La Navidad Según Sinterklaas
La Navidad Según Sinterklaas
La Navidad Según Sinterklaas
—No subestime a los humanos, Griphook. Ellos algún día podrán abrir los
portales sin la magia, con aquello que han llamado ciencia. A diferencia
de nosotros, fueron creados para convertirse en Dioses. Es mi deber
vigilar que cuando llegue aquel día aún recuerden la magia y la bondad.
Y seguiré haciéndolo hasta que mi cuerpo se haya marchitado.
—¡No lo voy a permitir! —gritó Griphook al tiempo que lanzaba un rayo
de luz violeta sobre Sinterklaas. Sin embargo este estaba preparado.
Levantó su mano derecha, en la cual llevaba un espejo extrañamente
ornamentado, y el rayo rebotó sobre Griphook haciéndolo desaparecer
en el acto.
—Me gustaría que las cosas fueran diferentes, pero mañana, cuando
despiertes, habrás olvidado todo esto, pequeño. Solo una cosa quedará
protegida en lo más hondo de tu corazón: La esperanza en que la magia
si existe.
Dicho esto Sinterklaas desapareció sin hacer el menor ruido. Al otro día
el curioso niño despertó sin acordarse de nada, tal como el duende lo
había dicho y, sin embargo, fue una de las navidades más felices de su
vida.