Gestalt e Infancia
Gestalt e Infancia
Gestalt e Infancia
&
GESTALT
Introducción
Los primeros estudios sobre niños son observaciones sobre sujetos excepcionales (Itard,
Cheselden) motivados por preocupaciones pedagógicas, médicas o filosóficas. Posteriormente
se realizan observaciones biográficas sobre sujetos normales (Hérbard, Pestalozzi). A finales
del XIX, los trabajos relacionados con la infancia son de tipo estadístico (Hall).En 1882 Preyer
publica el que es considerado primer estudio científico sobre el desarrollo infantil (“El alma del
niño”).
Clínica infanto-juvenil
Prevalencia. La prevalencia de los trastornos infanto-juveniles es del 20% (la mitad de estos
tienen una afectación significativa del funcionamiento). Afectan en mayor medida a los niños
(salvo los trastornos afectivos y de ansiedad que afectan más a las niñas). Esto se debe a una
mayor vulnerabilidad biológica (cromosoma Y y menor madurez física) y a factores sociales
(pautas de socialización diferenciadas).
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Además, los niños y adolescentes pueden tener problemas que requieran de atención
clínica y que no sean definidos como trastornos mentales (problemas de relación paterno-filial,
el duelo, problemas académicos, trastornos inducidos por medicamentos, relacionados con el
abuso físico o sexual del niño…). Estos se clasifican en el DSM-IV dentro de la categoría
“Otros problemas que pueden ser objeto de atención clínica”.
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Encuadre. La consulta debería ser un espacio amplio y bien iluminado. Una mesa o escritorio
por si fuera necesario la aplicación de determinados test psicológicos. Se deben tener a mano
los materiales necesarios para la aplicación de diversas técnicas (folios, lápices de colores,
témperas, arcilla, plastilina, juguetes, animales, familia de personas, puzles, rompecabezas,
disfraces, etc.)
Entrevistas con los padres. Para empezar, sería conveniente hacer una entrevista de
evaluación general(Edad, curso y colegio del niño; genograma; autor(es) de la demanda;
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antecedentes personales, antecedentes familiares, situación familiar actual, motivo de consulta,
desarrollo evolutivo, escolarización, relaciones interpersonales, personalidad del niño y juicio
clínico). Luego, L. Cornejo describe una entrevista inicial basada en el concepto de figura-fondo
donde se trata de recoger información acerca de lo que cada padre hace de figura y fondo
(características personales que en ese momento no les da importancia, no quieren hablar de
ello o se les “olvida”) de su hijo.
Dibujo. Ambos padres tratarán de dibujar como representarían a su hijo. No hace falta que sea
realista, más bien abstracto. Luego los padres se intercambiarán los dibujos. Tras observarlo
escribirán diez características que les sugiera el dibujo. Una vez que tengan las características,
intentarán ponerle un título al dibujo. Después se vuelven a intercambiar los dibujos y leen el
título primero y observan cómo se sienten. Por último, leen las características descritas por su
pareja y tratan de ver si esas características tienen más que ver con ellos mismos o con sus
hijos.
Ejercicio de las polaridades. Utilizando como base el ejercicio del dibujo, se vuelven a leer las
diez características y se escribe al lado de ellas la polaridad de esa característica. Luego se
leen las polaridades y se trata de ver cuáles serían características del hijo y cuáles no serían
aceptadas por los padres.
Ejercicios de fantasía. Ejercicios donde los padres tienen que imaginar y visualizar diferentes
situaciones:
“Dentro de cinco años”. Ejercicio de imaginación donde se trata de visualizar al niño (edad,
cómo está, con quién, qué hace...) en el momento actual y dentro de 5 años de manera
sucesiva hasta que tenga 60 años. Este ejercicio sirve para rescatar información de tipo
inconsciente que han recibido los padres de parte de su hijo y que la tienen almacenada sin
darse cuenta y de algún modo les muestra de manera pausada y sin ansiedad, el desarrollo de
las cosas que en la actualidad están haciendo por su hijo.
“Como tres niños”. Ejercicio de relajación e imaginación donde los padres se van visualizando
con 5 años menos de manera consecutiva hasta que llegan a la edad de su hijo. Después se
trata de que se visualicen a ellos mismos, a la pareja y a su hijo. Que se imaginen que
interaccionan con el hijo. Se escoge un
lugar para ir juntos, jugar un rato y luego
despedirse y empezar a crecer. Se
visualizan cada 5 años sucesivamente
hasta la edad actual.
“¿Recuerdas mamá, recuerdas papá?”
Ejercicio visualización donde los padres
van retrocediendo en el tiempo hasta que
tienen la edad de su hijo. Se trata de que
vean donde están, con quién y si los
padres están cerca. Si no es así, tienen
que ir a buscarlo. Una vez que lo
encuentran, tienen que visualizar cómo se
sienten junto a el/ella, que cosas piensan
de él/ella, qué quieren hacer juntos. Que
tengan una conversación. Se despiden y
hacen lo mismo con el otro padre. Luego,
poco a poco se van visualizando con 5
años más, así sucesivamente hasta la
edad actual. Después se comenta el
ejercicio.
Entrevistas con los niños. Lo primero que hay que hacer es clarificar la situación. Preguntarle si
le han explicado donde y a qué venía. Si dice que sí, se le pide que nos lo explique. Si no es
así, se explica al niño quien eres, que haces y por qué sus padres han pensado que se podía
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beneficiar de acudir a terapia. Se le explica la frecuencia de las sesiones y el tiempo de
duración.
La recogida de información para la evaluación se realizará a través de entrevistas y de diversas
pruebas psicométricas y /o proyectivas, así como de la ficha figura-fondo (donde se reflejará
qué es lo que el niño hace figura; cuál es la figura total, uniendo la de los padres, niños y
profesional; qué cosas cree el profesional que quedan en el fondo y cree necesario que se
hagan figura)
Cuaderno de terapia (L. Cornejo). Cuaderno con el que se trabajará a lo largo de las sesiones y
que al final de la terapia se podrá llevar a casa. En cada folio se escribirá o dibujará en relación
a distintos aspectos de la problemática del niño. Ejemplo de algunos enunciados: “Voy a
dibujarme cuando era pequeño; Cuando yo era pequeño era…; Voy a dibujarme cómo quiero
ser de mayor;A mi me gustaría ser mayor porque…, etc.
Silla vacía. Al igual que en adultos, se sienta al paciente en una silla o cojín y delante de él se
pone otra silla o cojín y desde ahí comienza un diálogo con ese sitio vacío (ya sea
supuestamente una persona o una parte del niño).
L. Cornejo realiza una variación de esta técnica a la que llama “Silla del Oso Perls”. Se utiliza
un muñeco, trapo, peluche para facilitar las proyecciones del niño. Este puede jugar, pelearse y
hablar con el muñeco. L. Cornejo a veces le pone voz con el mismo sentido que cuando el
terapeuta usa el sitio de la silla vacía y le pone voz al personaje que el paciente ha sentado en
ese sitio. No es un simple títere sino un instrumento y técnica terapéutica, que además está
registrada con derechos de autor. Tienen que ser todos iguales y escribir los nombres en el
libro de nacimientos.
Animal doméstico. Trabajar con un perro en consulta ayuda al paciente a escapar un poco de
su mundo interno en el aquí y ahora. Le permite reflejar el espacio intermedio entre la acción y
el pensamiento. El animal haría la función de objeto transicional, que ayudaría a canalizar
emociones.
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movimientos en una gran hoja de papel imaginaria. Esta primera parte ayuda al niño a soltarse
y liberarse para hacer un garabato menos inhibido en el papel real. Después el niño hace el
garabato en una hoja en blanco. Por último deben encontrar formas que sugieran un cuadro
(pueden borrar o añadir letras) y relatar una historia sobre el mismo.
d) Cuadros de ira. (V. Oaklander) Cuando el niño exprese sentimientos de ira en la consulta
puede ser útil enseñarle que el mero hecho de dibujar eso sentimientos puede ser de alivio en
sí mismo.
e) Mi semana, mi día, mi vida. (V. Oaklander) Nos da información de cómo el niño experimenta
su vida.
f) El “Squiggle game” (Winnicott). Instrumento de comunicación entre el niño y terapeuta. Su
autor lo define así: “se trata de un juego en el que yo primero hago un garabato y el paciente lo
convierte en algo; luego es él quien traza el garabato y yo quien lo transforma en algo” (1979,
Winnicott). No son válidos ni las letras ni los números. Después se le pide al niño que cuente
una historia.
Manualidades. Se utilizan diversas técnicas, tales como el empleo de arcilla, material que
permite experiencias táctiles y kinestésicas. Muchos niños con problemas de percepción y
motricidad necesitan este tipo de experiencias. Permite la expresión de sentimientos. También
se hacen ejercicios de escultura y construcciones, y collage.
Narraciones. Se pueden escribir o leer cuentos, fragmentos de libros, poesía, etc. Además, se
pueden complementar las narraciones con títeres, dibujos, videos, grabadoras, o juguetes
como micrófonos o televisiones. El Dr Gardner describe en su obra “Therapeutic
Communication with Children” su técnica de narración mutua. Primero, el niño cuenta un
cuento; después Gardner cuenta su propia versión, usando los mismos personajes del niño
pero ofreciendo una solución mejor. Cada cuento termina con una moraleja.
Técnicas de relajación. Al igual que los adultos, los niños también se tensan y experimentan
ansiedad. Son útiles las técnicas de relajación en imaginación, ejercicios de respiración, de
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yoga o de meditación. Jugar con agua (V. Oaklander) también ayuda a relajarse. Se le pueden
ofrecer al niño diversos recipientes para que los llene y vacíe de agua. Los niños más
pequeños no comenzarán a expresarse verbalmente o a través de otros medios de expresión
hasta que no se hayan saturado de jugar con agua.
Dramatización. Actuar ayuda a los niños a acercarse a sí mismos, pues les permite salirse de
ellos mismos. Cuando actúan, en realidad no dejan de ser ellos mismos. Además, ayuda a
aumentar la autopercepción. La dramatización se convierte en una herramienta para encontrar
y dar expresión a las partes ocultas y perdidas de sí mismos, y desarrollar una mayor fortaleza
e individualidad.
Cartas de tarot. Una baraja de cartas de tarot (por ejemplo, la baraja Rider) es un mecanismo
de identificación muy útil. Los niños más pequeños eligen una carta que les atraiga y traman
una fantasía entorno a ella. Los más mayores, pueden escoger dos o tres cartas que les llamen
la atención y se identifiquen con las ilustraciones seleccionadas.
Terapia de juego. "Se puede descubrir más cosas de una persona en una hora de juego, que
en un año de conversación." (Platón)
Melanie Klein, fundadora del psicoanálisis infantil compara la terapia de juego con la asociación
libre en adultos. Para muchos terapeutas, Virginia Axline (1949) es la primera que sistematizó
el tratamiento del niño a través del juego siguiendo los principios del método rogeriano. Axline
considera que los juegos terapéuticos representan la libertad de expresión que se le da al niño
dentro de una relación terapéutica. El tratamiento comienza desde la primera sesión y se
acepta al niño tal y como es, sin censura por parte del terapeuta, dándole muchas
oportunidades para que exprese sus sentimientos en un clima tan tolerante como lo permita la
situación, ayudándole a reconocer y aclarar sus sentimientos. Siguiendo este método, no se
hace consciente ningún intento de interpretación o manipulación. El terapeuta pone en juego
sus capacidades para captar los sentimientos del niño, reflejando sus actitudes de manera que
pueda lograr una mejor comprensión de sí mismo. La idea básica es impulsar la
autorrealización del niño a través de un incremento cualitativo y una madurez armoniosa de la
personalidad
Un ejemplo de terapia de juego sería, “La bandeja de arena” de Margaret Lowenfeld. Esta
técnica se emplea tanto con niños como adultos. Hay un recipiente, arena y agua para
combinar arena seca y húmeda. Se le pide al paciente que cierre los ojos y visualice su mundo
y después debe representar una escena en la bandeja. Se utilizan objetos pequeños y juguetes
que se prestan para significados específicos. Una vez que ha representado la escena, se le
pide al niño que la describan y que cuenten una historia sobre ella. Se puede pedir que se
identifiquen con determinados objetos o que se mantengan diálogos entre ellos.
Terapia grupal. Al igual que en adultos, se determina un número concreto de pacientes, edad
de los mismos y se estipula una frecuencia y duración de las sesiones. Las sesiones grupales
permiten el desarrollo de determinadas capacidades y habilidades (por ejemplo, habilidades
sociales, asertividad…) que en el contexto de la terapia individual difícilmente se podrían
aprender.
Conclusión.
Para terminar, una cita: “Me es necesario recordarles que la mejor técnica de cura es el afecto,
es el cariño por nuestro paciente cargado de presencia, lo que le va a ayudar a salir de aquel
sitio donde se ha metido. El proceso de cura tiene que ver más con nuestro corazón y nuestra
piel y nuestro estómago en el momento de sentir el mundo del niño, sus recuerdos y sus
silencios, la angustia o indiferencia de sus padres y de sus historias, que toda una lista de
excelentes ejercicios. La técnica de ir siempre un poquito más allá en nuestro compromiso con
el paciente, siempre será la más efectiva” (1996, L. Cornejo)
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Bibliografía.