Mem-Modificacion Medidas Cautelares - 2

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SEÑORA JUEZ SÉPTIMO DE INSTRUCCIÓN EN LO PENAL

CAUTELAR DE LA CIUDAD DE EL ALTO.

SOLICITA MODIFICACIÓN DE

MEDIDAS CAUTELARES EN MÉRITO

A LOS EXTREMOS QUE INDICA.

OTROSÍ 1ro.- SOLICITA

FOTOCOPIAS SIMPLES.

OTROSÍ 2do.- Domicilio

Procesal.

SANTOS QUISPE SALGADO y DAMIANA HUANCA APAZA, de

generales ya conocidas, dentro del proceso penal seguido

por el MINISTERIO PUBLICO bajo el Caso MP No. 1486/2016

a instancias de ROSA MARÍA CORONADO ONOFRE en nuestra

contra por la imaginaria comisión del ilícito de ROBO

AGRAVADO, ante su autoridad con el debido respeto

expongo y pido:

Señora Juez, como es entero conocimiento de su

probidad, debemos manifestar que nuestras personas se

encuentran con detención domiciliaria desde hace ya

cuatro meses imputados injustamente por el delito de

Robo Agravado y toda vez que en el momento llevarse a

cabo la audiencia de medidas cautelares en su probo

juzgado nuestras personas no contaban con algunos

documentos que permitieran desvirtuar ciertos riesgos

procesales, por lo que su autoridad consideró que estos

aspectos obstaculizarían la averiguación de la verdad o


existiría el peligro de fuga, motivo por el cual se nos

aplicó esta medida.

Ahora bien, Señora Juez, toda vez que mediante

Resolución No.615/2016 de fecha 16 de noviembre de 2016

dispuso nuestra detención domiciliaria, al presente y

habiendo obtenido nuevos elementos de convicción que

desvirtúan los extremos por los cuales se dispuso

nuestra detención, que permiten clara y evidentemente

que no existe de nuestra parte obstaculizar el proceso,

sino al contrario esclarecer el mismo tenemos a bien en

señalar y desvirtuar los riesgos procesales por los

cuales se nos aplicó la medida de detención

domiciliaria:

CON RELACIÓN A LA EXISTENCIA DE RIESGOS PROCESALES

I. EN CUANTO A LA EXISTENCIA DE FAMILIA

CONSTITUIDA QUE DESVIRTÚA EL RIESGO PROCESAL

CONTEMPLADO EN EL ART. 234 num. 1 DEL CUERPO

ADJETIVO PENAL:

1. Por los Certificado de Nacimientos que nos

permitimos adjuntar su autoridad podrá

constatar de forma objetiva que nuestras

personas son padres biológicos de nuestros

amados hijos LIZETH QUISPE HUANCA y LUIS

FERNANDO QUISPE HUANCA quienes a la fecha

cuentan con 6 y 4 años de edad,

respectivamente.
2. Por el Certificado de Promoción y Libreta

Escolar Electrónica extendidas por la Unidad

Educativa “Arco Iris” se evidencia que

nuestra amada hija LIZETH QUISPE HUANCA viene

cursando sus estudios en el Nivel Primario en

el Grado TERCERO-A.

Por lo que su probidad de esta manera podrá

establecer de forma objetiva que nuestras personas

evidentemente cuentan con familia constituida,

desvirtuando de esta forma este riesgo procesal.

II. EN CUANTO A LA EXISTENCIA DE DOMICILIO CONOCIDO

QUE DESVIRTÚA EL RIESGO PROCESAL CONTEMPLADO EN

EL ART. 234 num. 1 y 2 DEL CUERPO ADJETIVO

PENAL:

1. Por el Certificado de la Junta de Vecinos de

la Urbanización San Francisco I-A, se

establece que nuestras personas evidentemente

viven en el domicilio ubicado en la

Urbanización San Francisco I-A, Lote No. 7,

Manzano H, calle 2, No. 700 de la ciudad de

El Alto, Provincia Murillo del Departamento

de La Paz.

2. Por el documento privado de fecha 13 de

octubre de 2012, debidamente elevado a

reconocimiento de firmas y rúbricas ante el

Notario de Fe Pública No. 05 del Distrito

Judicial de El Alto, Dra. Patricia Susana


Guarachi Escobar en fecha 15 de octubre de

2012, se establece la compra-venta del

inmueble ubicado en Urbanización San

Francisco I-A, (Ex Fundo Allancacho), Lote

No. 7, Manzano H, de la ciudad de El Alto,

Provincia Murillo del Departamento de La Paz,

con una superficie de 250.00 mts.2, adquirido

del señor ALBERTO COSME LOZA en favor de

DAMIANA HUANCA APAZA por el que se evidencia

que este es el domicilio en el que nuestras

personas viven y tienen como domicilio real.

3. Por las facturas de Servicios Básicos de

energía eléctrica y agua potable se establece

que el domicilio ubicado en la calle 2 No.

700 de la Urbanización San Francisco I-A a

nombre de DAMIANA HUANCA APAZA se evidencia

que el domicilio en el cual nuestras personas

viven pertenece a mi concubina.

4. Por el Formulario de Pago de Impuesto a la

Propiedad correspondiente al inmueble ubicado

en Urbanización San Francisco I-A, Lote No.

7, Manzano H, calle 2, No. 700 de la ciudad

de El Alto, a nombre de la concubina DAMIANA

HUANCA APAZA se establece

5. que es este el domicilio en el cual nuestras

personas viven y habitan y cumplen


solemnemente con los tributos al municipio

alteño.

Por lo que su probidad considerará que con estos


importantes documentos legalmente extendidos por las
autoridades correspondientes se ha desvirtuado el riesgo
procesal de que nuestras personas no tuvieran domicilio
conocido.
III. EN CUANTO A LA EXISTENCIA DE TRABAJO CIERTO
ASENTADO EN EL PAÍS QUE DESVIRTÚA EL RIESGO
PROCESAL CONTEMPLADO EN EL ART. 234 num. 1 y 2
DEL CUERPO ADJETIVO PENAL:
1. Por los Contratos de Trabajo de fecha 08 de
febrero de 2017 debidamente elevado a
reconocimiento de firmas y rúbricas en fecha
08 de febrero de 2017 ante el Notaria de Fe
Pública de Primera Clase No. 006 del Distrito
Judicial de El Alto, Dr. Alex G. Hernández
Laura, se puede constatar que nuestras
personas evidentemente a la modificación de
nuestra detención domiciliaria trabajarán
como Ayudantes de confeccionista para el
señor MARI EUFRACIO QUISPE QUISPE con
C.I.No.4889607 L.P., en su Taller de
confección de prendas de vestir ubicados en
la Avenida 8 No. 62 de la zona Estrella de
Belén de la ciudad de El Alto, recibiendo una
remuneración mensual de Bs. 1.805.- (UN MIL
OCHOCIENTOS CINCO 00/100 BOLIVIANOS) en
horarios de 09:00 a.m. a 12:00 p.m. y de
14:00 p.m. a 19:00 p.m. de lunes a sábado.
2. Por el Número de Identificación Tributaria
(NIT) No. 4889607015 emitido por el Servicio
de Impuestos Nacionales se evidencia que el
Taller de Confección de Prendas de Vestir de
propiedad de MARIO EUFRACIO QUISPE QUISPE en
el cual nuestras personas desempeñarán sus
actividades se encuentra ubicado en la
Avenida 8 No. 62 de la zona Estrella de Belén
de la ciudad de El Alto, estableciéndose
además de que esta actividad es totalmente
lícita.
3. Por la Matrícula de Comercio No. 00210127
extendida por las oficinas de la FUNDACIÓN
PARA EL DESARROLLO EMPRESARIAL – FUNDEMPRESA,
se evidencia que el Taller de propiedad de
MARIO EUFRACIO QUISPE QUISPE en el cual
nuestras personas trabajarán se encuentra
ubicado en la Avenida 8 No. 62 de la zona
Estrella de Belén de la ciudad de El Alto, y
cumple con las normas que nuestra legislación
establece, siendo una negocio totalmente
lícito.
Por lo que su probidad podrá constatar la
existencia de un trabajo en los cuales nuestras personas
desempeñarán sus actividades a la modificación de
nuestra detención domiciliaria, documentos con los
cuales se desvirtúa este riesgo procesal.
IV. EN CUANTO A LA INEXISTENCIA DE ANTECEDENTES
PENALES QUE DESVIRTÚA EL RIESGO PROCESAL
CONTEMPLADO EN EL ART. 235 num. 1 y 2 DEL
CUERPO ADJETIVO PENAL:
1. Por los Certificados de Antecedentes
Judiciales emitidos la Dirección Nacional de
Registro Judicial de Antecedentes Penales,
se evidencia de forma objetiva y fehaciente
que nuestras personas no tiene antecedente
penal alguno, lo que inmediatamente hace
colegir que nuestras personas por ningún
motivo podrían obstaculizar o perjudicar la
presente causa.
Documentos legales y objetivos que merecen plena fe
probatoria.
Asimismo, Señora Juez, conforme se acredita del
Certificado de Promoción y Libreta Escolar Electrónica
extendidas por la Unidad Educativa “Arco Iris” se
evidencia que nuestra amada hija LIZETH QUISPE HUANCA
viene cursando sus estudios en el Nivel Primario en el
Grado TERCERO-A así como nuestro amado hijo LUIS
FERNANDO QUISPE HUANCA cuenta solamente con 4 años de
edad, y éstos necesitan y requieren de la provisión
suficientes de los insumos y recursos que permitan que
los mismos tengan una vida digna y decente y que
lamentablemente, al encontrarnos con la medida de
detención domiciliaria no podemos satisfacer a plenitud
las necesidades que requieren éstos puesto que no
podemos desempeñar nuestra actividad laboral, siendo que
este extremo es de vital interés superior de nuestros
hijos, es más se evidencia con claridad plena la
necesidad de proveer alimento, educación y salud a
nuestro núcleo familiar, motivo por el cual y por los
documentos adjuntados tenemos a bien en SOLICITAR A SU
DIGNA AUTORIDAD EL SEÑALAMIENTO DE AUDIENCIA PARA LA
CONSIDERACIÓN DE MODIFICACIÓN A LA DETENCIÓN
DOMICILIARIA IMPUESTAS A NUESTRAS PERSONAS.
FUNDAMENTOS DE DERECHO QUE ACREDITAN LA MODIFICACIÓN DE
LA MEDIDA DE DETENCIÓN DOMICILIARIA.
Señora Juez, por la documentación legal e idónea
que nuestras personas tienen a bien en presentar ante su
autoridad se han desvirtuado plenamente todos los
riesgos procesales por los cuales se nos ha impuesto la
medida de detención domiciliaria, y que motivan la
modificación de la misma, en esta línea nuestra amplia
jurisprudencia constitucional ha señalado mediante la
Sentencia Constitucional No. 0850/2011-R de 06 de junio
de 2011 que indica:
(...) III.1. Concepto, finalidades y principios de las medidas cautelares
Las medidas cautelares de carácter personal, se constituyen en instrumentos procesales
aplicados de manera excepcional contra el imputado o procesado con la finalidad de
garantizar que el proceso penal cumpla con su fin esencial cual es la averiguación de la
verdad. Se constituyen en restricciones a la libertad que pretenden asegurar su sujeción al
proceso, en su caso la presencia del presunto autor del hecho ante el órgano jurisdiccional,
a efectos de realizar los actos procesales correspondientes o para evitar su inasistencia y
consecuente frustración de la celebración del juicio oral y público.
           De manera resumida, se puede indicar que los propósitos esenciales para la
existencia de las medidas cautelares personales son: 1) Garantizar los fines del proceso
penal mediante el aseguramiento de que el imputado no se fugará o interferirá de otra
manera en la investigación; y, 2) Contar con una normativa que, a tiempo de respetar los
derechos y garantías de los ciudadanos establezca los mecanismos y los criterios para
precautelar de forma paralela el ejercicio de la facultad de investigación y sanción de los
delitos. Entre su principios rectores se pueden citar los siguientes: la excepcionalidad por
estar limitada a reglas de necesidad trasuntada en la finalidad citada, precautelar la
prosecución del proceso- y será aplicable siempre y cuando se reúnan los requisitos de
procedencia; instrumentalidad por no tener un fin en si mismo estando ligadas solo a la
averiguación de la verdad y la aplicación de la ley; provisionalidad por estar sujetas a
modificación si las circunstancias que conllevaron la aplicación de la medida cambiaron;
proporcionalidad, llamada también prohibición de exceso que se refiere a efectuar una
ponderación de bienes jurídicos tratando de lograr un equilibrio entre la limitación de los
derechos individuales que representa la medida cautelar y la importancia de resguardar los
intereses estatales o particulares; interpretación restrictiva: al igual que el anterior este
criterio busca un punto de equilibrio entre el carácter coercitivo de las medidas cautelares y
la afectación a los derechos de los imputados o procesados, lo cual halla su basamento en la
presunción de inocencia; la jurisdiccionalidad, el juez es el único que está facultado para
aplicarlas y en los casos excepcionales podrán ser ordenadas por corto tiempo, como es el
caso de aprehensión en sujeción al art. 226 del CPP y arresto policial según norma el art.
225 del mismo cuerpo legal.
  Dentro de ese ámbito, se concluye sobre este acápite que las medidas cautelares deben
solicitarse cuando resulten imprescindibles para garantizar los fines procesales y se
configuren los requisitos exigidos para su procedencia; resguardando los derechos y
garantías establecidos en la Constitución conforme prevé el art. 23.I al señalar que: “(…) la
libertad personal sólo podrá ser restringida en los límites señalados por la ley para asegurar
el descubrimiento de la verdad histórica en la actuación de las instancias jurisdiccionales”;
en correspondencia con dicha norma el art. 221 del Código de Procedimiento Penal (CPP)
determina que “la libertad personal y los demás derechos y garantías reconocidos a toda
persona por la Constitución Política del Estado, las Convenciones y Tratados
internacionales vigentes y este Código, sólo podrán ser restringidos, cuando sea
indispensable para asegurar la averiguación de la verdad, el desarrollo del proceso y la
aplicación de la ley,” por su parte el segundo párrafo de dicho artículo determina que las
normas que autorizan medidas restrictivas de derechos se aplicarán e interpretarán de
conformidad al art. 7 del CPP, señalando además que esas medidas “serán autorizadas por
resolución judicial fundamentada y sólo durarán mientras subsista la necesidad de su
aplicación”. Por su parte, el primer párrafo del art. 222 del CPP, respecto a las medidas
cautelares de carácter personal expresa que las mismas se aplicarán con criterio restrictivo
y se ejecutarán de modo que perjudiquen lo menos posible a la persona y reputación de los
afectados. Sobre el particular la SC 1036/2002-R de 29 de agosto sostiene que: “La
política criminal diseñada por la Constitución, se sustenta básicamente en el equilibrio
entre la búsqueda de la eficacia de la persecución penal y la salvaguarda de los derechos
y garantías que la Constitución proclama (…)”.
III.2. Clases de medidas cautelares
III.2.1. Detención preventiva
           Entre ellas se encuentra la medida cautelar de carácter personal, que como se aludió
supra consiste en la privación temporal de la libertad del imputado, aplicada en forma
excepcional por un Juez y solicitada por el fiscal o querellante previa constatación de los
requisitos previstos por ley; su imposición no significa un adelanto de la pena, sanción que
únicamente es impuesta a través de una sentencia condenatoria como resultado de la
sustanciación de un juicio oral, público y continuo; los requisitos para su procedencia están
previstos en el art. 233 del CPP referidos a la existencia de elementos de convicción
suficientes para sostener que el imputado es con probabilidad, autor o partícipe del hecho
punible; y, la existencia de elementos de convicción suficientes de que el imputado no se
someterá al proceso u obstaculizará la averiguación de la verdad. En complementación a la
segunda exigencia el legislador optó por fijar parámetros objetivos en los que debe basarse
el Juez para decidir sobre la existencia del peligro de fuga y obstaculización de
averiguación de la verdad; describiendo para tal efecto, en los arts. 234 y 235 del CPP tales
parámetros  reformados por el art. 15 de la Ley del Sistema Nacional de Seguridad
Ciudadana. Por su parte las causales de cesación están establecidas en el art. 239 del mismo
cuerpo normativo, cuando nuevos elementos de juicio demuestren, que no concurren los
motivos que la fundaron o tornen conveniente que sea sustituida por otra medida; cuando
su duración exceda el mínimo legal de la pena establecida para el delito que se juzga, y
cuando su duración exceda de dieciocho meses sin se que haya dictado sentencia o de
veinticuatro meses sin que ésta hubiera adquirido la calidad de cosa juzgada.
III.2.2. Medidas sustitutivas
Constituyen instrumentos otorgados al juez, como alternativa cuando el peligro de riesgo
de fuga y obstaculización pueda evitarse por medio de situaciones menos gravosas a la
detención preventiva. Su aplicación sin duda es consecuencia de una de las derivaciones del
principio de proporcionalidad referente a la necesidad de la medida, pues tomando como
base la exigencia de aplicar la detención preventiva como última ratio, la autoridad debe
considerar las alternativas que tiene para aplicar medidas menos gravosas y así asegurar los
fines procesales. Estas están contempladas en el art. 240 del CPP encontrándose entre ellas
la detención domiciliaria, arraigo,  prohibición de comunicarse con determinadas personas
sin que afecte el ejercicio de su derecho a la defensa, frecuentar determinados lugares,
presentarse periódicamente ante determinada autoridad señalada por el juez, fianzas
personal, económica o juratoria. La aplicación de la medida sustitutiva de detención
domiciliaria es una restricción a la libertad de locomoción del imputado que puede
cumplirse en el domicilio del imputado o en el de otra persona, puede realizarse con o sin
vigilancia y se puede autorizar la ausencia del imputado del domicilio para cumplir con la
jornada laboral. Como se puede apreciar de esta medida se aprecian dos componentes; la
facultad de la autoridad jurisdiccional para que no salga de su domicilio y para asegurar su
cumplimiento asignar un guardia o caso contrario establecer que se constituya en días y
horas imprevistos para verificar su cumplimiento; y por otro lado la posibilidad de que se
ausente para cumplir con la jornada laboral, previo cumplimiento de un informe y
certificación de los horarios de trabajo. Sobre ello el mismo entendimiento jurisprudencial
citado nos orienta indicando que: “El legislador incorporó las medidas sustitutivas que si
bien pueden tener mayor eficacia procesal, tienen  la ventaja de afectar en menor
intensidad el derecho a la libertad personal del imputado”. Así también señala que se
imponen únicamente cuando concurre el riesgo de fuga y de obstaculización y no así
cuando se presenta el primer requisito contemplado en el art. 233 del CPP (salvo los
supuestos establecidos en la parte in fine del art. 239 del CPP”. A contrario sensu señala
que: “no es posible la aplicación de las medidas sustitutivas si no existen los elementos de
convicción suficientes para sostener que el imputado no se someterá al proceso u
obstaculizará la averiguación de la verdad, dado que la imposición de las medidas
sustitutivas sin la existencia de riesgo de fuga o de obstaculización, no hallaría sustento
alguno en los fines que el legislador ha otorgado a las medidas sustitutivas, esto es,
utilidad procesal; o lo que es lo mismo, la realización del proceso y la aplicación de la
sentencia” (SC 1036/2002-R de 29 de agosto).
 
La cual encuentra perfecta armonía con la Sentencia
Constitucional 1624/2003-R de fecha 13 de noviembre de
2003 que nos indica:
En este recurso el actor arguye que sus representados se encuentran indebidamente detenidos
porque el Juez recurrido no valoró la prueba ofrecida y no fundamentó en forma adecuada las
resoluciones de 3, 20 y 25 agosto de 2003 así como la de 17 de septiembre del mismo año que
impone la detención preventiva y niegan la cesación de la misma respectivamente. No obstante
haber demostrado que tienen domicilio conocido, trabajo y familia permanecen privados de su
libertad. Corresponde analizar, en revisión, si de acuerdo a los datos del cuaderno procesal y las
normas legales aplicables, se debe otorgar la tutela que brinda el art. 18 de la Constitución Política
del Estado (CPE).
III.1. El recurso de hábeas corpus, tiene por finalidad esencial garantizar la libertad personal y de
locomoción, y procede cuando una persona creyere encontrarse indebida e ilegalmente perseguida,
procesada o presa.
El art. 233 CPP dispone que el Juez está facultado para ordenar la detención preventiva del
imputado, a pedido fundamentado del Fiscal o del querellante, cuando concurran los siguientes
requisitos:
1.- La existencia de elementos de convicción suficientes para sostener que el imputado es con
probabilidad, autor o partícipe de un hecho punible; y
2 .- La existencia de elementos de convicción suficientes de que el imputado no se someterá al
proceso u obstaculizará la averiguación de la verdad.
El art. 234 CPP hasta el 3 de agosto de 2003, determinaba cuatro supuestos casos para decidir
acerca del peligro de fuga, La Ley del Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana (LSNSC) de 4 de
agosto del referido año, modificó el art. 234 introduciendo siete supuestos casos para tener en
cuenta el peligro de fuga, siendo uno de ellos que el imputado no tenga domicilio o residencia
habitual, ni familia, negocios o trabajo asentados en el país.
El art. 235.2) CPP a la fecha referida anteriormente, señalaba igualmente que para decidir el peligro
de obstaculización en la averiguación de la verdad se debía tener en cuenta dos supuestos:
1.- Que el imputado destruirá, modificará, ocultará, suprimirá o falsificará elementos de prueba; y;
2.- Influirá negativamente sobre partícipes, testigos o peritos para beneficiarse.
III.2. En el caso presente el Juez recurrido mediante Resolución de 3 de agosto de 2003, a pedido
fundamentado del Fiscal, dispuso la detención preventiva de los representados del recurrente,
tomando en cuenta las normas precedentemente citadas, valorando los supuestos previstos en el art.
233 1) y 2) CPP, en relación con los arts. 124 y 236 del mismo cuerpo legal, fundamentó su
decisión, por consiguiente no se evidencia vulneración alguna.
III.3 En cuanto a las resoluciones impugnadas de 20 y 25 agosto de 2003 así como la de 17 de
septiembre del mismo año, con las que el Juez recurrido rechazó la cesación de la detención
preventiva de los imputados representados por el recurrente, ya no es necesario que el Juez vuelva
a realizar en ellas una nueva justificación de los incisos 1) y 2) del art. 233 CPP, ni de los
presupuestos previstos en los arts. 234 y 235 del mismo Código que fueron analizados a tiempo de
disponer la detención preventiva de los imputados mediante la Resolución de 3 de agosto de 2003.
Corresponde en las referidas Resoluciones objetadas, únicamente determinar y fundamentar si
existen nuevos elementos de juicio que demuestren que no concurren los motivos que fundaron la
detención o tornen conveniente que sea sustituida por otra medida en aplicación del art. 239.1)
CPP, en consecuencia el Juez recurrido al haber realizado una valoración a partir del referido
artículo, ha obrado conforme a Ley.
La jurisprudencia constitucional en la SC 1296/2003 de 8 de septiembre al resolver un caso
parecido señala que:
“Cabe aclarar que el juez, en esta resolución, ya no tenía que justificar la concurrencia de los
incisos 1) y 2) del art 233 CPP, que fueron debidamente fundamentados a tiempo de disponer la
detención preventiva; sino que únicamente le correspondía determinar y fundamentar la
concurrencia o no de los presupuestos establecidos en el art. 239 del mismo cuerpo legal, para
proceder en consecuencia; evidenciándose que el juzgador actuó precisamente de esa manera,
conforme a derecho y en observancia de las normas citadas, sin que con ello haya vulnerado los
derechos al debido proceso y a la libertad del representado del recurrente, lo que hace inviable el
otorgamiento de la tutela solicitada”.
Por consiguiente el Juez de hábeas corpus, al declarar la procedencia del recurso, no ha evaluado en
forma correcta los datos del proceso y las normas aplicables al mismo.

Asimismo, la Sentencia Constitucional No. 0439/2003


de 07 de abril de 2003 que nos señala:
El recurrente interpone el presente recurso aduciendo que el Juez de Instrucción Cautelar recurrido,
sin aplicar a cabalidad el art. 240 CPP, le impuso detención domiciliaria sin que hayan suficientes
elementos de convicción sobre la existencia de peligro de fuga u obstaculización a la averiguación
de la verdad, o que lo señalen como autor del hecho imputado, violando de esta manera su derecho
de locomoción. Por tanto, corresponde analizar si los hechos demandados ameritan la protección
que brinda el art. 18 de la Constitución Política del Estado (CPE).
III.1. Las medidas cautelares contenidas en el Libro Quinto del Código de procedimiento penal, son
de utilidad procesal y se legitimizan desde esta perspectiva cuando su adopción se vuelve necesaria
para “[..]asegurar la averiguación de la verdad, el desarrollo del proceso y la aplicación de la ley”
(art. 221 CPP); por tanto tienen carácter excepcional; se aplican con carácter restrictivo y se
ejecutan del modo que perjudiquen lo menos posible a la persona y reputación de los afectados
(arts. 222 y 7 CPP).
En la consecución de la finalidad aludida, el Código de procedimiento penal desarrolla de manera
expresa en qué casos procede la detención preventiva, y en qué supuestos la misma es
improcedente (art. 232 CPP). A su vez, el artículo 240 CPP prevé los casos en que se aplican las
medidas sustitutivas a la detención preventiva, estableciendo de manera precisa que éstas se
aplicarán cuando “[...] sea improcedente la detención preventiva y exista peligro de fuga u
obstaculización del procedimiento [...]”
Conforme a ello, el Tribunal Constitucional, mediante la SC 294/2003-R ha especificado los casos
en que se deben aplicar las medidas sustitutivas a la detención preventiva y son:
1) En los supuestos de improcedencia de la detención preventiva establecidos por el art. 232 y
el 239-1), 2) y 3) CPP.
2) En los casos enumerados por los incisos 1, 2 y 3 del art. 239 CPP; estos es: 1) cuando nuevos
elementos de juicio demuestren que no concurren los motivos que dieron fundamento a la medida
(detención preventiva) y consiguientemente determinen la conveniencia que la misma sea sustituida
por otra medida, 2) cuando la duración del proceso exceda el mínimo legal de la pena establecida
para el delito que se juzga, y 3) cuando la duración del proceso exceda de dieciocho meses sin que
se haya dictado sentencia o de veinticuatro meses sin que ésta hubiera adquirido la calidad de cosa
juzgada.
3) Cuando no concurra alguno de los requisitos establecidos en el art. 233 CPP, es decir, cuando no
existan los elementos de convicción suficientes para sostener que el imputado es con probabilidad
autor o partícipe de un hecho punible y/o cuando no existan los elementos de convicción suficientes
que induzcan al juzgador a entender que el imputado no se someterá al proceso u obstaculizará la
averiguación de la verdad.
“La conclusión que precede guarda coherencia con lo establecido por el art. 240 CPP, cuando
establece “Cuando sea improcedente la detención preventiva y exista peligro de fuga u
obstaculización del procedimiento, el juez o tribunal, mediante resolución fundamentada, podrá
disponer la aplicación de una o más de las siguientes medidas sustitutivas”.
III.2. Complementando el sentido y alcance del entendimiento jurisprudencial anotado, debe
precisarse que las medidas sustitutivas a la detención preventiva se aplican, además de los
supuestos establecidos en el art. 232, en los casos en que la detención preventiva sea improcedente
(por no presentarse conjuntamente los requisitos señalados en el art. 233 CPP), pero existen
elementos de convicción suficientes en sentido de que el imputado no se someterá a proceso
(peligro de fuga) u obstaculizará la averiguación de la verdad (peligro de obstaculización); es
decir, cuando se presenta el segundo de los supuestos contenidos en el art. 233, y no así el primero;
dado que, si ambos concurren, la detención preventiva se vuelve procedente y no es posible
sustituirla, salvo los supuestos del art. 239 CPP.
En el caso analizado, el juez recurrido ha dispuesto la detención domiciliaria como medida
sustitutiva a la detención preventiva, bajo el fundamento de que existen elementos de convicción
suficientes para sostener que el imputado es partícipe del hecho punible (art. 233. inc. 1); sin
embargo, la misma autoridad recurrida sostiene que no se ha demostrado el peligro de fuga u
obstaculización de la verdad, únicos supuestos que posibilitan la aplicación de medidas sustitutivas
a la detención preventiva, entre ellas, la detención domiciliaria. De ahí que el aplicar medidas
sustitutivas en base al primer supuesto, significaría, de un lado, afincar la medida en el factor
culpabilidad (en el sentido del art. 16.I CPE), quebrantando el principio de presunción de
inocencia, reconocido por los arts. 16.I CPE y 6 CPP; de otro lado, implicaría la puesta en práctica
de una interpretación restrictiva de derechos (in malam parte), lo cual es incompatible con el
principio de benignidad o favorabilidad que inspira el orden constitucional, al incidir la cuestión
sobre esferas de libertad individual.
Por lo expresado, el juez recurrido no ha actuado conforme a derecho al imponer la medida
sustitutiva de detención domiciliaria, sin que se den los supuestos que hacen viable la aplicación de
tal medida cautelar; consecuentemente, ha vulnerado el derecho de locomoción del recurrente,
haciéndose viable la tutela que brinda el artículo 18 constitucional; por lo que el Tribunal de hábeas
corpus al haber declarado procedente el recurso, ha valorado correctamente los hechos y las normas
aplicables al caso.

Finalmente, la Sentencia Constitucional No.


1831/2003 de 11 de diciembre de 2003 refiere:
En este recurso la actora arguye que se encuentra indebidamente detenida porque los Vocales
recurridos revocaron ilegalmente la Resolución 095/2003 de 13 de octubre, que disponía la
cesación de su detención preventiva y la aplicación de medidas sustitutivas. Corresponde analizar,
en revisión, si de acuerdo a los datos del cuaderno procesal y las normas legales aplicables, se debe
otorgar la tutela que brinda el art. 18 de la Constitución Política del Estado (CPE).
III.1. El Juez está facultado para ordenar la detención preventiva del imputado, a pedido
fundamentado del Fiscal o del querellante, cuando concurran los requisitos previstos en el art 233
CPP. Así como para decidir sobre el peligro de fuga y de obstaculización, tomando en cuenta lo
previsto en el art. 234 CPP, modificado por el art. 15 de la Ley del Sistema Nacional de Seguridad
Ciudadana de 4 de agosto de 2003, (LSNSC) y el art. 235-2) CPP igualmente modificado por la
citada Ley.
Por su parte, el art. 239.1) CPP dispone que la detención preventiva cesará cuando nuevos
elementos de juicio demuestren que no concurren los motivos que la fundaron o tornen conveniente
que sea sustituida por otra medida.
III.2. En el caso presente los Vocales recurridos al dictar el Auto de Vista de 22 de octubre de
2002, refiriendo que la prueba presentada por la sindicada no proporcionó nuevos elementos de
juicio para desvirtuar los hechos que fundaron su detención y que el juzgador no valoró
adecuadamente la misma, obraron con la facultad que la Ley de Organización Judicial( LOJ) en su
art 106.1) les confiere, toda vez que el Juez está en la obligación de fundamentar adecuadamente
los hechos que motivan la aplicación de medidas sustitutivas, valorando claramente las pruebas
aportadas por el sindicado, de modo que la posibilidad de fuga y obstaculización queden
desvirtuadas con seguridad.
Los Vocales recurridos en apelación advierten la existencia de dos domicilios de la recurrente, y
cuestionan el certificado de trabajo presentado por la misma, valoración que no puede ser realizada
por el Tribunal de hábeas corpus, sino que la recurrente debe desvirtuar los hechos observados ante
la autoridad jurisdiccional correspondiente, para hacer viable la cesación de su detención
preventiva en aplicación de medidas sustitutivas.
La jurisprudencia constitucional en la Sentencia Constitucional (SC) 1296/2003-R de 8 de
septiembre, al referirse a la Resolución que dispone o rechaza la cesación de la detención
preventiva, señala que:
“Cabe aclarar que el juez, en esta resolución, ya no tenía que justificar la concurrencia de los
incisos 1) y 2) del art 233CPP, que fueron debidamente fundamentados a tiempo de disponer la
detención preventiva; sino que únicamente le correspondía determinar y fundamentar la
concurrencia o no de los presupuestos establecidos en el art. 239 del mismo cuerpo legal, para
proceder en consecuencia; evidenciándose que el juzgador actuó precisamente de esa manera,
conforme a derecho y en observancia de las normas citadas, sin que con ello haya vulnerado los
derechos al debido proceso y a la libertad del representado del recurrente, lo que hace inviable el
otorgamiento de la tutela solicitada”.
En ese sentido cuando el imputado pide la cesación de su detención preventiva, ya no es necesario
que el Juzgador vuelva a realizar una nueva justificación de los incisos 1) y 2) del art. 233CPP, ni
de los presupuestos previstos en los arts. 234 y 235 del mismo Código que deben ser analizados a
tiempo de disponer la detención preventiva de los imputados, sino únicamente corresponde
determinar y fundamentar si existen nuevos elementos de juicio que demuestren que no concurren
los motivos que fundaron la detención o la conveniencia de sustituir la misma por otra medida
sustitutiva a la detención, con el debido fundamento y valoración de la prueba aportada.

PETITUM
Por todo lo referido precedentemente, desvirtuados
que fueron los riesgos que concurrieron para nuestra
detención domiciliaria al amparo del art. 24 de la
Constitución Política del Estado, art. 250 del Cuerpo
Adjetivo Penal, tenemos a bien en SOLICITAR A SU DIGNA
AUTORIDAD EL SEÑALAMIENTO DE AUDIENCIA PARA LA
CONSIDERACIÓN DE LA MODIFICACIÓN A LA DETENCIÓN
DOMICILIARIA IMPUESTAS A NUESTRAS PERSONAS, protestando
de nuestra parte cumplir con los requisitos que sean
necesarios para este actuado procesal, sea con las
debidas formalidades de ley.
OTROSÍ 1ro.- Asimismo, al amparo del art. 24 de la
Constitución Política del Estado, tenemos a bien en
solicitar fotocopias simples de todo el cuaderno de
control jurisdiccional, incluyendo el presente memorial
y su decreto correspondiente, sea con iguales
formalidades de ley.
OTROSÍ 2do.- Ulteriores diligencias, señalamos
domicilio procesal en el Edif. Multicentro El Ceibo,
Piso 1, Oficina 11 (lado oficinas del SERECÍ), Av. Juan
Pablo II, No. 2560 de la ciudad de El Alto.
De Dios es la Justicia!!!
El Alto, ______________

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