Troya
Troya
Troya
Troya o Ilión (en griego Τροία —Troia—, Ίλιον —Ilión—, o Ίλιος —Ilios)a es una
antigua ciudad anatolia situada en el emplazamiento hoy conocido como la colina de
Hisarlik, en Turquía (en turco '[colina] dotada de fortaleza').2 Según los estudios
de Frank Starke3 (1997), de J. David Hawkins4 (1998) y de W. D. Niemeier5 (1999),
la palabra Wilusa era la denominación usada en hitita para la ciudad de Troya.
En ella se desarrolló la mítica guerra de Troya. Esta célebre guerra fue descrita,
en parte, en la Ilíada, un poema épico de la Antigua Grecia atribuido a Homero,
quien lo compondría, según la mayoría de la crítica, en el siglo VIII a. C. Homero
también hace referencia a Troya en la Odisea. La leyenda fue completada por otros
autores griegos y romanos, como Virgilio en la Eneida.
La Troya histórica estuvo habitada desde principios del tercer milenio a. C. Está
situada en la actual provincia turca de Çanakkale, junto al estrecho de los
Dardanelos, entre los ríos Escamandro (o Janto) y Simois y ocupa una posición
estratégica en el acceso al mar Negro. En su entorno se encuentra la cordillera del
Ida y frente a sus costas se divisa la cercana isla de Ténedos. Las especiales
condiciones del estrecho de los Dardanelos, en el que hay una corriente constante
desde el mar de Mármara hacia el mar Egeo y donde suele soplar un viento del
nordeste durante la estación de mayo a octubre, hace suponer que los barcos que en
la Antigüedad pretendían atravesar el estrecho debían esperar a menudo condiciones
más favorables durante largas temporadas en el puerto de Troya.6
Tras siglos de olvido, las ruinas de Troya fueron descubiertas en las excavaciones
realizadas en 1871 por Heinrich Schliemann, tras unas prospecciones iniciales
realizadas a partir de 1865 por Frank Calvert. En 1998, el sitio arqueológico de
Troya fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco,7 afirmando que:
1 Troya legendaria
1.1 Fundación
1.2 Expedición de Heracles contra Troya
1.3 Guerra de Troya
2 Historicidad de la guerra de Troya
3 Troya histórica
3.1 Troya en las fuentes hititas
3.2 Troya en las fuentes egipcias
3.3 Troya en las fuentes históricas griegas
3.4 Troya en las fuentes históricas romanas
3.5 El final de Troya
4 Historia de las excavaciones
4.1 El dilema Hisarlik-Bunarbaschi
4.2 Heinrich Schliemann
4.3 Misiones arqueológicas posteriores
4.4 Museos con material troyano
5 Las capas de los asentamientos de Troya
5.1 Troya 0
5.2 Troya I
5.3 Troya II
5.4 Troya III-Troya IV-Troya V
5.5 Troya VI
5.6 Troya VII
5.7 Troya VIII
5.8 Troya IX
5.9 Troya X
6 Galería
7 Véase también
8 Notas
9 Referencias
10 Bibliografía
11 Enlaces externos
Troya legendaria
Fundación
Según la mitología griega, la familia real troyana fue iniciada por la pléyade
Electra y Zeus, padres de Dárdano. Este cruzó hasta Asia Menor desde la isla de
Samotracia, donde conoció a Teucro, que lo trató con respeto. Dárdano se casó con
Batiea, hija de Teucro, y fundó Dardania. Tras la muerte de Dárdano, el reino pasó
a su nieto Tros. Zeus raptó a uno de sus hijos, llamado Ganimedes, a causa de su
gran belleza, para convertirlo en copero de los dioses. Ilo, otro hijo de Tros,
fundó la ciudad de Ilión y pidió a Zeus una señal. Casualmente encontró una estatua
conocida como Paladio, que había caído del cielo. Un oráculo decía que mientras el
Paladio permaneciera en la ciudad, esta sería inexpugnable. Luego Ilo construyó el
templo de Atenea en su ciudad, en el mismo lugar donde había caído.8b
Los habitantes de Troya son denominados teucros, mientras Troya e Ilión son los dos
nombres por los que se conocía la ciudad; por tanto Teucro, Tros e Ilo eran
considerados sus fundadores epónimos. Los romanos relacionaron el nombre de Ilión
con el de Iulo (en latín Iulus), hijo de Eneas y antepasado mítico de la gens Iulia
o Iulii, a la que pertenecía Julio César.
Véase también: Anexo:Estirpe de Troya
Expedición de Heracles contra Troya
Heracles a punto de matar a Laomedonte, frasco de terra sigillata de la Galia,
final del siglo I – principio del siglo II.
Pero Laomedonte no cumplió su parte del pacto, ya que sustituyó dos de las yeguas
inmortales por dos yeguas ordinarias y, como represalia, Heracles, encolerizado, le
amenazó con atacar Troya y embarcó de vuelta a Grecia.15 Pasados unos años,
encabezó una expedición de castigo de dieciocho naves, después de reclutar en
Tirinto un ejército de voluntarios entre los que se encontraban Yolao, Telamón,
Peleo, el argivo Ecles hijo de Antífates, y Deímaco el beocio. Telamón tuvo una
actuación destacada en el asedio de la ciudad al abrir brecha en las murallas de
Troya y entrar el primero. Capturada Troya, Heracles mató a Laomedonte y a sus
hijos, excepto al joven Podarces.16
La mayoría de los héroes de Troya y de sus aliados murieron en la guerra, pero dos
grupos de troyanos, liderados uno por Eneas y otro por Antenor, lograron sobrevivir
y navegaron hasta llegar los primeros a Cartago y luego a la península itálica,
donde llegaron a ser los ascendientes de los fundadores de Roma y los segundos a la
costa septentrional del mar Adriático y también se les atribuía la fundación de
Padua. A los primeros asentamientos de estos supervivientes en Sicilia y en Italia
se les dio igualmente el nombre de Troya.19 Los barcos troyanos en los que viajaron
fueron transformados por Cibeles en náyades, cuando iban a ser quemados por Turno,
el rival de Eneas en Italia.20 Según narran Tucídides y Helánico de Lesbos, otros
troyanos supervivientes se establecieron en Sicilia, en las ciudades de Erice y
Egesta, recibiendo el nombre de élimos.21 Además, Heródoto comenta que los maxies
eran una tribu del oeste de Libia cuyos miembros afirmaban ser descendientes de los
hombres llegados desde Troya.22e Algunos de estos relatos míticos, a veces con
contradicciones entre sí, aparecen en la Ilíada y la Odisea, los célebres poemas
homéricos, y en otras obras y fragmentos posteriores.
Historicidad de la guerra de Troya
Véase también: Cuestión homérica
Frente a ellos se halla una corriente de opinión escéptica encabezada por Moses
Finley que niega la presencia de elementos micénicos en los poemas homéricos y
señala la ausencia de pruebas arqueológicas acerca de la historicidad del mito.f
Otros estudiosos destacados pertenecientes a esta corriente escéptica son el
historiador Frank Kolb y el arqueólogo Dieter Hertel. Joachim Latacz, en un estudio
en el que relaciona fuentes arqueológicas, fuentes históricas hititas y pasajes
homéricos como el Catálogo de las naves del libro II de la Ilíada, considera
probado el origen micénico de la leyenda pero, con respecto a la historicidad de la
guerra, se ha mostrado cauto y solo ha admitido que es probable la existencia de un
sustrato histórico.g
La ciudad de Troya estuvo habitada desde la primera mitad del III milenio a. C.,
pero su momento de mayor esplendor coincidió con el auge del Imperio hitita. En
1924, poco después del desciframiento de la escritura hitita, Paul Kretschmer había
comparado un topónimo que aparece en fuentes hititas, Wilusa, con el topónimo
griego Ilios, usado como nombre de Troya. Los eruditos, basándose en pruebas
lingüísticas, establecieron que el nombre Ilios había perdido una digamma inicial y
anteriormente había sido Wilios. A esto se unía otra comparación entre un rey de
Troya que aparece escrito en documentos hititas, denominado Alaksandu, y Alejandro,
usado en la Ilíada como nombre alternativo de Paris, príncipe troyano.
El llamado Tratado Alaksandu, que fue un pacto entre el rey hitita Muwatalli II
y Alaksandu, rey de Wilusa, datado a principios del siglo XIII a. C. Del texto de
este tratado se ha deducido que Wilusa tenía una relación de subordinación respecto
del Imperio hitita.
Entre los dioses que son nombrados en el tratado como testigos del pacto figuran
Apaliunas, que algunos investigadores han identificado con Apolo, y Kaskalkur, cuyo
significado es 'camino al inframundo'. Sobre Kaskalkur, el arqueólogo Korfmann
indica que:
Esta divinidad ha sido por ello asociada al descubrimiento de una cueva con un
manantial a 200 metros al sur del muro de la acrópolis que, tras analizar la piedra
caliza de las paredes, se ha determinado que ya existía a principios del tercer
milenio a. C. y en torno a la cual podrían haber surgido mitos. También se ha
señalado la coincidencia que supone la alusión del autor Esteban de Bizancio a que
un tal Motylos, que podría ser una helenización del nombre de Muwatalli, prestó
hospitalidad a Alejandro y Helena.
Una carta escrita por el rey del país del río Seha (estado vasallo hitita)
Manapa-Tarhunta al rey Muwatalli II, y por tanto datada también alrededor de 1295
a. C., donde se da información de un tal Piyamaradu que había encabezado una
expedición militar contra Wilusa y contra la isla Lazba, identificada por los
investigadores con Lesbos.
En la Carta de Tawagalawa (h. 1250 a. C.), generalmente atribuida a Hattusili
III,24 el rey hitita hace referencia a antiguas hostilidades entre los hititas y
los ahhiyawa posiblemente sobre Wilusa, resueltas de manera amistosa en esta
carta:h «Ahora es cuando hemos llegado a un acuerdo en el asunto de Wilusa respecto
al cual estuvimos enemistados».
No es segura la mención de Troya en las fuentes egipcias de la Edad del Bronce. Sin
embargo, algunos eruditos han investigado la relación que podría tener con las
inscripciones de Medinet Habu que cuentan la batalla de los egipcios de la época de
Ramsés III contra los pueblos del mar, que intentaron una invasión de su territorio
hacia 1176 a. C.i Según las inscripciones, los egipcios derrotaron en una batalla
terrestre y en otra marítima a una coalición de pueblos de identificación dudosa.
Entre las denominaciones de los pueblos que componían la coalición figuran los
weshesh —que podrían tener relación con Wilusa— y los tjeker —que se han puesto en
relación con los teucros.
Como muy tarde desde 900 a. C. fue también venerada la diosa griega Atenea,
como se deduce del grueso sedimento sobre el revestimiento del pozo del bastión
nororiental, que estaba completamente lleno de residuos de ofrendas.
Otros autores, en cambio, sostienen que los griegos no llegaron a colonizar Troya
hasta el año 700 a. C. En todo caso, hasta el siglo III a. C. debió ser una entidad
pequeña de población, de menor nivel que otras colonias litorales próximas como
Sigeo y Aquileo.j Troya fue parte del reino de Lidia, teniendo como capital a la
ciudad de Sardes probablemente desde la época de Aliates, uno de los reyes de la
dinastía Mermnada, de principios del siglo VI a. C. El último rey de esta dinastía
fue Creso, que llegó a reinar sobre casi todos los territorios al oeste del río
Halis.
En el 360 a. C. Caridemo tomó Ilión, que fue reconquistada poco después por
Atenodoro de Imbros.30
Dicen que la ciudad de los actuales ilieos había sido durante un tiempo una
aldea con un pequeño y humilde santuario de Atenea, pero que cuando Alejandro llegó
allí después de la batalla del Gránico adornó el santuario con ofrendas, dio a la
aldea el título de ciudad, ordenó a los encargados que la realzaran con edificios y
le otorgó la libertad y exención de impuestos.32
Según continúa el relato de Estrabón, tras derrotar a los persas Alejandro prometió
hacer de Ilión una gran ciudad, aunque fue Lisímaco de Tracia, uno de sus
generales, el artífice de la mayor parte de las reformas y ampliación de la
ciudad.l
Entre los años 275 y 228 a. C., Troya perteneció al Imperio seléucida, que años
atrás había sido fundado por Seleuco, otro de los sucesores de Alejandro. Del 228
a. C. al 197 a. C., la ciudad fue independiente, pero con vínculos con el Reino de
Pérgamo. Volvió a pertenecer a los seléucidas entre 197 a. C. y 190 a. C. Durante
toda esta época siguió siendo importante el culto a Atenea. Un ritual que se
celebraba en su honor era el sacrificio de bueyes, que se colgaban de un pilar o un
árbol y allí se les abría la garganta.
Áyax el menor arrastra a Casandra, agarrada al Paladión. Copa ática de figuras
rojas, 440-430 a. C.
En el año 85 a. C., el general romano Cayo Flavio Fimbria destruyó y saqueó Troya
durante la guerra contra Mitrídates, que había combatido la dominación romana en
Oriente. Posteriormente el emperador Augusto reconstruyó el templo de Atenea. Julio
César, después de la batalla de Farsalia, visitó, en el año 48 a. C., la ciudad de
Ilium, que él consideraba patria de sus antepasados. Aumentó el territorio de la
ciudad y la liberó de tributos. En esa misma época se acuñó por vez primera moneda
con la imagen de Eneas huyendo de Troya con su padre Anquises en brazos y el mítico
Paladio. Según cuenta Suetonio, Julio César meditaba trasladar su residencia a
Ilium.
El emperador Caracalla llegó a Ilium en el año 214 y consagró allí a Aquiles una
estatua y organizó desfiles militares en torno a la supuesta tumba del guerrero
mítico. Para que estos actos se asemejaran más a los juegos en honor de Patroclo
tras su muerte, narrados en la Ilíada, mató a su amigo Festo para que representara
el papel de Patroclo.
El final de Troya
Hacia el año 500 ocurrió un gran terremoto que provocó el definitivo derrumbe de
los edificios más emblemáticos de Troya. Parece ser que Troya siguió siendo un
asentamiento poblado durante la época del Imperio bizantino, hasta el siglo XIII,
pero apenas se tienen noticias de sucesos ocurridos en ella y poco después la misma
existencia de la ciudad cayó en el olvido. Tras la Caída de Constantinopla en 1453,
la colina sobre la que se asentaba Troya fue llamada Hisarlik, cuyo significado en
turco es ‘dotada de fortaleza’.
Historia de las excavaciones
El dilema Hisarlik-Bunarbaschi
Imagen de 1835 donde figura, en primer plano, el río Escamandro; en el centro, el
pueblo de Bunarbaschi y tras él, la colina donde Lechevalier creía que estaban las
ruinas de Troya.
Por otra parte, desde 2018 está activo el Museo de Troya junto al yacimiento
arqueológico. Está dedicado especialmente a todos los aspectos relacionados con el
asentamiento y las excavaciones. Expone hallazgos arqueológicos de Troya y de su
región circundante trasladados desde el Museo Arqueológico de Çanakkale, el Museo
Arqueológico de Estambul y otros lugares. El Museo de Arqueología y Antropología de
la Universidad de Pensilvania compró en 1966 un conjunto de 24 joyas de oro de la
Edad del Bronce a un comerciante de arte de Filadelfia, pero el lugar de
procedencia de esta colección era desconocido, aunque se apreciaban similitudes con
otras joyas halladas en Ur, Poliojni (Lemnos) o Troya. En 2009, los arqueólogos
Ernst Pernicka y Hermann Born examinaron esta colección y mediante un análisis
científico de una partícula de polvo adherida a uno de los objetos determinaron que
la procedencia de este era compatible con el de la llanura troyana. Algunos años
después, el museo llegó a un acuerdo con el Ministerio de Cultura y Turismo de
Turquía para ceder estas obras en préstamo indefinido a Turquía y pasar así a
formar parte de la exposición del Museo de Troya.5253
Las capas de los asentamientos de Troya
Plano de los estratos de Troya, identificados en las excavaciones.
Cronología de los diferentes niveles de los restos arqueológicos de Troya, según
Manfred Korfmann
Troya I 2920-2450 a. C.
Troya II 2600-2350 a. C.
Troya III 2350-2200 a. C.
Troya IV 2200-1900 a. C.
Troya V 1900-1700 a. C.
Troya VI 1700-1300 a. C.
Troya VIIa 1300-1200 a. C.
Troya VIIb 1200-950 a. C.
Troya VIII 700-85 a. C.
Troya IX 85 a. C.-500 d. C.
Troya X siglos XIII-XIV
Este tesoro está compuesto de valiosos objetos de metales preciosos y piedras, que
fueron donados por Schliemann a Alemania y tras el fin de la Segunda Guerra Mundial
fueron llevados a Moscú, donde actualmente se encuentran, en el Museo Pushkin. De
los nueve lotes, los más importantes comprenden colecciones de puñales, utensilios
y ornamentos de las vestiduras y muchas vajillas de oro y plata. Entre los objetos
preciosos destaca un disco grande, provisto de un ónfalos —literalmente ‘ombligo’,
una especie de abultamiento en el centro del objeto— y de un largo mango aplanado,
que termina con una pequeña serie de discos pequeños. Se usaba para tamizar el oro,
y es parecido a utensilios hallados en Ur y en Babilonia, entre finales del tercer
milenio y principios del segundo milenio a. C. Entre las joyas hay dos diademas
femeninas que adornaban la frente con una franja de menudas y tupidas cadenas de
oro, terminando cada una de ellas con un colgante de láminas doradas en forma de
flor o de hoja. Se encontraron junto con una serie de collares y pendientes, en una
jarra grande de plata.
Con el transcurso del tercer milenio a. C., una primera ola de invasiones de
pueblos indoeuropeos marca en el área mediterránea sensibles cambios, registrados
también en Troya en las fases III-V de la vida de la ciudad, cuya vida cultural no
parece interrumpirse, pero sí ralentizarse drásticamente. Los restos de los
edificios son exiguos y de calidad inferior a los de los precedentes y la imagen de
conjunto del sitio responde más bien a la de un centro comercial que a la próspera
ciudad del tercer milenio a. C.
Troya III
Sobre las ruinas de Troya II se alzó Troya III (2350/2300 a. C.-2200 a. C.), de
menor tamaño pero con una muralla de piedra labrada.55 Lo poco que se conoce
también estaba construido casi completamente de piedra, a diferencia de los
edificios precedentes que lo fueron de adobe. Son característicos de Troya III los
vasos antropomórficos, como el hallado por Schliemann en 1872 y que según él
representaba a Atenea Ilias.
Troya IV
Con una superficie de 17.000 m², Troya IV (2200-1900 a. C.), muestra la misma
técnica de amurallamiento que Troya II y Troya III. En cambio son nuevos los hornos
en cúpula y un tipo de vivienda con cuatro habitaciones.
Troya V
Troya V (1900 a. C.-1700 a. C.) es una total reconstrucción de Troya IV, sobre la
base de un plano urbanístico más regular y con casas espaciosas, pero sin una
ruptura cultural con respecto a los asentamientos precedentes. Con ella, finaliza
la fase premicénica de la historia de Troya.
Troya VI
Gráfico de las capas del yacimiento arqueológico.
El gran barrio bajo de la ciudad fue descubierto por Korfmann a partir de 1988,
ayudado por una nueva técnica llamada prospección magnética. Tras este
descubrimiento, se atribuye a la ciudad una superficie de 350 000 m², es decir,
trece veces más grande que la acrópolis ya conocida. Con unas dimensiones también
considerables, Troya sobrepasaba en superficie a otra gran ciudad de la época,
Ugarit (200 000 m²), y es de hecho una de las ciudades más grandes de la Edad del
Bronce. Su población oscilaría entre 5 000 y 10 000 habitantes. En caso de asedio
se estima que podría albergar 50 000 habitantes de toda la región. Ante él, fueron
descubiertos, en 1993 y 1995, dos fosos paralelos de 1 a 2 metros de profundidad,
que podrían haber servido de defensa contra un ataque perpetrado con carros de
guerra. También fueron halladas, en 1995, una puerta de la fortificación del
mencionado barrio, el arranque de la muralla del barrio bajo y una calzada
empedrada que desde la llanura del río Escamandro se dirigía a la puerta occidental
de la acrópolis.
Troya VII
Troya VII-A
Troya VII-B-1
Troya VII-B-2
Dibujo del anverso del sello con inscripciones en luvita hallado en 1995.
Dibujo del reverso.
Troya VII-B-3
La historia de Troya en la época griega antigua no se remonta mucho más allá del
siglo VII a. C., igual que ocurre con los otros numerosos testimonios del área
noroccidental del Asia Menor y de la propia Bizancio. Durante unos 250 años, entre
950 a. C. y el 700 a. C., la colina de Hisarlik debió permanecer casi deshabitada,
aunque algunos autores como el ya mencionado Dieter Hertel defienden lo contrario.
Troya IX (Ilium Novum, o Nueva Ilión) fue la ciudad romana surgida tras la
destrucción de Troya VIII por parte de Fimbria, uno de los hombres de Cayo Mario
(86 a. C.-85 a. C.) La gens Iulia, Julio César y, con mayor amplitud, Augusto,
enriquecieron la ciudad de Troya con templos y palacios, y ampliaron el templo de
Atenea, que fue rodeado de monumentales columnatas (de 80 m de lado), y provisto de
un imponente propileo. Este asentamiento romano se extiende en parte por la llanura
que queda al pie de la colina, mientras que la acrópolis mantiene su carácter de
lugar destinado al culto con el templo de Atenea. De esta fase se conservan algunos
lienzos de muralla, las termas, el bouleuterión, un teatro y algunas viviendas.
Troya X
Korfmann denominó así al estrato de los escasos restos que pertenecen al periodo
bizantino, entre los siglos XIII y XIV, en el que Troya fue una pequeña sede
episcopal. Estos habían sido ya descubiertos por Schliemann y Dörpfeld.
Galería
Troya 1.jpg
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Véase también
Ilíada
Poema de Troya
Dardania
Assuwa
Monte Ida
Pueblos del Mar
Guerra de Troya
Tirios y troyanos
Notas
Ilios es la forma femenina usada por Homero en la Ilíada y la Odisea, mientras que
Ilión es el neutro más utilizado en la actualidad que corresponde al romano Ilium.1
Sin embargo hay otras versiones acerca del origen de esta estatua sagrada en Troya,
en Arqueología romana i.68.2, de Dionisio de Halicarnaso.
Homero, en la Ilíada v.265-267 dice que las yeguas fueron entregadas a Laomedonte.
Apolodoro deriva el nombre de Príamo de priamai, «comprar».
Según Carlos Schrader, catedrático de Filología Griega de la Universidad de
Zaragoza, esta presunta descendencia se deba quizás a una interpretatio graeca de
tradiciones locales libias.
Su libro El mundo de Odiseo concluye con la sentencia: «La homérica guerra de
Troya, diremos, debe ser eliminada de la historia de la edad de Bronce griega».
En un artículo publicado en 1997, matizado luego en su libro Troya y Homero señala
que «la existencia de un sustrato histórico en la Ilíada es más probable que
improbable».
La palabra Wilusa no está aquí asegurada, puesto que, por desperfectos en la
tablilla, solo es legible parcialmente.
Esta invasión ocurrió en el octavo año del mandato de Ramsés III. La cronología de
este mandato no es unánime, ya que diferentes historiadores fechan su inicio en una
horquilla que abarca desde 1198 hasta 1182 a. C.
Estuvieron ubicadas cerca de las actuales Yenişehir y Kumkale, respectivamente.
Heródoto, en Historia V,122 añade que los gergitas eran lo que restaba de los
antiguos teucros.
Sin embargo, hay algunos estudiosos que dudan de que Estrabón se refiera en el
final del pasaje a Ilión, y opinan que Lisímaco emprendió las reformas citadas en
la ciudad de Alejandría de Tróade.
Según el relato de Polibio, eran cien las mujeres que los locrios debían enviar a
Troya, y debían pertenecer a las denominadas «Cien Casas», que eran linajes
aristocráticos de Lócride. Del relato de Polibio se ha deducido que esta costumbre
se practicaba ya en el siglo VIII a. C., aunque Estrabón indica que las muchachas
fueron enviadas cuando los persas estaban en el poder, es decir, a fines del siglo
VI a. C.: Estrabón, Geografía, libros XI-XIV, p.377, nota 184 de Mª Paz de Hoz
García-Bellido, Madrid: Gredos (2003), ISBN 84-249-2373-1.
Para la cronología de las capas se han utilizado los datos ofrecidos por el
arqueólogo Manfred Korfmann hasta la campaña del año 2000, recogidos por Michael
Siebler.
El modelo de palacio denominado megaron consiste en una gran estancia rectangular
con un hogar en el centro, precedido de un vestíbulo abierto; fue característico
del Heládico de la Grecia continental. El sistema de propileo de dimensiones
decrecientes, del exterior al interior del conjunto palatino, se encuentra también
en Tirinto, mientras que una concepción planimétrica similar se repite en la
Acrópolis de Atenas.
Antes llamada cerámica gris minia.
Cuestión planteada, entre otros, por Kurt Bittel y Ekrem Akurgal.
Entre ellos, Dieter Hertel señala que la destrucción de la ciudad del año 85 a.
C. por Fimbria fue menor de lo que se ha supuesto y el cambio suscitado en la
ciudad tras la visita de Alejandro Magno fue mucho más significativo.
Referencias
Bibliografía
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García Iglesias, Luis: Los orígenes del pueblo griego. Madrid: Síntesis, 2000.
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Grimal, Pierre: Diccionario de mitología griega y romana. Barcelona: Paidós,
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Sandars, N. K.: Los Pueblos del Mar. Madrid: Oberón, 2005. Edición original de
1985. ISBN 84-96052-89-3.
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ISBN 84-3346773-9.
Studia Troica. Eberhard-Karls-Universität Tübingen/University of Cincinnati.
Mainz VON ZABERN, 1.1991ff. ISSN 0942-7635.
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