JUAN de CAUSA - Cómo Interpretar Un Plano - 1ra. Ed
JUAN de CAUSA - Cómo Interpretar Un Plano - 1ra. Ed
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Cómo
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un Plano
Juan de Cusa
© EDICIONES CEAC, S. A.
Perú, 164 - 08020 Barcelona (España)
Primera edición: Enero 1989
ISBN 84-329-2970.0
Depósito Legal: B-4520 - 1989
Impreso por
GERSA, Industria Gráfica
Tambor del Bruc, 6
08970 Sant Joan Despí (Barcelona)
Printed in Spain
Impreso en España
Introducción
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l. LOS PLANOS
CONCEPTO DE PLANO
REPRESENTACION DIMENSIONAL
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tenga que resolverse por lo menos con el concurso de dos planos complementarios.
Uno de ellos, facilitará la visión aérea de la superficie ocupada, en lo que estarán
incluidas todas las medidas de longitud y de anchura. Los de este tipo se llaman
planos de plantas (Fig. 2). El otro, que se denomina plano de alzada o de alzado
(Fig. 3 ), servirá para representar una dimensión constante, la altura, que es la
básica, acompañada de una dimensión alternativa. Esta puede ser la longitud, o
bién la anchura, según sean las caras del edificio representado.
Plantas y alzado
Fachadas
Situación geográfica
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REFUGIO ALTA MONTAÑA
ALZADOS
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con respecto al Polo magnético, dándoles el nombre de los cuatro puntos cardinales.
En estos planos se descubre enseguida la presencia de un signo que representa una
flecha más o menos estilizada, con la letra Nen la puerta, que indica la situación del
edificio con referencia al Norte geográfico, tal como puede verse en el ejemplo de la
figura 6.
El dato permite conocer la orientación del edificio, lo que resulta interesante
para conocer cual será la parte de la construcción que recibirá con mayor fuerza la
insolación y proceder al reparto de las zonas o sectores interiores, para aprovechar o
rehuir las consecuencias del soleamiento. También sirve este dato para saber cuales
serán las partes del edificio que estarán más protegidas de los vientos fríos del lugar.
Existe una gran libertad de diseño en la interpretación del simbolo que se
utiliza para fijar la orientación de un plano. En la figura 7 reproducimos una
selección de algunos de los muchos que se emplean, en los que puede descubrirse la
constante de que, en todos ellos, queda constancia del punto Norte por medio de la
letra N. La mayoría de las veces no se dibujan sobre el plano, ya que suele recurrirse
a símbolos autoadhesivos que se venden en láminas transferibles (Fig. 8).
Es interesante saber que en los planos con indicador de orientación geográfica,
los nombres de las cuatro fachadas del edificio suelen acomodarse a los de los cuatro
puntos cardinales, de acuerdo con sus situaciones respectivas, y por lo tanto se
prescinde de las denominaciones convencionales, que son las mencionadas anterior-
mente. Así. en el ejemplo de las figuras 9 a 12, que representa los cuatro alzados de
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Fig , 6. Plano de planta con indicación de su orientación geográfica, por medio del
símbolo que representa una flecha contenida en el interior de un círculo.
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un chalet para montaña, vemos que la fachada encaramada al Norte se intitula como
alzado Norte; la que mira al Sur, alzado Sur; la orientada al Oeste, alzado Oeste; y la
fachada opuesta, alzado Este.
Para el lector de planos, es suficiente atenerse a la denominación original. No
obstante, si se desea efectuar una trasposición para mantener los términos tradicio-
nales, el cambio será muy fácil a partir de la determinación de cual es la fachada
principal. Normalmente se considera como frente ó fachada de una construcción, a
aquella en donde está la entrada de la vivienda, que en este caso sería la fachada
Norte (alzado Norte) de la figura 9, en donde además está la entrada al garaje.
Al hablar de los planos de alzado, suele asociarse tal imagen a la de los planos
de fachada de una casa, esto es, a la representación gráfica de las cuatro o más caras
que tiene la construcción objeto de la reproducción delineada. Y así es, efectivamen-
te, en la mayoría de los casos. Los alzados corresponden, corrientemente, a las
fachadas de un edificio, y sirven para presentar el diseño, conformación y medidas
proporcionalmente exactas de las caras externas, tal como puede verse en las cuatro
ilustraciones de las figuras 13 a 16, además de una serie de detalles constructivos
que ayudan a comprender mejor la intención creadora del proyectista, como por
ejemplo, la disposición de las tejas de la cubierta, de los aleros, de la chimenea, de la
presencia de presionar para protección de las ventanas, de la disposición de franjas
en el terminado de la obra que hace alternar enfoscados lisos con revocos estriados,
etc. En resumen: los alzados, en este caso se corresponden con la cara arquitectóni-
ca de la construcción.
Sin embargo, existe otro tipo de planos de alzado, los de paredes interiores, que
se corresponden con los paramentos de locales y habitaciones. Por lo general, se
utilizan para proyectos decorativos, ya que estos planos de alzado son los que
utilizan los decoradores e interioristas para presentar sus proyectos y llevarlos a la
práctica, así como para planificar la instalación de servicios, tales como empotrados
de líneas eléctricas, tendido de redes musical y telefónica, situación de las tuberías
para calefacción central, o de colectores para la conducción de aire climatizado, etc.
Los planos de planta son utilizados por arquitectos, ingenieros, aparejadores,
constructores, instaladores, etc. Como puede apreciarse en el ejemplo de la figura
17, la mayoría de los planos de planta incluyen detalles constructivos, de estructura-
ción de espacios, de distribución de elementos complementarios y del mobiliario.
CORTES EN SECCIÓN
Merecen especial atención los planos que se conocen con el nombre de cortes de
sección, complementarios de los planos de planta y de alzado. Estos últimos son los
que fundamentalmente determinan las formas y las medidas de un proyecto,
mientras que las secciones, completan el conjunto del mismo al proporcionar una
serie de datos particulares relativos a elementos que, por una u otra causa, no
aparecen o están confusamente delimitados en los planos generales de planta y
alzado.
Los llamados cortes en sección o secciones. se delinean a partir de unos
supuestos cortes realizados longitudinal o transversalmente en la habitación o en el
edificio, para dividirlos en dos planos geométricos perpendiculares a la planta y
paralelos a las paredes.
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Fig. 17. Plano de planta de un chalet. Observemos que el mismo plano sirve para fijar
la estructura de la construcción, indicar la forma y medidas, la de la instalación de los
servicios baño y cocina, así como la distribución del mobiliario.
23
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Fig. 18. Esta pequeña casa de una sola planta servirá de modelo para operar en la
obtención de sus planos de alzada y de planta.
Fig. 19. Los planos de alzada siguen, con fidelidad, el perímetro de las fachadas A y B.
tomando directamente las medidas de la casa.
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Fig. 20. Plano de planta de una vivienda, que incluye el proyecto de distribución del
mobiliario.
25
Fig. 21. Así quedaría la parte de aba-
jo de la casita representada en la fig.
18, después de haber sido seccionada
con un corte que actuase en la direc-
ción de un plano geométrico horizon-
tal.
Fig. 22. Proyección de la anterior figura sobre un plano horizontal. paralelo al suelo de
la casita.
Fig. 24. Ahora dividimos el pequeño edificio de la figura 18 en cuatro partes, por medio
de sendos cortes en sección transversal y longitudinal. respectivamente.
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Fig. 25. Perspectiva de un corte de sección transversal. y su proyección (a la derecha)
en un plano de alzado.
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Fig. 27. Corte en sección del edilicio cuyo plano de plan la se reproduce en la figura 29.
Corresponde a un corte transversal.
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delineados con trazos cortos y puntos. pueden dibujarse en su totalidad, pero lo
corriente es que solamente se indique su presencia marcando ambos extremos,
como se ha hecho en el plano de la figura 29 que estamos comentando. Ello tiene por
objeto evitar la sobrecarga de líneas confluyentes en el centro del plano, que sólo
servirían para dificultar la lectura e interpretación del interior del mismo.
Así. el eje transversal C-D, corresponde a la sección representada en la figura
27, que abarca el cuarto de baño, el pasillo y el dormitorio central, mientras que el
eje longitudinal A-B, representado en el alzado de la figura 28, atraviesa la zona de
comer, el pasillo (las dos puertas pertenecen a la cocina y al cuarto de baño) y un
dormitorio doble.
En el ejemplo que acabamos de comentar, la señalización de los ejes de corte se
ha hecho con flechitas perfiladas sobre fondo blanco; en otros modelos, como el que
reproduce la figura 30, se resuelven con las pequeñas cabezas de flecha macizadas
en negro. Y es posible que en su contacto con planos de muy diversa procedencia
encuentre otras variantes, pero siempre se descubrirá la presencia de esta flecha,
más o menos estilizada y rematando un trazo compuesto por rayitas y puntos, para
señalizar un corte en sección.
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Fig. 31. Detalle del alzado de la celosía de una escalera de un edificio de viviendas.
Advierta los símbolos en zig-zag, indicativos de continuidad, que rodean el dibujo,
En este caso concreto, el perfil que rodea por completo al diseño significa que la
continuidad del plano debe considerarse que se extiende por sus cuatro lados. Lo
cual quiere decir que el plano recoge un trozo parcial con la única misión de detallar
los materiales y la disposición adoptada para resolver la celosía, cuyas medidas
deben buscarse en el plano de alzado general.
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Fig. 34. Planos de detalle complementario del plano de planta de la figura 29. Compren-
de el proyecto de las cimentaciones y el de la recogida de las aguas sucias de la vivienda.
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Fig. 37. Detalle de la salida de humos de la chimenea y de su solapa a la cubierta.
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Fig. 38. Detalle de los pavimentos de una pista de hockey (Arquitecto D. Jorge
Muntañola Sanz. Barcelona).
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PLANOS COMPLEMENTARIOS DE DETALLES
Y por último, el proyecto se completa con una serie de planos, que se refieren a
detalles de importacia para la ejecución de la obra, pero que convertirían en confuso
el plano general si se incluyesen dentro de él, aparte de que muchas veces requieren
ser tratados a mayor tamaño, para ampliar la efectividad del gráfico.
En términos generales, un proyecto suele disponer de un conjunto de planos
que comprende, como mínimo:
Los planos de detalle pueden ser de tipo general o bién solamente parcial.
Forman parte del primer grupo todos aquellos que afectan a la integridad del plano
de planta -o de alzada-, es decir, que suponen un calco de los mismos, destinado
a exponer una particularidad concreta cuya importancia requiere su tratamiento
gráfico por separado; por ejemplo, un plano de detalle anejo al plano de planta
general que puede considerarse básico, es el dedicado a exponer el proyecto de los
cimientos. Vea la figura 34, que es un plano de detalle complementario del plano de
planta de la figura 29. El mismo gráfico sirve para incluir la situación de las
arquetas que recogerán los desagües de los servicios sanitarios, por lo que este
plano cumple una doble función, la de un plano de detalle de las cimentaciones, y la
de un plano de instalación accesoria, la de evacuación de las aguas sucias.
Por su parte, la figura 35 corresponde a la planta de la estructura del techo del
mismo edificio, así como el plano de la figura 36 está dedicado al proyecto de la
planta de cubiertas, siempre referido a la obra que estamos comentando.
Junto a estos planos de detalle que se ajustan a la totalidad del área de la
superficie ocupada por la construcción, están otros planos de detalle que solo
afectan a una parte del proyecto, y que en cierta forma son considerados como los
verdaderos planos de detalle del mismo. Estos planos parciales no tienen limitación
de número y pueden ser tantos como lo juzgue necesario el proyectista para que no
quede ningún dato importante sin especificar, de acuerdo con su propio criterio. Por
ejemplo, es un plano parcial de detalle el que reproduce la figura 37, con el alzado de
la salida de humos de la chimenea y de su solapa a la mencionada cubierta.
Vea otro plano de detalle en la figura 38, esta vez dedicado a señalizar el
terminado de una pista deportiva y de su zona inmediata de acceso, con indicación
del tipo de pavimentos propuesto y situación de la barandilla que limitará el sector.
El plano de detalle en planta precedente se complementa con el plano de detalle en
corte de sección reproducido en la figura 39, con el detalle de la red de drenaje
proyectada para dicho campo deportivo.
42
11. LECTURA DE PLANOS
• Acotados.
• Mudos.
• Mixtos.
Planos acotados
Se llaman así los planos que llevan expresamente anotadas todas las cotas,
considerando como tales a cada una de las medidas entre dos puntos señalizados
debidamente. Vea, por ejemplo, la figura 40, donde aparecen indicadas multitud de
cotas, expresadas en metros encima de unas líneas de trazo fino, atravesadas por un
pequeño segmento perpendicular igualmente fino, en cuyos puntos de cruce hay
otros trazos, esta vez dispuestos oblícuamente y de mayor grosor destacable a sim-
ple vista. Estas líneas se conocen con el nombre de líneas de cota. Los trazos gruesos
sesgados indican que, entre dos de ellos consecutivos, la distancia representada es la
que aparece acotada encima de la línea de cota. Advierta en el plano la presencia de
dos clases de acotado: medidas totales, cuando van de extremo a extremo, y
medidas parciales, que suponen subdivisiones de aquellas. Por ejemplo: en la figura
40, la medida total de la fachada frontal (parte de abajo del plano), es de 7,50 metros,
o sea 750 cm. Las medidas parciales acotadas corresponden al espesor del muro (30
cm.): distancia longitudinal del muro (195 cm + el espesor del muro); y hueco
acristalado (3 metros). Sumando las magnitudes parciales (0,30 + 1,95 + 3,00 +
1, 95 + 0,30 = 7 ,SO) el resultado tiene, que coincidir con el acotado total consigna-
do en la línea de cota que hay debajo.
Más adelante insistiremos en el tema de las líneas de corte, porque esta que se
ha utilizado ahora es una de las varias formas en que acostumbra a expresarse
gráficamente, pero no la única. De momento, lo que interesa es poner en evidencia
que el plano que comentamos está exhaustivamente acotado: no falta ninguna
medida por señalar, lo que indudablemente facilita la comprensión rápida de las
distancias representadas, cuyos valores aparecen ya consignados. Digamos, de
paso, que en la actualidad tiende a generalizarse mayoritariamente el uso de los
planos acotados, en detrimento de los otros tipos a los que nos referiremos seguida-
mente, los cules cada vez son menos utilizados, por ser menos práctico su manipulado.
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La solución la brinda la escala con la que fue delineado el susodicho plano
mudo. La manera de obrar se explica unas páginas más adelante, cuando aborde-
mos el tema de las escalas.
Y de paso que estamos contemplando el plano mudo de la figura 41, llamare-
mos la atención del lector sobre los pilares de las cimentaciones cuyo perfil aparece
dibujado y terminado con el signo de continuidad, un signo que no es exactamente
igual al que hemos ofrecido en anteriores figuras, y precisamente al hablar de ello.
El tradicional zig-zag en forma de Z, lo ha convertido esta proyectista en siete rasgos
formando una línea quebrada en la que cada rama tiene distinta longitud. Pero esta
y otras variantes que se puedan encontrar no deben afectar a la seguridad en su
interpretación. Por similitud, el lector de planos se acostumbra enseguida a su
asimilación, y lo único que percibe es una línea fina en zig-zag, que interiormente
traduce por "solución de continuidad". Y esto es tan así, que no nos extrañaría que
usted no se hubiese dado cuenta de la variante que estamos poniendo en evidencia, y
desde un primer momento ya la hubiese identificado como señal de continuidad.
Planos mixtos
Como su mismo nombre indica, los planos mixtos participan en las característi-
cas peculiares de los planos acotados y de los planos mudos: es decir, carecen de la
acotación de muchas de sus medidas, pero no son totalmente mudos, puesto que
indican alguna de ellas - las que se consideran más importantes desde el punto de
vista del objeto particular del plano- con sus correspondientes líneas .de cota.
Este es el caso, por ejemplo, de la figura 42, correspondiente a un corte de
sección del cuerpo de un edificio habilitado para garaje, en el que solo se hacen
constar las medidas de altura de la fachada en donde se abre la puerta de entrada, la
del hueco de la misma y la de la valla, con indicación de la pendiente del tejado.
Se entiende que el resto de los datos están en otro plano; pero el lector que
quiera conocer cualquiera de ellos y carezca del otro documento, puede prescindir
de su presencia para averiguar la medida que desee por medio del uso de la escala,
siempre que la misma se refiera a un elemento representado en el plano que tiene
entre sus manos.
Ya hemos dicho que las medidas de referencias que se utilizan para señalizar
los planos, se llaman cotas, y que la operación de señalar estas cotas en el plano se
denomina acotar, así como los gráficos de este tipo son los planos acotados.
Sabemos, igualmente, que el acotado se indica por medio de cifras, que se
disponen generalmente encima de unas líneas de trazo fino llamadas líneas de cota,
las cuales se complementan con unos trazos cortos, igualmente finos, perpendicula-
res, que se conocen con el nombre de líneas de referencia. Las líneas de referencia
limitan el recorrido de las líneas de cota, indicando el principio y el fin de las
mismas.
La figura 43 presenta un ejemplo sencillo. Fíjese en el hecho de que la línea de cota
se traza paralela a la parte acotada del plano. En los puntos donde se cortan las
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Fig. 43. Línea de cota. Este nombre se aplica a la línea de trazo fino que indica la
longitud de la parte que desea acotar. En este caso, es la línea horizontal inferior. El
número 28 es la cota propiamente dicha. Los dos trazos perpendiculares situados a
izquierda y derecha de la línea de cota, se llaman líneas de referencia, y sirven para
señalar el principio y el fin de la línea de cota. Los dos trazos oblícuos de mayor grosor.
que están situados en los puntos de intersección de la línea de cota y las de referencias,
son los terminales.
Terminales
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Fig. 44. Dos variantes para resolver los terminales de las líneas de cota. Arriba, las
tradicionales cabezas de flecha. Abajo, los topos o puntos negros.
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Hemos dicho que las cotas suelen situarse por encima de su respectiva línea de
cota, aproximadamente en su parte media, lo que se hace casi siempre. Antes, solía
colocarse en el centro de la línea de cota, a la que cortaba, tal como aparece reflejado
50
Fig. 46. Esta disposición de las cifras de cota, que
era la tradicional, se utiliza ya poco. No obstante, es
posible encontrarla todavía en algún que otro plano. 20
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Fig. 47. Tres maneras de resolver el acotado, cuando hay poco espacio y se utilizan
terminales de punta de flecha.
en la figura 46. Esta práctica se va abandonando poco a poco, ya que supone mayor
trabajo para el delineante, por lo que de día en día resulta más raro encontrar los
acotados resueltos de tal forma.
Veamos ahora la figura 47, en donde se expone la solución que se da al acotado
de una distancia estrecha, como puede ser, por ejemplo, el grueso de una pared o de
un tabique. A la izquierda de Ja mencionada figura, la cifra de cota se ha dibujado
dentro del espacio que ocupa dicho elemento, pues al tratarse de un solo número,
cabe holgadamente. Ello no sucede ya en el ejemplo del centro; el espesor de la
pared, que ha aumentado de los 5 cm a los 5 ,5 cm, da un número compuesto por dos
cifras, separadas entre sí por la coma, que debe desplazarse hacia la derecha,
porqué no cabe en el interior de la supuesta pared.
Por su parte, la tercera solución que aparece a la derecha, representa una.nueva
alternativa. Las cifras de la cota se llevan abajo, delineando una línea de cota a base
de la proyección de dos líneas perpendiculares de referencia.
En los tres casos, la línea de cota se ha resuelto con los terminales (las puntas
de flecha) mirando en dirección contraria de lo habitual y por fuera de su longitud.
Se entiende fácilmente que al ser esta última tan corta, no tienen cabida las dos
puntas de flechas, y por eso se sitúan tal como puede verse en la figura que estamos
comentando. La dirección en que apuntan las puntas de flecha es lo suficiente
elocuente para comprender enseguida que la línea de cota es la que queda encerrada
entre ambas.
Ello no sucede con la utilización de los terminales en forma de trazos oblícuos
(Fig. 48), que no sufren la menor alteración en su tratamiento por el hecho de que
la línea de cota sea muy corta o estrecha.
51
Fig. 48. Solución al mismo problema de acotar un espacio estre-
cho por medio de terminales de trazo oblícuo.
LAS ESCALAS
PLANTA GENERAL 1
EL PltOPtCTARlO EL AROIJITECTO
: ESCALAS·
l/200
MARUGAN
ZARAGOZA·BARCELONA
PISTA DE
1:200 131
ATLETISMO
Fig. SO. Módulos de casilla que suelen llevar los planos en un ángulo, en donde se hacen
constar diversos datos relativos a tal documento. Entre ellos y bien destacada, aparece la
escala que se ha tornado para mantener la proporcionalidad con el modelo real.
Escala 1 : 100.
Los dos puntos significan es a. Por lo tanto, se leerá:
Escala uno es a cien.
En el ejemplo que hemos comentado con cierto detalle, la escala empleada era
la de 1: 100. Vemos luego, en la figura 50, otros dos modelos de escala 1: 200. Y
existen otros muchos, a los que nos referiremos enseguida, porque las posibilidades
de aplicar una relación proporcional en las medidas de un plano son infinitas.
Básicamente, podemos dividir las escalas en tres grupos:
• Escala natural.
• Escalas de ampliación.
• Escalas de reducción.
Escala natural
Escalas de ampliación
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56
estas proporciones, significa el número de veces con que han sido ampliadas las
dimensiones reales. Esto es:
Para conocer, pues, el valor real de una magnitud expuesta en el plano, en lugar
de multiplicar dicha magnitud por la escala, como se hace en las escalas de
reducción, habrá que dividirla por la misma. Es decir:
Escalas de reducción
Son las que ya conocemos, por haber iniciado el tema de las escalas con un
ejemplo de reducción 1: 100. Por supuesto, son las que más se utilizan, hasta el
punto de que en construcción puede afirmarse que casi se recurre a ellas exclusiva-
mente. En esta clase de escalas, las dimensiones reales se reducen un cierto número
de veces que se consigna en el mismo plano.
Las reducciones que se pueden efectuar son infinitas, puesto que cualquier
número es susceptible de servir de base para la operación. Pero si cada cual utilizase
las escalas con reducciones a capricho, probablemente se produciría un caos, al
dificultar su interpretación y facilitar la confusión y los errores en la lectura de los
planos. Por ello, se ha convenido normalizar su uso mediante la adopción interna-
cional de diez reducciones standard.
Escalas normalizadas
Las seis primeras escalas (de 1 :2,5 hasta 1 :SO) son aconsejables para resolver
planos de detalles, para mostrar con minuciosidad las características constructivas
o decorativas de un elemento determinado de la obra, o bien una parte del mismo
(Fig. 52).
57
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15
Escala 1:10
Fig. 52. Sección de una viga de hormigón, a escala 1: 10. Compruebe por medio de un
decímetro graduado las medidas acotadas que constan en el plano, y verá como
corresponden a las indicadas cifras divididas por 10.
Escalímetros
Con este nombre se conoce una regla graduada, por lo general de sección
estrellada, que tiene en cada una de sus caras graduaciones correspondientes a
diferentes escalas, lo que facilita la lectura directa de las medidas sobre el plano, sin
necesidad de realizar operación alguna aritmética suplementaria. Las graduacio-
nes en metros, decímetros, centímetros, etc., que aparecen grabadas en el borde del
escalimetro. corresponden a las medidas reales, de acuerdo con la escala que se trate
( Fig. 55 ). Es decir, para operar con un escalímetro hay que tener una unidad en la
que se halla incluida la escala que se necesita en cada caso, por lo que conviene
disponer, como mínimo, de las escalas 1 :50 y 1: 100, que son las más corrientes. De
hecho, en el comercio especializado se encuentran escalímetros que cuentan con
ambas escalas, grabada cada una de ellas en una de sus dos caras.
58
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¡y;i e;;;; .. "' Escala 1:100
Fig. 53. Plano de planta de una vivienda a escala l: 100. O sea que las medidas que
aparecen representadas deben multiplicarse por l 00 para obtener el valor de las repetiti-
vas medidas reales. Compruébelo, tomando por ejemplo las dimensiones de las camas
cameras y de matrimonio, o de los muebles de cocina, como elementos de comparación.
59
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Escala
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Fig. 55. Escalímetro, instrumento de medición que nos indica directamente las
reducciones.
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Fig. 54. Plano de situación de una finca a escala 1 :500. Este tipo de escala solo se
adopta en contadas ocasiones, en que se representa una gran extensión de terreno.
61
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1 1 1 1 1 1 1
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Fig. 57. Proceso de delinear una escala gráfica a medida. En este caso, el ejemplo lo ha
facilitado la anterior figura 56.
62
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1
1
Fig. 58. Manera practica de tomar mediciones sobre una escala gráfica, valiéndonos
del auxilio de una cuartilla.
Para el manejo de este o de otra cualquier escala gráfica que caiga en sus ma-
nos, no hay necesidad de llevar las distancias del plano por intermedio de una
regla graduada, que suele ser el sistema convencional que se emplea. La regla puede
sustituirse por una cuartilla y actuar de manera parecida a como se indica en la
figura 58. En el borde del papel se toman directamente las medidas en el plano que
se desea leer, señalándolas con un trazo a lápiz. Y ya sólo queda el comprobar el
valor real de dicha longitud, trasponiéndola sobre el escalímetro.
El valor de una escala gráfica es cambiante, pero se encuentra siempre consig-
nado de forma destacada, de manera que resulta imposible que se produzcan
confusiones en su interpretación. También el diseño es distinto, según el criterio
estético de quién lo delinea. En la figura 59 ofrecemos una selección de diferentes
escalas gráficas, en donde pueden verse varias soluciones.
La principal ventaja que ofrece una escala gráfica sobre las escalas tradiciona-
les, es la de conservar siempre la proporción entre las dimensiones expresadas en el
63
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o 4 5m
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1 2 3 4 5 10 15m
O O& 1 2 4 5m
Fig. 59. Diversos tipos de escala gráfica.
plano y las correspondientes medidas reales, en el supuesto de que por una causa u
otra, fuesen reducidos de tamaño los planos originales.
Explicaremos esto último, para aclarar cualquier duda. Actuaremos a partir de
un plano de planta delineado a escala 1 :SO, que es el caso de la figura 60. Se trata de
un plano mudo, en el que todas las medidas deberán obtenerse una a una, por medio
de la proporción establecida en la escala. Ya sabemos que cada milímetro de
distancia en el plano equivaldrá a SO milímetros, y que para conocer el valor real de
cualquier medición, bastará con multiplicar la misma por SO. Por lo tanto, no
existirá dificultad alguna en transformar las longitudes lineales que se vayan
tomando directamente sobre el plano, en cifras de valores reales.
Imaginemos ahora, por ejemplo, que sacamos una copia de este plano y que la
máquina nos reduce el dibujo en un 10 %. cosa que puede ocurrir algunas veces. Una
disminución del original en un 10 %, ciertamente no puede considerarse como
demasiado importante, apenas se percibe a simple vista (Fig. 61), pero afectará al
valor de las medidas que se hagan entonces. Porqué "teóricamente" se mantendrá la
escala de 1 :50, puesto que este dato continuará figurando en el texto del plano; pero
lo cierto es que en razón de la pequeña reducción efectuada, un centímetro en el
plano ya habrá dejado de valer SO centímetros reales, y las mediciones que se
realicen de acuerdo con esta proporción serán falsas.
64
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Fig. 60. Para que una escala
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mantenga su valor, el original debe
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Fig. 62. Por el contrario, la escala gráfica es flexible y se adapta a cualquier cambio de
medidas que puedan originarse en el original.
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Fig. 63. Véalo con un ejemplo práctico y fácil de comprender. Este plano de planta es
igual que el de la figura anterior, pero mucho más pequeño. Ahora bien; al reducirse las
dimensiones, también se ha reducido en la misma proporción la escala grafica. por lo que
se mantiene la relación entre las magnitudes delineadas y las reales.
hijos, cuya escala gráfica aparece en el ángulo inferior derecho. Si el plano se reduce
de tamaño, que es lo que se ha hecho en la figura 63, todas las medidas continuarán
manteniendo su proporcionalidad con respecto a la escala gráfica dibujada al pie del
plano, la cual se habrá reducido al mismo tiempo y exactamente en el mismo
porcentaje que el resto del diseño. Y nada habrá cambiado, excepto las dimensiones
externas del dibujo: cualquier medida que se tome y se verifique en la escala gráfica
del modelo reducido (Fig. 63), dará exactamente el mismo valor que si se hace
idéntica operación en el plano original de la figura 62. Si lo duda, compruébelo usted
mismo.
Se comprende, entonces, que cuando se delinea un plano destinado a ilustra-
ción de un artículo que se publicará en una revista, o que debe servir de figura o
ejemplo en una obra técnica, se recurra siempre a la escala gráfica.
Los planos de alzada, suelen indicar las dimensiones de altura y longitud de los
elementos que aparecen representados gráficamente.
Comentamos la figura 64, un alzado de fachada lateral correspondiente a un
chalet de dos plantas. La interpretación de este plano nos da las medidas del
67
DO
Fig. 64. Los planos de alzada no acostumbran a presentar otro problema de interpreta-
ción que el relativo a las dimensiones. El dibujo suele ser lo suficientemente expresivo
como para que el lector reconozca fácilmente los diversos elementos que componen el
conjunto.
edificio, en cuanto a su longitud, altura y pendientes del tejado, así como las
relativas a los diferentes elementos que intervienen en el proyecto de construcción.
En un plano sin acotar las dimensiones son una incógnita. Pero al menos experimen-
tado en la lectura de este tipo de documentos, sabe distinguir enseguida, a simple
golpe de vista, la presencia de puertas y ventanas, la de dos tramos de peldaños para
acceder al interior de la casa, la de un zócalo de piedra natural careada, la de una
escalera exterior que lleva a la segunda planta, la de una chimenea adosada en el
costado derecho, que se supone será la salida de humos de un hogar-chimenea, así
como la existencia de una segunda salida de humos, en el lado izquierdo, que
intuitivamente se asocia con la cocina. De manera que un plano de alzada, salvo
raras excepciones, tiene una fácil interpretación.
Pero en un plano de planta la cosa no es tan sencilla. Los elementos que
aparecen representados "a vista de pájaro" son muy esquemáticos, y muchas veces
se identifican como un corte en sección horizontal; como puede apreciarse en la
figura 65, se han delineado varios de los elementos que intervienen en el proyecto,
tales como tabiques, muros, pilares, puertas, ventanales, los armarios empotrados,
una chimenea, las cortinas e incluso lámparas de sobremesa.
El plano que estamos comentando es muy sencillo y, por lo tanto y al menos
teóricamente, fácil de comprender. Además, cuenta con la ayuda de algunos textos
explicativos, lo que para interpretar con absoluta corrección un plano siempre se
agradece.
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Fig. 66. Plano de planta de una doble instalación de salida de humos, que comprende
una chimenea-hogar en la parte izquierda, adosada pared a pared a la campana de
humos de la cocina, en la estancia contígua.
Las paredes
Este es el elemento más fácil de determinar, ya que las paredes son las que
encierran perimetralmente los espacios estructurados, la parte que destaca más en
el plano, la primera que suele ver el lector, porque es la que da la forma al edificio,
habitación o local y hace de envolvente.
Las paredes se acostumbran a diseñar por medio de dos trazos paralelos, cuya
separación entre sí indica el grosor de las mismas. Cuando representan tabiques y
tabiquillos, de pequeño espesor, es frecuente dibujarlos totalmente en negro. Para
los casos de muros, el tratamiento acostumbra a tomar ejemplo de alguno de los
cuatro casos que presenta la figura 67. Los dos primeros son los que probablemente
encontrará usted en la mayoría de los planos, ya que son los que más se utilizan para
simbolizar las paredes.
Vea, por ejemplo, la figura 68. Los contornos exteriores se perfilan con trazo
grueso, y el núcleo queda respirando el fondo del papel, es decir, aparece resuelto en
color blanco. El contraste es suficiente para que destaque inmediatamente, sobre
todo si el resto de los elementos se han diseñado con trazos muy finos.
El caso contrario lo presenta la figura 69, donde el esquema de las paredes se ha
macizado de negro.
El cuarto y último ejemplo de la figura 67, que podríamos describir como un
conjunto formado por una línea o perfil negro, una franja blanca a continuación y
como remate una franja negra, de una anchura sensiblemente igual a la anterior, se
acepta como la representación esquemática de una pared con cámara de aire. La
zona en blanco simboliza el hueco interior del muro que actúa como cámara de aire.
Los planos de planta reproducidos en las figuras 62 y 40, entre otros, muestran la
71
Fig. 67. Estas son las cuatro representaciones esquemáticas más usuales para señalar
la existencia de una pared en el plano. Las tres primeras corresponden a paredes
macizas. mientras que la última simboliza un muro con cámara de aire.
Fig. 68. Aplicación práctica de la representación de una pared por medio de perfiles
negros que dibujan el perímetro de la misma.
Pilares
Se llaman así los elementos resistentes de una construcción que tienen por
misión soportar una carga. Son siempre verticales y su sección suele resolverse
cuadrada o rectangular. Mayoritariamente aparecen como cuerpos adosados a la
pared, aunque en ocasiones pueden levantarse con total independencia de ella.
o
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Fig. 69. En este modelo. se ha preferido macizar de negro las superficies ocupadas por
las paredes.
Fig. 70. Indicación simbólica del material de construcción utilizado para levantar las
paredes representadas. En la ilustración superior, piedra natural. En la inferior. obra de
fábrica (izquierda) y hormigón (derecha).
73
Los pilares son fáciles de reconocer en un plano. Vea, por ejemplo, la figura 71.
Siempre que se advierta que una pared sufre un acusado engrosamiento en uno o
varios puntos de su perímetro, para formar en el plano la figura de un cuadrado o un
rectángulo que sobresale de aquellas, como ocurre en el ejemplo que estamos
comentando, debe interpretarse como la representación gráfica de un pilar de
sustentación adosado. Para facilitar su localización, hemos señalizado con las letras
A, B, C, D, E y F, otros tantos de estos elementos, mientras que las letras G y H
indican la existencia de dos pilares independientes de la pared, a manera de
columnas.
También es posible encontrar simbolizados elementos de sustentación de
sección cilíndrica, como ocurre en la figura 72. La presencia de un topo negro en un
plano, de mayor o menor diámetro y siempre separado de las paredes, debe
considerarse como representativa de columnas.
Pilares y columnas suelen esquematizarse con rectángulos, cuadrados y círcu-
los macizados de negro. No obstante, es posible que en algunos planos puedan verse
D
E F
Fig. 71. Los engrosamientos de las paredes indican la presencia de pilares integrados
en las paredes. En la figura aparecen señalados con las letras A, B, C, D. E, F y G. La
letra H corresponde a la situación, en el plano, de pilar tipo aislado.
74
D ()
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• •
• •
Fig. 72. Los pilares columna de sección cilíndrica se esquematizan por medio de un
topo negro.
resueltos con ligeras variantes; por lo general con un perfilado de trazos negros y el
fondo blanco, o tramado, o rayado oblicuamente, como expone la figura 73. Pero
éstas acostumbran a ser soluciones más propias de planos de decoración que de
arquitectura-construcción. Igualmente, se puede encontrar en un plano el esquema
de un pilar en el que aparezca consignado, gráficamente, el material de construc-
ción, aunque el hecho es poco frecuente.
Vea ahora el ejemplo de la figura 74. En el plano, encuentra usted dibujados
unos esquemas que cree reconocer como símbolos de pilares de sección cuadrada.
Los cuadrados aparecen cruzados por dos trazos en forma de cruz, paralelos a las
dos caras.
Estos dos trazos son los ejes de simetría del cuadrado, y su cruce indica
exactamente el centro del pilar. Tal indicación sirve para tomar la distancia entre
pilar y pilar, o bien entre el pilar y una pared.
Escaleras
m-
Fig. 74. El trazado de los ejes de simetría, permite tomar las distancias exactas entre
dos elementos consecutivos, o entre un pilar y la pared más próxima.
Fíjese en la ya comentada figura 75, donde verá una línea de trazos finos
dibujada alrededor de toda la planta, cuyo significado tal vez no vea claro. Estas
líneas punteadas superpuestas al diseño, se refieren a las partes salientes con
76
Fig. 75. Las escaleras incluyen una línea central que constituye el eje de las mismas, y
que lleva una cabeza de flecha, la cual indica la dirección de subida. Advierte una línea de
pequeños trazos dibujada alrededor de toda la planta: es el recurso gráfico que se utiliza
para señalizar los salientes de la planta inmediata superior, que en este caso corresponde
a la cubierta.
respecto al cuerpo del edificio, que tienen las plantas situadas por encima de la
representada en el plano. En este caso concreto, señalizan los salientes de la
cubierta. En cualquier caso, para interpretar correctamente un punteado de este
tipo, hay que saber lo que existe por encima de la planta que aparece representada
en el plano, y esta incógnita no se puede despejar sin contar con el correspondiente
plano de esta parte superior del edificio.
Así, el contorno de las terrazas aparece reflejado con una línea de pequeños
trazos en el plano de la figura 77, que lo es de la planta baja del mismo agrupamiento
de vivienda.
77
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Fig. 76. Ejemplo de una escalera interior. común a todas las plantas del mismo edificio.
Las puertas
Estos elementos que sirven para abrir y cerrar los huecos de paso que comuni-
can dos estancias contiguas, o el interior de una vivienda o local con el exterior,
tienen también una representación sencilla y muy fácil de interpretar en los planos.
Sobre todo, si se tiene en cuenta que la inmensa mayoría de las puertas están forma-
das por una hoja de madera de forma rectangular, cuyo corte en sección será
igualmente un rectángulo, correspondiente al ancho de la hoja, y de muy pequeña
altura (el espesor), y que por intermedio de los herrajes de fijación y suspensión,
sean bisagras o pernios, puede girar por uno de sus costados hasta 90 grados de
ángulo, en las puertas normales.
78
Escala Gr at c a
í en metros
1
Fig. 77. Planta baja del edificio de viviendas escalonadas de la figura 7 5. La línea de
puntos indica las partes salientes de las terrazas que tiene la planta superior.
Fig. 79. Así se representan, en un plano de planta, las puertas de apertura radial:
entreabiertas o totalmente abiertas, con indicación del recorrido o sin él.
1 ~
/
/
/
¿
Fig. 81. Puertas con y sin mocheta. Obsérvese el detalle del renvalso.
duplicando el mismo esquema, pero con los términos invertidos, tal como aparece
en la figura 80.
La mocheta
Se llama con este nombre al rebaje efectuado en la obra para alojar el cerco de la
puerta (o la ventana). Aunque suelen ser mayoría las puertas que tienen mocheta,
su aplicación no es obligatoria, y se instalan muchas puertas sin ella. Pero tal detalle
no se refleja siempre en el plano general, ya que en aquellos delineados a escalas de
1: 100 en adelante, debido a su reducción no suelen señalarse gráficamente ni la
presencia de mochetas en la obra, ni tampoco los renvalsos de las hojas para
asegurar un cierre hermético. Estos detalles acostumbran a indicarse expresamente
con un intercalado, o bien recurriendo al complemento de un plano parcial de 1 :SO, o
de l :25 (Fig. 81 ).
81
Puertas especiales
Las puertas que acabamos de describir son las de mayor uso. Colgadas por uno
de sus laterales por medio de pernios o bisagras, se abren y cierran en giro radial, y
por ello se llaman de apertura radial. Pero existen otros tipos de puertas, que verá
representadas en los planos con otros esquemas diferentes.
Vea en la figura 82 las principales variantes y la forma en que suelen verse
representadas en los planos de planta. Los dibujos nos ahorran de cualquier
explicación accesoria.
Las ventanas
Ventanas especiales
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- - - - - -'-------.J L---~--------
G
A B
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E F
84
La ventana pivotante gira alrededor de un eje vertical central; en consecuencia,
una parte de la hoja se abrirá lateralmente hacia adentro, mientras el extremo
opuesto lo hace hacia el exterior.
De manera similar actuará la ventana basculante, que oscilará sobre un eje
central longitudinal. de manera que la apertura no se producirá por los lados, sino
por las partes superior e inferior, que avanzarán y retrocederán a la vez, mantenién-
dose en la posición deseada por la acción de un perfecto equilibrio, muchas veces
ayudado por la colaboración de contrapesos.
Las ventanas abatibles, como su mismo nombre indica, llevan la hoja articula-
da con bisagras montadas en el travesaño inferior, de forma que se abre por la
cabeza y se abate constituyendo un plano que puede tomar diversos ángulos con
respecto a la pared.
La llamada ventana de librillo presenta la hoja dividida en varias partes
iguales, articuladas entre sí por los laterales, lo que permite que pueda plegarse
sobre sí misma al abrirse.
Por su parte, en la de tipo corredera, la ventana consta de dos o más hojas, cuyo
conjunto cubren el hueco. Las hojas pueden deslizarse paralelamente al plano de la
pared, por intermedio de uno o más carriles, o disposiciones similares, descubrien-
do parte de dicho hueco, nunca la totalidad del mismo.
Finalmente, la ventana de guillotina está compuesta también por dos o más
hojas que se deslizan sobre distintos planos paralelos a la pared, pero en lugar de
hacerlo en sentido longitudinal, las hojas pueden subir y bajar, o sea que ascienden
y descienden verticalmente.
Elementos divisorios
Los ascensores
Hay que acostumbrarse a reconocer - lo que por otra parte es muy sencillo- el
símbolo que aparece en el lado izquierdo del plano reproducido en la figura 86. En
esta parte del dibujo puede verse un rectángulo cruzado interiormente por dos líneas
9)
l
D
1 1
Patios interiores
Los patios de luces entre medianeras, limitados entre cuatro paredes, así como
los patios interiores de cualquier tipo encerrado entre tres, salvo muy raras excep-
ciones son de forma cuadrada o rectangular. Su presencia se indica, en los planos de
las plantas superiores, por medio del rectángulo que corresponde a sus dimensio-
nes, rematado con las diagonales que formarán la cruz en aspa, tal como reproduce
la figura 88.
Con estas cruces se da a entender que se trata de una superficie hueca, es decir,
que no se ha delineado ninguna clase de pieza complementaria correspondiente a la
planta. Los trazos en diagonal se realizan con líneas finas no continuas, sino
formadas por una sucesión de rayitas.
Hogares-chimenea
Fig. 89. Plano de planta de una vivienda, con indicador de chimenea-hogar en la sala de
estar comedor, en la estancia izquierda del conjunto. Véala empotrada en el interior del
muro, que en esta parte se engruesa formando un cuerpo triangular.
o
CJ D o
CJ D
Fig. 90. Plano de planta de un comedor-estar con chimenea-hogar de rincón.
una misma chimenea. En la última de las figuras mencionadas (la 89), dejando
aparte el hecho de que el plano de la chimenea se haya proyectado en posición
oblícua con respecto al paramento exterior del edificio, lo que es consecuencia
directa de la forma adoptada para el engrosamiento del muro, vemos que el hogar
aparece empotrado, es decir, rebatido, abierto dentro del espesor de la pared y a sus
expensas. Y por el contrario, en el caso de la figura 91, la chimenea sobresale del
nivel del paramento exterior, la totalidad de su cuerpo ha sido adosada, superpuesta
posteriormente a la construcción de la vivienda.
90
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Por lo general, este último tipo de chimenea pertenece a una adición, es decir, a
la instalación solicitada después de ocupada la finca, aunque por razones de
economía, o de improvisación, algunas chimeneas se construyan originalmente
adosadas.
En la figura 92 se reproduce el modelo de dos hogares-chimenea contrapuestos,
que corresponden a dos habitaciones o dos viviendas contiguas. Tratándose de
planos a escalas que permitan la inclusión de detalles, o proyectados expresamente
para instalaciones, es normal encontrar junto a una chimenea, o en una cocina, unos
cuadrados divididos en dos mitades por una diagonal, en los que uno de los dos
triángulos que resultan de la partición aparece relleno de negro, mientras que el otro
se deja en blanco. Este signo simboliza los conductos de humos; cada cuadrado
blanco y negro representa un conducto de humos. En el dibujo hay ocho, porque
están indicados los correspondientes a las plantas inferiores de la construcción. El
esquema se asimila, pues, a un conducto de evacuación al exterior para humos,
seccionado al mismo nivel que las paredes.
91
Fig. 92. Planta de dos chimeneas-hogar contrapuestas, correspondientes a dos vivien-
das contiguas, A ambos lados están representados los conductos de humos.
Conductos de ventilación
El mismo signo del cuadrado cortado en dos partes por una diagonal, la mitad
rellena de negro, se utiliza para representar un conducto de ventilación, de los que se
aplican para recintos cerrados sin contacto con el exterior, principalmente aseos y
w.c. interiores (Fig. 93).
Armarios empotrados
1
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Fig. 94. Diferentes interpretaciones gráficas de armarios empotrados. Modelos A, B, D
y H. de tipo doble, encarados, para servir conjuntamente a dos habitaciones contíguas,
de la misma vivienda. Modelos C y G, de tipo doble, pero abiertos por el mismo frente.
Modelos E y F, de tamaño grande, propios para habitación de matrimonio.
93
confusión en el momento de interpretar el plano, y entonces resulta un factor muy
importante, para efectuar una lectura correcta, dejar que juegue su papel la .in-
tuición.
Por ejemplo, en la figura 95, que reproduce una planta con dos viviendas
gemelas, en el piso correspondiente al lado izquierdo, que está detallado, los cuatro
dormitorios disponen de un armario empotrado por pieza. Advierta que la única
pista que concede el autor del delineado es una A trazada en el interior de cada
hueco. Observe que en el plano del piso del lado derecho no se han representado los
muebles que están en el plano del piso del lado izquierdo, con esto se indica que es
igual que el otro (simétrico) y la no existencia del dibujo de los muebles se ha
aprovechado para poner las cotas con las distancias exactas que, lógicamente,
también corresponden al piso del lado izquierdo.
Las terrazas
1.0) Se hallan fuera del cuerpo del edificio, encaradas al exterior, más allá de
los límites que en el plano señalan los muros de la construcción.
2. Su definición y destaque sobre el conjunto se consigue dibujando su
0)
embaldosado.
Materiales
Como ya hemos dicho anteriormente, en los planos se hace constar con textos
cortos, una pequeña explicación sobre los motivos representados, en la que con
94
95
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Fig. 96. En esta otra planta, los armarios empotrados han sido resueltos con la cruz en
aspa indicadora de hueco, cruzada por una línea horizontal que simboliza la barra para
colgar las perchas.
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A B e D
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Fig. 102. De arriba hacia abajo, simbolización gráfica de: A, revoco. - B. mármol. - C,
prefabricados de madera para revestimientos. - D, parquet de madera. - E, mallado de
alambre.- F, metal.
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A B e o
Fig. 104. Dibujos simbolizando: A, arenal, playa. - B, campo sin cultivar. - C,
césped. - D. huerta, campo cultivado.
Fig. 106. Más complicada resulta la representación de estos mismos árboles a vista de
pájaro, que es como deben aparecer en un plano de planta. La esquematización que se
adopta es la de suponer la copa ocupando un área aproximada al círculo. Esta es, por
ejemplo, la versión que Zipatone da a 18 especies arbóreas contempladas desde un
helicóptero.
103
Fig. 107. Aquí vemos algunos árboles y otros tipos de vegetación incluidos en un plano
de planta de una casa de campo en el Vedar. de Torrente (Valencia). Observe el
tratamiento gráfico que se le ha dado al terreno que rodea la finca. la manera de señalizar
los desniveles y de marcar senderos rústicos para acceder a las tres entradas que tiene la
gran explanada en donde se ha construido la finca y la piscina contígua.
LOS SERVICIOS
La cocina
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Fig. 109. Alzado y planta de una cocina prototipo instalada en una sola hilera. De
izquierda a derecha, los elementos componentes considerados como unidades. son:
armario de columna, nevera empotrada, banco de trabajo (armario bajero), lavavajillas
(encimera escurreplatos), fregadera de dos senos. armario bajero, cocina horno y
armario rinconera.
• Por un lado, sirve para contrastar la presencia de las hileras que forman el
mobiliario, haciendo que destaque.
• Y por otra parte, independiza en cierta forma y desde un primer momento,
los sectores dedicados a los servicios con respecto al resto de las habitaciones
que integran la vivienda.
108
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Fig. 110. Planta de una cocina instalada en dos hileras. Compárese el tratamiento
gráfico que se ha dado a los esquemas de los elementos, con los de la figura anterior.
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puesto que la campana de humos que pende encima de ella no puede permitir su
visión. Pero son licencias que se toman y admiten con naturalidad.
En relación con la interpretación de plantas de cocina, la mayoría de los
esquemas que lleva este modelo nos son conocidos. Vemos los elementos de colum-
na, un armario de pared a pared con tres cuerpos, en el lateral izquierdo; los
armarios colgados con su indicador de las dos diagonales cruzadas; las encimeras
lisas de los armarios bajeros. Y las líneas discontinuas de rayas, señalando la
diferencia de profundidad entre los frentes de los armarios bajeros y sus encimeras,
así como del número de elementos o unidades que conforman la agrupación. Al
llegar a la encimera de la cocina, descubrimos la existencia de tres fuegos a gas, a
cuyos símbolos se añade un círculo negro de mayor tamaño. ¿Qué significado debe
atribuírsele? El círculo negro de diámetro superior al de los fuegos, muchas veces
sustituido por un cuadrado o un rectángulo igualmente negros, significa el símbolo
de una plancha -generalmente eléctrica- para el asado de carnes y pescados.
Otro elemento nuevo se introduce en este plano: la presencia de una silla, a
medio introducir debajo de la encimera que hay dibujada a la izquierda de la parte
superior, empotrada entre dos paredes, una de las cuales la separa de la zona de
lavado, presidida por la fregadera. Las sillas, en planta -y de esto hablaremos más
adelante, cuando tratemos el tema del mobiliario- se representan por un cuadrado,
en uno de cuyos cuatro lados se establece una pequeña división por medio de una o
dos líneas paralelas, que representan el respaldo.
Por el respaldo, precisamente, se reconoce como una silla el elemento que hay
embutido en la encimera. El hecho de que parte de esa silla se represente situada
debajo de la encimera, debe interpretarse como que la misma no corresponde a un
banco de trabajo tradicional, y no es la superficie superior de un armario bajero,
sino el tablero de una mesa.
Así mismo hallamos otra novedad en el sector de la cocina, que aparece
rodeada por un ancho espacio en L, que por intuición asimilaremos a una mesa
auxiliar para convertir la zona en un comedor anejo a la cocina. Este extremo lo
corroboraremos con el complemento del correspondiente plano de alzada o el corte
en sección, que nos resolverá cualquier duda al respecto. Pero no es de esto de lo que
deseamos tratar ahora.
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Fig. 112. Distribución de una cocina en "U", cuya superficie permite situar una mesa
central con capacidad para cuatro personas, convirtiendo el servicio en una implanta-
ción mixta: la de una cocina-comedor.
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Fig. 113. Distribución de una cocina en "U" interrumpida, con área para comer
incorporada.
113
Los aspectos creados al efecto tienen un nombre que los personaliza y descubre
en cada caso su función. Son estos:
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Fig 114 Plano de planta de un cuarto de bailo completo. comprendiendo los cinco
aparatos característicos de este servicio.
No ocurre igual. sin embargo, en el caso de la bañera o del plato de ducha. en los
que la alimentación de agua puede proyectarse con total independencia, de acuerdo
con las necesidades, haciendo que la entrada sea por cualquiera de las cuatro caras
del aparato. Entonces, sí que tiene que indicarse la situación de los grifos. para que
los instaladores se adapten a la idea del proyecto. Continuemos comentando la
figura 114. El proyectista ha ideado la entrada del agua a la bañera por los pies, o sea
con la grifería montada en el tabique que separa el baño-lavabo del recinto anejo
ducha-water-bidé. Al otro lado del tabique y para aprovechar las conducciones de
aporte, se han proyectado los grifos para la ducha. El signo utilizado para indicar
estas situaciones, es al de dos pequeñas cruces próximas entre sí, tanto si la grifería
es monobloque como si consta de salida diferente para el agua fría y la caliente.
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Fig. 115. Distintos símbolos para significar una misma función: con uno de estos
signos se representa el desagüe de un aparato sanitario.
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Fig. 116. Alzado y planta de lavabo de cubeta oval (Modelo de Jacob Delafon España,
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Fig. 117. Planta y alzado de lavabo de cuerpo rectangular (Modelo de Jacob Delafon
España, S.A.).
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Fig. 118. Planta de un cuarto de baño proyectado por Cuinova. con mobiliario auxiliar
de Xen. Plato de ducha, inodoro y bidé ocupan un recinto independiente de la sala de
baño propiamente dicha. Advierta la situación de los puntos de luz, la de los interrupto-
res sencillos y conmutadores, así como de la instalación eléctrica señalizada por una
línea de brazos discontínuos.
"ducha" dentro del servicio "baño". Tanto bañoseos como mini-bañeras (figura
119), no son otra cosa que modelos de bañeras de reducido tamaño, entre los 90 x 90
cm y los 92 x 75 cm, expresamente diseñados para solucionar el problema del cuarto
de baño en aquellos hogares en donde existe escasez de espacio. Su principal
característica es la de ofrecer un escalón en el interior de la cubeta, perfectamente
identificable en la planta de la indicada figura 119, que permite sentarse al usuario
para convertir el recipiente en un baño-pies. Pero, a pesar de su nombre, ni la mini
bañera, ni el "bañoseo", ni el "polibán" consienten, dadas sus dimensiones, que el
usuario pueda extenderse a lo largo y no puede, por lo tanto, utilizarlo para el baño,
en su sentido tradicional. De manera que esta combinación origina una variante del
cuarto de ducha, en el que por paradoja, no cuenta con plato de ducha.
El llamado cuarto de aseo, lavabo y simplemente aseo suele dar cabida a la
modesta pareja formada por el lavabo y el inodoro. Rara vez comprende también el
118
A B A1 B1
90 90 79 79
90 82 79 71
90 75 79 64
Fig. 121.
DUn rectángulo, el esquema base de
multitud de muebles representados en planta.
Puede ser una mesa de comedor, una mesa
auxiliar, un módulo para montar estanterías o
bibliotecas, un aparador, un comodín, una me-
silla de noche, un mueble zapatero, etc.
Muebles prototipo
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Fig. 122. La fórmula mágica que puede utilizar el proyectista para que no surjan
problemas de interpretación en la lectura de los símbolos de muebles, es la que se expone
en esta figura; recurrir a las nominaciones aclaratorias. por medio de textos auxiliares.
[D
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de alas abatibles
Fig. 124. Esta es la representación tradicional de una silla; con esquematización del
respaldo.
Fig. 125.
o o o o
Cuatro variantes básicas de la silla rectangular, de las que derivan todas las
restantes conocidas.
Normas Alemán recopilador de las llamadas Normas DIN, viene dictando desde
hace tiempo una serie de reglas con la pretensión de regularizar la totalidad de los
aspectos del dibujo técnico: desde los formatos que deben tener los papeles para
dibujar y las dimensiones que adopten los planos, hasta la forma de plegarlos y de
archivarlos, incluyendo la manera de rotular los mismos, el tipo de letra a utilizar y,
sobre todo, de representar por medio de símbolos convenidos los principales
elementos que puedan entrar en el proyecto de una vivienda o en el de una instala-
ción, entre los cuales deben considerarse las principales unidades utilizables para el
amoblamiento de una casa (Fig. 130).
Pero a pesar de las innegables ventajas que aportaría la aceptación unánime de
estas (o de cualesquiera otras normas que tiendan al mismo fin), y del tiempo que ha
transcurrido desde que fueron lanzadas a los medios profesionales del sector, lo
cierto es que dentro del campo en donde estos últimos desarrollan sus actividades,
parece que existen amplios grupos de opinión que hacen gala de desconocerlas, o
que las eluden expresamente y prefieren normalizar los planos de acuerdo con
nomenclaturas propias.
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Fig. 126. Diferentes combinaciones de mesas y sillas para comedor. En cuatro de las
mesas se ha dibujado el veteado de la madera para significar el material de fabricación.
Las pequeñas cruces que presentan las sillas del último modelo en el asiento, represen-
tan claveteado.
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dos plazas
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tres plazas
sin brazos
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tres plazas
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Fig. 127.
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Plantas de sofas y butacas. Las butacas, haciendo generalmente juego con el
sofá para combinar el llamado tresillo, se representa en símbolo igual que si fuesen un
sofá de una sola plaza.
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Mesa de comedor.
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Mesa de despacho.
Mesa de costura.
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Sillón.
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Otomana.
Sofá.
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Armario ropero.
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Cocinas.
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Piano vertical.
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V Piano de cola.
D Armario para vajilla.
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Sección de biblioteca.
D Armario para despensa.
Armario despensa
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Q Trinchero. empotrado.
126
reside, por lo tanto, en una supuesta falta de claridad, sino en la diiones, que obliga
al lector a que tenga que realizar un ejercicio de adaptación cada vez que se halle
ante un plano concebido y dibujado con un criterio distinto.
Cuando un lector de planos se halla, por vez primera, ante un símbolo nuevo,
que todavía no conoce por no haber visto antes, tiene que hacer jugar su intuición,
considerando previamente los datos racionales de los que puede disponer. Primera-
mente, pensar que el signo que ve dibujado representa la planta de algo concreto,
resuelta a escala.
El resto es simple ejercicio de observación. La estancia o habitación en donde se
halla incluido el símbolo desconocido, la posición que ocupa dentro de la misma, su
tamaño en relación con el resto de la instalación, los elementos próximos y los que le
rodean, suelen ser pistas elocuentes para acertar, la mayoría de las veces. Teniendo
en cuenta, además, que la línea de esquematización adoptada por significar la
presencia de un mueble determinado, acostumbra a particularizarse por parte de
cada proyectista de manera que no toda las sillas son iguales, ni tampoco todas las
mesas del comedor, pongamos por caso.
PLANOS DE INSTALACIONES
Proyectos de instalacióneléctrica
• Clase de corriente.
• Situación de la acometida, tablero de contadores, aparatos de conexión,
etc., en el caso de que la instalación sea de tipo general y afecte a la
totalidad del edificio.
• Variante adoptada para la instalación: empotrada, saliente, bajo tubo
aislante, etc.
• Tipo de conductores a utilizar .
. • Sección y número de conductores en todas las derivaciones.
• Dimensiones de los tubos aislantes de protección de conductores.
• Potencia consumible prevista por los diferentes aparatos receptores.
• Distancia de los aparatos con respecto al suelo, paredes, etc.
• Otros datos que se consideren de interés de acuerdo con las peculiaridades
características de la instalación.
Simbología
Al igual que sucede con todos los restantes elementos a los que ya nos hemos
referido con anterioridad y que intervienen en la especificación de los planos, los
diferentes aparatos y dispositivos de que consta una instalación eléctrica se repre-
sentan, en los planos, por medio de símbolos.
Estos son unos dibujos esquemáticos muy sencillos, fáciles de trazar y perfec-
tamente diferenciados de las restantes representaciones gráficas que lleva el plano
para ayudar a una interpretación instantánea y correcta. Naturalmente, para poder
leer el plano con rapidez y seguridad, será preciso conocer de antemano lo que
simboliza cada uno Lle estos dibujos.
Y al llegar a este punto, se imponen dos matizaciones:
deberían sujetarse más férreamente que ningunos otros a una normalización capaz
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O " DOBLE FUERZA
" CONMUTADO liO:l CUADRO AUTOMATICOS
Fig. 133. Planta de la instalación eléctrica de uno de los pisos de un edificio de vivienda.
Se han representado todos los aparatos y dispositivos de que se compone la instalación,
además de indicar el tendido de las líneas de alumbrado y de fuerza, con detalle de la
sección y el número de conductores de cada uno de los cables que unen los diferentes
dispositivos.
Más detallado que los anteriores es el plano de la figura 133, que corresponde a
la instalación eléctrica de una de las plantas de un edificio de vivienda. En él
aparecen representados todos los elementos de la instalación, cuyos símbolos
también se especifican al pie del plano. Observemos que ahora se indican la sección
y el número de conductores de todas las derivaciones. Así, por ejemplo, la expresión
4 x 1 significa que se ha de instalar un cable de cuatro conductores, cada uno de
ellos de un milímetro cuadrado de sección. A su vez, con la expresión 2 x 2.5 se
indica que la derivación a que se refiere se hará mediante un cable de dos conducto-
res, de 25 mm2 de sección cada uno.
Las líneas continuas se refieren a la instalación de la línea eléctrica para
alumbrado, mientras que la línea de trazos indica el recorrido de la línea eléctrica de
fuerza.
El resto del plano está dedicado a indicar los puntos en donde se aplicarán los
puntos de luz en cualquiera de sus tres modalidades (sencillos, dobles y conmuta-
dos), los interruptores (sencillos o dobles). los conmutadores (sencillos y de cru-
ces), los enchufes (de alumbrado o de fuerza), las cajas registro, etc.
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Fig. 135. Planta del sector cocina-aseo de dos viviendas contíguas unifamiliares.
.
que el conducto de la red general de servicio, situado al exterior del edificio, se ha
Fig. 137. Plano de la instalación del sistema de evacuación de las aguas residuales de la
figura 135.
136
representado con dos líneas paralelas de trazos, para diferenciar claramente ambos
conceptos.
Veamos ahora el plano de la figura 137, que lo es de la planta de instalación de
los servicios de evacuación de las aguas residuales. Las tuberías de los desagües
interiores, en el plano señalizadas con trazos gruesos de negro, forman dos brazos
que reciben las derivaciones de los desagües de las fregaderas y se unen con los de
los inodoros para desembocar en el albañal. Este útimo, a su vez, desemboca en el
pozo de registro dispuesto en el colector.
Con lo antedicho, creemos que la interpretación de ambos planos resulta
bastante clara. No obstante, presentamos como complemento el gráfico de la figura
138, en donde los anteriores planos de planta han sido objeto de una conversión
perspectiva, que permiten ver en una representación casi real el dispositivo proyec-
tado para la instalación. Tanto en uno como en el otro ejemplo, el recorrido de las
tuberías resulta ahora más perceptible y no ofrece la menor duda. Por esto, algunos
proyectistas resuelven el plano de la instalación recurriendo a la representación
perspectiva muy esquematizada, con esquemas similares al que ofrece la figura 139,
a manera de ejemplo, aunque no es muy corriente que se realice.
El único inconveniente que tiene este tipo de esquema es que se delinean sin
escala y, por consiguiente, no pueden tomarse medidas sobre él, y estas medidas
deben especificarse entonces con textos aclaratorios en el mismo dibujo, que
indiquen las longitudes de cada tramo, además de los diámetros ya señalados que
corresponden a las secciones de las tuberías.
aguo fria
desagüea
~ 100mm ~ J!imm
la dirección de la circulación del agua, desde que es calentada hasta que habiendo
cedido el calor en el trayecto de su recorrido retorna al punto de partida.
El plano, que ha sido ejecutado a escala, indica las longitudes de los tramos, los
puntos de conexión del circuito secundario a las derivadas que alimentan los
radiadores, la situación del circuito primario que incluye la tubería de elevación, el
depósito acumulador para la cesión del calor y la tubería para el retorno del agua fría
a la caldera, en donde volverá a calentarse.
El sistema se basa en cuatro elementos, perfectamente diferenciados:
cesión de calor
p.e.menor
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1
tuberia de elevación
•
caldera
Se llaman así aquellos planos de planta que señalizan, sobre el papel, una zona
determinada de terreno a escala proporcional, en los que se da a conocer la situación
y la extensión de todos los accidentes geográficos comprendidos en la parte repre-
sentada, por insignificantes que sean. En este tipo de planos se incluyen los cursos
de ríos, riachuelos y arroyos, las autopistas, carreteras, caminos y senderos, las
líneas de ferrocarril, aeropuertos, estaciones, apeaderos, las poblaciones, caseríos,
aldeas y casas solitarias, los bosques, huertas y jardines, las ermitas, castillos y
ruinas famosas, las playas, las calas, los campings, etc., etc., es decir, todos los
accidentes geográficos, los topónimos, los lugares de interés turístico que hay
dentro del territorio que comprende el plano. Pero, con todo, la característica más
destacable de un plano topográfico, es la de hacer constar un dato que no se
encuentra en ningún otro documento gráfico: la altura de cualquier punto incluido
en el terreno representado con respecto al nivel del mar, por medio de las denomina-
das curvas de nivel.
Las curvas de nivel, que pueden apreciarse en el ejemplo de la figura 141, son el
recurso que utiliza la topografía para describir el relieve gráficamente, en un dibujo
plano, y que se describe como la resultante de la intersección del terreno con un
plano horizontal, cuyo valor altimétrico está referido al nivel del mar en Alicante.
Pero esto que acabamos de decir, que corresponde a la definición técnica del
concepto "curva de nivel", posiblemente queda algo oscuro para los no iniciados en
el tema, por lo que vamos a intentar aclararlo.
Imaginemos que la superficie plana del mar, pudiera bajar su nivel poco a poco
pero de forma constante, y que llegase un momento en que comenzase a asomar la
cumbre de una montaña hasta entonces sumergida. La primera impresión sería la
de que estábamos asistiendo al nacimiento de una isla.
Conforme el agua fuera bajando, la isla iría aumentando de tamaño. Sigamos
imaginando que el descenso de la mar se produce escalonadamente, pongamos de
metro en metro. En cada tramo, el perímetro de la nueva isla cambiará. Si fuese
posible fijar, en el terreno descubierto, la línea perfectamente horizontal que señala
el límite establecido por el contacto de la superficie del agua con la tierra, tendría-
mos representada su curva de nivel.
Vea en la figura 142la expresión gráfica de lo que estamos exponiendo. A partir
del plano O, definitiva curva de nivel del monte emergido de las aguas que reproduce
la parte superior del diseño, procediendo a la inversa del supuesto fenómeno
geológico, es decir, ascendiendo en tramos de 5 metros de altura cada uno de ellos,
alcanzaremos las sucesivas curvas de nivel 5, 10, 15, etc., hasta llegar a la cumbre,
indicada 40. Es decir, 40 metros en el plano de alzado. De lo que se trata es de
traspasar estas cotas a un plano de planta, en donde quedarán señalizadas las nueve
141
curvas de nivel, de manera parecida a como reproduce la parte inferior de la
mencionada figura.
Y ahora sí que podemos decir que, una curva de nivel. es la proyección
horizontal del contorno de una figura, por lo general irregular por tratarse de un
terreno más o menos quebrado, en un punto determinado de altura.
A la distancia entre cada dos curvas de nivel se le llama equidistancia, que en el
caso de la figura que estamos comentando corresponde a 5 metros, pero puede ser
mayor o menor, según la escala del plano. A destacar el hecho de que sólo son las
proyecciones de las curvas equidistantes las que se dibujan en los planos, por lo que
entre dos curvas consecutivas el espacio existente puede estrecharse o hacerse más
ancho, según que el terreno presente más o menos pendiente. En una pared
escarpada, bruscamente cortada a pico, las curvas de nivel aparecerán juntas en
aquel punto; e inversamente, si la montaña presenta una pendiente muy suave, las
curvas de nivel correspondientes aparecerán muy separadas entre sí, al abarcar una
mayor superficie.
El conjunto de las curvas de nivel de un plano, por lo tanto, no sólo sirven para
que el lector pueda interpretar la altura correcta de cualquier punto que se encuen-
tra comprendido en el documento gráfico, sino que al mismo tiempo produce,
visualmente, la sensación de relieve, e indica la conformación del terreno, la
presencia de crestas y vaguadas, de declives de escarpados, etc.
La equidistancia entre curvas de nivel viene indicada en los planos topográfi-
cos, de manera que resulta de suma sencillez averiguar la altura de un punto
cualesquiera del mapa, relacionándolo con las cotas numeradas, de las que deben
restarse o sumarse la equivalencia multiplicada por el número de curvas de nivel
existente.
Por 1ejemplo, en la figura 141, la equidistancia es de 20 metros, y cada cinco
curvas efe nivel hace constar la altura: 500, 600, 700, 800 y 885, que señala la cumbre
o cota riiáxima del plano. Bordeando el lado derecho del pantano hay una carretera
que indica su kilometraje, desde el k. 118 hasta el 114, ya en la orilla izquierda. El
mojón del K. 115, aproximadamente está situado a 580 m. de altitud; el K. 116,
próximo a los 640 m. de altura; el k. 117 sobrepasa ya, aunque sea ligeramente, los
citados 640 m.; y el k. 118 ha bajado a los 560 m. Es decir, la carretera asciende hasta
que, cercana al poblado que hay a su derecha (según el sentido natural de marcha)
vuelve a descender y se sitúa por debajo de la altura que tenía al iniciar la subida.
Para obtener estos resultados, sólo se han tenido que sumar o restar 20 metros
por cada curva de nivel que hubiera hacia su derecha o su izquierda, para llegar a las
curvas de relación, situada cada 100 metros y señalizadas convenientemente.
142
Indice
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . S
l. Los planos
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Planos topoqraíicos
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