Las Bendiciones de Ser Familia de Dios
Las Bendiciones de Ser Familia de Dios
Las Bendiciones de Ser Familia de Dios
Efe 2:11 Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la
carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la
carne.
Efe 2:12 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y
ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
Efe 2:13 Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis
sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.
Efe 2:14 Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared
intermedia de separación,
Efe 2:15 aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos
expresados en ordenanzas,(B) para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo
hombre, haciendo la paz,
Efe 2:16 y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, (C)
matando en ella las enemistades.
Efe 2:17 Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a
los que estaban cerca;(D)
Efe 2:18 porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo
Espíritu al Padre.
Efe 2:19 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los
santos, y miembros de la familia de Dios,
Efe 2:20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal
piedra del ángulo Jesucristo mismo,
Efe 2:21 en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo
santo en el Señor; Efe 2:22 en quien vosotros también sois juntamente edificados para
morada de Dios en el Espíritu.
Efe 2:12 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los
pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
Efe 4:17 Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros
gentiles, que andan en la vanidad de su mente,
Efe 4:18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la
ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;
Efe 4:19 los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para
cometer con avidez toda clase de impureza.
Col 1:21 Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra
mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado
Rom 5:10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su
Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
Rom 5:11 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro
Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.
Rom 8:15 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en
temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba,
Padre!
Rom 8:16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de
Dios.
Rom 8:17 Y si hijos, también herederos;(A) herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es
que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.
Efe 1:3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con
toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,
Efe 1:4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos
santos y sin mancha delante de él,
Efe 1:5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de
Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,
Jua 14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre,
sino por mí.
Jua 14:7 Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le
habéis visto.
1Jn 2:22 ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es
anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.
1Jn 2:23 Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo,
tiene también al Padre.
1Jn 2:24 Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído
desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el
Padre.
Además, Dios nos ha dado todo lo que necesitamos, no solo para vivir,
sino también para vivir vidas piadosas
(Mateo 6: 31–33; 2 Pedro 1: 3).
Mat 6:31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué
vestiremos?
Mat 6:32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial
sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
Mat 6:33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas.
2Pe 1:3 Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido
dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su
gloria y excelencia,
2Pe 1:4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por
ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que
hay en el mundo a causa de la concupiscencia;
IV. Ser parte de la familia de Dios significa tener una familia grande
y amorosa.
Los que han recibido a Jesucristo lo tienen no solo como Señor y
Salvador, sino también como hermano mayor
(Romanos 8:29; Colosenses 1:15, 18; Apocalipsis 1: 5).
Rom 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Rom 8:29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen
hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos
hermanos.
Rom 8:30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también
justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.
Apo 1:4 Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es
y que era y que ha de venir,(A) y de los siete espíritus que están delante de su trono;
(B)
Apo 1:5 y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes
de la tierra.(C) Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre,
Aunque algunos creyentes han tenido que irse o han sido abandonados
por sus parientes consanguíneos debido a su fe en Cristo, han recibido
cien veces más hermanos y hermanas en Cristo
(Mateo 19:29).
Mat 19:29 Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o
mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.
Col 1:10 para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto
en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;
Col 1:11 fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda
paciencia y longanimidad;
Col 1:12 con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de
los santos en luz;
Heb 9:15 Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, [a] para que interviniendo muerte
para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la
promesa de la herencia eterna.
1Pe 1:3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande
misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo
de los muertos,
1Pe 1:4 para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos
para vosotros,
Aquellos que han sido alcanzados por Jesus, El Mesias y por lo tanto
pueden llamar a Dios "Padre" heredarán la vida eterna en un cuerpo
resucitado en una tierra nueva
(Filipenses 3: 20–21; 2 Pedro 3:13; Apocalipsis 21: 1).
Flp 3:20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al
Salvador, al Señor Jesucristo;
Flp 3:21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al
cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las
cosas.
2Pe 3:13 Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los
cuales mora la justicia.(F)
Apo 21:1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva;(A) porque el primer cielo y la primera
tierra pasaron, y el mar ya no existía más.
La joya de la corona de esta herencia será el deleite eterno de habitar
en presencia y en comunión amorosa con el Cordero de Dios, la Luz de
este mundo y la Lumbrera del mundo venidero, Jesucristo
(Apocalipsis 21: 22– 23).