El Cinto de La Verdad

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El cinto de verdad

Efesios 6:14 es “el cinto de verdad”. ¿Qué propósito cumplía el


cinturón para un soldado romano?
Mythbusters (Cazadores de mitos), programa de televisión del
canal Discovery, entrevistó al diputado Shawn Osborne, quien
recibió un disparo a corta distancia, pero que gracias a la hebilla
de su cinturón se salvó. A pesar de haber sido gravemente herido,
sabe que fue muy afortunado.

Las hebillas de los cinturones no están diseñadas para detener


balas. Sin embargo, hubo un tiempo en la historia en que los
cinturones eran un elemento esencial en el uniforme del ejército.

Ceñidos con la verdad


Cuando el apóstol Pablo describe la armadura de Dios, está
hablando acerca de algo más que un simple conjunto de consejos
útiles. Se está refiriendo a las defensas impugnables del
Todopoderoso Dios. Estas son claves para soportar los ataques y
asaltos del gran dragón de la antigüedad, Satanás. Son
herramientas infinitamente poderosas y disponibles para
nosotros, los cristianos.

Lo primero que Pablo decide comenzar a describir es . . . ¿un


cinturón?

¿Por qué de todas las cosas comienza por el cinturón? Podría


haber empezado por la poderosa espada del Espíritu, el
imponente escudo de fe, la brillante coraza de justicia — por
cualquier cosa, excepto por el insignificante cinturón. Pero no lo
hizo. ¿Por qué?

¿Qué uso tenía el cinturón en el ejército romano?


El cinturón —conocido como cingulumo balteus— tenía un rol
primordial en la función de la armadura del soldado. Era el que
sostenía la vaina y sin ella no se podía colocar la espada. Es
imposible imaginar a un soldado listo y preparado para la guerra,
pero sin su cinturón y, por lo tanto, ¡sin su arma!

La Biblia de Estudio de Nelson dice que del cinturón “colgaban


trozos de cuero para proteger la parte inferior del cuerpo”. The
Matthew Henry Commentary(Comentario bíblico por Matthew
Henry) dice que el cinturón “ciñe (asegura) todas las otras piezas
de nuestra armadura”. La verdad debiera adherirse a nosotros
como el cinturón se adhiere al cuerpo.

¿Qué es la verdad?
Juan 17:17

Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.

Jesús, orando al Padre, da una clara y correcta definición de


verdad: la Palabra de Dios. La Santa Biblia (Escritura: palabra de
verdad) fue inspirada por Dios (2nd Timoteo 3:16). La expresión
griega traducida como “inspirada por Dios” literalmente significa
“que tiene el aliento de Dios”. Él inspiró toda la Biblia para
revelarnos su verdad.

Todas sus promesas, mandamientos y palabras son simple y


llanamente, la verdad. Después de todo, “el ETERNO de los
ejércitos lo ha determinado, ¿y quién lo impedirá? Y su mano
extendida, ¿quién la hará retroceder? (Isaías 14:27). Si Dios dice
algo, no hay fuerza que lo pueda detener y podemos estar seguros
de que lo dicho se cumplirá.

¿Qué tiene que ver la verdad con el cinturón?


1ra Tesalonicenses 5:21

Examinadlo todo; retened lo bueno.

Como cristianos, debemos examinar todas las cosas y luego solo


retener lo bueno —la verdad— desechando todo lo demás.
Debemos ser como los de Tesalónica que “escudriñan cada día las
Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hechos de los
Apóstoles 17:11). Si no estamos convencidos que nuestros
principios y creencias son absolutamente verdaderas, ¿cómo
podemos esperar cumplir?

Proverbios 3:3-4
Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; átalas a tu
cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón; y hallarás gracia y
buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres.

Un cinturón rodea la cintura. ¿Nos rodea nuestra convicción con


la verdad? Como afirma la escritura mencionada, la verdad debe
estar a nuestro alrededor y escrita en nuestros corazones —
nuestra convicción debe ser total.

El cinturón usado en el uniforme romano, como hemos


aprendido, proporcionaba un lugar para colocar la espada del
soldado. Nuestra espada, la espada del Espíritu, probablemente
necesita una vaina. La verdad es vital porque como el cinturón del
soldado romano, nos permite llevar la espada del Espíritu y usarla
efectivamente.

¿Qué otras lecciones podemos aprender de la analogía bíblica de tener nuestra


cintura “ceñida con un cinturón”?
Lucas 12:35-37

Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; y


vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor
regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en
seguida. Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor,
cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y
hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles. Pues de justicia
se vistió como de una coraza, con yelmo de salvación en su cabeza;
tomó ropas de venganza por vestidura, y se cubrió de celo como de
manto.

Cristo nos dijo siempre estar atentos y observar las señales de su


regreso.

1ra Pedro 1:13

Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios,


y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando
Jesucristo sea manifestado
Pedro usó una interesante analogía: “ceñid los lomos de vuestro
entendimiento”. Esto implica alistar la vestimenta para estar listos
y partir cuando sea necesario. La Nueva Versión Internacional
traduce esto como “prepara tu mente para la acción”.

¿Cuáles son los peligros de no usar un cinturón?


Romanos 12:2

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la


renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál
sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

El mundo en el que vivimos nos enseña que la verdad es lo que


hacemos, que el bien y el mal son relativos y que no hay absolutos,
solo opiniones igualmente válidas. Pero la Biblia enseña que la
verdad es la Palabra de Dios —que el bien y el mal están definidos
por él y que hay absolutos eternos inamovibles, que no pueden ser
influenciados por las opiniones de nadie.

Pablo escribió a los romanos diciéndoles “no se conformen a este


mundo”. En parte, ello significa no ser partícipes en un sistema de
creencias que dice que la verdad absoluta es un mito. Como
cristianos, sabemos que hay verdades y absolutos.

2 Timoteo 2: 15

Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero


que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de
verdad.

Imagine un cinturón al que le falta un pedazo. No importa cuan


pequeño sea el trozo que falte: el cinturón no sirve. Para poder
cumplir cabalmente con su función debe ser de una sola pieza y
estar completo.

Ahora, imagine vivir una vida con la que no está completamente


de acuerdo. Puede que no parezca ser una gran cosa, después de
todo, ¿que importan un par de puntos menores, de los cuales no
está muy seguro?
Pero ellos lo son todo. Tratar de vivir el camino de Dios sin creer
totalmente en su validez es como tratar de sostener la espada en el
cinturón que no está completo y es inútil. Nuestra confianza en
Dios y su Palabra deben ser sólidas, sin fracturas, o nos
encontraremos sin armas. No importa cuán efectivo sea el resto de
nuestra armadura, sin nuestra espada somos inútiles.
Necesitamos desmenuzar correctamente la palabra de verdad,
para saber en qué creemos y por qué.

Entonces, ¿qué tan seguro está su cinturón?

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