FRATO

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Que hemos interpretado cada una de las personas del grupo e intentaremos llegar a puntos en común.

Luego elegimos 1 persona del grupo cada


viernes, y esa persona saldrá a explicar los puntos en comunes, en lo que estemos de acuerdo o no…
Subir al aula el individual

Para hacer visible


a una infancia transparente
Los niños necesitan la aprobación de los adultos y para conseguirla aprenden a ocultar sus pensamientos infantiles.

Así, paradójicamente, en el siglo de la infancia, ésta se ha vuelto más transparente e invisible que nunca. Desde 1968,

los dibujos de Frato dan la palabra a los niños, para que manifiesten sus ideas escondidas, censuradas. Este artículo

ofrece algunas claves para comprenderlos.

FRANCESCO TONUCCI
Investigador. Instituto de Ciencia y Tecnología del Conocimiento. Centro Nacional de Investigación-CNR- Roma
Correo-e: francesco.tonucci@istc.cnr.it
Texto traducido del original italiano por Pablo Manzano Bernárdez.

U
n niño de cinco años de una ciu- mientos infantiles, para asumir los com- pelera, o pegarla en la pared, como sím-
dad italiana decía: “Si los adultos portamientos y pensamientos adultos. En bolo de identidad y reconocimiento.
no escuchan a los niños, van a te- consecuencia, es probable que los adultos Entre los más grandes dibujantes de
ner graves problemas” y uno de nueve piensen de buena fe que los niños están cómic, desde Walt Disney a Schulz o a
años: “Hay demasiados aparcamientos en de acuerdo con ellos, que están verdade- Quino (a los que admiro y reconozco
mi ciudad y los niños no tienen sitio para ramente contentos de ir todos los días al como maestros), y nosotros, me parece
jugar. Propongo que el espacio se divida: mismo jardincillo para andar de acá para que hay una diferencia importante: para
la mitad para los coches y la mitad para los allá en el balancín o descender por el to- ellos, los animales o los niños son un pre-
niños”. Un niño colombiano de seis años bogán; que se alegran de pasar las tardes texto para hablar de los problemas, los
decía: “Mamá, quiero ir a la escuela un día en las escuelas de danza, de fútbol, de defectos o las contradicciones de los adul-
a la semana porque me basta para apren- piano; que desean verdaderamente recibir tos, que representados en ese mundo
der lo que me enseñan y los demás días todos los regalos que sugiere la publicidad resultan aún más absurdos y reprobables
puedo dedicarlos a jugar”, y un compañe- o estar tantas horas delante de una pantalla. o conmovedores. Niños y animales asu-
ro de mi hijo, al finalizar una mañana en la En el siglo de la infancia, los niños se han men el papel de máscaras (el desgracia-
escuela, se levantó y dijo: “¡Me habéis ro- hecho transparentes, invisibles y, si pueden, do, el tímido, el malvado, el sabio, el as-
bado cinco horas de vida!”. Estos casos prefieren permanecer escondidos. tuto, etc.) para dar lugar a nuevas fábulas
que he mencionado y otros que hemos modernas. En mi caso, en cambio, los
LO QUE ENTIENDE FRATO DE LA EDUCACIÓN
recogido en estos años de trabajo con los niños se representan a sí mismos y lo gro-
niños son raros testimonios del pensamien- La visión de Frato tesco surge de la manifestación de lo que
to infantil, testimonios que surgen en me- normalmente queda implícito, secreto,
dio de un complejo y delicado trabajo de Frato nace en 1968 para dar la palabra quizá sospechado, pero no claro y paten-
escucha, de confianza y de petición since- a los niños, para poner de manifiesto los te. Las situaciones representadas son las
ra de ayuda de los adultos (el alcalde, el pensamientos ocultos, censurados, inex- más normales, las más habituales, las que
director de la escuela) a los niños. presados. Para hacer visibles a los niños describen nuestra relación cotidiana con
Pero, normalmente, los niños no dicen transparentes. En el fondo, los contenidos el niño: sus preguntas, nuestras respues-
estas cosas porque no les conviene decir- de las viñetas de Frato son los mismos tas, nuestras enseñanzas, nuestras prohi-
las. Los niños están habituados a compor- que los de mis investigaciones y mis libros biciones, nuestros regalos, nuestras ex-
tarse como hijos y como escolares, y a tra- “escritos”, pero el efecto es diferente. pectativas. Esta cotidianidad facilita o
tar de demostrar a los padres y a los La lectura de un libro puede convencer, incluso hace necesario el reconocimiento,
enseñantes que están creciendo y que es- hacer surgir dudas, sugerir soluciones in- la identificación del lector adulto con la
tán aprendiendo. Y lo que más rápidamen- novadoras o, por el contrario, puede pa- situación propuesta: “Es verdad, a mí tam-
te aprenden es que para contentar a los recer que el autor ha exagerado, que no bién me pasa”. La conclusión grotesca
adultos lo mejor es repetirles lo que ellos conoce el problema o es un utópico. En provoca la risa, pero quien ríe está per-
piensan. Un niño recibirá la aprobación de cambio, una viñeta probablemente sus- dido. La risa es amarga porque nos reímos
los padres y de los enseñantes si sabe citará una emoción: conmueve o irrita y de nosotros mismos: es un momento de-
renunciar a sus comportamientos y pensa- suscita aplastarla, tirarla con rabia a la pa- licado y difícil, puede producir rechazo,

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ofender, provocar incluso la conmoción, el dibujo y su contexto, pero sobre todo, desde el punto de vista de los niños y las
la duda ante un error cometido. En todo a una potencia, una variedad de humor niñas, desde su altura, con su sensibilidad.
caso, me parece que es un momento im- poco comunes: de lo más afectuoso a lo O, por decirlo con Janusz Korczac: “estar
portante: una provocación que se pro- más cruel. Una mirada excepcional de obligados a elevarnos hasta la altura de
yecta en el diálogo, la profundización, la psicólogo sobre ‘la génesis del hombre”. sus sentimientos. Estirarnos, alargarnos,
verificación. Una viñeta puede convertir- No es casualidad que en 1981 pusiera alzarnos de puntillas”.
se en bandera, en grito de protesta o en el título Con gli occhi del bambino (Con A continuación, haré un rápido recorri-
propósito. Como señala mi amigo René ojos de niño) al volumen que recoge las do por el mundo infantil, utilizando algu-
Zazzo en la edición francesa de la Solitu- 150 primeras viñetas. Este título resume nas viñetas emblemáticas en representa-
dine del bambino (publicada en PUF), mi filosofía de trabajo como investigador ción de las más de mil viñetas que hasta
“Frato debe su éxito a la armonía entre y como dibujante: tratar de ver el mundo ahora ha dibujado y publicado Frato.

Sacar la conclusiones de que entiende de la educación en cada lámina, como el autor


El principio entiende la educación según la lámina (puede ser de padres a niños…) cada lámina
trabaja un tema.

Lámina 1. ¿Dónde está el niño?


Esta es la primera viñeta que dibujé en 1968 y creo que representa bien la óptica “desde el punto de vista del niño” de la que ha-
blaba antes. El esquema gráfico es el tradicional de las tiras, de la bande dessinée. A partir de esta viñeta, he tratado de señalar los
errores de los adultos, sus ingenuidades, malicias e incoherencias, y de denunciarlos a través de las palabras de los niños. Para ello,
he aprovechado muchos relatos de los padres, muchas escenas a las que he asistido y, sobre todo, los muchos errores que he come-
tido como padre y como abuelo. Todos los padres han vivido la situación que se representa: una pregunta sencilla y natural para el
niño, que choca con una historia de miedos, de censuras, de inseguridades del adulto. Una respuesta poética, bella, según el adulto,
pero ambigua y falsa de hecho, que juega con el doble significado de la palabra “seno”. La metáfora suaviza la respuesta, evita la
trivialidad de la verdad. El niño no conoce la metáfora, y la serenidad con la que transmite al compañero la información “desambigua-
da” (descodificada) provoca la risa, pero también la consciencia del adulto de haber proporcionado un conocimiento falso que puede
tener un peso importante, no tanto y no sólo en la formación del niño, como en la relación de confianza entre el niño y el adulto. Es
evidente que la pregunta del niño era un test, una prueba, para ver si mamá estaba dispuesta a revelar los grandes secretos de la vida.
Si se hubiese desvelado con serenidad y sinceridad este primer misterio banal (dónde está el niño), se habría abierto la puerta a otras
preguntas mucho más inquietantes que han turbado nuestras infancias: ¿Por dónde ha entrado el niño a la barriga de la mamá? ¿Y
por dónde saldrá? Pero el niño se da cuenta pronto de que la respuesta es falsa o, como mínimo, reticente, y comprende que no me-
rece la pena hacer preguntas sobre este tema.

Lámina 1. ¿Dónde está el niño?


1968, 10 x 18 cm., plumilla, a tinta china.
Publicada en L’Espresso, 49 (1971), e incluido en Con gli occhi del bambino.
Frato, 40 años con ojos de niño. Barcelona: Graó, 2007, p. 106.
En la traducción al español, se utilizó el término “pecho” en lugar de “seno”.

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Lámina 2. La guardería no es una percha
En este caso la imagen es emblemática, sin sucesión temporal,
sin palabras. Un grupo de niños colgados en una percha es una
imagen insólita y, en cierto modo, divertida e inquietante al mismo
tiempo. Afirmar que este racimo es la guardería crea la paradoja,
el escándalo. El título podría haber sido: “La guardería es una
percha” y hubiese sido una lámina de denuncia. El NO añade
a la denuncia la voluntad de cambiar. Esta lámina surgió, en
realidad, como síntesis de un gran debate que se desarrolló en
Italia, en los años setenta, acerca de la necesidad del jardín de
infancia. En una ciudad moderna, que ha olvidado a los niños,
la guardería es la única posibilidad de encuentro y socialización,
pero los padres viven a menudo el ingreso en la escuela infantil
con un sentimiento de culpa, como el abandono del hijo. Las guar-
derías infantiles se crearon más para las madres trabajadoras que para
los niños y nacieron como aparcamientos. No debe ser una percha para
los niños que se quedan allí, para los padres que los llevan, para los edu-
cadores que los reciben, para los administradores. Tendríamos que evitar
que un niño de dos o tres años permanezca allí durante ocho o diez horas.
Es una obligación, es una provocación para la reflexión, para el análisis
crítico de lo que tenemos, para buscar una alternativa. Esta imagen se ha
convertido en Italia en un símbolo para todos los que trabajan con el fin
de desarrollar un proyecto diferente.

Lámina 2. La guardería no es una percha


1975, 20 x 10 cm., plumilla, a tinta china.
Publicada en la revista italiana Zerosei, 1976, e incluido en Con gli
occhi del bambino. Ha aparecido como póster de 70 x 50,
en cuatricromía.
Frato, 40 años con ojos de niño. Barcelona: Graó, 2007, p. 61.

Entre padres e hijos

Lámina 3. La indumentaria
Se trata de una lámina que retoma la técnica de la tira, con
una sucesión temporal caracterizada por el aumento del ves-
tuario y por la modificación de la expresión del rostro del niño.
Las imágenes crean también aquí un ritmo, una relación inver-
samente proporcional entre la felicidad y la cantidad de ropa.
La invitación del adulto (que no se ve) al niño para que se di-
vierta en un momento en que la tristeza es máxima y su alivio,
insoportable, produce un efecto grotesco. Creo que no es di-
fícil contemplar a través de estas imágenes muchas situaciones
contradictorias en las que a menudo ponemos a nuestros hijos
o a nuestros alumnos: “primero come todo lo que hay en el
plato y luego podrás jugar”, “juega, pero no te ensucies, no
sudes, no corras”, “primero haz los ejercicios y después podrás
hacer el dibujo”, etc. Se trata de la continua extorsión de la
educación, que se convierte, en consecuencia, en una educa-
ción para la extorsión.

Lámina 3. La indumentaria
1976, 22 x 16 cm., plumilla, a tinta china.
Publicada en la revista italiana Zerosei, 1976, e incluido en
Con gli occhi del bambino. Ha aparecido como póster de 70
x 50, en cuatricromía.
Frato, 40 años con ojos de niño. Barcelona: Graó, 2007, p. 83.

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Lámina 4. Sin título (Dame el más caro...)


Es una lámina que se resuelve por completo en una
expresión y un texto. El negocio está simbolizado por
los juguetes expuestos; al dependiente no se le ve. El
personaje no presenta ninguna caracterización, podría
tratarse de un papá o de una mamá. El valor de la viñe-
ta está contenido casi por completo en sus palabras.
Una vez más, se explicita una contradicción, un com-
portamiento inadecuado, incorrecto: el jugue-
te como “bien” para encubrir, para pagar
un sentimiento de culpa. La expresión tris-
te del adulto refleja su sentimiento de
culpa por el poco tiempo pasado con el
hijo y no la consciencia de la banalidad
de la solución.

Lámina 4. Dame el más caro...


1988, 14 x 14 cm., plumilla, a tinta china.
Realizada inicialmente como póster para la
primera Bienale Internazionale del
Giocattolo de Turín, de 1988; publicada
como viñeta en Il Giornale dei Genitori,
1989, e incluido en Bambini si diventa.
Frato, 40 años con ojos de niño.
Barcelona: Graó, 2007, p. 123.

Entre enseñantes y alumnos

Lámina 5. El puesto 1 y el puesto 2


La primera tira nace como síntesis emblemá-
tica de la escuela clasista y selectiva contra la
que se luchaba a finales de los años sesenta. El
orden de los puestos correspondía a los valores
atribuidos a los alumnos. En primera fila se sen-
taba el alumno de clase social acomodada, con
el pelo bien peinado, con gafas, muy limpio y
arreglado, y el último banco, sucio y desarre-
glado, estaba destinado al fracaso y al abando-
no. La segunda tira es una actualización de la
primera, cuarenta años después. La selección
persiste y los puestos siguen indicando los va-
lores en boga, pero han cambiado los últimos
de la clase. La llegada de los extranjeros ha
modificado los equilibrios y ha creado nuevas
exclusiones.

Lámina 5. El puesto 1 y el puesto 2


1969-2007, 18 x 18 cm., plumilla, a tinta china.
Publicadas en Con gli occhi del bambino y en
Frato, 40 años con ojos de niño.
Frato, 40 años con ojos de niño.
Barcelona: Graó, 2007, p. 148.

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Lámina 6. La evaluación
El esquema gráfico cambia. Las imágenes y leyendas crean un ritmo que se mueve entre las diversas expresiones de las caras y
los diagnósticos lapidarios y definitivos, tan comunes en la evaluación escolar tradicional. Este ritmo se rompe clamorosamente en
las dos últimas imágenes, que revelan el grotesco paralelo entre la semejanza de alumno y enseñante, y la idea de normalidad. De
nuevo, la imagen permite ver lo que en la realidad
queda enmascarado por la ambigüedad de las pala-
bras. La identidad de las dos caras descubre de mane-
ra descarada y vulgar el truco de la evaluación. Creo
que esta lámina consigue comunicar, instantáneamen-
te y con fuerza, algunos elementos que emergen con
claridad de nuestras investigaciones sobre la evaluación
escolar. Por una parte, la facilidad con la que el adulto
define, sentencia más bien, con trazos sencillos, la com-
pleja personalidad de los alumnos: una consecuencia
coherente de la realidad esquemática y simplificada
de la escuela respecto a la compleja y multifacética
vida real. Por otra, el adulto se convierte él mismo en
medida para la evaluación de los alumnos: son norma-
les los que se acercan más a las características, a los
gustos y a las costumbres del enseñante. La escuela,
pues, se presenta como un proceso de homogeneiza-
ción entre alumnos y enseñantes, o de selección y ex-
clusión, cuando este acercamiento no es posible.

Lámina 6. La evaluación
1974, 24 x 18 cm., plumilla, a tinta china.
Publicada en el volumen: VV. AA.: A scuola con il
corpo, e incluido en Con gli occhi del bambino.
Utilizado para la portada del volumen Valutare per
conoscere (1983).
Frato, 40 años con ojos de niño.
Barcelona: Graó, 2007, p. 170.

La ciudad de los niños

Lámina 7. Sin título (perdonen las molestias)


La viñeta nace en color como portada del volumen La città
dei bambini (1996) y resume eficazmente su contenido: los
niños pueden ayudarnos a cambiar la ciudad. Si la ciudad
supiera aceptar a los niños, escuchar sus peticiones, satisfacer
sus necesidades, sabría cambiar y ser una ciudad en la que
todos viviríamos mejor. Los niños que juegan en la calle sa-
tisfacen su necesidad primaria de juego libre, no vigilado, con
sus compañeros; pero, al mismo tiempo, ayudan a que la
ciudad sea más vivible para todos. La metáfora de las obras,
representada por el caballete y por el típico cartel que en-
contramos a diario en zonas de reestructuraciones urbanas,
indica el complejo y costoso proceso de cambio, necesario
y urgente, en el que los niños pueden ser preciosos aliados.

Lámina 7. Sin título


1998, 24 x 18 cm., plumilla, a tinta china.
Publicada en el volumen: Frato, 40 años con ojos de niño.
Frato, 40 años con ojos de niño. Barcelona: Graó, 2007, p. 229.

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Lámina 8. El consejo de los niños


Los niños están sorprendidos y preocupados: “¡Los
adultos nos escuchan!” Algo raro, inesperado, im-
previsible está sucediendo: los adultos piden ayuda
y consejo a los niños. Los niños están orgullosos de
este nuevo papel, pero temen el engaño. ¿Habrá
alguna trampa escondida? ¿Es posible que los adul-
tos quieran tener en cuenta lo que pensamos? Unos
años de experiencia han enseñado a los niños que
los adultos prometen con facilidad, pero muy rara-
mente mantienen sus promesas. Sin embargo, si no
hay engaño, si las sugerencias de los niños se tienen
en cuenta, para los niños será una aventura nueva y
emocionante que podría tener efectos importantes
sobre su vida futura.

Lámina 8. El consejo de los niños


2002, 12 x 12 cm., plumilla, a tinta china.
Publicada en el volumen: Se i bambini dicono:
adesso basta.
Frato, 40 años con ojos de niño.
Barcelona: Graó, 2007, p. 227.

La censura

No he sufrido ninguna intervención censora por los libros y artículos que he escrito. En cambio, sí he tenido que padecer la cen-
sura a causa de mis dibujos. En muchas ocasiones han rechazado mis viñetas o me han exigido que las modificase. Esto nunca me
ha sucedido con revistas o editoriales conservadoras, sino con las más progresistas, lo cual confirma que la viñeta cala más profun-
damente que el texto escrito y resulta insoportable (como una medicina muy amarga). Confirma también que nuestras sociedades
no están dispuestas a la crítica y, en especial, a la autocrítica, y no lo están especialmente las fuerzas socialmente más comprometi-
das y progresistas. ¡Todo un misterio!

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Lámina 9. Incesto
Esta lámina se titulaba: Incesto, pero los editores (el italiano y el espa-
ñol) propusieron eliminarla de la selección del libro por ser demasiado
fuerte. Para defender la viñeta, que me parecía importante y bien hecha,
incluso gráficamente, propuse publicarla sin el título. Es interesante se-
ñalar que, en ausencia de título, ninguno de los lectores asoció esta viñe-
ta a la grave violencia que todavía hoy sufren muchos niños, a pesar de que
cierra el capítulo titulado “El niño violado”. En este caso, la eficacia del men-
saje, tan duro y difícil de transmitir con el dibujo, depende de tres elementos que
crean un triángulo: la expresión triste, desanimada y amargada de la niña que mira
hacia arriba, la viñeta retorcida que contiene exclusivamente la palabra “PAPÁ”, y
el adulto ausente que se percibe de pie, frente a la niña, hacia donde se fija la mirada
de ésta. La camiseta que queda por encima de las piernas desnudas no pasa de ser
un elemento añadido y no indispensable. El trazo, más nervioso y perfilado (por
el pincel) con respecto a las viñetas habituales, acentúa la eficacia. Pero
sólo el título explícito, únicamente aceptado por la editorial españo-
la PPC, en una segunda edición, impide al lector evadirse del trágico
significado. En todo caso, esta lámina representa una anomalía, una
excepción: no hace reír.

Lámina 9. Incesto
1988, 14 x 14 cm., plumilla, a tinta china.
Publicada sin título en: Bambini si diventa.
Publicada con su título original en: ¡Si no os hacéis como yo!
Frato, 40 años con ojos de niño. Barcelona: Graó, 2007, p. 99.

Lámina 10. Sin título (recíclame y seré tuya)


Esta es, sin duda, la viñeta más censurada de Frato.
Censurada por la revista del Partido Comunista italiano
Riforma della scuola, para la que nació, fue insertada
posteriormente en el libro Bambini si nasce y mantenida
en las diversas traducciones del mismo. Tras una dura
polémica, fue rechazada de nuevo en las dos recopila-
ciones de viñetas, Fratografías, en la edición gallega y
en Frato, 40 años con ojos de niño. Es interesante seña-
lar que la razón por la que una revista y una editorial
progresistas sostienen que no pueden publicar esta
viñeta es que la consideran antifeminista, mientras
que mi intención, que creo evidente, es hacer una
dura condena de la academia que gestiona la for-
mación y la actualización de los docentes con un
desinterés absoluto por las exigencias y las carac-
terísticas de la profesión. Creo que prueba de lo
que digo es que ninguna docente ha discutido
nunca la viñeta en cuestión.

Lámina 10. Sin título (recíclame y seré tuya)


1984, 14 x 14 cm., plumilla con tinta china.
Publicada en Bambini si nasce.
Niño se nace. Barcelona: Barcanova, 1985, p. 125.

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