B) Revolución Científica

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REVOLUCIÓN CIENTÍFICA

INTRODUCCIÓN
La revolución científica es un proceso que se desarrolló en Europa, entre
los siglos XVI y XVII, representa un proceso de ruptura en la concepción
del mundo, un proceso de cambio en la forma de explicarnos los fenómenos
que nos rodean, de tal manera que a través de la observación,
experimentación e instrumentos de medición, pudiéramos descubrir, como
humanidad, las leyes que rigen esos fenómenos.
REVOLUCIÓN CIENTÍFICA

Entre los siglos XV y XVI, la sociedad europea enfrenta diversos


acontecimientos que van generando cambios en la concepción del mundo, el
término Renacimiento, nos da cuenta de notables cambios en diversas
manifestaciones humanas, que disolvieron la mentalidad teocéntrica de la
época medieval e impulsaron el inicio del humanismo moderno, dando paso
de manera gradual, a la transición de la Edad Media a la Edad Moderna.
Durante los siglos XV y XVI números científicos fueron separando de
modo cada vez más decidido, a la ciencia física de toda especulación
filosófica y al mismo tiempo fueron concentrando, paulatinamente, su
atención con preferencia en los problemas empíricos, dejando de lado
los metafísicos, recurriendo a la observación de los fenómenos (pesar,
medir, relacionar, calcular, predecir), es decir, a manejar cantidades y a
establecer relaciones numéricas.
El problema más arduo que encontraban los
científicos experimentales al comienzo de la edad
Moderna consistía en superar la rigidez y el
dogmatismo con que las instancias oficiales
aceptaban y defendían la física aristotélica (es decir
la filosofía de la naturaleza).
Fig. 1. Las ideas aristotélicas predominaban en
las instancias oficiales.
La revolución científica de la época moderna fue posible gracias al desarrollo de dos
aspectos fundamentales de la ciencia: el experimento y las matemáticas.

Como antecedentes, a finales del siglo XIV, algunos científicos de París y Orford,
entre los que destacaron Alberto de Sajonia, Juan Budirán y Nicolás de Oresme,
comenzaron a expresar ciertas propiedades y cualidades de los objetos mediante
variantes cuantitativas (por ejemplo, impulso y duración de un movimiento, tiempo

y velocidad.
Este proceso fue continuado en los siglos
siguientes con estudiosos como Tartaglia,
Leonardo da Vinci, Simón Stevin de Brujas,
aportando numerosos instrumentos técnicos
que fueron contribuyendo a potenciar la
capacidad de medida y de observación.

Fig. 2. Leonardo da Vinci, hombre


renacentista.
Simón Stevin de Brujas (1548-1620) en sus libros de Mecánica recuperó los
estudios del siracusano Arquímedes (siglo III a. C.) sobre Estática, es sus
trabajos de hidrostática fue el primero en intentar calcular el valor de la presión
ejercida por un líquido sobre las paredes del recipiente que lo contiene.

En los siglos XVI y XVII, a estos personajes, siguieron las contribuciones de


Galileo, Copérnico, Michael Mästlin, Tycho Brahe, Kepler, Torricelli y Newton,
como parte de la revolución científica.
Galileo Galilei (1564-1642)

Galileo puede decirse que es el “padre” de la física y de


la mecánica modernas, y el fundador de la observación
astronómica moderna. Su contribución a la mecánica y a
la física se basa en su obra sobre la teoría del
movimiento.

Fig. 3. Galileo Galilei


Galileo Galilei fue el auténtico impulsor de la ciencia
física, transformándola en una ciencia nueva,
dotándola de un objetivo concreto (el estudio de los
fenómenos físicos y sus leyes) de un método
adecuado, observar fenómenos, descubrir las
relaciones existentes entre ellos, aplicar medidas e
Fig. 4. Galileo Galilei realizó experimentos en la
indicar sus magnitudes y resultados, mediante torre de Pisa.

expresiones matemáticas.
Para poder controlar adecuadamente sus
experimentos y observaciones (por ejemplo al
estudiar el movimiento uniformemente acelerado),
Galileo se sintió comprometido a mejorar los
instrumentos de medida (relojes más exactos,
balanzas más precisas, etc.) para poder establecer
Fig. 5. Galileo Galilei, a través del método experimental,
buscó descubrir las leyes que rigen a los fenómenos una observación rigurosa y científica, que se aleje
de la mera experiencia sensible.
Particularmente, en la astronomía de Galileo, defendió el sistema copernicano
(heliocéntrico), su obra Diálogo sobre los sistemas del mundo, le originó un
conflicto con la Iglesia. Hacia 1633, su obra fue prohibida y colocada en el Índice de
los libros prohibidos, tuvo lugar un proceso en su contra, en el que fue obligado a
abjurar (abandonar) el heliocentrismo, en este juicio, se hizo famosa la frase “eppur
si muove” (sin embargo se mueve), para hacer referencia al Sol, que en su
retractación había dicho que era inmóvil.
Nicolás Copérnico (1473-1543)

Copérnico, en su obra Sobre las revoluciones del orbe celeste, distinguió entre
el movimiento planetario aparente y el movimiento real, este último es
contrario a lo que nos muestran los sentidos, pues aunque a nuestros ojos
parece que el resto de los cuerpos celestes giran alrededor de la Tierra
mientras ésta permanece inmóvil en el centro, de hecho sucede lo contrario, la
Tierra gira alrededor del sol (sistema heliocéntrico).
Esta idea, causó gran “incomodidad” en la
época, pues salvo el heliocentrismo de
algunos pitagóricos como Filolao y
Aristarco de Samos, la astronomía tanto en
la Grecia antigua como durante la Edad
Media, fue casi exclusivamente
geocentrista.

Fig. 6. Sistema heliocéntrico de Copérnico.


La propuesta geocéntrica quedó plasmada
en la imagen del mundo transmitida por
Claudio Ptolomeo, astrónomo y
matemático griego del siglo II, quien
propuso que la Tierra ocupa el centro del
Universo y a su alrededor giran en
circunferencias perfectas todos los cuerpos
Fig. 7. Sistema geocéntrico de Ptolomeo
celestes.
Los primeros tres postulados de Copérnico son los siguientes:

1er Postulado: No existe un centro único de todos los círculos o esferas celestes.

2do Postulado: El centro de la Tierra no es el centro del mundo, sino tan sólo el
centro de gravedad y el centro de la esfera lunar.

3er Postulado: Todas las estrellas giran en torno al Sol, que se encuentra en medio
de todas ellas, razón por la cual el centro del mundo está situado en las
proximidades del Sol.
Michael Mästlin y Tycho Brahe

Michael Mästlin (1550-1631), religioso de la Compañía de Jesús, en


público mantenía el sistema ptolemaico, mientras que en el círculo de
sus discípulos íntimos, defendía el sistema de Copérnico, pues este
último estaba mal visto por las autoridades religiosas.
En la concepción de Tycho Brahe (1546-1601),
la tierra se sitúa en el centro y en torno a ella el
Sol, la Luna y las estrellas fijas, mientras que
los demás planetas giran alrededor del Sol y
con él, en torno a la Tierra, que, por supuesto,
continúa inmóvil en el centro.

Fig. 8. Tycho Brahe


Johannes Kepler (1571-1630)

Kepler mediante un proceso sistemático de


observación y de cálculo, colocó las bases del
auténtico y definitivo sistema heliocéntrico.
Estudió la órbita de Marte y recuperó numerosos
datos recopilados por los astrónomos que le
precedieron, sobre todo Tycho Brahe. Fig. 9. Tycho Brahe y Johannes Kepler
Kepler formuló tres leyes de su sistema:

1ª Ley: Los planetas giran alrededor del Sol, describiendo una elipse, de la cual el
Sol, constituye uno de sus focos.

2ª Ley: el área barrida por el radio que une un planeta con el Sol es proporcional al
tiempo que emplea en describirla.

3ª ley: El cuadrado del periodo de circulación de un planeta es proporcional al cubo


de la distancia de dicho planeta al Sol (t2/R2).
Evangelista Torricelli (1608-1647)

Torricelli, discípulo de Galileo llevó a cabo diversos


trabajos de Física y Matemáticas, pero su nombre está
ligado de manera especial, al descubrimiento del
barómetro. La idea de determinar la presión
atmosférica (de pesar el aire) aunque formulada por
Galileo, resultaba extraña a la mentalidad de aquella
época e igualmente se negaba la existencia del vacío. Fig. 10. Evangelista Torricelli
Torricelli tomó un tubo hueco de un metro de
longitud abierto por uno de sus extremos y, una vez
lleno de mercurio, sumergió en posición vertical
dicho extremo en una cubeta que contenía el mismo
líquido; la columna de mercurio contenido dentro del
tubo indicado descendió hasta la altura de 760 mm.

Fig. 11. Barómetro de Mercurio


Isaac Newton (1642-1727)

La revolución científica ve en el inglés Isaac Newton,


cristalizados los esfuerzos de muchos científicos que le
precedieron. Newton realizó grandes contribuciones a la
historia de la ciencia, como los fundamentos del cálculo
diferencial e integral, el análisis de la composición de la luz
blanca y la naturaleza de los colores, pero su gran
Fig. 12. Isaac Newton
descubrimiento fue la concepción de la fuerza de la gravedad.
Hacia el año 1687, Newton publicó su obra
Principia Mathematica, una de las obras
científicas más importantes de todos los tiempos,
pues representó una síntesis de los avances
efectuados durante los dos siglos anteriores,
proporcionando las pruebas que permitieron crear
una imagen del universo funcionando como un
rígido mecanismo movido por leyes mecánicas.
Fig. 13. Principia Mathematica, obra de
Isaac Newton
La revolución científica representó un parteaguas en la historia de la
humanidad. La forma de relacionar, interactuar y explicar, los
fenómenos que nos rodean sufrió un cambio, una ruptura, al crear
nuevos modelos o paradigmas para explicar los sucesos.
La ciencia impulsada por Galileo, tuvo en la observación sistemática y la
experimentación los fundamentos para dar paso a lo que ahora llamamos
método científico. En este proceso, la participación de filósofos como Bacon y
Descartes fueron importantes, al promover nuevas concepciones y métodos
(caminos) para explicar lo que nos rodea o acontece.
Para conocer más sobre el tema, revisa el siguiente video:

Proyecto Arcano. (2020, junio, 7). La biografía de Nicolás Copérnico


y la Teoría Heliocéntrica [Archivo de video ]. Recuperado de:
www.youtube.com/watch?v=sQrAH8jAKWw
ACTIVIDAD
En tu cuaderno completa el siguiente cuadro con la información revisada durante
esta sesión:
Científico Aportaciones principales

Simón Stevin de Brujas

Galileo Galilei

Nicolás Copérnico

Tycho Brahe

Johannes Kepler

E. Torricelli

Isaac Newton
¡Excelente!

Has concluido esta primera sesión del curso, no olvides realizar la actividad de esta
semana.

¡Hasta luego!
BIBLIOGRAFÍA

Abad Pascual, J.J. y Díaz C. (2007) Historia de la filosofía. Mc Graw Hill. México.
Gutiérrez Sáenz, Raúl (2006) Historia de las doctrinas filosóficas, Editorial Esfinge.
México.
Historia Universal Tomo III, Siglos XVI-XVIII. El mundo en expansión. (2002)
Ediciones Nauta. España.
Xirau, R. (1998) Introducción a la historia de la filosofía. Editorial UNAM.
México.

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