9 .-Enigmas-Decifrados - Treyer
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9 .-Enigmas-Decifrados - Treyer
••
Conozca los
Fascinantes Misterios
de
DANIEL
Capítulos 11 y 12
es
10 9 8 7 6 5 4 3 2 1
Impreso y encuadernado:
Antillian College Press, Puerto Rico
ISBN-10 IS B N -1 3
1-59975-726-5 978-1-59975-726-1
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r
C arm en ¿C íclela ,
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l Dr. Humberto Raúl Treiyer Blank
E nadó en Argentina, país en el que
cursó sus estudios obteniendo los títulos
de Profesor de Geografía, Profesor de
Historia, Bachiller en Teología y Licencia
do en Teología. Posteriormente continuó
su perfeccionamiento profesional en uni
versidades de los Estados Unidos, prime
ramente en Andrews University, Berrien
Springs, Michigan, donde se recibió de Magister en Divinidad;
y luego en The Southern Baptist Theological Seminary, Louis-
ville, Kenrtucky, donde obtuvo el título de Doctor en Teología.
Ejerció la docencia en instituciones universitarias de Argenti
na tales como la Universidad Adventista del Plata y el Instituto
Superior del Profesorado; de Costa Rica, en la Universidad
Adventista de Centroamérica; en la Universidad Adventista de
Colombia; y de Filipinas, en el Adventist International Institute
of Advanced Studies. Adicionalmente dictó cursos en el Institu
to Adventista de Ensino (Brasil); en la Universidad Adventista
de Chile; en el Colegio Adventista de Sagunto (España) y en
Solusi University (Zimbabwe).
Sus conferencias en diversos ambientes han sido muy nu
merosas, así como también sus series radiales, Más Allá de
las Sombras del Mañana y Certeza en Tiempos Peligrosos,
consistentes ambas en más de 50 presentaciones. Varios de
sus libros se han utilizado como textos en distintas institucio
nes educativas, y sus artículos en periódicos y revistas han
sido numerosos.
El Dr. Treiyer Blank está casado con Carmen Adela Bellido,
matrimonio del cual nacieron tres hijas, todas ellas casadas y
profesionales, Graciela Beatriz de Mansell, Silvia Inés de Ga-
neau, y Nancy Raquel de Costa.
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RECONOCIMIENTOS
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libros, revistas y artículos, me resultaron particularmente orien
tadoras. De gran valor fueron también las observaciones de un
incansable investigador y autor de numerosas obras, Donald
Ernest Mansell, de Boise, Idaho.
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palabra verdad en lugar del vocablo belleza, diríamos que esa
declaración es un signo de nuestro tiempo: Vivimos en horas
donde gobierna la dictadura del relativismo. Cuando nadie cree
en verdades absolutas. Cuando la verdad ha sido “echada en
tierra” (Daniel 8:12). ¿Es la verdad una promesa sin cumpli
miento histórico? ¿Puede un mundo ser bello si no hay cono
cimiento de la verdad?
Precisamente, el propósito del libro del Dr. Treiyer es afirmar la
verdad de Dios en este mundo, manifestada en las profecías.
Es dar esperanza a un mundo desesperado. Anunciar cómo
las milenarias profecías bíblicas se están cumpliendo de un
modo meridiano en nuestro propio tiempo. Así, el esfuerzo de
este libro está dirigido a creyentes y no creyentes. A quienes
necesitan afirmar su fe en las promesas de la Palabra de Dios.
Y a quienes necesitan salir de las aguas revueltas de la incerti
dumbre para entrar en las aguas cristalinas de la verdad eterna
de Dios para este mundo.
Una última palabra: El tiempo desgasta y destruye todas las
cosas. Las conquistas militares, políticas o intelectuales más
extraordinarias se desgastan y perecen con el paso de los si
glos. Pero, para quienes creen, la Cruz de Cristo se destaca
del fondo de la historia de un modo cada vez más nítido. No
porque el tiempo haga algo por la Cruz. Sino porque la Cruz
hace algo por el tiempo y la vida del hombre. En este sentido,
el libro del Dr. Treiyer hace honor a esta verdad preciosa: To
das las profecías, como las promesas de Dios, apuntan a Je
sucristo y al plan de salvación (2 Corintios 1:20).
Conocer las verdades proféticas desde la Cruz de Cristo le
da sentido y certeza a nuestra vida en una historia de los hom
bres siempre llena de incertidumbres.
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INDICE
Reconocimientos
Prefacio
Una Palabra al Lector
Capítulo I:
El Anhelo del Revelador de que Su Mensaje en
Daniel 11 y 12 sea Comprendido........................ Pág. 15
Capítulo II:
El Suceso de la Cruz y el Génesis de un Gran Cambio:
de lo Literal a lo Simbólico................................... Pág. 23
Capítulo III:
Secuencia Cronológica de los Sucesos Anticipados
por el Ángel Gabriel............................................. Pág. 29
Capítulo IV:
Penosa Caracterización del Poder Opositor............. Pág. 37
Capítulo V:
Impresionantes Choques de Imperios en Procura
Insaciable de Poder (Daniel 11:1-20).................. Pág. 45
Capítulo VI:
De Paganismo a Cristianismo Paganizado:
La Segunda Roma (Daniel 11:21-30).................. Pág. 75
Capítulo Vil:
Consecuencias Funestas de la Unión Iglesia-Estado
(Daniel 11:31-39).................................................Pág. 117
Capítulo VIII:
El Desenlace del Drama(Daniel 11:30-45)............... Pág. 153
Capítulo IX:
Las Revelaciones Culminantes de Miguel
(Daniel 12:1-13)..................................................Pág. 195
Capítulo X:
Epílogo..................................................................... Pág. 237
Apéndice:
Poderes Involucrados en la Contienda por el
Control de la Humanidad.................................... Pág. 247
Bibliografía:
.........................................................................Pág. 254
12
capítulos 7 y 8 del mismo libro ¿resultaría lógico pensar que
las explicaciones de los mismos en el capítulo 11 oscurecieran
el contenido de aquellos? Difícilmente ¿verdad? porque muy
mal habría cumplido su cometido el ángel si sus explicaciones
hubieran resultado confusas e incomprensibles.
Adicionalmente, si ése hubiera sido realmente el caso,
¿habría permanecido Dios indiferente ante un incumplimiento
tal de Su instrucción, “Gabriel, enseña a éste [a Daniel] la vi
sión” (Daniel 8:16)? Seguramente, no. Además, si Gabriel
hubiera dejado las cosas en un nimbo más o menos incom
prensible ¿habría sido realmente justo y aceptable que Miguel,
al referirse a esas explicaciones pronunciara una bendición
sobre los que las entendieran y una seria advertencia a aque
llos que no las comprendieran (Daniel 12:10)? Por supuesto
que no.
Si hay algo que llama poderosamente la atención en los
últimos cinco capítulos del libro de Daniel es el uso reiterado e
insistente de verbos tales como conocer, comprender y enten
der; y sobre todo la declaración culminante de Miguel sobre
conocimiento versus ignorancia con relación a la inter
pretación proporcionada por Gabriel. En efecto, refiriéndose al
“tiempo del fin", Miguel declaró, “Muchos serán limpios, y
emblanquecidos y purificados; los impíos procederán im
píamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los en
tendidos comprenderán” {Daniel 12:10).
Según esta significativa declaración, cuando el drama de
los siglos estuviera llegando a su conclusión, todos los hom
bres y mujeres sobre este atestado planeta, habrían de dividir
se en dos clases, solamente dos, “entendidos” e ignorantes--
a estos últimos el divino Revelador los califica de “impíos” o
malvados. Resulta evidente que no se trata de una incompren
sión insuperable, sino de una ignorancia voluntaria, obstinada
y rebelde, cuyo destino será “vergüenza y confusión perpe
tua”. De los “entendidos” o sabios, en cambio, se afirma que
“resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los
que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a
perpetua eternidad’ (Daniel 12:2,3). Todo esto destaca en for
ma realmente notable el interés divino en que la orientación
contenida en esta profecía llegue a ser realmente entendida,
más, cabalmente comprendida, por Su pueblo.
No es necesario decir nada más para destacar la extraordi
naria relevancia del estudio que estamos iniciando. ¿Habrá
13
nombres? Sí, y también fechas. Sin embargo, trataremos de
que no sean demasiados, al punto de complicar las cosas.
Hasta donde resulte posible hacerlo, evitaremos también la
mención de términos en los idiomas originales y notas de pie
de página que pudieran complicar la lectura. En algunos casos,
informaciones aclaratorias útiles, pero tal vez menos relevan
tes, aparecen en un tipo de letra más pequeño.
Y ahora una pregunta aún más importante ¿se derivará al
gún provecho o beneficio personal del esfuerzo dedicado a
comprender las explicaciones del ángel Gabriel? Ciertamente,
porque el conocimiento de los planes de amor de Dios nos
conducirá con seguridad a la única fuente de felicidad genuina
en estos tiempos tan turbulentos por los que pasa la humani
dad toda.
Por último, creemos que este libro podría ayudar a llenar
un sentido vacío en la comprensión de algunas porciones par
ticularmente dificultosas de Daniel 11 y 12, y con ese anhelo
lo ofrecemos a la consideración de nuestros apreciados lecto
res.
Una palabra de orientación: El contenido del libro cuya lec
tura usted está iniciando se divide en dos partes: Los primeros
cuatro capítulos están destinados a la exploración de algunas
claves que hacen a la comprensión de los dos capítulos finales
del libro de Daniel, mientras que los capítulos VI al X ofrecen la
explicación de los versículos individuales de los mismos. Con
cluye el libro con un Epílogo, que hace las veces de una visión
panorámica o, si se prefiere, de un resumen de los aspectos
más relevantes en Daniel 11 y 12.
La bibliografía que aparece al final del libro no es exhausti
va sino más bien selectiva, ya que las obras sobre el libro de
Daniel suman varios centenares.
Nota : Las abreviaturas utilizadas corresponden a versiones de la Biblia : Los
textos corresponden a la Versión Reina Valera Revisada (VRVR 1960); Ver
sión Moderna (VM); Versión Nácar-Colunga (NC); Biblia de Jerusalén (BJ);
Nueva Versión Internacional (NVI). El uso del tipo de letra negrita destaca el
texto en la primera de las versiones indicadas, así como también en los nom
bres de los lugares y protagonistas más destacados. (La negrita se ha omitido
en el caso de nombres incluidos en citas.)
14
CAPÍTULO I
15
período profético de los 2.300 años mencionado en 8 :14, y lo
hizo mediante una especie de exclamación: “estaba espantado
a causa de la visión, y no la entendía” (8:27). Unos nueve años
más tarde [producido ya, en el año 539 a.C., el cambio anticipado
de imperios, el Babilónico por el Medopersa] en respuesta a una
sentida intercesión de Daniel, Gabriel regresó con informacio
nes adicionales acerca de "la visión", y en esas circunstan
cias tanto el profeta como el ángel utilizaron los mismos ver
bos: “me hizo entender... he salido para darte sabiduría y enten
dimiento” (9:22); “yo he venido para enseñártela... Entiende,
pues, la orden y entiende la visión” (9:23); “sabe, pues, y entien
de” (9:25).
Transcurridos unos pocos años más, posiblemente cuatro,
y en respuesta a otro fervoroso ruego del profeta, Gabriel le
proporcionó las explicaciones finales (caps. 10:11 a 12:4).
Terminadas las mismas, Daniel, expresándose ahora en terce
ra persona del singular, resumió así su reacción, “él compren
dió la palabra, y tuvo inteligencia en la visión" (10:1); en otras
palabras, se mostró satisfecho con lo que tan bondadosamen
te se le había revelado.
Resulta llamativa la forma en la que Gabriel introdujo esas
explicaciones finales y cómo fue intercalando esos mismos
verbos en el curso de su entrevista con Daniel:
“Varón muy amado, está atento a las palabras que te hablaré’’
(10:11); “he venido para hacerte saber” (10:14); "yo te declararé
lo que está escrito en el libro de la verdacT (10:14); “te mostraré
la verdad" (11:2).
Y refiriéndose a los hijos de Dios durante el penoso periodo
de los 1.260 años de persecución (538 a 1798), el ángel se
expresó así: “ y los sabios del pueblo instruirán a muchos”
(11:33); “algunos de los sabios caerán’’ (11:33); y “algunos de los
sabios’’ (11:35). Resumiéndolo todo, y ya en los últimos versos
del libro, Miguel anticipó cómo durante “el tiempo del fin” [es
decir, a partir de 1798] la humanidad toda habría de dividirse en
dos grupos únicos, claramente identificados como “impíos” y
“entendidos”: ¿Cuál habría de ser la diferencia entre ambos?
"...ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos com
prenderán" (12:10)
¡Impresionante redundancia, indudablemente intencional,
en el uso de estos verbos-nada menos que 23 insistentes re
ferencias a comprender y entender!
16
¿Puede quedar alguna duda acerca del gran interés que
Dios tiene en que Su pueblo conozca y se familiarice con el
contenido de “la visión’’ registrada en los capítulos 7 y 8, y ex
plicada tan minuciosamente en el resto del libro? ¿No es de
extrañar que pueda darse tanta confusión acerca del verda
dero significado de las explicaciones registradas en el capítulo
11? ¿Qué excusa podría justificar ignorancia de lo que a todas
luces es el capítulo más revelador de todo el libro?
18
si fuera justa y la ama como ama a Su Hijo. De esta manera
la fe es contada por justicia.”1
De la misma autora, y a manera de un complemento de la
anterior, ofrecemos también las dos citas siguientes: “En el
nuevo nacimiento el corazón viene a quedar en armonía con
Dios, al estarlo con Su ley. Cuando se ha efectuado este
gran cambio en el pecador, entonces ha pasado de muerte a
vida, del pecado a la santidad, de la transgresión y la rebe
lión a la obediencia y a la lealtad. Terminó su antigua vida de
separación de Dios; y comenzó la nueva vida de reconcilia
ción, fe y amor.” 2
“Cuando el Espíritu de Dios se posesiona del corazón
transforma la vida. Los pensamientos pecaminosos son
puestos a un lado; las malas acciones son abandonadas; el
amor, la humildad, y la paz reemplazan a la ira, la envidia, y
las contenciones. La alegría reemplaza a la tristeza, y el ros
tro refleja la luz del cielo. Nadie ve la mano que alza la car
ga, ni contempla la luz que desciende de los atrios celestia
les. La bendición viene cuando por la fe el alma se entrega a
Dios. Entonces ese poder que ningún ojo humano puede ver,
crea un nuevo ser a la imagen de Dios.” 3
El mensaje registrado en el libro de Daniel no es diferente
al del resto de las Sagradas Escrituras. En otras palabras, el
tema básico del libro, el tema que el Señor anhela que Su
pueblo conozca mejor como resultado de su estudio, es el
tema de la justicia divina restaurada al pecador.
19
de nuestros pecados confesados y la de la imputación inme
recida de Su justicia sobre nosotros.
La Cruz y el Santuario están proféticamente presentes en
el libro de Daniel. De hecho, todo en el libro se mueve hacia la
Cruz, y de ella hacia la inauguración del ministerio de Cristo
en el Santuario Celestial. Pero no se detiene allí, sino que
avanza también hacia un año realmente clave en la historia
humana, el año 1844 (anticipado proféticamente en Daniel
8:14), al comienzo del antitípico Día de la Expiación, para
culminar gloriosamente con el prometido retorno del Salvador
a la tierra.
¿Dónde es que aparece la Cruz en el libro de Daniel? En va
rias expresiones del cap. 9, relacionadas con un período profé-
tico referido como “setenta semanas” de años: “Setenta sema
nas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad,
para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la
iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la
profecía, y ungir al santo de los santos” (verso 24, subrayado su
plido).
Estas cuatro declaraciones de Gabriel, “terminar la prevari
cación", es decir, poner fin a una rebelión desafiante e irreme
diable, en proceso de maduración hasta traspasar el límite de
la tolerancia divina; ‘‘poner fin al pecado”, mejor, de acuerdo al
original hebreo, hacer cesar las ofrendas por el pecado, todas
ellas apenas un símbolo de Quien habría de dar Su vida por
los pecadores; ‘‘expiar la iniquidad’, es decir, lograr la solución
definitiva al grave problema de la transgresión humana, solu
ción tan sólo simbolizada, a la manera de una ilustración, de
una sombra, por la multitud de los sacrificios de animales en el
santuario terrenal; y “traer la justicia perdurable”, en otras pala
bras, el gran tema del libro de Daniel y de toda la Biblia, el
ofrecimiento gratuito de “la justicia ” divina al hombre. ¿Por qué
traerla? Porque no es de esta tierra, ni puede ser obrada por el
hombre. Es ajena, extraña al ser humano; viene de afuera,
obrada única y exclusivamente por Dios.
¿Identifica el libro de Daniel al Gestor de esa tan sublime
restauración de “la justicia” al hombre? Sí, y más allá de toda
duda: lo refiere como “el Mesías Príncipe”, quien habría de ini
ciar Su ministerio 69 semanas de años o 483 años después de
la promulgación de un decreto medopersa clave para la restau
ración del pueblo judío en su tierra después del largo exilio
babilónico (Daniel 9:25), en el año 27 d.C. [el decreto referido
20
fue promulgado por Artajerjes I Longánime en el séptimo año
de su reinado, en marzo/abril del año 457 a.C. ]. Algún tiempo
después del año 27 d.C., “a la mitad" de la última de las 70 se
manas de años, es decir, en el año 31 d.C., habría de quitarse
la vida al Mesías (Dan 9:26,27), con lo que habrían de “cesar el
sacrificio y la ofrenda” que en el santuario terrenal representa
ban simbólicamente cada aspecto de ese sublime sacrificio.
Pero esa muerte del “Mesías Príncipe’, lejos de representar
una derrota irreparable, habría de marcar Su victoria definitiva,
confirmando “el pacto con muchos'. ¿Qué “pacto”? El de la
salvación en Cristo, el del otorgamiento de la grande e inme
recida recompensa divina al pecador arrepentido y contrito, el
don de “la justicia perdurable” (Daniel 9:24-27). Esa es la re
compensa que hará resplandecer a los “entendidos” “como el
resplandor del firmamento”, “como las estrellas a perpetua eter
nidad' (Daniel 12:3). Sí, ese gran foco inicial de “la justicia", la
Cruz, está relevantemente presente en el libro de Daniel.
21
como la limpieza o purificación definitiva de ese Santuario, [es
decir, del registro de los pecados confesados y abandonados,
registro que lo contamina y que hace necesaria esa purifica
ción].
Concluidas estas consideraciones, y a manera de una sínte
sis, el gran tema del libro de Daniel, en torno al cual giran to
dos los demás, el tema que Dios tanto anhela que sea com
prendido y vivido por todo hombre y toda mujer, es el tema de
“la j u s t i c i a Perdida por la raza humana debido a la transgre
sión de sus progenitores originales, su restauración fue ex
haustivamente ilustrada mediante el ritual del sacrificio de
animales, y obrada definitivamente en la Cruz. Esa es "la jus
ticia" que ahora, desde el Santuario que está en los cielos nos
es ofrecida gratuitamente a todos los seres humanos, que nos
es imputada e impartida mediante la mediación de Cristo,
nuestro gran y único Intercesor entre Dios y los hombres-ése
es el tema, maravilloso tema, de “la justicia", de la cual pode
mos apropiarnos por la fe en Cristo.
1
Elena White, Review and Herald, Noviembre 4, 1890. (Francis D. Nichol et
al., editores, Comentario Bíblico Adventista (Boise, Idaho: Publicaciones Inter-
americanas, traductor Víctor E. Ampuero Matta, 1987), vol. 6, p. 1074.
2Elena White, El Conflicto de los Siglos (Mountain View, California: Pacific
Press Pub. Assn., 1954), p. 521.
3Elena White, El Deseado de Todas las Gentes (Mountain View, California:
Pacific Press Pub Assn., 1955), p. 144.
22
CAPÍTULO II
EL SUCESO DE LA CRUZ Y EL
COMIENZO DE UN GRAN CAMBIO:
DE LO LITERAL A LO
ESPIRITUAL O SIMBÓLICO
23
la nefasta obra de un poder referido como “cuerno pequeño”,
pero que habría de desarrollarse hasta ser “más grande que
sus compañeros” (verso 20)-de acuerdo a otras versiones,
“más imponente”, “más orgulloso", “más fuerte”, “más corpu
lento”, “más fornido”. Lo mismo puede decirse del capítulo 8,
ya que no contiene nada acerca del pueblo de Daniel, objeto
de la mayor preocupación del profeta.
70 Sem anas
69 Semanas 1 Semana
(483 años) (7 años)
_7 Sem anas
(49 años)
-408 a.C.
62 Sem anas
(434 años)
*
31 d.C.
Crucificción
Mesías
Reedificación
Jerusalén 27 d.C. 34 d.C.
-457 a.C. Evangelio
Decreto de Bautismo
Mesías a los
Artajerjes Gentiles
(Apedreamiento
Esteban)
25
mente a sus fieles seguidores--"en aquel tiempo será libertado
tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro" (12:1).
El Evento de la Cruz
en la Interpretación Profética
Siempre con relación al mensaje básico de la sección de
Daniel bajo consideración, hay otra pregunta que demanda
respuesta:
¿Cuál es la trascendencia del evento de la Cruz
en la comprensión de las profecías?
La crucifixión de Jesucristo marcó un gran cambio en la
identificación de lugares, puntos cardinales y referencias geo
gráficas en las profecías; de hecho, la literalidad de estas refe
rencias geográficas caducó con ese trascendental evento.
¿Qué queremos decir con ésto? Que hasta la Cruz el pueblo
de Dios, los judíos, ocupaba un lugar geográfico definido, lugar
que el mismo Dios les había asignado despojando a los pue
blos corruptos y extremadamente crueles que habitaban ese
territorio.
Así, hasta la muerte de Cristo en la Cruz, el gran centro del
planeta, el gran punto focal de referencia de toda la Biblia, era
un monte literal, el Monte Moria, más conocido como Monte
Sion-un Sion literal, una Jerusalén literal, y, por extensión, una
Palestina literal, una Babilona literal, un Eufrates literal, un
Egipto literal, un Norte, un Este y un Sur literales, etc. Sin em
bargo, todas las referencias geográficas proféticas se volvieron
simbólicas o espirituales a partir de la Cruz.
¿Por qué este cambio? Como ya se mencionó, su causa se
ría el rechazo que habría de experimentar el pueblo judío co
mo nación escogida de Dios. ¿Cuándo? Al cabo de las “seten
ta semanas” de años. Cristo ya se lo había advertido a los diri
gentes del pueblo: ‘‘El reino de Dios será quitado de vosotros, y
será dado a gente que produzca los frutos de él” (Mateo 21:43);
y, ‘‘he aquí vuestra casa [el Templo] os es dejada desierta “ (Ma
teo 23:38).
Y algunos años más tarde, cuando ese cambio ya se había
verificado, San Pablo lo expresó así, estableciendo un distingo
entre los dos Israeles:
• el literal, ‘‘Mirad a Israel según la carne...” (1 Cor. 10:18),
• y el espiritual o simbólico, el “Israel de Dios” (Gál. 6:16).
26
Algún tiempo después, escribiendo a los hebreos, el após
tol volvió a lo mismo:
“No os habéis acercado al monte que se podía palpar [es de
cir, “tangible”, “una realidad sensible”, “un monte palpable”] . . .sino
que os habéis acercado al monte Slon, a la ciudad del Dios vivo,
Jerusalén la celestial...” (Hebreos 12:18,22).
27
suyos los intereses de él. Estos testigos de Dios se cuentan
entre el Israel espiritual, y se cumplirán en su favor todas las
promesas del pacto que hizo Jehová con su pueblo en la anti
güedad." 1
"Al proclamar las verdades del Evangelio eterno a toda na
ción, tribu, lengua y pueblo, la iglesia de Dios en la tierra está
cumpliendo hoy la antigua profecía: 'Florecerá y echará renue
vos Israel, y la haz del mundo se henchirá de fruto.'(lsa. 27:6.)
Los que siguen a Jesús, en cooperación con los seres celestia
les, están ocupando rápidamente los lugares desiertos de la
tierra; y como resultado de sus labores obtienen una abundan
te mies de preciosas almas. Hoy, como nunca antes, la dise
minación de la verdad bíblica por medio de una iglesia consa
grada ofrece a los hijos de los hombres los beneficios predi
chos siglos ha en la promesa hecha a Abrahán y a todo Israel,
a la iglesia de Dios en la tierra en toda época: 'Bendecirte he,...
y “serás bendición' (Gén. 12:2.)."2
Debe destacar que el reconocimiento del reemplazo del Is
rael literal por el Israel espiritual, no admitido ni aceptado por
los judíos, es un hecho de extraordinaria importancia histórico
-teológica, especialmente a causa de la gran difusión del Sio
nismo, un movimiento que por más de un siglo ya ha estado
fomentando la reunión de los judíos literales en Palestina, en
presunto cumplimiento de las profecías de restauración conte
nidas en el Antiguo Testamento. Este movimiento ignora el
carácter condicional de las mismas; e ignora también el carác
ter del verdadero Sionismo, el llamado a la reunión del verda
dero Israel, simbolizado por los 144.000 sellados, sobre el
Monte Sion, como resultado de la predicación del verdadero
mensaje de reunión, el Mensaje de los Tres Ángeles, registra
do en Apocalipsis 14:6-13, y en el complemento del mismo en
el capítulo 18 del mismo libro.
1Elena White, Historia de los Profetas y los Reyes (Mountain View, California :
Pacific Press Pub. Assn., 1957) pp. 526, 527.
2lbid., 519.
28
CAPÍTULO III
SECUENCIA CRONOLÓGICA
DE LOS SUCESOS ANTICIPADOS
POR EL ÁNGEL GABRIEL
Nota Introductoria: Este capítulo está dedicado al examen de las
referencias cronológicas en Daniel 11, y muy especialmente lo que
podría denominarse como puntos de ruptura en la secuencia de los
eventos descriptos proféticamente por el ángel. Conviene recordar
que el capítulo 11 cubre eventos que habrían de ocurrir a lo largo de
muchos siglos, de hecho, no menos de dos milenios y medio, y es por
ello que resulta fundamental establecer los grandes hitos cronológicos
de su contenido.
29
“tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo” (Daniel 12:7). ¿Cuánto
tiempo representa este periodo? Tres años y medio o 42 me
ses o 1.260 días proféticos, los que en el lenguaje profético
equivalen a otros tantos años literales. En todas estas siete
declaraciones contenidas en el capítulo, el “tiempo”, o el “pla
zo”, etc., como se comprobará más adelante, es referencia a
los 1.260 años de persecución religiosa, extendidos, como lo
demuestra la historia con notable precisión, entre los años 538
y 1798.
Cabe todavía una pregunta: ¿Qué seguridad tenemos que
este “tiempo” tantas veces reiterado en Daniel 11 no se refiere
a algún otro periodo, como por ejemplo a las “ dos mil trescien
tas tardes y mañanas” (Daniel 8:14)?
Porque este verso, 8:14, no hace mención a un tiempo de
persecución, como todos los otros, sino al de la restauración
del conocimiento de la “continuidad” de Cristo, referencia a Su
ministerio inter-cesor en el Santuario Celestial (8:11; 11:31;
12:11--recordemos que la palabra "sacrificio" ha sido añadida por los
traductores).
31
sión”? La relacionada con el surgimiento del cuarto imperio
universal, Roma, anticipado desde Daniel 2 y amplificado con
siderablemente en los capítulos 7 y 8 del libro.
De esta manera el verso 14, en la forma de un paréntesis,
introduce a los Romanos en el complejo escenario de las gue
rras interminables entre Ptolomeos y Seléucidas, las así lla
madas “Guerras Sirias”. El paréntesis se abre a comienzos del
siglo II a.C., y se extiende hasta la caída del Imperio Romano
de Occidente en las postrimerías del siglo V d.C.____________
SEGUNDA RUPTURA: _
32
CUARTA RUPTURA:
Cronología de Daniel 11
¿Cuál es entonces la cronología del capítulo 11 del libro de
Daniel? ¿Es posible recuperarla? Afortunadamente hay en el
capítulo suficientes informaciones como para establecerla sin
mayores dificultades, como lo veremos en el estudio de los
versos individuales del capítulo 11.
Daniel 11:2 (536 a. C. - 535 a. C.)
• A la manera de un bosquejo cronológico panorámico, el ver
so 2 (en su relación con 10:1), cubre en un repaso vertigino
samente veloz la historia Medo-persa desde el tercer año de
Ciro II el Grande (536-535 a.C.) hasta la muerte de Jerjes I o
Asuero unos 70 años más tarde (diciembre del 465 a.C.),
Daniel 11:3,4 (336 a.C .-301 a. C.)
• Los versos 3 y 4. dejando un vacío histórico de un siglo y
medio, se extienden desde la asunción de Alejandro III el
Grande al trono de Macedonia y Grecia (336 a.C.), hasta
cuando, después de la batalla de Ipso (301 a.C.) el Imperio
Greco-macedónico se dividió en cuatro reinos rivales.
Daniel 11:5-13, 15 ( 301 a.C. - 198a.C.)
• Los versos 5 a!13 y el verso 15 parten de la división del
Imperio Greco-macedónico en la fecha ya indicada, el año 301
a.C., hasta cuando los monarcas del Sur, los Ptolomeos, per
dieron definitivamente el dominio de Palestina o Judea frente a
los Seléucidas, algo más de un siglo más tarde (198 a.C.).
(Como ya se vio, el verso 14. a la manera de un extenso pa
réntesis de más de medio milenio, arranca desde aproxima
damente el 198 a.C., año cuando los Romanos comenzaron a
mostrar un interés creciente en las contiendas entre Ptolomeos
y Seléucidas, siempre buscando una excusa valedera para
intervenir en las tierras del Cercano Oriente, hasta el 476 d.C.,
cuando el Imperio Romano de Occidente experimentó su irre
parable caída.)
Daniel 11:16-20 (Desde 198 a. C. - 14 d. C.)
• En la forma de ágiles y rápidas pinceladas, los versos 16 al
20 abarcan unos 200 años, desde el 198 a.C., año de la bata-
34
lia de Paneas o Panias, en la que el monarca Seléucida Antío-
co III el Grande derrotó a los Ptolomeos y se posesionó de
Palestina, incluyendo Judea, hasta el año de la muerte de Oc
tavio o Augusto, el primer emperador Romano (14 d.C.). La
batalla de Paneas marcó el fin del largo dominio de 103 años
de los Ptolomeos sobre Judea (301 a 198 a.C.), y el comienzo
del control de 55 años de los Seléucidas sobre el mismo terri
torio (198 a 143 a.C.).
Estas luchas entre las dos dinastías, Ptolomeos y Seléuci
das, las así llamadas Guerras Sirias (cinco en total), propor
cionaron a Roma la justificación que estaba necesitando para
poder intervenir en las tierras del Mediterráneo Oriental; y más
todavía cuando el monarca Seléucida Antíoco III el Grande
comenzó a mostrar actitudes amenazadoras hacia Roma. Du
rante este período (198 a.C. a 14 d.C.) Roma paulatinamente
transformó las tierras del Cercano Oriente en provincias Ro
manas: Siria, el territorio de los Seléucidas, en el 64 a.C.; Ju
dea, en el 63 a.C.; y Egipto, el territorio de los Ptolomeos, en el
30 a.C.. El Mediterráneo era ahora un “lago romano,” el por
tanto tiempo soñado mare nostrum, o “nuestro mar”, de los
Romanos.
Daniel 11:21-30 (313 - 538 hasta 1798)
• Los versos 21 al 30, que anticipan los rasgos más sobresa
lientes de la historia de la Roma Cristiana, especialmente con
relación al sometimiento del poder civil a, cubren el
lapso de “tiempo, y tiempos, y medio tier ndido desde
sus antecedentes entre los años 313 al 538, y en su duración
total desde este último año hasta 1798, año en el que también
concluyó el periodo de 1.290 años de la “abominación desola
dora” (12:11).
El mismo período de hegemonía del obispo de Roma (538 a
1798) es referido proféticamente en los versos 31 al 39, pero
con la diferencia de que la recapitulación se concentra ahora
especialmente en los aspectos religioso-teológicos de la apos-
tasía papal de aquellos tiempos y sus consecuencias sobre el
verdadero pueblo de Dios.
Daniel 11:40 —12:1 (Desde 1798 en adelante)
• Finalmente los versos 11:40 a 12:1. se extienden desde el
año mencionado en último término, 1798, hasta la conclusión
de lo designado simbólicamente por el término hebreo tamid
35
(8:14) [la ya referida "continuidad", o ministerio de Cristo en el Lugar
Santísimo del Santuario Celestial] marcando así la terminación del
tiempo de gracia y el comienzo del “tiempo de a n g u s tia y, al
mismo tiempo, anticipando protésicamente la gloriosa libera
ción final de los hijos de Dios. Esta sección, de una importan
cia extraordinaria al presente, describe también el proceso final
de control y posesión de todos los recursos humanos por parte
del Papado (resultado final de la globalización tan mentada en
nuestros días), su intento desesperado por impedir el triunfo
final de la causa de Dios, y la consecuente destrucción y elimi
nación definitiva por intervención divina de este sistema após
tata referido como “cuerno pequeño” (Daniel 7 y 8), “abomina
ción desoladora” (Daniel 8,11,12, y Mateo 24:15) y “ rey del
Norte” (Daniel 11).
En síntesis, la cronología de los acontecimientos anticipados
en el capítulo 11 de Daniel es clara y definida, con sus raíces
en el establecimiento del segundo imperio universal en el últi
mo tercio del siglo VI a.C., hasta el pleno restablecimiento del
dominio divino sobre este planeta, indicado en la primera frase
de Daniel 12:1:
"En aquel tiempo se levantará Miguel el gran príncipe
que está de parte de los hijos de tu pueblo..."
36
CAPÍTULO IV
PENOSA CARACTERIZACIÓN
DEL PODER OPOSITOR
37
• “ abominación desoladora” , “ profanación pestilente” ,
• “ abominación de la desola “ rebelión desoladora” ,
ción” , “ pavoroso Horror” ,
• “ transgresión desoladora” , “ basura desoladora” ,
• “ sacrilegio espantoso” , “ la cosa horrible” ,
• “ iniquidad desastrosa” , “ la cosa detestable” ,
• “ impiedad desoladora” , “ horrible pecado”
• “ sacrilegio desolador” , “ abominable desolación” ,
• “ profanación inmunda” , “ rebelión desoladora” y
• “ profanación destructora” , “ abominación aterradora”
38
A la manera de un paréntesis, la identidad divina de este
“príncipe de los ejércitos”, aparece claramente revelada en
Josué:
“Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón
que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvai
nada en su mano. Y Josué, yendo hacia él, le dijo: ¿Eres de los
nuestros, o de nuestros enemigos? El respondió: No; mas co
mo Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora. Entonces
Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le di
jo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo? Y el Príncipe del ejército
de Jehová respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies,
porque el lugar donde estás es santo. Y Josué así lo hizo.”
Josué 5:13-15 (Subrayado añadido.)
Este notable pasaje revela varios hechos; seguramente el
más destacado entre todos ellos, la divinidad del “Príncipe
del ejército”, como lo demuestra la adoración que le rindió el
caudillo israelita, acción totalmente inadmisible e inaceptable
si ese “Príncipe” hubiera sido solamente un ser creado.
Sintetizando lo dicho hasta aquí, resulta claro que el voca
blo hebreo tamid, que es tanto adjetivo, con el significado de
“continuo”, como adverbio, en este caso, “continuamente”,
es referencia a la obra que el Hijo de Dios, Cristo Jesús,
lleva a cabo en forma exclusiva en el Santuario Celestial.
Tamid, ya se lo traduzca como “continuo” (un dolor conti
nuo, una esperanza continua, una provocación continua; o
elementos o ceremonias del santuario terrenal, todos ellos
de permanencia continua, tales como el fuego sobre el altar
de los holocaustos, los Panes de las Proposición, el sacrifi
cio de animales, el ofrecimiento de incienso sobre el altar de
oro, etc.) o como “continuam ente”, aparece utilizado 103 ve
ces en el Antiguo Testamento, y en 98 de esos usos siempre
califica a un sustantivo; la única excepción está dada por sus
5 usos en el libro de Daniel (8:11,12,13; 11:31 y 12:11), cu
riosamente todos ellos carentes de sustantivo-de ahí la ne
cesidad de sustantivarlo, resultando así en “continuidad”.
Estas omisiones de sustantivos en los 5 usos del adjetivo
tam id parecieran indicar el propósito de que no se lo inter
pretase como todavía relacionado con el santuario del de
sierto y los dos templos de Jerusalén.
39
Un Osado Atentado Contra el Tamid de Cristo
Enorme Trascendencia
Teológica del Tamid
Reiterándolos para clarificarlos aún más ¿cuáles son enton
ces estos siete aspectos complementarios de la “continui
dad” de Jesús mencionados en Hebreos 7:24-28? Cristo:
1. “ permanece para siempre” (v.24);
2. “ tiene un sacerdocio inmutable” (v.24);
3. “ puede también salvar perpetuamente” (v.25);
4. “ viviendo siempre para interceder por ellos” (v.25);
5. “ hecho más sublime que los cielos” (v.26);
6. “ lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo” (v.27);
7. “ hecho perfecto para siempre” “ por la palabra del juramento”
del Padre (v.28).
41
3. ‘‘ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una
vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de
en medio los pecados” (9:26)
4. “Cristo fue ofrecido una sola vez” (9:28)
5. “la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para
siempre” (10:10)
6. “Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un sólo
sacrificio por los pecados” (10:12)
7. “porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a
los santificados"(10:14)
42
Dicho en términos más sencillos, tamid es la ministración
que Cristo cumple en el Santuario Celestial, aceptando sobre
Sí mismo la transferencia de nuestros pecados, y trans
firiéndonos a Su vez Su perfecta justicia, Su inocencia. En pa
labras de San Pablo, “Al que no conoció pecado, por nosotros
[Dios] lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justi
cia de Dios en él [en Cristo]” (2 Corintios 5:21).
El tamid es esa maravillosa ministración mediante la cual
Cristo separa el pecado del pecador, cancelando y eliminando
de la vida esa causa de la separación entre el ser humano y
Dios.
43
Un versículo adicional en el que el profeta registró palabras
de Miguel, provee varias otras informaciones acerca de shi-
qqutsim meshomem:
“Y desde el tiempo en que fuere quitada la continuidad, es a
saber para poner allí la abominación desoladora, habrá mil dos
cientos noventa días [periodo extendido entre los años 508 y 1798,
como lo explicaremos más adelante]” (Daniel 12:11, VM).
Es muy llamativo que Jesús utilizara durante su ministerio te
rrenal la misma expresión para referirse a la apostasía que
habría de debilitar a Su iglesia tantos años después:
“ Por tanto, cuando veáis en el lugar santo [tal vez más apropia
damente “el santuario”] la abominación desoladora de que habló el
profeta Daniel (el que lee entienda)” (Mateo 24:15).
Sí; este sistema ‘abominable’ habría de establecerse mien
tras Cristo estuviera desempeñando Su ministerio en el lugar
santo del Santuario Celestial [es decir, entre los años 31 y 1844],
tratando de arrebatarlo de la mente, del conocimiento de los
hombres.
44
CAPÍTULO V
IMPRESIONANTES CHOQUES
DE IMPERIOS EN PROCURA
INSA CIABLE DE PODER
(DANIEL 11:1-20)
47
No explica el profeta la causa de su aflicción, pero muy pro
bablemente estuvo relacionada con la situación que se vivía en
esos días en Palestina, donde el pueblo de los Samaritanos,
celoso de la presencia de los Judíos que habían regresado del
exilio babilónico beneficiados por las generosas provisiones
del decreto de Ciro II el Grande, habían montado un gran ope
rativo de oposición al cumplimiento del decreto. Esa oposición
había llegado al punto de tratar de lograr la anulación de ese
dictamen imperial mediante informes falsos elevados al mo
narca.
49
De esta manera Gabriel se refirió a su responsabilidad en la
supervisión del Imperio Medo-persa, lo que había venido
haciendo desde los días de Darío el Medo [o Ciájares II, su
otro nombre, tío y suegro de Ciro II el Grande] quien asumió
el poder en Babilonia en octubre del 539 a.C., a los 62 años
de edad (5:31). Pero la fecha de las explicaciones que en esas
circunstancias le estaba trayendo Gabriel es la indicada en
10:1, y ya mencionada en los párrafos anteriores, “en el año
tercero de Ciro” (536 a 535 a.C.).
51
Maratón, no muy lejos de Atenas. Darío I el Grande murió seis
años más tarde sin haber logrado vengar esa vergonzosa de
rrota a manos de los atenienses, muy inferiores en número y
en equipo militar. Por lo mismo, en su lecho de muerte solem
nemente encomendó a su hijo Jerjes I la eliminación de esa
afrenta.
Jerjes I intentó cumplirla en dos ocasiones, resultando de
rrotado en ambas. Para la primera logró la alianza de un con
siderable número de naciones y pueblos, nada menos que 40
naciones y un millón de hombres, según el historiador griego
Heródoto. (Este cronista, reconocido erróneamente como el
“Padre de la Historia”, ya que este título corresponde con toda
justicia exclusivamente al israelita Moisés, revela en sus escri
tos una marcada tendencia a exagerar las informaciones que
registra, especialmente cuando trata de destacar la valentía de
los griegos; así que estas cifras desusadamente grandes, en el
mejor de los casos, resultan bastante dudosas).
Durante la segunda Guerra Médica, luego de la victoria del
Paso de las Termopilas, los Medo-persas y sus aliados experi
mentaron un descalabro naval mayúsculo en la batalla de la
bahía de Salamina, frente a El Pireo, el puerto de Atenas (480
a.C.) La tercera de estas guerras culminó con la victoria griega
en Platea y la expulsión definitiva de los Medo-persas de Gre
cia (479 a.C.). (Unos seis años más tarde Jerjes I o Asuero
habría de casarse con la joven judía Ester; y aproximada
mente ocho años después, en el 465 a.C., moriría asesinado).
Es verdad que la contienda continuó por algún tiempo más
en el escenario de las islas del Mar Egeo, pero si algo la carac
terizó fueron las derrotas consecutivas de los Medo-persas, y
finalmente su renuncia definitiva a todo otro intento de conquis
tar tierras en Europa.
El Imperio Greco-Macedónico
Desplaza al Medopersa
Verso 2 Protagonistas Cronología
52
con gran poder habría de transfor- Greco-macedónico de Ale-
y hará su volun- marse en el tercer jandro III (336 a.C.), cuya
tad”. imperio universal, muerte prematura se produ-
el Greco- jo trece años más tarde
macedónico. (323 a.C.).
53
te, tuvo una acción decisiva al frente de la caballería macedó
nica. Un congreso pan-helénico, es decir, con representantes
de todas las ciudades griegas, celebrado en Corinto, le brindó
a Filipo II el apoyo que buscaba. Alistado ya su ejército, y
cuando se aprestaba a cruzar el estrecho de Helesponto (hoy,
Dardanelos) con su ejército, Filipo II fue asesinado (336 a.C.).
54
después también actuaron como “misioneros” del ideal griego
el rey Seléucida Antíoco IV Epífanes (m. 164 a.C.), Octavio o
Augusto, el primer emperador de Roma (m. 14 d.C.) y Nerón,
el último de la dinastía de los Julio-claudinos (m. 68 d.C.).
¿Hubo aún otros después de ellos? Lamentablemente sí, y
no pocos. Entre ellos San Agustín, o Agustín de Hipona (m.
430 d.C.), quien introdujo las ideas de Platón (m. 347 a.C.)
dentro del Cristianismo; y siglos más tarde Santo Tomás o
Tomás de Aquino (m. 1274) quien hizo lo propio con las de
Aristóteles.
Como la teología de Santo Tomás fue declarada normativa
por el papa León XIII (m. 1903), saque el lector las conse
cuencias que proporcionan la respuesta al gran por qué de las
diferencias entre lo que enseña el Catolicismo y el mensaje de
la Biblia. Si todo esto no fuera suficiente, bastaría con leer la
Encíclica Fides et Ratio, promulgada por el Papa Juan Pablo
II el 14 de setiembre de 1998, ensalzando la filosofía griega
como fuente certera de conocimiento y orientación para obis
pos, sacerdotes y laicos en general.
Cuando se contemplan y evalúan las cosas desde el mira
dor más amplio de la gran controversia entre Dios y Su gran
enemigo, Satanás, se comprende mejor que nada ocurre sobre
nuestro mundo fuera de ese significativo contexto. Así resulta
altamente llamativo que la filosofía griega comenzara a expre
sarse coherentemente con Sócrates (m. 399 a.C.), filósofo
griego contemporáneo de Malaquías, el último de los profetas
hebreos de los tiempos del Antiguo Testamento (m.c. 400
a.C ). Concluida con Malaquías la revelación preparatoria
para la primera venida de Cristo ¿podría haber sido que
Satanás eligiera precisamente ese momento para introdu
cir una opción de su invención para la misma, la filosofía
griega?
Los Saduceos, quienes lograron el control del templo de Je-
rusalén y del sistema de sacrificios que se ofrecían en él,
habían sentido el impacto de esa filosofía, por lo que no es de
extrañar que fueran ellos los que más hicieron para que Jesús
de Nazaret no fuera reconocido como el Mesías prometido.
¿No podría estar ocurriendo lo mismo en estos tiempos
previos a la Segunda Venida de Cristo, debido a los que, en
nombre de la religión, patrocinan con tal convicción la misma
filosofía? Realmente es como para pensarlo.
55
Verso 4 Protagonistas Cronología
I_______________________ i i i
56
División Irreparable del
Imperio Greco-Macedónico
Fueron otros, “fuera de ellos”, los generales que se repartie
ron el reino. Después de la batalla de Ipso (301 a.C.), en la
que Seleuco I Nicátor y Ptolomeo I Soter lograron derrotar a
Antígono Monoftálmico y a su hijo Demetrio, Casandro quedó
con Grecia y Macedonia; Lisímaco, con Asia Menor; Seleuco I
Nicátor, con Siria, Mesopotamia, y las provincias orientales del
imperio hasta el límite de la India; y Ptolomeo I Soter, con
Egipto y Palestina. ¿Adquirió alguno de ellos un poder que
pudiera asemejarse al ejercido por Alejandro III Magno? No,
definidamente no, sino que se cumplió exactamente lo pre
anunciado por el ángel, habrían de reinar, sí, pero no “según el
dominio con que él dominó”.
Verso 5 Protagonistas Cronología
58
Antígono II Zeós o Divino (261 a 246 a.C.), hijo de Antíoco
I Soter y nieto de Seleuco I Nicátor.
3ra: 246-241
Ptolomeo III Evérgetes Seleuco II Calínico
59
Ptolomeo III al Ataque
Verso 7 Cronología Protagonistas
Contraataque Seléucida:
Seleuco II y sus Hijos
Verso 9 Protagonistas Cronología
61
Verso 10 Protagonistas Cronología
62
Inmisericorde Derramamiento
de Sangre Humana
Verso 11 Protagonistas Cronología
63
Verso 13 Protagonistas Cronología
66
(nombre derivado de Ar-Rashid, el brazo más occidental del
Nilo, en cuyas orillas se la descubrió) se conserva desde hace
algo más de dos siglos en el Museo Británico; la misma, escri
ta en tres idiomas, jeroglífico, demótico y griego, proporcionó
la clave para el desciframiento de la escritura jeroglífica. Este
fragmento de basalto negro es una porción de una inscripción
en honor a Ptolomeo V por sacerdotes egipcios cuyos templos
este rey liberó de impuestos. De hecho, Eucarístico significa “a
quien dar gracias”).
67
de Jerusalén fue destruido en el año 70 d.C., y toda la ciudad
de Jerusalén corrió la misma suerte 65 años después, como
consecuencia de un intento final desesperado de los judíos,
encabezados por Bar Kojba, de liberarse del yugo romano
(132 a 135 d.C.). Los judíos que lograron sobrevivir fueron
vendidos como esclavos, y se les prohibió, bajo pena de muer
te, regresar a Judea.
La frase “estará en la tierra gloriosa [Judea], la cual será con
sumida en su poder3', expande lo que Gabriel le había anticipa
do unos diez años antes a Daniel:
“ Y el macho cabrío [el Imperio Greco-macedónico] se engran
deció sobremanera; pero estando en su mayor fuerza, aquel gran
cuerno [Alejandro III el Grande] fue quebrado, y en su lugar salie
ron otros cuatro cuernos notables [los cuatro generales que se
dividieron las tierras del Imperio de Alejandro III el Grande] hacia los
cuatro vientos del cielo [los cuatro puntos cardinales]. Y de uno de
ellos [de uno de los “vientos" o puntos cardinales] salió un cuerno
pequeño [Roma, todavía en su fase pagana] que creció mucho al
sur [‘protegiendo’ primero y dominando después a Egipto, la tierra
del rey del Sur, la dinastía de los Ptolomeos], y al oriente [Siria, la
tierra del rey del Norte, la dinastía de los Seléucidas], y hacia la tie
rra gloriosa [Judea]” . (Daniel 8:8, 9).
68
Versículo de difícil comprensión en el original Hebreo:
“Afirmará luego su rostro [Roma] para venir con el poder de
todo su reino”. “Querrá adueñarse de todo el reino del mediodía’’
(NC), “concebirá el proyecto de subyugar a su reino entero” (BJ).
¿A qué se refiere? A los Romanos contra los Ptolomeos. “ ...y
hará con aquel convenios” -¿ quién con quién? Los Romanos
con los últimos monarcas Ptolemaicos. ¿Con qué resultado?
“ ...pero no permanecerá [el reino de los Ptolomeos]” .
Ptolomeo XI [XII, según otras fuentes] Auletes (m. 51 a.C.)
colocó a sus dos hijos, Ptolomeo XII [XIII, según otras fuen
tes] y Cleopatra Vil Zéa Filopator, bajo la protección de Roma.
Gabriel lo había anticipado: “ ...le dará una hija de mujeres...” ,
expresión desusada en Hebreo que enfatiza un notable en
canto femenino, una femineidad especialmente atractiva, la
de Cleopatra Vil, amante sucesiva de los generales romanos
Julio César y Marco Antonio. Las relaciones de este último
con Cleopatra arruinaron completamente su trayectoria mili
tar, al punto de que luego de su derrota ante Octavio, sobri
no-nieto de Julio César, en la batalla naval de Accio, en el
mar Jónico, al Oeste del Peloponeso, se suicidó (30 a.C.).
69
Poderosos Caudillos en
Lucha Sin Cuartel
La última parte del versículo 18 es muy oscura en el origi
nal hebreo: “un príncipe hará cesar su afrenta [es decir, la so
berbia y prepotencia de Julio César, de las cuales proporciona so
brada prueba la historia]”; una traducción mejor de la frase po
dría ser, “un comandante pondrá fin a su insolencia”, en este
caso la orden de Pompeyo que obligó a Julio César a regre
sar a Roma como simple ciudadano (48 a.C.). V aún otra,
también posible, “él [Julio César] cayó víctima de su propia in
solencia", o bien, “hizo [Julio César] que su insolencia recayera
sobre sí mismo”.
‘‘Luego volverá [Julio Julio César y sus Tan sólo poco más
César] su rostro a las asesinos, Bruto, de un lustro, exten
fortalezas de su tierra Casio Longino, y dido desde el re
[consiguió poner en fuga alrededor de 60 greso de Julio Cé
a Pompeyo, derrotándolo senadores. sar a Roma y su
en Grecia y Asia Menor]; proclamación como
mas tropezará y caerá, “dictador vitalicio”
y no será hallado [cinco (49 a.C.) hasta su
años más tarde Julio asesinato (marzo
César fue asesinado (44 15, 44 a.C.).
a.C.)]”.
70
Verso 20 Protagonistas Cronología
2:33: "...sus 7:7: “...he aquí la cuarta 8:9: “Y de uno de ellos [de
piernas, de bestia [Roma], espan uno de “los cuatro vientos
hierro... ” tosa y terrible y en gran del cielo ’] salió un cuerno
manera fuerte, la cual pequeño [el texto omite la
2:40: "Y el descripción de la bestia de
tenía unos dientes
cuarto rei grandes de hierro; devo la cual procedería, ya pro
no [Roma] raba y desmenuzaba, y porcionada en TT\ que
será fuerte las sobras hollaba con creció mucho al sur [el
como hie sus pies, y era muy dife Egipto de los Ptolomeos], y
rro; y como rente de todas las bes al oriente [Siria, el reino
el hierro tias que vi antes de ella, Seléucida], y hacia la tierra
desmenuza y tenía diez cuernos gloriosa [Judea]” [Su cre
y rompe [expresión anticipatoria cimiento hacia el “su r” y el
todas las de la caída y división “oriente”, define su proce
cosas, consecuente del Imperio dencia desde el noroeste,
desmenu en aproximadamente 10 es decir, desde Roma-en
zará y que reinos]”. otras palabras, este poder
brantará habría de ser romano.l.
todo”.
71
Octavio, sobrino nieto de Julio César, tomó el control polí
tico de Roma-de hecho, él fue el verdadero fundador del Impe
rio Romano. Castigó a los sublevados, y, luego de la derrota y
suicidio de Marco Antonio (31 a.C.) quedó como único gober
nante de Roma. El suicidio de Cleopatra Vil Zéa Filopator (30
a.C.) terminó con la dinastía de los Ptolomeos, y Egipto fue
transformado en una provincia romana; con ello todo lo que
había sido el imperio de Alejandro III el Grande llegó a su fin.
Ahora Roma pasó a ser simultáneamente “rey del Norte”
(dueña del territorio de los Seléucidas) y “rey del SurJ’ (tam
bién del de los Ptolomeos). Conviene recordar que lo que hizo
que a los monarcas Seléucidas se los refiriera como “rey del
Norte’’ fue no solamente por la localización de su reino al norte
de Judea, sino también, y muy especialmente, por la posesión
de Babilonia, reiteradamente referida como reino "del norte’’
en la profecía de Jeremías (1:13,14; 4:6; 25:9; etc.).
Daniel 11:1 al 20
en Apretada Síntesis
Dejamos completada así la interpretación de los primeros 20
pasajes de Daniel 11, en los que se cubren nada menos que
549 años de Historia, extendidos entre el año tercero del rey
medo-persa Ciro II el Grande (536/535 a.C.) hasta la muerte
del primer emperador romano, Octavio o Augusto (14 d.C.).
Los ágiles trazos de las explicaciones de Gabriel ofrecen un
apretado resumen del pináculo y colapso del segundo imperio
universal, Medo-persia; del encumbramiento meteórico del
73
macedonio Alejandro III Magno y su muerte prematura (336 a
323 a.C.); del desmembramiento de su vasto imperio, el más
grande de los establecidos hasta entonces, entre cuatro de sus
generales (301 a.C.); de la desaparición prematura de dos de
los cuatro, Casandro y Lisímaco; de las interminables luchas
entre los dos sobrevivientes, Seleuco I Nicátor y Ptolomeo I
Soter, y sus descendientes (301 a 198 a.C.); y de la eventual
caída de los reinos establecidos por ellos ante el irrefrenable e
implacable surgimiento del cuarto y último imperio universal, el
imperio de hierro, Roma, completado por Octavio o Augusto
(198 a.C. a 14 d.C.).
Estamos ahora en condiciones de seguir a Gabriel en sus
anticipaciones proféticas concernientes a la transición de la
Roma de los Césares a la Roma de los obispos o pontífices
de Roma, los Papas.
74
CAPITULO VI
DE PAGANISMO A
CRISTIANISMO PAGANIZADO:
LA SEGUNDA ROMA
(DANIEL 11:21-30)
75
palabras de la expresión latina, pater patruum, “padre de pa
dres”, con la que comenzó a referírselos).
Es de destacar nuevamente la extraordinaria presciencia de
Dios y la notable capacidad de síntesis exhibida por Gabriel,
resumiendo la historia de nada menos que dieciocho siglos de
la institución papal en apenas 10 versículos (vv. 21-30), y
haciendo lo mismo con la teología de la misma institución y
sus resultados en tan sólo 9 versos más (31-39). Lo notable
del caso es que estos mismos temas han demandado a histo
riadores y teólogos centenares de gruesos volúmenes, todos
ellos deficitarios con relación al verdadero significado de los
acontecimientos que registraron, lo que no ocurre con las ex
plicaciones de Gabriel.
Con estas observaciones en mente comencemos nuestro
estudio de este significativo pasaje.
Impresionante Desplazamiento de la
Roma Pagana por el “Despreciable”
Verso 21 Protagonistas Cronología
77
Continuando con la descripción contenida en el capítulo 7:
“Mientras yo contemplaba los cuernos
[es decir, después de la caída de Roma en el año 476, cuando el Im
perio ya se había dividido en aproximadamente 10 reinos],
he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos
[una mejor traducción sería referirlo como “un cuerno insignificante en
sus comienzos” o “surgiendo de la insignificancia o insignificantemen
te’],
y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros
[tres reinos germánicos que desaparecieron entre el 493 y el 554
d.C., Hérulos, Vándalos y Ostrogodos];
y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una bo
ca que hablaba grandes cosas” (Dan 7:8).
Un poco más adelante en el mismo capítulo 7 de Daniel, en
palabras de Gabriel:
“La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será
diferente de todos los otros reinos
[porque a diferencia de los imperios anteriores, terminaría incursio-
nando en el ámbito de lo religioso],
y a toda la tierra devorará, trillará y despedazará. Y los diez cuer
nos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes
[descripción de la fragmentación del colosal Imperio Romano];
y tras ellos se levantará otro, el cual será diferente de los prime
ros
[expresión que define el tiempo en el cual habría de hacerse notable
esa diferencia en relación a ios otros reinos-es decir, después del
año 476 d.C.],
y a tres reyes derribará
[los tres reinos germanos ya mencionados, Hérulos, Vándalos y Os
trogodos] (7:24).”
Todavía en la explicación de Gabriel:
“Y hablará palabras contra el Altísimo
[lo mismo que aparece en varios otros pasajes de Daniel y el Apoca
lipsis, como “grandes palabras” y “blasfemias”, expresiones referidas
a la pretensión de atributos divinos por parte del poder simbolizado
por el “cuerno pequeño’],
78
y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los
tiempos y la ley
[expresión simbólica con un significado doble: por un lado, trataría de
arrebatarle a Dios el control de la Historia (ver Dan. 2:21) y, por el
otro, se ensañaría especialmente contra el elemento “tiempos” en la
Ley de Dios-es decir, contra el cuarto mandamiento del Decálogo,
que establece la relación entre los dos “tiempos”, el tiempo secular
(“seis días trabajarás, y harás toda tu obra”, Exo 20:9) y el tiempo
sagrado (“mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no
hagas en él obra alguna”, Exo 20:10)]-,
y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio
tiempo
[esto es, tres y medio años o 42 meses o 1.260 días proféticos-es
decir, 1.260 años literales, extendidos, como lo prueba la Historia,
entre 538 a 1798].
Pero se sentará el Juez
[escena parcialmente descñpta en los versos 9 y 10, introduciendo el
Juicio Investigador; y más explicitado en Daniel 8 : 1 4 como habiendo
de comenzar en octubre de 1844],
y le quitarán su dominio
[al “cuerno pequeño”]
para que sea destruido y arruinado hasta el fin” (7:25, 26).
En estos pasajes no se menciona ni se sugiere siquiera una.
secuencia de emperadores, sino que del surqimientojlel Jropfi^
rio se pasa directamente al del Papado. Es de notar el carácter
romano de la institución papal, va que surge de la cabeza
misma de la cuarta bestia. ¿Cuándo? Después que cayera el
Imperio (476 d.C.) v se fragmentara en un buen número de
reinos menores. De hecho, en alusión a su surgimiento el ver
so. 8 declara, “delante de él fueron arrancados tres cuernos de
los primeros”, y la Historia lo corrobora con una precisión
asombrosa: por influencia del papado fueron desarraigados los
ya mencionados Hérulos (493 d.C/), Vándalos (534 d.C.) y Os
trogodos (entre 538 y 554 d.C .)./
Retornando ahora a nuestro interrogante: según el cap. 7
¿quién es este “despreciable” mencionado en 11:21? ¿Tiberio
César, el segundo emperador romano? No, sino única v exclu
sivamente el sistema político-religioso encabezado por el obis
po de Roma. Con la descripción del mismo que ofrece el capí
tulo, ¿cómo no habría de ser “despreciable” un poder tal a la
vista de Dios?
79
¿Qué acerca del cap. 8? Como es de esperarse, ya que am
bos capítulos registran y explican parcialmente “la visión”, la
coincidencia del cap. 8 con la identificación del “despreciable”,
proporcionada por el cap. 7, es total:
“Y de uno de ellos
[de uno de los cuatro vientos o puntos cardinales referidos en el verso
8]
salió un cuerno pequeño
[Roma, en su fase pagana]
que creció mucho al sur
[poniendo fin al reino de los Ptolomeos (Egipto), en el año 30 a.C.] ,
y al oriente
[transformando el reino de los Seléucidas (Siria) en provincia romana,
en el año 64 a.C.] ,
y hacia la tierra gloriosa
[haciendo lo mismo con el reino de Judea (Palestina) en el año 63
a.C.] .
Y se engrandeció hasta el ejército del cielo
[Roma, ahora en su fase religiosa];
y parte del ejército y de las estrellas
[referencia al pueblo de Dios (ver Dan. 12:3)]
echó por tierra, y las pisoteó (8:9, 10)”.
Siempre de acuerdo con el cap. 8,
“Aun se engrandeció contra el príncipe de los ejércitos
[mencionado como “Príncipe de los príncipes” en el verso 25; para su
identificación con Cristo, ver Josué 5:13-15] ,
y por él
[una traducción mejor permite leerlo como “de él”, es decir, del “prín
cipe de los ejércitos”]
fue quitado el continuo sacrificio
[“sacrificio” no aparece en el original hebreo, por lo que resulta mejor
sustantivar el adjetivo “continuo”, transformándolo así en “continui
dad”],
y el lugar de su santuario
80
[el Santuario Celestial, escenario en el cual el “príncipe de los ejérci
tos” lleva a cabo la obra referida como “continuidad”-esto es Su ma
ravillosa intercesión en beneficio de aquellos que por fe lo aceptan
como su Salvador personal]
fue echado por tierra
[expresión de profundo contenido simbólico, referida a la sustitución o
falsificación de la “continuidad” de Cristo por parte del “cuerno peque
ño” romano]” (8:11.)
“Y a causa de la prevaricación
[es decir, una gran apostasía, un total abandono de la verdad, como
lo revelan las siguientes expresiones utilizadas por Gabriel: “cuando
los transgresores lleguen al colmo, se levantará un rey altivo de rostro
y entendido en enigmas (8:23)”; “su poder se fortalecerá, mas no con
fuerza propia; y causará grandes ruinas, y prosperará, y hará arbitra
riamente, y destruirá a los fuertes y al pueblo de los santos (8:24)”; y
"con su sagacidad hará prosperar el engaño en su mano (8:25)”]
le fue entregado el ejército junto con el continuo sacrificio
[“continuidad”];
y echó por tierra la verdad
[¿cuál “verdad”?: la de la obra de Cristo en favor del hombre, tanto en
el sacrificio de Sí mismo en la Cruz, donde las demandas de la Ley
divina quedaron totalmente satisfechas, como en el Santuario Celes
tial, desde donde Cristo aplica los méritos de Su sacrificio expiatorio a
todo aquel que los acepta por fe]
e hizo cuanto quiso, y prosperó (8:12).”
Hasta aquí la descripción proporcionada por Daniel de lo que
se le mostró en visión.
Ahora, en la explicación proporcionada por Gabriel al profeta:
“Y al fin del reinado de éstos
[cuando desaparecieran los reinos que habían surgido de la fragmen
tación del Imperio Greco-macedónico-es decir, ya en tiempos del
Imperio Romano],
cuando los transgresores lleguen al colmo
[es decir, cuando el Imperio Romano cediera su lugar a una nueva
Roma, apóstata],
se levantará un rey altivo de rostro y entendido en enigmas
[el líder religioso de esa nueva Roma, su obispo].
Y su poder se fortalecerá, mas no con fuerza propia
81
[sus intrigas habrían de permitirle hacer que sus enemigos se destru
yeran o debilitaran mutuamente];
y causará grandes ruinas, y prosperará, y hará arbitrariamente, y
destruirá a los fuertes y al pueblo de los santos. Con su sagaci
dad hará prosperar el engaño en su mano; y en su corazón se
engrandecerá, y sin aviso
[es decir, inadvertidamente, sorpresivamente, traicioneramente]
destruirá a muchos; y se levantará contra el Príncipe de los prín
cipes
[tratando de impedir que el conocimiento de Su “continuidad” salvado
ra llegara la gente],
pero será quebrantado, aunque no por mano humana
[¿cuándo? al concluir el Juicio Investigador, como lo anticipó Gabriel
en 7:26: “Pero se sentará el Juez, y le quitarán su dominio para que
sea destruido y arruinado hasta el fin” (8:23-25).]
A la manera de una síntesis: una vez que se dividiera el Im
perio Greco-macedónico instaurado por Alejandro III el Gran
de, y sus cuatro fragmentos fueran paulatinamente conquista
dos por Roma, haría su aparición el mismo “cuerno pequeño”
referido en el cap. 7. Su surgimiento habría de ser el resultado
de “la prevaricación”, “la transgresión” (VM), “la iniquidad”, “el
pecado” (8:12).
¿Cuándo habría de producirse ese surgimiento? Según el
verso 23, “Cuando los transgresores lleguen al colmo”, “cuando
se completen las prevaricaciones” (NC), “cuando los transgresores
lleguen al colmo de la maldad” (VM) —en otras palabras, cuando
en el seno de la Iglesia Cristiana se implantara una apostasía
arrogante y osada.
¿Quién es entonces este “despreciable”
de Daniel 11:21 de acuerdo
con la evaluación divina?
Cuando se leen los pasajes citados en los párrafos previos
la identificación del mismo se impone por encima de toda du
da: no Tiberio ni ningún otro emperador romano, sino única y
exclusivamente la apostasía representada por el sistema pa
pal. Habría de surgir imperceptiblemente, sigilosamente, sin
que nada pudiera preverlo, es decir “sin aviso” (8:25; 11:21).
Como ya lo hicimos notar, la expresión “cuerno pequeño” en el
original es “cuerno de la insignificancia”, tan insignificante sería
en sus comienzos; sin embargo, habría de crecer hasta ser
82
es decir, más que los otros
“m á s g ra n d e q u e s u s c o m p a ñ e r o s ”,
“c u e r n o s ” o divisiones del Imperio Romano (7:20).
¿Cuál habría de ser la estrategia
para este crecimiento tan asombroso?
“Tomará el reino con halagos”, “por la intriga” (NC) (11:21).
¿Qué “halagos”? Promesas de salvación halagadoras; salva
ción sin necesidad de un arrepentimiento genuino, sin necesi
dad de reparación del mal infligido a otros; salvación mediante
los así llamados sacramentos, las indulgencias, las absolucio
nes, la intercesión de los santos, etc., promesas de salvación
e n el pecado, es decir, sin necesidad de renunciar al mismo,
ya que aún a los muertos, presuntamente en el Purgatorio,
este sistema apóstata ofrece recursos de salvación, etc. ¿
Las expresiones del cap. 8 son similares en todo: por ejem
plo, vv. 24, 25 (especialmente el 25); “con su sagacidad hará
prosperar el engaño en su mano”: “Por su habilidad triunfará el
engaño entre sus manos” (BJ); “e l é x ito d e s u s in t r ig a s ” (NC);
“c o n s u a s tu c ia h a r á p r o s p e r a r e l fr a u d e e n s u m a n o ” (VM).
¿A quién apuntan todas estas declaraciones? Una evalua
ción de la Historia, no desde el mirador confuso de tantas filo
sofías como las que infructuosamente tratan de interpretarla,
sino desde el proporcionado por el certero contexto de la Pala
bra de Dios, nos permite comprender que antes de la Cruz el
mundo estaba en buena medida a merced de aquel ser a
quien Adán tristemente entregó el dominio que Dios con tanta
generosidad le había confiado a él. Al accionar de ese nuevo
príncipe del mundo Dios lo caracterizó así a través de Isaías:
“...hacía temblar la tierra,...trastornaba los reinos;...puso el mun
do como un desierto,...asoló sus ciudades,...a sus presos nunca
abrió la cárcel” (Isaías 14:16, 17).
83
habrían de serle arrebatadas a ese ser anti-Dios. Dios enviaría
su siervo, el Siervo Sufriente, de quien se expresó así:
"Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la ma
no; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las
naciones, para que abras los ojos de los ciegos, para que saques
de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran
en tinieblas” (Isaías 42 : 6, 7).
Y algunos capítulos más adelante, el profeta registró la
aceptación de esa misión por parte del Siervo:
"El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me un
gió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abati
dos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad
a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel” (Isaías 61:1).
De la confrontación que habría de tener con ese carcelero
anti-Dios, Cristo no dejó lugar a dudas, cuando en la sinagoga
de Nazareth, al comienzo mismo de Su ministerio, repitió ante
Sus asombrados oyentes la aceptación de Su misión con las
palabras del verso recién citado. Durante Su ministerio de algo
más de tres años de duración derrotó a ese enemigo anti-Dios
en todos los frentes, y al morir sobre el madero le arrebató de
finitivamente las llaves de la “cárcel”.
En palabras del apóstol:
"Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre,
él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la
muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo y
librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante
toda la vida sujetos a servidumbre” {Hebreos 2 : 14, 15).
Es por eso que dirigiéndose a Sus seguidores puede decir
les, "No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y es
tuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos,
amén. Y tengo las llaves de la muerte y del sepulcro” (Apocalipsis
1:18).
85
Las explicaciones de Gabriel continúan el tema del encum
bramiento progresivo del obispo de Roma: habría de ser senci
llamente irrefrenable ya que nada ni nadie estaría en condicio
nes de impedirle el acceso al poder. La metáfora utilizada por
Gabriel lo describe “como inundación de aguas”, o “con la fuer
za de un diluvio”. Siglos más tarde San Juan habría de em
plear un lenguaje similar en Apocalipsis 12:15, 16, donde tres
veces aparece el sustantivo “río”, como referencia simbólica a
la persecución del mismo poder en contra del pueblo de Dios
es decir, el río Eufrates simbólico, el río de Babilonia, también
simbólico después del evento de la Cruz.
En cuanto a la expresión “las fuerzas enemigas”, la misma
identifica en forma genérica a quienes se atrevieran a oponer
se a ese enaltecimiento de la Roma religiosa. El “príncipe del
pacto” que habría de ser destruido (“se levantará contra el
Príncipe de los príncipes”, 8:25), no es otro que Cristo Jesús;
y Su destrucción, la substitución del conocimiento de Su “con
tinuidad” en el Santuario Celestial, por la “abominación desola
dora”, proceso que se fue desarrollando durante un par de si
glos, especialmente entre las actuaciones de Constantino I el
Grande (m. 337) y Justiniano (m. 565), con el monarca Franco
Clodoveo I, quien tanto hizo en favor de la institución papal (m.
511), de por medio, y posteriores.
Verso 23 Protagonistas Cronología
86
La identificación de estos protagonistas del mencionado
“pacto”, importante como lo es, requiere de una breve explora
ción del lenguaje empleado en las profecías. Así en Jeremías,
el reino del Norte es Babilonia, y el del Sur, Egipto-el “Norte”
se describe como estando a orillas del río Eufrates, es decir, la
ciudad de Babilonia [“No huya el ligero, ni el valiente escape; al
norte junto a la ribera del Eufrates tropezaron y cayeron...en tierra del
norte junto al río Eufrates” (Jeremías 46:9, 10)].
87
las ruinas del Imperio Romano, es decir, el Papado. Resta
ahora la identificación del segundo “é/”--el "él” explícito en este
verso. La misma resulta más sencilla porque el mismo es
mencionado como “rey del Sur” en los versículos 25 y 40-el
Egipto simbólico posterior al suceso de la Cruz.
En cuanto a Egipto, siempre es referido como localizado en
el Sur [ “Becerra hermosa es Egipto; mas viene destrucción, del
norte viene...Se avergonzará la hija de Egipto; entregada será en
manos del pueblo del norte” (Jeremías 46:20, 24). Si la des
trucción habría de sobrevenirle desde el Norte, es lógico supo
ner a Egipto como estando al Sur, lo que también se ve corro
borado por una simple mirada a cualquier mapa de las tierras
del Cercano Oriente. (Énfasis suplido.)]
88
Egipto vuelve a ser mencionado en las páginas del Nuevo
Testamento (Apocalipsis 11:8), como actuando en los tiempos
cuando estuvieran llegando a su fin los 42 meses o 1.260 días
proféticos (versos 2. 3V es decir, en las postrimerías del siglo
XVIII. Como lo anticipado por el Apocalipsis referente a Egipto
habría de darse muchos siglos después del evento de la Cruz.
se descarta toda literalidad geográfica en el texto. “Y sus ca
dáveres [los de los “dos testigos” de Dios (versos 3-7)-el Anti
guo y el Nuevo Téstamentosl estarán en la plaza de la grande
ciudad gue en sentido espiritual se llama Sodoma v Egipto,
donde también nuestro Señor fue crucificado [la imposibilidad
geográfica de semejante “grande ciudad”, subraya el carácier
simbólico del pasaje] ” (Apo. 11:8). ¿Cómo identificar estos
símbolos -“Sodoma”. “Egipto” v "donde también nuestro Señor
fue crucificado"--es decir. Jerusalén. donde Cristo fue crucifi-
_cado?
Elena White lo hace con una solvencia histórica irrefutable :
“La 'gran ciudad’ en cuyas calles son asesinados los testigos y
donde yacen sus cuerpos muertos, ‘se llama simbólicamente
Egipto.’ De todas las naciones mencionadas en la historia de la
Biblia, fue Egipto la que con más osadía negó la existencia del
Dios vivo y se opuso a sus mandamientos. Ningún monarca
resistió con tanto descaro a la autoridad del cielo, como el rey
de Egipto. Cuando se presentó Moisés ante él para comunicar
le el mensaje del Señor, el faraón contestó con arrogancia:
‘¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel?
Yo no conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel.’ (Éxodo
5: 2.)/Esto es ateísmo; y la nación representada por Egipto iba
a oponérse~de üñ modo parecido a la voluntad del Dios vivo, y
a dar_. pruebas del mismo espíritu de increduIidad_y_desconfian-
za.(La ‘gran ciudadj. es también comparada(^s¡mbólicamente’
cgn^Sódoma.iLa corrupción de Sodoma al quebrantar la ley de
Dios fue puesta de manifiesto especialmente en la vida disolu
ta. Y este pecado iba a ser también rasgo característico de la
nación que cumpliría lo que estaba predicho en este pasaje.
“En conformidad con lo que dice el profeta, se iba a ver en
aquel tiempo, poco antes del año 1798, que un poder de ori
gen y carácter satánicos se levantaría para hacer guerra a la
Biblia. Y en la tierra en que de aquella manera iban a verse
obligados a callar los dos testigos de Dios, se manifestarían el
ateísmo del faraón y la disolución de Sodoma.
89
“Esta profecía se cumplió de un modo muy preciso y sor
prendente en la historia de Francia [la Francia de la Revolución
Francesa, de 1789 en adelante].” 1
¿Adonde queremos llegar con todo esto? A la verdadera
identificación de los dos actores referidos en Daniel 11:23,
implícita o explícitamente como “él”, uno de ellos, el "rey del
Norte”; y el otro, el “rey del Sur”. Originalmente, dos naciones
del pasado, cada una de ellas caracterizada por una naturale
za específica: el “rey del Norte”, Babilonia, una potencia re
presentativa de una religión falsa; y el “rey del Sur”, Egipto,
una potencia de tendencias definidamente ateas.
Pero hay todavía más. En Daniel 11:5 al 15, como ya lo
apreciamos, dos de los fragmentos del Imperio de Alejandro III
Magno aparecen simbólicamente referidos como “rey del Nor
te” (los Seléucidas, en Siria) y “rey del Sur” (los Ptolomeos, en
Egipto). ¿Por qué se los refiere así? Por dos razones:
0 Primera, porque los Seléucidas dominaron las tierras que
habían pertenecido a Babilonia, y heredaron mucho de lo que
habían sido la cultura y la religión babilónicas; lo mismo puede
decirse de los Ptolomeos en Egipto.
# Segunda, por su misma posición geográfica respectiva con
relación a Judea y su capital Jerusalén-los Seléucidas al Norte
y los Ptolomeos al Sur.
¿Flay más todavía? Sí. Cuando las fuerzas romanas, enca
bezadas por Pompeyo, tomaron posesión del reino de los Se
léucidas (64 a.C.), Roma pasó a ser el nuevo “rey del Norte”; y
cuando hicieron lo mismo con el de los Ptolomeos, luego de
los suicidios de Marco Antonio y Cleopatra Vil, Roma se trans
formó también en el nuevo “rey del Sur” (30 a.C.). Con la
muerte de Cristo Jesús sobre la cruz, Judea y Jerusalén cesa
ron en su carácter de gran centro geográfico de referencia de
la Biblia, y con ello caducó el carácter literal de todas las refe
rencias geográficas contenidas en las profecías. Llegamos así
a una conclusión extremadamente significativa: La apertura de
la Era Cristiana contempló al Imperio Romano, establecido
pocos años antes, como siendo simultáneamente “rey del Nor
te” y “rey del Sur”, único poder político-religioso de importancia
del mundo de aquellos días. Siglos más tarde, colapsado ya el
Imperio, y disuelta la unidad político-religiosa encarnada en el
emperador, el nuevo y flamante poder religioso, el mismo que
según la predicción habría de aparecer en forma insignificante
90
y como consecuencia de una gran apostasía, el sistema papal,
pasó a ser la continuidad de la vieja Babilonia, ahora una Babi
lonia espiritual, el “rey del Norte”; y el nuevo poder político,
secular o civil, muy fragmentado al principio, el nuevo “rey del
Sur”.
El siguiente diagrama resume lo que podríamos referir como
el “peregrinaje” de los variados significados respectivos de los
símbolos referidos como “rey del Norte” y “rey del Sur”:
313-538 a.C. y
Siglo VI -301 a 30 30 a.C. a 312- hasta el
a.C. a.C.: 538 d.C.: regreso de
Cristo:
91
Así, los dos “él” involucrados son el poder religioso o Papado
y el poder político o Estado. El “pacto” entre ambos requirió un
proceso no menor de dos siglos, pero una vez establecido, el
Papado pudo disponer de las fuerzas que necesitaba para im
ponerse al Estado y comenzar a perseguir a los disidentes re
ligiosos.
El Principio de la Bestia
En síntesis, este “pacto” no fue otra cosa que la instauración
del así llamado “principio de la bestia”-es decir, la unión de
Iglesia y Estado, con la Iglesia dominando y controlando al
Estado. (E s b u e n o a c la r a r q u e e l té rm in o “b e s t ia ” e n e s te c o n
te x to n o c o n lle v a n a d a d e in s u lta n te o p e y o ra tiv o , s in o q u e s e
tra ta ta n s ó lo d e u n s ím b o lo , a s í c o m o m u c h a s n a c io n e s tie n e n
92
c o m o s ím b o lo d e s u s e r o id e n t id a d n a c io n a l a lg ú n a n im a l, a v e
o flo r.).
93
ése habría de ser el tiempo de su accionar victorioso (538 a
1798). (Conviene aclarar que ‘e th no es equivalente del ara-
meo ‘iddan, de Daniel 7:25, ni del hebreo m o’ed, de Daniel
12:7, traducidos como “tiempo” --“tiempo, y tiempos, y medio
tiempo”.].
Un arma poderosa:
La Interdicción o Entredicho
El arma más poderosa del arsenal papal fue siempre la “in
terdicción” o “entredicho”, términos que designaban la suspen
sión de la religión y culto católicos en una determinada región,
mantenida por todo el tiempo necesario hasta tanto las autori
dades de la misma se doblegaran en acatamiento de las impo
siciones y demandas de Roma. De hecho, como lo prueba la
Historia hasta el cansancio, no había poder secular alguno que
pudiera resistir exitosamente una interdicción. Las autoridades
civiles siempre terminaban obedeciendo. La humillación de
Enrique IV, monarca del Sacro Imperio Romano Germánico,
ante el Papa Gregorio Vil en Canossa, Italia (1077) se trans
formó en el ejemplo clásico del poder irresistible de una inter
dicción papal. Por ser ilustrativo de numerosas instancias simi
lares, convendrá dedicarle algunos párrafos.
Primeramente en palabras de Elena White: “Las pretensio-
nes papales dieron otro paso más cuando en el siglo XI el pa
pa Gregorio Vil proclamó la perfección de la iglesia romana.
Éntre las proposiciones que él expuso había.una que declara
ba que la iglesia no había errado nunca ni podía errar, según
las Santas Escrituras. Pero las pruebas de la Escritura faltaban
paraba novar e! aserto. El altivo pontífice reclamaba además
para sí el derecho de deponer emperadores, y declaraba que
ninauna sentencia pronunciada por él podía ser revocada por
94
Habiendo llegado al castillo donde Gregorio se había retirado,
fue conducido, despojado de sus guardas, a un patio exterior,
y allí, en el crudo frío del invierno, con la cabeza descubierta,
los pies descalzos y miserablemente vestido, esperó el permi
so del papa para llegar a su presencia. Sólo después que hubo
pasado así tres días, ayunando y haciendo confesión, condes
cendió el pontífice en perdonarle. Y aun entonces fuéle conce
dida esa gracia con la condición de que el emperador espera
ría la venia del papa antes de reasumir las insignias reales o
de ejercer su poder. Y Gregorio, envanecido con su triunfo, se
jactaba de que era su deber abatir la soberbia de los reyes.
“¡Cuán notable contraste hay entre el despótico orgullo de
tan altivo pontífice y la mansedumbre y humildad de Cristo,
quien se presenta a sí mismo como llamando a la puerta del
corazón para ser admitido en él y traer perdón y paz, y enseñó
a sus discípulos: ‘El que quisiere entre vosotros ser el primero,
será vuestro siervo’! (S. Mateo 20: 27.)”. 2
¿Cuál fue el escenario de esa humillación imperial? El casti
llo-fortaleza de Canossa (nombre que significaba “cueva o
guarida de fieras,” en el lenguaje de los Lombardos), sobre el
Monte Cenis, de algo más de 600 m de altura. Esa fortaleza
pertenecía a Matilde, única dueña de inmensas porciones de
Italia, y amiga íntima del papa--(el esposo de Matilde, Godo-
fredo el Jorobado, había sido asesinado durante ese mismo
año). La fecha, enero 25 a 28, 1077. Los protagonistas, el
monarca más poderoso del mundo de aquel entonces, el em
perador del Sacro Imperio Romano Germánico, Enrique IV, de
21 años, y el Papa Gregorio Vil, de 52 años, durante el cuarto
año de su pontificado. Ocasión: La humillación forzada del
emperador ante el papa.
¿Cómo se había llegado a esa situación? Cuando el papa
Alejandro II murió en abril de 1073, los cardenales eligieron a
Hildebrando, famoso monje del monasterio de Cluny, Francia,
como papa Gregorio Vil, sin buscar primeramente la confirma
ción del imperio. En palabras del historiador jesuíta Malachi
Martin, “De allí emergió [Hildebrando o Gregorio Vil] fanático,
implacable, devoto a la religión, para servir como ministro de
cinco papas y como legado de cuatro de ellos [antes de su
elección papal, claro está]. La mayoría de ellos fueron mons
truos ante sus ojos-y lo habrían sido también a los ojos de
cualquier persona normal”. 3
95
”EI mundo de Gregorio estaba dominado por la iglesia y los
emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico. Iglesia y
Estado. Lo espiritual y lo temporal. El papa como monarca de
lo espiritual, el emperador como monarca de lo temporal. La
relación entre los dos había pasado por varias alternativas, el
papa y el emperador tratando de inmiscuirse aquí y entrome
terse allá el uno en los asuntos del otro; esencialmente, no
obstante, los dos permanecían iguales, compartiendo el mun
do de la humanidad. La gran empresa de Gregorio: someter lo
temporal, todo el poder temporal, bajo su control espiritual. Era
una proposición sencilla, y como t^l una aventura imposible”.4
El Papa Gregorio Vil, en prosecución de su sueño, había
elaborado 20 principios de su política, de los cuales los si
guientes sirven como ejemplos:
• “ Únicamente el Papa tiene derecho de usar las insignias impe
riales” .
• “ Solamente el Papa puede ofrecer su pie para ser besado por
los príncipes” .
• “ Solamente el Papa tiene el derecho de deponer emperadores
y reyes” .
• “ El Papa no puede ser juzgado por nadie” .
• “ El Papa puede liberar a los súbditos de la obediencia a go
bernantes injustos” .
• “ Su nombre, Papa, es único [supremo] en el mundo” .
Gregorio Vil se dedicó con singular energía a poner fin a tres
prácticas que conspiraban contra su sueño:
1. La introm isión imperial en los asuntos eclesiásticos.
2. El casamiento del clero.
3. La simonía o práctica de comprar los puestos jerárquicos
eclesiásticos.
Además, en sus cartas (se conservan centenares de ellas)
sostuvo que:
• todas y cada una de las naciones de Europa Occidental eran
sus vasallos,
• que todas las cosas materiales y mundanas debían pertenecer
a la Iglesia y a su Papa, y,•
• que todos los ejércitos de Europa debían combinarse y ser
colocados a disposición del Papa a fin de luchar contra Mu
sulmanes, Griegos [Ortodoxos] y Normandos [Vikingos].
96
No fue de extrañar la reacción que sacudió a Europa-todo el
continente ardió de indignación, y se dieron varios complots
para asesinarlo. Todo esto hizo inevitable la confrontación con
el emperador Enrique IV.
El emperador hizo caso omiso de todas las exigencias y bra
vuconadas de Gregorio Vil, y siguió invistiendo a clérigos con
tierras y beneficios. Gregorio le escribió dos cartas extrema
damente severas. En la primera le ordenó reconocer que era
un gran pecador; en la segunda, le exigió una confesión escri
ta, juntamente con una expresión de pesar, y notarizada o cer
tificada por un obispo de la elección de Gregorio. El joven e
inexperto emperador (tenia 19 años en ese entonces) cayó en
la trampa: reunió un concilio de obispos en Worms (1075) que
depuso a Gregorio. Comunicándole esta decisión el emperador
escribió al papa: “ Enrique, Rey por la voluntad de Dios, dice
a Hlldebrando, quien no es papa sino solamente un monje
mentiroso y traicionero! ¡Desciende del trono de Pedro!
¡Desciende! ¡Desciende!”.
El siguiente movimiento representó un verdadero jaque mate
del papa al emperador: “Gregorio excomulgó a todos y cada
uno de los asociados de Enrique. Enrique mismo fue colocado
bajo un entredicho o excomunión especial que establecía que
de allí en adelante nadie le debía alianza alguna al emperador.
...cualquiera estaba autorizado a apoderarse de las propieda
des de Enrique, y aun de quitarle la vida.” A eso se sumaron
dos acciones mas:
Primera: La decisión de un concilio de obispos germanos,
que declaraba que, “A menos que el emperador, antes del 2 de
febrero de 1077, sea liberado del entredicho y de la excomu
nión que le impusiera el papa, el emperador será condenado,
depuesto y exiliado por sus propios súbditos”.
Segunda: Otra comunicación de Gregorio Vil: “Viajaremos
personalmente a Alemania para poner las cosas en orden en
la iglesia”. 5
Demasiado tarde percibió Enrique IV la magnitud del proble
ma. No le quedaba otra alternativa sino la de ir a Italia y humil
demente pedir perdón al papa; y eso fue lo que hizo. Gregorio
Vil supo que venía, pero como no conocía las intenciones del
emperador, dejó Roma y se refugió en la fortaleza de Canos-
sa, perteneciente a su amiga Matilde, la persona más podero
sa en la Italia de ese entonces. La fortaleza “estaba defendida
97
por multitud de hombres armados. Caballeros en toda su ar
madura. Arqueros. Lanceros. Maceras. Calderos con aceite
hirviendo humeaban desde las almenas más elevadas. Monto
nes de rocas y piedras, y antorchas alquitranadas listas para
ser encendidas estaban preparadas en pilas. El tiempo era
propio de la estación: frío, tempestuoso, con ventarrones inmi-
sericordes; ocasionales cortinas rasantes de granizo y lluvia;
cielos oscuros y amenazadores por todos lados. Nada del
mundo podía verse en las planicies que se extendían al pie del
Monte Cenis”.6
Pero no, no había razón para temer. Enrique dejó sus tropas
a distancia, y el 25 de enero de 1077, comenzó su vigilia de
tres días y sus noches, en el frío, mientras más y más obispos
de Alemania llegaban y se unían a él para suplicar el perdón
papal. Enrique “es joven, de aproximadamente 1,65 m. de
estatura. Viste la armadura de un caballero, cubierta con un
rústico manto pardo de arpillera (o cilicio). A su lado sobre el
suelo, yelmo, espada y escudo. Su rostro y sus manos están
morados de frío. Su cabeza está descubierta, con excepción
de una delgada banda de oro que sólo usan los reyes. Porque
este es el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico,
de 21 años, Enrique IV, de la familia germana Salía. El es el
más poderoso gobernante de Europa entre Irlanda y Constan-
tinopla, entre Noruega y el norte de África. Continuamente ele
va sus manos. Alternativamente habla o grita, llorando copio
samente. Lágrimas reales. Cada quinta palabra de sus labios
es o ‘perdón’ o ‘pesaroso’ o ‘arrepentido’ o ‘penitencia’ o ‘mise
ricordia’ u otras parecidas. Llegó en la mañana del 25, y ha
estado arrodillado la mayor parte del tiempo, levantándose
ocasionalmente en busca de alivio por la posición, con los ojos
permanentemente fijos en una ventana muy arriba en las mu
rallas [de la fortaleza] de Canossa.” 7 Todo el tiempo se ve
gente atisbando por esa ventana, especialmente Gregorio Vil y
su amiga Matilde.
Finalmente el día 28 Enrique IV fue admitido en el castillo y
perdonado, previa promesa de obedecer al papa en todo. Fue
una gran humillación, la histórica “humillación de Canossa.”
Enrique regresó a Alemania jurando vengarse. Eliminó a sus
súbditos más revoltosos, e invadió Italia (la verdad es que lo
hizo en cuatro oportunidades) sitiando Roma. Gregorio se re
fugió en el Castillo de Sant’ Angelo, la antigua fortaleza de
Adriano, y desde allí debió escuchar los terribles insultos lan
zados contra él por los germanos. Finalmente fue liberado por
98
los Normandos [Vikingos], quienes previamente habían sa
queado la ciudad de Roma. Gregorio Vil murió en el exilio en
Salerno (1085), sin haber logrado la concreción de sus sueños
de grandeza.
Hubo, sin embargo, una excepción, expresada así por el je
suíta Martin: “Durante los cien años que siguieron a su muerte,
su imperialismo clerical separó en forma total y para siempre al
clero del laicado. Cuando [el papa] Inocencio III murió en 1216,
el papado estaba organizado como una monarquía, asistido
por una cancillería plenamente desarrollada, una ‘Curia’, y
completada con una oficina de relaciones exteriores, una ofici
na doméstica, un departamento de finanzas, una escuela para
diplomáticos, una escuela de derecho romano y un control re
gular y organizado ejercido por Roma sobre obispos, abades,
catedrales, seminarios, monasterios y parroquias; y finalmente
el surgimiento definitivo de los cardenales romanos como un
‘colegio’ de poderosos consejeros que decidían sobre todos
los asuntos importantes, tales como la elección exclusiva del
nuevo papa, y garantizaban la continuidad de la política papal
de pontificado en pontificado. La idea de Gregorio acerca de
una monarquía papal limitada a la organización jerárquica fue
implementada a cabalidad. Los estados papales en Italia—
importante porción de territorio en el centro del país-estaban
ahora firmemente en manos de los papas. Fue dentro de la
nueva Curia Romana que el mecanismo papal del cónclave
tuvo su origen”.8
Muchos siglos han pasado desde aquel penoso incidente de
Canossa, pero ¿han cambiado las pretensiones romanas?
White, adelantándose en décadas a su tiempo y con percep
ción realmente extraordinaria, afirma: “Y téngase presente que
Roma se jacta de no variar jamás. Los principios de Gregorio
Vil y de Inocencio III son aún los principios de la iglesia católi
ca romana; y si sólo tuviese el poder, los pondría en vigor con
tanta fuerza hoy como en siglos pasados. Poco saben los pro
testantes lo que están haciendo al proponerse aceptar la ayu
da de Roma en la tarea de exaltar el domingo. Mientras ellos
tratan de realizar su propósito, Roma tiene su mira puesta en
el restablecimiento de su poder, y tiende a recuperar su su
premacía perdida. Establézcase en los Estados Unidos el prin
cipio de que la iglesia puede emplear o dirigir el poder del es
tado; que las leyes civiles pueden hacer obligatorias las obser
vancias religiosas; en una palabra, que la autoridad de la igle
sia con la del estado debe dominar las conciencias, y el triunfo
99
de Roma quedará asegurado en la gran República de la Amé
rica del Norte”. 9
Rescatadas estas páginas tan ilustrativas de los amarillentos
registros del pasado, estamos ahora en mejores condiciones
de avanzar en la consideración de Daniel 11:21 a 30, versícu
los que describen en forma anticipada lo que habrían de ser
siglos y más siglos de historia papal.
100
[se está refiriendo al riendo al Estado]; y su durante los 1.260
Estado]; y su ejérci ejército será destruido, y años (538-1798).
to será destruido, y caerán muchos muer
caerán m uchos tos”.
m uertos".
101
la tutela y control de los emperadores del Imperio Romano de
Oriente-sin embargo, más fácil fue decretarlo que cumplirlo, ya
que nada menos que veintiséis papas que lo sucedieron nece
sitaron de la confirmación de Constantinopla; y el Papa Deus-
dit (m. 618), quien intentó con escaso éxito independizar la
elección del papa de todo control estatal.
Algunas décadas más tarde, el debilitamiento de Constanti
nopla había llegado a tal punto que el emperador Constantino
Pogonato informó a Roma que la confirmación de Constanti
nopla ya no era mas necesaria (684). A pesar de ello, esa con
firmación continuó solicitándose por unas tres décadas más,
hasta la elección del Papa Gregorio II (715-731).
Con Constantinopla fuera ya del escenario eclesiástico-
político, la elección de los papas fue campo de batalla de tres
facciones-Romana, Italiana y Francesa-además de otras in
fluencias. El Papa Pablo I (757-767) intentó colocar la elección
papal exclusivamente en manos de los 27 cardenales de ese
tiempo, pero la reacción del ejército y de ciertas familias roma
nas, que no querían perder su influencia, fue tan violenta que
nada pudo hacerse.
A la manera de un ejemplo, penoso, es cierto, pero muy ilus
trativo, retrocedamos al 12 de agosto del año 769, en ocasión
de un concilio convocado por el Papa Esteban IV (768-772).
El primer punto de la agenda era el caso de un noble de nom
bre Constantino, a quien por orden del papa Esteban se le
habían quebrado las dos rótulas, se le habían sacado los
ojos, y se lo había azotado brutalmente. Su crimen: haber
sido elegido Papa dos semanas antes, mientras Pablo I agoni
zaba. Laico, había sido ordenado subdiácono, diácono, y sa
cerdote en un solo día; y dos días más tarde elegido Papa. El
juicio, presidido por Esteban IV, fue una parodia y terminó rá-
pidamente-los cardenales se abalanzaron sobre el pobre
Constantino golpeándolo, pateándolo, escupiendo sobre él, y
llamándolo blasfemo, usurpador, anticristo.
¿Qué había ocurrido? El mismo día de la consagración de
Constantino como Papa, soldados Lombardos habían tomado
posesión de Roma, asesinando a unas 1.500 personas. Al
día siguiente tomaron prisionero a Constantino y sin más
preámbulos sentaron en su lugar en el trono pontificio a
Esteban IV. Quienes habían planeado esa masacre habían
sido Cristóforo, Secretario de Estado del Vaticano, y su hijo
Sergio. Una semana más tarde, por orden del mismo Esteban,
102
fueron apresados, se les sacaron los ojos, y murieron
ejecutados.
Pero no pararon allí las cosas: El día del apresamiento de
Constantino y de la consagración papal de Esteban IV, el Duke
Desiderio, un Lombardo, había dado órdenes a Waldiperto, un
sacerdote también Lombardo, para que ordenara como papa a
un monje de nombre Felipe. Pues bien, ese mismo día al nue
vo Papa Felipe le sacaron los ojos y lo encarcelaron en una
celda pequeña, de la cual no habría de salir hasta que muriera.
¿Qué pasó con quien lo había consagrado Papa, Waldiperto?
El Sínodo lo condenó a una muerte lenta-que cada día se
le cortara alguna parte de su cuerpo hasta que muriera.
El mismo Sínodo procedió entonces a aprobar las nuevas
reglas, elaboradas por Esteban IV, para la elección del papa:
“Sólo el clero puede votar en la elección. Al pueblo se le per
mite aclamar al candidato elegido.” Además, el papa debía ser
elegido solamente de entre los diáconos y sacerdotes. Des
pués de la elección el ejército y el pueblo podían saludar al
nuevo papa y llevarlo en triunfo para ser consagrado y entroni
zado en la Basílica de Letrán.
¿Fue ése un arreglo más o menos definitivo? Avancemos
ahora a la Navidad del año 800. Lugar: La vieja Basílica de
San Pedro, sobre la colina Vaticana. Ocasión: Celebración de
una misa especial. Personajes: el Papa León III (1795-1816) y
el emperador Carlomagno (778-814), rey de los Francos. “Mil
velas han sido encendidas. De pie a la izquierda del altar están
los cardenales y obispos de Roma, los obispos de Carlomag
no, las hijas e hijos de Carlomagno, y la nobleza Romana junto
con sus damas. León [III]...se sienta sobre su trono a la dere
cha del altar. Han transcurrido tan solo veintiocho años desde
la muerte de Esteban IV, y menos de doscientos años desde
que Gregorio el Grande creara su nuevo imperio del espíritu
sobre el cadáver descompuesto del viejo Imperio Romano. Tan
prestamente la serpiente del poder había penetrado y corrom
pido el imperio del espíritu”.10
Ocho meses antes León III había sido capturado por sus
enemigos Romanos, quienes, sin éxito en el intento de sacarle
los ojos, habían logrado, sin embargo, cortarle un pedazo de la
lengua. Después de dos meses había logrado escapar del en
cierro, y acudir a Carlomagno en busca de ayuda. A fines de
noviembre León regresó a Roma escoltado por guerreros
Francos. Dos días antes de la ocasión que estamos revivien
103
do, Carlomagno había llegado a Roma, y había juzgado y exi
liado a los enemigos de León III, decidiendo quedarse para la
Navidad.11 Carlomagno, 48 años, de 2,10 m de altura, exu
dando “el poder de un hombre que nunca ha perdido una bata
lla durante las sesenta campañas que lanzó hacia el oeste a
España, al sur a Sicilia, al norte al Báltico, y al este hasta más
allá de Polonia y Hungría, deportando 10.000 aquí, masacran
do 4.500 allá, bautizando poblaciones enteras en el Cristianis
mo por la espada o por agua-era lo uno o lo otro-gobernando
1.615 estados en toda Europa, no temiendo a nadie sobre la
faz de la tierra”, entró descalzo a la Basílica, vistiendo tan sólo
una túnica blanca. Hizo una venia a León, y se dirigió entonces
a orar ante la puerta de la cripta donde supuestamente se
guardaban los huesos del apóstol Pedro y de varios papas. El
propósito de su visita: ser coronado por el papa, lo que no
había sido idea de él sino de sus asociados.
“León tenía un propósito doble al coronar a Carlomagno.
Primero: Afirmar públicamente que todo poder político, todo
poder sobre la tierra, proviene de Dios-y es dado a individuos
y gobiernos únicamente a través del representante de Dios, el
obispo de Roma, el sucesor de Pedro; hoy, a través de él,
León, nonagésimo séptimo sucesor de Pedro. Segundo: Hacer
posible el sueño de que todas las cosas humanas llegaran a
ser renovadas, y que Cristo regresara. Carlomagno, por el
poder del papa, habría de ser emperador de Occidente, de
Roma, de Bretaña, de Constantinopla, de la Tierra Santa, de
Africa, de Asia, de Europa, de todo el mundo.”12 Esos eran
tiempos peligrosos, con los Normandos asolando desde el
Norte y los Musulmanes desde el Sur (de hecho, el Mediterrá
neo ya era un lago Musulmán). Constantinopla ya no contaba,
es cierto, pero había un hombre que podía ocupar el lugar de
Constantinopla, Carlomagno.
Y llegó el momento culminante de la ceremonia-León III co
locó la corona sobre la cabeza de Carlomagno, luego un man
to púrpura alrededor de sus hombros, y entonces se inclinó y
arrodilló delante del rey, ejemplo que fue imitado por todos los
presentes. [Uno no puede dejar de preguntarse ¿dónde habían que
dado las sonoras declaraciones de papas anteriores, como las de
Gregorio I el Grande, “Debemos reinar solos, sin reyes;”o “El sucesor
de Pedro gobierna sobre todos”?] Asombroso como lo fue, lo cier
to es que ¡el Papa León III estaba reconociendo al emperador
como co-gobernante! Carlomagno simplemente contestó, “Yo,
Carlos, apóstol de Jesucristo, por voluntad de Dios”. (Después
104
de la misa Carlomagno se inclinó ante el papa, y lo llamó “mi
hermano”.).
Carlomagno quedó en Roma hasta la Semana Santa del
801, cuando regresó a Alemania para no volver nunca más a
Roma. “Montando en pelo a los ocho años de edad para cazar
en los bosques germanos, luchando en batallas a los trece,
comandando tropas a los dieciocho, a los veintiséis rey de los
Francos, casado cuatro veces, divorciado dos veces, y ahora
viudo con una amante”, Carlomagno nunca habló de su impe
rio, sino “de todo el pueblo cristiano de Europa.” Nunca aceptó
el sueño papal, sino que elaboró el suyo propio, de un nuevo
internacionalismo, el de “todo el pueblo cristiano de Europa”, y
de un continente bajo su poder exclusivo, no compartido ni
siquiera con el papa.
“Después de cuarenta y seis años de gobierno ininterrumpi
do y sin lamentarse demasiado de morir, Carlomagno sucum
bió de pleuresía a la edad de setenta y dos años, en enero de
814. Fue sepultado sentado y bien erguido, vistiendo toda su
armadura, espada en mano, la cruz de Cristo sobre su pecho.
Pero el suyo es un nombre que pertenece a todos los euro
peos. El significado de su poder y la inmensa estatura de su
idea de ‘todo el pueblo cristiano de Europa’, habrían de ejercer
un magnetismo casi místico por un poco más de once siglos.
Constantino había concebido la idea del poder temporal exten
diendo y legitimizando una visión espiritual. Gregorio había
creado el imperio del espíritu. Pero fue Carlomagno quien
plantó la idea de un control doble sobre la vida sociopolítica de
los hombres y mujeres de Europa: el rey y el sacerdote, lo
temporal y lo espiritual”.13
Unos tres siglos después de la muerte de Carlomagno, el
emperador Federico II (m. 1250) exhumó el cuerpo y lo envol
vió en un nuevo manto imperial; Napoleón se refirió a él como
“nuestro predecesor Carlomagno”, lo que también hizo Hitler.
Pío XII (m. 1958) se refirió al cumplimiento de su sueño de un
“Nuevo Orden Mundial que está siendo fundado por Herr
Hitler y Monseñor Mussolini.” Algo similar fue expresado
también por Pablo VI (m. 1978), tratando de impulsar el “rena
cimiento de la Europa Cristiana de todos los pueblos cristia
nos.” Y los arquitectos de la Unión Europea también expresa
ron su respeto a Carlomagno ante su tumba, en Aachen, Ale
mania, antes de reunirse en Maastricht, Holanda, a tan sólo 10
km de Aachen, el 10 de diciembre de 1991, cuando echaron
105
las bases de la actual Unión Europea. Al tiempo de escribir
estas líneas el Vaticano ejerce toda presión a su alcance para
que la Constitución de la Unión Europea declare a Europa un
continente cristiano.).
¿Y qué pasó con León III? Murió dieciséis años más tarde,
en el 816. Pero desde aquella fría mañana de diciembre del
800, dos veces más debió viajar a Francia para pedir la pro
tección de Carlomagno; sobrevivió a tres intentos de asesina
to, “suprimiendo a los conspiradores con la ferocidad de un
torturador Bizantino”,14 y murió finalmente “en gran agonía de
cuerpo y alma”.
“Cada uno de los papas sucesivos desde León III a Bonifa
cio VI (m. 896) fueron elegidos de una manera tortuosa. Las
facciones Romanas luchaban entre sí y con el común del pue
blo. Y así emergía un candidato de esos encuentros siempre
ásperos, frecuentemente sangrientos, y a menudo fatales entre
los varios partidos en disputa, que usaban tanto del dinero co
mo de las armas y la seducción sexual para imponer sus de
seos. El candidato era entonces confirmado por los sucesores
de Carlomagno. Pero antes de su coronación debía jurar leal
tad al gobernante Franco. A veces el gobernante imponía a
todas las facciones su propio candidato a papa”.15
Varias medidas dictadas por distintos papas trataron de co
rregir esta situación. ¿Con qué resultado? Ninguno. Lamberto,
duque Lombardo de Spoleto, Italia, y su esposa Agiltruda, im
pusieron seis papas-desde Esteban Vil (m. 897) a León V (m.
903); Teofilacto, de origen Franco o francés, y su esposa Teo
dora, cinco papas-desde Sergio I (m. 911) a León VI (m. 929);
luego la hija de éstos, Marozia, y su hijo Alberico, seis papas-
hasta Juan XII (m. 963), nieto de Marozia; 19 papas en 67
años (896 - 963). [El Papa mencionado en último término, Juan XII,
fue elegido como tal a los 17 años de edad (955), y muerto a martilla
zos ocho años más tarde, sorprendido en adulterio por el esposo de
su amante.].
Concluye Malachi Martin su crónica con esta reflexión :
“Puede resultar incomprensible para mentes de este siglo XX
pensar que los hombres y mujeres de aquellos días se aferra
ran al papado, y que, a pesar de lo que para nosotros es una
corrupción total y una moral indigna de los representantes de
la religión, los cristianos de aquellos días continuaran conside
rando al papado y a la Iglesia de Roma en total veneración”.16
106
Muy sórdida la historia del Papado de aquellos días. Basta
con recordar que por ese tiempo, y tratando de subsanar los
males conocidos por todos, debieron comenzar a hacerle cua
tro preguntas a todo sacerdote antes de ser consagrado obis
po:
“¿Has cometido adulterio?
¿Has fornicado con alguna monja?
¿Has sodomizado algún niño o adolescente?
¿Has sodomizado algún cuadrúpedo?”
Y ¿qué decir de nuestros días, cuando la Iglesia popular es
tá invirtiendo enormes sumas de dinero para compensar a las
víctimas, especialmente niños, de abusos sexuales de parte de
sacerdotes y monjes?
Verso 28 Protagonistas Cronología
107
Verso 29 Protagonistas Cronología
“Al tiempo señalado [1798] volverá [el “rey del norte”] al sur
[a causa de que su dominio sobre su rival, “el rey del sur”, se
vería crecientemente cuestionado]; mas no será la postrera
venida como la primera [no podría imponerse como en todas
las ocasiones anteriores]”.
A este “tiempo” Gabriel venía refiriéndose desde el versículo
24-ahora destaca que la situación descripta en los versículos
previos no habría de continuar indefinidamente, sino que
habría de producirse un marcado cambio “al tiempo señalado”.
Algo habría de ocurrir en 1798 que cambiaría completamente
la situación, de tal forma que el poder secular lograra imponer
se sobre el religioso-el ‘rey del Sur” o Egipto simbólico o espi
ritual, sobre el “rey del Norte” o Babilonia simbólica o espiritual.
Este cambio aparece descripto con más detalle en el versículo
40 (‘‘Pero al cabo del tiempo el rey del sur contenderá con
él...”), y también en Apo 13:3 (“Vi una de sus cabezas como
herida de muerte...”).
Verso 30 Protagonistas Cronología
109
hechas para el enriquecimiento de unos pocos a expensas de
la mayoría; la unión de las clases más pobres para organizar la
defensa de sus intereses y derechos; el espíritu de inquietud,
desorden y derramamiento de sangre; la propagación mundial
de las mismas enseñanzas que produjeron la Revolución
Francesa, tienden a envolver al mundo entero en una lucha
similar a la que convulsionó a Francia”.17
Todo esto suscita una seria pregunta que demanda una res
puesta satisfactoria. Nuestro Señor contestó la acusación de
que Su poder procedía del diablo, con una pregunta, y es pre
cisamente a ese interrogante al que nos referimos:
“Mas él, conociendo los pensamientos de ellos, les dijo: Todo
reino dividido contra sí mismo, es asolado; y una casa dividida
contra sí misma, cae. Y si también Satanás está dividido contra
sí mismo, ¿cómo permanecerá su reino? ya que decís que por
Beelzebú echo yo fuera los demonios” (Lucas 18:17,18).
En otras palabras ¿cómo explicar que dos poderes satá
nicos, como indudablemente lo son estos dos reyes sim
bólicos, pudieran guerrear entre sí?
Contesta White, "Cuando un disfraz del error ha sido descu
bierto, Satanás le da otro, y la gente lo saluda con el mismo
entusiasmo con que acogió el anterior. Cuando el pueblo [d e ...
Francia, al tiempo de la Revolución Francesa! descubrió que el
romanismo era un engaño, v él. Satanás, va no podía conse
guir por ese medio oue se violase la Iev de Dios, optó entonces
por hacerle creer gue todas las religiones eran engañosas v la
Biblia una fábula: v arrojando lejos de sí los estatutos divinos
se entregó a una iniguidad desenfrenada”.18
En síntesis, “Quitim”, después del evento de la Cruz, y muy
particularmente hacia fines del siglo XVIII, dejó de significar
alguna cosa al Oeste o como procediendo del Oeste, para re
ferirse a un nuevo poder, de un carácter diferente, lo que expli
ca la razón de la nueva confrontación de los dos “reyes”: uno
de los dos, el “rey del Sur”, habría de experimentar un cambio
de carácter o naturaleza, de tal modo que dejara de someterse
al poder religioso representado por el “rey del Norte”, y reac
cionara contra él con ferocidad inusitada.
Este eclipsamiento vertiginoso de su poder habría de entris
tecer al papado (“se desanimará”, “se atemorizará”, según
otras traducciones), pero no lo destruiría por completo, no lo
haría desaparecer. ¡Lejos de éso! Aunque el proceso tomaría
110
su tiempo, habría un retorno (el verbo “volver” aparece dos
veces en este versículo, añadiendo énfasis a la asombrosa
recuperación de su poder por parte del Papado). Ello habría de
ocurrir gracias al apoyo de los (apóstatas, de “los que abando
nen el pacto santo”: parecería una referencia a un cambio ra
dical a ser experimentado por el Protestantismo, que habiendo
gozado y proclamado las bendiciones del “pacto santo”, termi
nará abandonándolo. ¿No abona una Interpretación tal la pro
funda desorientación del Protestantismo contemporáneo como
consecuencia de los crecientes compromisos ecuménicos que
lo están llevando a olvidar sus raíces y su razón de ser? Es
como para pensarlo ¿verdad?
112
(1790-1792), uno de los representantes más destacados del
“despotismo ilustrado”, y su sobrino, y último emperador del
Sacro Imperio Romano Germánico, Francisco II (1792, hasta
su abdicación, forzado por Napoleón Bonaparte, en 1806).
En 1781 Pío VI había viajado a Viena, a fin de entrevistar al
emperador José II y solicitarle su apoyo-al fin de cuentas, Aus
tria siempre había estado dispuesta a respaldar la gestión pa
pal; pero ya no más-de hecho, por toda respuesta a sus re
clamos sólo había recibido del emperador una sonrisa enigmá
tica, por no calificarla de burlona. “II sorriso imperiale” (“la son
risa imperial”), como el Papa repitió muchas veces en esos
últimos días de su vida. Con Francia, la “hija dilecta del Papa
do”, como se la había calificado por siglos, las circunstancias
no habían sido mejores.
Más de un siglo antes Drue Cressener (m. 1718), vicario de
la Iglesia Anglicana, había anticipado en dos obras dedicadas
a las profecías, escritas en 1689 y 1690, que los “tiempo, y
tiempos, y medio tiempo” (Daniel 7:25; 12:7; Apocalipsis 12:14)
o “cuarenta y dos meses” (Apocalipsis 11:2; 13:5) o “mil dos
cientos sesenta días” (Apocalipsis 11:3; 12:6) habrían de con
cluir algún tiempo antes del año 1800; y desde que John
Brightman lo hiciera en 1644, varios otros autores venían afir
mando lo mismo, que la nación responsable de infligir la herida
“como...de muerte,...su herida mortal” al Papado no podría ser
otra que Francia (Apocalipsis 13:3). ¿Cómo habrían de darse
los acontecimientos? O que el poderío de Francia fuera des
truido por una coalición de naciones, o bien que una revolución
interna en Francia la volviera contra el Papado. Cuando en
1789 estalló la Revolución Francesa ya no quedaron dudas
acerca de cuál de las dos opciones era la correcta.
Después de derrotar varias veces a los austríacos en el Nor
te de Italia, y cuando las tropas francesas ya estaban a apenas
100 km de Viena, la capital de Austria, Napoleón aceptó el
arreglo que le ofrecía el emperador Francisco II, firmándose
así el Tratado de Paz de Campo Formio (17 de octubre de
1797). Dueño ya del Norte de Italia, Napoleón anunció a sus
tropas que avanzarían hacia Roma para liberar a los romanos
de siglos de servidumbre. Esa arenga alarmó profundamente
al Papa Pío VI, quien escribió al general francés acerca de la
posibilidad de un arreglo. Las condiciones impuestas en prime
ra instancia por Napoleón-que el Papa retirara todas las con
denas que había lanzado contra Francia desde 1784-no resul
113
taron aceptables al pontífice romano, por lo que se llegó a un
arreglo en otros términos: que el Vaticano devolviera a Francia
todos los impuestos exigidos a lo largo de los siglos, así como
también las obras de arte saqueadas del país. José Bonaparte,
hermano de Napoleón, fue el encargado de supervisar el cum
plimiento de lo pactado.
La presencia en Roma del grupo de soldados franceses que
acompañó a José Bonaparte, despertó un gran entusiasmo
revolucionario entre los habitantes de la ciudad, excitación que
se manifestó en demandas tumultuosas exigiendo la renuncia
del Papa. En ocasión de una represión de las mismas por los
guardias suizos del Vaticano, los cabecillas se refugiaron en la
embajada francesa, la que fue rodeada por los soldados papa
les. Desde el interior de la misma, el anciano y prestigioso ge
neral francés Duphot salió para calmar los ánimos, pero cayó
muerto de un disparo. Bonaparte no aceptó las disculpas pa
pales y se retiró de Roma. Sabedor de lo ocurrido el Directorio
francés dio órdenes al Gral. Luis Alejandro Berthier, acanto
nado en Milán, que avanzara sobre Roma (diciembre de 1797).
Así lo hizo, llegando a las afueras de Roma a comienzos de
febrero de 1798. Desde allí anunció que no entraría a la ciudad
a menos que se lo solicitaran los patriotas romanos. Recibida
la invitación formal, los franceses ingresaron en la ciudad el
día 10 de febrero.
La “Herida de Muerte”
Cinco días más tarde, mientras Pío VI, era saludado en el in
terior de la Capilla Sixtina por dignatarios religiosos y seculares
en ocasión “de un nuevo aniversario, el vigésimo tercero,”
desde su ascenso al trono pontificio, las puertas de la capilla
fueron derribadas a hachazos, y un grupo de soldados france
ses encabezados por el general suizo Haller, tomó cautivo al
Pontífice. Es más, en esa trascendental ocasión Haller pro
nunció palabras como éstas, “ Ciudadano Papa, la institución
que Ud. representa, milenaria como lo es, en este mismo
momento está llegando a su fin definitivo".
Desde un punto de vista humano, Haller bien podría haber
estado en lo correcto. Pero si este militar hubiera conocido las
profecías bíblicas, nunca habría pronunciado esas palabras.
En efecto, el versículo que estamos considerando, Daniel
11:30, mediante la doble repetición del verbo “volverá”, antici
paba una recuperación del poder papal; y a la misma recupe
ración se refería el Apocalipsis con las palabras, “Vi una de sus
114
cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sana
da; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia, y adoraron al
dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bes
tia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra
ella?” {13:3).
Todo esto era lo que recordaba Pío VI en sus días de agonía
en Valence. ¿Por qué lo habían abandonado en esa forma sus
aliadas Austria y Francia? ¿No había nadie a quien acudir en
busca de ayuda? El 10 de agosto Pío VI se sentía lo suficien
temente bien como para pedir que lo sentaran en lo que que
daba del jardín de esa mansión. En esas circunstancias un
mensaje le anticipó que en aproximadamente una hora recibi
ría la visita de un emisario de Napoleón. No podía haber dudas
acerca de la razón de la visita, porque el día anterior el Papa
había pedido ayuda a Inglaterra. El mensajero fue directamen
te al grano: Napoleón estaba preocupado y molesto por esas
negociaciones presuntamente secretas con Inglaterra, así co
mo también por la demora en el pago de un rescate que se le
había exigido al Pontífice. Cuando el emisario le dijo, "Ciuda
dano Papa, el mes próximo Ud. será trasladado a París", Pío
VI rió por primera vez en 15 meses, mientras decía al enviado,
"Ciudadano, has guardado el buen vino para el final. ¡Ya estoy
listo para hacer un largo viaje en setiembre!” Pero lo dijo refi
riéndose a otro “viaje”.
En efecto, el Papa murió en la madrugada del 29 de agosto
de 1799. Su cuerpo fue embalsamado y colocado en un ataúd
de plomo, el que a su vez fue puesto dentro de otro de nogal
negro. El 17 de febrero de 1802 el sarcófago fue desenterrado
y llevado a Roma, quedando en Valence una urna con las en
trañas del pontífice. El nuevo Papa, Bernabé Gregorio Chiara-
monti, Pío Vil fue elegido el 14 de marzo de 1800, después de
catorce semanas de deliberaciones de un cónclave reunido en
Venecia bajo la protección de Austria, y formalmente consa
grado en París el 2 de diciembre de 1804. Mantenido en cauti
vidad por Napoleón desde 1809, quien lo sometió a múltiples
humillaciones y malos tratos, recién pudo regresar a Roma en
1814.
¡Con cuánta exactitud se había cumplido la profecía que an
ticipaba que, “Al tiempo señalado [1798] volverá al sur; mas no
será la postrera venida como la primera. Porque vendrán contra
él naves de Quitim [referencia simbólica a la Francia revolucionaria],
y él se contristará.
115
Todo lo anticipado se cumplió, y seguramente también habrá
de cumplirse, de hecho, se está cumpliendo, la segunda parte
del verso 30, “y volverá, y se enojará contra el pacto santo, y
hará según su voluntad; volverá, pues, y se entenderá con los
que abandonen el santo pacto”. De este cumplimiento haremos
más consideraciones al comentar los versos 40 y 41.
Ahora estamos en condiciones de examinar los versos 31 al
39, en los que, recapitulando la historia desde los tiempos de
Constantino I el Grande (312-337) y Justiniano (527-565), se
describe la teología del sistema papal y sus penosas conse
cuencias para el verdadero pueblo de Dios, especialmente
durante los 1.260 años (538-1798).
116
CAPITULO Vil
CONSECUENCIAS FUNESTAS
DE LA UNIÓN IGLESIA-ESTADO
(DANIEL 11:31-39)
Nota introductoria: Jesús enseñó claramente que las dos esferas, la
política y la religiosa, la del Estado y la de la Iglesia, deben mantener
se separadas. ¿Recordamos aquel diálogo de Jesús con el procura
dor Poncio Pilato, apenas unas pocas horas antes de Su crucifixión?
Allí, frente a Si, Jesús tenía representado, en la persona de Pilato,
todo el poder del imperio romano. El diálogo que se desarrolló entre
ambos en esas circunstancias fue tomando un cariz por demás inte
resante, al punto que en un cierto momento casi pareció como que la
protección del imperio podría serle conferida al Señor. Pero en esas
circunstancias, aún en esas circunstancias, Jesús no entró en el te
rreno del compromiso. Sus palabras fueron muy claras, y no dejan
lugar a dudas: "Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de
este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado
a los judíos; pero mi reino no es de aquí" (Juan 18:36).
117
injusticia que siempre termina, más tarde o más temprano, en
intolerancia y persecución. Y conviene recordarlo, tolerancia
no es libertad, porque quien tolera concede una gracia, no un
derecho; ya que en la misma forma en que la concedió, puede
quitarla.
118
“La tolerancia es completamente inconsecuente con el con
cepto democrático de la igualdad y con la libertad plena y per
fecta. No es un reconocimiento justo y honorable de los dere
chos. Ningún hombre convencido de que su religión es verda
dera y de su inherente derecho a creerla, practicarla y propa
garla, pedirá que estas prerrogativas que Dios le ha dado sean
meramente toleradas. Reclama como un derecho la libertad de
adorar como él quiere.” 1
La religión está mas allá de toda y cualquier regulación por
decretos. La relación de la vida espiritual de un individuo con
su Dios está más allá del poder de interferencia de cualquier
gobernante, de cualquier autoridad humana.
Y, de paso, esto también conviene recordarlo: la unión de
una Iglesia y el Estado, no promueve los mejores intereses de
esa Iglesia. Al saberla bajo la protección del Estado, financiada
por el Estado, sus feligreses sienten que no tienen una res
ponsabilidad directa en sostenerla y apoyarla, y eso siempre la
afecta seriamente en su misión. ¿No es, por otro lado, una
gran injusticia que todos los habitantes de un país, sin conside
ración alguna de su filiación religiosa, o su falta de ella, deban
contribuir con sus impuestos al sostén de un culto que no es el
propio? ¿Es una situación tal propia de la igualdad de todos
los habitantes en un país que se precie de democrático?
En palabras que trascienden en mucho el contexto hispano,
Dionisio Llamazares, profesor de Derecho Eclesiástico del Es
tado en la Universidad Complutense de Madrid, y fundador,
con otros profesores de Derecho, de la Asociación Derecho,
Laicidad y Libertades, declaró recientemente, "Mientras el Es
tado no sea neutral, la libertad estará siempre amenazada".
Con estos pensamientos en mente, retomemos ahora el es
tudio del capítulo 11 del libro de Daniel. Concluida la magnífica
síntesis de la historia de la institución papal durante los 1.260
años de su hegemonía casi absoluta, Gabriel recapitula ese
mismo periodo narrando lo que habría de ocurrir al verdadero
pueblo de Dios durante ese penosísimo lapso.
En este contexto es de hacer notar una declaración de White
aparentemente referida al mismo periodo, 538 a 1798, y que
parecería abonar la interpretación de los versos 31 al 39 como
una recapitulación, aunque desde un ángulo distinto, de lo
consignado en los versos 21 al 30: ‘‘La profecía del capítulo 11
de Daniel ha alcanzado un cumplimiento casi completo. Mucho
119
de la historia que ya ha ocurrido en cumplimiento de esta pro
fecía se repetirá. En el verso 30 se hace referencia a un poder
que ‘se contristará, y volverá, y se enojará contra el pacto san
to , y hará según su voluntad; volverá, pues, y se entenderá
con los que abandonen el santo pacto”. A continuación la au
tora cita los versos 31 a 36 del mismo capítulo, y añade, “Ocu
rrirán escenas similares a las descriptas en estas palabras”.2
TEOLOGIA DEL PAPADO
Verso 31 Protagonistas Cronología
120
las Sagradas Escrituras, y la teología que habría de fundamen
tarla, tema que se amplia en los versículos siguientes (vv. 32 al
39).
¿Cómo fue que ocurrieron los acontecimientos, de tal mane
ra que la Iglesia pudiera disponer del poder del Estado? Para
fraseando parcialmente al ya citado jesuíta Malachi Martin (De
cline..., pp. 18-26) un par de escenarios lo ilustrarán. El primero
de ellos, en el año 236 d.C. Para entenderlo debemos retroce
der algunos años, a una controversia que agitó a la Iglesia
Cristiana con relación al tratamiento que debía darse a los que
en tiempos de persecución traicionaran su fe y que, después
de pasada la persecución, presuntamente arrepentidos, pidie
ran ser readmitidos como miembros de iglesia. En el año 230
murió Urbano I, pastor de la iglesia de Roma, y lo sucedió
Ponciano. ¿Cómo era Ponciano? Procedente de una familia
de esclavos; su única preparación había sido la propia de un
taquígrafo. Liberto por su amo, había aceptado el Cristianismo
en la adolescencia, llegando a sacerdote a los 20 años de
edad. Después de haber servido bajo cuatro “papas” [coloca
mos este título entre comillas porque, como lo demuestra la
Historia en forma irrefutable, no los hubo como tales antes del
siglo V ], Víctor, Ceferino, Calixto y Urbano, todos ellos eje
cutados por el Imperio Romano entre los años 199 y 230, Pon
ciano fue elegido como dirigente de la iglesia de Roma.
El liderazgo eclesiástico le fue disputado por otro pastor,
Hipólito de Porto Romano, de origen griego, nacido en Ale
jandría, y con una sólida educación recibida en Atenas y Ro
ma. Ambos pastores no podrían haber sido más diferentes el
uno del otro. Y al hecho de ser rivales se añadió una cuestión
muy espinosa en esos días, la disciplina eclesiástica. Hipólito
encabezó la moralidad de los viejos tiempos, intolerante, rígi
da, que se expresaba en la frase, "Cuando uno es desglosado
de la iglesia, está desglosado para siempre." Pero los tiempos
habían cambiado; de hecho, Calixto había proclamado abso
lución para todos los arrepentidos, lo que había llevado a
Hipólito y sus seguidores a declarar a Calixto no sólo equivo
cado, sino corrupto. Unos ocho años más tarde un tumulto
callejero terminó con la vida de Calixto; y su sucesor, Urbano
I, muy poco después de su elección, en el mismo año 230,
había sido arrestado y ejecutado por las autoridades romanas.
Ahora Ponciano había ocupado la posición pastoral, adoptan
do la línea más contemporizadora de Calixto.
121
Los detalles de los frecuentes roces entre ambos pastores,
Hipólito y Ponciano ocuparían mucho espacio, y no hacen
realmente al escenario bajo consideración. Lo cierto es que las
dificultades entre ambos terminaron abruptamente con el as
censo al trono imperial romano de Maximino, enemigo acérri
mo de los cristianos (235). A poco de asumir la máxima magis
tratura romana, el 27 de septiembre el nuevo emperador pro
clamó un Edicto, que de cumplirse en todas sus disposiciones
habría exterminado la religión cristiana de todo el imperio.
Hipólito y Ponciano, apresados y condenados a trabajos for
zados en las minas de plomo de Cerdeña, reconciliaron allí
sus diferencias teológicas; y en medio de terribles sufrimientos
fueron ejecutados unos tres meses después, en enero del año
236, y sus cuerpos arrojados a un pozo de aguas servidas.
Antero, quien había sido elegido en lugar de Ponciano, ya
había sido ejecutado a los pocos días de su nombramiento,
aun antes que su predecesor.
El segundo escenario nos lleva a 14 “papas” y 100 años más
tarde, es decir al año 336. En un dormitorio del segundo piso
del gran Palacio de Letrán agonizaba pacíficamente, anciano
ya, el “papa” No. 33, Silvestre I. El Palacio está custodiado por
guardias imperiales romanos, en cuyos escudos se muestra el
emblema del águila romana juntamente con un nuevo signo, X
(ki) y P (rho), las dos primeras letras del nombre griego
XPISTÓS (Cristo). Rodeando el suntuoso lecho, en actitud
respetuosa se encuentran obispos y sacerdotes con ropajes
imponentes. Cuando Silvestre hubo fallecido, su cuerpo fue
bañado con reverencia, vestido con ropaje ceremonial, y colo
cado en un costoso ataúd, que más tarde fue llevado en so
lemne procesión por las calles de Roma, y sepultado con
honores en presencia de funcionarios estatales, nobles, milita
res, y pueblo en general.
¡Un cambio enorme, realmente increíble! Se lo observaba no
sólo en Roma, sino que por todo el imperio podía verse a clé
rigos viajando con protección oficial; calles con nombres de
mártires cristianos; y ya no más aquellos espectáculos san
grientos en los anfiteatros. Incluso la crucifixión de criminales
había sido prohibida, porque ahora ya nadie más podía morir
como había muerto Cristo. Verdaderamente un gran cam
bio...obrado por un emperador, Constantino I el Grande, y
dos “papas”, Milcíades, quien murió en el año 314, y su suce
sor, Silvestre I, en 336-ellos fueron los tres actores en el es
cenario del drama. ¿Cómo ocurrieron las cosas?
122
El primer encuentro entre los tres se produjo al mediodía del
28 de octubre del año 312, en una calle oscura del distrito ro
mano del Trastevere. Allí, en una residencia que más se pare
cía a una choza, vivía el pastor de la iglesia de Roma, Milcía-
des (62), en esa circunstancia, acompañado por su asistente
Silvestre (59). Frente a ellos se encontraba el general germa
no Constantino (31), sudoroso y salpicado con sangre y pol
vo, el hombre más poderoso del mundo de Milcíades. Acaba
ba de obtener la victoria del puente Milvio derrotando a su rival
Majencio, precondición única para ser reconocido como em
perador. Su primera acción después de la victoria fue entrevis
tarse con el dirigente de la Iglesia Cristiana.
Los dos pastores oyeron cosas poco menos que increíbles
de labios de ese gigantesco guerrero germano: la noche ante
rior, a la puesta del sol, había visto una cruz sobre el sol (o en
las nubes, según otras versiones) y había oído una voz miste
riosa, parecida a la que Saulo había escuchado camino a Da
masco, diciéndole, “Cor? este signo vencerás”. Enseguida
había hecho pintar una cruz sobre los escudos y las cabezas
de los caballos. Por eso era que atribuía a Cristo la gran victo
ria recién obtenida; y como expresión de gratitud iba a cambiar
radicalmente la política del Imperio hacia la Iglesia.
Victorioso sobre su rival Majencio, Constantino se conside
raba ahora apóstol de Cristo. Él habría de gobernar en nombre
de Cristo, y conduciría sus tropas en combates en contra de
los enemigos de Cristo y de su representante, el obispo de
Roma. “Soy ahora un siervo de la más elevada divinidad", se
proclamó. Constantino no logró convencer plenamente a Mil
cíades de todo lo que decía. El pastor estuvo dispuesto a
aceptar edificios y tierras para la iglesia, pero no la expansión
del Cristianismo por medio de la espada y decretos coercitivos.
Silvestre, en cambio, veía las cosas desde una óptica diferen
te, y Constantino lo advirtió.
Un mes después de la muerte de Milcíades (enero del año
314), Constantino regresó de una de sus campañas, y re
uniendo a todos los cristianos de Roma les habría anunciado:
"Hemos decidido designar a Silvestre como sucesor de Milcía
des y del apóstol Pedro, es decir, como representante de Je
sucristo.” (“¿Hemos...?” ¿Quiénes? Curioso ¿verdad?) Y así
Silvestre I fue el primer pastor de la Iglesia de Roma en ser
coronado como príncipe temporal. Silvestre aceptó la unión de
Iglesia y Estado-ese fue el primer paso hacia la formación de
123
una iglesia universal o Católica, y los 233 papas que se suce
dieron desde Silvestre I hasta Benedicto XVI, todos han se
guido la misma línea.
Es que Silvestre I había comenzado a ver las cosas en
forma distinta: tal vez ya no era necesario esperar hasta la
parusía para ver el triunfo de la Iglesia, porque lo que estaba
ocurriendo con el nuevo emperador de Roma seguramente era
ese triunfo tan anhelado--un Cristianismo público bien estable
cido, y honrado con primacía, dignidad y autoridad. De hecho,
parecía evidente, razonaba el pastor, que todas las profecías
se estaban cumpliendo en el establecimiento del reino univer
sal de Jesucristo en la persona de los sucesores de Pedro y
bajo la protección del emperador romano. ¡Jesucristo había
convertido a Constantino a fin de que este convirtiera a todo
el Imperio, y aún más, a todo el mundo! Cuando eso ocurriera,
seguramente Jesucristo habría de regresar e instaurar Su rei
no mesiánico.
124
se mantuviera por mucho tiempo, es cierto, pero ¡a qué pre
cio!". 3
“Más profundo aun habría de ser el efecto de la decisión de
Silvestre sobre la estructura interna de la Iglesia. Porque bajo
esta nueva concepción, la estructura de la Iglesia habría de
copiar todas las artimañas, ardides y hábitos del poder político
y económico centrado en Roma como una capital. De hecho,
desde ese momento en adelante el poder espiritual de Pedro
quedó esclavizado a la pompa del Imperio. Lejos de liberar a la
Iglesia, la decisión de Silvestre la había encarcelado a pesar
de que la cárcel parecía estar tachonada de joyas y tapizada
con pieles de armiño, tenía barrotes de oro, es cierto, pero ba
rrotes al fin”.4
Mientras subsistió el Imperio la Iglesia no tuvo mucho poder
-de hecho, era tan sólo un instrumento bajo el poder y control
del Estado; pero cuando el Imperio se eclipsó, desapareciendo
ante el empuje arrollador de los germanos del centro de Euro
pa (476 d.C.), la Iglesia supo cómo llenar ese vacío de poder.
Resulta muy gráfica la forma en que lo expresara el historiador
jesuíta Joseph Türmel: “El Imperio estaba cayendo en deca
dencia. Los Bárbaros sabían que su vida se estaba desvane
ciendo, que el viejo organismo estaba desgastado, y se apre
suraron a tomar posesión de los restos. De todas las direccio
nes cayeron sobre los despojos. Los Sajones y los Anglos se
establecieron en la Gran Bretaña; los Francos invadieron la
Galia Septentrional; los Visigodos se apropiaron de España y
de la región al Sur del Loire; los Burgundios tomaron posesión
del alto valle del Ródano; los Vándalos realizaron conquistas
en Africa. Los Ostrogodos y los Lombardos estaban esperando
su turno para llegar también. Entre los nuevos invasores, algu
nos eran herejes, y otros paganos. ¿Qué habría de ocurrirle a
la Iglesia? ¿Estaban contados sus días, y habría de arrastrarla
consigo el Imperio, como su compañera, hacia una tumba
abierta?”.
El mismo Türmel contesta sus interrogantes, y lo hace con
estas palabras: “No, la Iglesia no descendería a la tumba, sino
que sobreviviría al Imperio. Tendría que atravesar días de an
gustia, y vería acumularse ruinas sobre ruinas. Pero en medio
de esta enorme tristeza recibiría un precioso consuelo. Uno
tras otro estos pueblos Bárbaros se someterían a sus leyes, y
considerarían una gloria contarse entre los hijos de la Iglesia.
Las fronteras de la Iglesia habrían de extenderse; sus institu-
125
dones, sacudidas por un tiempo por los Bárbaros, se consoli
darían, se desarrollarían y se adaptarían al contexto de ellos.
El papado, institución que más penosamente sería probada,
habría de realizar un nuevo avance. Con el tiempo habría de
surgir un segundo imperio, y de este imperio el Papa sería el
amo, más que eso, él llegaría a ser el amo de Europa. Habría
de dictar sus órdenes a los reyes, y estos habrían de obede
cerle.” 5
En este punto conviene leer nuevamente este texto tan im
portante, y del cual tan sólo hemos explorado la primera frase:
“Y se levantarán de su parte tropas que profanarán el san
tuario y la fortaleza [mejor traducción: “el santuario fortale
za"j, y quitarán el continuo sacrificio [mejor traducción: “la
continuidacT’], y pondrán la abominación desoladora” (Dan
11:31). De acuerdo a lo ya visto, el poder simbólico referido
como “rey del Norte” sabría cómo ingeniárselas para subsistir
a la caída del Imperio Romano de Occidente, ocupar el vacío
de poder ocasionado por ese colapso del poder imperial, y con
el paso del tiempo transformarse en “el amo de Europa”, impo
niendo su voluntad aun sobre reyes y gobernantes.
El siguiente diagrama ofrece una comparación y correlación
especialmente ilustrativas de frases paralelas de los capítulos
8 y 11 de Daniel, demostrando fehacientemente la total identi
dad entre el "cuerno pequeño", el "rey altivo de rostro y
entendido en enigmas” y "la prevaricación asoladora" del
capítulo 8, y el "hombre despreciable", "el rey del norte" o
la "abominación desoladora" del capítulo 11.
Daniel 8 Daniel 11
126
23: “...se levantará un rey al 21: “Y le sucederá en su lugar
tivo de rostro y entendido en un hombre despreciable...”
enigmas.”
130
y muchos tada por un cambio de darse desde la mitad
se junta- circunstancias. Los que del siglo XV, y que fue-
rán a tratarían de juntarse “a ron disminuyendo pau-
ellos con ellos con lisonjas”, ya latinamente el poder
lisonjas”. fueron identificados como del obispo de Roma, y
violadores del “pacto“, es con ello la intensidad
decir, apóstatas y traidores de la persecución.
de la fe.
131
Al perder los Lombardos su control del Papado, una familiia
de origen francés, constituida por Teofilacto, gobernador de
Roma, y su esposa Teodora, colocaron a cinco papas en el
trono pontificio-desde Sergio I (m. 911) a León VI (m. 929);
luego la hija de ambos, Marozia, y el hijo de esta, Alberico, a
seis más-hasta Juan XII (m. 963), nieto de Marozia-19 papas
en 67 años (896-963). (¡Juan XI fue elegido Papa a los 16
años de edad; Juan XII, a los 17, y Benito o Benedicto IX, a
los 12!)
Los detalles históricos de las vidas de estos Papas y sus pa
trocinadores son demasiado sórdidos como para ser recorda
dos. Baste decir que esas intrigas palaciegas, esos envene
namientos, esa terrible corrupción moral, distrajeron tempora
riamente la saña persecutoria contra los hijos de Dios.
2. Las Cruzadas: Constituyeron uno de los acontecimientos
más notables de la Edad Media-enormes desplazamientos
humanos desde Europa hacia el Cercano Oriente, un fenóme
no único, nunca visto antes en toda la historia de la humani
dad. Estos desplazamientos demográficos ocuparon aproxi
madamente dos siglos, del 1096 al 1270, y fueron básicamente
ocho a los que se sumó una así llamada Cruzada de los Niños
(1212) de muy triste memoria. Por un lado, estas repetidas
campañas militares contra los Turcos Otomanos distrajeron la
atención de Europa y del Papado con relación a “disidentes” y
“herejes”; y por otro, incrementaron enormemente el poder del
Papado, no solamente porque los gobernantes civiles pudieron
ser inducidos y obligados a participar de las mismas, sino por
que también muchísimos de ellos, hábilmente persuadidos a
dejar todas sus posesiones bajo la protección de Roma, murie
ron en combate en las tierras del Cercano Oriente. De esta
manera los pontífices romanos se adueñaron de casi la mitad
de Europa y de enormes riquezas que despojaron de los fami
liares y súbditos sobrevivientes.
3. El Cautiverio de Avignon, Francia, donde los pontífices
romanos vivieron en un verdadero abismo de corrupción por
casi 70 años, desde 1309 a 1378, escandalizando con su con
ducta a toda Europa, para gran desprestigio del Papado.
4. El así llamado Gran Cisma de Occidente, extendido
desde 1378 a 1417, con dos y hasta tres Papas actuando al
mismo tiempo, cada uno de ellos maldiciendo y anatematizan
do al otro y a todos sus seguidores. Este Cisma fue soluciona
do por el Concilio de Constanza (1414-1417), concilio que,
132
por otra parte, se cubrió de infamia al condenar a la hoguera a
dos hombres de Dios verdaderamente extraordinarios, Juan
Hus y Jerónimo de Praga, así como también los huesos del
“lucero de la Reforma”, el gran pre-reformador Juan Wiclef de
Inglaterra, y al perdonar la vida al no menos infame Papa
Juan XXIII, quien astutamente fue declarado ‘anti-Papa’-de
ahí que haya habido otro Juan XXIII (1958-1963).
5. La invención de la imprenta de tipos metálicos movi
bles, obra de Juan Gutenberg, de Mainz o Maguncia, Ale
mania (1455)-el primer libro impreso, enormemente abaratado
por esta invención, fue la Biblia; las consecuencias de lo cual
no necesitan de explicación adicional alguna.
6. El descubrimiento del continente americano (1492) ,
cuyas tierras en la porción norte habrían de transformarse en
refugio de los que sufrieran intolerancia religiosa en Europa.
7. La Reforma (1517), con su poderosísimo llamado al estu
dio individual de la Biblia y al respeto a la libertad religiosa -es
de hacer notar que si las 95 Tesis de Martín Lutero pudieron
leerse en toda Europa apenas dos semanas después de su
publicación, ello se debió a la invención de Gutenberg.
8. El extraordinario reavivamiento del estudio de las pro
fecías bíblicas, especialmente las contenidas en los libros
de Daniel y el Apocalipsis, que desde los tiempos del monje
cisterciense Joaquín de Fiore (m. 1202) y de Eberardo II (m.
1246), arzobizspo de Salzburgo, llevó a una clara identifica
ción profética de la verdadera naturaleza del Papado.
9. La independencia de los Estados Unidos (1776), con
todo lo que significó para la preservación y difusión de las ver
dades de la Palabra de Dios;
10. El despotismo ilustrado del siglo XVIII, que impulsó a
las potencias europeas a liberarse de toda tutela papal.
11. Ya en la conclusión del período, la Revolución Fran
cesa (1789), la cual, al término de los 1.260 años (1798), in
fligió al Papado una herida aparentemente mortal, anticipada
proféticamente en Apocalipsis 13:3.
12. Y por último, inmediatamente después de concluidos los
1.260 años, el surgimiento de un buen número de Socie
dades Bíblicas, especialmente a partir de 1804, cuya extra
ordinaria obra de financiamiento y estímulo de la traducción y
133
difusión de la Biblia no puede atribuirse a ninguna otra causa
sino a la directa intervención divina.
Estos doce acontecimientos realmente notables, así como
también varios otros, proporcionaron un respiro, el "pequeño
socorro" anticipado en el verso 34, en medio de las implaca
bles persecuciones de Roma contra el pueblo de Dios.
Ahora bien ¿cómo entender la última declaración de este
versículo-una frase particularmente enigmática-“muchos se
juntarán a ellos con lisonjas” , o como la traducen otras versio
nes, ‘'con pretextos engañosos” (VM), “traidoramente” (BJ),
“hipócritamente” (NC)? Evidentemente todas ellas apuntan a
una forma de persecución de consecuencias mucho más te
mibles que la persecución exterior; nos referimos a la perse
cución interior, desde dentro de la iglesia, sugerida por la fra
se “se juntarán a ellos”. ¿La registra la historia de la iglesia?
Ciertamente, y como resultado de un proceso bastante pro
longado.
Las raíces pueden rastrearse hasta los comienzos del Cris
tianismo, especialmente desde el siglo II d.C., en adelante,
cuando la Iglesia Cristiana se llenó de teólogos y doctores, e
inmersa en toda clase de disputas relacionadas con cosas no
reveladas por Dios en Su Palabra, comenzó a olvidarse de su
razón de ser, esto es la comunicación del evangelio al mundo.
Esos fueron los tiempos en que surgieron toda clase de here
jías, buena parte de ellas relacionadas con Cristo-si era eter
no o había sido creado; si era una emanación de Dios; si era
una persona, o en él, lado a lado, subsistían dos personas; si
Su encarnación había sido real o tan sólo una apariencia; sí
en el Cristo encarnado hubo una o dos voluntades; cómo se
relacionaban Sus naturalezas divina y humana; y varios etcé-
teras más.
Discusiones similares también vulneraron la comprensión de
las Escrituras-si había en ellas un sólo sentido o varios; si se
la debía interpretar o no en armonía con la Tradición de la
iglesia; si debían combinarse en su estudio la fe (es decir, la
revelación divina) y la razón (representada por la filosofía
griega); y de ser así, ¿a cuál de las dos debía dársele priori
dad?; si existía en la Iglesia algún magisterio supremo (algo
así como una apostolicidad o sucesión apostólica inerrante); y
otras. La verdad es que durante toda la Edad Media la Biblia
fue sometida a interpretaciones ajenas a su contenido, princi
palmente las derivadas de la filosofía griega (de Platón, pri
134
meramente, desde el siglo V, y de Aristóteles, después, des
de el siglo XIII) y de la discordante Tradición de la Iglesia (las
opiniones de los así llamados Padres de la Iglesia y Doctores
eclesiásticos, y sus sucesores, todos ellos profundamente im
buidos del pensamiento griego).
Con la Reforma del siglo XVI, y sus sonoros y convincentes
gritos de batalla-sola scriptura (solamente las Escrituras), sola
gratia (solamente por gracia), sola fide (solamente por fe) y
soli Deo gloria (todo solamente para la gloria de Dios)-se in
trodujo un gran cambio en el Cristianismo. Entre otras muchas
cosas, la Reforma se preocupó por recuperar el verdadero
texto bíblico de la multitud de manuscritos y las muchas va
riantes contenidas en ellos. Así surgió la crítica textual que ha
cumplido una tarea vital al proporcionarnos el texto sumamen
te confiable de las Sagradas Escrituras de que disponemos
hoy, el mejor de todos desde que los autores originales escri
bieron sus libros.
Paralelamente, por obra de quienes también se considera
ban auténticamente cristianos, y pretendiendo la misma finali
dad de los otros, fue surgiendo otro enfoque de la Biblia, que
se conoció como criticismo histórico-literario o Alta Crítica. Se
argumentó que no era suficiente con disponer de un texto de
la Biblia que fuera fiel a los originales autógrafos, sino que, y
tal vez más importante aún, había que asegurarse de que su
contenido fuese realmente confiable.
Esta nueva línea de evaluación crítica de las Escrituras par
tió (¿consciente? ¿inconscientemente?) de la base de que
nada en la Biblia debe recibirse como confiable y aceptable, a
menos que pueda probárselo como tal. Así, con Jean Astruc,
un médico francés, y el libro que escribió y publicó anónima
mente, titulado Conjeturas (1753), comenzaron ataques cada
vez más agudos a la historicidad de Moisés y a la originalidad
del Pentateuco-aunque Astruc aceptaba la autoría del Géne
sis por parte de Moisés, al mismo tiempo objetaba su origina
lidad, argumentando que Moisés dependió de dos documen
tos anónimos previamente existentes.
Muchos otros siguieron en sus huellas: Johann G. Eich-
horn (m. 1827), quien aceptó la presuposición de Astruc y la
aplicó a todo el Pentateuco. A su vez Karl D. Ilgen sostuvo en
1798 que Moisés no solamente se había basado en dos, sino
que ¡en nada menos que 17 documentos! Las compuertas de
las dudas ya se habían abierto y por ellas entraron muchos
135
otros en sucesión ininterrumpida, cada uno tratando de ser
más original que los anteriores, y, por lo mismo, cada uno más
destructivo que los otros. Así Alexander Geddes (m. 1802)
extendió la teoría de las fuentes, ya en boga, también al libro
de Josué, introduciendo el término Hexateuco en lugar de
Pentateuco, y sosteniendo que había sido escrito en tiempos
de Salomón; Johann S. Vater, a comienzos del siglo XIX, di
sintió con Geddes, sosteniendo que los primeros seis libros
de la Biblia recién terminaron de recuperarse en tiempos del
Exilio, 900 años después de Moisés, y como resultado de la
combinación de ¡38 documentos!
Interesante e ilustrativa como podría resultar toda esta in
formación, completarla está más allá de los propósitos que
nos animan. Decenas y más decenas de autores que se pro
clamaban Protestantes, incluyendo al gran “patriarca” de los
críticos, Julius Wellhausen (1844-1918), se levantaron en
pretendida defensa de la Biblia, pero tan sólo para despresti
giarla y destruir la fe en ella.
¿Se salvó el Nuevo Testamento de este criticismo despia
dado? Sería ilógico suponerlo. Quien lo inició fue Mathias
Schnekkenburger, en 1841, poniendo en duda la historicidad
de Hechos de los Apóstoles. Según él, este libro habría sido
escrito para justificar a Pablo ante los ojos de los judaizantes y
asemejarlo en todo lo posible a Pedro. Su contenido, por lo
tanto, no sería históricamente confiable. En sus pasos siguió
Ferdinand C. Baur (m. 1860), para quien el Cristianismo no
era otra cosa que el resultado de una confrontación de dos
bandos dentro del Judaísmo-el bando de Pedro y Juan, que
defendía un Mesías exclusivo de los judíos, y el bando de Pa
blo, con la bandera de un Mesías universal y un Cristianismo
totalmente diferente del Judaismo, libre de la ley de Moisés.
Según Baur, la mayor parte del Nuevo Testamento fue escrito
en el siglo II, después de la muerte de los apóstoles, ya en
tiempos de un Cristianismo de compromiso entre los dos ban
dos, el que poco después dio origen al Catolicismo Romano.
Siguió a esto una discusión interminable acerca del origen
de los evangelios, el así llamado problema sinóptico, para de
terminar cuál de ellos fue escrito primero, y en qué medida
dependieron sus autores entre si y de otras fuentes; qué en
los evangelios es historia fáctica y qué es resultado tan sólo
de la interpretación imaginativa de la iglesia, etc. Lo siguiente
fue una "búsqueda" (así se la dio en llamar) del Jesús históri
136
co, con la finalidad de poder escribir una biografía objetiva de
él, búsqueda que terminó declarando la imposibilidad de lo
grarlo, y hasta dudando aun de su existencia. [Ya en tiempos
más recientes, uno de los frutos de esa “erudición”, tal vez el
que más insistió en la imposibilidad de recuperar al Jesús his
tórico, fue el notable misionero suizo Albert Schweitzer (m.
1965) para quien Jesús fue un mero iluso, quien ingenuamen
te quiso mover la gran rueda de la Historia a fin de que, de
una buena vez, se estableciera el reino de Dios; trató de
hacerlo echándose él mismo sobre esa rueda, con lo que lo
gró hacerla girar una sola vez. Pero en lugar de apresurar el
establecimiento del reino, lo único que quedó como resultado
de ese giro fue el cuerpo magullado y ensangrentado del ilu
so, aplastado por la rueda de la Historia.]
Volviendo sobre nuestros pasos, surgió luego una teoría
acerca de la necesidad de desmitologizar los evangelios, en
tendiéndose por mito el “envoltorio” o vehículo con el cual se
transmitieron algunos dichos aislados de Jesús, recordados
por la iglesia-así, declaraciones atribuibles a Jesús habrían
sido “envueltas” en incidentes imaginados o inventados por la
Iglesia o bien por el autor del evangelio respectivo, con el pro
pósito de facilitar el recuerdo de las enseñanzas del Maestro;
en otras palabras, se habrían inventado escenarios a fin de
que se recordaran mejor las declaraciones de Jesús. La dis
cusión se centró luego en cuántos de los dichos de Jesús
eran realmente auténticos, y cuántos solamente reflejaban las
ideas del autor de cada evangelio. En síntesis, algo de nunca
acabar.
Revisemos nuevamente Ja Segunda parte del verso 34, "y
muchos se juntarán a ellos con lisonjas”. ¿Cuáles han sido
los frutos de esos “muchos” que, de acuerdo a las palabras
de Gabriel, habrían de juntarse con los verdaderos hijos de
Dios “con lisonjas”, “con pretextos engañosos^(VM), “traido
ramente” (BJ), o<“hipócritam ente (NO? ¿Cuáles han sjdo.los
resultados de estos demoledores ataques^ desde adentro?
Escepticismo, cuestionamiento de todo, desprecio por el “es
crito está”, un eclipsamiento casi total de la e s p e rá ñ zá jjrT la
Segunda Venida de Cristor creciente desprecio hacia la Ley
de Dios, y la resultante marea incontenible de maldad, delito y
violencia que envuelve al mundo, todo fruto directo del cues
tionamiento y rechazo de la Palabra de Dios, provocado por
aquellos que se “juntaron” con los verdaderos hijos de Dios
con el pretexto de ayudarlos a defenderla.
137
Desde una perspectiva más amplia, la iglesia cristiana primi
tiva pudo enfrentar victoriosamente el ataque exterior, repre
sentado por las diez persecuciones que el Imperio Romano
pagano lanzó contra ella entre los años 64 y 313 d.C.; pero
esa misma iglesia se debilitó como consecuencia de los ata
ques desde adentro. En nombre de la erudición la iglesia se
introdujo más y más en el terreno del compromiso, al punto
que no pudo resistir la tentación de entrar en componendas
con el Estado; y fue así como se produjo la primera gran
apostasía del Cristianismo, la que eventualmente dio origen al
C a tn l¡ri< ;m n R n m a n n ~\
138
ideas heréticas de Wellhausen!) Y cuando esos teólogos re
gresaron, ya no eran los mismos-las nuevas ideas habían ca
lado profundamente en sus mentes, y se cumplió aquel viejo
adagio de que los maestros siempre enseñan aquello que les
fue enseñado a ellos.
Los resultados son demasiado evidentes como para que
resulte necesario comentarlos-un desprecio creciente hacia la
Palabra de Dios, y un sometimiento cada vez mayor de sus
declaraciones a interpretaciones foráneas. No es de .extrañar
que se escuche decir con mucha frecuencia que el gran pro
blema actual de la teología es de naturaleza henmenéutica-el
gran campo de batalla entre los teólogos está centrado en las
presuposiciones con las que.se interpreta la Biblia.
Este ataque desde adentro está produciendo los mismos
resultados que se vieron en tiempos de Constantino I el
Grande y el pastor de la iglesia de Roma, Silvestre I. En
aquel entonces se vio la conveniencia de establecer un nue
vo orden mundial, la unión de Iglesia y Estado. Exacta
mente lo mismo está ocurriendo al presente: puede observar
se a las iglesias protestantes inmiscuyéndose más y más en
cuestiones políticas, ávidas de poder disponer de la autoridad
del Estado. Todo se está encaminando _hacia una segunda
gran apostasía del Cristianismo, una nueva unión de Iglesia y
Estado, auspiciada ahora por.el Protestantismo.
139
Verso 35 Protagonistas Cronología
140
la obra maestra de Satanás o es el reino del Hijo de Dios.’ En
palabras del Cardenal Newman [m. 1890]: ‘Un orden sacerdo
tal es la esencia de la iglesia de Roma; si no ha sido divina
mente designado, es doctrinalmente la esencia del anticristo.’
En estas dos declaraciones el asunto es claro, y al mismo
tiempo idéntico. Roma misma lo admite, y lo admite abierta
mente, que si ella no es el reino mismo de Cristo, entonces
ella lo es del anticristo. Roma declara que es lo uno o lo otro.
Es ella misma quien propone y urge esta solemne alternativa.
“Usted se sobrecoge ante esta opción, ¿verdad? Yo la
acepto. La conciencia me constriñe a hacerlo. El pasado, el
terrible pasado, se yergue ante mi. Veo LA GRAN APOSTA-
SÍA. Veo la desolación de la Cristiandad. Veo las ruinas
humeantes, veo el reinado de los monstruos; veo a esos vice
dioses, tales como ese Gregorio Vil, ese Inocencio III, ese
Bonifacio VIII, ese Alejandro VI, ese Gregorio XIII, ese Pió IX;
veo su larga sucesión, escucho sus insoportables blasfemias,
veo sus vidas abominables; los veo adorados por generacio
nes enceguecidas, otorgando bendiciones huecas, cambala
cheando indulgencias mentirosas, creando un Cristianismo
paganizado. Veo sus ornamentados esclavos, sus sacerdotes
esclavizados, sus confesores célibes; veo el infame confesio
nario, las mujeres arruinadas, los inocentes asesinados; escu
cho las absoluciones mentirosas, los gemidos de los moribun
dos; oigo los gritos de las víctimas, escucho los anatemas, las
maldiciones y el atronar de las interdicciones. Veo los potros
de tormento, las mazmorras, las hogueras; veo a la inhumana
Inquisición, aquellos fuegos de Smithfield [lugar de ejecución
bajo María I de Inglaterra (1553-1558), donde más de 300
“herejes” fueron quemados vivos], esa carnicería de San Bar
tolomé [1572], la armada española, esas indescriptibles dra-
gonadas, esa interminable sucesión de guerras, esa espanto
sa sucesión de masacres. Veo todo esto, y en el nombre de la
ruina que ha traído sobre la iglesia y sobre el mundo, en nom
bre de la verdad que ha negado, del templo de Dios que ha
contaminado, del Dios que ha sido blasfemado, de las almas
que ha destruido; en el nombre de los millones a quienes ha
engañado, de los millones que ha asesinado, de los millones
que ha condenado, y con los santos confesores, con los no
bles reformadores, con los innumerables mártires, con los
santos de todas las edades, la denuncio como la obra maestra
de Satanás, como el cuerpo, el alma y la esencia del anticris
to”. 7
141
Lamentablemente, aunque tal vez habríamos preferido que
así hubiera sido, Guinness no exageró las tintas en su gráfica
descripción. Y aunque durante las últimas décadas, como
consecuencia de las tibias brisas del compromiso ecuménico,
pocos se atreven a expresarse con una claridad tal, es todavía
verdad, verdad muy bien documentada, lo que escribió este
autor a fines del siglo XIX.
Verso 36 Protagonistas Cronología
142
de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se
llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo
de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios” (2 Tes 2:3, 4).
¿Cómo es que habría de ensoberbecerse y engrandecerse
sobre toda otra divinidad? Mediante declaraciones osadas,
por las que reclamaría atributos que son absolutamente ex
clusivos del único Dios verdadero. En palabras de Gabriel,
“contra el Dios de los dioses hablará maravillas” [“hablará cosas
espantosas" (VM); “proferirá cosas inauditas” (BJ); o en expresio
nes equivalentes utilizadas anteriormente por el ángel: “ gran
des cosas”, “grandes palabras” (7:8), “palabras contra el Altísi
mo” (7:25); y en el Apocalipsis, “grandes cosas y blasfemias”
(Apocalipsis 13:5), “abrió su boca en blasfemias contra Dios, para
blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran
en el cielo” (13:6), y “una bestia escarlata llena de nombres de
blasfemia” (17:3)].
Es mucho lo que podría decirse acerca de estas “ maravi
llas” , porgue jalonan toda la historia de la institución papal,
pero bastará con recordar el dogma que, desde éí~T8~de julio
de 1870, le ha concedido al pontífice romano infalibilidad en la
definición de asuntos pertenecientes a la fe y la moral. La de
claración dogmática reza así: “Conforme a la tradición seguida
fielmente desde el principio de la fe cristiana, en la aprobación
del santo concilio enseñamos y definimos lo siguiente, como
dogma divinamente revelado: El Pontífice romano, cuando
habla ex-cathedra, es decir, cuando cumpliendo el oficio de
Pastor y Doctor de todos los cristianos, define, en virtud de su
suprema autoridad apostólica, un asunto de doctrina sobre la
fe y las costumbres, obligatorio para la iglesia entera, el Pontí
fice Romano, gracias a la asistencia divina que le fue prometi
da en la persona del Bienaventurado Pedro, goza de esta infa
libilidad que el Divino Redentor concedió a su Iglesia cuando
trata de definir la doctrina sobre la fe y las costumbres. Las
definiciones del Pontífice romano son pues irreformables en sí
mismas y no hechas tales por el consentimiento de la Iglesia.
Si alguno--Dios no lo permita-tiene la osadía de contradecir
nuestra definición, SEA ANATEMA".
# El Concilio Vaticano II no modificó en nada este dogma.
En efecto, en el cap.3 del documento conocido como Lumen
Gentium o Constitución Dogmática sobre la Iglesia, aprobado
en la sesión del 21 de noviembre de 1964, el dogma de la in
falibilidad papal se repite con palabras muy similares: "Esta es
la infalibilidad que el Pontífice Romano, cabeza del Colegio de
143
obispos, goza en virtud de su oficio, cuando, como pastor su
premo y maestro de todos ios fieles, que confirma a los her
manos en su fe (cf. Lucas 22,32), proclama mediante un acto
definido alguna doctrina de fe o moral. Por lo tanto sus defini
ciones, de sí mismas y no del consentimiento de la Iglesia,
son consideradas justamente irreformables, porque son pro
nunciadas con la asistencia del Espíritu Santo, asistencia que
le fuera prometida a él en el bendito Pedro. En consecuencia,
no necesitan de la aprobación de otros, ni permiten una ape
lación a ningún otro juicio. Porque en tales circunstancias el
Pontífice Romano no está pronunciando juicio como una per
sona privada, sino más bien como el maestro supremo de la
iglesia universal, como alguien en quien el carisma o don de la
infalibilidad de la Iglesia misma está individualmente presente,
él expone o defiende una doctrina de la fe Católica".^/
Es bien sabido cómo, en el ejercicio de este "supremo ma
gisterio” y de esta "infalibilidad", se han introducido en la Igle
sia Católica Romana multitud de doctrinas y dogmas que no
tienen fundamento alguno en la Palabra de Dios y que, por ser
- presentadas en nombre de Dios, o en lugar de Dios, sin serlo
j realmente así, participan del carácter de "palabras contra el
Altísim o" (7:25).
¿Hasta cuándo este "rey" podría hacerlo impunemente-
“contra el Dios de los dioses hablará maravillas” ? El mismo
verso proporciona la respuesta: "...prosperará, hasta que sea
consumada la ira; porque lo determinado se c u m p lir á en otras
palabras, hasta 1798.
144
Un enigmático “amado de las mujeres”
Continúa el tema iniciado en el versículo anterior, es decir,
la manera como el poder representado por el simbólico “rey
del Norte” habría de relacionarse con la divinidad. Siendo que
está hablando de Dios y de otras divinidades, falsas, claro
está ¿cómo entender la frase “...el amor de las mujeres”, o en
mejor traducción, “el amado de las mujeres”? ¿Podría ser refe
rencia a la imposición del celibato sobre los sacerdotes, mon
jes y monjas? Difícilmente, porque el contexto en que está
insertada la frase lo vincula con la divinidad. Cabría pregun
tarse, ¿quién pudo haber sido este ser referido como “el ama
do de las mujeres”? Desde que la promesa de un Redentor les
fuera dada a nuestros primeros padres en el Jardín del Edén,
todas las mujeres, hasta que María de Nazareth fue la elegi
da, albergaron el secreto anhelo de llegar a ser la madre de
ese Redentor. Este “amor de las mujeres”, o “amado de las
mujeres”, difícilmente podría ser interpretado como otro que el
Mesías prometido, el Hijo de Dios, Cristo Jesús.
146
enfurecen sus miserables víctimas, que al manifestar su ira
con juramentos y blasfemias, aumentan continuamente el pe
so de su culpabilidad. La gloria de Dios no obtiene realce con
que se perpetúe el pecado al través de los siglos sin fin.” 10
Y en el párrafo siguiente añade, ‘‘Es incalculable para el es
píritu humano el daño que ha producido la herejía de los tor
mentos eternos. La religión de la Biblia, llena de amor y de
bondad, y que abunda en compasión, resulta empañada por la
superstición y revestida de terror. Cuando consideramos con
cuán falsos colores Satanás pintó el carácter de Dios, ¿pode
mos admirarnos de que se tema, y hasta se aborrezca a nues
tro Creador misericordioso? Las ideas espantosas que res
pecto de Dios han sido propagadas por el mundo desde el
púlpito, han hecho miles y hasta millones de escépticos e in
crédulos”. 11
V e rs o 3 8 P ro ta g o n is ta s C ro n o lo g ía
El “d io s d e la s f o r ta le z a s ”
¿Cuál podría ser este nuevo “dios” - “dios de las fortalezas”
o “ dios ajeno”? Las identificaciones sugeridas del mismo van
desde la unión Iglesia-Estado, es decir, el ya referido principio
de la “bestia”, que le permitió profanar el “santuario-fortaleza”
(v. 31); al así llamado Santísimo Sacramento, corazón mismo
de lo que tanto Gabriel como Miguel calificaron de “abomina
ción desoladora”, en otras palabras, una falsificación de la
“continuidad” de Cristo; hasta la Virgen María, objeto ya de
tres formulaciones dogmáticas:
1. Perpetua Virginidad, antes, durante y después del naci
miento de Jesús (Papa Martín I, en el año 649),
147
2. Inmaculada Concepción (Papa Pío IX, 1854) y
3. Asunción en cuerpo y alma a la gloría celestial (Papa Pío
XII, en 1950).
A estos tres dogmas se está tratando ahora de añadir un
cuarto pronunciamiento dogmático, declarando a María como
co-mediadora y co-redentora, juntamente con Cristo.
¿Cuál de estas identificaciones sugeridas del “dios de las
fortalezas” o “dios ajeno” es la más plausible? Siendo que el
gran tema desde el cap. 8 es la substitución de la “continui-
dacf’ de Cristo en el Santuario Celestial por la falsificación de
la misma referida como “ prevaricación asoladora” , advertencia
que vuelve a mencionarse en el verso 31 y en 12:11, la identi
ficación más probable de este “dios” parecería no ser otra que
la pretendida repetición de la encarnación del cuerpo de Cristo
en la hostia (corpus Christi) y su ofrecimiento como sacrificio
incruento en la Misa, en el acto de la transubstanciación-es
precisamente con el así llamado Santísimo Sacramento, que
involucra el total sometimiento de Cristo al poder del sacerdo
te, como se produce el clímax de la sustitución de la “conti
nuidad” por la “abominación desoladora”.
V e rs o 39 P ro ta g o n is ta s C ro n o lo g ía
149
co. (Al presente hay algo más de 200 conflictos limítrofes a la
espera de un árbitro respetable y efectivo).
- Hemos cubierto así la sección que hemos dado en llamar
“teología del Papado” (vv. 31-39), en la que consideramos
cómo el obispo de Roma habría de obtener el respaldo del
Estado para avasallar el “santuario-fortaleza”, erradicando así
el conocimiento de “la continuidad’ de Cristo en ese Santua
rio, y reemplazándola por un sistema doctrinal y litúrgico refe
rido tanto por Gabriel como por Miguel como la “abominación
desoladora” (v. 31; Mateo 24:15). Exitoso en el intento, habría
de tratar de imponerlo por la fuerza y también por medio de
“halagos”, es decir, promesas huecas de salvación, triste re
medo de esa “ continuidad” divino-humana de Jesucristo.
Quienes se mostraran fieles a Dios habrían de ser objeto de
prolongadas persecuciones, esporádicamente interrumpidas o
suavizadas por varias circunstancias referidas en forma gene
ral como “pequeño socorro”. Tristemente las persecuciones
no serían solamente externas, sino también desde adentro,
personificadas por notables pensadores, mayormente alema
nes, quienes, no obstante invocar la defensa de la Biblia como
motivación de sus investigaciones, en realidad habrían de de
dicar sus energías a minar la confianza en su contenido (vv.
32-35).
Sin embargo, el sistema referido como “rey del Norte” no se
contentaría con destruir el conocimiento de la obra de Cristo
en favor de la salvación de los seres humanos, sino que tam
bién se ensañaría contra la divinidad, contra toda divinidad,
imponiendo un “dios” de su propia invención, con cuyos re
cursos habría de someter a gobernantes y gobernados duran
te algo más de doce siglos (w. 36-39).
Terminamos esta sección llegando otra vez al umbral mismo
de la conclusión de los 1.260 años, es decir, las postrimerías
del siglo XVIII. La expresión, “al cabo del tiempo el rey del sur
contenderá con él” (v. 40), es en todo equivalente al contenido
de los versos 29 y 30: “Al tiempo señalado volverá al sur; mas
no será la postrera venida como la primera. Porque vendrán
contra él naves de Quitim, y él se contristará...”.
Los versos 40 a 45, a los cuales nos dedicaremos en el si
guiente capítulo, concluyen con innegable dramatismo la his
toria de siglos de este personaje siniestro, el “rey del Norte”.
150
I C a rly le B. H a yn e s, Signs of the Times, n o v ie m b re 26, 1946. C ita d o en
M a rc e lo I. F aya rd , En Defensa de la Libertad Religiosa (F lo rid a , B u e n o s A ire s:
C a sa E d ito ra S u d a m e ric a n a , 1947), pp. 30, 31.
2 E. W h ite , Carta 103, 1.904.
3 M artin, Decline..., pp. 25, 26.
4 Ibid., p. 26.
5 Jo se p h T ü rm e l, The Latín Church in the Middle Ages. (N e w Y o rk: S crib n e r,
1915). pp. v, v i.
6 M artin, Decline..., p. 81.
7 H e n ry G ratta n G u in n e s s , Romanism and Reformation (B o sto n: A rn o ld Pub.
A ssn ., 1.890), pp. 2 58 - 260.
8Constitutio Dogmática Prima de Ecclesia Christi, cap. IV, "De Romani Pon-
tificis Infallibili Magisterio".
9Lumen Gentium o Constitución Dogmática sobre la Iglesia, cap. 3.
10 E. W h ite , El Conflicto de los Siglos, pp. 590, 591.
II Ibid., p. 591.
151
CAPÍTULO VIH
MAGNÍFICO RESUMEN
DE DOS SIGLOS DE HISTORIA
• En 1798 un ataque del “rey del Sur•” habría de restringir
marcadamente el férreo control del “rey del Norte”. A pe
sar de ese debilitamiento de su poder, el “rey” habría de
recuperarse, y hacerlo hasta el punto de destruir a su rival
(v. 40).
• ¿De dónde obtendría las fuerzas para hacerlo? De una po
tencia, indudablemente de poderío e influencia mundiales
en ese tiempo, referida tan sólo como “la tierra glorio-
sa”-gracias a esa ayuda extraordinaria el “rey del Norte"
habría de extender su poder sobre un área cada vez ma
yor. Sin embargo, extendido como habría de serlo su do
minio, no lo sería de dimensión total, como lo revela la ex
presión, “escaparán de su mano: Edom y Moab, y la
mayoría de los hijos de Amón” (v. 41).
• El avance de sus conquistas habría de ser irrefrenable,
como lo indica la expresión referida a su rival, “no escapa
rá el país de Egipto”] es decir, quien no podría escapar
habría de ser el “rey del Sur’ (v. 42).
• El control mundial que habría de alcanzar este caudillo “del
Norte” no habría de quedar confinado a la esfera política
solamente, sino que se extendería al campo de la econo
mía mundial, llegando a someter a estricto control finan
ciero incluso a “los de Libia y de Etiopía”—algo así como
los dos extremos del espectro económico, porque en
tiempos antiguos Libia y Etiopía eran respectivamente si
nónimos de pobreza abyecta y extrema riqueza (v. 43).
Continuando con este apretado resumen ofrecido por Ga
briel al profeta,
154
• Ya en control absoluto de toda actividad humana sobre el
planeta, algunas noticias procedentes “del oriente y del
norte” habrían de alarmar profundamente al “rey del Nor
te”, al punto de llevarlo con extrema urgencia a intentar
una acción decisiva: “saldrá con gran ira para destruir y
matar a muchos”. ¿A quiénes representan estos “m u
chos” sobre quienes habría de descargar tamaña ira?
Lógicamente a los propaladores de esas “noticias del
oriente y del norte”. Resulta evidente, de la descripción
proporcionada por Gabriel, que en ese momento de la
Historia, percibiendo las dimensiones enormemente gran
des del desafío a su poder, desafío planteado por poderes
indudablemente más que humanos, el "rey del Norte”
habrá de empeñar sus fuerzas al máximo para contrarres
tar el efecto de esas nuevas (v. 44).
• Al mismo tiempo, resulta claro que esas “noticias del orien
te y del norte” proceden de un cierto monte, referido como
“el monte glorioso y santo”, símbolo de quienes hayan lo
grado escapar del dominio envolvente del “rey del Norte”.
La explicación del ángel no deja lugar a dudas: es preci
samente desde ese “monte” desde donde emerge el dra
mático cuestionamiento a su pretendido derecho de con
trolar todo el planeta. Recurriendo a la fuerza tratará de
impedir que esas “noticias”, que desenmascaran la ver
dadera naturaleza de la inspiración de sus ambiciones
hegemónicas, se extiendan por toda la tierra.
• Acto seguido, comprendiendo su imposibilidad de conquis
tar ese “monte”, concentrará entonces toda su potencia
en obstaculizar la difusión de esas “noticias” a fin de evi
tar que lleguen a los “mares”- no mares geográficos, sino
un símbolo de la totalidad de la población del planeta.
Y finalmente, dos informaciones más en este magnífico
resumen de la Historia contemporánea proporcionado por Ga
briel al profeta.
• ¿Tendría éxito el “rey del Norte” e n su intento de impedir la
difusión de esas noticias? Evidentemente no, ya que el
texto concluye con estas palabras lapidarias, “ mas llegará
a su fin, y no tendrá quien le ayude’’ (v. 45).•
155
dramáticas, “en aquel tiempo”, cuando todo adquiriría el
carácter de lo definitivo y final, “se levantará Miguel, el gran
príncipe”, y nada podrá contra Él el “ rey del Norte”. Todo
esto será clara indicación de que el Juicio ya habrá con
cluido, y que ha llegado la hora de la liberación final del
verdadero pueblo de Dios, definido en ese entonces como
“todos los que se hallen escritos en el libro” (12:1).
FA SE F IN A L DE U N A C O N T IE N D A
F E R O Z Y S IN C U A R T E L
Protagonistas Cronología
“Pero al cabo del tiempo [en Los dos protago “al cabo del
1798] el rey del sur conten nistas más pro tiempo”, mejor,
derá con él; y el rey del nor minentes de todo “al fin del tiem
te se levantará contra él este capítulo, el po”, al concluir en
como una tempestad, con “rey del Sur” o 1798 el período
carros y gente de a caballo, poder político anticipado en
y muchas naves; y entrará secular y el “rey 7:25 como:
por las tierras, e inundará, y del Norte”o po “tiempo, y tiem
pasará. [¿De dónde habría der religioso pos, y medio
de obtener el poder necesario apóstata; es de tiempo”, o
para semejante reacción? De cir, Estado e 1.260 años.
la “tierra gloriosa”, como la Iglesia.
menciona el verso 41]”.
157
La historia de estos dos últimos siglos ilustra ampliamente la
forma en que el obispo de Roma fue recuperando el poder
que perdiera en 1798.
158
católico de Austria, amén de otros funcionarios de menor
rango. Pareció como que todos habían conspirado para que el
Papado no pudiera liberarse de la carga representada por su
ambición de poder temporal.
3- EI Concilio Vaticano I (8 diciembre de 1869 a octubre
20 de 1870): Como ya lo consideramos, el 18 de julio de 1870,
mediante la constitución doctrinal Pastor Aeternus, el Concilio
promulgó el dogma de la Infalibilidad Papal y de la Jurisdic
ción Espiritual Universal del Obispo de Roma. Muy pocos ad
virtieron en su momento que este documento representaba
una renuncia formal de parte del Papado al poder temporal.
En realidad, al Vaticano no le quedaba otra alternativa, del
momento que las tropas Piamontesas, habiendo conquistado
los Estados Papales, estaban ya a las puertas de Roma. A no
dudarlo, esa renuncia fue un gran paso adelante, el mayor de
ellos hasta ese momento, en el sanamiento de "la herida de
muerte” que le infligiera Francia (Apocalipsis 13:3).
4-Los Tratados [porque fueron varios] de Letrán : Firma
dos el 11 de febrero de 1929 por Benito Mussolini, represen
tando al gobierno italiano, y Pietro Gasparri, secretario de
estado del Vaticano bajo Pío XI, estos acuerdos pusieron fin a
la así llamada "cuestión romana”, la situación de la ciudad de
Roma, reclamada como capital tanto por el Papado como por
el Estado Italiano. También pusieron fin al largo periodo de 59
años (1870-1929) durante el cual el Papa se consideró a sí
mismo "prisionero en el Vaticano”. Estos tratados, además de
conceder enormes reparaciones económicas al Vaticano, res
tauraron el poder temporal del Papado, aunque únicamente
sobre un área de 44 hectáreas dentro de la ciudad de Roma.
A partir de ese acuerdo el obispo de Roma pudo reiniciar acti
vidades diplomáticas y establecer concordatos con las nacio
nes sin necesidad de consultarlos previamente con el gobier
no de Roma.
5- Exitosa actividad diplomática del Vaticano : En el
momento de la coronación del Papa Benito o Benedicto XV
en 1914, tan sólo 14 naciones mantenían todavía relaciones
diplomáticas con el Vaticano; a su muerte en 1922, ya eran
25. Al tiempo del fallecimiento de Pío XII, en 1958, el número
de sedes diplomáticas en el Vaticano había ascendido a 50.
Y en el momento de escribirse estas líneas, la cifra llega a
174. Se estima que fuera de los Estados Unidos, que las tie
ne en mayor cantidad debido a la presencia de la sede de las
159
paso más en el sanamiento pleno de la herida aparentemente
mortal que recibiera de Francia hace más de doscientos años.
Ese sanamiento habría de ser resultado de la entrada del “ rey
del Norte” en “ la tierra gloriosa” referida en el v. 41.
161
oriente, y hacia la tierra g lo r io s a (Subrayado añadido.) ¿Puede
identificársela con la de 11:41? Difícilmente, porque este pa
saje está inserto en el contexto de la división del Imperio Gre
co-macedónico después de la muerte de Alejandro III el Gran
de (323 a.C.) “hacia los cuatro vientos del cielo” (v. 8). Tiempo
después, desde uno de esos “ cuatro vientos del cielo'' habría
de emerger un poder que crecería “mucho al sur, y al oriente, y
hacia la tierra gloriosa”. Como lo vimos anteriormente este
“cuerno pequeño” habría de ser romano, y en su crecimiento
pondría fin, creciendo hacia el “oriente”, al reino de los Sedu
cidas, y haciéndolo hacia el “Sur", también al Ptolemaico.
Entre ambos reinos estaba localizada Judea, el territorio de
los judíos, la “tierra gloriosa” de aquel entonces. ¿Por qué
“gloriosa”? Por el gran privilegio que le otorgara Dios de
hacerla depositaría de la revelación y misión divinas necesa
rias para preparar al mundo para la primera venida de Cristo;
y también por la presencia del Templo en ella. En síntesis, la
“tierra gloriosa” del 8:9 no puede identificarse con la mencio
nada en 11:41; aquella correspondió a tiempos precristianos;
ésta, en cambio, habría de surgir siglos más tarde, en las pos
trimerías del siglo XVIII, para jugar un papel de vitalísima im
portancia en el desenlace del drama que conmueve a este
planeta, y precisamente antes del regreso de Cristo a la tierra.
La misma expresión, "tierra gloriosa", aparece nuevamente
en 11:16, y con el mismo significado que en 8:9; es decir, refe
rida otra vez a Judea: “Y el que vendrá [los Romanos] contra él
[contra el monarca Seléucida Antíoco III el Grande] hará su volun
tad, y no habrá quien se le pueda enfrentar; y estará en la tierra
gloriosa, la cual será consumida en su poder. (Subrayado añadi
do.)” Este texto describe la transformación de Siria, la tierra de
los Seléucidas, y Judea, "la tierra gloriosa”, en provincias ro
manas, lo que ocurrió en los años 64 y 63 a.C. respectivamen
te.
Si la “tierra gloriosa’’ mencionada en este versículo fue
“consumida” mientras estaba “en su [de los Romanos] poder",
[otras traducciones rinden el pasaje como, “llevando en sus manos
destrucción”, BJ; “exterminando cuanto caiga en su mano”, NC], se
sigue de esto que debido a la pérdida de su independencia
(63 a.C.), al rechazo del que fuera objeto el Mesías (31 d.C.),
la destrucción del Templo y la deportación masiva de los judí
os fuera de su tierra (70 y 135 d.C.), Judea dejó de existir co
mo “tierra gloriosa”.
162
PAUTAS IDENTIFICATORIAS DE LA
“TIERRA GLORIOSA”
Descartadas las dos referencias previas a la “ tierra glorio
sa” en Daniel (8:9; 11:16) como equivalentes de la misma ex
presión en Daniel 11:41, volvemos al interrogante planteado
más arriba, ¿cuál es realmente la “ tierra gloriosa” en este pa
saje, y por qué se la refiere de esa manera? ¿Hay algunas
pautas en el cap. 11 que ayuden en su identificación?
Efectivamente, Daniel 11 proporciona por lo menos cinco
de esas pautas :
• 1-Esa “ tierra” comenzaría a hacer sentir su presencia en el
mundo hacia fines del siglo XVIII;
• 2-En esa tierra se conservaría, como en ningún otro país
de ese entonces, la revelación de Dios en su pureza;
• 3-Con el paso del tiempo esa pureza se iría perdiendo,
dando lugar a una generalizada apostasía [el texto parale
lo lo anticipa con claridad meridiana al indicar que el “ rey
del Norte” habría de entenderse “con los que abandonen el
santo pacto” (11:30)].
• 4-Precisamente en tiempos de esa apostasía esa nación
habría de transformarse en superpotencia mundial única,
ya que de lo contrario no podría ayudar al “rey del Norte” a
lograr el dominio mundial descripto en los vv. 41 a 43.
• 5-EI verbo ‘entrar’ utilizado en la expresión clave “ entrará
en la tierra gloriosa”, parecería anticipar que no habría de
ser conquistada por el “rey del Norte” por medio de la
fuerza, sino que esa estrecha colaboración implicada en
tre ambos habría de ser resultado de un proceso de acer
camiento y entendimiento paulatino y pacífico. En otras
palabras, sería la apostasía de la “ tierra gloriosa” la que
abriría las puertas a la entrada pacífica del “rey del Norte”
en ella.
La verificación histórica del cumplimiento de estas pautas
señala, en forma excluyente de toda otra, a una sola nación.
La “tierra gloriosa” de Daniel 11:41, sorprendente y hasta difí
cil de aceptar como pudiera serlo, no puede ser otra que los
¡Estados Unidos de Norteamérica! ¿Y si estuviéramos equivo
cados? Difícilmente, por la sencilla razón que no hay otra na-
163
ción sobre todo el planeta que reúna estas cinco característi
cas.
¿Hay algún otro pasaje en la Biblia que corrobore esta iden
tificación? De haberlo, sólo puede estar en el Apocalipsis,
porque, “en el Apocalipsis todos los libros de la Biblia se en
cuentran y terminan. En él está el complemento del libro de
Daniel.” 3 Si es verdad, como lo afirma Elena White, que “en el
Apocalipsis todos los libros de la Biblia se encuentran y termi
nan”, y si es verdad que el Apocalipsis es “el complemento del
libro de Daniel”, tenemos toda razón de esperar que algo ten
ga para decir el último libro de la Biblia acerca de la “tierra
gloriosa” mencionada en Daniel 11:41.
164
• Su período de actuación hegemónica se extendería duran
te 42 meses proféticos (v.5)-es decir, “un tiempo, y tiem
pos, y ¡a mitad de un tiempo” (Apoc. 12:14) o ‘‘mil doscien
tos sesenta días” (12:6)-periodo que se extendió entre los
años 538 y 1798;
• Este periodo habría de concluir “en cautividad” (v.10), la
del Papa Pío VI, precisamente en 1798; este mismo eclip-
samiento temporario es referido como “una herida de
muerte" (v.3). Todas estas coincidencias en las descrip
ciones de ambos poderes parecen hacer ¡nescapable la
identificación de esta primera “ bestia” de Apocalipsis 13
con el “ rey del Norte” de Daniel 11:21-45.
Una identificación similar surge de la comparación de las
características de la “ tierra gloriosa” de Daniel 11:41 y la se
gunda “bestia” de Apocalipsis 13, ambas descripciones referi
das a uno y el mismo poder. Ya repasamos las características
de la “tierra gloriosa” en Daniel 11, y llegamos a la conclusión
de que incuestionablemente señalan a los Estados Unidos de
Norteamérica.
NUEVA SORPRESA:
¡LA “TIERRA GLORIOSA” EN EL APOCALIPSIS!
Ahora bien ¿ocurre lo mismo con las del segundo poder o
“bestia" descripto en Apocalipsis 13:11-14? Una simple enu
meración de esas características es suficiente como para co
rroborarlo.
• Haría su aparición al tiempo del eclipsamiento de la prime
ra “bestia” mencionada en el capítulo, es decir, a fines del
siglo XVIII (v.11).
• Emergería con la apariencia de un “cordero", símbolo
apropiado de inocencia y juventud (v. 11).•
• Tendría “dos cuernos semejantes a los de un cordero”-, no
serían los “cuernos” del dragón (Apocalipsis
12:3;13:1;17:3), indicadores de despotismo, intolerancia y
persecución, sino que siendo los de un “cordero” sólo
pueden representar una garantía de libertades, las dos li
bertades fundamentales, libertad política, propia de la de
mocracia de un régimen republicano, y libertad religiosa,
preciosa bandera del Protestantismo.
165
En síntesis, una nación republicana y protestante, apropia
damente referida como “tierra gloriosa” en Daniel 11:41, que
habría de hacer su aparición durante la última parte del siglo
XVIII (v. 11). ¿Qué nación? ”Una nación, y solo una, responde
a los datos y rasgos característicos de esta profecía [Apoca
lipsis 13:11-14]; no hay duda de que se trata aquí de los Esta
dos Unidos de Norteamérica.” 4
Continuando la enumeración de algunas de las característi
cas de la segunda “bestia” (Apoc. 13:11-14):
• Con el paso del tiempo esa nación habría de experimentar
un cambio asombroso e increíble, causado por su infiltra
ción por parte del dragón, que la llevaría de admirado pa
ladín de libertades a opresor inmisericorde de concien-
cias-en otras palabras, habría de experimentar un proce
so de gran apostasía (v.11).
• Esa apostasía la llevaría paulatinamente a proporcionar
apoyo pleno e incondicionado al “ rey del Norte” o aposta
sía papal-de hecho, invertiría todo su poder de superpo-
tencia mundial única en hacer “que la tierra y los morado
res de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal
fue sanada” (v.12). Nuevamente, “.../os Estados Unidos de
Norteamérica son el poder representado por la bestia de
dos cuernos semejantes a los de un cordero...”.5
Este listado de características podría extenderse más, pero
las cinco ya derivadas del pasaje identifican con notable pre
cisión a la “bestia” con los “dos cuernos semejantes a los de
un cordero” de Apocalipsis 13:11, con la “tierra gloriosa” de
Daniel 11:41; y el tiempo cuando su naturaleza habrá de ex
perimentar una increíble transformación, al punto de hablar
“como dragón", con “los que abandonen el pacto santo” (Daniel
11:30), lo cual habrá de permitir el resurgimiento del poder
papal, esto es, la curación de la “herida mortal’ que ese poder
experimentara en febrero de 1798.
EMERGENCIA DE UNA
SUPERPOTENCIA MUNDIAL ÚNICA
¿Comprueba la Historia esta sorprendente identificación de
la “tierra gloriosa”? Los Estados Unidos ascendieron al
escenario de la Historia como nación en 1776, como resultado
de la unión de las 13 colonias británicas que formaban por
aquel entonces la así llamada Nueva Inglaterra. Un siglo
166
después de su independencia, la nación aún no había alcan
zado relevancia especial alguna; es más, la cruenta Guerra
Civil (también llamada de Secesión) entre el Norte o Unión y
el Sur o Confederación (1861-1865) había segado en lucha
fratricida 650.000 vidas jóvenes, la flor y nata del futuro del
país. (Si no hubiera sido por el gran influjo de inmigrantes pro
cedente de Europa, que se registró durante las últimas déca
das del siglo XIX, muy otra habría sido la trayectoria histórica
de esta nación, postrada como había quedado por esa cruen
ta guerra intestina.)
Hacia fines de ese mismo siglo XIX, cuando las naciones
más importantes del mundo, las así llamadas Cuatro Grandes,
eran Inglaterra, Rusia, Prusia y Austria, los Estados Uni
dos todavía se debatían en refriegas y escaramuzas con los
indios. En esas mismas circunstancias la Guerra Hispano-
Americana (abril a diciembre, 1898) permitió al país flexionar
sus músculos en un conflicto internacional, derrotando a Es
paña y arrebatándole las posesiones de ultramar que aún res
taban de lo que había sido el gran imperio ibérico. Otra opor
tunidad de hacer sentir su presencia en el escenario del pla
neta se la ofreció su participación, también exitosa, durante
los últimos meses (abril 1917 a noviembre 1918) en la Gran
Guerra o Primera Guerra Mundial. Sin embargo, cuando algu
nos años más tarde Adolf Hitler tomó el poder en Alemania
(1933), el ejército de los Estados Unidos apenas ocupaba el
lugar No. 16 entre las fuerzas armadas del mundo.
Vino entonces la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), y
las notables victorias que lograron las fuerzas estadouniden
ses en todos los frentes, le aseguraron a ese país un escaño
de honor entre las naciones del mundo, al punto de que no se
oyeron objeciones serias a la propuesta de levantar el magní
fico edificio de las Naciones Unidas en Nueva York. La des
bordante euforia de aquellos días llevó a los Estados Unidos
a enredarse imprudentemente en dos conflictos bélicos de
resultado ambiguo, a enorme distancia de sus playas, océano
Pacífico de por medio, y en defensa de gentes cuyos idiomas
no eran comprendidos por los soldados estadounidenses, las
guerras de Corea (1951-1953) y de Vietnam (1954-1975).
Entre tanto la Unión de las Repúblicas Soviético Socialistas,
es decir, Rusia, se iba perfilando como la única potencia
mundial de consideración.
167
Pero las cosas comenzaron a experimentar un marcado
cambio en la década de 1980. Los decesos de los últimos ve
tustos patriarcas del Comunismo, Leonid Brezhnev (noviem
bre 10, 1982), Yuri Andropov (Febrero 09, 1984) y Konstan-
tin Chernenko (Marzo 11, 1985), en una sorprendentemente
rápida sucesión entre 1982 y 1985, y el ascenso al poder, en
el último de estos años, de un líder joven e idealista, Mikhail
Gorbachev, marcaron el comienzo del precipitado eclipsa-
miento del Comunismo (simbólicamente marcado por la de
molición del infame Muro de Berlín, en noviembre de 1989).
Así como esa demolición fue sorpresiva por lo espontánea e
inesperada, nadie en el mundo estaba preparado para la si
guiente no menos asombrosa sorpresa-la entrevista en el Va
ticano, el 1o. de diciembre de ese mismo año, de Mikhail
Gorbachev con Juan Pablo II: Gorbachev se refirió al Papa
como “el líder moral del mundo”, y Juan Pablo II evaluó el
encuentro como “una señal de los tiempos que ha ido madu
rando lentamente, una señal rica en promesa.” Menos de dos
años más tarde, la fulminante y señalada victoria de los Esta
dos Unidos en la así llamada Guerra del Golfo contra Irak, de
apenas seis semanas de duración (enero 16 a febrero 28,
1991), convirtieron a esta nación en la única, ¡absolutamente
única!, superpotencia mundial.
EXTRAÑA SOCIEDAD:
EL “REY DEL NORTE”
Y LA “TIER R A GLORIOSA”
El acercamiento entre los Estados Unidos y Roma comen
zó a fines de 1939, cuando el presidente Franklin Delano
Roosevelt (1933-1945) designó un representante personal
del presidente de los Estados Unidos en el Vaticano. Doce
años más tarde, cuando su sucesor en la presidencia, Harry
Truman (1945-1953), intentó elevar la categoría de ese re
presentante a embajador de los Estados Unidos, la reacción
de la nación fue tan adversa que Truman debió aún retirar su
representante personal en el Vaticano. Esta posición fue res
tablecida diecinueve años más tarde, en 1970, por el presi
dente Richard M. Nixon (1969-1974); sin embargo, durante
ese lapso de casi dos décadas, todos los presidentes de los
Estados Unidos mantuvieron entrevistas con los pontífices
respectivos, Juan XXIII (1958-1963) y Pablo VI (1963-1978).
168
El gran paso hada el intercambio de embajadores entre la
Santa Sede y Washington fue resultado colateral de un par
de incidentes que acercaron notablemente al presidente Ro-
nald Reagan (1981-1989) y el Papa Juan Pablo II (1978-
2004): ambos fueron objeto de atentados contra sus vidas en
1981, con pocos días de diferencia, Reagan, el 30 de marzo,
y Juan Pablo II, el 14 de mayo de ese año. Ambos atribuye
ron la supervivencia a intervenciones sobrenaturales, de Dios
(Reagan), y de la Virgen (Juan Pablo II). Poco después, el 7
de junio de 1982, en una conversación en la biblioteca privada
de Juan Pablo II en el Vaticano, ambos líderes establecieron
lo que dio en llamarse una “Santa Alianza" para poner fin al
comunismo ruso; y los sucesos de los años siguientes testi
moniaron del éxito del plan.
En esa conversación de junio de 1982, Juan Pablo II sugirió
relaciones diplomáticas a nivel de embajadores. Después de
no pocas consultas, en las que hubo que emplear a fondo los
artificios de la diplomacia, el 18 de noviembre de 1983, el pre
sidente Reagan logró que el Congreso de los Estados Unidos
aprobara el financiamiento de una embajada en el Vaticano,
lo que hizo de la nación el país No. 110 con ese nivel de
relación. Desde entonces el acercamiento se ha fortalecido,
especialmente durante la presidencia de George W. Bush
(2001-....) De hecho, cuando el Vaticano solicitaba un
contacto telefónico con el presidente William [Bill] Clinton, el
mismo podía demorarse hasta una semana--“a Flynn [emba
jador de Estados Unidos en el Vaticano] le llevó una semana
[en 1994] conseguir que el Presidente Clinton aceptara hablar
por teléfono con el Papa acerca de la Conferencia [promovida
por las Naciones Unidas sobre el control de la natalidad] a
realizarse en El Cairo.”
Las cosas cambiaron enormemente a partir del 2001 A la
pregunta, “¿Cuánto tiempo le llevaría a [James] Nicholson,
[embajador de Estados Unidos en el Vaticano hasta comienzo
del año 2005] lograr un contacto telefónico similar?". "Creo
que lo lograría en muy corto tiempo" contestó Nicholson. "El
presidente siente un gran respeto hacia el Papa, tanto por lo
que el Papa representa como modelo, como hombre y como
líder religioso, así como también por su gran sabiduría en el
manejo de los asuntos mundiales”.
“Cuando el Papa habla” añadió Nicholson, “el pueblo de to
do el mundo presta atención, y ciertamente también lo hace
169
mi gobierno.” Como ejemplo de lo que decía, Nicholson se
refirió al discurso que Juan Pablo II dirigió el 12 de enero de
2004 a los embajadores de las 174 naciones representadas
en el Vaticano: pues bien, ese mismo día una copia de ese
discurso fue colocada sobre el escritorio del Secretario de Es
tado Colín Powell en Washington. “Creo que estoy en lo co
rrecto al afirmar que antes de que termine el día, el Secretario
de Estado ya está enterado de lo que el Papa tiene para decir
en ese día”.6
Las recepciones apoteósicas que recibió el papa en sus sie
te visitas a los Estados Unidos, hacen innecesarios más co
mentarios acerca de este acercamiento entre el líder religioso
más poderoso del mundo y los de la única superpotencia
mundial, exactamente como lo anticiparan las profecías de
Daniel y el Apocalipsis. Resultan reveladoras de todo lo que
habría de venir después en estas relaciones, las palabras que
el presidente Bush dirigió en la Casa Blanca, en marzo de
2001, a un numeroso grupo de dignatarios de la Iglesia Católi
ca, el día anterior a la inauguración en Washington del Centro
Cultural Juan Pablo II: “La mejor manera de honrar al Papa aquí
en los Estados Unidos, es considerar sus enseñanzas con se
riedad, escuchar sus palabras, y llevarlas a la acción. Este es el
desafío que todos debemos a c e p t a r 7
Y si faltara algo más para evidenciar este notable acerca
miento ¿quién no recuerda la ¡mpactante fotografía que circuló
a principios de abril del año 2005, la de tres presidentes de los
Estados Unidos arrodillados devotamente frente al cadáver de
Juan Pablo II?
171
hasta que la ley de Dios quede invalidada en todos sus aspec
tos”.8
“Me fue mostrado que Satanás se nos está adelantando. La
ley de Dios ha de ser invalidada por los instrumentos de Sata
nás. En nuestro país [Estados Unidos], que se jacta de la li
bertad, se acabará la libertad religiosa.
“Vendrá el tiempo cuando la ley de Dios, en un sentido
especial, será invalidada en este país [Estados Unidos]. Los
gobernantes de esta nación, mediante acuerdos legislativos,
pondrán en vigencia la ley dominical, y entonces los hijos de
Dios estarán en gran peligro. Cuando esta nación, mediante
sus asambleas legislativas, promulgue leyes que aherrojen las
conciencias de los hombres en lo que tiene que ver con sus
privilegios religiosos, imponiendo la observancia del domingo
y haciendo uso de un poder opresor en contra de los que
guarden el séptimo día ...la ley de Dios habrá sido invalidada
en este país”.
• “Cuando la tierra que el Señor proveyó como asilo para sus
hijos a fin de que pudieran adorarlo de acuerdo con los dic
tados de su conciencia,
• “la tierra sobre la cual durante largos años ha estado exten
dido el escudo de la Omnipotencia,
• “la tierra que Dios ha favorecido haciéndola depositaría de la
pura religión de Cristo,
• “cuando esa tierra, por medio de sus legisladores abjure de
los principios del protestantismo y ceda el paso a la aposta-
sía romana para que pisotee la ley de Dios, entonces se
manifestará la obra final del hombre de pecado.
• “Los protestantes volcarán toda su influencia y su poder del
lado del papado; mediante un decreto nacional que imponga
el falso día de reposo, darán vida y vigor a la corrompida fe
de Roma, reviviendo su tiranía y opresión de las concien
cias.•
• “Entonces habrá llegado el momento de que Dios actúe po
derosamente para vindicar su verdad” u
172
MILAGROSA ESCAPATORIA
DE ESCLAVOS AMENAZADOS
Volvemos ahora a citar el verso que intentamos compren
der, Daniel 11:41, y del cual hasta ahora sólo hemos conside
rado la primera frase, “Entrará a la tierra gloriosa” Esta decla
ración revela cómo el “ rey del Norte” habría de recuperar el
poder perdido en 1798: “Entrará a la tierra gloriosa, y muchas
provincias caerán; mas éstas escaparán de su mano: Edom y
Moab, y la mayoría de los hijos de Amón.” ¿Cómo entender la
segunda frase, “muchas provincias caerán” ? —“Provincias” no
está en el original hebreo, como lo muestran otras versiones:
“sucumbirán muchos” (NC), y “donde caerán muchos” (BJ).
Después de lo considerado en conexión a la primera parte del
verso, no resulta difícil comprender que el adjetivo “ muchos”
es equivalente a la población de toda la tierra. ¿Por qué en
tonces el texto no reza “todos”? Porque habrá quienes esca
parán del avance arrollador de un Papado ya plenamente res
taurado y ahora respaldado por los Estados Unidos.
¿Quiénes habrán de ser los que logren escapar de esas ga
rras religioso-políticas? “...mas éstas escaparán de su mano:
Edom y Moab, y la mayoría de los hijos de Amón”. Es de hacer
notar que el verbo “escapar”, implica liberarse de una situa
ción previa de sometimiento. ¿Se trata del “ pueblo que conoce
a su Dios” (v. 32), “los sabios del pueblo” (v. 33), que tanto
habrían de sufrir durante los 1.260 años de persecución? No,
porque esta escapatoria habría de producirse después de
1798; y la razón de esa liberación serán las “noticias del orien
te y del norte” (v. 44), las que, procedentes del “monte glorioso
y santo” llegarán con gran poder a los “mares”, es decir, a las
multitudes que pueblan el planeta.
¿Hay en el Apocalipsis alguna expresión que se refiera a lo
mismo, añadiendo algunos elementos aclaratorios adiciona
les? Sí, y formulada en un lenguaje impactante: “Después de
esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la
tierra fue alumbrada con su gloria [equivalente en todo a
aquellas “noticias del oriente y del norte” del verso 44]. Y cla
mó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Ba
bilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de
todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y abo
rrecible. Porque todas las naciones han bebido del vino del
furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado
con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la
173
potencia de sus deleites. Y oí otra voz del cielo, que decía:
Salid de ella, pueblo mío [por así decirlo, los “parientes” del
pueblo de Dios, todavía cautivos por el “rey del Norte”, o lo
que es lo mismo, por “Babilonia”] para que no seáis partícipes
de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; porque sus
pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de
sus maldades” [por prestar oído a este mensaje de adverten
cia y llamado, “ escaparán” los ya mencionados como “ Edom y
Moab, y la mayoría de los hijos de Amón” ] (Apocalipsis 18:1-4).
PARIENTES INESPERADOS
EN LA HORA DECISIVA
Hemos utilizado una expresión referida a “parientes” del
pueblo de Dios, y en la forma en que lo hicimos pareciera co
mo que hubiéramos aludido a los tres pueblos mencionados
en Daniel 11:41, a “Edom y Moab, y la mayoría de los hijos de
Amón". Efectivamente, así es. Pero ¿por qué razón lo hici
mos?
• En primer lugar, no queda al presente ningún sobrevivien
te de esos pueblos-las profecías habían adelantado el ex
terminio total de los Edomitas (Jeremías 49:7-10; Joel
3:19); de los Moabitas y Amonitas (Sofonías 2 :8); y de los
tres pueblos o naciones en su conjunto (Ezequiel 25:1-14), y
esa extinción se cumplió cabalmente.
• Segundo, esos pueblos estaban emparentados con el
pueblo de Dios de aquellos tiempos, es decir, con los des
cendientes de Abrahán; en efecto, los Moabitas y los Amo
nitas eran hijos de Lot, sobrino de Abrahán; y los Edomi
tas, lo eran de Esaú, nieto del mismo patriarca.
• Tercero, como el texto se refiere a eventos posteriores a
1798 y, por lo tanto, posteriores al evento de la cruz, la refe
rencia a estos pueblos no puede ser interpretada literalmen
te.
¿Quiénes son ellos, entonces? Cautivos espirituales del
“ rey del Norte” , para ese entonces caudillo indiscutido de la
más grande confederación ecuménica jamás vista sobre el
planeta, ya que abarcará a todas las religiones, incluyendo el
Protestantismo, el paganismo y el espiritismo, bajo el lideraz
go del obispo de Roma; cautivos que, liberándose de todo
lazo y atadura, escucharán el llamado final de Dios y decidi
damente se unirán al pueblo remanente.
174
Tal vez convenga recordar una vez más la notable declara
ción de Dave Hunt, escrita en 1994: “El Catolicismo Romano
está demostrando ser el puente que atrae a todas las religio
nes. Este hecho de por sí no es sorprendente, pero lo que es
asombroso es ver a cristianos evangélicos entrando en ese
puente por un extremo mientras que, al mismo tiempo, Hindú
es, Budistas, y paganos de todo género están entrando en él
por el otro. Si realmente estamos viviendo en los últimos días,
como todo parece indicarlo, no pasará mucho tiempo antes de
que todos se encuentren en medio [delpuente]'.'2
177
entonces la América protestante habrá formado una imagen
de la jerarquía romana, y la inflicción de penas civiles contra
los disidentes será el resultado inevitable.” Las consecuencias
no serán mejores que las que se dieron en tiempos pasados;
todo lo contrario, porque habrá una triste diferencia: “Las per
secuciones que sufrieron los protestantes de parte del roma-
nismo, y por las cuales la religión de Jesucristo casi llegó a
ser aniquilada, serán sobrepasadas cuando se unan el protes
tantismo y el papado.”™
Y un importante detalle adicional: el Apocalipsis declara que
una vez que se erija “la Imagen de la bestia" la misma comen
zará a hablar (13:15) ¿Cómo habrá de hacerlo? En la misma
forma en que se expresan todos los gobiernos: mediante le
yes; en este caso, leyes extremadamente coercitivas. Sólo se
salvarán de esas medidas punitivas quienes reciban una mar
ca, referida en el mensaje del tercer ángel como la “marca" de
la “bestia” (Apocalipsis 14:9). No obstante, la protección con
ferida por esa “marca” probará ser por demás efímera y enga
ñosa, como lo declaran la severa advertencia de Apocalipsis
14:9-12, y la no menos severa sentencia registrada en Apoca
lipsis 16:1,2: “Oí una gran voz que decía desde el templo a los
siete ángeles: Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la
Ira de Dios. Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y
vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que te
nían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen ”
MISTERIOSA CONTRAPOSICIÓN,
LA “MARCA” Y EL “SELLO”
En síntesis, si Dios distingue al sábado como Su señal so
bre Sus hijos (Éxodo 31:16,17;Ezequiel 20:12,20), no deman
da mucha imaginación, y menos aún después de todo lo visto
hasta aquí, identificar esa “marca de la bestia”, con el día que
el pontífice romano está ahora urgiendo a los gobiernos a que
lo impongan por ley.
Concluimos así nuestra investigación sobre un verso de
contenido asombroso, Daniel 11:41. Cabe ahora, a la manera
de un ajustado resumen, y antes de pasar al verso 42, que
repasemos su mensaje: El “rey del Norte” “entrará en la tierra
gloriosa [la tierra que continuará siéndolo como tal hasta tanto erija
una “imagen de la bestia”], y muchas provincias caerán [mejor tra
ducción solamente “ muchos” , ya que “provincias” no está en el ori
ginal; esos “muchos”, no otros que la población de toda la tierra];
mas éstas escaparán de su mano: Edom y Moab, y la mayoría de
178
los hijos de Amón [los verdaderos hijos de Dios, “parientes”, por así
decirlo del pueblo remanente de Dios, todavía cautivos espiritualmen
te del “rey del Norte”].
V e rs o 42 P ro ta g o n is ta s C ro n o lo g ía
179
El Apocalipsis, en varios de sus capítulos, y muy particular
mente el capítulo 13, lo anticipa con mayor claridad aún. El
verso 3 lo dice todo: “Vi una de sus cabezas como herida de
muerte [lo que ocurrió en 1798], pero su herida mortal fue sanada
[gracias a la poderosa ayuda de la “ tierra gloriosa” , el Protestan
tismo estadounidense]; y se maravilló [expresión que indica adora
ción], toda la tierra en pos de la bestia [el mundo entero, simboli
zado por “Egipto”, habrá de postrarse ante el poder religioso del “rey
del Norte”, representado en Apocalipsis 13 por el símbolo de la pri
mera “bestia”], y adoraron al dragón que había dado autoridad a
la bestia, y adoraron a la bestia [en ese tiempo adorar a la “bestia”
será lo mismo que adorar al “dragón”. ¿Por qué? Porque según este
versículo, la "bestia” es creación del “dragón”], diciendo: ¿Quién
como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?”
Este impresionante pasaje no deja lugar a dudas: el desen
lace del drama escatológico estará centrado en una cuestión
de adoración, y parte de esa adoración a la “bestia” consistirá
en el sometimiento total implicado en la recepción de su “mar
ca". Recibirla, por otra parte, será indicación de rebelión su
prema contra Dios, y ya sin posibilidad de cambio o arrepen
timiento alguno. Se trata de una “marca" indeleble.
Pero todavía hay más en este extraordinario capítulo. En
este sometimiento total que llevará a la adoración a la “bestia”
y a su creador e inspirador, el “dragón", la segunda “bestia”, la
de los “dos cuernos semejantes a los de un cordero”, desem
peñará un papel realmente protagónico, como lo revelan ex
presiones de los versos 12 y 14: “ Y ejerce toda la autoridad de
la primera bestia [ya completamente recuperada de su herida] en
presencia de ella [es decir, con su total aprobación, y siguiendo sus
mismos métodos y procedimientos para hacer frente y aplastar cual
quier intento de oposición] y hace que la tierra y los moradores de
ella [presupone dominio total, precondición para ser superpotencia
mundial única] adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue
sanada.... Y engaña a los moradores de la tierra con las señales
[referencia a despliegues de poder sobrenatural, suprahumano, es
decir, el poder del “dragón” operando a través del Espiritismo] que se
le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los
moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene
la herida de espada, y vivió”.
Un sometimiento de esta naturaleza, que no deja espacio
alguno a las minorías, estará directamente relacionado con la
imposición de la “marca de ¡a bestia”, cuya recepción será la
condición para poder realizar actividades económicas: “ Y
hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y
esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la
180
frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que
tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su
nombre” (versos 16,17). Esta declaración referida a toda activi
dad económica, nos introduce ya al verso 43.
UN LOGRO AMARGO:
GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA FORZADA
Verso 43 Protagonistas Cronología
182
tonces. Es de suponer que si la lista fuera a confeccionarse en
el presente seguramente añadiría varias actividades totalmen
te desconocidas en aquellos días, tales como las así llamadas
transnacionales, depósitos bancaños, empresas monopólicas,
acciones y transacciones de bolsa, y quién sabe si no tam
bién el contrabando organizado, actividades de las diversas
mafias, el narcotráfico, y varias otras de moralidad seriamente
comprometida.
PRIMER-MUNDISTAS Y
TERCER-M UNDISTAS BAJO UN SOLO AMO
Así como “Edom, Moab y ...Amón” estaban emparentados
con el pueblo de Dios de los tiempos precristianos, y propor
cionan un símbolo muy adecuado de quienes oirán el fuerte
pregón final de la invitación divina definitiva, y, sacudidos ya
de sus compromisos, “escaparán” del “rey del Norte” para
unirse de corazón al pueblo que está esperando el regreso de
Cristo, “Libia y ...Etiopía”, en este marco de declaraciones re
feridas a las finanzas mundiales, son símbolos apropiados de
aquellos que al presente corresponden a lo que ellas fueron
en tiempos antiguos: “Libia”, desde tiempos remotos un país
extremadamente pobre, resulta en un buen símbolo de las
naciones en desarrollo o “tercer-mundistas”; “Etiopía”, por otro
lado, epítome de riquezas, desde larga data un país suma
mente rico, con sus cofres siempre rebalsando debido al flujo
constante de las cuantiosas riquezas, producto de los abulta
dos derechos aduaneros y de tránsito procedentes del activo
comercio, entre los países de la cuenca del Mediterráneo y los
del centro de África que pasaba por su territorio, proporciona
un símbolo muy apropiado de las naciones desarrolladas o
“primer-mundistas”.
En síntesis, todas las naciones, ya sea las representadas
por “Libia” o por “Etiopia”, habrán de transformarse, aun mal
de su grado, en vasallos financieros del gran emporio religio
so-económico que en breve habrá de imponer su dominio so
bre el mundo entero. También lo corrobora el Apocalipsis al
declarar, “y hacía que a todos,...ricos y pobres....se les pusiese
una marca en la mano derecha, o en la frente” (Apocalipsis
13:16), cuya recepción habrá de ser condición indispensable
para poder subsistir económicamente. (Subrayado suplido.)
Al fin de los acontecimientos anticipados en el versículo 43,
el poder representado por el “ rey del Norte” pareciera haber
183
quedado definitivamente en posesión del planeta todo; en
efecto, toda expresión de poder humano, sea este religioso,
ideológico, político, social o económico, ya habrá caído para
ese entonces bajo su control. De ahí que resulte tan sorpresi
vo como inesperado el contenido del verso 44.
184
lo sugiere el verso 45, el último gran intento del “ rey del Nor
te” será impedir que esas “ noticias” de salvación lleguen a
las multitudes de la tierra. Y ¿cómo habrá de intentarlo? Inter
poniendo sus fuerzas entre el “monte glorioso y santo" y los
“m ares"-1plantará las tiendas de su palacio entre los mares y el
monte glorioso y santo” (v. 45). ¿Con qué resultado? La res
puesta a esta pregunta es presentada en forma lapidaria en la
última frase de Daniel 11, “mas llegará a su fin, y no tendrá
quien le ayude".
Con estas consideraciones nos hemos adelantado hasta el
mismo desenlace de la tragedia de este planeta, y es por ello
que debemos ahora volver al verso 44. ¿Por qué dijo Gabriel
que esas “ noticias" tan desalentadoras para el “rey del Norte",
habrían de proceder “del oriente y del norte"? ¿Por qué “del
oriente” ? Porque el “oriente" o Este, es el punto cardinal que
la Biblia consistentemente le asigna a Cristo-textos como
Oseas 6:2, Malaquías 4:2, Mateo 24:27, Apocalipsis 7:2 y
16:12, entre otros, son ejemplos de esta identificación: todos
estos pasajes, y varios otros, vinculan la venida de Cristo co
mo procedente del oriente, ya sea como aurora, como salida
del sol, como relámpago que se muestra desde el oriente, o
como venida de “los reyes del oriente" (Apocalipsis 16:12).
Estas “noticias” están relacionadas también con el sella-
miento final de los hijos de Dios, referido en Apocalipsis como
procedente “ de donde sale el sol”, es decir, del Este: “Vi tam
bién a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello
del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes
se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar, di
ciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles,
hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nues
tro Dios." (Apocalipsis 7:2,3).
El mismo efecto le producen al “ rey del Norte" las “ noticias
... del norte” , relacionadas con la sentencia del juicio. ¿A qué o
a quién corresponde el “norte” en la Biblia? La Biblia mencio
na a un verdadero “rey del Norte”, Dios (Salmo 48:1,2; 75:6,
7;Ezequiel 1:4;9:3; etc.-textos todos que se refieren a Dios o
a alguna obra de Dios, como estando en el Norte o proce
diendo desde ese punto cardinal). El verdadero “ rey del Nor
te”, Dios, por siglos en aparente silencio, ahora hablará, y va
rios textos destacan que a Su voz temblarán los cielos y la
tierra (Salmo 50:1-4; Joel 3:16; Hebreos 12:26; etc.).
185
UNA NUEVA ENTIDAD:
EL “MONTE GLORIOSO Y SAN TO ”
La Biblia también habla de un usurpador audaz, Satanás,
quien pretende ser el verdadero “rey del norte” (Isaías 14:13).
Obrando exitosamente a través de un sistema religioso falso,
llamado por eso mismo “rey del Norte” en Daniel 11:21-45, o
“Babilonia” espiritual o simbólica en Apocalipsis 14 y 18 (Babi
lonia aparece reiteradamente en la profecía de Jeremías co
mo el reino del norte), se verá sorpresivamente frenado en
sus pretensiones de dominio mundial por estas “noticias del
oriente y del norte”. Estas “noticias” proceden del espacio ex
traterrestre, como que vienen del cielo, de la morada de Dios.
Pero al mismo tiempo, aquí en la tierra son dadas a conocer
como procediendo del “monte glorioso y santo”, símbolo del
control y la protección irrenunciables de Dios sobre Su pueblo,
Su iglesia remanente, ambos simbolizados por el monte Sion
simbólico.
Para ese entonces la “ tierra gloriosa”, infiltrada como lo es
tará por el dragón, ya habrá dejado definitivamente de ser tal.
La gloria que pudo haber tenido en el tiempo cuando se con
servaba en ella la revelación divina en su pureza, ahora habrá
pasado en toda su plenitud al “monte glorioso y santo”, la ver
dadera iglesia de Dios, cuyas credenciales divinas aparecen
claramente enumeradas en el Apocalipsis: “ guardan los man
damientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo" (“el tes
timonio de Jesús es el espíritu de la profecía”, 19:10) (12:17), “la
paciencia y la fe [mejor traducción, “la fidelidad”] de los santos”
(13:10), y subrayándolas parcialmente otra vez, justamente
antes del regreso de Cristo, “Aquí está la paciencia de los san
tos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe [mejor
traducción, “la fidelidad”] de Jesús” (14:12).
Queda claro, entonces, que al referirse a las “noticias” co
mo provenientes “del oriente y del norte”, Gabriel indicó clara
mente que habrían de originarse de Dios el Padre [“del Norte”]
y de Jesucristo [“del oriente”] (v. 44), fielmente dadas a cono
cer y propaladas desde el “monte glorioso y santo”, símbolo
del verdadero pueblo de Dios (v. 45).
D R A M Á T IC O C O N T E N ID O D E L A S
“ N O T IC IA S ” A L A R M A N T E S
187
no será otra cosa que la batalla del “Armagedón” descripta
bajo la sexta plaga (Apocalipsis 16:16), consistente en el in
tento final, aunque infructuoso, del “ rey del Norte" por con
quistar “ el monte glorioso y santo" y destruir al verdadero
pueblo de Dios, la batalla final entre el cielo y la tierra, entre
Cristo y Satanás.
Con percepción realmente notable, Elena White explica así
la causa de la alarma del “ rey del Norte": “Así también será
proclamado el mensaje del tercer ángel. Cuando llegue el
tiempo de hacerlo con el mayor poder, el Señor obrará por
conducto de humildes instrumentos, dirigiendo el espíritu de
los que se consagren a su servicio. Los obreros serán califi
cados más bien por la unción de su Espíritu que por la educa
ción en institutos de enseñanza. Habrá hombres de fe y de
oración que se sentirán impelidos a declarar con santo entu
siasmo las palabras que Dios les inspire. Los pecados de Ba
bilonia serán denunciados. Los resultados funestos y espan
tosos de la imposición de las observancias de la iglesia por la
autoridad civil, las invasiones del espiritismo, los progresos
secretos pero rápidos del poder papal-todo será desenmas
carado. Estas solemnes amonestaciones conmoverán al pue
blo. Miles y miles de personas que nunca habrán oído pala
bras semejantes, las escucharán. Admirados y confundidos,
oirán el testimonio de que Babilonia es la iglesia que cayó por
sus errores y sus pecados, porque rechazó la verdad que le
fue enviada del c/e/o.”16
“Satanás se pondrá alerta al ver que la controversia se ex
tiende a nuevos campos y que la atención del pueblo es diri
gida a la pisoteada ley de Dios. El poder que acompaña a la
proclamación del mensaje sólo desesperará a los que se le
oponen. El clero hará esfuerzos casi sobrehumanos para so
focar la luz por temor de que alumbre a sus rebaños. Por to
dos los medios a su alcance los ministros tratarán de evitar
toda discusión sobre esas cuestiones vitales. La iglesia apela
rá al brazo poderoso de la autoridad civil y en esta obra los
papistas y los protestantes irán unidos. Al paso que el movi
miento en favor de la imposición del domingo se vuelva más
audaz y decidido, la ley será invocada contra los que obser
van los mandamientos. Se los amenazará con multas y encar
celamientos; a algunos se les ofrecerán puestos de influencia
y otras ventajas para inducirlos a que renuncien a su fe. Pero
su respuesta constante será la misma que la de Lutero en
semejante trance: Pruébesenos nuestro error por la Palabra
188
de Dios.’ Los que serán emplazados ante los tribunales de
fenderán enérgicamente la verdad, y algunos de los que los
oigan serán inducidos a guardar todos los mandamientos de
Dios. Así la luz llegará ante millares de personas que de otro
modo no sabrían nada de estas verdades.” 17
¿“MUCHOS”?
¿QUIÉNES SON LOS “MUCHOS”?
La segunda pregunta se relaciona con la identificación de
los “ m u c h o s ” en la declaración, “ y s a ld r á c o n g r a n ir a p a r a
d e s t r u i r y m a t a r a m u c h o s ” (v. 44). ¿Quiénes habrán de ser
estos “ m u c h o s ” ? ¿Los mismos “ m u c h o s ” referidos en el
verso 41? Evidentemente no, porque en el verso 41 se descri
be la forma en la que el “ r e y d e l N o r t e ” , con el poder otorga
do por la nación referida como la “ t ie r r a g l o r i o s a ” , se irá po
sesionando de todo el mundo. En cambio, los “ m u c h o s ” del
verso 44, representan a los que nunca podrá conquistar, a los
verdaderos hijos de Dios-el " r e y d e l n o r t e " podrá perseguir
los, encarcelarlos, torturarlos y aun ejecutarlos, pero no podrá
forzarlos a apostatar, a renunciar a su fe en Dios. Resulta muy
evidente que la sentencia de muerte tendrá una motivación o
inspiración religiosa, como lo anticipa Apocalipsis 13:15: “e
hiciese matara todo el que no la adorase”.
Citando nuevamente a White: “El sábado será la gran piedra
de toque de la lealtad; pues es el punto especialmente contro
vertido. Cuando esta piedra de toque les sea aplicada final
mente a los hombres, entonces se trazará la línea de demar
cación entre los que sirven a Dios y los que no le sirven. Mien
tras la observancia del falso día de reposo (domingo), en obe
decimiento a la ley del estado y en oposición al cuarto man
damiento, será una declaración de obediencia a un poder que
está en oposición a Dios, la observancia del verdadero día de
reposo (sábado), en obediencia a la ley de Dios, será señal
evidente de la lealtad al Creador. Mientras que una clase de
personas, al aceptar el signo de la sumisión a los poderes del
mundo, recibe la marca de la bestia, la otra, por haber escogi
do el signo de obediencia a la autoridad divina, recibirá el sello
de Dios. ”18
189
EL COLAPSO DEFINITIVO
DEL MALVADO “REY DEL NORTE”
Verso 45 Protagonistas Cronología
190
Porque ya tiene bajo su control todo el poder humano. La úni
ca posibilidad de ayuda tendría que provenir del espacio exte
rior; pero es de allí de donde viene Miguel, precisamente para
terminar con este cruel adversario y liberar a Su pueblo, cons
tituido por “todos los que se hallen escritos en el libro” (Daniel
12: 1).
A lg o n o ta b le : Is a ía s lo a n tic ip ó
Un pasaje muy llamativo, que también describe la interven
ción divina definitiva, fue registrado por el profeta Isaías (13:1-
13) y anticipa el colapso final del enorme poderío del simbólico
191
"rey del Norte , referido aquí bajo el símbolo de Babilonia (si
bien pudo haber tenido un cumplimiento literal, la connotación
de este pasaje es eminentemente escatológica):
"Profecía sobre Babilonia, revelada a Isaías hijo de Amoz. Levan
tad bandera sobre un alto monte; alzad la voz a ellos, alzad la mano,
para que entren por puertas de príncipes. Yo mandé a mis consagra
dos, asimismo llamé a mis valientes para mi ira, a los que se alegran
con mi gloria. Estruendo de multitud en los montes, como de mucho
pueblo; estruendo de ruido de reinos, de naciones reunidas; Jehová
de los ejércitos pasa revista a las tropas para la batalla. Vienen
de lejana tierra, de lo postrero de los cielos, Jehová y los ins
trumentos de su ira, para destruir toda la tierra. Aullad, porque
cerca está el día de Jehová; vendrá como asolamiento del Todopo
deroso. Por tanto, toda mano se debilitará, y desfallecerá todo cora
zón de hombre, y se llenarán de terror; angustias y dolores se apode
rarán de ellos; tendrán dolores como mujer de parto; se asombrará
cada cual al mirar a su compañero; sus rostros, rostros de llamas. He
aquí el día de Jehová viene, terrible, y de indignación y ardor de ira,
para convertir la tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores.
Por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros no darán su luz; y
el sol se oscurecerá al nacer, y la luna no dará su resplandor. Y cas
tigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; y haré
que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los
fuertes. Haré más precioso que el oro fino al varón, y más que el oro
de Ofir al hombre. Porque haré estremecer los cielos, y la tierra se
moverá de su lugar, en la indignación de Jehová de los ejércitos, y en
el día del ardor de su ira."
Las dos preguntas expresadas más arriba--¿Cuál será el
resultado de este gigantesco esfuerzo culminante del “ rey del
Norte”? “y ¿Por qué “ no tendrá quien le ayude”? y sus res
puestas respectivas--bien pueden servir de introducción a lo
que sigue, la venida de Miguel, en el tiempo de mayor peligro,
para liberar a Su pueblo.
1Dave Hunt, A Woman Rides the Beast (Eugene, Oregon: Harvest House
Publishers, 1994), 427
2“EL PONTIFICADO DE LOS RECORDS. LA ACCIÓN DE JUAN PABLO II
EN NÚMEROS”. Z enit, ZS03101604, Octubre 17, 2003.
3Elena White, Hechos de los Apóstoles (Florida, Buenos Aires: Asociación
Casa Editora Sudamericana, 1977) p. 467.
4 E. White, El Conflicto de los Siglos, p. 493.
5 Ibid., p. 636.
6 “¿OJO A OJO CON LOS ESTADOS UNIDOS? WASHINGTON DC SIEM
PRE LISTO A ESCUCHAR" Zenith, ZEO40115, 15 de enero de 2004.
7ACI, Washington, Marzo 24, 2001.
8 MS 17, 1906. Elena White, ¡Maranata : El Señor Viene! (Florida, Buenos
Aires, Asociación Casa Editora Sudamericana, 1976), p. 191.
192
9 Ibid.
10E. White, Review and Herald, 18 de diciembre de 1888, en Ibid., p. 177.
11 E. White, Signs ofthe Times, 12 de junio de 1893, en Ibid.
12Dave Hunt, A Woman Rides the Beast, p. 427.
13Ralph E. Prime, “Sunday”, The New Schaff-Herzog Religious Encyclope-
dia (1950-5ta. impresión, 1964), vol. XI, p. 147.
14E. White, El Conflicto de los Siglos, p. 498. Manuscrito 30, 1889, en Ma-
ranata, p. 192.
15E. White, Maranata, pp. 184, 197. (Énfasis suplido.)
16E. White, El Conflicto de los Siglos, pp. 664, 665.
17Ibid., p. 665.
18Ibid., p. 663.
193
194
CAPÍTULO IX
LAS REVELACIONES
CULMINANTES DE MIGUEL
(Daniel 12:1-13)
Los primeros cuatro versículos del capítulo 12 contienen las pala
bras finales de Gabriel a Daniel. Sigue un versículo explicativo de las
circunstancias de ese momento, y los últimos ocho versículos contie
nen dos preguntas, una formulada por Gabriel y la otra por Daniel, y
las respuestas de Miguel, proporcionando tres informaciones a Ga
briel y cuatro a Daniel. Con estas siete informaciones concluye el
libro del profeta Daniel.
Solemne Advertencia:
Inminencia de la Conclusión del Juicio
Volviendo a la pregunta concerniente a la importancia de las
informaciones que Miguel agregó a las ya provistas por Ga
briel, Elena White, tantas veces citada en estas páginas, ex
presó la siguiente valoración: “M u c h o s e s tá n v iv ie n d o e n d e b i
lid a d e s p ir itu a l y a p o s ta s ía . N o s a b e n lo q u e c re e n . L e a m o s y
e s tu d ie m o s e l c a p ítu lo d o c e d e D a n ie l. C o n tie n e u n a a d v e r
te n c ia q u e to d o s n e c e s it a m o s c o m p r e n d e r a n te s d e l tie m p o
d e l fin . [El “tiempo del fin" comenzó en 1798; a lo que esta autora
se refiere aquí es al fin del tiempo de gracia, como lo revela el tenor
de la declaración.] H a y m in is tr o s q u e p r e te n d e n c r e e r la v e rd a d ,
p e r o q u e n o e s tá n s a n tific a d o s p o r la v e rd a d . A m e n o s q u e s e
p r o d u z c a u n c a m b io e n s u s v id a s , d ir á n ‘M i S e ñ o r s e ta rd a e n
v e n ir. ”1
197
en el “monte glorioso y santo” a fin de que su dominio sobre
el planeta no le sea cuestionado. Ese tiempo de peligro ex
tremo lleva a Dios a intervenir en favor de Su pueblo; y ante la
poderosa intervención divina el gran enemigo “llegará a su
fin, y no tendrá quien le ayude” (11:45).
Esa intervención final de Dios aparece expresada en la
acción que ocurrirá “en aquel tiempo”. ¿Cuál acción? “ ... se
levantará Miguel el gran príncipe que está de parte de los
hijos de tu pueblo”. El juicio, cuyo comienzo aparece antici
pado en Daniel 7:9,10 y 13, y más específicamente en 8:14,
llega ahora a su fin. Es el momento, completada ya Su “con
tinuidad”, de la coronación de Miguel. Ése es el tiempo cuan
do Él ya no será más tan sólo “Príncipe de los príncipes”
(8:25), sino que será reconocido y adorado como “Rey de
reyes y Señor de señores” (Apocalipsis 19:16)
El acto de levantarse, verbo utilizado una veintena de veces
en el libro de Daniel siempre con el sentido del establecimien
to de un reino, marca la inauguración de Su reino. No podrá
hacerlo, sin embargo, hasta tanto haya destruido a Sus ene
migos, lo que hará en un lugar simbólicamente llamado “Ar-
magedón”, en “/a batalla de aquel gran día del Dios Todo
poderoso“ (Apocalipsis 16:14); esa es la batalla en la cual el
“rey del Norte” “llegará a su fin, y no tendrá quien le ayu
de” (11:45).
198
nás (10:13), por el control de la mente de Ciro II el Grande, a
fin de que el monarca medo-persa no anulara el decreto de
liberación que había puesto fin a los 70 años de cautiverio
babilónico de los judíos. Gabriel también anticipó que la lucha
habría de continuar unos doscientos años más tarde con el
surgimiento del tercer Imperio Universal, y siempre con el
mismo ser maligno, quien para ese entonces habría de recla
mar el título de “ príncipe de Grecia” (10:21).
Varios otros textos prueban fehacientemente la divinidad
de Miguel: la forma tan solemne y, al mismo tiempo categóri
ca con la que contestó la pregunta de Gabriel (Daniel12:7),
las cuatro informaciones específicas con las que contestó la
pregunta de Daniel (12:10-13), y muy especialmente la certe
za que proporcionó al profeta acerca de su aprobación en el
juicio y su resurrección consecuente (12:13), todos ellos son
hechos que trascienden en mucho la esfera de lo creado.
199
mentó, utilizó la misma expresión, “J e h o v á te r e p re n d a , o h
S a ta n á s ; J e h o v á ... te r e p r e n d a ” (v. 2);
• Segundo, si el “Á n g e l d e J e h o v á ” o “ a r c á n g e l M ig u e T (Ju
das 9) hubiera maldecido a Satanás en alguna de esas dos
oportunidades, Satanás habría corrido la misma suerte de
aquella higuera a la que Jesús maldijo el lunes de la Sema
na de la Pasión, y cuya vida cesó en forma inmediata (Mar
cos 11:2-14,20,21). No, Miguel no lo maldijo porque todavía
había que darle tiempo a ese gran archi-enemigo para de
mostrar su terrible malignidad.
200
manos sobre sus lomos, como mujer que está de parto, y se han
vuelto pálidos todos los rostros. ¡Ah, cuán grande es aquel día!
tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para
Jacob; pero de ella será librado” (30:5- 7).
LA CAUSA DE LA A N G U S TIA
¿Cuál será la causa de semejante “ angustia"1
• Por un lado, es la angustia ante la conciencia de lo eterna
mente irreparable; la angustia de todos los hombres y las
mujeres que, habiendo conocido y aceptado las promesas
divinas de salvación y triunfo eternos, en última instancia
tomaron partido del lado equivocado, enarbolando los es
tandartes del “rey del Norte”.
• Por el otro, será la angustia de quien comprende que lo ha
perdido todo en la gran lucha de la vida; la angustia de una
situación final, definitiva, para la cual no hay un sólo rayo de
esperanza; la angustia, que torna aun más dramática la si
tuación, provocada por el derramamiento de las plagas divi
nas postreras sobre los que permitieron que se imprimiera
sobre ellos “la marca de la bestia” (Apocalipsis 16:2), “mar
ca” relacionada con la adoración y, muy especialmente, co
mo ya se vio, con el día semanal de adoración.
¿Afectará también esta “angustia, cual nunca fue desde
que hubo gente hasta entonces”, a los hijos de Dios? Indu
dablemente. ¿Por qué? Porque cuando se derrame la primera
de las siete plagas postreras sobre aquellos que tienen la
“marca de la bestia” (Apocalipsis 16:2), los creyentes com
prenderán que Cristo ya habrá salido del santuario celestial, y
que, por lo tanto, cesó el ministerio de la gracia salvadora ex
tendida a los seres humanos, y que el ofrecimiento de la mise
ricordia y el perdón ha cesado, dejando su lugar ahora al mi
nisterio de la ira de Dios.
Para ese entonces los hijos de Dios sabrán que el decreto
registrado en Apocalipsis 22:11, “El que es injusto, sea injusto
todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es
justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíque-
se todavía”, ya alcanzó su plena vigencia, y que, por lo tanto,
ahora viven sin intercesor en la presencia de Dios; y el pen
samiento que los angustia sobre todos los demás es la incer
tidumbre de saber si realmente confesaron o no todos sus
pecados; porque de no haberlo hecho saben que no podrán
recibir la vida eterna, el don prometido de la inmortalidad.
201
A N G U S TIA PLANETARIA
Sí, toda la población del planeta estará signada por esa
“ angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta
entonces” . Al mismo tiempo es de destacar que serán dos
angustias distintas:
• Una, motivada por la gran consternación de comprender
que el drama milenario ha terminado, sorprendiéndolos sin
la preparación necesaria; será una agobiante sensación de
pérdida total. A esa causa de angustia, se suma la del de
rramamiento, precisamente sobre ellos, de las siete plagas
postreras.
• La otra, motivada por la preocupación de no poder recordar
los pecados cometidos, algunos de los cuales podrían haber
quedado inconfesos. Este olvido se deberá a que habiendo
sido borrados de los registros celestiales en la última etapa
del juicio, también lo fueron de sus mentes, y no pueden
traerlos ya más a la memoria.
Como tan bien lo expresara White, “A u n c u a n d o lo s h ijo s d e
D io s s e v e n r o d e a d o s d e e n e m ig o s q u e tr a ta n d e d e s tru irlo s ,
la a n g u s tia q u e s u fr e n n o p r o c e d e d e l t e m o r d e s e r p e r s e g u i
d o s a c a u s a d e la v e rd a d ; lo q u e te m e n e s n o h a b e r s e a r r e
p e n tid o d e c a d a p e c a d o ... A s í, e n e l tie m p o d e a n g u s tia , s i e l
p u e b lo d e D io s c o n s e rv a s e p e c a d o s a ú n in c o n f e s o s c u a n d o lo
a to r m e n te n e l t e m o r y la a n g u s tia , s e ría a n iq u ila d o ; la d e s e s
p e r a c ió n a c a b a r ía c o n s u fe y n o p o d r ía te n e r c o n fia n z a p a r a
r o g a r a D io s q u e le lib ra s e . P e r o p o r m u y p r o fu n d o q u e s e a e l
s e n tim ie n to q u e tie n e d e s u in d ig n id a d , n o tie n e c u lp a s e s
c o n d id a s q u e re v e la r. S u s p e c a d o s h a n s id o e x a m in a d o s y
b o r r a d o s e n e l ju ic io ; y n o p u e d e r e c o r d a r lo s .”2
204
• Y, por el otro, la de quienes habrán de mantenerse incon
movibles en su lealtad a Dios y a Su causa en la hora de
mayor dificultad para hacerlo.
Sobre estos últimos se pronuncia la bendición registrada
inmediatamente después del mensaje del tercer ángel: “Oí una
voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de
aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el
Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con
ellos siguen” (Apocalipsis 14:13). Este pasaje se refiere a quie
nes tendrán que enfrentar la penosa prueba determinada por
la erección de “ la im a g e n d e la b e s tia ” y la imposición de su
“ m a r c a " - e s decir, la obligación de adorar a Dios en un día que
Él nunca santificó. Hacerlo en esas circunstancias no sola
mente significará adorar a la “b e s tia ”, sino también al “d ra g ó n ”,
que es quien la inspira y controla. Como bien lo advierte el
Apocalipsis: “adoraron al dragón que había dado autoridad a la
bestia, y adoraron a la bestia” (Apocalipsis 13:4); “Y el tercer án
gel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y
a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano...”
(14:9), ¡solemne advertencia!
VIVENCIA EXTRAÑA:
DOS RESURRECCIONES Y TRES MUERTES
Refiriéndose a los dos grupos, Elena White declaró: “Los
s e p u lc r o s s e a b r e n y ‘m u c h o s d e lo s q u e d u e rm e n e n e l p o lv o
d e la tie rra s e rá n d e s p e rta d o s , u n o s p a r a v id a e te rn a , y o tro s
p a r a v e rg ü e n z a y c o n fu s ió n p e r p e t u a . ’ ( D a n ie l 1 2 :2 .) T o d o s
[es de
lo s q u e m u r ie r o n e n la fe d e l m e n s a je d e l t e r c e r á n g e l,
cir, aparentemente desde el momento al cual se refiere este
mensaje, el de la erección de la “imagen de la bestia”] s a le n
g lo r ific a d o s d e la tu m b a , p a r a o í r e l p a c to d e p a z q u e D io s
h a c e c o n lo s q u e g u a r d a r o n s u le y . ‘L o s q u e le t r a s p a s a r o n ’
( A p o c a lip s is 1 :7 ), lo s q u e s e m o fa r o n y s e r ie r o n d e la a g o n ía
d e C ris to y lo s e n e m ig o s m á s a c é r r im o s d e s u v e rd a d y d e s u
p u e b lo , s o n r e s u c it a d o s p a r a m ir a rle e n s u g lo ria y p a r a v e r e l
h o n o r c o n q u e s e rá n r e c o m p e n s a d o s lo s fie le s y o b e d ie n t e s " 3
205
chazaron las bondadosas provisiones de Dios para su salva
ción.
RECOMPENSA DE LOS "ENTENDIDOS"
Verso 3 Protagonistas Cronología
‘‘Los en ten- Gabriel y Daniel en Extendida a un tiempo
didos res- los momentos finales futuro, cuando concluí-
plandecerán de su diálogo. Refe- da la proclamación de
com o el res- renda también a “ los las “ n o tic ia s ” por parte
p la n d o r del entendidos” o “ los de los “ ente nd ido s” ,
firm am ento; y que enseñan la ju s ti reciban éstos la apro
los que ense cia a la m u ltitu d ” : bación divina por la
ñan la ju s tic ia aquellos que participa testificación realizada
a la m ultitud, rán en forma decisiva aun al costo de sus
com o las es en la proclamación vidas.
trellas a p er final y poderosa de las
petua eterni “ n o ticia s” (Daniel
dad” . 11:44).
206
más allá de una comprensión meramente intelectual; se trata
de una identificación total con el mensaje, la que lleva a los
“ entendidos” no sólo a vivirlo sino también a compartirlo fer
vorosamente con otros. Citando nuevamente de la misma au
tora, “E l m e n s a je d e la ju s t ic ia d e C ris to h a d e r e s o n a r d e u n
e x tre m o d e la tie rra h a s ta e l o tro p a r a p r e p a r a r e l c a m in o d e l
S e ñ o r. E s ta e s la g lo ria d e D io s q u e te rm in a la o b ra d e l t e r c e r
á n g e l ”. 4
GABRIEL DA POR CONCLUIDA SU MISIÓN
Verso 4 Protagonistas Cronología
“ Pero tú, Da Palabras finales El contexto de las expli
niel, cierra las de Gabriel a Da caciones de Gabriel si
palabras y sella niel, referidas a gue siendo el mismo, el
el libro hasta el las circunstancias tercer año de Ciro II el
tiem po del fin. que habrán de Grande (536-535 a.C.),
M uchos corre marcar el comien pero incluyendo explica
rán de aquí pa zo del “ tiem po ciones referidas a acon
ra allá, y la del fin ” . tecimientos que comen
ciencia se au zarían a darse recién a
m entará”. fines del siglo XVIII.
207
XVIII un nuevo interés en las profecías habría de abrirlas al
entendimiento de los estudiosos y quitarles el sello.
208
dicando con precisión el evento histórico que marcaría el co
mienzo de los 2.300 años, así como también lo que habría de
ocurrir durante las primeras “ setenta semanas” , o 490 años,
de ese lapso (Daniel 9:24-27). Nada dijo, en cambio, acerca
de los 1.810 años restantes, extendidos desde el año 34 d.C.
hasta 1844.
3.Cuatro años más tarde, en el diálogo final entre Miguel, Ga
briel y Daniel, el primero de ellos añadió una pequeña in
formación que hizo todavía más profundo el misterio de Da
niel 8:14: “Bienaventurado el que espere, y llegue a mil tres
cientos treinta y cinco días” (12 12). Resulta bastante eviden
te que esta información, la que por todas las apariencias no
estaba entre las que originalmente iban a darse a Daniel,
estaba vinculada con el gran interrogante en la mente del
profeta: ¿cuál era el significado de éso que habría de ocurrir
al cabo de los 2.300 años y que Miguel había referido tan
sólo como, “luego el santuario será purificado” (8 14)?
Si una cosa hizo clara la información de Miguel fue que los
1.335 años habrían de concluir simultáneamente con los 2.300
años. ¿Cuándo? En 1844. Y aun algo más, que la purificación
del Santuario y la felicidad prometida en la frase, “bienaventu
rado el que espere”, son referencias a uno y el mismo evento.
CONFUSIÓN:
CORRIENDO DE AQUÍ PARA ALLÁ
Las últimas palabras de Gabriel a Daniel fueron, “Muchos
correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará” (12:4).
¿Cuándo habría de darse este correr “de aquí para allá”, esta
desorientación tan marcada entre los seres humanos? Al co
menzar el “tiempo del fin”, es decir, a partir de 1798. ¿Qué es
lo que habría de producir tal confusión y desorientación? Ga
briel no lo aclaró, pero cuando llegó el tiempo, la Historia se
encargó de mostrarlo.
Parafraseando una frase del teólogo alemán Jürgen Molt-
mann, podemos resumir ventajosamente otras muchas consi
deraciones: Desde la Revolución Francesa (1789) la humani
dad está viviendo en un permanente estado de crisis; con gran
dificultad se sale de una de ellas, pero tan sólo para verse
envuelto en otra, más severa aun que las anteriores.5 Con
mayor acierto aun, citando nuevamente una declaración ya
vista de White, ‘‘A l m is m o tie m p o la a n a rq u ía tra ta d e h a c e r
d e s a p a r e c e r to d a le y , n o s ó lo d iv in a s in o h u m a n a . L a c o n c e n
209
tr a c ió n d e la r iq u e z a y e l p o d e r , la s v a s ta s c o m b in a c io n e s
h e c h a s p a r a e l e n r iq u e c im ie n to d e u n o s p o c o s a e x p e n s a s d e
la m a y o r ía ; la u n ió n d e la s c la s e s m á s p o b r e s p a r a o r g a n iz a r
la d e fe n s a d e s u s in t e r e s e s y d e r e c h o s ; e l e s p ír itu d e in q u ie
tu d , d e s o rd e n y d e r r a m a m ie n to de s a n g re ; la p ro p a g a c ió n
m u n d ia l d e la s m is m a s e n s e ñ a n z a s q u e p r o d u je r o n la R e v o lu
c ió n F ra n c e s a , tie n d e n a e n v o lv e r a l m u n d o e n te ro e n u n a
lu c h a s im ila r a la q u e c o n v u ls io n ó a F ra n c ia " .6
LA R E S T A U R A C IÓ N D EL M E N S A J E
¿Cuál es ese mensaje? No otro que la restauración del co
nocimiento de “ la continuidad” de Cristo en el Santuario Ce
lestial, la consoladora verdad de que no necesitamos cargar
con el recuerdo de nuestros pecados y fracasos, de nuestras
equivocaciones y falencias. Mediante la confesión a Dios po
demos transferir todas nuestras cargas sobre Cristo Jesús,
nuestro divino Substituto en el Santuario Celestial, quien las
acepta sobre Sí, transfiriéndonos en cambio Su justicia. Esto
fue lo que llevó a San Pablo a exclamar: “\Justificados, pues,
p o r la fe, tenemos paz para con D ios p o r m edio de nuestro Se
ñ o r Jesucristo...]" (Romanos 5:1). Todo esto estaba involucrado
en la frase final de Gabriel referida al aumento de la "c ie n c ia "
o conocimiento, que habría de darse a partir del comienzo del
“ tiem po del fin ” .
212
1. Dos parecen ser los querubines más estrechamente vincu
lados con las actividades de Dios en la tierra.
2. Cuando Lucifer se rebeló contra el gobierno de Dios, el otro
querubín pasó a ocupar la posición de primer querubín de
jada vacante por el rebelde.
3. El nombre del nuevo primer querubín, Gabriel, aparece va
rias veces en el registro bíblico.
4. Otro ángel fue designado entonces para ocupar la posición
de querubín asociado que antes había ocupado Gabriel; de
este segundo querubín la Biblia no proporciona el nombre.
5. Es a ellos a quienes se refieren las instancias, no las únicas,
por cierto, mencionadas como ilustración en el párrafo ante
rior. 7
La conclusión más apropiada parece ser que los seres ce
lestiales referidos en el texto fueron tres: Gabriel y su querubín
asociado, “el uno a este lado del río, y el otro al otro lado del
río” Hidekel (o Tigris), y Miguel “que estaba sobre las aguas del
río”. El cuarto, en representación de los receptores humanos
de la revelación, Daniel.
Retomando la secuencia del cap. 12, ¿qué ocurrió una vez
concluido el diálogo entre Gabriel y Daniel? En ese mismo
momento hizo su aparición otro ser, indudablemente Miguel.
Varios hechos así lo sugieren. Había sido Miguel quien había
comisionado a Gabriel para dar las explicaciones a Daniel
(Dan 8 : 16); pues bien, era de esperarse que concluidas las
mismas Él apareciera para confirmar y corroborar lo dicho por
el ángel. Fue a ese personaje a quien Gabriel se dirigió para
solicitarle ese respaldo, y Miguel se lo otorgó en forma muy
solemne, mediante tres informaciones adicionales (v. 7). Y lo
mismo puede afirmarse de la corta conversación que Miguel
mantuvo con Daniel, proporcionándole otras cuatro informa
ciones que aparentemente Gabriel no conocía (vv.8-13). La
enorme trascendencia de la revelación proporcionada a Daniel
quedó también subrayada por la presencia del otro querubín
en el momento de su culminación.
213
Ú L T IM A IN T E R V E N C IÓ N DE G A B R IE L
214
LA TRIPLE RESPUESTA DE MIGUEL
Esa pregunta, por otro lado, motivó a Miguel a proporcio
nar tres informaciones de gran relevancia:
• Primera, confirmó el plazo;
• Segunda, confirmó que ese plazo significaría persecución
para los verdaderos hijos de Dios;
• Tercera, confirmó que cuando concluyera ese plazo habría
de comenzar el “tiempo del fin” , durante el cual, según
Sus propias palabras, “ todas estas cosas serán cumpli-
das”.
216
Por otro lado, el juicio de la humanidad comenzó, de acuer
do con la profecía (Daniel 8:14), en 1844, y la predicación de
las buenas nuevas de salvación está alcanzando potencial
mente todo rincón del globo; esta predicación es la que hace
posible la reunión de los salvados, representados por un nú
mero simbólico, los 144.000, sobre el monte Sion, también
simbólico (Apocalipsis 7:4;14:1-5). Todo indica que la humani
dad de nuestros días está cruzando ahora mismo el umbral de
tiempos portentosos que habrán de desembocar muy pronto
en el regreso de Jesús, gloriosa esperanza expresada en to
dos los credos cristianos, numerosos y variados como éstos lo
son.
Ú L T IM A IN T E R V E N C IÓ N DE D A N IE L
Ahora fue Daniel quien, tomando ocasión en la pregunta del
mismo Gabriel, quien pocos minutos antes le había dado a
entender que ya no tenía nada más para compartirle, se atre
vió a formular un intempestivo interrogante. El mismo, tal vez a
causa del apuro de esa oportunidad única, pareciera no haber
sido muy bien pensado, porque aparentemente repitió la mis
ma pregunta formulada pocos minutos antes por el ángel, “ Se
ñ o r mío, ¿cuál será el fin de estas cosas?” ¿O será que al for
mularla apuntaba a alguna otra preocupación?
217
Daniel sabía acerca de la guerra que la “ abominación de
soladora" llevaría a cabo en contra de “ la continuidad” de
Cristo en “el santuario-fortaleza" (DanieM 1:31); y también
comprendía que al cabo del “ tiempo, tiempos, y la mitad de
un tiempo”, en 1798, el poder que inspiraba a la “abomina
ción desoladora” habría de experimentar un colapso, con lo
que su tenaz oposición a “la continuidad' habría de debilitar
se. A juicio del profeta todo esto era de enorme trascendencia
y, sin embargo, Miguel no lo había siquiera mencionado. ¿Qué
es lo que estaba pasando?
LA C U Á D R U P L E R E S P U E S T A
DE M IG U E L A L P R O F E T A
En su apresuramiento, preocupado de que la áurea oportu
nidad pasara, Daniel lanzó una pregunta formulada tan sólo a
medias. Pero Miguel, con maravillosa condescendencia, la
captó perfectamente y se dedicó a llenar ese claro en las ex
plicaciones que Daniel había recibido hasta ese momento. Lo
hizo proporcionando cuatro informaciones que respondieron
ampliamente a la inquietud del profeta-es decir, la relacionada
con lo que habría de ocurrir al término de los 2.300 años. La
prueba de ello está dada por el hecho de que Daniel ya no
preguntó más, por la sencilla razón de que la respuesta de
Miguel lo había dejado satisfecho.
P R IM E R A R E S P U E S T A DE M IG U E L A D A N IE L
219
La primera de las cuatro informaciones estuvo directa
mente relacionada con lo que habrían de ser los resultados de
la predicación final del mensaje y la conclusión del Juicio In
vestigador. Como consecuencia de ambos hechos, todos los
habitantes del planeta habrán de dividirse en solamente dos
grupos:
• Por un lado, el de “los entendidos”, ya mencionados durante
el periodo de persecución de 1.260 años como “el pueblo
que conoce a su Dios” y “los sabios del pueblo” (11:32,33); y
en la conclusión del drama, ya plenamente aprobados en el
Juicio, como “los entendidos [que] resplandecerán como el
resplandor del firmamento; y [como] los que enseñan la justicia
a la multitud, [que lo harán ] como las estrellas a perpetua eter
nidad” (12:3).
220
La segunda información de Miguel añadió algo tanto en
relación con Daniel 7:25, primera mención del periodo de
“tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo” , como con Daniel
8:14, pasaje que registra la única mención específica de los
2.300 años. Varios puntos son de destacar en la información:
• Primero, la traducción del texto en la versión que estamos
utilizando (RVR 1960) no es suficientemente clara: así como
aparece en ella da a entender que habrían de transcurrir
1.290 años de vacío profético-histórico desde la supresión
de “ la continuidad’ hasta el establecimiento de su abomi
nable falsificación. Una traducción literal del texto Hebreo, en
cambio, deja ver algo bastante distinto, "y desde el tiempo en
que se quitare el continuo, a fin de establecer la abominación"
(o “y desde el tiempo en que fuere quitado el holocausto continuo,
es a saber, para poner allí la abominación desoladora, habrá mil
doscientos noventa años", VM). En otras palabras, la supresión
en el conocimiento de los hombres de “la continuidad” de
Cristo, es decir de Su ministerio intercesor en el Santuario
Celestial, habría de permitir la imposición de la “abominación
desoladora” en la mente de ellos-ambos hechos habrían de
ser de ocurrencia más o menos simultánea.
• Segundo, de acuerdo a este texto, la “abominación desola
dora” , responsable de la persecución contra los santos, ten
dría una duración ligeramente mayor, 30 años, que el perio
do de persecución, que habría de extenderse durante “tiem
po, tiempos, y la mitad de un tiempo”. Cabe preguntarse en
tonces dónde colocar esos 30 años de diferencia entre am
bos periodos, pregunta que permite tan sólo una opción, o
previos al comienzo de los 1.260 años, o posteriores a su
conclusión. Lógicamente antes de la persecución, ya que el
poder perseguidor habría de ser el representado por esa
“abominación”-, por otro lado, para que la persecución cesara
el poder perseguidor tendría que experimentar al mismo
tiempo la pérdida de su capacidad de perseguir. Diciéndolo
con mayor claridad aún, los 1.290 años habrían de comen
zar 30 años antes que los 1.260; y, en consecuencia, los dos
periodos concluirían en forma simultánea.•
• Llevando estas consideraciones a su conclusión, como la
autorización imperial para controlar y restringir a los disiden
tes le fuera conferida al “ rey del Norte” o “cuerno pequeño”
en el año 538 d.C., la “abominación desoladora” debió
haberse instalado en plenitud 30 años antes, en el año 508
a.C., circunstancia con respaldo histórico suficiente. Por lo
221
tanto, ambos periodos debieron llegar a su conclusión en
forma simultánea en 1798.
• Tercero, esta segunda información relativa a la “ abomina
ción desoladora” estaba directamente relacionada con la
preocupación de Daniel relativa a los 2.300 años y la purifi
cación del Santuario anticipada por Miguel (8:14). Este en
gendro teológico del sistema simbolizado por el “ rey del
Norte", luego de una prolongada gestación, habría de impo
nerse en un momento histórico definido, el año 508, y habría
de ser causa de enorme sufrimiento físico y espiritual para la
humanidad durante 1.290 años. Pero lo anticipado por Ga
briel contenía una nota de esperanza: su eclipsamiento en
1798, temporario, es cierto, abriría las puertas para que cua
renta y seis años más tarde, en 1844, al llegar a su término
la profecía de los 2.300 años, pudiera comenzar la recupe
ración del conocimiento de “ la continuidad” ] es decir, el
conocimiento de la obra culminante de Cristo en el Santua
rio, obra que habría de iniciarse precisamente en ese año.
Esa recuperación habría de ser causa de gran gozo, de una
alegría y una felicidad por siglos totalmente desconocidos.
• Cuarto, ¿qué fue lo que ocurrió en el año 508 como para
que tuviera tanta significación? La historia sería larga de na
rrar en todos sus detalles, pero resumiéndola en sus rasgos
más relevantes, algún tiempo antes, en el año 496, se había
producido la “conversión” de Clodoveo I al Catolicismo.
¿Quién era Clodoveo? El rey de los Francos (481 a 511), la
más poderosa de las naciones surgidas del desmembra
miento del Imperio Romano de Occidente luego de su caída
en el año 476. (Otras fuentes datan esa “conversión” en va
rios de los años inmediatamente posteriores, el más tardío el
año 508.)
Cualquiera hubiera sido la fecha de su bautismo, lo cierto es
que pocos años después, en la batalla de Vouglé (diciembre
del 507), Clodoveo derrotó a Lombardos y Visigodos, dos
pueblos arríanos que limitaban las ansias de poder del obispo
de Roma. Al año siguiente, 508, comprometió el poder de la
naciente Francia a la protección de la institución papal. Este
compromiso, fielmente respetado por sus sucesores, y que
recién cesó al tiempo de la Revolución Francesa, en 1789,
hizo que Francia fuera tradicionalmente reconocida como la
“hija favorita” del Papado.
222
Uno de los sucesores de Clodoveo I, Pepino III el Breve,
mediante el documento conocido como Donación de Quiercy
(756) dio origen a los Estados Pontificios, y con ello al poder
temporal o político de los obispos de Roma. Ahora bien, fue
con ese poder que “ el rey del Norte ” pudo lograr lo descripto
en 11:31: “Y se levantarán de su parte tropas [las de los Francos]
que profanarán el santuario y la fortaleza [mejor, “el santuario
fortaleza” ], y quitarán el contin uo sa crificio [es decir, “ la conti-
nuidacf’], y pondrán [en su lugar] la abom inación desoladora.’’
224
Miguel, con las palabras, “ Bienaventurado el que espere, y
llegue a 1.335 d ías."
A LA M A N E R A DE U N A S ÍN T E S IS
Uniendo ahora todos los cabos, la preocupación de Daniel
estaba centrada en lo que habría de ocurrir al término de los
2.300 años; sin embargo, Gabriel concluyó sus largas explica
ciones sin dar respuesta a esa inquietud del profeta. Fue Mi
guel quien, haciendo sentir su presencia al término de las ex
plicaciones del ángel, utilizó la oportunidad de las preguntas de
Gabriel y Daniel para relacionar sólidamente los períodos pro-
fóticos ya mencionados en el libro: los “tiempo, tiempos, y la
mitad de un tiempo” y las “ dos mil trescientas tardes y maña
nas”. ¿A qué recurso apeló? A la introducción de dos periodos
adicionales, los “mil doscientos noventa” y los “mil trescientos
treinta y cinco" días/años. En consecuencia, estos cuatro pe
riodos deben interpretarse en forma conjunta.
¿Cómo hacerlo? En primer lugar, el tema de fondo es una
advertencia acerca de la falsificación que haría el poder após
tata del “ continuo” o “ continuidad” de Cristo en Su santua
rio; lo haría mediante un sistema referido como la “prevarica
ción" o “abominación desoladora". Esta falsificación habría
de dominar las conciencias en forma casi absoluta durante
1.290 años, extendidos entre 508 y 1798.
Treinta años después de que Clodoveo I y los Francos faci
litaran la instauración de la “abominación”, el “cuerno pe
queño” (Daniel 7 y 8) o “rey del Norte” (Daniel 11), recibiría
del Imperio Romano de Oriente, a través de su emperador
Justiniano, el poder necesario para imponerla por la fuerza,
así como también la autorización oficial para perseguir a los
disidentes, autoridad que ejerció inmisericordemente por 1.260
años (538 a 1798).
Quienes vivieran en 1798 experimentarían el gozo de ver
cómo este mismo sistema apóstata y la falsificación de su in
vención verían debilitarse marcadamente su poder. Sin em
bargo, el gozo mayor habría de ser experimentado por quienes
vivieran en 1844, año de conclusión simultánea de los 2.300 y
los 1.335 años (ver Nota Explicativa al fin de este capítulo).
¿Cuál habría de ser la razón de ese gozo, de esa bienaventu
ranza? La restauración plena del conocimiento de la obra de
226
Cristo, Su “continuidad”, en el Santuario Celestial. Esto es, la
hermosa y consoladora certeza de que no necesitamos cargar
con remordimientos de conciencia por pecados y faltas pasa
das, porque desde Su Santuario Cristo ofrece gratuitamente a
todo ser humano “la libertad gloriosa de los hijos de Dios” (Ro
manos 8:21) y “amplia y generosa entrada en el reino eterno de
nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Pedro 1:11).
227
to, mencionada y reiterada no menos de 318 veces en los 260
capítulos del Nuevo Testamento.
LA CUAR TA RESPUESTA
DE MIGUEL A DANIEL
Verso 13 Protagonistas Cronología
“Y tú [Daniel] irás Mensaje directo No hay certeza acer
hasta el fin, y repo de Miguel a Da ca del año de la
sarás, y te levanta niel: habría de muerte de Daniel,
rás [llamativa refe descansar, es pero la frase “fe le
rencia simbólica a la cierto, pero con vantarás para reci
comprensión de las plena certeza de b ir tu heredad al fin
profecías contenidas su resurrección., de los días ” conlleva
en su libro] para re y algo más. un doble significado:
c ib ir tu heredad al su resurrección, es
fin de los días [es cierto, pero también
decir, a partir del el gran interés que se
comienzo del “ tiem despertaría por el
po del fin ”, en mensaje de su libro a
1798]".___________ partir de 1798.______
228
como resultado de “decisiones del juicio de los justos muertos”,
juntamente con “los patriarcas, profetas y apóstoles y todo el
pueblo de Dios" quienes también habrán de levantarse "para
recibir su heredad”. Como consecuencia de “la obra de juicio
en el santuario”, que determina los casos de todos los seres
humanos, Smith concluye, “es aquí donde Daniel recibirá su
heredad, y aquí donde también todos los que han sido vence
dores, recibirán su heredad cuando sus casos sean examina
dos. Pasarán exitosamente el examen del juicio...”.9
SIGNIFICADO MÚLTIPLE DE LA
CUARTA RESPUESTA DE MIGUEL
Pero hay más en el texto que estamos considerando, "Y tú
irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu
heredad al fin de los días" (Daniel 12:13). Así parecieran su
gerirlo declaraciones similares de Gabriel y Miguel, pronun
ciadas en las mismas circunstancias: “Daniel, cierra las pala
bras y sella el libro hasta el tiempo del fin” (12:4), y “Da
niel,... estas palabras están cerradas y selladas hasta el
tiempo del fin” (12:9).
En este llamativo contexto resultan particularmente intere
santes dos comentarios de Elena White: “Sus admirables pro
fecías [de Daniel], como las registradas en los capítulos siete a
doce del libro que lleva su nombre, no fueron comprendidas
plenamente ni siquiera por el profeta mismo; pero antes que
terminaran las labores de su vida, recibió la bienaventurada
promesa de que ‘hasta el tiempo del fin’ —en el plazo final de
la historia de este mundo— se le permitiría ocupar otra vez su
lugar..." “A medida que nos acercamos al término de la historia
de este mundo, las profecías registradas por Daniel exigen
nuestra atención especial, puesto que se relacionan con el
tiempo mismo en que estamos viviendo. Con ellas deben
vincularse las enseñanzas del último libro del Nuevo
Testamento.” 10
“Ha llegado el tiempo para que Daniel reciba su heredad. Ha
llegado el tiempo para que, como nunca antes, se propague
por el mundo la luz que le fue dada. Si aquellos por quienes el
Señor ha hecho tanto caminaran en la luz, su conocimiento de
Cristo y de las profecías concernientes a él aumentarían gran
demente a medida que se acercan a la terminación de la histo
ria de esta tierra.” 11
229
En síntesis, tres interpretaciones complementarias pueden
derivarse válidamente de las frases contenidas en Daniel
12:13:
1. El mensaje del libro habría de ser mejor comprendido a partir
de 1798, y muy especialmente desde 1844--"fe levantarás ...
al fin de los días";
1.260 años
538 1.798
Edicto de Apresamiento
Jnstiniano de Pío VI
230
Nota Explicativa:
Conclusión de los 1.335 años:
Doce Puntos a T e n e r en Cuenta
Apreciado lector: Si usted llegó hasta este punto y com
prendió lo que antecede, no necesita leer esta nota. La misma
contiene información que podría resultarle un tanto difícil de
comprender. Pero si usted es una de esas personas que no
retrocede ante los desafíos y que no se conforma con nada
que no le resulte completamente claro, entonces esta nota es
tá especialmente dirigida a usted. Es más, leer y comprender
lo que sigue le resultará de gran utilidad y satisfacción. ¿Avan
zamos juntos?
1- EI cumplimiento cronológicamente exacto en 1798 de los
1.260 años del cap. 7 de Daniel, atrajo como nunca antes la
atención de los intérpretes al periodo contenido en Daniel 8:14,
los 2.300 años. En aquellos tiempos más de un centenar de
autores escribió sobre este periodo profético, todos ellos com
putándolo a partir del séptimo año del reinado del rey medo-
persa Artajerjes I Longímano (o Longánime), y considerándo
lo concluido entre los años 1843 y 1847. ¿Por qué esta dife
rencia en cuanto a la conclusión del período? Por alguna incer
tidumbre relacionada con la datación del año 7o. de Artajerjes
I, el año del decreto cuyas provisiones permitieron a los judíos
que habían regresado del exilio babilónico, reorganizarse co
mo nación.
2- Prácticamente todos estos numerosos autores de la prime
ra mitad del siglo XIX enfocaron el tema desde una perspectiva
más bien intelectual, es decir, erudita. Eso mismo hizo que no
lograran calar profundo en el interés de la gente. En una pala
bra, o no tuvieron seguidores, o si los tuvieron, no lograron dar
permanencia al movimiento al que pudieron haber dado origen.
3- Distinto fue el caso de quien tal vez fuera el menos capaci
tado de todos ellos académicamente hablando, Guillermo Mi-
ller. Como fruto de algo más de una década y media de incan
sable prédica, dio origen al así llamado Movimiento o Desper
tar Milleñsta, movimiento que impactó a centenares de miles
entre 1840 y 1844. Heredera de ese despertar suscitado por el
estudio de las profecías de Daniel, es la Iglesia Adventista del
Séptimo Día. ¿En qué se diferencia de las demás? Entre otras
cosas, por su fiel adhesión a la Palabra de Dios y su fidelidad
231
al mensaje contenido en los libros proféticos, especialmente
Daniel y el Apocalipsis.
4- En 1818, dos años después de su conversión, y como fru
to de un intenso estudio de la Biblia, Miller escribió dos docu
mentos, aunque sin plan alguno de publicarlos-sus 14 reglas
hermenéuticas o de interpretación de la Biblia, y las 72 conclu
siones resultantes de la aplicación de las mismas. De especial
interés resulta la conclusión No. 12: “Los 2.300 días proféticos
de Daniel 8:14, iniciados en el año 457 a.C., concluirán en tor
no a 1843, con el regreso de Jesús.”
5- Cuatro años más tarde, en setiembre de 1822, y como re
sultado de un nuevo estudio de las Escrituras, redactó otro
documento, al que tituló indistintamente como Credo, o Com
pendio de Fe, o Mi Fe, y Sistema Regular de Divinidad, consis
tente en 20 artículos. La misma convicción acerca de la inmi
nencia del regreso de Cristo aparece mencionada en el artícu
lo 15: Luego de expresar en el Art. 14, “Cristo regresará per
sonalmente y en gloria a la tierra para salvar a Su pueblo y
destruir a los malvados”, consignó en el artículo siguiente (No.
15), “Cercanía de la Venida de Cristo, tan sólo en 21 años
más, alrededor de 1843.” ¿Cómo llegó a ese cálculo? Muy
sencillo, restando los 457 años previos al comienzo de la Era
Cristiana del total de los 2.300 años, le dio el resultado, 1843.
6- Sin embargo, Miller fue cuidadoso en hacer notar que él
se refería al año 1843 de acuerdo al cómputo judío, extendido
de primavera a primavera (Hemisferio Norte). ¿Por qué? Por
que el período profético contenido en Daniel 8:14 se refiere al
Día de la Expiación, o Yom Kippur, que se celebraba el día
10°. del mes 7o. (Tishri o Etanim, correspondiente a setiem-
bre/octubre) y que la purificación del santuario que se efectua
ba en ese día marcaba la culminación del ciclo ceremonial
anual de los judíos. Así, por ejemplo, explicaba que como las
cuatro festividades simbólicas primaverales del calendario ju-
dío-Panes Ázimos, Pascua, Primicias y Pentecostés—habían
alcanzado su cumplimiento en la Primera Venida de Cristo, las
tres celebraciones otoñales seguramente habrían de hacerlo
en ocasión de la Segunda-Trompetas, Día de la Expiación y
Fiesta de las Cabañas o Tabernáculos.
7- Miller cometió un error al no tomar en cuenta que el decre
to de Artajerjes I había cobrado efectividad en el otoño
(Hemisferio Norte) del año 457 a.C., y que tratándose de años
completos como lo demuestra la forma inusual de referirlos en
232
la profecía, “hasta dos mil trescientas tardes y mañanas”,
debían concluir también en el otoño. Miller y todos los otros
expositores, ignoraban también el hecho de que en el tiempo
de Esdras, cuando el decreto de Artajerjes fue promulgado,
los judíos computaban los años de otoño a otoño (Hemisferio
Norte), y que, por lo tanto, los 2.300 años debían concluir en el
otoño de 1844, en vez de hacerlo en la primavera de ese año.
Por otro lado, como ya lo hicimos notar, el Día de la Expiación,
tácitamente aludido en la expresión “luego el santuario será
purificado”, caía en el otoño. En síntesis, tres “avenidas”
complementarias, todas ellas convergiendo al otoño de
1844 como verdadera conclusión del año 1843 según el cóm
puto judío.
8- Volviendo ahora a Daniel, en 8:27 encontramos a Daniel
admitiendo no haber entendido la declaración de Miguel acer
ca de la purificación del santuario al cabo de los 2.300 años.
En vano esperó alguna explicación durante sus conversacio
nes con Gabriel, porque no le fue proporcionada. En presencia
ahora de Miguel, como lo narra el cap.12 del libro, comprendió
que se le presentaba una oportunidad de oro para inquirir
acerca del significado de esa referida purificación del santua
rio, y con santa osadía planteó la pregunta que tanto lo inquie
taba, “Señor mío, ¿cuál será el fin de estas cosas?”, prece
dida por su admisión, “no entendí”, es decir, la misma admi
sión de 8:27.
9- Miguel contestó ese interrogante específico en forma tam
bién muy específica: Durante 1.290 años “la continuidad” de
Cristo, Su ministerio intercesor en el Santuario Celestial,
habría de ser falsificada por la “abominación desoladora”,
pero habría de darse una restauración. ¿Cuándo? Esa restau
ración habría de iniciarse 1.335 años después del estableci
miento de esa falsificación en el seno del Cristianismo. Como
Miguel se refirió a ese Santuario Celestial, el comienzo de su
purificación, no otro que el comienzo del Juicio Investigador,
en octubre de 1844 (o si se prefiriera, en 1843 según el cóm
puto judío), debía ser coincidente con el comienzo de su res
tauración en el conocimiento de los hombres, es decir también
a partir de 1844 (o 1843 en el cómputo judío). “ Bienaventurado
el que espere , y llegue a m il trescientos treinta y cinco d ías” (v.
12).
234
1Carta 161, Julio 30, 1903, Manuscript Release #1166.
2E. White, El Conflicto de los Siglos, pp. 677,678.
3lb¡<±, p. 595.
4Elena White, Joyas de los Testimonios (Florida, Buenos Aires: Aso
ciación Casa Editora Sudamericana, 1975) vol. 2, p. 374.
5"La conciencia histórica moderna es una conciencia de 'crisis', y toda
moderna filosofía de la historia es en el fondo filosofía de la crisis." ...
"Todas las reflexiones sobre la 'historia' hechas por historiadores, soció
logos y filósofos de la historia en el continente europeo, tienen a sus
espaldas, en el siglo XIX, el terremoto de la Revolución Francesa, y ante
sí las inabarcables consecuencias de ese terremoto. En esta revolución
cayó por tierra el edificio de las antiguas instituciones, y juntamente con
él se hundió también su estabilización metafísica. En ella se perdieron
los elementos de la cultura y del espíritu que se consideraban como
obvios y como algo común a todos, y dentro de los cuales el hombre
podía vivir protegido. Con ello se cobró conciencia de la historicidad total
como criticismo total del mundo humano. Desde entonces la 'crisis' pasa
a ser el tema propio de la reflexión científico histórica, y la síntesis de la
reflexión filosófico histórica." Jürgen Moltmann, Teología de la Esperan
za (Salamanca: Ediciones Sígueme, tr. A. P. Sánchez Pascual. 1969),
pp. 299,300,301.
6E. White, La Educación, p. 228.
7Donald y Vesta Mansell, Angels and the Unseen Conflict (Nampa,
Idaho: Pacific Press Publishing Association, 2000), pp. 35-39,45-
56,72,73,154-161.
Véase Jaime White, “The Judgment”, Review and Herald, 24-VIII-
1869.
9 Véase Urías Smith, "Synopsis of the Present Truth" No. 19 y 21. Re
view and Herald, Marzo 25 y Abril 8,1858.
10 E. White, Historia de los Profetas y Reyes, pp. 401,402.
11E. White, MS 176, 1899, en Comentario Bíblico Adventista, vol. 4,
p.1196.
235
236
CAPÍTULO X
EPÍLOGO
Nota Introductoria: Apreciados lectores, hemos llegado al final de
nuestro intento por develar los misterios de Daniel 11 y 12. Prometi
mos al comienzo hacerlo en la forma más sencilla posible; si lo hemos
logrado, al punto de poder comprenderlos y, por lo mismo, sentirnos
más cerca de Dios, con una confianza incrementada en Su revela
ción, y una esperanza más firme en Su intervención final para salvar a
Sus hijos, ése ha sido, y sigue siendo nuestro gran anhelo; pero son
solamente ustedes, queridos lectores, quienes pueden testificarlo. A
continuación, y a manera de un epílogo, resumimos estos capítulos
en sus aspectos más relevantes.
237
semanas pareció como que Dios no se interesaba en las mis
mas, ya que no recibió respuesta alguna.
Sin embargo, al término de ese lapso un ángel, un mensaje
ro celestial, el más excelso de todos ellos, el querubín Gabriel,
se acercó a Daniel, quien en ese entonces se encontraba en
algún lugar sobre las orillas del río Tigris. La reacción del pro
feta ante la imponente presencia del mensajero celestial fue la
misma que la que con frecuencia, caracterizó a los profetas
como preludio a la recepción de los mensajes: una notable
pérdida del vigor físico, seguida por un fortalecimiento sobre
natural.
Al comienzo mismo del diálogo, Gabriel explicó la razón de
su demora: durante esas tres semanas había estado luchando
contra Satanás, el auto-titulado “príncipe del reino de Per-
sia” (10:13), por el control de la mente del monarca medoper-
sa. Pero al prolongarse ese conflicto espiritual sin resolución,
Gabriel debió recibir ayuda de Miguel, “uno de los principa
les príncipes"-mejor, “el UNO entre los príncipes’’-, no “uno”
entre otros, sino alguien superior a todos ellos. Aparentemente
el conflicto aun continuó por algún tiempo, porque Satanás se
resistió a abandonar su intento, pero el refuerzo divino que
recibiera permitió a Gabriel acudir en respuesta al ruego del
anciano profeta.
La explicación de Gabriel fue específica y clara, aunque ne
cesariamente larga, al punto de que su registro en el libro de
Daniel ocupa casi una cincuentena de versículos. Por otro la
do, es de destacar la honestidad del ángel al no atribuirse mé
rito alguno por la notable calidad de sus explicaciones: si podía
hacer referencia a la estrategia divina que habría de seguirse
hasta “los postreros días" (10:14), explicó, ello se debía úni
ca y exclusivamente al acceso que se le había concedido al
“libro de la verdad", cuya comprensión le había sido facilita
da por “Miguel vuestro príncipe” (10:21).
239
¿Era éso lo mejor que Dios tenía para ofrecer a Su pueblo,
sufrimientos y miserias sin término? No, el plan que Dios les
había bosquejado a través de los profetas era muy distinto: les
había prometido conducirlos a un verdadero pináculo de gloria
nacional, a una vida plena y gozosa, marcada por una prospe
ridad sin precedentes. Pero, el gran "pero", era que todas esas
maravillosas profecías estaban condicionadas al cumplimiento
del propósito divino para su existencia como nación escogida
de Dios. ¿Se manifestaron dispuestos a cumplirlo? Tristemen
te no fue así. Su rebeldía limitó a Dios en el cumplimiento de
todo lo que les había prometido, y al glorioso cuadro pintado
por las anticipaciones proféticas hubo que colocarle un título
doloroso, "Lo que podría haber sido, y no fue".
240
DE LA ROMA DE LOS CÉSARES
A LA ROMA DE LOS PONTÍFICES
El capítulo 11 de Daniel demuestra que así como los ideales
de los tres primeros imperios universales no se extinguieron
con ellos sino que lograron continuidad en el Imperio Romano,
tal como ya lo había consignado el profeta algo más de una
década antes--“Habían también quitado a las otras bestias
su dominio, pero les había sido prolongada la vida hasta
cierto tiempo” (Daniel 7:12)—lo mismo ocurrió con Roma,
auque en escala mucho mayor. El derrumbe del cuarto imperio
universal, el imperio de Césares y emperadores, fue tan sólo el
preludio de su continuación en otra Roma, pretendidamente
cristiana, la Roma de los pontífices romanos o emperadores
“cristianos”, y sus cohortes de obispos, arzobispos y cardena
les. La transición de una Roma a la otra aparece descripta en
el verso 21: el emperador habría de ser sucedido por alguien
sin derecho al trono, pero suficientemente habilidoso como
para posesionarse imperceptiblemente del mismo mediante
toda clase de tretas y subterfugios.
El nuevo emperador habría de estar caracterizado por un
afán insaciable de poder, y sabría cómo eliminar gradualmente
a todo rival político que se opusiera a sus designios. ¿Cómo
habría de hacerlo? Dos frases, una en el cap. 8 y la otra en el
11, lo explican con claridad: “ Y su poder se fortalecerá, mas no
con fuerza propia“ (8:24); “y se levantarán de su parte tropas”
(11:31); es decir, mediante la unión de Iglesia y Estado, unión
no en términos de igualdad, sino con el Estado sometido a la
Iglesia. El poder religioso encarnado en los obispos de Roma
sabría cómo hacer para que sus enemigos se debilitaran lu
chando entre sí, al punto de ser causa de “ grandes ruinas”,
destruyendo aún a “ los fuertes” (8:24).
De esta manera, las “ fuerzas enemigas” habrían de ser “ba
rridas delante de él como con inundación de aguas” hasta ser
“del todo” destruidas; y en todo este ambicioso accionar siem
pre habría de resultar “vencedor con poca gente” (11:22,23).
Aun cuando no hubiera razón alguna para iniciar una guerra,
sabría cómo provocarla y cómo beneficiarse con “botín, despo
jo y riquezas” ( 11:24). Este incansable accionar belicista habría
de desarrollarlo prácticamente incontestado durante “un tiem
po”, “el plazo”, referido indistintamente como el “tiempo seña
lado”, “muchos días” y “el tiempo determinado”, (11:24,27,29,33,
241
y 35), expresiones todas equivalentes a “tiempo, y tiempos, y
medio tiempo" (7:25 y 12:7).
OBJETIVO OBSESIVO
DE l_A ROMA PONTIFICIA
Sin embargo, no habría de ser el poder político su objetivo
obsesivo, sino que habría de invertir toda su energía en tratar
de arrebatarle al “príncipe de los ejércitos" o “ Príncipe de
los príncipes” (8:11,25) o “ príncipe del pacto” (11:22), es
decir, “ el Mesías príncipe” (9:25), Su ministerio intercesor en
el Santuario Celestial-ministerio referido como “ el continuo” ,
o mejor aun, “ la continuidad” . El “ rey del Norte” , símbolo de
la apostasía papal, no habría de descansar hasta profanar “ el
santuario fortaleza” , arrebatando de la mente de los seres
humanos el conocimiento de esa bendita “ continuidad’' de
Cristo, e imponiéndoles una blasfema falsificación de la mis
ma, referida tanto por Gabriel como por Miguel como “ la pre
varicación asoladora” , “ el colmo” de la “ transgresión” , “ la
muchedumbre de las abominaciones” , “ el desolador” y “ la
abominación desoladora” (8:12,13,23;9:27;11:31; y 12:11;
Mateo 24:15).
¿Cuáles habrían de ser las consecuencias del accionar de
este poder religioso político? Intolerancia en materia religiosa y
persecución durante algo más de 12 1/2 siglos (1.260 años, ex
tendidos entre 538 y 1798). En este último año, a la termina
ción del periodo referido como “ un tiempo” , “ el plazo” , el
“ tiempo señalado” , los “ muchos días” y “ el tiempo deter
minado” , (11:24,27,29,33, y 35), la relación Iglesia y Estado,
fuente del poder de los pontífices romanos, habría de experi
mentar un marcado cambio, al punto de entristecer al “ rey del
Norte” , y hacerle perder ese poder (11:29,30). Humanamente
hablando, luego de lo experimentado al fin de los 1.260 años,
no habría esperanza alguna de recuperación por parte del Pa
pado. Y, sin embargo, habría un asombroso retorno, gracias a
“ los que abandonen el santo pacto”, ministros religiosos
una vez fieles a la revelación divina, pero para ese entonces
gestores de la segunda gran apostasía dentro del Cristianismo,
la del Protestantismo mayoritario (11:30), caracterizada entre
otras cosas por re-editar el principio de la “ bestia", es decir, el
control del Estado por parte de la Iglesia.
242
TRISTE CLAUDICACIÓN
DEL PROTESTANTISMO
El movimiento clave que haría posible la curación del entris
tecido y mal herido “rey del Norte” sería su ingreso “en la
tierra gloriosa” (11:41), una nación, según Apocalipsis 13,
que emergería a fines del siglo XVIII de tierras poco pobladas,
de crecimiento lento y silencioso, ofreciendo a los perseguidos
por motivos de conciencia de toda la tierra, las mejores garan
tías de respeto jamás otorgadas a los seres humanos; pero
que, tristemente, habría de experimentar un cambio de dimen
siones increíblemente dramáticas, al punto de trasformarse,
bajo la inspiración y la conducción papales, en una nación ges
tora de una opresión y un avasallamiento de los derechos
humanos sin precedentes con qué compararla. Sí, esa “ tierra
gloriosa”, en manos ahora de los ya referidos apóstatas del
“santo pacto” (11:30), habría de transformarse de cuna y cus
todia de las libertades política y religiosa, en tumba de las
mismas, no sólo en los Estados Unidos sino, por influencia de
este país, en el mundo entero.
ASOMBROSA RECUPERACIÓN
DEL “PUEBLO QUE CONOCE A SU DIOS”
Pero así como el sistema referido como “rey delNorte”
habría de experimentar una recuperación pasmosáT también la
experimentaría el pueblo perseguido, el pueblo de los “sa
bios”, “el pueblo que conoce a su Dios” (11.32,33). ¿Serían
simultáneas estas dos recuperaciones? No; la del pueblo de
Dios habría de producirse antes, una vez terminada la perse
cución (es decir, a partir de 1798), y mientras el sistema patro
cinador de la “abominación desoladora” permaneciera toda
vía herido. En esas circunstancias, el pueblo de Dios habría de
levantarse con energía de lo Alto, con la misión de recuperar y
dar a conocer nuevaimeríte, a lo largo y ancho de toda la tierra,
la maravillosa “continuidad” de Miguel en Su Santuario, única
esperanza de félicidad y salvación para los seres humanos.
Mientras los “sabios” estuvieran empeñados en esa obra, el
“rey del Norte” y su engendro, la “abominación desolado
ra”, también estarían en proceso de franca recuperación,
haciendo más y más difícil el cumplimiento de la misión de
aquellos. Así las cosas, habría de llegar el momento cuando la
población de la tierra toda quedara dividida en tan sólo dos
243
entidades, los “ entendidos” y los “impíos” (12:10), ambas
empeñadas al máximo en su motivación-ios “ entendidos”
que llevan la invitación final de Dios, “ las nuevas del oriente
y del norte”, hasta los confines de la tierra; y los “impíos”,
profundamente alarmados, tratando de impedir que esas nue
vas lleguen a los “ mares” , es decir, a las multitudes que pue
blan el planeta.
245
246
APÉNDICE
PODERES INVOLUCRADOS
EN LA CONTIENDA POR EL CONTROL
DE LA HUMANIDAD
Nota Introductoria: Este Apéndice hace referencia a tres autores,
todos ellos representantes de docenas de otros intérpretes de las
profecías del siglo XIX y comienzos del XX: Jaime White (murió en
1881), Urías Smith (m. 1903) y Elena White (m. 1915). Los tres perte
necen a la escuela historicista de interpretación de las profecías, es
cuela que identifica en la Historia un cumplimiento consecutivo de las
predicciones bíblicas, a diferencia de las escuelas preterista y futuris
ta, las que respectivamente consideran las profecías contenidas en la
Palabra de Dios como ya completamente cumplidas en el pasado, o
como de cumplimiento en algún futuro más o menos remoto. Estas
dos últimas escuelas literalmente despojan a la Era Cristiana de la
orientación proporcionada por las profecías contenidas en las Sagra
das Escrituras.
247
pronto habrán sucedido todos los acontecimientos predi
chos. ”1
La pregunta que plantearemos a los tres autores mencio
nados es, ¿dónde nos encontramos hoy en el vasto pano
rama profético desplegado en Daniel 11? ¿Es posible esta
blecerlo con precisión aceptable?
Pero antes de hacerlo, y desde el mirador ventajoso del
tiempo transcurrido desde cuando escribieron los autores
recién mencionados, observemos por un momento las pri
meras cinco palabras del verso 40, “Pero al cabo del
tiempo”, es decir, en 1798, “al cabo” o conclusión de un
periodo profético referido mediante tres formas distintas en
la Biblia, todas ellas totalmente equivalentes: “tiempo, y
tiempos, y medio tiempo” (Daniel 7:25;12:7;Apocalipsis
12:6), “cuarenta y dos meses” (Apocalipsis 11:2; 13:5); y
"mil doscientos sesenta días” (Apocalipsis 11:3;12:14)—
esto es, un período de 1.260 años que se inició a partir del
año 538, cuando se aplicó el Edicto de Justiniano [empera
dor del Imperio Romano de Oriente del 527 al 565 d.C.] ,
documento que dio comienzo a este largo lapso de intole
rancia y persecución. En otras palabras, Daniel 11, verso
40, hace referencia al comienzo del “tiempo del fin”. Esto
sugiere que todo lo anterior en el capítulo corresponde, con
muy pocas excepciones, a eventos previos a 1798; y desde
el verso 40, a acontecimientos posteriores a ese año; y
desde entonces extendiéndose hasta el glorioso momento
de la Segunda Venida de Cristo a la tierra.
Al retornar al pensamiento de los referidos autores, de
bemos reconocer que fue con una percepción realmente
notable que Elena White escribió a comienzos del siglo pa
sado, “Los juicios de Dios están sobre la tierra. Las guerras
y rumores de guerra, [y] destrucciones por fuego e inunda
ciones, anuncian claramente que el tiempo de angustia,
angustia que se incrementará hasta el fin, está muy próxi
mo. El mundo se agita con el espíritu de guerra. Las profe
cías del [capítulo] once de Daniel casi han alcanzado ya
su cumplimiento final.’2 Y cinco años más tarde, la misma
autora añadió, “Un espíritu belicoso agita al mundo. La pro
fecía contenida en el undécimo capítulo del libro de Daniel
está casi completamente cumplida. Muy pronto se realiza
rán las escenas de angustia [Daniel 12:1] descriptas por el
profeta”.3 (Énfasis suplido.)
248
Elena White estaba familiarizada con las explicaciones de
Gabriel contenidas en Daniel 11, así como también con las
interpretaciones de numerosos autores de su época, entre
ellas las de Lirias Smith (m. 1903), un notable erudito esta
dounidense; pero si bien es cierto que apreciaba mucho las
explicaciones de este autor, White no compartió sus co
mentarios sobre la segunda mitad del capítulo 11 de Daniel.
¿A que porción del capítulo se refirió ella con las pala
bras, “está casi completamente cumplida” ? En la obra
citada más arriba, ella escribió, "Estamos viviendo en el
tiempo del fin’4, la misma expresión de Daniel 11:40, tra
ducida indistintamente como el “cabo del tiempo”, el
“tiempo del fin, ” o “el fin de los tiempos ". (Énfasis supli
do.) Así, luego de comentar cómo el libro de Daniel habría
de quedar sellado “hasta el tiempo del fin,’’ White expresó,
“desde 1798 el libro de Daniel ha sido desellado.’’5 Y con
mayor precisión aún, “... en el tiempo del fin, el tiempo en
el cual estamos viviendo ahora ...”6
Sintetizando el pensamiento de esta autora, lo cumplido
de Daniel 11 hasta comienzos del siglo pasado llegaba has
ta el v. 40. Fue acerca de este pasaje y momento que Ele
na White escribió, “Muy pronto se realizarán las escenas
de angustia descriptas por el profeta’’ (cf. Daniel 12:1:
“tiempo de angustia que nunca fue desde que hubo
gente hasta entonces...”). (Énfasis suplido.)
249
"Las opiniones respecto a 'la cuestión del Oriente' [acerca
de si el poderoso Imperio Turco habría de perder todas sus
tierras en Europa, inclusive su capital, y qué consecuencias
podría ocasionar ai mundo una caída tal] se basan en pro
fecías que no se han cumplido aún. En estos casos debié
ramos avanzar con cautela y nuestras definiciones debieran
ser cuidadosas para que no se nos encuentre quitando los
hitos que se han establecido firmemente en el movimiento
adventista. Puede decirse que hay consenso general sobre
este tema, y que todos los ojos se vuelven hacia la guerra
actual entre Turquía y Rusia [1877-1878] como el cumpli
miento de esa porción de la profecía que confirmará mucho
la fe en el próximo fuerte clamor y el fin de nuestro mensa
je. Pero es inquietante preguntarse cuál será el resultado
de este dogmatismo en cuanto a profecías no cumplidas si
las cosas no salen como se espera tan confiadamente."7
Tal como esta declaración aparece en este Comentario,
parecería implicar que únicamente deben ser objeto de es
tudio las profecías ya cumplidas, es decir, aquellas cuyo
cumplimiento ya es Historia, pero que nada es seguro en la
interpretación de aquellas que aún no alcanzaron su cum
plimiento. Si esto fuera realmente así, con toda razón ca
bría preguntarse, ¿cuál podría ser entonces el propósito de
las profecías?
La verdad es que la preocupación de Jaime White era
bastante distinta, como lo demuestra el contexto de esta
cita: “Echemos un rápido vistazo al bosquejo profético que
se presenta cuatro veces en el libro de Daniel. Tendrá que
admitirse que los capítulos 2, 7, 8 y 11 cubren el mismo
terreno, con la excepción de que Babilonia es dejada fuera
en los capítulos 8 y 11. Contemplemos primeramente la
gran imagen del cap. 2, en la que Babilonia, Medopersia,
Grecia y Roma están representadas respectivamente por el
oro, la plata, el bronce y el hierro. Todos coinciden en que
los pies de la estatua no son Turcos sino Romanos. Al con
siderar al león, el oso, el leopardo y la bestia con los diez
cuernos, [bestias] que representan lo mismo que [los meta
les de] la gran imagen, todos coinciden nuevamente en que
no es Turquía la que será arrojada a las llamas ardientes
sino la bestia romana. Así también en el cap. 8, todos coin
ciden en que el cuerno pequeño que habría de erguirse en
contra del Príncipe de los príncipes no es Turquía sino Ro-
250
ma. En estas tres líneas [proféticas] la última forma de go
bierno mencionada es Roma.
“Así llegamos al punto básico de nuestro argumento, y
del cual mucho depende: ¿Cubre el cap. 11 de la profecía
de Daniel el mismo terreno recorrido en los caps. 2, 7 y 8?
Si así fuera, entonces el último poder mencionado en este
capítulo es Roma.” 8
Resulta claro que la preocupación de Jaime White en re
lación con profecías no cumplidas aún, estaba en la intro
ducción de enfoques que removían los hitos clara y firme
mente establecidos, error en el que estaba incurriendo su
colega, el erudito Lirias Smith, al identificar a Turquía como
el “rey del Norte” reiteradamente mencionado en Daniel
ll.
Casi un año mas tarde Jaime White volvió a lo mismo:
“En el cap. 11 [de Daniel] hay una línea histórico-profética
en la que los símbolos son dejados de lado, que comienza
con los monarcas de Medopersia, y continúa con los de
Grecia y Roma, hasta el tiempo cuando este poder [Roma]
‘llegará a su fin, y no tendrá quien le ayude’ (Dan 11: 45). Si
los pies y los diez dedos de la imagen metálica son Roma
nos; si la bestia con los diez cuernos, que es arrojada a las
llamas de fuego del gran día, es la bestia Romana; si el
cuerno pequeño que se levantó en contra del Príncipe de
los príncipes es Roma-si el mismo terreno y extensión son
cubiertos por estas cuatro cadenas proféticas, entonces el
último poder del capítulo 11, que 'llegará a su fin, y no ten
drá quien le ayude,’ también es Roma.” 9
¿Cuál es entonces la conclusión? Que mientras Jaime White
y varios otros autores de su época comprendían claramente
que Roma es el poder que habría de llegar hasta el mismo fin
en Daniel 11, Urías Smith estaba introduciendo una identifica
ción diferente, Turquía. Y al hacerlo estaba “removiendo los
hitos” e introduciendo confusión en la interpretación del libro de
Daniel.
251
pioneros del movimiento Adventista acerca de la identificación
del " r e y d e l N o r t e " con la Roma cristiana. Así en el número
del 5 de noviembre de 1867 de esa revista, comentando la
campaña de Giuseppe Garibaldi en pro de la unificación italia
na, Smith adelantó la idea de que si el poder temporal le era
quitado al obispo de Roma, “probablemente nunca más habría
de serle restaurado”.
Pero por ese tiempo comenzó a producirse un cambio en su
comprensión de la profecía, como lo revelan sus artículos en la
mencionada Review. Así desde noviembre de 1867 hasta mar
zo de 1871 sostuvo que tanto en el Cristianismo Romano co
mo en el Islamismo podría verse el cumplimiento de la profecía
de los últimos versículos de Daniel 11. Sin embargo, en mayo
de este último año, y como consecuencia de la conclusión de
la Guerra Franco-Prusiana (1870-1871) que resultó adversa a
Francia, nación que en ese tiempo constituía el principal apoyo
político del Papado, Smith llegó a la conclusión de que la única
opción restante era Turquía. Así en la Review and Herald del
5 de noviembre de ese año consignó: “...cuando el Turco, ex
pulsado de Europa, se apresure a hacer de Jerusalén el asien
to temporario de su gobierno...entonces, [de acuerdo a Daniel
12:1] contemplaremos el levantamiento de Miguel”.
Esta novedosa interpretación logró imponerse gracias a dos
hechos, la muerte de Jaime White en 1881, el único pastor con
ascendiente suficiente como para corregir a Smith, y la publi
cación durante ese mismo año del monumental comentario de
Smith sobre Daniel y el Apocalipsis. No solamente nadie estu
vo en condiciones de objetar la nueva interpretación, sino que
los hechos mismos parecieron corroborarla. En efecto, en la
forma en la que se estaban dando las cosas, parecía como
que Turquía perdería inexorablemente sus territorios en Euro
pa, y con ello también su capital; de esta manera tendría que
intentar establecerla en algún lugar del Cercano Oriente, muy
probablemente en Jerusalén-y ése sería el cumplimiento de
Daniel 11:45: “ Y p l a n t a r á [Turquía] la s t ie n d a s d e s u p a la c io
[su nueva capital] e n t r e l o s m a r e s [Mediterráneo y Muerto] y
e l m o n t e g l o r i o s o y s a n t o [el Monte Sion, es decir, Jerusa
lén]; m a s lle g a r á a s u f i n , y n o t e n d r á q u ie n le a y u d e [es
decir, de poco le valdría ese cambio de capital, ya que sin el
apoyo de sus aliados de la Primera Guerra Mundial, y derrota
da definitivamente, terminaría desapareciendo como nación]”.
252
Según Smith ¿qué habría de ocurrir entonces? La Segunda
Venida de Cristo, y con ella el fin definitivo de la historia de
este mundo. Esta convicción, basada solamente en conjeturas,
hizo que la predicación Adventista produjera un gran impacto
durante aquellos años: ésos fueron años de un gran incremen
to en el número de conversos. Pero cuando después de la
Primera Guerra Mundial Turquía no desapareció, como se lo
había estado anunciando con tanta insistencia, se produjo una
gran frustración entre los que habían aceptado la interpreta
ción de Smith; fue aquella una triste experiencia, resultado de
dejarse llevar en la interpretación de los símbolos proféticos,
por eventos contemporáneos de naturaleza totalmente efíme
ra.
CONCLUSIÓN
A más de un siglo de la muerte del erudito Urías Smith en
1903, ¿qué podemos decir a manera de conclusión? Que los
acontecimientos no han abonado su posición, y que quien es
taba en lo correcto era Jaime White. En efecto, los últimos 6
versículos del capítulo 11 (40 a 45), en vías de rápido cumpli
miento, anticipan eventos que cubren el lapso histórico desde
1798 hasta el regreso de Cristo. Durante este lapso el gran
poder emergente y determinante en el cumplimiento de estas
profecías finales no es ni Turquía ni Rusia, sino Roma, única
y exclusivamente, la Roma pretendidamente cristiana.
253
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257
// Fste libro del Dr. Treiyer es una obra de orfebrería. Por el estilo prolijo y
L detallista. Pero fundamentalmente por el método hermenéutico: basado
en las Sagradas Escrituras, el libro es un tejido abigarrado de interpretación
profética. En diálogo continuo con la historia. Sin agujeros interpretativos. Cada
versículo importante, cada declaración significativa, está entrelazada en un discur
so que se percibe sólido y fundamentado en todo el texto bíblico. El lector podrá
constatar que el libro se convierte así en una red de interpretación de hechos y de
datos que en una primera lectura aparecen como oscuros y enigmáticos, pero que
finalmente terminan conformando un cuadro de clara visión profética."
Dr. R icird o Bentancur. Director de la RevistaAdventistaen español de la
División Norteam ericana
// T n esta obra el Dr. Humberto Treiyer analiza con lujo de detalles históricos
Luna de las profecías más complejas de las Sagradas Escrituras: Daniel 11.
Empleando una metodología estrictamente historicista, el Dr. Treiyer expone
cuidadosamente el significado de esta gran profecía. Con claridad exegética y
una hermenéutica impecable, el autor no deja dudas en cuanto al verdadero
cumplimiento histórico de esta profecía___Este es el único libro sobre Daniel
11 escrito por un erudito adventista en español. El libro es imprescindible
Lo recomiendo sin reserves."
Stephen Bohr. Pastor de la Central Fresno Seventh D ay Adventist Church
(C a lifo rn ia ).
X \