Papa Francisco - La Primera Comunidad Cristiana
Papa Francisco - La Primera Comunidad Cristiana
Papa Francisco - La Primera Comunidad Cristiana
Son las «tres peculiaridades —explicó el Santo Padre— de este pueblo renacido: la
armonía entre ellos, la paz; el testimonio fuerte de la resurrección de Jesucristo y
los pobres». Sin embargo, «no siempre funcionó así», añadió. En efecto, con el
paso del tiempo «llegaron las luchas internas, las luchas doctrinales, las luchas de
poder entre ellos. Incluso en la relación con los pobres surgieron problemas; las
viudas se lamentaban de que no se las atendía bien»: en resumen, no faltaban
dificultades.
Sin embargo, esta imagen muestra cómo deber ser realmente «el modo de vivir de
una comunidad cristiana», de quienes creen en Jesús. Ante todo, destacó el Papa
Francisco, es necesario construir un clima en el que reine «la paz y la armonía.
“Tenía un solo corazón y una sola alma...”. La paz, una comunidad en paz. Esto
significa —añadió— que en esa comunidad no había espacio para las
murmuraciones, las envidias, las calumnias, las difamaciones», sino sólo para la
paz. Porque «el perdón, el amor, lo cubría todo».
Por último, el Pontífice habló de los pobres y del lugar que ellos ocupan entre
nosotros. Al respecto se debe hacer un examen de conciencia que, precisó, se
puede subdividir en dos partes: «¿Cuál es tu actitud, o la actitud de esta
comunidad hacia los pobres?»; y después, «¿es pobre esta comunidad? ¿Pobre de
corazón y pobre de espíritu? ¿O pone la confianza en las riquezas, en el poder?».
Como conclusión, el Papa reafirmó las tres características que identifican a una
comunidad cristiana: «Armonía, testimonio, pobreza y estar atentos a los pobres».
Precisamente esto —recordó— es lo que Jesús explicaba a Nicodemo», destacando
que todo es obra del Espíritu Santo, «el único que puede hacer esto». Porque «el
espíritu construye la Iglesia. El Espíritu construye la unidad; el Espíritu te impulsa
hacia el testimonio; el Espíritu te hace pobre, porque Él es la riqueza; y lo hace
para que tú puedas ocuparte de los pobres. Por ello Jesús dice: «El viento sopla
donde quiere y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene y adónde va». Así es
quien ha nacido del Espíritu.