Roles, Actitudes e Inquietudes

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ROL DE LOS PADRES EN LA EDUCACION SEXUAL DE SUS HIJOS

Los temas sexuales en sus múltiples expresiones están en constante transformación. Son
numerosas las evidencias que así lo permiten constatar. Por ejemplo, el auge mundial de
movimientos de liberación femenina, los grupos gays y/o lesbianas que reivindican
derechos, las personas que voluntariamente desean cambiar su sexo y solicitan la
rectificación quirúrgica de sus órganos genitales así como de su partida de nacimiento para
que se reconozca su nueva identidad sexual. Estas son algunas expresiones de un tema que
está cubierto de un gran manto de inquietudes y desconcierto.

Por otro lado el advenimiento del SIDA a partir de la década de los 80 ha producido
temores que han contribuido a modificar conductas. Así también, el culto a las expresiones
estrictamente físicas de la sexualidad ha exagerado en forma desmedida la inclinación hacia
todo lo que rodea al cuerpo y a su búsqueda placentera, limitando el enfoque sexual a lo
corporal, descontextualizando el sexo de la totalidad del ser. La búsqueda de placer sexual a
través de la exhibición: “mírame y no me toques” es una nueva forma de disfrutar el
erotismo y de derivar la energía sexual a otras formas sutiles de placer.
Sumado a estos elementos, las estadísticas denuncian el incremento de abuso sexual,
violencia y prostitución particularmente en niños y adolescentes. Hoy también somos
testigos del creciente número de embarazos en adolescentes, llevando a un claro aumento
de madres a muy temprana edad.

El sistema familiar también ha cambiado en forma vertiginosa. De acuerdo a lo revelado en


algunas estadísticas hay un incremento de hogares constituidos por familias mono
parentales, generando otras formas y conductas de vida familiar y sexual a las que antaño
no estábamos acostumbrados.

Todo demuestra que la sexualidad humana es un fenómeno complejo, donde convergen una
serie de consideraciones que van más allá de lo biológico. De lo que estamos seguros hoy,
es de la falta de un marco de referencia. ¿Qué es lo más adecuado en materia sexual?...

La gente cada vez lo sabe menos. La sociedad contribuye a la ignorancia a través de los
medios masivos de comunicación. Los medios muestran frecuentemente un tipo de
sexualidad irreal y tergiversada que empaña una correcta formación y que deforma aun más
conceptos y actitudes sexuales.

También existe un exceso de producción comercial de libros y revistas que pretendiendo


aportar conceptos sexuales, no son más que formas enmascaradas de pornografía, que
producen un daño potencial sobre el crecimiento y desarrollo sexual del menor que es
imprevisible.

Para muchos menores, el grupo de amigos ha sido la forma más común de información y
aprendizaje sexual, siendo la mayoría de las veces inadecuada. La novedosa incorporación
de internet y su utilización como fuente de pornografía sexual es un elemento no menos
preocupante.
El acceso que puede tener un menor a material sexual y pornográfico explícitos de texto y
fotos, se convierte en un gran tema de peligro y discusión que deberá regularse muy
estrictamente.

Esta realidad transita en una población joven que la mayoría de las veces es ignorante y no
bien informada del tema, con carencias de comunicación y sobre todo una gran dosis de
soledad a la hora de evacuar dudas y preocupaciones.

Estas evidencias confirman la necesidad de que los padres, intervengan más activamente en
la formación sexual de sus hijos. Estamos convencidos que la familia es el ámbito básico de
la educación sexual y el lugar más propicio para realizar una actividad preventiva. El papel
de los padres en el hogar es insustituible y de ello debemos ser muy conscientes.

¿Qué actitud tenemos que tomar los padres frente a la sexualidad de nuestros hijos? ¿Cómo
hablar con ellos? ¿Qué decir como respuesta a las frecuentes preguntas e inquietudes que
surgen en la vida del menor? ¿Cómo ayudarles para que en el futuro afronte los mínimos
errores que los adultos a menudo tienen? En algún momento estas son algunas de las
interrogantes que aparecen y responderlas no es una tarea fácil.

Muchos temores y prejuicios se levantan como barreras para hablar de sexo con los hijos.
La historia personal de los padres no siempre es satisfactoria y dificulta aún más una
docencia adecuada. La repulsión, el miedo y otros sentimientos negativos afloran en algún
momento. Se trata de disimular por medio de las conversaciones que salen por las
tangentes. Decirle a un niño “cuando seas grande ya vas a saberlo”, “otro día te lo voy a
contar” son respuestas que en este tiempo están totalmente fuera de lugar.

Estas páginas pretenden abrir respuestas y reflexionar sobre algunas de las inquietudes que
particularmente los niños tienen hasta su pubertad. No solo que contemple los aspectos
anatómicos y fisiológicos de la sexualidad sino también que incluya una dimensión ética y
moral basada en la libertad así como en la responsabilidad y el respeto hacia los demás.

EDUCACIÓN SEXUAL. DEFINICIÓN Y CONCEPTOS:


La educación sexual es un proceso vinculado a la transmisión y formación de conceptos
sexuales que producen a lo largo del tiempo actitudes, expresiones y conductas sexuales
definidas, cuyos principales objetivos a nuestro juicio son los siguientes:
1. Estimular el desarrollo de actitudes positivas hacia sí mismo y la aceptación de la propia
sexualidad. Incluye descubrir, conocer y desarrollar una imagen positiva de sí mismo.
2. Aceptación del sexo opuesto, en un plano de igualdad y respeto. Los procesos
discriminatorios que la sociedad históricamente ha incorporado, particularmente a la mujer
produce daño y deben ser desterrados.
3. Incorporar valores como compromiso, respeto, fidelidad y amor con el objetivo de que el
vínculo entre dos personas de distinto sexo pueda ser enriquecedora, complementaria,
madura, perdurable, responsable y fiel.
4. Incluir la preparación para los cambios físicos y psicológicos que pronto ocurrirán con el
devenir de la pubertad. Los menores no deben sorprenderse cuando ocurra la menarca o las
primeras emisiones nocturnas. Las características sexuales secundarias descolocan al menor
y son fuente de incertidumbres y miedos. ¿Seré normal?, ¿Qué me está pasando? Son
preguntas que angustian. El niño debe reconocer que todos estos cambios son normales. La
educación sexual debe proporcionar seguridad y contribuir positivamente en su desarrollo.
5. Advertir la existencia de abuso sexual. La información adecuada y a tiempo podrá
protegerlo de situaciones nefastas a las que no está preparado. El menor debe aprender que
tiene partes íntimas que le pertenecen y sobre las cuales nadie tiene derecho sino solo él.
6. Brindar educación sexual para satisfacer su natural curiosidad. La curiosidad sexual en
los primeros años de vida es normal. El sexo es un tema como cualquier otro.

Las actitudes negativas comienzan a surgir cuando tiene dudas y nadie sacia su necesidad
de información. En suma podemos indicar que el desarrollo sexual del menor y su
construcción educativa deben desembocar en el logro de su madurez. La Profesora. Dra.
Irma Gentile-Ramos en su libro Puericultura y Pediatría Social menciona que “la
maduración sexual no es solamente un acontecimiento orgánico ligado a cambios
morfológicos y psicológicos ni a determinadas aptitudes”, “es fundamentalmente un logro
afectivo y social: la aceptación de la sexualidad corporal, la interiorización de los
conceptos, las actitudes y el comportamiento acordes con un “rol” sexual determinado
(masculino o femenino), la capacidad de dar y producir amor, la aptitud de formar pareja
con un ser de otro sexo y de la misma generación y de unirse “para la felicidad y el
infortunio”, con un sentido maduro de responsabilidad individual y social y la potencial
capacidad de concebir y criar hijos”. Los padres y la familia a través de su gestión
educativa tienen el privilegio y la responsabilidad de contribuir con este rol.

ROL DE LA FAMILIA
Diversos son los factores que intervienen en la educación sexual, pero son los padres
quienes a través de su conducta, actitudes y transmisión de conceptos influyen sobre el
menor, aunque no siempre de la forma más adecuada.

Los padres siempre brindamos educación sexual desde el momento que el niño nace.

Nuestras acciones u omisiones, los gestos y expresiones al momento de encarar el tema, son
factores que influyen y determinan nuestra intervención educativa. La valoración del sexo y
el cuerpo de nuestros hijos, las actitudes que tenemos hacia sus genitales, la forma como
manejamos el control de sus esfínteres, la aceptación o no de toda su persona son algunos
de los múltiples factores por los cuales los padres influirán en sus conductas sexuales. Los
padres tenemos derecho a no saberlo todo, pero debemos ser para nuestros hijos.

Ya veremos que las primeras impresiones de solidaridad, honradez, respeto por su vida,
aceptación y estima adecuada serán bases sólidas para desarrollar buenas actitudes
sexuales. Si por el contrario las primeras experiencias familiares están cargadas de maltrato,
abuso, discriminación de género, violencia familiar u otras expresiones de patologías
sociales y familiares, serán un caldo de cultivo para que en su vida adulta reproduzca los
mismos males que ha evidenciado.

Si medimos la educación sexual en términos de resultados concluimos que aun queda


mucho camino por recorrer. Los indicadores de desajuste personal y social, son el producto
de factores multicausales que se agravan ante una inadecuada intervención familiar.
Ejemplo de ello son enfermedades de transmisión sexual, abortos, embarazos en
adolescentes, madres niñas, familias mono parentales, aumento de prostitución infantil,
violencia, abuso sexual, etc. La lista es muy vasta.

Esto motiva a buscar brechas que faciliten una correcta docencia con relación al tema.
Diversas ventajas sobrevienen a partir de una educación sexual que tiene una participación
positiva de los padres:
1. Si un menor maneja suficiente información, no la buscará en otras fuentes como la
pornografía, medios de comunicación, de sus pares, etc.
2. Hablar de sexualidad con los hijos es demostrarles que la misma es un aspecto normal de
la vida humana. Esta es una forma de desmitificar la sexualidad, ella forma parte de la
cotidianeidad.
3. La educación sexual está atravesando una importante crisis. La información sexual que
proviene de profesionales o docentes especializados está siempre sesgada por la filosofía de
quien lo imparte y es natural que puedan tener una manera de pensar distinta de la que
tienen los padres. Cuando éstos imparten información sexual están transmitiendo valores
que según entienden son los más apropiados para sus hijos.

Nuestra intervención adecuada impide que los menores estén a merced de vientos y
tendencias que los confundan.

SEXUALIDAD INFANTIL Y ADOLESCENTE


A partir de las investigaciones de Freud se conoce la existencia de la sexualidad infantil
como una condición humana presente aun antes del nacimiento. A partir de la concepción
se suceden una serie de procesos cromosómicos, hormonales, gonadales y genitales que
determinan biológicamente nuestra sexualidad. William Masters en 1980, descubrió la
existencia de respuestas sexuales en el medio intrauterino con la comprobación de
erecciones reflejas. En las niñas se comprobó a partir de las primeras horas de vida la
existencia de erecciones clitorídeas. Desde el nacimiento se añaden los factores
psicológicos, familiares y socio-culturales que sumados a los factores genéticos y
hereditarios determinan las conductas sexuales del ser humano.

De las múltiples expresiones de la existencia de sexualidad infantil destacamos la


preferencia que tienen los niños por el progenitor del sexo opuesto. La niña puede amar
más al padre y tiene sentimientos parecidos a los celos frente a su madre.

Estas preferencias constituyen importantes eventos del desarrollo infantil denominado


“complejo de Electra” para la niña y “complejo de Edipo” para el varón.

Habitualmente estos complejos son superados y no originan alteraciones en la conducta


sexual.

El buen desarrollo de la sexualidad infantil pre genital es base y sostén de una sexualidad
adulta saludable. Siguiendo los conceptos de la escuela psicoanalítica podemos señalar que
la sexualidad infantil se caracteriza por ser auto erótica, es decir, no se orienta hacia otras
personas, sino que se satisface en el propio cuerpo. Por lo tanto no tiene finalidad de coito.
Las zonas erógenas no son necesariamente las genitales, estando éstas vinculadas con una
función física importante, tales como, la alimentación, defecación y la micción. Freud ha
destacado la existencia de zonas placenteras que marcan una serie de etapas diferenciales
en la sexualidad infantil.

A partir de las teorías psicoanalíticas se distinguen básicamente tres etapas en la evolución


de la sexualidad infantil y un cuarto periodo denominado de latencia, hasta iniciar la
adolescencia.

Sucintamente pasamos a describir cada una de ellas:

Etapa oral (0 A 18 meses)


Constituye la primera etapa de la vida afectiva del niño y está ligada a sus necesidades
básicas, fundamentalmente la alimentación. El contacto con el mundo se realiza a través de
la boca convirtiéndose ésta en centro del placer y de conocimiento. La satisfacción que
produce el contacto cuerpo a cuerpo, las caricias que recibe y la seguridad del regazo
materno proporcionan al menor una buena base para su evolución psicoafectiva.

Allí encuentra las primeras experiencias que lo harán sentirse amado, aceptado y seguro.

Podrá sentir placer también con la introducción de otros objetos en su boca, así como su
mano o dedos. Durante esta etapa el niño descubrirá también sus genitales a partir de la
manipulación que de ellos realice.

Durante este periodo los padres deberán tener en cuenta algunos aspectos que contribuyen a
una adecuada educación sexual:
- Aceptar el sexo biológico del niño.
- Contribuir lentamente al desprendimiento de conductas orales como uso prolongado del
chupete, succión del pulgar, etc.
- Valorar todo el cuerpo, inclusive sus órganos genitales.
- Utilizar un vocabulario correcto hacia los genitales.
- No censurar al niño cuando manipula su región genital.

Etapa anal (18 meses a 3 años)


A partir de los 18 meses el niño comienza el control y conciencia del esfínter anal.

Las sensaciones placenteras se producen por la regulación y la eliminación de las heces. El


niño descubre las diferencias sexuales entre adultos y niños y adquiere en esta etapa su
identidad sexual y el rol de género, es decir, el papel que juega su sexo en la sociedad.

En esta etapa es importante el aprendizaje del control de esfínteres y su manejo adecuado


que requiere mucha paciencia y tranquilidad.

Etapa genital o fálica (3 a 5 años)


Durante este período aumenta el descubrimiento y la exploración del propio cuerpo y se
incrementa la curiosidad sexual así como las actividades masturbadoras. La escuela
psicoanalítica ha insistido que esta es una etapa importante en el contexto de la sexualidad
infantil ya que entra en juego la triangulación edípica que pasamos a describir.

La etapa fálica en el varón se caracteriza por una identificación con el padre y un amor del
niño por su madre. En consecuencia se pone celoso de su padre a quién percibe como un
rival. Esta situación en la que el niño anhela la posesión sexual exclusiva de su madre y
siente antagonismo hacia el padre recibe el nombre de complejo de Edipo.

La etapa fálica en la niña se caracteriza por un debilitamiento del amor hacia su madre (su
primer objeto amoroso, característico de las etapas anteriores) y una mayor preferencia
hacia su padre. Ella ama a su padre y esta celosa de su madre. Este es el complejo de
Electra. Este complejo es superado con la madurez y por el reconocimiento de la
imposibilidad de poseer al progenitor del sexo opuesto.

Este período se caracteriza también por interrogantes relativas a las diferencias que existen
en el varón y las niñas y que será necesario canalizar. La transmisión de información de los
padres debe incluir el concepto de la igualdad de derechos y oportunidades de cada sexo.
Aparecen en esta etapa otras manifestaciones comunes tales como, masturbación,
curiosidades sexuales, exhibicionismos, juegos sexuales, etc.

Etapa de latencia (6 años hasta la pubertad)


El periodo de latencia no significa que no tenga manifestaciones sexuales pero es en este
período donde la ampliación de los intereses del niño, coincidiendo con el período escolar,
disgrega sus manifestaciones sexuales.

Los intereses sexuales están centrados en curiosidades sobre el nacimiento de los niños, los
embarazos, rol de los padres en la reproducción, etc. Los padres deben satisfacer la
necesidad de conocimiento e información sobre estos temas.

El período de latencia culmina con la aparición de la menarca en la niña y las primeras


eyaculaciones en el varón, dando inicio a la etapa pubertad.

En suma para el psicoanálisis la sexualidad:


- Es mucho más amplia que la genitalidad.
- Tiene una historia personal cuando llega a la pubertad, iniciándose ya desde el nacimiento
o antes.
- La energía libidinal pasa por distintas zonas en diferentes momentos del desarrollo.

DESARROLLO DE LA SEXUALIDAD EN LA ADOLESCENCIA


La adolescencia comienza con los cambios puberales que consisten en la aparición de los
caracteres sexuales secundarios. Este desarrollo se inicia más temprano en la niña y un
poco más tarde en el varón.

La pubertad es la etapa que da lugar al desarrollo de las características sexuales


secundarias que marcan el inicio de la adolescencia, un periodo más o menos prolongado,
de límites imprecisos que comienza a partir los 10-11 años y se prolonga según algunos
autores hasta los 20 años. Un periodo crítico de cambios significativos a nivel corporal y
psicosocial. Los rápidos cambios corporales que se producen en su organismo descolocan
al adolescente, lo inquietan y angustian, sobre todo en los aspectos corporales que hacen
referencia a su sexualidad.

Busca respuestas pero no siempre encuentra. Su deseo de independencia y emancipación y


sus cuestionamientos sobre la autoridad de sus padres hacen que la relación con ellos no
siempre sea fluida y abierta, además de que los padres mismos comienzan a desconcertarse
y a rechazar muchas de sus conductas y reacciones. Si la comunicación no ha sido fluida
hasta entonces la tormenta podrá ser mayor.

Una actitud comprensiva, empática y tolerante por parte de los padres contribuirá para
mejorar los canales de comunicación y poder intervenir positivamente en la vida del
adolescente. El asincronismo de estos cambios produce una serie de problemas emocionales
que habitualmente ceden en el comienzo de la edad adulta.

SE DISTINGUEN VARIAS ETAPAS:


1) Aislamiento. Esta etapa comprende entre los 12 y 14 años y es aquí donde ocurren los
cambios puberales más significativos que desconciertan al menor. En el aspecto social hay
una tendencia en el varón a compartir con amigos de su propio sexo. La niña por el
contrario tiene la tendencia de buscar el sexo opuesto. En este periodo aparecen burlas
relacionadas con el sexo, lenguaje obsceno y prácticas masturbadoras.
2) Incertidumbre. Durante esta etapa comprendida entre los 14 y 15 años, el adolescente
comienza a buscar figuras identificadoras fuera de las parentales. Es un tiempo de
idealización, de buscar al amigo íntimo. Lo sexual se manifiesta a través de cuentos,
chistes, confidencias, masturbación, entre otras.
3) Apertura a la heterosexualidad. Entre los 15 y 17 años hay una afirmación de su
identidad sexual y un fuerte narcisismo. Aparecen las relaciones entre ambos sexos que son
ambivalentes, con mucha intensidad pero poco comprometidas y fugaces.
4) Consolidación. Más allá de los 17 años la identidad es lograda. Comienza una mayor
estabilidad emocional, con la perspectiva de un objeto amoroso único, con capacidad de dar
y recibir amor. La elección de pareja puede comenzar a ser de largo plazo y definitiva.

MITOS DE LA EDUCACIÓN SEXUAL


El Diccionario de Sexología del Dr. Flores Colombino define un mito sexual como un
relato fabuloso con apariencia de realidad que contiene información sexual equivocada o
carente de valor científico aunque sea de gran predicamento popular. Por generaciones
existen estas falsas verdades. Los mitos dificultan la enseñanza de la sexualidad y
multiplican la ignorancia. Veamos algunos de ellos.

*La educación sexual consiste en brindar información sobre anatomía y fisiología


sexual.
Esto no es totalmente cierto. La educación sexual no se limita exclusivamente a impartir
información sobre aspectos anatómicos o fisiológicos de la reproducción.
Este solo es una parte de la educación sexual. El aspecto formativo que se transmite a
través de las actitudes de los padres comienza mucho antes que el niño formule sus
interrogantes y tienen un importante papel en su formación. La información puede omitirse
en el proceso educativo, pero las actitudes de los padres se transmiten siempre y dejan
huellas sobre el menor.

*La sexualidad tiene que ver solo con el coito.


Es un error reducir la sexualidad a lo estrictamente genital. No podemos confinarla
exclusivamente a la procreación así como tampoco a su función erótica. La sexualidad es
una dimensión más amplia que incluye todo nuestro ser siendo resultado de la interacción
de factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos y religiosos o
espirituales. Nuestra sexualidad se expresa en todo lo que somos, sentimos, pensamos y
hacemos.

*En la actualidad los niños y los adolescentes están informados sobre sexo.
No siempre es así. El sensacionalismo sexual que presentan los medios de comunicación
vende la idea que todos conocen el tema.

Lo cierto es que muchos carecen de información que provea elementos para tener una
conducta sexual apropiada. La desinformación es más pronunciada cuando los padres
evitan hablar sobre el tema. El menor buscará saciar su curiosidad en fuentes no fieles.

Posiblemente de sus amistades, de revistas pornográficas y en los ejemplos que observe de


la TV o del ambiente que lo rodea. En esta situación el menor tiene mayor riesgo de
cometer errores que podrán marcar su futuro.

*Estimular a un adolescente para acelerar experiencias sexuales contribuye a su


madurez sexual.
Es un error apurar a los hijos para que asuman roles y conductas sexuales activas en una
edad en la que no están preparados. Aun si el menor tiene las condiciones biológicas para
ejercer su genitalidad, esto no significa que tenga la madurez suficiente para hacerlo. Se
debe prestar especial cuidado de las primeras relaciones sexuales, muchas de las cuales
crean frustración e inseguridad y no se realizan en las mejores condiciones.

*Los encuentros sexuales constituyen siempre una experiencia gratificante. La idea


que muchos individuos tienen, particularmente los adolescentes, es que las relaciones
sexuales constituyen siempre una experiencia emocional sumamente gratificante.

En realidad así tendría que ser pero la experiencia demuestra que esto no siempre ocurre.

En ocasiones el encuentro sexual está envuelto de una serie de circunstancias que se


acompañan de frustraciones, temores, miedos, dolor, amargura, resentimientos, etc.

Debemos tener en cuenta estos sentimientos y conocer aquellas conductas que pueden
desembocar en consecuencias negativas. Lo que las telenovelas y otros medios nos venden,
que la sexualidad es solo amor, romance, fascinación y placer es también un mito que
debemos desterrar. Una relación sexual satisfactoria requiere un buen preludio, inicio y
desarrollo satisfactorio, un final también gratificante, seguido de la satisfacción que
produce el recuerdo. No siempre todas estas etapas se cumplen y cuando esto ocurre, el
encuentro sexual no ha sido realmente una experiencia gratificante.

*La sexualidad es solo tema para adultos. A partir de los aportes del psicoanálisis se
sostiene que la sexualidad humana existe mucho antes de la maduración y la aparición de
los caracteres sexuales secundarios. La influencia de los padres sobre la sexualidad de los
hijos comienza desde el momento que se acepta el embarazo y el nuevo ser y la aceptación
sea cual sea su sexo. Luego del nacimiento el aprendizaje es continuo y permanente y se
funda mucho antes de comenzar la edad adulta.

*La curiosidad es morbosa. Esto también es un falso concepto. El interés que un niño
tiene sobre asuntos sexuales forma parte de la curiosidad normal y de su crecimiento.

Esto no representa ningún signo de anormalidad. Lo que no es aconsejable para el niño es


dejarle dudas o no responder sus interrogantes. Por este motivo uno de los objetivos de la
educación es satisfacer su normal curiosidad.

*Hablar de sexo con los menores estimula la actividad sexual y aumenta la


promiscuidad. En realidad es lo contrario. Está demostrado que la falta de una educación
adecuada es una de las causas por las que muchos tienen un mal manejo de su sexualidad,
lo que frecuentemente se traduce por disfunciones sexuales, embarazos precoces, abortos,
enfermedades de transmisión sexual, etc. El desconocimiento sobre sexualidad y
reproducción, sumado a conceptos populares falsos, estimulados por los medios masivos y
agravados por modelos negativos, traen como consecuencia que las primeras exploraciones
sexuales sean inesperadas, irresponsables y negativas.

Diversos estudios han demostrado que los adolescentes bien informados tienen mayor
habilidad de postergar las actividades sexuales y comportarse con mayor responsabilidad.

Cuanta más información maneje un niño y adolescente sobre temas sexuales proveniente de
su hogar, menos la buscará en otras fuentes, y probablemente el inicio de su vida sexual se
postergue para ser realizado en condiciones más seguras y responsables.

*Se debe aprender de la experiencia. La experiencia no siempre es el mejor camino para


aprender sobre sexo. Por el contrario, una experiencia negativa que ocurre inesperada y
precozmente suele falsear el conocimiento y dar una idea equivocada sobre lo que es la
sexualidad dejando huellas que marcarán su conducta futura.

¿CÓMO TRANSMITEN LOS PADRES LOS CONCEPTOS SEXUALES?


Los padres siempre comunican conceptos sobre sexualidad a sus hijos y básicamente ésta
transmisión depende de cuatro variables:

1) Depende de cómo sienten y experimentan su propia sexualidad.


Los sentimientos y emociones que tengan los padres sobre el sexo son determinantes.
Una actitud positiva hacia el sexo redunda en beneficio para el menor. Por el contrario los
sentimientos de fracaso, prejuicios, tabúes, miedos, culpas, etc., afectan la función
educativa dejando también huellas en los hijos.

2) El niño recibe formación de acuerdo al modelo que percibe de sus padres.


Aun aquellos que no hablan sobre temas sexuales con sus hijos, imparten educación sexual.
El modelo que el niño percibe diariamente, las actitudes de los padres hacia sus propios
cuerpos, los roles que cada uno de ellos cumple, la relación afectiva y sus manifestaciones,
son el principal modelo que consciente o inconscientemente seguirán o rechazarán los hijos
en el futuro.

Todos estos aspectos se inician mucho antes de que los padres brinden información verbal.
Este modelo que se transmite nutre diariamente su vida. Esto es lo que “respira en el
ambiente familiar” y es la base sobre la cual, los demás elementos de socialización
(escuela, amigos, medios de comunicación social) intervienen y producen sus efectos.

3) Los padres transmiten a través de sus actitudes y gestos.


La actitud que tienen los padres a la hora de brindar información es primordial. La
comunicación no verbal que acompaña lo expresado en palabras trasluce aprobación o
rechazo y otorgan determinados valores a la información.

La motivación, el tono de voz, el contacto visual, ya sea directo, evasivo, etc.; la postura
relajada o tensionada; los silencios, omisiones o indiferencia; así como el miedo o el
nerviosismo frente a las inquietudes y preguntas, son elementos fundamentales.

4) Transmisión de conceptos que dependen de la comunicación verbal.


Los elementos verbales y la forma de expresarnos que acompañan nuestros sentimientos,
gestos y actitudes son factores determinantes. Las palabras que están impregnadas de
honestidad, apertura al diálogo cuando hay inquietudes, coherencia entre lo que se hace y lo
que se dice, confianza, respeto, seriedad, la naturalidad con que encaramos el tema son
también factores que influyen en la transmisión de conceptos sexuales.

Entre los elementos negativos que debemos evitar, destacamos por ejemplo: ignorancia
simulada, indiferencia, ridiculez, jactancia cuando hace preguntas sobre el tema, o repudio
o intimidación, entre otros. Seguidamente ahondaremos con más detalles algunas actitudes
positivas y otras negativas por parte de los padres.

ACTITUDES POSITIVAS DE LOS PADRES

1. Modelo conyugal
La relación de pareja y lo que el niño percibe de ella es el ejemplo más importante que
seguirá. Las características personales del padre del mismo sexo, la forma de vincularse con
su cónyuge, el manejo y cumplimiento de sus roles, entre otros factores, son las bases que
marcarán la conducta sexual del menor. El niño imitará o rechazará lo que él vea de esta
relación y del ejemplo que haya percibido de cada uno de ellos.
La relación de la pareja, el amor, el respeto mutuo, la tolerancia, condiciona la conducta de
los hijos en el futuro. Un niño que ha visto y experimentado el amor de los padres entre sí y
hacia él, tendrá un camino llano y seguro para creer y experimentar el amor que otros
puedan tener por él en la vida adulta.

La presencia de conflictos familiares que no se pudieran resolver o manejar en forma


adecuada, actuarán como elementos negativos y tendrán la marca de lo que no se desea para
la vida. La falta de confianza y seguridad de que a él podría ocurrirle lo mismo será una
realidad latente. Todo esto condiciona la elección y la convivencia en su vida de pareja, sus
prácticas sexuales y la relación que él tendrá con sus hijos en los siguientes años, porque
estará marcado por el sello que ha recibido.

Cada niño reacciona de manera distinta cuando los vínculos afectivos de la pareja no son
las mejores y no podemos generalizar porque esta reacción dependerá de otros múltiples
factores. Entre ellos, el momento evolutivo donde el conflicto aparece, de la posibilidad de
afecto que el niño observa a través de otras personas, etc. Ante esta situación siempre
debemos evitar críticas y juicios de pareja delante de los hijos.

Esto menoscaba la imagen de los padres y es perjudicial para el menor.


Una familia estable que tiene adecuados vínculos afectivos, cuyos miembros se valoran
garantiza el desarrollo de un niño y adolescente más sano, libre y sexualmente responsable.

2. Buena comunicación padres-hijos


A no menos que exista una buena relación padres-hijos y diálogo adecuado, será difícil
encarar el tema en forma satisfactoria. Diversas situaciones impiden una comunicación
abierta intergeneracional. Un estudio realizado a estudiantes de secundaria en Perú indicó
que sobre diez mil alumnos entrevistados con la pregunta: ¿A quién acudes cuando tienes
un problema serio?, el 37% de los adolescentes entre 11 y 15 años dice no acudir a nadie.
Esta investigación revela la gran soledad que sufren los menores.

Muchos de los menores que consultan no lo hacen con sus padres cuando tienen
dificultades. Por esta razón es necesario enfatizar la importancia de tener una mayor
comunicación familiar. Esto no se adquiere de un día al otro. Cuesta mucho trabajo crear y
mantener buenos canales de comunicación familiar. Es un proceso complejo que requiere
esfuerzo.

LOS ESPECIALISTAS INDICAN ALGUNAS PAUTAS PARA MEJORAR LA


COMUNICACIÓN FAMILIAR:
Entre las que se destacan:
a)- Las reglas que los padres imponen sin una correcta relación pueden derivar en rebelión
de los hijos. Antes de dar reglas es necesario una buena relación.
b)- Compartir tiempo y espacio con ellos.
c)- Escuchar en forma adecuada, atendiendo sus emociones y sentimientos.
d)- Dar confianza. Tener por norma de relación que el niño es inocente. Hasta que se
demuestra lo contrario, no es culpable.
e)- Cuando se necesite corregir, hacerlo en privado. La crítica pública humilla y daña la
comunicación ulterior.
f)- Ser consecuente pero flexible y aprender a ceder en determinadas circunstancias.

1. Amor incondicional
El amor incondicional de los padres hacia los hijos es fundamental en fomentar bases
sólidas para su autoestima y salud emocional. Esto significa aceptarlo por lo que es y no
por lo que tiene o hace. El niño no debe ganarse el amor de los padres, debe ser tácito, por
derecho de ser hijo. Si un niño presenta carencias afectivas precoces tendrá un terreno
propicio para cultivar enfermedades mentales y patologías sexuales. Se describen cuadros
psiquiátricos graves como depresión y esquizofrenia, en estas situaciones. Carencias
afectivas que se desarrollan más tardíamente, ya sean por disgregación familiar, ruptura,
abandono o deserción de uno de los padres, entre otras múltiples situaciones, tienen su
expresión en trastornos en la esfera afectiva con inmadurez para establecer vínculos
sociales estables, satisfactorios y duraderos.

La ausencia de afecto y amor incondicional, sumada a la percepción que él es un estorbo


para los padres puede crear serias frustraciones con riesgo de desembocar en trastornos
emocionales y sexuales en el futuro.

2. Fomentar su autoestima
La autoestima es el valor y la aceptación adecuada de sí mismo. Según tenga ésta capacidad
podrá valorar y aceptar a los demás. Quien se siente amado y valorado desde los primeros
años de su vida, experimenta la sensación de aprecio y adquiere una saludable sensación de
importancia y valía personal. Todo esto contribuye para que en el futuro, tenga la sensación
y la seguridad de que otros lo amarán a él. Cuando hay una baja autoestima, aparecen
sentimientos de rechazo cuyas manifestaciones se hacen ostensibles en múltiples áreas de
su vida, entre ellas la sexual.

La ausencia de manifestaciones positivas por parte de la familia hacia el menor, pueden


traducirse tarde o temprano en trastornos de conducta o en desconexiones afectivas. La
pérdida de confianza en sí mismo también es un factor de riesgo para buscar sustitutos
como el alcohol y la droga con la ilusión de encontrar un sentido y seguridad que su familia
no ha podido brindar. La autoestima adecuada en un menor es una vacuna que inmuniza y
que otorga anticuerpos frente a estas situaciones.

3. Contacto físico adecuado


El amor incondicional y una buena comunicación se expresan a través de un adecuado
contacto físico. Necesitamos expresar afectos a través de abrazos, caricias y besos. El
menor necesita ser abrazado y acariciado por los padres. Esto no constituye en seres
responsables y con adecuadas intenciones ninguna forma de abuso sexual. Es más, la
comunicación y la transmisión de afectos a través del contacto adecuado estimula la
confianza y la autoestima y es una base adecuada para su futuro rol sexual.

4. Aceptar el sexo biológico del niño


El niño debe ser aceptado cualquiera fuere su sexo y debe ser tratado y educado con los
roles culturales de su género. Cambiar esta norma, es confundir al niño. También debemos
tener en cuenta una diferenciación al elegir su nombre. Es mejor no dar lugar a confusiones.
5. Aceptar todo el cuerpo como algo natural
Con especial referencia aludimos a los órganos y funciones sexuales. Cuando un padre
tiene la convicción de que hay partes del cuerpo que son malas, sucias y ocultas, y distintas
al resto, es un falso concepto que no contribuye a una educación sexual adecuada. Las
actitudes correctas que un menor tenga de su propio cuerpo y de todos sus órganos,
dependerán de lo que los padres hayan transmitido a través de sus miradas, actitudes,
respuestas y explicaciones recibidas. El cuerpo humano no tiene partes buenas y malas,
limpias ni sucias. Una aceptación adecuada de todo el cuerpo y del ser es una base firme
para transmitir conceptos sexuales positivos.

6. Transmitir valores y no solamente información biológica


Hay conceptos que los padres deben transmitir acerca de lo que se espera del hombre y de
la mujer. Una actitud positiva en la educación sexual que los padres construyen pasa por la
transmisión de valores que trasciende lo anatómico o fisiológico. El niño necesita
orientación y límites. Los padres debemos compartir valores morales que respondan en
forma positiva y contrarresten la crisis sexual que vive nuestra sociedad.
ACTITUDES NEGATIVAS DE LOS PADRES REPRIMIR Y NO HABLAR DEL
TEMA (otro grupo)
Propiciar silencio es una situación tan común como dañina. Algunos especialistas refieren
que esta actitud confunde a los niños acerca de sus inquietudes sobre sexualidad. El niño
tiene la sensación de que sus interrogantes no pueden ser satisfechas por lo que lo sexual se
transforma en un tema tabú y vergonzante.

Frecuentemente esto es producto de que los padres se sienten inseguros cuando se trata de
dar a los niños información sobre sexo. Los padres justifican esta actitud y señalan que no
han hablado del tema porque el niño no se los ha preguntado. En realidad es una
contradicción a la buena educación sexual ya que en otras funciones humanas los padres
tendemos a tomar la iniciativa. El niño se percata de ello cuando alguna vez ha intentado
satisfacer sus inquietudes y han aparecido respuestas, tales como: “eso no se pregunta, son
cosas de grandes”, “en otro momento te lo diré”. Estadísticamente está comprobado que la
mayoría de los niños ha recibido mayor información sobre sexualidad fuera de su hogar que
de sus propios padres.

Actuar con falsedad e incoherencia


Es una actitud que los padres debemos evitar. El niño tarde o temprano se dará cuenta de la
manera que actuamos y sabrá la verdad de que ha sido engañado por aquellos de quienes
confiaba y esperaba más sinceridad.

Adelantarse a su madurez sexual


Algunos padres se adelantan a la sexualidad de sus hijos. Todos hemos sido testigos de
adultos ansiosos por el comportamiento sexual de sus hijos y que consideran que ya les ha
llegado la hora de hacerse hombres o mujeres. Llevarlos al prostíbulo o adelantarse para
estimularlos a comprar anticonceptivos no debe formar parte del repertorio de la educación
sexual.

Inseguridad y temores acerca del comportamiento sexual futuro de los hijos


Muchos padres temen sobre el comportamiento sexual de sus hijos en el futuro. La mayoría
de las veces sin ningún fundamento, pero los temores repercuten en las reacciones y
actitudes de los padres hacia los hijos.

REÍRSE Y FESTEJAR SOBRE ACTIVIDADES RELACIONADAS CON LA


SEXUALIDAD
Los padres deben cuidarse de no utilizar los comportamientos y actitudes sobre asuntos
sexuales como si los tales fueran trofeos para sus hijos y/o para ellos. La contrapartida de
ridiculizar o rebajar al niño frente a sus actitudes también es perjudicial.

MANTENER OTROS CONCEPTOS FALSOS SOBRE SEXUALIDAD


La mayoría de las personas abrazan mitos falsos referentes al sexo. Varios de ellos han sido
ya citados. Debemos revisar constantemente nuestros conceptos y consultar ante dudas que
surjan, para no perpetuarlos en nuestros hijos.

FACTORES DE RIESGO FAMILIAR


Existen situaciones familiares que pueden interferir el desarrollo adecuado de la sexualidad
en el menor. Citemos algunos ejemplos:
- Los conflictos en la pareja que se expresan por descalificación hacia la imagen del otro
progenitor, o cuando estos son manipulados por uno de ellos con o sin negación del
contacto con el otro.
- Familias con historia de prostitución, alcoholismo, drogadicción.
- Mala relación padres-hijos, fundamentalmente con el padre del sexo opuesto.
- La sobreprotección que no permite el crecimiento y desarrollo madurativo de los hijos
implica una situación de riesgo que dificulta una vivencia y un aprendizaje armónico de su
sexualidad.
- Absentismo de uno de los padres. Las familias uniparentales con hijos en edades
tempranas que falta una figura de identificación sin otros modelos cercanos adecuados, es
un factor de riesgo en la identificación sexual. En el caso de progenitores fallecidos la
identificación sexual puede completarse sanamente cuando el padre o madre fallecido
queda integrado al imaginario familiar (tu padre era muy trabajador, a tu padre le gustaba la
lectura) y el hijo/a hará su identificación con ese ser ahora ausente.
- Hijos no deseados. Esta condición es factor de riesgo porque implica rechazo.
- Hijos que son el producto de uniones frágiles, efímeras.
- Cohabitación de la madre con sucesivos compañeros que deja como consecuencia un
embarazo por un simple intercambio sexual.
- Niños nacidos con enfermedades perinatales que por circunstancias patológicas tuvieron
que ser alejados con separaciones muy prolongadas de los padres dificultando el apego.
- Inmadurez en los padres, que no asumen adecuadamente su rol parental. La relación
padres-hijos que se caracteriza por la rigidez, inflexibilidad, con uso excesivo de castigos
físicos.

FACTORES DE RIESGO SOCIOCULTURALES


MACHISMO
Nuestra sociedad está impregnada de conceptos machistas. El mito que propone la
superioridad masculina está arraigado en nuestra sangre, deformando los conceptos
sexuales. Los medios de comunicación y la publicidad que la acompaña basan con
frecuencia sus mensajes en este concepto.

Históricamente el machismo ha perjudicado nuestra sociedad y sobre todo a la mujer que ha


sido víctima de todo tipo de atropellos y sus derechos sexuales no han sido considerados.

Cuando los padres perpetúan actitudes machistas en el hogar se sobredimensiona el


problema; seguramente en su futuro el niño repetirá lo que ha visto.

SOBREDIMENSIÓN DE LA MATERNIDAD
Las expresiones tales como ¡madre hay una sola! Pueden impresionar y sobre valorar a la
mujer pero no es necesario hacerlo al precio de minimizar la paternidad ya que no favorece
la formación de adecuados conceptos. La mujer debe cuidar esta actitud frente a sus hijos y
valorar el rol de la paternidad.

“Como no hay escuela para padres, muchos de ellos han aprendido de lo que han visto en
los de ellos. Por lo general los pecados de los padres son transferidos a los hijos y estos a
sus siguientes hijos, causando traumas, y hasta heridas físicas sin querer hacerlos. Por lo
que se recomienda en estos casos: Orar y buscar ayuda idónea para mejorar las relaciones
entre padres primero, luego entre padres e hijos y así lograr que el abismo de
incomprensión crezca y pueda dañar más de lo que beneficie tanto a la pareja como a sus
progenitores. Por lo tanto recomendamos que además de orar, buscar la dirección de Dios,
que exista una real y efectiva comunicación entre las parejas, sus familias y en entorno que
lo rodea. Esto hace del hogar un magnetismo cerrado en contra de influencias externas que
puedan manifestarse por envidia en algunos casos, por incapacidad en otros, pero los más
comunes provienen de la propia familia de las parejas por lo que deben evitar comentar sus
problemas entre estas y resolverlos en el interior de su hogar.

Nadie conoce mejor los problemas que uno mismo, por lo que es útil resolverlo hablando y
hablando. Esto es comunicación intima entre la pareja y así se consolida mejor la familia,
primera institución con propósito formada por Dios sobre la tierra”.

ALGUNAS PAUTAS PARA HABLAR DE SEXO CON LOS HIJOS


¿Cómo contestar sus preguntas? Responder sus inquietudes no es tarea fácil. El
desconocimiento y el temor rodean a los padres menoscabando las posibilidades de un
diálogo adecuado. Estas resistencias deben ser superadas y requieren reflexión y esfuerzo a
la hora de encarar los temas sexuales con los niños. Describimos algunas sugerencias y
recomendaciones que pueden ser útiles:

Encarar el tema con naturalidad


Un ambiente sereno y abierto que canalice el tema con naturalidad y confianza, sin tabúes y
prejuicios es la situación ideal. Es necesario recalcar que para los niños los temas sexuales
son como cualquier otro. Cuando ellos preguntan por curiosidad sobre alguna inquietud, lo
hacen con total naturalidad. Para los padres debiera ser lo mismo.

En principio el niño no tiene la carga emocional que arrastran los adultos cuando se hablan
estos temas.

Por este motivo los padres debemos aprender a hablar de sexo con nuestros hijos.

El silencio, las explicaciones oscuras, la evasión, hacen creer al niño que ha tocado un tema
del cual le hubiera sido mejor haberse callado. Sus dudas e interrogantes seguirán pero no
será fácil comunicarlas cuando percibe que no tiene un terreno familiar propicio.

También debemos preguntarnos: ¿Cuándo debemos comenzar a abordarlo? El mejor


momento para iniciar el tema es cuando el niño demuestra interés y cuando inicia el diálogo
sobre alguna inquietud. También nosotros los padres podemos conducir una conversación
en situaciones especiales, como por ejemplo, la presencia de un nuevo embarazo en la
madre o en algún integrante de la familia o amigos cercanos. La Prof. Irma Gentile-Ramos
en su libro Puericultora y Pediatría Social señala lo sorprendente que es la naturalidad con
que los niños aceptan las explicaciones cuando también las respuestas a sus preguntas son
explicadas en forma clara y sin sentido de culpa.

Hablemos sin complicaciones


Es conveniente responder a sus inquietudes sin complicaciones. Contar historias
imaginarias de semillas y jardineros, el cuento de la cigüeña o responder que los bebes
vienen de París o que se encargan y adquieren desde un supermercado si bien eran
respuestas de antaño, hoy sabemos que no constituyen una adecuada docencia.

Esto conduce a una información no solo errónea sino nociva a largo plazo porque estamos
perdiendo la confianza.

Es más recomendable hablar abiertamente, sin rodeos ni complicaciones.


Siempre la verdad Debemos tener franqueza cuando hablamos de sexualidad. No debemos
mentir ni engañar, Las mentiras pueden llegar a producir desconfianza e inseguridad sobre
el tema y lo que es peor hacia los mismos padres. Igualmente el menor buscará las
respuestas, pero en otra parte y no siempre serán las más adecuadas y beneficiosas para su
formación. Las verdades a medias dichas a sus oídos sumados a los recursos de su
imaginación no son herramientas adecuadas para su formación.

Usar terminologías correctas Cuando hablamos de sexualidad, debemos usar la


terminología adecuada. Esto significa que debemos llamar las cosas por su nombre. Un
vocabulario correcto demuestra naturalidad y otorga sensación de seguridad al niño que nos
está escuchando. El uso de palabras y terminologías que sustituyen los nombres correctos
se ha hecho una costumbre muy popular y esta costumbre, lejos de ser productiva conduce
a imaginaciones erróneas, produciendo inseguridad y confusión.

Particularmente, para las niñas es peor aun no dar nombres a sus órganos femeninos.

Citar la vulva como “la cosa” y no asignarle una nominación es perjudicial, ya que en el
esquema corporal, el órgano femenino es interno, escondido y secreto y es muy importante
para toda niña su identificación.

Responder sus inquietudes y no adelantarse a su posibilidad de comprensión La


información sexual que impartimos debe ser limitada a sus inquietudes y preguntas. No
debemos ir más allá, pero tampoco quedarnos cortos. Debemos atender sus inquietudes y
preguntas. Es saludable mantener su capacidad natural de preguntar y explorar aquello que
le intriga e inquieta. Para esto, es necesario responder de acuerdo a su madurez
satisfaciendo su necesidad de conocimiento. Cuando reconocemos que el niño queda
conforme puede ser una señal que respondimos en forma adecuada.

Respuestas breves Las explicaciones muy extensas tienden a confundir a los niños. Es
adecuado dar respuestas concisas y dejar el espacio y el ambiente para que el menor se
sienta libre para seguir preguntando de acuerdo a su interés.

Volver hablar del tema Hablar de temas sexuales es importante pero no debemos olvidar
la necesidad de retomar la conversación al cabo de un lapso de tiempo.
¿Cómo procesó la información? ¿Entendió lo que le explicamos o generó durante ese lapso
nuevas interrogantes? Los chicos pudieron haber cambiado, las conversaciones con sus
compañeros pueden producir nuevas inquietudes. Sus propias fantasías pueden generar
nuevas dudas y preocupaciones que serán necesarias evaluar y disipar. Es apropiado
preguntarle al chico qué otra cosa quiere saber y que nos cuente cómo se imagina las
situaciones que le están preocupando.

Estas son algunas de las actitudes que pueden ser útiles cuando deseamos encarar en forma
adecuada nuestro rol y compromiso educativo. Cada padre puede buscar o crear otras
estrategias.

En suma, una respuesta clara, sincera, honesta y natural, coherente a las interrogantes e
inquietudes del menor, teniendo la capacidad de volver al tema cuando sea necesario, darán
los mejores resultados y beneficios para el crecimiento y desarrollo de sus conceptos
sexuales.

OTROS FACTORES DE RIESGO QUE DEMANDAN LA INTERVENCIÓN DE


LOS PADRES, SEXUALIDAD Y TV
Estamos saturados con programas de TV que contienen una carga erótica no pertinente.

Viendo el erotismo como una faceta de la expresión de nuestra sexualidad y que puede
tener su lugar legítimo en el ámbito privado, extrapolado al ámbito público y a relaciones
de cualquier naturaleza resulta una distorsión al ideal para el cual mejor puede ser utilizado
que es nutrir y recrear el vínculo de la pareja estable.

La pantalla chica imparte una imagen distorsionada de la realidad. Un saber temprano que
no es el más adecuado. Así como la represión sexual crea frustraciones y conductas
sexuales inapropiadas, la exageración de imágenes sexuales impulsada por los medios
brinda una información sexual que deforma.

¿Cuáles son algunas de las tendencias sexuales que la TV señala y exagera?


1) En el lapso de un año un menor que mira habitualmente la TV, puede llegar a observar
más de diez mil relaciones sexuales simuladas o reales. Estos encuentros sexuales son en
más del 90 % extramatrimoniales, irresponsables, frecuentemente con personas
desconocidas, sin ninguna protección y cuyos protagonistas tienen múltiples y variadas
parejas. Esto demuestra que la TV promueve la promiscuidad. Este lastre de conceptos se
exageran en el menor por ser realizados por personajes profesionales cargados de
hermosura, elegancia y omnipotencia.
2) A través de la publicidad, la TV muestra frecuentemente una imagen distorsionada de la
mujer. La reduce a un objeto sexual atractivo y descartable.
3) El discurso televisado presenta mensajes contradictorios con respecto a la
homosexualidad. Por un lado promueve y exalta las conductas homosexuales no solo como
alternativa de vida sexual, sino con frecuencia también como preferible.

Pero por otro lado y en forma lamentable, también la TV transmite mensajes que
discrimina, menoscaba y degrada a niveles muy bajos a la persona homosexual.
4) La TV vende la idea que existen mecanismos para aumentar el vigor y la atracción
sexual. Tal es el caso de la publicidad de ciertos medicamentos, bebidas alcohólicas y
tabaco, que siendo mentiras se dan por cierto en la mentalidad infantil.
5) La TV dice muy poco sobre las consecuencias que produce la conducta sexual que
promueve. ¿Qué dice acerca de las enfermedades de transmisión sexual que produce la
promiscuidad sexual? ¿Qué enseña de los embarazos precoces e inesperados que cada día
más aparece en los adolescentes?, que por supuesto no es responsabilidad de los medios,
pero sí de la conducta sexual que promueve.

La situación se agrava cuando reconocemos que el niño no tiene aún una maduración
sexual desarrollada y se expone a escenas y situaciones en forma prematura, sin tener una
adecuada capacidad crítica y reflexiva ante los medios.

Con excepción de programas referidos a la naturaleza o de tipo científico, que son


formativos para la educación sexual del menor, afirmamos que globalmente la TV es
nociva y deforma los conceptos sexuales en los niños y adolescentes.
6) La TV muestra personajes que otorgan una desmedida preocupación por todo lo que sea
estético y corporal reemplazando el ser, por el tener o parecer. Esto afecta la atracción entre
los sexos. El énfasis en lo corporal lleva a la obsesión de la estética, dejando de lado
aspectos emocionales, intelectuales y éticos que la pantalla chica no promociona. Por ende
la frivolidad y el hedonismo invaden el pensamiento adolescente promocionando actitudes
categóricamente perjudiciales para la sexualidad y la conducta humana.

Sea útil esta reflexión para marcar una vez más la urgencia que los padres tenemos en
responder a estas nuevas realidades con una participación más comprometida, madura y
responsable frente a la pantalla chica y a lo que se observa en ella.

INTERNET Y SEXUALIDAD
El fácil acceso a imágenes y literatura sexual que se cuenta a través de Internet son en su
mayoría de bajo valor científico y alto poder pornográfico. El acceso a grupos de discusión
sobre temas sexuales, el contacto con personas desconocidas por chat, el material sexual en
CD que ofrece distintas opciones individuales o con parejas que aparecen en la pantalla y
que con el mouse puede hacer un clic en algún lugar del cuerpo y satisfacer todo tipo de
curiosidad, se constituye en una ventana sin límites. Los niños y adolescentes están
expuestos en forma permanente y sus consecuencias son imprevisibles. Esto constituye un
caldo de cultivo para la adicción a la pornografía.

ALGUNAS RECOMENDACIONES
1. Reconocer el tiempo de inversión que los niños y adolescentes dedican en Internet y
discutirlo con ellos. Para esto es conveniente, si fuera posible, que el estado de cuenta de
gastos telefónicos que origina el uso de Internet en los niños, venga aparte del resto de los
integrantes de la familia que lo utilizan.
2. Si encontramos a nuestros hijos con imágenes que pueden ser inadecuados, busquemos
esta oportunidad para conversar sobre el tema.
3. Es recomendable no tener acceso a los programas “chat” e instalar un programa con filtro
que impida el acceso a páginas pornográficas.
4. Mantener la computadora en un área pública del hogar y no en el dormitorio de los
menores.
5. Es necesario indicar a los niños que no den información personal: nombre, dirección,
número de teléfono, tarjeta de crédito de algún familiar, ni otros datos que alguien se los
solicite por computadora. etc.
6. Estimular a que hable de lo que ve o lee en Internet y discutirlo juntos.
7. No alentar la práctica de “surfear” durante períodos prolongados por Internet sin
objetivos claros y sin supervisión.

Es asombroso el enorme salto tecnológico que ha significado Internet. No obstante los


peligros son reales. Todo depende del uso que los menores tengan de este instrumento.

Música y Sexualidad
A lo largo de la historia la música siempre ha sido expresión de la cultura y de los
sentimientos de los pueblos y su gente. No cabe duda que es una forma de comunicación
importante y fuente de aprendizaje de modelos y comportamientos humanos. Cuando
analizamos la música que escuchan nuestros niños y adolescentes y, fundamentalmente su
contenido, comprobamos un lamentable deterioro en los temas musicales principalmente,
aunque no en forma exclusiva, en la música rock.

Algunos de estos temas son perjudiciales para el crecimiento y desarrollo del menor y
deforman su educación, por ejemplo:
- La promoción del uso de drogas y alcohol.
- Los temas relacionados con el suicidio presentado como una posible salida a los
problemas de la vida.
- Los asuntos que tienen que ver con ocultismo, canciones relacionadas con poderes
satánicos y sacrificios humanos que se representan en sus conciertos.
- En lo que se refiere a los temas sexuales y sus aspectos conexos, son también argumentos
habituales.

La sexualidad para nada está ajena al tipo de música que generalmente más atrae. Es
lamentable que se exalten asuntos sexuales negativos: el sadismo y masoquismo, el incesto,
el menosprecio de la mujer, la superficialidad en las relaciones y los vínculos.

Por el contrario, los afectos, el amor maduro, adulto, responsable y comprometido que
genera realmente satisfacción para nada está presente.

Con frecuencia se citan partes del cuerpo en forma totalmente despectiva. Las cosas no se
llaman por su nombre por el contrario abundan las groserías cargadas de expresiones
agresivas, violentas y fuera de lugar. Muy poca música se escucha en la cual se promueva
el respeto, el compromiso y el amor maduro. ¿Cuál es el resultado?
Qué otra cosa sino más deformación, superficialidad y deshumanización de la sexualidad a
un contexto puramente pasajero, efímero que se viste de placentero pero que nada de esto
tiene a largo plazo, promoviendo la falta de valorización del cuerpo, la falta de compromiso
y la inestabilidad en las relaciones.
Estos motivos son más que suficientes para que los padres tengan una activa participación
en los intereses musicales de sus menores.

Algunas recomendaciones podemos citar:


- Debemos prestar atención a los deseos musicales, lo que quiere que se le compre, lo que
escucha y lo que ve.
- Es importante conversar con ellos sobre sus gustos y preferencias musicales.
- No criticar, sino interpretar su música desde su punto de vista, con una actitud abierta y
comprensiva, manteniendo fluida la comunicación sin perderse y producir
distanciamientos.
- Promover una actitud reflexiva y crítica con respecto a la música y fundamentalmente a la
letra y al contenido.
- Ayudarles a identificar las tendencias destructivas en los temas musicales.
- Conocer la vida privada de quienes son los autores y protagonistas de esta música puede
ayudarles a no dejarse engañar.

Si un niño o adolescente demuestra tener una preocupación desmedida con música de


contenido destructivo y tiene cambios en su comportamiento, como aislamiento, depresión
y/o uso de sustancias adictivas como alcohol y drogas se debe hacer una evaluación
profesional.

Preguntas Frecuentes que hacen los Niños


Los hijos pueden enredar a sus padres cuando preguntan sobre asuntos sexuales. A
continuación señalamos algunas preguntas y respuestas. Son aproximaciones que no agotan
el tema pero son útiles para la reflexión y para estar mejor preparados cuando enfrentemos
las siguientes situaciones.

Los varones pueden preguntar: ¿porque las niñas no tienen pene?


Los preescolares hacen esta pregunta. Se debe señalar que justamente esta es la diferencia
que existe entre las niñas y los varones. Esta respuesta puede satisfacer la curiosidad del
menor y generalmente en estos momentos no será necesario dar más detalles. El momento
del baño es oportuno para responder esta interrogante.

Debemos aclarar algunas nociones equivocadas que comienzan a gestarse en esta edad. Por
ejemplo, el varón puede suponer que perderá su pene en algún momento y la niña puede
creer que lo tuvo o lo tendrá en su futuro. Estas nociones deberán ser aclaradas.

¿De dónde vienen los niños? ¿Cómo se forman los bebes?, ¿Cómo nací yo?
Para muchos niños es un misterio pensar como entró y salió del vientre de su madre.

Pero también para los padres estas preguntas desconciertan y se tornan difíciles de
responder. Debemos hacerlo con honestidad, en forma clara y evitando todo tipo de
fantasías. Tampoco se trata de entrar en complejas explicaciones. Para responder estas
interrogantes debemos tener en cuenta el grado de conocimiento que tiene el menor.

Debe quedar lo más claro posible que el vientre de la madre tiene un lugar apropiado y
especial para alojar a los niños que se están formando.
Se sugiere en primera instancia, responderle con la misma pregunta: y a ti… ¿qué te
parece? Una vez conocido su grado de entendimiento nuestra respuesta podrá ser más
acertada. Por ejemplo, las primeras respuestas pueden ser: tu papito y yo nos amamos
mucho, un día decidimos tenerte y así fue que él puso dentro de mí algo como si fuera una
semillita que se unió a mi cuerpo y como resultado de esto te fuiste formando en mi cuerpo
hasta los 9 meses. Una vez crecido el médico me ayudó en el hospital a que nacieras.
Nuestra respuesta debe dejar en claro los siguientes aspectos:
- El niño debe conocer que los dos padres intervienen en la formación del bebe. Los dos son
necesarios e indispensables para su formación.
- La unión de ambos forma el bebe.
- Dicha unión es fruto del amor y del placer que esto origina.
- Por lo tanto, su llegada ha sido esperada y aceptada por los padres.

Siempre debemos cuidar el tono, la expresión y el grado en que se comunican los


sentimientos en relación con sus antecedentes de gestación. Tal vez no haya significado una
buena experiencia, muy dolorosa física o afectivamente. Pero una niña que oye a su madre
hablar con calma, tranquilidad y alegría otorgará elementos positivos para su hija. Esto no
significa que debemos ocultar el grado de sufrimiento que significa el parto y otras
situaciones eventuales que puedan ocurrir. Pero puede explicarse con claridad, que la
alegría del producto de gestación es mayor que el sufrimiento transitorio que pudo
experimentar.

Una vez que los niños se forman en el vientre de mamá, ¿por dónde sale?
Claramente debemos decir la verdad. Mamá tiene un orificio, al igual que todas las niñas y
mujeres, por donde salen los niños, un orificio distinto por donde se orina o se defeca. El
nombre de dicho orificio se llama vagina (recordamos que siempre se debe decir los
órganos y las funciones únicamente por su nombre correcto) y se dilata cuando el bebe esta
pronto para salir y luego vuelve a su tamaño habitual. Recalcamos cuidar los sentimientos
que acompañan esta explicación ya que frecuentemente esta asociada con la descripción de
dolores, molestias y sufrimientos que atemorizan desmedidamente este acto.

Preguntas sobre el acto sexual


Se puede explicar que mamá y papá se quieren mucho por lo que además de abrazarse y
besarse, pueden unir estrechamente sus cuerpos y ambos sentir mucho placer. Por este
motivo este acto se llama hacer el amor, dejando bien claro que justamente es un acto de
amor que ambos tienen entre sí.

En cuanto al papel del padre, ¿cómo pone papá la semilla para formar el bebe?
Es importante señalar la acción masculina en la formación de los hijos. El niño tiene
derecho de saber que el padre también tiene un rol decisivo en la gestación. La explicación
que un hijo es el resultado también de la existencia de la erección, penetración y
eyaculación del hombre acompañado de mutuo amor y placer y que esto trae como
resultado un nuevo ser, será muy enriquecedor.

Cuando papá o mamá no están (Caso de divorcio o muerte de alguno de los dos)
El menor debe entender claramente que tiene papá o mamá. Jamás se debe negar al padre o
la madre. Debe saber que hubo razones por las que ambos padres no pudieron vivir juntos,
pero que nunca lo han dejado de amar. Es bueno decirle al hijo o a los hijos que el padre o
la madre no tienen ninguna responsabilidad sobre las causas que originaron que ahora no
estén con ellos, debe abrazarlo y darle un beso en este caso, ya que el niño o la niña, sienten
el amor de la pareja aunque estén lejos uno del otro.

Es importante aquí hacer que los hijos se comuniquen con los dos, interferir en eso, traerá
dificultades posteriores graves y hasta traumas a los seres que decimos que amamos.

¿Cómo puede una mujer que no está casada y sola, tener un bebe?
Cuando tienen esta curiosidad será necesario aclarar que tanto el hombre como la mujer
están aptos para la procreación sin necesidad de que ambos estén casados.
Sin embargo es necesario comunicar el concepto que todo niño tiene el derecho de tener
padre y madre y ambos con un compromiso amoroso y legal para que él pueda crecer y
desarrollarse en las mejores condiciones.
INQUIETUDES QUE COMIENZAN EN LA PUBERTAD
A partir de esta edad las inquietudes pasan por muy diversas temáticas. Es necesario dar
información para adquirir conocimientos que mitiguen sus inquietudes e ignorancia. En esta
etapa es fundamental la transmisión de actitudes y el desarrollo de valores que sustentarán
su conducta. Acompasar nuestra docencia con nuestro ejemplo y coherencia darán los
mejores resultados a la hora de encarar todas sus interrogantes.
Las siguientes son algunas de las inquietudes que tarde o temprano estarán en su conciencia
y sobre las cuales giraran sus dudas:
- Sobre lo que sucede en mi cuerpo. Cambios puberales. Clarificación de ideas sobre
menstruación y eyaculación. Tamaño de sus genitales. Aparición de vello, tamaño del
crecimiento mamario. Variaciones normales en el desarrollo humano ¿Seré normal?
- Conceptos de sexualidad. Soy mujer. Soy hombre. Diferencias de uno y otro sexo.
- Sensaciones Sexuales. Deseo sexual. Masturbación. Clarificación de ideas.
- ¿Podré formar pareja?
- ¿Porqué se vive en familia?
- ¿Podré procrear? Características de la reproducción. Embarazo. Edad ideal para la
procreación.
- ¿Qué es la relación sexual? ¿Cuáles son sus objetivos? La función afectiva, de
comunicación, de placer y reproducción.
- ¿Qué es la homosexualidad? ¿Cómo se produce?
- Enfermedades de Transmisión Sexual. ¿Cómo prevenirlas? Formas de contagio.
Conductas de riesgo. El VIH/SIDA.
Estas son algunas de las múltiples interrogantes que los adolescentes comenzarán a tener.
Los padres tendrán que manejar estos temas y pedir asesoramiento.

ACERCA DE SU MENARCA Y MENSTRUACIÓN


Entre las múltiples interrogantes descritas citamos algunas consideraciones sobre la
menarca y menstruación. La menstruación es un hecho biológico normal en toda mujer en
edad genital y se denomina menarca a la primera menstruación. Habitualmente ocurre entre
los 9 y 12 años. A pesar de ser un hecho fisiológico sigue teniendo connotaciones de
prejuicio, vergüenza y oscuridad en muchos sectores de la población, inclusive en los
propios niños y adolescentes.
Estos son algunos elementos que se deben tener en cuenta a la hora de transmitir
información sobre la menstruación en las niñas:
- Reflexionar como vive la madre su propia experiencia menstrual y qué es lo que está
transmitiendo con sus gestos, actitudes, sentimientos cuando habla sobre el tema.
- Aclare todas sus posibles dudas y curiosidades sobre el sangrado menstrual. Existen
fantasías, tabúes, ignorancia, prejuicios y falsos conceptos que seguramente sus pares le
mencionaron y que será necesario responder.
- Explicar que la menarca constituye una señal de que esta transitando por el camino que
lleva de la niñez a la adultez. Y que durante los primeros meses el ciclo podrá ser irregular
como una “señal de ajuste” de su aparato reproductor y que luego seguramente su ciclo se
regularizará.

CON RELACIÓN A LAS EMISIONES NOCTURNAS EN LOS VARONES


Antes que llegue la pubertad los niños debieran saber qué les sucederá llegado este tiempo.
Los cambios físicos y emocionales pueden ser descritos con anterioridad para que no los
tome desprevenidos. Con relación a las emisiones espontáneas nocturnas de semen deberán
conocer el hecho como totalmente natural y fisiológico durante este tiempo. Esto les dará
tranquilidad y evitarán temores y desconcierto. Manchar su ropa interior o su cama no le
debe engendrar culpabilidad ni temor a ser descubierto.

Un ambiente natural sobre el tema le ayudará a tener un concepto adecuado.

MASTURBACIÓN
La palabra masturbación deriva del latín, masturbare, que significa procurar por sí mismo la
satisfacción sexual, a través de la manipulación de los órganos genitales y/o regiones
erógenas. Las actividades auto eróticas existen desde los primeros días de vida.

Ejemplo de ello es la succión del chupete o del dedo pulgar que constituye una forma de
placer auto erótico. Alfred Kinsey afirmó a través de sus estadísticas que 9 de cada 10
hombres y 6 de cada 10 mujeres pasan por períodos que practican la masturbación. Son
diversas las formas de realizar este acto, entre las que se destacan:
- Caricias o frotamientos de genitales utilizando manos u objetos como almohadones,
Introducción de objetos en la vagina y Juegos y fantasías sexuales individuales o
compartidas, utilizadas como estimulo sexual.

CONSIDERACIONES HISTÓRICAS:
En algunos diccionarios la palabra onanismo figura como sinónimo de masturbación. La
palabra onanismo se origina en Onán, un personaje bíblico que realizó un acto que en
realidad no respondió a lo que entendemos por masturbación. El texto bíblico nos relata que
la tradición judía tenía una ley que cuando dos hermanos habitaban juntos y uno de ellos
moría sin dejar descendencia, la mujer del muerto debía tener descendencia con su cuñado
y el primogénito que de ella tenga debía llevar el nombre del hermano muerto.

Esta era la ley del levirato (del latín levir, cuñado), que ordenaba que el hermano del que
murió sin hijos se casase con la viuda, así no se interrumpía la continuidad de la familia.
(Deuteronomio 25: 5-6). El caso de Onán fue que al recibir el mandato de fecundar a
Tamar, la mujer de su hermano muerto, se negó volcando su semen en tierra y dice la
Biblia que “El Señor se disgustó mucho por lo que Onán hacía”. ¿Qué fue lo que en
realidad disgustó? Se ha interpretado este acto de verter en tierra como sinónimo de
masturbación. De las diversas interpretaciones teológicas compartimos que en realidad la
condenación no fue tanto verter en tierra o de cometer un acto sexual sino la desobediencia
de Onán al mandato del levirato. Es decir su negación y voluntad de no querer dar
descendencia a su hermano. (Génesis 38: 8-10). Su error fue no obedecer la ley, no la de
verter en tierra su semen. En realidad, este no ha sido un acto masturbatorio, sino un coito
interrumpido para evitar la procreación.
Mitos y conceptos falsos acerca de la masturbación
La masturbación con frecuencia ha sido entendida como una actividad patológica,
enfermiza y vergonzosa. Su práctica se ha asociado con consecuencias que van desde
trastornos físicos y emocionales hasta la imposibilidad de establecer una relación
heterosexual satisfactoria en el futuro. Estos conceptos son tan falsos como frecuentes.

Los temores son múltiples y variados que van desde la aparición de ojeras y de acné‚ hasta
volverse ciego, sin pelo en el cuero cabelludo o estéril.

La recriminación de esta práctica y los juicios que se emiten hacia los adolescentes aún
se puede seguir escuchando: En el varón por ejemplo: “Si te masturbas te vas a volver
tartamudo”, “te podes volver loco”, “no creces y te quedas petiso”, “podes quedar ciego”
“Eres un vicioso”.

En la mujer los mitos también ocurren: “vas a terminar prostituta, ningún hombre te va a
poder calmar”, “tu marido se va a creer que te estuviste acostando con muchos hombres”,
“se agranda la vagina y después vas a tener problemas para tener hijos”.

“Eres una loca”. Todos estos juicios y conceptos son falsos, y no hacen más que generar
incertidumbre, temor y complejos que los padres debemos evitar. Por el contrario, nuestra
intervención debe contribuir para mitigar sus inquietudes y ansiedades.

ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA MASTURBACIÓN

Existen tres períodos en el desarrollo de la sexualidad en que la masturbación es más


frecuente.
1- Etapa de Lactancia. La manipulación de los órganos genitales puede originarse en forma
accidental, percibiendo una sensación agradable que tiende a repetirlo.
2- Etapa Preescolar. Entre los 3 – 5 años puede darse también con frecuencia esta práctica.
3- Período Puberal y Adolescente. Desde el punto de vista médico, el hábito en sí mismo no
produce ninguna repercusión. La excepción a esta verdad es que su práctica aun sigue
ocasionando culpabilidad y ansiedad, siendo esto la mayor consecuencia negativa sobre las
personas.

En el entendido de ser una etapa transitoria, pasajera, salvo situaciones especiales no debe
considerarse un acto patológico. Por lo tanto los padres no deben tener una actitud punitiva
frente a este acto. Cuando un niño pequeño recibe esta prohibición, el acto puede
convertirse en un acto de rebeldía, oposición y llamada de atención hacia ellos en el futuro.
En algunos casos el menor puede depositar en ésta acción, su culpa, ansiedad y evasión
frente a sus frustraciones.

En el adolescente la masturbación también puede ser considerada un acto a través del cual
se liberan tensiones constituyéndose en algunas situaciones una manifestación de
conflictos, donde la práctica actúa como alivio de cargas internas y se constituye en una
“salida limpia a sus tensiones”. Así el adolescente puede recurrir a esta práctica en
situaciones de estrés, depresión, aburrimiento y soledad, presiones en sus estudios,
conflictos con los padres, etc.
Helen Kaplan en su libro “La nueva terapia sexual” resume este tema señalando que:
“En realidad, la masturbación representa un solo peligro: la culpabilidad y la vergüenza que
sienten algunas personas debido a ella. Si un individuo se siente culpable por el hecho de
masturbarse, si ello le provoca un conflicto, si se preocupa por las fantasías que acompañan
a este acto, estos sentimientos negativos pueden quedar asociados con todas sus ideas y
emociones y esto, evidentemente, no puede ser bueno para su vida sexual” Frente a esta
situación los padres deben evitar el error de castigar, asustar o amenazar al menor. En tanto
que estas situaciones pueden alterar su psiquis, una actitud comprensiva, que imparte un
clima de seguridad afectiva será un medio propicio para atravesar este período sin mayores
consecuencias. Por este motivo, cuando sea posible, los padres deberían conversar este
tema con sus hijos ayudándoles a aliviar sus tensiones y angustias sobre esta práctica.

Abuso Sexual
El abuso sexual a un menor es toda forma de encuentro sexual ejecutado por un adulto en
posición de poder. Tiene como único objetivo la utilización del menor para su gratificación
sexual. Su real significado es incomprendido por el menor por la falta de capacidad para
consentir y elegir voluntariamente el acto al que está siendo sometido.

Es un atentado violento a toda la estructura emocional del niño que aunque aparente ser
superado, es difícil su cicatrización. En la mayoría de los casos el abuso no se revela. La
persona muere en el secreto.

Todo abuso sexual debe considerarse siempre una responsabilidad del adulto que lo
comete. Los menores no están en condición de maduración suficiente para saber con
exactitud el significado y las consecuencias que estos actos implican.

Los actos abusivos pueden ir desde formas menores de tocamiento y manoseo hasta la
violación y no son siempre producidos por la fuerza. Los engaños, halagos, chantajes,
amenazas, temores, secretos, o cualquier otra forma de violencia psicológica, son ejercidos
con frecuencia por el abusador.

Según datos internacionales aportados por el Programa Claves publicados en el libro:


Ingresando al Terreno de la Esperanza, las estadísticas muestran que hasta un 40% de
menores han sufrido alguna forma de abuso, predominando las niñas en una relación de 2 a
1 sobre los varones.

Los padres deben estar alertas ante esta lamentable problemática humana y advertir a sus
hijos sobre el peligro del abuso sexual sin crear desconfianza y falsos temores, siendo vital
su prevención por el daño emocional y psicológico que a largo plazo provoca.

La mayoría de los niños, no reciben información sobre la posibilidad de ser victimas de


abuso sexual por parte de los adultos. Si son advertidos la mayoría de los padres lo hacen
en relación con el cuidado que deben tener hacia los extraños. Sin embargo, las estadísticas
dan cuenta que son los propios familiares y allegados del niño los que cometen los mayores
atropellos. Es frecuente el abuso sexual dentro de la familia con familiares directos,
padrastros u otros parientes. Puede ser un vecino, niñero/a, profesor, etc. El 85% de los
abusadores son conocidos por la víctima y el 95% de los abusadores son de sexo masculino.
Estos pueden hacer que el niño se sienta temeroso y culpable por hablar y será difícil que se
abra el tema con libertad.

De lo dicho se desprende que frecuentemente el abuso no es un hecho aislado sino que


deviene de una serie de conductas graduales y prolongadas en el tiempo. Las situaciones
aisladas y únicas ocurren ante extraños al niño y son solamente el 15% de los abusos
sexuales.

Prevención del abuso sexual


Una labor preventiva es indispensable y requiere que el niño internalice una serie de
conceptos sobre sí mismo y los demás.
1. El niño debe conocer su cuerpo y sus regiones genitales con sus nombres y terminologías
correctas. Debe saber que tiene partes íntimas o privadas. Enseñarles que las mismas son
las que están cubiertas por la ropa interior. Debe aprender que las partes íntimas solo le
pertenecen a él. Nadie tiene derecho a tocar o realizar actos sobre él que lo hagan sentir
extraño y culpable.
2. Debe aprender a respetar a las demás personas pero esto no significa una obediencia
ciega a la ejecución de actos pedidos o solicitados por otros. Por esta razón no debemos
enseñar a un niño que siempre tiene que hacer lo que le ordene un mayor, la maestra,
cuidadora o cualquier otra persona. El niño también debe tener la noción que hay adultos
que no tienen una buena conducta. Asimismo, debe aprender a cuestionar lo que los adultos
hacen por lo que será necesario capacitarlos señalando que pueden haber adultos que él
conozca que quieran jugar o acariciar sus partes íntimas y aprender que esto no está bien.
Puede y debe decir que no ante tales invitaciones.
3. Los adultos no debemos decir al niño “sos un tarado” “no sabes nada”. Esta es una forma
de despreciar su valor como persona. Si para los padres, lo que dice el niño no tiene
importancia, su autoestima será distorsionada y será difícil que se abra ante una situación
de abuso.
4. Enseñar al niño a expresar sus emociones libremente. Aprender a discriminar aquellos
que son ambivalentes. Así ocurre en el abuso, donde se mezclan emociones de placer con
otros sentimientos extraños que lo perturban. Estas emociones no deben estar en el secreto,
sino deben expresarse.
5. Los padres debemos estar preparados para escuchar en forma adecuada. Debemos crear
el ambiente para que comente en forma inmediata todo acto que pueda hacer sospechar
algún tipo de abuso sobre su cuerpo. Para esto se requiere una actitud comprensiva, calma y
sin juicios ni prejuicios a la hora que el menor se abre frente a estos temas.

Síntomas de abuso sexual


Los síntomas de abuso sexual en los niños están relacionados con una variedad de
sentimientos angustiosos que se expresan a través del cuerpo y de sus emociones. Los
siguientes síntomas, aunque no son exclusivos del abuso, pueden encontrarse con
frecuencia:
- Cambio de conductas. Debe hacer sospechar una situación de abuso, lo que no significa
que sea la única causa.
- La culpabilidad es frecuente y aparece reforzado por las siguientes situaciones:
- Cuando hubo respuesta sexual al estímulo provocado por el abuso.
- Por sentir que rompió la promesa de mantener el secreto del abuso.
- Por no haberlo dicho antes.
- Cuando existen reacciones adversas luego de conocerse los hechos.
- La baja autoestima está presente en el abusado y provoca desconfianza en sí mismo
modificando sus conductas sociales. Muchos se vuelven tímidos y apocados. Puede llevar
al auto castigo y la autoagresión,
- Sentirse dañado físicamente o miedo de tener un daño futuro.
- Puede desarrollar retraimiento y desconfianza con los adultos.
- Demasiado interés o por el contrario evitan todo lo relativo a la sexualidad.
- Depresión, con o sin tristeza, llanto, trastornos del apetito, alteraciones del sueño.
- No querer ir a la escuela y/o bajo rendimiento escolar.

Signos físicos de abuso sexual


Los signos físicos dependen de la edad del niño y del tipo y frecuencia a los que ha sido
sometido. Algunos posibles signos son: - Ropa interior manchada o rota que no puede
explicarse por otra razón.- Sangrados, fisuras en zonas erógenas.- Signos físicos
inexplicables.- Conductas de regresión: Enuresis, Encopresis.- Comerse las uñas sin
haberlo hecho anteriormente.- Olores extraños en la zona genital.- Dolor en la vulva, pene o
ano.- Dificultad para caminar o sentarse.

Consecuencias del abuso sexual


- Aceptación de la culpa por los hechos cometidos por el abusador.
- Ocultar y mantener el secreto de lo que ha acontecido.
- Tendencia de protección hacia quien ha perpetrado el hecho.
- Incapacidad de sentir placer por temor a que la satisfacción devenga en tragedia.
- Disfunciones sexuales en el futuro.
- Miedo a intimar con otra persona
- Manifestaciones de alteración de algunas conductas:
- Comportamientos compulsivos.
- Conflictos con su sentido de pudor y privacidad. - Trastornos psicosomáticos.

¿Qué hacer cuando nos enfrentamos con un niño abusado?


1. Debemos tener en cuenta que no es fácil para un niño abrirse frente al abuso que ha
producido alguien que seguramente es querido por él o muy conocido.
2. Cuando el niño se abre debemos afirmarle que hizo bien en contarlo. En estas
circunstancias, debemos mostrarle afecto, cariño y amor.
3. El enojo y la ira que el hecho produce a los padres no debe ser dirigido hacia el niño.
4. Cuando los niños se animan a hablar sobre este tema, salvo situaciones excepcionales no
están mintiendo. Debemos confiar en lo que dice. No debemos responder con preguntas que
ponen en duda lo que el niño expresa. Por ejemplo: ¿me estás diciendo la verdad o me estás
mintiendo? ¿Estás seguro?
5. El niño debe saber que no es culpable de esta situación y no tiene responsabilidad sobre
lo que le ha acontecido. Incluso detrás de este acto el niño puede sentirse asustado por las
amenazas que el abusador le haya indicado y el chantaje puede ser frecuente. Debemos
sacar la culpa al niño y expresarle que el responsable ha sido el adulto.
6. Se debe animar al niño para hablar libremente sobre la situación que le ha ocurrido.
Debemos estar dispuestos a escuchar. Pero no debemos presionar para que nos relate todos
los detalles de lo sucedido.
7. No debemos recriminar al niño de porqué no lo contó antes. Esta es una enfermedad
secreta que se oculta por mucho tiempo. Recordemos que muchos lo llevan consigo a la
tumba sin haberlo compartido nunca con nadie.
8. La respuesta que los padres damos ante sus declaraciones es crucial para resolver la
situación y mitigar las consecuencias del problema. Una actitud comprensiva que no añada
vergüenza, culpa o castigo será más beneficioso. La recuperación del niño también
dependerá de la reacción que tenga el entorno familiar, del apoyo que reciba o de las
críticas o juicios que el niño perciba.
9. Se debe identificar el problema y terminar con el abuso y el niño debe recibir ayuda y
asistencia profesional.
10. Debemos asegurar al niño que se encuentra bien y no tiene ningún trastorno físico.
Es probable que se sienta dañado, enfermo o lastimado y una consulta con su médico o
pediatra de confianza será de alivio para el menor.
11. También los padres del niño necesitan ayuda. Sus ansiedades, temores y
preocupaciones sobre los hechos conocidos producen desequilibrios que no se deben
descuidar.

Iniciación Sexual
Los padres debemos reflexionar sobre la iniciación sexual de nuestros hijos y tener algunos
conceptos claros. Una vez comenzada la pubertad con la menarca en la mujer y la presencia
de poluciones nocturnas en el varón, ambos están físicamente aptos para comenzar su vida
genital. Sin embargo sabemos que el ejercicio de la sexualidad va más allá de la genitalidad
y aquí encontramos algunos inconvenientes para el ejercicio precoz de las relaciones
sexuales.

Tradicionalmente la sociedad ha estimulado al varón para que se inicie temprano porque


“debe hacerse hombre” y “demostrarlo”, “no sea cosa que se haga homosexual”.

Además “el varón tiene que tener experiencia”, porque la cultura del machismo le ha
impuesto tener la responsabilidad de hacer docencia en el lecho conyugal. En cambio
cuando la mujer ha demostrado experiencia la sociedad la ha condenado.

El varón ha tenido que pagar un alto precio para mantener este mandato cultural.

Cuando iniciaba su vida sexual, la mayoría de las veces lo hacia con una prostituta. Esta
experiencia suele producir tensión, ansiedad y apuro (y seguramente también lo apurarán).
En las mejores condiciones el varón creerá que no solo él ha estado satisfecho sino también
su circunstancial pareja. Es probable que adquiera la idea de que “todas las mujeres son así”
y si no siguen su ritmo es porque la mujer falla. Con estos conceptos acuñados es probable
que tenga dificultades sexuales en su futura relación de pareja. Un aprendizaje temprano de
la sexualidad a través de la prostitución, ha sido relacionado, entre otros factores, a una
eyaculación precoz, motivo de consulta muy frecuente en el varón.
Actualmente ésta noción ha sido relegada por otra y aunque parezca menos nociva tiene
también sus dificultades. Muchos adolescentes comenzarán sus experiencias sexuales con
su pareja de turno. Muchos jóvenes tienen el concepto de que practicar el sexo con una
trabajadora sexual es de tipo mercantil y no un acto amoroso. Con frecuencia esto también
sucede en forma prematura sin estar preparado para ejercer el acto sexual en las mejores
condiciones. Es probable que el acto se realice en un lugar inadecuado sin la privacidad y
seguridad necesarias. Habrá también apuros, tensiones y seguramente no faltarán los
fracasos y la insatisfacción.

El ejercicio de la genitalidad que no está acompasado de responsabilidad, compromiso y


madurez suficiente es potencialmente generador de consecuencias nocivas. El acto sexual
es una expresión de entrega, pasión y sobre todo un acto de amor por lo que necesita un
marco sólido para su plena realización.

Igualmente muchos adolescentes tendrán relaciones sexuales en forma precoz, por lo que
debemos instruir acerca de la prevención de enfermedades de transmisión sexual y de evitar
los embarazos. No somos partidarios de enseñar exclusivamente el uso de preservativos o
de anticonceptivos orales y luego que tenga relaciones sexuales, cuando quiera, como
quiera y con quien quiera.

Esta es una de las razones por las que las enfermedades de transmisión sexual y los
embarazos no deseados son cada vez más frecuentes. Pero si esta llega a ser su elección
deberán prevenirse más complicaciones. Muchos sostienen que se debe prodigar la libertad
sexual por derecho, pero se olvidan de que la verdadera libertad incluye no solamente la
gratificación personal sino también la libertad del otro y el de posibles terceros que pueden
surgir como fruto de esa relación y que también tienen su derecho.
Hay motivos para orientar a los adolescentes a la abstinencia y no estimular en forma
precoz el inicio de las relaciones sexuales.

El ejercicio de una vida sexual segura, comprometida, fiel y permanente, condiciones que
pueden desarrollarse sin límites en el contexto del compromiso matrimonial, es el camino
ideal que debemos indicar claramente. Por este motivo, ayudar a los adolescentes a
posponer las relaciones sexuales hasta que estén preparados y desarrollar en ellos actitudes
que sirvan de resistencia frente a la presión de sus amigos es un Decir “no” a las relaciones
sexuales y postergarlas puede llegar a ser una decisión muy difícil para ellos. La presión de
los amigos, el bombardeo de los medios masivos de comunicación y los frecuentes mitos
sexuales que ha incorporado poseen en muchas ocasiones una influencia negativa. El 73%
de las chicas sexualmente activas y el 50% de los varones, dicen que la principal
motivación para tener su primera experiencia sexual fue la presión de los compañeros.

Por esto, se hace necesario habilitar a los adolescentes para que asuman una actitud más
crítica frente a sus presiones ambientales. En el siguiente capítulo compartimos un valioso
material para fortalecer a los adolescentes para decir “no” si aún no están preparados.

¿Cómo podemos ayudar a los adolescentes a fortalecer su decisión para decir “no” si
aún no están preparados?
Podemos pedir a los adolescentes que piensen cómo responderían si alguien empleara los
siguientes argumentos para tratar de convencerlos de tener relaciones sexuales:
- “Si tienes relaciones sexuales, gozarás de más simpatías”
- “No tienes que estar enamorado/a para tener relaciones; puedes tenerlas sólo por el placer
físico.”
- Si no tienes relaciones sexuales, la gente pensará que eres homosexual.”
- “Todos tienen relaciones sexuales. Tú también deberías tenerlas.”
- “Debes tener tu primera relación sexual sólo para salir de eso.”
- “¿Te han dicho tus padres que no tengas relaciones sexuales? Si los escuchas, tienes que
ser un bebé.”
- “No hay una buena razón para posponer las relaciones sexuales. Deberías tenerlas ahora.”
- “Si realmente me amaras, tendrías relaciones sexuales conmigo.”
Cuando analice estas situaciones hipotéticas con los adolescentes, usted puede ayudarles a
reconocer lo siguiente:
- Las relaciones sexuales son una decisión muy personal. La decisión de tenerlas o no
tenerlas está únicamente en manos de cada persona. Nadie puede tomar la decisión por otro.
- Es normal y natural desear ser amado, y es normal y natural tener sentimientos sexuales.
Los jóvenes pueden decidir actuar basándose en sus sentimientos sexuales o esperar.
- El acto sexual tiene consecuencias físicas y emocionales, y no es la única manera de
expresar amor.
- Existen buenas razones para posponer las relaciones sexuales. Es posible que deseen
evitar un embarazo o una Enfermedad de Transmisión Sexual (ETS), o que simplemente no
estén preparados para tener relaciones sexuales ahora.
- Los jóvenes no deben sentirse presionados a pagarle a alguien con relaciones sexuales por
una invitación, una comida o un regalo costoso.
- Es posible que otros adultos puedan ayudarles. Es posible que los jóvenes quieran hablar
con sus padres, un docente o un líder religioso.

Los Padres y la educación sexual de sus Hijos


- Deben ser conscientes de que las películas, la televisión, la radio o las revistas no siempre
presentan una imagen muy realista de las relaciones sexuales. Los programas o los artículos
hacen hincapié en que las relaciones sexuales son agradables, pero no siempre explican las
consecuencias de dicha actividad.
- No deben tomar decisiones acerca de las relaciones sexuales cuando han bebido alcohol o
usado drogas, puesto que estas sustancias dificultan pensar clara o racionalmente.
Para ayudar a los jóvenes a aprender a decir “no” a las relaciones sexuales, usted puede
animarlos a adoptar los cinco pasos siguientes si alguien los presiona para que tengan
relaciones sexuales:
Paso 1: Exprese claramente sus intenciones.
Paso 2: Diga “no” y determine el problema o la cuestión.
Paso 3: Diga “no” y determine las consecuencias.
Paso 4: Sugiera otras posibilidades
Paso 5: Impóngase.
Por ejemplo, si una persona propone tener relaciones sexuales porque “todos lo están
haciendo”, a continuación se propone lo que un joven podría responder:
Paso 1: “No, no quiero tener relaciones sexuales.”
Paso 2: “¡No! No todos están teniendo relaciones sexuales. Algunas personas hablan de
sexo, pero eso no quiere decir que tengan relaciones sexuales. Algunas personas no dicen la
verdad acerca de sus experiencias.”
Paso 3: ¡No! Si tengo relaciones sexuales ahora, podría correr el riesgo de un embarazo no
planificado, de contraer una ETS o el VIH. Un embarazo no planificado podría hacer que
tenga que dejar de estudiar. Una ETS podría causarme problemas de salud graves. El VIH
podría causarme la muerte.”
Paso 4: “Me voy a mi casa ya mismo”.
Paso 5: “No estoy preparado/a para tener relaciones sexuales ahora.”

Si alguien propone tener relaciones sexuales para que el joven o la joven le


demuestre “el amor que le tiene”, Le puede decir lo siguiente:
Paso 1: “Te quiero pero no estoy preparado/a para tener relaciones sexuales.”
Paso 2: “No, si me amaras, te importaría lo que es conveniente para mí.”
Paso 3: “No, si tenemos relaciones sexuales ahora correríamos el riesgo de un embarazo no
planificado o de una ETS.”
Paso 4: “Hay otras formas de demostrarnos que nos amamos. Hablemos de ellas.”
Paso 5: “Me importas, pero también me importa lo que me pase a mí. Quiero esperar”.
Extraído y adaptado de la Guía para prestar servicios de salud reproductiva a los
adolescentes: Bárbara Barnett- Jane Schueller.

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