Atados Al Pasado
Atados Al Pasado
Atados Al Pasado
que en su tiempo debemos de sacar de nuestras vidas para que no nos sigan destruyendo el futuro...
Amado y perdonado,
ya no estás condenado
Una voluntad que antes no conociamos y por esa razon satanas nos esclavisava
Nos ofrecia vicios, pecado, venganzas para controlarnos y para someternos a su antojo
Eramos esclavos de todo pensamiento, nos manejaba sin limites, en un control total
Nos daba religiones, que nos mantenian ocupados, sin santificarnos para Dios
Pero nos hacia creer que eso era suficiente...
Dios quiere usar la historia de tu pasado doloroso y tu vida redimida para su gloria
El Señor le recordó a Israel que Él era su único y misericordioso Salvador en su infidelidad (Isaías 43:1-17),
Él dijo: “Olvida las cosas anteriores; no te detengas en el pasado. ¡Mira, estoy haciendo algo nuevo! Ahora
surge; ¿No lo percibes?” (
Donde hay agua renace la vida vegetal y animal, se mantiene la existencia garantizada...
Si vives en la derrota o en la vergüenza, la gente te verá como una persona derrotada o débil.
Las opiniones que otros tienen de ti no son tan importantes como la opinión del Señor
y las opiniones de los demás pueden cambiar a medida que nos ven crecer y vivir en él.
Tu pasado ya no puede hacerte daño a menos que permitas que gobierne tus pensamientos y emociones.
Todos en mi familia han sido ladrones por eso yo soy ladron… etc...
Debemos tomar una decisión consciente de dejar de lado las circunstancias pasadas que aún nos quieren
controlar
Desechar , sacar, destruir, olvidar, deshacer no volver a los pensamientos y creencias que nos conducen a la
autodenominación y la esclavitud.
Debemos Avanzar para convertirnos en la persona que el Creador te diseñó para ser.
1 Pedro 5:7 RVR60 7 echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
Filipenses 4:6 RVR60 6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en
toda oración y ruego, con acción de gracias.
Romanos 6:4 RVR60 4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que
como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
Que debemso meditar sobre los errores y comparar con lo que nos dio los éxitos, parano volver a regresar a
los errores
Que nuestro pasado puede ser un maestro perspicaz para no repetirlo lo malo.
2 Corintios 12:9 RVR60 9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad.
Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de
Cristo.
Que desarrollemos nuevos patrones basados en la verdad de las Escrituras en lugar de respuestas
pecaminosas.
Que debemos tomar decisiones sabias confiando y sometiéndose al Señor y su Palabra con total
determinacion,
Todos tenemos recuerdos que nos llenan de alegría y otros que nos llenan de nostalgia o de tristeza. Hay
recuerdos que nos hacen sentir mal y recuerdos que nos hacen sentir todos unos vencedores.
Había una vez un pequeño elefante que estaba atado con una cadena a una estaca clavada en la tierra,
el pequeño elefante usaba todas sus fuerzas para poder romper la cadena, pero sus esfuerzos fueron
inútiles. El elefante se convirtió en un gran elefante fuerte y temible, pero aún seguía atado a esa misma
cadena. El elefante no había comprendido que era más fuerte que antes; él había quedado atado al
recuerdo del pasado.
2. ATADOS AL PASADO
A veces somos como ese elefante, ya no intentamos hacer lo que nos gusta porque algún recuerdo del
pasado viene a nuestra mente y nos hace sentir inútiles. Dios quiere abrirnos los ojos para poder ver que
podemos hacer grandes cosas, cosas que nunca hemos imaginado hacer.
1. El pecado.
2. El mundo.
3. Pensamientos suicidas.
4. El rechazo de otros.
5. Resentimiento contra otros.
6. Temores.
CONCLUSIÓN
Hay que dejar a un lado los recuerdos que nos lastiman o no nos dejan seguir. Dios quiere que
recordemos sus palabras para tomar nuevas fuerzas y seguir adelante.
El pasado es parte de nuestras vidas, negarlo es como “pretender ocultar el sol con un dedo”, es sencillamente
imposible. Por eso, en vez de mortificarte con el ayer, ¿no te gustaría dejarlo y avanzar hacia la felicidad? ¿no sería
fantástico despertarse un día y focalizarte en lo que tienes por delante en vez de estar mirando siempre para atrás? En
este sencillo sermón te daré cinco consejos prácticos que te ayudarán a abandonar la prisión de la amargura, a salir
del sótano del miedo, a romper las cadenas de las dudas, dejar las excusas del ayer, ¡basta de oxidarte en
remordimientos del pasado y comienza a disfrutar de la vida que el Arquitecto divino diseñó para ti! El pasado, si no
lo sueltas puede convertirse en tu ancla de por vida.
Sin más palabrerías ––que a veces cansa–– vamos a lo que nos convoca, aquí van los consejos que he escrito de
manera sistemática para ti (estos consejos han sido ordenados de lo más básico a lo más complejo).
1º ACEPTA QUE EL AYER EXISTIÓ. Partamos de lo más básico, el pasado en tu vida fue una realidad, nada
puedes hacer para negarlo (ignorarlo y olvidarlo es una misión condenada al fracaso, te lo digo por experiencia);
tampoco puedes hacer nada para cambiarlo, lo que pasó pasó, acéptalo y sigue avanzando. Deja el pasado donde
está, en el ayer, hacerlo te ayudará a encaminarte hacia el éxito. Esto parece algo sencillo de hacer pero no lo es, en
realidad es el primer paso hacia tu liberación y es críticamente importante para tu desarrollo personal. Lo que trato
de decirte es simple, ¡da vuelta la página! Mira lo que el sabio Salomón nos dice al respecto: «Aquello que fue, ya
es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó» (Eclesiastés 3:15).
2. PERDÓNALOS Y PERDÓNATE. Si tu pasado contiene situaciones que te hicieron daño o donde tú lo
provocaste, lo que debes hacer es algo que tal vez no te gustará escuchar, algo que sabes que debes hacer pero que
has estado posponiendo por años: Perdona. Así es, perdonar a esa persona, a esa Organización, a esa situación es un
acto liberador, y perdonarte a ti mismo también. No hacerlo es como abrazar un cactus e irse a la cama con él, lo
único que conseguirás es dañarte y por efecto colateral a los que amas. ¿Sabías que en muchos casos perdonar es
más beneficioso para el ofendido que para el ofensor? La Biblia dice: «Quien pasa por alto la ofensa, crea lazos de
amor» (Proverbios 17:9), y eso es justamente lo que necesitas, rodearte de amor el cual nunca florecerá por
completo en tu vida hasta que no perdones a esa persona…, y a ti.
3. SUELTA EL AYER. Ahora bien, este consejo está muy conectado con el anterior, se podría decir que al ejecutar
el perdón se producirá por efecto un acto maravilloso (casi automático), el acto de soltar el ayer. Sin embargo hay
personas que andan por la vida diciendo: “perdono pero no olvido”. Afirmar esto es el equivalente a aferrarse al
ancla de un buque que yace en el fondo del mar llena de algas. ¿Qué de bueno hay en hacer esto? La respuesta es
simple, ¡nada! Por eso, si quieres en verdad avanzar hacia tu felicidad es importante que sueltes a esa persona, esa
situación vivida, esa relación, despréndete de ese lugar, de esa imagen o etapa de tu vida donde sufriste tanto. Dios,
por medio de su profeta declara: «Ahora dice el Señor a su pueblo: “Ya no recuerdes el ayer, no pienses más en
cosas del pasado”» (Isaías 43:18).
4º HAZ DEL PASADO TU MAESTRO NO TU VERDUGO. ¿Qué haces allí torturándote por lo que pasó?
Hacerlo es desarrollar en ti una suerte de masoquismo que a la larga te pasará factura. Lo mejor que puedes hacer es
obtener lecciones del ayer incluso de aquellas situaciones injustas, así lograrás convertir tu pasado en un maestro
eficiente; en cambio si sigues llorando por los recuerdos que vienen a tu mente lo único que estás haciendo es
convertir a tu pasado en un verdugo cruel que se hace fuerte cada día…, ¡no le des ese poder! El sabio Moisés al
final de sus días exclamó: «Señor, ayúdame a entender que la vida es corta para así vivirla con sabiduría» (Salmos
90:12). El Patriarca había hecho de la vida su maestra, ¿por qué no hacerlo también con el pasado que fue parte de tu
existir?
5º VUELVE A EMPEZAR. Errar es de humanos, ¿lo sabías? Pero permanecer en el error es de necios, es de
mediocres, ¡y tú no fuiste diseñado para vivir así! sino para vivir a plenitud. Por eso, en ves de quedarte en el fondo
del pozo donde caíste comienza a escalar, porque si cavas ––como seguramente lo has estado haciendo estos años––
sólo conseguirás agravar tu situación. Sacúdete el ayer, despójate de las ataduras del pasado, niégate a morir en tus
recuerdos y mira hacia el cielo, allá arriba hay Uno que está dispuesto a darte la mano para sacarte del oscuro
agujero. Así que arriba ese ánimo, ¡levántate, re-invéntate, energízate! y échale pa’ delante, vuelve a comenzar.
Salomón sentenció: «Los justos podrán tropezar siete veces, pero volverán a levantarse» (Proverbios
24:16). Entonces, ¿eres de los que se levantan o de los que se quedan tirados a orillas del camino?
FINALMENTE…
Pasar todo el día sumido en recuerdos de antaño no es de sabios, es más bien un acto de necedad, es una condena a tu
futuro…, ¡hacerlo es emitir una orden de cancelación a tu porvenir! Permanecer estáticos nos impide trabajar en
nuevos proyectos: una carrera universitaria, un matrimonio, la consolidación de un negocio, escribir un libro,
perfeccionar tu profesión, asentar tu ministerio, etc.
Recordar aquello tan terrible que te pasó producirá culpa, vergüenza, rencor, pensamientos de venganza,
tristeza y todo eso repercutirá en que tu mente y cuerpo enfermen (dolores de cabeza, dolor de cuerpo
generalizado, cansancio, desánimo), y por si fuera poco contaminará también tu espíritu. ¿Qué hacer? Vuelve a
repasar los cinco consejos escritos arriba, asimilarlos te ayudarán a alinear tu vida en la perfecta voluntad de Dios, ¿y
cuál es Su voluntad? Que seas feliz, próspero, sano, abundante, pleno y productivo.
RECUERDA ESTO: Tu pasado ya fue, el presente es hoy, tu futuro aún no está escrito y tú eres el
escritor.
La Biblia declara:
Isaías 43:18-20, «Olviden las cosas de antaño; ya no vivan en el pasado. ¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está
sucediendo, ¿no se dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto, y ríos en lugares desolados» (Isaías
43:18 y 19).
Filipenses 3:13-14, «Hermanos, no considero haber llegado ya a la meta, pero esto sí es lo que hago: me
olvido del pasado y me esfuerzo por alcanzar lo que está adelante. Sigo hacia la meta para ganar el premio
que Dios me ofreció cuando me llamó por medio de Jesucristo».