Protocolo Isoinmunizacion. EHRN
Protocolo Isoinmunizacion. EHRN
Protocolo Isoinmunizacion. EHRN
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PROTOCOLO DE DIAGNÓSTICO Y PREVENCIÓN DE LA ENFERMEDAD
HEMOLÍTICA DEL FETO Y DEL RECIÉN NACIDO. (Marzo 2008)
Definición
Incidencia
Hace 50 años fallecían en Inglaterra y Gales unos 1000 neonatos/año afectos de esta
enfermedad, lo que suponía una incidencia de 150 muertes por cada 1000.000 de nacimientos.
A principios de los años 40, en Manitoba (Canadá), un 10% de las muertes perinatales se
producían por EHFRN y la incidencia de éxitus entre los neonatos afectados por la enfermedad
era de un 40%. Las mejoras introducidas en los cuidados obstétricos y neonatales permitieron
reducir en 10 veces la incidencia de éxitus, fundamentalmente con la introducción de la
exsanguinotransfusión, el parto prematuro y, finalmente, con la transfusión intrauterina.
En los países occidentales, entre 1968 y 1994, la prevalencia descendió desde el 4-5/1000 a
0,5–1/1000 RN vivos. Por ej. en París hubo 85.000 nacidos vivos en 1994, y 75 casos de
EHFRN, lo que da una incidencia de 0,9/1000 nacidos vivos. La incorporación de la
administración de gammaglobulina anti-D (IgG anti-D) para la prevención de la aloinmunización
en las gestantes Rh(D) negativo fue el factor determinante de este descenso en la prevalencia
de la enfermedad. En el Reino Unido la incidencia de aloinmunización materna se sitúa en un
1-1,5% debido, principalmente, a fallos en la administración de IgG anti-D, a hemorragia
transplacental antepartum o a hemorragia importante durante el parto.
Incompatibilidad Rh (D)
Se presenta cuando la madre es Rh (D) negativo y el padre Rh (D) positivo, lo cual sucede en
nuestro medio en, aproximadamente, el 12% de las parejas. El problema se produce cuando el
feto hereda el carácter Rh (D) positivo, lo cual ocurrirá en el 100% de las parejas si el padre es
homozigoto para el antígeno Rh(D) (D/D), y sólo en el 50% si el padre es heterozigoto (D/-).
Aproximadamente el 40% de los individuos Rh(D) positivo son heterozigotos.
Sensibilización Rh (D)
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Las causas de la sensibilización materna pueden ser entre otras: la hemorragia
transplacentaria fetomaterna, la transfusión de componentes sanguíneos y los trasplantes de
órganos y tejidos. En el caso de la mujer gestante, este proceso puede haber ocurrido antes
del embarazo, o durante el embarazo, y puede ser capaz de desencadenar la EHFRN o
Eritroblastosis Fetal.
Patogenia de la EHFRN
Salvo que la madre haya estado sensibilizada previamente por transfusiones, es muy raro que
la EHFRN se produzca en el curso del primer embarazo (0,4 a 2% de todos los casos).
Habitualmente, en el curso de la primera gestación tiene lugar la sensibilización materna
primaria, caracterizada por la producción de una escasa cantidad de anticuerpos de tipo IgM,
inmunoglobulinas que no atraviesan la placenta. En sucesivos embarazos, y tras una nueva
exposición al antígeno, se producirán anticuerpos de clase IgG como resultado de una
sensibilización anamnéstica o secundaria, y estos anticuerpos, por su naturaleza IgG,
atravesarán la barrera placentaria y acabarán ocasionando hemólisis. La respuesta inmune
dependerá básicamente de: la inmunogenicidad del antígeno, del volumen y número de
eventos inmunizantes, de la capacidad de respuesta del receptor y de que se haya o no
efectuado la profilaxis con IgG anti-D. La incompatibilidad ABO entre madre y feto, protege
parcialmente de la inmunización.
La experiencia nos ha demostrado la buena tolerancia que los fetos manifiestan ante
situaciones de anemia, incluso muy grave, por lo que el objetivo básico del tratamiento fetal
consistirá en emplear la transfusión intrauterina de hematíes exclusivamente en los casos en
que es previsible la evolución a hidrops antes de las 32-34 semanas de gestación, y en la
adecuada planificación de la finalización de la gestación cuando se rebase dicho período.
En toda gestante, sea Rh(D) positivo o negativo, se deben realizar las siguientes pruebas
analíticas coincidiendo con la primera visita al obstetra, y siempre dentro del primer trimestre:
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Debe repetirse el EAI en el último trimestre (24-34 semanas), pues cabe la posibilidad de que
se haya producido una aloinmunización en el curso de la gestación, especialmente si han
intervenido circunstancias favorecedoras de una hemorragia feto-materna: maniobras
obstétricas, traumatismo abdominal o transfusión de componentes sanguíneos.
Se recomienda realizar, como mínimo, un nuevo control de EAI antes de las 28 semanas de
gestación, para valorar la indicación de administrar IgG anti-D (Anexo 2). Si el nuevo EAI
resulta de nuevo negativo se deberá de administrar la dosis preceptiva de IgG anti-D; por el
contrario, si el nuevo EAI demuestra la presencia de un anticuerpo anti-Rh(D) no estará
indicada la administración de IgG anti-D.
Toda gestante Rh (D) negativo o positivo, sensibilizada por un anticuerpo, requiere una
valoración y un seguimiento especial, tanto desde el punto de vista inmunohematológico como
obstétrico. En el caso de antecedentes obstétricos y/o en presencia de anticuerpos capaces de
provocar una EHFRN, es necesario enviar a la gestante a un centro especializado, donde el
tratamiento de la madre y el niño pueda realizarse adecuadamente. En este punto puede ser
necesaria la realización, simultánea o progresiva, de diferentes estudios complementarios que
ayudarán a predecir la magnitud potencial del problema generado por la incompatibilidad
materno-fetal:
Algunos de estos estudios pueden realizarse en el centro de origen, pero otros de carácter más
complejo sólo están al alcance de laboratorios de inmunohematología de referencia.
Los Acs de clase IgM no requieren un seguimiento especial y, por tanto, no están indicados
los estudios complementarios. La gestante puede continuar con el protocolo que le
corresponda de acuerdo con su grupo Rh(D) (apartados 1.1 y 1.2.).
Los Acs de clase IgG y, muy especialmente los de especificidad anti-Rh(D), van a exigir
estudios complementarios para poder precisar, en la medida de lo posible, qué gestantes y/o
qué fetos van a ser subsidiarios de estudios o exploraciones más complejas incluyendo las de
carácter invasivo.
La Titulación del anticuerpo continúa siendo la técnica más sencilla y al alcance de cualquier
laboratorio para valorar la evolución del Ac materno. Para que el título tenga valor debe ser
realizado bajo las mismas condiciones técnicas, por el mismo personal siempre que sea
factible y examinando en paralelo la muestra actual con la precedente. Se entiende por Título
crítico aquél que una vez alcanzado puede asociarse a afectación fetal y que, por ello, puede
justificar exploraciones de carácter invasivo (cordocentesis) que nos permitan valorar más
objetivamente el grado de anemización fetal. El título crítico ha ido cambiando con el tiempo y,
en la actualidad, se considera que muy raramente habrá afectación fetal mientras el título se
mantiene por debajo de 128.
Hay que tener una especial consideración por los aumentos súbitos de título entre 2
determinaciones sucesivas, de manera que un incremento de título en dos diluciones puede ser
una alarma indicativa de progresión de la inmunización materna y de previsible afectación fetal.
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La técnica de ELAT (Enzyme-Like Antiglobulin Technique), es una técnica alternativa a la
titulación que permite cuantificar la cantidad de Ac materno. El título de 128 es equivalente a
15U/ml, y por debajo de este valor tampoco suele haber afectación fetal.
2.1. Mientras el título se mantiene por debajo de 128 (15 U/ml), se debe de investigar el
fenotipo del padre y/o de determinar el grupo Rh(D) fetal si ya se han superado las 12 semanas
de gestación. El objetivo es confirmar la existencia de una incompatibilidad materno-fetal antes
de que el título alcance un nivel crítico. Habrá que poner en marcha un programa de
seguimiento específico de las gestantes sensibilizadas que incluya las determinaciones
seriadas del título de anticuerpo y las exploraciones obstétricas complementarias (Anexo 6).
Si el título se ha mantenido estable y por debajo de 128, la gestante podrá ser asistida en un
parto espontáneo.
No obstante, la intervención activa del obstetra raramente será necesaria antes de las 20
semanas de gestación, salvo en los casos excepcionales de gestantes altamente
sensibilizadas y con antecedentes de haber inducido EHFRN grave.
2.2. Si el título es igual o superior a 128 (15 U/ml) o se produce un aumento rápido del
mismo respecto a la titulación precedente (>2 diluciones), se recomienda repetir las
determinaciones seriadas cada 2 semanas, y la consulta de valoración obstétrica cada 1-2
semanas a partir de las 20 semanas de gestación.
Se finalizará la gestación alrededor de las 34-36 semanas dado que en esta fase final es
cuando existe mayor riesgo de agravamiento de inmunización materna y de afectación fetal.
Si antes de las 32 semanas, el título crítico se acompaña de ascitis o de otros signos indirectos
ecográficos de anemia, y el Doppler muestra un PSV-ACM > 1,5 MoM, se realizará una
cordocentesis para valorar objetivamente el grado de anemización fetal y de una eventual
transfusión. Después de las 32 semanas se planificará la extracción fetal en un entorno
adecuado de acuerdo con el equipo perinatal.
2.3. En los casos de antecedentes mayores (hidrops, muerte intraútero o muerte perinatal) en
los que la hemólisis pueda iniciarse antes de las 18 semanas de gestación, se realizará un
tratamiento materno con gammaglobulinas intravenosas a partir de la 14 semanas combinado
con plasmaféresis (Anexo 7).
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Anexo 1. Observaciones en torno a las determinaciones analíticas de tipaje
ABO/Rh(D) y de escrutinio e identificación de anticuerpos irregulares.
Las solicitudes y las muestras de las gestantes deben estar correctamente identificadas
incluyendo los requisitos siguientes: Apellidos y nombre, fecha de nacimiento y número unívoco
de identificación.
Tipaje Rh(D)
Se recomienda emplear un reactivo monoclonal (IgM) que no reconozca a las variantes DVI.
Las muestras se examinarán por duplicado, a menos que se emplee un equipo automatizado
con transferencia electrónica de los resultados.
El test directo de la antiglobulina no debe utilizarse en las muestras de gestantes que son o
aparentan ser Rh(D) negativo.
El escrutinio de Acs irregulares con hematíes tratados enzimaticamente no aporta ningún valor
adicional.
La titulación anti-A y/o anti-B no es necesaria porque no permite predecir la EHFRN por
incompatibilidad ABO materno-fetal.
En los hematíes empleados para el escrutinio de Acs irregulares (EAI) deben estar
representados los siguientes antígenos: C,c,D,E,e,K,k,Fya, Fyb, Jka, Jkb, S,s,M,N,Lea.
Es recomendable que una célula de escrutinio sea R1R1 y otra R2R2 y que los antígenos Fya,
Fyb, Jka, Jkb, S y s estén presentes en forma homozigota en una de las células.
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No es imprescindible que los antígenos Cw, Kpa y Lua estén presentes en las células de
escrutinio.
Titulación
Cuando la gestante ha recibido IgG antiD, el anti-D pasivo va a ser detectado en el EAI. En
estos casos no va a ser posible diferenciar el anti-D pasivo de un anti-D inmune. La vida media
del anti-D pasivo es de aproximadamente 3 semanas, pero su presencia puede ser detectada,
dependiendo de la sensibilidad de la técnica, hasta 3 o más meses después.
Una proporción de las muestras con una aparente especificidad anti-D+C, en las que el título
de anti-C es claramente superior al de anti-D, pueden corresponder a una especificidad anti-G.
Las consecuencias clínicas derivadas de una u otra especificidad son obvias, ya que la
gestante portadora de un anti-G sin anti-D debe seguir el programa profiláctico antenatal con
IgG antiD, lo que no sería necesario si la presencia de anti-D fuera real.
Estos casos deben ser remitidos a un laboratorio de referencia para discriminar la verdadera
especificidad presente en la gestante.
Las gestantes en las que se detecta un anti-D débil en autoanalizador pueden no estar
inmunizadas. En un estudio, 206 de 236 gestantes con un anti-D débil detectado en
autoanalizador no presentaron progresión de la inmunización, a pesar de ser portadoras de un
hijo Rh(D) positivo. Por esta razón, se aconseja que en estos casos se administre la dosis de
IgG anti-D postparto.
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Está indicada la administración de IgG anti-D en gestantes Rh (D) negativo, no sensibilizadas,
cuya pareja es Rh(D) positivo, o bien cuando se desconoce el grupo Rh(D) de la pareja, en las
siguientes situaciones:
1. 300 μgrs dentro de las 72 horas siguientes al parto de un feto Rh (D) positivo.
3. Una dosis de 300 μcgrs durante la primera mitad del embarazo en todas las mujeres que
sufren un aborto espontáneo o inducido, embarazo ectópico o hemorragia vaginal de
probable origen uterino.
4. Dosis de 300 μcgrs en todas las exploraciones que comporten riesgo de hemorragia
transplacentaria (HTP): biopsia de corion, amniocentesis, funiculocentesis, versión cefálica
externa, traumatismo abdominal, etc.
Durante el primer trimestre una dosis de 50 μcgrs sería suficiente.
5. Se recomienda realizar un test de Kleihauer o una técnica equivalente siempre que exista
sospecha de una HTP durante la gestación o el postparto (por ejemplo placenta previa o
abruptio placenta) para ajustar la dosis de IgG anti-D, que deberá aumentarse si se
detectan más de 30 ml de sangre fetal.
El interés de conocer el genotipo Rh(D) paterno en la pareja de una gestante Rh(D) negativo
reside en que si el padre es homocigoto (DD), todos sus hijos serán Rh(D) positivo y heredarán
el riesgo de padecer una EHFRN. Si el padre es heterocigoto (D) habrá un 50% de
posibilidades de que cada hijo sea Rh(D) positivo o negativo. Aproximadamente el 40% de los
individuos Rh(D) positivo son heterocigotos.
Habitualmente se emplea la determinación del genotipo más probable (g.m.p) de acuerdo con
la prevalencia conocida de los diferentes haplotipos RH en la población. Este método está
sujeto a errores, especialmente cuando se estudian padres de hijos que han sufrido EHFRN
grave, porque la proporción de homocigotos a heterocigotos es superior a la esperada (4/1); sin
embargo esta técnica está al alcance de cualquier laboratorio y sigue siendo ampliamente
utilizada. Como alternativa al procedimiento clásico y a fin de realizar un consejo genético
riguroso existen otras opciones que permiten una aproximación más exacta al grado de
zigosidad del antígeno Rh(D) paterno:
- Un ejemplo es la técnica diseñada por Pertl B y col basada en la utilización de una PCR
cuantitativa fluorescente. La técnica se basa en la amplificación de un fragmento de DNA
del exón 7 de los genes RHD y RHCE y en el análisis del número de copias de cada gen
mediante secuenciación automática. Los individuos D/D muestran una ratio 1:1 y los D/-
1:2.
- Wagner FF y Flegel WA y, más tarde, Chiu RW et al diseñaron una PCR que amplifica el
“Rhesus Box” híbrido que resulta del entrecruzamiento desigual que tiene lugar entre las 2
“Rhesus Boxes” situadas en las regiones adyacentes al gen RHD, y que tiene lugar en el
curso de la delección del gen RHD en los indivíduos Rh(D) negativo. Con esta PCR se
pueden detectar de forma clara a los indivíduos heterozigotos, ya que sólo en éstos estará
presente el híbrido analizado.
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Anexo 4. Análisis del genotipo Rh(D) fetal
Se puede determinar el factor Rh(D) del feto mediante técnicas de amplificación genómica a
partir de líquido amniótico y vellosidades coriónicas, durante el primer trimestre, o del plasma
de la madre a partir del segundo trimestre (>12 semanas). Esta segunda opción permite un
diagnóstico no invasivo, por lo que en caso de feto incompatible, no contribuimos a agravar el
cuadro de sensibilización.
1. El análisis del genotipo Rh(D) fetal en líquido amniótico o vellosidad corial durante el
primer trimestre, estaría especialmente indicado cuando haya antecedentes graves que nos
hagan sospechar hemólisis grave antes de las 18 semanas de gestación y, así, evitar el
tratamiento con gammaglobulinas, asociado o no a plasmaféresis, en los casos en que no haya
incompatibilidad.
El mayor inconveniente del análisis del genotipo Rh(D) fetal en líquido amniótico o corion radica
en el carácter invasivo de la amniocentesis que conlleva un riesgo de aborto de un 0,5%-1%, al
que se suma el riesgo de reinmunización materna, aproximadamente de un 17%, por lo que
esta determinación analítica sólo está indicada en:
- en todas las gestantes Rh(D) negativo en las que por indicación obstétrica o genética se
realice una amniocentesis, a fin de evitar estudios inmunohematológicos o exploraciones
adicionales innecesarias, así como la injustificada administración de IgG anti-D, si se
demuestra que el feto no ha heredado el carácter Rh(D) positivo.
El DNA fetal en plasma materno se encuentra en una concentración hasta 8 veces superior a la
obtenida con la extracción convencional, y la PCR a tiempo real permite cuantificar el producto
amplificado con un nivel de sensibilidad tal que es posible la detección del gen RHD a partir de
una sola célula fetal. Se recomienda efectuar el estudio a partir del 2º trimestre de la gestación,
con la antelación suficiente para poder valorar objetivamente si procede, o no, la administración
profiláctica de la dosis de IgG anti-D correspondiente a la semana 28. En la gestante
sensibilizada, el análisis nos permitirá confirmar o desmentir la incompatibilidad materno-fetal.
Algunos de los factores que inciden en la gravedad de la EHRN, más allá de la concentración o
del título del anticuerpo materno, pueden ser evaluados utilizando ensayos celulares que miden
la capacidad de estos anticuerpos para promover las interacciones entre los hematíes y los
monocitos o los linfocitos K.
La adherencia y fagocitosis de los hematíes por los monocitos son medidas con la
técnica conocida como MMA (monocyte monolayer assay) o Actividad fagocítica
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mononuclear. La fiabilidad de los resultados parece depender en gran manera de la
subclase de inmunoglobulina implicada, y se han descrito falsos positivos asociados a
la presencia de anticuerpos que contienen mayoritariamente IgG3.
La lisis de los hematíes inducida por monocitos o linfocitos K es evaluada con las
técnicas de M-ADCC o K-ADCC (antibody-dependent cell-mediated cytotoxicity assays
with monocytes or K lymphocytes) o Citotoxicidad celular dependiente de anticuerpo.
Con la técnica de M-ADCC se valora la interacción de los hematíes sensibilizados con
anti-D IgG y el receptor FcγI; y con la técnica de K-ADCC se valora la interacción con el
receptor FcγIII. Asimismo, con la primera técnica se detectan preferentemente
anticuerpos IgG3, y con la técnica de K-ADCC es posible detectar diferencias
funcionales entre diferentes anticuerpos monoclonales humanos anti-D IgG1 que son
indistinguibles en los ensayos que utilizan monocitos. En Holanda se emplea de
manera habitual la ténica de M-ADCC para predecir el grado de afectación fetal.
Estas técnicas pueden estar indicadas especialmente en los casos en los que habiendo
alcanzado el título crítico de 128 no existen signos indirectos de afectación fetal. Un
resultado que muestre ausencia de capacidad lítica en el anticuerpo materno puede servir
de apoyo al obstetra para mantener una actitud conservadora y evitar exploraciones
invasivas innecesarias en ese momento.
Tabla con el valor esperado del PSV-ACM (cm/seg) según la edad gestacional.
(Tomada de Mari G: N Engl J Med, Vol 342 (1). January 6, 2000. 9-14)
SG Mediana 1,5MoM
18 23,2 34,8
19 25,5 38,2
10
22 27,9 41,9
24 30,7 46
26 33,6 50,4
28 36,9 55,4
30 40,5 60,7
32 44,4 66,6
34 48,7 73,1
36 53,5 80,2
38 58,7 88
40 64,4 96,6
El objetivo, en los casos de mayor gravedad, es evitar la muerte fetal o la evolución a hidrops
antes de alcanzar la madurez, y poder planificar la extracción a partir de las 32 semanas.
1. Tratamiento materno.
Este tratamiento está indicado iniciarlo a las 14 semanas de gestación, como recurso en
aquellos casos excepcionales con antecedentes de hidrops de presentación muy precoz, a
la espera de poder realizar una cordocentesis y transfusión intraútero a partir de las 18-20
semanas de gestación.
2. Transfusión intrauterina.
Es el tratamiento de elección cuando se constata una anemia fetal grave antes de las 32
semanas de gestación.
Con una aguja 20G se punciona el cordón umbilical (habitualmente la vena) y se extrae una
muestra de sangre fetal que se analizará para grupo ABO y Rh(D), test de Coombs directo
y nivel de hemoglobina.
En función de las semanas de gestación, del nivel de hemoglobina fetal y del nivel de
hemoglobina de la unidad de sangre (20 gr/dl), podremos calcular el volumen de sangre a
transfundir.
Los hematíes a transfundir en la primera ocasión serán de grupo O Rh(D) negativo
resuspendidos en plasma AB Rh(D) negativo.
Cuando conozcamos el grupo del feto, se empleará sangre isogrupo ABO con el mismo,
siempre que sea compatible con la madre, de menos de 72 horas, leucodeplecionada, e
irradiada dentro de las 24 horas anteriores a la transfusión.
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El objetivo es remontar la hemoglobina hasta percentiles normales para la edad
gestacional, salvo en fetos hidrópicos, en los que ante el riesgo de desequilibrio
hemodinámico, se realizará una elevación de la hemoglobina más gradual.
Tras una primera transfusión, se procederá a la segunda en un plazo no superior a dos
semanas. Las siguientes transfusiones se indicarán en función del porcentaje de hematíes
fetales aún circulantes y de la hemoglobina post-transfusional alcanzada, habitualmente
entre 1 y 3 semanas después de la última transfusión.
Existen controversias en la actualidad sobre el valor que el Doppler con el PSV-ACM puede
tener en la indicación de estas transfusiones sucesivas.
REFERENCIAS
2. Nicolaides KH, Soothill PW, Clewell W, et al. Rh disease: intravascular fetal blood
transfusion by cordocentesis. Fetal Therapy 1986;1:185.
5. Huang CH, Reid ME, Chen Y et al. Molecular definition of red cell Rh haplotypes by
tightly linked Sph RFLPs. Am J Hum Genet 1996; 58:133-142.
6. Skupski DW, Wolf CFW, Bussel JB. Fetal and perinatal transfusion therapy. In: Petz
LD, Swisher SN, Kleinman, Spence RK, Strauss RG (eds). Clinical practice
transfusion medicine. Churchill Livingstone. 1996:607-622.
7. Muñiz-Díaz E, Arilla M, Parra J et al. Prenatal diagnosis of the Rh D fetal blood type
on amniotic fluid. Br J Obstet Gynaecol 1998;105:11.
8. Rodeck CH, Deans A. Red cell alloimmunization. En: Rodeck CH, White MJ. Eds.
Fetal Medicine. London: Churchill Livingstone, 1999:785-804.
11. Scheier M, Hernandez Andrade E, Fonseca EB. Prediction of severe fetal anemia in
red blood cell alloimmunization after previous intrauterine transfusions. Am J Obstet
Gynecol. 2006. Dec; 195 (6):1550-6
13. Gooch A, Parker J, Wray J, Querishi H. Guideline for blood grouping and antibody
testing in pregnancy. British Society for Haematology (2007).
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Algoritmo 1. Estudio en todas las gestantes.
Control habitual
Parto a término
Protocolo de gestante
sensibilizada
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Algoritmo 2. Protocolo en la gestante sensibilizada.
>32 s
Valorar
Ascitis Controles estables
Controles Finalización
estables
(maduración si precisa) <32 s
Valorar
•↑ Significativo Ac. Materno y
<32 s signos Eco+PSV-ACM anemia
Cordocentesis
Finalización ≈ 36s
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