Papel

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Los 7 tipos de papel más comunes


ASPECTOS TÉCNICOS

En el mercado existe una gran variedad de tipos de papel, adaptados a aplicaciones


concretas o al sector de destino. Cada tipología cuenta con unas propiedades concretas,
tanto de composición y producción como de manipulación. Es importante conocer cada
uno de ellos antes de elegir el material para un proyecto. Con el objetivo de guiar esta
elección, en este artículo repasamos los papeles más habituales del mercado. 

Papel repro

También llamado offset o de impresión. Se trata de uno de los papeles más habituales en
el mercado, fabricado en grandes cantidades. De forma general, estos folios están
elaborados con poca celulosa y mucha carga, una composición que facilita la impresión,
su aplicación principal. Los gramajes más comunes se encuentran entre los 70 y los 90
gr., aunque pueden llegar hasta los 100gr. Los fabricantes buscan la mayor blancura
posible para este material, aportada en gran medida por las cargas. En cambio, al no
estar destinado a aplicaciones que requieran grandes manipulaciones, cuenta únicamente
con la resistencia suficiente para pasar por la impresora o para ser doblado. 

La evolución en la fabricación de este material ha llevado a la integración de las


fábricas de pasta a las de papel para reducir costes, realizando todo el proceso en las
mismas instalaciones.  Se suelen producir en tiradas de 9 o 10 metros de ancho y a una
velocidad de 2.000 metros por minuto.  

Papel couché o estucado

El papel estucado se fabrica con más fibra corta que larga y la carga se une a la fibra
mediante un agente ligante, que puede ser sintético o natural (generalmente carbonato
cálcico). Sobre la celulosa se aplica una capa de estucado a modo de recubrimiento,
factor que genera unos mejores resultados de impresión y de definición (por las tramas
más altas). Este hecho se debe a que la tinta queda en superficie y, en consecuencia, el
resultado tras pasar por imprenta es más brillante y colorido. 

La opción más común es el papel estucado blanco, debido a que si el recubrimiento se


agrieta no se ve el color del fondo (en los recubrimientos de color sí que se aprecia la
diferencia cromática). Existe la opción de acabado mate o semimate, también con la
aplicación de tinta superficial, pero en este caso el brillo de la tinta es menor. 

En cuanto a la resistencia, la gran cantidad de carga y fibra corta hacen que sea bastante
baja, en contraposición a la gran calidad de impresión. La producción suele estar entre
los 7 y 8 metros de ancho en máquina y la velocidad puede llegar hasta los 1.000 metros
por minuto.

Papel tissue 
Este material se caracteriza por su absorbencia y suavidad. En cuanto a la resistencia al
agua, depende del subtipo del que se trate: el papel para la fabricación de pañuelos o
servilletas debe soportar los líquidos para evitar que se deshaga durante su uso, mientras
que el destinado a servilletas requiere una fácil disolución. Para conseguirlo, se aplican
tratamientos diferentes durante su fabricación y, generalmente, se produce con fibra
virgen. 

En el caso de los papeles tissue con color, éste se aplica en un proceso de tintado en
masa. Los impresos y relieves se aplican offline, una vez fuera de la máquina. Su
producción se suele realizar en rollos de una anchura de 4 metros, cortado a medida a
posteriori, a una velocidad máxima de 2.000 metros por minuto. 

Papel prensa

El papel prensa es aquel destinado a la impresión de periódicos, tal y como su nombre


indica. Tienen un uso corto, normalmente de un día, por su caducidad temprana. Por
ello, no es necesario garantizar una gran calidad del material y se fabrica con pasta
mecánica, que contiene restos al no ser necesaria la blancura del papel. Muy pocas
veces lo encontramos coloreado, pero en estos casos se aplica mediante tintado en masa.

Debido a esta baja calidad, los acabados de tinta son precarios (observable, por ejemplo,
en la impresión de las fotografías con poca definición o de la tinta, con un acabado
apagado). Las propiedades mecánicas también son prácticamente nulas, con la
resistencia básica para pasar las páginas del diario sin que se rompa.

Cartón 

El cartón es un producto elaborado con papel, aunque se suele desconocer por su grosor.
Se elabora con pasta cruda, sin blanquear, lo que hace que mantenga el color marrón
original. Debido a que no es necesario primar la parte estética, es habitual su formación
con material reciclado. El cartón está formado por tres capas de papel, dos exteriores
lisas y una interior ondulada, siendo esta última la que aporta la resistencia que lo
caracteriza. Respecto a sus propiedades mecánicas, la ondulación hace que sea un
material fuerte; pero, en cambio, no es muy apto para impresión, ya que dependiendo de
la presión aplicada puede llegar a aplastarse.

Un subgrupo dentro de los cartones es el kraft, formado únicamente de una capa de


papel. Se usa para embalajes más finos, ya que se puede manipular de forma sencilla y
adaptarlo al producto concreto a envolver. 

Cartoncillo

Se trata del material que conforma las cajas de gran parte de alimentos, como podrían
ser un ejemplo los envases de cereales o galletas. Los cartoncillos están formados por
fibras muy cortas y no acostumbran a ser fibras vírgenes, ya que no es necesaria la
blancura en la capa interior. Por norma general, cuenta con una capa de estucado para
poder imprimir en su superficie y garantizar la estética de la cara externa y visible, de
modo que atraiga al consumidor del producto. El gramaje varía en función del sector al
que va destinado o a la aplicación concreta o el producto. Respecto a las características
mecánicas, debe tener la resistencia necesaria para aguantar las aperturas y cierres
durante el uso del producto hasta su finalización. 

Papel de bellas artes

En función de la técnica artística a la que va destinado, el papel de bellas artes debe


tener unas características u otras, tanto técnicas como funcionales. Es un material que
surgió como opción más económica a las telas; de hecho, algunos de estos llegaron a
unas prestaciones muy altas, pudiendo pasar cerca de cien años sin amarillearse. De
hecho, entre 1920 y 1930, Guarro Casas se inició en la fabricación de papeles especiales
para las obras de Picasso, Miró, Dalí y García Lorca.

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