Hora Santa Navidad

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HORA SANTA: JESÚS, REY DE LA PAZ YO TE ADORO

1-Jesús, rey de la paz yo te adoro Jesús, eterno pacificador,


yo te amo porque Tú eres nuestra paz.

2 - Jesús, a ti como Rey de la Paz, Te anhelaron los corazones de los hombres durante
siglos. A Ti te alabaron los profetas. Por Ti anhelaron, como pacificador, todos los hombres
de todas las naciones de todos los tiempos. Por Ti anhelaron los hombres que estuvieron
oprimidos por el mal del pecado y las injusticias, las cuales trajeron conflictos y guerras.
Todos los amenazados esperaron el día que amanecería la paz. Jesús, Rey de la Paz, en ti
se encuentran el Amor y la Fidelidad, la Justicia y la Paz.

3 - Jesús Rey de la Paz te adoro y glorifico el momento de tu nacimiento en Belén. Aquella


noche los ángeles anunciaron tu programa de paz. “Gloria a Dios en las alturas y paz a los
hombres de buena voluntad”.

Es tu programa que demos gloria al Padre en las alturas, nos abramos a los hombres ,
hermanos y hermanas, y seamos hombres de buena voluntad, l impia con tu Espíritu mi
corazón para que sea una persona de buena voluntad, para que desde ahora, mi corazón
continuamente glorifique y de gracias a Dios y así pueda gozar de la paz. Límpiame y quita
de mi toda mala voluntad y todo aquello que aún no está dispuesto a entonar una canción
de agradecimiento y glorificación al Padre.

También quita todo aquello que me molesta para que sea una persona de buena
voluntad. Jesús, haz que con esta adoración sea totalmente parecido a Ti. Para que mi
corazón se junte a la canción de los ángeles. Gloria a Dios en las alturas y paz a los
hombres de buena voluntad.

4 - Jesús, Rey de la Paz te glorifico y bendigo porque nos enviaste a tu Madre, María Reina
de la Paz. Gracias María porque estas con nosotros. Tú cooperaste con todo tu ser en el
plan de tu Hijo. Cuando en la anunciación dijiste al ángel: “Hágase en mi según tu palabra,
conscientemente te incluiste en el plan de la paz, donaste tu corazón y tu vida al Rey de la
Paz. Cuando tenías en tus brazos a tu Hijo, en tu corazón resonó la canción de los ángeles.

Gracias porque a mí también me invitas y enseñas, para que sea una persona de buena
voluntad, para que glorifique a Dios. En uno de los mensajes me dices:

"Queridos hijos” Hoy los invito a la paz. Como Reina de la Paz, Yo he venido aquí y quisiera
enriquecerlos con mi paz maternal. Queridos hijos, Yo los amo y quisiera conducirlos a
todos a la paz que sólo Dios da y que enriquece cada corazón. Yo los invito a ser
portadores y testigos de mi paz en este mundo sin paz.
5 -. LECTURA BÍBLICA Del santo Evangelio según san Juan: 1, 1-18

En el principio ya existía aquel que es la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba con Dios
y era Dios. Ya en el principio Él estaba con Dios. Todas las cosas vinieron a la existencia por
Él y sin Él nada empezó de cuanto existe. Él era la vida, y la vida era la luz de los hombres.
La luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la recibieron. Hubo un hombre enviado por
Dios, que se llamaba Juan. Éste vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que
todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz.

6 - Jesús, Rey de la Paz, gracias porque donaste a este mundo tu Iglesia, para que continúe
el plan de paz, para que instruya a los hombres a ser hombres de buena voluntad. Bendito
seas por todo lo que tu Iglesia hizo y hace por la Paz, por celebrar Tú Reino pacificador.

Jesús, Tú sabes que hay muchos conflictos, inquietudes entre aquellos que se dicen tuyos.
Tú conoces todas las inquietudes y conflictos en la Iglesia Católica y las desavenencias con
otras iglesias cristianas y comunidades. Tú dijiste a tus apóstoles: entre ustedes no debe
suceder como en el mundo que solo se busca el poder y el dominio, ustedes deben
servirse con amor.

A pesar de esto muchos se sirven de tu nombre y en tu nombre dirigen la Iglesia, se


olvidan de tu plan de Paz. Jesús, me apenan los choques de tu Iglesia porque
ensombrecen tu tarea pacificadora.

7.- LOS SECRETOS DE LA NAVIDAD

Lector 1: La Navidad es la fiesta cristiana más popular, sigue ilusionando a los


niños, inspirando a los artistas, arrobando a los místicos y movilizando al mundo
entero. Sin embargo, no somos capaces de comprender en su totalidad el mensaje que
nos quiere transmitir. Podemos enumerar algunos secretos que nos puede comunicar la
Navidad.

Lector 2: El secreto de María: el silencio. Nuestra sociedad, ruidosa y consumista,


necesita callarse para escuchar el mensaje de Dios. María, la gran coprotagonista de la
Navidad, la que tendría tanto que decir, guarda silencio, medita en su corazón (cfr. Lc 2,
19. 51). El silencio de María no fue estéril ni superficial. Fue el espacio fecundo para
reflexionar, profundizar y contemplar. Aprendamos de María a contemplar la grandeza
del nacimiento del Hijo de Dios en el silencio de nuestro interior.
Lector 3: El secreto de san José: la Providencia. Nuestra sociedad se ha hecho muy
calculadora. José ciertamente también habrá hecho cálculos y previsiones, pero aún en
esto optó por confiar en la Providencia. La apertura a la Providencia Divina nos ubica en
nuestra realidad de creaturas de un Dios que ve y actúa más allá de las circunstancias
prósperas y adversas, llevando siempre las cosas en el modo que nos conviene.
Aprendamos de san José a confiar en la Providencia Divina.

8 - Jesús, Rey de la Paz, te agradezco y te bendigo por aquel momento en la cruz, cuando
antes de morir dijiste aquellas palabras pacificadoras rogando por los que te hicieron el
mal. Te agradezco por la paz que tenías en tu corazón, a pesar de los dolores y
sufrimientos. Te agradezco por el amor con que bendecías a tus enemigos y orabas por
ellos. Así se manifestó el camino de la Paz., que es el perdón, la reconciliación, la oración y
la bendición. Jesús, Tú sabes que nuestro corazón siempre está en busca de la Paz. El no
puede ser feliz si se encuentra en conflicto o si no se reconcilió contigo y con los hombres
que están a su alrededor. Jesús, mientras te agradezco por la fortaleza de tu amoroso
perdón, te abro mi corazón en nombre de todos aquellos que están enemistados y no
tiene en sus corazones amor, el cual puede dominar lo irreconciliable.

9 - Jesús, Rey de la Paz, Tú dijiste que el mundo no puede darnos la Paz, sino que la

Paz viene de Ti. Hoy los jóvenes se encuentran amenazados. Todos buscan la paz pero
muchos no la encuentran porque son víctimas de falsos profetas que les prometen la paz,
pero no hablan del perdón, de la reconciliación, de la justicia y del amor. Muchos van por
el camino de la droga, del alcohol, del desenfreno, siguiendo la ley del mundo, el cual no
puede darles la Paz. Jesús, manifiéstate a ellos y dales la paz. Haz que cada joven y cada
jovencita pueda decir junto con San Agustín: Mi corazón está inquieto, Dios hasta que no
encuentre la paz en Ti. -Jesús, Rey de la Paz, se Tú la paz para nuestros jóvenes.

10 - BENDICIÓN

Jesús, Rey de la Paz. Bendícenos con tu Paz a nosotros, aquí reunidos. Haz que tu Paz roce
como el rocío del amanecer a cada corazón inquieto, a cada corazón oprimido y con
miedo, a cada corazón lleno de amargura y dolor. Haz que tu Paz quite toda inquietud y
cada conflicto en nuestras familias, comunidades, iglesias y en el mundo. Haz que aquellos
que perdieron la Paz por el sufrimiento tengan Paz con la fuerza de tu gracia. AMEN.

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