Monstruo de Parcona

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NICOLÁS GUTIERREZ MENDOZA

“MONSTRUO DE PARCONA”

Clasificación : Asesino en serie


Características : Sádico, Pedófilo, Necrofílico, Carnicero 
Número de víctimas : 13
Periodo actividad : 1995 – 1996
Fecha detención : 4 septiembre 1996
Fecha de nacimiento: 1971
Perfil víctimas : Niñas entre 6 y 9 años
Método de matar : Asfixia
Status : Condenado a cadena perpetua 1997

BREVE HISTORIA HISTORIA PERSONAL-FAMILIAR

Nicolás Gutiérrez Mendoza, nació el año 1969 y fue capturado a la edad de 27


años en 1996, actualmente cumple prisión con 47 años de edad. Nació en el
Distrito sureño de Ica en el año 1969, en el desolado y árido poblado de Parcona,
una zona sin asfalto, pequeñas casas de eternit, con un aproximado de 70
pobladores, se sabe que tuvo una infancia sumamente desdichada, vivía en una
choza junto a su madre y hermanos, fue violado por un delincuente cuando era
niño y en su adolescencia padeció el abandono paterno, conoció la miseria y se
volvió adicto a la Marihuana y pasta Básica de Cocaína, de allí pasó al servicio
militar donde recibió maltratos y abusos por parte sus compañeros superiores del
ejército, Algunos informes presumen que la madre de Nicolás Gutiérrez sufría de
alteraciones mentales "Todos llevamos dentro alguna herencia genética, pero se
neutraliza con el amor familiar”, algo que Nicolás Gutiérrez nunca tuvo, fue su
cuñado quien le conto como era el acto sexual con una criatura y este le aseguro
que era formidable y exbre, despertando la curiosidad y ansias de un Psicópata
Potencial, sucesivamente con el pasar de los años en éste pueblo olvidado se iba
concentrando la maldad de un perverso psicópata que violó y mató a trece
indefensas niñas, denominado “El Monstruo de Parcona”.

En el año 1996 fue arrestado y condenado a Cadena Perpetua y ya en la prisión


lo habían intentado asesinar dos veces. La primera los internos pretendieron
envenenarlo con los alimentos y la segunda con cianuro diluido con agua destilada
en una jeringa. Su vida estaba en riesgo en Cachiche, la cárcel de Ica, donde
cumple condena.

VICTIMAS

Fueron 13 sus víctimas confirmadas, todas ellas cumplían con un patrón ser niñas
menores de 9 años. Estas son la relación de sus víctimas:

1. Palmira Arroyo Quispe, de 8 años

Fotografía de Palmira sostenida por su madre.

El 26 de mayo de 1995, la salida fue más temprano que de costumbre en


el colegio. La madre de Palmira Arroyo Quispe, de 8 años, solía ir a
recogerla a la escuela a las cinco de la tarde, pero esta vez no la encontró.
En el colegio le informaron que habían salido temprano y que
probablemente estaría con alguna amiga. La madre se preocupó porque
ellos vivían en José Gálvez, Villa María del Triunfo, sólo un mes atrás. Se
acababan de mudar del Callao y su hija aún no conocía a mucha gente.

Días más tarde, cerca de allí, en el AA.HH. 19 de Julio, un obrero vio


ingresar a una construcción desolada a un hombre que tenía una niña
pequeña en brazos y al parecer estaba dormida. Avisó a su capataz y
fueron a buscar al dueño de la construcción. Con la Policía encontraron el
cadáver de la niña en descomposición, en el lote 3 de la manzana E.

2. Johana Quispe Contreras, de 6años de edad


El 26 de agosto de 1995, se encontró el cuerpo en la Av. Grau 1938, José
Gálvez, en el distrito de Villa María del Triunfo-Lima.
3. Jackeline Lizbeth Paiva Muro, de 7 años de dad
La niña estudiaba en el Colegio Peruano-Japonés 14.9.95 .Se encontró el
cadáver en el pasaje Pajares de los Lúcumos, José Gálvez, V.M.T.
4. Keyla Yolanda Goya León, de 6 años de dad
Se encontró el cadáver en la zona agropecuaria del comité N°10 José
Gálvez V.M.T. Estudiaba en el Peruano-Suizo de Villa El Salvador.

5. Jenny Fiorella Champa Rueda, de 9 años de edad

Desapareció el 30 de enero de 1996 a las 6 de la tarde. El 4 de febrero


1996, se le encontró en la Av. Los Eucaliptos 13-B José Gálvez, V.M.T.

Su madre, Isabel, estaba vendiendo en el puesto de ropa que tiene en el


mercado y dejó a Jenny al cuidado de su abuela. Ya varias niñas habían
sido violadas e Isabel no quería que su hija corriera la misma suerte. Sin
embargo, en un descuido de la abuela, la nieta salió a jugar a la calle. Los
vecinos vieron a la niña caminando en dirección al mercado, de la mano de
un desconocido.

El cadáver de la última niña que Gutiérrez violó en el Cono Sur, fue


encontrado a pocos metros de la vivienda de una hermana suya, en cuya
parte posterior había una choza donde vivía el violador. Cuando fue
capturado confesó haber estado en el levantamiento del cadáver.

Entonces fue capturado por la Policía, que después de tenerlo preso cuatro
días lo liberó, argumentando que no tenían pruebas en su contra. Gutiérrez
engañó a sus captores. Después se dirigió a Ica llevado por su madre.

6. Lidia Elizabeth Céspedes Rojas,  de 8 años de edad


El 10 de mayo de 96. Se ubicó el cadáver en el Pasaje Ferrocarril #162 A.
Lote 6 José Gálvez V.M.T.
7. Karen Flores Medrano, 8 años de edad de 6 años de edad

Desaparecida el 16 agosto 1996 en Parcona, Ica.


8. Gina Villafuerte Calderón de 7 años de edad
Desapareció el 17 de julio a la salida del Colegio Santa Rosa en Parcona,
Ica.
9. Lizeth Palomino Velásquez de 7 años de edad
Parcona, Ica.
10. Noemí Gamboa Saritúpac de 6 años de edad
Secuestrada la tarde de 26 de julio en Ica. Estudiaba en el Colegio N°
22319

PROBABLES

11. A.L.R. (8) 12-I.T.G (8) 13-P.B.T (8) desaparecida en marzo pasado.

TEORIA DEL CASO


Solía frecuentar los colegios primarios encontrar a sus víctimas, luego
seleccionarlas de acuerdo a la vestimenta “panty”, se acercaba a ellas diciéndoles
“cómo te llamas, cuántos años tienes, te doy S/.5 soles y me ayudas a llevarle una
carta a mi enamorada”. La llevaba a la chacra y les hacía tocamientos indebidos
en su vagina y les decía: “estoy enamorado de ti”, les besaba sus partes íntimas y
cambiando de personalidad pasando de un personaje bueno a la bestia.
Manteniendo relaciones sexuales al no poder controlar sus instintos; le venía el
deseo de matarla; la colocaba “boca abajo” para tener relaciones contra natura.
Matando a sus víctimas para luego practicar la necrofilia alucinado que sus
víctimas aún estaban con vida, sintiendo mayor placer y excitación al oler y beber
su sangre. Pasado el tiempo estos instintos volvían a presentarse en el imputado
no pudiendo controlarlos, teniendo que reprimirlos, por ello tenía que buscar
nuevas víctimas para no tener que abusar de sus sobrinas quienes tenían la edad
de sus víctimas. Esto lo realizada de manera sucesiva con todas sus víctimas
(siendo un total de 18) y todas ellas en una edad de 6 a 12 años.

DEMOS UNA MIRADA. EL Periodista Juan Ignacio Blanco, Criminólogo


Licenciado en Ciencias de la información por la Universidad Complutense de
Madrid, afirma:
Un peruano de 25 años de edad, calificado por la prensa de aquel país como "La
Bestia de Parcona", confesó que abusó sexualmente y asesinó al menos a doce
niñas, según informaciones facilitadas por la policía.

Nicolás Gutiérrez Mendoza fue detenido la semana pasada en el distrito sureño de


Parcona, en el departamento de Ica, unos 300 kilómetros al sur de Lima.

El criminal fue localizado y retenido por varios obreros que oyeron los gritos de
auxilio de una niña en un paraje abandonado, donde la policía descubrió los
cadáveres de otras cuatro menores en un pozo abandonado.

El portavoz de la policía informó que Gutiérrez confesó con frialdad sus crímenes,
y explicó que antes de atacar a una niña la seguía durante dos o tres días y
después la llevaba con engaños a algún lugar apartado.

Sus primeros ocho asesinatos los perpetró en el lado sur de Lima y los últimos
cuatro en Parcona, donde huyó para evadir el acoso policial, que le seguía los
pasos desde mayo pasado, cuando había sido detenido y puesto en libertad "por
falta de pruebas".
El cadáver de la última niña asesinada en Lima fue hallado a sólo 25 metros de la
choza donde vivían Gutiérrez y su madre, en la barriada José Gálvez, del distrito
de Villa María del Triunfo.

La matanza de las niñas empezó en mayo de 1995 en esa misma barriada, donde
vivían seis de las ocho menores asesinadas por el criminal en Lima, precisó la
fuente policial.

El caso ha conmovido a los peruanos y ha reabierto el debate sobre la posibilidad


de ampliar la pena de muerte para los violadores y asesinos de niños.

"El problema de sujetos como Nicolás Gutiérrez Mendoza no está en el pene sino
en su cabeza. Yo no estoy de acuerdo con las castraciones ni con la pena de
muerte", sostiene el Psicoanalista Luis Herrera Abad en torno al vendaval de
propuestas punitivas lanzadas contra el violador y asesino de numerosas niñas.
Antes recordemos que no estamos ante hijos únicos productos del subdesarrollo.

Recostado en su asiento de cuero negro el doctor José García Jiménez, psicólogo


forense del Instituto de Medicina Legal (IML), hace un rápido recuento mental.
Alisándose un poco el bigote algo encanecido, responde: “‘El monstruo de
Parcona’, hace unos diez años, más o menos: era un caso de esos de los que
preguntan, tenía muchos rasgos del antisocial. Tenía una florida personalidad”.

El ‘Monstruo de Parcona’ fue un pedofilo reincidente. Un criminal en serie. La niña


que estaba con Nicolás Gutiérrez Mendoza gritaba desde una casa abandonada, a
tres kilómetros de la ciudad de Ica, en Parcona. Los hermanos Espino Castillo de
la hacienda Buendía, oyeron los gritos de la menor y pudieron encontrar el lugar.
Descubierto, Gutiérrez, dejó a la niña y corrió. Pero no pudo escapar.

Ese fue el final de una serie de homicidios y violaciones que se inició en


Pachacamác, Lima, con cuatro niñas. En la foto de su captura en Ica, luce perdido,
cansado y confundido. Había confesado su crimen. Se salvaría de la cadena
perpetua pero no de la cárcel, las pruebas presentadas contra él eran
concluyentes.
Durante el juicio que siguió a su captura lo negó todo. Trató de aclarar que no fue
en una casa donde lo encontraron, sino que se encontraba defecando en el río
Achirada, lejos de la hacienda Buendía, y cuando aparecieron los hermanos con la
niña se puso a correr.

Además por momentos parecía no acordarse de nada, la prensa colocaba en sus


titulares que se hacía el loco. Con voz callada él decía que era “asaltante,
delincuente, que actuaba en una banda y había cometido asaltos a mano armada”.
Pero que no era violador de niñas, hasta aseguro que tenía una novia llamada
Verónica Salvatierra y que era un sátiro sexual, pero sólo de mujeres adultas.

“El acusado como se ve, viste bien, masca chicle, y adopta poses creyéndose un
gringo (…)”. Así fue descrito por Rodolfo Espinosa, fiscal de la Sala Penal de la
Corte Superior de Ica, el 10 de junio de 1997. Ese día en la mañana se realizaba
la tercera audiencia del juicio por la violación y muerte de 3 niñas menores de
siete años en Ica. Ese fue el comienzo de su segunda interpretación. De una
sincera voz débil, a una actitud locuaz e intrigante

Por ejemplo, durante la vista del 26 de junio nuevamente trato de sorprender a la


sala expresando militarmente: “Negativo. Nunca he cometido delitos. No era jefe
de banda. No es cierto. Dije Mentiras”. Luego tuvo que confesar que vivía por el
dinero que le enviaba su hermano, miembro de la seguridad del Estado.

El ‘Monstruo de Parcona’ desarrollaba durante el juicio una personalidad


histriónica, en la cual se actúa asumiendo diversos papeles al momento de mentir.
El cinismo de sus frases lo hacían ver impulsivo, inestable. ¿Podría haber sido
todo fingido?

Lo habían intentado asesinar dos veces. La primera los internos pretendieron


envenenarlo con los alimentos y la segunda con cianuro diluido con agua destilada
en una jeringa. Su vida estaba en riesgo en Cachiche, la cárcel de Ica. La prisión
es peligrosa para un violador, se quedaba sin salidas.

Durante la sesión del 11 de junio está inseguridad se reveló. Le mostró una cuerda
de 40 cm que llevaba en el bolsillo al juez y luego le dijo “aquí no quiero estar”. Por
la inestabilidad emocional en momentos críticos, este tipo de personas tienden a
explotar y a tomar medidas extremas como el suicidio o el homicidio. Era una
bomba de tiempo.

En la misma vista respondió a una pregunta del fiscal, que nuevamente lo puso en
evidencia, se estaba quedando sin respuestas.

- “¿Fue su cuñado quién le contó cómo era el acto sexual con una criatura?
- Sí, yo le saqué la lengua y me confío que era formidable, era chévere.”

Su juicio había sido caracterizado por momentos como el anterior. Sus


declaraciones siempre tenían algo nuevo, sin embargo la dilatación de las vistas
hacía que con cada nueva interrogación del fiscal, estuviera más acorralado a
admitir la verdad.

- Criminales como el ‘Mounstro de Parcona’ nunca logran la rehabilitación final –


dice el doctor mientras se acomoda.

Para él todo criminal tiene algunos rasgos característicos en su personalidad. En


realidad, cualquier persona puede tener estos rasgos antisociales, pero pocos
casos tienen una combinación de todas las características. Para completar el
variado cuadro clínico del ‘Monstruo de Parcona’ el doctor propone que se podría
tratar de un trastorno esquizoide. La esquizofrenia es una psicosis en donde la
realidad y la fantasía se conjugan en una sola. El criminal vive en su propio
mundo. Aunque nunca se sabe, quizás sólo era un pedofilo.

  El  asesino  serial  es una persona que mata reiteradamente y logra cometer más
de 3 muertes, generalmente opera individualmente, cada vez que lo hace mata a
una sola persona, es alguien que no suele tener algún vínculo con la   victima  y
que lo hace en diversos momentos, pasando por pausas o intervalos de
"enfriamiento". Actúan como depredadores, acechan, se acercan y matan. 

Conocí  hace 20  años  a un  jovencito  a quien  llamaban  “Ninuska”.

Se  trataba de un chico  de 19 años, provinciano, delgado, que  hacia la  limpieza
de una oficina en Santa Catalina.  Era un  muchacho que  trabajaba para una
empresa de seguridad en labores de aseo y mantenimiento, pero que además de
cuando en cuando apoyaba trabajando  como  vigilante.
La  empresa  lo enviaba a cubrir vacantes, cuidando  residencias  en “Las
Casuarinas, incluso la de la  familia  Nicollini.

Una  noche  recuerdo se  quedó  en el  local  de la  empresa  con  otros vigilantes
que estaban  en “ la  barraca”, y  bebieron abundante  licor, siendo en estado  de
ebriedad violado repetidas  veces por  los vigilantes.

Tres  años  después lo encontré  intentando  trabajar en Cosapi, estaba en la


puerta queriendo presentar sus papeles.

Años  después  luego  de numerosas   muertes  de niñas  de 6 y 12  años violadas


y estranguladas, encontradas enterradas en terrenos  abandonados, los 
periódicos  dieron la noticia  :”Capturan al Monstruo de Parcona”, en ICA.

El asesino  había sido   capturado  cuando  violaba el cadáver de una  niña 


muerta en un descampado. La  policía  comenzó a buscar en el  lugar  otras
evidencias que permitieran  encontrar a varias  niñas  desaparecidas, y se dio con
la macabra sorpresa de  hallar varios  cadáveres  de las  menores enterrados  en 
la  zona.

Ninuska, era el  Monstruo de Parcona. Vi   su foto en periódicos y revistas y lo


reconocí.

Siempre negó  ser el  homicida, pero  las evidencias lo sindicaban como el autor
de los  asesinatos en serie de niñas  seguidos o precedidos de violación sexual.
Finalmente confeso.

Ninuska  luego  de  ser  violado  en  el tercer piso  de la  casa donde funcionaba la
empresa de seguridad y estaba la barraca de los vigilantes,  era  fastidiado por
todo el personal, le  agarraban  el  rostro y esto  lo  hacía  sentirse  humillado.

Lo peor  fue cuando otro  grupo  de  vigilantes  lo  violaron  nuevamente en la 
azotea. Algo  que  Ninuska  jamás  denunció  como  debió  hacerlo en su 
momento.

Ninuska  solo  renuncio a la empresa, jamás  regreso  a cobrar el  dinero  que  le 
adeudaban, huyo  avergonzado y desapareció
Al estudiar personalidades antisociales como la  de  los  asesinos  seriales, se
encuentran cogniciones constantes entre las cuales está la justificación
principalmente. Ellos se perciben a sí mismos como víctimas y creen que su
padecimiento les justifica para hacer padecer a otros, como víctimas furiosas 
dicen: "que ellos actúan así porque también fueron víctimas y padecieron a manos
de otros".

Ninuska dijo que  él también  fue  violado,   que  él fue  también  víctima y  no
mostró  el  más  mínimo  remordimiento.

Todo en este  asesino concuerda con lo que señalan  psicólogos  y estudiosos :

“la justificación colinda con la estrategia de evitación de la responsabilidad que


tiene tres factores principales: el primero es que los individuos con trastorno de
personalidad antisocial se justifican y se sienten víctimas; el segundo, es que
evitan la culpa y el tercero es su falta acentuada de remordimiento”

Un  experto  dice: “Cuando las personas deciden realizar actividades que son
perjudiciales para los demás, ya sea por motivos de provecho personal o por
móviles sociales, evitan enfrentarse o minimizan el daño que causan. "No le hice
daño, la alivie del dolor que implica vivir"

Ninuska  dijo para  conseguir un poco de conmiseración departe de sus captores 


y  jueces: “yo  las  asfixiaba  primero, para que no sufriesen al  ser  violadas 
contranatura”. “Gritaban  mucho, por  eso  las  asfixiaba, para que  no  sufran”.

Esta es la  realidad terrible de la delincuencia, de los  asesinatos en Perú, de los 


homicidas  sexuales, de  los  homicidas  sádicos , todos  psicópatas.

PERFIL CRIMINAL DE NICOLÁS GUTIERREZ MENDOZA


Tal vez confundido con el cuadro de trastorno esquizoide, pero si de algo no cabe
duda es que presentaba todas las características de un psicópata en potencia.

El “Monstruo de Parcona” desarrollaba durante el juicio una personalidad


histriónica, en la cual se actúa asumiendo diversos papeles al momento de mentir.
El cinismo de sus frases lo hacían ver impulsivo, inestable.
Cansado y confundido, lucía el día del juicio Nicolás Gutiérrez. Había confesado,
era consciente de su culpabilidad; sin embargo, eso no lo hacía imputable de los
asesinatos y violaciones. Modificó su versión cuantas veces quiso. En cada
declaración Gutiérrez traía algo nuevo “Fue mi cuñado, quien me contó que el acto
sexual con una criatura era formidable”, manifestó con desparpajo.

La actuación histriónica del violador, hacía que él mismo se vea acorralado,


mentía con facilidad, pero la brusquedad de sus cambios, fueron el factor
delatador.

Las actitudes, falta de remordimiento y comportamiento desinteresado de Nicolás,


manifestaban el prototipo de persona con disociación mental, en otras palabras:
psicópata.

Entre las patologías que se identifican se encuentran:

PAIDOFILIA: Interés sexual por los niños.


NECROFILIA: Perversión sexual por los muertos.
SADISMO: Impulso obsesivo por atacar, agredir y maltratar físicamente.

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