Carlomagno creó el mayor imperio en Occidente desde la caída de Roma a través de la expansión militar y la unificación política y cultural. Gobernó un vasto territorio que se extendía desde España hasta Alemania e Italia e impulsó un renacimiento cultural con el latín como idioma oficial. Aunque su reinado trajo prosperidad económica y estabilidad política, la sociedad permaneció marcada por las desigualdades.
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Carlomagno creó el mayor imperio en Occidente desde la caída de Roma a través de la expansión militar y la unificación política y cultural. Gobernó un vasto territorio que se extendía desde España hasta Alemania e Italia e impulsó un renacimiento cultural con el latín como idioma oficial. Aunque su reinado trajo prosperidad económica y estabilidad política, la sociedad permaneció marcada por las desigualdades.
Carlomagno creó el mayor imperio en Occidente desde la caída de Roma a través de la expansión militar y la unificación política y cultural. Gobernó un vasto territorio que se extendía desde España hasta Alemania e Italia e impulsó un renacimiento cultural con el latín como idioma oficial. Aunque su reinado trajo prosperidad económica y estabilidad política, la sociedad permaneció marcada por las desigualdades.
Carlomagno creó el mayor imperio en Occidente desde la caída de Roma a través de la expansión militar y la unificación política y cultural. Gobernó un vasto territorio que se extendía desde España hasta Alemania e Italia e impulsó un renacimiento cultural con el latín como idioma oficial. Aunque su reinado trajo prosperidad económica y estabilidad política, la sociedad permaneció marcada por las desigualdades.
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LA HISTORIA DE CARLOMAGNO Y SU NUEVO IMPERIO
El impacto de Carlomagno en la cultura europea fue tan
inmenso que su reinado, con sus logros y sus fracasos, modificó profundamente la sociedad occidental. El rey de los francos llevó a cotas incluso más ambiciosas, a una dimen- sión continental, el proceso de expansión que venían protagonizando su dinastía y su nación desde finales del siglo VII. Fuese en la paz o en la guerra, batallando en persona o mediante legados, disfrutando de victorias ininterrumpidas o lamentando alguna derrota, Carlomagno consiguió reunir a los pies de su trono la mayor entidad territorial vista en Occidente desde la caída de Roma tres siglos antes. Este espacio inmenso abarcaba desde el Ebro hasta el Danubio y desde el mar del Norte hasta el Mediterráneo. Superaba el millón de kilómetros cuadrados y estaba habitado por 15 millones de personas, una enormidad para los cánones europeos de la Alta Edad Media. Era como si el hijo de Pipino el Breve hubiese restablecido el imperio de los césares. El reinado de Carlomagno pareció rememorar la grandeza del imperio de los césares romanos. Su reinado supuso un renacimiento cultural en Europa que tuvo en Aquisgrán, la capital, un foco de irradiación. La economía también vivió un momento de relativa opulencia durante el mandato de Carlomagno. Fue gracias a que lo saqueado, primero, y la paz interna avalada por la existencia del propio imperio, después, aseguraron la estabilidad. Se reanudaron los antiguos vínculos mercantiles con Oriente, además de darse un activo intercambio de productos entre el campo y los burgos o entre las ciudades de cierta envergadura. La sociedad, en todo caso, estaba marcada por profundas desigualdades. Cuando la salud del emperador se resintió, después de décadas en el trono, trasmitió su poder a su hijo Ludovico Pío. Se retiró de la vida pública para dedicarse a cazar en los bosques de las Ardenas. El monarca, mal abrigado, enfermó. Falleció poco después, el 28 de enero de 814. Había modelado un imperio institucionalmente homogéneo, que rezaba bajo el mismo signo, el de la cruz, y que había recuperado la lengua latina y otros importantes rasgos culturales compartidos. Su recuerdo, magnificado, repercutió desde la leyenda durante el resto de la Edad Media. Estos son los rasgos principales de Carlomagno que guiaron su reinado: Durante la larga primera etapa de su gobierno, desde que empuñó por primera vez el cetro, en 768, hasta que se coronó emperador, en el año 800, la guerra ocupó un papel central. Carlomagno encabezó en persona durante unos tres decenios – prácticamente cada verano– campañas dirigidas a instaurar o a reafirmar su autoridad dentro y alrededor de sus dominios. El hecho es que, principalmente en la etapa trascurrida hasta el año 800, Carlomagno consiguió duplicar los señoríos que le habían correspondido por parentesco.