Nulidad Biggeman Control
Nulidad Biggeman Control
Nulidad Biggeman Control
Que por este acto, encontrándome dentro del plazo legal establecido
para ello, y conforme lo dispuesto en el artículo 83 y siguientes del Código de
Procedimiento Civil, vengo en deducir incidente de nulidad procesal de la
notificación, naturaleza del procedimiento, resolución de liquidación y demás
actos a consecuencia de aquellos, y por vicios de nulidad procesal que se
indicarán, todo en virtud de los argumentos de hecho y de derecho que a
continuación expongo:
Consta del mérito de autos que con fecha 25 de junio de 2021, la parte
ejecutante HDI SEGUROS DE GARANTIA Y CREDITO S.A., interpone
demanda de liquidación forzosa en mi contra, basándose en lo regulado en el
numeral 2 del Artículo 117 de la Ley N°20.720, en cuanto este indica lo
siguiente:
Así las cosas S.S con fecha 14 de septiembre de 2021, por resolución, se
cita a las partes a una audiencia inicial que contempla el artículo 120 de la Ley
N°20.720 para el día 28 de septiembre de 2021,a las 09:00 horas, nuevamente
ordenando a la parte demandante del proceso que procediera a la parte
demandada, en forma legal, con una antelación de a lo menos 5 días previos a
la audiencia señalada, debiendo constar en expediente virtual la notificación
con a lo menos 3 días hábiles de antelación.
DE LAS NOTIFICACIONES:
Así las cosas, esta parte tiene domicilio en la quinta región tal como se
acompaña en un otrosí de esta presentación, específicamente en LAS
ROCAS 10 COMUNA SANTO DOMINGO PROVINCIA DE SAN
ANTONIO, REGIÓN DE VALPARAÍSO, siendo un domicilio fuera de la
jurisdicción de este tribunal, y que ni siquiera fue visitado por el señor
receptor, a fin de poner en conocimiento a la suscrita de la demanda de autos.
Ahora bien, es necesario que S.S. tenga presente, para efectos de una
adecuada argumentación, la norma contenida en el artículo 2 N° 13 y N° 25
de la misma Ley 20.720.-
13) Empresa Deudora: Toda persona jurídica privada, con o sin fines de
lucro, y toda persona natural contribuyente de primera categoría o del
número 2) del
artículo 42 del decreto ley Nº 824, del Ministerio de Hacienda, de 1974, que
aprueba la ley sobre impuesto a la renta.
Año 2021:
Año 2020:
Año 2019:
Año 2018:
Con ello S.S podemos apreciar, mas que acreditadamente, que mi
persona no es contribuyente del art. 42 nº2, toda vez que no a emitido una
boleta en los últimos 24 meses, y ni siquiera los anteriores, por tanto NO ES
EMPRESA DEUDORA.
Pero más relevante aun S.S. son las posibles actitudes que puede
desplegar el deudor, el demandado, en este caso, mi representada. En el caso
de la persona deudora, tratado en el artículo 284 N° 2, la persona deudora
podrá:
Así las cosas S.S, como es posible, para la persona, que es nuestro caso
existe la posibilidad de oponerse al juicio de liquidación forzosa SIENDO
LA ÚNICA Y EXCLUSIVA ETAPA PROCESAL EN LA QUE PUEDE
DEFENDER DE LA PRETENSIÓN DEL ACREEDOR, y que como
analizamos en esta presentación, no existió aquello, toda vez que desconocía
completamente la acción del demandante
Toda persona tiene derecho a defensa jurídica en la forma que la ley señale y ninguna
autoridad o individuo podrá impedir, restringir o perturbar la debida intervención del
letrado si hubiere sido requerida.
Toda sentencia de un órgano que ejerza jurisdicción debe fundarse en un proceso previo
legalmente tramitado. Corresponderá al legislador establecer siempre las garantías de un
procedimiento y una investigación racionales y justos
derecho a defensa jurídica ‘en la forma que la ley señale’, por lo que el legislador está
facultado para regular el ejercicio del derecho, siempre cuidado de no entorpecerlo o
imponerle requisitos irrazonables o injustificados…
De ahí que el legislador esté obligado a permitir que toda parte o persona interesada en
un proceso cuente con medios apropiados de defensa que le permitan oportuna y
eficazmente presentar sus pretensiones, discutir las de la otra parte, presentar pruebas e
impugnar las que otros presente, de modo que, si aquéllas tienen fundamento, permitan
el reconocimiento de sus derecho, el restablecimiento de los mismos o la satisfacción
que según el caso, proceda, excluyéndose, en cambio todo procedimiento que no
permita a una persona hacer valer sus alegaciones o defensas o las restrinja de tal
forma que la coloque en una situación de indefensión o inferioridad. Lo anterior se ve
reafirmado por lo señalado en el artículo 19 N°26 de la Carta Fundamental, que
prohíbe al legislador afecta los derechos en su esencia o imponer condiciones, tributos
o requisitos que impidan su libre ejercicio.
Por ello S.S antes de liquidar los bienes de mi persona y pagar los
correspondientes créditos, es necesario que tenga las herramientas de defensa
que le otorga la ley, en la etapa procesal que ni siquiera tuvo la oportunidad
de aplicar para el caso en concreto.
Así las cosas ha quedado mas que de manifiesto que para esta parte,
atendido el error en el emplazamiento y desconocimiento total de la acción de
la actora, no ha tenido y se ha visto vulnerado su derecho de tutela judicial,
frente a un proceso donde no se ha tomado conocimiento oportuno para
presentar las oposiciones en la audiencia respectiva, así como tampoco una
defensa adecuada en el momento procesal reglamentado por ley ni la
posibilidad de impugnar la acción de la demandante, que como hemos visto,
se encuentra completamente errada.
“A primera vista suelen confundirse los términos validez y eficacia de los actos que se
realizan durante el proceso. Sin embargo, se trata de conceptos distintos y que conviene
diferenciar. Cuando nos referimos a la validez del acto procesal lo que se trata es que el
acto procesal se haya realizado en conformidad con lo dispuesto en el modelo legal, es
decir, que haya cumplido los requisitos que la norma procesal dispone. En cambio, la
eficacia del acto procesal dice relación con los efectos que produce ese acto procesal que
se ejecutó válidamente, efectos que estarán descritos por el Derecho positivo. La
invalidez consiste en un juicio de valor de la irregularidad del acto procesal y la
ineficacia consiste en la declaración o constatación de la sanción de invalidez que
establece el legislador. Si se distinguen los conceptos de validez y eficacia se puede
lograr explicar, a nuestro entender, más satisfactoriamente, por qué un acto válido
puede resultar ineficaz y uno inválido finalmente ser eficaz. En efecto, al realizar un
análisis desde dos planos distintos y autónomos, se puede revelar que desde el punto de
vista de la invalidez el acto que es irregular puede ser innecesario constatar su ineficacia
en virtud del principio de proporcionalidad, presente en todo sistema anulatorio, que
implica que las irregularidades no invalidantes queden desprovistas de una sanción, o
bien merezcan un reproche distinto de la nulidad. Los actos procesales tienen ciertas
limitaciones para que se produzca la constatación o declaración de ineficacia que se
fundan en el principio de conservación de los actos procesales, el logro de la finalidad
del acto o también llamado principio de instrumentalidad de las formas, la
convalidación, la subsanación y criterios de oportunidad, los cuales privan del
fundamento a la declaración de nulidad. Distinguir la invalidez de la ineficacia de un
acto permite explicar una serie de límites que impiden la declaración de ineficacia del
acto y que hace que este sea considerado como una irregularidad sin efecto invalidante.
Por ejemplo, si una notificación no cumple los requisitos de la norma entonces es
irregular pero si el sujeto no alega dicha disconformidad del acto procesal y realiza otro
posterior entonces convalidó el vicio; lo mismo ocurre si una sentencia no cumple con
todos los requisitos que dispone la ley en cuanto a su congruencia o motivación y el
agraviado no utiliza los medios de impugnación que concede la ley; o si se dicta una
sentencia fuera del plazo legal para hacerlo.” (Revista de Derecho Universidad Católica
del Norte, Año 2018 - N° 1, 2011 pp. 49-84).
Ahora bien, sabido es que para que la nulidad procesal exista, debe ir
aparejado un perjuicio. Dicho perjuicio en la especie es evidente y consiste en
la indefensión que esta parte ha sufrido al no haber sido emplazada
debidamente y con arreglo a Derecho, y que con ellos no ha podido presentar
sus argumentos de oposición frente a una acción inepta para el caso concreto.
En efecto, el juicio ha transcurrido íntegramente sin su comparecencia. A
MAYOR ABUNDAMIENTO, HOY MIS BIENES SE ENCUENTRAN A
PORTAS DE SER INCAUTADOS Y REALIZADOS, POR LO QUE SE
VE PRÁCTICAMENTE PERDIDO Y VULNERADO DERECHO DE
PROPIEDAD DE MI PERSONA POR UNA VULNERACIÓN A LAS
NORMAS DEL DEBIDO PROCESO. Si aquello no es perjuicio SS., no
podría entender que lo es. Asimismo, es notorio que la única forma de
subsanar este grave perjuicio es a través de la declaración de nulidad que hoy
se solicita, pues de otra suerte, nada detendrá el inexorable y avasallador
avance del demandante para hacerse de su patrimonio, no obstante tratarse de
un procedimiento irregular.
“Artículo 83.- La nulidad procesal podrá ser declarada, de oficio o a petición de parte, en
los casos que la ley expresamente lo disponga y en todos aquellos en que exista un vicio
que irrogue a alguna de las partes un perjuicio reparable sólo con la declaración de
nulidad. La nulidad sólo podrá impetrarse dentro de cinco días, contados desde que
aparezca o se acredite que quien deba reclamar de la nulidad tuvo conocimiento del
vicio, a menos que se trate de la incompetencia absoluta del tribunal. La parte que ha
originado el vicio o concurrido a su materialización o que ha convalidado tácita o
expresamente el acto nulo, no podrá demandar la nulidad”.
“Que, para los efectos de resolver como se hará, esta Corte tiene presente que la nulidad
procesal puede ser declarada de oficio, ello tratándose de vicios insubsanables, es decir,
aquellos que no sean susceptibles de convalidación por inactividad de la parte que debió
reclamarlo tempestivamente. La procedencia de la nulidad de oficio dimana de la
protección de las garantías constitucionales del proceso, siendo una de las más
importantes el RESPETO AL DEBIDO PROCESO. De manera que esta potestad
encuentra como límite el interés público, excluyendo de esa labor oficiosa, los actos
dispuestos en interés particular de los litigantes, en el entendido que, en palabras del
profesor Julio Salas Vivaldi “el procedimiento no solo cautela los derechos de las partes
sino que determina la acción del Estado en su misión de administrar justicia. En los
juicios no entran solamente en contacto los particulares que aspiran al reconocimiento
de un determinado derecho, por cuanto en ellos interviene también el Estado, quien, por
intermedio del juez, instruye y decide la contienda jurídica. Es por eso que Lorenzo
Carnelli expresa que, desde que se constituye tiene el proceso una trascendencia que
compromete de un modo actual la voluntad pública y, potencialmente, el orden jurídico.”
(“Los incidentes y en especial el de nulidad procesal”, Editorial Jurídica, Tercera
Edición Actualizada, p. 133). Por consiguiente, solamente aquellos actos que
comprometen el orden público, a saber, los que “…en conjunto tienden a formar la
relación procesal y los llamados presupuestos procesales que resguardan su validez”
(Salas Vivaldi, Julio, op. cit. p. 134) son indispensables en la configuración del proceso,
pudiendo, en cambio, prescindirse de los restantes. En el mismo sentido se puede afirmar
que “…el juez no necesita justificar el interés para declarar de oficio la nulidad porque
es el director del proceso, pero motivará la resolución nulificatoria.” (Camusso, Jorge P.
“Nulidades procesales”, EDIAR, 2ª edición, Buenos Aires, 1983, p. 99).”
"sobre los elementos que componen el acto procesal, la doctrina más aceptada es
la que distingue en ellos dos clases de requisitos: los esenciales o sustanciales y los
accesorios o secundarios". Luego de explicar lo que se entiende por actos esenciales
y actos accidentales, el autor sostiene que "sin embargo, cualquiera que sea la opinión
sobre los elementos esenciales y accidentales del acto procesal, entre nosotros, pocas
veces la ley dispone cuando una formalidad tiene uno u otro carácter". (...) Estas
razones hacen que no todos los tratadistas estén de acuerdo en esta distinción de
formalidades esenciales y secundarias; no le desconocen su importancia; pero la atacan
porque a veces puede resultar poco práctica."1.
1
Urrutia Salas, Manuel (1928). Nulidades procesales. Santiago: Imprenta y encuademación Víctor Silva, Pgs. 56 a
58
consumado con omisión de algún requisito legal o que se haya ejecutado en forma
irregular. En derecho civil, según lo establece el artículo 1681 del Código respectivo, la
sanción por haberse omitido los requisitos establecidos para el otorgamiento de un acto
jurídico es la nulidad de éste, o lo que es lo mismo, la falta de efectos jurídicos (...) en
derecho procesal la infracción de las leyes que establecen los requisitos necesarios a
cada acto también produce la nulidad del acto irregular en que se han omitido los
requisitos legales"2.
2
Santa Cruz Serrano, Víctor (1936). Ensayo sobre la teoría de las nulidades procesales en el código de
procedimiento civil chileno. Memoria de Grado. Santiago: Imprenta Chile, pp. 8-9.
3
Colombo Campbell, Juan (1997). Los actos procesales. Santiago: Editorial Jurídica de Chile, tomo II, pag. 444.
nulo todo el proceso, toda vez que ha sido impetrada un acción fundamentada
en argumentos y causales de empresa deudora.
POR TANTO,
SOLICITO A SS., Acceder a lo solicitado, decretando la suspensión del
procedimiento concursal de liquidación y recibir el presente incidente a
prueba.
TERCER OTROSI: A S.S. solicito tener presente que, en este acto vengo en
designar como abogado patrocinante y en conferir poder al abogado habilitado
para el ejercicio de la profesión, Sr. JORGE MANUEL LENA SALGADO,
C.I N°15.371.915-2, domiciliado para estos efectos en Avenida Holanda N°
099, oficina N° 701, comuna de Providencia, Región Metropolitana, para
efectos que me represente durante toda la secuela del presente proceso, en
especial con aquellas facultades normadas en la Ley 20.720 y que vengo en
conferir expresamente, firmando el designado al pie del presente en señal de
aceptación..