Turmalinas
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Turmalinas
El Complejo Paso del Dragón está constituido por dos unidades litodémicas
polideformadas y metamorfizadas: los Esquistos de La Micaela y las Serpentinitas del
Cerro la Tuna. En ambas unidades ocurren niveles mineralizados de turmalina, pero se
diferencian entre sí por la matriz en la que se desarrollan, la cual es característica para
cada unidad. En este trabajo se realizó la caracterización mineralógica detallada de
estas ocurrencias de turmalina en nueve secciones delgadas y pulidas mediante
análisis petrográfico. Asimismo, estas secciones conjuntamente con seis bloques y dos
montajes de granos pulidos se analizaron en microscopio electrónico de barrido con
espectrómetro de energía dispersiva acoplado.
Con los resultados obtenidos en este trabajo se sugiere que ambas mineralizaciones
de turmalina fueron originadas a partir de un único fluido rico en boro, y posteriormente
fueron afectadas por un segundo fluido rico en hierro y un tercero rico en TTRR, Y y Ti.
Caracterización mineralógica de turmalinas del Complejo Paso del Dragón
Contenido
Capítulo 1: Introducción 2
1.1 Generalidades 2
1.2 Fundamentación 2
1.3 Localización del área de estudio 3
1.4 Objetivos 4
Capítulo 2: Metodología empleada 5
2.1 Plan de trabajo 5
2.2 Materiales 5
2.3 Método de estudio 6
Capítulo 3: Características de la turmalina y su utilidad en petrología 29
3.1 Composición química y estructura cristalina 29
3.2 Clasificación 32
3.3 Morfología y propiedades físicas 34
3.4 Turmalina como indicador petrogenético 37
Capítulo 4: Marco geológico 40
4.1 Mineralización de turmalinas 42
Capítulo 5: Resultados y discusión 43
5.1 Turmalinitas asociadas al litodema Serpentinitas del Cerro la Tuna 43
5.2 Turmalinitas asociadas al litodema Esquistos de la Micaela 54
5.3 Síntesis de resultados y comparación entre ambas mineralizaciones 66
Capítulo 6: Conclusiones 70
Bibliografía 72
Capítulo 1: Introducción
1.1 Generalidades
Se presenta aquí el Trabajo Final de la Licenciatura en Geología que tiene como
interés principal aportar información de índole petrográfica/geoquímica sobre la
mineralización de turmalina presente en el Complejo Paso del Dragón (Peel, 2012),
localizado en el departamento de Cerro Largo. Cabe destacar que este trabajo final se
enmarca dentro del proyecto ANII FCE_3_2016_1_126365 “Génesis e implicancias
petrogenéticas de los niveles mineralizados de turmalina en el Complejo Paso del
Dragón”.
1.2 Fundamentación
El campo de la petrología tiene como objetivo entender los orígenes y la historia de las
rocas, ya sean de naturaleza metamórfica, magmática, sedimentaria o hidrotermal,
comparando las condiciones y procesos por los cuales se formaron. Las principales
fuentes de información al respecto son los minerales y las texturas que se desarrollan
en las rocas (van Hinsberg et al., 2011b). Dentro del universo mineral, la turmalina es
considerada como un excelente indicador petrogenético (Hawthorne y Dirlam, 2011;
van Hinsberg et al., 2011a; Henry y Guidotti, 1985; entre otros), por este motivo su
estudio es eje central del presente trabajo.
Figura 1.1: Ubicación del área de estudio (imágenes satelitales modificadas de Google Earth). Se indica
principales puntos de muestreo para turmalinitas del litodema Serpentinitas del Cerro la Tuna (Tr.Cl) y del
litodema Esquistos de la Micaela (Tr.Qz).
1.4 Objetivos
El objetivo general de este estudio es efectuar la caracterización mineralógica detallada
de las mineralizaciones de turmalina asociadas al Complejo Paso del Dragón. De esta
manera se contribuye a esclarecer la génesis de esta mineralización y sus implicancias
en la evolución del Complejo.
2.2 Materiales
Se emplearon un total de cuatro láminas delgadas y seis secciones pulidas que fueron
confeccionadas en el Laboratorio de Corte y Molienda del Instituto de Ciencias
Geológicas de la Facultad de Ciencias (Universidad de la República). Asimismo, se
emplearon dos montajes de granos y cinco láminas delgadas y pulidas, confeccionadas
en el Laboratório de Laminação del Instituto de Geociências de la Universidad de São
Paulo (Brasil).
Según Goldstein (1975), la base teórica del MEB se desarrolló en 1924 con el trabajo
que trabajó sobre campos magnéticos axiales que refractan electrones. En 1935, Max
finalmente en 1938 se construye el primero a cargo de von Ardenne; un año más tarde
licencia de Siemens.
Por otra parte, según Garrat-Reed y Bell (2003) tras el descubrimiento de los rayos X
por Wilhelm Röntgen en 1895, las investigaciones de las propiedades de esta radiación
utilizando varios métodos dedujo una versión temprana del modelo atómico e inspiró a
H.G.J. Moseley quien utilizó un cristal espectrómetro para medir longitudes de onda de
publicados en 1913 y 1914, en los que demostró la “Ley de Moseley”, que relaciona la
“número atómico, Z”, por la relación λ=c/Z2. Durante sus mediciones, al analizar
elementos supuestamente puros, observó rayos X que coincidían exactamente con los
emitidos por otros elementos, y dedujo correctamente que surgían de impurezas, lo que
le llevó a agregar a su primer artículo la frase "La prevalencia de líneas debido a las
impurezas sugiere que esto puede ser un poderoso método de análisis químico". Esta
fue la primera referencia al uso de emisión de rayos X inducida por electrones como
energías (Fig. 2.1b). El sistema debe permanecer en vacío para evitar la interacción del
Las ventajas del MEB como instrumento de imagen son la alta resolución espacial, la
gran profundidad de campo y que requiere una simple preparación de la muestra. Estas
ventajas lo convierten en una útil herramienta para las siguientes ramas de la geología:
el número atómico medio es muy útil tanto en petrología ígnea como sedimentaria.
Las principales razones que llevan a un uso generalizado de esta técnica son:
de interés.
6) Los granos minerales pueden analizarse in situ con sus relaciones texturales.
Figura 2.1: a) Esquema de los componentes de un Microscopio Electrónico de Barrido equipado con
Espectrómetro de Energía Dispersiva. (Modificado de Severin, 2004) b) Emisiones resultantes de la interacción
del haz electrónico con la muestra.
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Caracterización mineralógica de turmalinas del Complejo Paso del Dragón
Magnificación y resolución
Como señala Reed (2005) el máximo útil de magnificación está relacionado con la
resolución, para la mayoría de los propósitos está en el rango 10 4-106 dependiendo del
tipo de imagen, la naturaleza de la muestra y las condiciones de operación.
La resolución, se define como el tamaño de detalle más pequeño claramente visible en
una imagen (Reed, 2005), está limitado no solo por el diámetro del haz de electrones
sino también por la interacción entre los electrones y la muestra. El diámetro del haz es
determinado por los factores instrumentales y puede ser reducido a unos pocos
nanómetros. En muchas aplicaciones, sin embargo, la resolución final no es necesaria
y se puede usar un diámetro de haz más grande, con la ventaja de que hay más
corriente disponible en ese momento. El límite de resolución determinado por la
interacción de la muestra con el haz varía desde aproximadamente 1 µm en imágenes
de rayos X a menos de 10 nm para imágenes de electrones secundarios en
circunstancias favorables. En las imágenes digitales, el tamaño del píxel limita la
máxima resolución alcanzable.
Cañón de electrones
La fuente de electrones se mantiene en un valor negativo de potencial, normalmente
entre 5 a 30 kilovoltios (kV), que acelera los electrones hacia la muestra. Este potencial
que acelera los electrones es conocido como voltaje de aceleración y se mantiene
constante. Todos los electrones en el haz tienen aproximadamente la misma energía,
un electrón acelerado a través de un potencial de n kilovoltios tiene una energía de n
kiloelectronvoltios (keV). En análisis EDS se suele utilizar voltajes de aceleración de 15
a 25 kV, provocando que unos 6 x 10 9 electrones interactúen con la muestra cada
segundo.
El tipo más común de emisor es un filamento de tungsteno de aproximadamente 0,1
mm de diámetro, doblado en forma de "horquilla", que es unido a una placa aislante
(Fig. 2.2a). Este se calienta eléctricamente a unos 2700 K, dando a los electrones la
suficiente energía térmica para superar la barrera potencial de la superficie. La rejilla o
“wehnelt” (Fig. 2.2b) se mantiene a un potencial negativo con respecto al cátodo y limita
el área efectiva de emisión del filamento a la región cercana a la punta. El ánodo
consiste en una placa puesta a tierra con una apertura que deja pasar el rayo.
La vida útil del filamento se rige por el adelgazamiento debido a la evaporación de
tungsteno y es fuertemente dependiente de la temperatura. Con el aumento de la
Figura 2.2: a) Filamento "horquilla" de tungsteno utilizado como fuente de electrones en el MEB. b) Cañón de
electrones tipo triodo, los electrones emitidos por el filamento son acelerados hacia el ánodo, la rejilla (wehnelt)
controla la emisión de la punta del filamento. c) Relación entre la temperatura del filamento y la corriente: 1,
emitida por el cañón de electrones y 2, que alcanza el espécimen; el punto de operación adecuado es en el
comienzo de la meseta de la curva 2. (Modificado de Reed, 2005)
Lentes electromagnéticas
El diámetro efectivo del haz obtenido del cañón de electrones es de aproximadamente
50µm y es reducido con el uso de lentes electromagnéticas (Reed, 2005). Cada lente
electromagnética consiste en una bobina de alambre de cobre por la cual pasa una
corriente continua, rodeada por una cubierta de hierro y proyecta una imagen reducida
de la fuente en la superficie de la muestra. El campo electromagnético está contenido
dentro de la cubierta de hierro, excepto donde existe un hueco, en esta región el campo
se eleva bruscamente. La interacción del haz con este campo hace que los electrones
se desvíen hacia el eje de la columna, dando propiedades análogas a las de lentes de
vidrio convexas utilizadas para enfocar la luz. La fuerza de estas lentes se controla
variando la corriente en la bobina. Para una sola lente, el factor de reducción es igual a
la distancia entre la fuente y el objetivo dividido por la distancia de la lente a la muestra.
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Caracterización mineralógica de turmalinas del Complejo Paso del Dragón
Para obtener una reducción general suficiente se usan varias lentes, normalmente tres
(Fig. 2.3). Las primeras dos lentes en un sistema de este tipo se conocen como
condensadores y la lente final es de tipo estenopeica, donde la pieza polar inferior tiene
un orificio de pequeño diámetro interno, lo que minimiza el campo magnético en la
región de la muestra.
Figura 2.3: Esquema de una columna de MEB formada por el cañón de electrones y tres lentes
electromagnéticas, las lentes producen una imagen reducida de la fuente de electrones y diafragmas de apertura
interceptan la parte no deseada del haz. (Modificado de Reed, 2005)
Figura 2.4: Sistema de vacío simple con bombas rotativa y de difusión. (Modificado de Reed, 2005)
Una gran ventaja de esta técnica es la facilidad con la que una amplia variedad de
muestras se puede examinar fácilmente, los tamaños pueden variar desde unas pocas
micras a varias pulgadas de ancho, dependiendo del tamaño de la cámara del MEB.
Muestras sueltas, como granos de arena, se pueden unir a los discos con cinta
adhesiva de doble cara.
Los requisitos necesarios para las muestras son que estén secas y sean conductivas.
La muestra debe estar seca porque se opera con un vacío en el rango de 10 -5-10-6
Torr, esta no es una limitación particular para la mayoría de las muestras geológicas
que se pueden secar suavemente en un horno a 50-75°C sin distorsión, aunque
algunas arcillas pueden verse afectadas por el procedimiento.
Las muestras deben ser conductoras para que los electrones del haz dejen la muestra
después de interactuar con ella. Si la muestra no es conductora, entonces los primeros
electrones en llegar se acumulan en la muestra creando una carga estática y los
electrones posteriores del haz en llegar serán desviados de la muestra produciendo
una imagen distorsionada y reduciendo la generación de rayos X.
Si la muestra no es conductiva debe ser recubierta con una delgada capa de una
sustancia conductora. Según señala Reed (2005), para la obtención de imágenes un
recubrimiento de oro de 200 Angstroms mejoran la producción de electrones
secundarios, pero no es ideal para la producción de rayos X porque este recubrimiento
producirá picos característicos que pueden enmascarar los picos de interés y además
absorberá rayos X que se generan en la muestra.
Un recubrimiento que tiene menos efecto sobre los rayos X generados en la muestra es
el carbono. Según Reed (2005), las capas de carbono son típicamente de 300 Åde
espesor, absorbe pocos rayos X producidos en la muestra y el pico característico
generado (a 0,282 keV) puede ser ignorado. Los revestimientos de carbono, sin
embargo, son bastante frágiles y a menudo necesitan ser recubiertos si no han sido
examinados durante un tiempo. Este recubrimiento no es buena fuente de electrones
secundarios, por lo tanto no es ideal para la obtención de imágenes Reed (2005).
Interacción entre electrones y muestra
Los electrones que inciden en los materiales sólidos se ralentizan principalmente a
través de interacciones inelásticas con electrones atómicos externos, mientras que las
deflexiones elásticas ocasionadas por núcleos atómicos determinan su distribución
espacial, algunos dejan el objetivo siendo desviados en un ángulo superior a 90°. Estos
electrones retrodispersados junto con los electrones secundarios que son desprendidos
de la superficie de la muestra se utilizan para la formación de imágenes. Además, la
interacción del bombardeo de electrones a núcleos atómicos da lugar a la emisión de
rayos X, fotones con cualquier energía hasta E 0 que es la energía de los electrones
incidentes. El resultado es un espectro continuo de rayos X más rayos X característicos
que son los utilizados para el análisis químico. Estos espectros se producen por
transiciones de electrones entre niveles de energía atómica, después de la creación de
una vacante por la expulsión de un electrón de una capa interna.
Dispersión inelástica
Los electrones con los que se bombardea al espécimen tienen una energía en el rango
de 5-30 keV (las energías electrónicas y de rayos X se expresan en electronvoltios (1
eV es la energía correspondiente a un cambio de un voltio en el potencial de un
electrón), que se disipa en interacciones de varios tipos con electrones ligados y el
retículo cristalino, conocida colectivamente como dispersión inelástica. Las pérdidas de
energía individuales son en su mayoría pequeñas; por lo tanto, Severin (2004)
menciona que es una aproximación razonable suponer que el electrón desacelera sin
problemas como una función de la distancia recorrida. La tasa de pérdida de energía se
conoce como “potencia de frenado”, depende del material de destino y se define como
dE / d (ρs), donde ρ es la densidad de la muestra y s la distancia recorrida.
Dispersión elástica
Las interacciones elásticas con núcleos atómicos implican grandes desviaciones de
trayectoria en las que hay poca transferencia de energía. La deflexión angular ϒ está
dada por: tan (ϒ / 2) = Z / (1,4 ρ E); donde p es la distancia mínima (en nanómetros)
entre la trayectoria de los electrones no deflectados y el núcleo, y se conoce como el
"parámetro de impacto". De esta ecuación surge que la dispersión elástica es mayor
para los elementos pesados y bajas energías de electrones.
Reed (2005) menciona que las simulaciones por computadora de las trayectorias
electrónicas son útiles para modelar la distribución espacial de electrones en la muestra
(Fig. 2.5a y 2.5b). Para este propósito se utiliza el método “Monte Carlo”, que implica
dividir el camino del electrón en secciones cortas y el uso de números aleatorios para
replicar el papel del azar en la determinación del ángulo de deflexión.
Figura 2.5: Simulaciones por el método de Monte Carlo para electrones incidentes de 20 keV y un blanco de
silicio (lado de rectángulo = 3 µm): a) trayectorias electrónicas. b) emisión de rayos X donde cada punto
representa la emisión de un fotón. (Modificado de Reed, 2005)
Figura 2.6: Coeficiente de retrodispersión (ƞ) vs. número atómico (Z); es la fracción de electrones incidentes que
abandonan el objetivo y es casi independiente de energía del electrón incidente sobre el rango normal.
Imágenes composicionales
La fracción de los electrones del haz que son retrodispersados es fuertemente
dependiente del número atómico (Z). La salida de un detector de BSE refleja esta
dependencia en forma algo modificada, porque el detector es sensible a la energía y
para altos números atómicos hay una mayor proporción de electrones de alta energía.
En una imagen de BSE de un espécimen que contiene varias fases con diferentes
composiciones el brillo es función del número atómico medio, más brillo implica mayor
peso atómico que el entorno. La capacidad de discriminar entre áreas de brillo
ligeramente diferente está limitada por el ruido que depende de la eficiencia del
detector, la corriente del haz y el tiempo de adquisición de la imagen.
Según Reed (2005), el análisis de microprocesos basados en la señal de BSE es
posible, pero requiere un conocimiento previo de la identidad de los elementos
presentes y está limitado a compuestos binarios, por ejemplo, zonación en
Figura 2.8: Producción de electrones secundarios (SE): a) por electrones incidentes en la superficie de la
muestra y b) por electrones retrodispersados (BSE) cuando emergen. (Modificado de Reed, 2005)
Los electrones secundarios se detectan por medio de un centelleador, que produce luz
cuando se bombardea con electrones, la luz se convierte en una señal eléctrica por un
fotomultiplicador. Sin embargo, los electrones secundarios son emitidos con energías
de solo unos pocos eV y deben acelerarse aplicando un potencial positivo (10kV) en el
revestimiento de metal del centelleador para producir un resultado aceptable.
Reed (2005) señala que un detector comúnmente utilizado en MEB es el Everhart -
Thornley (Fig. 2.9), el cual tiene una malla en frente del centelleador que puede ser
sesgada para controlar la recolección de electrones. Con un sesgo positivo (p.ej. 200V)
Figura 2.9: Detector Everhart-Thornley: electrones secundarios (SE) de baja energía son atraídos a la malla por
+200V y acelerados en el centelleador por +10 kV. La luz producida por el centelleador pasa a lo largo de un
"tubo de luz" transparente a un fotomultiplicador externo que convierte la luz en una señal eléctrica. Electrones
retrodispersados (BSE) también se detectan, pero de manera menos eficiente porque tienen mayor energía y no
son desviados significativamente por el potencial de la malla. (Modificado de Reed, 2005)
Imágenes topográficas
La función principal del MEB es producir imágenes tridimensionales de los objetos
porque tiene como principales ventajas sobre el microscopio óptico una mayor
profundidad de enfoque y mayor resolución. Usualmente se emplean imágenes de
electrones secundarios para mostrar el contraste topográfico, y aunque las imágenes
de electrones retrodispersados son usadas principalmente para mostrar diferencias de
composición, también pueden contener información de topografía.
Los electrones secundarios se emiten desde muy cerca de la superficie de la muestra,
con energías de unos pocos electronvoltios. El rendimiento de SE aumenta con un
ángulo decreciente entre el haz y la superficie del espécimen, dando un resultado que
es muy similar al producido por iluminar un objeto sólido con luz parcialmente
direccional y difusa, haciendo que la información topográfica contenida en tales
imágenes sea fácil de asimilar intuitivamente.
El detector de electrones Everhart-Thornley atrae la emisión de electrones secundarios,
incluidos los emitidos dentro de cavidades (Fig. 2.10). El detector idealmente debe
colocarse adyacente a la parte superior de la trama escaneada dando un efecto de
“iluminación por arriba”. Una mayor cantidad de electrones secundarios pueden
escapar del borde de la muestra haciendo que aparezca brillante, este “efecto de
borde” es más pronunciado cuando se usa un alto voltaje de aceleración debido a la
mayor penetración de los electrones.
Figura 2.10: Colección de electrones secundarios de un espécimen tridimensional por un detector con una rejilla
sesgada positivamente. (Modificado de Reed, 2005)
Generación de Rayos X
El bombardeo de electrones sobre un sólido produce rayos X por dos tipos de
mecanismos: un espectro continuo suave es producido por electrones que interactúan
con núcleos atómicos, mientras que el espectro característico contiene líneas que
resultan de las transiciones de electrones entre los niveles de energía que son
específicos de cada elemento (Severin, 2004).
Figura 2.11: Espectro de rayos X trazado contra la energía del fotón, muestra líneas características
superpuestas con el espectro continuo de rayos X producido por electrones incidentes implicados en colisiones
inelásticas con núcleos atómicos. El espectro disminuye a bajas energías debido a la absorción en la ventana del
detector. (Modificado de Reed, 2005)
Figura 2.13: a) diagrama de niveles de energía para plata (Z=47); la energía característica de rayos X (dada en
keV) es igual a la diferencia de energía entre los niveles involucrados en la transición. b) ejemplos de espectros
de rayos X característicos (sólo se muestran las líneas principales): (1) potasio, Z=19, (2) plata, Z=47, (3) uranio,
Z=92. (Modificado de Reed, 2005)
Figura 2.14: Energía (E) y longitud de onda (λ) de las líneas K α, L α y M α (líneas continuas) y sus energías de
excitación (líneas discontinuas), versus número atómico (Z). (Modificado de Reed, 2005)
La energía de una línea dada varía aproximadamente con el cuadrado del número
atómico del elemento emisor (Ley de Moseley). Las energías (E) y las longitudes de
onda (λ) de las líneas Kα1, L α1 yM α1 se grafican contra Z en la figura 2.14 (Eλ=hc,
donde h es la constante de Planck y c la velocidad de la luz, E se expresa en
electronvoltios y λ en amstrongs). Como señala Severin (2004), para el análisis de
analizador multicanal y ordena los pulsos en 1024 categorías o canales, cada canal es
capaz de grabar pulsos que representan un rango de 0,01 KeV de energía de rayos X.
Como explica Reed (2005), siempre existen impurezas en los semiconductores, lo que
hace que aparezcan niveles espurios entre bandas, para contrarrestar este fenómeno
se agrega litio mediante un proceso de drifting, que consiste en la difusión de litio a
100°C mientras se aplica un campo eléctrico para controlar esta difusión. De este
modo, los átomos de litio “donan” electrones a los niveles aceptores, anulando el efecto
de las impurezas, imitándose así la configuración de cristal puro ideal. Los detectores
fabricados así son conocidos como lithium-drifted silicon detectors (detectores de silicio
dopados con litio) y se los suele representar como Si(Li).
El espesor de un detector de silicio suele ser de unos 3 mm, lo que garantiza un
adecuado registro de los fotones de interés, hasta ≈ 15 keV, con un área de trabajo de
10mm2. La operación normal de un detector se realiza utilizando colimadores, los
cuales permiten evitar al máximo el registro de radiación espuria.
La superficie frontal del detector se recubre con un delgado contacto de oro que sirve
como polo negativo para la recolección de cargas, mientras que la parte posterior se
conecta a un FET (field-effect transistor) que sirve de “preamplificador”', es decir,
conforma los pulsos además de dar una primera amplificación a los mismos. El detector
y el FET se montan sobre un cilindro de cobre conectado a un reservorio de nitrógeno
líquido, con el objeto de minimizar el ruido causado por excitaciones térmicas. Todo el
dispositivo se aloja en un recinto sellado (criostato en vacío) (Fig.2.15).
Figura 2.15: Esquema de la configuración de un detector de energía dispersiva de estado sólido utilizado en el
MEB. (Modificado de Reed, 2005)
La ventana de berilio separa el vacío del entorno, que puede estar a presión
atmosférica. Su espesor típico es de 8µm, de modo que transmite el 100% de los
fotones con energía por encima de los 3 keV. A medida que disminuye la energía de
los fotones la transmisión es menor, anulándose alrededor de 1 keV.
Según Severin (2004), en los últimos años se ha logrado desarrollar detectores con
ventanas ultradelgadas, las cuales consisten de una película orgánica con un
recubrimiento metálico. La menor absorción en esta ventana permite la detección de
elementos livianos, cuya caracterización es imposible con las ventanas de berilio
convencionales. Estas ventanas son mucho más delicadas, y pueden inutilizarse
rápidamente si se las somete a diferencias de presión muy elevadas.
que difieren mucho en el número atómico (por ejemplo, Na y Fe) también puede ser
inexacta debido a las diferencias en el detector y la eficiencia de generación de rayos
X. Una práctica común es comparar los espectros obtenidos en análisis puntuales con
espectros patrones de minerales conocidos y así determinar rápidamente la identidad
de la muestra.
Mapeo de elementos
Con los instrumentos controlados por computadora, los mapas de rayos X se producen
al grabar la cantidad de fotones de rayos X durante un tiempo fijo en cada punto del
área escaneada y una imagen visible es generada convirtiendo este número en brillo
en la pantalla (Reed, 2005). En su estado crudo los datos consisten en la cantidad de
recuentos de rayos X registrados para cada píxel y esto se puede convertir en una
imagen a “niveles de grises”.
De acuerdo con Reed (2005), los mapas de rayos X suelen limitarse a
aproximadamente 500 x 500 píxeles, y el tiempo de adquisición requerido para obtener
calidad de imagen es mucho mayor que para las imágenes de electrones.
Dado que el ojo humano puede distinguir sólo alrededor de 16 diferentes "niveles de
gris" en una imagen monocromática, es ventajoso reemplazar los niveles de gris por
“colores falsos”. Los colores se pueden usar para generar una imagen con mapas
individuales que contienen información de varios elementos, donde a cada elemento se
le asigna un color diferente.
El efecto Auger
La energía liberada cuando un átomo ionizado en una capa interna regresa a su estado
fundamental mediante transiciones electrónicas desde niveles externos puede
ocasionar la expulsión de otro electrón unido en lugar de un fotón de rayos X, este
fenómeno se conoce como “efecto Auger” y es la base del “análisis Auger”.
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Caracterización mineralógica de turmalinas del Complejo Paso del Dragón
Los electrones Auger se emiten con energías en el rango 0 - 3 keV, característica del
elemento en cuestión y para detectarlos se requiere un espectrómetro de electrones.
Además, este análisis requiere una superficie de muestra muy limpia, por lo que es
necesario un vacío ultra alto (10-10 torr) y los MEB ordinarios no satisfacen este
requisito (Reed, 2005).
Catodoluminiscencia
De acuerdo con Reed (2005), en algunos tipos de muestra, el bombardeo de electrones
estimula la emisión de luz por el proceso de catodoluminiscencia (CL). Cuando el haz
electrónico incide sobre un material no metálico causa excitación al elevar los
electrones de la banda de valencia a la banda de conducción normalmente vacía, de la
cual regresan a su estado original en uno o más pasos. El excedente de energía se
puede disipar con la emisión de fotones, y como las energías involucradas son
relativamente bajas, las longitudes de onda caen dentro de la región visible (a veces se
extienden al ultravioleta o al infrarrojo).
La CL se puede detectar en MEB con un equipo de detección de luz apropiado que
consiste en un fotomultiplicador montado en una ventana de la cámara de muestras. El
escaneo de imágenes CL se produce modulando la pantalla con la salida del
fotomultiplicador (Reed, 2005). La luz puede enfocarse en la ventana de entrada del
fotomultiplicador con una lente montada en la cámara del espécimen. Al insertar filtros
de color, diferentes bandas de longitud de onda pueden ser seleccionadas, y las
imágenes en colores "reales" pueden ser reconstruidas combinando imágenes rojas,
verdes y azules.
La emisión de catodoluminiscencia también se puede observar en un microscopio
óptico equipado con un dispositivo relativamente simple, en el que se bombardea la
muestra con un haz de electrones. Sin embargo, el uso de una microsonda electrónica
o un MEB equipado con un detector de CL permite trabajar con una corriente más baja,
con menos riesgo de daño a la muestra y una resolución más alta.
Según van Hinsberg et al. (2011a), la turmalina es el epítome de la tesis que cuanto
más complejo sea un mineral, más información contiene sobre su cristalización y
posterior evolución, y la comprensión de su química cristalina lo convierte en un
importante indicador petrogenético.
IX
X: Na1+, Ca2+, K1+,Pb2+, □(vacancia)
VI
Y: Mg2+, Fe2+, Al3+, Li1+, Ti4+, Mn2+, Fe3+, Zn2+
VI
Z: Al3+, Cr3+, Fe3+, Mg2+, Fe2+
IV
T: Si4+, B3+, Al3+
III
B: B3+
IV
V: OH1–, O2–
III
W: OH1–, F1–, O2–
Y y seis en el sitio Z (Fig. 3.1). Los octaedros del sitio Z son algo más pequeños que el
octaedro del sitio Y, mientras que los últimos están más distorsionados (Bosi y
Lucchesi, 2007). En el anillo todos los tetraedros apuntan hacia la capa de octaedros, y
esta disposición da como resultado las características polares de la turmalina, ya que
prohíbe la presencia de elementos de simetría perpendiculares al eje largo. El sitio X se
encuentra en un poliedro de coordinación nueve, situado en la parte superior del anillo
formado por los tetraedros de los sitios T. Los tres poliedros de boro trigonales están
presentes dentro de la capa de octaedros de la celda unidad, más o menos
perpendicular al eje c. Los sitios V y W son sitios de aniones que están ocupados por
OH1- u O2- (o ambos) en el sitio V, y OH1-, F1- u O2- en el sitio W. Los contenidos de Cl
son generalmente insignificantes.
Figura 3.1: Estructura del cristal de turmalina, consiste en un anillo de seis tetraedros sobre un plano de
octaedros que contiene tres poliedros Y rodeados por seis poliedros Z. También se muestra el sitio X de
coordinación 9 ubicado sobre el centro del anillo y las posiciones de los poliedros trigonales BO3 y los sitios V y
W. (Modificado de van Hinsberg et al., 2011b)
3.2 Clasificación
Hawthorne (2002) señala que las especies de turmalina se definen en términos de la
composición química, y el criterio principal es el dominio de un componente químico en
particular en un determinado sitio cristalográfico. El resultado es que cada especie
mineral distinta pueden asociarse con una composición miembro final que es
irreducible, es decir, no puede expresarse en términos de dos componentes de una
composición más simple y con el mismo arreglo atómico.
Siguiendo la propuesta de Henry et al. (2011) aprobada por la Comisión sobre Nuevos
Minerales, Nomenclatura y Clasificación de la Asociación Mineralógica Internacional
(sigla en inglés IMA-CNMNC), las especies de turmalina muestran una extensa
variación de composición en los sitios X, Y, Z y W, y menos variación en el sitio T.
Como resultado, el supergrupo turmalina se divide en grupos y subgrupos de acuerdo
con la composición en estos sitios.
La primera subdivisión involucra la variación en el sitio X, lo que resulta en: grupo sitio
X vacante, grupo alcalino y grupo cálcico (Fig. 3.2a). Para cada grupo, la ocupación del
sitio Y se considera en términos de los componentes YFe, YMg, y YLi (Fig. 3.2b). Luego
se considera el sitio W, que puede estar ocupado por los aniones (OH)-, F- ó O2-, y es la
base de la siguiente división en las especies hidroxi-, flúor- y oxi- (Fig. 3.2c). La
variación en los constituyentes del sitio Z (Al, Cr3+, V3+) se expresa mediante prefijos
(Tabla 3.1). Esta clasificación está específicamente diseñada para turmalinas que han
sido químicamente analizadas.
Figura 3.2: Clasificación química de turmalinas. a) división primaria de acuerdo con la ocupación dominante
del sitio X. b) división secundaria basada en la ocupación dominante del sitio Y (Mg 2+, Fe 2+, 2 Li + ó 1.5 Li +) con
el sitio Z = Al dominante y V = OH. c) división terciaria se realiza según la ocupación dominante del sitio W con
los aniones OH -, F -, O 2- que junto con la ocupación dominante del sitio Z (Al 3+, Cr 3+, V 3+; no se muestra) implica
el uso de prefijos conectados a los nombres raíz. (Modificado Henry et al., 2011)
Magnesio-Foitita: □(Mg2Al)Al6(Si6O18)(BO3)3(OH)3(OH)
Tabla 3.1: Especies del supergrupo turmalina aceptadas por la IMA-CNMNC con su composición química.
(Tomado de Henry et al., 2011).
caras extremas más pronunciadas para el polo c+ y una mayor tasa de crecimiento en
comparación con c-, lo que permite identificar los polos en función de la forma del
grano (Henry y Dutrow, 1996). Puede existir otra fuerte diferencia entre los polos
opuestos, que se expresan como crecimientos excesivos compositivamente distintos en
los lados opuestos de los granos preexistentes (Henry y Dutrow, 1996) y como
zonificación sectorial (Henry et al., 1999, van Hinsberg et al. 2006, van Hinsberg y
Marschall, 2007, Lussier et al., 2011). El crecimiento de cristales autigénicos que se
desarrollan sobre núcleos de turmalina detrítica es mucho más rápido en la dirección
c+ que en la dirección c-, extendiéndose hacia el antílogo en comparación con el
extremo análogo (Henry y Dutrow, 1996).
Todo lo anterior hace que la turmalina registre las condiciones de su formación en una
amplia gama de ambientes geológicos y que las preserve (Fig. 3.4). De acuerdo con
van Hinsberg y Schumacher (2007), un grano de turmalina puede proporcionar
información sobre las condiciones variables de su huésped durante su evolución. Esto
incluye el seguimiento de la evolución de la cristalización de rocas magmáticas así
El Complejo Paso del Dragón (CPD) forma un arco con dirección N20°E a EO
ocupando un área de ca. 280 Km2 (Fig. 4.1b).Se encuentra en contacto tectónico con el
Batolito Dionisio-Sierra de los Ríos (Preciozzi et al., 1985) al norte y oeste; con
migmatitas y gneises del Terreno Punta del Este (Preciozzi et al., 1999) al sur, y es
afectado por la Zona de Cizalla Cerro Amaro (Bossi y Campal, 1992). El CPD está
constituido por dos unidades litodémicas: (a) los Esquistos de La Micaela que
constituyen más del 80% del Complejo y abarca una asociación meta-vulcano-
sedimentaria con deformación múltiple, compuesta por esquistos cuarzo-feldespáticos
con muscovita dominantes, con intercalaciones de cuarcitas, meta-volcánicas félsicas,
esquistos biotíticos con granate, y esquistos con cuarzo y turmalina; y (b) las
Serpentinitas del Cerro La Tuna que constituyen menos del 20% del Complejo y abarca
rocas máficas-ultramáficas también deformadas y metamorfizadas constituidas por
serpentinitas, esquistos magnesianos variados y esquistos anfibólicos, alojados en el
litodema (a).
Las edades obtenidas para el Complejo, en función de los circones detríticos más
jóvenes analizados de las litologías meta-volcano-sedimentarias, sugieren una
depositación posterior a los 660 Ma (Gaucher et al., 2011; Peel, 2012).
Peel (2012) señaló que el ambiente generador del Complejo Paso del Dragón estaría
relacionado con una cuenca de back-arc, donde los Esquistos de La Micaela
representarían los depósitos meta-vulcano-sedimentarios; mientras que las rocas
máfico-ultramáficas serían indicativas de materiales mantélicos generados durante el
proceso extensional, común durante el desarrollo del back-arc. Por otro lado, Peel et al.
(2018) indicaron que la firma geoquímica de los componentes volcánicos del Complejo
estaría vinculada a márgenes activas, lo que estaría de acuerdo con el contexto
Figura 5.1: a) Ubicación del área de estudio dentro del contexto geológico regional. (Tomado de Sánchez
Bettucci et al., 2010). b) Esbozo geológico del Complejo Paso del Dragón. (Tomado de Peel, 2012).
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Caracterización mineralógica de turmalinas del Complejo Paso del Dragón
Figura 5.1: a) Vista en planta de afloramiento de turmalinas en matriz clorítica asociadas al litodema
Serpentinitas del Cerro la Tuna b) Detalle de agregados radiales de turmalina en matriz clorítica.
En lámina delgada se observa que la roca está compuesta esencialmente por clorita y
turmalina. Las turmalinas se encuentran inmersas en una matriz clorítica de textura
decusada. Las mismas presentan dos poblaciones según su tamaño, una de
dimensiones centimétricas dispuestas como agregados radiales y una población menor
representada por cristales individuales con orientación aleatoria y dimensiones entre 50
y 100 µm (Fig. 5.2a y b).
Los cristales de turmalina tienen hábito prismático y varían desde automorfos a sub-
automorfos, presentando fracturas perpendiculares al largo del cristal en las secciones
longitudinales. Exhiben pleocroísmo desde incoloro a diferentes tonalidades de verde o
verde amarillento, y en luz polarizada muestran colores dentro del segundo orden. Los
cristales se presentan con zonación, siendo especialmente notoria esta zonación en luz
natural (Fig. 5.2a). En sección basal se identifican ópticamente hasta cuatro zonas
concéntricas o más comúnmente por parches (Fig. 5.2c y d). En los cristales de menor
tamaño tienden a desarrollarse menos zonas o a ser cristales homogéneos. Las
Figura 5.2: a) En el centro de la imagen: cristal de turmalina con zonación concéntrica, con inclusiones de
circón (Zr), clorita (Chl) y opacos (Op). Venilla de opacos recortando. Se señala además dos cristales de
turmalina (Tur) uniformes inmersos en matriz de clorita y tremolita (Chl+Tr). b) Misma imagen en nícoles
cruzados. c) Cristales de turmalina con zonación en parches e inclusión de circón (Zr). Se señala cristal de rutilo
(Rt) y la matriz (Chl+Tr). d) Misma imagen en nícoles cruzados. e) Cristales de turmalina en sección longitudinal
con zonación de aspecto fibroso (F), la misma parte desde un cristal central (N). Recortando fina venilla de
serpentinas. f) Misma imagen en nícoles cruzados, nótese la continuidad óptica de los cristales con su zonación.
Se reconoce inclusiones en los cristales de turmalina, siendo las más importantes los
minerales opacos, rutilo, circón, clorita y tremolita.
La matriz de la roca pese a ser fundamentalmente clorítica también incluye en muy baja
proporción tremolita. La clorita presenta un carácter incoloro en luz natural y en nícoles
cruzados los colores de birrefringencia son grises de primer orden. Las tremolitas
reconocidas por su clivaje característico son igualmente incoloras. Estas observaciones
indican un carácter magnesiano para ambos minerales. Inmersos en esta matriz se
encuentran como accesorios minerales las fases identificadas como inclusiones en las
turmalinas: opacos, rutilo y circón. La roca se encuentra recortada por finas venillas
discontinuas de opacos y de serpentinas.
derecha, delimitadas por bordes negros, ocurren secciones basales de turmalina con
zonación. El cristal subautomorfo de turmalina situado a la derecha y arriba de esta
imagen (ver detalle en fig. 5.3d) muestra una zonación composicional distinguible por
los distintos tonos de grises. Nuevamente se pone de manifiesto la abundante
presencia de inclusiones en color claro, destacando particularmente una inclusión
prismática de 60 µm de longitud en el cristal central inferior.
Figura 5.3: a) cristales estriados de turmalina con desarrollo radial (SE, escala 500 µm). b) mosaico
de secciones basales de turmalina con inclusiones de mayor peso atómico que se ven como puntos
brillantes (BSE, escala 500 µm). c) a la derecha secciones basales de turmalina y la izquierda cloritas
(BSE, escala 200 µm). d) detalle de c) sección basal de turmalina con zonación en parches de tono gris
claro (BSE, escala 200 µm).
La zonación de tipo parche que se aprecia en el lado derecho del cristal central de la
figura 5.3d corresponde a sectores en un tono de gris levemente más suave que el
resto del cristal y presenta dimensiones de 100 x 140 µm. También el cristal que se
encuentra debajo y a la derecha del anteriormente mencionado, muestra este tipo de
zonación, con una banda gris clara que atraviesa toda la sección basal del cristal en
forma oblicua respecto a sus bordes. Se presenta más adelante el mapeo
composicional obtenido a partir de EDS para esta imagen.
Los cristales de turmalina fueron analizados semicuantitativamente utilizando el
Ivana De Armas Tesis de Licenciatura en Geología 46
Caracterización mineralógica de turmalinas del Complejo Paso del Dragón
Para detallar resultados obtenidos se ejemplifica con la figura 5.4, donde se observa
una sección basal de turmalina de 850 µm de diámetro obtenida a partir de electrones
retrodispersados, donde se indica los puntos (1-2) y áreas (3-4) analizados y sus
respectivos espectros obtenidos. Las áreas 3 y 4 muestran los picos característicos de
la turmalina magnesiana y una baja señal para el elemento titanio. La presencia de
titanio se atribuye a la contaminación de una pequeña inclusión presente en el cristal y
no detectada previamente al análisis. Por otra parte, la imagen BSE muestra
numerosas inclusiones, principalmente en el sector superior izquierdo, en tono gris
claro indicando que contiene elementos de mayor peso atómico que los que conforman
la estructura de la turmalina. En este cristal las inclusiones tienen tamaños del orden de
las 10 µm. Los puntos 1 y 2 fueron analizados con el propósito de identificar la fase
mineral incluida. Sin embargo, debido a su pequeño tamaño los resultados obtenidos
no fueron concluyentes, pues son la conjunción de los elementos presentes en la
turmalina más una línea de Zr (Lα=2,007 keV) en el punto 1 y una línea de P (Kα=2,000
keV) en el punto 2.
Si bien la imagen BSE de la figura 5.4a no muestra una zonación evidente, al comparar
los resultados numéricos de estos análisis que se encuentran en la Tabla 5.1, es
posible identificar una mayor relación Mg/Fe en el Área 4 con respecto al Área 3, lo que
indica un núcleo más rico en magnesio mientras que la periferia tiene un mayor
contenido de hierro. Esta consideración es relativa ya que el catión predominante en
todos los resultados es el magnesio, siendo la relación promedio Mg/Fe de 5:1 en
proporciones atómicas para las zonas menos enriquecidas de magnesio.
Figura 5.4: a) espectros EDS obtenidos en cristal de turmalina donde se reconoce el carácter magnesiano de las
mismas. b) espectros patrones de energía dispersiva de los grupos de turmalina dravita y chorlo. Registrado con
detector de Si(Li) de ventana delgada. Las abscisas muestran la energía en keV, tensión de aceleración es de 20
kV. (Tomado de Reed, 2005).
Tabla 5.1: relación de proporciones atómicas para los elementos hierro y magnesio obtenidos en los análisis
puntuales y en microáreas de la Fig.5.4.
Figura 5.5: mapa composicional a partir de EDS en lámina delgada (Muestra 124). El sector izquierdo en cada
mapa elemental corresponde a laminillas de cloritas, las cuales presentan mayor señal de hierro y magnesio
respecto a los cristales de turmalina. Nótese en los cristales de turmalina la zonación composicional en parches
ocasionada por la variación de los elementos sodio, calcio, hierro y magnesio.
Figura 5.6: A la derecha imagen BSE de cristal de turmalina sobre el que se realizó análisis EDS a lo
largo de una transecta, a la izquierda espectro obtenido de la transecta.
Figura 5.7: a) espectros EDS obtenidos en lámina delgada (Muestra 124). Punto 1: rutilo. Punto 2: monacita.
Puntos 3, 4 y 5: dravita. b) espectros patrones de energía dispersiva de monacita y rutilo. Registrados con
detector de Si(Li) de ventana delgada con voltaje de aceleración de 20 kV. En abscisas energía en keV. (Tomado
de Reed, 2005).
El resultado muestra las líneas características de los elementos oxígeno y titanio como
principales constituyentes y un débil pico indica la presencia de hierro en esta fase. Por
comparación con espectros patrones (Reed, 2005) se atribuye esta respuesta a la
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Caracterización mineralógica de turmalinas del Complejo Paso del Dragón
presencia de rutilo como inclusión en turmalinas magnesianas (ver figura 5.7a y b). El
rutilo presente en esta mineralización suele estar asociado con ilmenita.
El otro análisis puntual a destacar en la figura 5.7 corresponde con el Punto 2, ubicado
en el sector superior derecho de la imagen BSE. Se reconoce la inclusión por el tono
gris claro con un tamaño de 80 µm de diámetro. El espectro para este punto muestra
las líneas características de los elementos oxígeno (Kα=0,500 keV) y fósforo (Kα=2,000
keV) junto con líneas características de las tierras raras pesadas: iterbio ( 70Yb), erbio
(68Er), disprosio (66Dy) y gadolinio (64Gd). Con relación a espectros patrones (Fig. 5.7b)
la respuesta obtenida indica la presencia de monacita, un fosfato de tierras raras, como
otra fase mineral incluida en las turmalinas. Los restantes espectros obtenidos en la
figura 5.7 (Puntos 3, 4 y 5) muestran los elementos y los picos característicos de la
estructura de la dravita (Fig. 5.4b).
Para finalizar las referencias sobre las inclusiones presentes en las turmalinas
asociadas al litodema Serpentinitas del Cerro la Tuna se presenta la figura 5.8 que
muestra una imagen de electrones retrodispersados con magnificación de 55. Se
aprecia en esta imagen tres grandes inclusiones en tono gris claro, con tamaños entre
300 µm y 500 µm, las cuales fueron analizadas, y numerosas inclusiones de menor
tamaño.
Figura 5.8: espectros EDS obtenidos en análisis de inclusiones contenidas en cristales de turmalina del litodema
Serpentinitas del Cerro la Tuna (Muestra 124). Área 1: monacita. Áreas 2 y 3: rutilo.
Para las otras dos inclusiones observadas en el sector inferior de la imagen BSE de la
figura 5.8, el espectro Área 2 corresponde a la inclusión que se encuentra a la derecha
y Área 3 es el espectro de la inclusión que se visualiza a la izquierda. Ambos espectros
presentan líneas marcadas para los elementos oxígeno y titanio y por tanto se asocian
con rutilo (ver figura 5.7b).
Figura 5.9: mapas elementales obtenidos por EDS de una inclusión de monacita en cristal de turmalina
asociada al litodema Serpentinitas del Cerro la Tuna (Muestra 124). Nótese la presencia de los elementos fósforo
(P) y neodimio (Nd).
y suelen estar rellenas de cuarzo (Fig. 5.11c) y opacos. También se observa microfallas
en estos cristales, siendo evidentes cuando afecta cristales con zonación porque
disloca los distintos niveles (Fig. 5.11d). Algunos cristales presentan inclusiones,
comúnmente de cuarzo y con menos frecuencia rutilo, circón y opacos (Fig. 5.11e y f).
Figura 5.10:a) niveles mineralizados, a escala de afloramiento de turmalinitas asociadas al litodema Esquistos
de la Micaela. b) detalle del plegamiento que afecta a los niveles mineralizados. c) Segregación de dominios
máficos y félsicos. d) Dominios intermedios con turmalina diseminada en matriz de cuarzo. e) Cristales de
turmalina prismáticos con orientación aleatoria en matriz de cuarzo. f) Muestra de mano con predominio de
turmalina sobre cuarzo.
Figura 5.11: a) Cristales de turmalina de grano fino con zonación composicional concéntrica. Dentro del círculo
rojo se encuentran pequeños cristales homogéneos. b) Cristales de turmalina de grano medio con zonación
composicional en secciones basales de tipo parche y en secciones longitudinales paralelas a bordes de grano. c)
Turmalina con fracturas perpendiculares al largo del cristal rellenas de cuarzo. d) Microfalla dextral en sección
basal de turmalina con zonación. e) Sección basal de turmalina con inclusiones de cuarzo. f) Turmalina con
inclusiones de rutilo y circón. (Tr: turmalina, Qz: cuarzo, Zr: circón, Rt: rutilo)
Algunos cristales bajo luz reflejada muestran zonación a lo largo del eje c, se observa
en la diferencia de absorción de distintas longitudes de onda que resulta en una
variación de colores del cristal (Fig. 5.12a).
El cuarzo, siendo el componente mayoritario complementario a la turmalina en las
muestras estudiadas, representa entre el 30% a 60% de las láminas. Los cristales de
cuarzo son de grano fino y presentan bordes irregulares o interlobados (Fig. 5.12b). En
los cristales de mayor tamaño se reconoce formación de subgranos que extinguen con
distinto ángulo, mientras que los cristales de menor tamaño son límpidos. En los
dominios cuarzosos los contactos son poligonales a 120° (Fig. 5.12c y d).
Los minerales accesorios presentes en estas láminas son epidoto de color gris a
verdoso y en menor proporción circones de muy pequeño tamaño. En el dominio de las
turmalinas, se observan fenómenos secundarios de alteración y precipitación de óxidos
rellenando fracturas preexistentes.
Figura 6.5: a) Cristal de turmalina en luz reflejada muestra zonación a lo largo del eje c. b) Matriz de cuarzo
con grano fino de bordes irregulares. c) Cristales de turmalina con cuarzo intersticial. d) En círculo rojo cuarzo
con contactos poligonales. (Tr: turmalina, Qz: cuarzo)
Muchos de estos cristales de turmalina presentan zonación muy fina, las imágenes
composicionales obtenidas a través de electrones retrodispersados ponen de
manifiesto esta característica en la alternancia de tonos de gris a escala micrométrica.
La figura 5.13b muestra este tipo de zonación concéntrica en un fragmento de sección
basal, el cual presenta como rasgo microtectónico fallamiento sinestral evidenciado por
el dislocamiento de la zonación.
La relación encontrada entre los cristales de turmalina y de cuarzo es de dos tipos. Por
un lado, es común encontrar inclusiones de cuarzo en cristales de turmalina y además
es generalizado que los cristales de turmalina se encuentran fracturados y son
posteriormente rodeados por cuarzo (Fig. 5.13d).
Figura 5.13: a) imagen topográfica de un cristal de turmalina prismático en matriz de cuarzo masivo (SE,
escala 200 µm). b) zonación concéntrica en un fragmento de sección basal de turmalina que presenta microfalla
sinestral (BSE, escala 50 µm). c) fragmento longitudinal de turmalina que presenta una fractura rellena con
sobrecrecimiento de turmalina de hábito fibroso (BSE, escala 100 µm). d)cristal de turmalina fracturado
rodeado de cuarzo (BSE, escala 200 µm). e) dos núcleos de turmalina con sobrecrecimiento conjunto y fracturas
irregulares rellenas con una fase de alto peso atómico (BSE, escala 200 µm). f) cristales de turmalina con
zonación oscilatoria muy fina y fallamiento sinestral (BSE, escala 100 µm). (Los círculos negros en las imágenes
d, e y f corresponden al volumen que sufrió ablación láser para análisis de espectrometría de masas)
La figura 5.13f es otro ejemplo de la fina zonación que presentan los cristales de
turmalina en esta mineralización así como de la fracturación presente. Destaca en el
centro de dicha figura fallamiento sinestral que traspone los cristales.
En relación a los análisis semicuantitativos realizados por EDS, los espectros obtenidos
en análisis puntuales y en zonas sobre los cristales de turmalina muestran líneas
características para los elementos oxígeno (Kα=0,500 keV), hierro (Lα=0,653 keV;
Kα=6,377 keV), sodio (Kα=1,020 keV), magnesio (Kα= 1,234 keV), aluminio (Kα=1,469
keV) y silicio (Kα=1,724 keV). Se observa además picos de muy baja intensidad para
titanio (Lα=0,403 keV; Kα=4,500 keV). Los picos que indican la presencia de oro y
carbono surgen del metalizado de la muestra, también la presencia de carbono y
nitrógeno son por contaminación del abrasivo utilizado en el pulido.
Los resultados que se observan en la figura 5.14 muestran las líneas características
anteriormente descritas en los puntos 2, 3, 4 y 5 que siendo comparados con espectros
patrones de turmalinas propuestos por Reed (2005) pueden ser asignados a términos
intermedios entre dravita y chorlo. Se observan diferencias en el punto 1, el cual se
sitúa sobre lo que podría ser una inclusión de mayor peso atómico respecto al entorno,
ya que se ve de tono gris claro. La diferencia en este punto radica en que no tiene línea
característica para sodio y si aparece para calcio, además el espectro indica la
presencia de las tierras raras cerio y lantano. Si bien este análisis no reconoce la línea
característica de fósforo, este resultado vincula la presencia de una pequeña inclusión
de monacita con señal enmascarada por los restantes elementos que componen a la
turmalina.
Las proporciones de porcentaje en peso resultantes del análisis EDS indica que la
relación Mg/Fe oscila entre 1:4 a 1:2 (Tabla 5.2), señalando un predominio en la
estructura de estos cristales del elemento hierro sobre el magnesio en gran parte de los
análisis efectuados.
Figura 5.14: a) espectros obtenidos análisis puntuales sobre turmalina asociada al litodema Esquistos de la
Micaela (Muestra 633 a). b) espectros obtenidos en dos análisis puntuales sobre un cristales de turmalina
(Muestra 633 b). c) espectros patrón EDS de los grupos de turmalina dravita y chorlo. Registrados con detector
de Si(Li) de ventana delgada. Las abscisas muestran la energía en keV, tensión de aceleración 20kV. (Tomado de
Reed, 2005)
Tabla 5.2: relación de porcentajes en peso para los elementos hierro y magnesio obtenidos en los análisis
puntuales de la muestra 633 a y 633 b representados en la Fig. 5.14 a y b.
633a 633a 633a 633a 633a 633b 633b
Punto 1 Punto 2 Punto 3 Punto 4 Punto 5 Punto 1 Punto 2
Relación
0,24 0,29 0,30 0,15 0,22 0,42 0,52
Mg/Fe
Figura 5.15: mapas elementales obtenidos en bloque pulido de turmalinita asociada al litodema Esquistos de la
Micaela (muestra 633; mag.120; voltaje de aceleración 20,0 kV). Ver explicación en el texto.
Figura 5.16: esquema construido a partir de la superposición de los mapas elementales de la figura 6.15 donde
se pone de manifiesto la zonación de tipo parche en el cristal de turmalina situado a la derecha y el relleno de las
fracturas con óxidos de hierro y titanio.
Figura 5.17: a) sección basal de turmalina con núcleo detrítico heredado que preserva zonación magmática
(cruz violeta), inclusiones de cuarzo (tono gris oscuro) e inclusiones de alto peso atómico (BSE, escala 100 µm).
b) EDS sobre núcleo heredado señalado en a) indicando composición intermedia entre dravita y chorlo.
Por otra parte, se realizó el análisis de las fases minerales que se encuentran
rellenando fracturas. Se encontró que ocurren dos tipos de minerales y son
coincidentes con las inclusiones de alto peso atómico analizadas anteriormente. Por un
lado, la figura 5.19a muestra dos puntos analizados, los cuales corresponden ambos a
rutilo con líneas características de oxígeno, hierro y titanio (Fig. 5.19b). Por otra parte,
la figura 5.19c muestra tres puntos analizados y los mismos corresponden a monacita,
con líneas características de oxígeno, fósforo, calcio, cerio y lantano (Fig. 5.19d).
Figura 5.18: a) secciones basales de turmalina con zonación concéntrica e inclusiones de alto peso atómico, las
señaladas dentro del círculo rojo fueron analizadas (BSE, escala 100 µm). b) detalle de las inclusiones señaladas
en a) (BSE, escala 10 µm). c) EDS del punto 1 señalado en b), corresponde a monacita con Ce y La. d) EDS del
punto 2 señalado en el cristal euhedral de b), corresponde a circón. e) secciones basales de turmalina en tono
gris claro con inclusiones brillantes. La flecha roja indica inclusión analizada (BSE, escala 100 µm). f) EDS de la
inclusión señalada en e), corresponde a una monacita con Ce, La y Gd.
Figura 5.19: a) cristales de turmalina con fractura rellena por una fase de alto peso atómico (BSE, escala 10
µm). b) espectro EDS del punto 002 de a) señalando la presencia de rutilo. c) cuarzo en tono gris oscuro,
turmalina en tono gris claro y fases de alto peso atómico rellenando fracturas en tono brillante (BSE, escala 100
µm). d) espectro EDS del punto 002 de c) indica la presencia de monacita.
Figura 5.20: cristales de turmalina analizados por WDS. a) Fragmento longitudinal de turmalina asociada al
litodema Serpentinitas del Cerro la Tuna. Puntos de centro a borde: 9, 10 y 11 (BSE, escala 200 µm). b) Sección
basal analizada de turmalina asociada al litodema Serpentinitas del Cerro la Tuna. Puntos de izquierda a
derecha: 16, 17, 18 y 19 (BSE, escala 200 µm). c) Sección basal de turmalina asociada al litodema Esquistos de la
Micaela. Puntos de centro a borde: 14, 15, 16 y 17 (BSE, escala 50 µm). El círculo negro corresponde al volumen
desprendido de la muestra por ablación láser para análisis de espectrometría de masas. D )Sección basal de
turmalina con fina zonación oscilatoria asociada al litodema Esquistos de la Micaela. Puntos de centro a borde:
18, 19, 20 y 21 (BSE, escala 100 µm).
En ambas mineralizaciones la zonación composicional observada, tanto en microscopía
óptica como electrónica, responde al contenido de hierro y magnesio (Figs. 5.5; 5.6;
Ivana De Armas Tesis de Licenciatura en Geología 67
Caracterización mineralógica de turmalinas del Complejo Paso del Dragón
5.15 y 5.16). Las zonas más oscuras en imágenes BSE son aquellas más enriquecidas
en magnesio mientras que las zonas claras tienen mayor contenido en hierro. Además,
el aumento de hierro en una zona suele ir acompañado con el aumento de calcio y la
disminución de sodio.
Tabla 5.3: resultados de análisis WDS realizados en los cristales de turmalina de la figura 5.20 expresados en
porcentaje en peso de óxidos. (Tr.Cl: turmalinas asociadas al litodema Serpentinitas del Cerro la Tuna; Tr.Qz:
turmalinas asociadas al litodema Esquistos de la Micaela)
Capítulo 6: Conclusiones
Turmalinas asociadas al litodema Serpentinitas del Cerro la Tuna
Son cristales euhedrales con tamaños entre 50 a 2000 µm
Se presentan homogéneos ó con zonación de tipo parche
Por análisis EDS se determinó que corresponden a la especie dravita
Las inclusiones presentes son clorita, circón, rutilo y monacita
Preservan evidencia de deformación frágil
Los datos obtenidos permiten señalar que ambas mineralizaciones fueron originadas a
partir del mismo fluido hidrotermal o magmático rico en magnesio y comparten la
Ivana De Armas Tesis de Licenciatura en Geología 70
Caracterización mineralógica de turmalinas del Complejo Paso del Dragón
historia evolutiva siendo afectadas por al menos dos fluidos: primero uno rico en hierro
generando intercambio de magnesio con cristales preexistentes y posteriormente uno
rico en tierras raras y titanio que originó la formación de monacita y rutilo en fracturas y
bordes de cristales.
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