La Vacunación en México

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2021

La vacunación México

Rodolfo Abdiaz Ortiz Hernandez


Docente: Laura Cristina Vargas
López
Enfermería Ejecutivo
Ateneo Universitario en
Humanidades y Ciencias de la
Salud
20-9-2021
México cuenta con una larga historia sanitaria en materia de aplicación y
producción de vacunas. El prestigio logrado por el programa de vacunación es
consecuencia de una serie de eventos que confluyeron en la elaboración de
vacunas efectivas, de bajo costo, fácilmente aplicables a gran escala y con efectos
protectores duraderos. No puede dejar de mencionarse que los éxitos no hubieran
sido posibles sin el esfuerzo conjunto de los distintos sectores ni la adecuada
organización de las instituciones de salud que lograron una participación activa y
entusiasta de la sociedad para hacer llegar de manera oportuna los biológicos
hasta las zonas de más difícil acceso.
La inmunización es una forma simple y eficaz de proteger a la población infantil y
reducir la propagación de enfermedades infecciosas graves en este grupo. Los
programas de vacunación integrales son una piedra angular para la prevención y
destacan como una de las intervenciones de salud pública más rentables. El
Programa de Vacunación Universal (PVU) de México, creado en 1991, es un bien
público. En dicho programa se invierten anualmente alrededor de 6 mil millones de
pesos de fondos públicos para la compra de 16 inmunógenos distintos. Durante
los últimos 12 años, las vacunas incluidas en el esquema básico se triplicaron, lo
que se tradujo en una mayor presión sobre los sistemas del primer nivel de
atención para garantizar el suministro continuo y adecuado de vacunas para los
2.2 millones de niños y niñas que nacen cada año en nuestro país. Las
autoridades sanitarias nacionales informaron coberturas de vacunación muy altas.
Por ejemplo, en el 5º Informe de Labores de la Secretaría de Salud (SS) se
reportaron coberturas con esquema completo de vacunación en niños menores de
un año y niños de un año que fueron de 92.8 y 89.5%, respectivamente. La
cobertura de triple viral fue de 97.1% para los de un año
Material y métodos:
Se analizaron las coberturas de vacunación para los niños y niñas menores de un
año, utilizando un diseño ecológico, longitudinal y retrospectivo basado en fuentes
secundarias de información. Como universo de estudio se definió a la población de
nacidos vivos reportados en los hospitales de la SS. Las vacunas seleccionadas
para este estudio son las que componen el esquema básico en este grupo de
edad, excluyendo influenza, y fueron: la vacuna bacilo Calmette-Guérin (BCG), la
vacuna antirrotavirus (VAR), la vacuna pentavalente (VP, contra difteria, tosferina,
tétanos, poliomielitis e infecciones por H. influenza de tipo b), la vacuna anti
hepatitis B (VAHB) y la vacuna antineumocócica conjugada (VANC). Los datos
para la realización de este estudio provienen de la consulta denominada servicios
otorgados (SIS)14 a los cubos dinámicos publicados por la SS, que contienen los
datos de vacunas aplicadas, consolidados por mes y unidad médica.
Resultados:
De acuerdo con la información analizada durante el periodo de estudio,
comprendido entre el 1 de enero de 2015 y el 31 de diciembre de 2017, se
registraron 4 233 212 nacimientos en hospitales de la SS, con un promedio de 117
561 nacimientos por mes. Respecto a las actividades de vacunación se reportaron
un total de 4.44 millones de aplicaciones de BCG (promedio mensual de 95 665).
Se observa una variación mensual amplia que sugiere periodos de escasez de
biológicos en especial para los años 2015 y 2017 y las subsecuentes actividades
de recuperación. En estos periodos de recuperación, las coberturas alcanzan
niveles superiores a 100 por ciento. En comparación con este número, que define
la población elegible a vacunar, se observa un posible déficit de acciones para
abarcar todos los nacimientos. Además, se detecta una disminución de las
actividades de aplicación de BCG entre enero y septiembre de 2017.
Análisis de cobertura de vacunación para 2016
En general se observa una cobertura aceptable para la primera dosis que se
estima por arriba de 80 por ciento. La cobertura de tres dosis fue menor para la
VAR, que registró una cobertura de 59.6%, seguida por VAHB, con cobertura de
88.9%, y VP, con 92.3 por ciento. La cobertura de esquema completo se estimó en
48.9%, que corresponde al punto medio entre la cobertura más baja (59.6% para
VAR) y el producto de todas las coberturas de tercera dosis para VAHB, VP y
VAR, de la segunda dosis para VANC y de la primera dosis para BCG que fue de
35.4 por ciento.
Discusión
Las actividades de vacunación registradas en el sistema de información dan
cuenta de un gran esfuerzo nacional por parte de los servicios estatales de salud.
Durante el periodo de estudio se registró la aplicación, de cerca de 40 000
vacunas diariamente en diferentes puntos del territorio nacional y un total
aproximado de 14.3 millones de vacunas por año. Sin embargo, se detectaron
importantes áreas de oportunidad que, de atenderse, podrían consolidar este
esfuerzo tan importante por la salud de los y las niñas de nuestro país e incluso
permitirían una evaluación del impacto de este esfuerzo nacional. Las
estimaciones que se realizaron para 2016 sugieren que la cobertura de esquema
completo de vacunación para la población que es responsabilidad de los sistemas
estatales de salud fue de 48.9% para ese año (rango posible 38.3-59.6%). Se
advierte una discrepancia considerable entre las cifras reportadas oficialmente
sobre las coberturas. Esta estimación concuerda con cifras reportadas por fuentes
independientes que sugieren que la información oficial sobrestima las coberturas y
que existe la posibilidad de que millones de niños y niñas en el país no estén
recibiendo sus esquemas completos de vacunación o los reciban tardíamente, es
decir, fuera de las ventanas óptimas de protección.
Entre nuestros hallazgos resalta, en primer término, que en la SS no existe un
sistema nominal que permita una vigilancia adecuada de las coberturas y las tasas
de deserción en los esquemas de aplicación recomendados para cada vacuna.
Esto concuerda con lo reportado por la Auditoria Superior de la Federación (ASF)
en múltiples auditorías que se han realizado al PVU. Por ejemplo, en 2012 y 2016
la ASF reportó que el sistema de vigilancia de coberturas de vacunación no
generaba información confiable sobre las coberturas nominales, por lo que se
recomendó implementar las acciones de corrección. La ASF concluyó que no fue
posible valorar los resultados sobre protección específica contra enfermedades
prevenibles por vacunación. Más aun, estas debilidades concuerdan con lo
reportado en los tableros públicos del piloto de la Cartilla Electrónica de
Vacunación, donde la cobertura documentada fue de 28.7 por ciento.
Una limitación de este estudio es que el cálculo de cobertura se basa en la
información agregada por mes y reportada por las clínicas del primer nivel de
atención, así que puede ser que no se suministre la información completa de las
actividades de vacunación, lo cual podría ocasionar una subestimación de la
cobertura real. Sin embargo, al no contar con un registro nominal, es difícil estimar
la magnitud de este sesgo. Por otro lado, los tableros de control publicados por la
Fundación Carlos Slim de la Salud y la SS, derivados del registro nominal de la
Cartilla Electrónica de Vacunación8 que la misma SS declaró como inexistentes a
muestras peticiones a través del INAI, sugieren que las estimaciones de este
trabajo son correctas. Las estimaciones presentadas aquí, relativas a la deserción
por dosis, sugieren que la pérdida de población es real y que existen problemas
importantes de cobertura completa de esquemas.
Recomendaciones
Se considera que tanto las discrepancias en cifras de coberturas de vacunación
como los resultados de las auditorías de la ASF deberían ser abordados en el
Consejo Nacional de Vacunación (Conava). La información podría
complementarse utilizando las bases de datos nominales que existen en el
Instituto Mexicano del Seguro Social y en la Fundación Carlos Slim de la Salud, a
fin de identificar de mejor manera la problemática real y diseñar estrategias para
su rectificación. Se deben actualizar los lineamientos de vigilancia del desempeño
del PVU para fortalecer la vigilancia de la cobertura y fortalecer el análisis de los
datos. Igualmente es imperativo lograr una mejor vigilancia de la desviación de la
vacunación apropiada para la edad y estimar tasas de deserción, así como las
coberturas en niños que cambian de proveedor de salud y el mapeo e
identificación de poblaciones en riesgo por baja cobertura. Finalmente, ante la
carencia de un sistema nominal que permita vigilar la cobertura, es necesario
verificar ésta mediante encuestas poblacionales que permitan estimar la cobertura
en los diferentes subsistemas de salud y sus beneficiarios.
En el mediano plazo, sería muy conveniente fortalecer la rectoría de la SS y del
PVU a través del desarrollo de convenios jurídicamente vinculantes entre los
subsistemas de salud ligados a las instituciones de seguridad social federales y
estatales, mismos que garanticen la cobertura de vacunación en tiempo y forma; el
monitoreo con registros nominales o encuestas poblacionales; el desarrollo de
indicadores que permitan vigilar la cobertura y las tasas de deserción de manera
fiable y el seguimiento de la población cuando recibe servicios por los diferentes
subsistemas y proveedores de salud.
Conclusiones
De todas las posibles intervenciones en salud pública, la vacunación representa
sin lugar a dudas una de las de más alta prioridad. Esto responde tanto a razones
epidemiológicas, como económicas, de justicia social y de seguridad Nacional. El
Programa de Vacunación Universal es el paradigma de los programas preventivos
que inciden en forma inmediata y permanente en la salud de los grupos humanos.
Los resultados obtenidos evidencian los niveles de bienestar y calidad de vida
alcanzados en los niños y en sus familias. Las enfermedades inmunoprevenibles
se han eliminado como causa de enfermedad y muerte de los cuadros estadísticos
tanto de la población de lactantes como preescolar. El Programa de Vacunación
Universal ha generado una nueva forma de entender los problemas y las
necesidades sanitarias promoviendo la coordinación entre las diferentes
instituciones del sector salud, lo que ha permitido actuar en forma conjunta y
organizada en el logro de la meta común. En países como el nuestro dónde el
logro de una mayor justicia social resulta impostergable, el PVU es un elemento
primordial para disminuir las inequidades en materia de salud, propias del
subdesarrollo. Habrán de continuar los esfuerzos para mantener por arriba del
95% las coberturas de vacunación con esquemas completos en los niños menores
de cinco años. Sostener esta capacidad de respuesta y atención (dedicada a
proteger al universo poblacional más preciado de nuestro país) es y será un punto
sustancial de la salud pública. Asimismo, la vigilancia epidemiológica deberá
funcionar de la manera más eficiente en la detección de nuevos casos y la puesta
en marcha de acciones que controlen la transmisión de estos padecimientos.
Incorporar los avances tecnológicos y las nuevas vacunas es otro gran reto por
vencer. Cada año nacen más de 2 millones de nuevos mexicanos a los que hay
que vacunar hasta completarles su esquema. Los retos de cambiar un paradigma
de vacunación para niños a un paradigma de vacunación para todos con enfoque
de riesgo, es interminable. De ahí que el esfuerzo deba ser continuo,
comprometido, paciente y sostenido. La salud de los niños, adolescentes y adultos
es fundamental para el desarrollo de cualquier nación.

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