Zarzuela Ilusion

Descargar como txt, pdf o txt
Descargar como txt, pdf o txt
Está en la página 1de 82

Skip to main content

Full text of "El secreto de la reina : zarzuela en tres actos"


See other formats

CATALOGO

de las obras Dram�ticas representadas �ltimamente en los


teatros de esta corte, de la propiedad de la Galer�a titulada:

EL TEATRO.

TITULOS DE LAS OBRAS

Amantes de TerueL (Los)


Amantes de Chinch�n. (Los)
Amor � la moda. (Un)
Amor y la moda (t�l).
Afectos de odio y amor.
Arcanos del alma.
Amar despu�s de la muerte.
Anillo del Rey. (El)
Apariencias. (Las)
Al mejor cazador...
Angela.

Amores de la ni�a. (Los)


Banda de la Condesa. (La)
Bnkasara. (La) �
Bonito viaje.
Con raz�n y sin raz�n.
ConjuracioR femenina. (Una)
Ca�izares y Guevara.
Creaci�n � el Diluvio. CLa)
Chai de cachemira. (El;
Chismes, parientes y amigos.
Cosas suyas.

Conspirar con buen �xito.


Como se rompen palabras.

Don Sancho el Bravo.


Don Bernardo, de Cabrera.
De audaces es la fortuna.
D�mine como hay pocos. (Un)

jEs un Angel!

�Est� loca!!

El 6 de Agosto.

Entte bobos anda el juego.


El Escondido y la Tapada.

El ensayo de una �pera. (Zar^Me/a .)

En mangas de camisa.

TITULOS DE LAS OBRAS.

Esposa de Sancho el Bravo. (La)

Faltas juveniles.
Flores de D. Juan. (Las)
Fausto. (El)

Gloria del Arte. (LaJ


Guerras civiles (Las)
Gran Duque. (El)
Gitanilla de Madrid. (La)

Hacer cuenta sin la hu�speda.


Hi�l en copa de oro. (La)
Herencia de un poeta. (La)
H�roe de Bail�n. (El) Loa y Corona

po�tica
Historia china.
Indicios vehementes.
Instintos de Alarcon. (Los)

Juan sin tierra.


Juan Sin-Pena.
Juana ^e Arco.

Lecciones de amor.

Lecci�n de corte. (Una)

Lorenzo me llamo y Carbonero de

Toledo.
Licenciado Vidriera. (El)
Lo mejor de los dados!!!
Llueven hijos.
Llave y un sombrero (Una)

Madre de San Fernando. (La)


Mi mam�.

Misterios de palacio.
Mujer misteriosa. (Una)

EL SECRETO DE LA REIM,
ZARZUELA EN TRES ACTOS,

escrita en franc�s

pon '

Xami. DE^pSSER ? S� JLS�irEN,

Y ARREGLADA A LA ESCENA ESPA�OLA

por l|�0n Cuis i3e jalona.

MOSICA ' � :

DB LOS SRES.^TAMBIDE, HERNANDO E INZEN6A.


Cuto, tu oclubvt At Wb'^.

MADRID.

lnH-C�-i**� fjtt*; �ttc de Operarios � cargo de I). F- R. �Jd Castigo,

Calle �lel Factor, B�?n. 9

PERSONAJES.

ACTORES.

EL BARON. . . . . . Su. Calta�azgr.

GABRIEL Sr. Allu.

EL CABALLERO DE RO-

MR. DE SAINT MARS. . . Sr. Rivera.


UN MOZO DE HOSTER�A. Sr. Moya.

Aldeanos, Aldeanas, Mercaderes ambulantes, Caba


LLEROs, Soldados, Marineros.

La acci�n pasa en 1658.

Esta zarzuela es propiedad de la Galer�a titulada,


El Teatro , cmjo due�o perseguir� ante la ley al que la
reimprima � represente en alg�n teatro del reino sin su
consentimiento.

SARD. . ,
ESTELA. . .
LA CONDESA

Sr. Calvet.
Sra. Moren.
Sra. Soriano

ACTO PRIMERO.

EL BOSQUE DE FOiNTAINEBLEAU.

A la izquierda mesas delante de la puerta de una hoster�a. � A la


derecha y al fondo , un tiro de ballesta adornado de flores. � A
la derecha, una mesita r�stica con av�os de escribir.

ESCENA PRI�VIERA.

Aldeanos de ambos sexos. Mercaderes ambulantes. Al levantarse


el tel�n, tres ancianos de la aldea est�n sentados � la mesita. A la
izquierda otros aldeanos bebiendo � la puerta de la hoster�a , y dos
mozos sirvi�ndoles vino ; al fondo los mercaderes ambulantes ven-
diendo sus mercanc�as � varios aldeanos de ambos sexos. La escena
presenta el cuadro de una feriar de Aldea.

MUSICA. *

INTRODUCCION.

CoHO. ' La fiesta del patrono

celebra nuestra aldea;


y al par de la alegr�a
que reina por do quier,
la boda de un amigo,

C> t-�S' f-> r- ;^ V"'*

su dicha y sus amores


tambi�n hoy festejamos
con j�bilo y placer.
(En esto se oye una especie de marcha, tocada por cor-
net�s y trompas de caza , y sale una tropa de j�venes al-
deanos, trayendo todos arcos y flechas vienen marchando �
comp�s, y uno de ellos delante con una bandera. Las que
est�n en escena se levantan,)
J�vE>^ES. Diestros tiradores,

venid:
ya di� la se�al
el clar�n.
Arco y flecha al punto

aprestad,
gloria al que consiga

triunfar.
Salud! Honor!
{Se paran delante de los tres ancianos y agitan la
bandera.)
Los DEMAS. Viva! Viva!

J�VENES. Arco y flechas, prontos

est�n;
�brase la lid

sin tardar.
A la lid!
Sin tardar!
S�.

t Honra y prez al que llegue � triunfar.

[Los tres ancianos hacen una se�a. Los j�venes tiradores


se agrupan � la mesa para inscribir sus nombres.

ESCENA II.

Dichos, Gabriel y Estela que salen corriendo y asidos de las ma-


nos. Gabriel canta dirigi�ndose � los j�venes.)

Tened: Yo tambi�n quiero


el premio disputar.
Gabriel!
Salud, amigos:

mi nombre no olvidad. (A los ancianos.)


(Deja � Estela sola en medio de la escena, y �l se di-

Gab.

Todos.
Gab.

rige � la mesa de los ancianos. Los aldeanos y aldeanas


rodean � Estela examinando su traje con curiosidad. Es-
tela est� turbada.)
Aldeanos. Qu� linda la novia est�!

qu� pareja .tan gentil!


la aurora su luz le d� ,
sus colores el abril.
Estela. Gracias mil.

Aldeanos. Qu� linda est�!

Estela. Tanto honor...

Aldeanos. Y qu� gentil.

(Dan la se�al las cornetas. Los j�venes tiradores se co-


locan � la izquierda y se preparan � apuntar al blanco.
Los dem�s aldeanos se ponen � la derecha y en el fondo.
Gabriel � la izquierda en primer t�rmino al lado de Estela.
Empiezan � tirar al blanco mientras el coro canta.)
Coro. Amigos, destreza!

y el premio alcanzad,
parientes y amadas
N mir�ndoos est�n.

[Tiran dos aldeanos sin acertar. Gabriel abraza � Es-


tela y dice coloc�ndose para disparar � su vez.)
G�B. Del triunfo, tu abrazo

presagio ser�.
(Dispara la flecha y d� en el blanco .)
Todos. Victoria! Victoria!

Los tres ancs. El premio aceptad.

(Le dan una rosa de plata.)


Gab. Venid lueg�) � mi granja

mi dicha � celebrar.
Tobos. Al vencedor!

gloria y felicidad.
(Agitan todos los sombreros. Gabriel coje cari�osamente
� Estela y la dice:)

Si yo rey, Estela m�a,

Si yo rey de Francia fuera ,

oro y perlas te ofreciera

cual tributo de mi amor.

Mas humilde y aldeano

al gozar de mi ventura,

solo puedo en tu cintura


poner hoy aquesta flor. (Se la pone.)

Estela. Si yo, reina, Gabriel mi�,

si yo reina en Francia fuera,


� tus pi�s mi corte entera
honraria tu blas�n.
Mas humilde y aldeana
solo reino en tus amores
y enlu��ar de altos honores
te dar� mi coraz�n.

LOS DOS A DN TIEMPO.

Contigo bien m�o,


feliz yo ser�, *
riquezas y honores
no valen tu f�.
Amor, amor solo
ser� nuestro bien,
con �l nos unamos
vivamos con �l.
Su dicho cantemos. " \
que vivs el placer! i
la fiesta y la boda >A un tiempo,
pasemos en �l. I
Amor, amor solo, etc. /
{Todos se van despidi�ndose cari�osamente de Gabriel
y Estela que quedan solos en la escena. Cesa la m�sica.

ESCENA III.

Gabriel y Estela,

Gab. Ya estamos solos, Estela mia.

Estela. Por fin podemos respirar hbres un instante. Es tan


enojoso el ser dichosos en p�blico... Pero cu�n es agra-
dable el serlo en particular. Eh?

Gab. Tienes raz�n.

Estela. Y sin embargo... esta ma�ana que nos vimos tambi�n


solos algunos instantes, not� que estabas distraido...
tenias un cierto aire de... apuesto � que te atormen-
taba alguna de tus ideas de ambici�n?

Gab. Pues bien, s�. Y cuando miro esos lindos ojos, esa linda
mano, esa linda cintura.. .

"Estela. Qu�, no est�s contento todav�a?

Coro.
Los dos.

�ab. S�, s�. En cuanto � eso nada tenga que desear: nada.

(Bes�ndola una mano.)

EsTEL\. Entonces, qu� te inquieta? Qu� ambicionas?

Gab. Qu� ambiciono? Yo quisiera para esos lindos ojos , un


espect�culo mas bello que nuestra pobre aldea. Para
esa mano torneada , brillantes y esmeraldas en vez de
la aguja y de la rueca, y para esos preciosos pi�s, un
tapiz mas rico que la yerba de nuestros campos.

Estela. Caila, Gabriel, calla. Tus ideas de ambici�n me entris-


tecen, me dan miedo.

Gab. Miedo!

Estela. Cabal. Y sin embargo , me parece que deber�as estar


muy satisfecho y muy contento. Porque... en fin. Hace
un a�o no pose�as nada y hoy...

Gab. S�: es verdad. Pero � pesar de todo , d�jame ser am-


bicioso; yo te lo ruego.

Estela. Ambicioso?

Gab. Nada mas que un poco y para t�.


Estela. (Ya eso var�a. Si dice que es para m�...) Como gustes,
Gabriel. T� eres al fm el que manda y dentro de al-
gunas horas, cuando seas mi marido, podr�s decir en
tu casa como nuestro joven rey Luis XIV en su reino.
El Estado soy yo.
Gab. Vamos � ver: � que no aciertas cu�l seria mi ambici�n

por el momento?
Estela. A que s�?
Gab. Dilo.

EsT. T� querr�as ver en nuestra boda gentes de alto cope-


te. Pues bien, en parte se realizar� tu deseo. Tendre-
mos un caballero de la corte. El caballero de Rosard.

Gab, El caballero? Oh! tengo una antipat�a � ese hombre:


desde luego no goza muy buena reputaci�n. Nadie sabe
lo que hace en nuestra aldea y.,.

Estela. Pero es amable, bondadoso para conmigo.

Gab. S�. Y casi todo el d�a lo pasa en mi granja fastidi�n-


dome con sus largas y continuas visitas. Cualquiera
creer�a que est� vigilando mis acciones.

Estela. Qu� idea! Vaya, vaya, pensemos solo en nuestra ven-


tura... y no olvid�is , se�or novio , que dentro de una
hora debemos reunimos aqu� para que me conduzc�is
al altar.

Gab. Qu�! me dejas?

Estela. Por un instante.


Gab. y � d�nde vas?

Estela. Gabriel... A dar gracias al cielo que tan feli^me hace..


S�, mi pobre madre le invocaba en sus penas como en-
sus alegr�as, y yo rae he acostumbrado desde entonces
� repetir su plegaria, siempre que me siento dichosa
� desgraciada.

Gau. Querida Estela!... ,


Estela. Chis! H� aqu� � esa Condesa que ha llegado ayer con ese^
otro caballero � la hoster�a.

ESCENA IV.

Dichos , la Condesa y el Bar�n que han salido lentamente por el


fondo.

COND.

Bab�n.

COND.

Bar�n.

CoND.

Bar�n.

GOND.

Estela.

COND.

Estela.

CoND.

Bapon.

COND.
Bar�n.

COND.

(El es!)

(Ya nos encontramos con el aldeanito!) Condesa, Con-


desa. Opino- porque sigamos nuestro paseo... este sitio
no me gusta nada.

[Con autoridad.) Os enga��is, Bar�n. Este sitio os gusta


mucho.

Calle! Seria bueno que quisi�rais hacerme creer...


Os gusta mucho.

Bien, s�, es muy posible. (La Condesa mira muy fija-


mente � Gabriel.) (\ c�mo le mira!... Oh! yo me ven-
gar� mirando tambi�n � esta aldeana. Veremos qui�n
de los dos...)

(�. Gabriel y Estela.) Acercaos, amigos m�os, acercaos.


(Dudando.) Es el caso, se�ora Condesa... que... que...
{Mira � Gabriel que la anima. )

{Sonriendo.) Que, sin duda quer�is pedirme algunfavor.


Justo. Precisamente, eso , eso.
Bien. Pero antes el se�or Bar�n y yo desear�amos sa-
tisfacer una curiosidad.
Oh! por lo que hace � m� no me importa...
Bar�n, vos dese�is satisfacer una curiosidad.
(Enfadado.) Pues bien, s�! Yo deseo vivamente, ardien-
temente, satisfacer una curiosidad... sobre no s� qu�.
Ya lo o�s.

Estela. Estamos prontos � responder � las preguntas de la se-


�ora Condesa y del se�or Bar�n.

Baroi�. (Pues como no empiecen dici�ndome sobre lo que Ies


lie de preguntar.)

Estela. Qu� desean saber sus se�or�as?

CoND. "Vuestra historia, pero sencilla y brevemente. La his-


toria de vuestro trabajo , de vuestras costumbres , de
vuestras alegr�as. Bar�n, ignoro si os sucede lo mismo
que � m�, Estas narraciones me deleitan.

Baroii. No. Pues de fijo no me sucede lo que � vos. A m� me...

CoND. A vos os agradan estraordinariamente.

Bar�n. Eso. Me agradan estraord... (Huum!) (Furioso.)

CoND. Sillas, amigos mios. [Gabriel y Estela acercan dos .si^^


lias: la Condesa y el Bar�n se sientan.) Hablad. {A Gab.)

Gab. La historia de mi vida , se�ora Condesa, no empieza


en mi memoria, sino desde el dia en que conoc� � Es-
tela. De todo lo que es anterior � esa fecha, no ha que>
dado en m� sino un recuerdo muy confuso : y cuando
vuelvo los ojos � lo pasado , nada veo , nada siente mi
coraz�n. No hallo en fin, mas que un vac�o y una oscu-
ridad completa.

Bar�n. (En tono de burla.) Oiantre! Para ser un aldeano, ten�is la


lengua muy espedita y os espresais con gran despejo.

Estela. Ya lo creo. Gomo que ha sido educado por nuestro an-


ciano cura.

Bar�n. Oooh! Pues! ah� no es nada. {La Condesa le mira, �l se


pone serio.)

' Gab. Yo tenia diez a�os entonces. Y una tarde en que me


paseaba por este bosque , vi pasar muy cerca de m� �
una joven , con traje de gitana y que vendr�a � tener
mi edad, poco mas � menos.

Estela. Era yo, se�ora Condesa.

�ab. Al verla no pude resistir al deseo de hablarla. Le sen-


taba tan bien aquel traje, era tan bella, tan hechicera!

Estela. Gabriel... repara que estoy delante...

Gab. S�: tienes raz�n. Es in�til hacer esa pintura cuando


basta con mirarte. Yo la segu� de lejos hasta la aldea.
Se detuvo en la plaza y despu�s de descansar algunos
momentos de la fatiga de su viaje, bail� y cant� de una
manera celestial.

Bar�n. Y de d�nde ven�ais, bella j�ven?

Estela. De Espa�a, donde acababa de perder � mi pobre madre-

� 10 �

CoND. Y no os quedaba nadie en el mundo? Vuestro padre...


Estela. Mi padre?... Todo lo que yo puedo deciros es que an-
tes de que yo naciera...
Bar�n. Habia abandonado esta vida miserable.
Estela. Abandonado?... S�, se�or Bar�n.
Bar�n. O lo que es lo mismo, habia muerto.
Estela. S�. Eso es.

Gab. Yo vi�ndola tan joven, tan desgraciada, me declar� su


protector.

Estela. (Sonriendo.) Ya veis qu� protector ! Un hu�rfano que


tenia diez a�os como yo.

Gab. Pero que pudo sin embargo lograr que los notables de
la aldea dieran � Estela un tutor.

Estela. Al cual jur� obedecer como � un padre y que mas tar-


de se opuso � que Gabriel fuese mi marido , bajo pre-
testo de que era pobre.

Gab. Mas hace un a�o , cuando se abri� el testamento de


nuestro buen cura, nos encontramos con que me nom-
braba heredero suyo y propietario de una hermosa
granja, y entonces...

CoND. {A Gabriel.) Y vuestro protector, no os habl� nunca de


vuestra familia|?

Gab. No se�ora. La �nica vez que le interrogu� sobre este


punto me recomend� muy especialmente que no pre-
tendiese jam�s el informarme de nada, ni de nadie.

Bar�n. (A Estela.) Y ahora que nuestra curiosidad est� satis-


fecha, qu� ten�is que pedirnos?

Estela, No me atrevo, se�or Bar�n.


Gab. ^ Tal vez sea inoportuno.

Bar�n. (Levant�ndose.) Bah! Bah! Hablad, buenas gentes. Yo lo


permi... Nosotros lo permitimos.

MUSICA.

Estela se adelanta t�midamente.

Estela. (Haciendo una revevencia � la Condesa y otra al Bar�n.)


Noble se�ora,
gentil se�or...
En dulce eterno lazo
de inestinguible amor,

� 41 �

� unirnos vamos lioy


Gabriel y yo.
Padrinos sed emtrambos
de tan feliz uni�n:
honradla, noble dama,
gentil se�or.

Oh!
De los prados
las mas bellas
de las flores
eleg�,

y de blancas
rosas puras
mi corona
yo tej�.^
Para m�,
para mi,

para m� que soy la novia ^


la envidiada, la feliz,
para m� que le idolatro
con amante frenes�.
Bab�n. Oh! qu� linda!

qu� graciosa!
qu� coqueta
y qu� gentil!
Para m�,
para m�,

para mi yo te quisiera,
(dicho sea para m�.)

LOS CUATRO.

Bar�n. Oh, qu� linda, etc.

� Estela. De los prados, etc.

Gab. Cara prenda

de mi vida,
sol hermoso
de mi abril.
Para t�,
para t�: :

para t�, de amor eterno

� 12 �

el dichoso porvenir.
CoND. A tu ruego

hermosa ni�a,
estoy pronta
� consentir;
y de t�,
y de t�,

y de t� seremos ambos
los padrinos hoy aqu�.
HABLANDO.

Gab. Con que os dign�is acceder � nuestra s�plica?


CoND. S�. Yo rae intereso mucho por vos, mucho.
Bar�n. Eh?

CoND. Y solo quiero en cambio que volv�is � verme solo en

este mismo sitio, dentro de algunos instantes.


Gab. Os lo prometo.

Bar�n. (Aparte � la Condesa.) Pero eso equivale � una cita,


CoND. Justamente.
Bar�n. Gran Dios!

CoND. Supongo que no por ello tendr� celos la novia.


Estela. Yo? No tal, se�ora Condesa.
Bar�n. Por supuesto. (Si estas palurdas son de estuco?)
GoND. Hac�is bien. No hay cosa tan ridicula como los celos.

Verdad, Bar�n?
Bar�n. Oh! s�, mucho! (Me estoy ahogando.)
CoND. Gabriel... os aguardo. Adi�s, Estela.
Gab. {A Estela.) Van � ser nuestros padrinos. [Se van muy

contentos.)

ESCENA V.

La Condesa el Bar�n.

CoND. (Siguiendo � Gabriel cania vista.) (Esa fisonom�a ! Ese


noble porte!)

Bar�n. Condesa... Nada he querido decir delante de esos al-


deanos, pero ahora que estamos solos...
CoND. {Fr�amente.) No dir�is tampoco nada.
Bar�n. Qu� no dir�?

� j3 -

-COND.

Baro��.
Co^D.

Bar�n.

COND.

Bar�n.
GOND.

Bar�n.

COND.

Bar�n.

COND.

Bar�n.

COND.

Bar�n.

GOND.

Bar�n.

CoND.

Bar�n.

COND.

Bar�n.

Nada, nada, se�or Bar�n.


Ya me callo.

Cuando me ofrecisteis vuestra mano , no me jurasteis


una confianza sin l�mites?
S�, pero la condi...
Chist.

(En voz mas baja , pero mas alterada.) Pero con la


condici�n de que vos por vuestra parte observar�ais
con todo el mundo una circunspecci�n sin l�mites tam-
bi�n. Eh?

Y os atrev�is � suponer que ese joven aldeano...


Yo no supongo nada, pero lo que digo es...
{Con mucha indiferencia.) Nada, nada, Bar�n , conclu-
yamos. Hag�monos cuenta de que nada hemos conve-
nido. As� , as� : vos no me hab�is dicho nada: no nos
hemos visto nunca : no os conozco: os encuestro aqu�
por k primera vez. A qui�n tengo el honor de hablar.
Clavadme un pu�al en el pecho , Cond(�fea , pero no me
trat�is as�.

Vos me oblig�is � ello.

Vamos, vamos, razonemos uapoco, y ver�is q�mo no


me faltan motivos para estar inquieto. Hace un mes
hicisteis que vuestro m�dico os declarase de repente
enferma, y os recetase salir al punto de la corte para
respirar un aire mas puro, mas saludable.
Justo. Y vos os alegrasteis mucho de que la marcha del
rey � Flandes , os permitiese dejar por alg�n tiempo
vuestro empleo de intendente de palacio y venirme �
acompa�ar en mi viaje.

S�: en efecto; parto con vos, y h� aqu� que en todas las


aldeas, en todas las alquer�as por donde pasamos , os
deten�is � hablar y � interrogar � cuantos aldeanos en-
contr�is... Y precisamente � los que son j�venes y
guapos.

(Sonriendo.) Y qu� placer me proporcionar�a interrogar


� los que no lo son?

Calle! Y podr� saber porqu� hab�is citado aqu� � Ga-


briel para dentro de poco?
(Oh!) eso no os importa.
Que no me importa!...
No.

Que no me...

� i4 �

CoND. Todo acab� entre nosotros. {Hace que se v�.)


Bar�n. Pero si os doy la raz�n!... Me someto � vuestra vo-
luntad.
CoND. Formalmente?

Bar�n. Os lo juro! Dec�s bien, eso no me importa... Cabal...

Eso no te importa, Bar�n ! Eso no te ha importado nunca!


Eso no te importar� jam�s.

CoND. {Con. mucha amabilidad.) As�, as�. Ya la cuesti�n varia,


querido Bar�n. Aboravoy � ^emplear algunos minutos
en mi tocador y despu�s volver� para hablar con ese
iildeado. Le interrogar� de nuevo...

Bar�n. De nue... S� , s� , eso es, le hablaremos , le interroga-


remos...

CoND. Yo sola.
Bar�n. Y mientras, yo estar� aguardando en el bosque el fin

de la entrevista...
CoND. {Sonriendo y con aire burl�n.) Quiz� yo no os hubiera y

pedida tanto, mas ya que vos lo propon�is, lo acepto

os doy las gracias. {X�se.)

ESCENA VI.

El Bar�n, un Mozo de la hoster�a, despu�s el Caballero de Rosard.

Bar�n.

Mozo.
Bar�n.

iiOSARD.

Bar�n.

Rosard.

Bar�n.

Rosard.

Bar�n.

ROSARU,

Uf! A m� me v� � dar un tabardillo! Yo me tengo la

culpa. Yo que no se amar � otra mujer masque � ella,

que... Voto �... (Pegaun pu�etazo en la mesa.)

{Saliendo.) Qu� desea el se�or Bar�n?

Que te vayas. Aguarda, traeme una botella devino,

vasos... As�, quiero aturdirme , dominar mis penas...

{El criado sale y pone s�brela mesa una botella y dos

vasos). Mujeres!... no digo mas. Eso es, d�jame.

{Saliendo.) Calle! Esa cara...


Eii? Qui�n es este militar?

Bar�n!

Caballero de Rosard!
Veijga un abrazo.

Llegas muy � prop�sito. Si�ntate y bebamos en amor y


compa�a.

Que me place. {Se sienta

- 45 �

Bar�n.

ROSARD.

Bar�n.

RoSARD.

Bar�n.

ROSARD.

Bar�n.

RoSARD.

Bar�n.

RoSARD.

Bar�n.
Rosad.
Bar�n.

RoSARD,

Bar�n.

RoSARD.

Bar�n.

RoSARD.

Bar�n,

RoSARD.
Bar�n.

RoSARD.

Bar�n.

RoSARD.

Bar�n.

ROSARD.

Bar�n.

{Sirvi�ndole de beber.) Diantre de encuentro! Mientras


mas te miro... Yo que ya te creia ahorcado!
S�? (Bebe.)

Ya v�s... tu vida aventurera y algo disipada...


No tenia otro porvenir que la cuerda. Y sin embargo,
h� ah� lo que es el mundo, estoy sano y salvo.
{Vovi�ndole � servir de beber.) Y yo me alegro. Qu� haces
por esta aldea?

No tengo ninguna ocupaci�n.

Y no haces nada?

(Bebe.) S�. Hago todo lo que concierne � mi posici�n.


Como, duermo, me paseo... Y t�, Bar�n, qu� te haces?
Soy intendente de palacio.
Bueno.

Y estoy enamorado.
Malo.

Has oido hablar alguna vez de la Condesa de Mont-


h�ain'i{Volviendo � echarle vino.)

Y de su talento y sus virtudes.

Pues ella es el objeto... Si vieras c�mo la adoro y c�mo

me hace rabiar!...

S�?

Bebamos, bebamos � su salud y �...


No, no, ya he bebido bastante.
Bastante! T�! El seductor mas audaz... el duelista mas
temido ! El bebedor mas intr�pido de los Mosquete-
ros de S. M.

En otro tiempo no digo...


Vaya este vaso...
(Dando unpun�etazo en la mesa y levant�ndose.) Repito
que no: no quiero, yo no deber�a beber jam�s.
Por qu�?

Porque el vino rae hace hablador , indiscreto ; porque


el vino me ha hecho cometer...
Ya! ya! Ligerezas! Travesuras ! Je! je! A m� tambi�n.
Cuando yo me he puesto alegre...
{Volvi�ndose � sentar.) Ligerezas! Si no hubiera sido mas
que eso... No , Bar�n : ni duelos, ni deudas , ni las
calaveradas propias de Un militar inquieto y desorde-
nado como yo, me han causado nunca el menor re-
mordimiento.

Qu� diablos has hecho entonces?

� 16 �

RosARD. Qu� he hecho? {Pausa.) Una noche... aun era capit�n:


estando en una org�a con algunos soldados de fortuna
como yo, apost� un bolsillo de oro � que seria capaz de
seducir � una j�ven, � una aldeana modelo de virtud y
de hermosura: y � la ma�ana siguiente, y por ganar
mi infame apuesta, no hubo astucia, no hubo prome-
sas, no hubo juramentos de honor que no empleara.
{Pausa.) Mas tarde, y cuando la falta de aquella infeliz
iba � ser p�blica, la abondon� cobardemente , y fu�
arrojada de su aldea donde yo la habia conocido.
{Pausa. ) Desde ese dia no la he vuelto � ver , y sin
embargo, su imagen me persigue por todas partes como
un remordimiento ! La veo en mis sue�os terribles y
amenazadora, mostr�ndome con el dedo una cuna! La
veo otras veces suplicante , llorosa , elevando al cielo
su plegaria , su plegaria que tengo siempre en mi
oido... {En este momento canta Estela.)

CANTO DENTRO.

Santa Virgen pura,


t� eres para m�,
fuente de consuelo
j8ol de porvenir.

Y yo en t�.
Virgen pura, solo en t�
hallo fuerzas
y esperanzas,
ya dichosa,
ya feliz.

HABLANDO.

RosARD. Cielosl
Baron. Qu� te pasa?
RosARD. En d�nde est�?
Bar�n. Qui�n! ^Este hombre me causa siempre un miedo!)
RosARD. No escuchas? (Esos ecos.) Qui�n es. Bar�n , responde.
Bar�n. Toma! Qu� s� yo. Vaya, vaya , sosi�gate y apura este
otro vaso.

RosARD. No oigo ya nada... tal vez ha sido una ilusi�n de mi

� 17 �

fantas�at... Tienes raz�n. Es preciso beber: Bar�n, be-


bamos.

Baro5. S�: todo lo que quieras. (Rosar� bebe.)

RosARD. Luchar contra la fuerza y ven-cerla, contra la astucia y


destruirla! matar en du�lo � uno, � dos, � tres adver-
sarios, eso no es nada.

�3aro?(. Por supuesto! (Vaya una friolera!) {Queda pensativo.)

RosART). Pero abusar de la inocencia, del candor de una pobre


joven: destruir lo q�e Dios cre� hermoso y puro... Oh?
De beber: {El Bar�n no lo ha o�do.) de beber, Bar�n, �
te mato.

Bar�n. Caramba!

RosARD. Ll�name el vaso.

Bar�n. S�, mi querido amigo, mi entra�able... (Y que no ha-


yan ahorcado � este hombre!) Con que... sin duda por
tus pesares, desaparecistes de la corte! Pobre ca-
ballero!

Rosard. No, he estado preso � consecuencia de un duelo.

Paron. (Otra gracia.)

Rosard. Y ya iba � salir de la c�rcel...

Barox. Libre?

Rosard. No: para ser ahorcado. {Bebe.)


Baro>?. (Qu� l�stima de ocasi�n.)

Rosard. Cuando una noche... un hombre enmascarado entr�

secretamente en mi calabozo.
Baro?�. Un hombre?

Rosard. Mazarino! {Como un hombre dominado por el vino.)


Barok. El Cardenal ministro!
Rosard. Chss!

Bar�n. (Cielos!) Oh! no dir� nada.


Rosard. Caballero de Rosard, me dijo : tu vida est� en mis ma-
nos. Quieres salvarla! V�ndete � m� en cuerpo y alma.
Bar�n. Demonio!

Rosard. Yo acept� el pacto! Existe, a�adi�, en la aldea de Mo-

ret, cerca de Fontainebleau...


Bar�n. Aqu�?

Rosard. Un ni�o cuyo tutor es el cura de la aldea.


Bar�n. (El aldeano de la Condesa.) {La Condesa se asoma y es-
cucha.)

Rosard. Es preciso que te instales cerca de �l y no lo pierdas


de vista. Todos los dias me tendr�s al corriente de su
existencia, por medio de un billete que pondr�s debajo

de la cruz de piedra que iiay junto � la granja que


Gabriel habita.

Bafi^on. (Es el mismo.,) , : .

R�AUD. All� tambi�n ; encontrar�s � menuda instrucciones qu�

- ru'i::; H-3^jecutar�s, cieipmente y sin examinar mas que lo en


ellas te ordene. :

Bar�n. (Cualquiera diria que suena.) Rosard. � ;

RosARD. La menor indisgrecion ser� ja se�al de tu muerte.

Bar�n. (No hay mas, :el Y�no lo ha trastornado:) i

RosAPD.. i^op fortuna , Gabriel es ya hombre y v� � casarse: no


dejar� esta aldea, y en ello tendr� gran pla^ier el car-
denal. Voy � anunciarle esta nueva', poniendo un bi-
llete...

, (S� levanta ^ y v� h�cia. el fondo, izquierda.)


Bar�n. S�, s�, en la cruz; de piedra. �
RosARD. La cruz de. piedra ? Qui�n ha pronunciado ese nom-
bre?... T� sabes mi secreto.
Bar�n., ..S�, hombre, -s�.
RosARD. Yo te lo he contad�l..
Bar�n. Todo.
RosAiiD. Cielos!

Bar�n. Eh? ,,, � , . : .

RosARD. El vino rae ha vendido. Miserable : de m� i... De�i�U�

(Sacando la espada.) :
Bahon. Est�s loco? � ; ^

RosAUD. T� sabes mi secreto, y mi secreto mata. : - �


Bar�n. Pues bien pod�as, no hab�rmelo contado ! Ademas...

esc�chame con calma... Yo... no te 'he entendido ni

esto. Te lo juro.
RosARD. Mientes.

Bar�n: (Maldita sea tu historia.) Te digo que loque has con-


tado es m.uy confuso y que... yo te prometo no acor-
darme de nada.

RosARD. Bar�n...

Bar�n. (Por qu� le hice yo beber!)


RosAUD. Bar�n, t� eres cobarde...
Bar�n. No dir� lo contrario.
RosARD. Y eso me g�.rantiza ta conducta.
Bar�n. Completamente.

RoSARD. Pero si dices la menor palabra de lo que has o�do...


aunque te ocultes, en io mas profundo de ia tierra, all�
te dur� la muerte.

� 19 ~

Bar�n. Ay!...

RosARD. Nos veremos, Bar�n, nos veremos.

(V�se.)

ESCENA VI8.

La Condesa y el Bar�n aterrado.


DUO.

Ay, Condesa de mi alma! .r/m


Qu� ten�is, se�or Bar�n? a-
Tengo fiebre y perles�a. �
Ten�is miedo que es peor.
Miedo yo?
Miedo yo!
Dicho aqu� sea
para- inter�os,
si estoy temblando
no es de valor!

BAIlO^^

Condesa,

Bahon.

Condesa
Bar�n.

Co^�DESA. Pobre Bar�n!

Ya celoso v�
ciego por do quier ;
ya si amor le adula
se consume en �l.
Ya medroso est�
sin saber por qu�,
ya en su misma sombra
su enemigo v�.
Pobre Bar�n,
�nimo pues, ,
y de ese modo
no me mir�is.
Ja! ja! ja!

Que pon�is muy niaki cara


cuando el miedo os d� que harer.

Bar�n. Aaay!

Condesa. Qu� os acontece ?

Bar�n. Aaay!

Condesa. Hablad, hablad.

� 20 �

Me es imposible!
fuerza es callar!
Aqu� hay un arcano!. .
no.

Aqu� hay un enredo


no.

Aqu� hay un... no puedo


deciros hoy mas.
Aqu� hay una intriga.
S�.

Fatal y terrible!
S�.

Que acaso invencible


Bar�n, no ser�.
C�mo?
Chss! Escuchad.

Yo, Bar�n, en vos comi�


para el noble intento mi�,
y con arte y diligencia,
con astucia y con prudencia
callandito,
callandito,
Chss !

Cumplir�is mi comisi�n, etc, etc.


{Concluida la cavaletta, el Bar�n se dirige al fondo iz-
quierda y la Condesa � la puerta de Ja derecha. En se-
guida lo llama al fondo.
Baroh. Aunque temo y desconf�o

de mezclarme en otro lio,


yo, suceda lo que quiera,
sin saber lo que rae espera
Callandito,
Callandito,
Chss!

Cumplir� mi comisi�n.
HABLANDO.

CoND. Bar�n... pero � todo esto no os he instruido de m�


proyecto.

Bab�n,

Condesa.

Bar�n.

Condesa.

Bar�n.

Condesa.

Bar�n.
Condesa.

� 21 -~

Bar�n. S�, s�. Pero qu� proyecto es ese, esplicaos.


CoND. Empezad vos por no ocultarme nada.
Bar�n. Es que... es que no s� nada... nada... Maldita de Dios
la cosa.
CoND. Francamente. Por qu� no me dec�s que el caballero de

Rosard vigila � Gabriel?


Bar�n. Cielos!

CoND. Que lo vigila por<jrden del carde�sal.

Rosard. (Muerto soy ! el otro va � creer que yo se lo he con-


tado...) Condesa!.. Condesa!.. Partamos al punto: hu-
yamos de esta aldea condenada.

CoND. Huir cuando Gabriel es el joven que yo busco!

Bar�n. Con que vos busc�is � un joven! Adi�s, se�ora.

CoND. Quedaos.

Bar�n. Para llevarme como un zarandillo?

CoND. Para ser mi auxiliar.

Barno. Yo? Con qu� fin?.,.

CoKD. Con el de llevar � Gabriel � la c�rte.

Bar�n. A ese palurdo?

COND. S�.

Bar�n. Pero si se v� � casar.


CoND. Ya se casar� mas adelante.

Bar�n. Se�ora, esas cosas suelen correr siempre mucha prisa,

y �l no querr� dejarlo para luego. (Y har� bien.)


CoND. Sin embargo, es preciso que me obedezca.
Bar�n. Por fuerza?
CoND. No: de grado.
Bar�n. Y c�mo conseguir lo?
CoND. Por un medio h�ibil.
Bar�n. Y hab�is contado conmigo?
CoND. No. Con el caballero Rosard.
Bar�n. Con ese capit�n desalmado.

CoND. Bar�n, el tiempo se pasa... quer�is � no quer�is ayia-


darme?

Bar�n. S�, yo bien quisiera, pero...

CoND. Por �ltimo : quer�is obedecerme haciendo abstrac-


ci�n completa de vuestra propia voluntad ? En cam-
bio, cuando mi noble misi�n est� terminada , ser�is
due�o de mi cari�o y de mi mano.

Bab�n. Ah, Condesa! Ese acento de sinceridad!.. Vuestra re-


putaci�n sin tacha... y mi amor... y el miedo... y... ha-
blad, yo os obedecer� con los ojos cerrados! no , con
� 22 �

los ojos abiertos. As�, mir�ndoos, tendr� mas confianza


y mas valor.

CoND. Est� bien. El, caballero de �losard turbado y aturdido


por la embriaguez , ha ido � su casa -para anunciar al
cardenal, por. medio de un billete colocado debajo de
la cruz de piedra, el matrimonio de G�briel.

Bar�n. Con que vos hab�is escuchado?..

GoND. Cliss! eso no os importa;

Bar�n. Ah! bueno.

Cois[[>., iNo perdamos un instante. Sentaos ah�.

;(El Bar�n obedece.)

Bar�n. Ya estoy.

CoND. Disponeos � escribir.

Barois. Qu�?

CoND. Lo que voy a dietaros.


Barok. Para qui�n?
CoND. Ya lo sabr�is.
Bar�n. Bueno.

CoND. Desfigurad bien vuestra letra.


Bar�n. Por qu�?

GoND. Para no esponer vuestra vida.

Baroi'�. Poco � poco, entend�monos. {Levant�ndose con viveza.)


CoND. Escribid. ^ :; ' . ./� .

Baro^. Pero...
CoND. Escribid.

Bar�n. Escribo. .

CoND. aGaballero de Rosard, os mando;.- impedir inmediata-


mente y � toda costa, la-boda de Gabriel y Estela , res-
petando sin embargo la vida y la libertad de entram-
bos. Noticiadme al punto-y por los medios acostumbra-
dos la completa ejecuci�n de esta orden.�

Bar�n. Os juro que no comprendo...

CoND. No Ifeliace.

Bar�n. Eso es otra cosa... Qu� mas?


GoND. Nada mas. Gerrad el billete.

Bar�n. Yaest�.' � ;

�iONDi : ; Ahora tomadrv�uestras precauciones y acechad la vuelta


, hidel caballero Rosard. El hallar� el billete, contestar� �
�l, se alejar�, y . vos me traer�is la respuesta.
Bar�n. Pero si �l reconoce que esta no es la letta de eos-
... ' . tumbre.

GoND. Olvid�is que el caballero ha dichoque el cardenal le

� 23 �

previno obedeciera sus �rdenes escritas fuera cual fuera

el modo con que las recibiese? Ademas, su embriaguez

no le dejar� tiempo para reflexionar.


I�aron. Pero y si su embriaguez no le impide el sorprenderme

y me mata? '
CoND. Vos no ten�is que liacer mas que una cosa.
Bar�n. Morirme.

Co^D. No : tomad bien vuestras medidas para no ser sor-


prendido.

Bar�n. Es verdad. La cosa est� en tomar bien las medidas...

Ay ! Si no fuera por el porvenir de vuestro amor, por


esos ojos y esa... voy, voy... Dios me saque con bien!

ESCENA yiSL

La Condesa ^o,la, :\ � v mi;.- ; '

Ah! se�or Cardenal! Cuan ageno est�is d<e que � estas


horas se trata de destruir vuestros proyectos ! Dejar
ignorar � Gabriel su condici�n, es justo , es sobre todo
necesario: pero condenarle � vivir oscuro en el fondo
de una aldea miserable, eso no debe ser y no ser�.

(Entra vivamente en la hoster�a. Aldeanos y aldeanas


vienen por el fondo y con ellos Estela.)
Estela. Gracias, amibos niios, gracias.

CANTO.� CORO.

Aldeanos. Qu� gran placer,

qu� gran honor


en esta bod�i '
goz�is los dos.
Por madrina una Condesa!
Por padrino un gran se�or!
No se ha visto en nuestra aldea
tan feliz, tan noMe uni�n! *
Qu� gran honor! ' ;

Qu� gran favor! � �


Bar�n. A�ti tiemblo!.. Si me ha visto por mu�Wd me doy ya.

{Saliendo preGipitadamente y turbado por la izquierda.


La Condesa M�e al mismo tiempo de la hoster�a, v� �
su encuentro y hablan d parte.)

� 24 �

Y bien?

Vuestro mandato...
Decid.

Cumplido est�.
En la cruz hall� el billete-
presuroso, lo ley�;
sac� el l�piz, y este escrita
en respuesta all� dej�;
Y como el rayo
despareci�,
Rsss!

Despareci�-

Leed.

�Me mand�is impedir � todo trance la boda de Gabriel.


Cuando recib�is esta respuesta habr� ejecutado vuestra
�rden. El �nico medio...

Viene gente. Despu�s. (Cogiendo el papel. En este m�-


menlo las campanas de la Iglesia empiezan � tocar � fies-
ta. Gabriel sale con lo� aldeanos,)

ESCENA SX.

Dichos, G-abkiejl, Aldeanos. Despu�s Rosard.

CORO, AL PAR DE LAS CAMPANAS.

Oid! ya las. campanas


alegres la se�al
dan.

Corred y amor aterno


juraos ante el altar.
La fiesta y regocijo
sin tregua seguir�n:
venid que de la dicha
sonando la hera est�.
Gabriel. Estela! Estela mia!
Felices somos ya!
Coro. Oid! Ya las campanas, etc.

{Se quedan suspensos al oir que las campanas tocart


un toque � fuego,)

Qu� triste son de alarma!


Oh! cielos, qu� ser�!

COND.

Bar�n.

COND.

Bar�n.

COND.

Bar�n.

Con�.

� 25 �

Gabriel.
Estela.
Coro dentro
Gabriel.

Todos.

KOSARD.

No escuchas?
Esas luces?
Gabriel! Gabriel! Ac�!
Me llaman! Oh! mi granja
consume el fuego. {Marcha precipitadamente.
Ah! {En este momento aparece por un lado el
caballero de Rosard. )

(Orden maldita!
solo este medio
de realizarla,
quedaba ya.
La ruina solo
de ese aldeano
su enlace puede
desbaratar.)

Todos.

Bar�n. Fatal billete

que tanto estrago

sin yo saberlo

lleg� � causar.
Condesa. Su acerbo llanto

me causa pena

jam�s tal crimen

llegu� � esperar.
Estela. Qu� presto en llanto

y amargo duelo

cambi� mi alegre

felicidad.

Coro. Que presto, etc. {Gabriel sale desesperado. )

Gabriel!

Gabriel. Vanos esfuerzos!

In�tiles son ya !

Nuestra boda no consiente

quien tu mano me otorg�!

Ya de nuevo me rechaza.

Pobre soy! perd� tu amor!


Estela. Oh! Dios!

Condesa. Si consientes en seguirme

{Aparte � Gabriel recat�ndose de los dem�s. )

rico y noble te har� vo.


� 26 �

Vos?... Al punto � merecerte


Yoy, Estela, adi�s, adi�s.

� MUSICA.

Adi�s, Estela mia,


la suerte despiadada,
me roba en este dia
la dicha de tu amor.
Mas yo en el justo cielo
poniendo mi esperanza,
hallar sabr� consuelo
y alivio � tu dolor.-
Mi dicha destruyendo
la suerte despiadada
hoy fiera me condena
al llanto y al dolor.
Mas yo en el justo cielo
mis esperanzas fio:
Adi�s, Gabriel! El cielo '
proteja nuestro amor.
Su dicha destruyendo, etc.

FIN DEL ACTO PRIMERO.

ACTO SEGUNDO.

EL PALACIO DE FONTAINEBLEAU.

Una parte reservada del parque. Al fondo el palacio. A la iz-


quierda un pabell�n con una ventana cerrada por una cortina
dando frente al p�blico, un banco de piedra al pi� de la ventana.

ESCENA PRIIVIERA.

El Caballero de Rosard sentado junto � un cenador enfrente del


pabell�n, donde tiene fijas su& miradas. El Bar�n y Caballeros en
medio de la escena.

MUSICA.

INTROD�CC�ON.
Caballeros.

Bar�n.
Caballeros,

Magnifico! magn�fico! {Felicitando al Bar�n.)

Baron,,no hay que dudar:

el rey de vuestro ingenio

contento quedar�.

S�, en Y erch�l (Satisfecho.)

S� en- verdad. . �

Bar�n.

Gracias � mi talento
y � la eficacia miav

� 28 --

el rey en este d�a


portentos ha de ver.
Salones esplendentes,
y m�gicos jardines
y espl�ndidos festines
le cercan por do quier.

Oh qu� placer!
Oh qu� placer si llego
al rey � divertir!
Ya miro sus favores
lloviendo sobre m�.

A UN TIEMPO.
Caballeros. Barox.

No hay duda, vuestro ingenio, Oh qu� placer si llego

Bar�n, vais � lucir, al rey � divertir!


y gracias y mercedes Ya miro sus favores

ver�is llover sin fin. lloviendo sobre m�.

Bar�n. Gracias , se�ores , gracias. Dentro de media hora os


invito para el ensayo del intermedio aleg�rico-bailable.
Hasta luego, hasta luego. {Los caballeros se van por el
fondo.) Y bien, amigo mi�! Qu� dices t� de mis pre-
parativos de fiesta! Durante tres dias, bailes, concier-
tos y vistosas iluminaciones en el palacio de Fontai-
nebleau! Y todo esto ordenado y dispuesto por m�! Pero
aun es poco, para celebrar cual es debido, las brillan-
tes victorias que acaba de alcanzar nuestro joven mo-
narca.

Rosare. Y tan brillantes, vive Dios! L�stima es, Bar�n, que no


hayas asistido � ellas con nosotros. Qu� magn�fica cam-
pa�a!.. Sin contar con que � la vuelta hubieras como
yo recibido las enhorabuenas del Cardenal-Ministro.

Bar�n. Ola! El Cardenal te ha fehcitado...

Rosard. S�. Aunque no por eso deja de abrigar cierta preven-


ci�n contra m�, porque hace seis meses no imped� que
Gabriel , aquel joven � quien t� conoces , abandonara
la aldea de Moret.

Bar�n. Qu� demonio ! {Hip�critamente. ) Pues no te mand� el

� 29 �

mismo Cardenal que desbaratases la boda de ese joven?


RosARD. No. {Misteriosamente.)
Barox. Eh? {Algo turbado.)

RosARD. El Cardenal no me habia mandado tal cosa. Aquella


orden era falsa.

P.ARON. Qu� me cuentas ! Falsa ? Y qui�n diablos pudo enga-


�arte as�?

liOSARD. Alg�n enemigo de Gabriel!.. {Saca un papel. ) Alg�n


rival que me sorprender�a cuando yo iba � buscar las
�rdenes del Cardenal en la cruz de piedra. Sin duda
un aldeano!� S� , porque en la embriaguez que en
aquellos momentos me dominaba no distingu�... Pero
mas tarde , � sangre fria, y cuando volv� � leer y exa-
minar este billete... Ni siquiera tiene una palabra con
ortograf�a.

Barox. Bien puede ser! {Aparte.)

RosARo. M�ralo. Ordeno con ache!


Bar�n. Con ache, qu� imb�cil, hombre! (G^�as.)

RosARD. Pues! un est�pido! un animal...

Bar�n. (Qu� placer!)

RosARD. Pero todo eso me importar�a poco , si yo no hubiese


escrito y firmado una respuesta que puede perderme,
que seguramente ha ca�do en manos de no s� qui�n...
Bar�n. (Yo s� lo s�.) Con q\xQ... {Llev�ndose la mano al pecho.)

seg�n eso t� no sospechas de nadie en particular...


Rosar�. {Poni�ndole la mano sobre el hombro.)
Bar�n. (Ay!)

Rosard. Te vas � re�r, Bar�n.

Bar�n. {Riendo.) Si? Pues... pues ya me estoy riendo... {For-


zadamente.)
Rosard. Empec� por sospechar de t�?
Bar�n. Eh? C�mo? De m�?

Rosard. Pero me dur� poco... y la prueba es que no est�s ya

en el otro mundo.
Bar�n. Hombre!

Rosard. Reflexion� que mis sospechas no ten�an fundamento,


y la raz�n era bien sencilla. Tus celos estaban dema-
siado interesados en la boda de Gabriel con Estela para
impulsarme � una'accion que llev� consigo la ruptura
de ese enlace y que hizo de Gabriel el favorito de la
noble Condesa tu futura.

Ba.ron. C�mo! T� crees que ella... {Vivamente.)

� 30 �

Uqsardj Pli! Bar�n , yo no creo ni confio en nada ni en nadie.


Y por �ltimo, no es la Condesa quien ha presentado �
ese joven en la corte; quien le ha colmado de ricos do-
:v iit�s, quien le hizo nombrar teniente? ; .r
Barok. Qu� datos, Dios eterno! : , � � �

{Aparte y oabi��s^.)
RosAKD. No queria por �ltimo conservarle � sui.lat�or^como su
� ' ^ 5 secretario particular? ' /

Bar�n. Con raz�n tenia yo la secretar�a particular entre ceja


y ceja! {Aparte.)

RosARD. Pero en aquellos d�as me nombr� el Cardenal capit�n


de la compa��a de Gabriel, le llev� conmigo � la guer-
ra y... A juzgad por ciertas insinuaciones que se me
hicieron al salir � campa�a, Gabriel no hubiera vuelto
de ella... me entiendes?., si otras razones ocultas no
le hubiesen impedido al Cardenal ese prop�sito.

Baro.n. Asi es que Gabriel ha llegado �sta misma riia�ana y...


Pero se�or, qui�n es ese aldeano q�e tiene la osad�a
de hacerse un h�roe en la guerra y que -es el objeto de
las medidas secretas del Cardenal? ' ' � ' ' �

Ros�R�). Lo ignoro. Lo que s� es que el Cardenal me' ha- man -


dado que vigile mas que nunca � Gabriel y la Condesa;
que no separe un momento mis ojos de ese pabell�n, y
que si noto en �l la menor cosa lo ponga al punto eti-"
su noticia. '

Bar�n. En ese pabell�n!... Vamos, mientras ese joven p�rm�-


nezca en la corte, yo no podr� vivir tranquilo.

RosARD. Ni yo; voto al demonio! Por otra parte, su Eminencia


ha decidido �ltimamente que Gabriel vuelva � su os-
cura condici�n. Quiere que paradlo se intente reanu-
dar su boda y... h� aqu� por qu� me lia jie^^io traer�
Estela a palacio. .

Bar�n. Ya comprendo Vi idea que te ocurri�!..

HosARD. Era bien f�cil. T� tenias necesidad para tu haile ale-


fT�rico de esta noche de una aldeana bella y graciosa.

Barox. S�: y cuando iba � buscar' en el personal de la �pera


quien iiicieso este papel...

RosARD. Yo te propuse para sorprender agradablemente �


SS. MM. una aldeana verdadera, de gracias verdaderas,
de verdadera inocencia...

Bar�n. Y como era una novedad, la acept�! Hiciste venir �


Estela; y sin que la Condesa ni nadie lo supieseha ensa-

yado secretamente su papel y... y est� en �l encan-


tadora.

KosARD. S�. El traje de la corte la sienta � las mil maravillas!


. Te con�eso que esperimento un gran inter�s hacia esa
joven y que me alegro de poder reparar su infortunio...
de que yo fui la causa. Sin mi maldita embriaguez yo
hubiera conocido el lazo en queme hizo caer aquel bi-
llete, y la boda de Estela se habr�a realizado. Pero aun
puede efectuarse. Es preciso que al verla esta noche^
Gabriel se sienta mas enamorado que nunca , que
parta con su amada...

B.VR0N. Eso. Que parta. Y qne no vuelva.

RosARD. Y en fin. Ya estoy cansado {Enfadado. ) tambi�n de ser


el vigilante y el esp�a de ese aldeano. Eso me enca-
dena y me impide proseguir mis pesquisas para en-
contrar, si es que aun existe, � esa pobre Juana que
abandon� tan cruelmente!.. {Se enjuga una l�grima.) B'd-
ron, la amistad ha continuada hoy las revelaciones que
la embriaguez comenz� hace � seis meses. Ni una pa-
labra �... � t� ser�s el tercero que env�o � laetern�dad.

BarO�N. (C�spita.) Yo te juro...

RosAUD. Eh? Est�s agitado?

Barcn. C�! Sino que las fiestas de esta noche me traen algo
inquieto... y... luego eso que me has dicho del pabe-
ll�n y de la Condesa... y Gabriel... Has visto pasar por
aqu� � la Condesa?

ESCEiA.ii,,
Dichos, la Condesa.
CANTO.

i\v �

Uosard. Mira. {Se�alando la Condesa que sale despacio

del pabell�n y como despidi�ndose de alguien.)


Bar�n. Es ella.

RosARD. Cautelosa

deja aquese pabello�.


Baroiv. y hace se�as!'

RosARD. Justamente!
Bar�n. Mal contengo mi furor!

� 32 �

ROSARD.

Bauon.

ROSAKI).

Bar�n.

Condesa,

Bar�n.

Condesa.

Bar�n.

Condesa.

Bar�n.
Condesa.

Bar�n.

Condesa

Bar�n.

Condesa.

Bar�n.

Condesa

Bar�n.
Cond.

Bar�n.
Condesa

Yo te dejo.
S�, ret�rate.
Ah� te aguardo. (V�se.)
All� ir� yo. {La Condesa cierra la puertea del
pabellortf se adelanta y se encuentra al Bar�n muy serio.)
Vos aqu�?
Yo aqu�.
Me alegro.
Si os estorbo...
No por Dios.
Bien.

Ja! ja! (Riendo al verle tan serio.)


Muy bien.
Ja! 'ja!

Para risas no estoy yo.

No?

No.

Se�ora Condesa ,

saber me interesa

con qui�n ahora estabais

en pl�tica ah�!
S�?

Pues yo, noble amigo


de veras os digo
que no lograreis
saberlo de m�.
Est�is enterado?
Sospecho que s�. [Enojado.)
{Algo seria y sacando un librito de memorias, que abre
cogiendo el l�piz.)

Los celos con que injuri�is


el afecto que os jur�,
Bar�n, sin remedio, es fuerza
que terminen de una vez.
Mi boda con vos se aplaza
en castigo por un mes,
y � cada sospecha vuestra
un a�o de mas pondr�.
Cielos!

Pensadlo bien.
Un a�o de mas pondr�.
(Paseando y como hablando de cosas indiferentes.)

- 83 �

Hoy me siento muy dichosa;

que G�brier cual buen soldado,

en la guerra iia conquistado

el laurel � que aspir�.


Bar�n. Es decir

que hay quien se inquieta

por Gabriel, decid, se�oral


Condesa. S�, Bar�n, {Mirando al pabell�n.)

' hay quien le adora

y en su dicha se goz�. {Con enojo.)


Bar�n. Y esa sois vos.

(loM)ESA. \]n MIO. {Vivamente apuntando en el libro de

memoria.)
��aron. . Oh! qu� traici�n!

OoiNDKSA. Dos. {Idem.)

Bauon. Ya no replico.
Condesa. Dos a�os! dos!

S�ARON. Ya Condesa me resigno, {Humilde.)

lo que vos quer�is har�:

mas tener derecho creo

{Volviendo � sus recelos.)

� pediros cuentas... �
CoADESA. Tres! (Apuntando.) "

Bar�n. Oh perfidia!

Condesa^ ' Cuatro. {Idem.)

Bar�n. Oh rabia!

Bien sospecho... �
Condesa, Cinco, seis.

��Bar�n. Falsa, ingrata, despiadada!,.

Co^DESA. Siete, ocho, nueve, diez,

once, doce...

Bar�n. Basta! Basta! {Aterrado cayendo de rodillas.)

Compasi�n de m� tened.
Condesa. Promet�is la enmienda?

Bar�n. Yo me enmendar�.

Lo prometo y juro
y lo firmo. (La besa la mano.)
Condesa, Bien*. ^

{El Bar�n se levanta. La Condesa vuelve � acercarse al


pabell�n^ y mira al interior entreabriendo la puerta. El
caballero que de cuando en cuando se ha asomado � ob-
servar por el fondo, dice al Bar�n desde lejos en voz baja.-\^

� 34 �

RosARD. Bar�n, Bar�n, s�gneme. {El Bar�n se acerca

� �l: Jmblan un momento bajo^ y desaparecen en seguida.)

ESCENA III.

La Condesa sola.
Pobre Bar�n! merced � sus celos, que en vano procura
contener, el Cardenal, como todo el mundo, me cree
enamorada de Gabriel , y solo � este motivo atribuye
su presencia en la corte. Pero... Gabriel no viene �
pesar de que me habia prometido... si supiera toda la
significaci�n de estfl entrevista... All� le veg. Se di-
rige hacia aqu�. {Corre � la puerta del pabell�n, se sU"
pone que habla con alguien y la cierra en seguida.)

ESCENA IV.

La Condesa, Gabriel de oficial.

�ab. Se�ora Condesa... {Salud�ndola.)

CoND. Acercaos, se�or oficial: {Sonriendo. Miradla ventana del


pabell�n: la cortina que hay en ella te agita un poco y
aparece entreabri�ndola con recato una mano de mujer con
un rico brillante en un dedo.) os doy la enhorabuena por
vuestra feliz llegada.

Gab. y yo, se�ora, os doy mil y rail gracias por la noble'


protecci�n que debo � vuestra generosidad.

CoND. Acercaos, acercaos. {Sent�ndose cerca del pabell�n.)

Gab. Se�ora...

CoND. Est�is contento con vuestra nueva posici�n?

Gab. C�mo no estarlo? Hasta creo � veces que es un sue�o


cuanto me pasa. Hace seis meses me vi de repente ar-
ruinado, y vos me tra�is � la, corte, me hac�is nombrar
oficial: parto � la guerra, y sin ning�n �ierecho � este
honor, me colocan en la primera l�nea de batalla, en el
puesto mas peligroso.

CoND. (Mirando al pabell�n.) (Oh!) Donde os hab�is conducido


gloriosamente.

Gab. Yo no he hecho mas que mi deber, se�ora Condesa ; y

� 35 �

mi modesta gloria ha sido eclipsada por la de muchos


valientes capitanes... empezando por el Rey, que se
dign� honrarme con sus enhorabuenas.

CoNDi (El rey!) {Conmovida: mirando al pabell�n.)

Gab. As� pues, se�ora, los otros han sido h�roes y yo... yo
dichoso porque he recibido una herida.

CoNp. Dichoso por haber sido herido? (Levant�ndose.)


Gab. Oh! s�, porque todo el honpr que he merecido se lo
. debo � mi Estela! � su memoria.

CoND. Seg�n eso, Gabriel, la am�is como el dia en que os se-


parasteis de su lado!

Gab. Mas aun si es posible: seguramente no ser�is vos, se-


�ora Condesa, quien me aconsejareis la ingratitud y
la traici�n.

CoND. Oh! jam�s!

Gab. Entonces no estra�eis mi impaciencia. La aldea de


Moret est� muy cerca de aqu�...

CoKD. Y ansi�is ver � vuestra amada! Escuchadme , Gabriel:


esa joven... no lo niego, tiene derechos sobre vuestro
coraz�n, pero... si existiesen otros derechos mas sa-
grados � mas ...

Gab. Mas sagrados? No los conozco, se�ora. Para m� no hay


en el mundo mas que tres objetos de amor y gratitud.
Estela, vos y el Rey.

CoND. Me conceder�is luego � vuestra vuelta de la aldea al-


gunos intantes?

Gab. Se�ora, vuestros deseos son �rdenes para m�. (Salu-


dando para irse.)

CoND. (Al fin le ha visto ! Le ha oido! Al fin ha gozado tan


deseada felicidad.) Os espero, Gabriel, os espero. {Y�n-
dose con Gabriel al fondo y siguen all� hablando.)

Estela conducida de la mano por el Caballero de Rosard. No v�


� la Condesa ni � Gabriel.

Rosard. Valor , Estela. Desempe��is admirablemente vuestro


papel. Gabriel asistir� al baile , y vuestro triunfo le
arrancar� � la seducci�n de la Condesa. {Gabriel y la
Condesa se saludan en el foro. Gabriel se v�.)

Estela. Gabriel me ver�, dec�s?

� 36 �

COND.

ROSARD.

COND.
RoSARD.

COND.

FiSTELA.

RoSARD.

Estela.

COND.

RoSARD.
COND.

ROSAKD.

COND.

RoSARD.

CoND.

ROSARD.

COND.

RoSARD.

CoND.

Estela.

RoSARD.

COND.
RoSARD.
COND.
ROSABD.

Esa idea os d� valor. Perfe cl�mente! {La Condesa al

dejar � Gabriel se dirige velozmente h �cia el pabell�n: v�

� Estela y se detiene sorprendida.)

( Qu� miro !) Estela aqu� con el caballero de Rosard!

{Bajan � la escena. ) Estela ! v os en palacio y en ese

traje?

Cualquiera diria que nuestra presencia os es poco


agradable, se�ora Condesa. {Con iron�a.)
La vuestra, caballero... tal vez.
Mil gracias.

En cuanto � Estela, me alegro infinito de verla aqu�.


Es posible?

Oh! permitid que me admire de que la gran se�ora,


la noble protectora de Gabriel, vea sin enojo en palacio
� la pretendida...

Rasla, caballero. Os conozco y os comprendo perfec-


tamente. Hab�is hecho creer � esta j�ven que mi pro-
tecci�n h�cia Gabriel era interesada ! que yo era ene-
miga del amor que la profesa.
Es verdad. {Sencillamenie.)

Sois muy generoso. Estela, el caballero de Rosard se


ha enga�ado... os ha enga�ado, dir� mejor.
Condesa !

No tengo por qu� disfrazar la verdad. Y para destruir

tan bien Urdida calumnia... me bastan dos palabras.

Decidlas, pues, Condesa.

A vos, no. A Estela �nicamente.

Pero yo poseo su confianza.

L�stima que no la haya colocado meior. {Sonriendo.)


Qu� quer�is! la confianza...
No se impone, se siente.
Justo.

Justo. Y por eso yo no dir� nada � Estela estando vos


presente.

Yo os suplico... {Al caballero.)

Rasta: me retiro pues. {Con despecho � la Condesa.)


Siento ser el �nico en contrarestaros. Todos aqu� obe-
decen vuestra voluntad.
Qui�n sabe si vos har�is lo mismo alg�n dia?
Lo dudo.
All� veremos.

Ello dir�. Hasta luego, Estela: os recomiendo el ma-

yor respeto al rango de la Condesa: la mas f;r aiide de^


ferencia � su talento, y especialmente la mas coni-
pleta... descori�ianza de lo que os diga. A dios, se�or.
{V�se saludando con sonrisa burlona.)
ESCENA VI.

La Condesa, Estela.

Estela. Hablad, se�ora Condesa, y perdonadme la {iijiiria de


mis sospechas. Vos me volvereis � Gabriel , �d'-'ei
cierto? Se vendr� conmigo � la aldea, y dicliosos en la
oscura existencia que � los dos conviene...

CoND. A vos, Estela, sin duda; pero � Gabriel...

Estela. A Gabriel, no?

CoND. Me jur�is no revelar � nadie lo que voy � deciros?


Estela. Os lo juro.

CoND. Vuestro dolor y vuestras sospechas me obligan � ha-


ceros part�cipe de este secreto. Gabriel es de un alto
linage, de un alto nacimiento... y no puede ser vuestro
esposo.

Estela. Gabriel!..

CoND. Os hablo en nombre de una familia ilustre.


Estela No es hu�rfano como creia?

CoND. Silencio! Este secreto es solo para vos. El mismo Ga-


briel lo ignora absolutamente y debe ignorarlo , 'por-
que en ello estriba su felicidad... y tal vez su vida.

Estela. Oh! yo callar�, yo callar�! �

CoND. Y... al renunciar � ser su esposa... [Movimiento de


Estela.) Es preciso , Estela... quer�is llevar vuestra
noble abnegaci�n hasta el punto de determinar � Ga-
briel � olvidaros?

Estela. A olvidarme?

CoND. Si su porvenir , si su existencia entera os reclamase


este sacrificio?.. Gabriel os ama mas que nunca', y es
fuerza...

Estela. Me ama... y vos me exig�s?.. '

CoND. No soy yo quien lo exijo, Estela, es^^su familia.

Estela. Oh! jam�s!

CoND. Es su madre! (Pausa. Estela lucha con sus ideas. )


Estela. Su madre!.. Os obedecer�.

� 38 �

CoND. Esperad. El es. Sin duda v� � la aldea donde cree ha-


llaros. Estela, valor. Es preciso.
Estela. Oh, Dios mi�! Dios mi�! (V�se la Condesa.)

ESCENA VII.

Estela, Gabriel.

VlAonlCiL. �

jCiSieidi

Estela.

(Uli Uios!)

Gabriel.

iiiSteJa!

t� aqu�, mi bien? T� aqu�?

Ah! Deja que en tus brazos

respire libre al fin.

Mas c�mo! Tus ojos

apartas de m�!..

no estrechas mi mano
contenta y feliz!

Ul.,, Ul.

HibLcld, Ul. XicSpUllUtJ .

Por qu� te encuentro as�?

Estela.

Gabriel... mi acerbo llanto

le UopiiqU� �iil sUlIil.

La suerte nos separa,

UiVIUd a cola iUicilZ.

Gagriel.

Gran Dios! Es imposible !

Estela.

Al�jate de m�.

Gabriel.

Estela!
Estela.

Al hado imp�o

es fuerza sucumbir.

Gabriel.

Ah!

En tanto su im�gen

do quiera veia,

en tanto � sus brazos

dichoso volv�a.

la ingrata! la p�rfida!

burlaba mi amor!

Estela.

Ah! no!

� 39 �

A DOS.
Gabbiel.

Estela.

Por ella � la muerte


tranquilo corr�a,
por ella mi sangre
contento vert�a,
por ella estas l�grimas
me arranca el dolor.
Gabriel.

Estela.
Gabriel.

Estela.

Gab.

COND.

Gab..

CoNDv

Gab.

COND.

Gab.

GOND.

Ah no! nunca ingrata


te fu� el alma m�a,
en t� solamente
mi dicha cre�a!
Mas hoy debo, ay m�sera!
vivir sin tu amor.
Estela..! de mi suerte
hoy vas � dicidir.
Resp�ndeme. T� quieres
que yo te olvide!
S�.

S�. [Solt�ndola y con desesperaci�n.)


Mi vida y mi esperanza
en t� llegu� � cifrar!
Adi�s! A mis pesares
la muerte fm pondr�.

(Quiere marcharse y ella le detiene.)


Detente,

respeta mi secreto
y ten de m� piedad.

Detente, Gabriel, por compasi�n.


No, jam�s!

Deteneos. (Saliendo del pabell�n.)


Se�ora... nada quiero escuchar.
En nombre de vuestra madre!

(Mira � Estela y la tiende la mano. ) De mi madre! Per-


don, Estela, todo lo comprendo.
S�, vuestra madre que existe , que lo ha escuchado'
todo... que est� ah�... luchando entre el terror y el
irresistible deseo de estrecharos contra su coraz�n!
Oh! yo quiero conocerla! decirla...
Conocerla es imposible, pero no abrazarla. S�, en ese
pabell�n... Entre las sombras do la noche... un breve
instante no mas: seguidme. (Entran los dos en el pa^
bellon.)

^ 40 �-

ESCEl^A VSII.

Estela, el Caballero de Rosard.

MUSICA EN LA ORQUESTA HASTA EL FIN DEL ACTO.

Rosard. (Saliendo r�pidamente y dirigi�ndose � Estela con terror^


misterioso.) Estela! Estela! Huid! No perd�is Jin mo.-'
ment�!

Estela. Huir? Por qu�? Gabriel v� � volver dentro de poco.; � . ,


Rosard. Huid os digo. Si supi�rais ; lo que acabo de deseurbr�c!

Vuestro inter�s solo me hace retardar por breves ins-


tantes la ejecuci�n de una orden soberana! No pens�is
mas en Gabriel. Est�is condenados; � una separaci�n
eterna! Huid al punto. {Y�se.)
Estela. Esperad!
ESCESiA IX.

Estela , Gabriel.

Gab. Oh! {Lleno de alegr�a y saliendo del pabell�n. Besa un

pa�uelo que trae en la mano.)


Estela. Gabriel!

AB. Acabo de abrazar � mi madre. Estela mia ! No he po-


dido ver su rostro , y debo ignorar siempre su nom-
bre! Pero me ha estrechado contra su coraz�n, y esta
prenda que ella no me destinaba , pero que en su
emoci�n abandon�!., ser� el santo recuerdo de...

Estela. Dios mi�! {Ha examinado con una agitaci�n creciente


una punta del pa�uelo .)

Gab. Qu� es eso?

Estela. Esta prenda, Gabriel... no has reparado?..


Gab. Qu� veo! Las armas reales de Francia. {En este mo-
mento el caballero y un hombre enmascarado que le d�
sus �rdenes aparecen en el fondo seguidos de algunos
. guardias.)

Estela. Y este pa�uelo le pertenece � tu madre!


Gab. a mi madre! Entonces... entonces, Estela, yo soy her-
mano d�l... {Con orgullo.)

� 4i �
ESCENA X.

Dichos, el Caballero. El personaje enmascarado, Guardias. Se


lanzan vivametite sobre Gabriel sin dejarle concluir , � una se�a
del enmascarado, que desaparece por el fondo.

Estela. Piedad! Piedad! {Cayendo de rodillas. Se llevan � Ga-


briel, � quien han tapado lo boca con un pa�uelo blanco.
El caballero de Rosard contempla un instante � Estela �
sus pi�s, se desase de ella y sigue � los o�ros. Cae el tel�n.)

FIN DEL ACTO SECUNDO.

ACTO TERCERO.

EL MONASTERIO DE LERIN.

Una vasta galer�a del claustro abierta al fondo sobre el mar. A


la derecha la entrada de las celdas ; cerca de esta entrada un
reclinatorio. A la izquierda la puerta de la Iglesia.

ESCENA PRIMERA.

Al levantarse el tel�n , se oye el ruido de una tempestad , rel�m-


pagos, etc. La Condesa y Estela est�n sentadas � la derecha ; � la
izquierda aldeanos y marineros en actitud de orar.

MUSICA.

INTRODUCCION. � CORO.

Escucha, oh Dios clemente ,


la s�plica ferviente
del m�sero mortal.
� Ten piedad.

y aplaca omnipotente
el trueno y rayo ardiente
y el �iero vendabal.

Piedad!

Piedad!

� 43 �

Del n�ufrago
la voz
te implora,
oh Dios!

Piedad ten de tus hijos,

piedad, piedad, Se�or.


Dentro. Favor! favor! {Se oyen dentro dos ca�onazos.)

Coro. A un buque h�dalas rocas

el viento v� � arrastrar.
Demro. Favor! favor!

Coro. Socorro nos demandan.

Dentro. Favor!

Corramos sin tardar!


Corramosl
Corramos! .

[Se van por la bajada que conduce � la orilla del mar.


La tempestad v� cediendo poco � poco.)

ESCENA ri.
La Condesa, Estela.

CoND. Vamos, Estela, un poco de valor.

Estela. Hasta el cielo est� contra nosotros.

CoND. Al contrario... El nos ha hecho encontrar este asilo en


un monasterio de la Isla de San Honorio , donde po -
dremos esperar que la tempestad cese , para darnos
de nuevo � la vela y llegar � la Isla de Santa Margarita.
Tranquil�zate... � menos que yo no te inspire ninguna
confianza.

Estela. Despu�s de Dios, se�ora Condesa, vos sois mi esperanza


y mi f�. Sin vos, sin vuestra piedad que me ha admitido
� vuestro lado , qu� ser�a de m� ? recordad los largos
d�as de incertidumbre y desconsuelo que han tras-
currido desde que se llevaron � Gabriel de la corte,
desde que bajo la vigilancia de Mr. de Saint Mars y el
caballero de Rosard le condujeron � la Isla de Santa
Margarita.

Go^D. Donde el infeliz esp�a la desgracia de su nacimiento!


S�, hija m�a. Cuando la Reina dio al mismo tiempo �
luz � Luis X�V y � su hermano, graves consejeros te-

mieroa que mas tarde vinieseQ las pretensiones de en-


.trambos � turbar la paz del reino. Entonces se decidi�
que el pr�ncipe que habia nacido el primero, fuese el
Rey, y que el �tro, sin saberlo la Reina, fuese llevado
� una oscura aldea , donde pasase su vida , en el mas
completo aislamiento � ignorante de su elevado origen.
Estela. Pobre Gabriel!

Go.ND. Pero el coraz�n de la madre se inquietaba sin cesar


por la existencia de este hijo. Pedia, suplicaba de con-
tinuo le concedieran el placer de verle , de saber en
qu� rinc�n de la tierra pasaba su vida oscura.. . Vano
deseo! Siempre le contestaban con la raz�n de estado.
Entonces apel� � otros medios: me confi� su secreto,
sus penas, y me envi� en busca de su hijo , � quien
en mal hora quiso. y logr� llevar � la c�rte, y abrazar
aquella noche en el pabell�n. Yo la obedec�... fui � la
aldea...

Estela. S�, se�ora Condesa, desgraciadamente s� todo lo


dem�s.

GoND. Pero lo que t� no sabes aun, pobre Estela, es que para


ocultar las facciones de Gabriel � todo el mundo , han
cre�do necesario aumentar cruelmente los rigores de
su cautiverio... cubriendo su rostro con una m�scara
de hierro!
EsTEiA. Gran Dios! Pero al menos vos est�is segura de que
varaos � volverle � ver , � consolarle! � dulcificar su
infortunio!

CoND. S�, hija mia, la Reina madre ha obtenido del Carde-


nal , que la custodia del preso sea confiada al Bar�n,
el cual ha sido nombrado � este fin, gobernador de la
Isja de Santa Margarita, en reemplazo de Mr. de Saint
Mars, que � nuestra llegada se vo�ver� � Francia para
tomar el mando de la Bastilla.

Estela. Pero el caballero de Rosard contin�a � pesar de eso


al lado de Gabriel!

CoND. He. sido yo quien lo ha pedido: le prefiero � cualquier


otro. El caballero puede servir � nuestros planes.

Estela. El? Vuestro mas mortal enemigo !

CoND, Precisamente con lo que menos cuento es con su


amistad.

ESCENA ril.

Dicnxs y el BAm?i presuroso.


Bar�n. Condesa!.. Condesa!..

GoND. ' Qu� ten�is, Bar�n! Por qu� ven�s tan turbado?
Bar�n. Es que no me falta raz�n para ello.
CoND. Siemp re dec�s lo mismo!

Bar�n. Entonces consiste en que me turbo siempre. Pero

cuando sep�is!..
CoND. Vamos, vamos, reponeos.

Bar�n. S�. Eso es lo que estoy h�iciendo; pero poco � poco,


gradualmente. El coraz�n del hombre es como el mar,
que no puede calmarse de improviso.

CoND. En fin, sepamos... acabad por favor.

Bar�n. Sab�is cu�l es el buque que iba � estrellarse con-


tra las rocas, y que acaba de arribar felizmente 6. esla
playa?

CoND. No.

Bar�n. Pues es nada menos que un buque que conduce � Mr.

de Saint Mars y � Gabriel � Francia, � lo que es lo

mismo, � la Bastilla.
Estela. Cielos!
CoN�. Imposible !

Bar�n. Imposible?^ yo mismo acabo de verlos!


CoND. A Gabriel?

Bar�n. A Gabriel! Es decir , verlo... � medias: su m�scara me


ha impedido...

CoND. Oh! Todo lo comprendo. El Cardenal ha querido bur-


larnos.

Bar�n. De manera. Condesa , que ya es in�til que vay�is � la


Isla de Santa Margarita , donde no encontraremos mas
que al caballero de Rosard, que Dios confunda.

Estela. Ah, se�ora, muri� nuestra esperanza!

CoND. Ah! s� . Todo se ha perdido... Pero... aun me cuesta


trabajo el creer...

Bar�n. Mirad. Ahora os convencereis de lo que he dicho,. (Se-


�alando al fondo del teatro.)

ESCENA IV.

Dichos, Saint Mars , Gx^mel cubierta la cara con tina m�scara de


hierro. Guardias. Marcha lenta ij triste en la orquesta. Vienen por la
escalera que conduce al mar y en este orden: los mosqueteros � larga
distancia. Gabriel, �/ � su lado Mr. de Saint Mars , la tabeza des-
cubierta, el sombrero en la mano con ademan respetuoso pero severo-
Despu�s tres caballeros y otros cuatro mosqueteros. Gabriel entra por la
puerta primera de la izquierda seguido de Mr. de Saint Mars. Los ca-
balleros y los guardias se retiran � una se�al de este. Cuando todos se
han ido se oye al fondo la voz del Caballero de Rosard.

RosARD. (Dentro.) Que estas �rdenes sean ejecutadas al punto-

CoND. El caballero de Rosard!

Bar�n. Maldita sea su estampa!

CoND. Estela ! Bar�n! ocultaos ah�.

Bapon. Pero no conoc�is que todo es in�til con esa �iera?

CoND. Hab�is olvidado que tenemos contra �i un medio.

Bar�n. Comprendo! Venid, Estela, venid.

GoND. Apresuraos. (5^ van.)


ESCENA V.

La Condesa, el Caballero de; Rosard.

Rosard. Maldita tempestad, que nos obliga � detenernos.


CoND. Caballero de Rosard!

Rosard. Condesa! Que encuentro tan inesperado. (Salud�ndola.)


CoND. Y vos podr�is csplicarme...

Rosard. C�mo es que no os he aguardado en la Isla de Santa


Margarita ? Pregunt�dselo al se�or Cardenal-Ministro;
que al nombrar al Bar�n Gobernador de esa Isla, nos
envi� una orden � Mr. de Saint Mars y � m� para que
parti�semos antes de vuestra llegada, � fin de trasladar
al preso � la Bastilla.

CoND. Pero eso es una traici�n, un enga�o!

Rosard. No por cierto! (Con iron�a.) Porque... no por eso deja


de ser el Bar�n Gobernador de la Isla de Santa Mar-
garita... donde por ejemplo no tendr� que gobernar

� 47 �

mas que � su amada futura... empleo que le proporcio-


par� muchos envidiosos... empezando por m�.

CoND. Caballero... podr�ais concederme algunos instantes?

RosARD. Mis instantes no me pertenecen do aigun] tiempo �


esta parte. Y en la circunstancia presente...

CoND. Son muy preciosos, no es cierto?

RosARD. Eso precisameute iba yo � decir.

CoND. Sin embargo, Os vivir� por este favor sumamente agra-


decida, y de vos depende que no se prolongue la en-
trevista.

RosARD. Estoy � vuestras �rdenes, Condesa.

CoND. Sospech�is la gracia que voy � pediros.

RosARD. Si es mi admiraci�n por vuestro ingenio y nobles pren-


das, no la pid�is. Hace tiempo que os la tributo.

CoND. Sois... muy galante!

RosARD. Gracias. En fin, Condesa, esplicaos.


CoND. Y me promet�is de antemano acceder � mi demanda...
cualquiera que sea?

RosARD. Yo har� todo lo que me mand�is...

CoND. Oh ! gracias.

RosARD. Escepto eso.

CoND. Escepto eso? Sois poco amable, caballero de Rosard.


RosARD. Ph! Me lo prohiben mis instrucciones.
CoND. Est� bien. Hablemos de otra cosa.
Rosard. Hablemos.

GoND. Decidme, caballero, hace mucho tiempo que no hab�is

vuelto � la aldea de Moret?


Rosard. {Con desconfianza.) Eh? No he vuelto desde el d�a que

tuve �l honor de veros all�.


CoND. Qu� alegre fiesta aquella , eh?
Rosard. Muy alegre.

CoND. Pero... que fu� desgraciadamente interrumpida por un

funesto suceso... '


Rosard. Cu�l?
CoND. Ya os acordareis...
Rosard. No.

CoND. � Un terrible incendio.


Rosard. AW s�. {Procurando dofninarse.)
CoND. Qu�! Lo hab�ais olvidado?
Rosard. Tengo muy poca memoria...
CoND. Eso suele suceder � todos los que tienen mucho ta-
lento. �

� 48 �
�losARD. Oh!.. {Procurando sonre�r.)
OoND. Y... conoc�is vos el autor de aquel crimen?
UosARD. Ko tal.

CoND. Pero... desear�ais conocerle?


RosARD. A qu� fin?

CoND. A fin de velar sobre vuestra casa... si alguna vez �l


entrase en ella.

RosARD. Condesa , yo no. tengo casa. Yo vivo siempre alojado

por cuenta del Gobierno.


CoND. Es decir que hab�is tomado ya vuestro partido!.. No

quer�is concederme nada adelantado.


RosARD. Y bien, qu� me dar�is en cambio?
CoND. Una cosa de gran valor.
RosARD. Y es?
CoisD. Un aut�grafo.
RosARD. Un... aut�grafo?

COND. S�.

RosARD. De qui�n?

CoND. Adivinad.

RosARD. De Luis XIV.

COND. No.

RosARD. DeMoli�re?
CoND. Mejor que eso.
RosARD. Del Cardenal Mazarino?
CoND. Mejor aun.
RosARD. Del diablo entonces.
CoND. No and�is muy lejos.
RosARD. En fin... de qui�n?

Cond: De un incendiario, que puede adquirir una gran cele-


bridad, ante los jueces.

RosARD. Y ese aut�grafo... lo llev�is por ventura con vos?

Co>D, YL�\o Si^M�. {Sacando un papel.) - . -

RosARD. (Oh!) Y se puede saber el contenido.'

CoND. Voy � leerlo para satisfacer vuestra curiosidad , <t Me


mand�is impedir � toda costa la boda de Gal>riel.
Cuando recib�is esta respuesta habr� ejecutado vues-
tra �rden, la ruina d e Gabriel ser� completa , y para
ello no tengo otro medio que el de poner fuego � su
granja. Firmado...� [Apoder�ndose vivamente del papel p
leyendo con ansia.)

RpsARp. El caballero de Rosard. /,

Cc�ND. Por qu� arrebatarme lo que yo misma iba � ofrecros

- 49 �

RoSARD. No es mi letra! {Con furor,)

CoivD. No. Si no es mas que una copia. El original est� en


buenas manos , y si os decid�s � ser nuestro enemigo,
una persona tiene la misi�n de poner el billete bajo un
sobre y remitirlo al primer presidente , que... vos le
conoc�is, es uno de esos hombres fieles � su deber , y
� quien no puede vencer ninguna influencia... ni la
del mismo Rey... ni la del mismo. Cardenal-Ministro.
RosAHD. (Es verdad!) Y qu� exig�s de m�?

Cor�D. Que favorezc�is la fuga de Gabriel.

RosARD. C�mo! vos quer�is?..

CoND. Ninguna ocasi�n mas favorable que la presente. Este


monasterio, no est� guardado como la Torre de Santa
Margarita, y no es posible que vos dej�is de encontrar
una idea feliz en los recursos, de vuestra imaginaci�n,
y en vuestro valor , la energ�a necesaria para ejecutar
mi deseo.

RosARD. Pero, seria perderme, se�ora.

CoM>. Al contrario. Yo os garantizo de que har�is vuestra


fortuna. El buque que nos h� conducido hasta aqu�, y
que est� � punto de darse � la vela, os llevar� en nues-
tra compa��a lejos de Francia... � Y bien ?

HosARD., Necesito algunos momentos para p�hsarlo.

CoND, Entonces... os dejo, para volver en seguida ; y entre


tanto voy � dar �rdenes para nuestra marcha... segura
como estoy desde luego de la respuesta que me dar�is
por vuestro propio inter�s. {Y�se.)

ESCENA Vi.

El Cabllero de Rosard, solo, despu�s el Bar�n.

I^os�rd. Oh! Todo lo comprendo ahora. Aquel encuentro en la


aldea de Moret, era una estratagema ! Aquella persis-
tencia del Bar�n para hacerme beber era una perfidia!
Aquella, orden en �n , que determin� mi imprudente
respuesta... aquella orden fu� dictada por la Condesa!,
escrita por el Bar�n! Ah! caro amigo de mi alma! C�mo
voy � demostrarte mi agradecimiento! {Tocando � su es-
pada,) Pero... qu� digo? desde iioy me hallo � merced
de loa dos!; esloy vencido! {Se queSf c^izbajp.)

- oO �

Bar�n. (Aparte fingiendo no ver al caballero.) No puedo resistir


�il deseo de saber si la Condesa ha lo grado... Aqu� est�
nuestro hombre! Oh! nada mas que con verlo se co-
noce que se ha rendido! Bravo! Ya es nuestro! Bravo!

^ � ^-/�gem! egem! Ola! Caballero!..

Rosar�.- (El Bar�n!... El ciclo me lo env�a!... Probemos!

Baro\. Calle! Qu� diablos tienes? Te veo algo... pues ! algo...


je! je!

RosARD. Je! je! je! [Forzadamente.)

Bauon. Je! je! je! Con qu�?... Puedo saber qu� causa ese aire
grave y meditabundo ?

RosA-UD. S�. La Condesa y yo acabamos de obligarnos mutua-


mente en un asunto importante...

Bar�n. (Xo lo dije?)

HosARD. Y... aqu� me tienes buscando los medios de llevar �

cabo mi promesa.
Bar�n. , Bravo! Dame esa mano. T� y yo, somos uno. Y bien?. .
RosARD. Que os entrego el interesante preso y en cambio me

entreg�is � m�...
Bar�n. Qu�?
RosAiiD. Ya sabes.
Bar�n. Yo... no... no... ni esto.

RosARD. Vamos, vamos! No te hagas el ignorante... Yo soy ya


de los vuestros.

Bar�n. De los... Y cu�les son los m�os? Si yo no... Te aseguro...

RosARD. Bien ! querido Bar�n. Yo te apreciaba antes de ese


rasgo de ingenio!., pero ahora te admiro!

Bar�)n. Calle! Con que yo soy capaz de tener de vez en cuando


alg�n rasgo de ingenio? Pues mira, si t� no me lo di-
ces, maldito si me lo sospechaba siquiera.

RosARD. Pero qu� ingenio ! Fingir que te encontrabas conmigo


en la aldea como por casualidad , hacerme beber para
turbar mi raz�n, escribirme despu�s un billete sin or-
tograf�a para guardar mejor el inc�gnito... Bien!.. So-
berbio! (Riendo.)

Bar�n. C�mo! T� sabes?...

RosARD. Cuando me lo ha contado la Condesa, be re�do... he


re�do.... (R�e.)

Bar�n. Ja ! ja ! ja ! {Ri�ndose , pero mir�ndolo siempre con re-


celo.)

RosARD. Asi pues... como dec�a: en cambio del pobre preso que
yo debo entregaros , la Condesa me ha dicho las se�as

� 51 �

y la morada del hombre, que debe darme el original de


mi respuesta � tu ingenioso billete.
Bar�n. Ya! Con que te ha dado las se�as de... (Tate! le quiere

hacer correr por esos mundos buscando... ) Con que te

ha dado las se�as...


RosARD. Exactas.
Bar�n. Dilas, dilas. (Riendo.)

RosARD. Cuarenta a�os... poco mas� menos. Estatura peque-


�a, rostro inquieto, mirada t�mida! (se turba.) Pierna
incorrecta. Se�as particulares. Temblor nervioso.

Baro.^. y... su morada...

RosARD. En la Isla de San Honorio, en el Monasterio de Lerin,

y en frente del Caballero de Rosard.


Barox. Lo sabe todo!

RoSARD. Ah ! (Satisfecho de su descubrimiento.)

DUO.

RoSARD.

Amig� el mas querido,

car�simo Bar�n!

Bar�n.

(Ay!)

Rosard.

T� vas � concederme

al punto un gran favor

Bar�n.

Un favor?
Rosard.

Un fivor.

T� ocultas el escrito

que tanto busco yo.

Bar�n.

No.

Rosard.

S�. Lo est� diciendo

tu miedo y mi raz�n.

Bar�n.

(Por qii� ya que este miedo

me disteis, justo Dios,

no sabe reprimirse

seg�n la situaci�n?)

Rosard.
Bar�n, ya soy tu amigos

Bar�n.

Mil gracias por tu amor.

Rosard.

Mi humilde ruego escucha.

BARON.

(Serpiente!)

Rosard.

Chist, Bar�n!

la carta.

Bar�n.

Espera un poco

y escucha sin rencor. '

_ 5 2

Si � darte lo que pides


yo rae negara,
por razones de peso
muy reservadas;
qu� es lo que barias?
No olvides que te aprecio
con alma y vida.
RosARD. Si � darme lo que pido

t� te negaras ,
por razones de peso
muy reservadas..!
Yo te diria...

Bar�n, ya que te niegas...


dame tu vida!!

(Tirando la espada con fiero ademan.)


Bar�n. San Francisco

me proteja
� y la Virgen
de la 0.
Oh!!!

Este b�rbaro
me ensarta
como � un pollo
el asador !

RosARD. Bar�n, el papelito.

Bar�n. (Qu� har�, tiriste de m�!)

No s� donde lo he puesto,
RosARD. Ah�. ( Se�al�ndole al pecho con la punta de la

espada.)

Bar�n. Aqu�? {Se�alando al bolsiUo derecho.)

RosARi>. Ah�. (Alpecho.)

Bar�n. Aqu�? (Al bolsillo izquierdo del pecho.)

RosARD. Ahil (Alpecho.)

Bar�n. kyl (Le pincha.)

RosARD. S�, s�. Ah�! Ah�! Ah�! (E! Bar�n le d� el papel.)

Gracias. (Saludando.)
Bar�n. (Rayos!)
RosARD. Gracias mil!

Buen Bar�n!
Bar�n. (Ah brib�n!)

RosAR�. Para t�...

Bar�n. (BaVad�!)

� 53 �
UosARD. Ya no habr�...

Bar�n. (Voto�!..)
RosARo. Ira en m�.

Bar�n. Gracias mil.

RosARD. Oh, qu� dulce es la amistad! (Abraz�ndole.)

Bar�n. (G orno pueda hacerte ahorcar. . !)

RosARD. De m� puedes disponer.

Bar�n. No lo dudes que lo har�.

Que en pagarte mi cari�o

cifro todo mi placer.


RosABD. Esta prueba de cari�o,

yo jam�s olvidar�.
RosARD. -Oh! qu� dulce es la amistad...

Bar�n. (Ohl si puedo hacerte ahorcar

qu� placer!)
RosARD. Y la f�. {Se v� el Bar�n.)

ESCENA Vli.

Caballero de Rosard: despu�s Mr. de Saint Mars, Gabriel sin


la m�scara. Guardias al fondo.

Rosard. Oh! Al fin 'hall� este fatal billete. Ahora lo d-esafio.


{Le rompe.) Qui�n viene? {Se descubre.)

Mars. Vuestra alteza puede respirar libremente aqu� algu-


nos instantes seg�n desea. Caballero de Rosard , den-
tro de media hora os trasladareis con su alteza � bordo
donde ya me encontrareis. Cierto aviso del Gobernador
de esta Isla hace indispensable gue tenga con �l una
conferencia, y entre tanto , vos qued�is encargado de
la custodia del preso. Haced que se redoble la vigi-
lancia, y se coloquen centinelas en todas las salidas.

[Saluda � Gabriel y se v�.)

� 54 �

ESCENA VIH.

Gabriel �<?/�?.
CANTO.

De reyes nac�!
secreto fatal!
Por �l lloro aqu�
sin tregua mi mal !
Ay!

Ay mi juventud querida! �
Ay mi alegre libertad!
Encierro cruel
mis aves ahog�,
consuelos en �l
mi suerte no hall�.
Ay!

Ay! ni un eco, ni un suspiro


� los m�os respondi�!
Ay de m�!

Ay! {Se queda dormido.)


Estela. Gabriel! Gabriel.

{Sale corriendo y se detiene al verle dormido.)


El sue�o
sus p� rpados cerr�,
velad por �l Dios mi� !
velad, oh Dios!
Llevad � su mente
la im�gen querida
del bosque, d� un tiempo
feliz se creia!
La verde floresta
contemple � su vista,
y el sol que doraba
la alegre colina.
Dadle el so�ar
con su pasada
felicidad.

Duerme, mi amor, (A Gabriel.)


duerme.

� oo

HABLANDO.

Gab. Esta voz! Estela? {Despertando.) No es un sueno? [tu

aqu�! � mi lado !
Estela. S�, Monse�or.

Gab. Monse�or! Qu� poco has tardado en recordarme mi

suerte despiadada!
EsTFXA. Es que vuestra suerte puede cambiar aun. La Condesa,

con quien he venido hasta aqu�, intenta salvaros � toda

costa... y Dios me dice que al fin os salvaremos.


RosARD. Que \o sdXwiirnis'! (Present�ndose.)
Estela. Dios raio! {Poni�ndose junto � Gabriel.)
RosARD. Estimo demasiado mi vida para dejarme sorprender..�

y no hab�is pensado en el castigo severoqueosamenaza!


Estela. Prometedme al menos que alguna vez podr� verle, que...
Rosarb. Imposible, en adelante. Una vez, Monse�or, en la Bas-
, tilla... tal es la orden del Cardenal, conservar� la m�s-
i cara puesta mientras dure su vida,

Estela. Cielos!
Rosard. Yen cuanto � vos...

Gab. No prosig�is. Juradme antes de todo que dejareis par-


tir � esta joven, que respetareis su libertad.
RosARo. Yo no puedo prometer nada.

Gab. CdiimWero �e Ros,'SLv�. {Con euergia: el caballero se sienle

avasallado �por la mirada de Gabriel.)


HosARD. Est� bien,. Monse�or. [Aparte � Gabriel.) Pero buscad
~ . cualquier pre testo para que Estela se retire de aqu�
: ' al momento � no podr� cumplir � pesar mi�...
G(AB.: Estela...
Estela. Van � separaros de m�!
Gab. No.. Por breves instantes no mas.
Estela. Oh! No me en^�a�eis!

Gab. Te lo aseguro. Ret�rate, despu�s... mas tarde nos vol-


veremos � ver. No es cierto, Caballero de Rosard?

RosARD. S�, s�. Retiraos. Yo os prometo... si os viesen aqu�...


Venid.

Estela. Gabriel!

Gab. Hasta luego, Estela. Adi�s. [Estela entra en la capilla.)

Adi�s para siempre. {Se quedada imn�vil y sombr�o.)


Re�ARD, (Pausa.) Monse�or. . . [Gabriel levanta la cabeza y le mira .)

� 56 �

Mr. de Saint Mars nos aguarda ya � bordo, y dentro de


breves instantes...
Gab. Cuando gust�is.

RosARD. (Apresuremos la partida.) {Siguiendo � Gabriel que se v�


por la segunda puerta de la derecha.)
ESCENA SX.

El Bar�n.

(Agitado y con la fisonom�a alterada.) Ya no est�! Qu�


har�? volverme... Imposible. La Condesa me acaba de
declarar indigno de su mano. Indigno... basta: del nom.
bre que llevo ! Tiene raz�n. El hombre que como yo se
ha dejado humillar!., ser objeto de mofa de ese des-
almado... Si yo supiera en lo que consiste el valor. Si
yo... Y no hay remedio. Despu�s de la humillaci�n que
he sufrido, las gentes se reir�n de m�. Ah� v�, dir�n, -
quien se dej� insultar y no llev� siquiera su mano � la
espada. (La mira.) Ya se v�! Acostumbrado � llevarla
de adorno, jam�s se me ocurri� que podia servirme de
nada! pero la honra... la honra me manda recobrar
ese papel � perder un ojo... � un brazo... � la vida!..
Y bien... qu�? Me har� cuenta que me d� una pulmo-
n�a y... zis! �la eternidad! Mi bisabuelo muri� peleando
contra los ingleses ! Qui�n fuera mi bisabuelo! Gran
Dios! Y qu�? Acaso no era un hombre como yo? Cu�l
es la diferencia? Ninguna. El caballero es un ingl�s.
Cabal, Bar�n!! Cierra los ojos! ten todo el miedo que
quieras , tiembla todo cuanto te d� la gana... pero con
miedo � sin �l, naciste caballero... y... morir�s , pero
morir�s (Enternecido.) con honor.

ESCENA X.

El Caballero de Rosard, el Bar�n.


Bar�n. E\ es l (Retrocede.)

RosARD. (A un oficial.) Disponed 1^ marcha inmediatamente. (El


oficial saluda y se v�.) Ola! C�mo es que te hallo aqu�?

- 57 -

Bar�n. Chis! Pocas palabi'as, caballero. Pocas palabras. Abre-


viemos.
RosARD. Abreviemos... Qu�?

Bar�n. Nada, nada. Abreviemos. Hay cosas q�e no deben peo-l

sars�, porque de lo contrario no se har�an nunca.


RosARD. Pero qu� significa...

Bar�n. (Dios mi�! No rae acuerdo en estos momentos de mis


pecados! Creo que no son muchos, pero en fin... per-
donadlos todos y... (Murmura algunas palabras.) Amen.
(Con voz fuerte peto temblona.) Caballero de Rosard, tu
vida � el billete!

Rosard. Has perdido el juicio? (Admirado.)

Bar�n. Algo hay de eso. Defi�ndete. (Saca la espada.)


Rosard. Luego vienes � exigirme el billete!

Bar�n. Me lo vas � devolver? (Xyl si me lo devolviera! si me lo


devolviera!... Y se souri�!...) No , yo te dir�, si la cosa
se pudiera componer entre amigos...

Rosard. Entre amigos con espada en mano?

Bar�n. Porque ese es mi genio , hombre. Mi genio vioien-


^ to, y.;.

Rosard. Bar�n... Conozco bien al genio que te inspira ese mal


disimulado valor! Dios y �l tengan piedad de t�. (Tira
" ' ' -de la espada.) ' ;
Bar�n. [Eai\ �l monrl) (Disponi�ndose.)

(Se baten y al mismo tiempo canta dentro Estela.)

Canto. Santa Virgen pura,

tu eres para m�
fuente de consuelo
sol de porvenir:
y yo en t�

Virgen pura, solo en t�


hallo fuerzas
y esperanzas
ya dichosa,
ya infeliz!

Rosard. Qu� oigo! {Aparte bati�ndose.)


Bar�n. Galle! Le hago retroceder. (Id.)
Rosard. Esa canci�n! Esa voz! (Id.)
Bar�n. Pues no hay mas! A que salimos con que soy va-
liente. (Id.)

� 58 �

RosARD. D�jam�! {Siempre mirando al sitio de donde sale la voz


se dirige al Bar�n y sin dejar de batirse le dice.) Aplace-
mos el combate!

Bar�n. Aplazarlo! (Ya pide treguas!) Nunca! Jam�s!

RosARD. Oh!.. [Tira la espada y corre h�cia la capilla, emp�jala


puerta con violencia y entra.)

Bar�n. Lo desarm�. {Asombrada y estupefacto.)

ESCENA XL

El Barqn, la Condesa.
Bar�n. Y ha huido! Es imposible!.. Y sin embargo,: su espada

es esta! S�!! {Se queda mir�ndola sin cogerla.)


CoND. Bar�n! {Sale por el foro.)

Bar�n. {Creyendo que es el cabellero , se vuelve esclamando.) Si !

continuemos el comba. . .
Cono. Ah! {Sobresaltada.)

Bar�n. Calle! Sois vos? Me alegro de veros. {Se pasea con aire

triunfante.)
CdND. Qu� ten�is?

{El Bar�n sin responder y siempre' paseando se�ala dos

� tres veces la espada del caballero.)


CoND. Eh? una espada! De qui�n?
Bar�n. Del Caballero de Rosard.
CoND. Os habes batido con �l.
Bar�n. S�.
CoND. Yos!

Bar�n. Yo. Y he tenido el sentimiento de...

CoND. De haberlo muerto?

Bar�n. No, de dejarlo vivo.

CoND. Pero vos. Se me figura un sue�o!

Bar�n. A m� tambi�n! Pero sue�o � no, soy digno de vos Con-


desa. Mi honor reclamaba esta reparaci�n y yo en pun-
tos de honor... En fin. Ah� est� la prueba. {Se�alando la
espada.) Ah� la ha dejado, guareci�ndose en esa capilla,
el cobarde. .

CoND. En esa capilla? {Mirando por una peque�a reja de la


puerta.)

Bar�n. (No s� por qu� se me ha metido en la cabeza que yo no


he ganado � pesar de todo.)

� 59 �

C�ND. Cielosh [Mirando por la reja.)


Bar�n. Qu�, est� herido?
CoND. No, est� � los pi�s de Estela.
Bar�n. Qu� dec�s?

CoNb. Cliiss. Callad. Le habla de su madre!


Bar�n. De su madre?

CoND. De su madre seducida por un hombre que despu�s la


abandon� vilmente.

Barop�. Entonces... (Aparte.) Entonces su deseo de aplazar el


duelo era por correr al lado de Estela. Aquella canci�n
que yo apenas escuchaba fu� la que le hizo lanzarse �
esa capilla! (De pronto.) No lo he vencido! No lo he
desarmado! Condesa, os aguardo � bordo.

CoND. Esperad. (Oh si fuese lo que yo me sospecho! Si Estela


hubiese hallado en el Caballero de Ros�rd al hombre
que...) Ya viene... (Se oculta en el fondo.)

Bar�n. Y qu� hacer ahora?

{Se abre la puerta de la capilla. El Caballero de Rosar�


sale y se detiene cubri�ndose el rostro con las manos.)

ESCENA XII.

La Condesa, el Bar�n, el Caballero de Rosard.


Bar�n. Qu� miro?

RosARD. [Despu�s de una pausa.) No. Jam�s sabr� el nombre del


que hizo infeliz � su pobre madre!.. Para que t� ni�a
inocente me bendigas, para que la que est� en el cielo
me perdone... A Dios vuelvo mis ojos, y �l me dar� el
valor que necesito. (PfliMSfl.)

Bar�n. Caballero... [Present�ndole la espada.)

RosARD. Bar�n. Eres t�? Necesito de t�, y reclamo en este mo-


mento tu auxilio. Sig�eme.

Bar�n. Caballero de Rosard! Ignoro cuales son tus proyectos,


pero nada hay de com�n entre los dos y...

Rosard. Y sin embargo es fuerza que me sigas.

Bar�n. Eso lo veremos.

Rosard. Oh!.. Pues bien: os lo mando en nombre del Rey.


Bar�n. Pero... [Ya algo indeciso.)
Rosard. Vacil�is aun?

� 60

Bar�n. En nombre del... (Yendo h�cia la izquierda con inde^

RosARD. Oh! valor! .n7 (f/ofi

{El caballero le hace una se�a. El Bar�n lo mira y le


se�ala la puerta del pr^so, Se van los4gs.)

Estela, la Condesa.m--�{ m i>i ,

GoND. Estela!

Estela, Venid, se�ora Condesa. Yo necesito saber � toda costa


por qu� el Caballero; de Rosard conoce el secreto de mi
vida! , Por qu� ha llorado � mis pi�s pidi�ndome rog�ra
por �l al cielol Yo necesito en fm que rae prometa sal-
var � Gabriel.

CoisD. S�, s�. Corramos. Cielos! Esos soldados!..

Estela. Ah!.. ya es tarde!

CoND. S�, ya no hay remedio.

Estela. Las fuerzas rae abandonan. {Cae en un asiento casi des-


mayada.)

CoND. Valor, pobre Estela, valor.

Estela. Gabriel. (M�sica: sale el preso con la m�scara puesta, pre-


cedido de dos soldados y seguido de otros dos y varios ca"
ba�eros descubiertos. El preso, antes de desaparecer de la
escena, se detiene para contemplar � Estela^ con marcadas
muestra,^ .dQ ,se�iUniiento.)

Baro n. Atr�s. � ; : . , ?9"ij[:�>� \ ;

COND- C�mo?..; ' � ' i , .

Bar�n. Atr�s! '//fbur a<i':>

CoND. Vos nos cerr�is el paso! Con q�� t�tulo?


Bar�n. El gobernador de la isla de Santa Margarita est� ai ser-
vicio del Rey en todas partes!
Estela. Oh Dios m�o! Dios mi�!

CoND. Luego es decir que os hab�is puesto de acuerdo con

nuestros enemigos!
Bar�n. No lo s�.

CoND. Pero esto es una perfidia! Una infamia! Esto es en fin.. .


Bar�n. Esto es salvar � Gabriel. {Sac�ndole despu�s que se han

marchado todos.)
Todos. Gabriel.

� 61 �
Gab, S�, Gabriel, que parte con vosotros para vivir lejos de
Francia oscuro y olvidado. Un hombre generoso ha
querido salv�ndome espiar las faltas de toda su vida!
y desde hoy, solo ser� para vosotros [Al Bar�n y la Con^
desa.) un modesto amigo: para t�, Estela, Gabriel el al-
deano... {Con solemnidad.) y para Dios solo... el her-
mano del Rey de Francia.

FIN.

GOBIERNO DE LA PROVINCIA DE MADRID.

Examinada por el censor de turno, y de conformidad


con su dictamen, puede representarse.

Madrid 9 de Octubre de 1 852.

D�az.

TITULOS DE LAS OBRAS.

TITULOS DE LAS OBRAS.

Mateo y Matea. (Zarzuela)


Mentira inocente. (Una)

Nobleza contra Nobleza.


Negro y Blanco.
Nin�^uno se entiende.^
No hay andigo para amigo.
Noche en blanco. (Una)

Para heridas las de honor.


Paje y un caballero. (Vu )
San Isidro {Patr�n de Madrid).
Secreto de la reina. (El) Zarzuela.
Suplicio de T�ntalo. (El)
Sii im�gen. (a)
Trabajar por cuenta agena.
Traidor , inconfeso y m�rtir.

Una falta.
Verdad en el �spejo. (La;

EN ADMINISTRACION.

Flor de un dia. (primera parte.)


Espinas de una flor. {Segunda parte.)

Bar�n. (El)

Comedia nueva � el Caf�. (La)

Escuela de los maridos. (La)

Hamlet.

Mogigata. (La)

M�dico � palos. (El)

S� de las ni�as. (El)

Viejo y la Ni�a. (El)

La Direcci�n de El TeatUo se halla establecida en Madrid, calle de


Esparteros, n�m. 3, cto. 5.�

P�lWOS DE VEJiTA.

� � � oo

llladr2�il; Ubrerias de (Cues��, MSa�uSe, S^abUci-


dad, MMonier y WiHaverde.

PROVINCIAS.

Albacete.

Serna.

Alcoy.

Mart� � hiios.

Algeciras.

Almenara.
Alicante.

Ibarra.

Almer�a.

Alvarez.

Aranjuez .

Sainz.

Avila.

Gome/,.

Badajoz.

Orduua.

Barcelona.

Viuda de Mayol.

Bilbao.

Astuy.

Burgos.

Herv�as.

C�ceres.

Valiente.

C�diz.
Moraleda.

Cas�rour diales.

Garc�a de la Puente

C�rdoba.

Lozano.

Cuenca.

Mariana^

Castell�n.

Lara.

Cuidad-Real.

Gallegos.

Cor u�a.

Cartagena.

Moreno.

Chiclana.

S�nchez.

Eclja.

Gim�nez.

Figueras.

P�a.
Gerona .

Viuda de Grases.

Gijon .

Ezcurdia.

Granada.

Zamora.

Guadalajara.

Perex.

Haro.

Quintana.

Huelva.

Osorno. �

Hueica.

Guillen.

Ja�n.

Valero. .

Jerez.

Bueno.

Le�n.

Viuda de Mi��n.
L�rida.

Sol.

Lugo.

Pujol y Mas�a.

Lorca.

Delgado.

Logro�o.

Verdejo .

Loja.

Cano.

M�laga.

Moya.

Matar� .

Abadal.

Murcia.

Adrion.

Motril.

Ballesteros.

Manzanares.
G�mez Pardo.

Mondo�edo.

Delgado.

Orense.

Ferrer.

Oviedo.

C. Fernandez.

Osuna.

Montero.

Falencia.

Guti�rrez �

hijos.

Palma.

Gelabert.

Pamplona.

Garc�a.

Palma del Rio.

Camero.

Pontevedra.
Cubeiro.

Puerto de Santa

Mar�a.

Valderrama.

Puerto 'Rico.

Gonz�lez.

Reus.

Prins.

Ronda.

Moret�.

Sanlucar.

Esper.

S. Fernando.

Meneses,

Sta. Cruz de Te-

nerife.

Ram�rez.

Santander.

Laparte.
Santiago.

S�nchez y R�a.

Soria.

Rioja.

Segovia,

Alonso.

S. Sebastian.

Garralda.

Sevilla.

Hidalgo.

Salamanca.

Torres.

Segorbe.

Clavel.

Tarragona.

Puygrubi.

Toro.

Tejedor.

Toledo.

Hern�ndez. �
Teruel.

Castillo.

Tuy.

Martz. Gonz�lez.

Talayera.

Bidarte.

Valencia

M. Garin.

Valladolid.

Bass�.

Vitoria.

Echavarr�a.

Villanuevay Geltr� Pers y Ricart.

Zamora.

Calamita.

Zaragoza.

Viuda de Heredia

También podría gustarte