Economia en Salud-1

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 7

INSTITUTO SUPERIOR

SAN PATRICIO DE IRLANDA DEL NORTE

MATERIA:
ECONOMÍA EN SALUD

(TEMA)

 PANDEMIA Y SALUD EN PARAGUAY:


 DOS MITOS SOBRE EL PAPEL DEL
ESTADO Y EL DESARROLLO

INTEGRANTES:

- FÁTIMA ORTIZ
- FABIO MEDINA
- MARINA RAMOS
PROF: JUDITH BENÍTEZ

INTRODUCCIÓN
Pandemia y salud en Paraguay: Dos mitos sobre el
papel del Estado y el Desarrollo.

Este documento presenta información sobre la situación del


financiamiento a la salud en Paraguay de manera a contribuir a un debate
sobre las políticas presentes y futuras de cara a las reformas que requiere el
sector para garantizar el derecho a la salud y la contribución de la política
sanitaria al bienestar de la población y al desarrollo del país.
Objetivos Generales:

El primero de ellos hace referencia a que se pagan impuestos que no


sirven. Los datos revelan que nuestro nivel de desarrollo –en los últimos
lugares en América Latina– es consistente con el escaso esfuerzo fiscal que
ha realizado el Estado. Es decir, con los impuestos que se pagan, solo
podemos aspirar al país que tenemos. La experiencia tanto de los países
desarrollados como los de la región indica que no hay país que se haya
desarrollado con el esfuerzo tributario que tiene Paraguay en este
momento. .El problema de la percepción ciudadana es que en el área urbana
y en los niveles socioeconómicos más altos, que es la que tiene mayor voz
en las redes y opiniones, estos avances se fueron dando desde hace dos
décadas. Pero estos avances no han alcanzado a otras áreas de la
población. Estas condiciones no están presentes en el 70% de la población,
porque vive en el sector rural, porque está entre los estratos de menores
ingresos, porque no tiene ningún mecanismo de seguridad social, porque
trabaja en el sector informal, porque es indígena o habla guaraní. Todas
estas poblaciones tienen al sector público como única forma de acceder a la
salud y agua potable. Este trabajo busca poner en perspectiva los logros,
aunque lentos, y la distancia que nos separa de constituir una sociedad
respetuosa de los derechos básicos de la mayoría de la población. En este
esfuerzo se requiere un pacto social y económico que se sustente en la
solidaridad económica y generacional. Este es el momento en que es
necesario debatir sobre la trayectoria del desarrollo que se debería iniciar en
unos meses más cuando se reduzca la presión de la pandemia.

Objetivos Específicos: Ese debate tiene que tener lugar con información y
transparencia, poniendo en primer lugar los derechos ciudadanos, lo que
implicará romper con las ataduras que imponen los sectores que se niegan a
perder sus privilegios para garantizar los derechos de la mayoría. Los
desafíos en el financiamiento a la salud son muy claros. A largo plazo, se
necesita discutir el modelo: basado en impuestos, en contribuciones a la
seguridad social o mixta. A corto y mediano plazo, los desafíos tienen
relación con el aumento de la inversión en salud y la ampliación de la
cobertura del Instituto de Previsión Social.

Mito 1: los impuestos impiden el crecimiento y el desarrollo

Uno de los mitos es acerca del vínculo entre las cargas sociales señalado
por quienes se oponen a contribuir más que los impuestos y el pago de
seguridad social como obstáculo al crecimiento económico, al reducir la
competitividad. Al limitar el crecimiento, se limita el desarrollo. En este caso hay
varios supuestos que no están verificados por la evidencia empírica. El primero
de ellos es que el crecimiento siempre tiene un efecto derrame, lo cual ha sido
suficientemente demostrado que no es así. En realidad, la literatura económica
indica que hay otros factores más relevantes para lograr la competitividad: la
diferenciación del producto, la calidad de los recursos humanos, el tamaño del
mercado, la inserción en cadenas de valor, la seguridad jurídica, la corrupción,
la calidad de los servicios públicos (energía eléctrica, agua,
telecomunicaciones, caminos), la estabilidad política entre otros. Al contrario,
para contribuir con los factores favorables a la competitividad, es necesaria la
inversión pública, para lo cual se requieren recursos genuinos del Estado.

Los impuestos como mecanismo principal de financiamiento se traducen en


mayor espacio fiscal para la inversión pública. Una de las principales
consecuencias de una alta prioridad tributaria para la salud es la reducción del
gasto de bolsillo. Las implicancias de ello no son menores. Básicamente
significa que las personas no son excluidas de su derecho a la salud por falta
de recursos. Es decir, del total gastado en salud en Paraguay, casi la mitad
proviene de los pagos directos que realizan las familias, con lo cual, si las
familias no cuentan con recursos suficientes cuando un integrante se enferma,
son excluidas o autoexcluidas del sistema de salud.
Mito 2: el Estado no sirve

El segundo mito prevaleciente entre quienes no quieren reducir los


privilegios tributarios es que en Paraguay la inversión social no sirve, lo cual se
demostrará que no es cierto. A continuación, se presentan los datos relativos a
la inversión en salud y la evolución de algunos indicadores. A partir del año
2005, la inversión pública en salud inicia una tendencia ascendente
interrumpida en el año 2008. El crecimiento de la inversión en salud se vuelve a
retomar con fuerza en el 2009. A partir del 2013, la tendencia ha sido de un
crecimiento mínimo del presupuesto de salud, con un posterior estancamiento.
Como se verá más adelante, este estancamiento coincide con el aumento de
los pagos de los servicios de la deuda. A pesar de la lentitud del crecimiento
del presupuesto en salud, que ha mantenido al Paraguay en los últimos lugares
de América Latina, se ha tenido avances en indicadores de resultados y de
proceso. Como ejemplo se incluyen las tasas de mortalidad materna e infantil y
el acceso a salud, agua y saneamiento. La tendencia es clara. A medida que
aumenta la inversión en salud se reducen ambas tasas de mortalidad y casi
con la misma velocidad que el aumento presupuestario.

Estos recursos contribuyen a la ineficiencia pública ya que son fondos públicos


a “fondo perdido”. Es decir, cada año el Estado tiene que renovar el contrato y
volver a pagar por cada funcionario o parlamentario aun cuando el seguro no
sea usado. Al contrario de la opción mixta basada en un fondo solidario como
es el caso del Instituto de Previsión Social (IPS), los fondos que no se utilizan
en las edades de juventud, porque la probabilidad de sufrir una enfermedad
grave es baja se acumulan para su uso en la vejez. La situación se agrava si se
considera que la edad de quienes integran el funcionariado público es
relativamente baja y son personas con un estado de salud bueno en promedio.
El sector público paga al sector privado por atender una población joven y más
sana. Pero cuando los funcionarios se jubilan y son más propensos a sufrir
enfermedades, pasan a utilizar los servicios públicos. Durante el periodo de la
pandemia, esta población pasará a ser atendida por el sector público. La
población cubierta con los seguros privados, junto con estos recursos debería ir
pasando al IPS paulatinamente a medida que se fortalezcan los servicios de
esta entidad con una fuerte inversión en infraestructura.

CONCLUSIÓN

Paraguay se encuentra entre los países de menor desarrollo de la región y


eso tiene directa relación con el lento avance de las políticas sociales, lo que a
su vez se relaciona con la escasa capacidad de financiamiento derivada de la
baja presión tributaria. Los problemas que se observan en esta pandemia son
el resultado del escaso compromiso que tuvo el país en mejorar la calidad de
vida de la población, reflejado en la baja presión tributaria que se traduce de
manera directa en la reducida inversión social. A pesar del escaso esfuerzo
presupuestario realizado, se observan importantes mejoras en los indicadores
básicos de salud, lo cual niega la hipótesis de que los impuestos generados en
el país no han dado los resultados esperados. Han dado los resultados que se
podían esperar. La política sanitaria, con baja cobertura e insuficientes
recursos humanos, instalaciones y equipamiento no está preparada para
enfrentar las causas de morbimortalidad en tiempos normales, menos aún en
una pandemia, lo cual se muestra con terrible crueldad en estos momentos. En
el ámbito de la educación, se ha mejorado sustancialmente en la cobertura, no
así en la calidad, sobre todo en una educación basada en valores. El resultado
es una ciudadanía que no respeta las normas de aislamiento social por la
ausencia de un sentido de pertenencia, y cuyo origen no está solo en la
educación sino también en la persistencia de profundas desigualdades que
debilitan los lazos que sostienen la cohesión social.
BIBLIOGRAFÍA

CADEP: Centro de Análisis y Difusión de la Economía


Paraguaya.
Autora: Verónica _Serafini. La motivación de este artículo se originó
en la serie de mitos, prejuicios y falsedades que están en el debate acerca
del rol de los impuestos en la situación del país y de la política sanitaria por
el Coronavirus.

También podría gustarte