danés Conrad Malte-Brun fue la primera persona en usar la palabra en 1808. Los orígenes de los mapas se remontan a hace más de 4,000 años en Bab
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La cartografía se define como la disciplina que trata de la concepción, producción, difusión y estudio de los mapas. El término proviene de las palabras griegas "chartis" y "graphein". Aunque los mapas se han usado durante miles de años, el término "cartografía" no se empezó a usar comúnmente hasta principios del siglo XIX. El geógrafo danés Conrad Malte-Brun fue la primera persona en usar la palabra en 1808. Los orígenes de los mapas se remontan a hace más de 4,000 años en Bab
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Investigación sobre los orígenes de la cartografía
La cartografía se define como la disciplina que trata de la concepción, producción, difusión y estudio de los mapas. El término proviene de las palabras griegas "chartis" y "graphein". Aunque los mapas se han usado durante miles de años, el término "cartografía" no se empezó a usar comúnmente hasta principios del siglo XIX. El geógrafo danés Conrad Malte-Brun fue la primera persona en usar la palabra en 1808. Los orígenes de los mapas se remontan a hace más de 4,000 años en Bab
La cartografía se define como la disciplina que trata de la concepción, producción, difusión y estudio de los mapas. El término proviene de las palabras griegas "chartis" y "graphein". Aunque los mapas se han usado durante miles de años, el término "cartografía" no se empezó a usar comúnmente hasta principios del siglo XIX. El geógrafo danés Conrad Malte-Brun fue la primera persona en usar la palabra en 1808. Los orígenes de los mapas se remontan a hace más de 4,000 años en Bab
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Investigación sobre los orígenes de la cartografía.
Origen de la palabra cartografía.
La International Cartographic Association define la cartografía como la disciplina que trata de la concepción, la producción, la difusión y el estudio de los mapas. El origen de la palabra es una mezcla de las palabras griegas chartis, que desde finales de la Edad Media empezó a usarse en el sur de Europa para referirse a algunos tipos de mapas, y graphein, dibujo, escritura. Pero, ¿cuándo empezó a usarse este término? Hasta principios del siglo XIX, con el desarrollo de la Geografía como ciencia no empieza a plantearse la necesidad de usar una palabra para referirse al arte y técnica de hacer mapas. Es habitual atribuir el uso del término cartografía al vizconde de Santarem (1791-1856), que lo había usado en 1839 en una carta dirigida a otro historiador, refiriéndose al estudio de mapas antiguos. El vizconde de Santarém, había sido ya ministro de Ministro del Reino, de Marina y Ultramar y de Negocios extranjeros y era conocido por sus estudios históricos y de mapas antiguos, antes de escribir esta carta a su amigo e historiador brasileño Francisco Adolfo de Varnhagen, el 8 de diciembre de 1839, hablando sobre la veracidad del conjunto de relaciones geográficas atribuidas a Americo Vespucci; tema por cierto que empezó a estudiar a petición del marino, escritor e historiador español Martín Fernández de Navarrete. Al final de la carta se lee «Do mesmo modo a questao concernente á cartographia (invento este palavra já que ahi se tem inventado tantas) a cartographia mesma do seculo XVI he m.to importante e muito difficil» Conrad Malte-Brun. Sin embargo, Peter van der Krogt, investigador de la Universidad de Amsterdam (Países Bajos), desmonta esta afirmación en un excelente artículo publicado el año pasado en la revista e-Perimetron, The Origin of the Word "Cartography", donde a partir de la consulta de los catálogos digitales de diversas bibliotecas como la British Library o la Bibliothèque Nationale de France, entre otras, realiza un estudio del origen del término cartografía en diversas lenguas europeas. Llega a la conclusión que el geógrafo danes Conrad Malte-Brun (1755- 1826) es la primera persona en usar palabra en 1808, en un artículo para la revista Annales des voyages de la géographie et de l'histoire, número 5, republicado con alguna corrección en 1810, y donde Malte-Brun escribe una reseña sobre un mapa de Alemania publicado por el Institut Géographique de Weimar (y que ilustra este artículo): (La célèbre maison de commerce Bertuch, connue sous le nom d'Institut Géographique de Weimar, entreprend aujourd'hui de remplir cette lacune dans la chartographie, et cette belle et grande entreprise mérite toute l'attention du public géographique français.) Aunque en un principio no tuvo mucha repercusión, su uso en posteriores escritos y la difusión que de ella hicieron discípulos de Malte-Brun hizo del término cartografía una expresión muy popular a partir de mediados del siglo XIX en numerosos países, pudiéndose decir que a partir de esa fecha ya se usaba habitualmente para expresar el trabajo de realizar mapas, apareciendo en diccionarios y tratados. La primera vez que se usa la palabra cartografía en español. En español la primera vez que aparece el término en un libro impreso es en una traducción de Sebastian Fabregas del tratado de Geografía de Adriano Balbi, geógrafo italiano (1782-1848) originalmente titulado «Abrégé de Géographie» y publicado en 1832. En España el libro se tradujo como «Compendio de Geografía Universal» y se publicó en Madrid en 1836. El término aparece en la introducción del libro, justificando la ausencia de cartas geográficas en la obra: «CARTAS GEOGRÁFICAS. La cartografía forma sin duda una parte principal de la geografía: diremos más, hay una multitud de nociones que solo podemos adquirir con exactitud recorriendo las cartas geográficas...». Aunque tomando una idea de Denis Wood, para ese momento la cartografía ya no solo nos ayudaba a reproducir el mundo, sino también a crearlo.
Origen de los mapas.
El uso de mapas es realmente antiguo. Hay constancia de su empleo hace más de cuatro mil años. En Babilonia utilizaban planos esquemáticos de regiones, ciudades y fincas, pero no se barajaban conceptos como el de escala, ni era posible indicar las distancias. Entre las piezas cartográficas más antiguas se encuentra una tableta del siglo VI a.C., en la ciudad de Babilonia sobre el Eúfrates. El concepto que se tenía de la Tierra era el de un disco plano rodeado por mares y bordeado al norte por infranqueables cordilleras. Hacia el 600 a.C., Mileto, en Asia Menor, catalizó el interés por la cartografía. Anaximandro, nacido allí, fue el primero que publicó un mapa del mundo hacia el siglo VI a.C. Hecateo de Mileto llevó coetáneamente a cabo la redacción del primer libro de geografía. Hecateo tuvo su propia idea del mundo: un plano circular rodeado de mares y océanos con Grecia como centro del mundo. Un siglo después, Herodoto se reía de los mapas de su tiempo que daban a Europa y Asia parecido tamaño. El interés por la forma del mundo cristalizó en el astrónomo y filósofo Eratóstenes de Cirene, el primero en intentar medir la circunferencia de la Tierra, a cuyo fin elaboró hacia el año 225 a.C. un mapa basado en principios astronómicos. Una interpretación errónea de las mediciones de Eratóstenes hecha por Ptolomeo, a su vez basado en Posidonios de Rodas del 100 a.C., hizo que se adoptara una medida equivocada para la circunferencia terrestre, lo que a la larga indujo a error a Cristóbal Colón, que, utilizando aquellos datos, llegó a América por equivocación (uno de los grandes hitos de la historia española).
Evolución de los mapas en la historia.
El padre de la cartografía fue el greco-egipcio Claudio Ptolomeo, del siglo I a.C., de cuya obra se hizo una compilación hacia el año 150. Introdujo los conceptos de las coordenadas, y para la medición de longitudes tomó como punto de referencia Alejandría, midiendo la distancia existente a este y oeste entre un punto y esa ciudad, sirviéndose de la posición del sol al alba. Los romanos no eran amigos de lucubraciones teóricas sobre la forma de la Tierra, y pusieron la cartografía al servicio de la guerra y la administración del Estado, fomentando la creación de itinerarios y mapas muy rudimentarios. No obstante esto, el emperador César Augusto encargó un mapa de su imperio al general Marco Agrippa. La obra tardó veinte años en ser realizada y de ella se hicieron varias copias en rollos de papiro: una de ellas, del siglo III, es la Tabla de Peutinger o Tabula Peutingeriana. Un ministro de un emperador chino, confeccionó un mapa de China el año 270 en dieciocho secciones. Se trataba del cartógrafo chino P’ei Hsin. De esa obra han llegado hasta nuestros días sólo unas cuantas partes. El cartógrafo chino insistía en la conveniencia de que los mapas indicaran las distancias y que se anotara la altura de las montañas. Sabias recomendaciones utilizadas más tarde por su compatriota Chia Tan, que en 801 realizó un mapa de nueve por diez metros. La actividad cartográfica china fue poco conocida por los difusores medievales de la cultura clásica, los árabes, atentos a los mapas tolemaicos que a pesar de sus carencias supusieron la base de la cartografía posterior. Muy posterior, del siglo VI, es el mapa bizantino de Palestina con el recorrido del río Jordán e indicación de ciudades como Jericó y Jerusalén en el centro, seguramente la representación más antigua de Tierra Santa, hallado en el suelo de la iglesia de Madaba, en Jordania. El geógrafo Al-Istakhi de Bagdad (950) tradujo y revisó la obra tolemaica con mapas en color. Hacia 1100 el geógrafo árabe Al-Idrisi elaboró en Palermo un mapamundi en forma de disco. En la Edad Media sólo se utilizaron portulanos y cartas de compilación trazadas según los relatos de los navegantes. La más antigua conservada es la Carta Pisana, hecha en Génova en 1285. La ciencia cartográfica tomó auge a finales del siglo XII debido a que se empezaron a traducir los textos islámicos, renaciendo el interés por la cartografía. Entre los primeros logros se encuentra el mapa de Inglaterra de Matthew Paris, de 1250, con indicación de pueblos, puertos y monasterios. También de mediados del siglo XIV el mapa anónimo de la isla de Gough, en el océano Atlántico, con la ubicación de caminos, ríos y distancias entre distintos puntos. Pero hasta que no empezaron a usarse el reloj y la brújula en la plasmación de cartas o mapas se avanzó poco en lo conceptual. En lo material, el grabado italiano sobre cobre mejoró la calidad a mediados del siglo XV. De esa época es el mapamundi del alemán Henricus Martellus Germanus (1489), cuyo parecido con los actuales es sorprendente. En el siglo XVI la técnica hizo de la cartografía una ciencia, como muestra el portulano del Mediterráneo dibujado en 1563 por el mallorquín Mateo Prunes, hoy en el Museo Naval de Madrid. En la primera mitad de ese siglo de oro de los mapas brilló Gerardo Kremer, o Mercator, discípulo de Gemma Frisius de Lovaina, autor de una edición aumentada de la Cosmographia, de Peter Apian. Mercator (proyección de Mercator) ayudó a su maestro en la preparación de globos terráqueos, y se estableció por su cuenta para crear su famoso mapa del mundo en dieciocho hojas, de 1569, donde se ve el contorno de las costas americanas con increíble precisión. El primer atlas nacía en 1570, obra del geógrafo flamenco Ortelius: Theatrum Orbis Terrarum. A partir del siglo XVII la cartografía inició su camino hacia los logros posteriores, antecedente cercano del estado de las cosas actual.