Payrató - Introducción A La Pragmática (Cap. 5 y 6)
Payrató - Introducción A La Pragmática (Cap. 5 y 6)
Payrató - Introducción A La Pragmática (Cap. 5 y 6)
© Lluís Payrató
© EDITORIAL SÍNTESIS, S. A.
Vallehermoso, 34. 28015 Madrid
Teléfono: 91 593 20 98
www.sintesis.com
ISBN: 978-84-9171-205-3
Depósito Legal: M. 22.043-2018
Después de analizar la deíxis como un aspecto bá~ico del lenguaje, el mismo curso
del análisis se extiende de manera natural a un fenómeno más amplio: la referen-
cia, es decir, la forma de "apuntar" -como en la deíxis- o de referirse, mediante
el lenguaje, a cualquier entidad externa. Dicho de otra manera, no idéntica pero
contigua: cómo contribuir a crear significado y a anclarlo en contextos determi-
nados. Según cómo se plantee, se trata de dos preguntas muy distintas -qué es
la referencia y qué es el significado-, pero en la práctica acaban confluyendo. La
referencia enlaza el código con las entidades extralingüísticas, el significado (o el
sentido, que trataremos como sinónimo) es un proceso psíquico en términos cogni-
tivos o mentales. También es una propiedad de los sistemas lingüísticos, en cuyos
engranajes -semánticos- se integran multitud de piezas que se han construido,
definido y especificado las unas en relación con las otras ... y todo ello, siempre,
partiendo del uso, hasta el punto de que en un planteamiento radical (y propuesto
ya por el filósofo Ludwig Wittgenstein, vid. 1.2.1), el significado de los elementos
lingüísticos puede identificarse con su uso en la enunciación: volvemos así al lugar
de partida para reencontrar la referencia, también necesariamente contextual.
97
Introducción a /apragma·1lea.
· una perspectlva
. sobre el lenguaje en acción
te·· ·si nos ". re fierimos
· " a 1noventa y ocho, solo en un contexto situacional recon
cercmos ~1 es el año 98 (1898, 1998), si es un número de una serie matemático-
un autobus, etc. El significado de pez está limitado por el de pescado (en otra,
lenguas, ~n c_ambio, la traducción de estas dos palabras lleva a un solo lexema~~
con dos s1gn1ficados). El "98" es el número que se encuentra entre el 97 y el 99
(dura~te mucho tiempo las definiciones de los diccionarios de los números eran de
este tipo, a partir de la unidad), pero "el 98" en otro contexto determinado puede
ser un año dramático o una generación extraordinaria.
Los procesos psíquicos que se realizan para manejar y obtener información
se pueden denominar, de manera simplificada, inferencias o procesos inferen-
cia]es. De hecho, se llevan a cabo mucho más a menudo de lo que se supone,
debido al fenómeno ya apuntado de la indeterminación semántica y a la consi-
guiente necesidad de poder "enriquecer" o "explicar" ("desarrollar") los enun-
ciados para entenderlos (vid. 3.1 ). En abstracto, sin contextos de uso directos
y reales, un enunciado oracional como Me encantan las fresas con nata y un
enunciado no oracional o una frase (en e] sentido de un fragmento no oracio-
nal) tan simple como La mesa no parecen ejemplos ambiguos ni problemáticos
en ningún sentido ... hasta que alguien profiere el primero en tono sarcástico 0
irónico (se las han echado encima, por ejemplo) o hasta que recordamos que
una mesa puede ser la del comedor, la de mezclas de un concierto o la de una
votación ( entre otras), y por tanto tener referentes y significados muy distintos.
Otro ejemplo y una distinción muy pertinente: si Juan quiere un tractor amari-
llo, aparentemente no hay nada ambiguo ... pero ¿es un tractor (concreto) que
existe y ha visto en un concesionario (uso referencial) o es un tractor amarillo
( cualquiera) que imagina y que está solo en su mente (uso atributivo), es decir,
un tractor que sea amarillo? Esta última diferencia es sistemática y perenne,
impregna cualquier uso lingüístico.
¿Por qué llevamos a cabo inferencias continuamente? Porque en los procesos de
intercambio comunicativo y lingüístico no todo está codificado y descodificado
de manera sistemática. No resultaría un sistema práctico ni eficiente, hay millones
y míl1ones de combinaciones posibles entre palabras y subsiguientes millones de
interpretaciones de enunciados combinados con contextos (y así pues dependien-
tes de ellos). Se necesitan por tanto guías de interpretación, como las vistas a lo
largo del capítulo 3: principios comunicativos de relevancia, o de infonnatividad
o de otros tipos que permitan crear un modelo inferencial de la comunicación (de
entrada más imprevisible o incierto) en lugar de un sistema simple de codificación
y descodificación, que a priori parece más fiable (porque es más "cerrado")_ pero
que no puede describir ni explicar la riqueza comunicativa de las interacc10~es
verbales y no verbales, donde la pragmática, mucho más allá de la "pura" seman-
tica tiene un rol fundamental. De acuerdo con M. Victoria Escandell (2014: 144),
' · · , · se de-
y como síntesis para caracterizarlos, los procesos mferenc1ales pragmat1cos
finen por los siguientes rasgos:
98
Las inferencias
(1) Se da como cierto o como regla que (todos) los calcetines de una bolsa
determinada son negros. Si se nos dice luego, como caso particular, que
otros calcetines son de esa bolsa ... se deduce a continuación, aunque no los
veamos, que son negros.
(2) Se da como ejemplo que unos calcetines son de una bolsa y a continuación
se nos dice que son negros. Se repite el ejemplo una y otra vez, siempre con
el mismo resultado ... de manera que al final se induce a pensar que (todos)
los calcetines de la bolsa son negros.
(3) Se da como hecho que unos calcetines son negros, por una parte, y por otra
que los calcetines de una bolsa contigua son (también) negros. A continua-
ción se abduce que los calcetines iniciales son de la bolsa; para ser más
precisos, que, "seguramente", "deben de ser" de la bolsa .. .
99
, • una pe,.\
Introducción a la pragmat1ca.
, . pecliva
· ·
~·obre el lenguaje en acció
·n
Tanto las referencias anafóricas como las catafóricas - pero sobre todo las pri-
meras, porque resultan mucho más habituales- son un mecanismo fundamental en
la cohesión del texto y ayudan también de manera evidente a clarificar los procesos
de coherencia, ]a interpretabilidad de] texto.
5.2. La implicación
Que el enunciado (6a) implique (6b) significa dicho a ]a inversa, que (6b) ~e
deduce de (6a). Hay que prestar atención al hech~ de que se cumplen unas cond1-
100
las inferencias
5.3. La presuposición
Las condiciones lógicas vuelven a ser parecidas a las establecidas más arriba
para la implicación, pero con diferencias significativas:
101
Introducción a la pragmática. Una perspectiva sobre el lenguaje en acción
:1
a) Si ~rimer enunciado (7) es cierto, el enunciado presupuesto (8) ta . ,
sera cierto (hasta aquí la coincidencia). 61
lll en
b) Aunque el primer enunciado (7) sea falso, el enunciado presupuest
continúa siendo cierto (esta es la característica fundamental de la pre: (8)
sición: se mantiene en ]a negación). upo.
c) Si el enunciado (8) es falso, ]os enunciados de (7) tienen un vacío en lo
ferente a los valores de verdad; no se puede decir en propiedad que sea re~
ciertos ni falsos, más bien hay que entender que son enunciados absurd: ni
0
no verificables, sin sentido (este sería un caso análogo al ejemplo tradi/
J • • 10-
na] de El actual rey de Francia es calvo, con a cons1gmente presuposición
de que existe un rey de Francia).
102
Las i,!ferencias
~~- d.:-~dc- un punto de , ·ista estrictamente semántico, que hay alguien que se llama
Jusnmi que tiene una vecina, que alguien vive en un quinto piso, que alguien se
n3 ,cas.ldO, ~te., ~te., pero lo más importante en un contexto no ficticio sería saber
re-.1.imenre quién eS Juanma; si no, el enunciado estará bien construido, pero será
p-r~on1áticamente anómalo, absurdo (piénsese en su efecto si, por ejemplo, sin
ningún orro dato, tal cual, figurara como noticia de entrada en un noticiario de
mtiio o televisión).
En cambio. compárese el ejemplo precedente con el titular (real) de una portada
de pcriódico como Ciudadanos y Podemos luchan por no caer en la irrelevancia
(El Pais. 19/ 12/2016) y con el titular interior Podemos y Ciudadanos luchan por
sa-r.zlermues un a11o después del 20-D (El País, 19/12/2016, pág. 16). La diferen-
cia o contradicción es notoria (como el cambio de orden) y solo está separada por
dieciséis páginas: en el primer caso se presupone (semánticamente) que los dos
partidos son (aún) relevantes , y en el segundo que son irrelevantes. Y por descon-
mio en ambos casos la redacción presupone (pragmáticamente) que los lectores
del periódico conocen a los referentes.
Vista de esta manera, la presuposición no es solo una cuestión semántica (en-
tre oraciones) sino una cuestión pragmática (entre enunciados e interlocutores):
la presuposición pragmática se debe entender como una base común de entendi-
miento entre enunciador y enunciatario, uno de cuyos fundamentos es la relación
Semántica y lógica entre enunciados. Esta consideración es para poder encarar la
cuestión de la coherencia de los enunciados. En un contexto dado, la interpretación
real de un enunciado no se puede concebir si no se comparte un conjunto (implíci-
to) de presuposiciones semánticas y pragmáticas.
103
introducción a la pragmática. Una perspectiva sobre el lenguaje en acción
104
j
/.os i11/i:re11c:/as
Significndo.""
/ ~
dicho implicitado
/
convcncionalmcntc
~no convencionalmente
---------- ~ conversacional mente
----- -----
110 convcrsacionalmentc
geIIeral mente particularmente
(en la mayoría (en contextos
de contextos) muy específicos)
105
Introducción a la pragmática. Una perspectiva sobre el lenguaje en acción
106
!1
Las inferencias
\·1·1
A continuación se presentan los distintos tipos de implicaturas que se han pro-
puesto y también, con más det~I,le y ejem~los que e~ l~s _apartad~s. precedentes,
1 unas posibilidades de reducc10n del conJunto de prmc1p1os y max1mas pragmá-
~!s que están en la base de los procesos inferenciales.
Este tipo de implicaturas han sido objeto de discusión muy a menudo en di-
ferentes estudios posteriores. Se podría decir que, aun encontrándonos ya en e]
terreno de la pragmática, son las más semánticas y menos pragmáticas de todas las
implicaturas. Se dan por e] carácter léxico de ]os elementos, en los ejemplos pero,
en (10a), y por tanto, en (10b). Tan es así que muchas veces se descartan, o como
mínimo no tienen mucho peso en el análisis pragmático. Ciertamente se basan en
convenciones, y por consiguiente en "acuerdos" tácitos sobre el uso de los elemen-
tos lingüísticos, pero son asimilables a los topoi de ]a teoría de ]a argumentación
(vid. 2.3), es decir, principios generales enunciados como reglas implícitas ("Los
pobres suelen no ser honestos", "Los ingleses son valientes" ... ); en muchos casos
recuerdan también la noción de connotación (frente a la de denotación) de la se-
mántica tradicional: donde se acaba el campo puramente denotativo y más fácil de
delimitar (mar como 'masa de agua') y donde empieza el campo asociado a signi-
ficados adicionales, con una delimitación mucho menos precisa y relacionados con
aspectos emocionales, afectivos, etc.
Las segundas implicaturas, denominadas conversacionales por Grice, depen-
d~n en cambio ya del principio de cooperación y de las máximas conversacionales
citados más arriba. Así, en los ejemplos siguientes las versiones (a) son respuestas
no marcadas, que cumplen ]as máximas, en contraste con las de (b) y (c), que son
pragmáticamente anómalas porque entran en conflicto con ellas:
( 11) a Son las once y cuarto
b ???[Sabiendo que es falso] Son las doce y cuarto
e ??'!(Supongo que] Son las diez
107
Introducción a la pragmática. Una perspectiva sobre el lenguaje en acción
108
las inferencias
Este último ejemplo lleva a plantear otra distinción importante entre las im-
plicaturas, la que separa las parlicul~rizadas de las generalizadas. Las primeras
tienen lugar solo en contextos ~spectficos, co1~0 el que se acaba de exponer en
!ación con un puesto de trabaJo. Las generalizadas se suelen dar sin necesidad
re 'fi 1 ,
de ese contexto espec1. ,1co, son mue 10bmas comunes. Por ejemplo, las derivadas
del orden de la elocuc1on, que acostum ra a tomarse como icónico de los procesos
reales: Comió, se ji,e al cine, durmió ... se interpreta como un conjunto dl2 pr -
9
cesos realizados en el orden de lo expuesto solo si hay una implicatura, pero en
términos lógicos ese orden no necesariamente es así (tampoco con el conector y).
Podría ser que el agente de las acciones las hubiera llevado a cabo al revés, 0 en
otro orden, y que simplemente estuviéramos hablando de actos que hizo. También
las implicaturas que ocurren en el caso de los numerales y de la máxima de canti-
dad (y relación) son implicaturas generalizadas:
La primera vez que nos enfrentamos con ejemplos de este tipo solemos pensar
que, en su interpretación, el enunciatario tiende a interpretar que Ana tiene tres (y
solo tres) hermanos, que alguien ha cumplido los 32 (y no más), que la bandera es
exclusivamente roja y que la mujer de ( 15d) no es ni la madre ni la hija del enun-
ciador. Pero en términos estrictamente lógicos, y aunque pueda causar extrañeza al
principio, debe aceptarse que si Ana tiene cinco hennanos ... también tres, que si
alguien ha cumplido los 40 ... también tiene que haber cumplido los 32, que si es
cierto que una bandera es roja y amarilla (p y q como proposiciones en lógica) es
ineludiblemente cierto que es roja (y amarilla), y que la mujer de (15d) puede ser la
madre o la hija del emisor, que simplemente -y por la razón que sea, ahí empieza la
implicatura- no ha querido aportar esa información, con lo cual ha conseguido pre-
cisamente aportar otra. Este tipo de implicatura es muy claro cuando se transgrede la
máxima de manera, porque se vehicula inmediatamente que la "anormalidad" de la
expresión va asociada a la transmisión de otra información, cf. ( 14b) y ( 14c).
Debe apreciarse que en las implicaturas de cantidad como las anteriores encon-
tramos el fenómeno de las implicaciones escalares y de cláusula. En las primeras,
el uso de un elemento situado a la derecha de otro en una escala, por ejemplo <mu-
cho' bastante, poco>, <cinco, cuatro, tres>, <madre, muJer,· persona>, "'1mp1·1c1·ta"
que el que está a la izquierda no es el adecuado o esperable: si alguien muestra
ba~tant
' , en una compra es que no tiene mucho; s1· a lgmen
e ·mteres · tiene
· tres her-
:e
manos es que no tiene cuatro si hablo de una mujer no es mi madre; si es seguro
l~overá no se dice Posibl~mente lloverá, etc. En las de cláusula se pueden dar
aciones como por ejemplo <estar al corriente, creer>: Está al corriente de que
109
Introducción a la pragmática. Una perspectiva sobre el lengucye en ac ..
c1on
(16) a Ana tiene tres hermanos ... en realidad cinco, pero dos ya no viven en
casa
b Ya ha cumplido los 32 ... ¡de hecho ha cumplido los 35!
e La bandera es roja ... pero tiene una parte amarilla
d Me lo dijo una mujer... ¡y esa mujer era mi {madre/hija}!
Para ser exactos, no son cancelables las convencionales, razón de peso para no
considerarlas, de hecho, auténticas implicaturas: los ejemplos anteriores de (10a)
y (1 Ob) no se pueden cancelar, lo que los acerca a los fenómenos de implicación o
entrañamiento: */?17Es pobre, pero honesto ... en realidad no es pobre/ en realidad
no es honesto; */?77Es inglés, y por tanto valiente ... de hecho no es valiente. En
todo caso hay que negar el enunciado, no cancelarlo en el sentido técnico pragmá-
tico. Compárese con ]a facilidad, en cambio, de cancelar implicaturas conversacio-
nales de cantidad: Algunas chicas llevaban pantalones ... a decir verdad todas; Tu
suegro casi siempre hace unos pasteles deliciosos ... bueno, siempre.
La imp]icatura vehicula, en definitiva, un significado adicional que los ha-
blantes entienden que se comunica... aunque no se diga explícitamente. Según
Grice, la explicación del fenómeno descansa en el principio de cooperación Y_ en
las máximas conversacionales, y por descontado en el proceso de ]as inferencias.
Pero como ya se ha indicado en 2.4.2, en el contexto general de una teoría prag-
mática entendida como un conjunto de reglas, estas pueden, o bien multiplicarse
(por ejemplo en relación con la cortesía, cf. los posibles efectos de (16b) ~ el
capítulo 7; Y con la estilística, cf. los efectos de (16d) y el capítulo 8), 0 bien
I IO
Las inferencias
En (17) la implicatura es que no todos los turistas del grupo son japo-
neses, y en (18) que María no sabe con certeza dónde está Mario, pues los
ténninos en juego se pueden concebir estructurados como <todos, muchos,
algunos>, en el primer caso, y <saber, pensar>, en el segundo.
111
lr1trod11rl'i1it111 lo ¡w<1.~m,iticu. U11a ¡JL•1~v1ectim sohre el le11?,11aje e11 acción
e) El principio tv\. de 11w 11<!ra (que agrupa las submá~imas lldl y Ild3 de m _
ncra de Gricc). Este principio estipula, co!no má~1~1a del emisor, que es~e
nuu-car:.\ una situación que n_o _es normal 111 protot1p1ca co_n un lenguaje que
tnmpoco resulta normal y ttp1co. Para el receptor es 1~ mversa: lo que se
ha marcado verbalmente como algo anormal y especial y no prototípic
responde a una cstilísticamente equivalente. Es_te principio explicaría segú~
Levinson las implicaturns que se producen al mterpretar enunciados como
( 1-fü) y ( 14c). vistos más arriba, en los que se da la hora de una manera
caprichosa o absurda. Sin embargo, teniendo en cuenta su reducción en re-
lación con el planteamiento de Grice y su redefinición de los conceptos de
cantidad e infonnatividad, se diría que estas implicaturas podrían explicarse
también con los dos principios anteriores y que no haría falta proponer este
último.
Laurence Horn (vid. Horn 2004) tomó el camino apuntado ahora en el párrafo
precedente y propuso una relectura simplificada de la propuesta de Grice que se
queda en tan solo dos principios, el de cantidad y el de relación, de hecho los que
la mayoría de especialistas tienden a escoger como los principales:
Dicho de una manera muy sintética Hom plantea una interacción en la que
1os 1mbl antes dan tanta información como ' les resulta post'ble.·· 51·empre .que sea
15
relevante, o sea pertinente con el desarrollo de la infonnación. To~os 1.~s e~e;:St~s
precedentes pueden explicarse ahora, a su entender, con la combmacion
112
Las inferencias
113
Introducción a la pragmática. Una perspectiva sobre el lenguaje en acción
han etiquetado con otros nombres, el más conocido impliciture, de Bach 1994) p
relación c~n_ lo dicho, no es -~ontenido implícito sino_ ex?lícito, es el desarroll~ d~
la forma log1ca (representac1on de la estructura de] stgmficado de la oración) p .
- , Or
eJemplo (21 b) respecto a (21a) o (22b) y (22c) respecto a (22a):
114
las inferencias
dos hermanos y no más. No, habiendo . nada que haga pensar en Jo contrar,· o, con
. terpretación se llegana a un nive 1de relevancia óptimo dado el equ·1¡·1b •
esta in . ., . .' . no
la rnodtficac10n substancial del entorno o contexto cognitivo y el baJ· 0 coste
entre esamiento.
. s·1 por ot ros enuncia
. d
os se. d envaran
. .
premisas .
1mplicitadas en
de proC
ntido de que esa persona a menudo no dice la verdad, u oculta información
e1se'tera aunque el coste de procesamiento . fu era mas
, alto podría ser relevante'
etce , . ·, ·d (1 ·
hipotetizar una 1~terpreta~10n en otro sent1 o a correspondiente, por ejemplo,
a Ella siempre dice que llene tres hermanas y dos hermanos ... p ero tiene otro
hermano con el que no se habla). . . .
Para finalizar, y a pesar de la aparente senc11lez, comodidad y eficacia de la sim-
lificación, concretable como se acaba de ver en un solo principio de relevancia (o
~iguiendo otras sendas, en la noción de optimidad, o en el "extensible" dominio de
la metáfora), conviene recordar que el terreno de las implicaturas pragmáticas es
muy amplio y que se prolonga por ejemplo en el caso de las cuestiones de cortesía
(vid. 7) y en todo lo referente al estilo y la variación funcional (vid. 8). Sin insinuar
que Ja relevancia, pongamos por caso, no pueda ser una explicación -al menos par-
cial- de estos fenómenos, resulta siempre muy dificil reducir la gran c0mplejidad
de la realidad con sus datos a la "elegancia" científica o matemática de la máxima
simplificación y unificación. La ciencia se mueve entre varias dualidades, y una es
esta oposición entre lo complejo y variado, por una parte, y por otra el poder más
explicativo de la teoría más unitaria y sencilla posible. La pragmática no escapa de
esta dualidad, muy presente y llamativa en el panorama de los estudios actuales.
Actividades y ejercicios _ _ _ _ _ _ _ __ _ _ __ _ __ __ _
C_ompara ahora los enunciados siguientes con los dos anteriores. ¿Cuál es la
diferencia fundamental entre ellos, por lo que atañe a la referencia?
e) Es más raro que el perro ese verde que vimos ,en Vietnam.
d) Toda su vida ha querido comprar ese coche.
115
,,
/11/rod1u:l'ió11 a /a pmgmatu:a.
una pu,\
, ••pectiva •whre el lenguaje en acción
a) Hay que hacer siempre esto que os diré: las puntas para arriba.
b) Juana se ha leído Ulysses. ¡Y lo ha hecho en tres días!
e) Lo único que quiero es lo siguiente: que la habitación esté ordenada Ylos
deberes hechos.
116
las i1iferem:ia.,·
/l La batnlla de las Navas de Tolosa fue en 12 12. Ese mismo niio ocurrió otro
r.'/ .
ncontecim1cnto e1nvc.
e) Dejad eso allí, que aquí molesta 1~~ucho. .
./) Andrés es muy reservado, y k s d1.10 que no se mct1crnn en sus asuntos.
117
- . rr spectiva sobre el lenguaje en acción
., ¡ gmátzca. u na per
Jntroducczon a a pra
. . d en el enunciado Es andaluza, y por tanto sabe
, t'
12. ¿Que 1Pº .
de unphcatura se
·Y , f
a I ·
de implicatura se establece entre e enunciado
bailar sevillanas? " que ipo · D · 1.
a) y el b)? Explica cómo el receptor puede llegar a in enr a.
--
--
6
Actos de habla
De la misma manera que la deíxis conduce a la referencia y esta a los tipos de infe-
rencia, el propio concepto de inferencia acaba por poner sobre la mesa el concepto
de acto: ¿cuáles son los actos que producen o provocan esas inferencias? ¿Qué
tipo de acciones lingüísticas manifiestan o materializan significados? ¿Qué signi-
fica hablar? Llegados a este punto, la última pregunta es inevitable: ¿no será -el
significado- la propia acción?
La teoría de los actos de habla se expone a menudo como si fuera una narración, y
realmente no es un mal inicio: hubo una vez un filósofo, que se llamaba John L. Aus-
tin, nacido en Lancaster, Inglaterra, y que fue invitado en 1955 a la Universidad de
Harvard (en Estados Unidos) para dar un ciclo de conferencias. Dio una conferencia
cada día, en total doce, y luego escribió su experiencia -y lo expuesto en las con-
ferencias- en un libro que se publicó póstumamente, en 1962, titulado Cómo hacer
cosas con palabras; en la versión original inglesa, How to do things with words.
El título de su obra no podía ser más acertado. Y el comienzo de su primera
conferencia tampoco:
Lo que habré de decir aquí no es dificil ni polémico; el único mérito que quisie-
ra reivindicar para mi exposición es que es verdadera, por lo menos en parte. El
fenómeno que examinaré es muy difundido y muy obvio, y sería imposible que
otros no lo hubieran advertido, al menos ocasionalmente. Sin embargo, no he
visto que se le preste atención de manera específica. (Austin 1962: 41)
119
Introducción a la pragmática. Una p erspectiva sobre el lenguaje en acción
120
Actos de habla
121
Introducción a la pragmática. Una perspectiva sobre el lenguaje en acclón
acto de habla se dan las tres vertientes o dimensiones, son los actos o accion ,
hacemos con las palabras: es <.¡u ,
e
Cuando alguien da el pésame a otra persona, pongamos por caso con expresio-
nes más o menos estereotipadas como Le acompaño en el sentimiento, la elección
de 1a expresión y su pronunciación son actos locutivos. Dar el pésame es, a su vez,
una iiocución, un tipo de acto expresivo, con el que mostramos nuestra solidaridad
con otra persona. Esta, por último, si se siente confortada O consolada, es por el
efecto perlocutivo del acto. La relación entre la dimensión locutiva (a) y la ilocu-
tiva (b) es convencional (y elJo afecta incluso a actos no verbales que pueden ad-
quirir fuerza i]ocutiva, como los gestos emblemáticos, cf. 3.3 y 8.4.2). En cambio,
1a relación entre la dimensión locutiva y la perlocutiva es causal: en ]a perlocución
se encuentran ]as consecuencias del acto de habla, el efecto perlocutivo se da por
el hecho de haber sido enunciado el acto.
122
Actos de habla
(7) Actúe con naturalidad. Ponga 50.000 dólares dentro de este saco. Le estoy
apuntando con un revólver
[Youtube]
Austin (1962: 67) resume en un párrafo lo que se puede considerar como el con-
junto de "reglas" pragmáticas -en el sentido visto en el apartado 2.4- que hacen
posible que un acto de habla se lleve a cabo de m anera adecuada, "exitosa":
123
Introducción a la pragmática. Una perspectiva sobre el lenguaje en acción
124
A e/os de habla
Eil otros estudios posteriores (vid. Searle 1983), Searle se ha centrado sob ,
todo en las condiciones de satisfacci~n de los estados mentales de los enunciad:~
. y en particular de los estados asociados al concepto de intencionalida<l. Al fin y
,es, bo para la realización de cualquier acto de habla es indispensable un determi-
a1 ca , d I . d
o estado mental por parte e enuncia or y unas condiciones que ya dependen
d
na tipo de acto, p~esto qu~ no es esper_abl e 1o m1s~o
·
del _en el caso de una modalidad
rtiva O declarativa (que intenta ser cierta y descnptiva: Tiene la llave), que en el
aseso de una modahda . d mterrogat1va
. . ( que b usca una respuesta como compleción:
~~ienes /a llave?) o de una modalidad imperativa (que intenta que el estado de
~osas de la realidad cambie y se adecue a lo dicho: ¡Coge la llave!).
Aunque confiesa que no está totalmente satisfecho con las categorías que establece,
Austin ( 1962: 198-199) distingue cinco clases de verbos según su fuerza ilocutiva:
125
Introducción a fa pragmática. Una perspectiva sobre el lenguaje en acción
Pero la clasificación que sin duda ha dado más que hablar y ha sido más común-
mente aceptada es la de Searle (1976): representativos o asertivos, compromisivos,
expresivos, directivos y declaraciones. Aparte del contenido proposicional, que es
un criterio más bien complementario y de poco peso, el discípulo de Austin utiliza
tres criterios básicos (de hasta doce que analiza) para la clasificación:
126
..t,·111.,· de• li ohl"
Lns cinco clnscs de netos de hnhla dislinguidas por Scarle se pueden acabar de
perfilar de In mnncrn siguiente:
127
Introducción a la pragmátíca. Una perspectiva sobre el lenguaje en acción
5. Las declaraciones son, según Searle, actos muy distintos de los que se dan
en los cuatro grupos anteriores. Se trata de actos que cambian un estado de
cosas propio de una institución: nombrar secretario a alguien, cesar a un mi-
nistro, firmar una sentencia, dar un veredicto ... Mutatis mutandis, y aunque
menos transcendente, la función es la misma que la que se da en cualquier
deporte o juego cuando se "declara" algo: por ejemplo Touché (en esgrima),
Jaque o Jaque mate (en ajedrez) o cuando se cantan las cuarenta (en el tute).
Son declaraciones, pues, ejemplos como los de (12):
128
Actos ele habla
129
1
mroaucción a la pragmática. Una perspectiva sobre el lenguaje en ac -,
• cton
1
cadores explícitos de cortesía (¡Para, por favor!, Si es tan amable, ¿me r ~ar.
l a banueja?),
,1
que no tienen sentido en los representativos• (El uocumento
,1 acere
e. , a
blanco, ??? por favor, n?Si es tan amable, una mula es un híbrido). y si en s:~ ~n
caso parece aceptable un marcador como por favor, no es porque se refi gun
, ) . era al
receptor y su imagen ( como marcador de cortesta , smo porque se entiende
exc1amac1on · ' (de asom bro, 111
· d 1gnac1on
· · ' ... ) , por eJemp
· 1o en ¡L os tz'b urones noCOtno
~
manu.1eros, por favor.I ~
130
Actos de lwhla
( 16) a •A
1 cenar!
b Agitar antes de s u uso
e L~s pasajeros con destino 81.!rlin han de pcrsonnrsl! en el mos trador 45
0
se da una orden:
( 17) a ¿Tiene fuego?
b ¿Podrían callar. los del fondo?
e ¿Sabe si hay una panadería por aqul?
131
/11/l'(Jdlfcl'/1111 l , ,¡
· " "/Jf ugmal cJ(I, Uno /JIJl'S/JC!<;//vu sohre el lenouay·, ,
I'> e en acc•··
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AcHvidnclcs y ejercidos _
------ ----- - -
1· Propón 1111 ~jcmplo de verho rea lizal ivo o performativo. A cont·1 .
·¡ nuac1 •
Cl'I _Jc . 1111 uso co11crclo de cslc verbo en un contexto concreto en on, des,
1
lcr111l1cc un 11clo de habla, en sus tres vertienles básicas: locució/ .que illa.
11
Y perloc11ci(m. l'arn acabar, apunta las condiciones básicas de sat{ f: oc~ción
t ,- , • • s acc10•
cx 11o comu111cal1vo que 11cces1ta. no
4. ¿Cuáles son las diferencias fundamentales que separan los actos de habla aser-
tivos o declarativos de las llamadas (por Searle) declaraciones? Da un ejem-
plo de cada tipo.
5. ¿Crees que siempre resulta clara la diferencia entre una orden, una sugerencia
o un consqjo? ¿Depende de factores contextuales o situacionales? ¿De cuáles?
6. ¿Qué actos de habla materializan enunciados como (a) y (b)? ¿Qué relación
puedes establecer con su contenido semántico?
a) jAlfredo es Alfredo!
b) El mejor consejo que puedo darte es no hacer caso de los consejos.
132
Actos de habla
13. Di cuáles de los siguientes actos de habla son directos, cuáles indirectos y
cuáles no literales:
14. Considera el verbo apostar y determina qué tipo de acto de habla materializa
cuando se utiliza de manera performativa o realizativa. Compáralo con otros
verbos performativos y razona si el acto de apostar presenta alguna diferencia
significativa con los otros.
133