Sierra
Sierra
Sierra
ססoo297
INFOR
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INSTITUTO FOR -
manual aco-ndiciona
y mantención v
FE DE ERRATAS
manual n25
b~ i"lUOTECA
INSTITUI () ¡--OtCESTAL
Alonso Qunodo F.
Rosa; re Raseberry L.
Claude Proulx
instituto forestal
/9 6 9
(e) Instituto Forestol, 1969
Inscripción N9 36609
....
El INSTITUTO fORESTAL es uno corporación de derecho privado
creada par el INDAP del Ministerio de Agricultura y la CORFO, para
el desarrollo de los recursos e industrias forestales.
INSTITUTO FORESTAL
Belgrado 11 . Cosilla 3085
Santiago - Chile
iodiee
Página
PROLOGO . 1
INTRODUCCION MARTILLADO DE SIERRAS
CIRCULARES. . . 3
CONSIDERACIONES TEORICAS o •••••••••••••••••• 4
Elasticidad del acera o 4 .
Defarmaci ón de Ia si erra . 4
Fuerza centrífuga . 4
Efecto de la fuerza centrífuga sobre la sierra . S
Tensión o ••••••••••8
Dilatación térmica ..
o· 8.
Repartición de la tensión . 9
Uniformidad de la tensión o 10
••••
Grado de tensión . 10
Punto de la tensión mayor ........•.............. 11
Efecto giroscópico: . 12
CONSIDERACIONES PRACTICAS Y MARTILLADO
PROPIAMENTE DICHO . 13
Herramientas o •••••••••••• 13
i
Pógina
Lada de la sierra , . 32
CONCLUSION . 33
PRINCIPALES AJUSTES Y ALINEAMIENTOS NECE·
SARIOS EN LOS ASERRADEROS PARA OBTENER
BUEN SERVICIO DE LA SIERRA CIRCULAR 34
El mandrilo eje de la sierra o o o • 34
El carro . 35
Ruedas del carro. o •• o ••••••••••••••••••••••••••• 35
Las gu íos ....................................•. 35
La entrada a desvío de la sierra, o' •••• o' • • 37
Collarines , . 37
Velocidad de corte de las sierras circulares . 38
Sujetadores a medialunas , , , o 39
Dientes de sierras circulares del tipo aserradero . 39
Ajuste del aparato recalcador . 41
Recomendaciones sobre el aparato igualador . 45
Lado o mano del aserradero . 46
Acondicionamiento de las sierras circulares pequeñas 48
Sierras de trozar , ,., . 48
Dientes limpiadores, , , . , ,. o o o o o o o o o o o •• o o • 51
Sierras canteadoras o de hilar . 53
Tabla para determinar ángulos de ataque en
sierras circulares , o. o • o' •• o o o •• 55
Sierras combinadas de trazar y de partir o •• 58
Elección de sierras o. o • o •• 58
Sierras circu lares para aserradero .. , o •• o , ••••• 58
a) Sierras de dientes fijos .. , ... o o. o' ••• o •••• 58
b) Sierras de dientes posti zas ' o • , 61
111
Página
IV
prólogo
2
introducción
martillado de
sierras circulares
5
Fig. 2. Repartición Lineal
de los Alargamientos.
·8
7
Tensión. De todo lo anterior se desprende que si se
quiere que una sierra circular tenga una superficie perfectamen-
te plana y en equilibrio dinámico cuando está en rotación, es
necesario que el fabricante o el afilador den a su cuerpo, cuan-
do esté en reposo, una expansión o un alargamiento suficientes
para compensar la deformación del borde causada por la veloci-
dad. A esta expansión del cuerpo de la lámina se le llama ten-
sión.
I
40° j
30° /
20°
V
/
10° /
O
'"
---
6"
V
8'
AL.ARGAMIENTO FINAL
ALARGAMIENTO OEBIOO
A LA ROTAC10N
VELOCIDAD PROF. DE LA
DIAMETRO ESPESOR
CIRCUNFERENCIAL CA VIDAD
m.tro. pu1lil o" o , Calibr. m/ug piel/minuto en pulgocio
14
La forma y la terminaClOn (pulido) de las caras de los
mart.illos es de una gran importancia. La cara redonda, que sir-
ve principalmente para el tensionado, deberá ser redondeada de
una manera muy exacta, de modo que un ligero golpe dado sobre
una sierra de superficie engrasada deje una huella de 1 cm de
diámetro, aproximadamente. Las caras alargadas, anchas y obli-
cuas, que sirven para el aplanado, deberán dejar huellas de 8 mm
por poco más de 1 cm, aproximadamente.
La práctica demuestra que es necesario no golpear so-
bre una lámina en seco. Hay que engrasarla con una mezcla de
sebo y grasa, pues de otro modo los gol pes de martillo marcan
y deforman la sierra.
La regla de 25 cm sirve para verificar el aplanado de las
sierras pequeñas, así como la parle central que queda cubierta
por los collares en las sierras grandes; la de 45 cm sirve para
el emparejamiento en general, ya sea sobre el diámetro de las
sierras pequeñas o sobre el radio y las diferentes partes de las
hojas de las grandes sierras.
Se usa la regla de 1,20 m para verificar someramente la
tensión sobre el diámetro de las grandes sierras, para la verifi-
cación final del emparejamiento (teniendo esta vez la sierra ver-
ticalmente sobre el piso) y para equilibrar la sierra a derecha o
a izquierda, según sea el aserradero derecho o izquierdo (se di-
ce que una sierra es Ifderecha" cuando la troza pasa a la dere-
cha de la lámina durante el aserrado).
Los calibradores de tensión, que son reglas con bordes
convexos, .sirven esencialmente para la verificación del grado y
unifonnidad de la tensión. Los números inscritos sobre estos
calibradores señalan las revoluciones por minuto de las sierras
sobre las cuales se usan. Explicaremos de una manera más com-
pleta el uso de estos calibradores cuando tratemos el tensiona-
do propiamente dicho.
El banco de prueba, al que nos referimos más adelante,
no es más que un accesorio facultativo. pero se recomienda pa-·
ra la verificación final de sierra tamaño grande. Si una sierra
está descentrada, es decir, que bambolea, el banco permite de-
terminar rápidamente el eje neutro y ahorrar tanteos inútiles.
15
descripción de los
defectos de las sierras
circulares
Uno sierro circulor puede ser rígido, lo que significa que no tie-
ne tensión o que el borde está agrandado. Se puede advertir es-
ta rigidez levantando la sierra y colocando la regla grande enci-
ma del diámetro, es decir, pasando porel centro (Fig. 9). La re-
gla toca sólo el centro y se ve la luz por ambos extremos. Esta
rigidez es reversible, es decir, que se manifiesta sobre ambos
lados de la hoja.
19
los diferentes defectos
y sus efectos
A veces las sie-
rras circulares son enviadas al taller para su martillado cuando
aún están en condiciones de seguir prestando servicios satis-
factorios. Se podría ahorrar tiempo y dinero si se conociesen
bien los indicios o síntomas que detenninan una mala tensión
en la sierra. Con una atenta observación y adecuado raciocinio,
basándose en las indicaciones que siguen y vigilando el com-
portamiento general de la hoja en trabajo, se puede llegar a
diagnosticar un defecto cualquiera, ahorrando así tanteos y con-
tratiempos.
Una sierra rígida en rotaciól\ vibra considerablemente
en los bordes y no puede aserrar. Es imposible hacer un solo
corte, pues la hoja no tolera ningún contacto con la madera. Si
se empieza el corte, la sierra "se traba" y llega a detener el
motor.
Una sierra paca blanda gira bastante bien, pero aserrea
en líneas sinuosas (culebreando), siguiendo el hilo de la made-
ra (a lo largo de las fibras) y contorneando los nudos. Tiene una
gran tendencia a calentarse cerca del borde (también puede ca·
lentarse en los bordes por otras razones: demasiada entrada; al
encontrar un clavo u otro pedazo de metal; guías muy apretadas,
recalcado insuficiente; lomo del diente muy alto; gargantas de
tos dientes muy chicas, etc.). Si se aprietan las guías, la sierra
20
se calienta de preferencia en el borde y el mal se agrava, y las
tablas salen de diferentes grosores con un extremo más delga-
do que el otro_ Cuando el corte se desvía hacia un lado, el talón
de la sierra, es decir, la parte trasera que sale del corte, vibra
hacia el costado opuesto. Observando atentamente el comporta-
miento de la hoja se constata que la zona cenlral es bastante
rígida, pero que el borde está suelto y fácilmente va por.un lado
o por el olro.
Uno sierro muy blondo vacila durante la aceleración y
sigue vacilando, ya sea ligeramente o bien en fonna intenniten-
te después de que la velocidad ha disminuido. El aserrado es
bastante recto cuando la hoja está recién afilada, pero tiene ten-
dencia a salirse en los primeros r:ortes y a profundizar cuando
el trozo ha sido escuadrado. La sierra se calienta en el centro
cuando no tiene entrada suficiente; los collares la doblan hacia
el lado opuesto de la troza; el mandril tiene juego en el sentido
longitudinal; la cureña no está lo suficientemente fija; los rie-
les no están a nivelo están torcidos cerca de la sierra; el des-
canso cercano a la sierra se calienta; los dientes están mella-
dos (romos) hacia el lado de la troza; el recalcado es insufi-
ciente, etc. Cuando el corte se desvía hacia el interior de la
troza el talón de la sierra lanza aserrin al palanquero (aserra-
dorl. Si, al contrario, él va hacia afuera, el centro se calienta
más, la sierra se hace más blanda y se pone a vacilar. Apre-
tando las guías la situación mejora un poco, pero no se corrige
totalmente. Por observación se constata que la zona central es-
tá casi suelta y no puede sujetar el borde.
_. .-
-
Fig. H. Ubicación de los Golpes para Arreglar
una Sierra con Deformación Simétrica.
25
ARRIBA
ABAJO
Fig. 15. Distribución de los Golpes para Tensjonar una Sierra Circular.
28
dente que J'a sierra es poco blanda. Esta sierra tiene ya un po-
co de tensión y los golpes de martillo no necesitan ser dados
tan juntos como en el caso anterior. Se opera como en la Fig. 16.
Fig. 16.
da un poco más rígida ell la zona central que otra que tenga un
espesor igual en el centro que en el borde.
Normalmente una sierra cónica de 1,20 m de diámetro,
calibre 7-8 y que gira a 500 r.p.m., cuando se la coloca horizon-
talmente sobre el banco, se la levanta de uno de sus bordes y
se pone la regla grande sobre el diámetro, deja pa&ar la luz a
cada lado del centro, es decir, que la regla grande toca al mis-
mo tiempo el centro y ambos bordes. A 600 r.p.m. el centro co-
mienza a dejar pasar un poco de luz.
liay que hacer notar también que una sierra que opere
sobre rodamientos planos (en metal antifricción) deberá ser de-
jada un poco más rígida al centro, pues ella recupera su tensión
con la dilatación térmica.
conclusión
33
principales ajustes y
alineamientos necesarios
en los aserraderos
para obtener
buen servicio
de la sierra circular
Las guías
Estas son piezas importantes de la máquina de aserrar,
a las que se les debe prestar atención especial.
Para lograr que la sierra funcione bien, las guías deben
sostenerla por encima del centro del mandrilo eje, por cuanto
la mitad superior de la sierra es la que hace todo el trabajo.
Es recomendable colo"ar las guias a una altura tan elevada co-
mo lo permitan los soportes de las escuadras del carro_ Si la
parte inferior de los pasadores, o calas de madera de la guía
35
están en línea con el centro de la sierra, la guía estará lo bas-
tante baja para no topar con nudos o jorobas en los troncos,
siempre que el palanquero tenga cuidado al colocar la troza en
el carro, para el primer corte.
El soporte de la guía debe asegurarse fi nnemente al
bastidor o cureña de la sierra; las guías crean dificultades adi-
cionales si están nojas.
Los pasadores o calas de madera dEben ser confeccio-
nados de madera dura cortada a contrahílo y ser colocadas de
tal manera que queden aproximadamente a un cuarto de pulgada
del fondo de la garga'lta de los dientes. Esto es de suma impor-
tancia si se trata de dientes postizos; si los pasadores de guía
rozan o tocan los sujetadores de los dientes, se saldrán de su
sitio. Los pasadores o guías propiamente tal no deben forzar la
sierra hacia un lado, ni deben colocarse tan cerca que calien-
ten los bordes ae la sierra. Un método para regular los pasado-
res de guía es abrir éstos mientras la sierra está inmóvil. Una
vez que la sierra está girando a alta velocidad se le acercan
los pasadores lo más posible, pero sin llegar a rozarla.
/,ig. 20:
36
La entrada o desvío de lo sierro
Con el objeto de que el aserrín se desprenda bien de la
hoja y evitar que ésta se caliente. es necesario darle a la mis-
ma un ligero ángulo de entrada de ataque en la troza. Una sie-
rra que se calienta en el centro necesita más entrada; una que
se caliente en el borde, menos entrada.
La entrada de la sierra se regula mediante los pernos
de aiuste de los descansos del mandril; nunca debe intentarse
regularla moviendo la linea del carro.
Como regla general, la magnitud de la entrada es de
aproximadamente 3 milímetros en 6 metros 0/8" en 20 pies).
La madera dura requ iere menos entrada que la blanda. Es nor-
mal que el ángulo de entrada se determine por tanteos, ya que
depende esencialmente de las condiciones existentes en cada
aserradero.
Un método sencillo de calibrar la entrada de la sierra
es el siguiente: se ubica la escuadra delantera del carro frente
al centro de la sierra, se coloca un suple metálico o de madera
entre la escuadra y el 'centro de la sierra de modo que toque
suavemente a ambos, se adelanta el carro <Corriéndolo hacia la
cubierta o bote de trozas) hasta que la escuadra delantera, que
lleva el suple, quede ahora a 6 metros del centro de la sierra.
A continuación se tira una lienza del borde trasero de la sierra
al suple de la primera escuadra haciéndola pasar 3 milímetros
más adentro del extremo exterior del suple, se mueve el eje de
la sierra de tal manera que ésta se ajuste a la lienza, con lo
que se tendrá la sierra con una entrada de 3 milímetros en 6
metros 0/8" en 20 pies aproximadamente).
Para corregir o dar el ángulo de entrada las guías de-
ben estar abiertas.
Collarines
F:s conveniente que los collarines de la sierra tengan
un diámetro tan grande como sea posible y un espesor suficien-
te para resistir todas las tensiones. Los collarines pequeños
no dan firmeza bastante a la sierra y los collarines delgados
están expuestos a doblarse y ladearse.
Estos implementos deben oprimir la sierra sólo con sus
37
FiC' 21: CoI/aTines de la sierTa.
Sujetadores o medialunas
Al colocar los dienles a una sierra de dientes postizos,
debemos cerciorarnos que los sujetadores queden suficiente-
mente apretados en los alvéolos o alojamientos. Cuando se en-
cuenlren algunos sueltos, sé deben expandir golpeándolos o
punleándolos en su borde interior. Sin embargo, es s iempre re-
comendable reponerlos por otros nuevos.
Otra precaución importante, que no siempre recuerdan
los afiladores y palanqueros, es la de mantener las aristas vi-
vas en la parte más ancha o recalcada de los sujetadores. Es-
tos pueden reclificarse con lima de media caña o rueda esme-
ril, leniendo cuidado que la parte rectificada quede a 90° (a es-
cuadra) con respecto al cuerpo de la sierra. Ver Fig. 22.
0
4- OE INCIDENCIA o Ll8FlE 10 A l!l°
f3 -t- DE FILO o DIENTE 42° A 4~O
0
~ -4- o 3~0~
y'"
DE ATAQUE SALIDA DE VIRUTA 30 ...
-----r---.
--------------t----
L __ ~-- -~"'"""--------------
41
a) Colocar el recalcador sobre la sierra.
b) Introducir la punta del diente entre el yunque y la
excéntrica C (tirando la sierra).
e) Fijar el recalcador sobre el diente por medio del
brazo de fijación ejerciendo una fuerte presión.
d) Es importante que la cara del yunque O se ajuste
bien de plano sobre el dorso del diente. Se puede
constatar que empujando o retirando el soporte K
se conseguirá que la cara del yunque se ajuste
exactamente sobre el dorso del diente. El ajuste
del soporte K se debe hacer cada vez que se cam-
bie de diámetro de sierra o forma de diente.
Fig. 24k
Recalcador de
sierras circulares.
42
e) Fijar sólidamente el aparato sobre el diente y ti-
rar el brazo de la excéntrica únicamente lo nece-
sario para hacer una pequeña marca con la excén-
trica sobre la cara del diente.
f) Sacar el aparato para constatar si no hay tenden-
cia a subir o bajar la punta de los dientes. Si tien-
de a subirlo se deberá empujar hacia adelante el
soporte K; por el contrario si tiende a bajarlo se
regresará dicho s~ ;>orte.
43
El ajuste preciso del aparato será aquel que pennita
bajar (agachar> la punta recalcada del diente con el objeto que
el afilado del lomo, que se hará después, no elimine demasia-
do metal del recalcado.
Una vez conseguidas )as condiciones descritas, se pl;)-
cede a recalcar los demás dientes.
Cuando se trata de recalcar una sierra cuyos dientes
hayan perdido completamente su recalcado, no se podrá lograr
reconstruir en una sola operación el recalcado. por cuanto en
tal caso se precisará recalcar y esmerilar unas 3 o 4 veces.
El recalcado se usa en sierras circulares de un diáme-
tro de 8 pulgadas o más. El tamaño de los aparatos recalcado-
res varía según el espesor y diámetro de las sierras.
44
Recomendaciones sobre el aparata igualador
La Fig. 25 muestra un aparato de igualar para sierras
circulares. Este debe ser ajustado de tal manera que el dado·
tope G siga la dirección del dorso del diente apoyándose sobre
éste. El ajuste se puede conseguir empujando hacia adelante o
retirando, según sea necesario, el soporte H del aparato.
El empleo del igualador es muy simple pero se reco-
mienda tener presente que el espesor del dado-tope correspon-
da al espesor de la hoja; si no se olvida esto el ajuste del
igualador resulta muy simple.
______ í---¡
'---...r---1-----------------
45
Lada o mano del aserradero
Para determinar el lado o mano del aserradero lome la
posición del palanquero mirando hacia la sierra; si la troza o
carro pasa a su lado derecho el aserradero es derecho y si pa-
sa por el lado contrario es izquierdo.
A B
46
Fig. 25 A:
Igúalador de recalcado para
sierras circulares.
47
Acondicioncmiento de los sierras circulares pequeñas
Sólo se darán algunos de los detalles más-imporlantes
respecto a las sierras pequeñas, de uso corriente, ya que pre-
tender describirlos todos requeriría de un manual volumi-
noso.
Como es fácil comprender el marli lIadn para tensionar
y aplanar sierras de pequeño diámetro es similar al que se ha.-
ce para las sierras del tipo aserradero_ Lo que siempre se de-
be recordar es que éstas necesitan menos tensión, por ser me-
nor la fuerza centrífuga que actúa en su periferia.
Las sierras circulares pueden dividirse en tres clases:
sielTas de. trozar, sierras canteadoras o hiladoras y sierras mix·
las o de combinación, que sirven para ambos propósitos.
Sierras de trozar
Estas sirven para corlar las fibras de la madera trans-
versalmente y pueden a su vez subdividirse en sierras para
rtrttM
E
48
Pig. 26A: Sierra circular trozadora, diente afJTopiado para
despuntador de aserradero.
Dientes limpiadores.
Las sierras de trozar provistas umcamente de dientes
cortantes no son tan eficaces como las que' tienen un diente
limpiador o cepillador después de cada cuatro dientes cortan-
tes.
Al acondicionar estas sierras, conviene limar los dien-
tes limpiadores de modo que su longitud sea de 1/64" a 1/32"
menos que la de los dientes cortantes, como se ilustra en A de la
Fig. 28, para esto se emplea el dispositivo que se ve en B de
la misma figura. De esta manera, los dientes cortantes latera-
les avanzan regularmente y cortan las fibras por delante de los
dientes limpiadores que expulsan el aserrín.
A B
SIERRAS TROZADORAS
o o o o
.. J---
F '·15. 28
52
1/3 del
número
aproxi·
madamente
•
Fig. 29
,,
,,
,,
<,,~,
6" para una sierra de 24" o
, o
" f .
cuyo ángulo de ataque debe "
ser de 30° V
Fig. 30
A B
Fig. 31
55
Mal trabado B¡en trabado
Fig.32
Fig. 35
Elección de sierras
A continuación se dan algunas indicaciones para la
elección de sierras de acuerdo al uso que se les desea dar: és-
tas se referirán más bien a formas de dientes que es lo que en
general presenta dificultades de elección.
59
Tmbando
UtW
sierra
f~irt:ulnr
Midiendo
la
traba
de una
sierra
60
la forma pnmltlva del diente. Por estas razones la sierra de
dientes fijos se usa generalmente en los aserraderos más gran-
des, donde el número de sierras que hay que mantener justifi-
ca los servicios de un experto, el que no sólo se encargará de
mantener las sierras, sino que tamhién tendrá la misión de dar
al aserradero y máquinas de aserrar la correcta alineación y
ajuste necesarios para el buen funcionamiento de la sierra.
El diente de la Fig. 23 es el que deben tener las sie-
rras de dientes fijos destinadas a los aserraderos. Todas las
fábricas entregan las sierras partidoras de grandes diámetros
en un perfil de diente igual o aproximado a éste. Lo importan-
te es mantenerlo, pues si se pierde el ánl';Ulo de ataque el ren-
dimiento de la sierra disminuirá considerablemente.
Las sierras circulares de aserradero se pueden usar Con
sus dientes trabados o recalcados, perp es recomendable siem-
pre que no haya imposibilidad absoluta. dar preferencia al re-
calcado.
b) Sierras de dientes postizas. Estas sierras son las
más usadas en Chile, especialmente en los aserraderos chicos
del tipo tradicional. Se prefieren porque comparativamente con
las sierras de dientes fijos, éstas son más fáciles de mantener
debido a que giran a menor velocidad y a que no hay que pro-
fundizar las gargantas de los dientes, teniendo a su vez mayor
calibre y por esto menos posibilidades de deformaciones a cor-
to plazo y además el afilado de los dientes es sencillo. Por las
anteriores razones no es necesario tener un experto en sierras
en cada aserradero por cuanto el palanquero será capaz de afi-
lar la sierra.
Los modelos de sierras con dientes postizos comun-
mente usados son dos:
a) Las sierras cuyos alvéolos son del tipo de doble
circulo, que aceptan dientes y medialunas designa-
dos por letras (A, B, C, D, F., etc.)
b) Las sierras cuyos alvéolos son del tipo de un solo
círculo y sus dientes y medialunas se designan por
números (2 1/2, 3, 3 1/2, 4, 4 1/2, etc.)
El grado de intercambiabilidad de los diferentes dientes
y medialunas se indica en la tabla 3.20.
61
INSTITUTO F H'-::S-:-A:..
1. Por ejemplo, si se tiene una sierra Spear and Jackson
4 1/2, ésta se puede usar con dientes y medialunas
º4 1/2 de .Atkins, Disston, etc.
2. Una sierra Disston 3D puede usarse con dientes y
medi alunas Nº 33, pero los dientes Disston Nº 30 y
Atkins e pueden colocarse con medialunas Nº 33.
3. Una sierra Simonds B aceptará dientes Hoe B o Atkins
B, etc. pero no le calzará ninguna medialuna que no
sea Simonds B.
La limitación de la mordida o grueso de corte que puede
tomarse con cada diente es por supuesto la cantidad de aserrín
que esposible sacar y eliminaren las gargantas sin que se atasque
la sierra en el corte. En aserraderos con pOlencia insuficiente
puede darse un grueso de corte por diente igual en fracciones
de pulgadas al número de pulgadas de alto de corte; en otras
palabras, en cortes de 8 pulgadas de alto cada diente debe to-
mar 1/8 de pulgada y en cortes de 12 pulgadas de alto será de
1/12 de pulgada por diente. Estas velocidades de a vance no
harán que la cavidad de garganta se atasque de asernn para
dientes tipo B, D, 3, etc. aún cortando maderas duras.
En aserraderos con potencia suficiente y extra la velo-
cidad de alimentación podría aumentarse para la misma altura
de corte con aumento de la exactitud del corte y rendimiento,
principalmente porque s~ saca aserrín más grueso.
Entre la variedad de dientes postizos, hechos por dife-
rentes fabricantes, los tipos 2 1/2 y F son los más pequeños y
se recomiendan particularmente para aserrear trozas. de maderas
blandas nudosas y de pequeños diámetros. Para este tipo de
corte, la sierra debe tener suficientes dientes de manera que no
se salga del corte; si la sierra tuviera pocos dientes cada uno
de éstos tomaría mucha madera en los nudos produciendo un es-
fuerzo muy grande en la periferia.
Los otros tipos comunes de dientes son el B, e, 3,
3 1/2, etc. Estos dientes tienen una mayor capacidad de gar-
ganta, por lo tanto la mordida o avance puede ser también ma-
yor y aunque hacen una cantidad superior de aserrín por ser los
dientes más anchos producen menos problemas pues el aserrín
no escurrirá entre el corte y la hoj a de sierra lo que produciría
calentamientos y deformaciones en ella. Estos dientes más gran·
62
Fig.36
ALVEOLO DE UN CIRCULO
Se clasi/iclln con nlÍ",eros. E" este caso cd j vide 'ltra l.
sierra. el diente y la "udial."tI.
Fig.37
65
sierras circulares
cónicas para partir
madera seca
_.
cia la hoja de sierra.
l()()()\
Fig.-38
I
O
~
Fig.39
~ ~
La cuchilla separadora debe tener un espesor tal que
aumente la abertura del corte lo suficiente para evitar una fric-
ción excesiva contra la parte central de la sierra durante el tra"
bajo. Fig. 39. Con una sierra de doble conicidad debe emplear-
se una cuchilla también de doble conicidad.
El trabado de estas sierras cónicas es de 0,3 a 0,4 mm
(0.012" a 0.016"). Como es natural debe procurarse obtener un
trabado lo más uniforme posible para que la madera no quede ra-
yada y el cepillado final se consiga con una pasada al mínimo.
Una recomendación importante es la que las sierras Có-
nicas solamente deben usarse para aserrar con el tablón p"esto
de canto y nunca en posición horizontal. Para esta última forma
de trabajo siempre deberán utilizarse sierras planas.
Pocas sierras están sujetas a tanto calentamiento y tan
expuestas a quemarse como las sierras cónicas ya que es muy
ma rcada la diferencia de espesor entre el centro y la periferia,
por ejemplo: una sierra de 700 mm P tenemos que el centro tie-
ne 4 mm de espesor mientras que la periferia sólo tiene 1,2 mm.
67
Debe ponerse mucho cuidado para evitar que se introduzcan as-
lillas de madera enlre la sierra y el banco, pues eslo aumenla
la fricción y el calenlamienlo. Además, la sierra no debe lrab.a·
jar demasiado liempo seguido sobre un lablón estacionario. _.
---J
f\l-
. V
o
f\
---1\-,
80-20,
~ cP¡
Sierra
(/('
puntas
calzadas
70
Las sierras calzadas siempre deben ser reparadas y
usadas poi- operarios de experiencia, se debe tener especial
cuidado cuando se colocan y retiran las sierras de la máquina
pues si se golpean las puntas calzadas en algún metal duro és-
tas se saltarán. Igual precaución se debe tener al trasladarlas,
siendo recomendable hacerlo en cajas que servirán también pa-
ra guardarlas; se puede usar la caja en la cual llegaron desde
la fábrica.
La duración de trabajo, entre afiladas, de la sierra cal-
zada es varias veces rna yor que la de dientes corrientes pero se
debe tener presente que nunca debe hacerse trabajar estas sie-
rras con los dientes sin buen filo (mellados) o con algunos de
ellos dañados o saltados.
El eje, los rodamientos y collarines de la sierra deben
estar siempre en perfectas condiciones de tal manera que no
hayan juegos, que generarían movimientos y vibraciones que da-
ñarían muy rápidamente las puntas calzadas. Con el mismo ob-
jeto los collarines que sostienen la sierra durante el trabajo,
deben ser tan grandes como lo permitan las necesidades de uso
de la sierra.
La potencia del motor con que se mueve la sierra debe
ser la suficiente corno para mantener siempre la velocidad cons-
tante, que es aproximadamente de 12000 pies lineales por minu-
to; así por ejemplo, una sierra de 10 pulgadas de diámetro debe
girar a unas 4570 revoluciones por minuto, una de 14 pulgadas
él 3270 revoluciones por minuto.
I.as sierras calzadas son fabricadas con diferentes
a ¡eaciones para di versos trabajos y condiciones, por lo tanto al
hacer un pedido a la fábrica debe indicarse el uso a que se des-
tinará la sierra.
Sierra cal zada partidora
Existen para avance manual de la madera y para avan-
ce mecánico-automático, ambas diseñadas para 'cortar sólo en
el sentido longitudinal de la fibra (corte al hilo o longitudinal).
El diente (la punta o pastilla) está hecho con una serie de bi-
seles que permiten obtener un corte recto y suave, la garganta
de los dientes tiene gran capacidad de aserrín; el ángulo de
ataque es el apropiado para una gran velocidad de corte y avan-
ce de la madera.
71
Generalmente se pueden encontrar sierras de este tipo
entre 20 y 50 cm (8 a 20 pulgadas) de diámetro y calibre del 13
al 9.
72
sierras cromadas
(CROMADO DURO)
74
seguridad
en el aserradero
79
80
bibliografía
81
82
1. D1SSTON STEEL CO. Better and more economicol sawing
manual. U.S.A., 1949.
85
86
Calibres mós usados y sus dimensiones
87
Tabla de velocidad de rotación conv"niente poro olgunas
si.rras circulares *
DIAMETRD
VELOCIDAD
MILlMETRDS CALIBRE
R.P.M.
PU~GADAS
(Aproximados)
12 300 11 2500
16 400 10 1900
20 500 9 1550
24 610 9 1250
28 710 9 1100
30 760 9 1000
34 860 8 900
38 965 8 800
40 1015 8 775
44 1120 8 700
46 1170 8 675
48 1220 8 650
50 1270 8 625
52 1320 7 575
54 1370 7 550
56 1420 7 515
58 1270 7 525
60 1530 7 500
• Para esta tabla se lomó una velocidad de corle de 8000 pies linea-
Jes por ",i"uIO, aproximadamente, es decir unos 2425 metros por
",inulo. De acuerdo a las condiciones del aserradero se puede au-
mentar o disminuir la velocidad de corle lanlo COmO lo permiten Jos
límites que se indican en el texto.
Porte 4. lo
FABRICANTE $1."0 NUMERO PUESTO A LA PIEZA POR EL 'ASRICANTE
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M.cUol,,". 2 2112 3 3 112 • • 112 5 B.O.F. "C 33
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8
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3,048 a 4,572
42·44
44·46
26·34
28 - 36
26 . 34
28·36
59
65
26.75
29,50
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1170
8
8
7 a 11
7 G 11
3.048 a 4,572
3~048 G 4,572
46 ··50
48·52
30 - 38
32 - 40
30··38
30·40
72
78
32.75
35.50
48 1220 8 7 G 11 3,048114,572 50 - 54 ~. 42 32 - 42 85 38.50
SO 1270 8 71111 3,048114,572 52·56 35 - 44 34· 44 92 41,75
52 1320 7 61110 3,403 a 5,156 56 ·60 38 - .u 36·46 109 49,50
5' 1375 7 7 010 3,403 a 5,156 58·62 40·46 38·48 117 53
56 1425 7 6 a 10 3.403 a 5,156 60. M 42 - 48 40·50 122 55,50
se .475 7 6 a 10 3,403 a 5, 156 62·66 .u - 50 42·50 135 61,25
60 1525 7 6 010 3,403 G 5,156 64 - 70 46 - 52 42· 52 1•• 65,50
62 1575 6 5. 9 3.759 G 5,588 66·74 48 - 54 44·54 173 78,50
M 1625 6 5. 9 3,759 a 5,588 68·76 48·56 44·56 les U
66 1675 6 5. 9 3,759 a 5,588 72·78 50·58 '8 - se 197 89.50
68 1725 6 So 9 3,759 a 5,588 76·80 52·60 48 - 60 209 94
70 1775 6 5. 9 3,759 a 5,5E'& 78 . 82 se·62 52 - 62 221 100.25
72 1825 6 5. 9 3,759 a 5,588 80·84 56 - 64 52·64 '54 10625
IMPRESO ~,~