Yeso Tradicional Bioconstrucción

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YESO TRADICIONAL ALTERNATIVA PARA BIOCONSTRUCCIÓN .

Durante todo el tiempo que he madurado el trabajo final, me he debatido entre afrontar un tema más
concreto y técnico o tratar un tema más general que me permita hacer un recorrido a través del temario
del curso. Recuerdo una charla sobre Passivhaus en la que estuve, en la que el ponente comentaba que
después de haber investigado sobre arquitectura bioclimática y otros aspectos relacionados con la
construcción sostenible su epifanía se produjo cuando todo eso lo podía parametrizar: Kwh/m2año,
renovaciones/hora,... Cómo hemos visto en el curso el enfoque holístico de la Bioconstrucción es más
completo y atinado. La visión meramente energética del proceso constructivo es muy loable, porque ha
conectado muy bien con el mercado. Cualquier paso en la dirección correcta multiplicado por muchos
m2 construidos, se amplifica aunque por contra podemos pensar que cuanto nos dejamos en el tintero
en cada uno de esos m2 al no hacer un enfoque más global. Es una simplificación de los aspectos más
simplificables y parametrizables. Hay muchos más aspectos importantes: la salud, el ciclo de vida de los
materiales, los aspectos sociales de la construcción, el urbanismo desde la planificación a la movilidad o
las infraestructuras urbanas,... Voy a tratar de hacer ese sobrevuelo sobre esos aspectos como corolario
de todos los temas tratados en el curso y acotarlo a través de un material concreto e intemporal como el
yeso tradicional. Espero no sucumbir en la generalidad y en la dualidad global-concreto y que resulte un
texto ameno y que muestre el jugo que he obtenido del curso.

1-Introducción (ORDENARLO)

Durante milenios la humanidad ha construido con los mismos materiales, los que nos ofrecía la
naturaleza: barro, piedra, madera, ramas, paja, pequeñas cantidades de metal en forma de clavos o
grapas, cerámica, vidrio, yeso, cal, pieles,...Esto es particularmente curioso en la cuenca mediterránea,
alrededor de dónde se asentaron la mayoría de las primeras grandes civilizaciones. Encontramos
materiales y técnicas comunes.

Antiguo horno y construcción de un edificio (Grabados obtenidos de "Reseña histórica de los materiales de construcción").

Esto comenzó a cambiar en el Siglo XVIII debido al avance de la ciencia y la industrialización. El


conocimiento más profundo de los materiales deriva en un progresivo abandono de las tecnologías más
empíricas. Acostumbramos a concebir la evolución como un proceso lineal pero la historia nos ha
demostrado que no siempre es así y como veremos más adelante esto es aplicable también a la
construcción. Como resultado de esta revolución científica surgió la revolución industrial que cambio la
escala de lo artesanal a lo seriado. Se pasa a disponer de grandes cantidades de materiales de
construcción a bajo precio. Esto cambia el uso de algunas materias primas como la madera que en la
costa comienza a escasear. Se da la paradoja de que se deja de utilizar como material constructivo y se
usa para producir carbón para la industria porque es más rentable. Es un gran dato para conocer los dos
siglos siguientes: un material constructivo natural y de bajo requerimiento energético en su vida útil, se
convierte en combustible a toneladas para producir otro material constructivo.
En la segunda mitad del siglo XIX aparece la química en la fabricación de los materiales de construcción.
Esto tiene una influencia definitiva en la fabricación de cerámica de nuevas características, vidrios y
materiales sintéticos, con las consecuencias para la salud que hemos estudiado (formaldehidos,
disolventes, pesticidas, metales pesados, partículas y fibras,...). En el siglo XX y particularmente debido a
la segunda guerra mundial y la carrera espacial, que marcan nuevas dinámicas de investigación, la
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nómina de nuevos materiales se ha disparado debido al desarrollo de las técnicas industriales y los
mayores conocimientos científicos .
En el caso de los yesos los más tradicionales u otros materiales como el mortero de cal fueron
desplazados en pro de los industrializados, del mortero de cemento, del hormigón de cemento y del
hormigón armado cuando se empieza a usar en conjunto con el acero.
La progresiva industrialización de la producción de los materiales abre nuevos temas para los cuales
estamos en un momento crucial y que una nueva sensibilidad probablemente nacida de la conciencia
medioambiental hace que los confrontemos. Quizá debamos plantearnos como hemos indicado
anteriormente si todo progreso es lineal o quizá a veces sea un caballo desbocado que funciona por
inercia sin resolver los problemas que surgen en su afán por avanzar. A partir de un economicismo voraz
que mide el mundo en base a productividad y PIB se construye una superestructura que no tiene en
cuenta otras lógicas.
A través de dicha industrialización se pasa del concepto de material constructivo al de producto de
construcción. La experiencia evoluciona de la maestría y el conocimiento empírico y profundo de un
material a una compra por catálogo. La foto final frente al proceso. En la medida en la que el proceso
evoluciona de los materiales del entorno que alguien experto trabajaba, hacia la compra de materiales
industrializados, esta producción inevitablemente se deslocaliza, proceso que desde los años 90 se ha
acentuado. Los materiales vienen de cada vez más lejos con el gasto energético consecuente y no
obedece a la disponibilidad de materias primas, los que nos aboca a crisis de stock como la actual, que
no tiene visos de ser temporal. Así mismo se transforma el tejido productivo de manera que alguien no
puede asegurarse un porvenir si no tiene escala multinacional. Se olvida la vocación social del empleo a
pesar de la pericia que pueda tener.

Horno de yeso en Bujaraloz y fábrica de yeso.

El movimiento moderno formo un tándem con la industrialización (recordemos la Ville Citroen de Le


Corbusier) y fue predominante en el discurso arquitectónico de la época. Es hijo de una época y
consolidó grandes logros como la salubridad en la viviendas o la libertad compositiva al independizar los
sistemas constructivos en edificación (estructura-cerramiento). Sin embargo algunos de esos
paradigmas conviene revisarlos llegados a este punto, ya que la visión idealizada de la industria y la
reconstrucción de Europa llevó a una construcción seriada y masiva, la independencia de sistemas
habitualmente lleva a la duplicidad de los mismos cuando frecuentemente el cerramiento puede actuar
como estructura sin coartar gravemente la libertad compositiva y urbanísticamente de facto se ha
producido un vaciado de los centros urbanos y del medio rural por el elemento clave en el urbanismo de
segunda mitad el siglo XX; el automóvil. Esta última circunstancia ahonda las diferencias sociales siendo
un sistema complejo siempre más equitativo.

Maison Citrohan, Ville Contemporaine y Ville Radieuse de Le Corbusier.

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Actualmente se está produciendo un proceso análogo al urbanismo del siglo XX, pero con una sociedad
más informada; la electrificación. En este caso desde la construcción creo que se ha hecho del modo
correcto ya que como paso previo se ha reducido la demanda a nivel de normativa de forma notable. Sin
embargo, en la automoción no se ha reducido esa demanda, porque para los desplazamientos de
vehículos de 1000 kg es necesaria una cantidad de energía muy determinada. Se están tratando de
sustituir el mismo número de vehículos movidos por combustibles fósiles por vehículos eléctricos sin
tener en cuenta los metales raros necesarios, ni las recargas en estaciones de servicios, etc.
Tanto para la industrialización de la fabricación de materiales, como para el desarrollo urbanístico de las
ciudades, como en el caso del cambio en la movilidad la sensación es siempre la misma. En aras del
progreso se adquiere una velocidad de crucero que hace que se dejen de tener en cuenta aspectos
importantes que surgen en el camino para ser más respetuosos y que al final del proceso es más difícil
revertir. Todo debería contar: el trabajo de las personas en unión con el territorio y la comunidad, el
respeto al medio ambiente, la salud...Los contextos históricos cambian pero a pesar de que tenemos
más información, la mayoría de las veces las decisiones son tomadas en clave económica y fruto del
empuje de esa máquina de tren que es el crecimiento económico, que impide la pausa a la hora de
analizar las alternativas.

2-El yeso, origen e impacto de la industrialización.

El yeso como material explica muy bien todos estos procesos de los que hemos hablado. En según que
zonas era un material de km 0 del que "como del cerdo se comían hasta los andares". Que generaba
toda una cultura, relaciones sociales y una autosuficiencia de esas zonas muy interesante. Que se ha
industrializado perdiendo un montón de sus bondades y de su versatilidad y que gracias a nuevas a la
Bioconstrucción y a la rehabilitación tiene un resurgir. Ambas ramas tienen en común el hacer las cosas
con mimo y con respeto desde ángulos distintos.
El yeso ha sido uno de los conglomerantes más utilizados en la construcción desde la antigüedad como
consecuencia de su abundancia en la corteza terrestre y la sencillez de su cocción y su molido.
Químicamente es un sulfato de cal hidratado, un mineral blando que una vez calcinado, molido y
amasado con agua endurece rápidamente. Sensible a la humedad, se ha empleado tradicionalmente en
elementos constructivos resguardados de la intemperie. Su uso en construcción viene determinado por
sus propiedades físicas y químicas, su proceso de fabricación y el modo de hidratarlo. Su solubilidad, su
velocidad de fraguado, su resistencia mecánica, su permeabilidad o su resistencia al fuego son
características clave.
El yeso es un material constructivo que por motivos geológicos está muy extendido en España. lo que lo
ha convertido en un material tradicional que nos pone en contacto con el pasado y con el saber popular.
Ofrece buenos niveles de aislamiento térmico (yeso de dureza baja posee una
conductividad térmica λ= 0,18 W/mK) y buena capacidad de acumulación de calor, pues
tiene un calor específico cp =1000 J/Kg·K. Al ser un material transpirable, higroscópico, proporciona
confort higrotérmico facilitando la difusión del vapor de agua desde el interior al exterior ya que para el
factor de resistencia a la difusión del vapor de agua tiene un valor μ=4. Por ejemplo, para un enlucido de
yeso de 1,5 cm de espesor, la capacidad de difusión Sd (μ x espesor del material) es de 0,06 m.
Se puede producir con criterios de sostenibilidad. El proceso de extracción al igual que los materiales
pétreos y todos los materiales cuya materia prima se encuentra en la naturaleza se realiza de forma
general por medios mecánicos por lo que se consume energía en el proceso. La explotación de las
canteras igualmente genera un impacto en el terreno y paisaje. Un impacto visual, emisión de polvos,
CO2 (maquinarías), etc. La materia prima se encuentra de forma abundante para la fabricación de yesos
naturales a diferencia de otros países de Europa en los que debido a su escasez se fabrica yesos
industriales. La minimización del impacto en la fase de extracción radica en evitar la producción masiva
mediante la adecuada gestión de las canteras, etc. Así mismo en la fase de transporte, el grado del
impacto depende de la distancia de la cantera hasta el lugar de fabricación, consumiéndose más o
menos energía en el proceso. El proceso de fabricación del yeso se realiza a bajas temperaturas en
comparación con otros conglomerantes como la cal y el cemento. Por lo que en esta etapa se emite
menos CO2. Además, el proceso de trituración no genera un gran gasto energético debido a la
naturaleza blanda del material. El factor de emisión estimado para el yeso en esta etapa y las anteriores
es de 0,051 KgCO2eq/kg. En el caso de España, la materia prima se obtiene de las canteras nacionales
quedando el nivel del impacto durante el suministro limitado a la distancia a la obra por carretera.
Aunque no se emite mucha cantidad de CO2, y la materia prima es de procedencia nacional, no
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generándose un gran impacto siempre es conveniente minimizar el impacto aún más a través de fuentes
renovables para la producción, y si es posible utilizando yesos locales.
Siempre y cuando se trate de yesos naturales, no se generan impactos negativos durante
su uso, sino todo lo contrario. Tiene un tacto cálido, transpirable y muy higroscópico que
crea un ambiente interior más sano, no produce irritación de la piel ni emite gases tóxicos
en contacto con el fuego. Proporciona el ambiente saludable ligado a la tierra tan beneficioso para los
ocupantes que hemos visto durante el curso. Hay que evitar siempre que sea posible el uso de los yesos
fosfóricos o fosfoyesos, así como aquellos con adiciones industriales que resulten radiactivas o negativas
para la salud y el medio ambiente.
Como inconveniente, es un material de difícil reciclaje particularmente en revestimientos, ya que se
adhiere a otros materiales. Adjuntamos la tabla de evaluación bioconstructiva del yeso de la "Guía de
Bioconstrucción: materiales y técnicas constructivas sostenibles y saludables" de Fátima Yahyane.

En Aragón se denominan «aljezares» las zonas donde aparece este mineral, que es muy abundante,
especialmente en estratos del Cenozoico. Las zonas con abundancia de yesos tiene unas características
paisajísticas muy interesantes. En el valle del Ebro, los suelos de yeso originan una vegetación esteparia
de gran valor ecológico llamada vegetación gipsófila. Plantas gispsófilas son la albada (Gypsophila
hispanica) y asnallo (Ononis tridentata).

Antigua fábrica de yeso en Juslibol (Zaragoza) Vista de los galachos de Juslibol y vegetación gipsófila.

Los arquitectos del quizá primer asentamiento urbano, descubierto en el yacimiento arqueológico de
Konya en Turquía, ya en 8500 a.c. construían sus edificios con entramados de postes y tablones de
madera, cerrados con adobe que revocaban con yeso. Se pueden otros cientos de casos: en la antigua
Jerico 6000 a.c., en las pirámides de Guiza para rejuntar bloques, los Omeyas en sus alcázares sirios,
como revestimiento e incluso en arcos prefabricados...
La cultura musulmana difundió en España el empleo del yeso, ampliamente adoptada en el valle del
Ebro y sur de Aragón, dejando hermosas muestras de su empleo decorativo en el arte de las zonas de
Aragón, Toledo, Granada y Sevilla.
El yeso tradicional se caracteriza por poseer una composición muy diferente a la del yeso industrializado
como consecuencia directa de su proceso de producción. Su extracción requiere de sencillos métodos e
instrumentos, y antiguamente en determinadas áreas rurales llegó incluso a ser únicamente para el
consumo propio de los dueños o vecinos de la zona dependiendo de las necesidades puntuales que
tuvieran en cada momento, y por ello sin producir grandes cantidades de material, ni beneficios y sin
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estar ni tan siquiera registradas las explotaciones ni tener licencias oficiales para ello. La facilidad con
que se puede extraer la piedra de aljez, al tener baja dureza, ha favorecido su producción porque no
requiere de importantes medios técnicos que impliquen costes añadidos. La calcinación de las piedras
de aljez se hacía en hornos artesanos muy similares a los de cal, también llamados morunos o árabes,
ubicados cerca de las canteras o a pie de obra. El horno tradicional era, a grandes rasgos, una sencilla
construcción cilíndrica de mampostería de piedra en seco, con altura variable y una abertura de acceso
en el frente que se cargaba con piedras de yeso formando una cúpula falsa para el hogar con las de
mayor tamaño. Su cocción se prolongaba durante al menos 24 horas con una alimentación continua de
fuego, aunque podía variar dependiendo de varios factores como las condiciones atmosféricas, el tipo
de piedra, etc. En general, ésta era bastante desigual, pues normalmente las piedras de arriba se cocían
poco mientras que las de abajo demasiado. Por ello, el yeso obtenido con este proceso era muy
heterogéneo, con alto contenido en anhidrita (fase anhidra del yeso) y diversas impurezas dependiendo
del yacimiento, lo que según los estudios realizados por el profesor David Sanz Arauz le confieren unas
propiedades y prestaciones muy diferentes de las del yeso industrial actual. Además, tras su sencilla
molienda y cribado, que con frecuencia se hacía en construcciones anexas o cercanas a los hornos y por
tanto a los yacimientos, el yeso en polvo se podía utilizar inmediatamente concluyendo así su proceso
de producción.
Este proceso de producción artesanal sufre un vuelco a partir del siglo XVIII, por los avances científicos y
el proceso de industrialización de los materiales, pero a pesar de ello en la mayoría de las zonas rurales
españolas se siguieron utilizando los hornos tradicionales dándose una convivencia prolongada de los
dos tipos de yesos. Sin embargo, la producción artesanal del yeso no pudo hacer frente al abandono
progresivo de las áreas rurales y a la ruptura generacional en los oficios tradicionales que trajo consigo
el cierre de la mayoría de las canteras locales de yeso y de su industria tradicional asociada, lo que
lamentablemente desencadenó que el yeso tradicional junto con su industria y las técnicas constructivas
asociadas a él cayeran en un total olvido.

Trabajos de la cal y el yeso. Museo Valenciano de etnografía

Las recientes investigaciones llevadas a cabo han dejado patente la repercusión de los métodos de
fabricación en la calidad de los morteros de yeso tradicionales, lo que explica, por ejemplo, resistencias
a compresión equivalentes a las de los hormigones actuales. Las investigaciones confirman que los
sistemas de producción locales del yeso, utilizados hasta el siglo XVIII, producían hemihidrato alfa,
mientras que los sistemas modernos producen otra variante de yeso, el hemihidrato beta. Hasta 1950
los procesos de producción de yeso eran tradicionales y que la incipiente industrialización producida a
partir de entonces alteró el yeso tradicional, al generalizarse la trituración mecánica. La cocción se hacía
antaño a temperaturas hasta cuatro veces más altas que en la actualidad, lo que permitía su uso en
elementos estructurales.

Es particularmente interesante los distintos productos que obtenemos dependiendo de la temperatura


a la que se deshidrata el aljez. El yeso natural, o sulfato cálcico bihidrato CaSO4·2H2O, está compuesto
por sulfato de calcio con dos moléculas de agua de hidratación. Si se aumenta la temperatura hasta

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lograr el desprendimiento total de agua, fuertemente combinada, se obtienen durante el proceso
diferentes yesos empleados en construcción, los que de acuerdo con las temperaturas crecientes de
deshidratación pueden ser:
• Temperatura ordinaria: piedra de yeso, o sulfato de calcio bihidrato: CaSO4· 2H2O.
• 107 °C: formación de sulfato de calcio hemihidrato: CaSO4·½H2O.
• 107–200 °C: desecación del hemihidrato, con fraguado más rápido que el anterior: yeso
comercial para estuco.
• 200–300 °C: yeso con ligero residuo de agua, de fraguado lentísimo y de gran resistencia.
• 300–400 °C: yeso de fraguado aparentemente rápido, pero de muy baja resistencia.
• 500–700 °C: yeso anhidro o extra cocido, de fraguado lentísimo o nulo: yeso muerto.
• 750–800 °C: empieza a formarse el yeso hidráulico.
• 800–1000 °C: yeso hidráulico normal, o de pavimento.
• 1000–1400 °C: yeso hidráulico con mayor proporción de cal libre y fraguado más rápido.

Los yesos de construcción se pueden clasificar en:


• El yeso negro es el producto que contiene más impurezas, de grano grueso, color gris, y con el
que se da una primera capa de enlucido.
• El yeso blanco con pocas impurezas, de grano fino, color blanco, que se usa principalmente
para el enlucido más exterior, de acabado.
• El yeso rojo, muy apreciado en restauración, que presenta ese color rojizo debido a las
impurezas de otros minerales.

3-Aplicaciones y evolución

Como hemos desarrollado en el apartado anterior, el yeso tradicional sufrió una transformación cuando
su proceso se industrializó, al pasar a una molienda mecánica y al reducir las temperaturas de
deshidratación. Fruto de esto, el uso actual del yeso se ha visto limitado prácticamente a los
revestimientos. Pero a continuación vamos a ver todos los usos que puede tener el yeso tradicional y
que se pueden recuperar. Es muy interesante al ser un material natural, saludable y que se encontraba,
en su apogeo, muy imbricado tanto con el territorio como con la sociedad.
Para desarrollar este aparatado he utilizado de guía fundamentalmente el trabajo "Estudio del Yeso
Tradicional en España: Yacimientos, canteras, hornos y la arquitectura tradicional, su estado de
conservación y propuestas de itinerarios visitables para su revalorización y difusión. Fase I y II" de
Vincenzina La Spina, que me facilitó el tutor Andrés Martínez. Es un estudio completísimo y lo hemos
utilizado para todo el trabajo. Cuenta con varias partes, una de las cuales, son fichas de técnicas
constructivas del uso del yeso a lo largo de toda España. En este apartado en concreto, le hemos hecho
un seguimiento al pié de la letra porque es un auténtico tesoro que desborda conocimiento. Dado lo
prolijo del trabajo citaremos los usos fundamentales.
La primera diferencia que establece el tratado es la forma en la que nos podemos encontrar el material
en una edificación, que puede ser transformado o no transformado. La forma a la que más estamos
acostumbrados a encontrar el yeso es transformado, en forma de pasta o mortero para revestimientos,
pavimentos, decoración, como conglomerante y adherente,... La segunda forma es la que más se ha
olvidado. Es la del material no transformado, que era lo que realmente convertía al yeso en un material
total en las zonas en las que abundaba. En forma de sillares y mampostería de aljez, casas cueva,...

Según el uso que se le da al yeso vamos a reordenar las categorías que establece el tratado:
• Uso vivienda cueva:
Es el uso más olvidado, el más extremo y el uso "total" del yeso, por llamarlo de alguna manera.
Los espacios habitados se encuentran escavados en la piedra de aljez debido a su escasa
dureza. Se hacen por sustracción y se ha usado durante milenios.

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Distintas imágenes de viviendas cueva en Juslibol (Zaragoza)

• Uso estructural:
En este caso lo podemos encontrar en distintas manifestaciones:
- Muros.
Este es uno de los usos de los que más rastro podemos encontrar en las zonas en las que hay
suelos yesíferos y que sin embargo más ha caído en desuso. Podemos encontrar muros
mampuestos de aljez sin ningún tipo de conglomerante, sillares de aljez con la juntas de yeso,
mampostería encofrada a 1 o 2 caras, como protección del tapial haciendo un encofrado
alterno en tongadas, como tapial reforzado en celdas, como conglomerante de fábricas de
adobe incluso con adobe de yeso, como conglomerante y adherente en fábricas de ladrillo,
como conglomerante de en entramado de madera con mampostería de yeso encofrada o no,...

Aljez mampuesto en seco.

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Sillares de aljez con junta de yeso.

Mampostería de yeso encofrada.

Tapia reforzada.

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Mampostería de yeso encofrada con entramado de madera.
- Pilares.
Con una configuración similar a la de los muros y muchas veces para dar una respuesta
constructiva igual, se construían pilares de aljez encofrado con el yeso como conglomerante.

- Forjados.
El uso del yeso para resolver los entrevigados también estaba muy extendido. Se podía
encontrar en multitud de formas: como relleno y conglomerante en un forjado de revoltón de
ladrillo, como revoltón de yeso con un encofrado de cañas o de madera, como relleno de yeso
en un forjado de tablero entrecruzado de madera, como relleno sobre un entrevigado de
cañizo, ...

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Forjado de revoltón de ladrillo con relleno de yeso. Dibujo de C.J. Grau Jiménez.

Entrevigado bovedilla yeso. Encofrado de madera para bovedilla.

Forjado de cañizo y yeso.

- Escaleras.
Otro uso muy extendido debido a su resistencia y a su rápido fraguado era para realizar
escaleras: escaleras con bóveda tabicada a canto, escaleras de rollizos de madera, escaleras
encofradas sobre cañizo,...

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Escalera con bóveda de rasilla. Dibujo de C.J. Grau Jiménez.

Escalera de rollizos de madera con revoltón de aljez de yeso y relleno de yeso. Dibujo de C.J. Grau Jiménez.

- Cubierta.
Del mismo modo que hemos encontrado múltiples soluciones para salvar vanos en el caso de
los forjados, encontramos soluciones muy variadas para cubiertas con el yeso como
componente: cubiertas con el aljez en seco formando una bóveda o cúpula falsa
frecuentemente para construir hornos, cubiertas de mampostería con el yeso en aljez y como
conglomerante, cubierta con bóveda tabicada, cubierta de revoltón de yeso encofrado con
madera como hemos visto en el caso de los forjados o con encofrado de cañizo perdido o
directamente cubiertas de cañizo y yeso.

Cúpula de aljez en seco.

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Cubierta de mampostería de aljez.

Cubierta de bóveda tabicada.

• Uso como tabiquería:


Los tabiques se realizaban con lajas de 5 a 10 cm recibidas con pasta de mortero. Cuando la
dimensión del tabique es frecuente encontrar entramados de madera.

Tabique de lajas.

• Uso como pavimento:


En las construcciones donde el yeso era el material principal por su disponibilidad en la cercanía
era frecuente encontrarlo también como pavimento. Este uso se solía encontrar en dos formas
principales: en forma de losas grandes de aljez sobre todo en la zona de Jumilla y Alicante que
se barnizaban y se pintaban las juntas y como pavimento continuo, frecuentemente cuando el
relleno del forjado había sido yeso dejándolo como capa de acabado. En este último caso se
usaba el aljez más cocido que tiene un mayor contenido de anhidrita y presenta un mayor
dureza.

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Realización de pavimento de yeso.

• Uso como revestimiento o acabado:


Quizá es el uso del yeso que más ha llegado a nuestros días. Sin embargo tanto las
características del material en la era preindustrial como la supremacía del yeso como material
en las zonas productoras que hacía que se usase para todo hacen que la variedad de acabados
fuese muy amplia: blanqueado de fachadas con lechada de yeso, enfoscado de yeso, enlucido
de yeso, revoco de yeso, estuco, esgrafiado,...

Blanqueado fachada.

Revoco de yeso.
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Esgrafiado Convento de San Agustín de Belchite.

• Uso como decoración y mobiliario:


El yeso con uso decorativo está en declive, pero sin embargo ha llegado hasta épocas muy
cercanas y quizá tiene más que ver con un cambio en los gustos que con una transformación de
la producción de materiales como hemos estado viendo durante el trabajo. Podemos
encontrar: falsos techos con cañizo o listones de madera, molduras, yeserías, ventanas de
cristal yeso, celosías de yeso o recercos. Otro uso muy curioso y ligado a zonas donde el yeso
era predominante era que el de mobiliario. El uso del yeso llegaba prácticamente hasta el
último rincón de la casa.

Falso techo de tablillas de madera y yeso.

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Yeserías.

Mobiliario integrado de yeso.

• Uso capa hermeticidad:


Últimamente se le está dando al yeso un uso como capa de hermeticidad ligado a la eficiencia
energética, para evitar las infiltraciones. La hermeticidad al paso del aire es un factor clave para
conseguir los requisitos de los estándares de alta eficiencia energética. Las fugas de aire
incontroladas suelen ser fuente de patologías, como falta de salubridad, pérdida energética,
falta de confort térmico por corrientes de aire o superficies frías, puentes acústicos, problemas
de olores etc.
El aumento de la hermeticidad implica el ahorro energético, tanto más cuanto más frio es el
clima. Estudios realizados en edificios construidos en el norte de España siguiendo el CTE
concluyen es que las infiltraciones representan entre el 10,5 % y 27,4% de la demanda de
energía en invierno. Por otro lado, tanto el flujo de aire en contacto con el aislamiento como si
se producen condensaciones en el interior del mismo, pueden llegar a reducir
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significativamente su efectividad. Según los estudios, aunque en cada caso se debería
comprobar con un ensayo Blower Door, en torno a 1.5-2 cm de yeso es una capa de
hermeticidad óptima, con todas las bondades añadidas que como material hemos visto que
tiene.

4- El yeso como material de Km 0 en Aragón

El trabajo que hemos comentado en los apartados anteriores, "Estudio del Yeso Tradicional en España:
Yacimientos, canteras, hornos y la arquitectura tradicional, su estado de conservación y propuestas de
itinerarios visitables para su revalorización y difusión. Fase I y II" de Vincenzina La Spina, tiene un
apartado dónde recoge, como cita su nombre, yacimientos, canteras y hornos a lo largo de toda España
dónde se ha trabajado el yeso. Circunscribiéndonos a la zona de Aragón la gran mayoría se encuentran
abandonados, lo que refleja el estado del uso del material: Leciñena y Bardallur en la provincia de
Zaragoza, Candasnos, Peraltilla, La Almunia de San Juan, Azanuy. San Esteban de Litera y Tamarite en
Huesca y Linares de Mora, Calamocha, Teruel, Bañón, Ojos Negros, Cutanda, Perales de Alfambra y
Noguera. Está activa la de Tramacastilla para abastecimiento. Sin embargo existe una mina muy activa
que produce el único yeso de España para exteriores, el yeso rojo de Albarracín.
La historia detrás de las canteras de Albarracín es muy curiosa. La familia de Antonio Meda fabricó yeso
como se había fabricado en la zona desde el siglo X hasta 1960. Posteriormente el yeso industrial
procedente de Teruel se impuso entre los albañiles de Albarracín. Antonio Meda había participado en
las Escuelas Taller que el Ayuntamiento de Albarracín había creado para formar y fijar a la población
joven en 1990. Para rehabilitar un pavimento del Palacio Episcopal y con el apoyo de la fundación Santa
María en 1996, fabrica un horno tradicional para obtener el material de la obra. La experiencia fue todo
un éxito y la rehabilitación del Palacio Episcopal obtuvo el premio Europa Nostra. Así mismo a partir de
1999 el Gobierno de Aragón (DGA entonces) subvenciona el material para la rehabilitación de las
fachadas de la población logrando el tono uniforme y rojizo tan particular que engalana Albarracín.

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Palacio Episcopal de Albarracín.

Antonio Meda ha continuado fabricando yeso de Albarracín (Teruel) de una manera artesana y
tradicional. Gracias a esta técnica, Antonio consigue mantener todas las propiedades y cualidades del
yeso, un producto de enorme riqueza arquitectónica en cuanto a dureza, elasticidad, impermeabilidad y
sostenibilidad, además de un excelente comportamiento mecánico a los cambios de temperatura, para
su posterior venta y distribución como un producto elaborado de forma artesanal.
El paisaje de Albarracín consiste en bancos calcáreos sobre los que se asienta la población y unos
terrenos más blandos en los arrabales: arenas, arcillas, margas y yesos. Para fabricar el yeso rojo se
emplean los dos tipos de piedras de yeso que afloran en las canteras de Albarracín: una piedra gris
oscuros bandeada de de arcillas ricas en magnesio y otra de color rojo con arcillas ricas en hierro. Ambos
yesos tienen impurezas de sílice.
El yeso de Albarracín se extrae de forma mecánica en los depósitos de keuper, en Albarracín y su sierra,
y es seleccionado manualmente. A continuación, se procede a acopiar el material en la zona próxima al
horno, ya que el yeso de Albarracín en su fase mineral necesita entrar en contacto con los agentes
meteorológicos externos, como la lluvia y el sol, durante un tiempo mínimo de tres meses, para que se
produzca una limpieza natural y una oxidación que favorecerán el rendimiento del producto terminado
y potenciarán su cromatismo.

Tras este proceso, se conforma la bóveda del horno y éste se llena. Esta configuración permite
introducir por debajo la leña, que será el único combustible utilizado para la calcinación. Además, la
bóveda soporta el contenido del horno en sí. El saber del maestro permite generar huecos
premeditados para la circulación del aire y gases, controlar las fases de cambio de color de la llama y
conocer el momento en el que se da por terminada la calcinación, entre otros aspectos.

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Horno tradicional Antonio Meda.
Por la calcinación o proceso de quemado, se produce una deshidratación del agua existente en el
mineral en forma de vapor de agua, con temperaturas que oscilan entre los 300 y los 900º. Los tiempos
de calcinación están directamente relacionados con las condiciones ambientales que se dan en el
momento de comenzar ésta, pudiendo ser desde 18 horas en un ambiente seco y cálido a 30 horas en
un día lluvioso y de temperaturas bajas. El tiempo de enfriado se realiza de forma natural por su propia
inercia, nunca siendo menor a 24 horas.
Posteriormente se desarrolla la molienda con un molino de martillos para conseguir la granulometría
deseada según su aplicación final y se envasa en sacos de papel.
Como hemos visto, el caso del yeso rojo de Albarracín, es un caso de éxito en la recuperación de un
material tradicional, saludable y sostenible que podría ser extrapolable a otros materiales.

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5- Bibliografía y enlaces.

- https://ecohabitar.org/impacto-de-los-materiales-de-construccion-analisis-de-ciclo-de-vida/

- "El yeso tradicional: gran desconocido de la arquitectura vernácula". Pedro Bel

- "Reseña histórica de los materiales de construcción". José Laffarga Osteret y Manuel Olivares Santiago.

- "Estudio del Yeso Tradicional en España: Yacimientos, canteras, hornos y la arquitectura tradicional, su
estado de conservación y propuestas de itinerarios visitables para su revalorización y difusión. Fase I y
II." Vincenzina La Spina.

- Ud3_Materiales y sistemas constructivos en Bioconstrucción. Curso de Introducción a la


Bioconstrucción.

- Ud5_Factores de riesgo químico para la salud en el hábitat. Curso de Introducción a la Bioconstrucción.

- https://redmaestros.com/maestros-cat/antonio-meda-yeso-artesano-albarracin/

-https://www.territoriomudejar.es/estancias-2020-yeso-mudejar-elemento-de-identidad-conocimiento-
y-oportunidades-de-futuro/

- "Estudio del yeso tradicional y su aplicación en la Arquitectura del Pallars Sobira". Candy García Matos.

- "Guía de Bioconstrucción: Materiales y técnicas constructivas sostenibles y saludables". Fátima


Yahyane.

- "La diversidad tipológica de los hornos tradicionales de calcinación de yeso en España". Vincenzina La
Spina.

- https://www.baubiologie.es/hermeticidad-al-aire-y-salud/

- "Albarracín y el yeso rojo". David Sanz y Luis de Villanueva.

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