Sistema Penitenciario
Sistema Penitenciario
Sistema Penitenciario
Lucía Dammert
FLACSO Chile
Introducción
Chile es uno de los países con mayores tasas de población presa por habitante de
América Latina y el diagnóstico de su sistema penitenciario es también
desalentador. Caracterizado por un incremento constante de la población
recluida, con niveles de hacinamiento importantes y una limitada capacidad de
reinserción y rehabilitación de los internos. En este contexto se buscó revertir el
problema mediante un sistema público-privado que permitiría mejorar la calidad
de vida de la población recluida y además aumentar la efectividad de los
programas de reinserción. Este modelo de gestión penitenciaria está en pleno
proceso de implementación en el país y tiende a convertirse en un referente para
los demás países de la región.
1
El objetivo de este artículo es presentar los principales rasgos y desafíos que
presenta el modelo de privatización carcelaria en general y la modelo publico-
privado que se está desarrollando en Chile. Desde esta perspectiva se considera
que el debate sobre las soluciones a un problema cotidianamente invisibilizado
en la agenda académica y política puede tener importantes efectos en la
disminución de la inseguridad. Reconociendo que la solución a los problemas de
delincuencia que enfrentan la mayoría de países latinoamericanos no se reduce a
la mejora de la cantidad y calidad de la “oferta” carcelaria sino más bien con una
serie de políticas de prevención y control.
1. Antecedentes
2
Gráfico 1
40.000
35.000
30.000
25.000
20.000
15.000
10.000
5.000
0
1980 1982 1984 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004
3
Gráfico 2
35.000
30.000
25.000
20.000
15.000
10.000
5.000
0
1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004
4
magnitud del problema es observar la densidad de población por cada 100 plazas,
la cual para el año 1999 en Chile fue calculada en 147, instalándose entre las más
altas de la región (Carranza, 2001, p. 21). Cabe destacar que esta información se
basa sólo en el promedio nacional, lo cual esconde realidades regionales mucho
más apremiantes, existiendo recintos que superan en más de 200% su capacidad
(Williamson, 2004).
1Se puede entender como aquella persona a la que el tribunal correspondiente ha declarado reo
por estimar que hay presunciones fundadas de la existencia del hecho punible, como de la
participación de ésta en el delito (artículo 274 Código de Procedimiento Penal).
5
Información que puede ser interpretada como una mejora en la eficiencia de la
justicia pero que requiere ser analizada en un contexto de incremento de la
población penal en general. Es decir, aumentan los condenados pero en términos
relativos representan un porcentaje bastante similar que el evidenciado a
mediados de los 90s.
Sistema de Clasificación
En la legislación chilena se establece que objetivo principal de la encarcelación es
la rehabilitación y posterior reincorporación a la sociedad de los sujetos recluidos
en los centros penitenciarios. Es por esto que uno de los elementos centrales del
sistema penitenciario es la evaluación de los niveles de compromiso delictual de
todos los sujetos recluidos, ya sea en calidad de condenados, procesados y/o
detenidos, pues esta clasificación determinará las posibilidades de rehabilitación
y beneficios de reinserción a los que un sujeto puede acceder.
6
penal así como los tratamientos que reciben deberían vincularse con las
siguientes categorías: Alto, Medio alto, Medio bajo y Bajo compromiso delictual.
Por otra parte, las categorías utilizadas para determinar el compromiso delictual
son altamente estigmatizante pues se centran básicamente en las características
socioeconómicas de los sujetos, lo cual es un indicador más bien del tipo de
personas que son pesquisadas por el sistema penal, tal como lo indica el siguiente
gráfico, y dado que las características educacionales, sociales y económicas de la
población recluida son en extremo precarias, es de suponer que el compromiso
delictual de ellas corresponderá a los niveles altos.
7
Gráfico 3
16,9
Alto
Medio Alto
50,5 Medio Bajo
Bajo
Sin
Clasificación
24,6
8
Sin duda en los Estados Unidos se evidencia la principal experiencia de
privatización carcelaria, cuyos objetivos centrales son reducir los costos,
aumentar la rehabilitación, disminuir la reincidencia y mejorar las condiciones de
vida y disminuir el hacinamiento (Gaes, Scoot, Nelson y Taylor, 2004; Shichor,
1998).
Sin embargo, dichos objetivos han tenido resultados variados e incluso negativos
(Maxwell, 2005; Shichor, 1998). Así por ejemplo, con relación a los costos si bien
se estima que el Estado podría ahorrar hasta el 25% con la privatización
carcelaria, un análisis comparado en los EEUU muestra que dicho ahorro es
poco significativo (GAO, 1996).
Gráfico 4
Fuente: Informe de The United States General Accounting Office, GAO 1997.
Datos corresponden al valor diario por persona en dólares.
9
Uno de los mitos relacionados con la privatización se centra en la creencia que
dicho sistema generaría menores niveles de reincidencia delictual con lo cual se
estaría enfrentado eficientemente la problemática. Sin embargo, diversos
estudios realizados en los EEUU no justifican dicha afirmación (Nink y Kilgus,
2000; Maxwell, 2005; Bales, Bedard y Quinn 2005). Finalmente, otro de los
argumentos es que las cárceles privadas generan mejores condiciones de vida
para los reclusos, al mejorar el hábitat penitenciario y la calidad de los programas
de rehabilitación. Pero, aquellos donde se instalan programas de trabajo han
generado un profundo debate debido a las malas condiciones salariales e incluso
la falta de derechos laborales para estos trabajadores.
La crisis del sistema penitenciario chileno generó una propuesta alternativa para
mejorar la capacidad y la calidad de la atención del sistema. Esta alternativa se
constituye en un modelo alternativo a la privatización total donde el Estado
mantiene diversas funciones. A continuación se presenta una breve
caracterización del mismo.
10
Según la normativa constitucional vigente, Gendarmería es el organismo público
que tiene la facultad de mantener privados de libertad a quienes determinen los
tribunales de justicia2. En el nuevo sistema, la administración y vigilancia de los
recintos se mantendrá en manos de esta institución, mientras que la
responsabilidad de las empresas privadas, que se adjudiquen la concesión,
comprende el diseño, financiamiento, construcción, mantenimiento y prestación
de otros servicios penitenciarios. Es decir, alimentación, aseo, consumos básicos,
lavandería, salud, trabajo, educación y reinserción social, todas funciones que
deberán cumplir por un plazo mínimo de veinte años a partir de la inauguración
de cada establecimiento. El proceso de licitación internacional se ha dividido en
cuatro grupos que corresponde a las cuatro etapas del mismo y se realizan de
forma consecutiva3.
Este modelo debería tener dos consecuencias directas, por un lado el beneficio
económico del modelo y por otro el diseño de programas de rehabilitación y
reinserción. En relación a lo primero, con la creación de estas 10 cárceles el fisco
no invierte a corto plazo en la infraestructura y construcción de las cárceles,
comenzando a pagarle a las empresas privadas después de transcurridos diez
años. Se calcula que la reducción de costos, para el Estado, es de un 20 % en la
construcción y de un 10 a 15% en la operación de los recintos. Por otra parte, el
gobierno otorga garantías económicas a los privados, asegurando la ocupación de
al menos el 90% de las plazas, y de no completarse este margen, el Estado, se
compromete a cubrirlo financieramente de todas formas (Arellano, 2001). Por
ende, la ganancia de los concesionarios, se traduce en la certeza que
semestralmente recibirán, por parte del Estado, un subsidio por cada recluso que
alberguen en sus establecimientos, si a esto sumamos la incorporación de
2Ley Orgánica de Gendarmería de Chile, Decreto Ley 2859 de 1979, Art. 4 Reglamento de
Establecimientos Penitenciarios, Decreto Supremo N° 518 de 1998, Art. 120
3 El grupo uno se lo adjudicó el consorcio BAS (consorcio que comprende alianza chileno italiano
11
empresas privadas al interior de las cárceles, las cuales llevaran a cabo los
proyectos de capacitación laboral y trabajo propiamente tal, una ganancia
adicional será tener mano de obra a un costo menor que en el mercado, por el
mismo servicio.
Tabla 1
MODELO MODELO
PÚBLICO PÚBLICO-PRIVADO
Administración Gendarmería de Chile Gendarmería de Chile
12
población condenada. De igual manera, estos programas de rehabilitación
estarán basados en el sistema de clasificación, analizado previamente, lo cual
pone en entredicho su efectividad. Situación que se relaciona con el concepto de
unidad básica de segmentación, es decir, la celdas estarán ocupadas por reclusos
que tengan características comunes, los cuales estarán clasificados de acuerdo a
su compromiso delictual, el que será determinado según las variables descritas
anteriormente.
13
Lamentablemente, el atraso en la construcción de los penales así como el
sostenido aumento de la población encarcelada establecen un panorama gris
sobre los niveles de hacinamiento del sistema en su conjunto.
4. El costo de encarcelar
El Departamento de Justicia de los Estados Unidos estima que los costos del
sistema correccional (prisiones, cárceles, servicios de libertad condicional y
libertad condicional) aumentó de $9,5 mil millones en 1982 a $60,3 mil millones
en 2001, es decir un aumento del 535% (Austin y Fabelo, 2004). Representando
más del 36% de todos los gastos del sistema de justicia americano.
14
Gráfico 6
70
60
50
40
30
20
10
0
1982 2001
15
Tabla 3. Costo de educación superior v/s costos de reclusión, EEUU
2002
Costo anual de Costo anual
estudio de un año de
universitario reclusión por
por persona persona US$
US$
Arizona (Universidad de Arizona) 9.151 21.356
California (Universidad de California, 14.301 22.736
Berkeley)
Washington (Universidad de Washington) 12.195 26.999
Promedio 15 Estados 9.454 24.809
Fuente: The Criminal Justice Institute, Inc. 2003. The 2002 Corrections Year Book, Adult
Corrections.
En América Latina se observa una tendencia similar de aumento del gasto por
interno, situación que se viene expresando desde mediados de los años noventa.
Es inevitable comparar estos costos con los salarios mínimos o los subsidios
sociales que dicha población podría acceder, los cuales son sustancialmente
menores.
16
Tabla 5. Costo mensual por preso en diversos países de América
Latina, 1999
País Costo mensual por
preso en dólares
1999
Bolivia 26.3
Colombia 224.5
Costa Rica 477.9
El Salvador 145.5
Honduras 43.9
Nicaragua 79.7
Perú 107
Fuente: Carranza, 2001.
La Situación en Chile
Al igual que en el resto del mundo, Chile presenta una considerable tendencia al
alza en los gastos e inversión en el sistema carcelario. Considerando el sistema
público, el gráfico 6 muestra un incremento sostenido de su presupuesto desde
inicios de la década del 90. Inversión que lamentablemente no ha podido
contrarrestar los complejos niveles de hacinamiento de la mayoría de recintos
penitenciarios del país.
Gráfico 6
80.000
Total Gastos
60.000
Gastos Personal
40.000
20.000
0
90
91
92
93
94
95
96
97
98
99
00
01
02
03
04
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
20
20
20
20
20
17
* Valores expresado en millones de pesos del 2004 (según promedio IPC, Banco Central)
3
Iquique, La
Etapa 1 80 US$7
Serena, 5.024 9 US$ 422
millones
Rancagua
2
Etapa 2 Concepción y 50 US$4
5 US$ 422
Antofagasta 2.350 millones
3
RM, Puerto
Etapa 3 80 US$5,5
Montt y 8 US$ 422
5.061 millones
Valdivia
2
Etapa 4 RM y VII 3.900 70 S/D S/D S/D
Región
Total 10 280
16.335
Fuente: Ministerio de Justicia, Gendarmería de Chile, 2004
Dólar calculado en $531 (9/11/05)
UF calculada en $17.910 (9/11/05)
S/D: La etapa 4 aún no ha sido licitada, por lo tanto no se han estimado los pagos semestrales que
deberá hacer el Estado.
18
Por tanto, el argumento inicial que el sistema de concesiones reduciría los gastos
del sistema de reclusión queda en duda. Según información oficial y sólo
considerando los pagos por operación de los nuevos recintos y los gastos en
personal de Gendarmería (es decir el costo de la vigilancia), se encuentra que el
costo por interno en el sistema de concesiones presenta un aumento considerable
respecto al costo dentro del sistema público. La tabla 7 muestra que el costo
diario por interno en el sistema público alcanza los 11 dólares mientras que el
mismo escala a 35 dólares en el sistema público-privado.
19
directamente en la situación social y familiar del interno y que difícilmente
ayudará a una reinserción posterior a la sociedad.
Otra importante arista del problema está dada por el hecho de que no existe
evidencia respecto a que la privación de libertad reduzca los índices de
delincuencia ni los de reincidencia. Por el contrario, según un estudio realizado
por Gendarmería el año 2000 el porcentaje de personas egresadas del sistema
cerrado (reclusión permanente) que tuvieron reincidencia legal es
significativamente mayor (47%) que aquellas egresadas del sistema abierto
(alrededor de un 15%), sistema que sin embargo no han sido priorizado en
términos políticos ni económicos (Gendarmería, 2000).
20
4. A modo de conclusión: ¿Es la cárcel solución a la delincuencia?
21
Por ende, Chile se encuentra en una coyuntura crucial en la definición de una
política penitenciaria, que enfrenta cinco desafíos centrales. En primer lugar, la
disminución de la tendencia a encarcelar con lo cual se deber revisar el aumento
sostenido de la población privada de libertad. Para esto se vuelve necesario
considerar la utilización de penas alternativas sí como el desarrollo de
mecanismos que consideren la justicia restaurativa como solución a hechos
específicos que no involucran violencia por ejemplo.
En segundo lugar, el nuevo modelo debe definir con claridad los indicadores de
evaluación de los programas desarrollados para la reinserción social de los
reclusos. En otras palabras, el gobierno debe consolidar una capacidad técnica de
fiscalización en esta materia, considerando primordialmente variables presentes
en la realidad post penitenciaria de los reclusos. En tercer término, los
continuos atrasos en la entrega de los penales, la falta de información, e incluso
recientes noticias sobre una eventual quiebra financiera del concesionario,
evidencian la necesidad de una mayor y más eficaz fiscalización del sistema. La
inversión privada debe tener mecanismos de regulación y supervisión afiatados
que permitan establecer los indicadores de éxito tanto en el plano económico
como en relación a la reinserción.
22
necesidad de asumir el sistema como un todo que requiere de una
reestructuración global e inmediata.
REFERENCIAS
• Arellano, J. (1998). Licitación de cárceles: Gobierno fija su posición. La
Semana Jurídica. 2001, 29 de octubre a 4 de noviembre.
hppt://lasemanajuridica.cl/.
• Austin, J. and Fabelo, T. (2004). The Dimishing Returns of Increased
Incarceration: A Blueprint to Improve Public Safety and Reduce Costs.
Publicado por JFA Institute.
• Bales, B. y Quinn (2005). Recividivim of Public and Private State Prison
Inmutes in Florida. En Criminology and Public Policy, Volumen 4, Nº 1.
• Carranza, E. (2001). Sobrepoblación penitenciaria en América Latina y El
Caribe. Situación y respuestas posibles. En: Carranza, E. (coord). Justicia
Penal y Sobrepoblación Penitenciaria. Respuestas Posibles. Siglo XXI,
México.
• Clear, T.; Frost, N. (2002). Private prisons Criminology & Public Policy,
Vol. 1, 3.
• Dammert, L. y Bailey, J. (2005). Seguridad y Reforma Policial en las
Américas. SXXI, México.
• Dammert, L. y Díaz, J. (2005). ¿Es la cárcel solución para la delincuencia?.
Observatorio Nº1, mayo, 2005. FLACSO-Chile. www.flacso.cl
23
• Dammert, L. y Díaz, J. (2005). Cárceles Privadas ¿Modelo de Gestión
Penitenciaria o Inversión Inmobiliaria?. Observatorio Nº5, septiembre
2005. FLACSO-Chile. www.flacso.cl
• Dammert, L. y Díaz, J. (2005). El Costo de Encarcelar. Observatorio Nº9,
noviembre 2005. FLACSO-Chilewww.flacso.cl
• Dammert, L. y Díaz, J. (2004), Los desafíos del sistema carcelario en
Chile. CLACSO.
• Foro de Expertos (2004), Diagnóstico de la Seguridad Ciudadana en Chile.
Ministerio del Interior, Chile.
• Gaes, G. (2005) Prison privatization in Florida: Promise, Premise and
Performance. Criminology & Public Policy, Vol. 4, 1.
• Gaes, G., Camp, D. , Scott, F., Nelson, y Saylor, W. (2004) Measuring
Prison Performance: Government Privatization and Accountability.
Walnut Creek, Calif.: AltaMira Press.
• GAO (1996) Informe de The United States General Accounting Office.
• Gendarmería de Chile (2000-2004), Compendio Estadístico. Dirección
Nacional, Subdepartamento de Estadísticas y Control Penitenciario.
• Gendarmería de Chile (2004). Rehabilitación y Reinserción Social. Para
población recluida. Modelo de Segmentación y clasificación.
hppt://gendarmería.cl/.
• Gendarmería de Chile (2005). Antecedentes del Programa de Concesiones.
Información Penitenciaria. hppt://gendarmeria.cl/ .
• Goldberg y Evans, (1997). The Prison Industrial Complex and the Global
Economy
• Ley Orgánica de Gendarmería de Chile (1979). Decreto Ley 2.859 de 1979
24
• Nink, C. E. y Kilgus, J. (2000). Comparing Public and Private Prison
Costs: The ARIZONA method. Corrections Today, Vol. 62, 2.
• Shichor, D. (1998). Private Prisons in Perspective: Some Conceptual
Issues. Journal of Criminal Justice, Vol. 37, 1.
• The Criminal Justice Institute, Inc (2003). The 2002 Corrections Year
Book, Adult Corrections.
• UNICRIM (2002). Revista de Estudios Criminológicos y Penitenciarios n.
4, Mayo 2002 Ministerio de Justicia, Gendarmería de Chile.
• Universidad Diego Portales (2005). Informe Anual sobre Derechos
Humanos en Chile.
• Williamson, B. (2004) “Políticas y Programas de Rehabilitación y
Reinserción en Cárceles”. Revista de la Fundación Paz Ciudadana, Chile.
25