Roles, Actitudes e Inquietudes
Roles, Actitudes e Inquietudes
Roles, Actitudes e Inquietudes
Los temas sexuales en sus múltiples expresiones están en constante transformación. Son
numerosas las evidencias que así lo permiten constatar. Por ejemplo, el auge mundial de
movimientos de liberación femenina, los grupos gays y/o lesbianas que reivindican
derechos, las personas que voluntariamente desean cambiar su sexo y solicitan la
rectificación quirúrgica de sus órganos genitales así como de su partida de nacimiento para
que se reconozca su nueva identidad sexual. Estas son algunas expresiones de un tema que
está cubierto de un gran manto de inquietudes y desconcierto.
Por otro lado el advenimiento del SIDA a partir de la década de los 80 ha producido
temores que han contribuido a modificar conductas. Así también, el culto a las expresiones
estrictamente físicas de la sexualidad ha exagerado en forma desmedida la inclinación hacia
todo lo que rodea al cuerpo y a su búsqueda placentera, limitando el enfoque sexual a lo
corporal, descontextualizando el sexo de la totalidad del ser. La búsqueda de placer sexual a
través de la exhibición: “mírame y no me toques” es una nueva forma de disfrutar el
erotismo y de derivar la energía sexual a otras formas sutiles de placer.
Sumado a estos elementos, las estadísticas denuncian el incremento de abuso sexual,
violencia y prostitución particularmente en niños y adolescentes. Hoy también somos
testigos del creciente número de embarazos en adolescentes, llevando a un claro aumento
de madres a muy temprana edad.
Todo demuestra que la sexualidad humana es un fenómeno complejo, donde convergen una
serie de consideraciones que van más allá de lo biológico. De lo que estamos seguros hoy,
es de la falta de un marco de referencia. ¿Qué es lo más adecuado en materia sexual?...
La gente cada vez lo sabe menos. La sociedad contribuye a la ignorancia a través de los
medios masivos de comunicación. Los medios muestran frecuentemente un tipo de
sexualidad irreal y tergiversada que empaña una correcta formación y que deforma aun más
conceptos y actitudes sexuales.
Para muchos menores, el grupo de amigos ha sido la forma más común de información y
aprendizaje sexual, siendo la mayoría de las veces inadecuada. La novedosa incorporación
de internet y su utilización como fuente de pornografía sexual es un elemento no menos
preocupante.
El acceso que puede tener un menor a material sexual y pornográfico explícitos de texto y
fotos, se convierte en un gran tema de peligro y discusión que deberá regularse muy
estrictamente.
Esta realidad transita en una población joven que la mayoría de las veces es ignorante y no
bien informada del tema, con carencias de comunicación y sobre todo una gran dosis de
soledad a la hora de evacuar dudas y preocupaciones.
Estas evidencias confirman la necesidad de que los padres, intervengan más activamente en
la formación sexual de sus hijos. Estamos convencidos que la familia es el ámbito básico de
la educación sexual y el lugar más propicio para realizar una actividad preventiva. El papel
de los padres en el hogar es insustituible y de ello debemos ser muy conscientes.
¿Qué actitud tenemos que tomar los padres frente a la sexualidad de nuestros hijos? ¿Cómo
hablar con ellos? ¿Qué decir como respuesta a las frecuentes preguntas e inquietudes que
surgen en la vida del menor? ¿Cómo ayudarles para que en el futuro afronte los mínimos
errores que los adultos a menudo tienen? En algún momento estas son algunas de las
interrogantes que aparecen y responderlas no es una tarea fácil.
Muchos temores y prejuicios se levantan como barreras para hablar de sexo con los hijos.
La historia personal de los padres no siempre es satisfactoria y dificulta aún más una
docencia adecuada. La repulsión, el miedo y otros sentimientos negativos afloran en algún
momento. Se trata de disimular por medio de las conversaciones que salen por las
tangentes. Decirle a un niño “cuando seas grande ya vas a saberlo”, “otro día te lo voy a
contar” son respuestas que en este tiempo están totalmente fuera de lugar.
Estas páginas pretenden abrir respuestas y reflexionar sobre algunas de las inquietudes que
particularmente los niños tienen hasta su pubertad. No solo que contemple los aspectos
anatómicos y fisiológicos de la sexualidad sino también que incluya una dimensión ética y
moral basada en la libertad así como en la responsabilidad y el respeto hacia los demás.
Las actitudes negativas comienzan a surgir cuando tiene dudas y nadie sacia su necesidad
de información. En suma podemos indicar que el desarrollo sexual del menor y su
construcción educativa deben desembocar en el logro de su madurez. La Profesora. Dra.
Irma Gentile-Ramos en su libro Puericultura y Pediatría Social menciona que “la
maduración sexual no es solamente un acontecimiento orgánico ligado a cambios
morfológicos y psicológicos ni a determinadas aptitudes”, “es fundamentalmente un logro
afectivo y social: la aceptación de la sexualidad corporal, la interiorización de los
conceptos, las actitudes y el comportamiento acordes con un “rol” sexual determinado
(masculino o femenino), la capacidad de dar y producir amor, la aptitud de formar pareja
con un ser de otro sexo y de la misma generación y de unirse “para la felicidad y el
infortunio”, con un sentido maduro de responsabilidad individual y social y la potencial
capacidad de concebir y criar hijos”. Los padres y la familia a través de su gestión
educativa tienen el privilegio y la responsabilidad de contribuir con este rol.
ROL DE LA FAMILIA
Diversos son los factores que intervienen en la educación sexual, pero son los padres
quienes a través de su conducta, actitudes y transmisión de conceptos influyen sobre el
menor, aunque no siempre de la forma más adecuada.
Los padres siempre brindamos educación sexual desde el momento que el niño nace.
Nuestras acciones u omisiones, los gestos y expresiones al momento de encarar el tema, son
factores que influyen y determinan nuestra intervención educativa. La valoración del sexo y
el cuerpo de nuestros hijos, las actitudes que tenemos hacia sus genitales, la forma como
manejamos el control de sus esfínteres, la aceptación o no de toda su persona son algunos
de los múltiples factores por los cuales los padres influirán en sus conductas sexuales. Los
padres tenemos derecho a no saberlo todo, pero debemos ser para nuestros hijos.
Ya veremos que las primeras impresiones de solidaridad, honradez, respeto por su vida,
aceptación y estima adecuada serán bases sólidas para desarrollar buenas actitudes
sexuales. Si por el contrario las primeras experiencias familiares están cargadas de maltrato,
abuso, discriminación de género, violencia familiar u otras expresiones de patologías
sociales y familiares, serán un caldo de cultivo para que en su vida adulta reproduzca los
mismos males que ha evidenciado.
Esto motiva a buscar brechas que faciliten una correcta docencia con relación al tema.
Diversas ventajas sobrevienen a partir de una educación sexual que tiene una participación
positiva de los padres:
1. Si un menor maneja suficiente información, no la buscará en otras fuentes como la
pornografía, medios de comunicación, de sus pares, etc.
2. Hablar de sexualidad con los hijos es demostrarles que la misma es un aspecto normal de
la vida humana. Esta es una forma de desmitificar la sexualidad, ella forma parte de la
cotidianeidad.
3. La educación sexual está atravesando una importante crisis. La información sexual que
proviene de profesionales o docentes especializados está siempre sesgada por la filosofía de
quien lo imparte y es natural que puedan tener una manera de pensar distinta de la que
tienen los padres. Cuando éstos imparten información sexual están transmitiendo valores
que según entienden son los más apropiados para sus hijos.
Nuestra intervención adecuada impide que los menores estén a merced de vientos y
tendencias que los confundan.
El buen desarrollo de la sexualidad infantil pre genital es base y sostén de una sexualidad
adulta saludable. Siguiendo los conceptos de la escuela psicoanalítica podemos señalar que
la sexualidad infantil se caracteriza por ser auto erótica, es decir, no se orienta hacia otras
personas, sino que se satisface en el propio cuerpo. Por lo tanto no tiene finalidad de coito.
Las zonas erógenas no son necesariamente las genitales, estando éstas vinculadas con una
función física importante, tales como, la alimentación, defecación y la micción. Freud ha
destacado la existencia de zonas placenteras que marcan una serie de etapas diferenciales
en la sexualidad infantil.
Allí encuentra las primeras experiencias que lo harán sentirse amado, aceptado y seguro.
Podrá sentir placer también con la introducción de otros objetos en su boca, así como su
mano o dedos. Durante esta etapa el niño descubrirá también sus genitales a partir de la
manipulación que de ellos realice.
Durante este periodo los padres deberán tener en cuenta algunos aspectos que contribuyen a
una adecuada educación sexual:
- Aceptar el sexo biológico del niño.
- Contribuir lentamente al desprendimiento de conductas orales como uso prolongado del
chupete, succión del pulgar, etc.
- Valorar todo el cuerpo, inclusive sus órganos genitales.
- Utilizar un vocabulario correcto hacia los genitales.
- No censurar al niño cuando manipula su región genital.
La etapa fálica en el varón se caracteriza por una identificación con el padre y un amor del
niño por su madre. En consecuencia se pone celoso de su padre a quién percibe como un
rival. Esta situación en la que el niño anhela la posesión sexual exclusiva de su madre y
siente antagonismo hacia el padre recibe el nombre de complejo de Edipo.
La etapa fálica en la niña se caracteriza por un debilitamiento del amor hacia su madre (su
primer objeto amoroso, característico de las etapas anteriores) y una mayor preferencia
hacia su padre. Ella ama a su padre y esta celosa de su madre. Este es el complejo de
Electra. Este complejo es superado con la madurez y por el reconocimiento de la
imposibilidad de poseer al progenitor del sexo opuesto.
Este período se caracteriza también por interrogantes relativas a las diferencias que existen
en el varón y las niñas y que será necesario canalizar. La transmisión de información de los
padres debe incluir el concepto de la igualdad de derechos y oportunidades de cada sexo.
Aparecen en esta etapa otras manifestaciones comunes tales como, masturbación,
curiosidades sexuales, exhibicionismos, juegos sexuales, etc.
Los intereses sexuales están centrados en curiosidades sobre el nacimiento de los niños, los
embarazos, rol de los padres en la reproducción, etc. Los padres deben satisfacer la
necesidad de conocimiento e información sobre estos temas.
Una actitud comprensiva, empática y tolerante por parte de los padres contribuirá para
mejorar los canales de comunicación y poder intervenir positivamente en la vida del
adolescente. El asincronismo de estos cambios produce una serie de problemas emocionales
que habitualmente ceden en el comienzo de la edad adulta.
*En la actualidad los niños y los adolescentes están informados sobre sexo.
No siempre es así. El sensacionalismo sexual que presentan los medios de comunicación
vende la idea que todos conocen el tema.
Lo cierto es que muchos carecen de información que provea elementos para tener una
conducta sexual apropiada. La desinformación es más pronunciada cuando los padres
evitan hablar sobre el tema. El menor buscará saciar su curiosidad en fuentes no fieles.
En realidad así tendría que ser pero la experiencia demuestra que esto no siempre ocurre.
Debemos tener en cuenta estos sentimientos y conocer aquellas conductas que pueden
desembocar en consecuencias negativas. Lo que las telenovelas y otros medios nos venden,
que la sexualidad es solo amor, romance, fascinación y placer es también un mito que
debemos desterrar. Una relación sexual satisfactoria requiere un buen preludio, inicio y
desarrollo satisfactorio, un final también gratificante, seguido de la satisfacción que
produce el recuerdo. No siempre todas estas etapas se cumplen y cuando esto ocurre, el
encuentro sexual no ha sido realmente una experiencia gratificante.
*La sexualidad es solo tema para adultos. A partir de los aportes del psicoanálisis se
sostiene que la sexualidad humana existe mucho antes de la maduración y la aparición de
los caracteres sexuales secundarios. La influencia de los padres sobre la sexualidad de los
hijos comienza desde el momento que se acepta el embarazo y el nuevo ser y la aceptación
sea cual sea su sexo. Luego del nacimiento el aprendizaje es continuo y permanente y se
funda mucho antes de comenzar la edad adulta.
*La curiosidad es morbosa. Esto también es un falso concepto. El interés que un niño
tiene sobre asuntos sexuales forma parte de la curiosidad normal y de su crecimiento.
Diversos estudios han demostrado que los adolescentes bien informados tienen mayor
habilidad de postergar las actividades sexuales y comportarse con mayor responsabilidad.
Cuanta más información maneje un niño y adolescente sobre temas sexuales proveniente de
su hogar, menos la buscará en otras fuentes, y probablemente el inicio de su vida sexual se
postergue para ser realizado en condiciones más seguras y responsables.
Todos estos aspectos se inician mucho antes de que los padres brinden información verbal.
Este modelo que se transmite nutre diariamente su vida. Esto es lo que “respira en el
ambiente familiar” y es la base sobre la cual, los demás elementos de socialización
(escuela, amigos, medios de comunicación social) intervienen y producen sus efectos.
La motivación, el tono de voz, el contacto visual, ya sea directo, evasivo, etc.; la postura
relajada o tensionada; los silencios, omisiones o indiferencia; así como el miedo o el
nerviosismo frente a las inquietudes y preguntas, son elementos fundamentales.
Entre los elementos negativos que debemos evitar, destacamos por ejemplo: ignorancia
simulada, indiferencia, ridiculez, jactancia cuando hace preguntas sobre el tema, o repudio
o intimidación, entre otros. Seguidamente ahondaremos con más detalles algunas actitudes
positivas y otras negativas por parte de los padres.
1. Modelo conyugal
La relación de pareja y lo que el niño percibe de ella es el ejemplo más importante que
seguirá. Las características personales del padre del mismo sexo, la forma de vincularse con
su cónyuge, el manejo y cumplimiento de sus roles, entre otros factores, son las bases que
marcarán la conducta sexual del menor. El niño imitará o rechazará lo que él vea de esta
relación y del ejemplo que haya percibido de cada uno de ellos.
La relación de la pareja, el amor, el respeto mutuo, la tolerancia, condiciona la conducta de
los hijos en el futuro. Un niño que ha visto y experimentado el amor de los padres entre sí y
hacia él, tendrá un camino llano y seguro para creer y experimentar el amor que otros
puedan tener por él en la vida adulta.
Cada niño reacciona de manera distinta cuando los vínculos afectivos de la pareja no son
las mejores y no podemos generalizar porque esta reacción dependerá de otros múltiples
factores. Entre ellos, el momento evolutivo donde el conflicto aparece, de la posibilidad de
afecto que el niño observa a través de otras personas, etc. Ante esta situación siempre
debemos evitar críticas y juicios de pareja delante de los hijos.
Muchos de los menores que consultan no lo hacen con sus padres cuando tienen
dificultades. Por esta razón es necesario enfatizar la importancia de tener una mayor
comunicación familiar. Esto no se adquiere de un día al otro. Cuesta mucho trabajo crear y
mantener buenos canales de comunicación familiar. Es un proceso complejo que requiere
esfuerzo.
1. Amor incondicional
El amor incondicional de los padres hacia los hijos es fundamental en fomentar bases
sólidas para su autoestima y salud emocional. Esto significa aceptarlo por lo que es y no
por lo que tiene o hace. El niño no debe ganarse el amor de los padres, debe ser tácito, por
derecho de ser hijo. Si un niño presenta carencias afectivas precoces tendrá un terreno
propicio para cultivar enfermedades mentales y patologías sexuales. Se describen cuadros
psiquiátricos graves como depresión y esquizofrenia, en estas situaciones. Carencias
afectivas que se desarrollan más tardíamente, ya sean por disgregación familiar, ruptura,
abandono o deserción de uno de los padres, entre otras múltiples situaciones, tienen su
expresión en trastornos en la esfera afectiva con inmadurez para establecer vínculos
sociales estables, satisfactorios y duraderos.
2. Fomentar su autoestima
La autoestima es el valor y la aceptación adecuada de sí mismo. Según tenga ésta capacidad
podrá valorar y aceptar a los demás. Quien se siente amado y valorado desde los primeros
años de su vida, experimenta la sensación de aprecio y adquiere una saludable sensación de
importancia y valía personal. Todo esto contribuye para que en el futuro, tenga la sensación
y la seguridad de que otros lo amarán a él. Cuando hay una baja autoestima, aparecen
sentimientos de rechazo cuyas manifestaciones se hacen ostensibles en múltiples áreas de
su vida, entre ellas la sexual.
Frecuentemente esto es producto de que los padres se sienten inseguros cuando se trata de
dar a los niños información sobre sexo. Los padres justifican esta actitud y señalan que no
han hablado del tema porque el niño no se los ha preguntado. En realidad es una
contradicción a la buena educación sexual ya que en otras funciones humanas los padres
tendemos a tomar la iniciativa. El niño se percata de ello cuando alguna vez ha intentado
satisfacer sus inquietudes y han aparecido respuestas, tales como: “eso no se pregunta, son
cosas de grandes”, “en otro momento te lo diré”. Estadísticamente está comprobado que la
mayoría de los niños ha recibido mayor información sobre sexualidad fuera de su hogar que
de sus propios padres.
SOBREDIMENSIÓN DE LA MATERNIDAD
Las expresiones tales como ¡madre hay una sola! Pueden impresionar y sobre valorar a la
mujer pero no es necesario hacerlo al precio de minimizar la paternidad ya que no favorece
la formación de adecuados conceptos. La mujer debe cuidar esta actitud frente a sus hijos y
valorar el rol de la paternidad.
“Como no hay escuela para padres, muchos de ellos han aprendido de lo que han visto en
los de ellos. Por lo general los pecados de los padres son transferidos a los hijos y estos a
sus siguientes hijos, causando traumas, y hasta heridas físicas sin querer hacerlos. Por lo
que se recomienda en estos casos: Orar y buscar ayuda idónea para mejorar las relaciones
entre padres primero, luego entre padres e hijos y así lograr que el abismo de
incomprensión crezca y pueda dañar más de lo que beneficie tanto a la pareja como a sus
progenitores. Por lo tanto recomendamos que además de orar, buscar la dirección de Dios,
que exista una real y efectiva comunicación entre las parejas, sus familias y en entorno que
lo rodea. Esto hace del hogar un magnetismo cerrado en contra de influencias externas que
puedan manifestarse por envidia en algunos casos, por incapacidad en otros, pero los más
comunes provienen de la propia familia de las parejas por lo que deben evitar comentar sus
problemas entre estas y resolverlos en el interior de su hogar.
Nadie conoce mejor los problemas que uno mismo, por lo que es útil resolverlo hablando y
hablando. Esto es comunicación intima entre la pareja y así se consolida mejor la familia,
primera institución con propósito formada por Dios sobre la tierra”.
En principio el niño no tiene la carga emocional que arrastran los adultos cuando se hablan
estos temas.
Por este motivo los padres debemos aprender a hablar de sexo con nuestros hijos.
El silencio, las explicaciones oscuras, la evasión, hacen creer al niño que ha tocado un tema
del cual le hubiera sido mejor haberse callado. Sus dudas e interrogantes seguirán pero no
será fácil comunicarlas cuando percibe que no tiene un terreno familiar propicio.
Esto conduce a una información no solo errónea sino nociva a largo plazo porque estamos
perdiendo la confianza.
Particularmente, para las niñas es peor aun no dar nombres a sus órganos femeninos.
Citar la vulva como “la cosa” y no asignarle una nominación es perjudicial, ya que en el
esquema corporal, el órgano femenino es interno, escondido y secreto y es muy importante
para toda niña su identificación.
Respuestas breves Las explicaciones muy extensas tienden a confundir a los niños. Es
adecuado dar respuestas concisas y dejar el espacio y el ambiente para que el menor se
sienta libre para seguir preguntando de acuerdo a su interés.
Volver hablar del tema Hablar de temas sexuales es importante pero no debemos olvidar
la necesidad de retomar la conversación al cabo de un lapso de tiempo.
¿Cómo procesó la información? ¿Entendió lo que le explicamos o generó durante ese lapso
nuevas interrogantes? Los chicos pudieron haber cambiado, las conversaciones con sus
compañeros pueden producir nuevas inquietudes. Sus propias fantasías pueden generar
nuevas dudas y preocupaciones que serán necesarias evaluar y disipar. Es apropiado
preguntarle al chico qué otra cosa quiere saber y que nos cuente cómo se imagina las
situaciones que le están preocupando.
Estas son algunas de las actitudes que pueden ser útiles cuando deseamos encarar en forma
adecuada nuestro rol y compromiso educativo. Cada padre puede buscar o crear otras
estrategias.
En suma, una respuesta clara, sincera, honesta y natural, coherente a las interrogantes e
inquietudes del menor, teniendo la capacidad de volver al tema cuando sea necesario, darán
los mejores resultados y beneficios para el crecimiento y desarrollo de sus conceptos
sexuales.
Viendo el erotismo como una faceta de la expresión de nuestra sexualidad y que puede
tener su lugar legítimo en el ámbito privado, extrapolado al ámbito público y a relaciones
de cualquier naturaleza resulta una distorsión al ideal para el cual mejor puede ser utilizado
que es nutrir y recrear el vínculo de la pareja estable.
La pantalla chica imparte una imagen distorsionada de la realidad. Un saber temprano que
no es el más adecuado. Así como la represión sexual crea frustraciones y conductas
sexuales inapropiadas, la exageración de imágenes sexuales impulsada por los medios
brinda una información sexual que deforma.
Pero por otro lado y en forma lamentable, también la TV transmite mensajes que
discrimina, menoscaba y degrada a niveles muy bajos a la persona homosexual.
4) La TV vende la idea que existen mecanismos para aumentar el vigor y la atracción
sexual. Tal es el caso de la publicidad de ciertos medicamentos, bebidas alcohólicas y
tabaco, que siendo mentiras se dan por cierto en la mentalidad infantil.
5) La TV dice muy poco sobre las consecuencias que produce la conducta sexual que
promueve. ¿Qué dice acerca de las enfermedades de transmisión sexual que produce la
promiscuidad sexual? ¿Qué enseña de los embarazos precoces e inesperados que cada día
más aparece en los adolescentes?, que por supuesto no es responsabilidad de los medios,
pero sí de la conducta sexual que promueve.
La situación se agrava cuando reconocemos que el niño no tiene aún una maduración
sexual desarrollada y se expone a escenas y situaciones en forma prematura, sin tener una
adecuada capacidad crítica y reflexiva ante los medios.
Sea útil esta reflexión para marcar una vez más la urgencia que los padres tenemos en
responder a estas nuevas realidades con una participación más comprometida, madura y
responsable frente a la pantalla chica y a lo que se observa en ella.
INTERNET Y SEXUALIDAD
El fácil acceso a imágenes y literatura sexual que se cuenta a través de Internet son en su
mayoría de bajo valor científico y alto poder pornográfico. El acceso a grupos de discusión
sobre temas sexuales, el contacto con personas desconocidas por chat, el material sexual en
CD que ofrece distintas opciones individuales o con parejas que aparecen en la pantalla y
que con el mouse puede hacer un clic en algún lugar del cuerpo y satisfacer todo tipo de
curiosidad, se constituye en una ventana sin límites. Los niños y adolescentes están
expuestos en forma permanente y sus consecuencias son imprevisibles. Esto constituye un
caldo de cultivo para la adicción a la pornografía.
ALGUNAS RECOMENDACIONES
1. Reconocer el tiempo de inversión que los niños y adolescentes dedican en Internet y
discutirlo con ellos. Para esto es conveniente, si fuera posible, que el estado de cuenta de
gastos telefónicos que origina el uso de Internet en los niños, venga aparte del resto de los
integrantes de la familia que lo utilizan.
2. Si encontramos a nuestros hijos con imágenes que pueden ser inadecuados, busquemos
esta oportunidad para conversar sobre el tema.
3. Es recomendable no tener acceso a los programas “chat” e instalar un programa con filtro
que impida el acceso a páginas pornográficas.
4. Mantener la computadora en un área pública del hogar y no en el dormitorio de los
menores.
5. Es necesario indicar a los niños que no den información personal: nombre, dirección,
número de teléfono, tarjeta de crédito de algún familiar, ni otros datos que alguien se los
solicite por computadora. etc.
6. Estimular a que hable de lo que ve o lee en Internet y discutirlo juntos.
7. No alentar la práctica de “surfear” durante períodos prolongados por Internet sin
objetivos claros y sin supervisión.
Música y Sexualidad
A lo largo de la historia la música siempre ha sido expresión de la cultura y de los
sentimientos de los pueblos y su gente. No cabe duda que es una forma de comunicación
importante y fuente de aprendizaje de modelos y comportamientos humanos. Cuando
analizamos la música que escuchan nuestros niños y adolescentes y, fundamentalmente su
contenido, comprobamos un lamentable deterioro en los temas musicales principalmente,
aunque no en forma exclusiva, en la música rock.
Algunos de estos temas son perjudiciales para el crecimiento y desarrollo del menor y
deforman su educación, por ejemplo:
- La promoción del uso de drogas y alcohol.
- Los temas relacionados con el suicidio presentado como una posible salida a los
problemas de la vida.
- Los asuntos que tienen que ver con ocultismo, canciones relacionadas con poderes
satánicos y sacrificios humanos que se representan en sus conciertos.
- En lo que se refiere a los temas sexuales y sus aspectos conexos, son también argumentos
habituales.
La sexualidad para nada está ajena al tipo de música que generalmente más atrae. Es
lamentable que se exalten asuntos sexuales negativos: el sadismo y masoquismo, el incesto,
el menosprecio de la mujer, la superficialidad en las relaciones y los vínculos.
Por el contrario, los afectos, el amor maduro, adulto, responsable y comprometido que
genera realmente satisfacción para nada está presente.
Con frecuencia se citan partes del cuerpo en forma totalmente despectiva. Las cosas no se
llaman por su nombre por el contrario abundan las groserías cargadas de expresiones
agresivas, violentas y fuera de lugar. Muy poca música se escucha en la cual se promueva
el respeto, el compromiso y el amor maduro. ¿Cuál es el resultado?
Qué otra cosa sino más deformación, superficialidad y deshumanización de la sexualidad a
un contexto puramente pasajero, efímero que se viste de placentero pero que nada de esto
tiene a largo plazo, promoviendo la falta de valorización del cuerpo, la falta de compromiso
y la inestabilidad en las relaciones.
Estos motivos son más que suficientes para que los padres tengan una activa participación
en los intereses musicales de sus menores.
Debemos aclarar algunas nociones equivocadas que comienzan a gestarse en esta edad. Por
ejemplo, el varón puede suponer que perderá su pene en algún momento y la niña puede
creer que lo tuvo o lo tendrá en su futuro. Estas nociones deberán ser aclaradas.
¿De dónde vienen los niños? ¿Cómo se forman los bebes?, ¿Cómo nací yo?
Para muchos niños es un misterio pensar como entró y salió del vientre de su madre.
Pero también para los padres estas preguntas desconciertan y se tornan difíciles de
responder. Debemos hacerlo con honestidad, en forma clara y evitando todo tipo de
fantasías. Tampoco se trata de entrar en complejas explicaciones. Para responder estas
interrogantes debemos tener en cuenta el grado de conocimiento que tiene el menor.
Debe quedar lo más claro posible que el vientre de la madre tiene un lugar apropiado y
especial para alojar a los niños que se están formando.
Se sugiere en primera instancia, responderle con la misma pregunta: y a ti… ¿qué te
parece? Una vez conocido su grado de entendimiento nuestra respuesta podrá ser más
acertada. Por ejemplo, las primeras respuestas pueden ser: tu papito y yo nos amamos
mucho, un día decidimos tenerte y así fue que él puso dentro de mí algo como si fuera una
semillita que se unió a mi cuerpo y como resultado de esto te fuiste formando en mi cuerpo
hasta los 9 meses. Una vez crecido el médico me ayudó en el hospital a que nacieras.
Nuestra respuesta debe dejar en claro los siguientes aspectos:
- El niño debe conocer que los dos padres intervienen en la formación del bebe. Los dos son
necesarios e indispensables para su formación.
- La unión de ambos forma el bebe.
- Dicha unión es fruto del amor y del placer que esto origina.
- Por lo tanto, su llegada ha sido esperada y aceptada por los padres.
Una vez que los niños se forman en el vientre de mamá, ¿por dónde sale?
Claramente debemos decir la verdad. Mamá tiene un orificio, al igual que todas las niñas y
mujeres, por donde salen los niños, un orificio distinto por donde se orina o se defeca. El
nombre de dicho orificio se llama vagina (recordamos que siempre se debe decir los
órganos y las funciones únicamente por su nombre correcto) y se dilata cuando el bebe esta
pronto para salir y luego vuelve a su tamaño habitual. Recalcamos cuidar los sentimientos
que acompañan esta explicación ya que frecuentemente esta asociada con la descripción de
dolores, molestias y sufrimientos que atemorizan desmedidamente este acto.
En cuanto al papel del padre, ¿cómo pone papá la semilla para formar el bebe?
Es importante señalar la acción masculina en la formación de los hijos. El niño tiene
derecho de saber que el padre también tiene un rol decisivo en la gestación. La explicación
que un hijo es el resultado también de la existencia de la erección, penetración y
eyaculación del hombre acompañado de mutuo amor y placer y que esto trae como
resultado un nuevo ser, será muy enriquecedor.
Cuando papá o mamá no están (Caso de divorcio o muerte de alguno de los dos)
El menor debe entender claramente que tiene papá o mamá. Jamás se debe negar al padre o
la madre. Debe saber que hubo razones por las que ambos padres no pudieron vivir juntos,
pero que nunca lo han dejado de amar. Es bueno decirle al hijo o a los hijos que el padre o
la madre no tienen ninguna responsabilidad sobre las causas que originaron que ahora no
estén con ellos, debe abrazarlo y darle un beso en este caso, ya que el niño o la niña, sienten
el amor de la pareja aunque estén lejos uno del otro.
Es importante aquí hacer que los hijos se comuniquen con los dos, interferir en eso, traerá
dificultades posteriores graves y hasta traumas a los seres que decimos que amamos.
¿Cómo puede una mujer que no está casada y sola, tener un bebe?
Cuando tienen esta curiosidad será necesario aclarar que tanto el hombre como la mujer
están aptos para la procreación sin necesidad de que ambos estén casados.
Sin embargo es necesario comunicar el concepto que todo niño tiene el derecho de tener
padre y madre y ambos con un compromiso amoroso y legal para que él pueda crecer y
desarrollarse en las mejores condiciones.
INQUIETUDES QUE COMIENZAN EN LA PUBERTAD
A partir de esta edad las inquietudes pasan por muy diversas temáticas. Es necesario dar
información para adquirir conocimientos que mitiguen sus inquietudes e ignorancia. En esta
etapa es fundamental la transmisión de actitudes y el desarrollo de valores que sustentarán
su conducta. Acompasar nuestra docencia con nuestro ejemplo y coherencia darán los
mejores resultados a la hora de encarar todas sus interrogantes.
Las siguientes son algunas de las inquietudes que tarde o temprano estarán en su conciencia
y sobre las cuales giraran sus dudas:
- Sobre lo que sucede en mi cuerpo. Cambios puberales. Clarificación de ideas sobre
menstruación y eyaculación. Tamaño de sus genitales. Aparición de vello, tamaño del
crecimiento mamario. Variaciones normales en el desarrollo humano ¿Seré normal?
- Conceptos de sexualidad. Soy mujer. Soy hombre. Diferencias de uno y otro sexo.
- Sensaciones Sexuales. Deseo sexual. Masturbación. Clarificación de ideas.
- ¿Podré formar pareja?
- ¿Porqué se vive en familia?
- ¿Podré procrear? Características de la reproducción. Embarazo. Edad ideal para la
procreación.
- ¿Qué es la relación sexual? ¿Cuáles son sus objetivos? La función afectiva, de
comunicación, de placer y reproducción.
- ¿Qué es la homosexualidad? ¿Cómo se produce?
- Enfermedades de Transmisión Sexual. ¿Cómo prevenirlas? Formas de contagio.
Conductas de riesgo. El VIH/SIDA.
Estas son algunas de las múltiples interrogantes que los adolescentes comenzarán a tener.
Los padres tendrán que manejar estos temas y pedir asesoramiento.
MASTURBACIÓN
La palabra masturbación deriva del latín, masturbare, que significa procurar por sí mismo la
satisfacción sexual, a través de la manipulación de los órganos genitales y/o regiones
erógenas. Las actividades auto eróticas existen desde los primeros días de vida.
Ejemplo de ello es la succión del chupete o del dedo pulgar que constituye una forma de
placer auto erótico. Alfred Kinsey afirmó a través de sus estadísticas que 9 de cada 10
hombres y 6 de cada 10 mujeres pasan por períodos que practican la masturbación. Son
diversas las formas de realizar este acto, entre las que se destacan:
- Caricias o frotamientos de genitales utilizando manos u objetos como almohadones,
Introducción de objetos en la vagina y Juegos y fantasías sexuales individuales o
compartidas, utilizadas como estimulo sexual.
CONSIDERACIONES HISTÓRICAS:
En algunos diccionarios la palabra onanismo figura como sinónimo de masturbación. La
palabra onanismo se origina en Onán, un personaje bíblico que realizó un acto que en
realidad no respondió a lo que entendemos por masturbación. El texto bíblico nos relata que
la tradición judía tenía una ley que cuando dos hermanos habitaban juntos y uno de ellos
moría sin dejar descendencia, la mujer del muerto debía tener descendencia con su cuñado
y el primogénito que de ella tenga debía llevar el nombre del hermano muerto.
Esta era la ley del levirato (del latín levir, cuñado), que ordenaba que el hermano del que
murió sin hijos se casase con la viuda, así no se interrumpía la continuidad de la familia.
(Deuteronomio 25: 5-6). El caso de Onán fue que al recibir el mandato de fecundar a
Tamar, la mujer de su hermano muerto, se negó volcando su semen en tierra y dice la
Biblia que “El Señor se disgustó mucho por lo que Onán hacía”. ¿Qué fue lo que en
realidad disgustó? Se ha interpretado este acto de verter en tierra como sinónimo de
masturbación. De las diversas interpretaciones teológicas compartimos que en realidad la
condenación no fue tanto verter en tierra o de cometer un acto sexual sino la desobediencia
de Onán al mandato del levirato. Es decir su negación y voluntad de no querer dar
descendencia a su hermano. (Génesis 38: 8-10). Su error fue no obedecer la ley, no la de
verter en tierra su semen. En realidad, este no ha sido un acto masturbatorio, sino un coito
interrumpido para evitar la procreación.
Mitos y conceptos falsos acerca de la masturbación
La masturbación con frecuencia ha sido entendida como una actividad patológica,
enfermiza y vergonzosa. Su práctica se ha asociado con consecuencias que van desde
trastornos físicos y emocionales hasta la imposibilidad de establecer una relación
heterosexual satisfactoria en el futuro. Estos conceptos son tan falsos como frecuentes.
Los temores son múltiples y variados que van desde la aparición de ojeras y de acné‚ hasta
volverse ciego, sin pelo en el cuero cabelludo o estéril.
La recriminación de esta práctica y los juicios que se emiten hacia los adolescentes aún
se puede seguir escuchando: En el varón por ejemplo: “Si te masturbas te vas a volver
tartamudo”, “te podes volver loco”, “no creces y te quedas petiso”, “podes quedar ciego”
“Eres un vicioso”.
En la mujer los mitos también ocurren: “vas a terminar prostituta, ningún hombre te va a
poder calmar”, “tu marido se va a creer que te estuviste acostando con muchos hombres”,
“se agranda la vagina y después vas a tener problemas para tener hijos”.
“Eres una loca”. Todos estos juicios y conceptos son falsos, y no hacen más que generar
incertidumbre, temor y complejos que los padres debemos evitar. Por el contrario, nuestra
intervención debe contribuir para mitigar sus inquietudes y ansiedades.
En el entendido de ser una etapa transitoria, pasajera, salvo situaciones especiales no debe
considerarse un acto patológico. Por lo tanto los padres no deben tener una actitud punitiva
frente a este acto. Cuando un niño pequeño recibe esta prohibición, el acto puede
convertirse en un acto de rebeldía, oposición y llamada de atención hacia ellos en el futuro.
En algunos casos el menor puede depositar en ésta acción, su culpa, ansiedad y evasión
frente a sus frustraciones.
En el adolescente la masturbación también puede ser considerada un acto a través del cual
se liberan tensiones constituyéndose en algunas situaciones una manifestación de
conflictos, donde la práctica actúa como alivio de cargas internas y se constituye en una
“salida limpia a sus tensiones”. Así el adolescente puede recurrir a esta práctica en
situaciones de estrés, depresión, aburrimiento y soledad, presiones en sus estudios,
conflictos con los padres, etc.
Helen Kaplan en su libro “La nueva terapia sexual” resume este tema señalando que:
“En realidad, la masturbación representa un solo peligro: la culpabilidad y la vergüenza que
sienten algunas personas debido a ella. Si un individuo se siente culpable por el hecho de
masturbarse, si ello le provoca un conflicto, si se preocupa por las fantasías que acompañan
a este acto, estos sentimientos negativos pueden quedar asociados con todas sus ideas y
emociones y esto, evidentemente, no puede ser bueno para su vida sexual” Frente a esta
situación los padres deben evitar el error de castigar, asustar o amenazar al menor. En tanto
que estas situaciones pueden alterar su psiquis, una actitud comprensiva, que imparte un
clima de seguridad afectiva será un medio propicio para atravesar este período sin mayores
consecuencias. Por este motivo, cuando sea posible, los padres deberían conversar este
tema con sus hijos ayudándoles a aliviar sus tensiones y angustias sobre esta práctica.
Abuso Sexual
El abuso sexual a un menor es toda forma de encuentro sexual ejecutado por un adulto en
posición de poder. Tiene como único objetivo la utilización del menor para su gratificación
sexual. Su real significado es incomprendido por el menor por la falta de capacidad para
consentir y elegir voluntariamente el acto al que está siendo sometido.
Es un atentado violento a toda la estructura emocional del niño que aunque aparente ser
superado, es difícil su cicatrización. En la mayoría de los casos el abuso no se revela. La
persona muere en el secreto.
Todo abuso sexual debe considerarse siempre una responsabilidad del adulto que lo
comete. Los menores no están en condición de maduración suficiente para saber con
exactitud el significado y las consecuencias que estos actos implican.
Los actos abusivos pueden ir desde formas menores de tocamiento y manoseo hasta la
violación y no son siempre producidos por la fuerza. Los engaños, halagos, chantajes,
amenazas, temores, secretos, o cualquier otra forma de violencia psicológica, son ejercidos
con frecuencia por el abusador.
Los padres deben estar alertas ante esta lamentable problemática humana y advertir a sus
hijos sobre el peligro del abuso sexual sin crear desconfianza y falsos temores, siendo vital
su prevención por el daño emocional y psicológico que a largo plazo provoca.
Iniciación Sexual
Los padres debemos reflexionar sobre la iniciación sexual de nuestros hijos y tener algunos
conceptos claros. Una vez comenzada la pubertad con la menarca en la mujer y la presencia
de poluciones nocturnas en el varón, ambos están físicamente aptos para comenzar su vida
genital. Sin embargo sabemos que el ejercicio de la sexualidad va más allá de la genitalidad
y aquí encontramos algunos inconvenientes para el ejercicio precoz de las relaciones
sexuales.
Además “el varón tiene que tener experiencia”, porque la cultura del machismo le ha
impuesto tener la responsabilidad de hacer docencia en el lecho conyugal. En cambio
cuando la mujer ha demostrado experiencia la sociedad la ha condenado.
El varón ha tenido que pagar un alto precio para mantener este mandato cultural.
Cuando iniciaba su vida sexual, la mayoría de las veces lo hacia con una prostituta. Esta
experiencia suele producir tensión, ansiedad y apuro (y seguramente también lo apurarán).
En las mejores condiciones el varón creerá que no solo él ha estado satisfecho sino también
su circunstancial pareja. Es probable que adquiera la idea de que “todas las mujeres son así”
y si no siguen su ritmo es porque la mujer falla. Con estos conceptos acuñados es probable
que tenga dificultades sexuales en su futura relación de pareja. Un aprendizaje temprano de
la sexualidad a través de la prostitución, ha sido relacionado, entre otros factores, a una
eyaculación precoz, motivo de consulta muy frecuente en el varón.
Actualmente ésta noción ha sido relegada por otra y aunque parezca menos nociva tiene
también sus dificultades. Muchos adolescentes comenzarán sus experiencias sexuales con
su pareja de turno. Muchos jóvenes tienen el concepto de que practicar el sexo con una
trabajadora sexual es de tipo mercantil y no un acto amoroso. Con frecuencia esto también
sucede en forma prematura sin estar preparado para ejercer el acto sexual en las mejores
condiciones. Es probable que el acto se realice en un lugar inadecuado sin la privacidad y
seguridad necesarias. Habrá también apuros, tensiones y seguramente no faltarán los
fracasos y la insatisfacción.
Igualmente muchos adolescentes tendrán relaciones sexuales en forma precoz, por lo que
debemos instruir acerca de la prevención de enfermedades de transmisión sexual y de evitar
los embarazos. No somos partidarios de enseñar exclusivamente el uso de preservativos o
de anticonceptivos orales y luego que tenga relaciones sexuales, cuando quiera, como
quiera y con quien quiera.
Esta es una de las razones por las que las enfermedades de transmisión sexual y los
embarazos no deseados son cada vez más frecuentes. Pero si esta llega a ser su elección
deberán prevenirse más complicaciones. Muchos sostienen que se debe prodigar la libertad
sexual por derecho, pero se olvidan de que la verdadera libertad incluye no solamente la
gratificación personal sino también la libertad del otro y el de posibles terceros que pueden
surgir como fruto de esa relación y que también tienen su derecho.
Hay motivos para orientar a los adolescentes a la abstinencia y no estimular en forma
precoz el inicio de las relaciones sexuales.
El ejercicio de una vida sexual segura, comprometida, fiel y permanente, condiciones que
pueden desarrollarse sin límites en el contexto del compromiso matrimonial, es el camino
ideal que debemos indicar claramente. Por este motivo, ayudar a los adolescentes a
posponer las relaciones sexuales hasta que estén preparados y desarrollar en ellos actitudes
que sirvan de resistencia frente a la presión de sus amigos es un Decir “no” a las relaciones
sexuales y postergarlas puede llegar a ser una decisión muy difícil para ellos. La presión de
los amigos, el bombardeo de los medios masivos de comunicación y los frecuentes mitos
sexuales que ha incorporado poseen en muchas ocasiones una influencia negativa. El 73%
de las chicas sexualmente activas y el 50% de los varones, dicen que la principal
motivación para tener su primera experiencia sexual fue la presión de los compañeros.
Por esto, se hace necesario habilitar a los adolescentes para que asuman una actitud más
crítica frente a sus presiones ambientales. En el siguiente capítulo compartimos un valioso
material para fortalecer a los adolescentes para decir “no” si aún no están preparados.
¿Cómo podemos ayudar a los adolescentes a fortalecer su decisión para decir “no” si
aún no están preparados?
Podemos pedir a los adolescentes que piensen cómo responderían si alguien empleara los
siguientes argumentos para tratar de convencerlos de tener relaciones sexuales:
- “Si tienes relaciones sexuales, gozarás de más simpatías”
- “No tienes que estar enamorado/a para tener relaciones; puedes tenerlas sólo por el placer
físico.”
- Si no tienes relaciones sexuales, la gente pensará que eres homosexual.”
- “Todos tienen relaciones sexuales. Tú también deberías tenerlas.”
- “Debes tener tu primera relación sexual sólo para salir de eso.”
- “¿Te han dicho tus padres que no tengas relaciones sexuales? Si los escuchas, tienes que
ser un bebé.”
- “No hay una buena razón para posponer las relaciones sexuales. Deberías tenerlas ahora.”
- “Si realmente me amaras, tendrías relaciones sexuales conmigo.”
Cuando analice estas situaciones hipotéticas con los adolescentes, usted puede ayudarles a
reconocer lo siguiente:
- Las relaciones sexuales son una decisión muy personal. La decisión de tenerlas o no
tenerlas está únicamente en manos de cada persona. Nadie puede tomar la decisión por otro.
- Es normal y natural desear ser amado, y es normal y natural tener sentimientos sexuales.
Los jóvenes pueden decidir actuar basándose en sus sentimientos sexuales o esperar.
- El acto sexual tiene consecuencias físicas y emocionales, y no es la única manera de
expresar amor.
- Existen buenas razones para posponer las relaciones sexuales. Es posible que deseen
evitar un embarazo o una Enfermedad de Transmisión Sexual (ETS), o que simplemente no
estén preparados para tener relaciones sexuales ahora.
- Los jóvenes no deben sentirse presionados a pagarle a alguien con relaciones sexuales por
una invitación, una comida o un regalo costoso.
- Es posible que otros adultos puedan ayudarles. Es posible que los jóvenes quieran hablar
con sus padres, un docente o un líder religioso.