Protocolo Modelo de Autopsia
Protocolo Modelo de Autopsia
Protocolo Modelo de Autopsia
A. Introducción
1. Investigación de la escena
El prosector o los prosectores y los médicos forenses deben tener el derecho a acceso a la
escena en que se haya encontrado el cadáver. Debe notificarse inmediatamente al personal
médico para asegurarse de que no se produzcan alteraciones del cadáver. Si se niega el
acceso a la escena, si se altera el cadáver o si se retiene información, debe dejarse constancia
de ello en el informe del prosector.
a) Fotografiar el cadáver en la forma en que fue hallado y después de haber sido movido;
c) Proteger las manos del occiso, por ejemplo, con bolsas de papel.
e) Examinar la escena en busca de sangre, ya que esta puede resultar útil para identificar a los
sospechosos;
g) Obtener información de los testigos que se hallen en el lugar, incluidos los últimos en ver
vivo al occiso, la oportunidad, el lugar y en qué circunstancias lo hicieron. Entrevistar a todo el
personal médico de emergencia que pueda haber tenido contacto con el cadáver;
i) Poner el cadáver en una bolsa apropiada o su equivalente. Conservar esta bolsa una vez que
se extraiga el cadáver de ella;
j) Guardar el cadáver en un lugar refrigerado seguro de manera que no se pueda interferir con
el cadáver ni con las pruebas;
k) Asegurarse de que los proyectiles, armas de fuego, cuchillos y cualquier otro tipo de armas
se encuentre disponible para su examen por el personal médico encargado;
l) Si el occiso estuvo hospitalizado antes de la muerte, obtener los datos relativos a su admisión
o especímenes de sangre y todas las radiografías y examinar o resumir los registros del
hospital;
m) Antes de iniciar la autopsia, familiarizarse con los tipos de tortura o de violencia que
predominan en ese país o localidad (véase el anexo III).
2. Autopsia
b) Dejar constancia del nombre (o los nombres) del prosector (o de los prosectores), el o los
asistentes participantes y todas las demás personas presentes durante la autopsia, incluidos
los títulos médicos o científicos y las afiliaciones profesionales, políticas o administrativas de
cada uno. Debe indicarse la función de cada persona en la autopsia, y debe designarse a una
persona para que oficie de prosector principal, quien dirigirá la realización de la autopsia. Los
observadores y demás miembros del equipo estarán sujetos a la dirección del prosector
principal y no deberán interferir en sus funciones. Debe dejarse constancia del tiempo en que
cada persona se encontró presente durante la autopsia. Se recomienda el uso de una hoja en
que se deje constancia de la presencia mediante la firma de cada persona.
ii.- Deben incluirse fotografías en serie que reflejen la progresión del examen externo. Se debe
fotografiar el cadáver antes y después de desvestirlo, lavarlo o limpiarlo y de afeitarlo;
iii.- Complementar las fotografías de primer plano con fotografías distantes o de distancia
intermedia para permitir la orientación e identificación de las fotografías de primer plano;
iv.- Las fotografías deben ser de amplio alcance y confirmar la presencia de todas las señales
demostrables de lesiones o enfermedad que se comenten en el informe de la autopsia;
v.- Deben retratarse las características faciales de identidad (después de lavar o limpiar el
cadáver) con fotografías de un aspecto frontal pleno de la cara y perfiles derecho e izquierdo de
la cara con el pelo en posición normal y con el pelo retraído, en caso necesario, para revelar las
orejas;
i.- Obtener radiografías dentales, aunque se haya hecho la identificación de otra manera;
ii.- Documentar toda lesión del sistema óseo. Las radiografías del esqueleto pueden también
dejar constancia de defectos anatómicos o intervenciones quirúrgicas. Comprobar
especialmente fractura de los dedos de las manos y de los pies y de otros huesos de manos y
pies. Las radiografías del esqueleto pueden ayudar también a identificar al occiso por sus
características, calculando la edad y la estatura y determinando el sexo y la raza. Deben
tomarse también radiografías de los sinus frontales, ya que pueden ser particularmente útiles a
los efectos de la identificación;
iii.- Tomar radiografías en casos de heridas con armas de fuego para ubicar el proyectil o
proyectiles. Recuperar, fotografiar y guardar todo proyectil o fragmento importante de proyectil
que se vea en una radiografía. También deben removerse, fotografiarse y guardarse todos los
objetos opacos a la radiografía (marcapasos, coyunturas o válvulas artificiales, fragmentos de
arma blanca, etc.);
iv.- Las radiografías del esqueleto son obligatorias en los casos de niños para ayudar a
determinar la edad y el estado de desarrollo;
i.- Fotografiar todas las superficies, 100% de la superficie del cadáver. Tomar fotografías en
color, de buena calidad y enfocadas con iluminación adecuada;
v.- Tomar nota de la temperatura corporal y del estado de preservación; tomar nota de todos
los cambios de la descomposición, como los desplazamientos de la piel. Evaluar la condición
general del cuerpo y tomar nota de la formación adipocira, gusanos, huevos o cualquier otro
elemento que pueda sugerir el momento o le lugar de la muerte;
vi.- Dejar constancia del tamaño, la forma, el patrón, la ubicación (en relación con rasgos
anatómicos obvios), el color, el curso, la dirección, la profundidad y la estructura de las
lesiones. Tratar de distinguir entre las lesiones derivadas de medidas terapéuticas y las que no
se relacionen con tratamiento médico. En la descripción de las heridas de proyectil, tomar nota
de la presencia o ausencia de hollín, pólvora o quemadura. Si hay presentes residuos de
disparo, documentarlo gráficamente y guardarlo para el análisis. Tratar de determinar si la
herida de arma de fuego es de entrada o salida. Si hay una herida de entrada y no la hay de
salida, debe hallarse el proyectil y guardarlo o dar cuenta de lo que ocurrió. Extraer muestras
de tejido de la trayectoria de la herida para el examen microscópico. Unir las orillas de las
heridas de arma blanca para evaluar el tamaño y las características de la hoja;
vii.- Fotografiar todas las lesiones, tomando dos fotografías en color de cada una, dejando en la
etiqueta el número de identificación de la autopsia en una escala que esté orientada en forma
paralela o perpendicular a la lesión. Cuando sea necesario, afeitar el pelo para aclarar una
lesión y tomar fotografías antes y después de lavar el lugar de las lesiones. Lavar el cadáver
sólo después de haber recogido y guardado toda muestra o material que pudiera proceder de
un agresor;
viii.- Examinar la piel. Tomar nota de toda cicatriz, zona de formación queloide, tatuajes, molas
prominentes, zonas de pigmentación en aumento o disminución y todo aquello que sea
distintivo o único, como las marcas de nacimiento. Tomar nota de toda contusión y hacer una
incisión para delinear su extensión. Extraerlas para el examen microscópico. Deben revisarse
la cabeza y la zona genital con especial cuidado. Tomar nota de toda muestra de inyección o
de marca de pinchazo y extraerlas para utilizarlas a los fines de la evaluación toxicológica.
Tomar nota de toda abrasión y extraerlas; pueden utilizarse secciones microscópicas para
tratar de situar en el tiempo la lesión. Tomar nota de toda marca de mordedura; debe
fotografiarse para dejar constancia de la formación dental, limpiar con pedazos de algodón para
hacer muestras de saliva (antes de lavar el cadáver) y extraerlas para el examen microscópico.
De ser posible, debe analizar las marcas de mordedura un odontólogo forense. Tomar nota de
toda marca de quemadura y tratar de determinar la causa (goma quemada, cigarrillo,
electricidad, soplete, ácido, aceite caliente, etc.). Extraer todas las superficies sospechosas
para el examen microscópico, ya que tal vez sea posible distinguir en el microscopio entre
quemaduras causadas por electricidad y las causadas por el calor;
ix.- Identificar y poner etiqueta a todo objeto extraño que se recupere, incluida su relación con
heridas específicas. No raspar los costados o el extremo de los proyectiles. Fotografiar cada
proyectil y cada fragmento grande de proyectiles. Fotografiar cada proyectil y cada fragmento
grande de proyectil con una etiqueta que lo identifique y colocarlo luego en un recipiente
sellado, forrado y con etiqueta a fin de mantener la cadena de custodia;
x.- Recoger una muestra de sangre de por lo menos 50 ce de un vaso subclavio o femoral;
xi.- Examinar la cabeza y la parte externa del cuero cabelludo, teniendo presente que las
heridas pueden estar ocultas por el pelo. Afeitar el pelo en caso necesario. Comprobar si hay
pulgas y piojos, ya que estos pueden indicar condiciones insalubres antes de la muerte. Tomar
nota de toda alopecia, ya que ésta puede haber sido provocada por la malnutrición , metales
pesados (por ejemplo, talium), drogas o tracción. Tirar -no cortar- 20 pelos representativos de la
cabeza y salvarlos, ya que el pelo puede ser útil para detectar algunas drogas y venenos;
xii.- Examinar la dentadura y tomar nota de su condición. Dejar constancia de todas las piezas
ausentes, sueltas o dañadas y dejar constancia de todo trabajo dental (restauraciones,
tapaduras, etc.) utilizando un sistema de identificación dental para determinar cada pieza.
Comprobar la presencia de enfermedad periodontal en las encías. Fotografiar la dentadura
postiza, si la hay, y guardarla si se desconoce la identidad del occiso. En caso necesario,
extraer la mandíbula y el maxilar para la identificación. Examina el interior de la boca y tomar
nota de toda evidencia de trauma, inyección, marcas de aguja o mordedura de los labios, las
mejillas o la lengua. Tomar nota de todo artículo o substancia en la boca. En los casos en que
se sospeche agresión sexual, conservar el fluido oral o restañar con algodón para evaluar la
presencia de espermatozoides y fosfatasa acida. (Las muestras tomadas en la juntura de la
dentadura y las encías y las muestras de entre los dientes constituyen los mejores
especímenes para identificar espermatozoides.) Tomar muestras también de la cavidad oral
para determinar el tipo de fluido seminal. Secar las muestras rápidamente con aire frío, soplado
si es posible, y conservarlas en sobre limpios de papel. Si la rigidez cadavérica impide un
examen adecuado, deben cortarse los músculos maxilares para permitir una mejor exposición;
a. Examinar los ojos y mirar la conjuntiva tanto del globo como de los párpados. Tomar nota de
petequia en el párpado superior o inferior. Tomar nota de ictericia de la esclerótica. Guardar los
lentes de contacto, si los hay. Recoger por lo menos 1 ml de humos vitreo de cada ojo;
b. Examinar la nariz y las orejas y tomar nota de toda prueba de trauma, hemorragia u otra
anormalidad. Examinar las membranas del tímpano;
xiv.- Examinar el cuello externamente en todos sus aspectos y tomar nota de toda contusión,
abrasión o petequia. Describir y documentar las formas de las lesiones para diferenciar entre la
estrangulación manual, por ligadura y por colgadura. Examinar el cuello al concluir la autopsia,
cuando la sangre haya evacuado la zona y estén secos los tejidos;
xv.- Examinar todas las superficies de las extremidades: brazos, antebrazos, muñecas, manos
piernas y pies, y tomar nota de toda herida "de defensa". Diseccionar y describir todas las
lesiones. Tomar nota de toda contusión alrededor e las muñecas y tobillos que puedan sugerir
el uso de restricciones, como esposas o suspensión. Examinar las superficies media y lateral
de los dedos, las antebrazos anteriores y la parte posterior de las rodillas en busca de
contusiones;
xvi.- Tomar nota de toda uña quebrada o ausente. Tomar nota de residuo de pólvora en las
manos, documentarlos fotográficamente y guardarlos para el análisis. Tomar huellas digitales
en todos los casos. Si se desconoce la identidad del occiso y no se pueden obtener huellas
digitales, extraer el "guante" de la piel, si lo hay. Guardar los dedos si no hay otro medio de
obtener las huellas digitales. Guardar recortes de uña y de tejido de la parte inferior de las uñas
(raspaduras de uña). Examinar los lechos de las uñas de manos y pies en busca de objetos
empujados por debajo de las uñas. Pueden extraerse las uñas diseccionando los márgenes
laterales y base próxima, e inspeccionar a continuación la superficie oculta por las uñas. Al
hacerlo, deben fotografiarse las manos antes y después de extraer las uñas. Examinar
detenidamente las plantas de los pies, tomando nota de toda muestra de golpes. Hacer
incisiones en las plantas para delinear la extensión de toda lesión. Examinar las palmas y las
rodillas, buscando especialmente restos de vidrios o laceraciones;
xvii.-Examinar la parte externa de los genitales y tomar nota de la presencia de todo objeto
extraño o semen. Tomar nota del tamaño, la ubicación y el número de toda abrasión o
contusión. Tomar nota de toda lesión en la parte interior de los muslos o en la zona perianal.
Buscar quemaduras perianales;
xviii.- En caso de sospecharse agresión sexual, examinar todos los orificios potencialmente
afectados. Debe utilizarse un espéculo para examinar las paredes de la vagina. Recoger pelos
extraños peinando los pelos púbicos. Tirar y guardar por lo menos 20 de los pelos púbicos
propios del occiso, incluidas las raíces. Aspirar fluido de la vagina y/o del recto en busca de
fosfatase acida, grupo sanguíneo y evaluación de espermatozoides. Tomar muestras de las
mismas zonas para determinar el tipo del fluido seminal. Secar las muestras rápidamente con
aire frío, soplado si es posible, y conservarla en sobres limpios de papel;
xix.- Deben hacerse incisiones sistemáticas a lo largo de la espalda, las nalgas y las
extremidades, incluidas las muñecas y los tobillos, para buscar lesiones profundas. También
deben hacerse incisiones en los hombros, los codos, las caderas y las coyunturas de las
rodillas para buscar lesiones de los ligamentos;
h) El examen interno para determinar la presencia de pruebas internas de lesiones debe aclarar
y ampliar el examen externo;
i) Ser sistemático en el examen interno. Realizar el examen ya sea por regiones o sistemas del
cuerpo, incluidos los sistemas cardiovascular, respiratorio, biliar, gastrointestinal,
retículoendotelial, genitourinario, endocrino, muscular y nervioso central. Dejar constancia del
peso, el tamaño, la forma, el color y la consistencia de cada órgano, así como de toda
neoplasia, inflamación, anomalía, hemorragia, isquemia, infarto, intervención quirúrgica o
lesión. Tomar secciones de zonas normales y anormales de cada órgano para el examen
microscópico. Tomar muestras de todo hueso fracturado para la estimación microscópica
radiográfica de la edad de la fractura;
ii) Examinar el pecho. Tomar nota de toda anormalidad de los pechos. Dejar constancia de toda
fractura de costilla, tomando nota de si se intentó la resucitación cardiopulmonar. Antes de
abrir, comprobar la presencia de neumotórax. Dejar constancia de grosor de la grasa
subcutánea. Inmediatamente después de abril el pecho, evaluar las cavidades pleurales y el
saco del pericardio para detectar la presencia de sangre o de otro fluido y describir y cuantificar
todo fluido presente. Guardar todo fluido presente hasta explicar la presencia de objetos
extraños. Tomar nota de la presencia de embolismo gaseoso, caracterizado por sangre
espumosa dentro de la aurícula y el ventrículo derechos. Trazar toda lesión antes de extraer los
órganos. Si no hay sangre en otros sitios, tomar una muestra directamente del corazón.
Examinar el corazón tomando nota del grado y la ubicación de enfermedad arterial coronaria o
de otras anomalías. Examinar los pulmones, tomando nota de toda anomalía;
iv) Extraer, examinar y dejar constancia de la información cuantitativa acerca del hígado, bazo,
páncreas, riñones y glándulas adrenales. Guardar por lo menos 150 gramos de cada uno de los
riñones y el hígado para evaluación toxicológica. Extraer el tracto gastrointestinal y examinar el
contenido. Tomar nota de los alimentos presentes y de su grado de digestión. Guardar el
contenido del estómago. Si se desea hacer una evaluación lexicológica más detallada, debe
guardarse el contenido de otras regiones del tracto gastrointestinal. Examinar el recto y el ano
para hallar quemaduras, laceraciones u otro tipo de lesiones. Ubicar y retener todos los objetos
extraños presentes. Examinar la aorta, la vena cava inferior y los vasos ilíacos;
v) Examinar los órganos de la pelvis, incluidos los ovarios, las trompas de Falopio, el útero, la
vagina, los testes, la próstata, las vesículas seminales, la uretra y la vejiga. Trazar las lesiones
antes de extraer los órganos. Extraer los órganos cuidadosamente a fin de no lesionarlos.
Tomar nota de toda señal de embarazo anterior o actual, aborto o parto. Guardar todos los
objetos extraños hallados en la cerviz, el útero, la vagina, la uretra o el recto;
vi) Palpar la cabeza y examinar las superficies externas e internas del cuero cabelludo,
tomando nota de todo trauma o hemorragia. Tomar nota de toda fractura craneana. Extraer la
bóveda del cráneo cuidadosamente y tomar nota de los hematomas epidurales y subdurales.
Cuantificar, pesar y guardar todo hematoma presente. Extraer la dura a fin de examinar la
superficie interna del cráneo para determinar la presencia de fracturas. Extraer el cerebro y
tomar nota de toda anomalía. Diseccionar y describir todas las lesiones. Debe comentarse
especialmente la atrofia de la corteza cerebral, ya sea focal o generalizada;
vii) Evaluar los vasos cerebrales. Guardar por lo menos 150 gramos de tejido del cerebro para
evaluarlos desde el punto de vista lexicológico. Sumergir el cerebro en fijador antes del
examen, si es lo indicado;
viii) Examinar el cuello una vez extraídos el corazón y el cerebro y después de haber drenado
los vasos del cuello. Extraer los órganos del cuello, teniendo cuidado de no fracturar el hioides.
Diseccionar y describir todas las lesiones. Examinar la mucosa de la laringe, sinus piriformes y
esófago y tomar nota de petequia, edema o quemadura causadas por sustancia corrosivas.
Tomar nota de todo artículo o sustancia que se encuentre en la lúmina de esas estructuras.
Examinar la tiroides. Separar y examinar las paratiroides, si es fácil identificarlas;
ix) Diseccionar los músculos del cuello, tomando nota de las hemorragias. Extraer todos los
órganos, incluida la lengua. Diseccionar los músculos de los huesos y anotar toda fractura del
hioides o de los cartílagos tiroides o cricoideos;
x) Examinar la espina cervical, toráxica y lumbar. Examinar las vértebras desde sus aspectos
anteriores y anotar toda fractura, dislocación, compresión o hemorragia. Examinar las
vértebras. Puede obtenerse fluido cerebroespinal si es indicado hacer más evaluaciones
toxicológicas;
xi) En los casos en que se sospeche que hay lesiones espinales, diseccionar y describir la
médula espinal. Examinar la médula cervical anteriormente y tomar nota de toda hemorragia de
los músculos paravertebrales. El examen posterior es mejor para evaluar las lesiones
cervicales altas. Abrir el canal espinal y extraer la médula. Hacer cortes transversales cada 0,5
cm y anotar toda anormalidad;
l) Una vez completada la autopsia dejar constancia de los especímenes que se hayan
guardado. Poner etiqueta a todos los especímenes con el nombre que se hayan guardado.
Poner etiqueta a todos los especímenes con el nombre del occiso, el número de identificación
de la autopsia, la fecha y la hora en que se recogieron, el nombre del prosertor y el contenido.
Conservar cuidadosamente toda prueba y dejar constancia de la cadena de custodia con los
formularios correspondientes de salida;
i) Hacer todos los exámenes toxicológicos y guardar parte de las muestras examinadas para
permitir su reexamen;
a. Tejidos: como cuestión de rutina, guardar 150 gramos de hígado y riñón. Pueden guardarse
muestras cerebrales, de pelo y de tejido adiposo para hacer nuevos estudios en los casos en que
se sospeche el uso de drogas, venenos u otros tóxicos;
b. Fluidos: como cuestión de rutina, deben guardarse 50 cc (si es posible) de sangre (girar y guardar
suero en todas o algunas de las probetas), toda la orina disponible, humor vítreo y contenido
estomacal. Debe guardarse bilis, contenido del tracto gastrointestinal regional y fluido
cerebroespinal en los casos en que se sospeche el uso de drogas, venenos u otros tóxicos. Debe
guardarse fluido oral, vaginal y rectal en los casos en que se sospeche agresión sexual:
b. Todas las vestimentas y los efectos personales del occiso, que usaba o se hallaban en su
posesión en el momento de su muerte.
e. Pelos de la cabeza, en los casos en que sea discutible el lugar de la muerte o la ubicación
del cadáver antes de ser descubierto;
j) Después de la autopsia deben restituirse en el cadáver todos los órganos que no se vayan a
conservar, y debe embalsamarse bien el cadáver a fin de facilitar una segunda autopsia si se
desea hacer en algún momento futuro;
k) El informe escrito de la autopsia debe referirse a todos los asuntos que se destacan en
negrillas en el protocolo. Al concluir el informe de la autopsia deben resumirse las conclusiones
y la causa de la muerte. Ello debe incluir las observaciones del prosector en que se atribuyan
las lesiones a traumas externos, intervenciones terapéuticas, cambios posteriores al deceso o a
otras causas. Debe hacerse un informe completo a las autoridades competentes ya la familia
del occiso.
V PROTOCOLO MODELO DE EXHUMACIÓN Y ANÁLISIS DE RESTOS ÓSEOS
A. Introducción
El presente protocolo modelo propuesto para examinar y analizar restos óseos incluye una lista
amplia de pasos que se han de seguir en un examen forense básico. El objeto de una
investigación antropológica es el mismo que el de una investigación médicolegal de una
persona recién fallecida. El antropólogo debe reunir información que determine la identidad del
occiso, la hora y el lugar de la muerte, la causa de la muerte y la manera o el modo en que este
ocurrió (homicidio, suicidio, accidente o natural). El enfoque del antropólogo difiere, sin
embargo, porque ha de examinarse el carácter del material. En un caso típico el prosector debe
examinar un cadáver, en tanto que un antropólogo ha de examinar un esqueleto. El prosector
se concentra en la información obtenida a partir de tejidos blandos, en tanto que el antropólogo
se centra en la información procedente de tejidos duros.
Las cuestiones que ha de resolver el antropólogo difieren de las que se procura resolver en una
autopsia típica. La investigación antropológica dedica más tiempo y atención a cuestiones
fundamentales como las siguientes:
c) ¿Cuál era el sexo, la raza, la estatura, el peso, la destreza el físico del occiso?
d) ¿Hay rasgos o anomalías del esqueleto que podrían servir para identificar positivamente al
occiso?
El presente protocolo modelo puede utilizarse en situaciones muy diversas. Sin embargo, su
aplicación puede verse afectada por malas condiciones insuficiencia de los recursos financieros
o falta de tiempo. Es posible que en algunos casos resulte inevitable e incluso preferible
desviarse del protocolo. Con todo, se sugiere que se comente y explique en el informe final
toda desviación importante de este protocolo y toda circunstancia que la justifique.
1. Investigación de la escena
c) Fotografiar la zona de trabajo desde la misma perspectiva antes de iniciar los trabajos y
después de que concluyan todos los días a fin de documentar las alteraciones que no se
relacionen con el procedimiento oficial;
d) En algunos casos es necesario ubicar en primer lugar la fosa en una superficie determinada.
Hay numerosos métodos de ubicación de fosas, según su antigüedad:
i. Un arqueólogo experimentado puede reconocer huellas como los cambios de contorno superficial y
variaciones de la vegetación local:
ii. Puede usarse la sonda metálica para ubicar las características menos compactas de suelo utilizando para
rellenar la fosa;
iii. Puede despejarse la zona que se investigará y apartar el suelo de la superficie con una pala plana. Las fosas
tienen una apariencia mas oscura que el terreno que las rodea porque el suelo superficial más oscuro se ha
mezclado con el sub suelo más claro en el lugar en que se ha rellenado la fosa. A veces la aspersión ligera
de agua sobre la superficie puede realzar los contornos de la fosa;
i. Individual o mezclado. Una fosa puede contener los restos de una persona sola o puede contener los restos
mezclados de dos o más personas enterradas al mismo tiempo o con un intervalo;
ii. Aislada o adyacente. Una fosa aislada está separada de otras fosas y puede excavarse sin preocupación por
invadir otra fosa. Las fosas adyacentes, como las que se hallan en un cementerio poblado, requieren una
técnica de excavación diferente porque la muralla de una fosa es también la muralla de la que está junto a
ella;
iii. Primaria o secundaria. Una fosa primaria es aquella en que se sitúa en primer lugar al difunto. Si a
continuación se extraen y vuelven a enterrar los restos, se considera que la fosa es secundaria;
iv. Inalterada o alterada. Un entierro inalterado no ha sufrido cambios (salvo por los procesos naturales) desde
el momento del entierro primario. Un entierro es aquel que ha sido cambiado por la intervención humana
después del momento del entierro primario. Se considera que todos los entierros secundarios están
alterados; se pueden utilizar métodos arqueológicos para detectar las alteraciones de un entierro primario;
g) Establecer un punto inicial, y luego bloquear y hacer un mapa del lugar del entierro haciendo
una rejilla de tamaño apropiado y siguiendo técnicas arqueológicas normales. En algunos
casos, puede bastar con medir la profundidad de la fosa desde la superficie hasta el cráneo y
desde la superficie hasta los pies. A continuación puede dejarse constancia de los materiales
registrados desde el punto de vista de su posición relativa al esqueleto;
h) Extraer la capa superior de tierra, examinando ésta en busca de materiales asociados. Dejar
constancia del nivel (la profundidad) y las coordenadas relativas de los hallazgos de esa
especie. El tipo de entierro, especialmente si es primario o secundario, influye en el cuidado y
atención que es necesario prestar en este momento. Los materiales asociados ubicados en el
lugar de un entierro secundario probablemente no revelarán la circunstancia del entierro
primario; pero pueden dar información acerca de los hechos ocurridos después de ese entierro;
i) Un detector de metales es útil para hallar elementos metálicos, como balas o joyas,
particularmente en los niveles inmediatamente superior e inferior al nivel de los restos;
j) Cuando se ubica el nivel del entierro, circunscribir el cadáver y, si es posible, abrir la
excavación del entierro a un mínimo de 30 cm a los costados del cadáver.
k) Hacer un pedestal del entierro excavado todos los costados hasta el nivel inferior del cadáver
(aproximadamente 30 cm), Hacer también un pedestal de todos los artefactos asociados.
l) Exponer los restos con un cepillo blando o escobilla. No utilizar el cepillo sobre tela, por
cuanto puede destruir los restos de fibra. Examinar el suelo alrededor del cráneo en busca de
pelo. Colocar este suelo en una bolsa para estudiar en el laboratorio. La paciencia es
inapreciable en este momento. Los restos pueden ser frágiles, y es importante determinar la
interrelación de los elementos que se pueden alterar fácilmente. Los daños pueden reducir
seriamente la cantidad de información disponible para el análisis;
m) Fotografiar y hacer un mapa de los restos en el lugar mismo. Todas las fotografías deben
incluir un número de identificación, la fecha, una escala y una indicación del norte magnético:
i. Fotografiar en primer lugar todo el entierro, y concentrarse luego en detalles individuales importantes de
manera que su relación con el conjunto pueda verse fácilmente;
ii. Debe fotografiarse de cerca todo lo que parezca desusado o notable. Debe prestarse seria atención a las
pruebas de trauma o cambio patológico, ya sean recientes o restauradas;
iii. Fotografiar y hacer un mapa de todos los materiales asociados (vestimentas, pelo, ataúd, artefactos, balas,
casquillos, etc.). El mapa debe incluir un bosquejo aproximado del esqueleto, así como de los materiales
asociados;
i. Medir la longitud total de los restos y dejar constancia de los puntos terminales de la medición, por ejemplo,
superficie superior a plantar del calcáneo (Nota: Esta no es una medición de estatura);
ii. si el esqueleto está en condiciones de fragilidad no hagan que se pueda romper al levantarlo, debe hacerse
la mayor cantidad de mediciones posibles antes de sacarlo del terreno;
o) Extraer todos los elementos y ponerlos en bolsas o cajas, procurando evitar los daños.
Numerar y poner fecha e iniciales a todos los recipientes;
p) Excavar y pasar por una criba o cedazo el suelo situado inmediatamente debajo del entierro.
Debe llegarse a un nivel de suelo "estéril" (libre de artefactos) antes de cesar la excavación y
comenzar a rellenar.
Durante el análisis de laboratorio de los restos óseos debe seguirse el siguiente protocolo:
a) Anotar la fecha, la ubicación, la hora de iniciación y de terminación del análisis del esqueleto,
y el nombre de todos los trabajadores;
b) Radiografiar todos los elementos del esqueleto antes de hacer una limpieza posterior:
c) Conservar algunos huesos en su estado original; dos vértebras lumbares bastarían. Lavar el
resto de los huesos, pero no enjuagarlos ni restregarlos. Permitir que se sequen los huesos;
f) Dejar constancia de la condición de los restos, por ejemplo, intactos y sólidos, erosionados y
quebradizos, chamuscados o cromados;
g) Identificación preliminar:
h) Identificación individual:
i. Buscar las pruebas de destreza, cambio patológico, trauma y anomalías del desarrollo;
ii. Dejar constancia de las razones de cada conclusión;
iii. Fotografiar todas las pruebas en apoyo de esas conclusiones;
i) Tratar de distinguir las lesiones derivadas de medidas terapéuticas de las que no estén
relacionadas con tratamiento médico. Fotografiar todas las lesiones:
j) Si los restos se han de enterrar nuevamente antes de obtener la identificación, conservar las
muestras siguientes para análisis posteriores:
3. Informe final
En los casos en que no se pueda identificar al occiso, los restos exhumanos o todas las
pruebas deben conservarse durante un tiempo razonable. Debe establecerse un depósito para
conservar los cadáveres de cinco a diez años en casos de que puedan necesitarse en una
fecha posterio