C-109-95 M.P. Alejandro Martínez Caballero
C-109-95 M.P. Alejandro Martínez Caballero
C-109-95 M.P. Alejandro Martínez Caballero
C-109/95
Temas:
-La modulación de los efectos de la sentencia y la guarda de la
integridad y supremacía de la Constitución.
- El derecho a la reclamación de la verdadera filiación, como derecho
constitucional innominado.
- La nivelación de causales de impugnación de la presunción de
paternidad entre el marido y el hijo, y la prevalencia del artículo 406
del C.C., como efectos del principio de igualdad y del derecho a la
filiación.
- Los fundamentos constitucionales de las sentencias integradoras.
Ha pronunciado la siguiente
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
Competencia.
1
Al respecto puede verse las sentencias de la Sala de Casación civil de fechas junio 19 de 1975, 9 de octubre
de 1975, 30 de junio de 1976, 22 de octubre de 1976.
artículo 216 se encuentra modificado, puesto que el hijo también tiene
legitimación para reclamar contra la filiación presunta.
2
Corte Constitucional. Sentencia C-113/93 del 25 de marzo de 1993. MP Jorge Arango Mejía
ha establecido que a la Corte compete "decidir sobre las demandas de
inconstitucionalidad que presenten los ciudadanos contra las leyes" (CP
241 ord 4º). Por consiguiente, al decidir sobre estas demandas, la Corte
debe adoptar la modalidad de sentencia que mejor le permita asegurar la
guarda de la integridad y supremacía de la Constitución. Y de esa manera lo
ha hecho y lo seguirá haciendo esta Corporación. Así, en ciertas ocasiones,
la Corte ha decidido mantener en el ordenamiento jurídico una norma pero
condicionando su permanencia a que sólo son válidas unas interpretaciones
de la misma, mientras que las otras son inexequibles (sentencias
interpretativas o de constitucionalidad condicionada)3 . En otras
oportunidades, la Corte ha declarado la exequibilidad de determinada
disposición legal pero con base en una interpretación conforme a la
Constitución de la misma4 En otros casos, la Corte ha limitado los efectos
de la cosa juzgada constitucional a determinados cargos, o ha mantenido en
el ordenamiento leyes acusadas por razones de procedimiento mientras se
corregían los vicios formales de naturaleza subsanable5 . En ciertas
sentencias de inexequibilidad, la Corte ha dado efectos retroactivos a su
decisión6 mientras que en otras oportunidades, por el contrario, ha
precisado que el fallo sólo comienza a tener efectos cuando se haya
realizado la notificación a las otras autoridades constituidas 7 . En la
revisión de las leyes estatutarias, la Corte ha determinado que a ella
corresponde, luego de la revisión constitucional, fijar, en la parte motiva de
la sentencia, el texto definitivo que debe ser sancionado por el Ejecutivo 8 .
También esta Corporación ha adoptado exhortos constitucionales al
Congreso con el fin de que adecúe a la Carta ciertas regulaciones legales9 .
3
Entre muchas otras, ver por ejemplo las sentencias C-503/93 M.P Antonio Barrera Carbonell; C-542/93.
M.P Jorge Arango Mejía; C-110/94 M.P José Gregorio Hernández Galindo; C-145/94 M.P Vladmiro Naranjo
Mesa. C-180/94. M.P Hernando Herrera Vergara.
4
Ver, entre otras, la sentencia C-496/94. M.P Alejandro Martínez Caballero
5
Entre otras, ver las sentencias C-527/94 y C-055/94
6
Ver, por ejemplo, entre otras, las sentencias C-023/94 MP. Vladimiro Naranjo Mesa y C-037/94. MP
Antonio Barrera Carbonell.
7
Ver, por ejemplo, sentencia C-300/94. MP Eduardo Cifuentes Muñoz
8
Ver, entre otras, sentencias C-011/94, C-088/94 y C-089/94
9
Ver sentencia C-473/94
modulación de las sentencias resulta de las tensiones valorativas implícitas
en todo texto constitucional, razón por la cual la mayoría de los tribunales
constitucionales han desarrollado diversos tipos de fallos con el fin de
cumplir, en forma razonable, su función de control constitucional, como se
puede constatar en la jurisprudencia alemana e italiana10 .
110
Para el caso alemán, ver Hans Peter Schneider. Democracia y Constitución. Madrid: Centro de Estudios
Constitucionales, 1991, pp 62 y 218 y ss. Para el caso italiano, ver Alessandro Pizzorusso. "El tribunal
constitucional italiano" en Varios Autores. Tribunales constitucionales europeos y derechos
fundamentales. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales, 1984, pp 252 y ss. Ver igualmente Aljs
Vignudelli. La Corte delle leggi. Dogana: Rimini, 1988, capítulo segundo.
111
Corte Suprema de Justicia. Sentencia del 2 de agosto de 1912. MP Alberto Suárez Murillo en Gaceta
Judicial. Tomo XXII, p 5.
112
Corte Suprema de Justicia. Sentencia del 28 de julio de 1924. MP Luis R Rosales en Gaceta Judicial.
Tomo XXXI, p 53.
113
Corte Suprema de Justicia sentencia del 7 de octubre de 1936. MP Eduardo Zuleta Angel. Gaceta Judicial.
Tomo XLIV p 8.
la reglas respectivas de la legislación anterior (subrayas no originales)" 14 .
En 1965, la Corte Suprema declaró inexequibles varias disposiciones
acusadas de la ley 27 de 1963 y del Decreto 528 de 1964 "en cuanto
suprimen la categoría constitucional de Juez del Circuito. Y son exequibles
en cuanto se refieren a los Jueces Municipales en materia laboral"15 .
114
Sentencia del 13 de mayo de 1941. M.P Absalón Fernandez de Soto. Gaceta Judicial. Tomo LI, p 31.
115
Sentencia del 28 de junio de 1965. Gaceta Judicial. Tomo CXI. MP Luis Alberto Bravo
116
Corte Suprema de Justicia. Sentencia del 21 de octubre de 1976. MP Julio Salgado Vásquez. Gaceta
Judicial, No 152-153, p 548.
117
Corte Suprema de Justicia. Sentencia del 9 de junio de 1988. MP Fabio Morón Díaz.
118
Además de las anteriores, ver, entre otras, las siguientes sentencias de la Corte Suprema de Justicia: 23 de
junio de 1913, 22 de agosto de 1913, 3 de noviembre de 1915, 22 de marzo de 1919, 21 de noviembre de
1919, 18 de noviembre de 1924, 18 de noviembre de 1926, 9 de noviembre de 1929, 28 de febrero de 1935, 6
de septiembre de 1943, el 10 de abril de 1947, 1 de marzo de 1966, etc
119
Corte Suprema de Justicia. sentencia No 76 del 3 de octubre de 1989.
a) y b) del artículo 153 del Decreto 095 de 1989" (subrayas no
originales)20 .
220
Corte Suprema de Justicia. Sentencia No 71 del 3 de octubre de 1989.
Legislador, que es a quien corresponde, en estos casos, adecuar las normas
jurídicas a las nuevas realidades sociales y científicas.
222
Sentencia T-090/95 del 1 de marzo de 1995. M.P Carlos Gaviria Díaz.
"repudio de ideologías devaluadoras de la personalidad, que lo reduzcan a
la simple condición de cosa. Debe en consecuencia resaltarse que este
derecho, confirmatorio del valor de la sociedad civil regimentada por el
derecho, es una formulación política básica, que promueve la libertad de la
persona humana; y que proscribe toda manifestación racista o totalitaria
frente a la libertad del hombre."23 .
10- Para responder a este interrogante conviene recordar que el artículo 229
de la Constitución garantiza el derecho a “acceder a la administración de
justicia”, entendido como la oportunidad que tiene toda persona de recurrir
a los órganos jurisdiccionales, mediante acciones previstas en las leyes
procesales, a fin de poner en funcionamiento el aparato judicial en el
momento de presentarse un conflicto respecto del cual tiene interés
legítimo. Por consiguiente, las personas tienen derecho a hacer una
reclamación, alegar en su defensa, presentar pruebas pertinentes y, por
223
Sentencia T-485 de agosto 11 de 1992. M.P. Fabio Morón Díaz.
224
Sentencia C-221/94 del 5 de mayo de 1994. MP Carlos Gaviria Díaz.
supuesto, obtener resoluciones judiciales conforme a la Constitución y a la
ley.
225
Ver Corte Suprema de Justicia, Sala Plena, sentencia del 20 de junio de 1990.
226
Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Civil. Sentencia del 2 de octubre de 1975. MP Germán
Giraldo Zuluaga.
establece que el Estado y la sociedad deben garantizar la protección
integral de la familia. Además este artículo señala que la honra, la dignidad
y la intimidad de la familia son inviolables. Finalmente, la Constitución
reconoce la existencia de los matrimonios y delega su regulación a la ley
(CP art. 42).
Todo ello muestra que la regulación del estado civil de las personas
constituye un campo en donde en principio existe una libertad de
configuración política del Congreso. La Constitución ha considerado que
corresponde al poder legislativo, como representante en cada momento
histórico de la soberanía popular, establecer las regulaciones jurídicas del
estado civil que, dadas las específicas situaciones sociales de cada
momento, armonicen en mejor forma la tensión que puede existir entre la
protección del matrimonio y el derecho de las personas a reclamar su
verdadera filiación. Sin embargo, el Legislador no tiene una
discrecionalidad absoluta pues debe respetar la Constitución, puesto que
ella es norma de normas (CP art. 4). Así, en nombre de la protección de la
honra del matrimonio, no podría una regulación legal desconocer el núcleo
esencial del derecho constitucional de las personas a establecer su
verdadera filiación. Entra entonces la Corte a estudiar la regulación legal de
la impugnación de la paternidad legítima, con el fin de determinar si ésta se
adecúa o no a la Constitución.
229
Fernando Vélez. Op-cit. Tomo II. p 33.
Corte Suprema de Justicia, al declarar constitucional el artículo 335 del
Código Civil sobre impugnación de la maternidad, señaló lo siguiente:
330
Corte Suprema de Justicia, Sala Plena, sentencia del 20 de junio de 1990
Así, pues, los hechos que permiten ejercer la acción de impugnación
son diferentes según que la ejerza el marido o el hijo. Para el caso de
este último, sólo puede incoarla con éxito, si demuestra que su madre
o el marido de ésta abandonaron en forma definitiva el hogar
conyugal diez meses antes de su nacimiento.
331
Corte Suprema de Justicia, Sala Casación Civil, sentencia del 2 de abril de 1984. M.P José María Esguerra
Samper en Gaceta Judicial, Tomo CLXXVI, pp 162 y 163.
332
Corte Constitucional. Sentencia C-496/94. MP Alejandro Martínez Caballero.
que el ordenamiento civil establece que el hijo sólo puede impugnar la
presunción invocando la causal del artículo 3º de la Ley 75 de 1968. Con
base en tal presupuesto, entra entonces la Corte a analizar si una tal
regulación es conforme con la Carta, sin perjuicio de que posteriormente, y
en función de principios y valores constitucionales, pueda verse conducida
a condicionar su alcance.
La Corte considera que la restricción a esta única causal para el hijo y esa
diferencia de trato podían ser razonables y constitucionales en otros
tiempos, en los cuales, desde el punto de vista social, predominaba la
protección de la unidad familiar basada en una concepción patriarcal del
matrimonio sobre las reclamaciones de los hijos extramatrimoniales y,
desde el punto de vista científico, las pruebas para probar positivamente la
paternidad eran muy precarias. De allí entonces el predominio de los
razonamientos con base en diversos tipos de presunciones en favor del
marido.
333
Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Civil;, Sentencia del 16 de julio de 1981, citada por Hernán
Gómez Piedrahita. Derecho de Familia. Bogotá: Temis, 1992, pp 282 y ss.
Más importante aún, la Corte Constitucional encuentra que la actual
regulación no es compatible con la Constitución puesto que desconoce
principios y derechos constitucionales. De un lado, esta regulación viola el
núcleo esencial del derecho del hijo a reclamar su verdadera filiación,
puesto que la causal no cubre todas las hipótesis razonables en las cuales
sería constitucionalmente legítimo que el hijo pudiera acudir a los
tribunales a impugnar la presunción de paternidad.
Ahora bien, la Corte precisa que esta prevalencia que la sentencia confiere
al artículo 406 del C.C no tiene como base una discusión legal -que no
compete a esta Corte adelantar- sino que deriva de valores constitucionales,
y es por ello que la Corte puede establecerla con particular fuerza
normativa, pues tiene efectos erga omnes. En efecto, el artículo 406, según
la doctrina más autorizada en la materia, establece el derecho de las
personas a reclamar su filiación verdadera, por lo cual, la entrada en vigor
de la Constitución de 1991 ha conferido a este artículo una nueva
dimensión y jerarquía normativa, pues ese derecho ha sido
constitucionalizado. Esto explica entonces la prevalencia que la
Constitución confiere a las acciones de reclamación de paternidad (art. 406
C.C) sobre las restricciones legales que existen en materia de impugnación.
Sin embargo, la prevalencia del artículo 406 del estatuto civil no soluciona
todo los problemas, puesto que en determinados casos puede suceder que el
hijo de mujer casada únicamente impugne la presunción de paternidad, sin
acumular tal acción a una reclamación de paternidad de un tercero. Por ello,
esta sentencia extiende al hijo de mujer casada las causales con que cuenta
hoy el marido para impugnar la presunción de paternidad, esto es, las
previstas en los artículos 214 y 215 del Código Civil y en el artículo 5 de la
Ley 95 de 1890. Esto significa que el hijo también podrá impugnar la
presunción de paternidad si demuestra que durante los diez meses
anteriores al parto, el marido no hizo vida conyugal con su mujer (art. 5 de
la Ley 95 de 1890) o estuvo en imposibilidad física de acceder a ella (art.
214 C.C). Igualmente, en caso de demostrarse el adulterio de la mujer
durante la época en que se presume ocurrida la concepción, el hijo podrá
ejercer la acción de impugnación y se le admitirá la prueba de cualesquiera
otros hechos conducentes a justificar que el marido no es el padre (art. 215
C.C).
334
Corte Constitucional. Sentencia C-083/95. MP Carlos Gaviria Díaz.
Las sentencias integradoras encuentran entonces su primer fundamento en
el carácter normativo de la Constitución, puesto que el juez constitucional,
con el fin de asegurar la integridad y la supremacía de la Carta, debe
incorporar en el orden legal los mandatos constitucionales. Por ello, si el
juez, para decidir un caso, se encuentra con una indeterminación legal, ya
sea porque el enunciado legal es insuficiente, ya sea porque el enunciado es
contrario a la Carta, el juez debe proyectar los mandatos constitucionales
directamente al caso, aun cuando de esa manera, en apariencia, adicione el
orden legal con nuevos contenidos normativos. El juez en este caso en
manera alguna está legislando pues lo único que hace es dar aplicación al
principio según el cual la Constitución, como norma de normas, tiene una
suprema fuerza normativa (CP art. 4). Por ello, como lo dijo la Corte
Suprema de Justicia en su momento, o como lo ha tantas veces afirmado
esta Corporación, la Carta de 1991 cubre "retrospectivamente y de manera
automática, toda la legalidad antecedente, impregnándola con sus dictados
superiores, de suerte que, en cuanto haya visos de desarmonía entre una y
otra, la segunda queda modificada o debe desaparecer en todo o en parte
según el caso"35 .
335
Cf Corte Suprema de Justicia. Sentencia No 85 del 25 de julio de 1991. M.P Pedro Escobar Trujillo. En el
mismo sentido ver Corte Constitucional. Sentencia C-177/94 del 12 de abril de 1994. M.P Carlos Gaviria
Díaz.
autorizada en este campo36 , considera que entre las medidas "de otro
carácter" deben incluirse las sentencias de los jueces, y muy
particularmente las decisiones de esta Corporación, pues la rama judicial es
uno de los órganos del Estado colombiano, y éste se ha comprometido a
tomar las medidas que sean necesarias para hacer efectivos los derechos de
las personas. Por consiguiente, las sentencias de los jueces -como medidas
de otro carácter diferentes a las leyes- deben buscar hacer efectivos los
derechos reconocidos por los pactos de derechos humanos. Es pues
legítimo que los jueces, y en particular la Corte Constitucional, integren a
la normatividad, al momento de tomar sus decisiones, los derechos
reconocidos en la Constitución y en los pactos.
337
Ver Alessandro Pizzorusso. Loc- cit, pp 259 y ss; Als Vignudelli. Loc-cit. pp 65 y ss.
338
Sentencia del 2 de noviembre de 1944 MP Ricardo Jordán Jiménez. Gaceta Judicial, Tomo LVIII p 7.
señalaban que sus normas procesales se aplicarían hasta la terminación de
determinados procesos penales. Según la Corte, y en virtud del principio de
favorabilidad penal consagrado por la Carta, la aplicación del decreto era
inexequible "en cuanto se trate de procesos originados en hechos cometidos
con anterioridad a su vigencia"39
440
Ver Corte Constitucional. Sentencia C-149/93. MP José Gregorio Hernández Galindo
441
Ver sentencia C-012/94. MP Antonio Barrera Carbonell.
442
Sentencia C-011/94. MP Alejandro Martínez Caballero. Los criterios de esta sentencia fueron reiterados en
la revisión de la ley estatutaria de mecanismos de participación, sentencia C-180/94. MP Hernando Herrera
Vergara.
443
Sentencia C-069/95. MP Hernando Herrera Vergara.
Y en las sentencias de revisión de tutela los ejemplos de sentencias
integradoras son mucho más numerosos. Así, por no citar sino unos
ejemplos, en numerosos casos la Corte Constitucional se ha visto obligada
a establecer en sus fallos reglas sobre la carga de la prueba en materia de
vulneración de derechos fundamentales44 o las relaciones de conexidad que
deben existir entre los derechos colectivos y los derechos fundamentales
para que proceda la tutela45 .
Todo ello muestra que la prevalencia del artículo 406 del Código Civil y la
nivelación de causales de impugnación entre marido e hijo que ordena esta
sentencia no deriva de una decisión legislativa de la Corte Constitucional,
sino de la aplicación directa, por parte de esta Corporación, del principio
constitucional de igualdad y del derecho de las personas a reclamar su
filiación verdadera. Esto significa que la Constitución de 1991 modificó la
regulación discriminatoria que consagraba la legislación civil, de suerte que
la decisión de la Corte lo único que hace es reconocer la eficacia normativa
del nuevo orden de valores que la Constitución aspira a instaurar.
21- Por último, la Corte considera pertinente precisar que esta aplicación
directa de la Constitución efectuada en esta sentencia no implica que el
Legislador haya perdido su facultad de regular las causales de impugnación
de la presunción de paternidad legítima. En efecto, como se señaló
anteriormente en el numeral 11 de esta sentencia, en este campo opera en
principio la libertad de configuración política del Legislador, por lo cual
puede la ley -como es obvio, dentro de los marcos de la Carta- regular en
forma diversa las causales para controvertir las presunciones legales en esta
materia.
III. DECISIÓN
444
Ver, por ejemplo, entre otras, la sentencia T-230/94 MP Eduardo Cifuentes Muñoz y T-048/95. MP
Antonio Barrera Carbonell.
445
Ver, entre otras, la Sentencia T-163/93 y M.P. Dr. Fabio Morón Díaz; y, en particular la sentencia de
unificación sobre el tema de la Sala Plena SU 067/93de 24 de febrero de 1993. Magistrados Ponentes: Dr.
Fabio Morón Díaz y Ciro Angarita Barón
En mérito de lo expuesto, la Corte Constitucional de la República de
Colombia, en nombre del pueblo y por mandato de la Constitución,
RESUELVE:
Debo destacar cómo todas esas hipótesis, que tienen sentido cuando se trata
de ofrecer al marido la posibilidad de desvirtuar la paternidad presunta, no
encuentran fundamento cuando es el hijo quien busca la declaración
judicial correspondiente, pues la invocación de ellas como causales lo
colocan en la difícil posición de tener que probar en juicio que su madre,
pese a la condición de mujer casada, mantuvo, durante la época de la
concepción, relaciones sexuales extramatrimoniales. Si bien ello no es
punible en el sistema jurídico vigente, resulta reprochable a la luz de las
concepciones morales dominantes y desacredita necesariamente a la mujer.
Fecha, ut supra
Salvamento de voto a la Sentencia No. C-109/95
REF:Expediente D-680
Fecha ut supra,