CORROSIÓN
CORROSIÓN
CORROSIÓN
En la corrosión química, un líquido corrosivo disuelve el material. Los metales y ciertos materiales
cerámicos reaccionan en un ambiente gaseoso, por lo general a temperaturas altas, y el material
puede destruirse debido a la formación de óxido y otros compuestos.
La corrosión por ataque químico directo, es generado por un ataque directo de soluciones
químicas, no existe transferencia de electrones.
La corrosión química del cobre, tantalio, silicio, dióxido de silicio y otros materiales se puede lograr
mediante condiciones extremadamente bien controladas.
En el procesamiento de obleas de silicio, por ejemplo, un proceso conocido como pulido químico
mecánico se utilizan lodos de sílice para obtener una erosión mecánica. Este proceso crea
superficies extremadamente planas que son apropiadas para el procesamiento de obleas de silicio.
La corrosión química también se presenta en la naturaleza. Por ejemplo, la corrosión química de
rocas mediante el ácido carbónico (H2CO3) y la erosión mecánica del viento y el agua desempeñan
una importante función en la formación de cañones y cavernas.
Ataque por metal líquido Los metales líquidos atacan primero un sólido en lugares de alta energía,
como son los límites de grano. Si estas regiones continúan siendo atacadas de manera
preferencial, en última instancia se presentarán grietas como se observa en la figura 1. Con
frecuencia esta forma de corrosión se complica por la presencia de fundentes que aceleran el
ataque o por corrosión electroquímica. Metales agresivos como el litio líquido también pueden
atacar a productos cerámicos.
Figura 1. El plomo fundido se mantiene en cubas de acero gruesas durante la refinación. En este
caso, el plomo fundido ha atacado una soldadura en una placa de acero y se han formado grietas.
Por último, las grietas se propagan por el acero y el plomo fundido se fuga de la cuba.
Lixiviación selectiva
Un elemento particular en una aleación puede ser disuelto de manera selectiva, o lixiviado, del
sólido. El descincificado ocurre en latón que contiene más de 15% de Zn. Tanto el cobre como el
zinc son disueltos por soluciones acuosas a temperaturas altas; los iones de zinc permanecen en
una solución en tanto que los iones de cobre se vuelven a depositar en el latón (figura 2). Por
último, el latón se hace poroso y débil.
Oto caso es la corrosión grafítica de hierro fundido gris se presenta cuando el hierro es disuelto de
manera selectiva en agua o en tierra, desprendiendo hojuelas de grafito y un producto de la
corrosión. La corrosión grafítica localizada a veces causa fugas o fallas de las tuberías de hierro
gris que llevan gas, lo que provoca explosiones.
La corrosión del acero es un proceso electroquímico que oxida al hierro que hay en el acero y
causa que éste se vuelva más delgado con el tiempo. La oxidación, o formación de herrumbre,
ocurre como resultado de la reacción química que hay entre el acero y el oxígeno. El oxígeno está
presente siempre en el aire o puede estar disuelto en la humedad que existe en la superficie del
acero.
En estados Unidos cuesta alrededor de 3% del producto interno bruto (PIB) (es decir, cientos de
miles de millones de dólares cada año).
La corrosión afecta los sistemas de transporte (puentes, oleoductos, automóviles, aviones, trenes
y barcos), los servicios públicos (energía eléctrica, agua, telecomunicaciones y plantas de energía
nuclear), así como en la producción y manufactura (industria alimenticia, microelectrónica y
refinación de petróleo).
Como consecuencia las fallas que ocurren de la corrosión son costosas y pueden resultar fatales.
La corrosión electroquímica ocurre con más frecuencia en un medio acuoso, en el que hay iones
presentes en agua, tierra o aire húmedo.
Aun cuando son causantes de la corrosión, las celdas electroquímicas también pueden tener cierta
utilidad.
Al crear de forma deliberada un circuito eléctrico, se pueden electro depositar capas protectoras
o decorativas en materiales.
De hecho, casi todas las fotografías de las microestructuras metálicas y de aleaciones se obtienen
de esta manera, haciendo así posible, por ejemplo, la observación de perlita en acero o límites de
grano en cobre.
2. El cátodo recibe electrones del circuito por medio de una reacción química, o catódica. Los
iones que se combinan con los electrones producen un subproducto en el cátodo.
3. El ánodo y el cátodo deben estar eléctricamente conectados, por lo general por contacto físico,
para permitir que los electrones fluyan del ánodo al cátodo y continúe la reacción.
4. Un electrolito líquido debe estar en contacto tanto con el ánodo como con el cátodo. El
electrolito es conductor, completando así el circuito. Proporciona los medios por los cuales los
iones metálicos salen de la superficie del ánodo y se mueven al cátodo para aceptar los electrones.
Esta descripción de una celda electroquímica define la corrosión electroquímica. Si se depositan en
el cátodo iones metálicos, ocurre una electrodeposición.
Reacción anódica El ánodo, que es un metal, experimenta una reacción de oxidación por medio de
la cual se ionizan los átomos del metal. Los iones metálicos entran en la solución electrolítica, en
tanto que los electrones salen del ánodo por la conexión eléctrica: M→ 𝑴𝒏+ + 𝒏𝒆−
M representa los átomos del metal o iones, n es la carga del ion del metal y 𝑛𝑒 −son los
electrones. Como los iones del metal salen del ánodo, éste se corroe, es decir, se oxida.
Los iones metálicos, ya sea que se hayan agregado de manera intencional al electrolito o que se
hayan formado debido a la reacción anódica, se combinan con los electrones en el cátodo. El
metal entonces se electro deposita y cubre la superficie del cátodo. Sin embargo, es importante
observar que la electrodeposición es un caso especial que no siempre ocurre.
Figura 3. Componentes en una celda electroquímica: a) celda electroquímica simple y b) celda de
corrosión entre un tubo de acero para agua y un acoplamiento de cobre.
El electrodo de oxígeno enriquece al electrolito con iones (𝑂𝐻)− . Estos iones reaccionan con
iones metálicos cargados positivamente y crean un producto sólido.
En el caso de la oxidación del hierro:
3. El electrodo del agua: En la oxidación de los ácidos, la reacción catódica produce agua como
subproducto:
Si se dispone de una fuente continua de oxígeno e hidrógeno, el electrodo de agua no
produce acumulación de herrumbre sólida ni una alta concentración o dilución de iones en el
cátodo.
La corrosión afecta a todos los materiales cualquiera que sea el tipo de actividad o sector que se
considere. Los plásticos pueden hincharse o agrietarse y romperse; la madera, abrirse o pudrirse;
el granito, erosionarse, y el cemento Portland, lixiviarse.
La mayoría de los casos de oxidación involucran al oxígeno, pero también puede darse en ausencia
de éste. Y de manera semejante, la oxidación y la reducción siempre se dan juntas y en
simultáneo. En ellos participan siempre dos elementos que intercambian electrones: El agente
oxidante.
Es un fenómeno electroquímico provocado por un flujo masivo generado por las diferencias
químicas entre las piezas implicadas. Una corriente de electrones se establece cuando existe una
diferencia de potenciales entre un punto y otro.
También denominada uniforme, se produce de forma homogénea sobre toda la superficie del
metal. Provoca un deterioro casi total, siendo la corrosión más dañina.
La contaminación del medio ambiente ejerce sobre la corrosión. En el caso de las plataformas
marinas de explotación de petróleo, ocasionan fugas de crudo.
Por ejemplo, los materiales cerámicos refractarios pueden ser atacados químicamente a altas
temperaturas por las sales fundidas.
Los polímeros orgánicos pueden ser deteriorados por el ataque químico de disolventes orgánicos.
El agua absorbida provoca en ellos cambios dimensionales o en sus propiedades.
La acción combinada de oxígeno y radiación ultravioleta es susceptible de destruir algunos
polímeros, incluso a temperatura ambiente
Donde:
w es el peso depositado o corroído (g),
I la corriente (A),
M la masa atómica del metal (g/mol),
n la carga en el ion metálico,
t el tiempo (s) y
F la constante de Faraday (96,500 C/mol).
El producto It es la carga total que se remueve del ánodo y se transfiere al cátodo.
La cantidad nF/M es la carga del material considerado por gramo.
Por lo tanto, la razón entre estos términos es la masa depositada o corroída del material. En otras
palabras, esta ley básicamente indica que un gramo equivalente de un metal será depositado por
96,500 C de carga. A menudo la corriente se expresa en términos de la densidad de corriente,
i = I/A, de modo que la ecuación se convierte en
donde el área A es el área superficial del ánodo o el cátodo. Los siguientes ejemplos ilustran el uso
de la ecuación de Faraday para calcular la densidad de corriente
SOLUCIÓN
Para producir una capa de 0.1 cm de grueso en un área superficial de 1 cm2, la masa del cobre,
para una densidad y área conocida de 𝜌Cu = 8.93 g∕cm3 A = 1 cm2, se calcula multiplicando el
volumen por su densidad.
Con este valor encontrado y conociendo la masa atómica del cobre, la carga del ion metálico para
la oxidación del cobre y la constante de Faraday, se determina el producto de I t
Para diseñar un proceso de electrodeposición, se podrían usar varias combinaciones diferentes de
corriente y tiempo para producir la electrodeposición del cobre:
La opción de la combinación exacta de corriente y tiempo podría hacerse con base en la rapidez de
producción y la calidad del cobre electrodepositado.
Corrientes bajas requieren tiempos muy largos de electrodepositado, quizás haciendo así que el
proceso sea económicamente no rentable.
Por su parte, las corrientes altas pueden reducir la eficiencia del electrodepositado. La eficacia del
electrodepositado puede depender de la composición del electrolito que contenga los iones de
cobre, así como de cualesquiera impurezas o aditivos que estén presentes.
Corrientes de 10 o 100 A son demasiado altas; pueden iniciar otras reacciones laterales que no son
deseables.
El depósito también puede no ser uniforme y liso. Es posible que sean necesarios más
conocimientos y experimentación para obtener el proceso de electrodeposición más económico y
eficiente. Una corriente de 1 A y un tiempo de 45 minutos no son raros en operaciones de
electrodeposición.
CONTROL DE LA CORROSIÓN
La corrosión se puede controlar o prevenir mediante diferentes métodos:
1. Selección adecuada del material, resistente a un determinado ambiente especifico.
2. Recubrimientos: Galvanizado, estañado, anodizado del aluminio, vidriado (enlozado) y
pinturas.
3. Diseño de Ingeniería, por ejemplo. Evitar esfuerzos excesivos en tuberías y tanques, evitar
utilizar metales con tendencias muy opuestas en la serie galvánica, utilizar el tratamiento
térmico de alivio de tensiones en las soldaduras, utilizar los procedimientos correctos de
soldadura, seleccionando electrodos con elementos estabilizadores (titanio y niobio).
4. Protección catódica. (A) (Suministrando electrones a la estructura del acero y eliminando
la región anódica del mismo, utilizando una fuente de potencia de CD externa y (B)
Mediante un acople galvánico más anódico que el metal que se está protegiendo
PROTECCIÓN CATÓDICA CON ÁNODO DE SACRIFICIO Y CON CORRIENTE FORZADA (impressed
current)
Se puede dar protección contra la corrosión si se suministran electrones al metal y se fuerza al
metal a ser el cátodo. La protección catódica puede utilizar un ánodo de sacrificio o un voltaje
aplicado.
Un ánodo de sacrificio se une al material que ha de protegerse, formándose así un circuito
electroquímico.
El ánodo de sacrificio se corroe, cede electrones al metal y con ello impide una reacción anódica
en el metal.
El ánodo de sacrificio, por lo general de zinc o de magnesio, se consume y en última instancia debe
ser cambiado.
Entre sus aplicaciones se cuenta impedir la corrosión de tuberías enterradas, barcos, plataformas
de perforación marinas y calentadores de agua.
Una varilla de magnesio se usa en muchos calentadores de agua. El Mg sirve como ánodo y
experimenta disolución, protegiendo así al acero contra la corrosión.
Se obtiene un voltaje aplicado de una fuente de corriente directa conectada entre un ánodo
auxiliar y el metal a proteger.
En esencia, se ha conectado una batería de modo que los electrones se muevan hacia el metal,
provocando que éste sea el cátodo. El ánodo auxiliar, por ejemplo, chatarra de hierro, se corroe.
PROTECCIÓN ANÓDICA O PASIVACIÓN
Los metales situados cerca del extremo anódico de la serie galvánica son activos y sirven como
ánodos en casi todas las celdas electrolíticas; no obstante, si se hace que estos metales sean más
pasivos o más catódicos, se corroen con más lentitud de la normal. La pasivación resulta si se
produce una fuerte polarización anódica que impida la reacción anódica normal; de aquí el
término de protección anódica. La pasivación se produce al exponer el metal a soluciones
oxidantes altamente concentradas. Si una pieza de hierro se sumerge en un ácido nítrico muy
concentrado, se corroe de forma rápida y uniforme para formar una delgada capa protectora de
hidróxido de hierro. La capa protege al hierro de más corrosión en ácido nítrico. También se puede
generar pasivación si se incrementa el potencial en el ánodo arriba de un nivel crítico. Se forma
una película pasiva en la superficie del metal, provocando una fuerte polarización anódica, y la
corriente disminuye a un nivel muy bajo. La pasivación del aluminio recibe el nombre de
anodizado, y se produce una gruesa capa de óxido, la cual se puede teñir para obtener colores
atractivos. La capa de óxido de Ta2O5 formada en alambres de tantalio se usa para fabricar
capacitores