Troya

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Coordenadas: 39°57′27″N 26°14′20″E (mapa)


Troya
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Para otros usos de este término, véase Troya (desambiguación).
«Ilión» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Ilión (Epiro).
Sitio arqueológico de Troya
UNESCO logo.svg Welterbe.svg
Patrimonio de la Humanidad de la Unesco
Walls of Troy (2).jpg
Muros de la ciudad de Troya.
Sitio arqueológico de Troya ubicada en Mármara
Sitio arqueológico de Troya
Sitio arqueológico de Troya
Ubicación en Mármara.
Localización
País Bandera de Turquía Turquía
Coordenadas 39°57′27″N 26°14′20″E
Datos generales
Tipo Cultural
Criterios ii, iii, vi
Identificación 849
Inscripción 1998 (XXII sesión)
Sitio web oficial
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Troya o Ilión (en griego Τροία —Troia—, Ίλιον —Ilión—, o Ίλιος —Ilios)a es una
antigua ciudad anatolia situada en el emplazamiento hoy conocido como la colina de
Hisarlik, en Turquía (en turco '[colina] dotada de fortaleza').2 Según los estudios
de Frank Starke3 (1997), de J. David Hawkins4 (1998) y de W. D. Niemeier5 (1999),
la palabra Wilusa era la denominación usada en hitita para la ciudad de Troya.

En ella se desarrolló la mítica guerra de Troya. Esta célebre guerra fue descrita,
en parte, en la Ilíada, un poema épico de la Antigua Grecia atribuido a Homero,
quien lo compondría, según la mayoría de la crítica, en el siglo VIII a. C. Homero
también hace referencia a Troya en la Odisea. La leyenda fue completada por otros
autores griegos y romanos, como Virgilio en la Eneida.

La Troya histórica estuvo habitada desde principios del tercer milenio a. C. Está
situada en la actual provincia turca de Çanakkale, junto al estrecho de los
Dardanelos, entre los ríos Escamandro (o Janto) y Simois y ocupa una posición
estratégica en el acceso al mar Negro. En su entorno se encuentra la cordillera del
Ida y frente a sus costas se divisa la cercana isla de Ténedos. Las especiales
condiciones del estrecho de los Dardanelos, en el que hay una corriente constante
desde el mar de Mármara hacia el mar Egeo y donde suele soplar un viento del
nordeste durante la estación de mayo a octubre, hace suponer que los barcos que en
la Antigüedad pretendían atravesar el estrecho debían esperar a menudo condiciones
más favorables durante largas temporadas en el puerto de Troya.6

Tras siglos de olvido, las ruinas de Troya fueron descubiertas en las excavaciones
realizadas en 1871 por Heinrich Schliemann, tras unas prospecciones iniciales
realizadas a partir de 1865 por Frank Calvert. En 1998, el sitio arqueológico de
Troya fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco,7 afirmando que:

Tiene una inmensa importancia para el entendimiento de la evolución de la


civilización europea en un estado básico de sus primeras etapas. Es, además, de una
excepcional importancia cultural por la profunda influencia de la Ilíada de Homero
en las artes creativas durante más de dos milenios.

Mapa de Tróade en la época de Homero.


Índice

1 Troya legendaria
1.1 Fundación
1.2 Expedición de Heracles contra Troya
1.3 Guerra de Troya
2 Historicidad de la guerra de Troya
3 Troya histórica
3.1 Troya en las fuentes hititas
3.2 Troya en las fuentes egipcias
3.3 Troya en las fuentes históricas griegas
3.4 Troya en las fuentes históricas romanas
3.5 El final de Troya
4 Historia de las excavaciones
4.1 El dilema Hisarlik-Bunarbaschi
4.2 Heinrich Schliemann
4.3 Misiones arqueológicas posteriores
4.4 Museos con material troyano
5 Las capas de los asentamientos de Troya
5.1 Troya 0
5.2 Troya I
5.3 Troya II
5.4 Troya III-Troya IV-Troya V
5.5 Troya VI
5.6 Troya VII
5.7 Troya VIII
5.8 Troya IX
5.9 Troya X
6 Galería
7 Véase también
8 Notas
9 Referencias
10 Bibliografía
11 Enlaces externos

Troya legendaria
Fundación

Según la mitología griega, la familia real troyana fue iniciada por la pléyade
Electra y Zeus, padres de Dárdano. Este cruzó hasta Asia Menor desde la isla de
Samotracia, donde conoció a Teucro, que lo trató con respeto. Dárdano se casó con
Batiea, hija de Teucro, y fundó Dardania. Tras la muerte de Dárdano, el reino pasó
a su nieto Tros. Zeus raptó a uno de sus hijos, llamado Ganimedes, a causa de su
gran belleza, para convertirlo en copero de los dioses. Ilo, otro hijo de Tros,
fundó la ciudad de Ilión y pidió a Zeus una señal. Casualmente encontró una estatua
conocida como Paladio, que había caído del cielo. Un oráculo decía que mientras el
Paladio permaneciera en la ciudad, esta sería inexpugnable. Luego Ilo construyó el
templo de Atenea en su ciudad, en el mismo lugar donde había caído.8b

Los habitantes de Troya son denominados teucros, mientras Troya e Ilión son los dos
nombres por los que se conocía la ciudad; por tanto Teucro, Tros e Ilo eran
considerados sus fundadores epónimos. Los romanos relacionaron el nombre de Ilión
con el de Iulo (en latín Iulus), hijo de Eneas y antepasado mítico de la gens Iulia
o Iulii, a la que pertenecía Julio César.
Véase también: Anexo:Estirpe de Troya
Expedición de Heracles contra Troya
Heracles a punto de matar a Laomedonte, frasco de terra sigillata de la Galia,
final del siglo I – principio del siglo II.

Los dioses Poseidón y Apolo construyeron los muros y fortificaciones alrededor de


Troya para Laomedonte, hijo de Ilo.9 Cuando Laomedonte se negó a pagarles el
salario convenido, Poseidón inundó la tierra y envió un monstruo marino que provocó
estragos en la zona. Como condición para que cesaran los males sobre la ciudad, un
oráculo demandó el sacrificio de Hesíone, hija del rey, para ser devorada por el
monstruo, así que fue encadenada a una roca del litoral.10 Heracles, que había
llegado a Troya, rompió las cadenas de Hesíone e hizo un pacto con Laomedonte: a
cambio de las yeguas divinas que Zeus había entregado a Tros, abuelo de Laomedonte,
en compensación por el rapto de Ganimedes, Heracles liberaría la ciudad del
monstruo.11c Los troyanos y Atenea construyeron un muro que debía servir como
refugio a Heracles.12 Cuando el monstruo alcanzó la obra defensiva, abrió sus
enormes mandíbulas, y Heracles se arrojó armado en las fauces del monstruo. Después
de tres días en su vientre causando destrozos, salió victorioso y completamente
calvo.13

En otras versiones, el enfrentamiento con el monstruo se situaba dentro del camino


de ida de la expedición de los argonautas, y el modo en que Heracles mataba al
monstruo era arrojándole una roca en el cuello.14

Pero Laomedonte no cumplió su parte del pacto, ya que sustituyó dos de las yeguas
inmortales por dos yeguas ordinarias y, como represalia, Heracles, encolerizado, le
amenazó con atacar Troya y embarcó de vuelta a Grecia.15 Pasados unos años,
encabezó una expedición de castigo de dieciocho naves, después de reclutar en
Tirinto un ejército de voluntarios entre los que se encontraban Yolao, Telamón,
Peleo, el argivo Ecles hijo de Antífates, y Deímaco el beocio. Telamón tuvo una
actuación destacada en el asedio de la ciudad al abrir brecha en las murallas de
Troya y entrar el primero. Capturada Troya, Heracles mató a Laomedonte y a sus
hijos, excepto al joven Podarces.16

Hesíone fue entregada a Telamón como recompensa y se le permitió llevarse a uno


cualquiera de los prisioneros. Ella eligió a su hermano Podarces y Heracles dispuso
que antes debía hacerse esclavo y luego ser rescatado por ella. Hesíone se quitó el
velo de oro de la cabeza y lo dio como rescate. Esto le valió a Podarces el nombre
de Príamo, que significa «rescatado».17d Después de haber quemado la ciudad y
devastado los alrededores, Heracles se alejó de la Tróade con Glaucia, hija del
dios-río Escamandro, y dejó a Príamo como rey de Troya, en virtud de su sentido de
la justicia, pues fue el único de los hijos de Laomedonte que se opuso a su padre y
le aconsejó que entregara las yeguas a Heracles.18
Guerra de Troya
Artículos principales: Guerra de Troya y Caballo de Troya.
Mapa con la procedencia de los contingentes que, según la mitología griega,
intervinieron en la guerra de Troya. Los caudillos aqueos están señalados en verde
y los troyanos y sus aliados, en amarillo.

Durante el reinado de Príamo, y a causa del rapto de Helena de Esparta por el


príncipe troyano Paris, los griegos micénicos, comandados por Agamenón, tomaron
Troya tras haber puesto sitio a la ciudad durante diez años. Eratóstenes fechó la
guerra de Troya entre el 1194 y el 1184 a. C., el Marmor Parium entre el 1218/7 y
el 1209/8 a. C., y Heródoto en el 1250 a. C.

La mayoría de los héroes de Troya y de sus aliados murieron en la guerra, pero dos
grupos de troyanos, liderados uno por Eneas y otro por Antenor, lograron sobrevivir
y navegaron hasta llegar los primeros a Cartago y luego a la península itálica,
donde llegaron a ser los ascendientes de los fundadores de Roma y los segundos a la
costa septentrional del mar Adriático y también se les atribuía la fundación de
Padua. A los primeros asentamientos de estos supervivientes en Sicilia y en Italia
se les dio igualmente el nombre de Troya.19 Los barcos troyanos en los que viajaron
fueron transformados por Cibeles en náyades, cuando iban a ser quemados por Turno,
el rival de Eneas en Italia.20 Según narran Tucídides y Helánico de Lesbos, otros
troyanos supervivientes se establecieron en Sicilia, en las ciudades de Erice y
Egesta, recibiendo el nombre de élimos.21 Además, Heródoto comenta que los maxies
eran una tribu del oeste de Libia cuyos miembros afirmaban ser descendientes de los
hombres llegados desde Troya.22e Algunos de estos relatos míticos, a veces con
contradicciones entre sí, aparecen en la Ilíada y la Odisea, los célebres poemas
homéricos, y en otras obras y fragmentos posteriores.
Historicidad de la guerra de Troya
Véase también: Cuestión homérica

El problema de la autenticidad histórica de la guerra de Troya ha suscitado


conjeturas de todo tipo. El arqueólogo Heinrich Schliemann admitía que Homero fue
un poeta épico y no un historiador, y que pudo exagerar el conflicto en aras de la
libertad poética, pero no que lo inventara. Poco después, el también arqueólogo
Wilhelm Dörpfeld defendió que Troya VI fue víctima del expansionismo micénico. A
esta idea se sumó Sperling en 1991. Los estudios de Blegen y su equipo admitieron
que una expedición aquea debió de haber sido la causa de la destrucción de Troya
VII-A hacia el 1250 a. C. —actualmente se suele fijar el fin de esta ciudad más
cerca de 1200 a. C.—, sin embargo hasta ahora no se ha podido demostrar quiénes
fueron los atacantes de Troya VII-A. Hiller, en cambio, también en 1991, señaló que
debió haber dos guerras en Troya que marcaron el fin de Troya VI y Troya VII-A.
Mientras, Demetriou, en 1996, insistió en la fecha de 1250 a. C. para una histórica
guerra de Troya, en un estudio en el que se basó en yacimientos chipriotas.
Parte de las murallas de Troya.

Frente a ellos se halla una corriente de opinión escéptica encabezada por Moses
Finley que niega la presencia de elementos micénicos en los poemas homéricos y
señala la ausencia de pruebas arqueológicas acerca de la historicidad del mito.f
Otros estudiosos destacados pertenecientes a esta corriente escéptica son el
historiador Frank Kolb y el arqueólogo Dieter Hertel. Joachim Latacz, en un estudio
en el que relaciona fuentes arqueológicas, fuentes históricas hititas y pasajes
homéricos como el Catálogo de las naves del libro II de la Ilíada, considera
probado el origen micénico de la leyenda pero, con respecto a la historicidad de la
guerra, se ha mostrado cauto y solo ha admitido que es probable la existencia de un
sustrato histórico.g

También se ha tratado de fundamentar la historicidad de la leyenda con el estudio


de textos históricos contemporáneos a la edad del Bronce tardío. Carlos Moreu ha
interpretado una inscripción egipcia de Medinet Habu, en la que se narra el ataque
sobre Egipto de los pueblos del mar, de manera distinta a la interpretación
tradicional. Según esta interpretación, los aqueos habrían atacado varias regiones
de Anatolia entre las que se encontrarían Troya y Chipre, y los pueblos atacados
habrían establecido un campamento en Amurru y posteriormente habrían formado la
coalición que se enfrentó a Ramsés III en 1186 a. C.23
Troya histórica
Troya en las fuentes hititas
Artículos principales: Tratado Alaksandu y Carta de Manapa-Tarhunta.
Mapa con la situación de Wilusa, al noroeste del Imperio hitita (siglo XIV a. C.).

La ciudad de Troya estuvo habitada desde la primera mitad del III milenio a. C.,
pero su momento de mayor esplendor coincidió con el auge del Imperio hitita. En
1924, poco después del desciframiento de la escritura hitita, Paul Kretschmer había
comparado un topónimo que aparece en fuentes hititas, Wilusa, con el topónimo
griego Ilios, usado como nombre de Troya. Los eruditos, basándose en pruebas
lingüísticas, establecieron que el nombre Ilios había perdido una digamma inicial y
anteriormente había sido Wilios. A esto se unía otra comparación entre un rey de
Troya que aparece escrito en documentos hititas, denominado Alaksandu, y Alejandro,
usado en la Ilíada como nombre alternativo de Paris, príncipe troyano.

Estas propuestas de identificación de Wilusa con Wilios y de Alaksandu con


Alejandro en principio fueron motivo de controversia: era dudosa la situación
geográfica de Wilusa y en fuentes hititas aparece también el nombre de Kukunni como
rey de Wilusa y padre de Alaksandu sin aparente relación con la leyenda de
Alejandro, aunque algunos han señalado que este nombre podría tener su equivalente
en griego en el nombre Κύκνος (Cicno), otro personaje del ciclo troyano. Sin
embargo, en 1996, Frank Starke probó que, efectivamente, la localización de Wilusa
debe situarse en el mismo lugar donde está la región de la Tróade. No obstante,
algunos arqueólogos como Dieter Hertel todavía se niegan a aceptar esta
identificación entre Wilusa e Ilios. Los principales documentos hititas que
mencionan a Wilusa son:

El llamado Tratado Alaksandu, que fue un pacto entre el rey hitita Muwatalli II
y Alaksandu, rey de Wilusa, datado a principios del siglo XIII a. C. Del texto de
este tratado se ha deducido que Wilusa tenía una relación de subordinación respecto
del Imperio hitita.

Entre los dioses que son nombrados en el tratado como testigos del pacto figuran
Apaliunas, que algunos investigadores han identificado con Apolo, y Kaskalkur, cuyo
significado es 'camino al inframundo'. Sobre Kaskalkur, el arqueólogo Korfmann
indica que:

De este modo se designaban los cursos de agua que desaparecían en el suelo de


las regiones cársticas y volvían a surgir al exterior, pero los hititas también
usaban este concepto para las galerías de agua instaladas artificialmente.

Esta divinidad ha sido por ello asociada al descubrimiento de una cueva con un
manantial a 200 metros al sur del muro de la acrópolis que, tras analizar la piedra
caliza de las paredes, se ha determinado que ya existía a principios del tercer
milenio a. C. y en torno a la cual podrían haber surgido mitos. También se ha
señalado la coincidencia que supone la alusión del autor Esteban de Bizancio a que
un tal Motylos, que podría ser una helenización del nombre de Muwatalli, prestó
hospitalidad a Alejandro y Helena.

Una carta escrita por el rey del país del río Seha (estado vasallo hitita)
Manapa-Tarhunta al rey Muwatalli II, y por tanto datada también alrededor de 1295
a. C., donde se da información de un tal Piyamaradu que había encabezado una
expedición militar contra Wilusa y contra la isla Lazba, identificada por los
investigadores con Lesbos.
En la Carta de Tawagalawa (h. 1250 a. C.), generalmente atribuida a Hattusili
III,24 el rey hitita hace referencia a antiguas hostilidades entre los hititas y
los ahhiyawa posiblemente sobre Wilusa, resueltas de manera amistosa en esta
carta:h «Ahora es cuando hemos llegado a un acuerdo en el asunto de Wilusa respecto
al cual estuvimos enemistados».

La última mención de Wilusa conservada en fuentes hititas aparece en un fragmento


de la llamada Carta de Millawanda, remitida por el rey Tudhaliya IV (1240-1215 a.
C.), a un destinatario desconocido. En ella, el rey de los hititas explica que va a
usar todos los medios a su alcance para reponer en el trono de Wilusa a Walmu, un
sucesor de Alaksandu que había sido destronado y exiliado. Sin embargo, T. R.
Bryce, dice que este hecho es mencionado con anterioridad, consignándolo en su
reinterpretación de la Carta de Tawagalawa.25 Además, en los anales del rey
Tudhaliya I/II (siglo XIV a. C.), este declara que tras una expedición de
conquista, una serie de países le declararon la guerra, en cuya lista se
encuentran, seguidos: «...el país Wilusiya, el país Taruisa...». Algunos
investigadores, como John Garstang y Oliver Gurney, han deducido que Taruisa podría
identificarse con Troya; sin embargo, esta equivalencia no cuenta aún con el
respaldo de la mayoría de los hititólogos.
Troya en las fuentes egipcias
Relieve de Medinet Habu que muestra a Ramsés III derrotando a los pueblos del mar.

No es segura la mención de Troya en las fuentes egipcias de la Edad del Bronce. Sin
embargo, algunos eruditos han investigado la relación que podría tener con las
inscripciones de Medinet Habu que cuentan la batalla de los egipcios de la época de
Ramsés III contra los pueblos del mar, que intentaron una invasión de su territorio
hacia 1176 a. C.i Según las inscripciones, los egipcios derrotaron en una batalla
terrestre y en otra marítima a una coalición de pueblos de identificación dudosa.
Entre las denominaciones de los pueblos que componían la coalición figuran los
weshesh —que podrían tener relación con Wilusa— y los tjeker —que se han puesto en
relación con los teucros.

En fuentes egipcias más recientes es interesante el testimonio recogido en la lista


de faraones de Manetón, un sacerdote egipcio del siglo III a. C. que indica que la
caída de Troya tuvo lugar durante el mandato de Twosret, lo que la situaría entre
los años 1188 y 1186 a. C.26
Troya en las fuentes históricas griegas

Los primeros colonos griegos que llegaron al territorio de la Tróade debieron de


ser emigrantes eolios.27 El origen del santuario de Atenea de la ciudad podría
remontarse al año 900 a. C. Explica el arqueólogo Dieter Hertel que:

Como muy tarde desde 900 a. C. fue también venerada la diosa griega Atenea,
como se deduce del grueso sedimento sobre el revestimiento del pozo del bastión
nororiental, que estaba completamente lleno de residuos de ofrendas.

Otros autores, en cambio, sostienen que los griegos no llegaron a colonizar Troya
hasta el año 700 a. C. En todo caso, hasta el siglo III a. C. debió ser una entidad
pequeña de población, de menor nivel que otras colonias litorales próximas como
Sigeo y Aquileo.j Troya fue parte del reino de Lidia, teniendo como capital a la
ciudad de Sardes probablemente desde la época de Aliates, uno de los reyes de la
dinastía Mermnada, de principios del siglo VI a. C. El último rey de esta dinastía
fue Creso, que llegó a reinar sobre casi todos los territorios al oeste del río
Halis.

Los persas, bajo el mando de Ciro II el Grande, derrotaron a Creso en la batalla


del río Halis e invadieron su reino, incluida Troya, en 546 a. C. Entre 499 a. C. y
496 a. C., durante la revuelta jónica, los eolios apoyaron a los jonios contra los
persas bajo el reinado de Darío I, pero la rebelión fue sofocada. Himeas fue el
general persa que sometió a Ilión en esta revuelta.k Posteriormente la visita de
Jerjes I a Troya en 480 a. C. fue también relatada por Heródoto, que cuenta que
sacrificó a Atenea mil bueyes y los magos ofrecieron libaciones a los héroes.28 Una
de las consecuencias de la firma de la Paz de Calias entre persas y atenienses fue
que Troya, junto a muchos territorios de Asia Menor, estuvo bajo la dirección de
Atenas desde 449 a. C.; luego, a fines de ese mismo siglo pasó a pertenecer a un
principado dárdano dependiente de Persia; pero poco después, desde 399 a. C., se
convirtió en aliada de Esparta29 hasta que en el 387 a. C. volvió a pasar a control
de Persia tras la firma de la Paz de Antálcidas con Esparta.
Vista desde la colina de Hisarlik hacia la llanura de Ilión y el mar Egeo.

En el 360 a. C. Caridemo tomó Ilión, que fue reconquistada poco después por
Atenodoro de Imbros.30

Alejandro Magno protegió especialmente la ciudad, a la que llegó en 334 a. C. Él


mismo se consideraba como un nuevo Aquiles y guardaba como un tesoro un ejemplar de
la Ilíada. La visita de Alejandro Magno a Troya es narrada por Arriano, Plutarco y
Estrabón, entre otros autores de la Antigüedad:
Subió a Ilión e hizo un sacrificio a Atenea, así como libaciones a los héroes.
En la tumba de Aquiles, tras ungirse de aceite y correr desnudo junto con sus
compañeros, como es su costumbre, depositó coronas, llamándolo bienaventurado,
porque en vida tuvo un amigo leal y tras su muerte un gran heraldo de su gloria.31

Dicen que la ciudad de los actuales ilieos había sido durante un tiempo una
aldea con un pequeño y humilde santuario de Atenea, pero que cuando Alejandro llegó
allí después de la batalla del Gránico adornó el santuario con ofrendas, dio a la
aldea el título de ciudad, ordenó a los encargados que la realzaran con edificios y
le otorgó la libertad y exención de impuestos.32

Arriano, que sitúa la visita de Alejandro Magno antes de la batalla de Gránico,


indica también que rindió honores a Aquiles mientras su compañero Hefestión los
rendía a Patroclo.33

Según continúa el relato de Estrabón, tras derrotar a los persas Alejandro prometió
hacer de Ilión una gran ciudad, aunque fue Lisímaco de Tracia, uno de sus
generales, el artífice de la mayor parte de las reformas y ampliación de la
ciudad.l

Entre los años 275 y 228 a. C., Troya perteneció al Imperio seléucida, que años
atrás había sido fundado por Seleuco, otro de los sucesores de Alejandro. Del 228
a. C. al 197 a. C., la ciudad fue independiente, pero con vínculos con el Reino de
Pérgamo. Volvió a pertenecer a los seléucidas entre 197 a. C. y 190 a. C. Durante
toda esta época siguió siendo importante el culto a Atenea. Un ritual que se
celebraba en su honor era el sacrificio de bueyes, que se colgaban de un pilar o un
árbol y allí se les abría la garganta.
Áyax el menor arrastra a Casandra, agarrada al Paladión. Copa ática de figuras
rojas, 440-430 a. C.

También se celebraba, probablemente desde el siglo VIII a. C.,34 una costumbre


relacionada con el mito de la guerra de Troya: según la leyenda, Áyax Locrio había
arrastrado durante el saqueo de Troya a la princesa Casandra mientras ella, para
buscar la protección divina, se había agarrado a la estatua de Atenea. Por esta
causa, los locrios habían sido obligados por el Oráculo de Delfos a enviar cada año
durante un periodo de mil años a dos o más muchachas de origen noble a Troya. Las
muchachas, una vez llegadas a la costa troyana, trataban de alcanzar el templo de
Atenea; si lo conseguían, se convertían en sacerdotisas del templo, pero los
habitantes de Troya trataban de matarlas en su trayecto. Si alguna moría, los
locrios debían enviar otra en su lugar. La mayoría lograba su objetivo y alcanzaba
el templo de Atenea. Hay controversia sobre cuándo dejó de practicarse esta
costumbre. Algunos señalan que finalizó tras la guerra focidia, en 346 a. C.; otros
creen que se practicó hasta el siglo I.35m
Troya en las fuentes históricas romanas

El prestigio de Troya en la época romana fue acompañado de motivaciones ideológicas


y políticas ligadas a las propias raíces de la fundación de Roma. En 190 a. C., las
tropas romanas llegaron a la ciudad y tras ofrecer sacrificios a Atenea pusieron a
Ilión bajo su protección. Tras la Paz de Apamea, las ciudades vecinas de Gergita y
Retio se unieron en sinecismo con Ilión36 y la ciudad fue parte de los dominios del
Reino de Pérgamo entre 188 a. C. y 133 a. C., hasta que Pérgamo cayó bajo el poder
de Roma y Troya pasó a formar parte de la provincia romana de Asia.

En el año 85 a. C., el general romano Cayo Flavio Fimbria destruyó y saqueó Troya
durante la guerra contra Mitrídates, que había combatido la dominación romana en
Oriente. Posteriormente el emperador Augusto reconstruyó el templo de Atenea. Julio
César, después de la batalla de Farsalia, visitó, en el año 48 a. C., la ciudad de
Ilium, que él consideraba patria de sus antepasados. Aumentó el territorio de la
ciudad y la liberó de tributos. En esa misma época se acuñó por vez primera moneda
con la imagen de Eneas huyendo de Troya con su padre Anquises en brazos y el mítico
Paladio. Según cuenta Suetonio, Julio César meditaba trasladar su residencia a
Ilium.

El emperador Caracalla llegó a Ilium en el año 214 y consagró allí a Aquiles una
estatua y organizó desfiles militares en torno a la supuesta tumba del guerrero
mítico. Para que estos actos se asemejaran más a los juegos en honor de Patroclo
tras su muerte, narrados en la Ilíada, mató a su amigo Festo para que representara
el papel de Patroclo.
El final de Troya

Después de que el emperador Constantino promulgó la libertad religiosa por medio


del Edicto de Milán y que cesó con la persecución al cristianismo, el emperador
Juliano el Apóstata, partidario de las antiguas creencias, visitó la ciudad en 354-
355, pudiendo comprobar que la tumba de Aquiles seguía allí y que se seguían
ofreciendo sacrificios a Atenea. Sin embargo, en 391 se prohibieron los ritos
paganos.

Hacia el año 500 ocurrió un gran terremoto que provocó el definitivo derrumbe de
los edificios más emblemáticos de Troya. Parece ser que Troya siguió siendo un
asentamiento poblado durante la época del Imperio bizantino, hasta el siglo XIII,
pero apenas se tienen noticias de sucesos ocurridos en ella y poco después la misma
existencia de la ciudad cayó en el olvido. Tras la Caída de Constantinopla en 1453,
la colina sobre la que se asentaba Troya fue llamada Hisarlik, cuyo significado en
turco es ‘dotada de fortaleza’.
Historia de las excavaciones
El dilema Hisarlik-Bunarbaschi
Imagen de 1835 donde figura, en primer plano, el río Escamandro; en el centro, el
pueblo de Bunarbaschi y tras él, la colina donde Lechevalier creía que estaban las
ruinas de Troya.

Desde comienzos del siglo XIX el hallazgo de inscripciones en monedas había


convencido a Edward Daniel Clarke y John Martín Cripps de que en la colina de
Hisarlik, a unos 4,5 km de la entrada de los Dardanelos, en la provincia turca de
Çanakkale, estuvo emplazada la ciudad de Troya al menos cuando esta era una ciudad
grecorromana. En su Disertación sobre la topografía de la llanura de Troya,
publicada en Edimburgo en 1822, el estudioso escocés Charles MacLaren había
sostenido la hipótesis de que el emplazamiento de la Nueva Ilión grecorromana
coincidía con el de la fortaleza cantada por Homero. Para corroborarlo, realizó un
viaje a la Tróade en 1847 y en 1863 reeditó su obra en la que confirmaba su
hipótesis.3738

Sin embargo, no todos los investigadores se mostraban de acuerdo. En 1776, el


francés Choiseul-Gouffier había opinado que la antigua Troya estaba ubicada cerca
de la aldea de Bunarbaschi, a unos 13 kilómetros de los Dardanelos38 y esta
hipótesis fue popularizada en 1785 por Jean-Baptiste Le Chevalier que, al visitar
la zona, consideró que los restos debían estar en la colina denominada Balli Dag.
Así pues, en 1864, un equipo dirigido por el diplomático austriaco Johann Georg von
Hahn realizó excavaciones en esa colina y encontró restos de una antigua colonia
griega, pero este asentamiento solo había existido entre los siglos VII y IV a.
C.39 y se ha identificado con la colonia de Gentino.40

En aquella época ambas posibilidades no eran seguidas demasiado en serio por la


mayoría de los académicos.38
Heinrich Schliemann
La colina de Hisarlik tras las excavaciones de 1871-73.

El primero que dirigió excavaciones en la zona de la colina de Hisarlik fue el


ingeniero John Brunton, en 1856, pero el lugar exacto donde las realizó no está
claro.41 Algunos años después, en 1865, Frank Calvert emprendió excavaciones en las
que halló restos del templo de Atenea, de muros y algunos otros fragmentos de
cerámica pero tuvo que abandonar los trabajos. Cuando el alemán Heinrich Schliemann
visitó casualmente a Calvert durante un breve viaje que había hecho a Tróade en
1868, se convenció de que la ubicación de Troya estaba en esa colina.4243 Por ello,
a partir de 1871 el alemán inició allí las excavaciones a gran escala. La
prosecución de los trabajos llevó a Schliemann a distinguir siete ciudades o
estadios de ocupación del lugar, asignando la fase de Troya II a la Troya homérica.
Entre sus más llamativos hallazgos figura el llamado Tesoro de Príamo. A partir de
1882 volvió a excavar en el lugar junto con Wilhelm Dörpfeld, que había trabajado
en las excavaciones alemanas en Olimpia. Schliemann se vio obligado a reconocer que
el estrato de Troya II era mucho más antiguo y fue Troya VI la que pasó a ser
considerada como la ciudad homérica. Tras la muerte de Schliemann, Dörpfeld volvió
a excavar entre 1893 y 1894. El resultado de estas campañas fue el hallazgo de
nueve ciudades construidas sucesivamente las unas sobre las otras.
Misiones arqueológicas posteriores

Entre 1932 y 1938, un equipo estadounidense volvió a excavar en el lugar, bajo la


dirección de Carl William Blegen, que diferenció con mayor detalle cada una de las
fases de construcción de las ciudades y propuso a Troya VII A como la ciudad
destruida por los griegos micénicos. En 1988 se reanudaron las excavaciones,
dirigidas por el alemán Manfred Korfmann, que logró importantes descubrimientos,
como el hallazgo de un gran barrio bajo en Troya VI.

Tras el fallecimiento de Korfmann en 2005, las excavaciones pasaron a ser dirigidas


por el austriaco Ernst Pernicka. En septiembre de 2009 fueron encontrados los
restos de dos personas junto a otros restos de cerámica que por sus características
podrían ser de en torno a 1200 a. C.44 Los resultados de las excavaciones se
estudiaban en la unidad de trabajo llamada Proyecto Troya, de la universidad de
Tubinga y cada año se publicaba lo más importante en la revista Studia Troica.

En 2012 dejó de trabajar en Troya el equipo de arqueólogos de la universidad de


Tubinga.45 A partir del 2013, las excavaciones pasaron a depender de la Universidad
de Çanakkale y el director de las excavaciones es Rüstem Aslan.46
Museos con material troyano

Muchos de los objetos hallados en las excavaciones se exponen en museos, como el


Museo Pushkin de Moscú,47 el Museo del Hermitage de San Petersburgo,48 el Museo
Británico de Londres,49 el Museo de Prehistoria y Protohistoria de Berlín50 y el
Museo Arqueológico Nacional de Atenas.51

Por otra parte, desde 2018 está activo el Museo de Troya junto al yacimiento
arqueológico. Está dedicado especialmente a todos los aspectos relacionados con el
asentamiento y las excavaciones. Expone hallazgos arqueológicos de Troya y de su
región circundante trasladados desde el Museo Arqueológico de Çanakkale, el Museo
Arqueológico de Estambul y otros lugares. El Museo de Arqueología y Antropología de
la Universidad de Pensilvania compró en 1966 un conjunto de 24 joyas de oro de la
Edad del Bronce a un comerciante de arte de Filadelfia, pero el lugar de
procedencia de esta colección era desconocido, aunque se apreciaban similitudes con
otras joyas halladas en Ur, Poliojni (Lemnos) o Troya. En 2009, los arqueólogos
Ernst Pernicka y Hermann Born examinaron esta colección y mediante un análisis
científico de una partícula de polvo adherida a uno de los objetos determinaron que
la procedencia de este era compatible con el de la llanura troyana. Algunos años
después, el museo llegó a un acuerdo con el Ministerio de Cultura y Turismo de
Turquía para ceder estas obras en préstamo indefinido a Turquía y pasar así a
formar parte de la exposición del Museo de Troya.5253
Las capas de los asentamientos de Troya
Plano de los estratos de Troya, identificados en las excavaciones.
Cronología de los diferentes niveles de los restos arqueológicos de Troya, según
Manfred Korfmann

Troya I 2920-2450 a. C.
Troya II 2600-2350 a. C.
Troya III 2350-2200 a. C.
Troya IV 2200-1900 a. C.
Troya V 1900-1700 a. C.
Troya VI 1700-1300 a. C.
Troya VIIa 1300-1200 a. C.
Troya VIIb 1200-950 a. C.
Troya VIII 700-85 a. C.
Troya IX 85 a. C.-500 d. C.
Troya X siglos XIII-XIV

A raíz de las distintas excavaciones ha sido reconstruida la historia de Troya y se


han establecido once fases de ocupación. Una primera fase, denominada Troya 0, tuvo
su inicio hacia el 3500 a. C.54 Las cuatro siguientes, desde Troya I a Troya IV, se
desarrollaron durante el III milenio a. C.55 habiendo una clara continuidad
cultural hasta la V. Troya VI da fe de un segundo florecimiento de la ciudad. Troya
VII es la principal candidata para identificarse con la Troya homérica. Troya VIII
y Troya IX cubren la Grecia arcaica, la época clásica, el período helenístico y
romano. Troya X es la perteneciente al periodo bizantino. Desde el primer
asentamiento hasta Troya VII no existen restos de documentación escrita que ayuden
a la valoración histórica y social del desarrollo de la ciudad.n
Troya 0

Los restos de un primer asentamiento en Troya tuvieron su origen hacia 3500 a. C.


Estos restos fueron descubiertos por Manfred Korfmann, pero quedaron pendientes de
ser analizados, lo que realizó posteriormente Rüstem Aslan.5456
Troya I

La ciudadela de Troya I presenta diez fases constructivas55 desarrolladas, según


Carl Blegen y otros, a largo de cinco siglos: entre 2920-2500/2450 a. C.,
aproximadamente. Su potencia estratigráfica es de más de cuatro metros y ocupa solo
la mitad noroccidental de la colina. Sacada a la luz por Heinrich Schliemann,
estaba constituida por un recinto de murallas fortificadas de piedra, de 2,50 m de
grosor, probablemente con bastiones cuadrangulares; quedan huellas del oriental,
con una altura de 3,50 m y que controlaría la entrada. Estaba formada por piedras
irregulares y se estrechaba por la parte alta. Las viviendas asociadas son de
planta rectangular y hay restos de un megaron.55 Aparece, por primera vez, cerámica
decorada con rostros humanos esquemáticos. Alojó a una población cuya cultura,
llamada de Kum Tepe, está considerada perteneciente al Bronce Antiguo. Fue
destruida por un incendio, reedificada y dio así origen a Troya II.
Troya II
Fotografía del Tesoro de Príamo hallado en Troya II.

Aunque Troya I fue bruscamente destruida, no existe interrupción ni cronológica ni


cultural con Troya II. Esta última se desarrolló entre 2500/2450-2350/2300 a. C.,
en ocho fases constructivas durante las que creció hasta ocupar una superficie de
nueve mil m². Su muralla, de planta poligonal, estaba construida con adobes
levantados sobre una base pétrea. Tenía dos puertas accesibles por rampas de
piedra55 y torres cuadradas en los ángulos. Las puertas más grandes están en el
lado suroeste y daban acceso al palacio real, el megaron, a través de unos pequeños
propileos. Esta fase de ocupación fue descubierta por Schliemann y reexaminada por
Dörpfeld.

El edificio más importante es el megaron, originalmente de 35-40 m y cuya mayor


estancia tiene unos 20 x 10 m, donde Dörpfeld encontró los restos de una plataforma
que tal vez albergara un hogar. Los otros megara descubiertos por Dörpfeld debían
ser las residencias privadas de la familia real y el almacén central con los
excedentes. Según Dörpfeld, fue una ciudad muy próspera, como lo probarían los
restos del gran recinto amurallado, la llamada Casa del Rey y sus más de 600 pozos,
donde se almacenaban provisiones y que en general contenían fragmentos de grandes
jarras de conservación, probablemente cubiertas de ladrillos, diseminados por toda
la ciudadela.o
Rampa de entrada a Troya II.

La gran sencillez de los edificios del conjunto del palacio de Troya II se


contrapone a la arquitectura oficial contemporánea de Mesopotamia bajo los reyes de
Akkad (2300-2200 a. C.), de rico aparato escénico, como las residencias y los
templos de los gobernadores de Lagash, y de la dinastía III de Ur, y a las
construcciones monumentales del Egipto faraónico de la época del Imperio Antiguo
(2950-2220 a. C.) Esta sencillez de los edificios de Troya sorprende al compararlos
con la profusión y la riqueza de la joyería y orfebrería de la época, testimoniadas
por el célebre tesoro que Schliemann atribuyó a Príamo y que Blegen asignó a la
fase de Troya II. Este es el patrimonio artístico más ingente y significativo de la
Troya del tercer milenio a. C.

Este tesoro está compuesto de valiosos objetos de metales preciosos y piedras, que
fueron donados por Schliemann a Alemania y tras el fin de la Segunda Guerra Mundial
fueron llevados a Moscú, donde actualmente se encuentran, en el Museo Pushkin. De
los nueve lotes, los más importantes comprenden colecciones de puñales, utensilios
y ornamentos de las vestiduras y muchas vajillas de oro y plata. Entre los objetos
preciosos destaca un disco grande, provisto de un ónfalos —literalmente ‘ombligo’,
una especie de abultamiento en el centro del objeto— y de un largo mango aplanado,
que termina con una pequeña serie de discos pequeños. Se usaba para tamizar el oro,
y es parecido a utensilios hallados en Ur y en Babilonia, entre finales del tercer
milenio y principios del segundo milenio a. C. Entre las joyas hay dos diademas
femeninas que adornaban la frente con una franja de menudas y tupidas cadenas de
oro, terminando cada una de ellas con un colgante de láminas doradas en forma de
flor o de hoja. Se encontraron junto con una serie de collares y pendientes, en una
jarra grande de plata.

Un incendio acaecido hacia el 2300/2250 a. C. provocó la precipitada huida de los


habitantes y marca el final de Troya II.
Troya III-Troya IV-Troya V

Con el transcurso del tercer milenio a. C., una primera ola de invasiones de
pueblos indoeuropeos marca en el área mediterránea sensibles cambios, registrados
también en Troya en las fases III-V de la vida de la ciudad, cuya vida cultural no
parece interrumpirse, pero sí ralentizarse drásticamente. Los restos de los
edificios son exiguos y de calidad inferior a los de los precedentes y la imagen de
conjunto del sitio responde más bien a la de un centro comercial que a la próspera
ciudad del tercer milenio a. C.

Troya III

Sobre las ruinas de Troya II se alzó Troya III (2350/2300 a. C.-2200 a. C.), de
menor tamaño pero con una muralla de piedra labrada.55 Lo poco que se conoce
también estaba construido casi completamente de piedra, a diferencia de los
edificios precedentes que lo fueron de adobe. Son característicos de Troya III los
vasos antropomórficos, como el hallado por Schliemann en 1872 y que según él
representaba a Atenea Ilias.

Troya IV

Con una superficie de 17.000 m², Troya IV (2200-1900 a. C.), muestra la misma
técnica de amurallamiento que Troya II y Troya III. En cambio son nuevos los hornos
en cúpula y un tipo de vivienda con cuatro habitaciones.

Troya V

Troya V (1900 a. C.-1700 a. C.) es una total reconstrucción de Troya IV, sobre la
base de un plano urbanístico más regular y con casas espaciosas, pero sin una
ruptura cultural con respecto a los asentamientos precedentes. Con ella, finaliza
la fase premicénica de la historia de Troya.
Troya VI
Gráfico de las capas del yacimiento arqueológico.

Troya VI (1700-1300 a. C. o 1250 a. C.) corresponde al periodo crucial de la


historia anatolia comprendida entre el fin de las colonias comerciales asirias de
Kültepe-Kanish —hacia mediados del siglo XVIII a. C.— y la formación y la expansión
del Imperio hitita —hasta la primera mitad del siglo XIII a. C.—, cuando
probablemente un fuerte terremoto acabó con la ciudad, que había resurgido a una
nueva vida, tras la larga fase precedente de «ciudad mercado».

Fue un lugar próspero, sede de un rey, príncipe o gobernador y centro


administrativo que fue progresivamente ampliado hasta alcanzar en el siglo XIV a.
C. su forma definitiva. Estuvo habitada por inmigrantes de origen indoeuropeo que
se dedicaron a nuevas actividades como la cría y doma de caballos, imprimieron un
gran desarrollo a la tecnología del bronce y practicaron el rito funerario de la
incineración. La mayoría de los fragmentos de cerámica son de la llamada «cerámica
gris de Anatolia».p Las vasijas micénicas que también han sido halladas son una
prueba de la existencia de relaciones comerciales entre Troya y la civilización
micénica.

Entre las estructuras fundamentales de Troya VI destaca la fortaleza, con el


monumental bastión de 9 m de altura y ángulos muy agudos, en posición análoga a la
de Troya II, en el Bronce Antiguo, dominando el curso del Escamandro. En caso de
asedio, disponía de una enorme cisterna de 8 m de profundidad en el interior del
bastión central. El trazado de las murallas con un diámetro de unos 200 m —el doble
del recinto más antiguo—, se desdobla en un segundo cerco concéntrico al precedente
con una altura media de 6 m y un grosor de 5 m. Se llegaba por una puerta
principal, controlada por una torre fortificada y por otras tres secundarias, de
las que partían en sentido radial amplias calles convergentes hacia el centro
septentrional de la ciudad, hoy desaparecido. Al atravesar las puertas se
encontraban piedras rectangulares, en forma de pilar, encajadas cada una en otro
bloque de piedra, del tamaño aproximado de una persona. Este tipo de elementos
arquitectónico es bastante común en el ámbito hitita. El arqueólogo Peter Neve cree
que podrían estar relacionados con el culto a divinidades protectoras de las
puertas, mientras Manfred Korfmann sugiere que podrían estar relacionadas con el
culto a Apolo.

La técnica de construcción resulta compleja, con la estructura de base de piedra y


la superestructura de adobes en una altura de 4-5 m. En el interior de las murallas
aún hay pocas viviendas de planta rectangular y provistas de un pórtico, pero solo
se conserva la planta baja: entre las ruinas más imponentes de Troya VI hay que
señalar la llamada "Casa de los Pilares", de forma trapezoidal, de 26 m de larga y
12 m de ancha. Está formada por un recibidor, al este, y una amplia sala central,
que termina en tres pequeñas habitaciones posteriores. Se trataba de un edificio
público para las ceremonias oficiales reales.

En Troya VI, la disposición de los edificios y de los ejes de circulación se


adaptaba a la forma circular de las murallas, cuyo centro debían de constituirlo el
palacio y su templo. En otra colina llamada Yassitepe, más cerca del mar, se ha
encontrado una necrópolis de la época de la Edad del Bronce con inhumaciones de
hombres, mujeres y niños, así como ajuares funerarios formados por los mismos tipos
de cerámica hallados en Troya VI. En este lugar se han encontrado también algunos
restos de incineraciones.

El gran barrio bajo de la ciudad fue descubierto por Korfmann a partir de 1988,
ayudado por una nueva técnica llamada prospección magnética. Tras este
descubrimiento, se atribuye a la ciudad una superficie de 350 000 m², es decir,
trece veces más grande que la acrópolis ya conocida. Con unas dimensiones también
considerables, Troya sobrepasaba en superficie a otra gran ciudad de la época,
Ugarit (200 000 m²), y es de hecho una de las ciudades más grandes de la Edad del
Bronce. Su población oscilaría entre 5 000 y 10 000 habitantes. En caso de asedio
se estima que podría albergar 50 000 habitantes de toda la región. Ante él, fueron
descubiertos, en 1993 y 1995, dos fosos paralelos de 1 a 2 metros de profundidad,
que podrían haber servido de defensa contra un ataque perpetrado con carros de
guerra. También fueron halladas, en 1995, una puerta de la fortificación del
mencionado barrio, el arranque de la muralla del barrio bajo y una calzada
empedrada que desde la llanura del río Escamandro se dirigía a la puerta occidental
de la acrópolis.
Troya VII

Troya VII-A

Maqueta de Troya VII.

El complejo palaciego de Troya VI fue destruido probablemente por un violento


terremoto hacia 1300 a. C., si bien algunos investigadores se inclinan por datar su
final hacia 1250 a. C.

Su inmediata reconstrucción en la sucesiva fase de Troya VII-A ha planteado el


interrogante de cuál de las dos ciudades fue la Ilión homérica.q Carl Blegen
rechazó la tesis de Dörpfeld que apuntaba a la fortaleza micénica de Troya VI —
probablemente destruida por un terremoto y no por un incendio— y se inclinó por el
asentamiento de Troya VII A, donde existe un espeso estrato de cenizas y restos
carbonizados que puede datarse hacia el 1200 a. C. Entre los vestigios hallados en
este estrato figuran restos de esqueletos, armas, depósitos de guijarros —que
podrían tratarse de municiones para disparar con honda— e, interpretada por algunos
como muy significativa, la tumba de una niña, cubierta con una serie de vasijas de
provisiones, indicio de un enterramiento urgente a causa de un asedio.

Además, la fecha de su fin no se aleja mucho de las dataciones que fijaron en la


Antigüedad Eratóstenes (1184 a. C.) y Timeo (1194 a. C.), entre otros. Por todo
ello, algunos eruditos señalan que la «ciudad de Príamo» se corresponde con Troya
VII-A, a pesar de la indudable inferioridad artística y arquitectónica que la
distingue de la precedente.

Troya VII-B-1

En el sucesivo nivel de Troya VII-B-1 (1200 aprox.-1100 a. C.) se han encontrado


restos de una cerámica bárbara que no se hacía con torno sino a mano y con una
arcilla tosca. Por hallazgos similares que se han encontrado en otras zonas se ha
supuesto que en esta época se asentó un pueblo extranjero procedente de los
Balcanes. Además, la urbe muestra una gran acumulación de terreno quemado, hasta 1
m, de grandes y repetidas perturbaciones, que no interrumpieron la continuidad de
la vida en la ciudad, donde las murallas y viviendas fueron preservadas. De ello se
ha deducido que durante esta época se produjeron al menos dos incendios y uno de
ellos produjo el final de esta ciudad.

Troya VII-B-2
Dibujo del anverso del sello con inscripciones en luvita hallado en 1995.
Dibujo del reverso.

El signo más evidente de un componente nuevo en el orden social y cultural está


representado en el nivel de Troya VII-B-2 (1100-1020 a. C.) por la cerámica llamada
knobbed ware (aunque también han aparecido restos de cerámica similares a la de la
etapa anterior e incluso unos pocos restos de cerámica micénica) con decorativas
protuberancias en forma de cuernos, difundida ya en los Balcanes y probablemente
herencia de gentes recién llegadas, infiltradas pacíficamente en la región o bien
producto de intercambios culturales entre Troya y otras regiones extranjeras.
También la técnica de construcción varía sensiblemente con murallas reforzadas en
las hiladas inferiores con monumentales ortostatos.

En 1995 fue hallado un documento escrito en este estrato consistente en un sello de


bronce donde aparecen signos de un sistema de escritura del idioma luvita
denominado luvioglífico. Fue descifrado en su sentido especial, encontrando que en
una de sus caras contiene la palabra escriba, en el reverso la palabra mujer y, a
ambos lados, el signo bueno. Por todo ello se ha supuesto que el dueño del sello
debió ser un funcionario oficial. Troya VII-B-2 cayó a causa de un incendio debido
probablemente a causas naturales.

Troya VII-B-3

La diferenciación de este estrato con el anterior se debe al arqueólogo Manfred


Korfmann, que defiende que tras el fin de la anterior ciudad hubo a continuación
otra colonia que debe distinguirse de la anterior, caracterizada por la utilización
de cerámica protogeométrica y que desapareció en torno a 950 a. C., quedando a
continuación el lugar casi deshabitado hasta el año 750 a. C. o 700 a. C. Frente a
ello, Dieter Hertel cree que ya los griegos se establecieron en Troya desde el fin
de Troya VII-B-2.
Troya VIII
Tetradracma de plata de Troya del período helenístico, 188 a. C.–160 a. C. Cabeza
de Atenea con casco ático en el anverso. Figura femenina en el reverso y lechuza
con la inscripción: ΑΘΗΝΑΣ ΙΛΙΑΔΟΣ, ΚΛΕΩΝΟΣ ΙΛΙΟΥ.

La historia de Troya en la época griega antigua no se remonta mucho más allá del
siglo VII a. C., igual que ocurre con los otros numerosos testimonios del área
noroccidental del Asia Menor y de la propia Bizancio. Durante unos 250 años, entre
950 a. C. y el 700 a. C., la colina de Hisarlik debió permanecer casi deshabitada,
aunque algunos autores como el ya mencionado Dieter Hertel defienden lo contrario.

En Troya VIII aparece una floreciente actividad arquitectónica, sobre todo


religiosa: el primer gran edificio de culto de la época descubierto, el llamado
témenos (recinto) superior, conserva aún en el centro un solemne altar y otro, de
la época de Augusto, en el lado occidental. Sigue el témenos inferior, con dos
altares, quizá para sacrificios a dos divinidades, ambas desconocidas. El santuario
de Atenea, cuyo origen podría remontarse al siglo IX a. C., fue convertido en un
gran templo, de riguroso orden dórico, en el siglo III a. C. Para ello, y para la
construcción de la stoa, se demolieron algunos edificios de la acrópolis de épocas
anteriores.

Algunos arqueólogos sitúan en el siglo III a. C. el inicio de Troya IX, en


discrepancia con la cronología propuesta por Manfred Korfmann.r
Troya IX
El odeón romano de Troya IX, renovado en época del emperador Adriano en el 124 d.
C.

Troya IX (Ilium Novum, o Nueva Ilión) fue la ciudad romana surgida tras la
destrucción de Troya VIII por parte de Fimbria, uno de los hombres de Cayo Mario
(86 a. C.-85 a. C.) La gens Iulia, Julio César y, con mayor amplitud, Augusto,
enriquecieron la ciudad de Troya con templos y palacios, y ampliaron el templo de
Atenea, que fue rodeado de monumentales columnatas (de 80 m de lado), y provisto de
un imponente propileo. Este asentamiento romano se extiende en parte por la llanura
que queda al pie de la colina, mientras que la acrópolis mantiene su carácter de
lugar destinado al culto con el templo de Atenea. De esta fase se conservan algunos
lienzos de muralla, las termas, el bouleuterión, un teatro y algunas viviendas.
Troya X

Korfmann denominó así al estrato de los escasos restos que pertenecen al periodo
bizantino, entre los siglos XIII y XIV, en el que Troya fue una pequeña sede
episcopal. Estos habían sido ya descubiertos por Schliemann y Dörpfeld.
Galería

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Troya 3.jpg
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Véase también

Ilíada
Poema de Troya
Dardania
Assuwa
Monte Ida
Pueblos del Mar
Guerra de Troya
Tirios y troyanos

Notas

Ilios es la forma femenina usada por Homero en la Ilíada y la Odisea, mientras que
Ilión es el neutro más utilizado en la actualidad que corresponde al romano Ilium.1
Sin embargo hay otras versiones acerca del origen de esta estatua sagrada en Troya,
en Arqueología romana i.68.2, de Dionisio de Halicarnaso.
Homero, en la Ilíada v.265-267 dice que las yeguas fueron entregadas a Laomedonte.
Apolodoro deriva el nombre de Príamo de priamai, «comprar».
Según Carlos Schrader, catedrático de Filología Griega de la Universidad de
Zaragoza, esta presunta descendencia se deba quizás a una interpretatio graeca de
tradiciones locales libias.
Su libro El mundo de Odiseo concluye con la sentencia: «La homérica guerra de
Troya, diremos, debe ser eliminada de la historia de la edad de Bronce griega».
En un artículo publicado en 1997, matizado luego en su libro Troya y Homero señala
que «la existencia de un sustrato histórico en la Ilíada es más probable que
improbable».
La palabra Wilusa no está aquí asegurada, puesto que, por desperfectos en la
tablilla, solo es legible parcialmente.
Esta invasión ocurrió en el octavo año del mandato de Ramsés III. La cronología de
este mandato no es unánime, ya que diferentes historiadores fechan su inicio en una
horquilla que abarca desde 1198 hasta 1182 a. C.
Estuvieron ubicadas cerca de las actuales Yenişehir y Kumkale, respectivamente.
Heródoto, en Historia V,122 añade que los gergitas eran lo que restaba de los
antiguos teucros.
Sin embargo, hay algunos estudiosos que dudan de que Estrabón se refiera en el
final del pasaje a Ilión, y opinan que Lisímaco emprendió las reformas citadas en
la ciudad de Alejandría de Tróade.
Según el relato de Polibio, eran cien las mujeres que los locrios debían enviar a
Troya, y debían pertenecer a las denominadas «Cien Casas», que eran linajes
aristocráticos de Lócride. Del relato de Polibio se ha deducido que esta costumbre
se practicaba ya en el siglo VIII a. C., aunque Estrabón indica que las muchachas
fueron enviadas cuando los persas estaban en el poder, es decir, a fines del siglo
VI a. C.: Estrabón, Geografía, libros XI-XIV, p.377, nota 184 de Mª Paz de Hoz
García-Bellido, Madrid: Gredos (2003), ISBN 84-249-2373-1.
Para la cronología de las capas se han utilizado los datos ofrecidos por el
arqueólogo Manfred Korfmann hasta la campaña del año 2000, recogidos por Michael
Siebler.
El modelo de palacio denominado megaron consiste en una gran estancia rectangular
con un hogar en el centro, precedido de un vestíbulo abierto; fue característico
del Heládico de la Grecia continental. El sistema de propileo de dimensiones
decrecientes, del exterior al interior del conjunto palatino, se encuentra también
en Tirinto, mientras que una concepción planimétrica similar se repite en la
Acrópolis de Atenas.
Antes llamada cerámica gris minia.
Cuestión planteada, entre otros, por Kurt Bittel y Ekrem Akurgal.

Entre ellos, Dieter Hertel señala que la destrucción de la ciudad del año 85 a.
C. por Fimbria fue menor de lo que se ha supuesto y el cambio suscitado en la
ciudad tras la visita de Alejandro Magno fue mucho más significativo.

Referencias

Latacz, 2003, p. 387, n. 5.


Latacz, 2003, p. 387, n. 7.
"Troia im Kontext des historisch-politischen und sprachlichen Umfeldes Kleinasiens
im 2. Jahrtausend" en la revista Studia Troica,7, 1997, pp. 447-87.
p. 23, fig. 11 de "Tarkasnawa King of Mira: 'Tarkondemos', Bogazköy Sealings and
Karabel." Revista AS -Anatolian Studies- número 48, pp. 1-31.
p. 143 de "Mycenaeans and Hittites in War in Western Asia Minor." En Polemos: Le
contexte guerrier en Égée à l’Âge du Bronze, editado por R. Laffineur, 141-155.
Aegaeum 19. Lieja y Austin1999.
Joaquim Latacz. Troya y Homero, página 71.
http://whc.unesco.org/archive/repcom98.htm#849 (en inglés) Acta oficial de
inscripción del sitio arqueológico de Troya como patrimonio de la Humanidad.
Apolodoro. Biblioteca mitológica iii.12.1-4.
Píndaro, en Olímpicas viii.30-47, incluye al mortal Éaco también como participante
en la construcción de las murallas.
Ovidio, Las metamorfosis xi.205; Higino, Fábulas, 89; Diodoro Sículo, Biblioteca
histórica iv.42.1-6.
Himno homérico a Afrodita v.210-212
Homero, Ilíada xx.146.
Escolio de Tzetzes a Licofrón 34; Escolio de la Ilíada xx.146 basado en Helánico de
Lesbos.
Valerio Flaco, Argonáuticas ii.451-578.
Apolodoro, Biblioteca mitológica ii.5,9.
Apolodoro, Biblioteca mitológica ii.6,4.
Ovidio, Las metamorfosis xi.215-217; Eurípides, Andrómaca 796 ss; Sófocles, Áyax
1299-1303.
Diodoro Sículo, Biblioteca histórica iv.32,5.
Tito Livio, Historia de Roma desde su fundación i.1; Virgilio, Eneida i,242.
Virgilio, Eneida ix; Ovidio, Las Metamorfosis xiv.
Tucídides, Historia de la Guerra del Peloponeso vi,2
Heródoto, iv,191
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Oliver Gurney, en "The authorship of the Tawagalawas Letter" (Silva Anatolica,
2002, p. 133-141), afirma que el autor fue Muwatalli II (hermano mayor de Hattusili
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T. R. Bryce, A reinterpretation of the Tawagalawa Letter in the light of the new
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Bibliografía
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Mainz VON ZABERN, 1.1991ff. ISSN 0942-7635.

Enlaces externos

Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Troya.

Apuntes de la conferencia Troya: la ciudad de la Ilíada, del profesor Nicolás


Cruz (3-5-2006)
Excavaciones de Troya (en turco)
The Greek Age of Bronze-Trojan War (en inglés)
Bibliografía de Korfmann (en alemán)
Página de la Universidad de Tubinga sobre el sitio arqueológico de Troya (en
alemán)
El sitio arqueológico de Troya como Patrimonio de la Humanidad (en francés)
Fundación y destrucción de Troya; en Las metamorfosis, de OVIDIO: Libro XI, 194
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Las metamorfosis. Libro XI: texto latino en Wikisource.
La caída de Troya; en Las metamorfosis: Libro XIII, 399 - 575. Texto español en
Wikisource.
Las metamorfosis. Libro XIII: texto latino en Wikisource.
MACKENZIE, Donald A.: Myths of Crete and Pre-Hellenic Europe (Mitos de Creta y
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Texto, en inglés, en el sitio del Internet Sacred Text Archive.
X: Trading Relations with Troy (Relaciones comerciales con Troya).
Donald A. Mackenzie (Donald Alexander Mackenzie, 1873 - 1936):
periodista y folclorista escocés.
HALL, Jonathan M.: Case Study 3: Between Dardanians and Phrygians:
Representations of the Trojans in the Greek Myth (Estudio de caso - 3: Entre
dárdanos y frigios: representaciones de los troyanos en el mito griego), apartado
del artículo Politics and Greek Myth (La política y el mito griego), en The
Cambridge Companion to Greek Mythology (Vademécum de Cambridge de la mitología
griega), edición preparada por Roger D. Woodard, Cambridge University Press, 2009.
Reproducción en facsímil electrónico en el sitio del Internet Archive.
Jonathan M. Hall (Jonathan Mark Hall): profesor de Historia de Grecia
de la Universidad de Chicago.
Roger D. Woodard: profesor de Clásicas y de Lingüística de la
Universidad de Búfalo.
Schliemann, Heinrich (1881). Ilios. The city and country of the Trojans. Nueva
York: Harper & Brothers.

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