Criminologia de La Corrupción

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 21

UNIVERSIDAD NACIONAL DE UCAYALI

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

ESCUELA DE DERECHO

“CRIMINOLOGIA DE LA CORRUPCION ”

DOCENTE : DR. WILSON PALOMINO CÓRDOVA

CURSO : CRIMINOLOGIA

ESTUDIANTES :
GUIMARAHEZ ZEGARRA ,JOSE ARMANDO
LLANTOY CARITAS, RUTH
REYNA DA SILVA ,LEONARDO

CICLO : IX – “B”

PUCALLPA-PERÚ
2021

1
Dedicatoria

A dios todo poderoso y a nuestros padres que nos


apoyan en nuestro desarrollo personal como
profesional.

2
ÍNDICE
Introducción……………………………………………………………4
A CRIMINOLOGIA DE LA CORRUPCIÓN
Antecedentes…………………………………………………………..5
Definición de la corrupción………………………………………….. 7
Factores de la corrupción…………………………………………… 7
Tipos de corrupción…………………………………………….……. 7
Actos de corrupción………………………………………..………… 8
Estado y Corrupción…………………………………….…………… 9
Alta corrupción……………………………………………..………… 9
Corrupción y Gobernabilidad…………………………..………….. 10
Enfoque sociológico…………………………………………………11
Teorías criminológicas para comprender y reducir el fenómeno de
la
corrupción…………………………………………………..………..11
Situación actual de la
corrupción…………………………………………………….………17
Conclusión………………………………………………………….. 18
Bibliografía…………………………………………………….……..20

3
INTRODUCCION
La corrupción desde la vertiente criminológica se equipara con cualquier actividad
irregular de decisión tomada con todo abuso de poder o a cambio de una ventaja
indebida, siempre que se relacione con una ganancia ilícita ya sea de tipo económico o
quede referida a la mejora de una posición para desarrollar alguna actividad dentro del
contexto de la administración o en el ámbito de las relaciones económicas nacionales o
internacionales. Este fenómeno tiene una gran trascendencia en la actualidad, los casos
de corrupción están a la orden del día, La Criminología puede prevenir este tipo de
conductas desde un abordaje interdisciplinar, pues entre sus funciones se encuentra
mantener la delincuencia entre ciertos límites ya que nunca va a poder ser
completamente erradicado, para este fin el primer paso consiste en explicar la aparición
del mismo. Las teorías del crimen presentan un modo alternativo de entender el
fenómeno criminal. Bajo esta denominación se agrupan un conjunto de teorías cuya
característica común es la introducción de la noción oportunidad en su explicación del
hecho delictivo. No buscan, como las teorías de la criminalidad, las causas últimas del
delito, sino que por el contrario, están interesadas en las formas de aparición del delito y
su posible prevención a través de programas que neutralicen esas oportunidades. Parten
de la premisa de que existen individuos motivados a cometer infracciones penales. Dicho
de otro modo, estudian los síntomas del delito con el objetivo de reducir los factores
externos al sujeto que influyen en su oportunidad de llevar a cabo una conducta criminal
concreta. Cohen y Felson señalaron que el crimen se produce en el momento en que
convergen tanto en el espacio como en el tiempo tres factores: un objetivo adecuado, un
delincuente motivado y que no haya ningún guardián capaz de proteger al primero.

4
LA CRIMINOLOGIA DE LA CORRUPCIÓN

I. ANTECEDENTES

Si tendríamos que viajar en el tiempo para conocer los antecedentes históricos de casos
de corrupción tendríamos que ir hasta la época colonial. Pero para este trabajo no lo
tomaremos en cuenta.

Es así que la crisis que dejó el primer gobierno de Alan García Perez en el periodo de
1985 y 1990, el Perú se vio obligado a cambiar de modelo económico para poder
insertarse en la economía mundial, es bajo este contexto de crisis que se dieron las
elecciones entre Mario
Vargas Llosa y Alberto Fujimori Fujimori, resultando elegido democráticamente el
segundo.

Quizás en la década del 90 en la cual se vivió una dictadura o autocracia, es donde los
índices de corrupción se elevaron exponencialmente, ya que comenzado el primer
gobierno de Fujimori
se produjo el escándalo de la ropa usada donada por el gobierno de Japón y en el cual
estaban involucrados familiares directos del ex presidente por medios de ONG, para de
esta forma manejar el dinero de forma privada y beneficiándose ellos, pero el caso más
emblemático es el de la privatización de las empresas estatales que se dieron en el
primer mandato, y en la cual se depredó el erario nacional, porque según investigaciones
confirman que seis mil millones de dólares desaparecieron, estos producto de la venta
de las empresas de propiedad del Estado.

Pero lo que fue el detonante para la caída del régimen de Fujimori fueron los videos de
su ex asesor Vladimiro Montesinos, en los cuales se le ve entregando cientos de miles
de dólares a diferentes congresistas de otras bancadas opositoras para que se pasen a
la bancada oficialista, así como a dueños de medios de comunicación.

Es por eso que al ex mandatario se le halla responsable del delito de peculado por
haberse apropiado de 15 millones de dólares para beneficiar a Vladimiro Montesinos, por
lo cual fue sentenciado, entre otros delitos más. Se calcula que el dinero producto de la
corrupción en los dos mandatos de Fujimori asciende a los seis mil millones de dólares.

El ex presidente Alejandro Toledo posee una enorme fortuna, que según investigaciones
provienen de la corrupción, lo que lleva a pensar que en su gobierno existió una red de
corrupción, en la cual tuvo cómplices en cargos importantes, ministerios, empresas
estatales, entre otros, el enriquecimiento ilícito se produjo a través de sobornos
procedentes de las obras, compras y las licencias. Esto implica que al otro lado de la
mesa hubo empresas privadas que

5
pagaron sobornos a intermediarios que servían para arreglar los negocios ilícitos. Entres
los principales casos de corrupción, la venta de aviones tucanos en forma subvalorada
a una empresa fantasma, el Programa Nacional de Asistencia Alimentaria estafó con
1,400 toneladas de comida enlatada en estado de putrefacción, que fue repartido en
Amazonas, unos de sus ministros estuvo involucrado por malos manejos en el Instituto
Nacional de Becas y Crédito Educativo, dicho ministro fue denunciado por malversación
de fondos, peculado y corrupción.

En el caso de Alan García Pérez sus dos gobiernos estuvieron marcados por
innumerables casos de corrupción, los millones de dólares Mercado Único de Cambio
derrochados, el caso de los Mirage, la sobrevaloración en la compra de patrulleros para
la Policía Nacional del Perú, también el mismo caso se dio en el Ministerio de Salud, por
la compra sobrevalorada de 96 ambulancia, ambos casos se benefició la empresa
chilena Gildemeister, entre otros casos más.

En el caso de Ollanta Humala se vienen investigando diversos actos de corrupción que


involucran a la pareja presidencial, tales como el caso de las agendas de la esposa del
Presidente, Nadine Heredia, que se viene investigando el delito de lavado de activos, en
dichas agendas también se ve la participación de la candidata por el Frente Amplio
Verónica Mendoza, ambas tendrían que ser investigadas, en el caso de Ollanta Humala
la investigación de diversos medios periodísticos los involucran en el caso Lava Jato, al
haber recibido una coima por parte de un funcionario de la empresa brasileña Odebrecht,
a través de un correo que lo vincula con el funcionario de dicha organización.

En el caso de los Gobiernos Regionales y Municipales, la Contraloría General de la


República ha venido investigando a distinto presidentes regionales y funcionarios
públicos debido a la malversación de fondos del erario nacional, sobrevalorando obras
que ascienden a millones de dólares en actos de corrupción.

Pero un caso emblemático de alta corrupción es el de la empresa Odebrecht, ya que a


nivel internacional se ha visto involucrada en diversos actos de corrupción, y el Perú no
es ajeno a esto, ya que las investigaciones indican que se habría estado sobornando
desde el gobierno de Alejandro Toledo hasta el gobierno de Ollanta Humala, pagando
millones a distintos funcionarios, para que hagan lobbies a favor de la organización y así
el Estado les de la buena pro para obras multimillonarias.

Si bien muchos de los presidentes regionales tales como los de Áncash en el cual hay
una serie de delitos cometidos por César Álvarez, como el caso de “La Centralita”,
colusión, tráfico de influencias, entre otros; en el caso del presidente regional de Tumbes
no solo está involucrados en delitos de corrupción, sino también en delitos comunes,
pero lo más alarmante es que este ex gobernador ha causado un perjuicio a la región
por un monto de 56 millones de soles, al sobrevalorar obras, desviar fondos del cañón
que recibe la región, entre otros; el caso del ex gobernador de Apurímac Elías Segovia
Ruiz se encuentra involucrado en delitos contra la administración pública bajo la
modalidad de malversación de fondos, colusión y otros delitos más; recientemente
tenemos el caso de Alex Kouri que ha sido sentenciado a 5 años de prisión efectiva y al
pago de una reparación civil de 26 millones de soles, el caso más resaltante durante su
gestión fue el de la vía expresa del Callao y por el cual fue sentenciado por cometer el
6
delito de negociación incompatible; hoy estos ex presidentes regionales y otros más, al
igual que el ex presidente Alberto Fujimori están presos, ya que se debe a que en muchos
casos perdieron la cuota de poder con la que contaban, y ya no tenían influencia ni poder
para de esta forma salir impunes ante las investigaciones que versaban sobre ellos.

II. DEFINICIÓN DE CORRUPCIÓN

La corrupción se ha convertido en un fenómeno político, social y económico que permea


todas las acciones de la sociedad. Las prácticas de corrupción están tanto en las esferas
pública como privada.

Pero ¿qué es la corrupción? Al responder esta pregunta es importante decir que la


palabra Corrupción viene del latín "corrumpere", que significa echar a perder, y los
elementos que la contienen son: alternación, depravación, descomposición putrefacción
y soborno; estas palabras hablan por sí mismas del significado de la corrupción y sus
efectos.

Corrupción: Es cuando una persona, grupo o sector se beneficia directa o indirectamente,


de manera ilícita, poniendo sus intereses personales, grupales o sectoriales por encima
de los demás y carente de toda ética.

III. FACTORES DE LA CORRUPCIÓN

La corrupción está asociada a diferentes factores:

1). Abuso de poder, que se expresa mediante el uso de oportunidades desde posiciones
públicas o privadas, para obtener beneficios grupales o personales.

2). Carencia y/o debilidades de los procedimientos y mecanismos institucionales, que


garanticen la transparencia en el ejercicio de las funciones.
3). Debilidad en los marcos legales que tipifican y sancionan la corrupción
administrativa pública.
4). Reforzamiento de las actitudes individualistas y el consumismo, sustituyendo los
valores éticos, como la solidaridad, honestidad y responsabilidad.

5). La impunidad en que se encuentran los actos de corrupción, sobre todo en la


administración pública. Como vemos, la corrupción se expresa de múltiples maneras,
siendo algunas de sus expresiones más visibles el tráfico de influencia y la obtención de
prebendas personales.

IV. TIPOS DE CORRUPCIÓN

7
Ahora bien, la corrupción puede ser de diferentes tipos, de acuerdo con su naturaleza y
el ámbito donde se produzca:

A) Corrupción política: Es la obtención de beneficios personales o grupales de manera


ilícita, por el poder o vínculos con éste mediante el ejercicio de la actividad política o de
representación.

B) Corrupción administrativa pública: Es el uso de la función pública para la obtención de


beneficios personales, familiares o grupales en detrimento del patrimonio público.

C) Corrupción corporativa: Es el uso del soborno de parte de un sector económico o


empresa para obtener beneficios corporativos.

D) Corrupción privada: Es aquella que violenta las normas y valores para obtener
ventajas frente a otros.

Las prácticas de corrupción están presentes en los diferentes estratos y niveles de la


sociedad, manifestándose no sólo en el ámbito público, sino en todos los ámbitos, como
se observa a partir de las diferentes categorías que existen, por lo que erradicarla se
hace mucho más complejo y amerita de una estrategia integral que involucre a todos los
sectores que conforman la vida del país.

V. ACTOS DE CORRUPCIÓN

A) La extorsión, al amparo de altos cargos en la función pública o privada, para obligar a


otras personas a hacer cosas más allá de sus funciones.

B) La falsificación de las adjudicaciones públicas, con contrataciones falsas y por fuera de


las vías que la ley impone.

C) El tráfico de influencias, utilizando los beneficios o las amistades en los cargos


jerárquicos para favorecer o perjudicar causas o proyectos.

D) El uso ilegal o con malas intenciones de los bienes que han sido conferidos para otro
uso.

E) La falta de ética, sobre todo en altos niveles jerárquicos. Es delito que un funcionario vea
un ilícito y no lo denuncie o advierta.

La corrupción aparece tanto en la función pública como en la privada y tiene


consecuencias más que negativas para la mayoría de las organizaciones que no saben
combatirlo: favorece la reproducción de las burocracias limita la credibilidad de los
gobiernos, reduce los recursos para el trabajo honesto y naturaliza estos hechos, que
perjudican sobremanera a quienes con su dinero o con su apoyo legitiman esa

8
organización. Incluso, la justicia, la policía o el deporte suelen estar atravesados por
estas cuestiones.

VI. ESTADO Y CORRUPCIÓN

La corrupción, como todo fenómeno social, no puede ser comprendido sin considerar la
perspectiva histórica. En particular, el origen y la evolución del Estado.

Desde el comienzo de la conquista, la Corona buscó delimitar y controlar el poder de los


conquistadores que se repartían el botín de la guerra, constituido no sólo por el oro y la
plata, sino sobre todo por la tierra de los indios. Los conquistadores se convirtieron en
señores feudales. Tenían cierta autonomía con relación a la Corona y un poder absoluto
sobre los indios. Constituían un grupo social sólido.

De esta manera una sociedad caracterizada por una relación señor vasallo de honor y
aristocracia se reproduce. Pero la armonía aparente que reinaba entre los
conquistadores fue destruida por las guerras civiles, motivadas por la lucha por el poder
y los privilegios.

Dicho estado de cosas decidió a la Corona a organizar un poder central representativo


de sus intereses y por encima del de los encomenderos. Esta empresa culminó con la
fundación del Virreinato del Perú: el poder de los conquistadores-encomenderos fue
reemplazado por el del Virrey y los funcionarios.

VII. ALTA CORRUPCIÓN

La corrupción en nuestro país está asociada a los sobornos, en muchos casos a la coima
que se le da a un policía de tránsito, a un funcionario de alguna entidad estatal para que
acelere un trámite que estamos realizando, o como se ve muy habitualmente en los
medios de comunicación cuando delincuentes que son capturados sobornan con altas
sumas de dinero para que en cuestión de hora puedan ser liberados.

Pero en la alta corrupción son tres grupos que participan en la red de corrupción y estos
son los políticos con poder y funcionarios públicos, empresarios que buscan un beneficio
por parte del Estado e intermediarios que facilitan los sobornos.

Estos se puede ver cuando a través de ministerios se hacen compras sobrevaloradas de


diferentes bienes mobiliarios, en el cual participan malos funcionarios y las empresas
privadas a través de su intermediario, otra de los modos en la que pueden desviar fondos
es a través de demorar en el plazo de entregas de obras, sobrevalorar las obras.

Otro de las formas utilizadas son los pagos que se hacen para ganar los grandes
contratos, concesiones y privatizaciones de empresas estatales, las cuales mayormente
se venden por un valor menor que al del mercado, estos casos representan importantes
desembolsos de fondos del erario nacional y de esta forma afectar de manera sustancial
el crecimiento y desarrollo del país, todo esto se debe de que altos funcionarios públicos.

9
Carbonell, M. (2003) señala lo siguiente en cuanto a las fases de la alta corrupción:

Cuando el gobierno actúa como comprador o contratante, existen varias razones para
sobornar funcionarios. Primero, una empresa puede pagar para ser incluida en la lista de
postores precalificados y para restringir el tamaño de esa lista. Segundo, puede pagar
por información privilegiada. Tercero, los sobornos pueden inducir a los funcionarios a
estructurar las especificaciones de las licitaciones de tal manera que la empresa corrupta
sea el único proveedor calificado. Cuarto, una empresa puede pagar para ser
seleccionada como el contratista ganador. Finalmente, una vez que la empresa ha sido
seleccionada como contratista, puede pagar para obtener pecios inflados o para
escatimar en calidad. La corrupción en la contratación ocurre en cualquier país; incluso
en aquellos que están en lo más alto del índice de honestidad como Singapur y Nueva
Zelanda (p.211)

VIII. CORRUPCIÓN Y GOBERNABILIDAD

La corrupción al ser uno de los problemas principales en nuestro país, impacta


negativamente en la legitimidad de las instituciones, afectando esto a la gobernabilidad.

La corrupción entendida como alta corrupción, en la cual están comprendidos, políticos,


funcionaros de nivel, empresas transnacionales, es la que más daño hace a nuestra
sociedad, ya que un solo acto ilícito puede superar económicamente en a los delitos
cometidos contra el patrimonio en la modalidad de hurto y robo, ya que este accionar
ilegal se pone en juego millones de dólares, afectando de esta forma a las poblaciones
más vulnerables, en su desarrollo y crecimiento, lo cual hace que se agrande la brecha
en desigualdad, aumenten los índices de pobreza, lo cual se traduces en altas tasas de
criminalidad, a falta de oportunidades de desarrollo.

Entonces el Estado debe realizar una lucha frontal contra este mal que nos aqueja día a
día en mayor proporción, pero para esto se necesita una verdadera voluntad política para
revertir esta situación, tales como fortalecer las instituciones de control, como la
Contraloría General de la República, Defensoría del Pueblo, Consejo Nacional de la
Magistratura, Ministerio Público, así como también fortalece a la sociedad civil, en estas
involucradas los medios de comunicación, que jugaron un papel importante para que se
mantuviera el régimen de Alberto Fujimori, y fue por los sobornos que entregaba
Montesinos a los directores de estos medios, para que puedan desviar la atención de la
ciudadanía en los casos de corrupción que se venían presentando.

En esto no está exento el Poder Legislativo, ya que se debe fortalecer la función de


control, ya que en muchos casos prefieren investigar hechos políticos y pasar por alto
investigaciones criminales vinculados a actos de alta corrupción, en el cual se ven
envueltos muchos de sus miembros, para esto se debería contar con una comisión de
investigación y fiscalización eficaz y eficiente.

Quizás poniendo énfasis en darle la real importancia de lo tanto que nos está afectando
la alta corrupción, se podría empezar a mejorar y de esta forma que nuestras
instituciones no se las vea con desconfianza sino que sean vista como un puente de
10
comunicación entre las instituciones y la sociedad civil para así los niveles de desarrollo
y crecimiento económico que nos viene favoreciendo a través de la inversión privada,
llegue a todas los sectores de nuestra
sociedad y de esa forma poder reducir la brecha en desigualdad de educación,
infraestructura, salud, servicio públicos, oportunidades laborales, para que de esta forma
disminuya las altas tasas de criminalidad y de inseguridad que se vive en nuestro país.

IX. ENFOQUE SOCIOLÓGICO

En el 2015, se presentaron más de 28,000 casos de corrupción de funcionarios públicos


y las reparaciones civiles ascienden a más de S/ 1,400 millones.
En este ranking publicado por la Organización para la Transparencia Internacional, nos
muestra como la sociedad percibe la corrupción que se vive en nuestro país, y lo que se
ve es que como la percepción va empeorando año tras año. Éste índice clasifica a los
países puntuándolos de 0 (percepción de altos niveles de corrupción) a 100 (percepción
de muy bajos niveles de corrupción) en función de la percepción de corrupción del sector
público que tienen sus habitantes.

Quizás estos datos representan la corrupción en distintas entidades estatales, como el


Ministerio Público, Poder Judicial, Policía Nacional, entre otros. Y no muestra los índices
de la alta corrupción lo cual más no interesa, pero nos da una idea de que como ve la
sociedad a nuestras instituciones.

Pero un problema que trae consigo la alta corrupción es que la gente no está bien
informada, y esto en muchos casos porque los medios de comunicación se encargan de
informar de manera sesgada, o darle más importancia a noticias policiales, fútbol y de
farándula, con lo cual la población se mantiene en la ignorancia de temas de real
importancia o no le brindad la atención adecuada para de esta manera poder fiscalizar a
las autoridades y puedan responder ante posibles actos de corrupción.

X. TEORÍAS CRIMINOLÓGICAS PARA COMPRENDER Y REDUCIR EL FENÓMENO DE


LA CORRUPCIÓN

Cesare Bonesana, marqués de Beccaria, enseñaba en su célebre tratado “De los delitos
y las penas” que, “es mejor evitar los delitos que castigarlos” (1994:81), en base a esta
afirmación podríamos preguntarnos: ¿Cómo se evitan los delitos? y ¿Cuál es la ciencia
encargada de la prevención de estos?
Es común pensar y afirmar que el Derecho Penal es la ciencia encargada de la
prevención de los delitos a través de la pena, pues según las teorías relativas, y la misma
normatividad penal, se espera que la pena cumpla fines preventivos generales y
específicos, es decir, sirva para intimidar a los posibles infractores (prevención general
negativa), generar conciencia social de la norma (prevención general positiva),
resocializar al delincuente (prevención especial positiva), y mantener alejado al
delincuente de la sociedad (prevención especial negativa).

No obstante, la realidad nos demuestra que el derecho penal no está sirviendo mucho,
por no decir nada, para reducir a límites tolerables la criminalidad existente en nuestro
país, por ello, compartimos lo afirmado por el profesor argentino Eugenio Raúl Zaffaroni
11
(1998) al señalar que las penas son “penas perdidas”, es decir, las penas “se han
convertido en un dolor sin sentido (perdido, o sea, carente de racionalidad)” (p. 16).

Creemos que ello se debe a un problema de concepción, pues erróneamente se le han


asignado funciones al Derecho Penal que le resulta muy difícil cumplir, peor aún, cuando
al momento de formular e implementarse las políticas criminales en nuestro país se le da
la
espalda a las teorías criminológicas, y menos aún se promueven investigaciones
empíricas que ofrezcan un diagnóstico de la realidad criminógena existente.

Por lo apuntado anteriormente, es que consideramos importante realizar una revisión de


las principales teorías criminológicas con la finalidad de contar con un marco
epistemológico que nos permita comprender de manera integral e interdisciplinaria el
fenómeno de la
corrupción. Por otro lado, es importante señalar que no es la intención del presente
trabajo efectuar un recorrido exhaustivo de la evolución del pensamiento criminológico
hasta la actualidad, pues la extensión del mismo no nos lo permite, sin embargo, a
continuación,
citaremos las teorías criminológicas que, a nuestro juicio, nos ofrecen la posibilidad de
observar de una manera apropiada el fenómeno de la corrupción.

Teoría de la anomía

Según el sociólogo francés Emile Durkheim, es la falta o ausencia de normas. “Esta


teoría tiene como base la teoría estructural funcionalista, consistente en anteponer la
desobediencia a las reglas sociales como una contradicción entre la estructura social y
cultural”
(Villavicencio, 1997:32).

Según Pavarini (1983):

Este enfoque invierte parcialmente la interpretación positiva y aunque


interesándose todavía en la etiología del comportamiento desviando, niega que las
causas de la desviación deban buscarse en situaciones patológicas, en tanto que la
acción definida como desviación debe ser considerada como algo normal a la estructura
social (p. 108).

Esta teoría, según Baratta (1986), formula tres postulados:

a. Las causas de la desviación no deben buscarse ni en factores


bioantropológicos y naturales (clima, raza) ni en una situación patológica de la estructura
social.

b. La desviación es un fenómeno normal de toda estructura social.

c. Sólo cuando se hayan sobrepasado ciertos límites, el fenómeno de la desviación es


negativa para la existencia y desarrollo de la estructura social si se acompaña de un
12
estado de desorganización en el cual todo el sistema de reglas de conducta pierde valor,
mientras no se haya afirmado aún un nuevo sistema (es ésta la situación de “anomia”).
Viceversa, dentro de sus límites funcionales, el comportamiento desviado es un factor
necesario y útil del equilibrio y desarrollo socio-cultural (p.56).

Indudablemente, la anomia es una teoría sumamente útil en el análisis del fenómeno de


la corrupción, tanto para entender que no existe un criminal corrupto
bioantropológicamente determinado, como para evaluar si nos encontramos ante un
estado de desorganización social en el cual los sistemas normativos, como el sistema
penal, pierden valor. Ante lo cual, correspondería implementar políticas socioeducativas
para reafirmar el sistema de reglas de conducta que cohesiona a la sociedad, en lugar
de tan sólo buscar reprimir las conductas desviadas con la adopción de nuevas normas
penales, o el aumento de las penas en las ya existentes.

Posteriormente, Robert Merton, en el siglo XX, retomó la teoría de la anomía desarrollada


por Emile Durkheim, sin embargo, le dio un nuevo matiz a la misma enfocándose más
en el fenómeno individual que en el social. Así, el sociólogo norteamericano aseveró que
todo ser humano tiene aspiraciones legítimas de alcanzar el éxito personal, sin embargo,
no todos pueden lograrlo, pues a todos no se les brindan las mismas oportunidades
sociales, es decir, a todos no se les ofrecen los medios adecuados y correctos
(educación, salud, empleo, etc.) para ser exitosos.

La perspectiva de Merton es sumamente útil para entender la conducta desviada, o


según el lenguaje del Derecho Penal, la conducta delictiva, pues la misma siempre estará
asociada con
un déficit originado por las carencias sociales, derivadas estas de la falta de vías o
caminos legales para que todos por igual puedan satisfacer sus anhelos y necesidad
personales.

Así, podemos observar que en nuestro país el Estado ha descuidado su deber primordial
consistente en garantizar la plena vigencia de los derechos humanos y el bienestar
general que se fundamenta en la justicia y en el desarrollo integral y equilibrado de la
Nación. Ya que es evidente que no todos los ciudadanos peruanos cuentan con los
medios suficientes (caminos legales) para satisfacer sus necesidades y gozar de sus
derechos fundamentales plenamente, y que cada vez hay más desigualdad económica
y social.

Lo dicho nos lleva a afirmar que la solución es de ingeniería social y no de ingeniería


penal, pues, como afirma Palacios (2014) “se debe prevenir socialmente el delito, es
decir, evitar el delito mediante el desarrollo social o, lo que es igual, abrir más vías legales
de acceso al éxito. En suma, la estrategia de ser incluir al excluido, y construir más
medios institucionales para el éxito” (p.53).

Otro aspecto relevante para extraer del enfoque de Merton es su afirmación de que cada
sociedad tiene su noción de “éxito”. Vale decir, toda comunidad social establece qué
significa el “éxito” para ellos. Penosamente en nuestra sociedad el “éxito” se relaciona
con el “tener”; tener poder, dinero, bienes materiales, etc., y para conseguir ello, todo
vale, es decir, el fin justifica los medios. Por tanto, resulta trascendental trasformar este
13
paradigma social de “éxito” hacia el “ser”. Es imperante evolucionar de una sociedad
interesada por lo material a una preocupada por el desarrollo personal y social.

Lamentablemente, la sociedad posmoderna se orienta por los principios del egoísmo, la


obsesión por tener y el deseo de consumir, por ello creemos que la solución consiste en
evolucionar socialmente hacia el paradigma del “ser”, en donde la capacidad de pensar
críticamente, la empatía y el uso productivo de nuestros dones, para servir a los demás,
constituyen los rasgos que orientan a los seres humanos.

En una sociedad del “tener” los valores como la integridad, honestidad, humildad,
honradez, gratitud, sensibilidad, prudencia, responsabilidad, respeto, entre otros, son
remplazados por la corrupción, deslealtad, soberbia, temeridad, crueldad, dureza,
desobediencia y astucia. Pues se piensa que el “honesto” es tonto y el “corrupto” es listo.
Además, debemos entender que insistir en políticas de “mano dura” contra el delito no
logrará resolver el problema de la criminalidad, pues responder con violencia ante la
violencia de aquellos que transitan por los caminos desviados no generará que se creen
nuevas vías legales, ni menos aún que el paradigma de “éxito” basado en el “tener”
cambie hacia el del “ser”, lo cual solo es posible de conseguir mediante la
implementación de políticas socioeducativas, de inclusión social y de desarrollo humano,
para lo cual resulta importante reformar los espacios de control social informal (familia,
comunidad, escuela, trabajo, etc.), pues ellos constituyen los ámbitos en dónde se
producen los procesos de socialización primigeniamente, los cuales lamentablemente
también han sido pervertidos por el paradigma del “tener”.

Teoría de la asociación diferencial

Según esta teoría el crimen se aprende en la interacción social. Su creador, Edwin


Sutherland, concluyó que la conducta desviada no es producto de la inadaptación social
de los individuos de la clase baja, sino que el comportamiento criminal se aprende como
cualquier otra
conducta humana, es decir, el criminal no nace, no imita, sino aprende los valores
criminales, por tanto, la criminalidad no es producto de un insuficiente proceso de
socialización sino de
un exitoso aprendizaje social.

Sin lugar a dudas, la importancia de esta teoría radica en resaltar la organización social
diferencial que existe en toda comunidad, es decir, en toda sociedad coexisten
numerosas asociaciones de individuos que se estructuran en función a sus intereses y
metas comunes. Es por tanto, una teoría idónea para la comprensión de las
organizaciones criminales.

En este sentido, Pavarini (1983) señala:

No es por tanto causal que dentro de la concepción que se examina se haya desarrollado
la primera teorización de la llamada criminalidad de los cuellos blancos, indicándose a
través de esta expresión los ilícitos penales cometidos por sujetos de elevada condición
social en el curso de la y/o en relación con su actividad profesional. Por primera vez -en
términos sistemáticos y teóricamente fundados- se afronta un aspecto de la otra
14
criminalidad, en particular la que se relaciona con las violaciones penales por obra de
sujetos -empresarios, profesionales, administradores, etc.- que pertenecen a las clases
sociales privilegiadas; se individualiza así una nueva área de investigación criminológica
constituida por el conjunto de comportamientos propiamente económicos definidos por
las normas penales como criminales y que constituyen un aspecto de la fenomenología
criminal de los detentadores del poder (p.122).

La riqueza de este modelo teórico para entender el fenómeno de la corrupción es valioso;


sobre todo porque una gran cantidad de actos de corrupción son perpetrados por sujetos
con un nivel socioeconómico alto (accionistas de corporaciones empresariales),
profesionales (abogados, contadores, economistas, administradores, etc.), y que
ostentan poder
(magistrados, políticos, funcionarios públicos en general).

Así, gracias a ésta propuesta teórica resulta posible comprender como se origina el
proceso de aprendizaje criminal, y por tanto, saber que políticas criminológicas deberían
adoptarse e implementarse en los espacios privados y públicos donde estos individuos
interactúan, con
la finalidad de evitar el contagio de comportamientos criminales, pues el proceso de
aprendizaje involucra todos los mecanismo que están presentes en cualquier otro
aprendizaje. Además, cuando este es aprendido incluyen las técnicas para cometer el
crimen, y la calidad
de motivos, impulsos, racionalizaciones y actitudes.

En suma, el comportamiento criminal es aprendido de la interpretación de los códigos


normativos favorables (a favor de la violación de la ley) o desfavorables (en contra de la
violación de la ley) que otorga en conjunto la organización que se asocia
diferencialmente,
en otras palabras, en el código normativo del grupo antisocial se valora más la conducta
desviada que la correcta, por ello, él que elige realizar conductas criminales lo hace
porque recibe de los integrantes de su asociación estímulos, gratificaciones o
reforzadores que lo motivan a proseguir con ese comportamiento desviado.

Por ende, para contrarrestar y neutralizar el aprendizaje criminal resulta importante


implementar “debilitadores” (positivos o negativos) que se contrapongan a los
“reforzadores” que reciben los infractores de sus pares criminales para persistir con la
realización de conductas desviadas.

Estos “debilitadores”, como aquí los denominamos, son negativos (castigos, rechazos) y
positivos (premios, aceptación). Sin embargo, los mayormente utilizados por el control
social formal (sistema de justicia) y el informal (familia, escuela, trabajo, etc.) son los
negativos. Lo cual genera un ambiente de miedo y control, en lugar, de uno de confianza
y tolerancia.

En un ambiente de excesivo control los individuos no pueden aprender a gestionar su


libertad. En este tipo de espacios tan solo se les impone conductas basadas en el miedo
al castigo, sin embargo, todos sabemos que inclusive en el sistema más sofisticado de
control siempre hay
15
espacios en donde éste desaparece, y por ende, el miedo a ser descubierto y castigado
también. Estas fisuras son las que resultan aprovechadas por los individuos para cometer
sus conductas desviadas, y, además, con la finalidad de aumentar y ampliar estas áreas
invisibles
para el control, se asocian y organizan para apoyarse mutuamente (sofisticando sus
técnicas criminales) para conseguir con mayor eficiencia y eficacia el no ser descubiertos
ni sancionados.

En esta línea de ideas, resulta importante la promoción de “debilitadores” positivos para


estimular una cultura de integridad y cumplimiento en la comunidad, pero sobre todo en
las instituciones públicas y privadas, es decir, en todos los organismos del Estado,
empresas privadas, instituciones educativas, asociaciones civiles, etc., la cual debe tener
como ejes centrales: la capacitación permanente, la meritocracia, la transparencia, el
liderazgo transformacional hacia el desarrollo personal, etc., pero sobre todo, la de
educar a los ciudadanos para manejar sus relaciones interpersonales, sus conflictos, con
inteligencia emocional, respetándose unos a otros mediante la tolerancia.

Consideramos que toda política social debe comenzar por los miembros de una
sociedad, por el potencial humano, pues solo a través de una transformación positiva de
los integrantes de un sistema social éste puede mejorar, no debemos olvidar jamás que
la defensa de la persona
humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado, por
tanto, jamás se debe instrumentalizar a los seres humanos en beneficio de la comunidad.

Criminología crítica

Tiene su fundamento en la teoría del labelling aproach o de la reacción social, la cual, de


acuerdo a Baratta (1986), “parte de considerar que no es posible comprender la
criminalidad si no se estudia la acción del sistema penal que la define y que reacciona
contra ella, comenzando por la normas abstractas hasta llegar a la acción de las
instancias oficiales” (p. 84).

Por tanto, para esta teoría, según García- Pablos (1988) “no interesan las causas de la
desviación (primaria), sino los procesos de criminalización, porque en definitiva, según
este enfoque, una persona deviene delincuente cuando otras personas muy significativas
lo etiquetan con éxito como tal. El control social crea la criminalidad” (p, 584).

A este cambio de enfoque se le conoce como el “giro copernicano”, pues invirtió la tesis
que daba sustento a la Criminología hasta ese momento: “la desviación produce reacción
social”, es decir, la conducta delictiva genera la represión por parte del Estado a través
del sistema
penal, por esta otra, “la reacción social produce desviación”, ello produjo que surgiera un
nuevo objeto de estudio para la ciencia criminológica, el control social formal, es decir,
el sistema penal y sus procesos de criminalización (primaria, secundaria y terciaria).

16
XI. SITUACIÓN ACTUAL DE LA CORRUPCIÓN

Ante la imposibilidad de describir, aun de manera esquemática, la amplitud e intensidad,


actuales, de la corrupción en la sociedad y Estado peruanos, nos limitaremos a señalar
algunos de sus aspectos. Respecto a la administración pública y en razón al origen y
evolución del aparato estatal, no sorprende que los empleados y funcionarios públicos
sean considerados como personas incapaces
de solucionar los problemas nacionales y que actúan frecuentemente motivados por la
obtención de beneficios indebidos. Los ejemplos de corrupción en la administración
pública son numerosos. Tienen relación con el funcionamiento de las licitaciones y
adjudicaciones; la defraudación de los fondos públicos o de los recursos humanos y
materiales del Estado, así como con el fraude fiscal.

Un caso notorio de corrupción institucionalizada es el de la administración de justicia.


Todo empleado, funcionario o juez es considerado susceptible de ser sobornado. Lo
mismo, a todo procedimiento o decisión se le atribuye un precio determinado. En las
zonas rurales, la administración de justicia está estrechamente ligada al poder local. Los
campesinos e indígenas no tienen las mismas posibilidades de acceder a la justicia. En
la administración de justicia, no se distinguen claramente los pagos ilícitos de los que no
lo son; el abogado es un intermediario necesario para encontrar una "solución" y no un
auxiliar de la justicia; los peritos son pagados por las partes interesadas ya que el Estado
no tienen los medios para hacerlo.

La descomposición moral de la policía es probablemente uno de los hechos que más ha


marcado la conciencia social. Actualmente la población tiene la sensación que la policía
no cumple su función de proteger a las personas, los bienes y la seguridad pública. En
efecto, no solamente ésta es ineficaz sino que sus miembros son con frecuencia autores
de delitos graves (tráfico de drogas, robos,
secuestros, chantajes, lesiones, homicidios, etc.). Es frecuente, por ejemplo, que los
campesinos y comerciantes paguen gratificaciones a los policías para asegurar su
protección o evitar amenazas.
La crisis económica, el tráfico de drogas y el terrorismo han agravado la situación. Los
bajos sueldos favorecen la corrupción no sólo de los agentes o subalternos sino también
de los mandos superiores. El ejemplo más claro es el de la colusión de oficiales de alta
graduación con malhechores y traficantes de drogas. Estos han logrado infiltrar a la
policía así como a otros sectores del Estado.

Esta revisión esquemática, nos permite confirmar que la corrupción es un fenómeno


social de orden político y económico. Su explicación no puede hacerse sin indagar sus
orígenes en la historia de cada sociedad. No se puede pretender darle una respuesta
única. Esta afirmación evidente nos permite rechazar la idea, bastante extendida entre
los juristas y políticos latinoamericanos, que considera al
derecho y, en particular, al derecho penal como el instrumento eficaz de lucha contra la
corrupción. La elaboración de leyes penales cada vez más severas, las reformas del
sistema judicial, resultan siendo al final de cuentas medios tendientes a ocultar una
realidad que se desea conservar para mejor aprovechar de ella. Como en el periodo
17
colonial, "la ley se acata, pero no se cumple". La solución es, por tanto, más de orden
político y social que jurídico penal.

CONCLUSION

La corrupción puede explicarse a través de la teoría criminológica de las actividades


rutinarias y la elección racional, estableciendo como punto de partida que sus conductas
típicas pueden circunscribirse a la rutina cotidiana no ya del ciudadano medio sino de las
denominadas “rutinas institucionales del Estado”, pertenecientes a un nivel organizativo
superior. El primer elemento que configura esta formulación coincide con su protagonista
el delincuente motivado para cometer un acto delictivo. Las razones que pueden mover
a un individuo a llevar a cabo un comportamiento corrupto responden a dos tipos de
motivaciones, la primera de carácter individual como su personalidad, y la segunda de
índole estructural. Si bien, a efectos criminológicos, dentro de estas características
destaca por su relevancia la elección racional del sujeto corrupto, quien decide si va a
cometer o no el hecho delictivo, valorando para ello los riesgos que debe asumir (ser
descubierto, detenido y sancionado), los esfuerzo para que salga hacia adelante y los
eventuales beneficios que pudiera obtener, siempre dentro de un determinado contexto
social y económico que lo favorezca. El segundo componente que aparece junto al
delincuente motivado es la oportunidad. Dentro de este elemento existen variables
favorecedoras que posibilitan la corrupción, la principal responde al poder discrecional
ostentado por el individuo corrupto, en el sentido de que las oportunidades para efectuar
actos corruptos incrementan a la vez que aumenta su poder de discreción debido a que
a su vez lleva aparejado un menor control sobre sus actos. Además, existen otras
variables que pueden influir en la toma de decisión discrecional como el número de
personas que intervienen y la sujeción a posibles procedimientos de control, pues a
medida que aumentan las personas que deben decidir sobre una resolución también lo
hace el control que se ejercen entre los decisores evitando adoptar decisiones puramente
discrecionales.
El último, se refiere a la ausencia de guardianes o, en un sentido más amplio, a los
controles eficaces, ya pertenezcan al ámbito formal o informal. En cuanto al control social
formal, destacan por su relevancia los controles administrativos y penales, los primeros
ejercidos en el seno de las administraciones públicas como pueden ser la auditorías,
mientras que en los segundos, generalmente quedan circunscritas las sanciones penales
que castigan los comportamientos corruptos, aunque es cierto que plantea tres
debilidades relacionadas con la independencia de los jueces, los medios para investigar
este tipo de delitos y su prueba, y en ciertos casos, su tipificación en las figuras penales.
Por su parte, dentro del control social informal sobresale el papel de los medios de
comunicación en su misión de informar a los ciudadanos. Una vez constatado que la
aparición del delito de corrupción puede explicarse conforme a los postulados de la teoría
de la oportunidad, es factible reconsiderar las estrategias que se han propuesto ante el
auge de los casos de corrupción, en cuanto consigan incidir en los tres elementos
básicos, delincuente motivado, oportunidad y ausencia de guardianes. De esta manera,
todas las estrategias formuladas en aras a combatir el fenómeno social de la corrupción
deben revisarse conforme a dichos postulados. Así pues, el siguiente paso de las futuras
investigaciones criminológicas deberá centrarse en evaluar la eficacia de las estrategias
basadas en los tres elementos citados, entre las medidas a examinar se distinguen las

18
dirigidas al delincuente motivado como la concienciación social a nivel educativo y
cultural y el derecho de los ciudadanos a poder acceder a la información del
funcionamiento y financiación a nivel estructural con el fin de fomentar el reproche y la
censura; las destinadas a la oportunidad, como la trasparencia y la ética profesional
desde el propio ámbito estructural; y, las que ejercen de guardián eficaz, ya sean los
canales de denuncia de los ciudadanos o los programas de evaluación periódicas de las
medidas. Y por último, fomentar la armonización de las figuras delictivas y la cooperación
en el ámbito internacional.

19
BIBLIOGRAFÍA

-Kalber, Jeffrey, Etica, abusos de poder y corrupción en el Perú. Una perspectiva


histórica, en Pontificia Universidad Católica del Perú, Fundación Tinker, Lima
1987, en particular, p. 178 ss.

-Matos Mar, José, Desborde popular y crisis del Estado, Instituto de Estudios
Peruanos, Lima 1983.

-Carmagnani, Marcello, Estado y Sociedad en América Latina 1850 - 1930,


Barcelona 1984.

-Levy del Águila, M. (2014). Ética de la gestión, desarrollo y responsabilidad


social (sobre
industrias extractivas y proyectos de inversión. Fondo Editorial PUCP. Lima.

- Portocarreo Suarez, Felipe. (2005). El pacto infame; estudios sobre la


corrupción en el Perú.
Editorial. Red para el desarrollo de las Ciencias Sociales en el Perú. Lima.

- Virgolini, Julio. (2004). Crímenes excelentes: delitos de cuello blanco, crimen


organizado y
corrupción. Editorial Del Puerto. Buenos Aires – Argentina.

-Quiroz, Alfonso (2013). Historia de la corrupción en el Perú. Instituto de Estudios


Peruanos.
Lima.

-Baratta, A. (1986). Criminología crítica y crítica al derecho penal. Introducción a


la
sociología jurídico penal. Buenos Aires, Argentina: Siglo veintiuno Editores.

-Beccaria, C. (1994). De los delitos y las penas. Madrid, España: Alianza Editorial.
García- Pablos, A. (1988). Manual de Criminología. Introducción y teorías de la
criminalidad. Madrid, España: Espasa Calpe Editorial.

-Palacios, G. (2014). Criminología Contemporánea. Ciudad de México, México:


INACIPE.

-Pavarini, M. (1983). Control y dominación. Buenos Aires, Argentina: Siglo


veintiuno
Editores.

-Sykes, G. y Matza, D. (2004). “TÉCNICAS DE NEUTRALIZACIÓN: una teoría de la


delincuencia”. Delito y Sociedad. Revista de Ciencias Sociales, (20), Página 127 –
136.
20
-Villavicencio, F. (1997). Introducción a la Criminología. Lima, Perú: Grijley.
-Zaffaroni, E. (1998). En busca de las penas perdidas. Buenos Aires, Argentina:
EDIAR.

21

También podría gustarte